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-Oficial Gonzales, ¡me han robado!, ¡me han robado! - grito el hombre tras la línea
telefónica- fueron “Los Pachelly”, ¡lo sé!, ¡lo sé! -
-Señor, cálmese -dijo Gonzales - ¿cómo que los Pachelly? -pregunto un poco aturdido -,
¿Quién es usted?, ¿Qué le han robado? y ¿Cómo es que sabe mi nombre? –
- No, ¿Quién es usted? y por favor dígame ¿cómo es que sabe mi nombre? –
- soy leonardo Villar Velandia gerente general del Banco de la República Colombiana y le
llamo a usted por que me lo han recomendado, por eso se su nombre – dijo
Gonzales debía ser educado y muy cuidadoso con el trato de este hombre, pues el señor
Leonardo era muy conocido en todas partes y uno de sus mejores amigos era Henry
Sanabria, el mayor general de la policía nacional, por lo tanto si Gonzales llegaba a
demostrar alguna mala conducta sabia que el castigo podía ser bárbaro.
- ¿pero acaso es usted sordo?, ¡Ya se lo dije, los Pachelly han asaltado mi banco!, ¡se
llevaron todo, necesito su ayuda ahora mismo! - imploró
-señor Velandia, pero ¡¿se da cuenta usted de la insensatez que está diciendo?!, los
Pachely murieron hace cinco años- replico Gonzales.
Los Pachely
Él sabía que los Pachely habían muerto, porque el mismo, junto con sus compañeros
oficiales, habían acabado con la pareja de asaltantes mientras realizaban el atraco al
museo nacional en el 89.
Estaba seguro de que ellos habían muerto, el vio sus caras, nadie podía decir lo
contrario, tenían que estar muertos -se dijo Gonzales -.
-Oficial, sé que es una locura, pero ¡créame!, si quiere venga usted mismo y compruébelo,
las cámaras de seguridad registraron todo, son ellos, ¡lo sé! – dijo empecinado el Sr.
Velandia
Que desfachatez la que está diciendo este tipo -pensó Gonzales -igual tendré que ir a
investigar lo sucedido-.
-sr. Leonardo, voy camino al banco, evite tocar todo tipo de elementos y no deje entrar a
nadie al lugar -.
- entendido Gonzales, aquí le espero – dijo el Sr. Leonardo que luego colgó la llamada.
* * *
Gonzales iba camino al banco cuando en el cruce de un semáforo y entre la multitud
de la gente se le acerca una mujer de cabello rubio que le susurra al oído -un gusto verte
de nuevo Gonzales-, el oficial muy confundido trata de detener a la mujer para detallar
quien era, pero entre el ir y venir de la multitud la silueta de aquella mujer se perdió entre
la masa.
-agradezco su compresión-
- No puede ser verdad, ellos murieron, ¡yo los mate!, ¡los mate! – grito muy desesperado
el oficial, pues los Pachely no eran un juego para él, tardo muchos años para encontrarlos
y lograr matarlos. Aunque ahora en vano.
- Gonzales cálmese, esta situación nos afecta a los dos y yo también quiero explotar, pero
ahora no sirve de nada- de el sr. Velandia de manera un poco inusual
Al oficial le sorprendió la tranquilidad del gerente, pues no era normal que le robaran
muchos millones de pesos y que hablara como si fuera un problema cualquiera
-pero como esta usted tan tranquilo, acaso no ve lo complicado de la situación ¡¿le parece
muy común que después de cinco años le roben la mitad de su dinero?!-
-no me parece normal, no se confunda, estoy igual de irritado que usted, pero reitero en
que así no vamos a avanzar en el caso- explico el gerente
Se torno un silencio incomodo, pues el gerente tenía razón y eso era algo que le
molestaba a Gonzales
Gonzales ya estaba irritado por esa situación eran muchas cosas que procesar,
¿Cómo entraron al banco?, ¿Por qué hacen su aparición hasta ahora, después de cinco
años?, ¿acaso usaron nuevos nombres? Y ¿Por qué me toco a mi este caso? - se
preguntaba constantemente Gonzales mientras veía las cámaras.
En la pantalla se veía como una mujer y hombre miraban hacia la cámara indicando
en una hoja de papel indicando un pequeño texto que decía “tarde o temprano los
corruptos caen y se van de la mano con la muerte”
Gonzales parecía esconder algo, algo oscuro que tal vez los Pachely saben y por eso
les teme tanto….
Continuara….