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Parte 1:

Comienza hablando de cuestiones de la actividad didáctica y plantea que se requiere de un análisis


que determine la funionalidad didáctica de las distintas aportaciones que van surgiendo en torno a
la teoría literaria.

Entonces, en esto de que el analiza estas cuestiones didácticas en torno a la literatura le parece
importante centrarse en un concepto principal que es el que justamente va a estructirar toda su
propuesta. Este concepto es el intertexto lector el cual es un componente central de la
competencia literaria, en su propuesta y teniendo, en cuenta este elemento, se le da al lector un
lugar importante a la hora de comprender el texto, ya que, como plantea Mendoza, hay una
implicancia personal del receptor en el establecimiento de significado al texto.

Ahora bien… ¿qué es el intertexto del lector? El mismo implica reconocer las características que
se dan entre diversas obras a través de la activación de conocimientos y experiencias previas que
posee el lector. Es decir, el lector va a tener un texto (que se conoce con el nombre de hipertexto)
al cual lo va a bordar y comprender mejor gracias a, entre otras cosas, Hipotextos (es decir,
lecturas y conocimiento previos). Entonces, el intertexto tiene que ver con esto con la percepción,
por el lector, de relaciones entre una obra y otras que ya tenía en su bagaje. El intertexto lector
activa nuestros conocimientos y experiencias lecto- literarias y esto puede ser cuando leamos un
cuento por ejemplo, pero incluso excede a la literatura, en el apunte se dan ejemplo de intertextos
con relación a publicidades. Es decir, la activación del intertexto se da no solo en el ámbito de
lecturas literarias, sino en la cotidianeidad. Riffaterre conceptualiza al intertxto como uno o más
textos que el lector debe conocer para comprender la obra literaria en términos de su significación
global.

El intertexto y sus componentes inciden entonces en la comprensión e interpretación que se


establecen en el proceso de recepción ya que el texto literario determina una especial interacción
en la que el lector ha de aportar sus conocimientos para establecer el significado y la
interpretación del texto, ya que, la tarea de leer consiste en otorgarle un sentido a un texto
determinado, ahora bien, en esa tarea se dan relaciones entre texto-autor-lector y cada uno posee
un sistema cultural, por lo tanto, las relaciones que se van estableciendo con el texto van
dependiendo del tiempo y cambio de lectores.

El intertexto lector como referente didáctico aporta al profesor nuevas perspectivas en la


formación literaria del alumnado ya que, históricamente, ha prepondera el centrarse en
cuestiones más conceptuales y estructurales en torno a la literatura dejando de lado otras
cuestiones que tienen que ver con contenidos procedimentales de formación en el dominio de
destrezas lectoras, identificación intertextual o de meta cognición en el proceso de recepción
como actividad personal del alumno lector, porque la lectura es un proceso de interacción y es
importante la participación del lector en el proceso de construcción de significados, se ponen en
juego aportaciones del texto y aportaciones del lector que se condicionan entre sí. Las
atribuciones de significado dependen de esa especial vinculación entre texto y lector que genera
nuevas interpretaciones. Las intenciones del autor nunca agotan el significado de una obra
literaria. La percepción del texto no es una recepción pasiva, sino una creación (Eagleton).

Según la teoría de la recepción el texto solo tiene el sentido que le concede el lector histórico.
Mendoza califica a la literatura como un objeto de difícil estudio, porque en realidad la misma se
vive, se experimenta, se asimila, se percibe, se lee. Es impreciso decir que se enseña, se aprende,
se estudia. Se llega a ella a través de un proceso de recepción, de asimilación de experiencias
literarias.

Hay que enseñar a aprender literatura recobrando el sentido de disfrutar y valorar la obra literaria,
aprender a leer literariamente. Mendoza propone que las actividades ya no deberían centrarse
tanto en rasgos del texto, hay que diseñarlas atendiendo al lector ya que la recepción literaria se
condiciona por conocimientos y referencias culturales del individuo, así como el tipo de
concepción del hecho literario que asuma el lector.

Parte 2:

La búsqueda central de los estudios sobre recepción lectora se trata de explicar cómo el lector
accede al texto literario y cómo le atribuye significación, centra su atención en los modos de
participación del lector, la pregunta central es: ¿cómo el lector interpreta el texto? Para acceder al
significado el lector usará sus conocimientos lingüísticos pragmáticos, pero sobre todo aportará
sus conocimiento e inferencias para relacionarlos con los convencionalismos estéticos de un autor,
época u obra concreta. La clave del análisis del modo en que accede el lector al significado de la
obra está en la peculiaridad de los textos. El intertexto lector interviene como un componente
clave en la recepción literaria y constituye una sugerente vía de aproximación didáctica. Hay un
carácter interactivo entre obra y lector que supone la recepción lectora y se destaca la
funcionalidad del intertexto.

La interacción texto lector funciona mejor cuanto mayor sean los conocimientos, supuestos e
implícitos comunes entre autor-texto-lector. El intertexto interviene en la selección y activación de
los saberes específicos que apuntan al reconocimiento de presencias y alusiones literarias en un
texto.

Se puede hablar de comprensión cuando el lector reconstruya el significado mediante la


aportación de las referencias que posee en su intertexto. A partir de la identificación de hipotexto
concreto el lector puede atribuir la intencionalidad que resulta de las diversas alusiones del texto.
Si se diera el caso de que el lector tenga carencias respecto a los referentes, lo más probable es
que su interpretación resulte impropia y distinta a la prevista por el emisor.

Tratar adecuadamente el intertexto lector ampliaría el bagaje literario y cultural, de modo que los
distintos saberes se interrelacionen y se transformen en conocimiento disponible para
establecer la coherente comprensión que corresponde a las concretas producciones literarias. ¿Por qué
El objetivo de potenciar el intertexto radica en que el lector construya conocimientos literarios
y que asuma un conjunto de referencias de modo que se integren en su competencia literaria y Centrarse
que estén disponibles para cualquier requerimiento. Ampliar la experiencia lectora produce un En el
progresivo incremento de datos y referentes del intertexto del lector. Los conocimientos y las
experiencias lecto- literarias modifican las sucesivas percepciones de distintas obras. Intertexto?

Hay que explicitar que el texto literario adquiere significados diversos para cada uno de sus
potenciales receptores y cómo se orienta a la formación de una coherencia interpretativa que
constituya la base de una archilectura compartida que interviene como criterio base para la
valoración.
Parte 3:

Intertextualidad (Kristeva): La materia literaria no se crea ni se destruye, se transforma


únicamente en cada creación. La literatura es un mosaico de citas y referencias intertextuales.
Para que el receptor concreto lo entienda bien al texto debe poseer cierto conocimiento
intertextual. El texto literario se inserta en el conjunto de textos, la reiterada presencia de
modelos o rasgos discursivos, junto con incluir citas es intertextual.

El texto literario es un ensamblaje de referencias, allí se insertan peculiaridades de la tipología


textual y las marcas convencionales del género, además de citas y alusiones de otras obras. Se
emplean hilos sutiles que vinculan los rasgos formas y/o temáticos, sus trmas estructurales, su
intencionalidad a partir de componentes retomados de otras obras que se entremezclan con la
creación renovada.

El texto contiene estos estímulos que son percibidos en el proceso de recepción según los
condicionantes culturales y personales de cada lector, la operatividad de la intertextualidad abrió
nuevas posibilidades para las proyecciones didácticas orientando a propuestas que se basen en la
participación del lector en la construcción de significados.

La lectura en la escuela: La lectura en la escuela no es una actividad ocasional, es una actividad


que requiere de muchas implicaciones de aprendizaje que van más allá del área de lengua. Hay
que habituar la lectura extensiva para ampliar la experiencia lectora, pero también la intensiva. Las
actualizaciones de un texto dependen de las características del intertexto de un individuo puntual.

¿Qué permite el intertexto? Con los reconocimientos discursivos (citas, fragmentos, reelaboración
de modelos) se detectan elementos que hacen que el lector aprecie la intención estética, valora lo
innovador de una obra y aprecia lo que se inserta en la obra que proviene de otras obras, sistemas
artísticos o culturas. Apreciar las diversas correlaciones depende de la capacidad del lector y la
amplitud de su intertexto. Cada nueva asociación pasa a convertirse en una nueva unidad del
intertexto, enriquece cualitativamente su competencia literaria, hay que consevarel conocimiento
adquirido y saber accer al previamente guardado. La recepción está condicionada por lo
componentes del intertexto.

Leer significativamente: Es relacionar e integrar. En la escuela se enseña a leer para comprender


en atención con la objetividad que supone comprender, se conduce al lector hacia la
interpretación porque hay que ir más allá de la comprensión. Aportaciones de la competencia
literaria + competencia lectora + aportes del intertexto = eficacia de interacción entre texto y
lector.

Leer y comprender son conceptos vinculados semánticamente, pero con significados diferentes,
interpretar es el objetivo de la educación literaria, capacitar al alumno para que actúe como un
receptor personalizado que es capaz de decidir coherentemente sobre el sentido de una obra.
Hay que evitar, como docentes, la simplificación del proceso y la imposición de interpretaciones.

El enfoque receptivo requiere que se favorezca la interconexión de saberes y contenidos


dispares, busca activas la sensibilidad receptiva y educar la habilidad lectora para que el lector
sepa establecer su interaccion con el texto, para que coopere con el texto en la recreación de la
obra y en la construcción de una interpretación. Resultado final de la recepción = interpretación
del texto.

El intertexto discursivo es distinto al lector, el primero se muestra en el conjunto de textos que


entran en relación con un texto dado, se manifiesta en la presencia de vínculos entre obras
concretas. El intertexto lector relaciona la obra en curso de lectura con otras ya leídas, aporta los
saberes y experiencias en el reconocimiento de lo intertextual.

Todo lector tiene su intertexto personal, su mosaico de citas y referencias que le ayudan a
reconocer las peculiaridades formales, de tipología textual y de expresión que parcialmente
comparten las obras literarias. Cuando se reconoce un texto como literaria es porque se han
activado saberes de la competencia literaria, del intertexto y de la experiencia lectora. Cada
intertexto lector tiene sus características, el tipo de obra que hay predominado en la actividad
lectora influye en las lecturas. La amplitud, diversidad y/o especificidad de las lecturas de un
individuo perfilan el nivel y tipo de intertexto. Si alguien leyó muchos policiales su intertexto lo
hará hábil para seguir la trama y estructura de esas obras. Raramente un lector se limita a un
género, pero los gustos hacen predominar. Por eso, es importante la amplitud de experiencias. La
presencia de la sospecha es indicio de que el intertexto funciona.

Hay veces que las alusiones de una obra son con respecto a un hipotexto no literario (se combina
lo visul y verbal), por ejemplo, correlación de lo literario con artes plásticas.

La competencia literaria se desarrolla con el acopio de conocimientos aportados, entre otros


factores, el progresivo enriquecimiento del intertexto.

Parte 4:

Función del intertexto: Dinamizar y contextualizar las aportaciones de la comprensión literaria y la


experiencia lector, sin la dinamización no se darían los reconocimientos.

¿Qué es el intertexto? Mecanismo que selectivamente activa los saberes y estrategias que
permiten reconocer los rasgos y recursos, usos linguisticos culturales y los convencionalismos de
expresión artística y caracterización literaria del discurso. Es el componente de la competencia
literaria que regula las actividades de identificación, asociación y de conexión en la recepción.

Riffsterre: el intertexto resulta ser la percepción por el lector de las relaciones entre 2 o mas obras.

Objeto de la activación del intertexto: que el lector establezca asociaciones de diversos tipos
durante la recepción literaria.

¿Qué posibilita? La identificación de las referencias compartidas entre autor- texto- lector. Su
efectiva presencia potencia la actividad de valoración personal y gracias al reconocimiento de
conexiones que genera la actividad del intertexto lector, se potencian las habilidades de recepción
y valoración personal.

¿Qué supone la recepción?

 Se orienta a la comprensión de datos culturales y metacognitivos


 La legitimidad de las asociaciones textuales se establece con las características del texto y
el intertexto del lector.
 El intertexto lector contempla la relacion entre intertexto discursivo o de las obras
(conjunto de textos que están preserntes en un texto concreto). El intertexto discursivo
muestra las conexiones que contienen las obras y el intertexto lector las reconoce.

Funciones del intertexto:

 Aporta respuestas a posibles estímulos textuales mediante la pertinente activación de


saberes con el fin de establecer una legitima valoración e interpretación de la propia
lectura.
 Activación y selección de los saberes y estrategias lectora que componen la competencia
literaria
 Actualización de saberes y estrategias lectoras
 Mediación entre la competencia literaria y las estrategias de lectura
 Contextualización de los re- conocimientos
 Intervención para conferir autonomía en la actividad valorativa del lector

Su espacio: media entre la competencia literaria y las estrategias de lectura, porque enlaza y
activa diversos saberes y las estrategias que intervienen en la actualización de un texto. Encauza
los conocimientos de la competencia literaria hacia el reconocimiento de indicios que ofrece el
texto. El conjunto de saberes lingüísticos, metalingüísticos y literarios que posee las diversas
competencias de comunicación lingüística entran en contacto con las habilidades que intervienen
en los procesos cognitivos de comprensión e intervención. El intertexto es el componente activo
de la competencia literaria, junto con el texto del lector y la competencia lectora.

Parte 5:

La reacción, la respuesta del lector en la recepción depende de la amplitud de su intertexto en


relación a los rasgos del discurso recibido.

Legitimar interpretaciones: La atención a la formación del intertexto lector se presenta como un


nuevo objetivo en la educación literaria. Su utilidad y funcionalidad didácticas responden al
requerimiento de la legitimación de la interpretación. La legitimación interpretativa matiza la
cuestión de que el texto literario puede admitir un ilimitado número de interpretaciones, porque
solo tienen validez aquellas que no entren en contradicción con las indicaciones textuales.
Apreciar didácticamente al intertexto es necesario para que las habilidades lectoras rebasen los
límites de descodificación y básica comprensión del significado del texto.

Aportaciones del intertexto: el intertexto de un lector competente activa y aporta referentes,


datos e informaciones para la construcción de inferencias que puedan resultar válidas para la
identificación de la tipología textual, géneros y otros aspectos distintos de los exclusivamente
metaliterarios.

La educación literaria debe buscar: Que el alumno-lector sea un receptos personalizado y


capacitado que valore las intenciones y cualidades del discurso literario. Los docentes deben
favorecer la participación de los alumnos como receptores, por lo que, en su metodología deben
considerar los aportes y valorizaciones de los estudiantes. No se debe simplificar el proceso y
limitarlo a la presentación de una interpretación sugerida. Cuando los planteamientos escolares
presentan afirmaciones literarias dogmáticas se entorpece la aproximación del alumno a
interpretar la obra. La formación del intertexto lector podría hacer efectiva la educación literaria
ya que se combinan en él aportaciones personales y las resultantes de un aprendizaje especifico.
El alumno ejerce su responsabilidad de actualizar el significado de un texto a través de su
comprensión, valoración e interpretación, conectándolo con otras creaciones literarias que
conoce.

La recepción literaria depende de la valoración personal de un texto, pero la pertinencia de esa


recepción pone en juego los referentes culturales. La amplitud del intertexto activara la diversidad
de referentes hipotextuales. La lectura literaria tiene un carácter re-creativo, es decir, activo y
participador. No percibimos del texto más que aquellos elementos del mismo que tienen que ver
con nuestras experiencias

Parte 10:

La propuesta de Mendoza está orientada hacia la innovación de la educación literaria prestando


atención a las aportaciones del lector. La educación literaria consiste en la preparación para saber
participar con efectividad en el proceso de interacción por el que se actualiza el discurso literario.
La formación literaria del individuo se desarrolla en la sucesión de los diversos momentos
escolares y, fundamentalmente, en las lecturas libres y extraescolares. El lector se forma según sus
lecturas.

¿Qué necesita la competencia de lectura? Pone en juego la relación del lector consigo mismo a
través del texto. Por eso la metodología debe orientarse a las aportaciones del lector y valorarlas
como manifestaciones de la capacidad de reflexión e inferencia, de los conocimientos previos y las
capacidades de relación que el lector posee. Hay que dejar un margen de libertad para los textos
que leen, no hay que recurrir a interpretaciones rebuscadas y predeterminadas, porque así se
transmite a los alumnos la dificultad inherente de la lectura literaria y se puede distorsionar el
goce de la misma. El efecto liberador de la lectura literaria no debe ser truncado por barreras
teóricas y de análisis. La actividad cognitiva y los criterios estéticos del lector son esenciales para el
reconocimiento de lo literario.

¿Qué se pretende? No es fácil enseñar literatura y por eso se procede a enseñar cuestiones sobre
las obras literarias y sus autores. El intento de enseñar en lugar de formar es la causa del
desplazamiento del verdadero objeto de la materia que son los propios textos. Más que enseñar
literatura lo que pretendemos es formar para apreciar a las obras literarias.

Estudiar no es lo mismo que leer: El estudio no es un modo aconsejable de leer una obra de
creación, porque la finalidad de las obras literarias es hacer disfrutar a los lectores. Obviamente,
no es lo mismo acceder a la experiencia estética a través de la lectura personal de un texto
literaria que desarrollar un escueto o complejo comentario sobre sus cualidades formales. La
recepción personal se entorpece cuando el lector debe estar muy atento a la sistematización
técnica de peculiaridades. Porque entorpece el acercamiento lúdico. Es cierto que sin un grado
aceptable de competencia literaria el lector está muy limitado, pero está aún más limitado si
carece de experiencia lectora y, especialmente, si no ha tenido una cuidada formación lectora.

Problemas del currículo: es sabido que el currículo privilegia la orientación historicista y


enciclopedista, mientras que los planteamientos centrados en procedimientos y desarrollo de
habilidades vinculados con la formación lectora y educación estética están ausentes o están
presentes, pero imprecisamente. Así la lectura y estudio de algunas obras están determinados por
previsión es de una programación y metodología enciclopedista, más que formativa.

La sugerencia alternativa: Se debería adecuar la metodología en torno a la actividad del alumno,


contemplar las implicaciones del lector y la función de sus aportes en la construcción de la
valoración literaria. Se debe buscar: desarrollar habilidades lectoras, luego consolidarlas mediante
experiencia lectora y finalmente ampliar la competencia literaria, porque los textos apelan al
lector y cada página apela a que este capte la intención y valor. El intertexto tiene una función
reguladora en el proceso de identificación, interpretación y valoración porque en cada
actualización (lectura) el intertexto selecciona activamente los saberes pertinentes. La
comunicación literaria funciona más fluidamente si el lector coopera con el texto, sin aguardar que
el texto haga explicitas todas las sugerencias de significados (hay un sistema de intercomprension).

¿Qué permite el intertexto? Cuando se lee los diversos componentes del intertexto lector
permiten identificar y asocial el género, la modalidad textual, los recursos de composición, las
alusiones temáticas, etc. Todo depende de la amplitud del mismo.

Conclusión: La concepción de renovar el tratamiento didáctico del hecho literario se encamina


hacia la formación de la competencia literaria y pasa, necesariamente, por la construcción del
hábito lector, la competencia lectora y el intertexto. Hay que preparar al lector para la
responsabilidad receptora y reacción estética. El lector es un receptor que construye una
interpretación propia del texto.

No se busca marginar en el currículum los contenidos históricos, conceptuales y perceptivos que


dan datos al marco epocal. La actividad cognitiva de la recepción conecta valoraciones personales
con valoraciones que suscitan determinadas obras, géneros, épocas y movimientos literarios así
como también las interpretaciones y valoraciones críticas que aquellas han acumulado en le
devenir histórico. Entre obra, autor y lector, incluido sus respectivos sistemas culturales, se
establecen relaciones fluctuantes con el tiempo y con el cambio de lectores.

El intertexto posibilita la participación personal en la comprensión, genera el placer receptor. Para


re conocer se requieren saberes previos de diversas producciones literarias que se obtienen a
través de la lectura. La identificación de vinculaciones depende de la experiencia receptora, los
saberes metaliterarios y su disponibilidad en el intertexto lector. La recepción literaria es personal,
se condiciona por conocimientos y referencias culturales del individuo. En cada lectura el lector
relaciona, organiza y amplia los componentes de su intertexto, este se ubica entre la competencia
literaria y las estrategias de lectura. Hay que salir de la concepción del texto como discurso
unívoco y dejar de creer que la tarea del lector termina en la comprensión del texto, pues le siguen
la interpretación y la valoración. Hay que analizar el componente que hace posible las
anticipaciones y relaciones del lector (intertexto). La formación literaria requiere de un
planteamiento que facilite interrelacionar literatura con otros saberes culturales. Apreciar al
hecho literario, que supone una participación personal en la comprensión y disfrute como
actividad individual e íntima.

Expectativas e inferencias: sin expectativas no es posible la elaboración de inferencias.


Expectativas e inferencias jalonan en el proceso de construcción de significado de un texto. La
revisión de cada expectativa no confirmada o la confirmación de cada inferencia remiten a las
distintas fases del proceso de recepción y a concretos espacios del discurso/texto.

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