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AMOR DE DIOS

(Mateo 6)30 Y si Dios viste así el pasto del campo, que hoy brota y mañana se echa al
fuego, ¿no hará mucho más por ustedes? ¡Qué poca fe tienen! 31 No anden tan
preocupados ni digan: ¿tendremos alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas
para vestirnos? 32 Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas, pero el Padre del
Cielo, Padre de ustedes, sabe que necesitan todo eso.

(Mateo 10) 29 ¿Acaso un par de pajaritos no se venden por unos centavos? Pero ni uno
de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre. 30 En cuanto a ustedes, hasta sus
cabellos están todos contados. 31 ¿No valen ustedes más que muchos pajaritos? Por lo
tanto no tengan miedo.

(Mateo 11) 28 Vengan a mí los que van cansados, llevando pesadas cargas, y yo los
aliviaré.

(Lucas 15)11 Jesús continuó: «Había un hombre que tenía dos hijos. 12 El menor dijo a
su padre: "Dame la parte de la hacienda que me corresponde." Y el padre repartió sus
bienes entre los dos. 13 El hijo menor juntó todos sus haberes, y unos días después, se
fue a un país lejano. Allí malgastó su dinero llevando una vida desordenada.
14 Cuando ya había gastado todo, sobrevino en aquella región una escasez grande y

comenzó a pasar necesidad. 15 Fue a buscar trabajo, y se puso al servicio de un habitante


del lugar que lo envió a su campo a cuidar cerdos. 16 Hubiera deseado llenarse el
estómago con la comida que daban a los cerdos, pero nadie le daba algo. 17 Finalmente
recapacitó y se dijo: ¡Cuántos asalariados de mi padre tienen pan de sobra, mientras yo
aquí me muero de hambre! 18 Tengo que hacer algo: volveré donde mi padre y le diré:
«Padre, he pecado contra Dios y contra ti. 19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.
Trátame como a uno de tus asalariados.»
20 Se levantó, pues, y se fue donde su padre. Estaba aún lejos, cuando su padre lo vio y

sintió compasión; corrió a echarse a su cuello y lo besó. 21 Entonces el hijo le habló:


«Padre, he pecado contra Dios y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo.» 22 Pero
el padre dijo a sus servidores: «¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo.
Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies. 23 Traigan el ternero
gordo y mátenlo; comamos y hagamos fiesta, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha
vuelto a la vida; estaba perdido y lo hemos encontrado.» Y comenzaron la fiesta.

(Juan 3) 16 ¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Unico, para que quien cree en él
no se pierda, sino que tenga vida eterna.
17 Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el
mundo gracias a él.
(Juan 8)10 Entonces se enderezó y le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha
condenado?» 11 Ella contestó: «Ninguno, señor.» Y Jesús le dijo: «Tampoco yo te
condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.»

(Juan 17) 24 Padre, ya que me los has dado, quiero que estén conmigo donde yo estoy y
que contemplen la Gloria que tú ya me das, porque me amabas antes que comenzara el
mundo.

(Juan 13)1 Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora de
salir de este mundo para ir al Padre, como había amado a los suyos que quedaban en el
mundo, los amó hasta el extremo.

(Juan 15)9 Como el Padre me amó, así también los he amado yo: permanezcan en mi
amor.10 Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, como yo he
cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Señor.

(Romanos 5)5, Y la esperanza no quedará defraudada, pues ya se nos ha dado el


Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones.
6 Fíjense cómo Cristo murió por los pecadores, cuando llegó el momento, en un tiempo

en que no servíamos para nada. 7 Difícilmente aceptaríamos morir por una persona
buena; tratándose de una persona muy buena, tal vez alguien se atrevería a sacrificar su
vida. 8 Pero Dios dejó constancia del amor que nos tiene: Cristo murió por nosotros
cuando todavía éramos pecadores. 9 Con mucha más razón ahora nos salvará del castigo
si, por su sangre, hemos sido hechos justos y santos. 10 Cuando éramos enemigos,
fuimos reconciliados con él por la muerte de su Hijo; con mucha más razón ahora su
vida será nuestra plenitud.

(Romanos 8)28 También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que
lo aman, a quienes él ha escogido y llamado. 29 A los que de antemano conoció, también
los predestinó a ser como su Hijo y semejantes a él, a fin de que sea el primogénito en
medio de numerosos hermanos. 30 Así, pues, a los que él eligió, los llamó; a los que
llamó, los hizo justos y santos; a los que hizo justos y santos, les da la Gloria.
31 ¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? 32

Si ni siquiera perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo
no nos va a dar con él todo lo demás? 33 ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios
mismo los declara justos. 34 ¿Quién los condenará? ¿Acaso será Cristo, el que murió y,
más aún, resucitó y está a la derecha de Dios intercediendo por nosotros? 35 ¿Quién nos
separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la persecución, el hambre,
la falta de todo, los peligros o la espada? 36 Como dice la Escritura: Por tu causa nos
arrastran continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas al matadero. 37
Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos amó. 38 Yo sé que
ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente ni el
futuro, ni las fuerzas espirituales, 39 ya sean del cielo o de los abismos, ni ninguna otra
criatura podrán apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús,

(2 Corintios 5)14 El amor de Cristo nos urge, y afirmamos que si él murió por todos,
entonces todos han muerto. 15 El murió por todos, para que los que viven no vivan ya
para sí mismos, sino para él, que por ellos murió y resucitó.
(Efesios 1)3 ¡Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús nuestro Señor, que nos ha
bendecido en el cielo, en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales!4 En Cristo
Dios nos eligió antes de que creara el mundo, para estar en su presencia santos y sin
mancha. En su amor 5 nos destinó de antemano para ser hijos suyos en Jesucristo y por
medio de él. Así lo quiso y le pareció bien6 sacar alabanzas de esta gracia tan grande
que nos hacía en el Bien Amado.
7 En él y por su sangre fuimos rescatados, y se nos dio el perdón de los pecados, fruto de

su generosidad inmensa8 -9 que se derramó sobre nosotros. Ahora nos ha dado a


conocer, mediante dones de sabiduría e inteligencia, este proyecto misterioso suyo, fruto
de su absoluta complacencia en Cristo. 10 Pues Dios quiso reunir en él, cuando llegara la
plenitud de los tiempos, tanto a los seres celestiales como a los terrenales. 11 En Cristo
fuimos elegidos nosotros: Aquel que dispone de todas las cosasy las somete a su
voluntad, decidió que fuéramos pueblo suyo,12 y lleváramos la espera del Mesías, con el
fin de que sea alabada su Gloria.
13 También ustedes, al escuchar la Palabra de la Verdad,el Evangelio que los salva,

creyeron en él,quedando sellados con el Espíritu Santo prometido,14 que es el anticipo


de nuestra herencia.Por él va liberando al pueblo que hizo suyo, para que al fin sea
alabada su Gloria.

(Efesios 2)
4 Pero Dios es rico en misericordia: ¡con qué amor tan inmenso nos amó! 5 Estábamos

muertos por nuestras faltas y nos hizo revivir con Cristo: ¡por pura gracia ustedes han
sido salvados! 6 Nos resucitó en Cristo Jesús y con él, para sentarnos con él en el mundo
de arriba. 7 En Cristo Jesús Dios es todo generosidad para con nosotros, por lo que
quiere manifestar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia. 8
Ustedes han sido salvados por la fe, y lo han sido por gracia. Esto no vino de ustedes,
sino que es un don de Dios; 9 tampoco lo merecieron por sus obras, de manera que nadie
tiene por qué sentirse orgulloso. 10 Lo que somos es obra de Dios: hemos sido creados
en Cristo Jesús con miras a las buenas obras que Dios dispuso de antemano para que nos
ocupáramos en ellas.

(Efesios 5) 1 Como hijos amadísimos de Dios, esfuércense por imitarlo. 2 Sigan el


camino del amor, a ejemplo de Cristo, que nos amó y se entregó por nosotros, como
esas ofrendas y víctimas cuyo olor agradable subía a Dios.

(1 Juan 3) 1 Miren qué amor tan singular nos ha tenido el Padre que no sólo nos
llamamos hijos de Dios, sino que lo somos
16 El (Jesucristo) entregó su vida por nosotros; y en esto hemos conocido el amor;

(1 Juan 4) Dios es amor. 9 Miren cómo se manifestó el amor de Dios entre nosotros:
Dios envió a su Hijo único a este mundo para que tengamos vida por medio de él. 10 En
esto está el amor; no es que nosotros hayamos amado a Dios, sino que él nos amó
primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados. 11 Queridos, si Dios nos
amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos mutuamente12 A Dios no lo ha
visto nadie jamás, pero si nos amamos unos a otros, Dios está entre nosotros y su amor
da todos sus frutos entre nosotros. 13 Y ¿cómo sabemos que permanecemos en Dios y él
en nosotros? Porque nos ha comunicado su Espíritu.
14 Pero también hemos visto nosotros, y declaramos, que el Padre envió a su Hijo como

Salvador del mundo. 15 Quien reconozca que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece
en él y él en Dios. 16 Por nuestra parte, hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y
hemos creído en él. Dios es amor: el que permanece en el amor, permanece en Dios y
Dios en él.
17 Cuando el amor alcanza en nosotros su perfección, miramos con confianza al día del

juicio, porque ya somos en este mundo como es El. 18 En el amor no hay temor. El amor
perfecto echa fuera el temor, pues hay temor donde hay castigo. Quien teme, no conoce
el amor perfecto. 19 Amemos, pues, ya que él nos amó primero. 20 Si uno dice «Yo amo
a Dios» y odia a su hermano, es un mentiroso. Si no ama a su hermano, a quien ve, no
puede amar a Dios, a quien no ve. 21 Pues este es el mandamiento que recibimos de él:
el que ama a Dios, ame también a su hermano.

(1 Pedro 5)7 Depositen en él todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes.

(Exodo 34) 6 y El pasó delante de Moisés diciendo con voz fuerte: «Yavé, Yavé es un
Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y en fidelidad. 7 El
mantiene su benevolencia por mil generaciones y soporta la falta, la rebeldía y el
pecado, pero nunca los deja sin castigo; pues por la falta de los padres pide cuentas a sus
hijos y nietos hasta la tercera y la cuarta generación.»

(Jeremías 1)5 «Antes de formarte en el seno de tu madre, ya te conocía; antes de que tú


nacieras, yo te consagré, y te destiné a ser profeta de las naciones.»

(Jeremías 31) 3 «Con amor eterno te he amado, por eso prolongaré mi cariño hacia ti. 4
Volveré a edificarte y serás reedificada, virgen de Israel. 5 De nuevo lucirás tu belleza
bailando, alegremente, con tus panderetas. De nuevo plantarás viñas en los cerros de
Samaria, como antes las plantaban los viñadores y las cosechaban.

(Isaías 30) 18 Yavé está esperando el momento para perdonarlos; se levantará y tendrá
piedad de ustedes, pues Yavé es un Dios justo y ¡felices los que en él esperan! 19 Sí,
pueblo de Sión, que vives en Jerusalén, ya no llorarás más. El se compadecerá de ti al
sentir tus lamentos, lo llamarás y te atenderá. 20 Después que el Señor les haya dado el
pan del sufrimiento y el agua de la aflicción, él, que es su educador, ya no se ocultará
más y ustedes verán al que les educa. 21 Cuando tengan que tomar el camino ya sea a la
derecha o a la izquierda, tus oídos oirán sus palabras resonar detrás de ti: «Este es el
camino que deben seguir».

(Isaías 62) 1 -5 Por amor a Sión no me callaré, por amor a Jerusalén no descansaré,
hasta que irrumpa su justicia como una luz radiante y su salvación, como una antorcha
encendida. 2 Las naciones contemplarán tu justicia y todos los reyes verán tu gloria;
y tú serás llamada con un nombre nuevo, puesto por la boca del Señor. 3 Serás una
espléndida corona en la mano del Señor, una diadema real en las palmas de tu Dios.
4 No te dirán más “¡Abandonada!”,  ni dirán más a tu tierra “¡Devastada! sino que te

llamarán “Mi deleite”, y a tu tierra “Desposada”. Porque el Señor pone en ti su deleite


y tu tierra tendrá un esposo. 5 Como un joven se casa con una virgen, así te desposará el
que te reconstruye; y como la esposa es la alegría de su esposo, así serás tú la alegría de
tu Dios.

, (Isaías 43)1 Y ahora, así te habla Yavé, que te ha creado, Jacob, o que te ha formado,
Israel. No temas, porque yo te he rescatado; te he llamado por tu nombre, tú eres mío. 2
Si atraviesas el río, yo estaré contigo y no te arrastrará la corriente. Si pasas por medio
de las llamas, no te quemarás, ni siquiera te chamuscarás. 3 Pues yo soy Yavé, tu Dios,
el Santo de Israel, tu Salvador. Para rescatarte, entregaría a Egipto Etiopía y Saba, en
lugar tuyo. 4 Porque tú vales mucho a mis ojos, yo doy a cambio tuyo vidas humanas;
por ti entregaría pueblos, porque te amo y eres importante para mí. 5 No temas, pues, ya
que yo estoy contigo.

(Isaías 46) 3 «Escúchenme, gente de Jacob, todos los que sobreviven de Israel: a los
que crié desde su nacimiento y de los que me hice cargo desde el seno materno. 4 Hasta
su vejez yo seré el mismo, y los apoyaré hasta que sus cabellos se pongan blancos. He
cargado con ustedes, y seguiré haciéndolo, los sostendré y los libertaré. 5 ¿Con quién
podrán compararme o equipararme? ¿Encontrarán uno igual o semejante a mí?

(Isaías 49)13¡Cielos, griten de alegría! ¡Tierra, alégrate! Cerros, salten y canten de gozo
porque Yavé ha consolado a su pueblo y se ha compadecido de los afligidos.14 Y Sión
decía: «Yavé me ha abandonado y el Señor se ha olvidado de mí.» 15 Pero, ¿puede una
mujer olvidarse del niño que cría, o dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pues bien,
aunque alguna lo olvidase, yo nunca me olvidaría de ti. 16 Mira cómo te tengo grabada
en la palma de mis manos. y nunca dejé de pensar en tus murallas: 17 ya llegan tus
reconstructores, mientras que tus demoledores y los que te arruinaron se van.

(Isaías 53) 4 Sin embargo, eran nuestras dolencias las que él llevaba, eran nuestros
dolores los que le pesaban. Nosotros lo creíamos azotado por Dios, castigado y
humillado, 5 y eran nuestras faltas por las que era destruido nuestros pecados, por los
que era aplastado. El soportó el castigo que nos trae la paz y por sus llagas hemos sido
sanados. 6 Todos andábamos como ovejas errantes, cada cual seguía su propio camino, y
Yavé descargó sobre él la culpa de todos nosotros. 7 Fue maltratado y él se humilló y no
dijo nada, fue llevado cual cordero al matadero, como una oveja que permanece muda
cuando la esquilan. 8 Fue detenido, enjuiciado y eliminado ¿y quién ha pensado en su
suerte? Pues ha sido arrancado del mundo de los vivos y herido de muerte por los
crímenes de su pueblo.

(Isaías 54) 7 Te había abandonado un momento, pero con inmensa piedad yo te vengo a
reunir. 8 En unos momentos de ira te oculté mi rostro, pero con amor que no tiene fin
me apiado de ti, - dice Yavé, que te viene a rescatar. 9 Voy a hacer como en el diluvio
de Noé, cuando juré que las aguas no pasarían más sobre la tierra. Así juro yo no
enojarme más contigo ni amenazarte nunca más. 10 Los cerros podrán correrse y
bambolearse las lomas; mas yo no retiraré mi amor, y mi alianza de paz contigo no se
bamboleará, - dice Yavé, que se compadece de ti.

. (Cantar de los Cantares 8)6 Guárdame en tu corazón como tu sello o tu joya,


siempre fija a tu muñeca. porque es fuerte el amor como la muerte, y la pasión, tenaz
como el infierno; sus flechas son dardos de fuego, como llama de Yavé.
7 ¿Quién apagará el amor? No lo podrán las aguas embravecidas, vengan los torrentes,

¡no lo ahogarán! Si alguien quisiera comprar el amor con todo lo que posee en su casa,
sólo conseguiría desprecio

(Salmos 102) 20 Pues se inclinó de lo alto de su santuario, desde los cielos miró el Señor
a la tierra 21 para escuchar el gemido del cautivo y liberar a los condenados a muerte,
(Salmos) 103) 3 El perdona todas tus ofensas y te cura de todas tus dolencias.
4 El rescata tu vida de la tumba, te corona de amor y de ternura.
5 El colma de dicha tu existencia y como el águila se renueva tu juventud.
6 El Señor obra en justicia y a los oprimidos les da lo que es debido.
7 Reveló sus caminos a Moisés y a los hijos de Israel sus proezas.
8 El Señor es ternura y compasión, lento a la cólera y lleno de amor;
9 si se querella, no es para siempre, si guarda rencor, es sólo por un rato.
10 No nos trata según nuestros pecados ni nos paga según nuestras ofensas.
11 Cuanto se alzan los cielos sobre la tierra tan alto es su amor con los que le temen.
12 Como el oriente está lejos del occidente así aleja de nosotros nuestras culpas.
13 Como la ternura de un padre con sus hijos es la ternura del Señor con los que le

temen.
14 El sabe de qué fuimos formados, se recuerda que sólo somos polvo.
15 El hombre: sus días son como la hierba, él florece como la flor del campo;
16 un soplo pasa sobre él, y ya no existe y nunca más se sabrá dónde estuvo.
17 Pero el amor del Señor con los que le temen es desde siempre y para siempre;

(Salmos 138) 3 El día en que clamé, me respondiste y aumentaste la fuerza en mi alma.


4Te darán gracias, Señor, todos los reyes de la tierra, cuando oigan las palabras de tu

boca,5 celebrarán los caminos del Señor: "¡Es muy grande la gloria del Señor!"
6 Desde arriba el Señor ve a los humildes y de lejos distingue al orgulloso.
7 Si en medio de angustias caminare tú me harías vivir; con tu mano paras al enemigo y

tu diestra me salva..
8 El Señor lo hará todo por mí, Señor, tu amor perdura para siempre, no abandones la

obra de tus manos.

(Oseas 2)16 Por eso ahora la voy a conquistar, la llevaré al desierto y allí le hablaré a su
corazón. 17 Le devolveré sus viñas, convertiré el valle de la Mala Suerte en un lugar de
esperanzas. Y allí ella me responderá como cuando era joven, como en los días en que
subió de Egipto. 18 Aquel día, dice Yavé, ya no me llamarás más «Señor mío», sino que
me dirás «Marido mío». 19 Sacaré de su lengua los nombres de los baales, para que ya
no se acuerde de esos nombres. 20 Ese día haré un pacto con las fieras salvajes, con las
aves de rapiña y las serpientes de la tierra, para que no le hagan daño. Romperé el arco y
la espada, alejaré de su tierra la guerra, y haré que la gente duerma segura ahí. 21 Yo te
desposaré para siempre. Justicia y rectitud nos unirán, junto con el amor y la ternura, 22
Yo te desposaré con mutua fidelidad, y conocerás quién es Yavé.

.
(Oseas 11)1 Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo.
2 Pero mientras los llamaba, más se alejaban de mí. Ofrecieron sacrificios a los baales y
quemaron incienso ante los ídolos.
3 Yo, sin embargo, le enseñaba a andar a Efraím, sujetándolo de los brazos, pero ellos

no entendieron que yo cuidaba de ellos.


4 Yo los trataba con gestos de ternura, como si fueran personas. Era para ellos como

quien les saca el bozal del hocico y les ofrece en la mano el alimento.
. (Oseas 14) 5 - Yo sanaré su infidelidad, los amaré con todo el corazón pues ya no
estoy enojado con ellos. 6 Yo seré para Israel como el rocío; florecerá como una azucena
y extenderá sus raíces como el árbol del Líbano. 7 Sus retoños brotarán por todas partes,
tendrá como el olivo mucha prestancia y será su perfume como el del Líbano. 8
Volverán a sentarse bajo mi sombra; serán vigorosos como el trigo, y les brotarán flores
como a la vid; serán tan renombrados como los vinos del Líbano

(Deuteronomio 7) 6 Eres un pueblo consagrado a Yavé, tu Dios. Yavé te ha elegido de


entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que seas su propio pueblo.
7 Yavé se ha ligado a ti, y te ha elegido, no por ser el más numeroso de todos los

pueblos (al contrario, eres el menos numeroso). 8 Más bien te ha elegido por el amor
que te tiene y para cumplir el juramento hecho a tus padres. Por eso Yavé, con mano
firme, te sacó de la esclavitud y del poder de Faraón, rey de Egipto. 9 Reconoce, pues,
que Yavé, tu Dios, es «el» Dios. Es el Dios fiel, que guarda su Alianza y su misericordia
hasta mil generaciones a los que lo aman y cumplen sus mandamientos,

(Zacarías 2) 12 «El que a ustedes los toca me pega en la pupila del ojo.
25 Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocía, y éstos a su vez han

conocido que tú me has enviado.


26 Yo les he dado a conocer tu Nombre y se lo seguiré dando a conocer, para que el

amor con que tú me amas esté en ellos y también yo esté en ellos

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