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A BETTY NIETO

Aún recuerdo y percibo,


a Betty con uniforme escolar
corriendo y saltando la vida,
luego se te presentó espinas devoradoras,
pero tus raíces crecieron hondamente
estás en el equilibrio equinoccial del tiempo,
ahora cosechas perfumes,
perfumes de vida y encantos.
Tus originales ramajes de familia andina,
te enseñaron a pisar tierra húmeda
pero también polvo,
a conocer o disfrutar
la fusión del hambre
con el rocío fresco,
a conocer tu piel
pero también tu sangre,
a conocer o disfrutar
la sed del amor,
pero también a conocer sus realidades,
pero también a gozar ampliamente
sueños y ensueños.

Autor: Pedro Rojas Chacón

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