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La regla de la obediencia

El autor del libro está instruyendo a su hijo, de cinco años, después de una desobediencia.
Todos estamos bajo autoridad – le dice - y debemos obedecer. En el trabajo no podemos hacer
las cosas a nuestra manera, sin ponernos en riesgo de ser despedidos. Un par de días después
dice que le pregunta a su mamá: “cuando trabaje ¿debo tener un jefe?”, Sí, respondió ella, y
le preguntó el motivo del interrogatorio. La respuesta fue raída: “¡Quiero ser el jefe!”.
La pregunta de este pequeño niño de 5 años nos sirve para mostrar cuál es el anhelo del
corazón del hombre después de la caída: no obedecer a nadie. Sin embargo, el hombre fue
creado para servir. Debemos satisfacción a nuestro Señor, a nuestro amo.
Pregunta 39: ¿Cuál es el deber que Dios exige al hombre?
R: El deber que Dios exige al hombre, es la obediencia a su voluntad revelada
Hay dos lecciones importantes aquí. La primera es que Dios reveló su voluntad al
hombre. Desde Génesis vemos esto. Dios crea a Adán y revela su voluntad para él: llenar la
tierra y gobernarla. Además de esto, no podía tomar del fruto del árbol del conocimiento del
bien y del mal, siendo este el único árbol prohibido por Dios. Para este cometido, el Señor, le
dio una ayuda idónea. La segunda es que Dios demandaba obediencia. Si no lo hacía el hombre
experimentaría la muerte.
Una de las cosas que siempre ha llamado la atención en la narrativa de Génesis es que la
serpiente se dirigió a Eva, a la mujer. Hay algo que hay que notar aquí. Adán debía obediencia a
Dios, pero Eva la debía a Dios y a Adán. Y Satanás lo que hace es sugerirle a ella que no debe
obediencia ni a Adán ni a Dios. Que si ella tomaba el fruto prohibido sería como Dios,
conociendo el bien y el mal. Así no habría nadie que les señalara lo que es bueno o es malo. Lo
que hay que hacer o lo que no hay que hacer. El deseo de autonomía es lo que lleva al hombre
a su ruina.
Hay quienes piensan que la ley fue dada al hombre solo en el monte Sinaí, pero:
Pregunta 40: ¿Cuál fue la primera regla que Dios reveló al hombre como guía de
obediencia?
R: La primera regla que Dios reveló al hombre como guía de obediencia, fue la ley
moral
Esta enseñanza se refiere a lo que tenemos en la epístola de Romanos. En ella, Pablo
demuestra que tanto judíos como gentiles están bajo la condenación de Dios. Los gentiles
porque Dios se les reveló en la creación, lo que los hace inexcusables. Los judíos porque tenían
la revelación especial de la Palabra de Dios. Sin embargo, aunque los gentiles no tenían acceso
a la revelación especial, Pablo afirma que a veces actúan “por naturaleza” de acuerdo con la Ley
y declara que “muestran la obra de la ley escrita en sus corazones” (Ro. 2:15).
Pregunta 41: ¿En qué se haya comprendida sumariamente la ley moral?
R: La ley moral se haya comprendida sumariamente en los diez mandamientos
Y aquí alguien puede argumentar: “¿Ves?, la ley se dio en el Sinaí”. Y sí, es donde Dios le
dio los diez mandamientos a Moisés. Pero vamos a pensar juntos un poco más.
Pablo enseña a los efesios que debían vivir en santidad. Esta santidad consistía, y aun
consiste, en abandonar viejos patrones y adoptar nuevos patrones. Por ejemplo, los que robaban,
quebrantando el octavo mandamiento, ahora deben trabajar con sus propias manos para ayudar
a otros (Ef. 4:28).
Como vemos, esto muestra que la norma de santidad de Dios, requiere que se trabaje y
que se dé en lugar de robar. Pero ¿no es esto lo mismo que Dios le reveló a Adán en el Huerto?
Desde entonces, se suponía que Adán debía de trabajar. La Ley Moral fue dada desde el Edén
de forma positiva. El patrón normativo dado por Dios está desde la creación. Por mencionar
algo, el hombre debe dejar a su padre y a su madre y casarse con su esposa (séptimo
mandamiento), debe trabajar (octavo mandamiento), y debe escuchar la verdad, para hablar
verdad (noveno mandamiento), siendo pecado desobedecer esta norma. Así es como Dios,
después de la caída, da su Ley escrita en tablas en el Sinaí, para que el hombre pueda vivir de
acuerdo con la norma original, dada en el Edén, para que no incurra en el adulterio, ni en robar,
ni dar falso testimonio, visto positivamente en los ejemplos citados.
La forma en la que Dios da el cuarto mandamiento, por ejemplo, también apunta a la
Ley en los tiempos de la creación. Nota que él comienza con “Acuérdate del día de reposo”
(Ex. 20:8), demostrando el punto establecido desde la creación (Gn. 2:3). El Pacto de Obras
consistía en la obediencia a esta ley, para justificación o condenación. Ver. CFW XIX 1.5.6.
Pregunta 42: ¿Cuál es el resumen de los diez mandamientos?
R: El resumen de los diez mandamientos es: Amar al Señor nuestro Dios de todo
nuestro corazón, de toda nuestra alma, de todas nuestras fuerzas y de todo nuestro
entendimiento y a nuestro prójimo como a nosotros mismos
Esta es la respuesta que Cristo mismo da a los fariseos cuando le preguntan sobre el
mandamiento mas importante. Y es que los primeros cuatro tienen que ver con amar a Dios y
los seis restantes tienen que ver con amar al prójimo.
Otro argumento en contra de los que creen que la Ley solo se dio en el Sinaí lo vemos
con la vida de José, el soñador. Aclarando que este vivió antes de la Ley en el monte. José
resistió la tentación con la esposa de Potifar, y la razón que da para resistirse es el resumen de la
Ley, al decir: “no hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a
ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra
Dios?” (Gn. 39:9). José resistió la tentación por amar a Dios y a Potifar.
Vemos que la regla que Dios dio a Adán y a su posteridad, como un Pacto de Obras, fue
la Ley Moral, un reflejo de su carácter santo. Y por eso Pablo puede afirmar que “la ley a la
verdad es santa, y el mandamiento santo, justo y bueno” (Ro. 7:12). Tenemos claro que
después de la caída el hombre no puede cumplir esta ley de manera perfecta, sin embargo, el
Catecismo Mayor enseña que la Ley Moral sigue siendo útil para todos los hombres después de
la caída, para instruirlos acerca de Dios, su carácter y su voluntad. Además, es útil para los no
regenerados para que sean conscientes de su imperfección y busquen a Cristo. Finalmente, es
útil para nosotros los regenerados, para saber o tener una idea de lo que le debemos a Cristo, y
buscar vivir de acuerdo con él, no solo para ser salvos, sino para glorificar a Aquel que nos
salvó, a Jesucristo, quien cumplió plenamente con toda la Ley (Mt. 5:17).
Entonces, así como el rey David, debemos atesorar la ley moral de Dios y considerarla
mas deseable que el oro y mas dulce que la miel que destila del panal.

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