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PSICOTERAPIA

FAMILIAR
CONJUNTA
Virginia Satir 2a. edición
-rt&rwr .* . t ..................

BSsri
ediciones científicas LA PRENSA MEDICA MEXICANA,
.1 S. A. deC. V
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"Sistema ae □ iui lu^a

D.R. © 1986, ediciones científicas La PRENSA MÉDICA MEXICANA, S. A.


Paseo de las Facultades 26, Copilco-Universídad, Coyoacan 04360,
México, D. F.

Registro de la Cámara Nacional de la Industria Editorial 00106

ISBN 968-435-105-4 (Segunda edición)

Primera edición
D.R. © 1980, C. Amor S., La Prensa Médica Mexicana Paseo de las
Facultades 26,
México, 20, D. F. • 6 / 6 . &'9
ISBN 968-435-027-9

Titulo original en ingles:


CONJOINT FAMILY THERAPY
Copyright © 1983, Science and Behavior Books, Inc. Palo Alto,
California, E.U.A.

Traducido por el doctor Leopoldo Chagoya Beltrán y la terapeuta familiar


Charlotte Birrell de Chagoya

la. reimpresión, 1989

Impreso en México Ediciones Copilco, S.


A.
Alfonso Pruneda 77, Copilco El Alto,
Coyoacan 04360, México^ D. F.
mmmm®

PRÓLOGO / VII AGRADECIMIENTOS / XI


¡ CLAVE DE LAS ABREVIATURAS / xm

"Parte uno: Teoría familiar


—--(1^ Por qué existe la psicoterapia familia^ , * -
2 B^ja autoestimación y selección de compañero / 8 -
**3 Las diferencias individuales y los desacuerdos J 12
Tensiones que afectan a la familia moderna Á 22 5 La desilusión
conyugal y sus consecuencias paia el niño / 30

é Lo que todos los niños necesitan pira tener autoestimación /


49 ÉTtHángulo familiar. Un paréntes^ breve / ¡52

Parte dos: Teoría de la comunicación i J


"8 Comunicación: un proceso de darW recibir información / 7t w9
Comunicación: un proceso verbalty no verbal de solicitar algo el receptor
/ 83 J

Parte ares: Teoría y práctica de la psicoterapia


10 y Conceptos de la psicoterapia / 101 )l if Iiíiciación del tratamiento /
120 1®^ Cómo usar una cronología de la vid4 familiar / 126 |l3 Cómo
incluir a los niños en la psicot&apia familiar / 156 Ll4 El papel y la
técnica del terapeuta / 182 15 Cómo se integran los modelos y las
disciplinas / 204

V
VI CONTENIDO
4
Parte cuatro: Cuando me encuentro con una perdona / 219

Paite cinco: Cómo involucrar al macrosistema / 236


Nota de la autora / 246 Referencias / 249 Indice de materias / 258
PROLOGO a la lereem edición en inglés

Bienvenidos a la tercera edicipn de Psicología familiar conjunta


que es al mis*n©> tieiaapa una revisión» y \m> vetóculo para
nuevo material. Las tres primeras partes (del libro original)
permanecen iguales en su mayor parte excepto por el 1 capítulo 12
“Cómo usar una cronología «te ía vida familiar” que acámente y
modfficpé ligeramente, y el capítulo 15 „„Cómo integrar modelos y
disciplinas” que actualicé.
La Parte cuatro, “Cuando me encuentro con una persona,” es
un relato subjetivo de mi entrevista iniciad con una familia, y
constituye la respuesta a muchas de las preguntas que a menudo
me hacen; creo C|wt hs& terapeutas, se interesarán bastante en ese
capítulo* que también es un puente hacia mi libro siguiente
Pe®fiMmaémg (que se publicó en español con el título Relaciones
humanas en el núcleo familiar ). Las posturas y las pautas de
comunicación que describo en People - ttmking tienen un papel
impostante em mis percepciones iniciales respecto a esa familia.
Tan pronto como detecto esas posturas de comunicación puedo
diseñar ejercicios o intervenciones apropiadas. Una vez que los
miembros de la familia se dan cuenta de sus propias posturas, se les
atare la puerta hacia el cambio.
PROLOGO IX

En la Parte cinco describo una innovadora dimensión de mi


experiencia en la psicoterapia familiar. Así como este libro
originalmente surgió de la idea, entonces revolucionaria, de que los
individuos pueden recibir tratamiento en presencia de su familia, la
parte “Cómo involucrar al macrosistema” relata una experiencia en
la cual traté a 60 familias era el contexto de su comunidad. El
gobierno del „estado de Virginia patrocinó ese proyecto y continúa
estudiando la evolución de las familias^ de modo que mi relato no es
un análisis final. Más bien describo mi entusiasmo acerca del
enfoque terapéutico y el trabajo que llevé a cabo pon nueve colegas
en equipo. Los resultados de ese estudio implicarán muchas nuevas
ideas para los terapeutas
vil
familiares, y tal vez los lectores tomen en cuenta la posibilidad de
usar el enfoque de “macrosistemas” cuando tengan la oportunidad.
Una Nota de la autora y una nueva lista de referencias
completan esta nueva edición. La Nota describe otros elementos
que he elaborado para enseñar psicoterapia y cómo utilizarlos junto
con este libro. También describo ahí lo que es Avanta (un
programa de entrenamiento que yo he creado).
Este libro se concibió ante la demanda de material de
enseñanza para un curso de dinámica familiar que impartí a los
residentes de psiquiatría en el Illinois State Psychiatric Institute
en Chicago, 111., de 1955 a 1958. Desde entonces, muchos de mis
colegas en las especialidades de medicina, psiquiatría, psicología,
trabajo social, enfermería, educación, antropología y sociología, han
expresado interés en mis programas de adiestramiento en
psicoterapia familiar, y me han animado a ampliar mi plan inicial
de enseñanza y ponerlo en forma de libro. Este tomo es el resultado
de dicho interés y representa las conclusiones a que he llegado,
hasta la fecha, sobre el difícil y retador tema de la psicoterapia
familiar conjunta.
Personas que consideran la conducta como un resultado de la
experiencia interaccional, además de las fuerzas intrapsíquicas,
han hecho muchas contribuciones importantes al uso de la familia
como unidad terapéutica. Yo fui de quienes observaron a la persona
calificada como “esquizofrénica” en presencia de su familia , en
lugar de darle un tratamiento individual.
El origen de mi teoría y práctica particulares surgió de una
nueva apreciación del significado de lo que me decían los parientes
acerca del “paciente” que yo estaba viendo. Esas llamadas tenían, a
Vili PROLOGO

primera vista, la forma de quejas acerca del paciente, o de mi


manera de manejarlo, o èran informes acerca de cosas que ellos
pensaban que yo debía saber. En la práctica psicoterapèutica
tradicional me enseñaron a ver todos los intentos de un pariente
para comunicarse con el terapeuta como un obstáculo
potencialmente peligroso para la relación terapéutica. Cuando
empecé a tratar de entender el sentido de esas llamadas, vi que
contenían cuando menos dos mensajes: uno acerca del dolor o los
problemas que el familiar observaba en el paciente, y otro acerca
del dolor y los problemas que él mismo sufría.
El siguiente paso fue comprender que la llamada no solamente
contenía una oferta de ayuda al paciente, sino también, ál mismo
tiempo, una petición de ayuda para el familiar. Entonces ya fue im-
posible ignorar que existía una relación esencial entre el páciente y
su familia. Aunque ya sabía esto a cierto nivel, ahora se volvía
explícito. La conducta de cualquier individuo es una respuesta a
una compleja serie de “reglas” metódicas y predecibles que
gobiernan su grupo familiar, aunque dichas reglas puedan no ser
conocidas conscientemente por él o por su familia. Desde este punto
de vista, podemos dejar de seguir considerando que las actividades
de los parientes sólo son peligrosas; también podemos ver dichas
actividades como fuerzas que ayudan al crecimiento, y como
indicadores del poder de las transacciones en la interácción que es
parte del proceso que da forma a la conducta de los individuos que
constituyen un sistema familiar.
La mayoría de los terapeutas familiares de hoy están más o
menos de acuerdo en cómo operan los sistemas familiares. No
obstante, en la actualidad hay amplias diferencias en los métodos
que se usan para modificar dichos sistemas. De hecho, en la época
actual —30 años después de que la psicoterapia familiar apareció—
oímos hablar de “escuelas” de tratamiento familiar. Ha surgido una
situación similar a la de los días en que el estudiante de la conducta
humana tenía que escoger si seguía a Freud, Jung o Adler. En ese
tiempo, hace 40 años, se consideraba poco profesional utilizar
cualquier idea que no fuera parte de uno de los métodos o enfoques
“con un líder.” Era malo ser ecléctico. En la actualidad no somos tan
rígidos. La última palabra sobre la psicoterapia familiar todavía no
se ha dicho. Compete a todos nosotros continuar siendo estudiantes.
Recomiendo que nos demos la libertad de mirar en todas direcciones
y utilicemos lo que parezca útil. Creceremos, así, de manera
continua.
Con este criterio, quiero subrayar el hecho de que considero este
PROLOGO IX

libro como un marco de conceptos en tomo al cual el lector podrá


organizar sus propios datos e impresiones, sin memorizarlo o
seguirlo como si fuera un libro de recetas de cocina. Simplemente
sugiero rutas. Ante cada situación, el mejor enfoque será dictado
por las circunstancias de la misma. Es muy importante que los
terapeutas sean flexibles y se sientan con libertad de adoptar
cualquier idea necesaria y apropiada, dado el caso.
Este libro intenta, en primer lugar, preparar a los estudiantes
para trabajar eficazmente en la psicoterapia familiar y refrescar la
memoria de los “viejos profesionistas” acerca de partes fáciles de
olvidar. Por esta razón, conservé el estilo informal del manual de
adiestramiento de donde se originó el libro. En el momento actual,
la psicoterapia familiar se ha explorado más. Hemos progresado
mucho en comprender cómo operan los sistemas familiares, y espero
que este libro sirva también de catalizador para hacer innovaciones
en la práctica clínica y en la investigación.

VIRGINIA S. SATIR
XII AGRADECIMIENTOS

AGRADECIMIENTOS

La evolución de este libro y de las ideas que contiene es un ejemplo


concreto de que nadie se desarrolla solo. Doy, por lo tanto, a todas las
personas con quienes he tenido la experiencia de una interacción a lo
largo de mi vida, gracias por el enriquecinliento que me han dado.
La gente que ha. elegido participar en mis seminarios de entrena-
miento, o me ha invitado como consultante en los Estados Unidos y en
cuatro continentes, me ha hecho preguntas que han constituido
múltiples oportunidades enriquecedoras para aclarar mis ideas. Deseo
expresar especial agradecimiento a las personas que han aceptado mis
servicios terapéuticos durante los últimos 40 años. Sin ellas, no
hubiera yo tenido manera de saber si mis ideas son relevantes.
Mientras enseñé en el Illinois State Psychiatric Institute, en
Chicago, Illinois, recibí gran apoyo del doctor Kalman Gyarfas,
entonces director del Instituto, y de la señorita Pauline Peters,
directora de trabajo social en el Hospital Estatal de Chicago, en donde
se albergó el Instituto cuando 'recién se había formado. Mi gratitud
para el doctor Gyarfas y la señorita Peters.
Mis ideas originales cambiaron y se enriquecieron durante' el es-
trecho contacto profesional que tuve con el doctor Don Jackson, con
Gregory Bateson, Jay Haley y John Weakland, con los doctores
William Fry, Jules Riskin y Robert Spitzer, y con otros miembros del
Mental Research Institute en Palo Alto, California.
Deseo expresar mi aprecio a muchos de mis colegas, también de-
dicados al interesante trabajo de estudiar la interacción familiar y su
relación con el desarrollo de la salud y la enfermedad, por haber es-
tado dispuestos a ofrecenhe los hallazgos de sus investigaciones.
Entre ellos destacan los doctores Murray Bowen, Warrei* Brodey,
Víctor JFreeman, S. Minuchin, E. Auerswald, Otto Pollak, Eric Beme
y S.
I. Hayakawa.
Además, me gustaría agradecer la generosa ayuda económica que
para la primera edición de este libro me dieron las siguientes funda-
ciones: el National Institute of Mental Health me otorgó su Pequeña
Subvención y una subvención para Entrenamientos; la señora H. L.
Mclntyre me concedió una donación de la Fundación Robert G.
Wheeler, y la Fundación de la familia de Louis W. y Maud Hill me dio
una subvención para el Proyecto Familiar.
La primera edición no hubiera existido sin la capaz ayuda de
Barbara Francisco, quien pasó muchas horas, durante dos años, escu-
chando las grabaciones de mis clases y mis sesiones de tratamiento,
con objeto de dar coherencia al material. Mis especiales gracias para
Lynn Hoffman, quien aplicó su excelente habilidad editorial para dar
al manuscrito su forma final, y para Camille Ball, quien voluntaria-
mente ayudó a mecanografiar el manuscrito. También quiero agra-
decer a Dee Barlow Krueger su contribución al preparar y escribir la
edición corregida.
Desde que se publicó este libro por primera vez, he viajado por
muchos países y he compartido experiencias con muchas personas. Me
siento agradecida con todas ellas, y en particular con Ruth Topping,
Fritz Perls, Michael Murphy y Richard Price.
Conforme mi experiencia en diversas partes del mundo se ha
vuelto más amplia, profunda y prolongada, he tenido el privilegio de
entrar en contacto con los nuevos líderes en el campo de la salud
integral, quienes han abierto mis ojos a panoramas que nunca antes
soñé. Entre los individuos que de manera especial me han influido,
informado y estimulado para descubrir nuevos hechos y posibilidades,
destacan el doctor Brugh Joy, el doctor en filosofía Ken Pelletier, los
doctores Irving Ogle, Norman Shealy, Cari Simón ton, Stephanie
Simonton, Elisabeth Kubler-Ross, Al Huang, Stan Grof9 los doctores
en filosofía Bob Omstein, Lama Govinda, Alyce y Elmer Green, Jack
Schwarz, Ida Rolf, Fredrik Lionel, Karl Pribram y Marcel Vogel.
Quiero dar gracias en especial al doctor Robert Spitzer y a su com-
petente editor Rain Blockley, por arrearme literalmente para que
encontrara yo el tiempo de revisar esta edición.
Finalmente, quiero expresar mi profunda gratitud a los miembros
de Avanta y de la Red Internacional de Recursos para el Aprendizaje
Humano {International Human Learning Resources Network :
ihlrn) , por el apoyo y el estímulo que me ofrecieron al unirse al sueño de
lograr un método para ayudar a la gente a convertirse en seres
humanos más completos.
CLAVE DE LAS ABREVIATURAS

Las siguientes abreviaturas sé usarán en todo el texto.


PI = Paciente identificado
T = Terapeuta Eo = Esposo
Ea == Esposa P = Padre M
= Madre Ho = Hijo Ha =
Hija

Las referencias que se citan están incluidas en la bibliografía nu-


merada. En el texto, dichas fuentes de información están indicadas
por su respectivo número para que el lector las encuentre con faci-
lidad en la lista final de referencias.
\
I
PSICOTERAPIA
FAMILIAR
CONJUNTA

2a. edición
f

'

.1
PARTE 1
TEORIA FAMILIAR

\lstx fó-V IO I J

¿POR QUE EXISTE LA PSICOTERAPIA FAMILIAR?

1. Los psicoterapeutas familiares se ocupan del dolor de la


familia.
a) Cuando una persona dentro de una familia (el paciente)
sufre de algo que se manifiesta en síntomas, todos los
miembros de la familia sienten ese dolor de alguna manera.
b) Muchos psicoterapeutas han encontrado útil llamar al
miembro que tiene el síntoma “paciente identificado,” o
“PI,” en lugar de llamarlo como lo hace la familia “el
enfermo,” “el raro,” o “el culpable.”
c) El psicoterapeuta hace esto porque considera que los
síntomas del paciente identificado cumplen una función
familiar y también una función individual.

2. Numerosos estudios han demostrado que la familia se


comporta
como si fuera una unidad. En 1954 Jackson introdujo el término
“homeostasis familiar” para designar esta conducta. 39
a) Según el concepto de homeostasis familiar, la familia actúa
como si deseara obtener un equilibrio en las relaciones.
b) Los miembros ayudan a mantener este equilibrio en forma
abierta y en forma encubierta.
c) Las pautas de comunicación de la familia, repetitivas, circu-
lares y predecibles, revelan este equilibrio.
d) Cuando la homeostasis familiar es precaria, los miembros
hacen un gran esfuerzo para mantenerla.

3. La relación conyugal influye en la homeostasis familiar.


a) La relación conyugal es el eje en tomó al cual se forman to-
das las otras relaciones familiares. Los esposos son los “ar-
quitectos” de la familia.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

b) Una relación conyugal penosa tiende a producir acciones pa-


reritales disfuncionales.

4. El paciente identificado es el miembro de la familia a quien


más obviamente afecta la relación conyugal penosa y quien
está más sujeto a las acciones ¡parentales disfuncionales.
a) Los síntomas del PI son un “S.OjSL” para que alguien
ayude a aliviar el dolor de sus padres y resuelva el
desequilibrio familiar resultante.
b) Los síntomas son un mensaje que revela que el PI está
distorsionando su propio crecimiento como resultado de sus
intentos de aliviar y absorber el dolor <de sus padres.

5. Hay muchas formas de tratamiento que alguieñ designa como


“psicoterapia familiar” pero que difieren de la definición que se
presentará aquí; se trata de enfoques que se orientan
principalmente hacia los miembros de la familia como
individuos, y no hacia toda la familia como una unidad.
Ejemplos de estos enfoques son:
a) Cada miembro de la familia puede tener su propio
terapeuta.
b) O bien los miembros de la familia comparten el mismo tera-
peuta, pero éste ve a cada miembro separadamente.
c) O bien el paciente tiene un terapeuta que ocasionalmente
ve a los otros miembros de la familia, “en beneficio” del
paciente.

6. Un grupo cada vez mayor de observaciones clínicas ha llevado


a la conclusión de que la psicoterapia familiar tiene que
orientarse hacia la familia como un todo. Esta convicción
inicialmente se apoyó en observaciones que mostraban cómo
los miembros de la familia responden al tratamiento individual
de unp de los suyos etiquetado como “esquizofrénico.” No
obstante, estudios posteriores mostraron que familias con un
miembro delincuente respondían en formas similares al
tratamiento individual de ese miembro. En ambos casos se
observó que:
/aj") Otros miembros de la familia interferían en el tratamiento
individual del miembro “enfermo,” trataban de volverse parte de
dicho tratamiento o lo saboteaban, como si la familia tuviera
interés en mantener la enfermedad de esa persona. /"&}) A
menudo el paciente hospitalizado o encarcelado empeora- x ba o
mostraba regresión después de que lo visitaban miembros de su
POR QUE EXISTE LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 3

familia, como si la interacción familiar tuviera una influencia


directa sobre sus síntomas.
c) Otros miembros de la familia empeoraban conforme el paciente
mejoraba, como si la enfermedad en uno de ios miembros fuera
esencial para la manera de funcionar de la familia.

Estas observaciones hicieron que muchos psiquiatras e investiga-


dores con orientación individual revaluaran y cuestionaran ciertos
postulados.109»I10'114>140‟142
a) Notaron que cuando se veía al paciente como la víctima de su
familia, era fácil sofareidentificarse con él y sobreprotegerlo,
ignorando el hecho de que :
« Los pacientes son igualmente adeptos a victimar a su vez a
otros miembros de la familia.
« Los pacientes ayudan a perpetuar su papel de “el enfermo,”
“el diferente” o “el culpado.”
b) Notaron que se le daba gran peso a la transferencia como me-
dio de lograr el cambio.
« No obstante,, tal vez una gran parte de lo que en el paciente
se llamaba transferencia era, en realidad, una reacción apro-
piada a la conducta del terapeuta en la situación terapéutica
irreal y no interactiva.
« Además, había una mayor posibilidad de que la situación
terapéutica perpetuara la patología, en vez de presentar un
nuevo estado de cosas que introdujera dudas acerca de las
viejas percepciones.
« Si una parte de la conducta del paciente representaba, en
efecto, una transferencia (es decir, su forma característica de
relacionarse con su madre y su padre) ¿por qué no habría de
ayudar el terapeuta al paciente a lidiar con la familia más
directamente, viendo tanto al enfermo como a la familia
juntos?
c) Notaron que el terapeuta tendía a interesarse más en las
fantasías del paciente que en su vida real; pero que incluso
cuando los terapeutas se interesaban en la vida real del
paciente, mientras lo trataran sólo a él, tenían que basarse en
su versión de los hechos o esforzarse por adivinar qué estaba
sucediendo en realidad.
d) Notaron que, al tratar de cambiar la forma de funcionar de un
miembro de la familia, en realidad estaban tratando de
cambiar la forma de funcionar de toda la familia.
« Esto hacía que la carga de convertirse en un agente de
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

cambio familiar cayera sobre el paciente exclusivamente


y no sobre todos los miembros de la familia.
« El paciente ya era el miembro de la familia que estaba
tratando de cambiar la forma de actuar de todos, de modo
que cuando se le instaba urgentemente a que aumentara
sus esfuerzos, sólo se lograba que el paciente recibiera
críticas más intensas de toda la familia y, por ende, se
sintiera más agobiado y menos capaz.

8. Aparte de todas estas observaciones, una vez que los


terapeutas empezaron a ver a toda la familia junta, se
revelaron otros aspectos de la vida familiar que producían
síntomas y que en su mayor parte se habían ignorado. Otros
Jrivestigadores de la interacción familiar fueron haciendo
descubrimientos similares. Según Warren Brodey, los esposos
actúan en forma diferente con el hijo normal que con el hijo
que padece algún síntoma:27
... los padres en presencia del hijo “normal” pueden relacionarse con una
libertad, flexibilidad y amplitud de percepción difíciles de creer, si se
comparan con las limitaciones que existen en la relación entre los mismos
padres cuando están con el hijo sintomático. Las formas patológicas de re-
lación parecen concentrarse en el contacto con el miembro afectado. Uno
se pregunta cómo es que esto ha sucedido.

9. No obstante, los psiquiatras que cada vez se dedicaron más a la


psicoterapia familiar no fueron los primeros en reconocer la
naturaleza interpersonal de la enfermedad mental, Sullivan y
Fromm- Reichmann, junto con muchos otros psiquiatras,
psicólogos y trabajadores sociales, habían sido pioneros en esta
área de descubrimientos. El Movimiento de Orientación
Infantil (Child Guid - anee) fue otro adelanto importante que
ayudó a romper la tradición de señalar a sólo un miembro de la
familia como acreedor a tratamiento.41
a) Los terapeutas del Movimiento de Orientación Infantil in-
cluían tanto a la madre como al niño en el tratamiento,
aunque tendían a ver a la madre o al niño en sesiones tera-
péuticas separadas.
b) Estos terapeutas también reconocieron cada vez más la
importancia de incluir al padre en la psicoterapia, aunque
les era difícil entrar en contacto con él y en general no
lograban interesarlo en el proceso del tratamiento.
« De acuerdo con sus informes, el padre sentía que dar cui-
dados parentales era más el trabajo de su esposa que el
POR QUE EXISTE LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 5

suyo; si el niño actuaba en forma perturbada, era a la ma-


dre a quien se debía ver.
« Los terapeutas del Movimiento de Orientación Infantil, en-
focados como estaban hacia la madre y el niño, tendían a
estar de acuerdo con el razonamiento del padre, de manera
que no les era fácil convencerlo de que su papel en la familia
era importante para la salud del niño.
« Las Clínicas de Orientación Infantil siguieron ocupándose
principalmente de “los cuidados maternos,55 aun cuando
cada vez se daban más cuenta de la importancia de “los
cuidados paternos.55 Además, incluyeran o no al padre en su
forma de pensár, continuaron enfocando su atención en el
esposo y la esposa como padres del niño y no como
compañeros. No obstante, se ha notado repetidas veces de
qué manera tan crítica la relación conyugal afecta los cui-
dados parentales. Por ejemplo Murray Bowen escribe:25

, El hallazgo más sorprendente fue que cuando los padres estaban cer- )
canos emocionalmente, más atentos uno al otro de lo que cualquiera ^de los
dos estaba en el paciente, éste mejoraba. Guando cualquiera de ¡los dos
padres se ocupaba emocionalmente más del paciente que del (cónyuge, el
paciente inmediata y automáticamente mostraba regresión. Cuando los
padres estaban cercanos emocionalmente, no se equivocaban en su “manejo”
del enfermo; éste respondía bien a la firmeza, al consentimiento, a los
castigos, a “hablar las cosas” o a cualquier otra forma de manejo. Guando los
padres estaban “emocionalmente divorciados,” cualquier “forma de manejo”
que se intentara era igualmente ineficaz.

Los terapeutas familiares han encontrado que es más fácil inte-


resar al esposo en la psicoterapia familiar que en la individual.
Eso se debe a que el terapeuta familiar mismo está convencido de
que los dos arquitectos de la familia deben estar presentes en las
entrevistas.
a) Una vez que el terapeuta convence al esposo de que es esencial
para el proceso terapéutico y de que nadie más puede hablar
por él ni tomar su lugar en el tratamiento o en la vida
familiar, participa sin reservas en el proceso.
b) La esposa (en su papel de madre) puede iniciar la psicoterapia
familiar, pero cuando el tratamiento ya está evolucionando, el
esposo empieza a involucrarse tanto como ella.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

c) La psicoterapia familiar parece tener sentido para toda la fa-


milia. El esposo y la esposa dicen: “Ahora, por fin, estamos
juntos y podemos llegar al fondo de esto.”
. Desde el primer contacto, los terapeutas familiares actúan basán-
dose en ciertas suposiciones de por qué un miembro de la familia
ha buscado ayuda terapéutica.
a) Habitualmente el primer contacto se hace porque alguien
fuera de la familia ha calificado a Juanito como anormal.
Este primer contacto probablemente lo hace una esposa an-
gustiada (vamos a llamarla María Pérez), que actúa su papel
de madre de un niño perturbado: Juanito. Puesto que el niño
está perturbado, ella, como mamá, debe ser la culpable.
b) Pero Juanito quizá ya exhibía perturbaciones de conducta
mucho antes de que alguien fuera de la familia lo calificara
de anormal.
c) Antes de que la persona de fuera (frecuentemente un maes-
tro) calificara a Juanito como perturbado, los miembros de la
familia Pérez probablemente habían actuado como si no
notaran la conducta del niño, que era apropiada puesto que
cumpflía una función familiar.
d) Habitualmente ocurre algún evento que precipita los sínto-
mas del niño, y éstos hacen que para los extraños se vuelva
obvio el hecho de que el niño está perturbado. Los incidentes
que pueden precipitar síntomas son:
« Cambios fuera de la familia nuclear: guerra, depresión eco-
nómica, etcétera.
« Cambios en las familias de los dos padres: enfermedad de la
abuela, problemas económicos del abuelo, etcétera.:
« Alguien entra o sale de la familia nuclear: la abuela viene a
vivir con ella, la familia toma un huésped, aumentan los
miembros porque nace otro niño, una hija se casa.
« Cambios biológicos: un niño llega a la adolescencia, la ma-
dre llega a la menopausia, el padre se hospitaliza.
« Cambios sociales importantes: un niño sale de la casa para
asistir a la escuela. La familia se cambia a un barrio
nuevo. El padre obtiene un ascenso en su trabajo, el hijo se
va a la universidad.
e) Estos eventos pueden precipitar síntomas porque ^requieren
que los esposos integren los cambios, y esto pone una tensión
extra sobre la relación marital; se necesita redefinir las rela-
ciones familiares y por lo tanto se afecta el equilibrio
familiar.
POR QUE EXISTE LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 7

/) La homeostasis familiar puede íftmcionar bien (o “ser ade-


cuada”) para los miembros durante algunos periodos de la vida
'familiar y no durante otros; los incidentes afectan a los
miembros en forma distiiíta en diferentes momentos. g) Pero si
un evento afecta a un miembro, todos se ven afectados en cierto
grado.

Después del primer contacto con María Pérez, el terapeuta puede


especular acerca de la relación entre ella y su esposo (a quien
vamos a llamar Pepe). Si se supone que una relación marital dis-
funcional es lo que principalmente contribuye a los síntomas dél
hijo, el terapeuta empezará por ocuparse de la relación entre los
esposos.
a) ¿Qué tipo de gente son María y Pepe? ¿De qué tipo de fa
milia provienen?
« Antes de casafse fueron dos personas distintas que venían de
diferentes ambientes familiares.
« Ahora son los arquitectos de una nueva familia que les
pertenece.
b) ¿Por qué entre toda la gente del mundo, se escogieron como
compañeros?
« La manera como se escogieron nos da pistas respecto a por
qué ahora están decepcionados uno del otro.
« La manera como expresan su decepción recíproca nos da
pistas respecto a por qué Juanito necesita tener síntomas a
fin de mantener reunida a la familia Pérez.
BAJA AUTOESTIMACION Y
SELECCION DE COMPAÑERO

Una persona con baja autoestimación tiene una gran sensación de


ansiedad e inseguridad acerca de ella misma.
a) Su autoestimación se basa en grado sumo en lo que cree que los
demás piensan de ella.
b) El depender de otros para autoestimarse lesiona su autonomía
e individualidad.
c) Disfraza su baja autoestimación en presencia de los demás, es-
pecialmente cuando quiere impresionarlos.
d) Su bajs, autoestimación proviene de sus propias experiencias al
crecer, que no le permitieron sentir que es bueno ser una
persona de un sexo en relación a otra del sexo contrario.
e) Nunca se separó .realmente de sus padres, es decir, nunca llegó
a una relación de igualdad con ellos.

Una persona con baja autoestimación tiene grandes esperanzas


acerca de lo que los demás pueden darle, pero también tiene gran-
des temores; está muy dispuesta a sufrir desilusiones y a descon-
fiar de la gente.
a) Cuando María y Pepe inicien su psicoterapia, el terapeuta tra-
tará de averiguar qué es lo que esperaban y qué es lo que te-
mían uno del otro en los principios de su relación como novios,
porque:
« No fue un accidente que se seleccionaran mutuamente como
compañeros: hubo algo que vieron en el otro, que parecía
satisfacer sus mayores esperanzas.
« También hubo algo que vieron en el otro (sin permitirse re-
conocerlo abiertamente) que pareció corroborar sus temores o
su desconfianza. El terapeuta observará cómo tratan de
inducir, uno en el otro, el comportamiento temido y esperado,
como si intentaran dar fin a la incertidumbre de una vez por
todas (como si estuvieran tratando de cumplir sus propias
profecías).
« Su relación marital, en muchos aspectos, duplicará o será
diametralmente opuesta a la relación que cada uno vio entre
sus propios padres.

Quizá María y Pepe, cada uno por su parte, vieron lo que espera-
ban que el otro podría darles, porque cada uno estaba actuando a
nivel de sus defensas y no a nivel de sus sentimientos internos.
a) Pepe parecía confiar en sí mismo y ser fuerte, pero, por dentro,
se sentía inseguro, sin apoyo y temeroso. Cuando María veía a
Pepe, podía decir: “He aquí una persona fuerte que me puede
cuidar.”
b) María parecía tener confianza en sí misma y ser resuelta y
locuaz, pero por dentro se sentía insegura, sin apoyo y teme-
rosa. Cuando Pepe veía a María, podía decir: “He aquí una
persona fuerte que me puede cuidar.”
c) Después de casarse, cada uno encontró que el otro no era la
persona fuerte que esperaba y, naturalmente; sintieron frus-
tración, decepción y enoj*o.

Uno puede preguntarse cómo María y Pepe se las arreglaron para


BAJA AUTOESTIMACION Y SELECCION DE COMPAÑERO 9

encontrar un compañero, si tenían tan baja autoestimación y tan


poca confianza en sí mismos.
a) Una vez que la pubertad sacó a flote su sexualidad adulta,
ambos se arriesgaron a tener una relación a pesar de todos sus
temores.
b) Al mismo tiempo estaban enamorados y esto, por lo menos en
esa época, aumentó su autoestimación e hizo que cada uno se
sintiera completo. Cada uno dijo: “Pareces apreciarme... Soy
afortunado en tenerte... Te necesito para sobrevivir. .. Soy
completo si estás junto a mí.”
c) Ambos acabaron por vivir para el otro y, al hacerlo, estable-
ciéron un^l!pacto de supemvencia ” Cada uno se dijo en pri-
vado: “Si se me acaban mis recursos, me apoyaré en tí.” “En
una emergencia, tú tendrás suficiente para bastamos a los dos.”
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

5. El problema fue que, cuando María y Pepe se escogieron como


compañeros, no hablaron de sus miedos.

a) Pepe temió que María no lo quisiera si se daba cuenta de lo


poco que él valía ( y viceversa).
« Fue cmm si Pepe se hubiera dicho a sí mismo en privado :
“No debo revelar que soy nada. Tampoco debo revelar el
hecho de que secretamente creo que todas las mujeres son
injustas, irracionales, sarcásticas* tercas y dominantes.
No debo revelar mi opinión de que la única manera de
sobrevivir con una mujer es ponerse en segundo plano y
dejarla que Ikíve la batuta.”
« Fue como si María se hubiera dicho a sí misma en privado
: “No debo revelar que soy nada. Tampoco debo, revelar
que en secreto creo que todos los hombres son tacaños,
irresponsables, indecisos, débiles y dejan a las mujeres
llevar todas las cargas. No debo revelar mi opinión de que
la única manera de sobrevivir con un hombre es estar
lista para echarse la carga sobre los hombros cuando él se
queje.”
b) No obstante, a pesar de lo que cada uno en privado esperaba
del otro, y a pesar de lo que secretamente cada uno pensaba
de sí mismo, ambos sintieron también que tenían que ser lo
que imaginaban -que el otro vio en ellos* porque cada uno
había hecho al otro responsable de la propia
autoestimación. € Cuando María le hizo saber a Pepe que
ella lo veía como
un hombre fuerte, al principio Pepe sintió que la percep-
ción de María le daba fuerza; él podía sentirse fuerte por-
que ella lo veía como a un hombre fuerte (y viceversa).
« Este tipo de relación puede mantenerse hasta que una
tensión ambiental, o la necesidad de tomar una decisión,
ponen en jaque la capacidad de Pepe y de María para
hacer frente a la crisis. Sólo en esos momentos, la fuerza
de alguno de los dos empieza a parecer como un
encubrimiento de la debilidad o como un acto de
dominancia.
c) Ni María ni Pepe pueden preguntar al otro qué es k> que
espera, qué es lo que anhela, ni qué es lo que teme, porque
ambos sienten que deberían ser capaces dp adivinar qué es
lo que pasa dentro de la piel del otro. (En otras palabras, es
como si ambos quisieran regir su vida por medio de una bola
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

de cristal.)
d) Puesto que cada uno actúa basado en la suposición de que
tiene que dar gusto al otro, ninguno puede revelar cuando el
BAJA AUTOESTIMACION Y SELECCION DE COMPAÑERO 11

otro le desagrada, ni reconocer directamente el desacuerdo o la


crítica. Actúan como si tuvieran que ser indistinguibles uno del
otro. Viven como si tuvieran el mismo sistema sanguíneo, o
como si la vida de ambos dependiera del mismo tubo de oxígeno.
Por ejemplo, una vez atendía a una pareja de esposos que a lo
largo de las primeras dos sesiones de psicoterapia se sentaron
ante la mesa con los brazos entrelazados, mientras que su hijo,
al experimentar la tragedia de toda la situación, estaba sentado
al otro lado de la mesa alucinando.

En efecto, María y Pepe se casaron para “recibir.”


a) Ambos querían que el otro estimara. (Ambos también deseaban
que la sociedad los aprobara: “Uno debe casarse. Ya triunfé.”)
b) Cada uno quería que el otro tuviera las cualidades de las que él
carecía (cualidades que cada uno trataba de convertir en parte
de sí mismo) .
c) Cada uno deseaba tener una extensión de sí mismo.
d) Cada uno deseaba que el otro fuera un progenitor omnipotente,
omnisciente, generoso y “bueno,” y deseaba evitar al progenitor
omnisciente, omnipotente y “malo.”
3
LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES Y
LOS DESACUERDOS

1. Cuando María y Pepe se casaron no se dieron cuenta de que


iban a tener que “dar” al mismo tiempo que recibían.
a) Cada uno sintió que no tenía nada que dar.
b) Cada uno sintió que no se le debía pedir que diera porque el
otro era una extensión del propio yo.
c) Si cualquiera de los dos daba, lo hacía con gran descontento,
o angustia, o con la sensación de un gran sacrificio, porque
ninguno de los dos en realidad esperaba recibir del otro.

2. Cuando María y Pepe descubren, después de casarse, que el


otro <T'es “diferente” de lo que cada uno esperaba durante el
noviazgo,
se desilusionan. Lo que ahora en realidad ven en el otro, son las
características de la vida de todos los días, durante 24 horas,
que habitualmente no se muestran durante el noviazgo; en
consecuencia, son características que no concuerdan con las
f expectativas que ambos tenían.
a) María se pone rizadores en el pelo antes de acostarse por la
noche.
b) María persistentemente sirve los frijoles demasiado cocidos.
c) Pepe deja sus calcetines sucios tirados en distintos sitios del
cuarto.
d) Pepe ronca al dormir.

Cuando María y Pepe descubren, después de casarse, que son 41:,


ferentes, de una manera que los disminuye en lugar de
enaltecerlos, cada uno ve al otro bajo una nueva luz.
a) “Las diferencias individuales” se consideran nocivas porque
conducen hacia el desacuerdo.

12
LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES Y LOS DESACUERDOS 13

b) El desacuerdo les recuerda a ambos cónyuges que el otro no


es una extensión del propio yo, sino un ser aparte.

término “diferencias individuales” deseo cubrir toda el


«o la individualidad, todas las formas en las cuales cada
persona es innatamente distinta a cualquier otra persona.
a) Las personas pueden ser físicamente distintas (A es alto, B
es bajo de estatura; A es hombre, B es mujer).
b) Las personas pueden tener diferentes personalidades o
temperamentos (A es excitable y emprendedor, B es plácido
y reservado) .
c) Las personas pueden tener diferentes tipos de educación y
distintas capacidades (A sabe de física, B sabe de música; A
es hábil para manejar herramientas, B puede cantar).
d) La presencia de diferencias individuales en otra persona
puede utilizarse destructivamente, y no como una
oportunidad de enriquecerse.

5. Los tipos especiales de diferencias individuales que más


molestan a María y a Pepe son los siguientes:
a) Preferencias, deseos, hábitos y gustos diferentes (A goza
yendo a pescar, B detesta pescar; a A le gusta la ventana
abierta en la noche, a B le gusta cerrada).
b) Expectativas y opiniones diferentes (A espera que las
mujeres sean fuertes, B espera que los hombres sean
fuertes; A tiene convicciones religiosas, B no las tiene).

6. Las diferencias individuales que conducen hacia un conflicto


de interés (desacuerdos) se consideran como un insulto y como
evidencia de que no lo aman a uno.
a) Parece que dichas diferencias amenazan la autonomía y la
autoestimación.
b) Puede que uno tenga que dar mientras el otro recibe. Y si
no hay suficiente para todos, ¿quién recibirá lo que hay?
c) Antes del matrimonio, cada uno pensó que el otro tenía
suficiente para dos personas. Ahora, cuando surge el
desacuerdo, parece como que ni siquiera hay suficiente
para una persona.

7. Si María y Pepe tuvieran autoestimación, cada uno podría con-


fiar en el otro. j
a) Cada uno confiaría en su habilidad dé obtener algo del otro.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

b) Cada uno incluso podría esperar a que llegara su momento de


recibir.
c) Cada uno podría dar al otro sin sentir que esto le roba algo.
d) Cada uno podría usar las diferencias individuales del otro
como una oportunidad para crecer.

8. A María y a Pepe les falta confianza.


a) Cada uno siente que apenas tiene lo suficiente para mantener
su propia vida, y le parece inconcebible pensar en mantener la
vida del otro.
b) Cada uno se comporta como si estuviera diciendo: “Sov nada,
viviré para ti,” Pero también cada uno se comporta como si
estuviera diciendo: “Soy nada, por lo tanto hazme el fávor de
vivir para mí.”

9. Debido a que les falta confianza, las áreas de vida común que en
especial ponen en jaque la habilidad de ambos para tomar en
cuenta la individualidad del otro son particularmente amenaza-
doras para ambos. Estas áreas son: el dinero, la comida, el sexo,
las diversiones, el trabajo, la educación de los niños y las rela-
ciones con los suegros.

10. Incluso si ambos pudieran confiar en el otro, la vida en común los


fuerza a tomar decisiones acerca de cuándo dar y cuándo recibir
dentro del contexto de la realidad, en un momento dado. Tienen
que decidir:
a) Qué es lo que compartirán o harán juntos (qué tanto depen-
derán uno del otro).
b) Qué es lo que compartirán o harán por separado (qué tan
independientes serán uno del otro) .

11. Tienen que descubrir algún tipo de equilibrio dentro de la rea-


lidad que viven, para balancear:
a) Lo que A quiere y lo que B quiere.
b) Lo que A hace mejor y lo que B hace mejor.
c) Lo que A piensa y lo que B piensa.
d) Cómo asumiría A las responsabilidades y cómo asumirá B las
responsabilidades.

12. Necesitan aprender cómo afirmar sus propios pensamientos, de-


seos, sentimientos y conocimientos sin destruir, invadir u
obstruir
LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES Y LOS DESACUERDOS 15

al otro, y además encontrar juntos un resultado adecuados para cada


situación.
a) Si son capaces de estructurar una relación funcional, dirán:
“Pienso lo que pienso, siento lo que siento, sé Jo que sé. Estoy
siendo yo, pero no te culpo por ser tú. Doy la bienvenida a lo que
tienes que ofrecer. Vamos a ver qué podemos hacer que sea lo más
realista posible.”
b) Pero si no pueden estructurar una relación funcional, dirán: “Sé
como yo; sé uno conmigo. Eres malo si estás en desacuerdo
conmigo. La realidad y tus diferencias individuales no son
importantes.”

Veamos un ejemplo trivial de cómo personas “funcionales” manejan


un desacuerdo. Digamos que una pareja ya entiende y acepta el
hecho de que sería agradable cenar juntos. Pero diremos también
que A quiere salir a comer hamburguesas y B quiere salir a comer
pollo. El sitio donde sirven hamburguesas no incluyé pollo en el
menú; el sitio donde sirven pollo no incluye hamburguesas en el
menú.
a) Cada uno puede tratar de inducir al otro: “Por favor, come
hamburguesas.”
b) Cada uno puede tratar de que le toque una vez: “Vamos a comer
pollo hoy, y hamburguesas la próxima vez.”
c) Pueden tratar de encontrar una alternativa que les guste a ambos:
“A los dos nos gusta el bistec, entonces vamos a comer bistec,” o:
“Busquemos otro restaurante donde sirvan hamburguesas y
pollo.”
d) Pueden tomar en cuenta una consideración realista que pese más
que los deseos separados de cada uno: “Puesto que el sitio de
hamburguesas está más cerca, y tenemos prisa, vamos a comer
hamburguesas.”
e) Pueden aquilatar si los distintos antojos de cada uno importan
más que el deseo de ambos de estar juntos: “Ve tú a comer
hamburguesas, puesto que te gustan tanto, y yo iré a comer pollo,
y nos veremos más tarde.” Son capaces de separarse
temporalmente y encontrar soluciones independientes cuando la
independencia es factible.
/) Como último recurso, pueden utilizar a una tercera persona para
qué tome la decisión por ellos: “Carlitas quiere comer con nosotros.
Vamos a preguntarle a Carlitos a dónde quiere ir.”
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

14. Utilizando el mismo ejemplo, observamos cómo personas “disfun-


cionales” manejan un desacuerdo. Actúan basándose en el prin-
cipio de que el amor y el acuerdo total van juntos. Por lo tanto:
a) Los encontramos vacilantes y posponiendo la decisión: “Ve-
remos más tarde qué es lo que comeremos” (ya veces acaban
por cancelar por completo esa comida).
b) Los encontramos tratando de obligar al otro: “¡Vamos a comer
hamburguesas, y ya!”
c) Los encontramos tratando de engañar al otro: “Los dos platos
son comida, de modo que vamos a comer hamburguesas.”
d) Los encontramos tratando de desgastar al otro: “A ti en rea-
lidad , no te gusta el pollo,” o “debes estar mal de la cabeza
para que te guste el pollo.”
e) Siempre los encontramos acusándose y juzgándose moralmen-
te: “Eres malo y egoísta por no querer comer hamburguesas.
Nunca haces lo que quiero. Eres mezquino conmigo.”

15. María y Pepe, en el grado en que son disfuncionales, en efecto


están en desacuerdo cuando dicen: “Si me quisieras, harías lo que
yo deseo.” Jamás usan la técnica de separarse y buscar soluciones
independientes; la independencia basada en un acuerdo nunca es
factible.

16. María y Pepe se acusan uno a otro porque están decepcionados y


heridos; esperaban vivir en acuerdo total.
a) Esperaban ser apreciados por el otro y en lugar de esto se ven
recriminados.
b) Esperaban ser uno solo con el otro y en lugar de esto sienten
la separación y las diferencias individuales del otro.

17. No obstante, si María y Pepe se acusan en forma demasiado


abierta temen resultados lamentables. Pepé se comporta como si
se hubiera dicho en privado:
Si acuso a María, la aniquilo. No puedo aniquilar a María porque la necesito
para que me valore. Y supongamos que a María no le importen mis reproches
porque realmente no me valora. Supongamos que en lugar de dolerse María
me acusa a mí, me hiere, me condena a la separación y a la muerte
psicológica, y hace que yo me aniquile.
“i No, eso no debe pasar! María me necesita. Soy responsable de su
existencia. No la debo acusar porque la aniquilo. Si me atrevo a acusarla,
tendré que hacerlo con mucho cuidado.”
María hace lo mismo.
18. El proceso de desacuerdo entre María y Pepe tiene que perma-
necer oculto. (De hecho, casi toda la comunicación entre ellos
LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES Y LOS DESACUERDOS 17

permanece oculta, es decir, se vuelve encubierta.)


a) Cuando Pepe y María quieren acusar al otro por no dar, tie-
nen que esconder sus acusaciones y, por lo tanto, comunicarse
de manera encubierta.
b) Cuando quieren pedir algo, tienen que esconder su petición y,
por lo tanto, se comunican de manera encubierta.

19. He aquí un ejemplo de cómo suena una petición encubierta. Su-


pongamos que María quiere ver una película.
a) En lugar de que María diga: “Quiero ir a ver una película, ¿y
tú?” Puede decir a1 Pepe: “Te gustaría ir a ver una película
¿verdad?” o, “Te haría bien ir a ver una película.”
b) Si ella tiene que ocultar aún más su petición (si, por ejemplo,
ella es “esquizofrénica”), podría decir: “Hay un nuevo cine al
final de la calle” o “Me gusta el aire acondicionado.”

20. He aquí un ejemplo de cómo suena una acusación encubierta.


Supongamos que Pepe no responde a la petición de María.
a) En lugar de que María diga: “No me oyes cuando pido algo;
¡eres un pesado!” María dice: “La gente nunca me presta
atención.”
b) O, si tiene que esconder todavía más sus acusaciones (como
sucede en los esquizofrénicos), ella puede decir: “El mundo no
tiene oídos.”

21. Cuando las peticiones y las acusaciones se encubren tanto, cual-


quier persona ajena que observe la interacción se confunde y pre-
gunta: “¿Quién quiere qué de quién? ¿Quién hizo qué a quien?”
a) Un niño de la familia puede confundirse.
b) El psicoterapeuta puede confundirse, a menos que insista en
que los deseos y acusaciones se rotulen claramente como pro-
venientes de alguien y dirigidos hacia alguien.

22. Conforme uno observa a la gente en un continuum de lo más


funcional a lo menos funcional, los deseos y las acusaciones tie-
nen cada vez menos propietarios.
a) Se empiezan a dirigir al planeta más cercano en lugar de a la
persona más cercana.
b) Las respuestas a peticiones y acusaciones se vuelven cada
vez más evasivas.
« Los mensajes se envían como si no tuvieran destinatario.
« Las respuestas a dichos mensajes también se envían como
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

si no tuvieran destinatario.
%
23. María y Pepe pueden evadir las peticiones y las acusaciones ais-
lándose de la situación. Al mismo tiempo, convierten su aisla-
miento manifiesto en una acusación encubierta.
a) Pueden aislarse con palabras como éstas: “Haz lo que te
parezca. . . Hazlo a tu manera.. . Tú, querida, siempre tienes
la razón.”
b) Pueden aislarse sin palabras, abandonando literalmente el
campo durante periodos cruciales en que hay que tomar una
decisión; al hacer esto, están diciendo en forma encubierta:
Haz lo que te parezca. Tengo que estar ausente para poder
vivir contigo.”
c) Pueden aislarse por medio de drogas, sueño, alcohol, falta de
atención y “estudipez,” en cuyo caso están diciendo: “Haz lo
que te parezca. Tengo que estar semiinconsciente para poder
vivir contigo.”
d) Pueden aislarse por medio de una enfermedad física, en cuyo
caso están diciendo: “Haz lo que te parezca. Tengo que estar
enfermo para poder vivir contigo.”
e) Como último recurso, pueden aislarse por medio de la enfer-
medad mental, en cuyo caso están diciendo: “Haz lo que te
parezca. Tengo que volverme loco para poder vivir contigo.”

24. Bajo toda la evasividad y la ambigüedad, María y Pepe siguen


tratando de resolver sus sentimientos conflictivos, acerca de si
son amados o no.
a) Cada uno trata de encubrir su desilusión.
b) Cada uno trata de ganarse, proteger y dar gusto al otro por-
que lo necesita para sobrevivir.
c) Hagan lo que hagan, la manera en que lo hacen revela cuán
desilusionados, martirizados y defraudados se sienten.

25. He encontrado, como terapeuta, que entre más encubierta e in-


directamente se comunican las gentes más probable es que sean
disfuncionales. No obstante, no he dicho nada acerca de las pare-
jas que se vapulean el uno al otro en lo que llamo el “síndrome del
sube y baja.”
a) Cada uno dice: “¡Yo tengo la razón!” “No, jyo la tengo!” “[Eres un
zonzo!” “No, {tú eres una zonza!”
b) Este tipo de parejas por lo menos se vapulean de manera franca.
LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES Y LOS DESACUERDOS 19

« Abiertamente no están de acuerdo y encubiertamente también


difieren.
«Un cónyuge no confunde sus propios deseos con los del otro. Cada
uno oye los deseos del otro con bastante facilidad porque
habitualmente los expresan a gritos.
« Cualquier observador puede ver con facilidad que las dos
personas no están1 de acuerdo, puede comentarlo y lograr que la
pareja acepte su comentario.
« El esposo y la esposa que se vapulean no se engañan a si
mismos, no engañan al otro ni a otras gentes, acerca de cuán
desilusionados se sienten. No obstante, los sentimientos
individuales de baja autoestimación crean una necesidad mutua
de “tener” al otro, que hace que cada cónyuge se sienta
aprisionado. Pueden percibir y aceptar que son dos individuos
diferentes 3 pero no que son dos individuos se - parados .
Para resumir, si la disfunción de María y Pepe es extrema (y se
convierten en los padres de un niño gravemente perturbado) tenr-
drán baja autoestimación, esperanzas exageradas y poca confiaos za.
Por lo tanto, con facilidad pueden solidificar una relación en la cual el
propio yo y el yo del otro se vuelven indistinguibles a un nivel
superficial. La característica que el yo tiene de ser único, ellos
pueden percibirla y aceptarla solamente en forma encubierta.
a) Es como si Pepe se dijera: “María me necesita, soy responsa- sable
de ella. No debo estar en desacuerdo con María, o se desintegrará.
María y yo no somos diferentes y tampoco debemos estar en
desacuerdo, excepto en cosas menores. EBa siente lo que yo
siento, le gusta lo que a mí me gusta y piensa lo que yo pienso.
Vivimos con el mismo sistema circulatorio, vivimos uno para el
otro.”
b) Cada uno trata con tal intensidad de dar gusto y proteger al otro,
que acaba por vivir de acuerdo con lo que cree que el otro desea de
él.
« Cada uno da el control de su persona al otro, y al mismo
tiempo lo resiente.
« Cada uno también acepta la responsabilidad de controlar al
otro, y al mismo tiempo lo resiente.

27. De hecho, cada uno acaba por actuar un momento como proge-
nitor y al minuto siguiente como niño.
a) Cada uno dice: “Anda, rige mi vida en lugar de que yo lo haga
(¡pero quisiera que no lo hicieras!)”
b) Cada uno dice también: “Muy bien, regiré tu vida en lugar de
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

que tú lo hagas (pero quisiera que tú lo hicieras).”


c) Cada uno toma su tumo para ser el fuerte, el adecuado, o el
desvalido, el inadecuado. En esa relación sólo hay lugar para
una persona fuerte y adecuada.
d) Cada uno actúa como si fuera incompatible ser un individuo y
ser un esposo o esposa; como si no se pudieran combinar la
individualidad y el matrimonio.

28. Antes de casarse, María y Pepe nunca se habían manifestado


por completo como individuos.
a) Ahora, después del matrimonio, tratan de no mostrar la poca
individualidad que habían manifestado previamente, con ob-
jeto de asumir el papel conyugal.
b) Ahora, de manera abierta, tratan de ser simplemente compa-
ñeros que viven uno para el otro.
c) Encubiertamente, todavía están tratando de manifestarse
como individuos.

29. María y Pepe continúan en este tipo de relación porque en rea-


lidad no esperaban otra.
a) Les queda el recurso de esperar que, para ellos, las cosas
cambien (la vida es como siempre fue —y sin embargo, ¡ tal
vez no lo sea!). ^
« María puede tener la esperanza de que Pepe no sea lo que
ella opinaba de los hombres.
« Pepe puede tener la esperanza de que María no sea lo que él
opinaba de las mujeres.
b) Mientras tanto, María tiene que defenderse de sus miedos
usando las mismas tácticas que sus padres usaron uno contra
otro, porque no conoce otro tipo de recursos. (Pepe hace lo
mismo.)
30. Cualquiera que sea el tipo de relación que María y Pepe han es-
tablecido, están desilusionados con lo que les tocó.
a) En poco tiempo agregarán el papel parental a lo que quedó de
su papel de individuos, y a lo que han tratado de producir en
su papel de cónyuges.
b) Si les ha resultado difícil integrar el hecho de ser un individuo
con ser un cónyuge, les resultará igualmente difícil integrar el
hecho de ser un progenitor.
LAS DIFERENCIAS INDIVIDUALES Y LOS DESACUERDOS 21

(Ó/6.S 9
S S 3-

4
TENSIONES QUE AFECTAN A LA FAMILIA MODERNA

1. Cuando Juanito entra al mundo de los Pérez, las expectativas y


las necesidades de sus padres estaban allí esperándolo.
a) Por el solo hecho de existir, Juanito ofrece a María y a Pepe
otra oportunidad de “obtener,” otra oportunidad de sentirse
adecuados, dignos de amor, necesarios, fuertes y completos.
b) Juanito ofrece a sus padres la oportunidad de lograr una
verdadera extensión de sí mismos, que de verdad esté
hecha de su propia carne y sangre.

2. La dificultad está en que Juanito tiene algunos deseos propios


inmediatos.
a) Desde el momento en que nace, expresa con claridad que él
quiere recibir, puesto que está físicamente desvalido y
psicológicamente todavía no se relaciona de manera
personal o social.
b) Debido a que está desvalido, sus propias necesidades de su-
pervivencia tienen que ser satisfechas dentro del marco de
las necesidades y las expectativas de sus padres. Para que
Juanito obtenga lo que necesita, su manera de pedirlo tiene
que concordar con lo que sus padres están dispuestos a dar
y con lo que son capaces de dar.

3. Cuando María y Pepe agregaron el papel parental a su función


de individuos y de cónyuges, en ese momento se volvieron
TENSIONES QUE AFECTAN A LA FAMILIA MODERNA 22

candidatos, desde el punto de vista sociológico, al título de fa-


milia. Antes de comentar a la familia Peréz, tal vez sea prove-
choso recordar lo que los sociólogos y los antropólogos han deci-
dido que las familias son, y qué funciones llevan a cabo dichas
familias como una subunidad crucial en toda sociedad.
a) Estos científicos, en general, parecen estar de acuerdo en que la
familia nuclear (formada por los progenitores y los hijos) se
encuentra en todas las sociedades.
b) Definen a una familia como un grupo compuesto de adultos de
ambos sexos, dos de los cuales (los cónyuges) viven bajo el
mismo techo y mantienen una relación sexual socialmente
aceptada.
c) Las familias también incluyen a los hijos procreados o adop-
tados por dichos cónyuges.

Como institución social, los individuos de este grupo se mantienen


unidos gracias a funciones que se refuerzan mutuamente.
Estas son:
a) Proporcionar una experiencia heterosexual genital a los cón-
yuges.
b) Contribuir a la continuidad de la raza produciendo y criando
hijos.
c) Cooperar económicamente dividiendo las labores entre los
adultos, de acuerdo con el sexo, la conveniencia y los prece-
dentes, y dividiendo también las labores entre los adultos y los
niños, de acuerdo con la edad y el sexo de cada uno de los hijos.
d) Mantener un lindero (por medio del tabú del incesto) entre las
generaciones, de manera que se puedan mantener en forma
fluida relaciones estables y funcionales ante las tareas,
e) Transmitir la cultura a los hijos por medio de las enseñanzas
parentales.
« Enseñar “papeles” o formas sociales aceptadas de actuar con
otros, en diferentes situaciones sociales. (Estos papeles varían
según la edad y el sexo del niño.)
< Enseñar al niño cómo manejar el ambiente inanimado.
« Enseñar al niño cómo comunicarse; cómo usar palabras y
ademanes, para que tengan un significado que la generalidad
de las personas entienda y acepte.
Enseñar cuándo y cómo expresar emociones, guiando en
general la reactividad emocional del niño. (La familia enseña al
niño apelando al amor y al miedo que él siente, comunicándose
con él verbalmente y no verbalmente, y a través del ejemplo.)
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

/) Reconocer cuándo uno de sus miembros ya no es un niño sino


que se ha convertido en adulto, capaz de llevar a cabo papeles y
funciones adultas. g) Preparar el terreno para que en una
etapa final los hijos cuiden a los padres.

^5. Todo esto constituye una gran exigencia para las familias, espe-
cialmente para los cónyuges. ¿Por qué están dispuestos los
esposos a aceptar esta:; obligaciones? ¿Por que los hijos
constituyen ventajas económicas? ¿Por qué los hijos
proporcionan ventajas emocionales? La respuesta a estas
preguntas está determinada por la cultura. En la cultura
occidental predomina el concepto de que los hijos son una
ventaja emocional.
a) Pepe (y también María, en todo lo que sigue) puede sentir
que ha logrado cumplir con lo que la sociedad esperaba de
él: “Los adultos procrean hijos. Yo también tengo un niño.”
b) Pepe puede alcanzar un sentimiento de perpetuidad, por el
hecho de que alguien de su propia carne y sangre le
sobreviva.
c) Pepe puede volver a gozar, a través de su hijo, partes de su
propia vida pasada, al experimentar los descubrimientos,
las alegrías y el asombro del niño.
d) Pepe puede tratar de corregir sus dolores y errores pasados,
tratando de ayudar a su hijo a evitar lo evitable y a
anticipar problemas futuros.
e) Pepe obtiene otro logro en su vida al notar cuán esencial es
él "para su niño. Pepe tiene que cuidarlo, protegerlo, guiarlo
y responsabilizarse por él, porque Pepe es obviamente el
más sabio y maduro, la autoridad y el más fuerte.
/) Pepe puede sentirse unido con María y María puede sentirse
unida con Pepe.
« Se requirió a los dos cónyuges para producir un hijo; nin-
guno hubiera logrado esta hazaña solo.
« Ahora se requieren los esfuerzos conjuntos de ambos para
criar y educar a su hijo. Cuando un solo progenitor cría a
un hijo, tiene el doble de trabajo y tiene que compensar de
alguna manera la pérdida del otro progenitor.

6. No obstante, en los cuidados parentales también hay déficits


que pueden crear sentimientos conflictivos en los nuevos
padres.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

a) Tal vez Pepe y María no habían planeado ser padres en el


momento en que concibieron a su hijo. Quizá sólo pensaron
TENSIONES QUE AFECTAN A LA FAMILIA MODERNA 25

en las satisfacciones sexuales que estaban recibiendo uno del


otro.
b) Tal vez no estaban listos económicamente para asumir las
responsabilidades de alimentar, vestir y dar techo a un niño. «
Quizá Pepe ve al niño como a alguien a quien tiene que
dar un sostén económico que él se siente incapaz de proveer. «
María quizá tenga un trabajo que contribuye al ingreso familiar
(y que además ella disfruta), al que ahora tiene que renunciar
por el bien del niño.
c) Tal vez no estén listos emocionalmente para agregar a su hogar
un tercer miembro dependiente y convertirse en una familia.
« Quizá Pepe considera que el niño hace que disminuya el
interés de María en él.
« María tal vez considere que el niño distrae el interés que Pepe
le prestaba antes.
« María, quien por necesidad asumirá la parte más pesada de
los primeros cuidados parentales, también puede ver al niño
como una criatura que exige toda su atención y da poco a
cambio, que requiere que ella se aísle todo el día de los
adúltos y se dedique a satisfacer las necesidades del recién
nacido.
« Quizá ambos sienten miedo ante la responsabilidad total que
les toca asumir.
« Tal vez ambos se pregunten, ahora que un tercer miembro
crea un triángulo familiar, si uno de los dos será excluido
tarde o temprano.

Pero éstos no son problemas que sólo María y Pepe tienen. Todas
las familias en el mundo occidental han recibido varias influencias
materiales y filosóficas (a las cuales aún siguen reaccionando) que
afectan a toda la sociedad.

La Revolución Industrial afectó profundamente a la familia mo-


derna, ya que alivió a los cónyuges de muchas cargas, pero al
mismo tiempo los sometió a muchas tensiones nuevas. Se conoce
bien cuáles fueron los efectos de esta Revolución; no obstante, vale
la pena resumirlos brevemente:
a) La Revolución Industrial mecanizó y despersonalizó el mundo
del trabajó, haciendo que el hombre se sintiera comò un
autómata sin significado que trabaja en tareas que eran
sólo una parte ínfima de un todo gigantesco,
incomprensible y sin valor.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

b) La Revolución Industrial hizo que la valía de un individuo


se midiera de acuerdo con el salario que ganaba, haciendo
que la mujer se sintiera rebajada porque ella no recibía
sueldo por manejar la casa y educar a los hijos.
c) Tal vez la mujer prefirió no ganar su propio sustento, sino
quedarse en casa en el papel de esposa y madre. En este
caso, descubrió que algunas instituciones exteriores le
arrebataban muchas funciones familiares como la
educación, la preparación de alimentos y otras.
d) La Revolución Industrial dio énfasis a la movilidad indivi-
dual como una condición esencial para el progreso; requirió
que familias enteras se desplazaran de una comunidad a
otra siguiendo a quien ganaba el dinero y dejando atrás_a los
viejos amigos.
e) Xa Revolución Industrial separó a los padres de los
abuelos, sin reemplazarlos en las funciones que
desempeñaban antes para el beneficio de la familia nuclear
(como atender el hogar a raíz del nacimiento de un niño,
cuidar a los niños mientras los padres no están en la casa y
ayudar económicamente ante una emergencia).
/) El complejo industrial hizo que se volviera imperativo espe-
cializarse cada vez más en todas las áreas de la vida;
provocó en el individuo el sentimiento de impotencia para
influir sobre los eventos externos (locales, nacionales e
internacionales). El mundo exterior se había convertido en
una fuente, potencialmente peligrosa, de fuerzas que el
individuo apenas podía comprender y sobre las cuales
sentía no tener control.

9. Las influencias intelectuales y sociales revolucionarias también


afectaron a la familia moderna al cuestionar las suposiciones,
premisas absolutas, normas y valores previos.
/ a) El papel de una persona dejó de ser algo automático, acep- / tado
sin reservas, predeterminado por un orden social está-
s tico y por modales y costumbres preestablecidas.
b) Frecuentemente se tenía que aprender, como algo nuevo,
cuáles eran, los papeles para nuevas situaciones.
c) La valía personal se tenía que ganar; no constituía un
derecho innato. Aunque se lograra ganarla, seguía siendo
inciertamente “relativa.‟5
TENSIONES QUE AFECTAN A LA FAMILIA MODERNA 27

d) Se reevaluaron las viejas definiciones patriarcales del hombre


como la cabeza de la casa y la mujer como perteneciente al hogar.
Hombres y mujeres confusos, reaccionando ante los nuevos
ideales igualitarios, se encontraron con muchas dudas y
preocupaciones respecto a las tareas y papeles diarios en la
familia.

10. El psicoanálisis también afectó profundamente los conceptos acerca


de qué era lo “normal” en la conducta humana, en la motivación y en
el aprendizaje. Esto llevó a la gente a reconsiderar y
5)? preocuparse acerca de todos los aspectos de la existencia, y en
especial acerca de las prácticas apropiadas para la crianza de los
niños. i
a) Implícitamente, la teoría apremiaba a los padres para que
dieran libertad al niño a fin de no dañar su desarrollo psíquico.
Éstas ideas al sobreaplicarse o llevarse a una conclusión ló-
gica, b) inmovilizaron y confundieron a los padres. ¿Debían dar
nalgadas a su hijo? ¿Debían imponerle alguna restricción? La vida
familiar llegó a ser cada vez más democrática, y se dio a los hijos de todas
edades la posibilidad de opinar y decidir respecto a su educación.

11. Todas esas tendencias filosóficas y económicas produjeron en


hombres y mujeres una sensación de confusión e inseguridad.
La «) vida familiar de los hombres llegó a estar tan apartada de su
vida de trabajo, que puede decirse que vivían en dos mundos diferentes.
« En su vida de trabajo, tras un escritorio barajando inter-
minables papeles, o tras una máquina apretando interminables
tornillos, los hombres se sintieron pequeños, desvalidos,
ignorados e inseguros.
« Su familia rápidamente devoraba lo que podían ganar.
« Dentro de su vida hogareña, frecuentemente se sentían como él
ayudante de mamá o como la fuerza disciplinaria auxiliar de
mamá.
« Deseaban a menudo que la familia se engranara más a sus
necesidades. Estaban cansados, desanimados y aturdidos por
las lucha$ y las decisiones del día. Deseaban encontrar en su
hogar un lugar de .descanso o un sanatorio silencioso.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

« Los hijos varones, en especial, encontraban un padre ausente,


preocupado, cansado o vencido; y esa figura incierta era el
modelo para la vida de los chicos.
b) Las mujeres, que vivían en las ciudades en “cajas en el aire,” o
arrumbadas en los suburbios, se sintieron separadas de la
actividad y el “propósito real” del mundo moderno.
« Habían sido educadas para tareas diferentes a las del cuidado
de la casa y la crianza de los niños, y habían aprendido a
interesarse en los eventos científicos y culturales que ocurrían
fuera del mundo de la familia. Se encontraban ahora
perdiendo experiencia y status en el trabajo, y minando la
confianza en sí mismas, al dedicarse sólo a los papeles de
esposa y de madre.
« Si las mujeres atendían a la limpieza de la casa y la crianza de
los niños, la sociedad, a su vez, las descargó de muchas de sus
labores o hizo que las tareas de la casa fueran más fáciles y se
terminarán con más rapidez.
« Algunas mujeres buscaron trabajo fuera del hogar y pusieron a
sus niños en guarderías, los confiaron a los vecinos o buscaron
otras personas que los cuidaran. Otras mujeres se quedaron
en casa inconformes, haciendo el papel de madre de manera
desganada y distraída. Otras más se quedaron en casa y
convirtieron la crianza de los niños en una ocupación muy
intensa, para compensar su sentimiento de inutilidad y de que
la vida se les estaba yendo.

12. No es coincidencia que las ideas del amor romántico y la felici-


^ dad personal se volvieran populares en la cultura occidental, al
/■y* tiempo en que las antiguas certidumbres acerca de ser hombre,
' ser mujer y ser persona, iban cambiando y desapareciendo.
a) Cuando la gente se sintió como “nada,” estuvo más ansiosa de
sentirse como “todo” para alguien.
b) Cuando la gente era libre de escoger un cónyuge que garantizara
su felicidad personal, y el divorcio podía terminar la relación en
el momento que se deseara, cada día de vida matrimonial llegó a
ser un día de ¿ nos-quedamos-dentro-o- nos-salimos-de-esto?
c) Cuando la gente entablaba una relación a sabiendas de que podía
ser efímera, a veces estába tan ocupada tomándose el pulso para
evaluar su grado de felicidad, que tenía poco tiempo para gozar
de la propia relación.
Nathan Ackerman, al comentar la manera en que las condiciones de la
gran sociedad afectan a la familia dice:20
TENSIONES QUE AFECTAN A LA FAMILIA MODERNA 29

La marca de nuestro tiempo es la desarmonía peculiar de las relaciones individuales


con una sociedad más amplia. Varias hipótesis vienen a la mente: el concepto de
Durkheim respecto a la anemia, el énfasis de Fromm sobre la tendencia a la
alienación, y la teoría de Riesman acerca del hombre dirigido por otro. Cualquiera que
sea el término, todas concuerdan en que el hombre tiende a una sensación de estar
perdido, de soledad y de confusión de la identidad personal y a una búsqueda forzada
de ser aceptado a través del conformismo. Un efecto de esta tendencia hacia la
desorientación es el de regresar a cada persona a su grupo familiar para restaurar el
sentido de seguridad, aceptación, dignidad y autoestimación. Se requiere que la
familia compense con afecto y cercanía a cada uno de sus miembros, por la ansiedad y
la preocupación que resultan de no encontrar un lugar seguro en el ancho mundo
exterior. Los individuos esperan de nuevo que su familia les reasegure que merecen
ser añilados y que son valiosos. Esta presión para compensar a los miembros
individuales con una seguridad especial y afecto impone a la familia una carga
psíquica extra. ¿ Está la familia contemporánea equipada para llevar dicha carga
extra? No —¡ no muy bien! La familia trata de hacerlo, pero en el mejor de los casos,
logra un éxito precario; muchas veces falla.

Después que dos guerras mundiales desilusionaron más a los hombres y


mujeres, éstos se volvieron hacia la construcción de una familia,
esperando que ésa fuera su razón total para existir.
a) La crianza de los niños llegó a ser, para hombres y mujeres por igual,
un asunto muy importante y de gran preocupación.
b) Hacer felices a los hijos llegó a ser un tema importante.
c) Dar a los hijos lo que los padres nunca tuvieron llegó a ser una
necesidad.
d) El crecimiento, el desarrollo y los logros dei hijo llegaron a ser una
manera esencial en que los padres daban valía a su propia persona.
e) La actitud del hijo hacia sus padres podía, en un grado importante,
hacer o deshacer sus sentimientos de autoestimación.

Conforme los hombres y las mujeres siguieron encontrando que sus


relaciones eran difíciles y amenazadoras, el papel parental de ambos
empezó a predominar.
a) Desilusionados uno del otro, estuvieron de acuerdo en “vivir para el
hijo.”
b) Pero pidieron implícitamente que el hijo viviera para ellos; él era el
importante, el que tenía el poder, la responsabilidad y la misión de
hacer felices a sus padres.
5
LA DESILUSION CONYUGAL Y SUS
CONSECUENCIAS PARA EL NIÑO

1. Todas las familias modernas sufren las tensiones y presiones de la


sociedad moderna. Sin embargo, algunas logran producir niños que
confían en sí mismos y que son capaces de manejar con éxito un
ambiente difícil

a) Los sociólogos opinan que vivir en un barrio donde abundan los


delincuentes es un factor importante para producir delincuencia
en los niños. Sin embargo, hay muchas familias que viven en esos
vecindarios y no producen delincuentes; en cambio hay otras, en
los mismos vecindarios, que producen muchos delincuentes.
b) La psiquiatría trata de explicar en general estos resultados
diferentes, diciendo que el niño se vuelve delincuente porque sufre
una deficiencia en su funcionamiento psíquico, que puede
manifestarse en el desarrollo de su Yo o en los controles del super-
Yo.
c) Quienes hemos estudiado cómo la interacción familiar afecta la
conducta de los niños, nos asombramos de que tantos terapeutas
no hayan reparado, hasta ahora, en que la familia es la variable
crítica que interviene entre la sociedad v el indi- YÍHiini—
jyhr El sistema familiar es el principal contexto de aprendizaje para
la conducta, los pensamientos y los sentimientos individuales.
« Cómo enseñan los padres a un niño, es tan importante como qué
le enseñan.
« También, puesto que dos padres enseñan al niño, debemos
estudiar la interacción familiar para entender cómo es el
contexto familiar del aprendizaje.
2. La teoría familiar postula que las fuerzas exteriores son importantes
principalmente porque afectan a los padres.
a) Los padres, que enseñan por medio de palabras y actos, traducen
para el niño cuál es el significado principal que las fuerzas
exteriores tendrán para la familia.
b) Si los progenitores, como cónyuges, están desilusionados uno del
otro y por ello se sienten molestos, confusos, vacíos y
desesperanzados, cualquier tensión externa tendrá un impacto
30
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL NIÑO 31

mucho mayor.
c) Si los cónyuges, como individuos, no integraron lo que aprendieron
en sus propias familias, sentirán que es especialmente difícil
lograr una integración marital que les permita dar mensajes claros
y consistentes a sus hijos.
d) Los cónyuges también distorsionarán o malinterpretarán la
influencia del exterior, con objeto de mantener una autoesti-
mación tambaleante.

3. La relación conyugal entre María y Pepe es disfuncional. Como ya


describimos, María y Pepe tienen una autoestimación baja. Se
buscaron mutuamente para aumentar dicha autoestimación. No
obstante, como cada uno consideró al otro como una extensión de sí
mismo, ambos fallaron en dar al compañero lo que él esperaba y
tampoco lograron recibir de él lo que pretendían. De esta manera, su
relación simplemente aumentó en ambos la intensidad de sus
sentimientos de baja autoestimación. "Ambos se desilusionaron y se
decepcionaron. Se plantea ahora la pregunta: ¿Cómo hacen su papel
de padres? Para contestarla, hay que preguntar también: ¿Cómo ven
al niño?
a) ¿Lo consideran como un vehículo que represente larvalía de ellos
en la comunidad y mantenga la estimación del Yo de los padres y
de la familia?
“Es el que mejor lee en su clase.”
“i Todos dicen que es la niña que mejor se porta!”
“Quisimos que nuestro chico fuera lo que nosotros no pudimos ser.‟1

b) ¿Lo consideran como un vehículo para mantener su propia


estimación como personas, y más especialmente como padres? Si
es así, ambos necesitan sentir que el niño los quiere.
« Si el niño| a través de su conducta, muestra que los desaprueba,
se decepcionan.
c) ¿Lo consideran como una extensión del propio Yo?
« Entonces los padres desean que el niño quiera lo que ellos
querían cuando eran jóvenes. Si el hijo no quiere las mismas
cosas, se decepcionan.
« Desean que el niño piense lo que ellos piensan y vea lo que ellos
ven. Si no es así, se decepcionan.
« Consideran al niño como alguien a quien hay que darle todo
para compensar las privaciones que ellos sufrieron. Si el niño no
se muestra agradecido, se decepcionan.
« Consideran al niño como alguien que hará lo que ellos quieren,
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

cuando ellos lo desean.


« Consideran al niño como alguien que será un buen padre para
ellos.

“Estoy ansiosa de que mi hija sea grande.”


“Quiero que mi hijo sea mi compañero.”
“Tenía la esperanza de que cuando ella creciera seríamos siempre amigas
íntimas y verdaderas.”

4. Estos son deseos que cada progenitor tiene acerca del hijo. Las
dificultades surgen cuando un cónyuge se opone a los deseos del otro.
El niño se encuentra entonces atrapado entre exigencias conflictivas.
Cada progenitor ve al niño ahora:
a) Como un aliado posible contra el otro cónyuge.
b) Como un mensajero posible a través del cual el esposo y la esposa
se podrán comunicar.
c) Como un posible apaciguador del otro cónyuge.

5. En otras palabras, el deseo que cada progenitor tiene de que el hijo


sea una extensión de sí mismo se ve bloqueado o amenazado por los
deseos del otro progenitor.
a) Las motivaciones individuales para dar cuidados paren tales se
confunden con el conflicto conyugal.
b) “Sé como yo” llega a asociarse con “Ponte de mi lado contra el
otro.”
c) Ambos padres pelean entre sí para obtener un lugar de pre-
ferencia ante el niño, principalmente porque ninguno de ellos se
siente seguro de tener un lugar de preferencia ante el otro
cónyuge. (A menudo he notado la gran importancia que estos
padres dan al hecho de a quién de los dos él bebé sonrió primero.)
6. El problema está en que el niño, por ser hombre o mujer, se asemeja
en un aspecto a uno de sus padres y es diferente del otro.
Sexualmente, ya está identificado con uno de sus progenitores.
a) Al principio los cónyuges pueden tratarlo como si fuera un tercer
miembro relativamente asexual del triángulo; un vehículo a través
del cual ellos pueden expresar sus deseos-de- prolongar-su-Yo.
b) Pero el niño no permanece “asexual” por mucho tiempo, y entonces
ambos padres responden al miedo de ser el miembro excluido del
triángulo.
« El padre del mismo sexo que el niño lo verá como a un ser que
potencialmente “le pertenece” más.
« El padre de sexo distinto al del niño lo verá como a un ser que
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL NIÑO 33

potencialmente se convertirá en alguien igual ál cónyuge y


temerá que el hijo se vuelva contra él. Esto hará que dicho
progenitor trabaje más intensamente para atraer al niño hacia
su lado y así compensar las deficiencias en la relación conyugal.
« Conforme el progenitor de sexo opuesto al del niño trata de
usarlo como un cónyuge sustituto, el hijo se vuelve un peón en
una guerra de los sexos. Así, el progenitor de sexo igual al del
niño también tenderá a verlo como un competidor potencial, (“j
Mi hija es como yo, pero quiere a su padre más que a mí!”)
« Esto sucede especialmente en las familias disfuncionales, porque
ambos cónyuges ya se sentían inseguros acerca de su propia
valía ante los ojos del otro; por lo tanto, ya tenían un miedo
excesivo de ser excluidos.

7. Estando así las cosas, si el niño parece tomar partido por uno de los
padres, corre el riesgo de perder al otro. Puesto que necesita a ambos,
es invitable que sufra por tener que elegir.
a) El padre “excluido” puede alejarse del niño, despreciarlo junto con
el progenitor “escogido” y no darle los cuidados pa- rentales
básicos.
« Si un chico parece tomar el partido del padre, la madre puede
decir, abierta o encubiertamente:

“í Qué se puede esperar de los hombres!”


“Eres igual a tu padre.”
“Debí haber tenido una niña.”
« Si una chica parece tomar el partido de la madre, el padre
puede decir, abierta o encubiertamente:
“¡ Ya se sabe que así son todas las mujeres!‟!
“Eres igual a tu madre.”
“Debí haber tenido un niño.”

« Si un chico parece tomar el partido de la madre, el padre puede


decir:
“Tú y tu madre son iguales.”
“Adelante, ¡conviértete en el nene de mamá!”
“¡Dime a qué hombre que se precie de serlo le gustan las muñecas!”

« Si una chica parece tomar el partido del padre, la madre puede


decir:
“Tal vez seas lista, pero te va a ser muy difícil relacionarte con los
muchachos.”
“¡Dime, a qué chica le gustan las matemáticas!”
“Ya se ve que eres la nenita de papá.”
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

(A pesar de todo esto, debo agregar que cuando un progenitor


menosprecia a un hijo de su mismo sexo por aliarse apa-
rentemente con el progenitor del otro sexo, no sólo está
respondiendo por celos, también está tratando de ayudar al hijo a
desarrollar una conducta que le parece la más apropiada para el
sexo del niño. De hecho, este progenitor está tratando de ser un
buen padre o una buena madre.)
b) Un niño se ve gravemente afectado cuando uno de sus padres lo
menosprecia, o menosprecia al otro progenitor, o le pide que se
alíe a él en contra del otro padre. En el siguiente capítulo
comentaremos cómo se desarrolla la identidad sexual, ya que éste
es un proceso que se vuelve más difícil o se ve gravemente
deformado cuando uno de los progenitores incluye al hijo en la
relación conyugal.

8. Además del problema de quién se aliará a quién en el triángulo


familiar, hemos encontrado que los cónyuges parecen compartir los
mismos conflictos básicos, aunque a menudo den la impresión de
estar en polos opuestos en la relación conyugal.
a) Cada cónyuge puede proyectar su disgusto ante actitudes o
conducta, que representan una mitad del conflicto, hacia el otro
progenitor o hacia el niño, y luchar atacando a la otra persona.
b) O, ambos cónyuges pueden luchar contra una mitad del con-
flicto induciendo al niño a actuar y después castigándolo cuando
lo hace.
c) O, un progenitor asume un lado del conflicto; el otro asume el
otro lado del conflicto, y así se atacan mutuamente a través del
hijo.
d) Es por esto que el terapeuta debe observar cómo cada uno de
los padres se comporta con el otro y con el hijo.

3^9. Para los padres es menos amenazante usar al hijo como “monitor
cruzado” de los conflictos conyugales; es decir, hacer que el niño
sea el vehículo a través del cual se puede comunicar hostilidad
indirectamente al otro cónyuge.
a) Si los padres muestran directamente su hostilidad mutua co-
rren el riesgo de exponerse a represalias. (El niño no puede aún
desquitarse tan bien.)
b) Si los padres tratan de expresar su desilusión mutua culpando
al ambiente, pueden perder la aprobación de la comunidad y se
arriesgan a que se ataque su autoestimación.
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL NIÑO 35

10. Si los cónyuges comparten los mismos problemas pero están en


constante conflicto con el otro, inevitablemente se alterarán las
reglas parentales acerca de quién debe ser y qué debe hacer un
niño. Las reglas mismas no concuerdan entre sí y los padres las
hacen valer de manera inconsistente.
a) Alguien que observe la interacción familiar puede llegar a al-
gunas conclusiones bastante confiables respecto a cuáles son
estas reglas y cuán consistentes son; esto se reconoce al notar
cuáles son las actividades que la familia promueve, permite,
obstaculiza o prohíbe.
b) Un observador también nota si ambos padres critican explí-
citamente la conducta del hijo, mientras al mismo tiempo
implícitamente promueven dicha conducta. De hecho, ambos
pueden decir: “Aquí está tu traje de baño. No te acerques al
agua.”

11. Ojiando el niño trata dfe responder a los deseos contradictorios y


no rotulados de los padres, la conducta infantil refleja y carica-
turiza los conflicto^ no resueltos que existen dentro de cada cón-
yuge como individuo y entre los esposos como pareja.
a) Ninguna de los padres, cuando usa al niño para estos fines,
responde ante el hijo como él es. Theodore Lidz y sus colegas de
investigación han escrito:45
Realmente. . . estos padres pueden responder al niño sólo en términos de las
necesidades propias de ellos, desplazadas hacia el hijo; así van acumulando
una pauta complicada de interacciones que llevan hacia la desadaptación.

b) En consecuencia, el niño no puede distinguir cuáles de las


reacciones de sus padres en realidad se refieren a él y cuáles se
refieren a uno de ellos o a ambos.
c) Podríamos decir también que cuando un niño ha vivido tiempo
suficiente en un ambiente donde persiste lo descrito, se convierte
en lo que los padres ven en él. Las reglas paren- tales acerca de
lo que él debe hacer y ser se vuelven sus propias reglas.

12. Desde luego, el proceso por el cual los padres inducen a un niño a
expresar en actos (act-out) los deseos conflictivos que ambos tienen,
es casi completamente inconsciente.
a) Si cualquiera de los padres tuviera conciencia de cuánto influye
en su hijo, tendría que darse cuenta de que el niño es un ser
aparte.
b) Muchos padres, debido a su baja autoestimación, no se con-
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

sideran de suficiente importancia como para ser un factor que


influye en su niño: “Mi hijo nació así.”
c) Jackson expresa este concepto de la manera siguiente:36
Todos nos precipitamos a negar el efecto que tenemos sobre nuestros hijos y
sobre otras personas que nos rodean —igual que titubeamos poco antes de
culpar a otra persona. No es extraño que los padres se interesen más en
explicaciones hereditarias y químicas de los problemas emocionales de su
hijo; en esos casos, evaluar la responsabilidad de los progenitores sin
asignarles culpa se vuelve una parte desagradable pero necesaria del trabajo
del psiquiatra.

13. En general, una vez que los padres han enfocado su atención en un
hijo en forma disfuncional, pueden usarlo igual que usarían un
símbolo onírico. No obstante, según señalan Bell y Vogel, el símbolo
del paciente identificado (PI) es diferente a un símbolo soñado: 69
Mientras que en los sueños el individuo dispone de cualquier representación
simbólica, en la familia sólo se puede echar mano de un número muy pequeño de
hijos para usarlos como chivos expiatorios potenciales.
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL klÑO 37

En consecuencia, cuando hay un problema .. . grave, y ninguno de los hijos es un


símbolo apropiado para expresar dicho problema, tiene que haber una
considerable distorsión cognoscitiva para que, de los niños disponibles, el más
apropiado sea utilizado como chivo expiatorio.

14. Cuando se ve que un niño está siendo utilizado, de manera in-


consciente, en formas disfuncicnales, vienen a la mente varias
preguntas:
a) ¿Qué pasa si hay más de un niño en la familia? ¿Cuál es el hijo
que los cónyuges inconscientemente escogen para que se cumplan
los diversos propósitos de tener un PI en la familia?
b) ¿Continúa el mismo hijo el papel de PI toda su vida o a veces otro
hijo toma su lugar?
c) ¿Tiene algo que verjel sexo del hijo con la causa por la que se le
asigna el papel?
d) ¿Existen familias en las que hay más de un PI?
e) Podemos considerar que cada hijo forma la tercera parte de un
triángulo con los padres. ¿Sufren también los hijos que no llevan
a cabo la función del PI, por vivir en una familia que contiene un
triángulo disfuncional, niño-padres, que incluye al PI?

15. No tenemos respuestas verificadas a través de investigación, para


contestar la pregunta de por qué los esposos escogen a uno de los
hijos y no a otro como PI. No obstante, a partir de repetidas
observaciones clínicas tenemos algunos indicios acerca de qué es lo
que probablemente lleva a los padres a elegir a uno de los chicos. Por
lo menos en parte, la elección depende de qué tipo de conflictos están
sucediendo entre los cónyuges.
a) Las características casuales de los diferentes niños pueden es-
timular los conflictos entre los cónyuges.
« Tal vez el niño es feo, o tiene una deformidad física, o es
adoptado. Este tipo de hijo aumenta la sensación de baja
autoestimación en los padres y también estimula las formas en
que los cónyuges manejan lo que les es extraño (lo diferente de
cada individuo). Este tipo de hijo también amenaza la
necesidad de los padres de hacer buena impresión en quienes
los rodean, ya que el niño puede convertirse en objeto de las
burlas o la curiosidad de le« vecinos. Los padres responden más
para proteger su autoestimación que para proteger al hijo.
« Tal vez el niño sea especialmente hermoso o inteligente. Este tipo de
hijo puede aumentar la autoestimación paren- tai, y al mismo
tiempo disminuirla, ya que los padres se comparan a sí mismos con
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

el niño.
« Tal vez el niño se parezca, en su físico o en su actuación, a uno de
sus padres, a sus abuelos, o a otro pariente. Bell y Vogel lo
describen así:69
Este patrón era sorprendente, en especial en una familia. El padre y el hijo
mayor tenían características físicas muy similares; no sólo llevaban el mismo
nombre de pila sino que la madre los llamaba a ambos con el mismo
diminutivo... La esposa no manifestaba directamente sus preocupaciones acerca
de la ineficacia del esposo en su trabajo, sino que enfocaba su aflicción en el
niño y su desempeño escolar.
b) El lugar numérico que el niño ocupa en la serie de hijos puede
estimular conflictos en los cónyuges.
« Por ejemplo, tal vez uno de los padres tuvo problemas por ser el hijo
de en medio en su propia familia, y ahora enfoca su atención de
manera especial en el hijo de en medio, lo cual aumenta la
rivalidad entre hermanos e involucra al chico en la relación
conyugal. Además, en forma repetida hemos observado que cuando
uno de los padres tiene estos problemas, el otro también parece
tenerlos.
« Quizá el hijo mayor se convierta en el PI simplemente porque fue el
que llegó primero; es la primera alternativa que tienen los cónyuges
una vez que aparece el desencanto conyugal.
c) El sexo del niño puede estimular conflictos en los cónyuges. Algunos
padres se valen del hijo de un sexo determinado desde que nace, otros,
cuando el niño o la niña crecen y muestran cambios que reavivan los
conflictos entre los cónyuges.
d) La edad del niño puede estimular conflictos entre los cónyuges
simplemente porque, conforme crece un hijo, exige cada vez más ser
independiente del control parental. En ocasiones, un hijo no se vuelve
el PI hasta que llega a la edad de la rebelión adolescente. Si los
cónyuges tienen conflictos acerca de cuánta independencia se permite
en su propia relación, cada hijo adolescente recibirá la atención
disfuncional de los padres.
e) A veces, los padres escogen a uno de los hijos para el papel de PI
simplemente porque está a la mano. Tal vez es el que se encontraba
en el hogar cuando algún hecho puso especial
tirantez en la relación conyugal. El otro hijo, que en ese momento
se encontraba en la escuela, tal vez quede libre de la atención
disfuncional.

16. En algunas familias, el mismo hijo es el PI desde que nace; en otras,


el papel se comparte o se pasa de un hijo a otro.
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL NIÑO 39

a) En algunas familias todas las hijas (o todos los hijos varones) se


convertirán en el PI, en un momento o en otro.
b) En otras, cada hijo se convierte en el PI cuando llega a la
adolescencia.
c) En algunas familias dos o más hijos llevan sobre sí la función del
PI simultáneamente; o toman tumos; o uno asume el papel de
uno de los participantes en el conflicto conyugal y el otro asume
el papel de la contraparte.

17. También es probable que los demás hijos se vean afectados al


observar en acción el triángulo familiar con el PI, aun cuando ellos
nunca hayan sufrido de la atención disfuncional de los padres.
a) Como dije antes, si un miembro de la familia padece un dolor que
se manifiesta por síntomas, todos los miembros, en cierto grado,
reaccionarán a ese dolor. Es imposible que no reaccionen.
—^>b) Un niño aprende acerca de la gente y acerca de sí mismo al
interactuar con ella y al observarla interactuár. Por eso, doy el
nombre de familia disfuncional a cualquier familia que tiene un
PI.

18. La siguiente pregunta que nos hacemos es: ¿Cómo hacen los
cónyuges para, inconscientemente, inducir a un niño a comportarse
de manera que acabe por recibir la etiqueta de “paciente”? ¿Cómo se
ve y corno suena el proceso real de inducción? Para contestar,
tenemos que tomar un camino lateral, que nos llevará a la compleja
zona en la que interactúan la comunicación y el desarrollo de los
síntomas.
a) Todos hemos tenido la experiencia de recibir un mensaje de doble
nivel, de alguien que no dice las cosas con claridad (véanse las
páginas 72 y 73).
« Si las palabras y la expresión de una persona son discordantes,
si dice una cosa y parece significar otra con su voz o con sus
ademanes, está presentando una manifestación incongruente,
y su interlocutor recibe un mensaje de doble- nivel.
« Llamo “discrepancia” a toda esta interacción insatisfactoria,
que con facilidad se puede resolver si las gentes logran ser
explícitas.
« Ante las discrepancias, habitualmente preguntamos: “¿Qué
quisiste decir en realidad?” O se comenta: “Por tu aspecto
parece que en realidad no quisiste decir eso.” Es común que la
persona a quien se dirije esta pregunta o comentario logre ser
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

explícita, y aclare así el mensaje de doble-ni- vel.1


b) Según esto, la comunicación de doble-nivel, por sí misma, no
necesariamente produce conducta sintomática. No obstante, bajo
ciertas condiciones, en especial cuando se involucran los niños, la
comunicación de doble-nivel puede producir una situación viciosa
que se ha denominado “doble vínculo.”23

19. ¿Qué condiciones deben estar presentes para que un niño sufra
las presiones de un doble vínculo?
a) En primer lugar, es necesario que el niño esté expuesto a men-
sajes de doble nivel, en forma repetida y durante un largo
periodo.
b) En segundo lugar, dichos mensajes deben provenir de perso-
sonas que para él significan supervivencia (véanse las páginas
39-42).
« Los padres automáticamente son figuras de supervivencia
porque el niño, en forma literal, depende de ellos para su vida
física; más tarde, la necesidad de que los progenitores lo amen
y lo aprueben también adquiere un significado semejante al de
supervivencia.
« Además, la forma en que los padres estructuran sus mensajes
hacia el niño, determinará las técnicas de éste para controlar
su ambiente. En manos de los progenitores está no sólo el
presente del chico sino también su sobrevivencia futura.
c) En tercer lugar, y ésta es tal vez la condición más importante de
las tres, desde una edad temprana el niño tiene que ser
condicionado a no preguntar: “¿Quisiste decir e sto o a que llo ?”
y a aceptar los mensajes conflictivos de los padres aunque sean
imposibles de comprender. El niño tiene que enfrentarse a la
imposible tarea de traducir dichos mensajes y convertirlos en una
sola manera de comportarse.

20. He aquí unos cuantos ejemplos de mensajes contradictorios explí-


citos-implícitos que contribuyen a producir conducta desviada.
a) Una madre dice a su hija que debe ser “una damita;” no obstante,
el primer regalo que le manda a un reformatorio para jovencitas ?
es una serie de siete portabustos provocativos, de diferentes

1 En los capítulos sobre la teoría de la comunicación comentaremos en detalle los


distintos aspectos del tema, capital para este libro, de la comunicación incongruente.
En la Parte tres, cuando analicemos la interacción de la familia y la intervención del
terapeuta, en forma repetida nos referiremos también al tema de la comunicación
incongruente.
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL NIÑO 41

colores.
b) Un padre dice que su hijo no debe desafiarlo, pero a la vez se
queja de que el chico no se enfrenta a él como un hombre.
c) Una madre y un padre ruegan a su hija que no asista a fiestas
escandalosas, pero le permiten que vaya a reuniones de ese tipo.
Más tarde, cuando la joven llama por teléfono a su padre para
pedirle que la vaya a recoger, se burlan del “miedo” de la chica en
un tono provocativo y humillante.

21. Si los mensajes de los progenitores hacia el hijo suelen ser como los
hemos descrito, y si el hijo no ha adquirido una forma de rechazar y
aclarar dichos mensajes, existen amenazas vitales para él:
a) En su dependencia presente, porque si obedece a un nivel de
significado, desobedece al otro; por lo tanto, de manera continua
provoca el rechazo de sus padres.
b) En su futuro papel de adulto, porque se enfrentará al mundo
siguiendo la pauta contradictoria y autoengañadora a la que sus
padres lo han acostumbrado.
c) Debido a que el conflicto en los mensajes está escondido, y el niño
ha aprendido a “no verlo” como el origen de su perturbación, el
chico vuelve la culpa contra sí mismo (en lo que los padres están
de acuerdo, ya que ellos tampoco pueden “ver” objetivamente esta
situación). El niño dice: “Nunca puedo hacer lo correcto;
probablemente porque soy malo.”
d) Por otra parte, a un nivel encubierto correspondiente, el niño se
da cuenta bastante bien de la situación imposible en que lo han
colocado. Como último recurso, llega a responder él mismo en
forma encubierta, y utiliza el lenguaje de la protesta disfrazada
que la sociedad denomina conducta “loca” o “enferma.”

22. No obstante, tal vez pase mucho tiempo antes de que la conducta del
niño se vuelva tan exagerada que la sociedad la califique de
“desviada.”
a) Ya hablamos de la(homeostasijp familiar, que es un proceso a
través del cual la famüia'^quilibra las fuerzas que existen dentro
de sí misma para lograr unidad y orden funcional.
b) Hay formas de actuar que no tendrían sentido fuera de la familia,
como por ejemplo la conducta de un niño problema, y que dentro
de la familia son eminentemente funcionales, ya que permiten a
la pareja conyugal mantener el foco de su atención sobre el niño,
calificarlo como un ser que provoca problemas y desviar así la
sospecha del factor que en realidad los provoca, o sea su propia
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

relación conflictiva.
c) Según lo anterior, la conducta desviada de un niño puede ser
comportamiento funcional dentro de un sistema familiar dis-
funcional. (Por lo tanto, si el terapeuta comprende las per-
cepciones y las reglas que rigen a los cónyuges, toda conducta en
la familia se vuelve explicable.)

23. Puesto que para los padres la existencia del “niño problema” es
profundamente funcional, no es raro que sean incapaces de evaluar
el grado de perturbación infantil, y que traten de proteger y
perpetuar dicha conducta. No obstante, estos progenitores se
mantienen en un equilibrio muy precario. Después de todo, si el niño
problema tiene el poder de consolidar o destruir el círculo mágico del
equilibrio familiar, los padres tienen que tratar con gran cuidado a
dicho niño.
a) En cualquier camino que el niño tome, encuentra frustración.
Nunca puede hacer lo correcto porque le piden conductas
contradictorias, y lo que hace nunca tiene éxito porque le dan
reglas contradictorias para obtener sus objetivos.
b) Si el niño se perturba demasiado, a veces produce un síntoma tan
espectacular que la familia ya no puede esconderlo ni incorporado
dentro del funcionamiento familiar.
c) En estas circunstancias, la familia tiene que premiar en forma
encubierta la conducta perturbadora, lo suficiente para com-
pensar la desaprobación oficial y la frustración general que el
niño cosecha comportándose así. Bell y Vogel refieren:6*
. . .en todos los casos, al mismo tiempo que los padres de manera explícita criticaban al
niño y a veces incluso lo castigaban, de alguna manera, habitualmente implícita,
apoyaban la persistencia de la misma conducta que criticaban. Este permiso tomaba
diversas formas: no cumplían las amenazas, retardaban el castigo,, se mostraban
indiferentes al síntoma infantil y lo aceptaban, se interesaban demasiado en el síntoma
del chico o bien ofrecían al niño considerables recompensas secundarias por el síntoma
mismo.

d) Aquí vemos lo elástico y maniobrable que es dar-reglas-de- doble-


nivel. No sólo se coloca al niño en lá posición de ser “el malo55 o “el
fracasado,55 sino que este manejo de las reglas permite suspender y
aligerar las presiones del sistema mismo cuando se vuelven
demasiado intensas y el niño ya no las tolera. Además, todo esjto se
puede lograr en forma encubierta, sin que los padres o el niño se den
cuenta^ de ello.

Según lo anterior, el sistema homeostásico que incluye a un “paciente


identificado55 puede permanecer relativamente estable largo
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL NIÑO 43

tiempo.
a) Como hemos visto, las expectativas de los progenitores crean una
interacción circular. El PI expresa en actos el principal conflicto que
existe dentro de los padres y entre los padres. Por lo tanto, cuando el
chico adopta las características que los padres han inducido y temen
que existan en ellos mismos, y en el cónyuge, el niño se vuelve el
objeto de la angustia pa- rental y hace que las expectativas temidas se
vuelvan realidad.
b) En el siguiente fragmento, Brodey describe cómo un niño responde a
la conducta de uno de los padres. 27 El autor habla aquí de la relación
madre-hijo, e ignora la influencia que una relación conyugal
insatisfactoria puede tener sobre los cuidados matemos:
Tal vez el lactante aprendería que su sobrevivencia' dentro de esta relación
dependía de que él expresara sus propias necesidades en una forma y en un
momento que correspondieran a la expectativa proyectada de la madre. El
reforzamiento prolongado de las necesidades que por casualidad concordaban con
las de la madre, y la frustración de las necesidades que la madre ignoraba,
alterarían entonces la conducta del niño y la harían adquirir una forma que
validara la proyección de la madre. Esta relación entre una madre y la imagen
interna que tiene de “su hijo” se proyecta ahora en un niño real, quien de maneara
activa se pliega a dicha imagen y da realismo al concepto de siihbiosis/ ya que el
niño al cual responde la madre es una parte de ella misma.
25. Al correr el tiempo, incluso el ambiente en el que vive el hijo
confirma la etiqueta de PI, cuando oficialmente responde ante
dicho PI como ante alguien diferente, delincuente o enfermo.
Las personas que lo rodean incluso prestan al PI atención
especial y ayuda, como si el problema se centrara
principalmente en él.
a) Al principio, este proceso de clasificación y tratamiento sólo
contribuye a mantener el sistema y a que los padres
racionalicen y proyecten aún más.
b) La atención disfuncional de los padres hacia el PI se
acrecienta, ya que ahora se sienten inadecuados y temen
las críticas y las acusaciones:
“Este niño tuvo más de lo que yo tuve en toda mi infancia.‟'
“Es malo porque quiere serlo.”
“En la escuela tampoco pueden manejarlo.”
“Los jóvenes actuales son diferentes.”
“Se juntó con una pandilla mala.”
“¡No lo considero miembro de esta familia!”
c) La comunidad responde con simpatía hacia los padres, y
esto sólo corrobora la creencia parental de que el PI es, de
hecho, alguien por quien hay que preocuparse.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

26. No obstante, conforme la comunidad experimenta más y más


los efectos de la conducta del niño, empieza a examinar la
efectividad de los padres. Cuando el dedo acusador se dirige
hacia los progenitores, la homeostasis familiar empieza a
desintegrarse y entonces ya no vale la pena seguir acusando al
chico. En ese momento, ya no se lanzan acusaciones contra el
hijo sino contra los padres, como si se tuviera por fuerza que
culpar a alguien, liberando a los otros de toda responsabilidad.
a) En primer lugar, el PI convierte a sus padres en víctimas.
« Les exige atención extra o ganancias secundarias por me-
dio de berrinches, periodos de aislamiento, huidas del ho-
gar, episodios psicóticos, etcétera. Esto proporciona al PI
por lo menos la satisfacción momentánea de ser el foco de
la preocupación parental « El PI requiere que lo traten de
manera especial como al enfermo, al diferente, o al malo.
A este respecto Murray Bowen dice:*5
El niño expresa sus exigencias emocionales y verbales... cuando
explota la posición de quien no tiene recursos y produce lástima.
Los pacientes son hábiles para despertar simpatía y haeer que
N
otros los ayuden en exceso. Todas las familias que entrevistamos
en nuestro proyecto de investigación acabaron por ver que la vida
de sus hogares giraba en torno a las exigencias del paciente. Los
padres son tan incapaces de tomar una posición firme ante el
paciente, como el paciente es incapaz de tomar una posición firme
ante sus padres.
« El paciente logra que lo eximan de asumir responsabilida-
des y que lo alivien de la necesidad de enfrentarse a la
realidad más allá de los límites que la familia le fija.
b) En segundo lugar, la conducta del PI acentúa el conflicto
entre la esposa y el esposo.
« Los hijos obtienen atención extra de las madres, y las
hijas de los padres. De manera que la dinámica básica
del triángulo familiar se exacerba.
« Los cónyuges acaban culpándose entre sí. Bell y Vogel 69
afirman que los progenitores, en forma privada, se
consideran por lo menos en parte responsables de la
condición del niño:
Según esto, la perturbación del niño retroalimenta los problemas
que los padres tienen que afrontar, y a menudo cada miembro de la
pareja conyugal proyecta sobre el otro la responsabilidad de la
enfermedad del chico.
c) En muchos casos, llega un momento en que la comunidad
aleja al PI de la familia o recomienda que la familia misma
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL NIÑO 45

reciba psicoterapia. Esta recomendación pone en jaque el


equilibrio homeostásico y también la eficacia de los
cónyuges como padres. Haley dice (acerca de un PI
psicotico) :33
Aunque la conducta psicòtica sirva una función en un sistema fami-
liar, también existe un riesgo. Quizá sea necesario separar al paciente
de la familia por medio de una hospitalización y así romper el
sistema, o tal vez el enfermo reciba psicoterapia y cambie, lo cual le
permitirá abandonar el sistema. Lo típico es que los padres parezcan
aceptar con beneplácito la hospitalización, sólo si pueden continuar
viendo al enfermo, y que acepten la psicoterapia para el paciente
hasta el momento en que éste empieza a cambiar y a violar las reglas
de la familia...

27. Una relación conyugal que requiere de un “paciente identifica-


do” sólo puede acarrear, en todos los aspectos, desilusión, des-
tructividad y dolor para las tres personas involucradas.
a) La conducta del PI puede destruir, de un día para otro, las
esperanzas parentales de agradar e impresionar a la comu-
nidad con un niño que represente los ideales de la familia.
b) La ira y la rebelión del PI pueden destruir bruscamente las
esperanzas de uno de los padres de que su hijo lo quiera.
c) Cuando el PI abandona la escuela o lo expulsan, las
esperanzas de que el niño satisfaga las ambiciones de uno
de los padres pueden caer al suelo.
d) Cuando la conducta del PI acaba por acentuar las dificulta-
des conyugales, se puede destruir la esperanza de que ese
hijo ayude a unir a los padres.
e) En todos los aspectos, los conflictos conyugales no resueltos
regresan a golpear a los cónyuges (como un bumerán) cuan-
do éstos tratan denodadamente de ser buenos padres. Y
estos conflictos necesariamente afectan a toda la familia.
Lidz lo describe en forma dramática:44
.. .estos matrimonios... indican la virtual ausencia de complementar
idad ... ni el esposo ni la esposa se ayudan para resolver las ne-
necesidades del otro, y la interacción conyugal aumenta los problemas
emocionales de ambos, los priva de cualquier sentido de éxito en la
vida, y se deteriora hasta convertirse en un choque hostil, en el cual
ambos contrincantes pierden. En lugar de un dar y recibir recíproco,
hay exigencias y desafíos que conducen hacia un cisma entre los
cónyuges, que divide a toda la familia y deja a los hijos desgarrándose
entre afectos y lealtades conflictivas.

28. No obstante, el PI es quien más sufre a pesar de que ocasional-


mente se le libere del papel u obtenga ganancia secundaria.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

a) El PI internaliza los conflictos conyugales, lo cual le


dificulta mantener relaciones hombre-mujer satisfactorias.
Continúa repitiendo en su vida el drama familiar con .
otros hombres y mujeres, aun tiempo después de la muerte
de sus padres.
b) El PI siente baja autoestimación. Su etiqueta de “el malo,”
“el diferente” o “el enfermo” sólo refuerza su creencia de
que él no vale la pena.
c) Al PI no se le ha preparado para hacerle frente al mundo
fuera de la familia. Lidz dice lo siguiente acerca de la fami-
lia del esquizofrénico:45
Se niega la existencia del mundo tal y como el niño debería aprender
a percibirlo. Los conceptos que los padres tienen de su medio
ambiente no capacitan al hijo para entender y dominar de manera
sólida eventos, sentimientos, o personas; dichos conceptos tampoco se
parecen a los que otras personas aprenden en otras familias. La
familia, en forma constante, altera los hechos para adaptarlos a ne-
cesidades regidas por las emociones. Para aceptar experiencias que sé'
contradicen entre sí, se requiere pensamiento paralógico. En con-
secuencia, este ambiente familiar fomenta el pensamiento irracional.
He aquí un breve fragmento de una sesión de psicoterapia familiar,
que ayuda a mostrar cómo el conflicto entre el esposo y la
esposa produce conducta sintomática en el hijo.
a) En este fragmento, el proceso de inducción se demuestra in-
directamente, a través de la conversación de los cónyuges.
b) Esta pareja está bastante cerca de ver cómo el conflicto entre
ambos esposos afecta al niño.
c) Los padres también son capaces de discutir la relación conyugal
como algo relativamente aparte del hijo. (Esto contrasta en
forma notable con la incapacidad de los padres de un niño
esquizofrénico para discutir su propia relación como algo
aparte.)
d) Una vez que el terapeuta familiar puede ayudar a los cónyuges
a tratarse entre sí de una manera más satisfactoria, los ayuda a
liberarse lo suficiente para ver al niño tal y como éste es.
Aparecen entonces satisfacciones tanto para los padres como
para el niño, ya que los hijos en forma desesperada desean dar
gusto a sus padres, y los padres básicamente quieren hacer el
bien a sus hijos.

Fr agme nto :
Ea: A los niños también tengo que ponerlos bajo un doble
estándar.
LA DESILUSION CONYUGAL Y EL NIÑO 47

T: ¿Y por qué?
Ea: Bueno, porque mi esposo puede hacer cosas, como pegar de
gritos y hacer otros desmanes parecidos que yo no permito
que los niños hagan. Quiero decir, que él puede pellizcarlos
y molestarlos a veces, pero que a ellos no se les permite que
se pellizquen y se molesten entre sí cuando están irritados.
T: Es evidente que esto plantea un problema que creo. . . Ea: En
realidad, ¿Cómo puedo decirle a Enrique o a veces a Jorge, que
no pellizquen o que no molesten, cuando mi esposo se lo hace a
Enrique?
T: ¿Y cómo maneja usted esta situación?
Ea: Algunos días no hago nada, pero otras veces le hago bromas
a mi esposo acerca de estos puntos en que él podría, bueno
donde él podría enojarse; pero como hablo en tono de broma
él no se enoja, y yo ya sé eso. Aunque, a (pesar de todo,
siento que se contiene para no enojarse, pjorque hubo otra
época en que se habría
enojado mucho por la misma cosa, sin que yo deseara en
realidad que él se enojara, pero todavía, yo. . .
T: Quisiera usted darle a su esposo su merecido.
Eo: Eso es lo que ella quiere hacer.
Ea: Me gustaría ver que él. . .
Eo: Eso es lo que ella quiere hacer.
Ea: Me gustaría ver. . . quiero ver que se refrene. Me gusta,
este. .. Yo no . . .
T: Me figuro que le han de dar a usted ganas de darle a su
esposo su merecido.
Eo: Eso es lo que ella hace.
Ea: Y lo hago con bastante frecuencia.
T: Desde luego. Es natural. Bueno, ya estamos viendo las
cosas más claras. El la provoca; usted desea regresarle
los golpes. Usted lo provoca a él; él quiere devolverle los
golpes a usted. Creo que ése es el tipo de cosa que hemos
estado viendo aquí, de una manera o de otra; por
razones que ustedes no han entendido, pero creo que eso
es lo que ha estado sucediendo aquí en la sesión.
(Pausa.) No me parece que ustedes han entendido esto.
Eo: Mire doctora usted está, quiero decir, siento que
aquí hay, que hay. . . en otras palabras ¿está usted
diciendo que la irritación que he sentido en la relación
con mi mujer la descargo con Enrique?
T: Ajá. Sin querer hacerlo. Enrique es el campo de batalla
para ustedes dos.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

Eo: Creo que tiene usted razón. Estoy de acuerdo. Durante


mucho tiempo he sentido que así es.

30. El proceso de inducción, tal y como lo he descrito, puede dar la


impresión a ciertos lectores de que se inclina demasiado a favor
de uno de los cónyuges.
a) ¿Qué papel juega el hijo en todo esto? ¿O son los niños sim-
plemente hojas en blanco sobre las que los padres escriben?
b) ¿Puede el niño escoger entre si acepta o no el papel de PI?
c) Para contestar estas preguntas tiene uno que hacer otras:
¿Qué es lo que todos los niños necesitan recibir de sus fami- 1
lias para crecer y convertirse en adultos funcionales?
d) En el siguiente capítulo trataremos de describir el mundo, no
como los adultos lo ven, sino desde el punto de vista del niño.
6
LO QUE TODOS LOS NIÑOS NECESITAN >
PARA TENER AUTOESTIMACION

1. He estado describiendo colmo la disfunción conyugal afecta las


funciones parentales, por lo menos para uno de los hijos de la
familia, aquel qué se convertirá en el “paciente identificado”
(PI) .
a) Si cada cónyuge tiene baja autoestimación y confía poco en
el otro, esperarán que su hijo aumente la autoestimación de ^
ambos, sea una extensión de los dos y desempeñe la función
crucial de aliviar el sufrimiento en la relación conyugal.
b) Pero esto suena demasiado parcial, como si un niño sólo tu-
viera la opción de aceptar el papel que sus padres le piden
que desempeñe, o como si los hijos fueran solamente hojas
en blanco sobre las cuales los padres escriben.
« Los niños no son simplemente hojas en blanco. Llegan al
mundo con diferencias constitucionales bien definidas.
(Simplemente, en términos de la “capacidad corporal de
reaccionar” los niños recién nacidos son muy diferentes
entre sí.) También llegan al mundo como machos o como
hembras desde el punto de vista biológico.
« Por otra parte, todos los niños llegan al mundo inermes.
Se les tiene que dar o enseñar todo lo que requieren para
sobrevivir. Ningún niño llega a este mundo con un plan
detalládo de lo que hará o de lo que será. Esto tiene que
provenir de las personas con quienes vivé; por esto llamo a
dichas personas figuras de supervivencia.

2. Por ejemplo, un niño, desde que nace, necesita estar confortable


físicamente, que lo alimenten y que lo mantengan tibio, de tal
manera que, la transición de la matriz al hogar sea 1 Q más
suave posible.
3. Desde el nacimiento, un niño también necesita continuidad en
la relación.
a) Cuando recibe la comida y 49el calor, necesita que una ínisma
persona se los proporcione y, a la vez, que lo toque y le hable.
b) Necesita que la misma voz y el mismo toque humanos lo
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

introduzcan a la existencia y a la presencia predecible de “otro.”


c) Aun cuando esté alimentado y tibio, aprende a requerir la
presencia física de la madre; aprende a necesitar la relación per
se .
4. Un niño necesita aprender cómo influir en las respuestas de
otros y cómo predecir dichas respuestas.
a) Conforme aprende a diferenciar a la madre de las demás
personas, también aprende a desarrollar diferentes respuestas
que influyen en la madre.
« Cuando llora, habitualmente recibe alimento, calor y contacto
corporal. No obstante, a veces estos consuelos no llegan.
« Ciertos tipos especiales de llantos funcionan mej2or que otros
para atraer a la madre.
« Las sonrisas le acarrean un tratamiento extraespecial de la
madre.
b) Cuando aprende a incluir al padre como otra figura de super-
vivencia, también desarrolla respuestas especiales que influyen
en el padre.

5. Un niño necesita aprender a estructurar su concepto del mundo.


d) Con ayuda del lenguaje, aprende a diferenciar y clasificar los
elementos del mundo más allá del universo del propio Yo, el
padre y la madre. Aprende a clasificar gatos y perros, adultos y
niños, hombres y mujeres, familia y no-familia.
b) De sus padres aprende no sólo cómo clasificar sino también a
evaluar y predecir. Aprende a diferenciar entre sentimientos
“buenos” y sentimientos “malos,” entre conducta buena y con-
ducta mala, etcétera.

6. Un niño necesita tener un buen concepto de sí mismo en dos áreas:


como una persona hábil y como una persona sexual.* El niño
desarrollará respeto hacia sí mismo como una persona hábil (como
una persona capaz de valerse por sí misma) si por lo menos uno de
los padres confiere validez a los pasos que el hijo da en su desarrollo.

2 Decidí separar la estimación como persona hábil de la estimación como persona


sexual por dos razones. Primero, hay ciertas habilidades y actividades que no
necesariamente se ligan al sexo de la persona. Tanto los hombres como las mujeres
aprenden a trabajar, pensar, leer, resolver problemas y experimentar. (Desde luego,
como ambos sexos comparten estas capacidades, sirven para enriquecer las relaciones
entre los hombres y las mujeres.) Segund&v notado cómo algunas personas pueden
tener autoestimación en un área de su identidad y no en otra.; Los adultos pueden ser
capaces de relacionarse sexual- mente con él sexo opufesto, pero ser incapaces de
controlarse a sí mismos, o a su ambiente, o viceversa.
LOS NIÑOS Y LA AUTOESTIMACION 51

a) Un progenitor valida este crecimiento cuando él (o ella):


« Nota la existencia del crecimiento.
« Comunica verbal o no verbalmente que nota dicho crecimiento.
« Da al niño una oportunidad cada vez mayor de manifestar y
ejercer las nuevas capacidades que emergen del crecimiento.
b) Conforme un niño crece y aprende, se vuelve cada vez más capaz
de hacer cosas por sí mismo y de cuidar de su persona. « Puede
alimentarse, ir al escusado solo, atar las agujetas de
sus zapatos, anticipar el peligro y evitar los objetos peligrosos;
en otras palabras, puede manejar su propio cuerpo en relación
con el ambiente y puede manipular objetos.
« Las capacidades aumentan y llegan a incluir la habilidad de
tomar decisiones, de razonar, de crear, de formar y mantener
relaciones, de regular el momento de satisfacer las necesidades
de acuerdo con la realidad, de planear con anticipación y de
tolerar el fracaso y la desilusión.
c) Para validar las habilidades de un niño, los progenitores <fe v ben
ser capaces de reconocer cuándo el chico ha alcanzado una etapa
de su desarrollo y en qué momento concederle validez.
« No deben esperar que el niño se comporte como si tuviera cinco
años cuando ya tiene ocho, ni viceversa.
«En otras palabras, para que la validación sea verdadera debe
concordar con las necesidades, las capacidades y el grado de
desarrollo dél niño. Además, la forma en que los padres
expresan esta validación debe ser clara, directa y específica.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

d) La validación paren tal no implica una aprobación sin crítica de todo


lo que un hijo desea hacer. Los padres son los socia- bilizadores;
deben enseñar al niño que él no es el centro del mundo de sus
progenitores ni del mundo en general.
« El chico tiene que aprender a amoldarse a los requerimientos de la
vida familiar, a equilibrar sus propias necesidades con las de los
demás y adaptarse a las exigencias de la cultura.
« Necesita desarrollar habilidades para equilibrar y enfrentarse a los
requerimientos prop io s, los requerimientos del otro y los
requerimientos del con texto, en este momento y bajo estas
circunstancias.
« Ta l vez grite y se queje ante las restricciones y las reglas, pero
aceptar restricciones y aprender reglas es parte del crecimiento.
“Las restricciones” y “la validación” no son términos que se oponen.
« La validación parental tampoco quiere decir dar atención intensa y
solícita en extremo a todas las necesidades del niño. Los padres
también son seres humanos. Juanito puede estar dispuesto a
caminar si la madre lo anima, pero la madre en ese momento quizá
esté ocupada en la cocina. « La validación parental es más efectiva
cuando se expresa sin solemnidad, como algo natural.
e) Si un progenitor no valida la capacidad de su hijo, o no escoge los
momentos apropiados, el niño tendrá dificultad para integrar el
concepto de su propia habilidad. Dicha capacidad continúa siendo un
aspecto fragmentado del “Yo no importante,” del “Yo inadecuado” o
del “Yo secreto.” Quizá los padres:
« No ven las capacidades del niño cuando son obvias, o no dan
oportunidad para que se expresen dichas capacidades, o no
muestran aprobación o desaprobación cuando el niño las
manifiesta.
« Ven las capacidades prematuramente, y en forma angustiada
incitan al niño a que las exprese.
« Ven las capacidades incorrectamente (capacidades que simplemente
no existen) y en forma angustiada incitan al niño a que las
exprese.
« Ven las capacidades del chico, pero lo desaniman y lo cas* tigan por
expresarlas.
/) Si cuando un padre valida las capacidades del niño, el otro padre
contradice la validación, el aprendizaje del chico será
LOS NIÑOS Y LA AUTOESTIMACION 53

más difícil y el pequeño manifestará lo que sabe de una manera más


inconsistente.
« Quizá uno de los padres espera mucho del hijo, y el otro, poco.
« Un terapeuta familiar debe, por lo tanto, estar alerta para
observar la forma como am bo s padres validan cada una de las
capacidades del niño.
g) Si los padres no validan una capacidad de su hijo (si no la ven o si la
castigan), el niño, a pesar de todo, seguirá creciendo, ya que todo ser
vivo está programado para el crecimiento continuo. Sin embargo:
« Tal vez el chico se retenga de manifestar su capacidad de
crecimiento.
« Tal vez, la manifieste en forma secreta.
« Tal vez, la manifieste de una manera distorsionada o disfrazada.
« En cualquiera de los casos, su capacidad de crecer no contribuirá a
la autoestimación del niño.

Un niño desarrollará estimación hacia sí mismo como persona sexual,


sólo si ambos padres validan la sexualidad del chico.
a) Tiene que identificarse con su propio sexo; sin embargo, esa misma
identificación debe incluir una aceptación del otro sexo, « Los
hombres validan a las mujeres como mujeres, y las
mujeres validan a los hombres como hombres.
« La identificación, en este sentido, es un asunto bilateral: “Soy
hombre en relación con las mujeres. Es bueno ser hombre por lo que
las mujeres son.”
b) La identificación sexual es el resultado de un sistema de aprendizaje
en el que intervienen tres personas. Los padres validan la
sexualidad del hijo a través de la manera en que lo tratan cómo una
pequeña persona sexual; pero la validan, principalmente, cuando
sirven como modelos de una relación funcional y satisfactoria entre
un hombre y una mujer.
« Podemos hacer un diagrama del contexto que sirve , para aprender
a estimar lá propia sexualidad, en la forma siguiente:
Padre (macho grande) - __________ Madre (hembra grande)

A B C

Niño (macho pequeño)


>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

« A y C son interacciones. B representa la demostración que el esposo


y la esposa hacen de las relaciones adultas entre macho y hembra,
tal como el niño las observa. Esa demostración tiene más peso en la
identificación sexual del niño que todo lo demás. (Nótese
específicamente que el niño es un macho pequeño y que sus padres
son un macho grande y una hembra grande.)
c) Mucha gente, cuando piensa en familias, las representa simplemente
como pequeños grupos de individuos que llevan a cabo funciones y
papeles similares o intercambiables.
« Los miembros de la familia no son cuerpos sin sexo ni edad que
interactúan. Son machos y hembras adultos que inter- actóan con
machos y hembras pequeños.
« El mundo entero está constituido por machos y hembras. Los
papeles que las personas desempeñan y que tienen mayor
influencia psicológica están ligados al sexo. Los machos son el hijo
de alguien, el hermano de alguien, el novio de alguien, el esposo de
alguien, el padre de alguien, etcétera. Las hembras son la hija de
alguien, etcétera.
€ Los machos y las hembras también desempeñan papeles que no
están ligados al sexo, como ser el patrón de alguien, la maestra de
alguien, etcétera. No obstante, lo habitual es que el sexo de ese
patrón o de esa maestra tengan un significado especial, que se
deriva de las primeras relaciones que sí estaban ligadas al sexo.
d) Si un niño necesita los modelos de ambos sexos, ¿Qué sucede si el
padre de un muchacho muere cuando él nace y su madre no se vuelve
a casar? ¿Quiere decir esto que el muchacho no desarrollará
estimación hacia sí mismo como persona del sexo masculino?
* No, porque los niños poseen un gran ingenio para crear, tomando
de! ambiente más amplio que los rodea los elementos que les faltan
en la vida familiar. Usan tíos, abuelos, hermanos mayores, vecinos,
maestros o cualquier macho disponible mayor que ellos.
« Incluso Jos niños en los orfanatorios toman como modelos a los
muchachos o muchachas mayores, o ál ama de llaves o al portero.
€ Los niños también soncápaces de integrar una imagen de cómo fue
el padre, basándose en los datos y anécdotas que conocen acerca de
él a través de la madre, el abuelo, la abuela, etcétera.
LOS NIÑOS Y LA AUTOESTIMACION 55

«c El niño podrá utilizar modelos masculinos si recibe de la madre el


mensaje de que los hombres son valiosos. Si recibe el mensaje de
que los hombres no son valiosos y de que a mamá le duele que él
busque modelos masculinos, entonces utilizará los modelos que
están disponibles en forma encubierta y distorsionada.

Cuando los padres no son capaces de validarse entre sí como personas


sexuales, tampoco podrán validar al niño como persona sexual.
a) En forma abierta o encubierta, existirá entre ambos menosprecio, que
les impedirá proporcionar modelos de una relación hombre-mujer
funcional y satisfactoria.
b) Es más, si cada uno está en conflicto con el otro, también estará en
conflicto con el hijo. Por lo tanto, éste recibirá mensajes
contradictorios de sus padres respecto a lo que debe ser y hacer. Le
pedirán que vaya hacia el norte y hacia el sur al mismo tiempo.
c) Además, los padres utilizarán al niño como peón en el conflicto
conyugal. Le pedirán que tome partido. El chico a menudo se verá
alternativamente menospreciado por uno de los progenitores y
validado por el otro.
d) En general, el niño se verá sujeto a experiencias altamente
contradictorias o discrepantes.

Para ilustrar esta situación, desmenucemos la interacción familiar en


una serie de preguntas que un niño del sexo masculino podría hacerse.
Las respuestas a dichas preguntas formarán la base de su identificación
sexual.
a) ¿Cómo trata mi padre (el varón grande) a mi madre f(la mujer
grande) ?
¿Cómo me trata mi padre (a mí, el varón pequeño) ? ¿Cómo me
dice mi padre que trate a mi madre?
¿Cómo trata mi madre (la mujer grande) a mi padre (el varón
grande)?
¿Cómo me trata mi madre (a mí, el varón pequeño) ? ¿Cómo me
dice mi madre que trate a mi padre?
b) Tomando como encabezado cada pregunta, trataré de mostrar
algunas contradicciones muy simples que se le pueden presentar a un
niño.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

¿Cómo me trata mi madre?


¿Cómo me trata mi padre?
a) De hecho el niño se pregunta: ¿Cómo reacciona mi matire (o mi
padre) al hecho que tengo genitales, de que manifiesto sentimientos
sexuales (en la masturbación, en las emisiones nocturnas, en las
erecciones) y de que manifiesto mi sexualidad a otros (en el juego
sexual, en besos, en caricias corjx>- rales, y más tarde, en el coito) ? ¿
Cómo reacciona mi madre (o mi padre) a mi interés en ciertos
juguetes, a las prendas de vestir que escojo y a mis peleas con los
muchachos?
b) El niño puede darse cuenta, por sí mismo, de las respuestas a estas
j}reguntas, porque experimenta en forma directa las actitudes
parentales.
« Escucha lo que cada progenitor le dice. Quizá mamá diga que no es
natural masturbarse. Tal vez su padre le diga que no hace daño
hacerlo.
« Escucha lo que cada progenitor dice al otro acerca del hijo mismo.
Quizá el padre diga: “Juanito es un debilucho.” Tal vez la madre
diga: “No es cierto, lo que pasa es que todavía es muy chico.”
« Nota cómo cada uno de los padres se comporta con él. Quizá el
padre ríe cuando él “colecciona” muchachas. Tal vez la madre lo
regañe por besar a cu a lq uier muchacha.
« Nota cómo cada uno de los padres reacciona a la conducta que el
otro muestra hacia el hijo mismo. Quizá el padre le dé nalgadas
cuando regresa tarde a la casa. Tal vez la madre regañe al padre
por ser demasiado estricto.
« Nota cómo cada uno de los padres le dice de qué modo debe
comportarse y cómo se comportan ellos mismos. Quizá el padre le
dice que no robe, y al mismo tiempo se jacte de que hizo trampa,en
sus impuestos. Tal vez la madre le diga que no mienta, y al mismo
tiempo le permita decir que tiene doce años (cuando en realidad
tiene catorce) para pagar menos en el cine.
c) Además, debemos tener en cuenta que la mayoría de los niños suelen
estar en presencia de ambos padres. Esto hace que aumenten las
oportunidades de que existan inconsistencias.

¿Cómo se tratan papá y mamá entre sí?


a) En este aspecto de la vida familiar, el muchacho no siempre puede
basarse en su experiencia directa.
LOS NIÑOS Y LA AUTOESTIMACION 57

« La manera en que se tratan papá y mamá incluye sus rela-


ciones sexuales. Habitualmente el niño no observa esto, a
menos que tenga la oportunidad de hacer investigaciones a
través del ojo de la cerradura.*
« Aunque el niño tenga la oportunidad accidental de observar a
sus padres en un coito, probablemente no comprenderá el acto
en su significado adulto; le parecerá que papá está lastimando
a mamá. Desde ese punto de vista, el niño está adquiriendo
datos acerca de lastimar y no acerca de amar.
b) Todo lo que el chico puede observar directamente es cómo sus
padres parecen llevarse entre sí día tras día, y esto también
puede confundirlo.
« Ta l vez los ve peleair durante el día, y sin embargo, duermen
en la misma cama en la noche.
« Quizá los oiga quejarse de “estar atado a las faldas de la mujer”
o “estar encadenada al hombre,” y sin embargo, ve cómo
cualquiera de los dos se muestra apenado cuando el otro está
ausente.
« Quizá no los vea pelear abiertamente, pero observa, a través de
su conducta, cuando uno está tenso y enojado con el otro.
« Tal vez le parezca que están perennemente lastimados y no
sepa qué cosa los lastima.
c) Para agregar otro factor a la confusión posible, el niño debe
integrar la forma como los padres se tratan entre sí con la forma
como lo tratan a él. De manera consciente o inconsciente debe
preguntarse:
« ¿Cómo es que la madre le dice al chico cuando está lastimada o
triste y, en cambio, nunca se lo dice al padre?
« ¿Cómo es que el padre le da a él todo lo que él quiere y, en
cambio, se enfada cuando la madre se compra un vestido? «
¿Cómo es que la madre lo alienta a ser el muchacho más macho
del vecindario y, sin embargo, insiste en que el padre controle su
ira?

* En nuestra cultura, los adultos no muestran abiertamente su sexualidad ante


los niños; sólo dan indidos ocasionales acerca de ella en forma de chistes, abrazos,
besos, etcétera. No recomiendo que los padres muestren dicha sexualidad, pero es
interesante notar cómo a los niños esquimales no parece hacerles daño presenciar |
con frecuencia las demostraciones de la sexualidad de sus padres.

12. ¿Cómo me dice mamá que trate a papá?
¿Cómo me dice papá que trate a mamá?
a) El niño se pregunta: ¿Menosprecia mamá a papá, pero me dice
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

que lo trate con respeto? ¿Golpea papá a mamá, pero me dice que
la trate con respeto?
b) Muchas de esas experiencias contradictorias podrían explicarse y
de hecho se explicarían en una familia funcional, ya que el niño
podría hacer preguntas al respecto. El niño entendería entonces
que cada experiencia corresponde a un conjunto específico de
variables y no necesariamente se liga a otra experiencia similar.
c) En una familia disfuncional, los niños tienen la impresión de que
no deben hacer preguntas. Las preguntas podrían conducir a
discusiones sobre la relación conyugal, y a los esposos les duele
demasiado dicha relación para poder discutirla abiertamente.

13. Así, cuando se deja al niño con contradicciones no explicadas, él


tratará de explicárselas a sí mismo y a menudo llegará a conclu-
siones incompletas o incorrectas.
a) Con objeto de llegar a alguna conclusión, a veces distorsiona
peligrosamente o descarta arbitrariamente los hechos que pre-
sencia.
b) Por ejemplo, tal vez opine lo siguiente acerca de la relación
hombre-mujer:
« Si uno es el “lastimado,” el otro es “quien lastima.”
« Si uno es “débil/5 el otro es “fuerte.”
« Si uno “pierde,” el otro “gana.”
« Si uno es “bueno,” el otro es “malo.”
c) Estas conclusiones demasiado simples, en que todo es blanco o
negro, hacen que sea en especial difícil integrar modelos y
dificultan gravemente el desarrollo de la autoestimación. Por
ejemplo:
« El muchacho trata de rechazar a uno de los padres (que
llamaremos “norte”) y escoge al otro (“sur”). Al hacer esto deja
de incluir a uno de los sexos como modelo. Puesto que no
puede hacer esa elección sin ambivalencia, el rechazo de uno
de los sexos es siempre incompleto.
« El muchacho puede tratar de rechazar tanto a norte como a
sur. Al hacer esto, deja de incluir a ambos sexos como modelo.
Rehúsa integrar el concepto de los varones en relación con las
mujeres, y viceversa, pero esta opción también es incompleta.
« El müchacho puede tratar de integrar lo que no puede in-
tegrarse, intentando ir hacia norte y hacia sur al mismo
tiempo. Al hacer esto, permanece inmóvil en sus esfuerzos de
utilizar cualquiera de los modelos sexuales.
d) La estimación de un muchacho por sí mismo como varón, sufrirá
más si su padre parece ser el más herido, menospreciado o
LOS NIÑOS Y LA AUTOESTIMACION 59

devaluado en la relación conyugal. La autoestimación de una


muchacha se verá menoscabada si observa cpae su madre es la
más herida.
« Tal vez por eso vemos tan a menudo trastornos patológicos
ligados al sexo en familias donde todos los varones o todas las
mujeres manifiestan abiertamente su sufrimiento a través de
síntomas. (Desde luego, en esta» familias los otros hijos
también sufren* aun cuando m dolor no se clasifique como
patológico.)
« Ptesto que los hijos con facilidad tienden a identificarse con el
progenitor del mismo sexo (utilizo la palabra “identificarse”
para describir el hecho de que los niños se ven a sí mismos,
desde el punto de vista genital, como semejantes a uno de los
padres y diferentes al otro), les asusta observar al progenitor
del mismo sexo ya sea hiriendo o siendo herido.
« No obstante, de los dos hechos la amenaza de ser herido es la
que más asusta. (“¡Esto me pasará a mí también!”)
« A pesar de que otras características estimulan la tendencia de
un hijo a verse a sí mismo más como uno de los padres que
como el otro, la similitud genital conlleva un destino similar en
relación con el otro sexo.

14. Si los padres, de manera constante, muestran que consideran a su


hijo una persona dueña de sí misma y sexual, y si exhiben ante él
una relación hombre-mujer satisfactoria y funcional, el hijo adquiere
autoestimación y se vuelve cada vez más independiente de ellos.
a) Guando llega el momento de abandonar en parte el hogar para ir
a la escuela, el niño lo hace con confianza (y los padres lo animan a
que lo haga). Puede sacar provecho de las / figuras que sustituyen a
los padres (los maestros) durante una gran parte del resto de su
educación.
b) Además, conforme progresa su madurez sexual, le es fácil fre-
cuentar otros círculos que no sean la familia, buscarse un
compañero sexual y establecer su propia vida independiente.
c) Al escoger cónyuge no busca (como lo hicieron María y Pepe) a
alguien con quien se sienta a salvo de peligros ni a alguien que
sea un refuerzo auxiliar para su autoestimación. Como ya se
estima a sí mismo lo suficiente, es relativamente independiente
respecto a lo que otros piensan de él (incluyendo su cónyuge).
Por esto, puede tomar en cuenta la individualidad de su
cónyuge, sin requerir, para su propia seguridad, que el cónyuge
sea una extensión de sí mismo.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

d) En todos los aspectos, la autoestimación, la independencia y la


originalidad individual van juntas.

15. La estrecha relación que existe entre la validación parental, la


autoestimación, la independencia y la originalidad se ve con cla-
ridad cuando uno observa cómo una persona disfuncional (o sea,
un niño no validado que es ahora un adulto) todavía se aferra a
sus padres, o busca figuras parentales sustituías, o se relaciona
con su compañero sexual como si ese compañero fuera, de hecho,
un progenitor.
a) Este tipo de adulto sigue viviendo en el hogar parental mucho
tiempo después de que ya creció físicamente.
b) O bien, continúa involucrado muy cercanamente en la vida de
sus padres. En etapas posteriores de su vida, vuelve a mudarse
a la casa de sus padres, o se los lleva a vivir con él. O vive a
una calle de ellos y los visita con tanta frecuencia que a
menudo es difícil distinguir entre su hogar y el de ellos.
c) O se separa de sus padres, pero continúa buscando que lo
validen figuras parentales sustituías (un jefe en la oficina, un
amigo de más edad, etcétera). Puede dar a una de estas figuras
el nombre de “cónyuge” y casarse con ella, pero estará
relacionado con ella como con un progenitor.

\16. ¿Quiere esto decir que cuando vemos a padres que no validaron a
sus hijos podemos suponer que no desearon que sus chicos se
independizaran de ellos? Esto es en parte cierto, pero es una ma-
nera demasiado simple de explicar las complejas motivaciones que
existen cuando los cuidados parentales son disfuncionales.
a) Los padres que no validan a sus hijos habitualmente están
demasiado desilusionados en su relación conyugal, y demasía-
do ocupados en satisfacer sus propias necesidades, para siquiera
poder ver a sus hijos como individuos y mucho menos ver sus
necesidades. Esos progenitores son, a su vez, productos de cuidados
parentales disfuncionales.
b) Su falla para validar es más un acto de omisión que un acto que se
comete voluntariamente. Desean desesperadamente ser buenos
padres.
c) En vista de que los progenitores disfuncionales consideran que su
propia relación conyugal dolorosa no influye en su manera de dar
cuidados parentales, no se dan cuenta del hecho de que lo que
construyen con una mano lo destruyen con la otra.
7
EL TRIANGULO FAMILIAR Un
paréntesis breve

1- Antes de iniciar los capítulos sobre comunicación, necesitamos


hacer una pausa para evaluar cierta conducta familiar que parece
contradecir la tesis de que un niño necesita que sus padres tengan
una relación funcional y satisfactoria, y de que automáticamente
su desarrollo mental será saludable si existe dicha relación.
a) Algunos fragmentos de transcripciones de sesiones iniciales de
psicoterapia familiar muestran lo siguiente:
« Cuando el esposo y la esposa empiezan a discutir, el “pa-
ciente identificado” ( PI ) interviene y hace que ambos fijen
su atención en él.
« De la misma manera, cuando el esposo y la esposa empiezan
a entenderse amistosamente, el PI interviene y hace que
ambos fijen su atención ytn él.
b) Muchos psicólogos han considerado que esta conducta emana
de los deseos sexuales del hijo hacia el progenitor del sexo
opuesto. Este deseo continuamente lleva al chico a tratar de
separar a sus padres y, al mismo tiempo, lo lleva a tratar de
unirlos, en parte porque teme la castración y en parte porque
los necesita a ambos.

2. Mi propia interpretación es algo diferente. Para empezar, no


postulo que el sexo es el impulso coercitivo básico del hombre.
Según lo que he observado, el impulso sexual está subordinado al
deseo de aumentar la autoestimación y se usa para defenderse
contra amenazas a la autoestimación misma.
a) Es verdad que dos personas que tienen autoestimación eleva-
da, y que abiertamente se comportan de acuerdo con su pro-
pia personalidad, resultarán ser individuos con una clara
identificación sexual, hábiles y creativos.
b) No obstante, la necesidad de sentir estimación hacia uno mismo
es tan importante, que los cónyuges adultos se privarán de la
satisfacción sexual o no la exigirán en una relación vital, si la
conducta o las exigencias sexuales llevan hacia una situación que
61
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
amenace la autoestimación. Uno observa esto una y otra vez
cuando las parejas vienen a pedir consejos.
c) Es verdad que la necesidad de satisfacción sexual exacerba los
problemas en la relación conyugal, pero los esposos continúan
juntos a pesar de dicha necesidad; según lo demuestran estas
soluciones maritales, la necesidad de proteger la auto- estimación
predomina sobre la necesidad sexual.

Explico la conducta del PI en la psicoterapia de la manera siguiente :


a) Cuando los padres del muchacho pelean, el chico teme que uno de
ellos o ambos sean destruidos en el proceso.
« No desea perder a ninguno de sus padres, los ama y los necesita
a ambos.
« Ha aprendido que cuando los hace fijar su atención en él, los
padres dejan de pelear.
b) Cuando en la psicoterapia familiar, los padres del muchacho*
empiezan a ponerse de acuerdo en forma amistosa, se le presenta
a éste una situación enteramente nueva.
« Un chico en una familia disfuncional nunca ha tenido la
experiencia de ver a sus padres unidos. Cuando trataban de
parecer unidos, el chico siempre supo que no lo estaban. Ahora,
cuando en realidad están dando sus primeros pasos hacia una
manera amigable de relacionarse, el muchacho no tiene una
experiencia que le sirva para evaluar la conducta de sus padres.
« Además, hasta este momento las necesidades del chico han sido
satisfechas sólo a través de las necesidades de los padres. Si los
progenitores se unen, quizá lo ignoren por completo; tal vez lo
abandonen. Nunca ha tenido la experiencia de que lo excluyan
de la relación conyugal y al mismo tiempo le aseguren cuidados
paren tales apropiados.
« Aunque su papel actual de PI es pesado, no conoce ningún otro
papéis familiar y, al igual que sus padres, teme al cambio.
Tanto él como los progenitores cooperan activamente;
para mantener la psicoterapia familiar enfocada en las re-
laciones padres-hijo.
c) Repetidas veces me ha sorprendido con cuánta facilidad el PI
abandona su papel como mediador, una vez que la psicoterapia
familiar progresa. Cuando ya está seguro de que las ¡
discusiones no acarrearán destrucción, y de que la relación
conyugal amistosa aligera las exigencias de los padres sobre él,
el PI activamente ayuda al terapeuta para que éste ayude a los
EL TRIANGULO FAMILIAR 63

padres como có nyuge s; al mismo tiempo, el chico trata que


sus padres lo reconozcan como un individuo aparte con
necesidades propias. De hecho, el PI a menudo es muy útil
como “consejero conyugal auxiliar.”

4. A pesar de lo anterior, aún podemos hacer la pregunta: ¿Por qué


vemos que, en familias disfuncionales, con frecuencia aparece una
excesiva cercanía entre el padre y la hija, o entre la madre y el
hijo?
a) ¿No prueba esto que cada hijo en realidad se ha propuesto
separar a sus padres; que el hijo no sólo trata de crear dicha
separación, sino que, en cierto sentido, lo logra? ¿Y que, cuando
el chico piensa haber logrado su objetivo, manifiesta síntomas?
b) En cierto grado, los síntomas pueden originarse en el conflicto
edípico. Pero pregunto: ¿Cómo es que este conflicto se produjo?

5. Pienso que el complejo edípico se convierte en “conflicto” edípico


sólo cuando el individuo no puede integrar una imagen apropiada
de su propio sexo, con una imagen compatible del otro sexo. Que
esto suceda o no, depende de si los padres manifiestan de manera
clara, directa y específica sus diferencias y su personalidad indivi-
vidual. „
a) Los niños nacen con la capacidad de expresar, sin culpa, sen-
timientos acerca de su sexualidad ante cualquier persona.
b) No obstante, los niños nacen en un mundo que impone tabúes
estrictos sobre ciertas expresiones y conductas respecto a la
sexualidad. La prohibición más importante es el tabú del
incesto, que se impone al niño para protegerlo y proteger la
relación sexual adulta.
c) Los niños aprenden que existe el tabú del incesto cuando ex-
presan sus sentimientos hacia el progenitor del sexo opuesto y
reciben desaprobación, la cual a su vez produce culpa y miedo,
y amenaza la autoestimación del niño.

6. Pero la culpa y el miedo por sí solos no conducen hacia un desa-


rrollo edípico invalidante.
a) Los niños en familias funcionales reciben, de manera consis-
tente y clara, amonestaciones respecto a que ninguno de los
padres es un objeto adecuado para los sentimientos sexuales
cada vez más intensos del niño.
b) El hijo de padres funcionales sentirá “conflicto” ante tales
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
amonestaciones, en el mismo grado en que siente conflicto ante
cualquiera limitación que los padres impongan respecto a los
interminables deseos egoístas del chico.
c) Estos padres no repriueban los sentimientos sexuales del niño
per se . Le aseguran, simplemente, que esos sentimientos de-
ben expresarse en otra parte.

7. El tabú del incesto se vuelve algo que produce conflictos intensos


cuando ambos padres lo refuerzan inconsistentemente, y uno de
ellos de manera obvia anima al hijo a que trate de romper dicho
tabú.
a) En las familias disfuncionales, el progenitor de sexo opuesto al
del niño promueve los sentimientos incestuosos a través de
expectativas y exigencias que expresa abiertamente.
b) El progenitor de sexo igual al del hijo promueve un sentido de
culpa respecto a dichos sentimientos, cuando no interviene
para separar a su cónyuge y a su hijo, pero al mismo tiempo
menosprecia al niño y se retira de él, provocando con esto que
el hijo se incline más hacia el progenitor seductor.
c) El tabú del incesto, por sí mismo, causa sólo conflictos menores
en el niño. Es la inconsistencia de los padres respecto al tabú
la que al mismo tiempo estimula los sentimientos sexuales y
aumenta la culpa.

8. Como dije antes, en cualquier triángulo los tres miembros pueden


tener miedo de ser excluidos.
a) En mi opinión, no es posible que exista una relación entre tres
personas. Sólo existen relaciones recíprocas entre dos
personas, con un tercer miembro en el papel de observador.
b) En un triángulo familiar, la esposa teme que su marido pierda
interés en ella, el marido teme que su esposa pierda inte-
res en él, y el niño (cuando se da cuenta de la existencia de
su padre) teme que no será el centro del mundo de sus pa-
dres.
Guando el niño alcanza la edad de dos años,
ya se da cuenta, de manera definitiva, de que
su padre es una persona que se va todo el día
pero regresa al hogar en la noche y exige
atención de su esposa. .
« Los niños de ambos sexos responden a la llegada del padre
con interés y temor. Deben ahora averiguar dónde embo-
EL TRIANGULO FAMILIAR 65

nan ante dos personas que para ellos son muy


importantes. «Un niño trata de resolver el dilema ya sea
corriendo de uno hacia el otro, o logrando que ambos,
como unidad, se concentren en él.

En el triángulo familiar funcional, los cónyuges confían en su


propia relación marital y por lo tanto son capaces de manejar,
sin amenazas, los temores del niño de ser excluido.
a) La madre es capaz de permitir al niño una relación con su
padre.
b) El padre es capaz de permitir al niño una relación con su
madre.
c) No obstante, ambos cónyuges le señalan al niño con
claridad que nunca podrá ser incluido en la relación de
ambos como cónyuges.

En el triángulo familiar disfuncional los cónyuges no confian en


su propia relación marital.
a) Cada uno ya se siente excluido ante el otro. (De hecho, uno
de los principios que rigen el comportamiento de todos los
miembros de este tipo de familias es: No hay suficiente para
todos. ¿Quién obtendrá lo poco que hay disponible?) Ambos
cónyuges buscan que el niño satisfaga las necesidades
adultas que la relación conyugal ha frustrado.
« Como cada uno está desilusionado del otro e involucrado
en una guerra conyugal, ambos piden al niño que tome
partido y dé apoyo. (Esto quiere decir que tome una po-
sición contra el otro progenitor.)
« La madre, en sus esfuerzos jx>r convertir al hijo varón en
un aliado y en un compañero sustituto, también lo corteja
de manera seductora, y le ofrece un incentivo adicional.
(Un padre hará lo mismo con su hija.)
« El muchacho, como es una persona sexual, responderá al afecto
de su madre con el mismo tipo de emoción. Al principio lo hará
sin sentimiento de culpa; los actos de su madre simplemente
tendrán el aspecto de signos de aprobación: “Le gusto a mi
madre.”
« El padre reacciona a la estrecha relación entre la madre y el hijo
con desaprobación y menosprecio y se retira de ambos. El
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
muchacho recibe el mensaje: “A mi padre no le gusto.”
« Y cuando el muchacho nota cómo la madre menosprecia a su
cónyuge y al mismo tiempo lo aprueba a él, recibe otro mensaje:
“A mi madre le gusto yo más de lo que le gusta mi padre.”
€ El muchacho ama 'y necesita a ambos padres. Por lo tanto, es
inevitable que sienta conflicto ante el amor de su madre: - “El
amor de mi madre hace que pierda a mi padre.”
b) Los terrores ante el incesto se muestran, en realidad, como
respuestas aprendidas ante un ambiente verdadero y palpable. « La
madre de verdad muestra celos hacia Juanito cuando Juanito parece
tomar el partido del padre.
« El padre de verdad muestra celos hacia Juanito cuando la madre
invita a Juanito a convertirse en compañero sustituto y aliado
de ella.
« A pesar de lo anterior, ambos padres permiten que Juanito crea
que es esencial para su relación conyugal. Cuando el niño trata
de evitar aliarse con uno de ellos contra el otro, o cuando trata
de evitar que lo usen en la guerra sexual, ambos continúan
involucrándolo.
« En lo que respecta a los temores de castración de Juanito, el
niño tiene buenas razones para preocuparse por la pérdida de
su pene. Puesto que las mujeres no tienen uno, el pené adquiere
en realidad el aspecto de algo que una persona enojada podría
quitarle. (Y sucede con frecuencia que el niño recibe amenazas
respecto al pene, de manera abierta o encubierta, de uno de los
padres o de ambos.)

Debo agregar que, aunque un hijo parezca más cércano a su madre y


aliado á ella (igual que una hija parece más cercana a su padre y
aliada a él) esta alianza es ilusoria.
a) La madre y el padre tal vez interpreten que este tipo de relación
significa que el chico está tomando partido, pero en lo
que respecta al pensamiento del niño, él no se está aliando
con uno de ellos.
b) Los niños no pueden aliarse con uno de los padres sin am-
bivalencia.
c) Los niños anhelan y necesitan una relación aceptada con cada
uno de sus padres. Dicha relación es una de las formas en que
se validan la habilidad y la sexualidad del hijo.
d) El ejemplo de la relación entre los padres es otra manera en
que las características del niño son validadas. Una madre no
EL TRIANGULO FAMILIAR 67

tiene que tener relaciones sexuales con su hijo, ni tiene que


seducirlo para darle una sensación de seguridad respecto a su
valía como varón. Lo valida indirectamente teniendo re-
laciones sexuales con su esposo y gozando abiertamente y
aprobando a su marido como una persona del sexo masculino.
También valida a su hijo haciéndole saber que ella aprueba la
sexualidad de él y que aprueba el hecho de que al pasar el
tiempo él buscará una compañera propia.

12. Én una familia disfuncional, debido a que ambos cónyuges son


especialmente sensibles respecto a que los excluyan, de hecho el
niño acaba por perder a uno de sus padres, a menos de que pueda
tranquilizarlos. Para lograr esto, el chico debe caminar sobre una
inestable cuerda floja entre ambos padres.
a) El hijo acaba por tener una relación distante con el padre.
b) La hija acaba por tener una relación distante con la madre.

13. A un hijo que se convierte en un “paciente identificado” en una


familia disfuncional, le dan la carga de muchas otras cosas, ade-
más de deseos incestuosos y temores de castración.
a) Le dan la carga de creer que, en realdiad, es él quien man-
tiene juntos a sus padres. Le enseñan que, de alguna manera,
puede unirlos, por lo menos si logra que ambos enfoquen su
atención en él.
« Esto sucede de manera natural, conforme el hijo rebota
entre los deseos de uno de los padres y los deseos del otro de
convertirlo en la extensión de ellos mismos.
« Esto también sucede cuando el hijo trata de que 1c» padres
lo validen como un individuo con necesidades propias, y
ellos perciben o interpretan dichos esfuerzos como una con-
ducta rebelde y hostil.
« Puesto que el hijo no puede dar gusto a ambos padres y a sí
mismo, manifiesta conducta cada vez más contradictoria.
« Esta conducta mala, diferente, loca o enferma hace de ma-
nera intensa que los padres se unan mucho más para en-
focar su atención en él.
b) No obstante, esta forma de uñir a los padres no alivia en
realidad el dolor conyugal y tampoco llega a incluir en reali-
dad al PI en la relación de los esposos. El hijo sufre por la
carga de creer equivocadamente que es “parte del matrimo-
nio.” (En una familia funcional, se disiparía con naturalidad
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
esta falsa idea del hijo en el momento en que apareciera.)
« El PI no alivia el dolor de sus padres. Simplemente desvía )
la expresión de dicho sentimiento hacia él mismo. ^ x « No es
una parte genuina de la relación conyugal. Dicha relación es
un sistema cerrado física y psicológicamente. El hijo es más
pequeño que sus padres, no sabe lo que ellos saben, no
puede hacer lo que ellos pueden hacer. No es posible que se
relacione con cualquiera de ellos de la manera en que ellos
se relacionan entre sí, ya que no es igual a ellos ni
sexualmente ni en otras áreas.
« Aunque el PI sea alguien “extraño” al matrimonio, le falta
experiencia y juicio respecto a qué hace sufrir a sus padres,
de modo que cualquier cosa que él haga para aliviarlos
probablemente será inadecuada y fracasará. (Por ejemplo,
los adultos manifiestan su dolor de maneras diferentes. El
padre quizá muestre que sufre maltratando a la madre. La
madre tal vez muestre su dolor a través del llanto. Al niño
le puede parecer que la madre sufre más que el padre en la
relación conyugal. ¿Cómo podemos esperar que el niño
entienda bien el sufrimiento de ambos cuando ve a sus pa-
dres a través de una lente tan simple?)
c) Aunque el PI no puede aliviar el dolor conyugal, sus padres . le
permiten creer que sí está en sus manos hacerlo, y que él
es esencial para la relación de los esposos. Debido a esto, el PI
sufre la carga de otra idea falsa, la de que él es omnipotente.
« El ha de ser muy importante puesto que ambos padres
responden ante él con tanta intensidad.
« El ha de ser igual que los padres, puesto que ambos le piden
que tome el partido de uno contra el otro.
« El ha de ser todopoderoso, puesto que ambos padres de-
penden de él para que valide su autoestimación y represente
a la familia en la comunidad.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
« El ha de ser parte de la relación conyugal, puesto que los padres
dependen de él para que mantenga la cohesión de dicha
relación.
« El ha de ser un Rey omnipotente y omnisciente puesto que lo
tratan en todas estas formas.
d) De hecho, el PI recibe la carga de la responsabilidad de vivir para
sus padres. Ellos ignoran las necesidades del hijo y éste no
encuentra nunca la manera de que se atiendan dichas
necesidades.
« Como resultado, el hijo oscila entre la omnipotencia y la
impotencia, entre la grandiosidad y la renuncia a satisfacer
cualquier necesidad individual.
« El hijo desarrolla poca capacidad para predecir lo que sucederá
en las relaciones.
« Además, puesto que sus necesidades permanecen sin validarse,
desconfía de otros y, sin embargo, depende a un grado
paralizante de lo que otros piensan de éL
PARTE 2

TEORIA DE LA COMUNICACION

8
COMUNICACION: UN PROCESO DE DAR Y
RECIBIR INFORMACION

1. ¿Qué queremos decir con -Vomunicación”? ¿Estudiar cómo las


gentes se comunican, no equivale casi a estudiar cómo caminan
para cruzar un cuarto? ¿No conduce a ignorar los procesos más
profundos de los que la‟ psiquiatría debe ocuparse?
a) Se entiende en general que la palabra “comunicarse” se refiere a
la conducta no verbal, tanto como a la conducta verbal, dentro de
un contexto social. ¿Según esto, “comunicación” puede significar
“interacción,” o “transacción.” El concepto “comunicación”
también incluye todos los símbolos y claves que las personas
utilizan para dar y recibir un significado.
b) Desde este punto de vista, las técnicas de comunicación que las
personas utilizan pueden considerarse como indicadores
confiables del funcionamiento interpersonal.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
c) Como una ayuda de la psicoterapia, un estudio de la comu-
nicación puede servir a estrechar la brecha entre la inferencia y
la observación, y a documentar la relación entre las pautas de
comunicación y la conducta sintomática.3

2. Si las personas desean obtener la información que necesitan de


otros, tienen que comunicarse con claridad. Como seres humanos,
sin comunicación no podríamos sobrevivir.
a) Necesitamos averiguar hechos acerca del mundo. Aprendemos a
diferenciamos de los objetos y relacionamos con ellos

3 Jackson, Riskin y yo demostramos esto hace varios años, en un artículo donde


describimos el análisis de cinco minutos de una conversación familiar grabada en
cinta magnetofónica; el Dr. Lymán Wynne nos envió dicha cinta sin datos que
permitieran identificar a las personas que hablaban. 40
COMUNICACION: DAR Y RECIBIR INFORMACION 73

cuando conocemos lo que son y cuando, gracias a las palabras y a


la experiencia, nos enteramos de lo que podemos esperar de
dichos objetos.
h ) Necesitamos averiguar hechos acerca de otras personas y
acerca de la naturaleza de las relaciones.
« Por ejemplo, ¿cuáles son las formas de actuar que la sociedad
aprueba, y que las demás personas esperan de nosotros?
« ¿Cuál es la conducta que agradará o que desagradará a los
otros?
« ¿Por qué los otros responden como lo hacen? ¿Qué persiguen?
¿Cuáles son sus intenciones hacia nosotros? ¿Qué información
nos están dando acerca de ellos mismos?
« ¿Qué imagen de nosotros mismos damos a los otros? ¿Cómo nos
ven los otros, cómo nos evalúan, cómo reaccionan ante nosotros?
c) Para recibir esta vital información contamos con dos métodos
básicos:
« Pedimos respuestas verbales.
« También observamos la conducta no verbal.

3. Para tener la capacidad de dar información a los otros, la gente


tiene que comunicarse con claridad. Necesitamos lograr que los otros
sepan qué está sucediendo dentro de nosotros; es decir:
a) Lo que hemos aprendido o lo que creemos saber.
b) Lo que esperamos de otros.
c) Cómo interpretamos lo que otros hacen.
d) Cuál es la conducta que nos agrada, y cuál es la conducta que nos
desagrada.
e) Cuáles son nuestras intenciones.
/) Cuál es la imagen que otros nos dan de ellos mismos.

4. Examinemos en este capítulo las dificultades que se presentan en la


simple comunicación verbal.
a) Para empezar, la misma palabra puede tener diferentes sig-
nificados; es decir, deno tar dife ren te s co sa s .
« Por ejemplo, si B nos pregunta “¿En qué clase estás?” no está
claro si quiere saber nuestro grado en la escuela o cuál es
nuestro nivel social.
« En Estados Unidos de América, “Pongamos esa moción sobre la
mesa” (“Let‟s ta b le that motion”) quiere decir:
“Hagamos a un lado esa moción.” En Inglaterra, la misma frase
quiere decir: “Iniciemos la discusión de esta moción.”
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

b) Para complicar las cosas, la misma palabra puede tener dife-


rentes conno tac ione s.
« Por ejemplo, “Madre” es una mujer que da a luz y/o cría a un
hijo (denotación). Pero “madre” puede ser una mujer cálida,
aceptante y generosa, o una mujer fría, exigente e insensible
(connotación).
« Cuando B utiliza la palabra “madre,” ¿qué connotación tiene la
palabra para él?
c) Lo que complica el problema es que las palabras son abstrac-
ciones, símbolos que sólo sustituyen a aquello a lo que se refieren.
« El símbolo no es ló mismo que la “cosa” o la “idea” o la
“observación” que representa (aunque a menudo nos com-
portamos verbalmente como si los símbolos fueran literalmente
lo que simbolizan). Muy a menudo se supone que el símbolo y
su significado son sinónimos.
« Además, existen palabras a diferentes niveles de abstracción.
Tenemos palabras acerca de objetos, palabras acerca de las
relaciones entre objetos, palabras que expresan estados
internos, palabras acerca de otras palabras, palabras acerca de
palabras acerca de otras palabrsas.
« Conforme las palabras Se vuelven más abstractas, sus sig-
nificados pueden ser cada vez más oscuros.
« Finalmente, hay muchos aspectos de la experiencia que no se
pueden describir con palabras.

5. Este aspecto elemental de la comunicación, el del “significado de las


palabras,” es muy importante porque la gente con gran frecuencia
sufre embrollos sólo porque A utilizó una palabra en un sentido y B
la escuchó como si hubiera querido decir algo por completo diferente.
a) Un excelente ejemplo de esto podría ser cuando A dice: “Sólo se
me hizo un poco tarde,” y B dice: “¡No es cierto!”
b) Debido a que las palabras por sí mismas suelen ser confusas, es
importante que la gente aclare y califique lo que dice, y que pida
a los demás que hagan lo mismo cuando se siente perpleja o
confundida por lo que ha escuchado.

6. Las palabras son herramientas que las personas usan para dar y
recibir información. Si ün individuo no se da cuenta de que las
palabras son sólo abstracciones, tenderá a generalizar demasiado y
COMUNICACION: DAR Y RECIBIR INFORMACION 75

caerá en el error de hacer las siguientes suposiciones:4

a) Sujx>ndrá que un caso es el ejemplo de todos los casos. No se


expresará con claridad, en especial si utiliza los conceptos de
quién, qué, dónde y cuándo.
« Ta l vez use el concepto de quié n como sigue:
“Todos son así.”
“A nadie le gusto.‟‟
“Todas las mujeres son../‟
“Los hombres son...”

« Ta l vez utilice el concepto de qué como sigue:


“Nada resulta bien.”
Todo se echó a perder.”
« Quizá utilice el concepto de dónde como sigue:
“Adondequiera que voy, eso sucede.”
“En ningún sitio es diferente.”
« Tal vez utilice el concepto cuán do como sigue:
“Nunca es diferente.”
“Esto siempre me sucede.”

b) Este tipo de personas supondrán que los demás comparten sus


sentimientos, sus pensamientos y sus percepciones:
“l Cómo es posible que te guste el pescado!”
“¿Por qué no lo hiciste bien?”
“¡Desde luego que a él no le gustaría esto!”

c) Supondrá que sus percepciones o sus evaluaciones son com-


pletas:
“Sí, eso ya lo sé.”

d) Supondrá que lo que él percibe o evalúa no cambiará:


“Así es ella.”
“Siempre he sido así.”
“Así es la vida.”
e) Supone que sólo hay dos posibles alternativas cuando estima
percepciones o evaluaciones; dicotomiza o piensa en términos de
blanco o negro:
“Ella me quiere o no me quiere.”
“Eso significará para él el éxito o la ruina.”
“O bien estás conmigo o estás contra mí.”
/) Supone que las características que atribuye a las cosas o a las
personas son parte de esas cosas o personas:

4 Agradezco a este respecto la aportación del artículo de William Pemberton


titulado “Reorientación no-directiva en ei proceso, de dar consejos.”“
“Esa pintura es fea.”
“El es egoísta.”FAMILIAR CONJUNTA
>4 PSICOTERAPIA
“Ella es hostil.”
g) Supone que puede entrar en la piel de otro. Actúa como si tuviera
una “esfera de cristal” y se comporta como el portavoz de otros:
“Yo se lo que estás pensando.”
“Sé lo que ella en realidad quiere decir.”
“Te diré lo que ella estaba sintiendo.”
“Esto es lo que le estaba pasando.”
h) También supone que el otro puede entrar en su mente. Da por hecho
que el otro también tiene una bola de cristal. Permite que el otro sea
su portavoz:
“Ella sabe lo que pienso.”
“Tú sabes lo que en realidad quiero decir.”
“El puede decirte lo que yo sufrí.”

Si el receptor de estos mensajes es un cómunicádor tan disfuncional


como el emisor, responderá asintiendo o disintiendo.
a) Si asiente, ño habrá comunicación clara, puesto que el receptor no
puede estar seguro de aquello con lo que está de acuerdo. Tal vez
diga:
“Sí, esa pintura es fea, ¿verdad?”
“Sí, ella ^egoísta, ¿verdad?”
“Sí, ella estaba sintiendo esto y aquello.”
“Sí, las mujeres son así.”
“Desde luego que así es como se hacen las cosas bien.”
b) Si disiente, tampoco puede estar seguro de aquello con lo que no está
de acuerdo. Sin embargo, el hecho de disentir puede estimularlo o
estimular al emisor para que aclare más tarde los mensajes de
ambos. El receptor tal vez diga:
“Esa pintura no fes fe*. Es hermosa.”
“EMa no es egoísta. Es muy generosa.”
„Wo, ella no estaba sintiendo eso. Lo que ella estaba sintiendo era.. “No, las
mujeres no son así. Son...”
“No, así no se hacen las cosas bien. Se hacen así”

8. Si en este intercambio el receptor es un comunicador funcional, no se


limitará a asentir o disentir. Primero pedirá al emisor que aclare y
que califique. Tal vez diga:
“A qué te refieres cuando dices que esa pintura es fea?”
“¿Qué es lo que ella hace que te parece agoísta?”
“¿Cómo sabes lo que pienso? Tú no eres yo.”
“¿Qué quieres decir con eso de que „Todos son así‟?”
“¿Quieres decir que así es tu esposa, tu jefe o quién?”
“¿Hablas de todas las mujeres o sólo de las mujeres que has conocido?” “¿Qué es
COMUNICACION: DAR Y RECIBIR INFORMACION 77
lo que no resulta bien? ¿Qué en especial?”
“¿Dónde exactamente te han sucedido estas cosas? ¿En el hogar? ¿En trabajo?” •
■ .
“¿Por qué te sorprende que me guste el pescado? A ti no te gusta, pero eso no
quiere decir que a mí no me guste.”
“¿Qué quieres decir con eso de que haga yo las cosas bien? ¿Quieres decir que las
haga como tú o qué?”

9. Una vez que el emisor recibe estas peticiones de aclarar y calificar,


¿cómo responde a ellas?
a) Si es un comunicador funcional, tal vez diga:
“Déjame tratar de decirlo de otra manera.”
“Tal vez debería dar otros ejemplos.”
“Creo que actúo basándome en una cierta suposición sobre el asunto. Esto es
lo que debo estar suponiendo...”
“Generalicé demasiado, ¿verdad? Trataré de precisar un poco más.” “Estoy
dando mi impresión. Tal vez tu no la compartas. ¿Cómo ves la cosa?”
b) Si el emisor original es un comunicador disfuncional, puede
responder en muchas formas a las peticiones de aclarar o de
calificar, pero todas tienden a bloquear la retroalimentación que
el otro individuo proporciona.
€ Tal vez desaire abiertamente las peticiones:
“Sabes perfectamente lo qué quiero decir.”
“No puedo decirlo con más claridad.”
“Ya me oíste.”
« Tal vez vuelva a expresar su opinión sin alterarla:
“Como ya dije, las mujeres son..
« Ta l vez ponga énfasis en su opinión, sin alterarla:
“Las mujeres no sólo son X, también son Y.**
“Esa pintura no es sólo fea, es positivamente nauseabunda.”
« Tal vez acuse a quien le hace las preguntas:
“¿Por qué te pones tan „quisquilloso‟?”
“No entiendes el lenguaje simple.”
“¿Es necesario que hagas „picadillo* lo que digo?”
« Tal vez evada las preguntas. (Véanse las páginas 95-97
donde se detalla esta técnica de comunicarse.)

10. Si el emisor original responde de una manera funcional a las


peticiones de que aclare y califique sus conceptos, entonces el
receptor de su mensaje tiéne una idea mejor de qué es lo que se
está discutiendo, y puede añadir:
“¡Ah, eso es lo que quisiste decir! Te entendí mal.”
“Bueno, tenemos ideas diferentes a¡l respecto. Vamos a ver en qué se
fundan.”
“Creo que no
>4 PSICOTERAPIA comparto
FAMILIAR tus experiencias.”
CONJUNTA
“Sí, he tenido experiencias similares, pero llegué a conclusiones algo
diferentes a las tuyas. Esto es lo que he decidido..
“Tal vez nos hemos enredado en las palabras. Esto es lo que quiero decir
cuando digo...”

11. Si el emisor hubiera aclarado y calificado sus mensajes desde el


principio, habría habido menos probabilidad de que el intercam-
bio se distorsionará. El emisor pudo haber dicho:
“Muchas personas, por lo menos las que he conocido, parecen ser así.” “Esto a
menudo me sucede, en especial en mi trabajo.”
“Me es difícil entender cómo a alguien le puede gustar el pescado. Tal vez
porque yo lo detesto.”
“Obrando así, me han salido bien las cosas. Quizá te pasaría lo mismo.”
“Supongo que él no querría eso. Yo no lo querría para mí mismo.” “Yo diría
que ella es egoísta, pero quizá se comporte de manera diferente con otras
personas. ¿Cómo es ella contigo?.”
“Desde mi punto de vista las mujeres son esto y aquello. ¿ Estás de acuerdo?”
“Tuve la impresión, por lo que dijiste, que intentabas hacer esto y aquello.
¿Estaba yo en lo correcto?”

12. En resumen, una persona que se comunica de una manera fun-


cional puede:
xy a) Expresar con ^rmeaa su opinión,
/ b) pero, al mismo tiempo, aclarar y calificar lo que dice,
c) pedir la réplica,
d) y ser receptivo a la réplica cuando la recibe.
13. Si se quiere que la comunicación verbal sea razonablemente clara,
tanto el emisor de un mensaje como el receptor tienen la
responsabilidad de hacer que así sea.
a) La aclaración y la calificación mutuas reducen las generali-
zaciones.
« Permiten a ambas partes ser específicas y probar sus
afirmaciones.
« Permiten a una persona verificar su “realidad” y compararla
con la “realidad” de la otra persona. b ) También ayudan a separar
a quien percibe las cosas de lo que está siendo percibido.
« Frena la tendencia a proyectar en otros los propios deseos,
pensamientos y percepciones.
« Frena los esfuerzos de una persona de hablar por otra.

14. Desde luego, ninguno de nosotros se comunica de una manera tan


ideal o tán intelectual.
a) Todos generalizamos cuando nos comunicamos.
COMUNICACION: DAR Y RECIBIR INFORMACION 79

b) Alguien gue perpetuamente estuviera aclarando y calificando


parecería tan disfuncional como la persona que rara vez lo hace.
El aclarador excesivo podría producir en el receptor la duda de
si existe alguien en la interacción con qu ien in- teractuar.
c) Un emisor que perpetuamente pidiera del receptor retroali-
mentación, se pondría en la posición de ser inundado por dicha
retroalimentación y nunca formular su propio mensaje.
d) Un receptor que perpetuamente pidiera al emisor que aclarara,
parecería quisquilloso, poco cooperador e irritante.

15. Las generalizaciones son peligrosas si se utilizan en exceso, pero


también son atajos indispensables.
a) Nos ayudan a organizar nuestra experiencia.
b) Nos ayudan a hablar acerca de una multitud de diferentes
observaciones al mismo tiempo.
c) Nos liberan de la necesidad de evaluar cada nuevo evento
empezando en cero.
d) La teoría misma es un cuerpo de generalizaciones. Como tal, ha
sido una herramienta útil en todas las ciencias.
16. Pero la persona que se comunica en forma disfuncional se com-
>4 PSICOTERAPIA
porta como si FAMILIAR CONJUNTA
no se diera cuenta del hecho de que generaliza o de
que actúa basándose en suposiciones.
a) Rara vez verifica o especifica la manera en que él o los otros
utilizan las palabras.
b) Generaliza con exceso.
c) Sus técnicas de comunicación sólo sirven para oscurecer el
significado, y parece no ser capaz de reanudar el hilo de la
comunicación una vez que lo ha perdido.

17. Las personas disfuncionales también envían mensajes incompletos.


a) No completan sus oraciones, esperan que el receptor lo haga:
“El no es muy... tú sabes.”
“Como puedes, ver... bueno, es obvio.”
b) Utilizan pronombres en forma vaga. (Estos problemas de
comunicación repetidas veces aparecen en la psicoterapia
fami-
liar.)
Ea: Nosotros fuimos y por eso ellos se molestaron.
T: Un momento. ¿Quién fue, adonde? ¿Quiénes se molestaron? Ea:

Bueno, Enrique y yo fuimos a la casa de su madre, ¿ve? A casa


de la madre de Enrique. Los niños querían ir, pero Enrique y yo
queríamos ir solos. Por eso, los niños lloraron al vernos salir de la
casa.
c) Suprimen en sus mensajes fragmentos enteros que sirven
de conexión.
T: (A la esposa.) Siento haber llegado tarde a la cita de hoy.
Ea: No importa, doctora, Capulín estaba corriendo alrededor de la
manzana.
En su forma completa, este mensaje sería así:
No importa, doctora. Mi perro (que se llama Capulín) sé escapó
de ia casa y se puso a correr alrededor de la manzana. Tuve que
salir corriendo tras él. Me tomó cierto tiempo alean- Zarlo. De
manera que yo también llegué tarde a nuestra cita. N
d) A menudo, estás personas no envían mensaje alguno, pero
se comportan, en relación con otros, como si lo hubieran
hecho. (Esto aparece repetidas veces en psicoterapia, y
habitualmen-
COMUNICACION: DAR Y RECIBIR INFORMACION 81

te se asocia a un deseo interno que nunca se expresa en palabras. )


M: Nunca me ayudan en la casa.
T: ¿Se refiere usted ahora a los niños?
M: Sí.
T: ¿Les ha dicho usted lo que desea que hagan?
M: Creo que sí. Se supone que lo saben.
T: ¿Pero se los ha dicho usted?
M: Creo que no.

#****

Ea: No tuvimos pan para merendar. A él se le olvidó.


T: ¿Se refiere a su esposo?
Ea: Sí.
T: (Al esposo) ¿Sabía usted que se había acabado el pan en la casa?
Eo: No; desde luego que no, yo no...
T: ¿Recuerda usted si su esposa le dijo?
Eo: No. No, nunca me lo dijo. Si hubiera sabido, hubiera comprado algo de pan
en el camino a casa.
T: ¿ Recuerda usted haberle dicho a su esposo que ya no había pan y haberle
pedido que comprara un poco?
Ea: Bueno, tal vez no lo hice. No, creo que no le dije. Pero supuse que él sabría.
e) He aquí un ejemplo que también incluye un embrollo acerca del
sentido de una palabra:
Eo: Ella nunca se acerca para besarme. Siempre soy yo quien tiene que iniciar
las cosas.
T: ¿Es así como usted cree ser con su esposo?
Ea: Sí, yó diría que él es el demostrativo. No sabía yo que él quisiera que yo
iniciara las cosas.
T: ¿Le ha dicho a su esposa que a usted le gustaría eso de ella —-una
demostración más abierta de afecto?
: Eo: Bueno, no, supuse que ella lo sabría,
COMUNICACION. DAR Y RECIBIR INFORMACION 8i
Ea: ¿Cómo lo iba yo a saber? Siempre me has dicho que no te gustan las mujeres
agresivas.
Eo: He dicho que no me gustan las mujeres dominantes.
Ea: Bueno pensé que te referías a las mujeres que toman la iniciativa. ¿Cómo
voy a saber lo que desea?
T: Se habrían entendido mejor si él hubiera podido decirlo a usted.

Como dije antes, la comunicación absolutamente ciara es imposible de


lograr porque la comunicación es, por su naturaleza misma, incompleta.
Pero, en esto, también hay grados. El comu- nicador disfuncional deja al
receptor buscando a tientas y adivinando qué hay dentro dé la cabeza y
dentro del corazón del que habló.
a) El coinunicador disfuncional no sólo deja al receptor buscando a
tientas y adivinando, sino que actúa basado en la suposición de que,
en efecto, se comunicó bien,
b) El receptor, a su vez, actúa basándose en lo que trata de adivinar.
c) Es muy fácil que ambos se malentiendan.
d) Es difícil para ambos llegar a objetivos o resultados planeados.
e) La gente necesita tener medios de completar lo más posible su
comunicación, si desea llegar conjuntamente a resultados de éxito,
desde cumplir con el trabajo de la vida cotidiana y ocuparse de poner
el pan en la mesa, hasta ser capaz de gozar relaciones4 sexuales que
satisfagan a los dos participantes.

Esto no quiere decir que todos los mensajes incompletos son dis-
funcionales. Pueden ser funcionales y divertidos.
a) Los códigos, por ejemplo, son mensajes intencionalmente in-
completos.
« Representan atajos para llegar a un significado.
« Las personas que comparten un código compartea algo especial,
que les pertenece sólo a ellos.
b) Pero los que utilizan un código tienen que saber con claridad su
significado. Cuando la comunicación se corta por usar un código,
deben ser capaces de reanudarla sabiendo cuándo terminó el juego.
c) Cuando las personas han compartido experiencias, tienden a
condensar muchas de ellas en códigos. Los terapeutas hacen esto con
los pacientes. La frase “No importa, Capulín estaba corriendo
alrededor de la manzana” se convirtió en un código entre la familia y
yo, un código al cual me refería yo cuando los miembros de la familia
no completaban sus mensajes. También lo usé para demostrar que
los códigos pueden ser utilizados funcionalmente, si todos los
presentes saben con claridad su significado. Este código se acortó y
se convirtió en “recuerden a Capulín” y a veces llegó a ser sólo
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

“Capulín.”
d) Existe un cuento acerca de códigos, que a menudo narro a mis
pacientes cuando se apartan de la vía que los comunica entre si :
Un periodista visitó un asilo para ancianos y vio a un grupo de hombres sentados
en la sala. Uno de los hombres dijo “27” y todos se rieron.
Después otro dijo “15” y todos se rieron. Después otro dijo “36” y hubo silencio.
“¿Qué sucede aquí?” preguntó el periodista al director, quien le estaba mostrando
el asilo. “Profieren estos números y después todos se ríen.”
“Es sencillo,” dijo el director. “Mire, estos hombres han estado aquí durante largo
tiempo y conocen los chistes de todos tan bien que en lugar de contarlos una y
otra vez, simplemente dicen los números.”
“Bueno,” preguntó el periodista, “¿Qué sucedió entonces con el número 36?”
“¡ Ah, ése es el chiste de Pedro!,”.contestó el director. “Pedro nunca ha podido
contar un chiste.” *

9
COMUNICACION: UN PROCESO VERBAL YNO VERBAL
DE SOLICITAR ALGO DEL RECEPTOR

1. Cuando juzgamos si una comunicación es clara, debemos recordar


también que las personas se comunican en diversas formas ade-
más de utilizar palabras.
a) Una persona se comunica simultáneamente a través de sus
ademanes, su expresión facial, su postura y movimientos cor-
porales> su tono de voz e incluso por la manera como está
vestida.
b) Y toda esta comunicación ocurre dentro de un contexto.
¿Cuándo sucede? ¿Dónde? ¿Con quién? ¿Bajo qué circuns-
tancias? ¿Cuál es la relación entre las personas que llevan a
cabo el intercambio?

2. Debido a todos estos factores, la comunicación es un asunto com-


plejo. El receptor debe evaluar todas las formas diferentes en que
el emisor envía mensajes, y al mismo tiempo debe estar
consciente de su propio sistema de recepción, es decir, de su
propio sistema de interpretación.
a) Cuando A habla, B evalúa el significado verbal del menssajje
de A.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

b) También escucha el tono de voz con que A habla.


c) También observa lo que A hace; nota “el lenguaje corporal” y
las expresiones faciales que acompañan al mensaje proferido
por A.
d) También evalúa lo que A está diciendo, dentro de un con*
texto social. El contexto puede ser la manera en que B ha
visto que A responde ante él y ante otros en el pasado. El
contexto también puede estar constituido por las expectativas
de B acerca de cuáles son los requerimientos de la situación.
e) En otras palabras, el receptor (B) está ocupado evaluando el
contenido tanto verbal como no verbal del mensaje de A, para
poder llegar a un juicio acerca de lo que A quiso decir en su
comunicación.

3. Podemos postular que lo que A quiso decir en su comunicación


tiene por lo menos dos niveles:
a) El ni vel deno ta tivo : el contenido literal.
b) El nive l me ta comu ni c ativo : un comentario acerca del con-
tenido literal, y también acerca de la naturaleza de la relación
entre las personas involucradas.

4. Además del hombre, otros animales pueden enviar metacomuni-


caciones. Gregory Bateson describe, por ejemplo, lo siguiente.
a) Los gatos pueden poner en marcha toda su batería de movi-
mientos de pelea, sin sacar al mismo tiempo las uñas.
b) A través de está metacomunicación, el gato indica a otros gatos
y también a las personas el hecho de que en rea l i dad no está
peleando; está jugando a que pelea.22

5. La metacomunicación es un mensaje acer ca de un mensaje.


a) Transmite la actitud del emisor hacia el mensaje que acaba de
enviar: “El mensaje que envié era amistoso.”
b) Transmite la actitud del emisor hacia sí mismo; “Soy una
persona amistosa.”
c) Transmite la actitud, los sentimientos y las intenciones del
emisor hacia el receptor: “Te veo como a alguien con quien
puedo ser amigable.”

6. Los humanos son especialmente versátiles en la metacomunica-


ción.
a) Los humanos, al igual que otros animales, pueden enviar me-
tacomunicaciones no verbales; pero la variedad de estas meta-
COMUNICACION: UN PROCESO VERBAL Y NO VERBAL 85

comunicaciones es muy amplia. Los humanos pueden fruncir el


ceño, hacer muecas, sonreír, ponerse rígidos, dejar caer los
hombros, etcétera. Además, el contexto en el cual los humanos
se comunican es en sí una forma de comunicarse.
b) De hecho, los humanos no pueden comunicarse sin metaco-
municarse al mismo tiempo. Los húmanos no pueden no me-
tacomunicarsé.
c) Los humanos también pueden enviar metacomunicaciones
verbales. Pueden explicar verbalmente su propio proceso de enviar
mensajes.

Cuando una persona explica verbalmente su propio proceso de enviar


mensajes, está hablando denotativamente, a un nivel me-
tacomunicativo. A su vez, estas metacomunicaciones verbales pueden
estar a diversos niveles de abstracción.
a) Una persona puede rotular el tipo de mensaje que envió, cuando
dice al receptor con cuánta seriedad desea que el mensaje se reciba
y cómo debe el receptor responder a dicho mensaje. El emisor
puede decir:
“Era un criste.” (Ríete de él.)
“Fue un comentario casual.‟* (Ignóralo).
“Fue una pregunta.” (Contéstala).
“Fue una petición.” (Tómala en consideración).
“Fue una orden.” (Obedécela).

b) El emisor puede decir por qué envió el mensaje, al referirse a lo


que el otro hizo.
“Me golpeaste. Por eso te regresé el golpe.”
“Fuiste amable conmigo. Te estaba regresando el favor.”

c) El emisor puede decir por qué envió el mensaje al referirse a lo que


cree que son los deseos, sentimientos e intenciones del otro hacia
él.
“Pensé que estabas enojado y me ibas a lastimar.”
“Pensé que estabas cansado y querías que te ayudara.”
“Pensé que estabas desanimado y querías que ^tranquilizara.”

d) El emisor puede decir por qué envió el mensaje, al referirse a una


petición que el otro hizo:
“Me estabas ordenando que hiciera algo, y yo no obedezco órdenes.” “Me
estabas pidiendo algo, y estaba yo pensando si hacerlo o no.”

e) El emisor puede decir por qué envió el mensaje, al referirse al tipo


de respuesta que estaba tratando de obtener del otro:
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

“Estaba tratando de hacerte enojar.”


“Estaba tratando de lograr que me amaras.”
“Estaba tratando de hacerte hablar.”
“Estaba tratando de hacerte reír.”
“Estaba tratando de convencerte.”
/) El emisor puede decir por qué envió el mensaje, al referirse
específicamente a lo que estaba tratando que el receptor hi-
ciera o dijera o no hiciera ni dijera.
“Quería q^te fueras a la tienda en vez de ir yo.”
“Te estaba ye pidiendo que la llamaras por teléfono en lugar de hacerlo
yo.”
“Te estaba yo pidiendo que te salieras del cuarto/‟
“No quería que le dijeras nada a ella acerca de mi enfermedad. 5' “Quería
que le dijeras a él que estaba yo en casa-”
i

8. Puesto que los humanos pueden “metacomunicarse” tanto en


forma verbal como en forma no verbal, pueden dar al receptor una
gran variedad de mensajes para que él los escoja y sopese
mientras trata de interpretar qué es lo que el emisor quiso decir
en su comunicación.
a) Tal vez A dice la siguiente frase denotativa: “El perro está
sobre el sillón-”
b) Automáticamente comenta su frase, en forma no verbal, me-
diante el tono irritado en que la profiere.
c) Puede entonces explicar de manera verbal lo que quiso decir
con sus palabras. De las múltiples opciones, tal vez explique:
“Quería que quitaras al perro del sillón.”

9. El receptor de estos mensajes (B) tiene que establecer un equili-


brio entre lo que A dijo, la manera como lo dijo y lo que comentó
después acerca del mensaje.
n) B equilibra las metacomunicaciones no verbales y las verbales
(dentro del contexto) y las compara con la frase denotativa. $
b) Si todas son congruentes (si parecen embonar entre sí) tiene
poca dificultad para decidir que A quiso decir lo que comentó
que quiso decir.
c) Ya sea que embonen o no, B dará mayor peso a las meta-
comunicaciones no verbales y al contexto, que a las metaco-
municaciones verbales. Un factor muy importante es que la
comunicación no verbal es menos clara y menos explícita, de
manera que requiere mayor atención.

10. Siempre que una persona se comunica^ no sólo está dando un


testimonio, también está solicitando algo del receptor y tratando
COMUNICACION: UN PROCESO VERBAL Y NO VERBAL 87

de influirlo para que le dé lo que el emisor quiere. Este es el


COMUNICACION: VM ^0CES0;' VERBAH Y? tm> VERSAR «7

“aspecto orden” de uji mensaje. No obstante, estas peticiones pueden


tener diversos grados de claridad! e itóensid&di..
a) El emisor puede solicitar simplei^ate que el receptor muestre,
a través stt qiue sui TO§flysa*}£; fue oícto:
i l Tmsólo acéchame.”
b) O bien, el emisor puede estar solicitando un tipo específico de
respuesta: “Dime dónde está la tienda” o “Ve ai te tienda en mi
lugar.**

tl„ El receptor^ a su tie&e qu& & s$ tsmé m » porque las personas no


pueden no comunicar algo.
а) Incluso si el receptor permanece siíenefeso, comunica algo.
б) Por crertc^ ios síntomas son una manera de comunicarse en
forma no verbal.

12. Pero aunque todos mensajes comtiefflie-ia solicitudes^ éstas no


siempre se expresan verbalmente. Por te tanto, el receptor tiene
€jue basarse en las metacomunicaciones para encontrar indicios
respecto a qué quiere el emisor. El receptor se paregiíELta:
а) ¿Qué está diciendo el emisor en forma verbal?
б) Específicamente* ¿qué es lo que está solicitando? ¿Expresó la
solicitud de manera completa al nivel denotativo?
c) Si no, tal vez la manera en que se coimiiaica y el contexto en el
ciaaA se comunica me darán indicios respecto a qué es lo que
quiere de mí.

13. Si la comunicación, o el mensaje, y la metacomunicación o el


metamensaje no einbewaa% el receptor tiene que traducir de al-
guna manera dicha discordancia y convertirla en un solo mensaje.
Para hacer esto de manera satisfactoria, el receptor necesita ser
capaz de comentar que existe la discrepancia. Tomemos un
ejemplo trivial. Un esposo que está tratando de arreglar un apa-
rato hogareño, dice en tono irritado: “jMaldita sea, el aparato se
rompió!” La esposa, en esta relación, puede seguir el siguiente
proceso (desde luego con mayor agilidad y velocidad que el paso de
tortuga con que aquí se describe):
a) Me está dicierido lo que íe pasó al aparato eléctrico en el que
está trabajando.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

b) Pero está haciendo más que eso. Me está diciendo que está
irritado. Su “¡Maldita sea!” junto con su tono de voz, me*
ayudan a entender esto.
c) ¿Me está criticando? ¿Me está diciendo que soy responsable
de la condición del aparato?
d) Si me está criticando, ¿qué quiere que haga? ¿Quiere que yo
componga el aparato? ¿Quiere que pida una disculpa? ¿O
qué quiere?
e) ¿O se está criticando a sí mismo, irritado por la frustración
en ese trabajo, y porque sólo puede culparse a sí mismo de
que el aparato se rompió?
/) Si principalmente se está criticando a sí mismo, ¿qué me está
pidiendo que haga? ¿Quiere que le muestre simpatía?
¿Quiere que lo escuche? ¿O qué quiere?
g) Sé, porque vivo con él, que se enorgullece de su habilidad
mecánica y considera que los aparatos eléctricos son su
fuerte especial. Evidentemente, la imagen que él tiene de sí
mismo está a prueba. Así que probablemente se está
criticando a sí mismo. Y es probable que más que nada me
esté pidiendo que le muestre simpatía.
h) ¿Pero en qué form a debo mostrarle simpatía? ¿Quiere
que le ayude con el trabajo, que le traiga un café o qué?
¿Qué conducta de mi parte, que él pueda ver u oír,
significaría para él que le estoy mostrando simpatía?

14. Tomemos otro ejemplo. Un esposo dice en tono irritado: “El


perro está sobre el sillón.” La esposa, en esta relación, puede
pasar por el siguiente proceso:
a) Me está diciendo dónde está el perro.
b) Pero está haciendo más que eso. Se oye irritado.
c) ¿Por qué me está comunicando su irritación? ¿Me está cri-
ticando por el hécho de que el perro está sobre el sillón?
d) Si no me está criticando, ¿qué quiere que haga? ¿Que lo
escuche? ¿Que muestre simpatía hacia su irritación? ¿Que
quite yo al perro del sillón? ¿O qué es lo que desea?
e) Yo quería un perro. EÍ no. Me empeñé y conseguí un animal
sin su consentimiento. Ahora, cuando muestra su irritación
hacia el perro, se está quejando de lo que hice. Me está
criticando por desobedecerlo. Sin duda quiere que quite al
perro del sillón, pero ¿desea también que me deshaga del
perro y le pida disculpas por contrariar su voluntad?
15. Volvamos al primer ejemplo. En vez de decir “¡ Maldita sea, el
COMUNICACION: UN PROCESO VERBAL Y NO VERBAL 89

aparato se rompió!” el esposo podría decir, “Maldita sea, me está


costando mucho trabajo arreglar esto. Tráeme una taza de café.”
La esposa, en este caso tendría poca dificultad para comprender el
mensaje. Su esposo le estaría diciendo, de manera abierta, lo que
desea de ella y por qué. En otras palabras, su petición de que le
muestre simpatía trayéndole un café sería clara.

16. En el segundo ejemplo, en vez de decir, “El perro está sobre el


sillón,” el esposo podría decir: “Quita al perro del sillón y des-
hácete de él. Nunca debiste haberlo comprado. Te dije que no
quería un perro.” La esposa, en este caso, tendría poca dificultad
para comprender el mensaje de su esposo.
a) El le estaría diciendo, específicamente, lo que deseaba de ella y
por qué. En otras palabras, su solicitud de que ella acepte
obedecerlo sería clara.
b) En ambos casos, la esposa está en posición de decidir si aca-
tará la solicitud de su esposo de que lo obedezca. Pero, por lo
menos, no tiene duda acerca de qué es lo que su esposo en
realidad quiere de ella.

17. En otras palabras, la solicitud, que es parte de todo mensaje,


puede expresarse o no expresarse denotativamente. Además, hay
grados diferentes en los que las solicitudes se puntualizan deno-
tativamente.
a) “Maldita sea, el aparato se rompió” y “El perro está sobre el
sillón” son peticiones muy indirectas; peticiones qué no se
expresan al nivel denotativo.
b) “Tráeme una taza de café” y “Quita al perro del sillón y
deshácete de él” son peticiones directas, peticiones que se ex-
presan a nivel denotativo.
c) Por otra parte, si estas solicitudes específicas se hubieran ex-
presado a un nivel más abstracto también serían directas:
“Muéstrame simpatía” o “Haz lo que yo deseo.”

18. Además de lo anterior, todos los mensajes, cuando se les considera


a su más alto nivel de abstracción, tienen como característica la
petición de “Valídame.” Por esto, muchos mensajes a menudo se
interpretan como: “Está de acuerdo conmigo.” “Ponte de mi lado.”
^Valídame simpatizando conmigo” o “Valídame mostrándome que
yo y mis ideas somos importantes para ti.”
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

/) El emisor puede decir por qué envió el mensaje, al referirse


específicamente a lo que estaba tratando que el receptor hi-
ciera o dijera o no hiciera ni dijera.
“Quería qsae fueras a la tienda en vez de ir yo.”
“Te estaba yo pidiendo que la llamaras por teléfono en lugar de hacerlo
yo.”
“Te estaba yo pidiendo que te salieras del cuarto.”
“No quería que le dijeras nada a ella ¡acerca de mi enfermedad.” “Quería
que le dijeras a él que estaba yo en casa-”
/
8. Puesto que los humanos pueden “metacomunicarse” tanto en
forma verba! como en forma no verbal, pueden dar al receptor una
gran variedad de mensajes para que él los escoja y sopese
mientras trata de interpretar qué es lo que el emisor quiso decir
en su comunicación.
a) Tal vez A dice la siguiente frase denotativa: “El perro está
sobre el sillón-”
b) Automáticamente comenta su frase, en forma no verbal, me-
diante el tono irritado en que la profiere.
c) Puede entonces explicar de manera verbal lo que quiso decir
con sus palabras. De las múltiples opciones, tal vez explique:
“Quería que quitaras ai perro del sillón.”

9. El receptor de estos mensajes (B) tiene que establecer un equili-


brio entre lo que A dijo, la manera como lo dijo y lo que comentó
después acerca del mensaje.
a) B equilibra las metacomunicaciones no verbales y las verbales
(dentro del contexto) y las compara con la frase denotativa- $
b) Si todas son congruentes (si parecen embonar entre sí) tiene
poca dificultad para decidir que A quiso decir lo que comentó
que quiso decir.
c) Ya sea que embonen o no, B dará mayor peso a las meta-
comunicaciones no verbales y al contexto, que a las metaco-
municaciones verbales. Un factor muy importante es que la
comunicación no verbal es menos clara y menos explícita, de
manera que requiere mayor atención-

10. Siempre que una persona se comunica, no sólo está dando un


testimonio, también está solicitando algo de! receptor y tratando
de influirlo para que te dé lo que el emisor quiere. Este es el
“aspecto orden” de un njensaje. No obstante, estas peticiones
pueden tener diversos gracbs de claridad e m tem ié ml ..
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a) El emisoij puede solicitar simpl.eijneaXe que el receptar mues-
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b) O bien, el emisor puede estar solicitando un tipo específico de
respuesta: “Dime dónde está la tienda” o “Ve ai te tienda en mi
lugar.**

U. El receptor^ a su vez* tie&e qpm w spmd m » porque las personas


no pueden no comunicar algo.
a) Incluso si el receptor j permanece silencioso, comunica algo.
b) Por cierta los, síntomas son una manera de comunicarse en
forma no vedbaL

12. Pero aunque todos fes mensajes solicitudes,. éstas no


siempre se expresan verbalmente. Por lo tanto, el receptor tiene
qjue basarse en las metacomunicaciones para encontrar indicios
respecto a qué quiere el emisor. El receptor se pregunta:
a) ¿Qué está diciendo el emisor en forma verbal?
6} Específicamente* ¿qué es lo que esta solicitando? ¿Expresó la
solicitud de manera completa al nivel denotativo?
c) Si no, tal vez la manera en que se coaoaumca y el contexto en
el cual se comunica me darán indicios respecto a qué es lo que
quiere de mí.

13. Si la comunicación, o el mensaje, y la metacomunicación o el


metamensaje no embonan, el receptor tiene que traducir de al-
guna manera dicha discordancia y convertirla en un solo mensaje.
Para hacer esto dé manera satisfactoria, el receptor necesita ser
capaz de comentar que existe la discrepancia. Tomemos un
ejemplo trivial Un esposo que está tratando de arreglar un apa-
rato hogareño, dice en tono irritado: “j Maldita sea, el aparato se
rompió!” La esposa, en esta relación, puede seguir el siguiente
proceso (desde luego con mayor agilidad y velocidad que el paso de
tortuga con que aquí se describe):
a) Me está diciendo lo que le pasó al aparato eléctrico en el que
está trabajando.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

19. Cuando los individuos se comunican, rara vez van dé una persona
a otra pidiendo verbalmente que les déti la razón o solici- tarido
que deseen lo „qué éllos desean. No lo hacen, porque el anhelo de
¡sér valorados y el deseo dé obtener cooperación los fuerza a
persuadir a los otros o, por lo menos, a tratar de provocar la
respuesta deseada. Muchas personas se avergüenzan de su deseo
de obténer la validación de los demás.
a) Como he dicho, la comunicación es necesariamente un proceso
incompleto. No obstante, podemos ver ahora por qué ese
proceso se vuelve aún más incompleto, por factores agregados
a los errores en la lógica y a la ineficiencia de las palabras, fe)
La comunicación incompleta (indirecta) puede servir para
muchos propósitos interpersonales que no necesariamente son
disfuncibnales
« Puede ayudar a disfrazar peticiones como las que hemos
mencionado.
« Puede evitar la vergüenza en caso que las solicitudes que
i^rio hace (de cualquier tipo) sean rechazadas.

20. Hasta ahora, he comentado los problemas que los receptores hu-
manos enfrentan debido a la complejidad y limitaciones de la
comunicación humana.
a) Justamente porque esta comunicación es compleja e incom-
pleta en grados diferentes, todos los receptores tienen que
llenar lo que falta o completar el mensaje del emisor, por
medio de clarividencia o adivinación.
b) Los receptores pueden hacer esto y lo logran a veces con
asombrosa exactitud, si tomamos en cuenta todo el malaba-
rismo que tienen que poner en marcha.
c) No obstante, hay veces en que incluso el más clarividente de
los receptores adivina en forma incorrecta; cuando esto su-
cede, es habitual que el siguiente mensaje del emisor avise al
receptor que cometió un error.

21. Todos los mensajes que he enumerado en este capítulo han sido
relativamente co ngrue nte s dentro de su contexto; han
embonado unos con otros.
a) La comunicación congruente existe cuando se envían dos o
más mensajes a través de diferentes niveles, pero ninguno de
ellos contradice gravemente a cualquiera de los otros. Por
ejemplo, el esposo dice: “El perro está sobre el sillón,” en un
tono irritado^. en un contexto que transmite a la esposa que él
COMUNICACION. UN PROCESO VERBAL Y NO VERBAL 91

está irritado y por qué lo está.


b) La comunicación incongruente existe cuando dos o más men-
sajes que se envían a través de diferentes niveles, se contra-
dicen gravemente entre sí. Un nivel de comunicación es el
contexto mismo. Por ejemplo, el esposo dice, en un tono fes-
tivo, que el perro está en el sillón, pero basándose en el con-
texto la esposa sabe que él odia a los perros, ya sea que estén
sobre los sillones o en cualquier otro sitio.

22. La comunicación contradictoria simple aparece cuando dos o más


mensajes se envían en una secuencia, a través del mismo nivel de
comunicación y se oponen entre sí.
a) Tal vez A dice lo siguiente:
“Ven aquí... No, aléjate.”
“Te amo... No, te odio.”
“Estoy feliz... No, estoy triste.”
“Mi esposa es alta... No, mi esposa es de baja estatura.”

b) Tal vez A hace lo siguiente:


« Empuja a B para que se aleje y lo llama para que se acerque
otra vez.
« Compra un boleto para el cine y no sale de su casa.
« Se pone el abrigo y después se lo quita.

23. Pero estas contradicciones simples no pueden ocurrir sin una me-
tacomunicación que las acompañe, ya que uno no puede no
metacomunicarse.
a) Aunque las autocontradicciones que se han enumerado son
relativamente claras, también van acompañadas de sonrisas o
ceños fruncidos o de un tono de voz, y aparecen en un con-
texto,
b) Cuando las contradicciones ocurren entre diferentes niveles de
la comunicación, se vuelven incon gruen te s 5
24. Los mensajes difieren en el grado de incongruencia. La comuni-
cación con incongruencia relativamente simple suena y se ve como
sigue:
a) A dice, “Hace frío aquí” y se quita el abrigo.

5 El término “incongruente” se refiere a la discrepancia éntre el aspecto de un


mensaje que informa y el aspecto del mismo mensaje que solicita algo; si el lector
desea conocer el sistema que Batesón, Jackson, Haley y Weakland elaboraron para
analizár la incongruencia, puede consultar las referen-
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

b) A dice, “Te odio” y sonríe. *


c) A lleva puesto un vestido de baile a un funeral.
d) A lleva puestos sus zapatos tenis a una junta de directores
ejecutivos.
e) A dice “Acércate mi vida” y entiesa su cuerpo.

25. La comunicación incongruente puede volverse aún más incon-


gruente cuando la metacomunicación no verbal del emisor no
embona con su metacomunicación verbal.
a) El emisor dice: “Acércate mi vida,” después entiesa su cuereo y
en seguida dice: “Quiero hacer el amor.”
« En este caso, ¿debe responder el receptor a la frase deno-
tativa (“Acércate, mi v id a ”)?
« ¿O debe responder a la instrucción no verbal (la rigidez
corporal)?
« ¿O debe responder a las palabras que explican las inten-
ciones del emisor (“Quiero hacer el amo r ”)?
« Cuando se conjuga todo lo anterior, decimos que el individuo
está recibiendo un mensaje de doble nivel.
b) Como de costumbre, el receptor recurre principalmente al
contexto y a las señales no verbales, para que le ayuden en su
proceso de adivinación. En este caso, las señales no verbales y
el contexto se contradicen entre sí. No obstante, si se trata de
un receptor confiado y valiente, se dice a sí mismo :
“Vamos a ver. La emisora y yo nos estamos cortejando. Pero hay
personas cerca.”
“En experiencias pasadas con la emisora, he aprendido que se pone
nerviosa si se trata de mostrar sentimientos amorosos en público. Pero
eso no quiere decir que ella no sienta amor hacia mí.”
“Me arriesgaré a ignorár su metacomunicación no verbal en este caso.
Confiaré sólo en el contexto y aceptaré la intención que ella expresó
verbalmente.”
“En otras palabras, le doy más peso a su frase verbal „Quiero hacer el
amor‟- Simplemente agrego un complemento que ella no dijo: „...pero hay
otras personas presentes, y lo que pasa es que estoy nerviosa.‟ Dicho de
otro modo, la emisora esta dispuesta pero nerviosa y necesita un poco de
ayuda.”
c ) La libertad de comentar y preguntar inmediatamente saca al
receptor del dilema de la adivinanza. Cuando no existe esta
libertad, hay muchas probabilidades de que se produzca un mal
entendimiento. En el caso de un niño, según ya hemos visto, es
posible que estos mensajes se agranden hasta el punto en que
llegan a constituir una “situación de doble vínculo” (véase la
COMUNICACION. UN PROCESO VERBAL Y NO VERBAL 93

página 40).

La comunicación incongruente como la que acabamos de describir


pone una carga extra sobre el receptor. No obstante, ya sea que el
mensaje del emisor sea incongruente o no, el receptor puede aún
iniciar diversos procedimientos de verificación con objeto de averiguar
qué información se está transmitiendo, qué solicitud se está haciendo
y por qué.
a ) Por ejemplo, cuando la esposa escuchó a su marido decir en un
tono irritado: “Maldita sea, el aparato se rompió” podía haber
pensado que todavía no contaba con suficientes datos, incluso
examinando el contenido del mensaje, para saber qué era lo que su
esposo estaba solicitando de ella y por qué.
b ) Pudo haber ido hacia donde él estaba, haber permanecido ahí
durante un minuto, y haber recogido más indicios de lá situación.
«Si ella hubiera hecho esto, desde luego que se habría comunicado
con él. Con su sola presencia estaría diciendo: “Te escuché. Estoy
atenta a tí.”
« El también continuaría comunicándose con ella, al seguir
hurgando el aparato, gruñendo, suspirando, etcétera.
c ) La esposa podría entonces haber preguntado “¿Hay algo que pueda
yo hacer?”
« En el momento en que ella dijera esto, estaría pidiendo a su
esposo que fuera específico en lo que solicitaba.
« Tal vez él hubiera dicho: “No, tengo que encontrarle solución &
esto.”
« Gracias a esta respuesta, la esposa lograría disminuir la
cantidad de factores desconocidos para ella. Ahora sabría con
mayor certeza que él estaba descontento consigo mismo, pero
todavía no estaría segura de lo que él específicamente quería de
ella. ¿Quería que ella lo escuchara? ¿Que ella lo ayudara? ¿Que
ella le mostrara simpatía?
d ) La esposa podría preguntar: “¿Te gustaría una taza de café?” Y él
podría contestar: “Sí, maldita sea, sí me gustaría.” En
este punto se hubiera cerrado o completado en forma relativa
la secuencia de comunicación. (¡ Desde luego, la comunicación
es más completa si ella trae el café!)

27. Si en vez de hacer lo anterior, la esposa hubiera confiado más en


su clarividencia, simplemente podría haber supuesto que ella
sabía cuál fue la solicitud implícita de su esposo. Habría expre-
sado en palabras dicha solicitud y habría observado cómo res-
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

pondía él.
a ) Podría haber preguntado, abiertamente: “Te gustaría una
taza de café,” y él podría haber contestado: “Sí, maldita sea,
me gustaría.” Si ella había adivinado con suficiente corrección,
la secuencia más o menos se hubiera completado.
b ) Pero él podría haber contestado: “No seas absurda, ¿para qué
querría yo una taza de café en un momento como éste?”
Entonces ella habría averiguado que su proceso de clarivi-
dencia no estaba funcionando bien. Se habría requerido en-
tonces que ella verificara más datos, quizá por medio de los
procedimientos que ya describimos para obtener indicios.

2B. Los receptores varían en su capacidad de percibir las necesidades


y los deseos de otros.
a ) Aunque todos los receptores dan gran importancia a los as-
pectos metacomunicativos, dichos receptores varían en su ca-
pacidad de evaluar qué es lo que el emisor pide de ellos,
« Quizá la esposa crea, erróneamente, que la irritación de su
marido consigo mismo es una crítica hacia ella y acabe
tratando de hacer el trabajo por él en lugar de mostrarle
simpatía.
€ Tal vez la espósa interprete, erróneamente, la crítica de su
esposo hacia ella, que es en realidad irritación por la con-
ducta específica del perro, y termine tratando de mostrarle
simpatía a su marido en lugar de quitar al perro del sofá o
de deshacerse del animal.
« El amante del tercer ejemplo tal vez interprete, errónea-
mente, que la rigidez corporal de la mujer es señal de re-
chazo y acabe alejándose de ella en lugar de hacerle el
amor, - ;
b ) Contamos incluso con etiquetas psiquiátricas para personas
que no pueden evaluar con precisión el significado de un men-
saje. Estos individuos no pueden adivinar en foriria adecuada
cuáles son las actitudes, intenciones o sentimientos que se
expresan a través de la metacomunicación.
c ) Si la esposa piensa que en todos los contextos, en todas las
relaciones y en todos los momentos dentro de una relación,
los emisores la están criticando o la están alabando, con
facilidad le pondríamos la etiqueta de paranoide o
egocéntrica.
d ) Además, aunque los receptores dan gran importancia a los
aspectos metacomunicativos para ayudarse a descifrar qué
COMUNICACION. UN PROCESO VERBAL Y NO VERBAL 95

es lo que el emisor solicita, los receptores mismos varían en


su capacidad de captar la denotación a pesar de, o junto
con, la metacomunicación. Por ejemplo, una persona asiste
a una conferencia con el propósito de recibir del profesor
contenido denotativo, pero el conferenciante habla en un
tono tan aterrado que el receptor ¡no puede oír lo que aquél
dice porque le preocupa demasiado el terror del
conferenciante mismo.

29, Los emisores varían su capacidad de enviar solicitudes claras,


pará que el receptor tenga que adivinar lo menos posible.
a ) Por ejemplo, digamos que una esposa desea ir al cine con su
marido. Si se comunica de una manera funcional, dirá: Va-
mos al cine,” o más abiertamente: “Me gustaría ir al cine
contigo.”
b ) Por otra parte, si ella se comunica de manera
disfuncionaJ| dirá cualquiera de las frases siguientes:
“Te gustaría ver una película, ¿verdad?'1 “Te haría bien ir al cine.”
“Si quieres ir al cine, vamos.”
“Podríamos aprovechar el tiempo e ir ai cine. Es sábado en la noche.”
“Abrieron un cine nuevo en la otra calle.”
“Mis voces me están ordenando ir al cine.”

30. Estas son algunas de las formas encubiertas en las que la


esposa puede solicitar algo de su marido, sin reconocer que
está haciendo dicha solicitud.
a) No rotula con claridad que el deseo que se encuentra detrás
de su petición, es un deseo d e ella.
b) O na rotula su deseo con la palabra deseo. Deja de ser \m4
deseo y se convierte en un “deber,” en algo que le ordenan a
uno que haga. (El que ordena puede ser la otra persona, o
la gente en general, o el deber de uno, o “las voces,” o algo
extraño dentro del propio Yo.)
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

c) O no rotula el deseo como deseo sino como “el menor de dos


males.”

31. En este caso podría el esposo llevar a cabo algunas verificaciones.


Podría decir: “¿Quieres ir tú al cine?, o “¿Quieres ir al cine
conmigo?”
a) Pero he aquí lo que puede suceder si el marido en efecto pre-
gunta a su mujer qué es lo que quiso decir con su comunica-
ción. Ella puede empezar a explicar su mensaje con cualquie-
ra de las siguientes frases:
“No, pensé que tú querías ir.”
“No, simplemente pensé que deberíamos ir.”
“No, no necesariamente quiero ir. Quiero hacer lo que tú quieras.” “Hay
veces en que quiero ir al cine, pero hoy no es una de ellas.‟ 1 “No es qiie
quiera ir en especial. Mis voces me lo están ordenando.”

32. La esposa, al negar que tuvo un deseo, también niega que expresó
dicho deseo ante su esposo. Niega que ha solicitado algo de él. Si
él continua con sus preguntas, quizá ella niegue aún más.
“Puedes ir o no ir. No me importa.”
“Si quieres ser un tipo que se encierra en su casa, es asunto tuyo.”
“Si vas al cine, vas al cine.”
“Nadie te pidió que fueras. Si quieres ir, pues ve.”

33. Cuando la esposa responde a la solicitud de su marido (en este


caso, a la solicitud de aclarar), niega todas las partes de su men-
saje o sólo una.
a) El grupo de Bateson, y en especial Jay Haley, define cuatro
partes en todo mensaje:
« Yo (el emisor)
« estoy diciendo algo (el mensaje)
« y te lo digo a ti (el receptor)
«en esta situación (el contexto).33
b) Todos los mensajes son solicitudes; no obstante, la esposa tal
vez niegue esto literalmente, diciendo cualquiera de las frases
siguientes:
“No me importaba una cosa o la otra.” (Yo no solicité nada.)
“Simplemente hice una sugerencia para ver qué pasaba.” (Yo no solicité
nada.)
“Para mi no es importante si vas o no vas al cine.” (Yo no solicité nada de
tí.)
“Hubo una época en que quizá tuve ganas de ir al cine contigo, pero ya
aprendí (Yo no solicité nada de ti en este momento.)
34. Notamos cuán defensiva es la esposa a través de la manera en
que envía su mensaje tan incompleto. (Estos mensajes son
COMUNICACION. UN PROCESO VERBAL Y NO VERBAL 97

incompletos porque no rotulan con claridad “Yo deseo esto, de ti,


en esta situación”) Ello hace que sea difícil para el esposo
averiguar lo que ella desea.
a) Se protege al enviar su solicitud, casi como si anticipara un
rechazo.
“Las voces me están ordenando. .
“Estoy haciendo esto por ti... ”
“Abrieron un nuevo cine en la otra calle.'1
b) Se protege también después de que le han pedido que aclare:
“Pensé que tú querías que yo fuera,” o “Nadie te pidió que
fueras.” ¡

35. También notamos cuán ofensiva es la esposa por la manera en


que envía la solicitud y responde a las peticiones de aclarar. Ella
hace que sea difícil para el esposo desear complacerla.
a) Lo menosprecia porque anticipa el rechazo:
“Si una persona se precia de ser cuita, debe ver una película por lo menos
una vez ál mes.”
“Deberíamos aprovechar el tiempo e ir a un cine. Estoy aburrida.”
b) Lo menosprecia después de que él le pide que aclare, y es pre-
cisamente este menosprecio lo que revela desilusión en la
esposa por el hecho que él no parece dejarse influir:
“No puedo lograr que hagas nada.”
“Ya sé que vas a hacer exactamente lo que tienes ganas de hacer.” “¿Yo
pedir algo de ti? ¡Ya aprendí!”

36. Podríamos decidir primero que esta esposa es una comunicadora


disfuncional y que le da cargas innecesarias a su esposo
funcional, quien, en este caso, trata de verificar qué significa el
mensaje de ella.
a) Pero cuando las personas se comunican, están enviando un mensaje a un
receptor.
b) La esposa confecciona su mensaje según la manera en que ella piensa
que su esposo responderá a dicho mensaje.
c) Una vez que notemos cómo él le responde, veremos que los mensajes
están hechos a la medida de un tipo de respuesta que ella ha aprendido a
esperar de su marido;
d) El esposo, en respuesta, hace lo mismo.
37. No podemos examinar tes mensajes aparte de la interacción, como
lo he estado haciendo, y captar el cuadro completo.
a) Debemos por lo menos notar qué es lo que A dice, cómo res-
ponde B y cómo A responde a la respuesta de B. La comunica-
98 iPStOOTE R API A FAMILIAR CONJUNTA

ción es un asunto de dos lados; los emisores son receptores y


los receptores también son emisores.
b) Debemos notar si estas secuencias de interacción se repiten a
io largo del tiempo y en diferentes áreas de contenido, o no.
cj) 'Si las secuencias se repiten, representan la manera típica en
que estas dos personas se comunican «fotre sí.

38. No obstante, antes de analizar la interacción, podemos sacar pro-


vecho de analizar tos mensajes aislados. Este tipo de análisis:
a) Pone en relieve diferentes principios acerca de los mensajes y
dél proceso de enviarlos.
b) Pone en relieve tos tipos de problema que él receptor encara al
recibir una comunicación altamente defensiva.
c) Ayuda a documentar las inferencias acerca de qué fes lo que los
deseos y temores interiores dictan y cómo dichos deseos y
temores perpetúan la comunicación disfuncional.

39. *E1 tipo de comunicación de este esposo tiene, en efecto, algo que
ver con la forma típica en que su mujer le -pide las cosas.
a) Pero incluso antes de analizar esto, podemos Suponer que la
esposa teme que su marido rechazará su petición.
b) Detrás de su negación respecto a haber tenido un deseo y
haber hecho una solicitud, está el deseo de que su esposo no
sólo quiera dr al¡ cine con ella, sino también él 'deseo de que él
quiera lo que:ella quiere porque la ama: „„vas a hacer lo que
tienes ganas de hacer.”
c) No es extraño que ella tenga ese anhelo, pero si no llega a
reconocerlo, con facilidad se atrapará y atrapará a su esposo
en un ^dilema imposible de resolver.
« No t existen dos personas que piensen igual en todo.
« No existen dos personas que sientan lo mismo en todo mo-
mento dentro de una relación.
« No existen dos personas que deseen lo mismo o lo deseen al
mismo tiempo. Las personas tienen diferentes horarios.
« De hecho, somos seres autónomos, diferentes e iniguálábles.
« No obstante, dependemos de otros. Los necesitamos para
que nos ayuden a obtener muchas de las cosas que desea mos
(o para que no nos impidan conseguirlas) . También!
dependemos de otros para que validen nuestra existencia y
nuestra importancia.

rO. Por lo tanto, aun cuando las personas hacen solicitudes de otros
cuando se comunican, hay algunas cosas que no pueden solici-
COMUNICACION. UN PROCESO VERBAL Y NO VERBAL 99

tarse. Sin embargo, éstas también son precisamente cosas que las
personas desean.
a) No podemos pedir a otros que sientan lo que sentimos ni lo que
deseamos que sientan. Bateson y Watzlawick han señalado que
los sentimientos son espontáneos; m> están sujetos a la
autopetición ni a la solicitud de otros.*2- 138 « Lo único que
podemos hacer es tratar de producir sentimientos.
« Si no lo logramos, podemos aceptar nuestra dferifeiOfi y
tratar una vez más. fr) No podemos pedir qtre otros piensen como
pensamos, hm pensamientos no están sujetos a las peticiones de
otros.
« Lo único que podemos hacer es tratar de convencer a los
otros, y presentar nuestros argumentos en la manera más
clara y convincente posible.
« Si no logramos convencer, podemos aceptar nuestra desi-
lusión y avenirnos o “estar de acuerdo en estar en desa-
cuerdo/*
c) Desde luego podemos exigir que otros digan y hagan (o no
digan ni hagan) lo que deseamos. Pero* si tenemos éxito, será
una victoria ciíestionable.
« Habremos validado nuestro poder, pero no nuestra capacidad
de hacemos amar, ni nuestra valía, puesto q^ue “tuvimos
que pedir.”
« Además, puesto que dicha táctica es un ataque a la auto-
nomía del otro, es probable que se sienta devaliasado y nos
devalúe en venganza.

1. Es evidente que el hombre es insaciable. Nunca recibe suficiente


amor ni se considera suficientemente apreciado. Además, nunca se
siente suficientemente a salvo ni llega a ser suficientemente
poderoso.
a) Estos dos anhelos, si los consideramos en la misma línea con-
tinua, son con|tradictorios. Parece que el hombre tiene un
potencial intrínseco para derrotarse a si mismo.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

« Si considera estos dos anhelos y concluye que o satisface uno o


satisface el otro, los pone en conflicto entre si y pierde en ambos.
« Si permite que los anhelos coexistan, cada uno en su etapa y sitio
adecuados, no sólo puede satisfacer ambos anhelos, sino que
encontrará que la satisfacción de uno aumenta la del otro.
b) La forma en que el hombre se comunica con otras personas,
dependerá de cuál de los dos enfoques adopta.
« Si adopta el primer enfoque, da indicios de que manejará las
diferencias individuales entre él y los otros en términos de una
guerra y dé quién tiene la razón.
« Si adopta el segundo enfoque, manejará las diferencias in-
dividuales entre él y los otros con base en la exploración de qué
es lo adecuado en este momento.
« El primer enfoque conduce hacia callejones sin salida, hacia el
retardo en las soluciones y hacia la patología.
« El segundo enfoque conduce hacia el crecimiento, la indi-
vidualidad y la creatividad.
c) En el próximo capítulo profundizaré en el tema de cómo la
comunicación funcional o disfuncional expresa salud o enfermedad,
e influye en dicha salud y dicha enfermedad.
PARTE 3

TEORIA Y PRACTICA DE LA PSICOTERAPIA

CONCEPTOS DE LA PSICOTERAPIA

1. En este capítulo me gustaría volver a definir, de una manera más


general, algunas de las ideas acerca de la salud y la enfermedad
psíquica, que hemos discutido previamente, con objeto de mostrar
cuán pertinentes son esas ideas para el enfoque in- teraccional de
la psicoterapia familiar. También quiero presentar mi concepto de
qué es lo que un terapeuta familiar es y hace, puesto que dicho
terapeuta se convierte, en grado importante, en un modelo para la
conducta subsecuente de sus pacientes.

No trato aquí de presentar una “filosofía de la psicoterapia.” Me


parece que estas ideas son instrumentos de trabajo útiles para or-
ganizar mi propia forma de manejar la psicoterapia, o bien son un
núcleo conceptual en torno a¿ * ¿ual pueden estructurarse nuevas
ideas terapéuticas; no se trata, pues, de un sistema de pensa-
miento que posea un valor en sí mismo ni para sí mismo.

Finalmente, permítaseme decir que esta exposición de la teoría es


desde luego esquemática, y no incluye todos los detalles. Intento
escribir después de este libro otro en el que ilustraré mejor con
ejemplos de situaciones familiares reales, cuál es mi base para
trabajar.

2. El concepto más importante en la psicoterapia es el de la madura-


ción, ya que constituye una piedra angular para el resto del tra-
miento.
a) Maduración es el estado en el cual un ser humano está por
completo a cargo de sí mismo.
b) Una persona madura es alguien que, al llegar a su mayoría de
edad, puede elegir y decidir, basada en percepciones corree.

101
tas acerca de sí misma, acerca de ios otros y acerca del con-
texto en el que se encuentra; es una persona que reconoce que
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
dichas elecciones y decisiones son suyas, y es alguien que
acepta la responsabilidad del resultado de dichas elecciones y
decisiones.

3. Decimos que las pautas de comportamiento que caracterizan a


una persona madura son funcionales, porque le permiten
manejar de una manera relativamente competente y precisa el
mundo en el que vive. Este individuo mostrará las siguientes
características:
a) Se manifestará claramente ante los otros.
b) Estará en contacto con las señales que provienen dé su Yo in-
terno, y por lo tanto se permitirá conocer abiertamente qué es
lo que él piensa y siente.
c) Será capaz de ver y oír lo que está fuera de sí mismo y podrá
diferenciarlo de su propia persona como algo diferente de
cualquier otra cosa.
d) Se comportará con otra persona considerándola un ser sepa-
rado de él y un ser único.
e) Tratará la aparición de puntos de vista o características di-
ferentes como una oportunidad para aprender y explorar, y
no como una amenaza para él ni como una señal de conflicto.
/) Se enfrentará a las personas y a las situaciones en su contexto
en términos de “cómo es” y no en términos de cómo él
desearía que fueran o cómo él espera que sean.
g) Acepta la responsabilidad por lo que siente, piensa, escucha y
ve, en lugar de negarla o atribuirla a otros.
h) Tiene técnicas para negociar abiertamente los hechos de dar,
recibir y verificar el significado de las cosas entre él y los
otros.6

4. Decimos que un individuo es disfuncional cuando no ha apren-


dido a comunicarse en forma apropiada. Puesto que no se percibe
ni se interpreta a sí mismo en forma correcta, y tampoco
interpreta en forma correcta los mensajes que le llegan del ex-
terior, las suposiciones en las que basa sus actos serán
defectuosas

6 Esta descripción de la madurez hace énfasis en la habilidad social y en la


habilidad para comunicarse, y no en la adquisición de saber o en los logros que
otros reconocen; desde mi punto de vista los logros y el saber se derivan de las
habilidades mencionadas.
CONCEPTOS 'LA PSICOTERAPIA

;y sus esfuerzos por adaptarse a la realidad serán confusos e iti-


apropiados.
a) -Como hemos visto, los problemas de comunicación 4el indi-
viduo tienen su raíz en la compleja àrea de la ccf&ducta fami-
liar en medio de la cual vivió fcùando niño. Los atìifltos de la
familia proporcionan el esquema que el individuó seguirá
■conforme pasa de là infancia a la madurez.
b) Si el hombre y la mujer que fueron para la persona figuras de
supervivencia no manejaron las cosas como pareja, si los
mensajes de cada uno de Jos padres hacia el otro y de ambos
hacia el niño no fueron claros y ftieron contradictorias, el
individuo mismo aprenderá a cotntínicarse de una manera
poco clara y contradictoria.

5. Una persona 'disfuncional se manifestará de una manera incon-


gruente, es decir, enviará mensajes conflictivos, a «través de dife-
rentes niveles de comunicaci«^ *y usando diferentes señales.
a) Como un ejemplo, veamos la conducta de i los padres dé un
niño perturbado, durante la primera entrevista de ambos con
el terapeuta. Cuando éste les pregunta qué es lo que sucede,
prácticamente niegan que haya algún problema.
M: Bueno, pues yo no sé. Creo que problemas económicos más que nada...
Aparte de eso, somos una-familia muy unida.
P: Hacemos todo juntos. Quiero decir, nos disgusta mucho dejar a los
niños.? Guando vamos a alguna parte, llevamos a los niños con
nosotros. En lo que respecta a hacer cosas juntos, como una familia,
siempre tratamos de hacerlo por lo menos una vez por semana, por
ejemplo los domingos, los domingos en la tarde, y en realidad siempre
tratamos de llevar a los niños juntos y =de sacarlos a pasear en el
parque o algo por el estilo.
b) En sus palabras, esta pareja implica que no hay razón para
estar en el consultorio del terapeuta. Pero su presencia real
ahí, y el acuerdo que ya hicieron de participar en una psico-
terapia, equivale a admitir lo contrario. Además, -el padre
presenta una contradicción más cuando reduce su argumento
de que la familia hace “todo” juntos, a un testimonio acerca de
los paseos que dan los domingos por la tarde.

6. ^Además, un individuo disfuncional será incapaz de adaptar sus sus


interpretaciones al contexto presente.
a) Esta persona jtenderá a ver el “aquí y ahora” a través de eti-
quetas que se fijaron de manera indeleble en su mente du
rante la primera fase de su vida, cuando todos los mensajes eran
importantes para sobrevivir. Cada utilización subsecuente de
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
dichas etiquetas fortalecerá su realidad.
Por lo tanto, es concebible que el individuo disfuncional im-
pondrá sobre el presente lo que fue adecuado en el pasado, o
lo que espera del futuro, negando así la oportunidad de lograr
una perspectiva del pasado o de darle forma realista al
futuro.
« Por ejemplo, trajeron a una niña de edad escolar para psi-
coterapia porque estaba actuando de manera extraña y
hablando en acertijos. Cuando preguntamos a la madre:
“¿Cuándo notó usted que su niña no se estaba desarro-
llando como debería?” la madre contestó: “Bueno, la niña
fue sietemesina y estuvo en una incubadora durante seis
semanas.” El presente de la niña y las dificultades pasadas
estaban conectadas así, en la mente de la madre, de una
manera* muy ilógica.*
« Más tarde, esta madre dijo que después de que trajo a la
niña del hospital “no me daba ninguna reacción, como si no
pudiera oír. Yo la cargaba y la paseaba y la tenía abrazada,
pero ella no ponía atención en nada, y sé que esto me
preocupó, y le pregunté al doctor y dijo que no era nada,
que la niña era sólo testaruda. Eso es algo que quedó en mi
mente respecto a la niña.”
« Al usar la palabra “testaruda” para describir la indiferencia
de su bebé, la madre le había dado a la niña una eti- quet
que no concuerda con el contexto de la primera infancia.
Implica que se puede responsabilizar a un bebé por rehusar
deliberadamente responder al amor materno. Más tarde, la
madre aplicó la misma explicación a la conducta extraña de
la niña.
« Al usar la etiqueta de “testaruda” e implicar en su primer
testimonio que las dificultades de la niña tenían una causa

# Los aspectos de comunicación de esta situación han sido denominados por

Jackson “cambios del presente al pasado” (“past-present switches”). Así, la


respuesta que una pareja dé a la pregunta del terapeuta: “¿Cómo es que, de entre
todos los millones de gentes que hay en el mundo, ustedes dos lograron escogerse
entre sí?” puede ser, para un diagnóstico familiar, tan útil como una prueba
psicológica. Esta pregunta permite a los cónyuges describir su relación presente
bajo la cubierta de que están hablando del pasado. Para más ejemplos de este
fenómeno el lector puede consultar “An Anthology of Human Communication” de
„Watzlawick.1*
física, la madre lograba absolverse de toda culpa; de hecho
esta explicación sirve a la madre como una protección doble.
CONCEPTOS DE LA PSICOTERAPIA 105

Es difícil para este tipo de madre ver objetivamente los


problemas presentes de su hija, porque ya impuso su propia
interpretación a dichos problemas.

7. Finalmente, un individuo disfuncional no podrá llevar a cabo la


función más importante de la buena comunicación; es decir, no
podrá “verificar” sus percepciones para ver si concuerdan con la
situación como en realidad es, o con el significado que otra per-
persona intenta comunicarle. Cuando ninguna de dos personas
puede verificar lo que la otra quiso decir, el resultado puede
parecerse a una comedia de errores —con un final trágico. He aquí
un posible mal entendimiento entre un esposo y una esposa:

Informe: Ea: “El siempre grita.” Eo: “Yo no grito.”


Explicación: Ea: “Yo no hago cosas para darle gusto a él.”
Eo: “Yo no hago cosas para darle gusto a ella.”
Interpretación: Ea: “A él no le importo.” Eo: “A ella no le importo.”

Conclusión: Ea: “Lo voy a abandonar.” Eo: “La voy a abandonar.”


Manifestación: La esposa emplea insultos; su voz es fuerte y chillona, sus
ojos relampaguean, los músculos de su cuello están tensos, su boca está
abierta, sus narinas están distendidas, y sus movimientos son excesivos.
El esposo no dice nada, mantiene sus ojos bajos, la boca cerrada y
apretada, y el cuerpo constreñido.

Resultado: La esposa va a ver a un abogado para que entable el divorcio.


El esposo presenta una contrademanda.

8. La dificultad para comunicarse está ligada muy de cerca con el


concepto que un individuo tiene de sí mismo; es decir, está ligada
con la imagen que tiene de sí mismo y con su autoestimación.
a) Los padres de una persona quizá no sólo le dieron modelos in-
adecuados de métodos para comunicarse, sino que también el
contenido de los mensajes parentales pudo tener un efecto
devaluativo (véase el cap. 6).
b) El niño tiene que llevar a cabo una tarea muy difícil para
formar su autoimagen. Tiene que integrar los mensajes que
ambos padres (por separado y juntos) le transmiten respecto a
ciertos aspectos de la vida como son: la dependencia, la
autoridad, la sexualidad, los cóc%Q& de comunicación o cla-
sificación (actividades cognoscitivas).
c) Si las actitudes de 1m padres son inciertas,, o si xxrm está en
desacuerdo con el otro, los mensajes que el róño recibe serán
igualmente confusos. El niño tratará de integrar lo que no
106 PSICOTERAPIA FAMllfAJfc CONJUNTA

puede ser integrado, basándose en dalos inconsistentes e insu-


ficientes. Ante su fracaso, el niño acabará por formarse una
imagen incompleta de sí mismo y su autoestimación será baja.
d) Además, los padres pueden despreciar la autoestimación del
niño en forma más directa. El hijo espera que sus padres le
validen cada paso de su crecimiento; si dichos pasos no son
reconocidos por los padres en el momento en que ocurren, o si
son reconocidos con mensajes concomitantes de asco, desa-
probación, vergüenza, indiferencia o dolor, la autoestimación
del niño naturalmente se verá menoscabada.

9. La baja autoestimación conduce hacia la comunicación disfun-


cional :
a) Cuando hay un conflicto de intereses. Cualquier relación
presupone que ambos participantes se comprometen a lograr
una meta común; implica un acuerdo en el que cada parti-
cipante renunciará un poco a sus propios intereses con objeto
de alcanzar un beneficio más amplio para ambos.
« Este resultado es la mejor realidad objetiva a la que se puede
llegar en términos de lo que es posible, lo que es factible y lo
que encaja mejor en la situación desde todos los puntos de
vista.
« El proceso que se utiliza para llegar a este resultado depende
de los conceptos que tengan dé sí mismas las personas que
participan en el acuerdo. Si su autoestimación es baja, al
grado en que cualquier sacrificio de sí mismo parece
intolerable, es probable que el proceso se basará en alguna
forma de decidir “quién tiene la razón,” “quién ganará,”
“quién es el que está recibiendo más amor” o “quién se
enojará.” Llamo a esto el “síndrome de la guerra.”
€ Si una persona funciona por medio de este síndrome de la
guerra, es inevitable que su capacidad para buscar infor-
mación objetiva y llegar a conclusiones objetivas respecto a
qué es lo adecuado esté muy alterada.
b) La disfunción en la comunicación también aparece cuando el
individuo es incapaz de manejar las características que en él son
diferentes a las de otros y que en otros son diferentes a las de él.
« Como ya vimos en el capítulo 3, un individuo que no ha logrado
una imagen independiente de sí mismo a menudo tomará
cualquiera manifestación de que alguien cercano a él es
diferente, como un insulto o como un signo de desamor.
« Esto se debe a que este tipo de individuo depende intensamente
de otros para aumentar sus sentimientos de valía personal y
para validar su autoimagen. Cualquier detalle que le recuerde
CONCEPTOS DE LA PSICOTERAPIA 107

que la otra persona es, después de todo, un ser humano aparte,


capaz de dudar de él y de desertar, lo llenan de miedo y de
desconfianza.
« Algunas parejas expresan de manera libre y ruidosa sus
objeciones a que el otro sea diferente (véase “el síndrome del
sube y baja” en la página 19); otras parejas, menos seguras en
esta área, prefieren simular que las diferencias no existen.
« Con estas parejas, la comunicación se vuelve encubierta (véase
la página 17). Se suprime o se cambia cualquier mensaje que
pudiera poner en relieve el Yo de alguien como un agente
privado, con sus gustos, sus aversiones, sus deseos y
contrariedades propios. Los deseos y las decisiones se presentan
como si emanaran de cualquier parte, menos del interior de la
persona que habla; las aseveraciones se disfrazan de
declaraciones simbólicas; los mensajes se dejan incompletos e
incluso no se expresan en lo absoluto, como si el emisor confiara
en la telepatía para transmitirlos a la otra persona (véanse las
páginas 95-98). Por ejemplo, una pareja que en apariencia se
comporta como si no tuviera absolutamente ningún problema,
respondió en la psicoterapia a la pregunta “¿Cómo se conocieron
ustedes?” de la manera siguiente.

Eo: “Bueno, crecimos en el mismo vecindario.”

Ea: “No exactamente en el mismo vecindario.” (Se ríe.)

Esta ligera modificación de parte de la esposa presagió muchas


revelaciones de una grave división entre ellos.
10. Hasta aquí hemos estado hablando acerca de la conducta dis-
funcional más que del síntoma que nos lleva a poner nuestra
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
atención en dicha conducta. ¿Cuál es la conexión entre el sínto-
toma y la conducta disfuncional?
a) Como hemos visto, la conducta disfuncional se relaciona con
los sentimientos de baja autoestimación. Es, de hecho, una
defensa contra la percepción de dichos sentimientos. Las
defensas, a su vez, son expedientes que permiten a la
persona con baja autoestimación funcionar sin un síntoma.
Para la persona misma y para el mundo exterior puede
parecer que nada marcha mal.
b) No obstante, si la persona es amenazada por algún
acontecimiento que ponga en riesgo su supervivencia, o por
alguna situación que le diga “Tú no cuentas; tú no eres un
ser capaz de despertar amor; no eres nadie,” la defensa
puede resultar insuficiente para la tarea de proteger al
individuo de esos sentimientos y entonces aparece el
síntoma.
c) Habitualmente, sólo entonces eí individuo y quienes lo
rodean se dan cuenta de que está “enfermo” y sólo entonces
él admite que necesita ayuda.

11. En vista de todo esto, ¿cómo definimos la psicoterapia?


a) Si consideramos que la enfermedad se deriva de métodos
inadecuados para comunicarse (con lo cual englobamos toda
la conducta interaccional), es lógico que veamos la psicote-
rapia como un intento de mejorar dichos métodos de comu-
nicación. En los capítulos dedicados a la psicoterapia se
verá que el énfasis se pone en corregir las discrepancias en
la comunicación y en enseñar maneras de lograr resultados
conjuntos que sean más adecuados a la realidad.
b) Este enfoque de la psicoterapia depende de que el terapeuta
profese tres conceptos básicos acerca de la naturaleza hu-
mana:
« Primero, que todo individuo aspira a la supervivencia, al
crecimiento y a lograr cercanía con otros, y que toda con-
ducta expresa estos objetivos, por muy distorsionada que
parezca. Incluso en el caso de una persona en extremo
perturbada, debe considerarse que fundamentalmente
estará del lado del terapeuta.
« Segundo, que la conducta que la sociedad llama enferma,
loca, estúpida, o mala, es en realidad un intento que la
persona afligida hace para enviar señales de que existe di-
ficultad y es una manera de pedir ayuda. En en este sentido,
CONCEPTOS DE LA PSICOTERAPIA 109

dicha conducta puede no ser, a fin de cuentas, tan enferma, tan


loca, tan estúpida o tan mala como la sociedad la considera.
« Tercero, que los seres humanos están limitados sólo por el grado
de su conocimiento, por las maneras en que se entienden a sí
mismos y por su habilidad de relacionarse con otros. El
pensamiento y el sentimiento están inextricablemente ligados
entre sí; el individuo no tiene que ser prisionero de sus
sentimientos, sino que puede usar el componente cognoscitivo de
su sentimiento para liberarse. Esta es la base para suponer que
un ser humano puede aprender lo que no sabe y puede cambiar
sus formas inadecuadas de comentar y de entender.

Esto nos lleva a analizar el papel del terapeuta. ¿Cómo va a


actuar? ¿Qué imagen tendrá de sí mismo?
a) Tal vez la mejor manera en que el terapeuta puede verse a sí
mismo es como una persona que sugiere recursos. No es
omnipotente. No es un dios, ni un padre, ni un juez. La cuestión
más difícil para todos los terapeutas es cómo llegar a ser un
experto sin parecer ante el paciente como todopoderoso u
omnisciente, o como alguien que cree que siempre sabe lo que es
correcto o incorrecto.
b) El terapeuta tiene en realidad una ventaja especial, puesto que es
capaz de estudiar la situación familiar del paciente como un
observador con experiencia, permaneciendo al mismo tiempo fuera
de dicha situación, diríamos por encima de la lucha por el poder.
Igual que una cámara con una lente de gran ángulo, puede ^ver
las cosas desde la posición de cada una de las personas presentes y
actuar como representante de cada una de ellas. El terapeuta ve
las transacciones, y también observa a los individuos involucrados
en dichas transacciones; por lo tanto tiene un punto de vista que
no tienen los demás.
c) Debido a esto, la familia puede depositar su confianza en él como
“observador oficial,” o sea alguien que puede darles informes
imparciales acerca de lo que él ve y escucha. Sobre todo, el
terapeuta puede informarles acerca de lo que la familia misma no
puede ver ni relatar.
13. El terapeuta también debe verse a sí mismo como un modelo
de comunicación.
a) En primer lugar, el terapeuta debe tener cuidado de estar
consciente de sus propios prejuicios y suposiciones inconscien-
tes, para no caer en la trampa de la cuál él mismo previene a
otros, o sea, la trampa de alterar la realidad para adaptarla a
sus propias necesidades. La falta de miedo en el terapeuta al
110 PSICOTERAPÌA FAMILIAR CONJUNTA

revelarse a sí mismo ante sus pacientes puede ser la primera


experiencia de comunicación clara que la familia ha tenido.
b) Además, la manera como el terapeuta interpreta y estructura
la acción de la psicoterapia desde el principio, es el primer
paso para introducir a la familia a nuevas técnicas de comu-
nicación.
c) He aquí un ejemplo de cómo el terapeuta aclara el proceso de
la interacción para una familia:
T: (Al esposo) Noto que tiene usted el ceño frucido, Rafael ¿Quiere decir
esto que está usted enojado en este momento?
Eo: No sabía que tenía yo el ceño fruncido.
T: A veces una persona tiene un aspecto o suena en una forma que ella
misma no se da cuenta. Hasta donde usted pueda decimos, ¿ qué
está usted pensando y sintiendo en este momento?
Eo: Estaba yo pensando acerca de lo que ella (su esposa) dijo.
T: De lo que ella dijo, ¿en qué estaba usted pensando?
Eo: Guando ella dijo que cuando habla fuerte, desearía que yo se lo
señalara.
T: ¿Qué era lo que estaba usted pensando acerca de eso?
Eo: Nunca se me ocurrió señalárselo. Pensé que se enojaría.
T: Ah, entonces quizá esa arruga en su ceño quería decir que estaba
usted perplejo porque su esposa esperaba que usted hiciera algo, y
usted no sabía que ella tuviera esa esperanza. ¿Será que con su ceño
fruncido da usted una señal de que se siente perplejo?
Eo: Sí, creo que sí.
T: Hasta donde usted sabe, ¿alguna vez ha estado eñ la misma situación,
es decir, se ha sentido perplejo por algo que Alicia dijo o algo que
Alicia hizo?
Eo: Caray, sí, muchas veces.
CONCEPTOS DE LA PSICOTERAFfA tlt

T: ¿ Alguna vez le ha dicho a Alicia que estaba usted perplejo, cuando se sentía
así?
Ea: El nunca dice nada.
T: (Sonriendo, a Alicia) Espéreme un minuto, Alicia. De jeme oír cuál es la idea
que Rafael tiene acerca de lo que él hace. Rafael, ¿cómo cree usted que le
hace saber a Alicia cuando usted está perplejo?
Eo: Creo que ella lo sabe.
T: Bueno, vamos a ver. Pregúntele a Alicia si ella lo sabe.
Eo: Es una babosada.
T: (Sonriendo) Puede parecer bobo en esta situación, porque Alicia está presente
y ¡sin duda ya oyó cuál es su pregunta. Ella sabe qué es lo que usted le va a
preguntar. No obstante, tengo la sospecha que ni usted ni Alicia están
seguros acerca de lo que el otro espera, y creo que no han encontrado
maneras de averiguarlo. Alicia vamos a examinar de nuevo lo que pasó
cuando comenté con Rafael acerca de su ceño fruncido. ¿También usted lo
notó?
Ea: (Quejándose) Sí, es su expresión habitual.
T: ¿Qué tipo de mensaje recibió usted de ese ceño fruncido?
Ea: Que él no quiere estar aquí. Que a él no le importa nada de esto. El nunca
habla. Simplemente ve la televisión o no está en casa.
T: Me da curiosidad eso. ¿Quiere usted decir que cuando Rafael tiene el ceño
fruncido, usted lo interpreta como que ésa es la forma que tiene Rafael de
decirle: “No te quiero, Alicia. No me importas, Alicia?”
Ea: (Exasperada y con lágrimas en los ojos.) No lo sé.
T: Bueno, tal vez ustedes dos no han encontrado formas absolutamente claras de
darse su amor ni de expresarse lo que vale el uno para el otro. Todos
necesitamos formas cristalinas de mandar mensajes a las otras personas que
les digan el valor que esas personas tienen para nosotros. (Al hijo): ¿Qué
sabes tú, Jaime, acerca de cómo expresas a tus papás el valor que ellos
tienen para ti?
Ho: No sé lo que usted quiere decir.
T: Bueno, ¿cómo haces, por ejemplo, para que tu madre sepa que la quieres
cuando estás sintiendo ese cariño? Nuestros sentimientos suelen variar en
diferentes momentos. Cuando tú te sientes contentoí de que tu madre está
contigo en la casa, ¿cómo se lo comunicas?
Ho: Hago lo que ella me dice que haga. Trabajo, y cosas así. . .
T: Ya entiendo, así que cuando tú haces algún trabajo en la casa, estás
transmitiendo un mensaje a tu madre de que estás contento de que ella esté
ahí cerca.
Ho: No exactamente.
T: Entonces, cuando trabajas en la casa, estás dando un mensaje diferente.
Bueno, Alicia, cuando usted ve a Jaime hacer un trabajo, ¿considera usted
que ése es un mensaje de amor? (A Jaime): ¿Qué haces tú para darle a tu
padre un mensaje de que lo quieres?
Ho: (Después de una pausa): No se me ocurre nada.
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

T: Déjame decirlo de otra manera. ¿Qué podrías hacer para que apareciera con
toda seguridad una sonrisa en la cara de tu padre?
Ho: Podría sacar mejores calificaciones en la escuela.
T: Vamos a verificar esto y a ver si estás percibiendo las cosas claramente. Alicia,
¿recibe usted un mensaje de amor cuando Jaime ayuda en la casa?
Ea: Supongo que sí. . . No me ayuda mucho que digamos.
T: Así que desde su punto de vista, Alicia, usted no recibe muchos mensajes de
amor de Jaime. Dígame Alicia, ¿tiene Jaime otras maneras, que a lo mejor no
se le ocurren en este momento, de decirle a usted que a él le gusta tenerla
cerca?
Ea: (Suavemente) El otro día me dijo que me veía yo bonita.
T: Y usted Rafael; dice Jaime que si él sacara mejores calificaciones usted
sonreiría. ¿Tiene razón?
Eo: Creo que no me va ser fácil sonreír durante algún tiempo.
T: Creo que usted piensa que Jaime no está sacando buenas calificaciones; pero
¿sonreiría usted si él las sacará?
Eo: Claro, desde luego que sí, me daría mucho gusto.
T: En tal caso, ¿cómo cree usted que mostraría su gusto?
Ea: Una nunca sabe si le dio gusto o no...
T: Bueno, ya descubrimos que usted y Rafael todavía no han encontrado maneras
absolutamente claras de mostrarse mutuamente lo que cada uno vale para el
otro. Quizá usted, Alicia, está observando ahora esto mismo entre Jaime y
Rafael. ¿Qué le parece esto, Rafael? ¿Cree que sería difícil para Jaime darse
cuenta de que él le ha dado un gusto a usted?
CONCEPTOS DE LA PSICOTERAPIA 113

El terapeuta no sólo ejemplificará lo que quiere decir con comu-


nicación clara, sino que enseñará a sus pacientes cómo lograrla por sí
mismos.
a) Explicará las reglas de la comunicación en forma detallada. En
especial, dará énfasis a la necesidad de comparar el significado
que una persona emite con el significado que la otra persona
recibe. El terapeuta procurará que el paciente mantenga en su
mente la siguiente serie complicada de imágenes en espejo:
« La idea de sí mismo (cómo me veo a mí mismo}
« La idea que uno tiene del otro (cómo te veo)
« La idea que uno tiene de la idea que el otro tiene de uno mismo
(cómo veo qiie tú me ves).
« La idea que uno tiene acerca de la idea del otro, acerca de la idea
que uno tiene del otro (cómo veo que tú me ves viéndote). Sólo si
una persona es capaz de verificar en un sentido y en otro, a
través de las líneas de comunicación, puede estar segura de que
ha completado un intercambio claro.
b) El terapeuta ayudará al paciente a darse cuenta de lós mensajes
que son incongruentes, confusos o encubiertos (véanse las páginas
199-201 para ejemplos).
c) Al mismo tiempo, el terapeuta mostrará a los pacientes cómo
verificar las suposiciones no válidas que alguien utiliza como si
fueran un hecho. El terapeuta sabe que los miembros de familias
disfuncionales tienen miedo de hacer preguntas para averiguar lo
que cada quien quiere decir en realidad. Los miembros de estas
familias parecen estarse diciendo entre sí : “No puedo dejar que
sepas lo que veo, oigo, pienso y siento, porque si lo hago te caerás
muerto, me atacarás o me abandonarás.” Como resultado de esto,
cada individuo actúa según sus suposiciones, que él deriva de las
manifestaciones de las otras personas, y maneja dichas
suposiciones como si fueran hechos. El terapeuta utiliza diversas
preguntas para averiguar esas suposiciones no válidas: por
ejemplo:
“¿Qué dijo usted? ¿Qué es lo que usted me oyó decir?”
“¿Qué fue lo que usted vio o escuchó que lo llevó a esa conclusión?” “¿Cuál era
el mensaje que usted estaba tratando de comunicar?” “Si yo hubiera estado
ahí, ¿qué es lo que hubiera visto o escuchado?” “¿ Y usted comóI sabe eso? ¿
Cómo podría usted averiguar?”
“Se le ve calmado, ¿pero cómo se siente usted por dentro?”
d) Al igual que cualquier otro buen maestro, el terapeuta tratará
de ser lo más claro posible.
« El terapeuta repetirá, volverá a expresar y dará énfasis a sus
propias observaciones, a veces hasta el punto de parecer
repetitivo y simple. Hará lo mismo con las observaciones
que los miembros de la familia hacen.
« El terapeuta también tendrá cuidado de dar las razones por
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
las cuales llega a una conclusión determinada. Si el paciente
se desconcierta ante algo que dice el terapeuta y no conoce
el razonamiento que llevó al terapeuta a dicha conclusión,
esto sólo aumentará los sentimientos de impotencia en el
paciente. ^

15. El terapeuta se dará cuenta de las muchas posibilidades de in-


teracción que hay en la psicoterapia.
a) En la situación terapéutica, la presencia del terapeuta agrega
tantas diadas (sistema de dos personas) como personas haya
en la familia, puesto que el terapeuta se relaciona con cada
uno de los miembros. El terapeuta, al igual que cualquier otro
individuo presente, actúa como miembro de diversas diadas,
pero también como el observador de otras diadas. Estos
cambios de posición pueden producir confusión en el terapeuta
mismo y en la familia. Por ejemplo, si toma el partido de
alguien, debe decir a los demás con claridad que lo está
haciendo.
b) El terapeuta aclara la naturaleza de los intercambios que
suceden durante la psicoterapia, pero tiene que seleccionar los
que sean más representativos, ya que es imposible darse
cuenta de todo lo que la familia dice. Por suerte, las secuencias
familiares tienden a ser redundantes, de modo que una
aclaración puede servir para varios intercambios.
c) He aquí un ejemplo de la manera en que el terapeuta aísla y
subraya cada intercambio.
« En el momento en que el terapeuta afirma: “Cuando usted,
Rafael, dijo que estaba enojado, noté que usted, Alicia, tenía
una expresión de desagrado en su cara/5 el terapeuta está
informando que él mismo es una mónada (“Yo la veo a
usted, Alicia; yo lo oiga a usted Rafael”), e informa a Rafael
y a Alicia de que ellos son a su vez una mónada cada uno (el
uso de la palabra usted, seguido del nombré específico). Poco
después, en el momento en que el tera-
peuta utiliza la palabra cuando, establece que hay una co-
nexión entre lo que el esposo informa y lo que la esposa in-
forma, validando así la presencia de una interacción.
« Si el terapeuta entonces se vuelve hacia el hijo mayor,. Jaime,
y dice : “¿Qué te parece a ti Jaime, lo que acaba dé pasar
entre tu madre y tu padre?” el terapeuta está estableciendo a
Jaime como un observador, ya que a veces las familias
olvidan que cada uno de los miembros observa la conducta de
CONCEPTOS DE LA PSICOTERAPIA 115

los otros.
« Cuando Jaime conteste todos sabrán cuál fue su percepción. Si
resulta que el informe de Jaime no concuerda con lo que
Alicia o Rafael intentaban comunicar, en ese momento hay
una oportunidad de averiguar qué era lo que ellos intentaban
comunicar, qué fue lo que entendió Jaime, y por qué lo
interpretó de esa manera.

Rotular la enfermedad es una parte de la psicoterapia que el


terapeuta tiene que abordar con especial cuidado.
a) Cuando un terapeuta está ante un paciente, se enfrenta a
alguien que ha sido rotulado por otros o por sí mismo como un
individuo que sufre trastornos emocionales, físicos o sociales.
Para el observador no terapéutico, la conducta que revela la
presencia del trastorno habitualmente recibe la etiqueta de
“estúpida,” “loca,” “enferma” o “mala.”
b) El terapeuta utiliza a veces otras etiquetas; por ejemplo, “débil
mental,” “de bajo rendimiento escolar,” “esquizofré* nico,”
“mamaccdepresivo,” “psicosomático,” o “sociópata.” Estas son
etiquetas que los clínicos usan para describir la conducta que
según ellos se desvía del resto del carácter de la persona, de lo
que otros esperan de ella y del contexto en el cual la persona se
encuentra.
c) Las observaciones que los clínicos han hecho a lo largo de tos
años, se han agrupado en un sistema de etiquetas estandari-
zadas llamado “nomenclatura psiquiátrica.” Es un métodfo
expedito que los clínicos usan para describir la conducta des-
viada.
d) Estas etiquetas a menudo presuponen una duplicación exacta
en todoS los individuos que tienen la misma etiqueta. A lo largo
de I03 años, cada una de las etiquetas ha adquirido una
identidad, icón implicaciones de pronóstico y de tratamiento
basadas, en las dimensiones de esa identidad.
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

e) Por ejemplo, si un terapeuta ha rotulado a un paciente como


“esquizofrénico,” tal vez base el pronóstico de esa persona en sus
ideas acerca de la esquizofrenia, y no en la óbservación del
individuo que, entre otras etiquetas como “ser humano,” “Jaime,”
“esposo,” “padre,” “químico,” tiene también el rótulo de
“esquizofrénico.”
/) No obstante, ni el clínico, ni ninguna otra persona, tienen derecho a
tratar a ese individuo sólo en términos de la etiqueta
“esquizofrénico,” perdiendo de vista que también es un ser
humano total. Ninguna etiqueta es infalible, porque ningún
diagnóstico lo es; al identificar a la persona con la etiqueta, el
terapeuta cierra su mente a la posibilidad de diferentes
interpretaciones hacia las cuales diversas manifestaciones pueden
conducirlo. g) En realidad el terapeuta debe decir a su paciente:
“Se está usted comportando ahora en una forma que yo, como
clínico, rotulo de esquizofrénica.” Pero esta etiqueta sólo se aplica
en este momento3 en este lugar y en este contexto. Momentos
futuros, lugares futuros y contextos futuros pueden mostrar algo
completamente diferente.

Para cerrar el tema del papel idel terapeuta, examinemos algunas de


las ventajas específicas que tiene la psicoterapia familiar comparada
con la psicoterapia individual o de grupo.
a) En la psicoterapia familiar, el terapeuta tendrá una mayor
oportunidad de observar objetivamente. En la psicoterapia in-
dividual, puesto que hay sólo dos personas, el terapeuta es parte
de la interacción, y le será difícil ser imparcial. Además, debe
distinguir entre cuáles son las reacciones y sentimientos propios
del paciente y los que podrían ser una respuesta a indicaciones
que el terapeuta mismo envía.
b) El terapeuta familiar podrá obtener conocimiento de primera
mano acerca del paciente en dos áreas importantes.
c Al observar al individuo en su familia, el terapeuta puede ver en
qué fase está ese individuo en términos de su nivel presente de
crecimiento.
€ Al observar a un niño en el grupo familiar, el terapeuta puede
averiguar cómo es que su funcionamiento se fue alterando. El
terapeuta puede ver por sí mismo cómo el esposo y la esposa se
relacionan entre sí y cómo ambos se relacionan con el niño.
CONCEPTOS DE LA PSICOTERAPIA 117

« No es posible obtener este tipo de conocimiento de primera mano


en la psicoterapia individual, como tampoco en la de grupo,
donde el individuo está con otros de su misma edad y sus
mismas características, y el terapeuta sólo puede estudiar el
tipo de interacción limitada a ese agolpamiento de personas.

Como terapeuta, me han sido útiles algunos conceptos, un poco como


instrumentos de medición, para determinar la naturaleza y el gradó
de la disfunción en una familia.
a) Analizo cuáles son las técnicas que cada miembro de la familia usa
para manejar la presencia de rasgos diferentes de un individuo a
otro. La reacción de una persona hacia las diferencias individuales
es un índice de su capacidad para adaptarse al crecimiento y al
cambio. También indica cuáles son las actitudes que tendrá hacia
otros miembros de su familia, y si será capaz de expresar estas
actitudes directamente o no.
« Los miembros de cualquier familia necesitan tener formas de
averiguar cuáles son sus diferencias individuales y de permitir
dichas diferencias. Esto requiere que cada perso- sona informe
directamente lo que percibe acerca de sí mismo y acerca del
otro, y que lo diga tanto a sí mismo como al otro.
« Ejemplo: Josefina pierde su prendedor. Tiene que decir:
“Necesito mi prendedor (claramente), y te lo estoy diciendo a ti
Bety (directamente), y es el prendedor que uso con el único traje
negro que tengo (específicamente).” Josefina no debe decir: “¿Por
qué andas hurgando mis cosas?” ni “¿No hay algo que tienes que
decirme?” Sería igualmente disfuncional entrar al cuarto de
Bety y revolver todas sus pertenencias (esto sería un
comportamiento poco claro, indirecto y no específico).
« Como ya dije, cuando un cónyuge descubre en el otro rasgos que
lo revelan como un individuo diferente, cosa que no esperaba o
que desconocía, es importante que aproveche su descubrimiento
como una oportunidad de explorar y entender, y no como una
señal de guerra.
« Si las técnicas para manejar las diferencias individuales
consisten en ¡determinar quién tiene la razón (guerra), o en
simular .que dichas diferencias individuales no existen
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

(negación), es posible que aparezca una conducta patológica en


cualquier miembro de la familia, pero especialmente en los
niños.
b) Hago lo que llamo análisis de la función de los papeles, para
averiguar si los miembros de una familia están actuando, en
forma encubierta, papeles diferentes a los que exige su posición en
la familia (ver la página 198).
« Si dos individuos se casan con la esperanza de extender su propio
Yo, cada uno recibe, en realidad, la responsabilidad del otro y se
crea así una especie de relación parasitaria mutua.
« Esta relación acabará por convertirse en algo que se parece a la
relación entre un padre y un niño. Los adultos, llamados
“esposo” y “esposa,” pueden en realidad estar funcionando como
madre c hijo, padre e hija, o como hermanos, lo cual confunde al
resto de la familia y, finalmente, los confunde a ellos mismos.
« He aquí un ejemplo muy simplificado de la manera como las
cosas podrían desarrollarse en ese tipo de familia.

Supongamos que María toma por completo el papel de único progenitor, y


Pepe actúa la paite de su hijo. Pepe entonces toma el papel de hermano de
sus dos hijos Juan y Paty, y se convierte en su rival a<l competir por el
afecto de la madre. Para manejar su rivalidad y mantener su lugar de
esposo, Pepe puede empezar a beber en exceso o encerrarse en su trabajo
con objeto de alejarse de su casa. María, abandonada, puede volverse hacia
su hijo Juan haciéndole sentir que debe tomar el lugar de su padre. Juan,
deseando complacerla pero incapaz de lograrlo, puede volverse delincuente,
rebelarse contra su madre y ligarse a alguien fuera del hogar. O bien, el
chico puede aceptar la invitación de su madre, renunciar a su papel de
hombre y volverse homosexual. Paty puede mostrar regresión o permanecer
infantil para mantener su lugar. Pepe, el padre, puede desarrollar úlcera
gástrica y María puede volverse psicòtica.

€ Estas son sólo algunas de las posibilidades de perturbación en una familia


que se ha desorganizado debido a que sus miembros actúan papeles
incongruentes.
c) Hago un análisis de cómo cada miembro de la familia manifiesta su
propio Yo. Si lo que alguien dice no concuerda con su aspecto ni con el tono
de sus palabras, ni con su forma de actuar, o si esa persona relata sus propios
deseos y sentimientos como si pertenecieran a otra persona, o como si provinie-
ran de algún otro lugar, sé que ése individuo no será capaz
CONCEPTOS DE LA PSICOTERAPIA 119

de claves confiables ¡>ar& cudkpier otra perso


na que interactue con éL Cuando esta conducta, que llamo
“incongruencia es notoria en los miembros de
laaaa familia, existe el peligro de que se desan^it7 \mt
proceso patológico.
d) Con objietá» de averiguar cómo la infancia de cada miembro
de una familia ha afectado sus formas presentes de compor-
tarse, hago lo q¿ue llamo un análisis de modelos (ver páginas
197-198).
« Esto quiere decir que trato de descubrir quienes fueron (o
son) los modelos que influyeron en cada miembro de la
familia durante sus primeros años; quién les dio mensajes
acerca del hecho y la conveniencia cié crecer; quien les trazó
el camino a seguir para actuar ante una nueva experiencia
y evaluarla, y quién fue el encargado de mostrarles cómo
acereaise a los otros.
« Estos mensajes tienen para el niño una gran importancia,
ya que determinan su propia supervivencia; poc k> tanto,
las formas en que dichos meao&ajes son dados determinan
automáticamen t e las formas en egue el individuo interpre-
tará los mensajes de otros adultos* en etapas posteriores de
su vida. Quizá dichos adultos (cónyuges, suegros o jefes en
un empleo) ya no tienen una importancia de supervivencia
para la persona, pero ésta puede adjudicarles gran impor-
tancia, como si su supervivencia dependiera de ellos.*

19. En este capítulo hemos comentado fuera del contexto de una


psicoterapia en proceso, ideas cpe en realidad pertenecen a dicha
situación clínica. En ios tres próximos capítulos espero mostrar
muy específicamente la forma en que yo, como terapeuta, incor-
poro dichas ideas a la acción de la psicoterapia, desde la primera
vez que veo a una familia hasta que termina el tratamiento.

7 Hay conexiones obvias entre esta teoría,-el concepto anaMtico de trans-


ferencia y el concepto de Sullivan datáis torsión paratáxica; pero también hay
diferencias. En especia!, en vez de inferir a partir de la transferencia cuál fue la
naturaleza problemática del medio que rodeó al individuo durante sus primeros
años, utilizo la información respecto a su pasado para evaluar cuánta importancia
el individuo aÉájydica, en el momento, presente f para su supervivencia, a los
mensajes cjise recibe.
11
INICIACION DEL TRATAMIENTO

1. Me gustaría describir lo que pasa entre bambalinas y mostrar en


detalle las técnicas que he encontrado más útiles al practicar la
psicoterapia familiar. Aunque naturalmente creo en mis propios
métodos, y espero que a otros terapeutas les sea útil conocerlos, no
quiero implicar que sean la única ni la última palabra en pro-
cedimientos terapéuticos.
Aclaro esto porque creo firmemente que cada terapeuta tiene que
encontrar su propia forma, única e individual, de practicar su
oficio. Al tratar a sus pacientes, nunca debe sacrificar su estilo
personal en aras de algún ideal profesional impersonal. Como se
verá, siempre que puedo conservo mi propio estilo de frasear las
cosas (por ejemplo, cuando pregunto a una familia: “¿Qué les
duele?”), así como mis expresiones idiomáticas favoritas y mi forma
de bromear.

También he encontrado que un estilo L iafarmal y adaptado a cada


individuo ayuda a hacer que la entrevista terapéutica no se
parezca a un rito funeral o a una escena de juzgado, y establece
una atmósfera que propicia la esperanza y la buena voluntad.

En esta sección he incluido ejemplos del tipo de preguntas que uso


para ir estimulando a la gente a que ^ consciente de su propia
comunicación. A veces, puede parecer que dichas preguntas son
innecesariamente repetitivas o simples, e incluso dan la impresión
de que el terapeuta no oye bien. No obstante, debemos recordar que
cuando estamos entrevistando a más dé una persona, ó cuando los
miembros de la familia todavía no saben cómo decir lo que quieren
comunicar, ni averiguar lo que los otros quieren decir, estas
repeticiones y sim-
plificaciones son parte central del proceso terapéutico. A menudo los
terapeutas poco experimentados se sorprenden de que con frecuencia
los miembros de una familia no pueden hacer entre sí ni siquiera
preguntas sencillas para averiguar ciertos hechos, y es necesario
enseñarles a preguntar.
Otra razón por la cual hago tantas preguntas y las repito con cada
120
persona de la familia, es mi deseo de dar a todos los presentes una
INICIACION DEL TRATAMIENTO 123

perspectiva nueva que quizá les amplíe su percepción acerca de la


forma en que el que habla ve o vio las cosas.

Describimos ahora el primer contacto que el terapeuta tiene con un


miembro de la familia, probablemente a través de una llamada
telefónica. En este primer contacto, el terapeuta se concentrará en
cuatro cosas.
a) Tratará de averiguar cómo está constituida la familia Pérez.
« Por ejemplo, ¿tiene Juanito hermanos y hermanas?, si es asi,
¿qué edad tienen? ¿Vive la abuela a la vuelta de la esquina?, si
es así, ¿con qué frecuencia dicha abuela interviene en la vida
familiar?
« ¿Se ha mudado alguien recientemente a vivir con la familia, o
alguien que vivía con la familia se ha mudado a otro lado? Si es
así, ¿quién? ¿el abuelo? ¿un nuevo bebé? ¿un inquilino?
b) El terapeuta tratará de averiguar la edad de cada miembro de la
familia, porque esta información le dice qué tan cerca está cada
uno de su madurez cronológica y cuánta carga de cuidados
parentales los cónyuges tienen que soportar.
« Por ejemplo, ¿María y su esposo Pepe están alrededor de los 20,
30, o 50 años? ¿Se trata de una familia joven o de una familia
vieja?
« ¿Qué edad tiene Juanito? ¿En qué fase de su crecimiento hacia la
madurez se encuentra ahora? (Quizá el terapeuta no averigüe
todo esto en el primer contacto, pero mantendrá las preguntas
en su mente conforme hable con María Pérez en el teléfono.)
c) El terapeuta le explica a María Pérez en qué consiste la
psicoterapia familiar, recalcando que es importante que el esposo
tome parte en el tratamiento.
d) Inicialmente, ¿1 terapeuta habla con María acerca de ella y Pepe
como padres de Juanito, y no como cónyuges; así el terapeuta
accede temporalrneríte a enfocar sm atención en Juanito como el
problema, o como “la razón por la cual hemos decidido .pedir
^yuda.”
e) He aquí un ejemplo ele un primer cofítacto por teléfono:
Ea: Habla la señora Pérez. He oído acerca de esta idea de la psicoterapia
familiar y pensé que quizá usted podría ayudare.
T: ¿Qué es lo que pasa?
Ea: Bueno, estamos teniendo problemas con nuestro muchacho, Juanito. No le
está yendo bien en la escuela. De hecho él. . . no ha sido, en absoluto, un
niño muy difícil, hasta ahora, Pero tiene esta nueva maestra que lo trata
muy rudamente y es muy exigente con él. No sé. Simplemente no quiere
portarse bien y hemos recibido varias quejas de la escuela. Dicen que es
un niño bastante tenso, y creo que sí lo es...
T: Ya veo. Los maestros se han quejado de la conducta de Juanito en la
escuela y está tenso. ¿Cómo muestra Juanito que está tenso? ¿Cómo
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR
dicen los CONJUNTA
maestros que el niño lo muestra?
Ea: Bueno, dicen que se sale de clase a cada rato y que no se está quieto ni un
momento, y opinan que es muy difícil de manejar. Simplemente no le
entiendo. Francamente, ya no sé qué hacer. El niño no me quiere decir
qué es lo que le pasa, y pensé que quizá si usted pudiera... si hay algo
que estemos haciendo mal. ..
T: Parece, en efecto, que las cosas no marchan como usted quisiera.
Podríamos examinar más de cerca el asunto y ver cómo sucedió, cómo se
produjeron las cosas y tratar de entender todo mejor.
Ea: Bueno, ya hicimos todo lo que podíamos. Le hemos dado al niño todo lo
que un chico pudiera desear.
T: Comprendo que se sienta confundida; estoy segura de que usted está
esforzándose por entender qué sucede. Como usted sabe, aquí hacemos
psicoterapia familiar y pienso que podríamos empezar con usted y su
esposo. Creo que eso sería lo mejor. Ustedes son los adultos en la familia.
Dígame, ¿cjuiénes constituyen su familia?
Ea: Bueno, están Juanito y Paty. Y mi esposo Pepe, y yó. Nada más nosotros
cuatro.
T: Son ustedes cuatro. El nombre de su esposo es Pepe. ¿ Qué edad tienen
Juanito y Paty?
Ea: Juanito tiene diez años, Paty va a cumplir siete.
T: Juanito tiene diez años. Paty tiene casi siete. ¿Hay alguien más en la
familia?
Ea: No.
T: Bueno, como le digo, aquí trabajamos con las familias. Así que
deberíamos empezar com los dos adultos. Me daría mucho gusto
hacer una cita con usted y su esposo. Después nos pondremos de
acuerdo respecto a cuándo traer a los niños.
Ea: Bueno, yo... Bueno, no estoy segura. Pero creo que Pepe... No estoy
segura de que quiera ir. No le he preguntado pero él es.. 1
T: Necesitamos de su esposo información que sólo él puede dar. Es muy
importante que yo los vea a ustedes dos. Dígale a su esposo que una
familia no es una familia sin el padre y la madre presentes. Es muy
importante que tengamos la oportu- dad de conocer su punto de
vista.
Ea: Bueno, le voy a decjr. Pero no sé. El es muy... A él no le caen muy
bien... El es; este...
T: Dígale a su esposo que necesitamos su aportación. Necesitamos saber
su punto de vista acerca de la situación, porque él nos hablará como
el hombre adulto de la familia. Necesitamos toda la información que
podamos obtener, y el punto de vista de un padre es muy importante.
Sólo él puede hablar por si mismo. Nadie puede dar lo que él puede
dar.
Ea: Bueno, trataré. ¿Cuándo podría usted vernos?

Pepe acudirá con su esposa a la primera cita. Con este tipo de


INICIACION DEL TRATAMIENTO 123

enfoque, es raro que el esposo, en su papel de padre, no


responda. El énfasis del terapeuta parece dar al esposo una
nueva importancia ante los ojos de la esposa.

3. En la primera entrevista, el terapeuta empezará por hacer pre-


guntas que establezcan qué es lo que la familia quiere y espera del
tratamiento.
a) El terapeuta le hará la misma pregunta a cada uno de los
presentes, aunque no necesariamente con estas palabras:
“¿Cómo fue que vino usted aquí?”
“¿Qué se imagina usted que va a suceder aquí?”
“¿Qué espera usted lograr aquí?”

b) El terapeuta explicará entonces la naturaleza de la psicotera-


pia familiar. Puede decir:
“Las familias se; comportan siguiendo reglas que a veces ni siquiera
copocen. Quisiera saber cómo funciona esta familia.”
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

“Cada miembro de la familia tiene que hacer algo cuando ve sufrir a otro
miembro. Necesito averiguar qué es lo que cada uno de ustedes hace.”

“Nadie puede ver el cuadro completo porque todos estamos limitados a nuestra
propia percepción. Reunidos aquí podemos obtener el cuadro completo con
mayor claridad. Cada quien puede aportar una contribución única y valiosa,
que nadie más puede duplicar.”

c) El terapeuta hará entonces a cada miembro de la familia algunas


preguntas para saber más acerca del síntoma y para averiguar qué
ha significado dicho síntoma para ellos. Por ejemplo:

“Díganme, ¿qué es lo que ustedes ven que duele en la familia?”

“Todos los que tienen un problema sufren en alguna forma. ¿Pueden decirme
dónde duele?”

“¿Qué es lo que „duele‟ en esta familia?”

Cualquiera de estas preguntas introduce la idea de que la familia,


como grupo, sufre. Comienza a cambiar el foco de la atención, que
estaba centrado en el “paciente identificado/‟ hacia la familia como
un todo. Cada miembro tiene la opor- nidad de identificar, por sí
mismo, cuál es el área problemática.
d) Los padres habitualmente contestan que el PI es el problema, y el
terapeuta brevemente se orienta hacia el problema tal y como los
padres lo ven:

“¿Cuándo notaron por primera vez este síntoma?”

“¿Lo discutieron entre ustedes?”

“¿Qué hicieron para tratar de aliviar el problema?”

“¿Qué resultado tuvieron esas tentativas?”


Estas preguntas permiten a los padres relatar cómo han tratado
de ser buenos progenitores y exponer detenidamente sus dudas.
Estas preguntas también ayudan al terapeuta a obtener los
primeros indicios acerca de varias cosas: ¿Quién habla por quién?
¿Quién hace las reglas familiares? ¿Quién hace los planes? ¿Quién
los lleva a cabo? ¿Con cuánta claridad se comunican los planes?
¿Quién es el que más habla?
¿Quién habla menos que todos? ¿Cuál es el ritmo general y el tono
de la comunicación familiar? ¿Qué tan clara y directa es la
comunicación de la familia? ¿Cómo responde la la familia ante la
crisis? ¿En qué área de la conducta se manifiesta el sistema? (¿En
el C.I., en el cuerpo, en las emociones, o en el área social?) ¿Qué
circunstancias rodearon el principio del síntoma? ¿Qué intervalo
pasó entre el principio del síntoma y el momento en que la familia
INICIACION DEL TRATAMIENTO 123

le dio una etiqueta a dicho síntoma? ¿A quién (o qué) ha culpado la


familia por la existencia del síntoma? (¿A los vecinos, a los
maestros, a Dios, a la herencia?) ¿Cuál es el propósito que el
síntoma cumple en la familia?
e) El terapeuta hace que disminuya el miedo a ser acusados, cuando
acentúa las ideas de perplejidad y de buenas intenciones :
“Esto debe haberlos confundido mucho; que ustedes hicieron todo eso y aun asi
nada parecía salir como esperaban.”
“Todos somos humanos. Hacemos las cosas lo mejor que podemos. Debe
haberlos confundido que, a pesar de todos esos esfuerzos, nada parecía
marchar bien.”
/) El terapeuta entonces hace un puente con objeto de pasar hacia el
principio del estudio de la familia. Puede decir, por ejemplo:
“Parece que todos ustedes se han sentido perplejos acerca de cómo empezó
esta dificultad que me cuentan.”
“Hubo un tiempo en que ninguno de los que están en este cuarto conocía a los
otros. Tal vez sea difícil para ustedes recordar ese tiempo, y les parece que
siempre se han conocido todos. Pero no es así. Ustedes empezaron a juntarse
de uno en uno. Poco a poco apareció un miembro más de la familia, y los que
ya estaban ahí tuvieron que encontrar la manera de hacer lugar para el nuevo
miembro.”
“Vamos a ver ahora quiénes son las personas que han formado esta familia.”
12
COMO USAR UNA CRONOLOGIA DE
LA VIDA FAMILIAR

1. Cuando contemplo a una familia, veo a tres generaciones dife-


rentes.
a) En mi mente veo a los progenitores como niños, viviendo y
creciendo con sus propios padres (que ahora son los abuelos),
aprendiendo las reglas implícitas y explícitas acerca de cómo
enfocar la vida.
b) Veo a los progenitores como arquitectos de la familia presente.
Han combinado lo que ambos aprendieron en sus propias
familias, y lo han mezclado consciente e inconscientemente
para formar el contexto de su familia actual.
c) La tercera familia aparece cuando hay hijos casados. Si esto no
ha sucedido, la „„tercera familia” es una familia que se
construirá en el futuro, con base en la experiencia actual del
niño y su familia presente. De cualquier manera, los hijos
aprenden cómo convertirse en adultos, formen o no su familia
propia.

2. Esto quiere decir que la familia está compuesta por padres, abue-
los e hijos. Cada generación representa un contexto diferente, en
una época y un lugar diferentes. Las circunstancias, el contexto y
el momento en los cuales la familia actual se formó (con miembros
que se han agregado y miembros que se han ido) son el territorio
que uso como base para descubrir cómo ha evolucionado esa
familia en especial.
a) Cada familia tiene una historia inigualable, y ha dado a cada
uno de sus miembros significados e interpretaciones caracte-
rísticos de dicha familia.
b) Cada familia tiene su propia lista de reglas implícitas y explícitas
acerca de cómo enfocar la vida. Un breve examen de cualquier
familia de tres generaciones, rápidamente mostrará cómo esas
reglas implícitas y explícitas se han entretejido en la tela actual
de la vida familiar.
« Directamente.
« Aparentando ignorar la existencia
126 de dichas reglas, pero
proyectándolas hacia una entidad fuera de la familia.
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 127

« Negando la existencia de dichas reglas y haciendo lo opuesto.


« Distorsionando de alguna manera las reglas.
« Descartando cómodamente las reglas en su totalidad.

Al iniciarse la primera sesión, el terapeuta familiar sabe poco o nada


acerca de la familia.
a) Tal vez conozca quién es el “paciente identificado” (PI) y cuáles
son los síntomas que dicho paciente manifiesta, pero
habitualmente eso es todo lo que sabe. De modo que para empezar
la exploración debe obtener indicios acerca de cuál es el significado
del síntoma en ese sistema familiar.
b) Quizá sospeche que existe dolor en la relación cónyugal, pera es
importante averiguar cómo se manifiesta ese sufrimiento.
Necesita saber también en qué forma los cónyuges han tratado de
enfrentarse a sus problemas.
c) Tal vez sepa que los esposos actúan basándose en “modelos”‟ (lo
que vieron suceder entre sus propios padres), pero necesita
averiguar en qué forma estos modelos han influido sobre lo que
cada cónyuge espera ser como esposo o como padre.

El terapeuta familiar inicia la sesión sabiendo que la familia ha


tenido una historia. La cronología de la vida familiar es
esencialmente una historia de los hechos que tuvieron lugar en el
mundo interno y en el mundo externo de la familia. Revela también
cómo los miembros interpretaron y respondieron ante tales hechos.
a) Ejemplos de sucesos que acaecen dentro de la familia: un niño
nace o muere, un progenitor se divorcia o muere, un abuelo viene
a vivir con la familia, o deja de vivir ahí.
b) Ejemplos de ihechos en el mundo externo: una guerra, una
depresión económica, una nueva ley rígida, o un cambio
drástico en el nivel económico de la familia (ya sea hacia arriba
o hacia abajo).
c) Cuando ha habido gran número de fragmentaciones y dis-
tracciones dentro de la familia durante muchos años, el hecho
de estructurar una cronología a menudo ayuda al terapeuta
familiar a adquirir una perspectiva de dicha familia.

5. Uno de los datos principales que el terapeuta familiar tiene que


investigar es la manera en que las gentes han hecho frente a lo
que les sucedió.
a) La manera en que un individuo se enfrenta a distintas vici-
situdes. depende de su autoestimación y revela cuales son las
reglas emocionales implícitas en su familia.
b) Al obtener una cronología de los hechos, la época y el lugar en
que acaecieron, el terapeuta puede “sentir” cómo ha sido la
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
jornada real de la familia.

6. Obtengo información histórica subrayando mi respeto por la forma


en que cada persona enfrentó los hechos y la gravedad de los
mismos.
a) Hace mucho descubrí que las gentes actúan de la mejor ma-
nera que pueden en un momento dado, aunque desde el punto
de vista de un observador o al revisar los eventos tiempo
después, dicha conducta no parezca haber sido la mejor po-
sible.
b) No importa lo que una persona haga, sus actos representan lo
que para él o ella es importante, la manera como vive e
interpreta la experiencia, y las acciones que asocia con dicha
interpretación.
c) Esto constituye el catálogo completo de lo que un individuo
necesita para enfrentar problemas. Si la persona cambia su
manera de enfocar dificultades, cambia el aspecto de los pro-
blemas a los cuales da más importancia, ve nuevas posibili-
dades, interpreta los hechos en una forma nueva y descubre
diversas opciones, automáticamente podrá adquirir una nueva
manera de enfrentar dificultades.

7. Los miembros de la familia inician la psicoterapia con mucho


temor.
a) Todos los miembros sufren de un sentimiento encubierto de
culpa por el hecho de que nada parece haber resultado bien
(incluso cuando en forma abierta culpen al PI o al otro
cónyuge).
b) Los padres, en especial, necesitan sentir que como progenitores
han hecho las cosas lo mejor posible. Necesitan decir al
terapeuta: “Por esto hice lo que hice. Esto es lo que me sucedió.”
c) A la familia parece gustarle que el terapeuta investigue una
cronología de la vida familiar que tenga que ver con hechos; es
decir nombres, fechas, relaciones definidas, cambios de
domicilio, etcétera. Son preguntas que los miembros de la
familia pueden contestar, y que relativamente no son ame-
nazantes. Se está hablando de la vida tal y como la familia la
entiende.

En el pasado, solía yo investigar esta cronología de una manera


bastante rígida. En la actualidad empiezo por ocupar mayor tiempo
para hacer contacto con los miembros de la familia en el aquí y el
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 129

ahora.
a) Después de que establecí contacto con cada miembro de la
familia, dibujo un mapa en un pizarrón, para averiguar quién
formó parte de la familia y cuando.
b) En esta primera etapa, elucidar hechos acerca de la presen* cia
y ausencia de miembros familiares parece ser menos ame-
nazante que si lo hago más tarde. Hacer el mapa familiar en los
primeros momentos de la entrevista, puede compararse a
preguntar acerca de la salud y los signos vitales de una
persona. Puesto que pregunto información basada en hechos,
los miembros de la familia pueden relatar la cronología sin
darle demasiada importancia emocional.
c) De esta manera, el terapeuta familiar confórme escucha la
información y el relato de los hechos, puede percibir la mayoría
de las pistas que le ayudarán a comprender el proceso familiar:
¿Quién es el padre de quién? ¿Hay una segunda esposa? ¿Dónde
está la madre de los niños? etcétera.
d) Mientras algunos miembros de la familia relatan la informa-
ción,, el terapeuta debe observar las reacciones de los otros
componentes de la familia, archivarlas para referencia futura, o
utilizarlas conforme surgen.

). Cuando termino dje dibujar el mapa, ya me di cuenta de las ca-


racterísticas especiáles de la familia, «.ya respondí a los hechos
que me relatan y ya modelé para la familia una actitud de no
adjudicar culpas.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
a) Por ejemplo: Si me dicen que el hombre que está sentado
frente a mí es el padrastro, le preguntó “¿A cuáles de los niños
que veo aquí trajo usted al matrimonio?.” Esto da lugar a que
yo le pregunte al niño que el padrastro designa : * “Así que
ahora tienes trece años. ¿Desde cuándo estás en ■esta nueva
familia?” Esta pregunta lleva el mensaje implícito de que sé
que el niño tuvo una experiencia íiueva. No subrayo qué tipo
de experiencia fue, sino simplemente el hecho de que hubo
una experiencia nueva.
■b) Tal vez inquiera yo acerca de en dónde está la madre. O a
veces le pregunto al niño: “¿Y qué tal funcionan las cosas
ahora que vives con una persona que hace las veces de ma-
dre?” Si logro hacer unas cuantas preguntas en el momento
adecuado, puedo penetrar en el corazón de los asuntos fa-
miliares.
c) Si me doy cuenta de que una de las personas presentes es una
abuela que entró en la familia dos semanas antes de la
entrevista, después de la muerte de su esposo, sé que de al-
guna manera existe todavía un proceso de duelo. Dicho duelo
tiene ün significado para él progenitor cuyo padre murió, otro
para los niños cuyo abuelo murió, y otro para la mujer que
perdió a su esposo.
« Si existe un niño a quien la familia identifica como paciente,
de manera casual pregunto cómo iban las cosas entre ese
niño y el abuelo que murió.
« Tal vez haga yo la misma pregunta a los otros miembros de
la familia, para que no sea demasiado obvio lo que pregunté
al paciente identificado.

10. El terapeuta familiar tiene que juzgar cuánta atención debe dar
a una parte determinada de la cronología.
a) El objetivo es obtener una perspectiva y dar a la familia una
perspectiva de su propia historia.
b) Conforme cada miembro de la familia relata su historia, el
terapeuta tiene que poner atención especial en los procesos
que cada miembro ha utilizado para enfrentar los problemas.
c) El terapeuta también tiene que tener presentes ciertas carac-
terísticas de las familias que inician un tratamiento; A con-
tinuación describo algunos aspectos especiales de los que me
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 131

doy cuenta conforme voy descubriendo a la familia con la que


emprendo un tratamiento.
d) Los miembros de la familia inician la psicoterapia con gran
desesperanza. La estructura que el terapeuta da a las sesiones
ayuda a estimular la esperanza.
« Los miembros de la familia consideran que los eventos pasados
son parte de ellos mismos como personas. Ahora pueden decir
al terapeuta: “Yo existía.” Y también: “No - soy un saco de
enfermedades. He logrado sobreponerme a muchas
desventajas,”
« Si la familia supiera lo que necesita preguntar no requeriría
psicoterapia. Por eso, el terapeuta no íes dice a sus
pacientes: “Díganme lo que quieran decirme.” Los miembros
de la familia simplemente le dirán lo que sé han estado
diciendo a sí mismos durante años. Las preguntas del
terapeuta comunican: “Sé qué es lo debo preguntar. Tomo la
responsabilidad de entenderlos. Vamos a lograr algo.”
e) El terapeuta familiar también sabe que, en cierto grado, la
familia ha enfocado su atención en un PI con objeto de aliviar
el dolor conyugal. Sabe también que, en cierto grado, la
familia opondrá resistencia a cualquier esfuerzo de cambiar
ese foco. Investigar la cronología de la vida familiar es una
manera efectiva y no amenazadora de cambiar el énfasis que
han dado al miembro “enfermo” o límalo,” y enfocarlo hacia la
relación conyugal.
f) La investigación de la cronología de la vida familiar también
sirve a otros propósitos útiles para la psicoterapia, como, por
ejemplo, proporcionar un marco de referencia dentro del cual
es posible iniciar ui> proceso de reeducación. Como ya dijimos,
el terapeuta sirve de modelo a través de la forma en que
verifica la informaciónr corrige las técnicas de comunicación^
hace preguntas, y estimula respuestas que le permiten iniciar
dichp proceso. Ademásy cuando el terapeuta investiga la
cronología, puede introducir, de una manera que no asusta
mucho a la familia, algunos de los concepto» cruciales me-
diantes los cpales espera inducir el cámbio.

Basándose en la cronología de la vida familiar, el terapeuta ob-


tiene los primeros indicios respecto a cuán dísfuncional es la re-
lación conyugal. *
a) Por ejemplo, si al contestar las preguntas del terapeuta, los
cónyuges pueden hablar con facilidad del dolor en su reía-
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

ción marital, se perfila el pronóstico de un resultado venturoso y


temprano en la psicoterapia.
b) Por el contrario, si durante la.investigación de la cronología, los
cónyuges no pueden hablar con facilidad acerca de su relación,
sino que insisten en enfocar su atención en el PI, y se limitan a
hablar de sí mismos sólo como padres de un niño enfermo o malo,
el pronóstico de éxito temprano será menos halagüeño.
c) Por otra parte, si el niño (el PI) ayuda a los padres a mantener el
foco de lá atención en sí misrtio (como lo hacen los delincuentes y
los esquizofrénicos), el terapeuta tiene la tarea adicional de tratar
de tranquilizar a dicho PI, asegurándole que no es peligroso
hablar del dolor que existe entre sus padres-a la vez que infunde
confianza a los cónyuges.

En cierto sentido, la psicoterapia familiar es una forma de psico-


terapia conyugal, aunque el terapeuta familiar también se ocupa
del papel parental de los cónyuges.
a) Lá manera como el terapeuta maneja el papel parental depende
de la edad de los hijos. A mi modo de ver, el papel parental sólo
existe en* relación con hijos que todavía viven con la familia y que
no han alcánzado la edad adulta. Una vez que un hijo tiene 21
años de edad, debe ser tratado como otro adulto, puesto que ésa es
la realidad, y tanto él como sus padres deben aprender a aceptarla
si es que todavía no lo hacen (véase pág. 159).
b) La psicoterapia familiar tiene que enfocarse en primer lugar a los
cónyuges, en su papel de marido y mujer, debido a que su dolor
conyugal les ha impedido dar a su hijo los cuidados parentales
que/requería' el crecimiento del niño. Han estado desempeñando
su papel de padres dé acuerdo con sus propias necesidades.
c) La psicoterapia fajniliar tiene-que enfocarse en primer lugar
"Ictíos^^^y^es/como marido y "mujer, debido a que su dolor
conyugal es ló qué el PI y todos ios otros hijos perciben de manera
más aguda y lo que los afecta más^
« Los padres que son infelices con su compañero no pueden dar a
su hijo la sensación de que la base de su hogar es segura.
«c Tampoco pueden servir al hijo de modelos útiles acerca de cómo es
una relación hombre-mujer cómodá y satisfactoria.
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 133

13. Después de que el terapeuta se ha ocupado brevemente del pro-


blema tal y como la familia comienza a investigar la
cronología, y para esto se dirige primero a los cónyuges.*
a) Los cónyuges fueron lo primero; de hecho, ellos son los ar-
quitectos de la familia.
« Al ocuparse primero de los cónyuges, el terapeuta también
empieza a delinear la relación conyugal.
« A la vez, ayuda al hijo a ver a sus padres como individuos
que ya vivían mucho antes de que él naciera.
b) El terapeuta inicia su trabajo con los cónyuges, aunque la
familia, como familia, no empezó a existir sino hasta la lle-
gada del primer hijo. Si el terapeuta comenzara por ocuparse
de la relación de cada uno de los padres con el niño, estaría
poniendo la carreta antes del caballo.

14. El núcleo de lo que más tarde fue la familia empezó a existir


cuando los compañeros conyugales se vieron por primera vez y
decidieron continuar la relación.
a) En esa etapa, se empezó a formar la homeostasis marital bá-
sica (o sea que se empezó a definir la relación). Por eso toda
investigación de la cronología tiene que empezar en ese pri-
mer encuentro entre los dos futuros cónyuges;
b) Es posible que el hombre y la mujer que decidieron continuar
la relación hayan pasado cierto tiempo tratándose antes de
casarse. Por eso, toda investigación cronológica tiene que
abarcar el periodo entre el momento en que~ ambas personas
se conocieron y el momento en que se casaron.
c) Es probable que el hombre y la mujer que se convirtieron en
cónyuges vivieron juntos durante un tiempo como pareja sin
hijos. Por eso/toda investigación cronológica debe abarcar el
periodo anterior al momento en que los cónyuges asumieron el
papel parental.
d) Ademásj ambos cónyuges, a su vez, crecieron dentro de una
familia. Por eso, toda investigación cronológica debe incluir
una imagen de cómo era la vida en los ambientes familiares
# Cuando hace esto, el terapeuta puede tomar notas, ya sea como recordatorio,

para fines de investigación, o para mostrar a la familia que está tomando muy en
serio lo que le dice. Por otra parte, muchos terapeutas graban las entrevistas o
sienten que tomar notas interrumpe el trabajo. Esto siempre ha sido una
preférencia individual, desde que Freud hizo sus primeras observaciones al
respecto.
originales de ambos esposos. (Aunque cronológicamente esta
información concierne a tiempos anteriores, el terapeuta tiene
que orientarse hacia el presente de la familia, de manera que
empieza por investigar la etapa en que los cónyuges se en-
contraron por primera vez: comienza por el principio de la
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
familia presente.)

15. Antes de hablar de cuáles son las preguntas específicas que el


terapeuta puede hacer y cuál es el orden en que puede pregun-
tarlas, deseo hacer hincapié en la manera, el espíritu o el estilo en
que el terapeuta debe hacer dichas preguntas. *
a) El terapeuta familiar investiga la cronología de la vida fami-
liar de una manera informal, pero poniendo gran atención en
lo que le contestan (ver pág. 141).
b) El terapeuta se comporta como si fuera un cronista de la fa-
milia, que investiga hechos de la vida familiar. Hace esto en
una atmósfera que implica la expectativa de descubrir datos
interesantes; la familia y él, juntos, van a pintar un cuadro del
pasado. Todos los miembros podrán aportar sus propias
percepciones de los acontecimientos, aun cuando las percep-
ciones de una persona no concuerdan con las de otra.
c) El terapeuta no se comporta como un empadronador, ni como
un director de funerales, ni como un fiscal que interroga a los
acusados. El y la familia son científicos que están trabajando
juntos en una tarea. Por ejemplo, el terapeuta puede decir:
“En ese momento la abuelita regresa al cuadro. ¿No es así? ¿Cuándo
sucedió esto según ustedes lo recuerdan? ¿ Antes o después de que esta
Susy apareciera en la escena?”

16. El terapeuta primero obtiene lo que llamo el “reparto de persona-


jes,” como si estuviera preparándose a describir una pieza de
teatro:
“Bueno, entonces, para que yo tenga un cuadro más completo de la situación,
díganme ¿quiénes constituyen la familia?”
“¿Cómo se llaman los hijos? ¿Dónde están ahora? ¿Qué edad tienen?”

Conviene recordar que puede haber otros hijos en la famIMa


además de fes presentes en eí consultorio.

17. Si el terapeuta averigua que uno de los cónyuges o los dos ha


estado casado antes, se detiene a preguntar los nombres, las eda-
des y el sitio donde se encuentran los cónyuges anteriores y los
hijos de los matrimonios previos. También pregunta la fecha del
matrimonio anterior y la fecha *&el divorcio o de 4a muerte del
cónytiige previo.
“Ya entiendo. Entonces usted estuvo casado antes con otra persona. Eso
quiere decir que en esta familia hay algunos niños que provienen de ése
matrimonio previo.”
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 135

“¿Cuándo se casó usted por primera vez?”

“¿Qué provocó la separación?”

A veces el padre que acude a la entrevista es en realidad el pa-


drastro o el padre adoptivo. Estas preguntas acerca del “reparto
de personajes” revelan con rapidez posibles áreas de problemas de
la familia presente.

18. El terapeuta averigua si cualquiera otra persona vive en la ac-


tualidad con la familia: suegros, inquilinos, tías, etcétera. Tam-
bién pregunta si otras personas, £jue ya no viven ahí, en el pa-
sado recibieron o contribuyeron con atenciones, apoyo económico o
direcciones (guía y disciplina) .
“¿Vive alguien más con ustedes en la actualidad?”

“¿Hay otras personas que en alguna época han sido miembros de esta
familia?”

“¿Cuándo llegó a la familia cada una de esas personas?”

“¿Cuál fue la razón de que se unieran a la familia?”

“¿De dónde vino cada una de esas personas?”

“¿Cuándo se apartaron de la familia?”

“¿Por qué se alejaron de la familia?”

“¿ A dónde fueron?”

“¿En dónde se encuentra ahora cada una de esas ¿personas?”


“¿Cuál es el contacto que-ahora existe entre cada uno de esas personas y cada
uno de los miembros de la familia actual?”
“Ya entiendo, entonées tenemos aquí a todos los que han sido o son parte de
esta familia.”
AI repetir en forma constante la idea í%esta familia,” el terapeuta
ayuda al grupo (especialmente a los padres) a sentir que ? de
hecho, constituyen una unidad que no se parecc a ninguna otra.
Además, al verificar en dónde se encuentran todos Jos miembros
de los la familia, el terapeuta puede descubrir que una hija está
internada en un hospital psiquiátrico cercano, y que los padres de
uno de los cónyuges viven a la vuelta de la esquina. En otras
palabras, muchas personas que no se encuentran en la sesión
pueden estar presentes casi todo el tiempo en el cuadro familiar.
El terapeuta tiene que saber acerca de estas personas.

19. El terapeuta entonces define la tarea de la psicoterapia, expo-


niendo a la familia su propia orientación:
“Como ustedes
>4 PSICOTERAPIA saben,
FAMILIAR aquí trabajamos
CONJUNTA con familias. Hemos visto que cuando
un miembro de la familia sufre, todos sufren de alguna manera. Nuestra
tarea es encontrar formas en las cuales todos puedan obtener más placer de
la vida familiar. Porque estoy segura de que esta familia tuvo mejores
épocas.”

Al hablar en general, el terapeuta impide que un miembro espe-


cífico se sienta resjxmsable de la infelicidad de la familia. Ade-
más, al acentuar la idea de que la felicidad es el objetivo de la
psicoterapia, el terapeuta continúa haciendo que el miedo dis-
minuya y aumente la esperanza.

Finalmente, al hablar de “lo que vemos en las familias,” el tera-


peuta usa sus conocimientos especializados de ese tema para ayu-
dar a los miembros de la familia a no sentirse como individuos
especialmente malos o sin remedio.

20. El terapeuta entonces se dirige hacia los cónyuges como líderes de


la familia:
“Vamos a ver entonces, ustedes dos no han sido padres toda su vida. Se
conocieron mucho antes de que “éste” (el PI) llegara. Díganme “¿cómo fue que
ustedes dos se escogieron como compañeros?”

Cuando el terapeuta pone su atención en un periodo anterior, con


objeto de acercarse a la relación conyugal, contribuye a disminuir
la sensación de amenaza. Las preguntas se refieren a un periodo
en el que ambos cónyuges abrigaban más esperanzas que en el
momento presente. Además, con las preguntas siguientes el
terapeuta continúa ampliando la información acerca de las ex-
pectativas iniciales de la pareja:

“¿Qué vio él en ella que le hiciera decir: „Es la mujer para mí‟?”
“Bueno, debe haber habido también otros muchachos en ese baile. ¿ Por qué
ella escogió a éste en particular?”

!1. El terapeuta pregunta cuáles fueron los pasos que ambos dieron
para continuar la relación:
“Entonces, ¿cuándo se encontraron ustedes de nuevo? ¿Quién dio ese paso
siguiente tan importante? ¿Cómo sucedió?”

“Así que él la llamó por teléfono. ¿Qué hizo usted? ¿Esperaba que él la
llamara? ¿Y usted cómo esmeraba que ella respondiera?”

“¿Y entonces qué sucedió?”


“¿Cuándo se pusieron de acuerdo en que deseaban continuar la relación?”
/
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 137

“¿Cuándo anunciaron al mundo que iba en serio lo de su noviazgo?"

Los cónyuges, habitualmente, pronto se animan a hablar de esa


época casi olvidada. El hijo, q\ie permanece en el papel apropiado
de observador, tiene la oportunidad de ver a sus padres como dos
personas que vivieron antes que él y que en otra época tuvieron
una relación mutua más feliz.
Las preguntas acerca de este periodo también continúan de-
lineando a los cónyuges ¿romo marido y mujer, y al mismo tiempo
delinean a cada cónyuge como un individuo que tomó la decisión
de vivir con el otro en matrimonio. El efecto de estas preguntas
sobre los cónyuges parece ser el siguiente: “Una vez fuimos felices.
Podemos serlo de nuevo.” El efecto de estas preguntas sobre el
niño parece ser el siguiente: “Mis padres fueron felices una vez.
Tal vez puedan serlo de nuevo.”

2. El terapeuta se vuelve hacia el niño (o sea el PI) repetidas veces


durante esta historia del encuentro y el matrimonio, y le pregunta
si estaba enterado de ese periodo en la vida de sus padres:
“Tal vez te cueste trabajo creer que hubo un tiempo en el que tus papás ni
siquiera se conocían.”

“¿Sabías eso de tu papá? ¿Sabías que él trabajaba muy duro para ganar
suficiente y poder casarse con tu mamá?”
“¿Sabías que tu mamá se. sentía tan poca cosa que creía que nadie le
propondría casarse con ella?”

Aun cuando el niño rehúse contestar, estas preguntas continúan.


Al hablarle al niño frente a sus padres (como si se “hiciera un
paréntesis” en la sesión), el terapeuta puede empezar a dar in-
terpretaciones, no sólo al niño sino indirectamente a los padres.
Empieza a comunicar su punto de vista sobre cómo cada miembro
de la familia “vale la pena,” al mismo tiempo que investiga la
cronología.

23. El terapeuta pregunta acerca de la decisión y los planes para el


matrimonio:
“¿Cuándo decidieron casarse? ¿Cómo empezaron a hacer planes para ca-
sarse?”

“¿Cómo fue la ceremonia del matrimonio? ¿Quién asistió a la boda?” “¿Qué

obstáculos se les presentaron para poder casarse?”


Esas preguntas ponen en relieve detalles realistas acerca del
sueldo que ambos ganaban, los eventos durante la guerra, los
cambios de trabajo, la muerte o la enfermedad de los padres de
los novios, etcétera. Las preguntas también hacen hincapié en la
idea de que ambos cónyuges se escogieron mutuamente: su
matrimonio no nada más sucedió porque sí.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
Las preguntas también hacen resaltar cuáles fueron los proble-
mas que uno de los cónyuges, o ambos, tuvieron para separarse
de sus propios padres, cuando al mismo tiempo trataban de
darles gusto. (Por ejemplo, a menudo averiguamos que los cón-
yuges se prestaron a tener dos ceremonias de matrimonio, de rito
distinto, con objeto de dar gusto a sus padres.)
Estas preguntas también dan al PI una historia coherente acerca
del desarrollo natural de la familia. El hecho de desenredar el
pasado ayuda a corregir las distorsiones de la realidad.

24. El terapeuta pregunta cuál fue la idea que cada cónyuge tuvo
acerca de la respuesta del otro cuando surgió la decisión de
casarse:
“¿Cuándo hablaron por primera vez de la idea de casarse? ¿En qué contexto?
¿Cómo se comunicaron la idea? ¿Qué dijeron? ¿Quién fue el primero en
mencionarla?”
“Y usted señor, ¿cómo pensó que su esposa iba a responder?”
“Y usted señora, ¿cómo pensó que su esposo iba a responder?‟*
“Señora, ¿qué estaba usted pensando y sintiendo cuando su esposo le pidió que se
casara con él? Y usted, señor, ¿qué sintió?”

Si hay discrepancia entre los recuerdos de cada cónyuge, el terapeuta


trata de subrayarlas e interpretarlas. Utiliza la ocasión para empezar
a insinuar la idea de que tal vez cada uno actúa basándose en una
comprensión insuficiente del otro, y de que hay formas de corregir
esas interpretaciones erróneas. El terapeuta dice, por ejemplo:
“Usted, señora, estaba sintiendo y pensando algo diferente de lo que su esposo
creyó que usted estaba pensando y sintiendo.”

“Señora, ¿cómo se explica que su esposo creyó que usted estaba sintiendo y
pensando algo diferente a lo que usted en realidad estaba sintiendo y pensando?”

“Y usted, señor, ¿cómo se explica haber creído algo que su esposa en realidad no
estaba pensando ni sintiendo, especialmente cuando usted no quería que ella
pensara ni sintiera eso?”

“¿Alguna vez pasó lo contrario? es decir, ¿usted, señora, tuvo una impresión
diferente de lo que su esposo quería transmitirle?”

“¿Qué sucede cuando uno de ustedes ve que el otro, de alguna manera, no ha


recibido el mensaje que el primero envió? Desde luego que esto le pasa a todo
mundo. Todos necesitamos técnicas para manejar esto ”

“¿Qué sucede cuando cada uno de ustedes dos queda con impresiones diferentes de
lo que se supone que es la misma cosa?”
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 139

“¿ Y qué técnicas han encontrado, usted, señor, y usted, señora, para manejar esa
situación?”

“Esto a veces parece como si alguien estuviera mintiendo, o como si alguien fuera
malo o estúpido, o como si alguien estuviera enfermo o loco.”

“Me parece que ésta es un área donde necesitamos trabajar un poco. Pero vamos a
seguir hablando de su historia.”

El terapeuta pregunta entonces acerca de las reacciones paren- tales


ante la decisión de casarse:
“¿ Cómo reaccionaroi los »papas de ustedes cuando se hicieron novios y cuando
decidieron casarse?”
“¿En dónde vivían sus padres en aquella época? ¿En dónde vivían ustedes en
aquella época?”

Estas preguntas naturalmente dan información acerca de las


relaciones que cada cónyuge tuvo con sus propios padres. Habi-
tualmente se trata de un área con gran carga emocional y que
también ayuda a investigar acerca de los primeros conflictos
conyugales.
El terapeuta regula sus preguntas acerca de la cronología según
las respuestas que recibe de la familia. Si uno de los cónyuges, o
ambos, muestran interés en hablar de su vida preconyugal, el
terapeuta hace una pausa en su investigación de los hechos de la
familia nuclear y se concentra en la cronología de la vida de cada
cónyuge en su familia de origen. Esta digresión delinea más a
cada esposo como un individuo, con una vida preconyugal propia.

27. Entonces el terapeuta investiga más acerca de las relaciones de


los novios, ya comprometidos, y sus futuros suegros. Dirige las
siguientes preguntas a la esposa y las repite al marido:
“Señora, ¿supo usted lo que su padre sintió al enterarse de su próximo
matrimonio? ¿Cómo averiguó usted eso? ¿Supo usted lo que su madre sintió
al enterarse de su próximo matrimonio? ¿Cómo averiguó usted eso?”
“¿Qué supo de los sentimientos de la madre de su esposo al enterarse de que
usted iba a ser su nuera? ¿Cómo averiguó usted eso?”
“¿Cómo se enteró usted de lo que el padre de su esposo sentía de que fuera
usted a ser su nuera?”
“Señor, ¿tuvo usted la misma impresión que su esposa?” (Si la respuesta es
no, el terapeuta hará resaltar que existe una diferencia y definirá en qué
consiste dicha diferencia.)
“¿Cómo explican ustedes la diferencia en sus impresiones?”

28. El terapeuta continúa su investigación preguntando acerca de las


relaciones actuales de la pareja con los suegros:
“Señora, ¿cómo andan las cosas en la actualidad entre usted y su suegra, su
suegro, su madre y su padre?”
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
“Señor, ¿cómo andan las cosas en la actualidad entre usted y su madre, su
padre, su suegra y su suegro?”
“¿Les gustaría que estas relaciones fueran diferentes?”
9. El terapeuta ahora ensancha el “reparto de personajes” para in-
cluir a los hermanos, las hermanas, la madre, el padre, la tía,
etcétera, de cada uno de los cónyuges.
“Ustedes dos provienen de sus propios ambientes familiares. Será mejor que
tengamos un cuadro claro de quiénes forman esas familias.'”
“¿Tiene usted hermanos y hermanas? ¿Qué edad tienen? ¿Son más jóvenes o
más viejos que usted?”
“Entonces, es usted el mayor de su familia?‟'
“¿Cómo se llaman? ¿En dónde viven ahora? ¿Están casados? ¿Tienen hijos?
¿Qué edad tienen su hijos?
“¿En dónde viven sus padres actualmente? ¿Qué edad tienen? ¿Qué hace su
papá para ganarse la vida?”

Como esta área habitualmente lleva una gran carga emocional, el


terapeuta se concentra primero en los hechos : nombres, edades,
sexo y lugar donde viven los miembros de la familia. Así se forma
una idea de cómo debe haber sido el ambiente familiar de cada uno
de los cónyuges. Omite los detalles acerca de las relaciones y los
sentimientos hasta que más o menos tiene un marco de referencia
en donde esos datos pueden encajar. El terapeuta no anima a
ningún miembro de la familia a desahogar sus sentimientos, antes
de tener una imagen de la situación a la cual se refieren dichos
sentimientos. El terapeuta constantemente relaciona los
sentimientos y las percepciones con el tiempo, el lugar y el
contexto.
Estas preguntas acerca del ambiente preconyugal de cada esposo
también dan al terapeuta pista acerca de quiénes han sido las
personas de la parentela o de la familia de origen que han influido
en la vida de los miembros de la familia nuclear. Estas preguntas
también muestran hasta qué punto todas estas personas con
influencia en la familia se han dispersado geográficamente o no.

[). Una vez que el terapeuta ha ensanchado el “reparta de personajes”


pide a cada cónyuge que describa a sus progenitores.
“Señor, si tuviera yo que localizar a su madre en una estación de ferrocarril,
¿cómo la reconocería yo? ¿Cómo sabría yo quién es su padre?”
“Señora, si tuviera yo la oportunidad de conversar con su mamá, ¿ qué me
diría de la manera como en su familia se manejaban los alimentos, el dinero, el
sexo, 'la educación y las diversiones? ¿Qué me diría su padre?”
f 141 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

Haciendo preguntas perceptuales, el terapeuta puede, sin provo-


car angustia, ayudar a cada uno de los esposos a dar información
acerca de la relación con sus padres. Además, el terapeuta recibe
así más indicios acerca de los modelos que sirven de base a la
actuación de ambos cónyuges.

31. Mientras el terapeuta se concentra en la relación de cada cón-


yuge con sus propios padres, puede introducir varios conceptos
nuevos en la ideología familiar, y hacerlo de la manera menos
amenazante posible, ya que dicha relación es un poco más remota
que la que existe en la familia nuclear. Llegando a este punto, el
terapeuta introduce el concepto de que las gentes son diferentes.
Dice respectivamente a cada cónyuge:
“Cuando usted estaba hablando de su madre y su padre, noté que ellos se
parecían en algunas cosas, y diferían en otras/‟ (Aquí el terapeuta señala las
diferencias.)
“¿Cómo vio usted que sus padres podían convivir con estas diferencias?”

32. El tema de las diferencias individuales es perturbador en las fa-


milias disfuncionales. Cuando el terapeuta recuerda a los cón-
yuges que una vez fueron niños y observaron las diferencias de
sus padres, empieza a insinuar la idea de que su propio hijo los
ve como diferentes, pero que está bien ser diferente. El terapeuta
puede decir :
Todos necesitamos maneras de manejar la presencia de diferencias. Señora,
me parece que en su familia esas diferencias se manejaban así. Y en la de
usted señor, se manejaban de este otro modo.”
“Señora, ¿en qué cosas cree ser semejante a su esposo? ¿En qué cosas cree
ser diferente de su esposo?”
“¿En qué cree ser semejante a su esposa?”
“¿En qué cosas cree ser diferente de su esposa?”
“¿Cuáles son las formas que cada uno de ustedes ha encontrado para vivir
con esas diferencias mutuas?”
“¿Qué tal han funcionado esos métodos?”

33. El terapeuta concluye señalando los inconvenientes de las formas


en que el esposo o la esposa manejan sus diferencias
individuales:
“Parece como si ustedes dos hubieran estado tratando de usar las mismas
formas que sus padres usaron.” “Desde luego que usted, señora, no es como
ninguna otra persona y usted, señor, tampoco es como ninguna otra persona.
Todos los individuos son diferentes. Nadie es un duplicado exacto de otra
persona.”
“Me da la impresión de que las formas que ustedes están usando fueron
buenas para sus padres, en su tiempo y en su lugar, pero no se adaptan bien
>4 PSICOTERAPIA —Necesitamos
a ustedes.FAMILIAR CONJUNTA
encontrar formas que les convengan a ustedes, tal
y como son en la actualidad.”
“Quizá, sin saberlo, usted, señor, se ha estado comportando con su esposa
como si ella fuera su mamá, y usted, señora, se ha estado comportando con
su marido como si él fuera su papá.”
“Tal vez, sin saberlo, usted, señor, ha estado esperando que su esposa
responda como su madre lo hubiera hecho, y se ha estado usted comportando
de acuerdo con esa expectativa. Y usted, señora, quizá ha estado esperando
que su esposo responda como su propio padre lo hubiera hecho, y se ha
comportado cón él, de acuerdo con esa expectativa.”
“Nuestros padres son nuestros primeros máestros. Adquirimos nuestras
ideas acerca de cómo comportarnos a partir de lo que vemos, de lo que
experimentamos y de lo que nos dicen: todo esto nos llega de nuestros
primeros maestros. Ustedes adquirieron sus ideas de sus primeros maestros
respectivos ”

34. El terapeuta introduce la idea de que la gente suele estar en des-


acuerdo. Pregunta a cada cónyuge:
“Desde luego que todos estamos en desacuerdo a veces. Su padre y su madre
¿podían estar en desacuerdo abiertamente?”
“¿Cómo vio usted que su madre y su padre manejaban los desacuerdos?”

Ambos cónyuges todavía sienten que, en grados distintos, está


prohibido hablar de los problemas que observaron entre sus pro-
pios padres. El terapeuta no sólo se da cuenta del grado de esa
prohibición, sino que también empieza a tratar de aliviar a los
cónyuges de ese sentimiento.

35. El terapeuta introduce la idea de que está permitido ver el sufri-


miento y comentarlo (ver pág. 193):
“¿Observó usted el dolor de sus padres?”

“¿Pudo usted hacer algo para aliviar el sufrimiento de sus papás?”

“¿Cómo hizo usted para dar ese alivio?”


■ . i . ■ ■ . ■ . .

“¿Cómo respondió su madre cuando usted trató de ayudar?” ;„¿Cómo respondió


su padre cuando usted trató de ayudar?”

Estas preguntas recuerdan de nuevo a los cónyuges el hecho de


que una vez fueron niños y observaban a sus propios padres. Un
progenitor disfuncional tiene dificultad en ver al niño tal y como
el niño es. El terapeuta empieza a estimular esta percepción ayu-
dando al progenitor a que recuerde como él se sintió cuando era
niño, y haciendo que se ponga por un momento en el lugar del
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 143

niño. Pero, el terapeuta estimula esta percepción en un área que


no ofrece riesgo, es decir, no muy cerca de la familia nuclear
presente.

36. El terapeuta introduce la idea de que las gentes pueden diver-


tirse :
“¿Qué hacían sus padres para divertirse?”

Los individuos disfuncionales tienen, para hablar del placer, tan-


ta dificultad como para hablar del dolor.

37. Al recabar información sobre la vida preconyugal de cada uno de


los esposos, el terapeuta ayuda a poner en relieve las discre-
pancias entre lo que los progenitores hicieron y lo que dijeron a
sus hijos que hicieran:
“Señora, ¿cómo vio usted que su madre trataba a su padre?”

“¿Cómo vio usted que su madre la trataba a usted?”

“¿Cómo le decía su mamá que tratara usted a su padre?”

“¿Cómo se ha explicado usted la diferencia?”

El terapeuta repite estas preguntas al esposo. Así,


indirectamente, los cónyuges ven el tipo de explicaciones que
quizá sus propios hijos les están pidiendo.

38. Al recabar información acerca del ambiente preconyugal de cada


uno de los esposos, el terapeuta muestra que los acontecimientos
familiares afectan a los diferentes miembros:
“¿Así que su padre perdió su empleo más o menos cuando usted tenía la
esperanza de entrar a la universidad? ¿Cómo hizo la familia para enfrentarse
a ese problema?”
39. AI recabar información de cada uno de los cónyuges, el terapeuta
trata de entretejer lo que uno de los esposos dice con lo que el otro
dice, para que los datos coincidan en épocas v periodos de
desarrollo:
“Vamos a ver; entonces, en la época en que usted ya había logrado entrar a la
universidad su esposa debe haber estado empezando la secundaria. Veamos
cómo alcanzó ella este periodo/'

40. El terapeuta también compara la experiencia de uno de los cón-


yuges con la del otro:
“Bueno, señor, entonces evidentemente usted vio que su padre abandonaba el
hogar cada vez que él y su madre estaban en desacuerdo. Señora, ¿qué vio
usted que su padre hacía?”
“Por lo que me dice, me da la impresión de que en la casa de usted, señor, se
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
sufría en silencio, mientras que en- la casa de usted, señora, la gente peleaba
abiertamente todo el tiempo. ¿Estoy en lo correcto?”

41. A veces la historia preconyugal de uno de los esposos es extensa y


productiva para la psicoterapia, de modo que el terapeuta desea
seguir concentrándose en ese cónyuge. En ese caso, conviene que
le diga al otro:
“Creo que la próxima vez nos vainos a concentrar en usted, y así averi-
guaremos cómo marchaban las cosas para usted durante ese periodo.”

De hecho, el terapeuta comunica: “Tenemos tiempo para todos.


Todos tendrán la oportunidad de contar su historia. Todos esta-
rán incluidos en la psicoterapia.”

42. El terapeuta va investigando la cronología de cada uno de los


esposos hasta el momento del matrimonio. Entonces acentúa la
idea de que la gente suele estar influida por sus modelos pasados,
y trata de averiguar cómo los cónyuges tradujeron la aprendido:
“Muy bien, tenemos ya una idea de cómo fueron sus modelos. Vamos a ver
ahora cómo esas experiencias de su infancia y juventud, influyeron sobre sus
expectativas matrimoniales.”

El terapeuta pregunta primero a los esposos qué planes hicieron


para su vida futura en el momento del matrimonio, y qué ideas
tenían acerca de dicho futuro:
“¿En dónde planearon vivir?”
“¿Qué planes hicieron para mantenerse económicamente?”
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

“¿Qué planes hicieron para repartirse las tareas del hogar?”


“¿Qué planes hicieron para manejar, distribuir y gastar el dinero?”
"Todos los que tenemos una relación cercana con otra persona, de tiempo en
tiempo probablemente nos pelearemos o estaremos en desacuerdo con nuestro
compañero. ¿ Cómo se prepararon para pelear y estar en desacuerdo?”

“¿Cómo se preparó cada uno de ustedes para respetar los intereses individuales
del otro?”

“¿Qué planes hicieron para tener hijos?”

“¿Cuándo planearon tener uno o varios niños?”

“¿Cuántos querían?”

“¿De qué sexo querían que fueran sus hijos?”

“¿Qué planes tenían para divertirse?”


“¿Qué pensó cada uno de ustedes acerca de dónde estarían, qué estarían
haciendo, y qué aspecto tendrían diez años después de casarse? ¿Y 20 años
después de casarse?”

El terapeuta pregunta entonces qué fue lo que en realidad sucedió.


Por ejemplo, preguntará acerca de los primeros días del matrimonio:
“¿Hicieron ustedes un viaje de luna de miel? ¿Dónde? ¿Cuánto duró? ¿Qué tal les
fue?”

“¿En dónde se establecieron para vivir?”

“¿Alguno de ustedes siguió estudiando después de casarse?”

“¿Estaban ustedes trabajando? ¿Dónde?”


“¿Así que usted ingresó al ejército en esa época? ¿Cuándo fue eso? ¿Antes o
después de que su madre se viniera a vivir con usted y con su esposa?”

El terapeuta sigue la pista de cada persona a través del tiempo;


investiga a qué edad les sucedieron las cosas desde el momento del
matrimonio hasta el momento presente. Conforme va apareciendo
cada evento, el terapeuta pregunta cómo sucedió, quién mencionó la
idea por primera vez, y en qué circunstancias. Averigua lo que cada
cónyuge pensó y cómo respondió a la idea.
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 147

Define quién se integró a la familia y quién se alejó de ella. El


terapeuta usa estas preguntas para crear una imagen progresiva
del pasado, entrelazando toda la información, y también para
delinear mejor las áreas problemáticas y las áreas de éxito. A
menudo no es necesario hacer estas preguntas; los cónyuges dan
las respuestas espontáneamente.

44. El proceso de obtener esta información sirve también a otros


propósitos terapéuticos.
a ) Al enfocar la situación de los cónyuges, cuando todavía no
tenían hijos, el terapeuta acentúa aún más la idea de que los
esposos tienen una relación aparte del papel parental.
b ) Además, al hacer hincapié en la influencia del pasado, el te-
rapeuta continúa disminuyendo la sensación de culpa y de
amenaza. Ayuda a que se comprenda mejor la conducta del
pasado y la del presente.

45. El terapeuta pregunta a cada cónyuge qué esperaba del matri-


monio:
„■¿Cómo quería usted que fuera su matrimonio?”

A través de esta pregunta el terapeuta averigua en qué forma


cada uno de los cónyuges tuvo que distorsionar los hechos paira
explicar las desilusiones y no sufrirlas tanto. Por ejemplo: ccBus-
caba la esposa principalmente un techo que la cobijara?
¿Buscaba a alguien que la consolara? ¿Buscaba las golosinas de
las que careció cuando niña? Y el esposo, ¿buscaba
principalmente que alguien le diera suficiente comida? ¿Buscaba
una devoción sin crítica? ¿ Buscaba que alguien regularmente le
remendara los calcetines?”

46. El terapeuta verifica si se comunicaron las expectativas, las e s -


p e r a n z a s y l o s temores:
“¿Le dijo usted esto a ella, que la comida era muy importante pana usted?
¿Sabía ella que usted siempre temió morir de hambre?”
“¿Le dijo usted a él la importancia que para usted tenía poseer una casa?”

47. El terapeuta pregunta cuáles fueron las cosas que a cada


cónyuge le gustaron en especial del otro, y si cada uno de ellos
tuvo (y
tiene) una manera clara de expresar sus sentimientos. Investiga
esto con el esposo y después hace la misma serie de preguntas a
la esposa:
“¿Cuáles fueron las cosas de su mujer que usted recuerda y que le resultaron
agradables y satisfactorias ?”

“Señora, ¿sabía
>4 PSICOTERAPIA usted
FAMILIAR que él pensaba
CONJUNTA eso de usted?”
“Si ya lo sabía, ¿cómo lo averiguó?”
“En el caso de que ella no lo supiera, ¿cómo explica usted, señor, que su
esposa no se haya enterado?”

“¿Sucedió que usted, señora, no lo preguntó, o bien, que usted, señor, no lo


dijo?”

“En la actualidad, señora, ¿sabe usted qué piensa su marido a este respecto?”

48. Una vez más, el terapeuta recalca el concepto de las diferencias


individuales, pero ahora en el contexto del momento actual.
Pregunta a cada cónyuge qué fue lo que n o le gustó del otro, y
cómo planeó sortear esos escollos. (Las siguientes preguntas se
dirijen por turno a ambos cónyuges.)
“¿Cuáles fueron las cosas que cada uno recuerda haber averiguado acerca del
otro, y que eran desagradables, nuevas, diferentes, o incluso malas? Siempre
háy imperfecciones en la gente y cada uno de nosotros es diferente del otro

Señor, ¿sabía usted que su esposa tenía estos sentimientos acercá de usted?”

“Si lo sabía, ¿cómo lo averiguó?”


“Si no lo sabía, ¿cómo se explica usted, señora, que su esposo no se hubiera
enterado?”

“Señora, ¿cómo planeó usted enfrentarse a lo que usted consideraba


desagradable (o “diferente” o “malo”) en él?”

“¿Ha resultado bien esa forma de manejar las cosas?”


“¿Señor, sabe usted qué piensa en la actualidad su esposa a este respecto?”

49. El terapeuta hace resaltar las discrepancias y pregunta a los cónyuges cómo
las han asimilado. Los sermones de la esposa tenían un carácter protector
antes del matrimonio, pero ahora se ven como rasgos de
dominación. Los olvidos del esposo parecían encantadores antes
del matrimonio, pero ahora se ven como signos de
irresponsabilidad. Cada cónyuge pensó que el amor y el tiempo
conquistarían todo.
“¿Cómo se ha explicado usted que algunas cosas que esperaba que salieran
bien no han resultado satisfactorias ?”

“¿Cómo se explica usted que, siendo un hombre para quien es muy


importante la comida, escogió una esposa que odia cocinar?”

“¿Cómo sucedió que, siendo usted una persona que para sentirse segura
necesita ser dueña de una casa, escogió a un marido que odia quedar:;:' a
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 149

vivir en un solo lugar?”

Estas preguntas ayudan al terapeuta a averiguar hasta qué


punto la relación se basó en esperanzas que los cónyuges no se
comunicaron, y no en evaluaciones de la realidad que los esposos
se comunicaron. Los comentarios del terapeuta val poner en
relieve las discrepancias entre las esperanzas y la elección del
compañero, también muestran, a cada uno de los esposos, la
responsa- sabilidad que tuvieron en dicha elección.

50. El terapeuta explica las discrepancias refiriéndose a los modelos


que cada uno de los cónyuges tuvo en su pasado, y también
acentuando la necesidad de una comunicación clara:
“Supongo que algo más estaba pasando ahí, que le hizo a usted pensar que
no debía pedir lo que quería. Quizá creyó que tenía que refundirse en un
rincón igual que lo hacía su madre.”

“Parece que usted pensó que su obligación era complacer a las damas en
todo momento. Es lo que usted había visto hacer a su papá. Tal vez por eso
usted no podía pedir lo que deseaba.”

Estas frases continúan la tarea de establecer una relación entre


el pasado y el presente. No obstante, también implican qúe el
pasado no tiene que seguir influyendo en el presente, y que las
gentes pueden liberarse de la influencia de dicho pasado.

51. El terapeuta continúa su investigación cronológica preguntando


cómo se planeó la llegada de cada hijo y qué circunstancias físi-
cas acompañaron1 cada parto. Repite las preguntas refiriéndose a
cada uno de los hijos, ya que en cada caso la experiencia de los
padres es diferente. Habitualmente las parejas saben muy poco
acerca de cómo, el hecho de convertirse en padres, afectará sus
vidas, y especialmente su relación como cónyuges.
“¿En qué momento decidieron ustedes tener un hijo?”

“¿De qué sexo querían ustedes que fuera su primer niño?” (Esta pregunta se
hace a cada uno de los esposos.)

“¿En dónde vivían cuando esto pasó?”

“Señora, ¿cómo le fue en el parto?”

“Señor, ¿en dónde estaba usted?”


“¿En qué momento cada uno de ustedes decidió que quería convertirse en
padre o madre?”
“¿Por qué cree usted que quiso convertirse en padre en aquel momento en
especial?” (A cada uno de los cónyuges.)
“¿Cuánto tiempo pasó entre que decidieron ustedes tener un hijo y el
momento del embarazo?”
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
(Si el intervalo fue largó) “¿Qué creen ustedes que les estorbó?”

(A cada uno de los cónyuges) “¿Qué tipo de cambios pensó usted que
ocurrirían cuando naciera el bebé?”

Aqui el terapeuta introduce una “verdad universal” : “Siempre


hay cambios cuando llega un bebé.” Con ello sugiere que no es
raro que para la pareja haya sido un gran esfuerzo tener un nue-
vo bebé. A continuación pregunta:
(A cada uno de los cónyuges) “¿Qué planes hicieron ustedes para esos
cambios?”
“¿Cómo funcionaron esos planes?”

“¿Qué tipo de cambios en realidad ocurrieron para cada uno de ustedes?”

52' El terapeuta procede ahora a preguntar acerca de los niños más


pequeños, sin olvidar que también puede haber otros hijos de un
matrimonio previo, que en el momento viven en otro sitio:
(A cada uno de ios cónyuges) “¿Tiene usted otros hijos?”

“Bueno, vamos a ver: ¿En qué momento decidieron tener el siguiente niño?"
(A cada uno de los cónyuges) “¿Recuerda qué tipo de abulto esperaba usted
que su hijo llegara a ser?”
“¿Qué planes hicieron para cuidar a su primer hijo cuancio el segundo ya
venía en camino?”

“¿Cómo marchó eso?”

“Entonces tienen dos hijos, un hombrecito de tres años y una bebita ¿verdad?”

(A cada uno de los cónyuges) “¿Qué observó de cómo ell primer niño le dio la
bienvenida al segundo?”
“¿Cómo habían preparado a su primer hijo para la llagada del segundo?”
(A cada uno de los cónyuges) “A la edad que ahora tienen ¿cuál de sus hijos se
parece más a usted?”
(A cada uno de los cónyuges) “¿Cuál de los niños parect ser más diferente de
usted?”
“¿Tiene algún pariente al que uno de sus niños se parezca más que a uno de
ustedes? ¿Quién es esa persona?”

A través de estas preguntas, el terapeuta continuamente verifica


con uno y con otro la información que recibe, coh objeto dé poner
en relieve las preocupaciones realistas que las¡ nuevas familias
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 151

tienen cuando asumen por primera vez el pap>el parental. De


hecho, el terapeuta comunica a los padres que fos ve como
individuos con otras preocupaciones aparte de ser progenitores, y
reconoce que han tenido que enfrentarse a muchos tipos dife-
rentes de necesidades vitales. Gracias a esta fase del interrogato-
rio, el terapeuta también recoge claves acerca de cómo cada uno
de los cónyuges integró lo que esperaba del niño con lo que el otro
cónyuge esperaba.

53. El terapeuta trata de obtener una imagen de cuánto tiempo pa-


san juntos los miembros de la familia:
“Vamos a ver cómo transcurre un día en el hogar de ustedes. ¿Quién es el
primero que abre los ojos?”
“¿Quién es el siguiente que se levanta?”
■' ' - ™ - “¿A quién ve
esa otra persona?
“¿Quién es el siguiente en levantarse? ¿A quién ve?”

“Si los otros miembros de la familia ya se levantaron y se fueron (adonde y a qué


hora se fueron?”

El terapeuta continua investigando esto hasta que está informa-


do de que todos los que integran el hogar ya se levantaron; des-
pués los ayuda a reconstruir paso por paso el día, hasta llegar al
momento de acostarse. Calcula cuántas horas y minutos, lite-
ralmente, pasan juntos los miembros de la familia. Pregunta
acerca de los medios que cada miembro de la familia emplea para
enterar a los otros lo que está sucediendo en su vida, cuando falta
el contacto cara a cara. Si no existen dichos medios, el terapeuta
dice que probablemente cada miembro hace suposiciones de lo
que los otros hacen cuando no los ve. El terapeuta averigua
cuáles son dichas suposiciones y pregunta a cada persona si son
cercanas a la realidad.

54. El terapeuta tratará entonces de formarse una imagen de la casa


en que vive la familia. Pregunta: ¿Quién duerme en dónde?,
¿Quiénes comen juntos?, ¿A qué hora comen? Trata de obtener
una idea de la atmósfera que reina cuando los miembros de la
familia están juntos. Por ejemplo, puede preguntar: “Si yo
estuviera en su casa durante una cena o un desayuno, ¿qué vería
y oiría ?” (Dirige la pregunta a cada miembro de la familia,
empezando por el esposo y la esposa, y siguiendo con los hijos,
por orden de edad.)
55. El terapeuta comienza ahora a repetir preguntas que ya hizo a
los padres y dirige algunas de ellas al niño (pero las acompaña de
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
frases de ánimo e interpretaciones):
“¿Crees que tus padres son capaces de divertirse? ¿Qué los has visto hacer
que sea divertido?”
“¿En qué consideras que tus papás son diferentes uno del otro? (Bueno,
podemos estar seguros de una cosa: papá es hombre y mamá es mujer.)”
“¿Crees que tus padres son capaces de estarcen desacuerdo abiertamente?”
“¿Cómo has visto que manejan esa situación?”

“Cuando tus padres están sufriendo ¿logras consolarlos? ¿Cómo responde


papá cuando haces el intento? ¿Cómo responde mamá?”
Se espera que, cuando el terapeuta llega a esta etapa de la cro-
nología, ya construyó un marco de referencia, no amenazante, de
comprensión, dentro del cual el niño y los cónyuges se sentirán
libres de comentar lo que ven y oyen. No obstante, el terapeuta
continúa trabajando con grandes obstáculos por parte del niño, ya
que todavía pesan sobre éste las prohibiciones que le han hecho
de no comentar e incluso de no preguntar.

El terapeuta continúa acentuando la noción de “dolor” y no de


“quién le hizo qué a quién.” A continuación, abiertamente trabaja
para liberar al niño de las prohibiciones parentales que le
impiden hacer comentarios. Al mismo tiempo, el hecho de pedir al
hijo que comunique copio percibe a sus propios padres, ayuda a
éstos a ver otra imagen de sí mismos. Los niños protegen mucho a
sus padres. Mientras más disfuncional sea la familia, más
protectores serán los hijos. De manera que cualquier comentario
que los hijos hagan será dicho con gran cuidado. A menudo los
padres reaccionan diciendo: “¡Nunca pensé que él se diera cuenta
de todas estas cosas!”

56. Si el niño tiene dificultades para comentar, el terapeuta lo ayuda


a hacerlo y trata de interpretar sus sentimientos y pensamientos:

“Tal vez tienes miedo de lastimar a mamá y a papá si les dices que tú ves su
dolor.”

“Tal vez piensas que si simplemente dices lo que ves y oyes, aumentarías la
pena de mamá y papá.”

“Creo que si ves el dolor de tus padres. Pero tal vez sientes que no debes
comentarlo.”

“Estoy segura-de que mamá y papá desean saber qué es lo que tú ves y oyes.
Pero quizá piensan que tú no quieres decirlo.”
CRONOLOGIA DE LA VIDA FAMILIAR 153

57. Al llegar a esta parte, la entrevista se acerca a su fin. El


terapeuta prepara el final y al mismo tiempo estimula la
esperanza:

“Bueno, me parece claró que todos están tratando de dar gusto a todos los
demás, pero parece qüe nadie lo logra. ¡No está bien que las cosas marchen
así! ¡Tenemos que trabajar en esto!”

“Una vez que tengamos todas las piezas juntas de modo que las com-
prendamos, este tipo de malentendido no tendrá que suceder más.” “Tengo la
sensación de que podemos llegar a encontrar nuevas ideas acerca de todo
esto/‟
“Veremos qué más podemos aprender acerca de todo esto. Tengo la impresión
de que cuando todas estas cosas se pongan en el lugar que les corresponde,
ya no habrá más dolor.‟'

La gente no se atreve a ir de lo conocido a lo desconocido sin


esperanza, especialmente si actúa dentro de un ambiente temido
y lleno de críticas.

58. La cronología de la vida familiar, según la hemos delineado aquí,


se ve demasiado nítida.
a ) Desde luego, las entrevistas nunca se estructuran tanto ni son
tan ordenadas.
b ) El terapeuta no continúa investigando la cronología sin tener
en cuenta los tipos de respuesta que la familia le da.
c ) Después de todo, uno de los principales propósitos de inves-
tigar la cronología es cambiar, de la manera menos amena-
zante posible, el foco de la atención familiar que estaba fijo en
el PI y dar relieve a la relación conyugal.
d ) Si los cónyuges tienen tanto miedo que resisten este cambio
de enfoque, el terapeuta debe variar el orden de las preguntas
y cambiar ligeramente el énfasis de la entrevista.

59. Los puntos de la cronología que se han enumerado aquí son en


realidad un plan general del cual el terapeuta se desvía, depen-
diendo de las respuestas que recibe a cada pregunta.
a ) Siguiendo este plan, el terapeuta introduce en la ideología
familiar conceptos nuevos a los que él se referirá otra vez en
sesiones futuras.
b ) Siguiendo este plan, el entrevistador puede moverse con ra-
pidez y sin riesgo hacia su papel de terapeuta, averiguar en
qué aspecto necesita trabajar primero, y qué es lo que puede
esperar.
« El terapeuta se comporta como un dentista que pregunta al
paciente: “¿Dónde duele?” y después procede a ver el sitio
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
que el paciente señaló y lo explora más.
« El terapeuta confía en que la familia lo ayudará, pero nunca
olvida que él es quien conduce el proceso de la psicoterapia.
SECUENCIA BASICA DE LA CRONOLOGIA DE LA VIDA
FAMILIAR
A LA FAMILIA COMO UN TODO:
El terapeuta pregunta acerca del problema
A LOS CONYUGES:
El terapeuta pregunta cómo se conocieron, cuándo decidieron casarse,
etc.

A LA ESPOSA: AL ESPOSO:
El terapeuta pregunta como El terapeuta pregunta cómo
vio ella a sus padres y a sus< ------------- > vio él a sus padres y a sus
hermanos y cómo fue su hermanos, y cómo fue su
vida familiar. vida familiar.
Pide que relate la cronolo-, Pide que relate la cronología hasta el
momento en<----------------------------------- >gía hasta el momento en
que ella conoció a su esposo. que conoció a su esposa.
Pregunta qué esperaba ella^ _______ ^ Pregunta qué esperaba él
del matrimonio. del matrimonio.

A LOS CONYUGES:
El terapeuta pregunta cómo fue el principio de
su vida matrimonial; comenta acerca de la in-
fluencia del pasado.
A LOS CONYUGES COMO PROGENITORES:
El terapeuta pregunta qué esperaban del hecho de ser padres;
comenta la influencia del pasado.
AL NIÑO:
El terapeuta pregunta puntos de vista acerca
de los padres, cómo los ve divertirse, cómo los
ve tener desacuerdos, etcétera.
A LA FAMILIA COMO UN TODO:
El terapeuta da tranquilidad comunicándoles
que no es peligroso comentar.
Subraya que es necesario comunicarse con cla-
ridad.
Redondea la entrevista, fija el momento de la
próxima iesión y da esperanza.

155
13
COMO INCLUIR A LOS NIÑOS EN LA
PSICOTERAPIA FAMILIAR

Muchos terapeutas se preguntan cómo introducir a los hijos en la


psicoterapia familiar.
a ) Incluso un terapeuta que ha tenido experiencia en ver a parejas en
psicoterapia conjunta, a menudo está receloso de incluir a los
niños en las sesiones. Si trabajar con un matrimonio desavenido
parece ser una tarea difícil, trabajar con dos generaciones al
mismo tiempo parece aún más problemático.
b ) La presencia de los niños puede significar anarquía en el proceso
psicoterapèutico.
« Los niños, especialmente los de corta edad, tienen una capacidad
limitada para fijar su atención y actúan impulsivamente.
« ¿Cómo es posible que un proceso verbal como la psicoterapia
mantenga su interés?
« ¿Cómo podemos esperar que un niño permanezca sentado y
quieto durante una hora o más?

Aun cuando la idea de la psicoterapia familiar parezca lógica a un


terapeuta, éste se preguntará qué reglas debe usar.
a ) ¿Debe incluir a todos los niños que hay en la familia, incluso a los
pequeños?
b ) ¿ O debe limitar la psicoterapia a los padres y al niño que presenta
los síntomas?
c ) ¿Debe incluir a los niños desde la primera sesión? Si no, ¿cuándo
debe pedir que los traigan?
d ) Una vez que los niños están presentes, ¿durante cuánto tiempo
deben permanecer en las sesiones?
e ) Una vez que los niños están presentes, ¿qué líneas directivas
debe seguir el terapeuta para mantener el control sobre el
proceso de la psicoterapia?
/) La presencia de los niños ¿convierte la psicoterapia familiar en
psicoterapia infantil?

Trataré de explicar xcómo me he contestado a esas preguntas.


También daré una imagen de cómo actúo en mi papel de tera-
peuta. Digamos que Juanito es el paciente identificado (PI), tiene
una hermana que se llama Paty y una madre y un padre que

156
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 157
llamaremos María y Pepe.
a ) Juanito, a través de su conducta, está enviando señales de
“S.O.S.” acerca del dolor familiar.
b ) Como ya dije, incluyo a Juanito en la psicoterapia con sus
padres porque considero que sus síntomas son un fenómeno
familiar que debe tratarse con un enfoque también familiar.

¿Y qué hay de los otros niños en la familia; en este caso, Paty? Si


Paty no tiene síntomas ¿la incluyo de todas maneras en la
psicoterapia?
a ) Algunos terapeutas familiares no incluyen a Paty a meno¡>
que empiece también a mostrar conducta sintomática,
b ) Yo sí incluyo a Paty porque, de todas maneras, forma parte de
la homeostasis familiar, aunque no esté desempeñando la
función del PI.
c ) Actúo basándome en la suposición de que, cuando la familia
sufre, todos los miembros lo resienten de alguna manera.
También Paty se ve afectada por el sufrimiento de sus padres,
y aunque no muestre síntomas ahora, tal vez los muestre en el
futuro.
d ) Creo que el terapeuta familiar puede hacer una gran labor^
preventiva al incluir a todos los hijos en el proceso de la
psicoterapia.
« Conforme el terapeuta trabaja para ayudar a la familia a
redefinir sus relaciones, Paty puede verse muy involucrada y
beneficiarse tanto como su hermano.
« Además, como cada miembro de la familia tiene sus propias
percepciones de lo que está sucediendo en el grupo, Paty
tendrá tanto material como su hermano para contribuir al
proceso de la psicoterapia.
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

Si Juanito y Paty son muy pequeños, ¿es importante de todas


maneras incluirlos en la psicoterapia? Después de todo, se podría
pensar que puesto que el problema existe principalmente entre los
cónyuges, Paty y Juanito se beneficiarían igual si se quedaran en casa
mientras sus padres van a recibir algo de psicoterapia conyugal.
Además, cualquier problema que estos niños tengan, probablemente
todavía no está “internalizado,” de manera que un cambio en el
ambiente familiar posiblemente producirá cambios en los niños, aun
cuando no estén presentes en las sesiones de psicoterapia.
a ) Es verdad que Paty y Juanito se beneficiarán si sólo veo a sus
padres en psicoterapia conyugal. Por eso, a veces trabajo sólo con
los esposos cuando los niños tienen cuatro años de edad o son más
pequeños.
b ) No obstante, insisto de todas maneras en que la familia traiga a
todos los niños por lo menos a dos sesiones, para que yo pueda ver
con mis propios ojos la manera en que actúa la familia como un
todo.

Habitualmente veo primero a la pareja, por lo menos durante dos


sesiones. Hago esto porque considero apropiado iniciar la psicoterapia
familiar con los esposos.
a ) Cuando pido ver a los padres primero, de hecho les estoy diciendo:
“Considero que ustedes son los guías autorizados de esta familia.
También considero que son compañeros además de padres.”
« En las familias disfuncionales, el esposo y la esposa habi-
tualmente han abandonado por desesperanza su papel conyugal
y se han concretado a llenar su función de padres, enfocando su
atención en los hijos porque no se atreven a enfocarla en el otro
cónyuge.
« Cuando una pareja así me pide ayuda para su hijo, es evidente
que existen deficiencias en su conducta hacia ellos mismos, como
individuos, y de uno hacia el otro como “esposo” o como “esposa.”
El papel de “madre” o de “padre” predomina en una forma u
otra.
« Por lo tanto, me parece apropiado iniciar el trabajo con
psicoterapia conyugal, en lugar de con psicoterapia familiar,
para recordar a la pareja que también son individuos además de
compañeros, y que también son compañeros además de padres.
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 159
b ) No obstante, si la familia es tan disfuncional que los cónyuges no
toleran examinar su propia relación, sino que tienen necesidad del
hijo para enfocar en él su atención, encuentro preferible no iniciar
el proceso con psicoterapia conyugal sino incluir a los hijos desde
el principio. Aunque proceder así me parece inapropiado, a veces
tengo que hacerlo como excepción.
c ) La edad del hijo me ayuda a determinar si lo incluyo desde el
principio o lo llamo más tarde. Por ejemplo, incluyo desde el
principio a un “niño” de más de 21 años de edad que es el PI.
« Muchos casos de esquizofrenia pertenecen a este tipo de familia.
« Aunque los padrés consideran todavía que el PI es un niño, eso
constituye en sí parte de la patología familiar y no quiero
reforzarlo.
« Los terapeutas tienen que estar siempre del lado de la realidad.
Insisto en ver a este “niño” y a sus padres juntos de inmediato,
porque sé que los síntomas del hijo tienen una función en la
familia.
« Hago muy claro el hecho de que estoy viendo a tres adultos que
están en un plano de igualdad entre sí. A través de mi conducta,
estoy diciendo: “No considero que tu madre y tu padre sean
todavía responsables por ti. Tu madre, tu padre y yo no nos
reuniremos antes en privado para decidir qué hacer contigo.”

¿Durante cuánto tiempo participan los hijos en la psicoterapia


familiar después de que los incluyo por primera vez?
a ) Como ya dije, cuando los niños tienen menos de cuatro años de
edad, pido que asistan cuando menos a dos de las sesiones
iniciales. El resto del tiempo trabajo con la pareja. No obstante, en
etapas posteriores puedo pedir que incluyamos de nuevo al PI con
objeto de consolidar con el niño lo que los cónyuges han aprendido
en la psicoterapia conyugal.
b ) Si los niños tienen cuatro años de edad o más, asistirán a la mayor
parte de las sesiones de psicoterapia familiar. No obstante, suelo
pedir en algún momento del tratamiento que unas cuantas
sesiones incluyan sólo al esposo y la esposa, a dos o tres miiembros
de la familia o sólo a un individuo. (Ver pág. 190-192.)
c ) Probablemente también pida yo que los hijos de más de 21
años participen en la psicoterapia familiar durante la mayor
parte de las sesiones.
« Mi objetivo es, desde Juego, juntar a ese “niño” con sus
padres, a fin de á^udarlos a aprender a separarse.
« Por desgracia, casi siempre se requieren muchas sesiones de
psicoterapia familiar para lograr esa meta.
« En este tipo de familia, se supone que el hijo nunca deberá
convertirse en un adulto.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
8. Voy a describir mi manera de actuar como terapeuta, una vez que
he incluido a los niños en el proceso de la psicoterapia.
a ) Antes que otra cosa, durante las sesiones de psicoterapia con-
yugal, trato de preparar a los padres para que traigan a los
hijos al consultorio.
« En especial, los padres jóvenes tienden a ser aprensivos. Se
preguntan cómo se comportarán sus niños; les preocupa lo
que yo pueda pensar de ellos como papás.
« Trato de tranquilizarlos comentando que, desde luego, los
niños de siete años actúan como niños de siete años, así que
¿por qué habían de ser diferentes sus chicos? *
b ) A menudo pregunto a los padres cómo planean decir a sus hijos
que todos van a venir a las sesiones de psicoterapia familiar.
« María tal vez planee decir: “Vamos a ir a ver a una señora y a
hablarle acerca de la familia.”
« Pepe tal vez planee decir: “Vamos a ir a dar un paseo en
coche.”
« Este asunto de cómo María y Pepe comunicaron los planes a
sus hijos puede, por sí solo, preparar el terreno para explorar
posteriormente con cuánta claridad se transmiten los
mensajes en la familia.
« En nuestras sesiones de psicoterapia conyugal, ya introduje
la idea de que María y Pepe no son muy buenos para co-
municarse entre sí, de manera que estarán preparados
cuando aplique este concepto a sus actitudes parentales.

9. Llega el día en que por primera vez entrevisto a toda la familia.


Supongamos que va a ser una entrevista con niños muy pequeños.
¿Cómo los controla el terapeuta? ¿Cómo los detiené para que no
provoquen anarquía en el proceso terapéutico? Unas líneas más
adelante trataré de aclarar este punto describiendo situaciones reales
de entrevistas. Por el momento, trataré de generalizar acerca del
enfoqué principal en la psicoterapia que practico.

a ) He encontrado que un terapeuta tiene muy pocos problemas para


controlar a los chicos, si en forma activa se hace cargo del proceso
terapéutico. Si el terapeuta sabe cómo lograr esto, los niños
responden tan fácilmente como los padres.
b ) Hay, desde luego, algunos problemas para obtener el control. «
Paty quiere golpear el radiador. Juanito quiere salir al
baño o a tomar agua a cada rato.
« Ambos interrumpen constantemente a sus padres, al terapeuta y
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 161
al otro hermanito, haciendo un esfuerzo inaudito por
monopolizar la atención de todos.
c ) Mi política general es, desde luego, esperar a que los padres
ejerzan el control.
« La madre y el padre son quienes deben responder a las
peticiones y fijar límites a la conducta de los niños.
« De hecho, si yo usurpara ese papel perdería la oportunidad que
busco; es decir, yo no podría observar cómo la madre y el padre
llevan a cabo sus funciones parentales.
d ) No obstante, considero que es mi responsabilidad comunicar
claramente qué reglas de conducta se aplican en mi propio
terreno, es decir en el consultorio.
« Por ejemplo, nadie puede golpear o jugar con el micrófono o el
equipo de grabación.
« Nadie puede destruir mis sillas, mis cortinas, mis carpetas,
etcétera.
« Nadie (incluyendo a los padres) puede hablar por los otros. «
Todos deben hablar de tal manera que puedan ser escuchados.
« Todos deben hacer lo posible para que los otros sean escuchados.
Digo, por ejemplo, “Me estás lastimando los oídos,”
o “van ustedes a tener que tomar turnos para hablar, pues así
no puedo trabajar.”
« Los padres a menudo me piden que establezca una regla para
salir del cuarto. La madre pregunta: “¿Está bien que salga el
niño?” Yo contesto: “Sí” y doy instrucciones al niño acerca de
dónde encontrar el bebedero para tomar agua o el escusado.
« También establezco reglas acerca de con cuánta frecuencia puede
un niño abandonar el cuarto de consulta. Habitual
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

mente un-sólo viaje al excusado y un solo viaje al bebedero para


tomar agua darán a Juanito o a Paty toda la oportunidad que
necesitan para explorar el ambiente.
« También acorto la duración de la sesión de psicoterapia de
acuerdo con la edad de los niños.
e ) No obstante, como ya lo sugerí, hay muy poca necesidad de ejercer
medidas de control si el terapeuta da la impresión clara, desde el
principio, de que sabe hacia dónde se dirige. Los niños pueden
involucrarse en el proceso de la psicoterapia: pueden interesarse
en la sesión tanto como los padres.

Por ejemplo, hay ciertas cosas que deseo hacer desde el principio de la
psicoterapia familiar. Quiero utilizar las primeras sesiones para hacer
el diagnóstico, pero también quiero usarlas para impartir
tratamiento. Por lo tanto, trato en seguida de introducir ciertos
conceptos que generalmente son extraños para las familias
disfuncionales. A estas alturas, el lector probablemente ya conoce
dichos conceptos, pero me parece que vale la pena repetirlos. Deseo
que los miembros de la familia hagan lo siguiente:
a ) Que reconozcan que son individuos y que son diferentes entre sí.
« Algunos son hombres, otros son mujeres. Algunos tienen pelo
rojo, otros pelo café. A algunos les gusta el rosbif, otros lo odian.
Algunos son jóvenes, otros son mayores.
« Las familias disfuncionales tienen gran dificultad para reconocer
las características que implican diferencia o individualidad. En
tales familias, ser diferente es ser malo, y provoca el desamor en
el resto de la familia.
b ) Que reconozcan que también tienen desacuerdos.
« Algunos miembros consideran que una pintura es hermosa y
otros la consideran fea. Algunos piensan que cierta conducta es
deseable, y otros la ven como indeseable.
« Las familias disfuncionales a menudo tratan de ignorar o nublar
sus desacuerdos, ya sea que se trate de desacuerdos acerca de
una percepción o acerca de una opinión.
;) Que se comuniquen entre sí de manera más clara; que digan lo que
ven, piensan y sienten; que pongan los desacuerdos sobre la mesa
de manera abierta.
« En especial, deseo que la pareja vea en qué área cada uno ha
estado enviando mensajes conflictivos a los niños y al otro
cónyuge. La comunicación marital establece la norma para la
comunicación entre los miembros de la familia.
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 163
€ También deseo que los niños y los padres sean capaces
de7 reconocer y comentar el dolor que existe entre los
miembros de la pareja.
« También deseo ayudar a los miembros de la familia a
comunicarse acerca de la conducta que les provoca placer.
Como ya dije, las familias disfuncionales tienen, para co-
municarse sus alegrías, tanta dificultad como para comu-
carse sus sufrimientos.

11. En seguida presentaré una imagen esquemática de una


primera entrevista con niños presentes, y señalaré cuáles son
los puntos en los que hay que hacer hincapié.
a ) Para tocar los puntos enumerados, bastará una entrevista
si los niños son muy locuaces, pero pueden necesitarse
dos o más sesiones.
b ) Si el resumen de la entrevista parece largo al lector, se
debe a que la describo aquí en cámara lenta.
c ) Aunque me tome tiempo lograr mis primeros objetivos tera-
péuticos, siempre hago mis preguntas en una forma
cordial, específica y refiriéndome sólo a los hechos.
« Hago muchas preguntas, porque creo que son
terapéuticas en sí mismas. Tal vez ésta sea la primera
vez que los niños son tratados como personas con
percepciones y opiniones. « Además, aunque en la
primera entrevista familiar me concentro principalmente
en los niños, en forma indirecta estoy hablando con los
padres también.

12. He aquí cómo puede el terapeuta integrar a los niños en la psi-


coterapia familiar.
a ) El terapeuta introduce la idea de individualidad.
« Da la mano a cada niño separadamente, y lo llama por
su nombre.
« Establece diferencias con cada niño según su edad y su
sexo: “Vamos a ver. Tú eres Juan. Tú eres el mayor de la
familia.”
« El terapeuta repite lo que cada niño dice, para mostrar
que está escuchándolo:
T: ¿Qué edad tienes, Paty?
Ha: Siete. ^
T: Tienes siete años.
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

« El terapeuta hace las preguntas una y otra vez (en especial con
los niños pequeños) para comunicar: “De verdad estoy hablando
contigo.” A menudo los niños dicen que no saben o no recuerdan
o no dan respuesta alguna. No obstante, proporcionarán pistas
al terapeuta acerca de su respuesta por la forma como se
conducen durante la sesión. El terapeuta no abandona una
pregunta que no fue contestada sin comentar algo para dar por
terminada esa porción del diálogo. Dice por ejemplo:
“Veo que todavía no estás listo para decirme esto. Regresaremos contigo
más tarde. Noté que estabas viendo a mamá y que tenías una cara
preocupada. Tal vez pensabas en lo que mamá diría si me contestas.”

« El terapeuta presta atención a todas las preguntas de los niños,


para mostrar que las preguntas no son molestas ni ilegítimas, y
que la gente puede preguntar lo que no sabe.
Ha: (Dice en secreto a Juanito) ¿Qué edad tiene Papi?

M: Y entonces le dije que podía jugar fuera si...

T: Perdóneme un minuto. Creo que Paty está haciendo una pregunta.


¿Quieres saber qué edad tiene papá? Bueno, papá puede decirte. Está
bien que preguntes. Si papá no te quiere contestar, él te lo indicará.
¿Usted que dice señor? ¿Quiere usted que Paty sepa su edad?

« El terapeuta presupone que los niños desean escuchar, están


interesados y son capaces de entender. No son seres pequeños-
y-por-lo-tanto-malos. El terapeuta expresa en palabras lo que
espera de los niños, para ayudarlos a que se eleven al nivel de
dichas expectativas.
M: Mi hijo no está escuchando. Siempre es así.

T: No estoy tan segura. Este muchachito tiene la cabeza bien puesta. Sabe
lo que está sucediendo. Pero vamos a preguntárselo a él.

b ) El terapeuta introduce la idea de la comunicación:


« Pregunta a cada niño (de acuerdo con el orden en que nacieron)
qué idea tiene acerca de por qué está en el consultorio. (Los
niños pequeños sienten que todo mundo los empuja en distintas
direcciones.)
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 165 T: (A Juanito) ¿A

dónde pensaste que ibas a venir hoy?


Ho: No sé.
T: Bueno, algo se te debe haber ocurrido al respecto. ¿Qué te dijo tu mamá? ¿Y qué
te dijo papá? Algo te habrás imaginado tú solo.

El terapeuta repite lo que cada niño dice, (agregando una


interpretación que aclare el mensaje) y prosigue con el niño siguiente,
pero no sin antes haber obtenido algún tipo de respuesta del anterior.

T: (A Paty) ¿Así que pensaste que ibas a hablar? ¿De qué pensaste que ibas a
hablar?

Ha: Bueno, de la familia.


T: Tuviste la idea de que íbamos a hablar de la familia. ¿Y Juanito? ¿Qué idea
tuviste tú?

El terapeuta resume las respuestas de los niños en términos que


definan con cuánta claridad los chicos percibieron la razón por lo cual
se encuentran en el consultorio:
“Así que Juanito pensó que iba a dar un paseo. Paty pensó que iba a hablar de la
familia. Los dos tenían ideas acerca de esta reunión de hoy.”

El terapeuta pregunta a cada niño de dónde le vino la idea de por qué


los llevaron al consultorio. ¿Quién se lo dijo? ¿Que le dijeron?
Ha: Mamá dijo que íbamos a hablar de los problemas de la familia

T: ¿Y papá? ¿Te dijo lo mismo?


Ha: No:
T: ¿Qué te dijo papá?
\
Ha: Dijo que íbamos a ir a dar un paseo.
T: Ya veo. Así que ustedes recibieron una información de Mamá y otra
información de Papá. ¿Y tú, Juanito? ¿En dónde obtuviste tu información?

Ho : No me acuerdo.
T: ¿No te acuerdas quién te dijo algo de esta reunión?
M: Creo que FAMILIAR
>4 PSICOTERAPIA no dije nada a él, ahora
CONJUNTA que lo pienso. No estaba en el cuarto en ese
momento, supongo.

T: ¿Y usted señor? ¿Le dijo algo a Juanito?


P: No, yo creí que María le había dicho algo.

T: (A Juanito) Bueno, entonces me explico por qué no te puedes acordar de


nada, puesto que no te dijeron nada.

Ho: Paty dijo que íbamos a ir a ver a una señora para hablar de la familia.

T: Ya veo. Así es que obtuviste tu información de tu hermana, mientras que


Paty recibió un mensaje claro tanto de Mamá como de Papá.

« El terapeuta pregunta a los niños cómo manejaron la diferencia


entre los dos mensajes que recibieron de parte de sus
padres:
Ho:
T: Papi le dijo a Paty que íbamos a ir a un paseo.
¿Y Mamá le dijo a Paty que iban a ir hablar con una señora acerca de la
familia?
Ho:
T: Ajá

¿Y entonces qué hiciste con eso? Papá dice una cosa y Mamá dice otra.
Tú tienes que explicarte qué pasa. ¿Qué pensaste que estaba
Ho: sucediendo?

Pensé que Íbamos a ir a dar un paseo. Y que, veríamos a una señora


o T: algo.

Ya veo. Decidiste que iban a hacer las dos cosas. Así que, en este caso,
pudiste juntar lo que Mamá y Papá le dijeron a Paty.
Ho:
Ajá.

« El terapeuta pregunta a la madre y al padre, qué recuerdan haber


dicho :

T: ¿Qué hay de esto señora? ¿Pudieron usted y su esposo ponerse de acuerdo?


¿Decidieron qué decir a los niños?

M: Bueno, usted sabe, creo que éste es uno de nuestros problemas, él hace una
cosa con los niños y yo hago otra.
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 167
P: Creo que esto no es importante ni debe preocuparnos.
T: Desde luego que es poco importante, en cierto sentido. Pero lo podemos
usar como un ejemplo para ver cómo se transmiten los mensajes de la
familia.

« El terapeuta hace un comentario general acerca de la co-


municación.
“Una de las cosas de las que nos ocupamos con las familias, es de la manera
como se comunican entre sí sus miembros; con cuánta claridad se envían
mensajes de uno a otro. Tendremos que ver cómo Mamá y Papá se ponen de
acuerdo para que Juanito y Paty reciban un mensaje claro.”

c ) El terapeuta introduce con brevedad la idea de que los hijos


pueden ser testigos del dolor de los padres.
« El terapeuta explica a los niños por qué su madre y su padre
han estado viniendo al consultorio.
“Bueno, les voy a decir por qué Mamá y Papá han venido a verme. Vinieron
aquí porque no estaban contentos de cómo marchaban las cosas en la
familia, y desean encontrar la manera de que todos sean más felices en la
vida familiar.”

« El terapeuta pregunta a cada niño si ha notado que su madre y


su padre sufren, y qué signos de infelicidad han percibido.
T: Paty, ¿ habías notado que Mamá y Papá no eran felices ?
Ha: Sí, un poquito.
T: Bueno, supongo que has podido ver cuando Mamá y Papá sufren. ¿Qué
has notado acerca de eso?

Ha: Mamá llora a veces.


T: Mamá llora a veces. Y, desde luego, las lágrimas quieren decir que
Mamá está sufriendo.

Ha: Pero Mamá no llora muy seguido.


T: Desde luego que Mamá tiene también sus ratos felices. ¿ Y qué me dices
de Papá? ¿Has notado cuando Papá sufre?

« El terapeuta resume lo que cada niño ha dicho y abandona el


tema por el momento:
“De manera que Paty sabe con toda claridad cuando Mamá sufre, pero no
está muy segura de cuándo Papá sufre, Juanito dice
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

que él no ha notado sufrimiento en nadie, excepto cuando Papá se enoja con


él. Vamos a volver sobre esto más tarde.

d ) El terapeuta regresa a la idea de que los miembros de la familia


pueden reconocer sus diferencias, en especial sus diferencias
sexuales, pero al mismo tiempo continúa estableciendo su
relación con cada uno de los niños.
« El terapeuta pregunta a cada niño más detalles acerca de sí
mismo:
T: Muy bien, sabemos que Juanito es el mayor. También es el único
hombrecito. ¿En qué año vas, Juanito?

Ho: En sexto.

T: ¿Qué te gusta de la escuela?

Ho: El béisbol. Juego en primera base.


T: Así que existe un jugador de béisbol en la familia. ¿Y Papá, también
juega béisbol?

Ho: Pues, más o menos bien...


P: Solía yo jugar un poco.
T: Así que ustedes tienen eso en común. ¿Y qué más te gusta de la escuela?

« El terapeuta hace comentarios generales a cada niño, acerca de


los problemas que cada uno probablemente tiene en relación con
el hermano o la hermana debidos a las diferencias de edad que
hay entre ellos:
“¿Y éste te da lata a veces?”
“¿Y ésta se pone mandona contigo a veces?”
“Creo que a los niños de diez años no les gusta tener niñas cerca ¿verdad?”

€ El terapeuta hace resaltar el equilibrio de sexos en la familia:


“Así que ésta es una familia en donde hay dos mujeres y dos hombres.
¡Ningún grupo es más numeroso que el otro!”

“Así que tú y Papá más o menos se encargan de los trabajos de hombre en el


hogar.”
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 169
« El terapeuta pide a cada uno de los padres que describa a cada
uno de los hijos, con objeto de ayudarlos a reconocer sus
diferencias individuales:
M : Bueno, ella es mucho más tranquila que él. Tiende a ser más seria.

T: Usted ve a Paty como la tranquila y la seria. ¿Y usted, señor? ¿Observa


esa misma diferencia entre los dos niños?

P: Si, ella es más como su madre. Juanito en realidad no se parece a nadie


de la familia.

T: ¿Juanito les parece tan diferente que se diría que no es miembro de la


familia?

P: Sí; la mayor parte del tiempo, por la forma en que se comporta.

« El terapeuta ayuda a los niños a hablar de las diferencias


individuales ordinarias entre ambos padres:

T: Juanito, ¿en qué son diferentes tu Papá y tu Mamá?


Ho: No sé.
T: Bueno, tienen que ser diferentes los dos; como tú bien sabes, no existen
dos personas que sean idénticas. Algo sabemos con toda seguridad:
Papá es hombre y Mamá es mujer. Esa es una gran diferencia.

e ) El terapeuta introduce la idea de que los padres pueden tener


diferencias de opinión y desacuerdos, y pueden sentir enojo
hacia sus hijos.
« El terapeuta pregunta a cada niño cómo sabe cuando Papá
está enojado:

T: (A Juanito) ¿Cómo hace Papá para mostrar su enojo?


Ho: Nada más se enoja.
T: Claro que se enoja. Todos nos enojamos a veces. Supongo que Papá tiene
formas de hacerte saber cuando'no está contento con algo que hiciste.
¿Cómo muestra él que está enojado?

« El terapeuta hace la misma pregunta acerca de Mamá:


T: Paty, ¿cómo sabes cuando Mamá está enojada contigo?
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

Ha: Bueno, yo me doy cuenta.

T: ¿Entonces Mamá puede hacértelo saber con claridad?

Ha: Me da de nalgadas.
T: Te da de nalgadas. ¿Te das cuenta, antes de que suceda, que Mamá va a
acabar dándote de nalgadas?

Ha: Cuando hago algo malo.

T: ¿Cómo qué?

Ha: Si rompo mi muñeca. Si me salgo a la calle. . .


« El terapeuta compara la forma en que ambos padres muestran su
enojo:
“Ah, así que Papá se calla y ya no te habla. Sabes que algo le pasa, pero tal vez
no estás segura de qué le pasa. Mamá te dice claramente qué es lo que a ella no
le gusta. ¿Estás segura de qué es lo que enoja a Papá? Parece que sabes bien
qué es lo que no le gusta a Mamá.‟*

« El terapeuta pregunta cuáles son las cosas que enojan a cada uno
de los padres:
T: Oye Juanito, ¿qué es lo que tú sabes, con toda seguridad, así como qué
mañana es miércoles, que va a provocarle a Papá un ataque de coraje?
Ho: Si agarro sus herramientas.

T: Si agarras sus herramientas. ¿Y qué más lo enoja?

« El terapeuta pregunta en qué forma cada niño decide qué hacer si


sus padres no están de acuerdo en lo que se debe hacer:
T: Mamá te dice que debes jugar en tu cuarto. Papá te dice que debes jugar
afuera. Son dos cosas diferentes. ¿Cómo sabes qué es lo que hay hacer?
Ho: Este... yo. ..este...

T: Cuando eso pasa, debe ser muy difícil para ti saber qué hacer ¿verdad?
M: Hace lo que le conviene y nos pone a su Papá y a mí uno contra et otro. Eso
es lo que hace.
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 171
T: Sí, es lógico que Juanito tenga problemas con esto. Tal vez si él hace lo
que Papá dijo, entonces parece como si no sintiera cariño hacia Mamá.
Ha de ser difícil para él, en esta situación, decidir qué debe hacer.

/) El terapeuta introduce la idea de que cada uno de los padres puede


tener diferencias de opinión con el otro y sentir enojo hacia él.
« El terapeuta pregunta a cada niño que hacen sus padres
cuando están en desacuerdo:
T: Desde luego, todos estamos en desacuerdo de vez en cuando. Vamos a
ver, si yo estuviera en la casa ustedes y Mamá y Papá estuvieran
enojados uno con el otro, ¿qué es lo que yo vería?

Ho: Mi Mamá se va a su cuarto.


Ha: Mi Mamá llora.
T: Vería yo a Mamá en su cuarto llorando. ¿Y en ese momento, dónde
estaría Papá?

Ho: Papá casi siempre se sale de la casa.


T: ¿Papá trata de resolver las cosas saliéndose de la casa?
Ho: Papá se enoja cuando Mamá llora.
T: ¿Y tú cómo supiste eso? ¿Cómo supuiste que Papá se enoja porque
Mamá llora?

Ho: Azota la puerta.


T: Ya veo. Papá azota la puerta. Mamá está llorando en su cuarto. ¿Y
entonces qué sucede, Juanito?

c El terapeuta pregunta a cada cónyuge cómo sabe cuando el


otro está enojado o descontento:
T: ¿Qué piensa usted de esto, señor? ¿Le molestan las lágrimas?^ ¿O ya
está usted enojado con María por algo y entonces María empieza a
llorar?

P: En alguna forma... No sé... En alguna forma ella tiene esa manera de...
No sé... de hacerme sentir que soy yo... de que yo soy el que...

T: Las lágrimas de María le hacen sentir que la culpa es suya ¿no es así?
¿Siente usted que hizo algo mal?

P: Exactamente. Ella no escucha cuando trato de explicarle.

T: ¿Y usted, María? ¿Cómo sabe cuando Pepe está descontento?


M: Pone la televisión tan fuerte que uno puede oírla en' el cuarto de la
lavadora.

T: Asi que Pepe muestra su enojo impidiéndole hablar ¿o no?


Y ella muestra su enojo aislándose en su llanto. Y de esta manera*
ninguno de ustedes puede acercarse lo suficiente al otro para aclarar las
cosas.

>4«PSICOTERAPIA
El terapeuta pregunta
FAMILIAR a cada
cónyuge qué hace cuando el otro está
CONJUNTA
enojado, y de qué manera trata de resolver el desacuerdo:

P: Yo me rindo. Eso es lo que hago.


M: Eso es lo que tú crees, eres tan terco como un burro.
P: ¿En qué forma soy terco? ¿En qué forma soy más terco que tú?

M: Muchísimas veces tengo que buscarle la cara.


T: Creo que...
Ho: Papi, ¿cuándo vamos a la playa? Prometiste que íbamos a ir. y nunca
vamos.

P: Tan pronto como haga menos frío iremos. Hace demasiado frío para ir a la
playa.

M: Claro que les prometimos.

T: Creo que deberíamos...

Ha: Dijiste que podíamos ir hace dos semanas.


T: Creo que los dos niños se asuétan cuando su Mamá y su Papá están en
desacuerdo. Tal vez piensan que uno de los dos va a salir lastimado. Pero
no veo ningún cadáver por aquí ¿Y ustedes, muchachos? Mamá está
todavía completa, Papá está todavía completo.

M: Es cierto que se asustan. Tratamos de no pelear frente a los niños.

T: Pero, desde luego, ellos saben cuando sus papás están sufriendo. Lo
importante es que encontremos formas para solucionar esto. Por eso
estamos aquí, para encontrar maneras de trabajar en esto.
g ) El terapeuta termina la primera entrevista introduciendo la idea
de que cada miembro de la familia debe mostrar cuando está
contento con lo que^ha hecho cualquier otro miembro.
« Pregunta a cada niño cómo podría complacer a su padre o a su
madre.
« Pregunta a cada padre cómo podría complacer a cada uno de
sus hijos.
« Pregunta a cada cónyuge cómo podría complacer al otro. «
Comenta la información que ha recibido:
“Fíjense, parece que todos ustedes saben muy bien cómo hacer que los otros
pierdan los estribos, pero no saben muy bien cómo complacer a los otros. ¡
Eso es terrible! ¡Tendremos que trabajar en eso!

Hasta aquí un cuadro esquemático de la primera entrevista familiar


con niños pequeños. Veamos ahora qué sucede en momentos
diferentes de entrevistas familiares posteriores. ¿Qué hace el
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 173
terapeuta familiar en esos momentos? ¿Qué hace la familia entonces?
a ) El terapeuta continúa trabajando para desenmarañar las re-
laciones disfuncionales que existen en las familias desavenidas, y
cuya causa inicial es una relación conyugal distorsionada.
« Los padres abdican de sus funciones parentales.
« Los jpadres actúan como hermanos de sus propios hijos, y
luchan para obtener la atención del otro cónyuge.
€ Los niños “dan cuidados parentales” a sus padres.
« Los niños actúan como cónyuges sustitutos para sus padres. «
Los niños desafían con éxito la autoridad parental apropiada.
b ) Cualquiera que sea la conducta de los miembros de la familia, la
homeostasis familiar es precaria y todos se sienten desi-
lusionados y confusos.
« Nada parece resultar bien.
« Parecen que nunca hay. suficiente para que todos reciban alg°-
€ Cualquier relación entre dos miembros de la familia hace que
los otros se sientan excluidos.
« Se atribuyeron motivos perversos a todos.
« Todos se sienten engañados.
c ) No obstante, ai pesar de estas condiciones, la familia como un todo
continúa resistiendo los esfuerzos de cualquier miembro
para cambiar la forma en que viven. Se necesitan muchas
intervenciones del terapeuta para lograr que reaparezca
algo de alegría en la vida familiar.

14. ¿Qué puede hacer el terapeuta para que la conducta parental y la


conducta infantil sean comprensibles para los miembros de la
familia?
a ) El terapeuta ayuda a los padres a comprender a sus hijos y a
recibir “retroalimentación” de ellos.
« Pide a los padres que expliquen la conducta de sus hijos,
logra así que las explicaciones encubiertas se conviertan en
explicaciones francas, a fin de poder manejar la conducta
mencionada. Recusa cualquier interpretación exclusivamen-
te negativa y contesta a las preguntas encubiertas que los
padres hacen acerca de sus niños.
M: Juanito goza haciendo cosas que sabe que me van a irritar. Todo el
tiempo que está en la casa... Constantemente.
T: No veo qué gusto pueda encontrar en dio...
M: Bueno, a él sí le gusta.
T: Es imposible que usted vea los pensamientos de su chico. Usted no
puede meterse dentro de su cabeza. Lo único que a usted le
consta es lo que ve y oye. Usted puede decir que parece como si
Juanito gozara molestándola.
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
M: Está bien. Entonces, parece como si gozara y lo parece cons-
tantemente.
T: ¿Sabe? Juanito podría estar tratando de atraer su atención. Es muy
importante para Juanito lo que Mamá piensa.

« El terapeuta pide al padre que explique su propia


;conducta:
P: Lo que quiero decir, es que Juanito nunca quiere que yo me quede y
lo vea jugar béisbol.
T: Dígame, señor. ¿Cómo se explica usted eso? ¿Cuál cree que sea la
razón de que Juanito no quiera que usted lo vea jugar?
P: Bueno, , ahí está la dificultad. Nunca lo he podido entender.
T: Una manera de averiguarlo es preguntarle a Juanito. Vamos a
preguntárselo. El se lo puede decir. Tal vez el niño no se siente
cómodo cuando Papá está cerca.
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 175 Ho: Lo único

que pasa es que me da vergüenza, a veces.


T: Te da vergüenza.
Ho: Ajá. Porque Paty estaba con él y Paty siempre se burla. Los otros
muchachos se reirían...
« El terapeuta ayuda al niño a expresar su frustración y su ira, y
a delinear cuáles son las situaciones que precipitan su enojo:
T: ¿Conque te enojas con Papá cuando él se enoja contigo?
Ho: Sí, y a veces él también se enoja muchísimo y me jala la oreja.
T: Te jala la oreja. ¿Te dan ganas de golpearlo entonces?

Ho: Sí. A veces de verdad me enojo mucho.

T: ¿Y entonces qué te detiene para no pegarle?

Ho: Bueno, él es.. . es más grande que yo.

b ) El terapeuta ayuda a los niños a comprender a sus padres y a


comprenderse a sí mismos en su papel dé hijos.
« Pide a los chicos que expliquen la conducta de sus padres, con
objeto de poner en duda cualquier interpretación que sea
exclusivamente negativa, y agregar otras interpretaciones
posibles:
T: Juanito, ¿por qué crees que tu Mamá quiere que comas? Ho: No sé.

Siempre me está forzando a que coma cosas.


T: ¿Sabes qué? Déjame decirte algo de las mamás. Las mamás se quiebran
la cabeza tratando de pensar qué le gustará a la familia. Entonces, a
la hora de comer, cuando frunces la nariz y dices “¡Fuchi! ¡No como
eso!”, entonces ¿qué debe hacer Mamá? Le estás diciendo: “Agarra tu
comida y tírala a la basura. No me gusta.” Y en ese momento, Mamá
siente: “¿Qué puedo hacer? No sé cómo darle gusto a mi hijo. Muy
bien, ya no voy a tratar de complacerlo. Juanito, no te puedo dar
gusto, así que ya no voy a tratar de hacerlo. Será mejor así.”
< El terapeuta pide a los padres que expliquen su propia con-
ducta con los niños:
T: Dígame, señora, ¿por qué no quiere usted que él coma dulces?
M: No me importa si come dulces, pero es imposible que el niño viva a base de
una dieta constante de caramelos.

T: Bueno, ¿y por qué no? Yo creí que todos vivían a base de una dieta constante
de caramelos. ¿Qué no es eso razonable?

M: No. No lo es. Y en especial a la edad de Juanito. La cara se empieza a Henar


de barros y los dientes se pican.
T: ¿Y usted por qué no deja que el niño se llene de barros? ¿A usted qué le
importa ? ¿ Por qué se preocupa tanto por el niño ?
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
M: Bueno, no sé...
T: Bien, mire yo creo...
M: Todo lo que él hace... Dormir en nuestra casa y comer cuando le da la gana,
y eso es todo.

T: Juanito, ¿te das cuenta por la voz de tu madre de la irritación que siente
cuando está hablando?

Ho: Sí.
T: ¿No te parece que es una especie de desesperación? Ella piensa: “¿Cómo voy
a lograr que este muchacho crezca bien? Va a crecer sin dientes y lleno de
barros y débil, y no puedo hacer nada por ayudarlo.” (Los padres se ríen).

« El terapeuta ayuda al niño a expresar abiertamente las preguntas


encubiertas que se le ocurren y ayuda también a los padres a
responder a dichas preguntas.

T: (A Juanito) En realidad no estás seguro todavía de por qué Papá te adoptó,


¿verdad?

Ho: Ajá.

T: ¿Qué?

Ho: No he pensado mucho en eso.


T: Creo que deberías hacerlo, porque me parece que en parte piensas que tu
Papá nada más lo hizo porque tu Mamá lo obligó.

Ho: Mi Mamá no puede obligarlo a hacer nada.


T: ¡Desde luego que no! Pero, siendo así, ¿por qué te adoptó entonces?

Ho: No lo sé.
T: Bueno, tienes que encontrar alguna explicación, porque Papá es un
hombre muy sensato y no hace las cosas así nada más. ..

Ho: El ha de saber por qué lo hizo.

T: ¿El ha de saber?

Ho: Sí.
T: Bueno, vamos a preguntarle. (Pausa) Seguro que él sabe por qué te
adoptó, pero me pregunto si tú lo sabes.

Ho: No. No lo sé.


T: (Al padre) Dígaselo otra vez. ¿Por qué adoptó usted a este fulano que
está sentado aquí?

c ) El terapeuta apoya la autoridad parental, y al mismo tiempo


LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 177
reconoce que los hijos, conforme crecen, son cada vez más capaces
de hacer juicios adecuados y tomar decisiones por sí mismos.
« Presupone que los padres tienen el derecho y la responsabilidad
de “dar cuidados parentales” a sus hijos:
“Usted es la madre. Usted sabe cuál es la mejor hora de acostarse para los
niños de siete años.”

« Presupone que los niños pueden tomar la responsabilidad de lo


que hacen:

T: Juanito, tú sabías muy bien a qué hora debías llegar a casa. ¿Qué te
detuvo y te impidió llegar a tu casa a esa hora?

Ha: No tenía yo la intención de patearlo.


T: Bueno, vamos a ver, Paty. Fue tu pierna la que se disparó contra la
pierna de tu hermano. ¿Cómo es posible que una pierna haga eso por
sí misma? Es muy curioso.

. « El terapeuta verifica cuáles son las reglas familiares:


T: ¿Cuál es la regla en esta familia para ver la televisión?
M: Los niños pueden ver algunos programas cada noche, hasta cerca de las
nueve de la noche.

T: Así que tienen ustedes reglas definidas acerca de eso.


M: Sí. Sí las tenemos.
T: ¿Cuáles son algunas de las reglas? Juanito, dime cuáles son las reglas
que tú conoces.

M: Que no coman en el comedor. Que no dejen su ropa tirada. Que no


dejen que entre el perro a la tasa.

T: Entonces, estas reglas son muy claras para usted. ¿ Cómo es eso de que
no hay que comer en el comedor? Me suena un poco raro.

M: Bueno, mire, habitualmente comemos en la cocina...


P: Utilizamos el comedor sólo cuando hay invitados.
T: Ya veo. Así que esta familia tiene un cuarto muy especial para cuando
hay visitas.

« El terapeuta verifica cómo la familia refuerza las reglas:


T: ¿Cómo van las cosas en la familia en lo que respecta a disciplina?

P: Bueno, pues, no sé, yo este...

M: Tratamos de cumplir lo que prometemos.

P: Este.
T: ¿No importa que hayan prometido un castigo o un premio?
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
P: Ajá.

M: Cumplimos lo bueno y lo malo.

P: Lo bueno y lo malo. Sí.


T: ¿Les sucede a veces que tienen pocas ganas de cumplir una promesa?

M: No.
P: Yo, este, trato de cumplir todo, este, y si le digo a Juanito que no va a
ver televisión... Desde luego, lo hace, y es que él nada más, este. Esa
es otra cosa. Le dije que durante dos semanas no podía ver televisión;
lo primero que hace es ir y ponerse a ver televisión.

d ) El terapeuta muestra cómo los desacuerdos conyugales producen


dificultades en los cuidados paren tales (véase el ejemplo en las
páginas 47-48).
e ) El terapeuta ayuda a los cónyuges a reestructurar las relaciones
familiares en torno a una relación matrimonial bien, delineada.
« Ayuda a los padres a separarse de sus propios padres:
T: Señora, ¿fue usted el tipo de muchacha que podía decirle a su madre:
“Mira Mamá, ya estoy grande. Ya basta de esto?”

M: No, no, no voy a responderle mal a mi madre.


T: ¿Y esto que le digo es responderle mal a su madre, a es afirmar un
hecho simple?

M: No, Jamás se me hubiera ocurrido. Mi madre se enojaría muchísimo.

T: Creo que esto ha sido un problema en esta familia.

P: Sí. Demasiado problema.

« Ayuda a los cónyuges a reforzar la relación marital:


T: ¿Qué lé gustaría hacer a usted señora?
M: Aaah, pasar más tiempo con él. Yo, yo estoy satisfecha cuando él llega a
casa; no tenemos que hablar de nada espe- pecial... Simplemente me
gusta estar con él.

P: Nos gusta ir de campamento.


M: Y nos gustaxir de campamento.
T: Es natural, claro.
M: {Sí! (los dos lanzan una risa).
T: Sin embargo, ustedes dicen esto de una manera que me &ace sentir que
están tristes de que no suceda más a menudo.

M: ¡Yo sí lo estoy! (Hay un largo silencio).


LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 179
T: Bueno, tal vez ésta sea un área donde todos pueden crecer un poco, para
que ustedes dos tengan más oportunidades.

< Ayuda a igualar las responsabilidades parentales:


T: Señora, ¿le resulta más fácil hacer que los niños la obedezcan cuando
usted y su esposo están juntos en casa?

' Sí. *"i"'■ ‟■


T: ¿Tiene idea de por qué? „
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

M: Bueno, este, no sé. Tal vez Juanito supone que Papi se va a encargar de que
él ya no haga —cualquier cosa que esté pasando...
T: Señor, ¿ se le ha ocurrido que debe ser terriblemente duro para una mujer
asumir toda la responsabilidad de una familia? Cualquier mujer sentiría
muchísimo la ausencia de su esposo durante toda la semana.

« Ayuda a reforzar la relación entre cada uno de los niños y el


progenitor del mismo sexo:
T: (A Juanito) ¿De verdad estás haciendo unos libreros?
Ho: Sí.
T: ¿Y los estás haciendo junto con Papá?
Ho r No, yo estaba viendo cómo los hacía el otro día. Y salimos mucho de día
de campo juntos, y entre los dos hicimos el buzón para el correo.
T: Qué bueno, los felicito a ti y a tu Papá por pasar esos ratos juntos.

« Indirectamente, favorece las relaciones entre los niños y el


progenitor del mismo sexo, a través de comentarios que ponen en
duda la bondad de las relaciones excesivas entre los niños y el
progenitor del sexo opuesto:
T: ¿ De manera que es sabido por todos en la familia que usted y Paty siempre
han estado muy cerca uno del otro?
P: Sí, muy cerca, muy muy cerca.
T: (A la madre) ¿Y qué pasa con su hijo? ¿Sucede que Juanito tiene el mismo
tipo de relación con usted?
P: Sí, claro que sí.
M: (Con voz baja). Sí, así sucede.
T: ¿Así es? ¿Una madre y su hijo, y un papi y su hija, y las dos parejas
juntitas?

c Ayuda a los cónyuges a que se den más atención entre sí y atiendan menos a los
niños.
T: Pienso que ustedes dos se desviven a tal grado por sus hijos, que no les
queda tiempo para ocuparse de ustedes mismos.
M: No creo que hagamos más de lo que es el deber de todos los padres.
LOS NIÑOS EN LA PSICOTERAPIA FAMILIAR 181
T: Díganme una cosa. ¿ Qué es lo que probablemente ustedes dos harían
juntos?
Ho: Me acabo de lastimar con hiedra venenosa.

T: ¿Qué cosa?

Ho: Me salió una erupción por tocar hiedra venenosa hace poco. P: Ese es

uno de los peligros de acampar.

M: Sí, ése es uno de los peligros.

Ho: Me lastimé la última vez que fuimos a acampar.

M: Perdió dos días de escuela la semana pasada.

T: ¿Y estuvieron de campamento todo este tiempo?


Ho: Ajá.
T: ¿Qué es lo que ustedes dos probablemente harían juntos durante unas
vacaciones ó cuando tienen tiempo para estar juntos?;
M: ¿El y yo?
T: Sí, nada más usted y Pepe. '
M: Habitualmente, no salimos juntos solos.
P: Una vez salimos, creo, este, acuérdate, la última vez que fuimos al sur
y que fuimos a...
M: Ah sí, pero, teníamos que ir, este...
P: Fuimos a un funeral.

En teoría, la mayoría de los terapeutas están de acuerdo en la


conveniencia de ver a las familias juntas pará impartir psicoterapia;
no obstante, la mayoría de los clínicos no se sienten seguros respecto
a los pasos a seguir. Espero qué esta descripción, necesariamente
esquemática e incompleta, haya dado cierta idea de cómo puede
llevarse a cabo el tratamiento.
a ) Un hecho que no podemos ignorar es que la psicoterapia familiar
parece resultar lógica para la familia misma.
b ) Los maridos, en especial, participan con facilidad en este tipo de;
psicoterapia.
i c ) Tanto el esposo como la esposa repetidas veces dicen: “De-
beríamos haber hecho esto hace mucho tiempo.”

14
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA
1. El terapeuta debe crear primero un ambiente en el cual la gente
pueda, quiza por la primera vez, tomar el riesgo de verse a sí
misma clara y objetivamente, y dé ver sus acciones.
a ) Tiene que concentrarse en dar a los pacientes confianza, re-
ducir sus miedos e infundirles tranquilidad y esperanza acerca
del proceso de la psicoterapia.
b ) Debe mostrar que suspasos tienen una dirección, que está
yendo hacia un objetivo determinado. Los pacientes acuden a él
porque es un experto, de mañera que él debe aceptar la
etiqueta y sentirse cómodo en ese papel.
c ) Sobre todo, el terapeuta debe mostrar, a sus pacientes que
puede estructurar sus preguntas con objeto de averiguar lo que
tanto él como los paciente necesitan saber.

2. El paciente tiene miedo. No se atreve a preguntar lo que no


sabe, se siente pequeño, solo y asustado.
a) Sufre del “síhdrome de la bola de cristal:” “Se supone que debo
saber, pero soy pequeño y no puedo preguntar; al mismo tiempo
soy grande y lo sé todo; puedo adivinar. Usted,
el terapeuta, debería póder adivinar también.”
b) Sufare del “síndrome de fragilidad“Si pregunto, la olía persona
se desintegrará. Si pregunto,obtendré una respuesta que hárá
qüe y o me desintegre/1
c) Sufne del “miedo a lo desconocido:” Faltanpiezas del pasado o
está prohibido verlas» Existen territorios prohibidos.
d) No sabe qué es lo que no sabe; se siente sin esperanza. Ha
funcionado con información insuficiente durante largo tiempo.
Siente que no tiene objeto continuar la lucha.
Le es imposible preguntar acerca de lo que no sabe; se siente
indefenso* Las personas enfermas no sen directas res
pecto a lo que quieren. Pueden decir qué cosa las lastima, pero no
pueden decir qué cosa marcha mal.
/) El enfermo teme que el terapeuta le mienta; se siente lleno dfi.
sospechas. Supone que los otros saben algo y no se lo dirán; que los
otros ven y escuchan todo. (“Mi Mami siempre supo cuando había
yo metido la mano en la caja de las galletas. Así que otros saben lo
que está dentro de mí.”)

El terapeuta no tiene mied©.,


a) Se atreve a hacer preguntas* y la manera en que las hace ayuda al
paciente a sentir también menos temor.
€ El terapeuta pregunta cosas que el paciente puede responder,
para que éste se sienta competente y productivo.
« El terapeuta involucra al182paciente en su proceso de relatar su
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPE^A 183
historia, pará poner en relieve detalles de la vida familiar. Esto
hace que el paciente perciba que sabe cosas que el terapeuta
desconoce y que por lo tanto* él, corno paciente, puede
contribuir con algo. (Los pacientes se interesan mu^ cfao en
precisar tos hechos de su historia pasada. Discuten entre sí
acerca de acontecimientos determinados, corrigen al terapeuta,
etcétera.)
« El terapeuta hace preguntas que el paciente pueda manejar
emocionalmente en ese momento, para que éste sienta que tiene
la situación bajo su control.
b) El terapeuta no sabe qué es lo que na sabe, pero cuenta con
métodos de averiguarlo y de verificar su propio conocimiento. «El
terapeuta no presupone nada. No debe pensar que sabe
más de lo que en realidad sabe. Lo único que puede asumir es
que hay un cuerpo frente a él; que está respirando, que es
hombre o mujer y que tiene cierta edad.
« Si el terapeuta actúa basándose en suposiciones sin verificarlas,
a menudo se equivoca. Tiene que hacer preguntas a sus
pacientes constantemente:
“¿Y a el* legusta que le peguen o no?”
Y por fin Uegaron a ir al caie?**
“¿Y qué quiere decir eso de más o menos sí?**

« El terapeuta tiene que poner en duda tambiénsus propias


suposidoiiesc Si la familia llega tarde a la cita, ¿significa
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

que están “resistiendo” o no? (Conocemos la historia de un hombre


a quien su terapeuta acusó de estar “resistiendo” al tratamiento
porque llegó tarde a su cita. Posteriormente el terapeuta
descubrió que el paciente se había retrasado a causa de un
grave accidente en la carretera,)
c) El terapeuta puede preguntar acerca de lo que no sabe. Tiene un
método para averiguar hechos.
€ Hechos acerca de los procesos de planeación: “¿Y fueron al cine
como habían planeado?” o “¿Y por fin puso usted el pan en la
mesa?”
« Hechos que revelan fallas en la planeación. Por ejemplo, la
madre se queja de que sus hijos no la ayudan en el hogar. El
terapeuta averigua, a través de preguntas, que ella nunca les
dice qué es lo que tienen que hacer; todas las instrucciones están
en la cabeza de la madre.
« Hechos acerca de las percepciones de sí mismo y de los otros; “¿Y
cómo esperaba usted que él reaccionara?,” o “¿Qué supuso usted
que ella pensó?”
« Hechos acerca de las percepciones del papel que las personas
desempeñan y de los modelos familiares: “¿Quién hace las
labores en su casa?,” o “¿Cómo hacía su papá para manejar el
dinero?”
< Hechos acerca de técnicas de comunicación :

“¿No estaba usted seguro de lo que él quiso decir? ¿Qué había en su


conducta que lo hizo dudar a usted?”

“¿Qué le dijo usted a él? ¿Y usted qué le contestó a ella?”


“Las palabras que pronunciaba ¿concordaban con la expresión de su cara?”

“¿Trató usted de hacerla comprender su punto de vista? ¿Cómo? ¿Y entonces


qué hizo usted?”

« Hechos acerca de cómo los miembros de la familia expresan


sentimientos sexuales^ y los convierten en acción. El terapeuta
no da a sus pacientes mensajes de doble nivel, que les hagan
sentir que en realidad desea escuchar más acerca de esos temas
que acerca dé cualquier otro tópico. Las preguntas del terapeuta
se refieren a la vida diaria, incluyendo actividades sexuales y
periodos en los que los deseos se convierten en acciones. Cuando
el terapeuta comenta temas sexuales, lo hace de una manera
abierta,
1

EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA 185


concreta y con sencillez. Trata el tema como cualquier otro.
Dice: “¿Cómo van esas relaciones?,” y no “¿Quién tiene la
culpa?;” “¿Cómo pasa eso?,” y no “Por qué usted no
responde?”
d) El terapeuta no teme que el paciente le mienta, no desconfía.
Se da cuenta de que el paciente no retendrá deliberadamente
información ni dará una versión falsa de los hechos. El enfermo
actúa movido por un vago miedo de que lo culpen y por una
baja autoestimación.

4. El terapeuta muestra al paciente qué aspecto tiene ante los otros.


a) El terapeuta se pone por encima de la prohibición cultural que
impide hacer observaciones sobre la persona:
“Le está saliendo sangre de la nariz.”
“Se le ve el fondo.”
“Da usted la impresión de que quiere ser amigo de él, pero no actúa usted
en la forma en que dice que se está sintiendo.”

“Da usted la impresión de que quiere tener éxito, pero actúa usted como si
tuviera miedo de intentarlo.”

b) El terapeuta se da cuenta de que la gente agradece que se le


diga cómo la ven los demás.
“Todos necesitamos tres espejos para podernos ver bien. No obstante,
suponemos que otros nos ven como creemos que «nos manifestamos.”
“Podemos dar información si lo hacemos en un tono que muestre con
claridad nuestra buena voluntad. Las intenciones claras se comunican si
nuestras palabras, la expresión de nuestra cara y el tono de nuestra voz
concuerdan entre sí.”

Pero esta información tiene que ser dada en un contexto apropiado, dentro
de una relación interpersonal apropiada. No conviene hablar demasiado
sobre los defectos, también se deben mencionar los aspectos buenos. Por
ejemplo, un esposo tenía una mancha de algo en su zapato. El y su mujer
se sentaron durante toda una sesión de psicoterapia conmigo. Finalmente,
la esposa mencionó la mancha a su esppso. El le preguntó por qué no le
había dicho antes que su zapato estaba sucio, y ella contestó que no quería
avergonzarlo ni lastimarlo. Además, ella pensó que él ya había notado la
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

mancha. El se enojó de que ella no le hubiera dicho. Aun


miando los comentarios <qúe recibimos de otros sean incómo-
dos, preferimos recibirlos y no permanecer en la ignorancia
acerca de la impresión que damos.
c) El terapeuta también puede hacer buen uso dé una grabadora
de sonido. Desde luego, con el consentimiento de la pareja, se
graban conversaciones, y el hecho de escucharlas de nuevo
puede ser una buena manera de mostrar a la gente cómo
suenan sus palabras y qué impresión producen en los otros. Al
mismo tiempo, se vuelve más fácil para el paciente y para Ú
terapeuta estudiar las interacciones del tratamiento. Además,
al escuchar las cintas es posible señálar a los pacientes cuáles
son sus actos positivos.

Cuando el terapeuta pide información o la da, lo hace con sencillez,


sin lanzar juicios, sin solemnidad y en forma congruente.
a) El terapeuta verbalmente recrea las situaciones con objeto de
recabar hechos. Tiene la habilidad de aceptar a la gente y de
imaginarse las situaciones:
T: Bueno, déjenme ver. No había pan. ¿ Qué hizo usted para tener pan esa
noche?
Ea : Pues nos quedamos sin pan.
T: Muy bien, entonces no comieron lo suficiente esa vez* Vamos a examinar
lo que estaba usted tratando de hacer. Usted quería que hubiera
alimentos sobre la mesa y no había. Y pensó que Enrique iba a traer el
pan. Su esposo le dice que usted no lo* mantiene informado, y usted ie
dice que a él no le importa lo que sucede en la casa, ni lo que le sucede
a usted. Vamos a ver en dónde comenzó todo esto. Ahí está usted,
Enrique, entrando y pensando%i ya está la cena lista. Y su esposa
está pensando: “No tenemos pan..

b) Conforme el terapeuta muestra que le es fácil dar y recibir


información, hace que para el paciente también se vuelvan
fáciles ambas acciones.
« Yo puedo preguntar, usted también.
« Yo puedo dar información, usted también.
« Yo puedo recibir información, usted también.
« Yo puedo dar un mensaje claro, usted también.
(Pero el terapeuta debe cuidarse de ho dar la impresión de que
toma demasiado a la ligera, y de manera inapropiada,
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA 187
los problemas. Vi una sesión donde una terapeuta, que estaba
entrenando, se sentó con una sonrisa en su cara mientras un
paciente le contaba cesas muy dolorosas. El observador y
consultante de esa terapeuta en entrenamiento le señaló el hecho
de la sonrisa una vez que terminó la sesión. La terapeuta no se
había dado cuenta de su expresión facial y dijo que probablemente
siempre sonreía cuando la¡£ cosas eran dolorosas, para encubrir lo
que sentía por dentro. El terapeuta debe ser congruente en su
conducta.)

El terapeuta hace que aumente la autoestimación de los pacientes.


a) Conforme progresa la entrevista, el terapeuta hace constante-
mente comentarios que implican “Yo lo estimo a usted:”
“Usted es una persona responsable.”
“Usted también tiene sentimientos, por supuesto/‟
“Usted también tiene el derecho de desear cosas para usted misma, ¿no es
así?*‟

b) El terapeuta rotula los elementos positivos. El paciente es cómo


una tienda de abarrotes después de un terremoto, con artículos sin
etiqueta esparcidos en el suelo. El terapeuta hace un inventario
para el paciente; cuáles sonr las existencias^ cómo se pueden
vender, etcétera. El terapeuta dice:
“Mostró usted que podía hacerlo bastante bien.”
“Usted nunca se permitió desarrollar esa aptitud, ¿verdad?”
e) El terapeuta pregunta al paciente datos que pueda contestar (ver pág. 139).
d) El terapeuta hace énfasis en el hecho de que él y tes son seres
iguales en lo que respecta a aprender..
€ Por el sed© hedió de hacer preguntas, el terapeuta dice a sus pacientes :
“Ustedes contribuyen a lo que yo sé.n (Los nnembros de una familia se
consultan entre sí acerca de los hechos; él terapeuta debe animarlos a que lo
hagan más»)
« El terapeuta admite que puedecometer errores: “Metí la pata en eso. j Lo
sienta” o “Se me olvidó. Mé descuidé. Debería haberme acordado.”
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

« A través de sus acciones, el terapeuta dice a sus pacientes :


“Comparto lo que sé.” El terapeuta revela sus suposiciones y sus
conocimientos lo más posible, pero en el momento adecuado y de
una manera apropiada.
e) El terapeuta se incluye, como persona a quien sé le puede
preguntar qué quiso decir: “Trataré de decir esto con la mayor
claridad posible. Ustedes pregúntenme si no me entienden.”
/) El terapeuta investiga la historia familiar y hace notar los logros
pasados.
g) El terapeuta comienza a poner en relieve la idea de que hay
buenas intenciones pero mala comunicación:
“Creo que Mamá y Papá tienen muchos deseos de comunicar sus mensajes,
pero de alguna manera parece que algo les estorba.”

“Veo que en esta familia todos quieren decir lo que ven, io que oyen y lo que
desean; pero, de alguna manera, todos se comportan como si los otros fueran
sordos.”

“En esta familia no faltan las buenas intenciones ni los buenos deseos. No
obstante, de alguna manera parece que todos tienen dificultades para
expresar claramente estos deseos.”

“En ningún momento se me ha ocurrido que alguno de ustedes quiera


mortificar a los otros miembros de la familia. No obstante, cuando hacen
comentarios, siempre revisten la forma de acusaciones.”

“¿ Por qué los miembros de esta familia no parecen ser capaces de decirse
abiertamente, lo que observan o lo que oyen?”

h) El terapeuta pregunta a cada miembro de la familia qué puede


hacer para complacer a otro:
“¿Usted, Pepe, qué puede hacer que sepa de antemano que le va a dar gusto a
María?” (y viceversa).

“Tú Juanito, ¿qué puedes hacer que haga sonreír a Mamá?”

A través de estas preguntas el terapeuta no sólo delinea más las


reglas familiares, sino que también áyuda á cada miembro de la
familia a verse cómo los otros lo ven. Tal vez Juanito diga (acerca
dé su padre): “No puedo hacer nada que le dé gusto.” Tal vez Pepe
diga (acerca de lo que cree que su mujer desea de él): “Basta con
que traiga dinero.” Tal vez María diga (acerca de lo que Pepe
desea de ella): “Basta con mantenerlo bien alimentado.”
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA 189
i) El terapeuta es humano, claro y directo. El amor no basta. Con el
hecho de ayudar a la familia a sentir que son personas simpáticas,
el terapeuta intenta lograr una adaptabilidad máxima. Hace que
aumente la capacidad de la familia para dar, y disminuya la
sensibilidad de todos respecto a temas dolorosos; por lo tanto,
decrece la necesidad de defensas.

El terapeuta hace que disminuya también la sensación de amenaza


cuando fija las reglas de la interacción.
a) El terapeuta se ocupa de que todos estén presentes: “Necesitamos
saber cuál es su reacción, cuál es su experiencia acerca de esto” o :
“Sólo usted puede decirnos qué es lo que usted vio y escuchó.”
b) El terapeuta establece con claridad que nadie puede interrumpir a
otros:
“Están hablando todos al mismo tiempo, no puedo oírlos.”
“Creo que vamos a dejar que Juanito hable por cinco minutos, y después Paty
puede hablar por otros cinco minutos.”

“Me están ustedes lastimando los oídos.”

c) El terapeuta subraya que nadie puede expresar en actos sus


deseos (act-out) ni estorbar el diálogo entre otros, durante la
sesión:
“Yo tengo que oír para hacer mi trabajo.”
“Ya expresaste lo que querías decir. Ahora vamos a discutirlo.”
“No me sorprende que ustedes no hayan podido resolver esto. Nadie escucha a
nadie.”

“Ahora ya sé lo mucho que les afecta esto. No hay necesidad de que usted me
cuente más.”

“Guando ustedes puedan hablar de una manera adulta, regresen y nos


pondremos a trabajar. Mientras tanto vamos a tener que suspender la
psicoterapia.”

d) El terapeuta no pennite que nadie hable por otra persona: “Cuando


hable, por favor hable sólo por usted mismo.”

“Dejen que Juaínito hable por sí mismo. Es imposible que ustedes sepan todo
lo que él quiere decir.”
“¿ Pueden ustedes acaso meterse dentro de la cabeza de otro y ver cómo es
su pensamiento? Nadie puede hacerlo. Yo tampoco. Tenemos que
verificar.”

“Ustedes pueden observar la conducta del niño, escuchar lo que dice y ver
si ia conducta y lo que escuchan concuerdan entre sí. Después ustedes
pueden preguntar lo que quieran saber. Pero sólo Juanito puede
explicarnos por qué sus mensajes no concuerdan.”

“¿Alguna vez le han preguntada ustedes a él qué quiso decir con sus
palabras? ¿O simplemente están ustedes adivinando?”

e) El teraeputa trata de lograr que todos hablen claramente para


que puedan ser escuchados.
f) El terapeuta pide directamente que las personas digan en voz
alta lo que piensan:

“Soy un poco sorda, no mucho, pero un poco. Tiene usted que hablar en
voz más alta.”

“No queremos perdernos de lo que tienes que decir.”


“Tal vez sientes que lo que tienes que decir no es importante.”

g) El terapeuta bromea:
“¿ Acaso el gato te comió la lengua?”

“¿Acaso no hablas español?”

“Creo que necesitas ejercitar tu labio inferior.”


■ -v

h) El terapeuta relaciona el silencio con maniobras ocultas de


control:

“Noté que veias a tu madre. ¿ Estabas pensando que ella no desea que tú
hables?”

“Tal vez piensas que sí habías te van a pegar.”


“Tendremos que averiguar, qué es lo que, en esta familia, hace que el
hablar sea tan peligroso.”

8. Por la forma en que estructura las entrevistas, el terapeuta dis-


minuye lá sensación de amenazas.

«) El terapeuta anuncia que la psicoterapia va dirigida hacía un


objetivo concreto y tendrá un fin definido.
« En el momento de comenzar establece los límites: “Esto no va a
ser un proceso que no sepamos cuando termina; no vamos a
prolongar las sesiones en forma indefinida. El número total de
entrevistas en el que trataremos de trabajar será de ... ”
« El terapeuta también puede establecer plazos más limitados:
“Al cabo de cinco sesiones veremos lo que hemos lo~ grado y
hacia dónde tenemos que ir.”
b) El terapeuta planea las entrevistas de modo que la familia
entienda que él considera que su cliente es la familia, y no toma
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA 191
el partido de nadie.
« Tal vez inicie la psicoterapia entrevistando a los dos cónyuges,
o sea a los “arquitectos” de la familia, o quizá vea a todos los
miembros de la familia juntos. Pero siempre que el clínico
emprenda el tratamiento de una nueva familia, deseará verla
reunida, por lo menos una vez, incluso cuando los niños son
demasiado pequeños para participar en la psicoterapia; el
objetivo de esto es comprender cómo actúa la familia y cuál es
el lugar de cada persona en ella. « El terapeuta nunca ve al
paciente identificado ( PI ) y a sus padres solos, ya que esto
sólo refuerza la suposición común de que el PI es la raíz de las
dificultades familiares.
« El terapeuta rehúsa ver a solas a cualquier miembro de la
familia que no sean los padres, antes de que él y la familia
tengan un concepto claro de cómo actúa todo ese siste^ ma
familiar. Si el terapeuta entrevista a cualquier Subgrupo
familiar antes de lograr la comprensión mencionada, puedie
dar la impresión al resto de la familia de que está eñ coalición
con algunos miembros especiales, o de que está recogiendo
datos privilegiados que mantiene secretos ante fos otros
miembros de la familia. El terapeuta debe cuidarse de no
hacer nada que la familia pueda interpretar como mensajes
acerca de “a quién se culpa,” “quién recibe más amor,” “quién
está enfermo,” etcétera.
« Una vez que el terapeuta y la familia hacen explícita la
manera en que opera el grupo familiar, puede el terapeuta
entrevistar a individuos solos por alguna razón que todos
comprendan, y que sirva para la tarea terapéutica de ayu^
dar a la pareja conyugal, a un individuo en la familia, al
subgrupo de los hermanos, o a otro subgrupo familiar.
« El terapeuta pide entrevistar a un subgrupo determinado,
cuando le parece que esto es práctico o factible. A veces,
un miembro de la familia está de viaje por negocios, o uno de
los niños se va de vacaciones, entonces las sesiones con
subgrupos de la familia surgen de manera espontánea. Si el
terapeuta entrevista a alguien a solas, siempre lo hace con la
idea de informar después al resto del grupo familiar acerca
de lo que él y el subgrupo entrevistado “descubrieron.” \
\

9. El terapeuta disminuye la sensación de amenaza reduciendo la


necesidad de las defensas.
a) Según mi opinión, la familia disfuncional actúa dentro de un
reino de terror, en el que todos los miembros temen que serán
lastimados y que lastimarán a otros. Todos los comentarios se
se toman como ataques a la autoestimación. Por lo tanto, el
terapeuta tiene que reducir el terror. Las defensas, según yo,
son simplemente maneras de aumentar la autoestimación y de
defenderse contra los ataques que afectan la autoestimación.
Así que el terapeuta no tiene que “destruir” defensas para
producir cambio. Pone todos sus esfuerzos en reducir el terror,
y reduce así la necesidad que tiene cada miembro de la familia
de defenderse, fe) El terapeuta pregunta a cada miembro de la
familia qué puede hacer que produzca ira en otro miembro:
“¿Qué es lo que tú sabes, con absoluta seguridad, que si lo haces Papá
explotará como cohete?**
“María ¿qué puedes hacer que enoje mucho a Pepe?

Estas preguntas ayudan a delinear más las reglas y prohibicio-


nes familiares. Permiten que los miembros de la familia con-
viertan las reglas encubiertas en reglas abiertas. También
contribuyen a disminuir el miedo a mostrar ira.

c) El terapeuta interpreta el enojo como una reacción a sentirse


lastimado.
“Bueno, según lo veo yo, cuando una persona se muestra enojada,
simplemente quiere decir que siente dolor dentro de ella. En alguna forma
siente que su autoestimación está en peligro.*'
“Tendremos que encontrar formas en que todos ustedes envíen mensajes
claros sin sentir que van a lastimar los sentimientos de los demás.”
“Tal vez Papá se vea enojado, pero en realidad está sintiendo algún tipo de
dolor; está lastimado. Tendrá que enviar un mensaje más claro acerca de su
dolor para que los otros sepan lo que le pasa por dentro.”

d) El terapeuta reconoce que la ira es una defensa y maneja el


sentimiento de ser lastimado:
Eo: ¡ Eso es lo más que puedo hacer para no matarte!
Ea: i Eres un viejo mezquino!
T: Ahora ya sé que los dos están profundamente decepcionados. Las cosas han
resultado ser muy diferentes de lo que ustedes esperaban. Vamos a ver
qué ha pasado, qué les ha impedido tener alegría y placer en su vida.

e) El terapeuta muestra que es válido detenerse a observar lo que


duele y lo que se cree prohibido:
“¿Vieron ustedes el dolor de sus papás? ¿Pudieron hacer algo para aliviar ese
dolor?”

“Así que su Papá tenía una pierna de palo, y no se debía hablar de eso en la
familia ¿verdad? Era doloroso para todos hablar de eso. ¿Por qué?”

“Así que Rogelio fue adoptado. ¿Sabías eso Rogelio? ¿Qué te dijo tu Mamá de
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA 193
la adopción? ¿Y usted señora, por qué no pudo hablar a Rogelio de su
adopción?”

/) El terapeuta bromea acerca de los miedos básicos en la familia:


“Te aseguro que Mam! y Papá no se van a caer muertos si simplemente
comentas lo que ves y escuchas.”

“Has de creer que Mamá y Papá son criaturas muy muy frágiles. A mí me
parece que se ven como dos personas bastante fuertes.”

“María, me da la impresión de que usted actúa como si Pepe se fuera a romper


en pedacitos en cuanto usted simplemente nos informe de lo que ha
observado.”

Al bromear, o al exagerar una situación ad absurdum, el te-


rapeuta ayuda a disminuir los sentimientos de sobreprotección y
de omnipotencia, y por lo tanto reduce la necesidad de las
defensas.
10. El terapeuta disminuye la sensación de amenaza cuando comenta
con tacto el material que lleva una gran carga emotiva.
a) En la sesión el terapeuta elige con cuidado cuál es el momento
apropiado de manejar material difícil, y progresa de los
temas menos cargados de emoción, hacia los más emotivos. «
Empieza con una historia del pasado; hace preguntas acerca
de cómo las parejas se encontraron por primera vez y qué vio
cada uno en el otro, y progresa hasta llegar a la interacción
presente, ~
« Empieza por hacer comentarios acerca de los padres de
cada cónyuge y lleva la discusión hacia el tema de los cón-
yuges como padres de la familia presente.
«El ordenamiento de las preguntas sigue la secuencia de la
historia clínica:
“¿Y qué hacían sus papás para divertirse?”

“¿En qué era diferente su Papá de su Mamá y viceversa?”

“¿ Podían sus papás mostrar abiertamente un desacuerdo?‟1


i
“¿En qué forma mostraban su desacuerdo?”

“¿Qué hace usted para divertirse?,” (etcétera.

b) Cuando la atmósfera de la entrevista se pone demasiado ten-


sa, el terapeuta .cambia el tema hacia otros menos cargados
de emoción.
« Elige un tópico diferente de aquél ál que la familia es más
sensible.
« En lugar de hablar del presente habla del pasado: “¿Y cómo
se manejaba el dinero en la familia cuando usted era niño?”
c) El terapeuta aborda el material cargado de emoción por medio
de generalizaciones sobre lo que es más habitual en las
familias:
“No es ráro que en las familias haya penas o problemas, o que peleen.”
“Cuando alguien en la familia sufre (o está enojado o asustado), todos se
siénten de manera semejante.”
“Cuando una persona de la familia sufre, todos comparten cierta
responsabilidad por ese dolor.”
d) Para manejar el material cargado de emoción, el terapeuta
relaciona los sentimientos con los hechos.
« Pide datos específicos, ejemplos/ documentación: “El le pega a
usted algunas veces? ¿Con qué frecuencia?” o bien: “¿De
manera que él hace trampa? ¿Qué quiere usted decir con
eso?”
« Investiga los datos sobre los que los pacientes fundan sus
percepciones: “¿Cómo sabe usted que a ella no le importa lo
que usted haga?” o, “¿Qué es lo que él hace para que usted
diga que es malo?”
« Pero no pasa por alto las cosas reales a las cuales los pa-
cientes están respondiendo. Debe tener cuidado de no ana-
lizar una percepción sin verificar si corresponde o no a la
realidad.
« El terapeuta tampoco se engolosina con expresiones dramá-
ticas de sentimiento, ni permite que otros miembros de la
familia lo hagan. También se cuida de analizar sentimientos
separándolos del contexto de la interacción.
e) Para manejar material cargado de emoción, el terapeuta utiliza
su manera personal de hablar.
« Emplea el lenguaje popular: “Y entonces Papá estalló como
cohete, ¿verdad?” o “Se armó un pleito de todos los demonios.”
« Emplea palabras soeces y vulgares: “Muy bien. Entonces él se
comportó como un pendejo en ese momento” o “Se ha de haber
sentido usted totalmente encabronado,”
« Evita emplear palabras pedantes y jerga psiquiátrica. Dice :
“autoestimación” en vez de “mala identidad sexual ;” “sentir
que usted cuenta” y “sentir que le dan a usted su valor” en
vez de “sentir que usted es aceptable;** “sentir que usted le
cae bien a la gente” en vez de “sentir que usted es amado,”
etcétera*
/) Para manejar material cargado de emoción, el terapeuta traduce
la conducta y los sentimientos hostiles :

“Así que sintió usted que no le caía bien a nadie/‟


“Así que se sintió usted atacado.”
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA 195

“Así qjie las palabras que salieron de su boca no correspondían al dolor que usted
senda por dentro. ¿Por «qué sucedió así?”

g) Para manejar (material cargado de emoción, el terapeuta evita


poner fin al tona de ciertos espisodios y quejas (además*
a menudo carece de datos suficientes para evaluar por qué la
familia experimenta ciertos sentimientos): “Conforme pla-
tiquemos más de esto, las cosas se irán aclarando,” o “Creo
que podemos investigar y aprender más acerca de eso.”

11. Prosigamos ahora para ver cómo el terapeuta reeduca a los pa-
pacientes para que se conviertan en adultos responsables.
a) El paciente constantemente insinúa que no se siente respon-
sable de sus actos y sus sentimientos:
“No puedo hacerlo.” (Soy pequeño e insignificante.)
“No me dejan hacerlo.” (Otros son más grandes que yo. Soy una
víctima.)
“Tú m^ obligas a hacerlo.” (Pongo la responsabilidad en ti.)
“Sí, lo hago, pero no puedo evitarlo. No sé por qué.” (Asumo la
responsabilidad, pero ^no soy dueño de mí mismo.)
“Lo hice porque estaba borracho (amnésico, loco).” (Yo no era yo.)

“No fue mi intención hacerlo.” (Yo no era yo.)

“Lo hice porque te amo.” (Síndrome del chantaje.)


b) El terapeuta utiliza algunas técnicas para restaurar la sensa-
ción de responsabilidad en el paciente.
« Le recuerda al paciente su capacidad de controlar sus pro-
pios actos:
“¿Quién come por usted?”

“¿Quién va al escusado por usted?”

“Usted puede decidir ¿o no?”


“No es necesario que usted se perjudique a sí mismo.” (A un paciente
que quiere abandonar la escuela.)
“¿Cómo es que sucedió entonces, si usted ño tenia intenciones de
hacerlo?”
“Los otros no pueden ver lo que usted desea en su interior,. sólo ven la
conducta exterior que refleja lo que usted desea. Usted tiene que
expresar sus deseos en forma clara/'
“Usted le otorgó a ésa persona autoridad sobre tistéd. ¿Por qué renunció
a su propia autoridad?”
“Hizo usted un convenio conEL
élPAPEL
para Yque él gobernara. ¿Es necesario que ese
LA TECNICA DEL TERAPEUTA 196
convenio continúe?”
“¿Cuál es el obstáculo entre usted y su capacidad dé controlar a a María?”
Cuando la familia utiliza pronombres personales, el terapeuta verifica
una y otra vez pára ver quién le hizo qué a quién. Los esquizofrénicos,
por ejemplo, nunca dicen con exactitud quién hizo algo. Dicen: “Los
niños no deben hacer esto ni aquello.” El terapeuta precisa: “¿Se
refiere usted a Juanito?” El terapeuta hace que las acusaciones que el
paciente expresa de manera encubierta se vuelven acusaciones
abiertas, para que toda la familia las pueda discutir y para que el
terapeuta mismo pueda verificar si el paciente que habla está
utilizando con propiedad los pronombres personales.
El terapeuta se dirige a quien hace mía acusación.
Ho: (A la madre) Voy a acusarte con la Doctora.
T: Creo que ahora quieres meter a tu Mamá en dificultades. ¿También lo haces en
la casa? ¿Cómo es que ustedes, papás, están en una posición en que sus
muchachos logran poner a uno de ustedes en dificultades?
«**,#*.

M: Mi esposa toma.
T: (Vuelve su atención hacia lo que la esposa puede decir de sí misma) ¿Y usted
bebe?
-* : * * * *

Ha: (Al observar una discrepancia) A él le dan cincuenta pesos. A mí nada más
veinte.
T: Quieres asegurarte de que te den lo que te toca y que no te roben ni te hagan a
un lado.
El terapeuta se dirige al miembro de la familia que quiere expresar
las opiniones de otros:
“¿Por qué tiene usted que decir lo que piensa Juanito? El puede hablar por sí
mismo. Vamos a preguntarle qüé opina de esto.”
“¿Pasa ésto también én la casa, que una persona habla por otra? ¿Cómo creen que
esto empezó a suceder?”
« El terapeuta se enfrenta a los actos impulsivos ( acting-
out) de los niños (véase la página 189 para leer cómo el
terapeuta maneja ios actos impulsivos [acting-out] de los
adultos). No se dirige a los padres. Pregunta al niño:
“¿Por qué está sucediendo esto?” Le recuerda al niño que
él puede escoger cómo comportarse. Que él no es una
victima. Que él puede influir en su ambiente.
c) La relación misma entre el paciente y el terapeuta pone en
relieve los problemas de responsabilidad.
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA 197

« El paciente se comporta de unajmanera determinada.


Actúa como si no pudiera evitar dicha conducta, como si
estuviera atado a ese comportamiento. Si el terapeuta
también maneja dicha conducta como algo separado de la
persona, está diciendo al paciente: “Pienso que usted no
podrá controlarse.” Por esto, el clínico subraya el hecho
de que la conducta pertenece a la persona, y fija los
objetivos del tratamiento en términos de cambios de
conducta.
«El paciente espera que el terapeuta sea un gran padre o
una gran madre de quien provengan todos los bienes.
Espera que el terapeuta se haga cargo de todas las
situaciones. En efecto, el terapeuta se hace cargo del
tratamiento, pero no trata al paciente como si éste fuera
un niño ni espera que se comporte como tal. Trata al
paciente como adulto y espera qué se comporte como
adulto. No viola el papel de adulto que corresponde al
paciente.
«El terapeuta no es indispensable para el paciente, aunque
algunas veces necesita creer que lo es. No adopta Ba con-
ducta del padre del esquizofrénico, quien dice a su hijo:
“No puedes alimentarte por ti misma Me necesitas para
subsistir.” Por esto, el terapeuta no ayuda a sus
pacientes en forma “nutridla” ni “agotadora;”
simplemente busca que aprendan a ayudarte a sí mismos
y a obtener ayuda dé los otros miembros de la familia.

12. El terapeuta ayuda al paciente a ver cómo sus modelos pasados


han influiáo en sus expectativas y en su conducta (ver pág.
119),
a) El terapeuta le recuerda al paciente que está actuando con
base en modelos pasados:
“No me extraña que eso le preocupe^ UM mamo? me dijo que su padre nunca. J*.
“Su madre manejaba el dinero así. ¿Cómo podía usted haber aprendido
otro método?”
“En este momento, atengo la impresión de que está usted enviando a su
esposo el misino tipo de mensaje que vio a su madre dar a su padre. Sin
embargo, a usted no le gustó la manera como su madre y su padre
manejaban las cosas, y trata empeñosamente de comportarse en forma
diferente. Vamos a ver qué le está estorbando a usted en sus objetivos.”
b) El terapeuta abiertamente contradice ciertas expectativas: “¿De
>4 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

verdad cree usted que todos los niños deben estar atados a sus
padres por agradecimiento?”
c) El terapeuta recuerda a los pacientes que cada uno se casó con
el otro por las mismas características de las que ahora se
quejan. “Un momento, eso es lo que usted me dijo que le había
gustado de su mujer. Me pregunto ¿por qué ahora ya no le
gusta?”
d) El terapeuta subraya las expectativas al hacer más explícita la
comunicación:
T: (A Juanito) ¿Te gustan las espinacas?

Ho: No.

T: ¿Sabías que tu Mamá pensó que sí te gustaban las espinacas? Hó: No,

pero no quise que se ofendiera.


T: (A la madre) ¿Alguna vez le preguntó a Juanito si le gustaban las
espinacas?
M: No, pensé que a todos los hombres les gustaban. A mi Papá le gustaban.
e) Para subrayar las expectativas el terapeuta las exagera: “¡Y
como su Papá lo hizo, naturalmente todos los hombres lo
hacen!”

El terapeuta delinea los papeles, y las funciones.


a) El terapeuta mismo reconoce el papel de cada persona por la
manera en que se dirige y trata a cada miembro de la familia. € Al
hablar con los esposos, les di$e: “Mamá” y “Papá” cuando se refiere
a ellos en su función de padres, y los llama por s\i primer
nombrecuando se refiere a ellos como individuos ofeomo esposo jf
esposa.
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

« Más adelante habla con el hijo mayor primero, y dice a los


más jóvenes: “Esperen un momento. Ustedes todavía no han
llegado. ¡Todavía no nacen!”
b) El terapeuta interroga a los pacientes acerca de sus distintos
papeles:

“Usted tiene que usar tres sombreros —ei de individuo, el de marido y el de


padre. Veo el de padre, ¿pero dónde están los otros dos?”

“Antes del matrimonio usted era la señorita X. ¿Qué le sucedió a esa


muchacha?”

“¿Por qué tiene usted que pedir permiso?”


“¿No es usted sino la esposa de Papi?”

c) El terapeuta puede enseñar de manera explícita a la familia


cuáles son sus papeles. Sobre un pizarrón escribe una lista de
tres tipos de personaje: el individuo, el esposo o la esposa, y el
padre o la madre. El objetivo de hacer esto es que los pacientes
vean que pueden elegir cómo tratarse el uno al otro. Si el
terapeuta logra que los pacientes se den cuenta de cómo están
respondiendo, y les muestra otras maneras de portarse, ellos
pueden entonces escoger entre esos diversos comportamientos.
La creatividad en la vida consiste en tener una gran variedad
de alternativas para escoger.

El terapeuta llena los huecos en la comunicación e interpreta


los mensajes.
a) El terapeuta separa los dos aspectos de un mensaje: el que
atañe a la relación entre las personas que intercambian dicho
mensaje, y el que se refiere al contenido del mensaje. Los
pacientes habitualmente confunden esos dos aspectos del men-
saje y hablan de las relaciones en términos de “contenido”: «
“Este café no sirve” es la manera en que un paciente dice:
“Tú no sirves.”
« “Los anteojos se ensucian” es una manera esquizofrénica de
decir: “No puedes ver las cosas con claridad.”
b) El terapeuta hace una distinción entre los comentarios de una
persona acerca de sí misma y los comentarios sobre los demás.
Los pacientes habitualmente confunden los dos tipos de
comentarios, y no aciertan a distinguir entre la parte que se
refiere al que habla y la que está dirigida a ellos.
202 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA ^y

« “Estoy cansado” puede ser una frase que expresa la fatiga de


quien habla. También puede ser una pregunta: “¿ Tú
también?,” o una petición: “¡Ayúdame!”
« Por lo tanto, cuando el paciente le relata al terapeuta lo que
dijo B, el terapeuta pregunta qué es lo que el paciente
entendió del mensaje de B.
c) El terapeuta pone en relieve las discrepancias importantes en la
comunicación :
P: Me siento muy bien.
T: Se ve usted muy mal. ¿Cómo es que dice que se siente muy bien y se ve
usted muy mal? ¿Qué no se puede usted permitir sentirse de la
patada?

P: (A una niña, cuyo síntoma se relaciona con la conducta delincuente del


padre) Si eres buena chica regresaré pronto.

T: (Al padre) Creo que hubo dos partes en ese mensaje, que tal vez
confundieron a su chica. Le dijo usted que fuera buena, de manera
clara y precisa; pero no le dijo adonde va usted ni cuándo va a
regresar. Creo que la segunda parte del mensaje no fue tan clara y
precisa como la primera.

d) El terapeuta pone en palabras la comunicación no verbal.


T: (A Juanito) Primero viste a tu Madre, antes de contestar. Tal vez
sientes que tienes que pedir permiso para hablar.

T: (A Paty, quien toma la mano de su padre durante un altercado entre él


y la madre) ¿Le estás diciendo a tu Papi que tú lo apoyas a él?

T: (Comenta acerca de ia forma en que los miembros de la familia están


sentados en cada sesión) Todos ustedes actúan como si quisieran
alejarse lo más posible de él (de mí, de ella).

e) El terapeuta explica en forma clara los mensajes de “doble-


nivel” :
Ha: (A la madre) ¿Puedo ir a la escuela?
M: (A la hija) Cuando yo era niña, nunca tuve una educación.
T: (A la madre) En este momento su hija le preguntó si podía ir a la
escuela; creo que usted no le ha contestado. ¿Debe ir o no debe ir a la
escuela?
203 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA ^y

15. En general, éste es mi criterio para terminar rf tratamiento.


а) El tratamiento se ha completado:
« Cuando cada miembro de la familia puede completar las
transacciones, verificar con los otros y preguntar lo que no
entiende.
« Cuando todos pueden interpretar la hostilidad.
« Cuando pueden ver cómo los otros los ven a ellos.
« Cuando pueden ver cómo ellos se vem a sí mismos.
c Cuando un miembro de la familia puede decirle a otro cómo
ese miembro manifiesta su personalidad.
« Cuando un miembro de la familia puede decirle a otro lo
que espera, lo que teme y lo que desea de él.
« Cuando los miembros de la familia pueden estar en des-
acuerdo.
« Cuando los miembros de la familia pueden elegir entre va-
rias posibilidades.
« Cuando pueden aprender a través de la práctica.
« Cuando pueden liberarse de los efectos dañinos de los mo-
delos pasados.
« Cuando pueden enviar un mensaje claro, es decir, cuando
pueden ser congruentes en su conducta, con un mínimo de
diferencia entre los sentimientos y la comunicación, y con un
mínimo de mensajes escondidos.
б) Otras razones para terminar el tratamiento son que el hombre
y la mujer adultos puedan en su papel de esposó y esposa:
« Ser directos, \o cual se nota porque usan el pronombre
personal “Yo** y en seguida dicen frases o hacen preguntas
que:

Critican
Evalúan
Confirman una observación
Encuentran defecto en algo
Revelan disgusto Expresan
perplejidad

€ Ser definidos, lo cual se nota porque usan un lenguaje que


muestra con claridad que “Yo soy yo” y “Tu eres tú.” “Yo soy
un individuo separado y aparte de ti y reconozco mis propios
atributos como parte mía. Tú eres tú, eres un individuo
separado y apartedemí, y reconozco tus atributos como parte
204 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA ^y

tuya.”
^ EL PAPEL V LA TECNICA DEL TERAPEUTA 205

« Ser claras, lo cual se nota porque usan preguntas y frases que


reflejan la capacidad de ser directos y de averiguar datos acerca
de los testimonios, las instrucciones, o las intenciones de alguien
más, con objeto de lograr un resultado.
c) En resumen, el tratamiento se ha completado cuando todos los que
participan en la psicoterapia pueden usar el pronombre personal “Yo,”
seguido de un verbo activo y de un complemento directo.
2o4

15
COMO SE INTEGRAN LOS MODELOS Y
LAS DISCIPLINAS

1. Aunque en este libro sobre psicoterapia familiar he descrito mis


conceptos personales y mi forma de practicar dicha psicoterapia, no deseo
que el lector considere lo expuesto como otro modelo rígido que no puede
alterarse ni variarse. He tratado de eliminar las barreras que existen
entre distintas disciplinas, formas y métodos, y de dar un vistazo al
proceso básico que ocurre en todas las relaciones existentes entre seres
humanos, poniendo especial énfasis tanto en la relación terapéutica,
como en las relaciones familiares.

2. No hay nada sagrado en una fórmula o en un modelo. Lo importante


siempre es la comprensión y el uso de la fórmula en el aqiií y el ahora.
No hay que olvidar que la forma no es lo' mismo que el proceso.
a) El proceso implica movimiento. Es dinámico, no estático.
b) El proceso no enfoca la actividad per se, sino la manera en que se
lleva a cabo dicha actividad.
c) El proceso es más cuestión del “cómo” que del “qué;” la forma y el
contenido son más cuestiones del “qué” que del
como.
d) Una de las razones por las cuales las etiquetas diagnósticas
pueden hacerse perjudiciales, es que con facilidad se vuelven profecías
que hay que cumplir, lo que tiende a congelar el proceso y lo convierte en
un resultado.
e) El proceso evita las dicotomías, ya que una persona puede ser X
en un momento dado y Y en otro momento.
/) El proceso se describe mejor con verbos que terminan en ando y
endo.
3. El proceso básico que ocurre en toda relación, sin que importe el
contenido, la estructura ni la forma es el siguiente:
a) Un encuentro
b) entre dos personas
c) en un momento determinado.

4. El futuro de las disciplinas y los modos de ser de las relaciones


humanas radica en que se integren los diversos puntos de vista
parciales del hombre, en relación con las cinco partes básicas del ser,
que son:
a) la mente
b) el cuerpo
c) la parte espiritual del ser
d) la información que proporcionan los sentidos (la interacción
entre la mente y el cuerpo), y
e) la interacción con otros seres humanos (las relaciones sociales).

5. Todos actuamos dentro de sistemas múltiples de relaciones, y las


imágenes y conceptos que tenemos de nosotros mismos se derivan del
contexto del sistema én que nos encontramos en un momento
determinado. Esto quiere decir que la identidad es dinámica y cambia
constantemente, y el individuo tiene una miríada de potencialidades y
posibilidades fortuitas que descuidarnos sólo porque existen
prohibiciones y castigos que nos impiden explorarnos a nosotros
mismos y cambiar. El individuo limitado tiene una imagen limitada de
sí mismo, que extrae de un contexto limitado que impide el
crecimiento.

6. Si uno enfoca la psicoterapia desde un punto de vista integrador,


se ve cdn claridad que muchas especialidades, no clasificadas entre las
disciplinas que atañen a las “relaciones humanas,” apor-" taron grán
cantidad de dátos acerca de partes de .la Gestalt humana, bastante
tiemjk> antes de que emergieran las ciencias de las relaciones
humanas. En mi práctica y enseñanza de la psicoterapia utilizo
principios e ideas entresacadas de los campos de la danza, el arte
dramático, la religión, la medicinad las comunicaciones, la educación,
el lenguaje, las ciencias de la conducta, e incluso dp las ciencias
físicas, de la cuales se derivo inicialmente el “concepto de sistemas”
(en el cual se basa mil 206
206
207 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
técnica).8 Para que empecemos a enfrentamos en realidad con la
“persona total,” es necesario integrar primero, en la teoría y en la
práctica, todas las herramientas de que el hombre dispone para
crecer.

7. Las técnicas psicoterapéuticas confinadas y rígidas son inadecuadas


para hacer frente a las necesidades de crecimiento del ser humano, que
cambian constantemente. La verdad de esta aseveración se comprueba a
través de los argumentos subrayados a lo largo de este libro, o sea:
a) El individuo necesita observarse a sí mismo en interacción con
otros, incluyendo la parte que él actúa dentro del sistema familiar.
b) El individuo necesita darse cuenta de cómo su conducta y el
concepto que él tiene de sí mismo están limitados por el sistema mismo
en el que vive, y,
c) El individuo necesita un reforzamiento terapéutico para co-
municar este conocimiento a los miembros de su familia y ayudarlos a
experimentar y practicar nuevas conductas en la interacción,

8. En las sesiones de psicoterapia en las que participo doy forma al


tratamiento según las necesidades de la familia.
a) Puedo llevar a cabo una entrevista inicial que dure una hora y
media, o sesiones que duren varias horas. En fecha reciente, he recurrido
cada vez más a sesiones “maratón” en las que paso un fin de semana o
más tiempo con una o varias familias, con objeto de tener un contacto
continuo con ellas en diversos contextos. En otras palabras, la duración
de las sesiones es flexible y variable.
b) Entrevisto a las familias y a los individuos en mi consultorio, en
un parque, en sus hogares o en sus sitios de trabajo y de diversión; es
decir, en cualquier lugar que pueda proporcionamos la experiencia de
nuevos contextos y nuevas relaciones. Visito la escuela y la guardería si
lo creo indicado. En resumen, el sitio de las sesiones es flexible y
variable.
c) Una vez que he entrevistado a todos los miembros de la familia
juntos, lo suficiente para comprender bien y en forma global todo el
sistema familiar, a veces hablo con un miembro determinado de la
familia en una sesión individual, o bien entrevisto a dos o tres
miembros, o cambio de sesiones con uno o dos miembros a sesiones en
que veo a toda la familia de nuevo, a menudo durante la misma
entrevista. Varío el tipo de sesión según la necesidad de la familia y
según el análisis que hago del sistema familiar. A menudo veo a más
de una familia al mismo tiempo. En otras palabras, la pauta del

8 Para una explicación completa del concepto de sistemas, léase Watz- iawik.
P., Beavin J. y Jackson D.: Pragmatics of human communication, Nueva York: W.
W. Norton, 1967. (Traducido «como Teoría de la Comunicación Humana.)
208 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

número y el tipo de personas es flexible y variable.


d) A veces me resulta útil buscar la ayuda de un coterapeuta o de
más de un coterapfeuta, ya sea del mismo sexo que yo o del sexo
opuesto. Por lo tanto, la pauta del número de terapeutas que uso,
también es flexible y variable.
e) Cuando hago psicoterapia y cuando adiestro a otros terapeutas,
además de utilizar técnicas variables y diferentes pautas de tiempo,
recurro a muchos auxiliares mecánicos de gran utilidad. Uso
grabadoras de sonido y videograbadoras para dar a las familias una
retroalimentación instantánea, o para revisar con ellos episodios
pasados de interacción, o para tomar una fotografía de la persona que
duda cuando le digo que se ve enojado o deprimido, o que está
enviando a los miembros de la familia, a través de la interacción,
otros mensajes inconscientes y no verbales. Cada vez uso más el baile,
los ejercicios que implican movimientos corporales, la música el arte,
las dramatizaciones y los juegos, con objeto de proporcionar a la
familia diversas experiencias en las que tocan, ven, escuchan, sienten
y expresan. En pocas palabras, las técnicas y las herramientas que
uso para que los pacientes experimenten distintos estados son
flexibles y variables.

Naturalmente, ninguna de estas técnicas se ha establecido como “la


ideal” o “la más deseable,” y sin duda en el futuro se desarrollarán
muchos nuevos recursos además de los que he descrito. Lo importante
es que, cualesquiera que sean las técnicas que set usen, deben estar
enfocadas a proporcionar a la familia o al in- s dividuo una nueva
experiencia de crecimiento. Esto quiere decir que el terapeuta debe
ser una persona y un individuo semejante á la familia; no una figura
divinizada que trata de mantenerse , al margen del sistema de
relaciones.
10. El modus operandi terapéutico que determina a qué grado el
terapeuta se permite involucrarse y en qué forma lo hace, depende mucho
de los modelos y las creencias que el terapeuta mismo tiene acerca de lo
siguiente:
a) qué causa la enfermedad,
b) qué hace que la enfermedad desaparezca, y
c) qué hace que la gente crezca.

11. Podemos visualizar que la psicoterapia actual se basa en uno de dos


modelos:
a) el modelo médico, o
b) el modelo del crecimiento.
COMO SE INTEGRAN MODELOS Y DISCIPLINAS 209

12. En el modelo médico, se cree que la causa de la enfermedad está


localizada dentro del paciente mismo. Se cree que la enfermedad
desaparece si destruimos su origen dentro del paciente. Se espera que el
crecimiento ocurra espontáneamente una vez que se extirpa la causa de
la enfermedad, ya que así se libera para el crecimiento la energía que
estaba acumulada. En este modelo, el uso del contacto o la cercanía del
terapeuta no tiene caso, puesto que el problema está dentro del paciente.
El modelo psicoanalítico es un ejemplo perfecto del modelo médico,
porque en dicha técnica el paciente se recuesta en un diván, habla de sus
pensamientos “más internos,” y ni siquiera tiene contacto visual con el
terapeuta. Si el analista se adhiere de manera ortodoxa a técnicas “no-
directivas, orientadas-hacia-el-paciente,” limita estrictamente incluso el
contacto verbal. La suposición básica es: “Yo, el terapeuta, no hago nada
para estimularte, de modo que todo lo que sientas y hagas es inherente a
ti.” No obstante, puesto que es imposible no comunicarse, esta suposición
es un mito.

13. El modelo del crecimiento se basa en las nociones de que la conducta


de la gente cambia a través de los procesos, y que los procesos están
representados por las transacciones con otras gentes y con las diferentes
partes de uno mismo. Se piensa que la enfermedad es una respuesta
comunicativa apropiada ante un sistema o contexto disfuncional, que
existe dentro del individuo y dentro de otras personas de la familia. Por
lo tanto se cree que la salud se desarrolla cuando se modifica el sistema
para que permita respuestas y comunicación sanas. El terapeuta, al ser
una parte integral del sistema terapéutico, está íntimamente involucrado
en las transacciones, y utiliza todo lo que pueda ofrecer al paciente o
pacientes para facilitar el aprendizaje y el intercambio y para ayudar al
paciente a qué crezca dentro del contexto de la relación.

14. Si se utiliza el modelo del crecimiento, hay que estar más dispuesto
a experimentar y ser más espontáneo de lo que muchos terapeutas son.
Pensamos que es básico y necesario ser flexible en la técnica y en el
enfoque, incluyendo, en especial, el contacto directo e íntimo entre el
paciente y el terapeuta.
a) En la psicoterapia del crecimiento, no se utilizan técnicas para
lograr objetivos específicos, como por ejemplo, aumentar las ganancias
anuales del padre o asegurarse de que el hijo vaya a la Universidad.
b) La psicoterapia del crecimiento se basa en la premisa de que es
posible enseñar a la gente a ser congruente, a hablar directa y
claramente, y a comunicar sus sentimientos, pensamientos y deseos en
forma precisa, con objeto de poder manejar lo que es.
210 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

15. Para comparar estos modelos en acción, imaginaremos, por ejemplo,


que un paciente le pregunta al terapeuta en qué forma acostumbra
divertirse.
a) En el modelo médico, la pregunta se consideraría sin impor-
tancia.
b) En el modelo de crecimiento, la pregunta se consideraría como
una petición legítima de información.

16. En el modelo del crecimiento, el terapeuta demuestra, a través de su


propia conducta, que no hay nada que no pueda manejarse abierta y
honestamente, y que en la psicoterapia como en cualquiera otra relación
humana, nada es mejor para un ser humano que aprender a usarse a sí
mismo y a usar su propia personalidad —no sólo con el fin de influir en
otros seres humanos, sino también,! cuando es apropiado, para dejarse
llevar e influir por otros.
211 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

17. El terapeuta proporciona £l paciente un ejemplo positivo o negativo


de crecimiento, ya que él es una persona íntimamente involucrada en el
sistema de relación con el paciente mismo.
a) La visión que el analista tradicional presenta es la de un in-
dividuo que se aísla, no se involucra ni se compromete y elimina
virtualmente el mirar, el hablar y el tocar como medios efectivos de
comunicación en una relación.
b) En el modelo de crecimiento, el terapeuta da el ejemplo de un ser
humano falible, activo y que aún está aprendiendo, dispuesto a hacer
frente de manera honesta y responsable a cualquier situación que se le
presente, incluyendo sus propias vulnerabilidades.

18. Con el objeto de aprender y demostrar qué sucede con la conducta


de un individuo cuando opera dentro del contexto de uno de Jos dos
modelos descritos, en años recientes he utilizado cada vez más varios
juegos, tanto en la psicoterapia familiar como en el adiestramiento de
profesionistas en distintas disciplinas que atañen a las relaciones
humanas. Los principales juegos que he desarrollado con estos propósitos
son:
a) la familia simulada,
b) los juegos de los sistemas familiares, y
c) los juegos de comunicación.

La familia simulada:
1. El grupo de Bateson, que trabajaba en Palo Alto en 1954, llegó a la
conclusión de que las familias se ven constreñidas por pautas
conductuales redundantes que ocurren una y otra vez, sin que la familia
se dé cuenta. Cuando intentaron demostrar esto, utilizando la actuación
de papeles ficticios entre los miembros del mismo grupo (Bateson,
Jackson, Haley y Weakland), se sorprendieron de ver cómo cada uno de
ellos empezaba a desarrollar sentimientos intensos, concordantes con la
conducta que simplemente estaban “representando,” en el papel de un
miembro especial de una “familia.” Es más, pudieron demostrar que, si
seguían ciertas reglas simples* podían simular, por ejemplo, la familia de
un paciente esquizofrénico crónico con tal verosimilitud, que cuando se
enviaron estas sesiones grabadas en cinta para que diversos
investigadores estadunidenses hicieran un diagnóstico “ciego,” todos
consideraron, que se trataba de una grabación proveniente de la familia
real de un esquizofrénico. Incluso la voz de los investigadores (quienes
eran bien conocidos para los otros profesionistas) no fue reconocida,
aunque los “actores” no habían intentado cambiar su propia voz al
representar a la familia.

2. Por lo que a mí respecta, he tenido ya la experiencia de utilizar


212 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUÍfrA^'^

técnicas de “familias simuladas” con cientos de diferentes auditorios, y


con grupos de diferentes profesiones, desde médicos hasta trabajadores
sociales, maestros y enfermeras. Hay que comentar algo acerca del uso de
juegos con propósitos de adiestramiento. Una reacción habitual de los
profesionistas que no han participado en estos juegos, es sentir que se
trata simplemente de una “actuación” y que;, por lo tanto, no es real. En
toda mi experiencia al utilizar estos juegos con muchos grupos en todos
los Estados Unidos de América, nunca he encontrado una persona que,
una vez que se involucra en el sistema del juego, no haya experimentado
“reacciones viscerales” vividas respecto al papel que está actuando,
especialmente cuando lo que representa es algo contrario a la imagen que
tiene de sí misma. Es muy frecuente que un participante diga, después de
una representación determinada: “Ahora ya sé cómo se siente la señora
X. ¡ Puedo comprender su problema de úlcera! Lo que yo estaba diciendo
sonaba exactamente como lo que ella dice. A los cinco minutos de
representarla me empezó a doler el estómago.”

3. En una ocasión memorable, una joven trabajadora social representó


el papel de la hija paciente-identificado (PI) en una determinada familia
simulada, mientras que un médico general, interesado en la psicoterapia
familiar, representó el papel de su padre. Al cabo de más o menos 40
minutos de interacción familiar, la “hija” se levantó, hecho los brazos en
tomo al cuello del viejo y dijo: “¡De verdad te quiero!” y él, con lágrimas
corriéndole por las mejillas, dijo “Es la primera vez que en realidad he
sentido lo que me perdí al no tener una hija.”

4. Gomo es natural, la técnica de la familia simulada se usa no sólo para


enseñar a los terapeutas, sino que es un recurso muy valioso para
enseñar a las familias reales algo acerca de ellas mismas. Esto puede
hacerse principalmente de dos maneras:
a) El terapeuta püede hacer que unos miembros de la familia
simulen la conducta de otros. Por ejemplo, la madre representará la
forma en que piensa que el papá se comporta, mientras que el padre
representará el papel de su hija, y el hijo actuará su concepto de cómo es
la conducta de la madre.
b) El terapeuta pide a los miembros de la familia que actúen el
papel de ellos mismos en uyna situación simulada, es decir, en una
situación que el terapeuta inventa basándose en su comprensión de ese
sistema familiar en especial. Por ejemplo, en una familia con un chivo
expiatorio, se pide a los miembros que actúen un drama en el cual
simularán ser una familia diferente, donde Juanito es el favorito. Mamá
será la que recibe siempre todas las críticas de los otros miembros de la
familia y tolerará esas críticas como una mártir. Si se filma esta
situación en video-tape, se puede hacer que la familia observe su propia
conducta cuando se les enseña la cinta de lo que representaron. En ese
COMO SE INTEGRAN MODELOS Y DISCIPLINAS 213

momento, la familia y el terapeuta discuten cuán diferentes o cuán


parecidas son las diversas conductas de los miembros de la familia en
relación con su conducta real habitual.

Juegos de sistemas:
1. Una herramienta muy útil para el adiestramiento y para la psi-
coterapia es lo que llamo “juegos de sistemas familiares.” Durante mucho
tiempo he observado que todos los sistemas de interacción se pueden
clasificar como sistemas abiertos o como sistemas cerrados; con base en
esta observación he desarrollado los juegos mencionados.
a) Los sistemas cerrados son aquellos en los cuales todos los
miembros que participan tienen que ser muy cautelosos acerca de lo que
dicen. La regla principal parece ser que se supone que todos tienen las
mismas opiniones, sentimientos y deseos, sea esto cierto o no. En los
sistemas cerrados, la expresión sincera de uno mismo es imposible, y si
ocurre, los otros miembros del grupo o de la familia consideran dicha
expresión como anormal o “enferma” o “loca.” Las diferencias
interpérsonales se manejan como si fueran peligrosas; esta situación da
como resultado que uno o más miembros tienen, metafóricamente, que
“estar muertos ante ellos mismos,” si quieren permanecer dentro del
sistema. Es obvio que este tipo de grupo impone limitaciones sobre el
crecimiento y la salud individuales. He encontrado que los trastornos
<LI¿
COMO SE INTEGRAN MODELOS Y DISCIPLINAS 213

emocionales o de la conducta son un signo inequívoco de que la


persona perturbada es miembro de un sistema familiar cerrado.
b) Un sistema abierto permite la autoexpresión sincera de los miembros
que participan en él. En este tipo de grupo o de familia, se considera que
las diferencias interpersonales son naturales, y se entablan negociaciones
abiertas para resolver estas diferencias por medio de una “avenencia,” de
una “aceptación del desacuerdo,” de un “trato en el que a cada quien le
toca su turno,” etcétera. En los sistemas abiertos, el individuo puede
decir lo que siente y lo que piensa, y puede luchar por conocer la realidad
y para obtener un crecimiento personal, sin destruirse ni destruir a los
otros participantes del sistema.

Cuando hago que el trío familiar original (padre, madre e hijo), o mis
alumnos que actúan esos papeles, usen cinco “reglas” básicas acerca de
las pautas interaccionales, compruebo que es posible simular casi
cualquier sistema familiar cerrado o abierto, y aprender en el proceso.
а) La primera regla de interacción establece que una persona manejará
las diferencias eliminándose a sí misma. En otras palabras, siempre
estará de acuerdo con otros en el sistema, sin que importe cómo se
siente esta persona en realidad.
б) La segunda regla consiste en que uno manejará las diferencias
eliminando a los otros; siempre estará en desacuerdo, encontrará
fallas y culpará a los demás.
c) En la tercera regla, uno elimina el propio yo y el yo del otro a través
de un sermón o una racionalización, teniendo cuidado de mantener una
máscara sin movimiento y la apariencia de que uno no está implicado
emocionalmente, de manera que las desavenencias supuestamente se
manejen con base en “la razón.”
d) En la cuarta regla, uno elimina su propio yo, el yo del otro y al
contexto, usando el método de ser irrelevante, cambiando de tema,
etcétera, de manera que tanto la persona en cuestión, como la otra,
encuentren imposible negociar abiertamente las diferencias.
e) La quinta regla permite la inclusión tanto de la propia persona como
de la otra en el sistema ; es decir, la persona negocia abiertamente y jen
forma clara, y permite que los otros hagan lo mismo.
Con base en estas cinco reglas, he inventado cinco series de juegos
mediante los cuales, cambiando las partes componentes, es posible
simular cualquier sistema de interacción. He aquí una breve descripción
de cada serie de juegos:

a) La primera serie se llama juegos de rescate; en ellos están


representadas las reglas a, b y d; es decir, un miembro del trío familiar
original siempre está de acuerdo; otro siempre está en desacuerdo, y un
PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

tercero siempre es irrelevante. En la mayoría de los sistemas de


interacción, la misma persona actúa la misma regla la mayor parte del
tiempo. Lo que varía es el personaje que sigue determinada regla; es
decir el padre puede ser el que está de acuerdo, la madre está en
desacuerdo y el hijo el que se sale del tema; o bien la madre puede ser la
irrelevante, el hijo el que está de acuerdo y el padre el que está en
desacuerdo. Esta pauta de interacción es muy común en familias que
producen un miembro esquizofrénico.
b) La segunda serie de juegos se llama juegos de coalición y se basa en
las reglas a y b. En otras palabras, dos personas siempre están de
acuerdo y la tercera está en desacuerdo, o dos están en desacuerdo y una
está de acuerdo. Las implicaciones para las personas atrapadas en este
juego son obvias. Se requiere alguna forma de conducta “anormal” para
que una persona esté en desacuerdo con otras dos, cuando una de estas
dos está de acuerdo y la otra está en desacuerdo, o para que una persona
esté de acuerdo con otras dos que están difiriendo, etcétera.
c) La tercera serie de juegos se llama juegos letales y consiste en la
utilización exclusiva de la regla a. En este tipo de sistema todos están de
acuerdo con todos los demás, a costa de sus propias necesidades y
satisfacciones. Esta es una pauta de interacción común en familias que
desarrollan una alta frecuencia de enfermedades psicosomáticas.
d) El cuarto grupo de juegos se intitula juegos adecuados y correctos.
En ellos todo mundo trata de ser razonable, no importa cómo se sientan.
e) En la quinta serie de juegos se utiliza exclusivamente la regla e.
Llamo a este grupo juegos de vitalidad en el crecimientoK En este
sistema cada persona, al expresarse y al permitir que los otros se
expresen, se incluye a sí misma y a
¡ los demás en la interacción.
COMO SE INTEGRAN MODELOS Y DISCIPLINAS 215

4. Es obvio que el juego de vitalidad en el crecimiento no existe en el


mismo nivel que los cuatro primeros juegos. Los cuatro primeros juegos
son juegos de supervivencia; el quinto simplemente ocurre al nivel de la
realidad del contenido y no ai nivel de la supervivencia. En este tipo de
juegos, las personas pueden estar de acuerdo o no, según lo que
experimenten de la realidad, y no obstante, continúan siendo parte del
sistema.

5. Utilizo estos juegos en el tratamiento de familias y en el adies-


tramiento de profesionistas. Son de gran valor por tres razones
principales:
a) Ayudan a la “familia” real o simulada a ver y entender la
naturaleza de su propio sistema. h) Permiten a la familia y al
profesionista en adiestramiento experimentar nuevas pautas de
interacción (y al mismo tiempo experimentar nuevas conductas en
sus pautas de reacción individual).
c) Cuando hago que una familia actúe toda la secuencia de juegos,
sus miembros no sólo pueden identificar dónde están sino que también
identifican hacia dónde Ies es posible ir. Cuando las familias y los
profesionistas en adiestramiento hacen explícitos los sistemas y terminan
actuando un “juego de vitalidad en el crecimiento,” pueden experimentar
el movimiento, desde un sistema patológico de interacción hasta un
sistema que produce crecimiento.

6. Estos juegos no son fijos ni invariables. Dentro del marco de re-


ferencia general, las partes y las variables pueden cambiarse y
reacomodarse para satisfacer las necesidades de las círctmstancias.
a) Habitualmente es necesario dar instrucciones, como asignar los
papeles y describir qué es lo que los participantes deben hacer (por
ejemplo, siempre estar de acuerdo con lo que se diga sin utilizar las
palabras “estoy de acuerdo”). Suelo designar una tarea para que el grupo
la lleve a cabo; por ejemplo: “Planeen algo que puedan hacer juntos como
familia” o “Usando estas reglas, díganse entre sí cómo se sientan.” A
partir de ese momento ellos llevan la pelota como pueden.
b) A veces mse uno al juego como participante; otras observo. A
veces interrumpo o doy nuevas instrucciones; susurro la instrucción a un
individuo o me dirijo en voz alta a toda la familia. A veces indico en voz
baja a un miembro que cambie de papel, de manera que la familia pueda
ver lo que sucede en un sistema cuando uno de los miembros cambia las
reglas de su conducta sin notificarlo a los otros.
c) Desde luego, es de gran importancia que la familia comente sus
sentimientos, pensamientos y reacciones durante el juego y/o después del
mismo. Pongo un gran énfasis en los “sentimientos viscerales,” es decir,
en las reacciones corporales físicas provocadas por el papel que se actuó.
Por ejemplo, cuando alguien siempre tiene que estar de acuerdo, tal vez
216 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

experimente tensión corporal, contracción en el estómago, ira profunda,


etcétera. Alguien que, “siempre esté en desacuerdo,” tal vez experimente
calor corporal, temblores y cefalalgia. El “super-razonable” tal vez se
sienta seco. El “irrelevante” tal vez se sienta “más loco que una cabra.”

Juegos de comunicación:
1. La tercera categoría principal de juegos que he desarrollado consiste
en una serie de diversas técnicas de interacción, muy útiles para enseñar
a las personas a comunicarse de manera más efectiva y congruente.
Hasta la fecha, se han utilizado los juegos de comunicación con dos
personajes, pero no es difícil imaginar que la idea se podrá aplicar a
diversas técnicas operativas.

2. Se me ocurrió la idea de estos juegos debido a que, en forma


repetida, observé que cuando una persona envía un mensaje mixto o
incongruente, él o ella habitualmente “no está en contacto” con quien
escucha; la piel y los ojos de ambos no están en contacto. Después de
experimentar un poco, descubrí que para la gente es casi imposible
enviar un mensaje incongruente si tiene contacto cutáneo o visual estable
con el que escucha. Tratando de enseñar a mis pacientes y a mis alumnos
cómo mejorar sus métodos de comunicación, desarrollé las siguientes
técnicas. Se deben usar en general como una serie de interacciones, para
mostrar a las personas en forma concreta y vivida qué sucede cuando
ven, tocan y hablan de manera congruente, y qué sucede cuando no lo
hacen.
a) Coloco a dos personas (madre y padre, padre e hijo, dos pro-
fesionistas en adiestramiento, etcétera) dándose la espalda y les pido que
hablen. Esta forma de comunicación es similar a lo que sucede en algunos
hogares, cuando la esposa está
en la cocina preparando los alimentos mientras el esposo trata de
discutir las finanzas con ella.
b) A continuación les pido que se volteen, que se den la cara y que se
miren a los ojos sin tocarse ni hablar. Al comentar esta interacción
aprendemos mucho acerca de lo que un individuo supone en torno a los
sentimientos y pensamiento de otro, cuando la comunicación está verbal
y sensorialmente limitada.
c) En seguida pido a la pareja que se miren a los ojos y que se toquen
sin hablar.
d) Después les pido que se toquen (es decir, que se tomen de las
manos) con los ojos cerrados y sin hablar.
e) A continuación se miran a los ojos y hablan sin tocarse.
/) Finalmente, pido a ambas personas que hablen, se toquen y se
miren a los ojos y traten de pelearse. Les resulta imposible. La
situación o bien les divierte, o los obliga a retirarse físicamente y
COMO SE INTEGRAN MODELOS Y DISCIPLINAS 217

desviar sus ojos para poder enojarse. También es muy difícil


enviar un mensaje incongruente cuando uno habla, toca y mira al
que escucha.

3. La parte más importante de estos juegos son las intervenciones del


terapeuta y las discusiones durante y después de la serie, donde se
comentan los sentimientos, las respuestas y las reacciones viscerales
(corporales) de cada miembro de la pareja respecto a su propia persona,
respecto al otro y respecto a la interacción misma.

4. Una variación final que describiré aquí es lo que llamo la “caminata a


ciegas.” Esta técnica consiste en que una persona (por ejemplo la esposa)
guíe a otra (el esposo, el niño, etcétera) y camine con ella mientras esa
segunda persona mantiene sus ojos cerrados. Pido al individuo “que está
a cargo de la situación” que haga que la caminata sea lo más interesante
posible (por ejemplo, que haga que la persona “ciega” se siente, se ponga
de pie, palpe los objetos, etcétera) y que utilice su propio cuerpo como sea
necesario, para dirigir a su compañero o compañera sin riesgo de una
lastimadura. No se les permite hablar durante la caminata. Más tarde
comentamos los sentimientos de ambos; sus miedos, sus dudas, su
sensación de confianza, de gozo, etcétera. Este juego puede ser
especialmente útil para parejas que, en su relación, sufren graves
problemas de “confianza” y “dependencia.”
Ll'Ó
218 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

5. Todos los juegos descritos pueden ser útiles o inútiles en la psi-


coterapia, dependiendo de la habilidad del terapeuta para entrar en el
sistema de relación de manera abierta y flexible. Sobre todo, el terapeuta
debe mostrar el entusiasmo e interés personal necesarios, para infundir
en sus pacientes un espiritu de aprendizaje, experimentación y
apreciación seria, indispensable para hacer que los juegos se conviertan
en una experiencia vivida y nueva en la interacción.

6. Repito una vez más que estos juegos no deben ser considerados como
una cosa inmutable, ni ser etiquetados como técnicas que se pueden
aplicar sólo en la “libertad innovadora de la soleada California.” Según la
personalidad idiosincrásica de cada terapeuta, y según los deseos,
problemas y necesidades particulares de, cada paciente, es posible
agregar elementos a estos juegos, abreviarlos o modificarlos. Son las
formas y no el proceso de la psicoterapia. El proceso sigue siendo y será
siempre la relación entre tú y yo, aquí y ahora.
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PARTE 4
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA

A menudo me han preguntado qué es lo primero que veo en una


persona y cuál es mi método para verla. Muchas veces pienso que en
realidad me preguntan cuáles son mis creencias acerca de la gente.
Trataré de responder en una manera que, en mi opinión, podrá ayudar
a otros a entender mejor algunas de las cosas que hago cuando trabajo
con individuos. Me expresaré de manera extemporánea, y describiré lo
que hago conforme se me ocurren diversos pensamientos. Me doy
perfecta cuenta de que muchos de los sentimientos que experimento y
de las cosas que hago no constituyen la lista completa de mis
elementos de trabajo. No obstante, trataré de compartir dicha lista con
el lector, de la mejor manera en que pueda yo hacerlo en este
momento.
Quisiera empezar con una descripción de lo que me sucede cuando
pienso acerca de cómo utilizar mi propia persona en el papel de alguien
que desea ayudar a otros. En primer lugar, un individuo y su familia
(porque casi siempre pienso en el contexto familiar) no buscarían mi
ayuda profesional si no estuvieran sintiendo algún tipo de dolor o
sufriendo algún tipo de problema que quieren resolver. De alguna
manera, siento que los pacientes han admitido (o le han dicho a otros):
“Ya llegamos al límite de nuestra capacidad para tolerar la crisis.
Estamos buscando una manera mejor de hacer frente a los problemas.”
Las personas no siempre ponen esta idea en palabras. A veces sólo
dicen: “Me duele” o “Alguien está haciendo algo malo.” Interpreto estas
palabras como la búsqueda de una nueva capacidad para lidiar con los
problemas de su vida, experimentar más alegría y menos dolor y, tal
vez, lograr más productividad.

Este capítulo se basa en un artículo homónimo que apareció en Informes


acerca del consuelo y la alegría, editado por el Dr. Robert É. Spitzer (Palo Alto:
Science and Behavior Books, 1975).

219
220 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

Considero a todos los individuos como representantes de la vida, en


cualquier forma que sea. Cuando las gentes necesitan ayuda o tienen
algún tipo de problema, la manera en que se manifiestan —la apariencia
que adquieren y la manera y el tono en que hablan— puede ser muy
desagradable, muy hermosa o muy dolorosa. Bajo todas estas apariencias,
veo al ser humano que, en mi opinión, se utilizaría a sí mismo o a sí
misma de manera diferente si pudiera entrar en contacto con la vida que
posee y representa. Cuando me encuentro con cualquier ser humano, en
mi mente lo despojo de su exterior y trato de ver el interior, que es la
parte de la persona que llamo autoestimación o sentido de; la propia
valía. Con cierto afecto, he dado el nombre de “la olla” a esta parte del ser
humano. La “olla” busca maneras de manifestarse, de modo que me
acerco a un individuo dándome cuenta de esa búsqueda. Existe en cada
persona un área que él o ella no han tocado ni percibido. Sé que la tienen
dentro, y mi convicción es tan fuerte que para mí es un hecho irrefutable
que dicha área existe. Nunca pregunto si la persona tiene vida dentro.
Sólo pregunto cómo será posible tocar dicha vida.
Una familia que entrevisté ayer está fresca en mi memoria. Trataré
de relatar, de la mejor manera que pueda, qué sucedió entre lá familia y
yo. Describiré lo que comprendí acerca de lo que me estaba sucediendo, y
cómo utilicé esa comprensión para tocar la autoestimación de cada
miembro de la familia. Se trataba de dos adultos casados entre sí, que
también eran el padre y la madre de cinco hijos, la mayor de 18 años y el
más pequeño de cinco. Desde luego, tenían algún tipo de problema puesto
que buscaron tratamiento conmigo. Esa era la parte obvia.
Para empezar, no me preocupó mucho el problema especial sino más
bien traté de aprender y entender cómo cada persona de esa familia vivía
su vida con los otros y consigo mismo o misma. En mi opinión, siempre
existen dos vidas que coexisten en todo momento: la que tengo conmigo
misma, y la que conduzco con otras personas importante para mí. Cuando
me encontré con la familia, yo no sabía qué iba a descubrir, ni cómo se
manifestarían los miembros de esa familia en especial; sólo sabía que
estaban sufriendo y que cada uno tenía dentro algo que se podría tocar y
desarrollar hacia el creci- miénto.
Primero me presenté ante cada individuo. Me doy perfecta cuenta de
que las personas en general no se cojisideran a sí mismas como
individuos de valía. Siento que no es posible promover caipbios en ellos a
menos que empiecen a verse como seres con valía. Yo, como terapeuta, me
convierto en el primer medio a través del cual una
cr<c\

persona entra en contacto con su propio sentimiento de valía. Cuando me


presenté ante la familia en cuestión, este proceso se inició. Extendí mi
mano hacia el esposo-padre primero, y después hice lo mismo de manera
subsecuente con el resto de la familia.
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 221
Me gustaría hablar acerca de esa parte de la experiencia. Sería útil
que el lector se imaginara la situación conforme la voy describiendo. En
primer lugar, suponga usted que lo acabo de conocer, que se encuentra
usted con otras personas, tal vez miembros de su familia, y yo, de pie
frente a usted, extiendo mi mano al nivel de la suya. Conforme nuestras
manos se acercan y usted me da la suya, siento una conexión. En ese
momento lo estoy mirando. Estoy en contacto con sus sensaciones
cutáneas y con las mías propias, y durante ese momento no existe nadie
más en el mundo excepto usted y yo. Usted es el receptor de toda mi
atención durante ese momento, y puede sentir que me estoy conectando
con su persona. Yo siento que le estoy entregando a usted mi propia
persona. Acompaño esto con una sonrisa, para comunicarle un saludo
hacia usted y hacia su vida, como representantes de toda la vida. Este
tipo de experiencia me permite sentir que me he conectado con otra
forma y otra manifestación de la vida. La de usted. Considero dicha
manifestación como la base de todo lo que un individuo es.
Conforme saludo a cada miembro de su familia, gozo dentro de mí ese
contacto en el área cutánea y en todas las áreas, y eso de alguna manera
me afirma. Vivo la experiencia de entrar en contacto con otro ser
viviente, y esa es la plataforma o la base de la cual vamos a partir. Por
eso no inicio la sesión de tratamiento discutiendo el problema, sino más
bien establezco esa conexión básica a un nivel humano con cada persona.
Desde luego, los individuos vienen a mí buscando ayuda; si supieran qué
tipo de ayuda necesitan, probablemente la obtendrían por sí mismos y no
me buscarían. Han llegado al límite de su capacidad para encontrar
soluciones y quieren ayuda, pero probablemente lo único que perciben es
que sienten sufrimiento.
Mientras establezco ese primer contacto con ellos, escucho cómo me
responden; pero más tarde escucharé también cómo unos responden ante
los otros. Empiezo a darme cuenta de lo que han hecho y de cómo han
utilizado sus experiencias desde el momento en que brotaron de la matriz
hasta ahora. Algunos lectores tal vez conozcan las actitudes que utilizo
para abreviar el proceso. Uso cinco adjetivos para describir cómo los
individuos se comunican entre sí: las respuestas pueden ser aplacadoras,
acusadoras, super-razonables, irrelevantes y fluidas. Al empezar el
tratamiento no espero que la familia exhiba muchas respuestas fluidas,
dado que el hecho de que no presenten
LLc L
122 F5IC0TERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

dichas respuestas es probablemente una de las razones por las que


enfrentan los problemas de la manera en que lo hacen. También subrayo
el hecho de que veo a las gentes frente a mí como personas que están
haciendo todo lo mejor que pueden con lo que han aprendido, y creo que
lo que han aprendido representa para ellos la mejor manera en que saben
sobrevivir. Algunos de los lectores tal vez sepan que he traducido las
diferentes clases de respuestas en forma de posiciones corporales.
Conforme transcurre la entrevista, voy haciendo retratos mentales de
cada individuo frente a mí, y los traduzco en posiciones físicas que
representan cómo se comunican.
Por ejemplo, en la familia de ayer, vi al hombre produciendo
respuestas super-razonables. En mi imaginación lo vi de pie, erguido, con
muy poco movimiento, hablando de una manera más bien monótona. Vi a
la mujer hincada frente a él, en una posición aplacado- ra, pero al mismo
tiempo —sin que él lo percibiera— lo señalaba con un dedo acusador. Vi a
la hija mayor de pie, super-razonable, igual que su padre, sin dirigir su
mirada hacia ninguno de los dos progenitores, pero con un dedo que
apenas se percibía, señalando acusadoramente al padre. Vi a la hija
siguiente señalando a su madre de una manera deliberada y muy obvia, y
vi al hijo siguiente de pie, muy cerca de su madre, aplacándola. Por
último, vi al chico más joven produciendo respuestas irrelevantes,
moviéndose de un lugar a otro, incapaz de unirse con nadie. También
observé que la chiquilla más pequeña, de cinco años de edad, se
encontraba en una posición iirelevante.
Conforme iba yo elaborando estas imágenes mentales, era importante
respetarlas, ya que representaban la mejor manera que esas personas
habían desarrollado para hacer frente a los problemas. Sus formas de
aplacar, culpar, ser super-razonables o irrelevantes, habían constituido
un sistema familiar en el que nadie podía en realidad acercarse a la
intimidad de los otros. Era muy probable que cada miembro de la familia
oiría mal lo que otro decía. Cada miembro veía el papel del otro, y no a la
persona real. Según esto, mi búsqueda y mis esfuerzos se encaminaron a
ayudar a esas gentes a convertirse en seres reales, uno ante el otro. Miré
a la familia, y en mi interior sentí cómo respondían a mi contacto. Por
cierto, el contacto completo da el mensaje de que la otra persona es
importante para uno de manera profunda y personal; considero dicho
contacto como una base vital para desarrollar cualquier cambio. Tiene
que establecerse un alto nivel de confianza. Si las personas de la familia
no sienten que pueden confiar en mí, no creo que seamos capaces de
efectuar cambio alguno.
Cuando entré ayer en el consultorio, la familia estaba sentada en
sillas distantes entre sí, y parecían ser los blancos de una galería de tiro.
Había una mesa frente a ellos. Al contemplar la escena, sentí que sería
muy incómodo trabajar en ese contexto. Creo, con gran convicción, que el
sitio donde cada miembro de la familia se sienta (lejos o cerca unos de
otros), y la manera como se sientan, son datos muy importantes. Requiero
que el sitio donde vamos a trabajar sea cómodo; es decir, lo reacomodo
para que pueda yo ver a todos. Me siento a poca distancia de cada
persona, de modo que todos me puedan tocar sí estiran su brazo. Tiene
que haber suficiente espacio para que la familia y yo nos podamos mover
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 223
con libertad dentn^ del cuarto. Este espacio es necesario porque a veces
pido que los miembros de la familia trabajen en parejas, o uso “esculturas
familiares,‟5 o inicio algún otro tipo de actividad que requiere espacio.
Una mesa o cualquier otro obstáculo hace que los movimientos sean
difíciles. En la sesión de ayer moví la mesa y la fijé de tal manera que
pude sentarme a sólo un paso de cada miembro de la familia, muy cerca
de establecer contacto físico con ellos.
La pequeña de cinco años estaba a mi derecha. En un momento dado
noté que se había movido hacia atrás un poco. Para ese entonces ya tenía
yo la impresión de que todos la consideraban como la buscapleitos de la
familia, y que ella se sentía excluida. Pasé mi mano tras su espalda —que
era agradable y redonda— y gocé la alegría de tocarla. Creo que ella
sintió un mensaje que la animó a ser parte del grupo. A lo largo de la
enrevista, ese intercambio sucedió varias veces.
Uno puede tocar a otros de muchas maneras. Cuando entreno a
terapeutas, les he dicho que es importante desarrollar “ojos y oídos” en
los dedos. Los miembros de una familia se tocan entre sí todo el tiempo.
Se dan bofetadas, se empujan, se dan empellones, se abrazan, etcétera.
Estoy segura que el lector sabe que las maneras de tocar a alguien tienen
diferentes significados, de modo que no se trata de simplemente tocar a
los miembros de la familia; se trata de enviar el mensaje que uno desea
comunicar a través del acto de tocar a la persona. Líneas atrás me referí
a cuán necesario es que se desarrolle confianza hacia el terapeuta; la
atmósfera de la entrevista, gracias a dicha confianza, tiene que ser tal
que los individuos empiecen a hablar de lo que llamo “cosas
inexpresables” —lo más íntimo para los miembros de la familia, sus
preocupaciones, sus miedos y sus esperanzas. No sé si pueda yo expresar
esto con suficiente énfasis. Para mí, el hecho de que los individuos digan
lo que hasta entonces era inexpresable es mucho más importante que lo
que dicen. A veces las personas se tardan un poco en. percibir que lo que
digan será escu-
wo I
224 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

chado y entendido, y no será censurado para decidir si lo que han dicho es


correcto o no. Desconozco maneras de ayudar a una persona a entrar en
contacto consigo misma, a menos que esa persona pueda exteriorizar
cualquier material que tenga dentro. Muchos lectores sabrán que en
nuestra sociedad no es habitual revelar lo íntimo. No obstante, para crear
el contexto y la manera de trabajar que promoverá cambios, me parece
que nadie debe sentirse en peligro de ser castigado, por lo menos no ante
mí, no importa lo que diga. Es mi responsabilidad tomar cualquier
expresión que un miembro de la familia ofrezca, y convertirla en un
testimonio viviente de la situación en la cual esa persona se encuentra en
ese momento. Lo que cada individuo dice tiene que ser entendido por él
mismo o ella misma, y por todos los otros miembros de la familia. Esto
quiere decir que tenemos que aclarar con gran detalle todo lo que se dice,
para que la familia pueda entender lo que cada miembro está tratando de
decir en realidad.
Al proseguir la entrevista de ayer, pregunté a cada persona en la
familia: “¿Qué espera usted que le suceda como resultado de haber venido
aquí?” Supongo que la pregunta habitual que los terapeutas acostumbran
hacer es “¿Cuál es el problema?” Me interesa averiguar en qué áreas las
personas han encontrado un obstáculo insalvable, pero también siento
que mi manera de investigar esto y lo que pregunto ayuda a la persona a
centrarse más en sí misma y ayuda también un poco a disminuir las
“vibraciones” negativas que habitualmente existen y que se manifiestan
en expresiones como “Si él (o ella) se comportara mejor, yo me
comportaría mejor,” o similares.
En la sesión de ayer, empecé por hablarle a la hija mayor. No sé
porqué, excepto que en ese momento, me pareció la mejor manera de
iniciar la entrevista. La joven dijo que le gustaría ver a la familia “no
pelear tanto.” Proseguí con su hermana, quien dijo lo mismo. Pregunté a
los otros miembros de la familia si habían notado demasiados pleitos.
Todos dijeron que sí. La siguiente imagen que emergió en mi mente fue la
de dos muchachas mayores peleando entre sí. Me pareció en ese momento
que ellas eran el foco en tomo al cual se centraban los problemas de la
familia. Me presentaron el argumento de que si las dos chicas no
pelearan, la familia viviría mejor. Eso nos llevó a preguntar cuán
cómodos se sentirían los miembros de la familia si pudieran expresar ira.
Cuando se lo pregunté al padre, contestó que su familia necesitaba
educarse en cosas que hasta entonces no habían sabido.
Me gusta organizar una imagen “viva” de la situación lo más pronto
posible, de manera que me pareció natural en ese momento pedirle a las
dos hijas mayores que se levantaran, y que cada una señalara con un
dedo acusador a la otra, con objeto de ver que hacían los otros miembros
de la familia cuando esto sucedía. Las palabras son más útiles cuando
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 225
aparecen junto con una imagen de este tipo; llamo a esto “esculpir” o
“fijar las posturas” de la familia. Cuando pedí a las dos chicas que
apuntaran un dedo acusador una contra la otra, ambas experimentaron
muy pocos deseos de hacerlo. Podían hablar de los frecuentes pleitos
entre ellas, pero el hecho de colocarse en la posición que los pleitos
indicaban hacía que toda la situación pareciera más real. Tuve la
impresión de que ambas se avergonzaban de la situación. Una de las
cosas importantes que trato de lograr, es ayudar a las personas a sentirse
libres (uso aquí la palabra “libre” en el sentido de ser alguien con la
posibilidad de tener opciones y escoger). Animo a las personas para que
empiecen a juguetear con nuevas ideas acerca de su propia conducta. Las
apoyo para que rompan sus propios tabúes. Como las dos chicas sentían
vergüenza, me puse de pie tras la que parecía estar más avergonzada y le
di apoyo; me coloqué muy cerca de su espalda y tomé su brazo para
ayudarla a asumir la actitud de señalar a su hermana. Hice lo mismo
después con la otra chica. Esencialmente, di el primer paso para romper
la regla familiar de que uno no debe enojarse, lo cual nos condujo al área
de lo que las otras personas hacían cuando un pleito surgía. En un sitio
del cuarto las dos dos chicas estaban de pie, señalándose mutuamente;
todos en la familia habían visto ya situaciones similares. Mi siguiente
pregunta para el esposo-padre fue: “¿Qué hace usted cuando esto sucede?”
Me contestó que trataba de decir a las chicas que dejaran de pelear, pero
que no servía de nada. Pedí que él también se colocara en la “escultura,”
apuntando un dedo acusador; cuando se dio cuenta de que su actitud no
servía para cambiar la situación, dejó caer su brazo y se sentó. Una de las
chicas dijo que la esposa-madre “hablaba con un poco más de fuerza.” In-
diqué a la madre que se incluyera en la escultura, también apuntando un
dedo acusador. Pregunté entonces a los otros hijos qué era lo que
habitualmente sucedía. Me dijeron que todos trataban de mantenerse
fuera del pleito. El chico mayor estaba ahora junto a su madre, actuando
como un padre auxiliar, tratando de ayudarla con el problema entre las
dos chicas.
Este tipo de escultura tiene valor porque hace explícito lo que sucede
y da vida al proceso familiar presente, que ninguno de los miembros de la
familia ha reconocido. La imagen no muestra cuán mala es la gente, sino
que les ayuda a ver lo que está sucediendo. A menudo aparece una buena
dosis de sentido del humor en la escultura. Recuerdo que en un momento
dado pedí a la chica mayor que señalara a su hermana con el dedo. La
mano le temblaba un poco, de modo que yo la sostuve y le pedí que
imaginara que en lugar de dedo tenía una pistola en el extremo de la
mano. Comentarios como este, hechos en broma, tienden a neutralizar la
baj„a autoestima de las personas y aumentan su capacidad para ver y
observar. Para mí es muy importante distinguir a la persona de sus
valores y de la manera como ella se utiliza a sí misma. Hago que los
individuos entren en contacto con las diferentes formas en que se usan a
226 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

sí mismos, y con las alternativas de cómo podrían utilizarse de manera


diferente. Procuro hacer esto con un estilo que aumente la
autoestimación de las personas.
A menudo me preguntan si después de una entrevista me siento
agotada. Respondo que no. Me agotaría si continuamente me preguntara
yo dudas como “¿Lo estoy haciendo correctamente?,” “¿Me van a amar por
lo que hago?,” “¿Voy a descubrir una cura?” Si empezara yo a pensar así
(lo que llamo „„ponerme en una olla”), perdería yo de vista el sistema y el
proceso que está sucediendo, y me centraría en mi propia historia y no en
la historia de la familia.
Esto me hace pensar en algo más. Me considero la guía del proceso
durante la entrevista, pero no la guía de los individuos. Verifico con ellos
todo lo que hago antes de hacerlo. Guío con fuerza el proceso. con base en
que sé cuáles son los componentes del proceso mismo que estoy tratando
de producir. Quiero ayudar a la gente a que se convierta en diseñadora de
sus propias opciones; para poder hacerlo, necesita sentir la libertad de
arriesgarse. Un elemento muy importante de esta interacción es el hecho
de que verifico con mis pacientes cuán preparados están para emprender
algo nuevo; eso los dispone para la experiencia de tomar riesgos. Si tengo
algo que ofrecerles, tengo que decírselos; tengo que mostrárselos; necesito
preguntarles si lo que ofrezco tiene algún valor para ellos. Si introduzco
algo nuevo para una persona y le pido demasiado pronto que esté
dispuesta a hacerlo, antes de que ella comprenda, confíe y se arriesgue, la
persona no se sentirá lista para aventurarse, y eso es importante.
Suelen preguntarme: “Bueno, ¿y qué pasa si en algo que usted hace le
sale el tiro por la culata?” Respondo: “No es raro que eso suceda.” En la
vida sale el tiro mal cuando mno intenta algo y no funciona. Una vez que
eso ha pasado, tiene uno opciones. Puede uno insultarse por haber
intentado algo; o puede uno utilizar el fracaso como dina experiencia de la
vida y aprender de ella. £¿ tiro no salió por la culata en la entrevista de
ayer, porque parece tjue seguí la corriente de la familia y había elementos
positivos presentes. Eso es
7Z J
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 227

lo más importante. Como terapeuta, trato de darme cuenta de lo que


pasa, y mantengo el movimiento positivo, sin hacer el esfuerzo de llevar
continuamente una cuenta de lo correcto y lo incorrecto.
Tal vez convenga decir aqui que cuando hablo con una familia, no
trato de resolverles un problema específico, como por ejemplo si deben
divorciarse o tener un bebé. Trabajo para ayudarles a encontrar una
forma diferente de hacer frente a las dificultades. No creo tener
información suficiente para saber cuál es la mejor opción para alguien.
¿Debe la esposa pedirle a su suegra que se vaya de la casa? ¿Debe
exigirle que se vaya? ¿Debe abandonar a su marido si la suegra no se va?
No me compete responder a esas preguntas. Mi tarea es ayudar a cada
individuo con su propia manera de hacer frente a las dificultades, de
manera que él o ella podrán decidir qué es lo que funcionará mejor de
acuerdo a sus circunstancias.
En la familia de ayer, resultó que ocasionalmente la segunda chica
hablaba de suicidarse. Y había muchas expresiones de odio entre ella y la
madre. En lugar de responder a ese odio, leí en mi interior que esas dos
personas deseaban con gran intensidad conectarse entre sí, pero había
todo tipo de barreras para impedirlo. Ya sabía yo que la esposa-madre
consideraba a esa hija en especial como una persona con los mismos
problemas que la madre misma había tenido, y que se sentía muy mal al
ver esos problemas en su propia hija. Aparentemente la madre estaba
tratando de resolver esas dificultades en sí misma, a través de los
intentos de disiparlas en su hija. Desde luego, esa era la razón de que las
dos no se llevaran bien.
Les pedí que se sentaran una cerca de la otra, ya que en ese momento
el nivel de confianza que ya se había establecido era suficiente para
permitirles arriesgarse. Primero les pedí que cambiaran a una posición
en la que pudieran verse con claridad y pudieran tocarse estirando el
brazo. Después les pedí que se vieran una a la otra. En seguida Ies pedí
que cerraran los ojos y me describieran lo que habían visto. Eso resultó
muy interesante. La esposa-madre dijo que veía a una niñita a la cual no
había cuidado bien, y que se sentía muy culpable. Empezó a sollozar un
poco. Cuando pregunté a la hija qué era lo que había visto > contestó que
simplemente había visto a su madre. Después de que la madre habló, la
chica me dijo: “Eso pasa. Siempre me ve como si fuera yo un bebé/‟
En ese momento me di cuenta de que esas dos mujeres no se veían
como en realidad eran en esa etapa de su vida; se veían en términos de
experiencias pasadas. A menos que esto cambiara, continuarían viéndose
una a la otra así y los problemas entre ellas aumentarían cada vez más.

Una de las críticas que la hija había expresado antes era que la
228 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

madre siempre la trataba como a un bebé. Cuando la madre reveló la


imagen que vio con los ojos cerrados, le señalé que en realidad estaba
viendo a su hija de trece años como si fuera una lactante. Después de
preguntarle a la madre su edad, señalé a la hija que estaba frente a una
persona de 36 años de edad. Afirmé que se trataba de dos damas (usé esa
palabra), Cynthia y June, que se estaban contemplando entre sí. Expresé
en voz alta mi duda de si en realidad se veían como Cynthia y June. Les
pedí entonces que se vieran una vez más y me dijeran, después de cerrar
los ojos, qué era lo que veían.
Uso el término “actualizar” para describir lo que estaba yo haciendo.
Las estaba yo “actualizando.‟5 Cuando June (la madre) habló, dijo que
había visto a una chica de trece años, atractiva, y que ésa imagen era por
completo nueva para ella. La hija dijo que había visto a su madre y la
expresión en sus ojos, y que le pareció haber notado una agradable
manifestación de cariño. Ambas dijeron que en ese momento habían
sentido algo muy diferente una acerca de la otra.
La familia abordó entonces otra situación que involucraba a la hija
mayor y al padre. La chica tenía casi 18 años y el padre todavía insistía
en que regresara al hogar temprano. Resultó que este hombre, debido a
sus problemas psicológicos y físicos, no había evolucionado aún al punto
de considerar que el único sostén que daba a su familia era el económico.
Su esposa trabajaba desde las 2:30 de la tarde hasta la media noche más
o menos, lo cual implicaba que casi todo el manejo de la familia estaba en
manos del esposo. Se había puesto de acuerdo con la hija mayor para que
ella cocinara la cena. Aparentemente, la hija, también compraba los
comestibles. El padre exigía que la chica regresara temprano a casa, y
ella sentía esa exigencia como una afrenta o un tipo de imposición.
Pedí al padre y a la hija que se sentaran uno frente al otro y que
trataran de escucharse. Guíe el proceso de escuchar y les ayudé a percibir
que no se estaban hablando en términos de lo que el otro decía, sino
exclusivamente en términos de cómo uno quería controlar al otro.
Después de esto, pareció como si el padre y la hija hubieran logrado un
nuevo acuerdo.
En ese momento de la entrevista, se aclaró que el esposo y la esposa
tenían gran temor de lo que sucedería con sus hijos. Revelaron que ambos
habían tenido progenitores que los abandonaron a temprana edad. Ambos
fueron educados por abuelos angustiados acerca del futuro de los chicos.
Y esa angustia se transfirió. Sin saber esto, la mayoría de los hijos de esa
familia habían interpretado los esfuerzos de protección de los padres
como algo contra los hijos. No habían entrado en contacto con la otra
parte de los progenitores. Al mismo tiempo, los padres habían percibido a
sus hijos como a seres peleo- ñeros y desagradecidos. Pudimos establecer
nuevas conexiones.
A lo largo de la entrevista, tuve la imagen mental de contenidos que
fluían hacia afuera y conexiones que se establecían. Utilizándome de
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 229
manera muy activa, escogí momentos para establecer nuevas conexiones
(por ejemplo entre la madre y la hija). Cuando los miembros de la familia
empezaron a tocarse, la madre dijo que esperaba que el hijo más pequeño
la abrazara. Cada vez que el chico llegaba a casa, simplemente le daba
“un abracito” y ella se sentía defraudada. Abordamos el tema del cariño
en la familia y de cómo los individuos lo mostraban. Hasta ese momento
el tema había sido tabú. Al finalizar la entrevista, dado que sentí placer y
afecto hacia los miembros de la familia, fue espontáneo para mí abrazar a
cada uno de ellos. Después de que había yo abrazado a la madre y
empezaba a hacerlo con las dos hermanas, oí una risita emanar de los dos
chi- coSj de 14 y 12 años de edad. Por mi mente cruzó el hecho de que
esos dos muchachos estaban en un periodo en que podría ser incómodo
para ellos el hecho de abrazarse. Al mismo tiempo, sentí que deseaban
algún tipo de expresión de cariño de mi parte. Cuando me volví hacia el
primero de ellos, comenté que había yo oído la risita y que tal vez un
abrazo sería un poco molesto para ellos. No obstante, dije también que
deseaba manifestarles que sentía yo afecto hacia ellos. Procedí entonces a
darles un apretón de manos extra-cálido y una palmada en el hombro;
trate así de respetar el tipo de persona que eran en ese punto de su vida y
al mismo tiempo traté de enviar mi mensaje. Fue interesante que me
dirigí al padre al último: tuve la sensación de que casi estaba formado en
cola, esperando, y que estaba dispuesto a abrazarme pero sin pedirlo con
claridad. Cuando hice el ademán de abrir mis brazos, con facilidad se
acercó a mí para recibir el abrazo. Sé que en el pasado, muchos hombres
consideraban que no era masculino sentir afecto; por eso quise mencionar
al padre un comentario que Bob Hope hizo hace muchos años, acerca de
un individuo que “se congeló porque nadie lo mimó.” Eso ayudó al padre a
recibir de manera aceptable mi manifestación de afecto.
Las personas que observaron la entrevista de ayer, pudieron ver cómo
la vida podía revestir nuevos aspectos para todos los miembros de la
familia. Ahora me doy cuenta de que cuando pienso en mis sesiones de
tratamiento, las considero experiencias de contacto humano que para mí,
sin ser mística, crean la sensación de que emprendí una jornada y una
aventura con otros seres vivos. Espero que como resultado de nuestra
jomada, los individiíos se sientan
ZÓU
230 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

más vivos, más dignos de amor, con más esperanzas, y más creativos, y
que vean nuevas maneras de utilizarse a sí mismos y conectarse entre sí.
A menudo veo a los pacientes sólo una vez. Mi esperanza es que cada
entrevista abra una nueva ventana para que cada persona se asome a
ella, y que como resultado se sienta más a gusto consigo misma y logre
hacer las cosas con más creatividad cuando involucre a los otros
miembros de su familia. Esto es en realidad lo que quiero decir cuando
declaro que me ocupo del proceso de hacer frente a los problemas y no del
proceso de resolver problemas.
Quisiera comentar una vez más acerca de cómo uso las posiciones de
comunicación para ayudarme a desarrollar cambios en el proceso de
enfrentar problemas. Mencioné cuatro posiciones que, en alguna
combinación, aparecerán en todos los individuos que tienen problemas
para enfrentar dificultades. La posición aplacadora, la acusadora, la
super-razonable y la irrelevante aparecieron en la familia de ayer. Por
cierto, cada vez me percato más de que el ideal de los países sajones
acerca de lo que una persona debe ser, en realidad embona con lo que
llamo la respuesta super-razonable. Esto implica: “¡No importa lo que
pase, no hay que mostrar sentimientos!,” lo cual es triste pero verdadero.
Las posiciones de comunicación no son rígidas ni inmutables, pueden
“renovarse.” Si uno maneja los problemas con respuestas aplacadoras,
uno de los daños internos es que uno se da a sí mismo el mensaje de que
uno no tiene gran valor. No obstante, si se encuentra la manera, es
posible renovar la capacidad de ser tierno, y darse cuenta de ella, en vez
de sentir simplemente que todo mundo, de manera automática, tiejne que
ser siempre agradable para otros.
La posición acusadora, renovada, se convierte en la capacidad de
defender los propios derechos. Todos necesitamos ser capaces de hacer
eso. Pero hay que hacerlo de manera realista y consciente, y no de
manera automática.
La posición super-razonable, renovada, se convierte en el uso creativo
de nuestra inteligencia. Es delicioso usar la inteligencia, pero si se utiliza
sólo para protegerse a uno mismo, se convierte en algo aburrido y estéril.
La irrelevancia renovada se convierte en la capacidad de ser es-
pontáneo y nos da nuevas direcciones para damos cuenta de nuevas
realidades.
Uno de los problemas más difíciles para un terapeuta es enfrentarse a
una persona super-razonable, como el padre de la familia de ayer. Los
individuos super-razonables se sientan muy quietos y rectos; mueven la
cara muy poco y hablan de manera monótona y siempre muy razonable.
Tiene uno la impresión de una especie de sequedad acerca de esa
persona; sea hombre o mujer, parecen estar encerrados dentro de sí
mismos. Sucede que en la familia de ayer el padre había sido un ministro
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 231
fundamentalista y tenía fuertes sentimientos acerca de lo correcto y lo
incorrecto. Noté que respondía de la misma mañera a todos mis
acercamientos (mi apretón de manes, mis preguntas y mis afirmaciones).
Sentí que escuchaba, pero no siempre estuve segura de que comprendía.
He notado, y continúo notando, que las personas que organizan sus
respuestas de esta manera utilizan muchas palabras para decir algo. En
el momento en que sea posible, me parece importante tratar^de entrar
en el tono de ese individuo, de una manera que lo toque. Por eso, cuando
alguien se organiza utilizando vocablos muy doctos y siendo razonable} lo
natural para mí es hablarle también en ese nivel. A menudo los
terapeutas se aburren con personas que hablan démasiado. No obstante,
creo necesario dejarlos que hablen lo suficiente para que pueda yo
entender lo que me están diciendo a un meta-nivel. El hombre de ayer me
había contado acerca de sus repetidos esfuerzos para lograr lo que él
quería hacer, y acerca de cómo había fracasado una y otra vez. Contó su
historia de una manera seca, sin emoción en su voz. Conforme lo escuché,
me di cuenta de que sonaba como si se hubiera dado ya por vencido. Le
pregunté qué había sucedido con sus sueños. Me dio la impresión de que
había renunciado a ellos. Empecé a ver una luz en sus ojos. La mitad
inferior de su cara no cambió en especial, pero sus ojos se abrieron un
poco más y había un poco de luz en ellos. Conforme escuché su respuesta,
dijo que era verdad, que ya no tenía sueños. Habían muerto.
En mi mente imaginé la escultura de un cuerpo interior sin vida y
una dura coraza externa. Utilizo estas posiciones y maneras de
comunicar que escucho y veo en mi mente como mis guías para el tipo de
intervención que llevo a cabo con las gentes. Si lo hago de manera
confiada, comprensiva, y prestando atención al contexto, emergen nuevas
maneras de entender las cosas. Cuando terminé la entrevista de ayer, la
cara entera del esposo había empezado a responder, no sólo sus ojos.
Quisiera agregar aquí algo que considero verdadero para mí y para
otros. Cuando escucho a alguien, también lo veo y me doy cuenta de las
partes que se mueven en él o en ella. Me doy cuenta de todos los cambios
que pueden estar sucediendo en la persona. Escucho con todo mi ser, con
todos mis sentidos.
Quisiera mencionar; un elemento importante. Lo Hamo “el campo de
energía.” Me parece importante porque va asociado al hecho de tocar a
una persona. En torno a cualquier individuo bien integrado, existe un
campo circular de más o menos 90 cm. de diámetro. En el borde de este
campo, uno puede sentir vibraciones (j por lo menos yo puedo!) que son
como líneas territoriales no reconocidas que rodean a la persona. Cuando
el individuo está relativamente bien integrado, se siente que esas líneas
son elásticas. Si uno se acerca a ellas, primero se experimenta la
sensación física de que existen, se siente la impresión de que topó uno
contra algo; si ese algo es elástico, uno sabe que ya está dentro del campo
de energía y que tal vez será posible extender el brazo y tocar al
232 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

individuo. Respeto esas líneas. Por eso me mantengo a una cierta


distancia de la persona. Si me acerco más, ya sentí si sus linderos me lo
permitirán o no. Parece haber una relación entre la confianza que se va
desarrollando y la elasticidad del lindero.
Cuando me enfrento a personas que esán muy lejos de conocerse a sí
mismas, siento que el campo de energía mide solo de 5 a 8 cm. Tengo que
hablar mucho con ellos antes de sentir vibraciones de algún tipo. Siento
que algo está casi muerto. Virtualmente tengo que poner mi cara muy
cerca de la de esa persona para poder sentir indicios de una presencia.
Cuando los individuos tienen gran violencia interna, el campo que las
rodea mide un poco más de metro y medio, y me doy perfecta cuenta de
los linderos. Tendemos a usar demasiado la palabra “vibraciones;” no
obstante, sé cómo sentirlas, y respeto mucho cada lindero. Es imaginario,
pero puedo sentirlo con mi cuerpo. Cuando estoy cerca de individuos en
quienes hay mucha violencia, nunca me acerco antes de empezar a sentir
la elasticidad. No sé si explico esto bien, pero es un poco como usar el
propio cuerpo para determinar hasta dónde puede uno llegar. Esto es de
gran importancia en todos los actos que tienen que ver con tocar a una
persona, ya que no tocaré a nadie a menos que sepa yo que el lindero de
dicha persona es elástico.
La visión también tiene un papel en esto. La distancia a la cual uno
puede ver a alguien, verlo en realidad, es probablemente entre dos y
medio y tres metros. A los tres metros se perciben bien los límites, pero
no los matices. Al metro y medio se puede ver bastante bien, y a los 80
cm. mucho mejor. En las entrevistas, deseo colocarme, lo más pronto
posible, donde me puedan ver y escuchar. El proceso de acercarse es
muchas veces también la manera lenta de entrar en contacto con alguien.
No es posible juzgar lo que se debe hacer; hay que decidir de acuerdo con
lo que uno siente. Hay quien me ha visto trabajar con una familia y tocar
a los miembros y dice: “¡ Ajá5 ya veo! Todo lo que tengo que hacer es tocar
a las personas.” Subrayo que el hecho de tocar tiene que usarse con el
mismo cuidado con que se toca una estufa caliente. De manera literal, el
terapeuta va palpando paso a paso qué es lo correcto. Por eso cuando
entreno terapeutas, trato de ayudarlos a que perciban sus propios
cuerpos. Por ejemplo, cuando los individuos se ven invadidos por rabia
asesina, es útil para mí estar en una posición en que los pueda yo ayudar,
pero sin quitarles espacio. No creo que tocar a un individuo en esa
situación funcione. Tal vez algunos de los lectores hayan notado que
cuando alguien está lleno de rabia y uno se acerca a tocarlo o tocarla, es
posible que reciba uno un golpe. Esto sucede, no porque la persona desee
matarnos (aunque en esos momentos de exacerbación podría hacerlo),
sino porque en ese momento se han violado los linderos del individuo.
Volviendo a la entrevista de ayer, me pregunté acerca de los sueños
de los otros miembros de la familia. Durante unos momentos platicamos
acerca de los sueños que no se habían realizado. El sueño de la esposa
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 233
había sido tener con su marido una vida diferente a la que había vivido.
Dijo que había iniciado su matrimonio tratando siempre de dar gusto a
su esposo. Eso fue lo que le enseñaron a hacer. Ahora estaba cansada de
lo mismo. Le pregunté si estaría dispuesta a hacer un pequeño cuadro
conmigo. Asintió. Le pedí que se arrodillara en el piso y mirara hacia
arriba, hacia su esposo, a quien pedí que se colocará de pie, subido en
una silla. Pregunté entonces a la esposa si lo que estaba haciendo se
parecía en absoluto á algo que ella había hecho antes. Contestó
afirmativamente, y dijo que ya no quería estar en esa posición. Pregunté
entonces al marido cómo se sentía allá arriba, y él contestó que no le
gustaba ver a su esposa abajo ni estar él encima. Pedí entonces a ambos
que arreglaran las cosas de manera que ambos se sintieran cómodos.
Desde luego acabaron viéndose a los ojos, al mismo nivel uno y otro.
Después de hacer todo esto, ciertas expresiones de esperanza comenzaron
a aparecer en la cara de ambos.
Quiero subrayar aquí que cuando escucho a una persona manejar sus
respuestas de una manera super-razonable, entro en ese tono y nivel de
intelecto, pero de una manera en que pueda yo dar al individuo la
sensación de que de verdad lo estoy escuchando y viendo. Si pongo
entonces mi atención en otra persona que utiliza una posición
aplacadora, como la esposa de la entrevista de ayer, trato de entrar en
contacto con lo que ella esperó obtener para sí misma y le ayudo a hablar
de algunos de sus anhelos y de su soledad. La esposa logró hacerlo, pero
todo ese material no hubiera aparecido si yo no hubiera preguntado de
manera específica.
234 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

Cuando me enfrento a individuos que culpan a otros, como la segunda


hija mayor de la familia, tengo que entrar en contacto con el anhelo que
esa persona tiene de establecer un vínculo con otros. En la entrevista de
ayer apliqué esto cuando, en lugar de ocuparme de todos los sentimientos
de odio, pusimos nuestra atención en los sentimientos de la chica acerca
de sí misma y en su deseo de vincularse con su madre. Me di cuenta de
que en ambos casos estaba yo tratando de ayudar a cada individuo a
estabilizarse. En ocasiones lo hice con un toque de mano, o tal vez
simplemente al lograr que la persona se mantuviera quieta físicamente
durante un momento, para que le fuera posible enfocar la situación.
Me parece importante comentar todo esto, porque cuando me siento a
hablar con una familia, mi cuerpo me dice mucho acerca de la posición de
esos individuos en la vida, y acerca de sus linderos. Por ejemplo, el
lindero está demasiado cerca en tomo a una persona super-razonable.
Realmente esa es una de las razones por las que se dice que la persona
super-razonable no está “disponible.” El lindero en torno a una persona
irrelevante está fragmentado; es imposible decir dónde se halla. El
lindero en torno a un acusador está muy lejos de él y tiene bordes
irregulares. El aplacador, en cambio, es un individuo muy interesante; su
lindero está hecho de líquido, de crema batida que está empezando a
derretirse; existe, pero no es posible decir gran cosa basándose en él.
Aunque esta sea una manera algo pintoresca de hablar de una persona y
su presencia, es algo en lo que mantengo mi atención con gran cuidado y
algo que respeto. Tal vez una manera poética de decirlo sea: lo que uno
siente en un momento dado es a qué grado la vida interior de una
persona está dispuesta a darse a conocer, con qué grado de miedo y a qué
grado va a protegerse para no ser descubierta. Si el terapeuta quiere
establecer un vínculo con eso, tiene que respetar los linderos.
Los elementos terapéuticos de mayor valor para mí son mis manos,
mi cuerpo y mi piel para sentir lo que está sucediendo, mis ojos para ver,
y los vínculos que mis sentidos establecen. Como considero las manos
como un elemento de gran importancia, trató de ayudar a las gentes para
que eduquen sus manos. Otra de mis tareas en mis relaciones de cariño
con la gente, es ayudarlos a que eduquen sus cuerpos y se den cuenta del
espacio y de los linderos. Estoy convencida de que eso es lo que importa
para establecer vínculos* Puedo entonces definir intimidad, simplemente
como la libertad de respetar los espacios entre individuos, la posibilidad
de entrar cuando nos invitan, y de no invadir cuando no nos invitan. Esa
es la intimidad real.
Las gentes me preguntan: “¿Cuánto dura una entrevista?” El tiempo
necesario para que sea posible encontrar y abrir una nueva ventana que
los miembros de la familia puedan usar. Una entrevista puede durar de
dos a tres horas. Ya no trabajo en práctica privada; cuando lo hacía,
calculaba yo tres horas como mínimo para una entrevista inicial. Quería
yo que las gentes terminaran la entrevista con algo nuevo, con lo cual
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 235
pudieran experimentar y vivir. Esto quiere decir que los individuos salen
de mi consultorio habiéndose dado cuenta de algo nuevo que pueden usar.
Tal vez se trate de algo pequeño o grande, pero ese nuevo conocimiento
implica cierto tipo de esperanza; la esperanza de que pueden hacer algo
diferente acerca de ellos mismos, y de que la vida puede ser diferente
para ellos de alguna manera.
Establezco un programa pára que las sesiones siguientes ocurran
cada vez que un nuevo paso está a punto de aparecer. La pauta no es
rígida. Pienso que cada entrevista tiene vida propia. Nada asegura que
mañana voy a estar aquí para verlos de nuevo, o que ustedes van a estar
aquí. Trabajo hacia una nueva posibilidad y redondeamos algo cada vez
que la familia y yo nos despedimos. Esto no quiere decir que todo el
trabajo ya terminó. El trabajo nunca se termina, ya que podemos
continuar creciendo para siempre. El final de una entrevista sí implica
que al cabo de ese tiempo tenemos algo nuevo que puede ser útil.
Por ejemplo, con la familia que vi ayer, terminé diciéndoles que había
yo gozado estar con ellos y haber sido parte de su vida durante dos horas;
que en realidad me hubiera gustado poder continuar siendo parte de
ellos, pero que las necesidades de mi vida no lo permitían. Dije que si por
casualidad nos encontrábamos de nuevo, me daría mucho gusto. La idea
es que una entrevista tiene vida propia y la próxima entrevista también
tendrá su propia vida. Si continuamos creciendo de verdad, cada
entrevista tendrá una nueva vida y será por completo diferente. Las
gentes estarán en una posición distinta, y el terapeuta también. De todos
modos, esa es mi manera de ver las cosas.
Prometo a las gentes que les diré y les mostraré todo lo que pueda. No
les puedo prometer que les diré todo lo que está en mí, ya que no lo
conozco. Sólo puedo comunicarles U> que sé que existe. Muchos de los
lectores tal vez escuchen cosas que no intenté decir pero que son ciertas
de cualquier manera. Mi esperanza es que tal vez ustedes hayan
encontrado nuevas ventanas. Igual que con lá familia de ayer, he tratado
de abrir aquí nuevas puertas para ustedes. Espero que les sean útiles.
PARTE 5
COMO INVOLUCRAR AL MACROSISTEMA

En 1981, un reto que me entusiasmó me permitió facilitar el cambio de


una manera más global de lo que yo había escrito hasta entonces. Tuve la
oportunidad de ir más allá de la psicoterapia familiar conjunta
tradicional, y de involucrar a una porción mayor de la comunidad.
A través del Instituto de la Familia de Virginia (bajo la dirección de
Joan Winter, M. S. W.), el Departamento Correccional de la Comunidad
de Virginia inició un extenso proyecto para estudiar cuán efectiva era la
psicoterapia familiar para el tratamiento de la delincuencia juvenil.
Escogieron tres psicoterapeutas familiares prominentes 9 para que
representaran diferentes escuelas de psicoterapia familiar. Cada uno de
nosotros diseñó un programa de tratamiento, obtuvo la colaboración de
terapeutas que había entrenado, y supervisó la realización de su
programa respectivo. Se incluyeron 60 familias en cada uno de estos tres
programas y también hubo un grupo control que estaría exento del
tratamiento.

A través del estudio, esperábamos responder a diversas preguntas;


entre ellas 10

1. ¿Es efectiva la psicoterapia familiar en el tratamiento de la


delincuencia juvenil? Si la respuesta es afirmativa, ¿en qué forma?
2. Los terapeutas que elegimos, ¿diferían uno de otro de manera
categórica? En otras palabras, los estudiantes que gravitaron hacia

9 Los otros dos terapeutas fueron el Dr. Murray Bowen (del Family Psy-

chiatry Center en la Universidad de Georgetown) y Jay Haley (del Family Therapy


Institute en 'Washington, D.C.).
10 Los seis terapeutas, al igual que los otros miembros de mi equipo, forma-
ban parte de la Avanta Network, un programa de entrenamiento que yo elaboré en
1978. Los seis terapeutas fueron Ken Block, A. G. S. W., de Santa Cruz,
California; Gatherine Bond, M. A., del Center for Counseling and Psy- chotherapy,
en Santa Mónica, California; Jack Dennis de San Diego, California; William
Nerin, M. A. de Oklahoma City, Oklahoma; Anne Robertson, Ph. D., de Tiburón,
California; y Marguerita Suares, R. N., M. A., del Northwest Center for Personal
and Family Counseling, Inc., en Belieview, Washington.

236
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 237
WQ /
COMO INVOLUCRAR AL MACROSISTEMA 237

diferentes escuelas de psicoterapia ¿tenían diferentes perfiles psi-


cológicos?
3. ¿En qué podía contribuir cada una de las tres orientaciones al
tratamiento del transgresor o la transgresora juveniles y su familia?
4. ¿Logran los terapeutas en realidad lo que se proponen? (Puesto que
todas nuestras sesiones fueron filmadas en cintas de video, pudimos
comparar las diversas intervenciones con su propósito).

Un proyecto de este tipo tiene aspectos potencialmente competiti-


vos; por lo tanto, pensé que era importante evitarlos para que fuera
posible concentrarnos en nuestras contribuciones. Reconocí el deseo
sincero del Departamento de Justicia Juvenil de averiguar cómo po-
dían proporcionar a sus clientes un servicio más efectivo. El estudio
también me pareció una oportunidad extraordinaria para observar
nuevos panoramas. Tendría yo la oportunidad de ver mi trabajo en un
contexto más amplio.
Ninguno de los líderes llevaría a cabo el tratamiento como terapeu-
tas. Nuestra labor era diseñar el programa de tratamiento y supervisar
a nuestros terapeutas. Elaboré mi programa incorporando un contacto
semanario regular con los agentes judiciales que vigilaban la evolución
de los delincuentes, con los jueces y con otros agentes de la comunidad,
porque pensé que el diálogo con todos los medios de la comunidad que
pudiera yo alcanzar sería benéfico. No parecía tener mucho sentido ver
a las familias, sin vincularse con el contexto más amplio y con todas las
variables que tenían impacto sobre dichas familias.
Para llevar a cabo las sesiones de psicoterapia individual y
familiar, escogí a seis terapeutas2 que habían estudiado conmigo: tres
hombres y tres mujeres, competentes como terapeutas familiares y con
experiencia en la vida —por decirlo así, “que habían adquirido textura”
al vivir. En mi opinión, eran individuos capaces de establecer con rapi-
dez un vínculo fuerte con personas jóvenes. Los seis llevaron a cabo un
excelente trabajo.
Además de los seis terapeutas, incluí a tres personas más en el
equipo. Un pediatra que conocía bien la psicoterapia familiar.3 Deseaba
yo que un médico participara como coterapeuta y consultante, en
especial si los miembros de las familias respondían con síntomas psico-
somáticos ante los cambios en el sistema familiar. También deseaba yo
definir si existía una liga entre la conducta delincuente y la salud físi-
ca, y si la salud de los miembros de la familia prosperaba cuando
mejoraba la comunicación dentro de la familia misma. Pienso que el
cuerpo a menudo dice lo que la voz no puede decir.
El octavo miembro del equipo4 se interesaba en especial en el
desarrollo de las organizaciones y trabajó conmigo cada vez que entra-
ba yo en contacto con el sistema de justicia para los jóvenes y con otras
instituciones. La señora Pickering también actuó como puente entre mi
parte del proyecto y el director del proyecto.
El noveno miembro del equipo5 estuvo a cargo de la logística para
proporcionar los sistemas de apoyo a las personas en el proyecto. La
parte más difícil de su trabajo fue coordinar la filmación en cintas de
video. Todo lo que hicimos se filmó, y animamos a las familias para que
vieran las cintas de sus propias sesiones. También les proporcionamos
la cinta de video intitulada “Una Familia en Crisis,” que muestra mi
manera de trabajar con una familia. Ese fue otro de mis métodos para
ayudar a las gentes a obtener información y adquirir confianza en el
tratamiento que se estaba llevando a cabo.
Debido al poco tiempo de que dispuse, y debido al hecho de que mi
oficina está en Menlo Park, California, diseñé mi programa de manera
que mi equipo pudiera reunirse en Richmon, Virginia, durante un
periodo de cuatro semanas, tratar a las 60 familias de manera
intensiva, separarse durante cuatro semanas, y regresar durante diez
días más para revisar la evolución de las familias. Creo que, en
general, el trabajo intenso durante un periodo breve es más efectivo
que la pauta tradicional, o sea entrevistas regulares durante mucho
tiempo.
Como no contaba yo con un sitio propio en Virginia, todas las
sesiones familiares tuvieron lugar en una amplia casa rentada. Los
diez miembros del equipo también vivimos ahí, durante el estudio,

a El Dr. Jonathan Stoltzenberg, cuya práctica privada en Hartford, Con-

necticut incluye Pediatría y Medicina del Desarrollo y de la Conducta. El Dr.


Stoltzenberg también forma parte del profesorado de la Escuela de Medicina de
la Universidad de Connecticut.
4 Jean Pickering, W. S. W. de Chapel Hill, Carolina del Norte.

* Vernon Sparks, M. A., de Annapolis, Maryland.


lo cual facilitó las consultas y la coterapia entre ellos. El hecho de vivir
tan cerca uno del otro, allanó para el personal las dificultades de
mantener constantes relaciones mutuas. También proporcionó a las
familias una atmósfera hogareña puesto que había espacio para
descansar. Siempre hubo té, café, leche y refrigerios disponibles. Creo
que un ambiente de calma, hogareño y acogedor, es un valioso factor
que ayuda al tratamiento.
Es mi convicción que un grupo de personas que trabajan juntas
necesita reunirse con frecuencia para facilitar su crecimiento personal
y profesional. Si los miembros del grupo son abiertos y están disponi-
bles uno para el otro, esto se reflejará en una calidad de tratamiento
notablemente mejor. Así sucedería con el personal de clínicas de salud
mental, en agencias de trabajo social y con otros grupos de servicio a la
comunidad, si se reunieran más y en forma más abierta.
Me siento satisfecha de los seis terapeutas que elegí, de la manera

238
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 239
en que vivimos y trabajamos juntos, y del énfasis que pusimos en
nuestro grupo de apoyo. Llevamos a cabo tratamiento familiar sólido y
de buena calidad. La cronología de hechos y los mapas familiares
fueron útiles en el tratamiento y en la supervisión de los casos.
Utilizamos mucho las esculturas familiares. No obstante, cada tera-
peuta uso su propio estilo. En mi mente resalta, tal vez como el factor
más importante, la flexibilidad de hacer lo que se necesitaba en cada
momento. Si teníamos que proporcionar transporte, lo hicimos; si
necesitábamos ver a las gentes en sus hogares, fuimos a verlas.
Llevamos a cabo lo que fuera necesario para lograr que las familias
vinieran a vernos y para ayudarlas a crecer.
Pensé que una experiencia en la cual las familias pudieran apren-
der en grupo enriquecería las sesiones privadas de cada familia; por lo
tanto organicé, en los fines de semana, reuniones prolongadas a las
que podían asistir todas las personas involucradas en el proyecto: las
familias en tratamiento, los agentes judiciales que vigilaban la
evolución de los chicos delincuentes, los jueces y otras personas in-
teresadas. También organicé una reunión prolongada, de un día de
duración, que involucró a toda la comunidad.
Con frecuencia me preguntan cómo conduje estas reuniones de fin
de semana que duraban de cuatro a seis horas, e incluían de 200 a 300
personas. Igual que con muchas cosas que inicio, empecé por suponer
que los individuos asistían porque deseaban algo. Tal vez iban por
curiosidad, o querían información, o necesitaban ayuda. Sin que
importara lo que cada uno deseaba, estaba yo dispuesta a ayudarlos a
obtenerlo. Desde el principio tuve una actitud de esperanza. No
importó si ellos sentían esperanza o no, dentro de ellos mismos.

t.4-0
240 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
Yo vi esa esperanza. Pude ser abierta y cariñosa con ellos, y hablar-
les sin falsas diplomacias. Mi actitud de esperanza es muy útil para
ayudar a las personas a cambiar. Estoy convencida de que todos
pueden crecer si se logra conectarlos con sus recursos internos. Esa
es la tarea terapéutica.
Antes de la primera reunión de tratamiento familiar en grupo,
tuve la ventaja de que ninguna de las personas involucradas me co-
nocía ni había oído de mí. Todas las familias en tratamiento habían
recibido mi libro Peoplemaking (Relaciones humanas en el núcleo
familiar), que es donde mejor he descrito mis ideas acerca dé las
familias. Si ya lo habían leído, o habían oído hablar del libro, sabían
que nadie los culparía; mis libros no culpan a nadie, en especial no a
los progenitores, y esto hace que los individuos sientan mayor con-
fianza para asistir a sesiones de grupo. No culpar es una actitud que
también implica que estoy ante personas inteligentes. Pienso que la
mayoría de los individuos son inteligentes (aunque no siempre actúen
de manera inteligente).
Nos reunimos en un amplio salón en una iglesia del vecindario
Teníamos sillas que se podían mover y mucho espacio. Inicié la reu-
nión con un saludo verbal y afectuoso. Les dije cuán contenta estaba
de verlos a todos y que esperaba que pudiéramos hacer algunas cosas
juntos y aprender algo acerca de cómo funcionan las familias. El
objetivo de esos fines de semana era aprender cómo vivir mejor den-
tro de una familia.
Cuando el ambiente lo permitió, pregunté si alguien quería decir,
hacer o averiguar algo. Esperé: habitualmente no hubo respuesta
durante los primeros sesenta segundos. Los animaba yo éntonces a
participar diciendo: ‚Apuesto a que nadie les había preguntado esto
antes. ¿Qué es lo que ustedes quieren? ¿Qué es lo que cada uno de
ustedes quiere para sí mismo?*’ (Habitualmente les preguntan qué es
k> que quieren para alguien más.)
Un alma valiente se atrevió a decir: ‚Quisiera hacer algo con mi
hijo‛ (o con mi esposa, esposo, madre o alguien más). Acepté cual-
quier petición y la reajusté para transformarla en una situación en la
cual todo el grupo pudiera aprender algo.
Pedí a la persona que hizo la petición que viniera al frente del sa-
lón y se sentara junto a mi. Juntas, sentadas cerca una de la otra,
pudimos sentir mutuamente la presencia de la otra. Desarrollé enton-
ces una integración cuyo meta-mensaje implicaba aceptación hacia
esa persona. Por ejemplo, en una sesión un hombre se puso de pie y
dijo: ‚Mi esposa y yo no nos llevamos muy bien.‛ Hice explícito el
mensaje de autoestimación cuando dije: ‚Antes que nada, pienso que
¿TI
COMO INVOLUCRAR AL MACROSISTEMA 241
debe usted sentirse orgulloso de haber dicho lo que dijo.‛ El primer
paso para nutrir La autoestimación es articular los sentimientos pro-
pios.
Más adelante, para vincularme con el público, dije: ‚Tengo cu-
riosidad de saber si alguien más en este grupo ha tenido esta dificul-
tad también. A ustedes, los señores, ¿les ha ido mal con sus esposas?
(o viceversa).‛ Muchos levantaron la mano* He descubierto que las
raíces de todos los problemas humanos son universales. Parece no
haber excepciones, no importa la raza, la nacionalidad o el nivel
económico de la gente.
Con objeto de convertir la situación en una oportunidad para
aprender y también para proceder terapéuticamente, dije al hombre:
‚No está usted solo. Y tal vez si usted hace algo, las jjentes del grupo
aprenderán algo también.‛ He visto que, incluso cuando los miem-
bros del grupo no. trabajan específicamente en sus propios problemas
240
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 241
experimentan muchos cambios.
Procedí entonces a preguntar datos más específicos: ‚Ahora, por
favor dígame su nombre.‛ Se llamaba Cari. Le apreté la mano, dán-
dome cuenta de la sensación que su mano me comunicaba. Para
decidir cuándo y dónde es posible tocar a un extraño, hay que dárse
cuenta a un grado muy preciso del momento adecuado y de qué tanto
está dispuesta esa persona a arriesgarse. Tocar a los individuos no es
una técnica: es un tipo de vínculo humano (véase la parte cuatro
‚Cuando me encuentro con una persona‛).
Cuando pregunté: ‚¿Cómo se siente usted en este momento?” la
mayoría de los voluntarios me dijeron que se sentían nerviosos. Pre-
gunté entonces: ‚¿En qué parte de su cuerpo se siente usted nervio-
so?‛ La respuesta pudo ser que a la persona le temblaban las rodillas.
Dije entonces: ‚Bien, en ese caso, vamos a hacerlas temblar como se
debe. ¿Hay alguien más en este grupo que sepa lo que se siente
cuando uno está nervioso?‛ Desde luego, todos los miembros del
grupo asintieron. ‚Yo también sé lo que se siente. De manera que
vamos todos a hacer que nos tiemblen las rodillas.‛ El voluntario y
yo sacudimos nuestras rodillas; yo lo hice con vigor» para dar un
ejemplo de cómo hacer manifiesto y obvio algo que hasta entonces
había sido prohibido y daba miedo. Puse en esto sentido del humor,
lo cual nos permitió sacar la angustia al descubierto, sacudírnosla' y
liberarnos de ella.
‚¿Cómo se siente ahora?‛
‚Mejor.‛ |
‚Bien, Ahora, ¿qué es lo que dijo usted qu<¿ quería hacer?‛
VR.
242 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

“Bueno, mi esposa.. .”
**¿ Por qué no le pide que se venga a sentar aquí, con usted?” —dije.
Ya para entonces la esposa estaba lista a unirse a nosotros. Cuando ella
pasó al frente, dije al esposo: “Antes de proseguir con usted, quisiera
conocer a su esposa.”
Me volví hacia ella, sonreí y le pregunte su nombre. “¿Cómo está,
Sally? ¿ Qué sintió cuando su esposo subió aqui conmigo e hizo las cosas
qué hizo?” No le pregunté cómo se sentía por haber subido al estrado
para “hablar de un problema,” sino cómo Se sentía acerca de lo que su
marido estaba haciendo ahí conmigo. A menudo la respuesta es algo
como “Nunca lo había visto asi antes.”
“Eso es interesante,” dije. “Tal vez haya otras fases de él que usted no
ha notado. A menudo resulta ser así.” Entonces le dije a Cari: “¿Cree
usted que hay fases de su esposa que usted no ha notado todavía?” El
estuvo de acuerdo en que tal vez había ciertas fases de su esposa
desconocidas para él.
En ese momento, estaba yo preparando el escenario para despertar
recursos internos. Ya para entonces se había establecido un tono en que
estábamos dispuestos a descubrir cosas, no a acusar a nadie. De manera
que pregunté: “Bueno, Cari ¿qué problema quería usted exponer aquí?”
“Tiene que ver con que mi esposa trabaja hasta muy tarde en la
noche.”
“Explíqueme, por favor,” pedí.
“Bueno, llega a la casa a las «mee, y yo llego a las seis. Entonces se
dueiine hasta las siete de la mañana, y yo me tengo que levantar de la
cama & las cuatro.**
Dije: “Me está usted diciendo que no pasan mucho tiempo juntos y
tal vez también esta usted hablando del tiempo que pasan en la cama.
¿Me está usted hablando de eso?”
“Bueno, eso es parte.”
Continué explorando la vida de la pareja hasta que formulé una
pregunta básica que no se había heeho antes: en realidad ¿la esposa
sentía cariño por ¿1? SI a ella de verdad le importaba su esposo,
cambiaría su horario. (La pregunta casi siempre se refiere al nivel de
autoestímadón: “Si haces lo que yo quiero que hagas, eso significa que
me amas.”)
La respuesta de la esposa fue similar: “Si a él le importara yo, no me
molestaría tanto. Además, a veces tenia demasiado."
En forma periódica, me detuve y pregunté al grupo: “¿Algunos de
ustedes sabe algo respecto a este asunto?” Desde luego, el 99 por
zn
COMO INVOLUCRAR AL MACROSISTEMA 24S

ciento del auditorio sabían algo acerca de lo que Sally y Cari relataban.
En ese momento decidí esculpir la comunicación. Inicié el proceso
diciendo: “Se me ocurrió una idea acerca de algo. ¿Quieren intentarlo
conmigo?” Con el consentimiento de la pareja, dije: “Noté algo en la
comunicación de ustedes dos, y me gustaría mostrárselos. Voy a formar
una imagen con sus cuerpos. Préstenme sus cuerpos durante un
momento y se los regresaré después —Pongo mucho humor en todo lo
que hago. Los coloqué en una posición acusadora y dije “¿Es eso lo que
sucede?”
“Sí, Sí.”
Mientras estaban en esa posición, pregunté a cada uno “¿Cómo se
siente su cuerpo ahora?” Al igual que la mayoría de las personas en tal
situación describieron tensiones corporales, tirantez, miedo, una
disminución en la respiración, etcétera. (Pienso que el cuerpo es una
metáfora qué sirve para la expresión emocional.)
Pregunté entonces: “¿Qué tiene que suceder para que esto cambie?”
"Bueno,” Cari dijo, “los niños pueden caminarlo. O yo empiezo a
sentirme culpable.”
242
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 243
“Están aquí sus hijos?”
“Sí.*
“Bueno, vamos a preguntarles si les gustaría unirse con nosotros.”
Los chicos estuvieron de acuerdo. Después de que conocí y establecí un
vínculo con cada uno de ellos, continué mi escultura familiar. Pregunte a
cada niño: “¿Has visto antes a tu padre y a tu madre en esa posición?”
“Ajá.”
“¿Qué hace cada uno de ustedes cuando la situación se pone así?”
Un niño fue y se puso de pie junto a su madre. Otro se colocó al lado
del padre. Otro dijo: “Yo nada más corro a la casa del vecino.” Todos los
asistentes veían ahora una imagen gráfica de ésa parte de la interacción
de esa familia. Era igualmente cíaro cómo ese tipo de comunicación
podía conducirlos hacia dificultades.
Continuamos la escultura, cambiamos las posiciones y hablamos
acerca de cómo cada individuo se senda. Estaba yo trabajando con la
familia, con el proceso familiar, y, a otro nivel, con todo d gruí» de
asistentes.
El humor es una parte muy importante de mi traba jos Entro al
grupo con una sensación verdadera, que me llega hasta los huesos, de
que voy a conocer a gente, y en mi opinión la gente es capaz de todo tipo
de transformaciones. Pienso que es posible enseñarle algo

K. '»
244 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA
a todo mundo. De manera constante modelo cómo es posible hablar
con ligereza de cosas muy pesadas. Si siento que una historieta, una
analogía o una caricatura son útiles, me detengo y las comunico. A
menudo los cuerpos pueden mostrar un punto de manera mucho más
efectiva que el diálogo directo.
En esos grupos grandes, conduje algunos ejercicios
entremezclados con el trabajo personal. Pedí al grupo que se
reorganizara en pares, tríadas, o en pequeños subgrupos. Un
resultado de estos ejercicios es que las gentes hacen contacto con
otras, y sienten apoyo; al mismo tiempo« aprenden nuevas maneras
de sentir su propia persona y de sentir a otros. He elaborado muchos
ejercicios, y me siento libre de diseñar cualquier conducta que creo
adecuada para la situación.*
En algún momento, conduzco a los asistentes de cada reunión
prolongada hacia un ejercicio de concentración que denomino de
distintas maneras: relajamiento, disminución de la tensión o medita-
ción. Pido a las personas que se coloquen en una posición física có-
moda, que cierren ios ojos y se concentren en su propia respiración.
Las guío en una jornada cuyo objetivo es proporcionarles buenos
sentimientos acerca de sí mismas. Pienso que las personas pueden
manejar problemas difíciles de manera más creativa cuando se
sienten bien con ellas mismas. (He descubierto que hacer este
ejercicio también es útil en sesiones donde sólo está una familia.) Es
una buena manera de empezar y de terminar las reuniones de grupos
numerosos.
El trabajo que hice en los grupos grandes de fin de semana en
Virginia ayudó al trabajo de las sesiones privadas que cada familia
tuvo. Animamos a las familias para que asistieran al grupo grande,
pero dicha asistencia fue voluntaria; más o menos el 35 por ciento de
las familias en tratamiento asistieron regularmente al grupo grande.
He descrito con cierto detalle dichas sesiones porque no lo había
hecho antes en ninguna de mis publicaciones. Tal vez esa manera de
trabajar sea nueva para muchos de ios lectores. Las reuniones del
grupo grande aligeran la carga del paciente y de su familia* ya que
los problemas se vuelven universales: las áreas de autoestimación,
comunicación y apreciación de las diferencias individuales, concier-
nen a todos los miembros del grupo. Espero que otros profesionistas
experimenten con esta manera de trabajar.
Aún no conocemos los resultados finales del proyecto de Rich-
mond. Virginia. Se estudiará a los pacientes dos años después del
9
Véase la Nota de la autora al final de este libro acerca de cintas de v'ideo sobre la
comunicación que contienen muchos de los ejercicios mencionados.
<~TO
COMO INVOLUCRAR AL MACROSISTEMA 245
tratamiento, y al final tal vez aprendamos mucho más de lo que he
escrito aquí. No obstante, pude ver que mi grupo tuvo un enorme
impacto sobre las familias, sobre el sistema judicial juvenil, y en
cierto grado sobre la comunidad, que respondió a muestra labor con
gran entusiasmo. Los periódicos y las estaciones de radio locales nos
dieron buena publicidad, y muchas personas del público general
asistieron a las reuniones prolongadas a las que se invitaba a todos.
Me siento satisfecha acerca de nuestra decisión de trabajar de
manera intensiva durante un periodo corto. Creo que iniciamos al-
gunos cambios que evolucionarán por sí mismos. Me hubiera gustado
continuar más tiempo. No obstante, desde el punto de vista de la
investigación, tal vez aprendamos más mediante este enfoque inten-
sivo y breve, lo cual nos ayudará a afirmar la fuerza inherente en las
familias, especialmente cuando modificamos el macrosistema.
También estoy satisfecha de qué el estudio fue muy minucioso y
tuvo un diseño de investigación bien pensado. Creo que los
resultados mostrarán que tuvimos un impacto enorme sobre el
individuo, la familia, las instituciones y la comunidad. Si los
resultados confirman mis impresiones, tal vez se repetirá la
244
CUANDO ME ENCUENTRO CON UNA PERSONA 245
experiencia en otros lugares de Estados Unidos y tal vez se elaboren
ramificaciones de este enfoque.
mfifA DE LA AUTORA

Alguitbs lfcctores tal vez deseen saber más acerca de mi teoría ymi
práctica. Personas que han leído este libro a menudo preguntan:
‘‘¿Qué hago ahora?‛
He enseñado psicoterapia familiar durante una gran parte de mi
vida profesional, pero no he escrito libros ni producido Materiales
cuyo formato abarque desde grados elementales hasta grados avanza-
dos de la teoría y la práctica. Durante los años en que he enseñado,
también he estado aprendiendo y modificando mis ideas. De hecho,
algunos de los procesos más importantes que uso para entrenar estu-
diantes y llevar a cabo tratamientos, como por ejemplo la Recons-
trucción Familiar y las Fiestas de Partes, todavía no se publican de
una manera accesible para el lector general. Espera organizar este
material, que es más avanzado, en un futuro próximo. Mientras tanto,
he aquí mi consejo acerca de qué hacer con lo que disponemos en la
actualidad.
Recomiendo que lean mi libro Peoplemaking (Relaciones
humanas en el núcleo familiar), si es que no lo han leído ya, tanto
para el crecimiento personal como para aprender las posiciones de
comunicación que se mencionan de manera breve en es« libro. A lo
largo de todo lo que enseño, existe la experiencia del crecimiento
personal al mismo tiempo que el estudiante aprende técnicas
específicas.- Ambos factores son esenciales. Cada vez que es posible,
trato dé jpropdtódftar al estudiante la oportunidad de sentir lo que
estoy tratando de enseñar. Como un ejemplo de esto, hay varios
ejercicios de comünicación en Peoplemaking. Por favor llévenlos a
cabo con su propia familia di es posible.
Las siguientes recomendaciones no tienen un orden específico.
Tal vez quieran leer Changing with Families (Cambiando con las
familias), que escribí junto con Richard Babdler y John Grinder.
Pienso ahora que en ese libro dfadbotamos algunas de las ideas que
he presentado en el présente volumen (en especial en los capítulos 9 y
10) .
El11 el libro Helping Families to Change (Ayudando a las
farmtmz a cambiar), que escribí junto con James Stachowiak y

11 Disponible a través de Science and Behavior Books, Inc.


NOTA DE LA AUTORA 247

Harvey Tas- chman, encontrarán un capítulo acerca de las famSias


simuladas, que es en espedid! ¿til si se dalican ustedes a enseñar.
Family in Crisis (La familia en crisis)* es una cinta de video que
ñuueste* tegmentos del tratamiento de una familia a lo largo de
mSos* n*&se$. En esa cinta fe hace énfasis en mi primera sesión con
la familia, en la cual el fJificfeiite identificado (PI) tiene *&na crisis
epiléptica que de manera <dara parece ser desencadenada por los
cambios que estoy kpmduÓimát> en el sistema familiar. La cinta
también contiene una fclSltói de coterapia, ya que el Dr. Dewit (Bud)
Baldwin y yo trabajamos jstmos.
Mis ciritasde video Comunicamém I* y Comuitic&mónll* fuero®
producidles durante sesiones prolongadas que organicé en la Univer-
sidad <&e ^Manitoba. Incluyen muchas de las ideas que los lectores
ét Psicoterapia familiar conjunta y Peoplemaking ya conocen; por
ejem- fpló, la ‚olla‛ individual, él grado al cual un hombre o una
mujer se dan mienta de sentimientos y los aceptan, y la relación de
dichos sentimientos con la comunicación, la congruencia, los
mensajes de doble nivel, el hecho de ‚ponerle sombreros‛ a la gente,
el espacio periférico, ‚la construcción de significado,‛ etcétera.
Además, las cintas muestran varias experiencias muy útiles.
Reorganizo al público de una universidad grande en pequeños grupos,
para que de manera personal sientan algunos de estos conceptos. Los
métodos que ahí muestro pueden adaptarse a muchas situaciones de
enseñanza, y tal vez esti- mulenal lector a pensar en cómo traducir la
teoría en términos prácticos para las familias a quienes da tratamiento.
“ He escrito tres libros breves: Máking Contact (Haciendo contac-
to), Sélf«E$teem (Atítaestimación) y Your Many Faces (Las múltiples
caras que! usted posee). Son relativamente baratos, y tal vez sean úti-
les para las familias.
En la actualidad ^Michelé Baldwin y yo estamos colaborando con
Bud Baldwin en un libio cuyo título inicial es Satir Step by Step
(Satir, paso^alpasq).''Sigue la transcripción de unasesión de
psicoterapia >y, como iél? tftúlo implica, hace explícita mi manera de
actuar. Probablemente los estudiantes y los terapeutas encontrarán
que el fibro^esútil e informativo.

246
248 PSICOTERAPIA FAMILIAR CONJUNTA

En algún momento, tal vez después de leer Peoplemaking, quizá el


lector desee adquirir entrenamiento más intenso acerca de mi método.
Recomiendo que escriban a la Oficina Avanta en P. O. Box 7402,
Menlo Park, GA 94025, para averiguar acerca de oportunidades de
entrenamiento con miembros de la Red Avanta (que antes se llamaba
la Red Humana). Esta es una organización que fundé en 1976 debido a
las muchas peticiones que recibí para elaborar un programa de
entrenamiento. Los miembros de Avanta son profesores bien
entrenados y competentes, que trabajan con sistemas familiares;
algunos de ellos tal vez practiquen en la comunidad donde el lector
vive.
Si es posible, el lector debe tratar de asistir a una Comunidad en
Proceso, que es un programa de Avanta que dura de tres a cuatro
semanas. Se trata de un entrenamiento intenso, que combina el cre-
cimiento personal con el estudio de técnicas específicas y utiliza Fies-
tas de Partes, Reconstrucción Familiar y la experiencia de trabajar en
tríadas y en grupos grandes.
El lector notará que no recomiendo una secuencia específica para
todo esto. Cada profesionista tomará lo que juzgue útil según sienta la
necesidad.
EL PAPEL Y LA TECNICA DEL TERAPEUTA 201

BIBLIOGRAFIA

Considero los libros romo inspiraciones para ver nuevas


posibilidades, trampolines para intentar nuevas cosas, y recursos
para aumentar la información. Dada la naturaleza de las cosas los
libros representan la parte del mundo que el escritor ve >y la
interpretación de dicho mundo. Gozo viendo las diversas maneras en
que la gente observa las mismas cosas.
Además de tas referencias que cito en este libro, esta lista de
lecturas selectas incluye libros y artículos que para mí han sido en
especial estimulantes, inspiradores e informativos. Los he agrupado
en los siguientes temas para que el lector localice con mayor rapidez
lo que en especial le interese: Niños, Relaciones de pareja, Divorcio,
Proceso familiar y terapia familiar, Salud holística, Ediciones
generales sobre la familia, Familias combinadas, Familias de un-
padre y Desarrollo personal.
Niños
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