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Alfonso Reyes Ochoa

(Alfonso Reyes Ochoa; Monterrey, 1889 - Ciudad de México, 1959) Ensayista, crítico, poeta y narrador
mexicano relacionado con la mejor tradición literaria occidental, desde la antigüedad grecolatina
hasta las creaciones de Mallarmé y la estética simbolista. Ejerció un notable magisterio en la cultura
de su tiempo, promovió la fundación de sólidas instituciones dedicadas a la difusión del conocimiento
y marcó la obra de casi todos los escritores mexicanos posteriores a él, como Octavio Paz y Carlos
Fuentes.

Durante los veinte años siguientes alcanzó el máximo impulso creativo, y su figura de educador se
consolidó plenamente. Autor de una obra poética celebrada por sus contemporáneos y las
generaciones posteriores, y de una obra de ficción escasa pero interesante, obtuvo no obstante sus
mayores logros en el campo del ensayo, donde abordó los más variados temas: la teoría literaria, la
historia de Grecia, la novela policíaca y las raíces históricas de México. Entre éstos cabe destacar
Cuestiones gongorinas (1927), Tránsito de Amado Nervo (1937), La experiencia literaria (1942), El
deslinde (1944) y Los trabajos y los días (1946).

En un conjunto apabullante de libros (compilados a excepción de los voluminosos Diarios y una


amplísima correspondencia en la serie Obras completas que publicó, en 28 tomos, el Fondo de Cultura
Económica), su escritura mantiene un tono siempre atractivo, aleccionador y consistente, con
momentos de brillo excepcional, como en el poema dramático Ifigenia cruel (1924), sabia asimilación
de la tradición griega, o en el cuento La Cena (incluido en El plano oblicuo, 1920), precursor del
realismo mágico y muy cercano al relato largo Aura, de Carlos Fuentes.

Relevante es también la Oración del 9 de febrero (1963), texto dedicado a la muerte de su padre, que
apareció póstumamente. Lo mismo escribió sobre el arte culinario (Memorias de cocina y bodega,
1953) que operetas ligeras y humorísticas o poemas satíricos. Entre sus obras de ficción son notables
Árbol de pólvora (1953) y Los tres tesoros (1955), argumento cinematográfico inspirado en un relato
de Robert Louis Stevenson.

Candidato al Premio Nobel en cuatro ocasiones, nunca llegó a recibirlo; pero su constante entrega a
la cultura, sus aportaciones a la literatura mexicana y la calidad de su obra le valieron numerosos
premios y reconocimientos públicos, entre los que pueden destacarse por su significado el Premio
Nacional de Literatura.
Octavio Paz
(Ciudad de México, 1914 - id., 1998) Escritor mexicano. Junto con Pablo Neruda y César Vallejo,
Octavio Paz conforma la tríada de grandes poetas que, tras el declive del modernismo, lideraron la
renovación de la lírica hispanoamericana del siglo XX. El premio Nobel de Literatura de 1990, el
primero concedido a un autor mexicano, supuso asimismo el reconocimiento de su inmensa e
influyente talla intelectual, que quedó reflejada en una brillante producción ensayística.

Nieto del también escritor Ireneo Paz, los intereses literarios de Octavio Paz se manifestaron de
manera muy precoz, y publicó sus primeros trabajos en diversas revistas literarias. Estudió en las
facultades de Leyes y de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. Sus preocupaciones sociales
también se dejaron sentir prontamente, y en 1937 realizó un viaje a Yucatán con la intención de crear
una escuela para hijos de trabajadores. En junio de ese mismo año contrajo matrimonio con la
escritora Elena Garro (que le daría una hija y de la que se separaría años después) y abandonó sus
estudios académicos para realizar, junto a su esposa, un viaje a Europa que sería fundamental en toda
su trayectoria vital e intelectual.

El grueso de la vasta producción de Octavio Paz se encuadra en dos géneros: la lírica y el ensayo. Su
poesía se adentró en los terrenos del erotismo, la experimentación formal y la reflexión sobre el
destino del hombre. A grandes rasgos cabe distinguir tres grandes fases en su obra poética: en la
primera, el autor pretendía penetrar, a través de la palabra, en un ámbito de energías esenciales que
lo llevó a cierta impersonalidad; en la segunda entroncó con la tradición surrealista, antes de
encontrar un nuevo impulso en el contacto con lo oriental; en la última etapa de su trayectoria lírica,
el poeta dio prioridad a la alianza entre erotismo y conocimiento.

En Libertad bajo palabra (1949), Octavio Paz agrupó diversos libros escritos entre 1935 y 1947. Las
primeras composiciones respondían a una estética neorromántica y a fuertes preocupaciones
sociales; pero pronto se añadió una temática existencial, que giraba en torno al sentimiento de
soledad, los problemas de su tiempo, la comunicación, la posibilidad del amor... Siguiendo ese camino,
su poesía devino un instrumento de conocimiento de sí mismo y del mundo; en suma, una poesía de
signo metafísico. Pero pronto el descubrimiento del surrealismo le enseñaría el poder liberador de la
palabra y, con la valoración de lo irracional, la posibilidad de devolverle al lenguaje unas dimensiones
míticas. Se produjo así, paralelamente y como dijo el propio Octavio Paz, un regreso a la vanguardia y
un retorno a la palabra mágica.
Jorge Luis Borges
(Buenos Aires, 1899 - Ginebra, Suiza, 1986) Escritor argentino considerado una de las grandes figuras
de la literatura en lengua española del siglo XX. Cultivador de variados géneros, que a menudo fusionó
deliberadamente, Jorge Luis Borges ocupa un puesto excepcional en la historia de la literatura por sus
relatos breves. El primer libro de poemas de Borges fue Fervor de Buenos Aires (1923), en el que
ensayó una visión personal de su ciudad, de evidente cuño vanguardista.

En 1925 dio a conocer Luna de enfrente y, tres años más tarde, Cuaderno San Martín, poemarios en
los que aparece con insistencia su mirada sobre las "orillas" urbanas, esos bordes geográficos de
Buenos Aires en los que años más tarde ubicará la acción de muchos de sus relatos. Puede decirse que
en estos primeros libros Borges funda con su escritura una Buenos Aires mítica, dándole espesor
literario a calles y barrios, portales y patios. El poeta parece rondar la ciudad como un cazador en
busca de imágenes prototípicas, que luego volcará con maestría en sus versos y prosas.

En 1930 publicó Evaristo Carriego, un título esencial en la producción borgeana. En este ensayo, al
tiempo que traza una biografía del poeta popular que da título al libro, se detiene en la invención y
narración de diferentes mitologías porteñas, como en la poética descripción del barrio de Palermo.
Evaristo Carriego no responde a la estructura tradicional de las presentaciones biográficas, sino que
se sirve de la figura del poeta elegido para presentar nuevas e inéditas visiones de lo urbano, como se
manifiesta en capítulos tales como "Las inscripciones de los carros" o "Historia del tango".

Hacia 1932 da a conocer Discusión, libro que reúne una serie de ensayos en los que se pone de
manifiesto no sólo la agudeza crítica de Borges, sino también su capacidad en el arte de conmover los
conceptos tradicionales de la filosofía y la literatura. Además de las páginas dedicadas al análisis de la
poesía gauchesca, este volumen integra capítulos que han servido como venero de asuntos de
reflexión para los escritores argentinos, tales como "El escritor argentino y la tradición", "El arte
narrativo y la magia" o "La supersticiosa ética del lector".

En 1935 aparece Historia universal de la infamia, con textos que el propio autor califica como ejercicios
de prosa narrativa y en los que es evidente la influencia de Robert Louis Stevenson y G. K. Chesterton.
Este volumen incluye uno de sus cuentos más famosos, "El hombre de la esquina rosada"; le siguieron
los ensayos de Historia de la eternidad (1936).
Carlos Monsiváis

(Ciudad de México, 1938 - 2010) Ensayista, cronista y narrador mexicano considerado una de las
inteligencias más lúcidas de la cultura de su país. Cursó estudios en la Escuela Nacional de Economía
y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional. Dirigió suplementos culturales en los
más importantes diarios y revistas de México y durante mucho tiempo fue asiduo colaborador de
múltiples publicaciones periódicas. Con el tiempo llegaría a ser cofundador y director de destacados
diarios que ejercerían una gran influencia en el desarrollo del periodismo mexicano. Debe destacarse,
por otro lado, su labor como investigador en el Instituto Nacional de Antropología e Historia de
México.

Sus crónicas periodísticas se recopilaron en numerosos volúmenes: Principios y potestades (1969);


Días de guardar (1971), sobre la matanza de estudiantes en la plaza de Tlatelolco el 2 de octubre de
1968, durante el mandato de Gustavo Díaz Ordaz; Amor perdido (1976), libro centrado en algunas
figuras míticas del cine, la canción popular, el sindicalismo, la militancia de izquierda y la ideología
burguesa; Entrada libre (1987), donde recogió sus crónicas sobre la nueva sociedad mexicana; Escenas
de pudor y liviandad (1988), que disecciona con humor, acidez y ternura el mundo del espectáculo;
Los rituales del caos (1995), donde pinta una panorama desolador, en medio de la debacle de la clase
política y la crisis de la democracia; y otras recopilaciones como Sabor a PRI, ¿De qué se ríe el
licenciado? y Rostros del cine mexicano.

Pero su género predilecto fue el ensayo, en el que trató variados temas relacionados con la cultura
mexicana. Destacan entre ellos Características de la cultura nacional (1969); Historias para temblar:
19 de septiembre de 1985 (1988); Aires de familia: cultura y sociedad en América Latina (2000) y Yo
te bendigo, vida (2002), sobre la vida y la obra de Amado Nervo. Editó además diversas antologías
literarias en las que su puso de relieve su reivindicación de la poesía y la canción popular: La poesía
mexicana del siglo XX (1966), La poesía mexicana II, 1914-1979 (1979), La poesía mexicana III (1985),
Lo fugitivo permanece. 20 cuentos mexicanos (1990) o Amanecer en el valle del Sinú: antología poética
(2006), a partir de la obra del poeta Raúl Gómez Jattin.

Entre sus textos biográficos destaca el dedicado a la singular artista mexicana Frida Kahlo (Frida Kahlo:
una vida, una obra, 1992). Su única incursión en la narrativa fue el Nuevo catecismo para indios
remisos (1982). Recibió entre otros reconocimientos el premio Villaurrutia (1996) y el Anagrama de
Ensayo (2000), que le fue concedido en España por su obra Aires de familia: cultura y sociedad en
América Latina. En 2006 recibió el premio Juan Rulfo y publicó Imágenes de la tradición viva. Sus
últimos títulos fueron Las alusiones perdidas (2007) y El 68, la tradición de la resistencia (2008).

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