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Bocas del Toro

SENDERO DEL OSO PEREZOSO

El Sendero del Oso Perezoso está ubicado en el ámbito de la comunidad de Bahía Honda, al
fondo de la bahía del mismo nombre, entre las islas Bastimentos y Solarte.
El recorrido por este sendero se hace con guías indígenas que son contratados en el
restaurante de la comunidad y que lo llevan, a partir de allí, en sus botes de madera, por un
recorrido corto pero fascinante y entretenido.
El sendero consta de dos tramos, el primero acuático y el segundo terrestre.
Una vez que se parte de la comunidad, luego de unos 5 minutos de recorrido por el mar, se
entra en un arroyo que discurre entre árboles de un bosque tropical húmedo y manglares.
Esta parte del recorrido toma unos 20 a 25 minutos, dependiendo del interés del turista.
El recorrido es placentero y la tranquilidad de navegar en un bote a remos hace del viaje una
experiencia relajante, excelente para la fotografía.
Es en este tramo se pueden observar además de muchas aves, pequeños lagartos que
desaparecen inmediatamente de la vista y casi que inevitablemente osos perezosos en las
ramas de los árboles a ambos lados del arroyo y a veces hasta sobre el bote.
Normalmente se observan muchas crías, a veces solitarias pero con su madre no muy lejos de
allí.
Al fin se llega a un pequeño desembarcadero desde donde parte el segundo tramo, no menos
interesante que el anterior.
Se recorre a pie, por un sendero de tierra con algunos puentes para pasar sobre otros
arroyos, primero una antigua plantación de cacao abandonada, luego otra de plátanos y por
fin se entre en el bosque húmedo, bastante abierto y facil de recorrer.
Luego de una media hora de caminar se arriba a lo que parece ser una colina y que, en
realidad, es un antiguo arrecife coralino que, por los movimientos terrestres de cientos de
miles de años, fue a parar al medio de la isla.
Del interior de esta colina, en unas cuevas un poco más abajo del nivel del suelo, sale el
arroyo que se ha recorrido en lancha anteriormente.
Allí, en otras pequeñas cuevas, algunas conectadas entre sí, viven miles de murciélagos que
hacen un ruido ensordecedor durante la hora del crepúsculo, cuando salen a sus cacerías
nocturnas.

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