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2. Interrupción de negocio:
Richard Waterer, General Director de Aon en EMEA, afirma que “la pandemia ha subvertido la
forma tradicional de interrumpir la actividad de un negocio”. El contexto de riesgo y volatilidad ha
hecho subir este riesgo al puesto número 2. Y es que según Waterer, “la interrupción de negocio le
puede pasar a cualquiera, incluso puede ser más sistémica debido a la dependencia tecnológica y a
la forma en la que hacemos hoy negocios”.
9. Aumento de la competencia:
El aumento del número de competidores ha hecho más difícil la supervivencia de muchas
empresas. Este duro entorno empresarial explica por qué el aumento en la competencia ha sido
sistemáticamente uno de los 10 principales riesgos.
Las encuestas realizadas proporcionan datos y perspectivas para permitir una mejor toma de
decisiones en cuanto al riesgo en un entorno empresarial cada vez más volátil y complejo. Para
afrontar los retos presentes y futuros que toda organización contempla, es imprescindible
centrarse en una serie de prioridades:
Comprensión e identificación de las nuevas formas de volatilidad: desarrollar una
perspectiva que permita resolver las amenazas emergentes y los riesgos de cola larga, que
son aquellos que pueden desencadenar repercusiones a largo plazo.
Introducción de una nueva forma de capital: sopesar la creación de fuentes alternativas
de capital para mitigar el impacto de los ciclos en los que el mercado se ve muy afectado y
no se tiene la capacidad suficiente para afrontar los riesgos emergentes.
Fomento de una fuerza laboral resiliente: impulsar la participación de los empleados en la
aportación de soluciones innovadoras y en la gestión de los retos, implicándoles incluso en
cómo afrontar los riesgos derivados del futuro del trabajo.
1. Fuga de información
2. Ransomware
3. Phishing
4. Suplantación de identidad
5. Amenaza Persistente Avanzada (APT)
6. Fraude del CEO
7. Ataque DDoS
8. Suplantación/Modificación de web
9. IoT
10. Ataques e infraestructuras críticas