Está en la página 1de 6

Alex Williams

Creciste en un hogar americano tradicional, la bandera de


franjas y estrellas decoraba el hogar de un héroe de Irak. A
los ojos de tu conservadora familia, no eras más que el
ultimo vástago que debían aceptar por el qué dirán de aquel
acomodado barrio de Austin, Texas.
Al cumplir los 16 años te fuiste a Seattle sin esperar nada de
tu familia, cortaste vínculos con su rígida forma de ver el
mundo, con sus prejuicios y sus valores hipócritas. No paso
mucho antes de que te unieras al submundo de las grandes
ciudades, a partir de ese momento las calles y las mentiras
fueron tu mundo, las drogas y los excesos tu pan cotidiano.
Sin embargo, con el pasar de los años aquella vida sin
sentido ni horizontes te pareció tan patética como la que tu
familia te había ofrecido. Habías cambiado una jaula de oro,
por una de alcohol y drogas, pero al final eran exactamente
lo mismo, jaulas para ti.
A los 19 años comenzaste a simpatizar con algunos
movimientos que cuestionaban al poder, mejor dicho,
quienes usaban el poder. Lentamente le diste sentido a tu
vida en el combatir a todos quienes viven sus burbujas de
privilegios, o en su estatus quo ciegos a la verdad de un
mundo que se va la basura, de quienes sacan partido y
oprimen a aquellos sin fuerzas o mudos para cambiar las
reglas. Desde entonces el sabotaje corporativo, el hackeo, la
destrucción de propiedad estatal, el ecoterrorismo, se
volvieron espacios comunes para ti. Rápidamente te volviste
conocido en los círculos de quienes no se quedaban
sentados ajenos al mundo. Sin embargo, todo esto cambio
para siempre en San Francisco.
El objetivo era simple, no era la primera vez que hacían algo
así. Infiltrarse, liberar los animales usados para
experimentación, muchas fotografías para la red y si alguien
se alocaba quizás destruir propiedad de aquella empresa.
Esto era en teoría el plan, su ejecución lo cambio todo.
La megacorporación Pentex tiene tentáculos en muchos
negocios, pero el trafico humano no era algo que creyeras
que ocurriera tan impunemente, ni mucho menos de
aquella forma. Al infiltrarte en las instalaciones tu y tus
amigos descubrieron un circo de horrores. Humanos en
tanques flotando, investigaciones que violaban todo
derecho humano, y aquellas cosas que reptaban por el
suelo, como babosas gigantescas hechas de carne
putrefacta.
No, eso no podía ser real. El primero fue Miky, una criatura
de dos metros le atravesó con sus garras, mientras un
hombre bajo y regordete, de tes blanca como la leche decía:
“Vaya vaya, miren quienes han entrado en la cueva del
conejo. Sométanlos, la directora esta hambrienta, y hace
tiempo no recibe carne joven”.
Sin dudarlo comenzaron a huir, en una desesperada carrera
por la supervivencia, aquella noche fue terrible, aunque
peor fue lo que siguió. Intentaron denunciar a Pentex ante
las autoridades, subieron videos y fotografías, sin embargo,
algo que nunca había ocurrido antes, todo parecía haber
sido falso. Aquella instalación nunca existió y los amigos
perdidos jamás existieron en los sistemas, ni sus familias.
Algunos de no soportaron este quiebre y prefirieron acabar
con sus vidas, pero no tú, tu necesitabas decir la verdad, tu
sabía que aquella noche era real.
Desde aquella noche cosas extrañas a ocurrían a tu
alrededor, a veces cerrabas los ojos y luego estabas a
metros de tu posición original. De noche sentías la presencia
formas en la oscuridad que acechaban. Incluso el cielo
estrellado te hacia gritar de terror ante la certeza de cosas
que habitaban el infinito. Aterrado y asustado por todo lo
que pasaba llamaste una persona que te creyera, llamaste a
tu hermano, así experimentaste el que todos te llamasen
loco y que ni tu propia sangre creyera en ti.
Te internaron en una institución psiquiátrica, a cargo de
Panóptico Inc. del grupo económico MT, allí constantemente
se te hacia repetir tu relato, describir tus miedos y terrores,
cuando la psicoeducación no daba más resultado venían los
electrochoques y las drogas, pero siempre una pregunta se
repetía de muchas formas ¿Usted se considera especial?
¿Usted cree en la “magia”? ¿Conoce personas que
practiquen formas primitivas de conocimiento como la
magia?
Entre aquellas eternas sesiones de terapia, escuchaste o
creíste escuchar la siguiente conversación: “El sujeto 145 no
parece ser consciente de que es un disruptor de la realidad
¿Es necesario seguir con los interrogatorios? – El agente
10T45 ha dado ordenes de probar con el sujeto diversas
formas de reeducación, por lo que se debe continuar con los
experimentos – Pero su cerebro no tolerara más
intervenciones – Cuando ocurra esto, notifíquese a la
sección Alpha y autorícese eliminación completa del sujeto
145 - ¿Y la familia? Imagino que generaremos algún tipo de
narrativa sobre lo que le paso – Innecesario. La familia ha
sido clara en que no desea saber más de él – Pobre
desgraciado, pocos logran mantenerse cuerdos tras un
encuentro con Pentex – Progenitor de rango inferior. Le
recuerdo que el protocolo de funcionamiento y operación
TR70Y34 prohíbe los juicios sesgados e influidos por sistema
límbico – Disculpe doctor. Me encargare de que el sujeto
145 este preparado para siguiente sesión de pruebas.”
Con esta información y en tu desesperación viste una luz, un
enfermero en lugar de inyectarte como siempre te pregunto
aquel día: “¿Es cierto que no estas consciente de que eres?
¿Sabes si quiera donde estas?” Respondías babeando
negando con la cabeza, “Veras, trabajo para un hombre que
te cree y que me ha pedido que te lleve con él, es muy
posible que los dos perdamos la vida en la fuga. Sin
embargo, si hicieras eso que dicen que haces . . . doblar el
espacio, lo harías mucho más fácil.” La mirada se iba perdida
y borrosa “Claro, claro las drogas, mira, esta inyección que
traerá de vuelta solo procura no volverte loco de verdad
¿Ok?”
Al sentir la aguja todo cobro forma y volvió la conciencia a ti,
comprendiste que, si seguías en aquel lugar, pronto
perderías la vida. No solo eso, sino que no estabas loco. Le
pediste al enfermero que te dijera que hacer, el saco de su
delantal una figurilla asiática de jade puro “El viejo dijo que
la al tocarla sabrías que hacer, adelante, yo no se nada del
arte dinámico, y mis trucos son inservibles aquí”
Al tocar la figura sentiste tu mente salir de ti, arrojada a un
infinito cosmos. Frente a ti un anciano: “Alex. Mi nombre es
Feng Lu, y he venido a salvarte. Déjame guiarte y podrán
salir de esa instalación tecnócrata. Cuando estes aquí te
explicare todo.”
Todo ocurrió muy rápido pero finalmente estabas bebiendo
te con el anciano en su casa. DE alguna forma, con su ayuda
y la de otras 3 personas lograste ¿Doblar el espacio? Feng Lu
te explico que había pasado, sobre el mundo que existe
detrás del manto de mentiras, de los poderes que luchan
por él. “Eres un guerrero Alex, has pasado tu vida luchando
por algo. Esta guerra necesita a alguien como tú. Has visto a
Han Bao, rígido y apegado a la tradición, no soportaría lo
que tú. Conoces también a Carol y Teylor, buscan la armonía
y creen en la virtud, pero tu y yo sabemos que la guerra no
es lugar para personas así. No solemos aceptar gente mayor
en nuestra hermandad, pero me han pedido que además de
salvarte te ofrezca un lugar, si tu lo deseas, yo seré tu
maestro, y tu servirás como guerrero. Si aceptas mi
enseñanza podrás alcanzar maravillas no soñadas por otros
mortales. Te enseñare a crear tu propio camino, uno de
auténtica libertad.”
Así descubriste que no eras el único con semejantes
habilidades, y aceptaste que lo ocurrido en San Francisco
fue real, que al amparo de la noche monstruos de todo tipo
deambulan asechando a los ignorantes y a los débiles. Ese
día juraste lealtad a la Hermandad Akashica como un
soldado en una guerra por la sanación y la protección de
toda vida, ante un mundo que amenaza con dar rienda
suelta a demonios. Ahora tienes un sentido que trasciende
todos los demás, una guerra por el ser de la humanidad, y
no volverás a fallar.

También podría gustarte