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CANTO CORAL A QUICHES

(Con bronca voz y corazón sedoso)


¡Silencio!
¡Silencio hombres buenos del mundo!

Vamos a cantar a Quiches.


Cada garganta tendrá distinta luz,
cada quien entonará su gloria,
y cada quiche en su hoja,
será un pentagrama al amor.
Desde Ajtuy hasta Cañas,
desde Huayllabamba hasta el Marañón,
sólo brillas tú, mi Patria Chica,
sólo brilla así, del Marañón, la Perla.

¡Silencio! ¡Silencio!
¡Silencio hombres buenos del mundo!
que voy cantando a la “Perla del Marañón”.

Esta áurea tierra el Quiches parió


y un grito remoto se pinta en su vientre.
Miles y miles de lágrimas trotan
de manos y ojos, alzando los cantos,
arrastrándose lentas, muy lentas, despacio,
entre liberteñas y ancashinas cañadas.

¡Silencio!
Es la hora del niño, del joven, del viejo,
labrados aquí, entre el trigo, la papa, la arveja y el maíz
con romances de arados y azul esperanza.
¡Venid mozuelos! ¡Venid hombres!
¡Alzad aurorales banderas!
el pueblo otras albas espera,
-en sus entrañas de fuego abrasante-,
un rayo de cambio y progreso.

Venid hombres buenos del mundo


¡Venid, venid,
que voy cantando a la Perla del Marañón.

Porque, cada vez,


es más hermoso el arco iris,
en el Cristo de la Peña,
con la bendición eterna
de nuestras santísimas virgencitas,
y sus niños tatuados a fuego en el alma.
Cual Rosa de los Vientos, ellos guían,
con palomas blancas, llevándonos de manos.

Este es mi pueblo lindo:


“La Perla del Marañón”.
¡Ante la historia ancestral
y tu geografía monolítica!
Ante ti mi Quiches querido
y tu gente maravillosa,
ante mamá Ñati,
yo me inclino reverente,
con la llave de mil sueños
y tantas esperanzas.

¡Venid hombres buenos del mundo!


Venid, venid, venid, venid…

Autor: Pedro Rojas Chacón

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