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ES UN TEXTO BREVE
NARRA
TRAMA
HECHOS FICCIONALES
SUELE TENER POCOS GIRA EN TORNO A UN DELITO O CRIMEN Y
POSEE
TIPOS DE PERSONAJES A LA INVESTIGACIÓN
ESTRUCTURA NARRATIVA
PARA QUE SEA UN SE NECESITA DE LOS SIGUIENTES
-DETECTIVE O INVESTIGADOR TEXTO POLICIAL ELEMENTOS
-AYUDANTE
-Tiene que venir con urgencia, inspector- dijo la voz del jefe de policía González.-.
Tenemos un caso que sólo usted inspector puede resolver. La víctima es un abogado importante.
Eran muchas las razones por las cuales no quería ir. Y el sueño era una de ellas;
pero cuando se es el inspector vivo más famoso del mundo hay cosas a las que uno no puede negarse.
Me presenté a la media hora en el lugar del crimen. El jefe de policía, González, me miró sorprendido, pero me hizo pasar sin decir una
palabra.
Era una casa enorme y moderna. Bloque de hormigón de ventanas con vidrio polarizados. Con esfuerzo, unos agentes sujetaban dos enormes perros dóberman.
Ingresamos en la casa hasta llegar al dormitorio principal, atravesamos la gruesa puerta de hierro y allí lo vi. Tendido en la cama, el cuerpo del abogado.
Con las manos en los bolsillos y tarareando una canción, fui observándolo todo.
-¿El cuerpo fue descubierto por la secretaria al irse?- pregunté, sólo para confirmar lo que ya sabía.
-Esta habitación no se limpia. Aquí no entran las empleadas de limpieza. Mire el orden, o mejor dicho, el desorden. Esta es la habitación de alguien que trabaja aun cuando
duerme y que no quiere que le toquen nada. Estas personas suelen tener gente de confianza que les organiza la vida. Por ejemplo, una secretaria. Continué mi razonamiento, ante el asombro
del jefe González.
-¿Esa era la función de la secretaría a quien los agentes interrogaban afuera, no? Era la secretaria del abogado. Me di cuenta porque me daba respuestas claras y precisas. Pero es una señora
muy débil para disparar un revólver calibre 45, que es el arma homicida. Sus peritos en balística lo demostrarán.
El jefe González me miró con los ojos muy abiertos, maravillado por mi gran inteligencia.
-¿Alguien sospecha de una esposa o novia? Si es así, está equivocado: no tiene marcas de anillos en el dedo anular y una ropa tan pasada de moda y descuidada demuestra la ausencia de
posibles novias. La secretaria confirmará también que no tenía parientes, y yo deduzco que tampoco lazos con la política o con la mafia. Esto se demuestra claramente por la falta de fotos en
la habitación.
-Supongo- dijo el jefe González, cruzando los brazos- Que ahora me dará el nombre del asesino, junto a un pequeño razonamiento lógico.
-No es tan fácil, jefe González. El criminal fue capaz de burlar a los perros y a las cámaras de seguridad. Entró en un cuarto sin ventanas y con una cerradura de
combinación. Disparó un revólver 45 y huyó sin ser visto. Es un tipo muy inteligente.
-Muy bien, detective, queda detenido por el crimen del abogado. Dijo el policía
-Usted lo acaba de decir: No existe alguien tan inteligente como usted, por lo tanto, el criminal es usted.
-¿Qué?
-¿Cómo supo que tenía que venir a esta casa, si yo, al llamarlo por teléfono, no le dije dónde había sido el crimen?
Ramón Paez.
UNA COARTADA A PRUEBA DE BOMBA
Giorgio Scerbanenco
La esposa, con un velo blanco, algunos granos de arroz aún esparcidos entre los pliegues, acabó
también la esposa en el cuartelillo de la policía. Le explicaba el policía. Es inútil que digan que no
es verdad, pero la verdad es la verdad, y ustedes tienen que conocerla… Su esposo salió esta
mañana de su casa a las nueve, para casarse con usted. Estaba todo calculado. Su esposo sale de
casa con el auto, repito, para ir a la iglesia donde se iba a celebrar la boda. Pero apenas ha subido
al auto aparece una antigua amiga, de cuando era soltero, su esposo sabía que aparecería.
“Déjame subir – le dice ella -, tú no vas a casarte con ésa, tú te vienes conmigo”. Su esposo no
aguanta más, la deja subir al auto y la mata repentinamente. Luego, antes de venir al casamiento,
pasea por el parque, arroja el cadáver detrás de un cesto y va corriendo a la iglesia para
representar el papel de esposo que espera a la esposa en la iglesia…
Usted llega, se celebra el matrimonio, y se van a la fiesta. Él está tranquilísimo, porque tiene una
coartada a prueba de bomba, se lo digo yo. Y él ya estará casado con usted. Aunque lo
detengamos y le preguntemos: ¿Dónde estaba la mañana del 29 de abril?, su esposo responderá:
Estaba casándome. ¿Cómo puede una persona que va a casarse, matar al mismo tiempo a una
mujer? Pero, su esposo, no podía imaginarse que el auto perdiera aceite precisamente esa
mañana. Cerca de la mujer estrangulada había un charquito de aceite, seguimos las gotas de aceite
como en los cuentos y llegamos hasta la iglesia, desde la iglesia llegamos hasta el hotel, donde
continúa aún la celebración, preguntamos de quién es el auto y el auto es del marido, y el marido
ha confesado, señora, lo siento muchísimo, pero la verdad es la verdad…
Ladrones de bicicletas
Se decía en esos días que los ladrones de bicicletas eran audaces, rápidos y astutos, y que en no
más de dos minutos y medio cometían el delito. Como era de suponer, el robo llegó al barrio de San
Pedro del Monte. Los vecinos, testigos fieles, declararon lo que vieron: una camioneta negra se
acercó al bicicletero donde, en fila y ordenadas, estaban las bicicletas. Rápidamente, dos
adolescentes bajaron de un salto, se lanzaron sobre las bicicletas y eligieron de inmediato la roja,
una bicicleta de competición, la más costosa del grupo. Los testigos, también, dijeron que mientras
uno de los jóvenes ladrones cortaba la cadena del candado, el otro, sin perder el tiempo, la
transportó a la camioneta, la tiró en la caja y salieron a toda velocidad por la avenida principal.
La policía detuvo a unos cuántos sospechosos hasta quedarse con un grupo reducido de la zona en
cuestión, dueños de camioneta como la que describieron los testigos. Uno de los sospechosos era
un adolescente. Fue citado y el detective González lo interrogaba. El joven decía llamarse Felipe, no
se quedaba callado, y preguntaba:
Giorgio Scerbanenco
La esposa, con un velo blanco, algunos granos de arroz aún esparcidos entre los pliegues, acabó también
la conyugue en el cuartelillo de la policía. Le explicaba el detective: -Es inútil que digan que no es verdad,
pero así es la verdad y ustedes tienen que conocerla… Su esposo salió esta mañana de su casa a las nueve,
para casarse con usted. Estaba todo calculado. Su marido sale de casa con el auto, repito, para ir a la
iglesia donde se iba a celebrar la boda. Pero apenas ha subido al coche aparece una antigua amiga, de
cuando era soltero, su conyugue sabía que aparecería. “Déjame subir – le dice ella -, tú no vas a casarte
con ésa, tú te vienes conmigo”. Su marido no aguanta más, la deja subir y la mata repentinamente. Luego,
antes de venir al casamiento, pasea por el parque, arroja el cadáver detrás de un cesto y va corriendo a la
iglesia para representar el papel de marido que espera a la esposa en la parroquia…
Usted llega, se celebra el matrimonio, y se van a la fiesta. Él está tranquilísimo, porque tiene una coartada
a prueba de bomba, se lo digo yo. Y él ya estará casado con usted. Aunque lo detengamos y le
preguntemos: ¿Dónde estaba la mañana del 29 de abril?, su marido responderá: Estaba casándome.
¿Cómo puede una persona que va a casarse, matar al mismo tiempo a una mujer? Pero, su esposo, no
podía imaginarse que el vehículo perdiera aceite precisamente esa mañana. Cerca de la mujer
estrangulada había un charquito de aceite, seguimos las gotas de aceite como en los cuentos y llegamos
hasta la parroquia…, desde la iglesia llegamos hasta el hotel, donde continúa aún la celebración,
preguntamos de quién es el auto y el coche es del marido, y el esposo ha confesado, señora, lo siento
muchísimo, pero la verdad es la verdad…