Está en la página 1de 2

Anhelando más a Dios

• Semana 24 – 30 Jul. ‘23

Anhelando más a Dios


Objetivo: Encender el fuego por buscar y permanecer más en la presencia de Dios.
Idea Central: Dios siempre ha deseado estar con nosotros, nosotros debemos corresponder a Su amor.

Salmos 84:1-4
1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea

los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. 3 Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina
nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios
mío. 4 Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán. Selah.

INTRODUCCIÓN
Este salmo expresa la forma en cómo un verdadero adorador veía el tabernáculo de Dios, y cómo su
alma anhelaba la casa de Dios. El aprecio por la casa de Dios no era por su grandeza física o esplendor,
sino porque era donde moraba la presencia de Dios. ¡Todo su ser anhelaba a Dios y Su casa!

Cuando el Señor sacó al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, dijo a Moisés que Él quería morar
en medio de Su pueblo, por eso le dio instrucciones y el diseño para construir un santuario, un
Tabernáculo. Aunque Dios llena toda la tierra y su plenitud con Su presencia, el eligió un lugar
específico en el cual habitar para que Su pueblo se encontrara con Él allí.

DESARROLLO
1. El anhelo de Dios es estar siempre con nosotros.
16Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia
para el oportuno socorro. Hebreos 4:16
Una de las primeras cosas que necesitamos entender es que Dios desde el principio ha estado
interesado en tener una relación personal e íntima con cada uno de nosotros. Él ha tomado siempre la
iniciativa. El acercarnos confiadamente al trono de la gracia es tener la seguridad de que el Señor no
nos va a rechazar nunca. Si vemos hacia el Antiguo Testamento, únicamente los de la tribu de Leví, los
sacerdotes, tenían acceso al tabernáculo y al lugar santísimo; es decir, donde estaba la presencia
misma de Dios. Ahora vivimos bajo la gracia donde, por medio de la obra redentora de nuestro Señor
Jesucristo, podemos acercarnos a la presencia de Dios sin restricciones ni impedimentos y sin
necesidad de rituales. Si permanecemos en Cristo, el pecado deja de ser un impedimento para que nos
acerquemos a Dios con total libertad.
Anhelando más a Dios
2. Debemos corresponder al anhelo de Dios.
10Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la
casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad. Salmos 84:10
El Salmo 84 fue escrito y dirigido específicamente para los hijos de Coré, que eran descendientes de
Leví. Ellos tenían el privilegio de servir en el tabernáculo; sin embargo, en un punto de la historia se
rebelaron contra Moisés, Aarón y principalmente contra Dios. Dios trajo juicio por su rebeldía, pero
algunos alcanzaron misericordia de parte de Dios y continuaron sirviéndole fielmente.

Ningún asiento de privilegio y de lujo en lugares de maldad en este mundo se puede comparar a estar
siquiera a la puerta de la presencia de Dios y de Su casa. Este salmo nos habla de un deseo ardiente
dentro de sí por estar en la presencia de Dios. Amar estar en la Casa de Dios es básicamente hacer
de Su presencia la prioridad más grande en nuestra vida.

Anhelar estar en la Casa de Dios es una manifestación de una vida espiritual sana y en un correcto
desarrollo. En cambio, cuando estamos deseando otras cosas o lugares antes que buscar la presencia
de Dios, estamos manifestando que espiritualmente no estamos saludables. En términos prácticos,
cuando ponemos muchos “peros”, excusas y priorizamos otras actividades para no ir a la iglesia, por
ejemplo, es señal de que algo anda mal en nuestra relación con Dios, por mucho que lo neguemos. El
deseo de estar en la casa de Dios debe ser proporcional a la profundidad del amor que tengamos por Él.

CONCLUSIÓN
Este salmo nos debe de recordar que no hay mejor lugar en la tierra que el lugar donde Dios ha hecho
Su morada; comenzando con Su morada en nuestro corazón, pero también en los lugares físicos donde
invocamos Su nombre (templo y casas). Debemos reflexionar sobre qué es aquello que hoy nos causa
placer o qué disfrutamos más. Pudiera ser algún deporte, nuestro trabajo, la vida social, ver televisión,
salir de viaje, incluso nuestra propia familia; pero nada debería causarnos más deleite que estar en la
presencia de Dios, Él es nuestro lugar seguro.

¿Cuál es mi verdadero anhelo o satisfacción en esta vida?

¿Siento deleite cuando me hablan de ir a la iglesia? ¿O fácilmente antepongo otra actividad o lugar?

También podría gustarte