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Los Sangurimas es una novela corta que se divide en tres episodios: El tronco añoso,

las ramas robustas y Torbellino en las hojas. Se va a desenvolver específicamente en


estos tres episodios de la siguiente manera.

LA TEORÍA DEL MATAPALO:


Previo a desarrollar la obra, De la Cuadra relaciona al árbol Matapalo con los capítulos
de su novela:

Para el narrador de Los Sangurimas, el montuvio es similar a este árbol


endémico del litoral ecuatoriano.
“Tal de él, el pueblo montuvio está sembrado en el agro, prendiéndose con raíces
como garras. El pueblo montuvio es así como el matapalo, que es una reunión de
árboles, un consorcio de árboles, tantos como troncos”(De la Cuadra, 2002).

EL TRONCO AÑOSO, O LA VIDA Y


CARÁCTER DE NICASIO SANGURIMA.
A través de anécdotas y leyendas se narra el carácter fuerte, valiente y bravo de
Nicasio Sangurima. Nicasio es hijo de un gringo y de una madre de origen montubio.
Sus tíos participaron en las montoneras. De Don Nicasio se dice, por ejemplo, que
había hecho un pacto con el diablo, pero Don Nicasio, cual Cantuña, había burlado al
diablo, y el diablo lo castigó haciéndolo vivir muchísimo tiempo. También se dice que
su latifundio, La Hondura, se hizo un lugar próspero y bonito para cultivar por haber
hecho un pacto con el coludo.
“Ño Sangurima quiere morirse pa descansar. Ha vivido más que ningún hombre estos
lados. El diablo no lo deja morir. Así se desquita el diablo” (De la Cuadra, 2002).

La Hondura es uno los latifundios más grandes y prósperos de la costa. Está


atravesado por riachuelos y un río grande y bravo como el mismo Nicasio Sangurima.
El río se llama de los Mameyes.
Don Sangurima tiene tantos hijos como mazorca de maíz. Pero sólo ha reconocido a
dieciséis. Repartió su latifundio entre todos sus hijos. Tuvo tres esposas, las dos
primeras murieron y la última vive encerrada en un cuarto de la casa grade de la
hacienda.

LAS RAMAS ROBUSTAS, O LOS HIJOS DE


NICASIO SANGURIMA.
El segundo capítulo narra la historia de los hijos de Don Nicasio. Ventura Sangurima,
Terencio Sangurima, Francisco Sangurima y Eufrasio Sangurima quienes desarrollarán
el conflicto con el que se cierra la historia en el tercer capítulo.

VENTURA SANGURIMA
Ventura Sangurima era el mayor de todos y por tal recibió de pequeño todo el peso
del carácter de don Nicasio. Se cuenta que cuando Ventura lo desobedeció, Nicasio lo
hizo azotar como a esclavo, desde ahí, no puede llevar la contraria a su padre. Lo
llamaban el “acuchillado”, por una cicatriz que tiene en la cara o el “raspabalsa”.
Trabajaba muy duro y ahorraba absolutamente todo. Sólo lo mal gastaba con su
hermano, el cura Terencio. Tuvo 24 hijos con su mujer, de los cuales sólo tres le
salieron niñas. Las tres Marías a quienes él envió a estudiar a Guayaquil porque no
quería mal lograrlas en la hacienda.

TERENCIO SANGURIMA
El cura Terencio Sangurima, sabía que las gentes del campo eran analfabetos, por lo
cual “traducía” las líneas de la biblia al entendimiento e idiosincrasia montuvia. Él se
refería a este aspecto como la democratización del dogma. El cura, sin embargo, era
buen amigo del trago. El único que podía hacer derrochar dinero a su hermano
Ventura.
FRANCISCO SANGURIMA
El doctor Francisco Sangurima. El abogado que constituía para algunos de sus
familiares el orgullo de la familia. Tenía su estudio jurídico en Guayaquil, aunque en
realidad vivía en soledad en una casa. Era adicto a la soledad. Murió asesinado, según
dicen, por su hermano, el coronel Eufrasio Sangurima.
EUFRASIO SANGURIMA
El coronel Eufrasio Sangurima. El peor de todos los hijos de don Nicasio y a su vez
el consentido. Eufrasio se ganó el apodo de “coronel” porque participó en las
montoneras de Alfaro bajo el mando del general Pedro José Montero. No obstante, su
distinción como coronel tal sólo la utilizó para cometer vandalismo y fechorías. Fuera
de la Hondura, el coronel asesinaba, robaba y violaba a revolucionarios y
contrarrevolucionarios.
Sus tres hijos eran conocidos como los Rugeles. Así mismo, se decía que vivía
maritalmente con su hija mayor. Tema al que don Nicasio no prestaba ninguna
atención porque no era el único caso incestuoso en La Hondura.

TORBELLINO EN LAS HOJAS, O LAS GENERACIONES


POSTERIORES DE LOS DESCENDIENTES DE NICASIO
SANGURIMA.
El tercer capítulo narra el conflicto que se gestó entre los hijos del coronel Eufrasio
Sangurima y las hijas de Ventura Sangurima.
Un día habían llegado las tres hijas de Ventura a la Hondura. María Victoria, María
Mercedes y María Julia. De ellas se enamoraron los Rugeles, los tres hijos del coronel:
Facundo, Pedro y Manuel. Los Rugeles eran famosos por asaltos y violaciones, pero
también guapos y entradores. De todos los nietos, los Rugeles eran los favoritos de don
Nicasio.
Durante una fiesta, los Rugeles les propusieron a sus primas irse a vivir juntos, pero
ellas respondieron que sólo si se casaban. Los Rugeles fueron a pedir la mano de ellas
a casa de Ventura Sangurima.

Ventura sabía el carácter de ellos, negó alegando que ellas primero debían terminar sus
estudios y después consentiría el matrimonio. Los Rugeles juraron vengarse.
Una noche, María Victoria se fugó Facundo Rugeles. La violaron y mataron
enterrando una cruz en su vagina. Ventura no pudo vengarse porque los Rugeles eran
consentidos de don Nicasio Sangurima y temía por sus otras hijas. Pero, de forma
anónima, el padre Terencio denunció el hecho en Guayaquil.

La policía rural fue a la hacienda y entraron en combate con la gente del coronel
Eufrasio. Al finalizar la noche atraparon a los Rugeles la casa de don Nicasio.

La historia finalizó con Nicasio Sangurima medio agonizando en su catre,


recriminando por la captura de los Rugeles a su hijo, el cura Terencio Sangurima.

ANÁLISIS DE LA OBRA

Más que una novela corta, los Sangurimas es una especie de mitología que pretende
asentar el carácter del pueblo montubio. Otros autores como Alejandro Moreano
(2015) lo definen como leyenda, fuera de todo.
José de la Cuadra recrea un universo completo cuyo patriarca fundador es Nicasio
Sangurima, el gran árbol cuyos hijos y nietos se ven representados en las ramas y hojas
del árbol mismo. El Matapalo.

SIMBOLISMO Y MITO EN LOS SANGURIMAS:


Esta obra es una de las joyas fundamentales de la literatura ecuatoriana de todos los
tiempos, tanto por su estructura como por su forma. José de la Cuadra nos presenta a
través de don Nicasio la cosmovisión del montubio, explica su forma de ser, su
idiosincrasia y su carácter.
Por un lado, el simbolismo que maneja De la Cuadra es fundamental se ve
representado desde el principio: El Matapalo, árbol representativo del montuvio
ecuatoriano, también es el símbolo de la vida, el símbolo de la existencia misma. Por
ello es que don Nicasio siente predilección por unos hijos más que por otros,
especialmente por aquellos hijos que lo recuerdan a él mismo.

Con base en lo mismo, la novela se termina con la división de la familia, que


representaría la división misma del árbol.

Por otra parte, la hacienda “La Hondura” es el universo en dónde esta familia


desarrolla sus conflictos. Hecho interesante es que, al leer los Sangurimas, el lector se
siente abrumado por ese espacio hacendatario. Es un universo que no contacta con el
exterior. Sólo en ciertas ocasiones se alude a otros lugares fuera de la hacienda.
La Hondura es un universo salvaje con sus propias leyes y su propio patriarca. El
más estudiado de los Sangurimas, el abogado Francisco Sangurima es asesinado
porque La Hondura no se lleva bien con la civilización ecuatoriana. Una de las hijas de
Ventura, venidas desde Guayaquil, también fue brutalmente asesinada. Por ello, es la
civilización representada en el Guayaquil de esos tiempos la que ha aniquilado
aquel espacio, momento en que termina la novela.
EL PROTO REALISMO MÁGICO DE LOS
SANGURIMAS.
Otro aspecto esencial es que al inicio de la historia se introducen leyendas que
permiten contar ciertos aconteceres de don Nicasio y su hacienda. Bajo este
aspecto, De la Cuadra roza con el Realismo Mágico; sin embargo, no sabemos en
realidad si los pactos satánicos que se atribuyen a don Nicasio sean ciertos o no; dentro
de la misma novela se desmienten estas leyendas.
La narración de José de la Cuadra para los Sangurimas es casi telegráfica. Recuerda a
las viejas historias que cuentan los abuelos reunidos alrededor de la mesa. Refuerza
así el mitologema con el que permite dar muestras de la idiosincrasia montuvia.  
Según el estudio introductorio que realiza María Agusta Vintimilla (2002) para la obra
de José de la Cuadra, dice: (Cuadra, 2002) (Moreano, 2015)

“Sin lugar a dudas, Los Sangurimas es la obra de José de la Cuadra en que reside el
mundo mítico creado por el pensamiento montuvio y que, a decir del mismo Cuadra,
se manifiesta con una fuerza irrefrenable en dos aspectos: el panteísmo y la fabricación
de héroes”. (p.38).

CONCLUSIÓN.
Los Sangurimas de José de la Cuadra recuerda más al Pedro Páramo de Juan Rulfo,
que al Cien años de soledad de Márquez. Bajo este aspecto, y sabedor de que las
comparaciones que se han hecho de esta novela son harto conocidas por los
ecuatorianos, en lo personal, compararla con otras novelas, es restar valor a la obra.

Los Sangurimas es una obra que se fundamenta por sí misma. Que muestra en lugar de
decir, que explora los conflictos humanos y filiales de varios de sus personajes. De la
Cuadra es uno de los mejores narradores que ha podido parir esta tierra ecuatoriana
porque no rasga la superficie, sino que trata de hacer lo que la buena literatura hace:
explorar los valores universales de los personajes y sintonizarlos con la simbología
cultural y universal para crear un universo, tan sólo a partir del árbol representativo del
pueblo montuvio.

Personajes Principales de los Sangurimas

  Nicasio Sangurima
  Ventura (Raspabalsa)
 Terencio (el cura)
 Francisco (el abogado)
 Eufrasio (el coronel)

Personajes Secundarios de los Sangurimas

 Felipe

 Melania Sangurima

Valores
La primera generación —el tronco añoso del matapalo— está regida por un tiempo
mítico —cíclico e inconmesurable— y por la cosmovisión del patriarca don Nicasio
Sangurima, cuyos valores máximos son la capacidad de imponerse, la virilidad, la
inventiva, la oralidad y el humor.

Antivalores
El no amar el cansancio y el trabajar

Mensaje
La historia nos muestra la cruda, pero verdadera realidad de las familias montuvias de
esa época, donde prima la corrupción, el machismo y  el asesinato entre ellos.
La  técnica que utiliza el narrador proporciona magia, y hasta algunos toques de
comedia, por ejemplo cuando Nicasio Sangurima dispara al aire y la bala estalla en los
pechos de sus enemigos.

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