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Quito 2020
Esta es la percepción
personal de varios escritores
nuestros, que decidieron asumir
el viaje implacable hacia la
utopía final….
Escribir no es una
opción, es la razón de ser de
quienes descubren en la palabra
el continente del pensamiento y
del sentir Humano, y que por
siglos ha sido el testimonio del
acontecer de civilizaciones y
pueblos que han construido en
medio de triunfos y derrotas, su
propio devenir, la verdadera
historia de los pueblos.
1
HUGO JARAMILLO MUÑOZ
COMENTARIOS DE TEXTOS
Un viaje implacable hacia la utopía final ….
Quito-Ecuador. 2020
2
Contenido
- Comentario a Violeta Luna 9
- Comentario a Victoria Tobar 12
- Comentario a Jenny Londoño 15
- Comentario a Rocío Soria 18
- Comentario a Elsy Santillán 22
- Comentario a María Estrella 27
- Comentario a Ruth Cobo 32
- Comentario a Judith Bonilla 39
- Comentario a Matilde Suárez 43
- Comentario a Gabriela Calvache 47
- Comentario a Gustavo Egüez Villacrés 51
- Comentario a Alfonso Murriagui 58
- Comentario a Julio Pazos Barrera 63
- Comentario a Marcelo Robayo C. 72
- Comentario a Ramiro Caiza 78
- Comentario a Teodoro Remache 88
- Comentario a Fernando Jaramillo 93
- Comentario a Telmo Vaca 103
- Comentario a Juan Acurio 107
- Comentario a Geovanny Rubio 116
- Comentario a Fabián Saltos 124
- Comentarios a Letras Ecuatorianas 4 138
- Comentarios a Hugo Jaramillo Muñoz 159
- Entrevista de José Luis Perdomo 187
- Una revolución cultural 201
- Poetica de Hugo Jaramillo Muñoz 209
- Datos Biobibliográficos….…………… 215
3
LAS RAZONES DE SER……..
4
UN ENCUENTRO CASUAL CON LA
MUJERPOETA
(Comentario a la poesía de Violeta Luna):
5
Pero, es vulnerable al amor , lo confiesa,
toda su poética es una confesión de parte, porque
hay en los umbrales de sus venas, fuego, fuego
inagotable, porque entonces “….Una mirada
sola/….un simple yo te quiero/ podrían
encender mi vieja lámpara…//
6
Élla, edifica la poesía, para élla, es su
morada donde puede otear el mar, o las nubes,
los faroles de Neptuno, la estufa de Chicago, lo
que verdaderamente le importa, porque:
7
palabras transitorias conque la gente dice y se
desdice, ofuscando lo que la inteligencia podría
suscitar, de no estar atada a las ínfimas, rutinarias
cotidianidades.
Victoria Tobar, se descubre y se reinventa
en un cosmos a su MEDIDA, que trasciende en el
otro, incitante y total: “….Te beso de Lejos/de
lejísimos/yo sé que mides/cuarenta y ocho/
bocas mías.”. Subvierte toda normativa porque
sabe que ese es el costo de la libertad,
incondicional, atrevida, como si el universo
estuviese en la palma de su mano, arcoíris,
dechado de fuego, cuarentayocho veces mujer-
imaginación.
8
entretelones de las ventanas donde siempre se
esconden, o esconden sus tentaciones, donde :
“….Eros gime nostálgico/de los pezones de la
angustia/mira la posibilidad de poseer/la tierra
prometida/y distraído cae de cabeza/en un
agujero negro…”
10
hombres,/ que llegaron primero/ con vasijas de
barro…./
11
inscribiendo a su paso los hitos de la persona
humana: esa Rayuela herida de las Jennys de la
Tierra, -retorno a Odiseo- porque hay una historia,
hay un viaje a través de parajes, cotidianos si,
pero con un signo identitario único, de una niña
trashumante que cuenta las horas, los días, los
años como si fueran los enlaces de una rayuela
cruel, porque apenas tiene “….Cinco años, poco
tiempo para mirar el mundo,/, ese mundo suyo,
suyo, en el que habrían de inmiscuirse los adultos,
de manera inmisericorde: “…Con las alas
cortadas asistí al sacrificio/ en la pira que
sabios y maestros urdieron…//
12
mujer lista para otro recorrido, quizá incierto, quizá
premeditado, pero insólito e innovado: “…Hoy
empieza el destierro y el alma está de luto./Hay
algo que se muere y no tiene mortaja…”
13
Seguramente en “…los reademanes y
rediálogos idénticamente bostezables…” de
Girondo, la Rocío Sória y el Carlos Oramas, se
reinventaron mutuamente, en cada metáfora de la
agonía, en ese umbral que los seres humanos nos
aprestamos a trascender, tarde o temprano y
entonces, el costillar de Rocinante seducción, la
última, la postrimera; trato de imaginar cuánto
universo defirieron.
14
Ella, se retrata con “…sus restos sobre
la cama terminal…” pero sucede que su
obsesión es escribir y escribir, poemas y poemas,
recuerdos de papá; esas historias de mamá,
increíbles, pero que son los remansos donde élla,
se siente acunada y protegida, supuestamente, la
peor hija en ejercicio de su Libertad.
15
mágicas: descubre que el amor no puede estar
entre carnes y bisturíes, pendejos muertosvivos,
ecosistemistas peleando con la arboleda,
hombres y mujeres luchando contra
enfermedades terminales, locos tratando de salvar
la vida de los muertos…..”…El dolor empieza a
calar en la fosa/ nace desde algún sitio
desconocido/ crece desde el hueso hasta el
pabellón cuarto…”
16
UN MECANO PARA ARMARLO CON
RETRATOS
(Comentario a la poesía de Elsy Santillán)
19
Se confirma así, que aquello que transmuta
de labios para afuera, es una confesión textual
insoslayable y pone en evidencia aquello que
tratamos de guardar en el anverso de la piel, pero
trasciende, a pesar de la necedad de pretender
que sea un secreto. Por eso, el poeta está
condenado a ser “Una mentira que dice la
verdad”.
20
Es la hora de las confrontaciones entre el
ser y el pensar, esa bronca en la que cada uno se
enfrasca cuando inicia la búsqueda de los
orígenes, de las razones de estar sobre la
tierra…. Y en ese itinerario descubre o co-
descubrimos “…El recuerdo que juega pasadas
bromas en el aire…” Por eso su palabra se torna
dura, amarga, fría, como un escollo que incita a
ser salvado, a ser leído… Pero Elsy Santillán,
poeta irremediable, deja atrás esos escollos, atrás
la flaqueza humana, ese lado oscuro en el que se
debaten aquellos que optan por el pánico
brotado del averno, o por la insípida locura de
vivir al día, disfrazados con el traje sastre, con
tacos y cartera, con esas joyas iluminando sus
gargantas, como reclusos voluntarios de la
rutina…. Elsy Santillán lúcida en medio de ese
manicomio “…lanza una cuerda hasta la luna/y
camina sobre élla/ en equilibrio…// para
escribir en teclados y cuadernos/al ver de la
bruma/su caída/sobre el techo,/las esquinas/y
los libros…” Sabe que la vida sencilla es poesía,
ese río subterráneo que abre su cauce hacia
todas las vertientes donde los seres humanos
abrevan como criaturas celestes en los paraísos
terrestres que les fueron asignados…
21
“Desde las locuras humanas de María”
(Diálogo con la poesía de María Estrella)
22
humedad/destello/orgasmo/vida…//” Y yo,
añado María, /…somos poesía//.
La poesía ES, cuando abre la posibilidad
de la utopía, cuando nos traslada a las
dimensiones ocult6as de la realidad y nos
devuelve nuestra condición de artífices de los
anversos de sa carne y hueso que nos recluye…
Porque nada hay oculto bajo el poema,
porque a cada rato “… los peces están saltando
ahora/y bailan en tu silencio…” porque los
vemos cuando estamos dispuestos ha
sumergirnos en los otros mares, en esos infinitos
que la palabra rescata como un anzuelo des
espuma, cuando “… sonríes y cantando
vienes/luminosa infancia de ojos perdidos…”
El poeta abre un sendero para cada pie
humano, pero cubierto con la pies de sus
convicciones: María estrella, es así, propone
claves para ser leída, nos dice que amar, no es
mirar desde nuestro lecho, sino desde los
pliegues del otro.”…Entonces te pertenezco/y
puedo entenderte lejana/saberte furia y sentirte
fuego/amarte…/vuela, vuela y persigue tus
pájaros…”
Entonces que más puede haber bajo el sol,
más que amarse en libertad, sin el pretexto de las
palabras, cada cual haciéndose, deshaciéndose,
rehaciéndose, para luego, más libres cada vez,
23
estar “…a la hora del té…” En esto radica la
adolescencia sempiterna a la que todos
aspiramos.
El poeta, en su locura humana, si en este
desarmonizado mundo, existe la locura, establece
una relación de causalidad entre el ser palpitante
bajo una piel y el ser poético, por eso trasciende.
María plantea a cada paso esta sindéresis
analógica, creando campos morfémicos sencillos
por lo accesibles y lógicos porque armoniza lo que
es élla y lo que escribe.
María la quinceañera asediada por los
pelados que rasgan sus guitarras cerca de sus
oídos y ella fantasma, en otra fiesta, sin acolitarse,
en el soliloquio diciéndose, diciéndonos:
“…cuando pueda escupirte
serás grande y estaré loca
serás hombre y seré santa, sabia…
no te escucho
por favor grita
grita que no te mido, que no te siento,
que no te digo…”
24
no ser más que un sueño…” Sabe, sabe
perfectamente que el pan es pan y el vino vino,
que aquí está la calle por la que transita todos los
días, pero allá, en sus manos está María
“…sentada en su lugar/ mirando como el sol
desdibuja la paciencia, María…” y sabe que
hace poesía
¿María irreverente?...¡SI!, de hecho camina
sobre el asfalto y mira las estatuas, se pregunta
qué son, qué hacen, para qué sirven, entonces da
la vuelta el pergamino de la historia, nos hace ver
que los muertos son algo más que una momia en
la que los falsos héroes se relamen o el espejo
donde se retratan los fracasos del iluso que cree
todavía que todo tiempo pasado fue mejor,
entonces nos recuerda que a “…Eloy Alfaro, ya
nadie le desordena su cabello/ni le cubre de
paz/…Nadie recuerda la melodía/de libre ser
humano…” Y así, Marìa, hecha tierra sobre la
sintaxis, subvierte la concordancia, para
enseñarnos que primero hay que ser libres, para
luego ser humanos y que lo cierto es, que allá a
principios de siglo el viejo luchador “…por las
calles azules que amó/estaba siendo
arrastrado/ (y) con sangre escribió una
historia/en el nido de su locura…”
¿Intuye? ¿Sabe a ciencia cierta el orden
exacto lingüístico-académico de los sintagmas???
25
¡¡¡Qué le importa!!! El respirar es más que eso, es
ejercer el aire a manos llenas, hasta restarnos el
aliento:
“…al mar, el sol y el niño, al mar
la luz, todo el cariño, la luz
al mar, la luna, el sueño, al mar
la luz, todo el cariño, la luz…”
26
“IMAGEN DE LA ESPUMA”
(Comentario a la poesía de Ruth Cobo)
27
iguales…”, y sabe que hay signos que evidencian
ese paso sobre la tierra, huellas sobre las arenas
milenarias, cánticos inmemoriales, que no son
más que la digital en la que otros pueden leer toda
una historia, “…”El olvido nos empuja/ a
encontrar nuestra forma/ en otros rostros/
lejanos/ como huellas en el pictograma espiral/
espiralado/ de la conciencia humana…”
28
fe/ en el demente rincón/ civilizado…” y
entonces acude al verbo, buscando… una
nueva esperanza…
29
gorrión/…. cuando/ el jornalero sin aliento/
tiene hambre/ en la jungla perpetua/ de
cemento…”
30
susurro de una guitara desvencijada que suena en
los extramuros, o con el grafiti que transmite
pensares locos de algún escribiente irreverente, o
con el manifiesto de los estudiantes y obreros
coartados en sus libertades, o simplemente con
los combates ternurales de los amantes furtivos…
es esa ansia inagotable de gritar en silencio el
caudal volcánico que funde la corteza de las
venas… es la noche invadiéndonos hasta el
miedo… “Tus ojos/ cantos de miel/ universo de
dulzuras/ tus susurros (que) acompañan/ (que)
elevan/ (que) me visten de ternuras/….
Extendiendo tu néctar a mis venas/….
32
Es la soledad de ese cosmos de pequeños
habitantes que gravita debajo de la piel, a veces
susurros sangre adentro, a veces palabras que
trascienden hacia otros tímpanos: “….He dejado
esos días/ perfilados a la orilla/ del río/ ¿dónde
está el alba de esos/ días?/ ¿dónde su
olvido?// Migrar es sentir en las pupilas/otra
afinidad/ raizándose en otra latitud/ de este
mismo planeta/ que no se ha desgastado/
brotar en los renglones/ en el margen/ fuera
del filo de la pagina/ es disponer un nosotros/
en donde estamos/ solos.”…
NACÍ GUERRERA
(Comentario a la poesía de Judith Bonilla)
33
” Amanecí guerrera / soñando a mi
Atlas,/ señor de mis batallas”… combatiendo
por un mundo en el que la palabra sea algo más
que un convenio por el cual todos dicen lo
permisible, esa es la consigna de Judith Bonilla:
ella sabe que lo cotidiano es una camisa de fuerza
en la que el ser humano acomoda el continente
perecible de su ser y por lo mismo el significado
de las palabras devienen en cuentagotas hacia el
vacío.
36
Es a partir de este momento que la palabra
rebasa su corteza morfológica y se constituye en
imaginario social…” saltos al vacío/ ¡Vida!/
Eslabones frágiles de tiempo.”
37
Pero también, desde la otra orilla, donde
el amor se abre espacio en lo íntimo, confiesa que
se trata de algo así como huracanes
sacudiéndola o acariciándola, porque es …el
tiempo azul de la ternura, acercándose hasta la
periferia de su cuerpo intocado.
38
Allí le invade la soledad como un Fuego Rojo
quemando la vida…
40
derecho a la palabra que exige cada poeta, para
traducir lo que acontece sobre la Tierra.
LA MALA NOCHE:
(Comentario a la Película de Gabriela Calvache)
41
como si se tratara de una loca anegada de ron, y
dejamos que pasara la noche como si nada,
degradándonos mientras la rock ola repetía las
verdades de JJ., sin otorgarle la trascendencia
que tienen esas palabras, en las postrimerías
suburbanas, donde la gente de verdad
intercambia sus más sublimes pertenencias ese:
“vivir en la piel de otros, observar desde sus ojos,
amar con su corazón…”
43
Después de ese encuentro decidí investigar y
así conocí a mujeres adultas que lograron
escapar del tráfico sexual…”.
44
La sabiduría popular ha acuñado el
verdadero significado de la trascendencia humana
en una frase, familiar a todos nosotros, “el fulano
está recogiendo los pasos”, entonces sucede que
a ese alguien en cuestión, todos empezamos ha
mirarle en todas partes, es decir en aquellos
lugares por los que, de alguna manera, él dejó su
huella: “…el espectro/ que se cuela en tu
vetana/que me mira y me reclama/la criolla
queja de amores, canción tibia y solitaria….”.
De este modo, las personas algo de sí depositan
cotidianamente en los sitios y en las cosas que les
roza, en los recodos donde sus congéneres
comparten su presencia vital, en la piel y en las
simas más profundas del alma donde bucean sus
recuerdos: “…por ese barrio celeste/calleja
dulce y larga/está dormida de penas/sin la voz
de mi guitarra…”
46
romances y tocaba la guitarra y el otro un viejo
lobo de mar. Este llegó un día de improviso por
las oficinas de la Casa de la Cultura, y nos
impresionó a todos con su carga de
reproducciones de los clásicos. Venía impregnado
sus ojos de historias de marinos y tahúres, de
playas y de museos, de libros que dan cuenta del
pretérito, en fin de todo aquello que constituye el
devenir de la humanidad, se llamaba Luis Guerra,
que había descubierto en las postrimerías de su
vida, que su haber corpóreo debía descansar en
su ciudad natal, entonces planificó el retorno,
haciendo gala de su estatura maravillosamente
“pragmática”.
49
Las circunstancias que rodearon la edición,
fueron especiales: Mario Cobo, Hadyta Zurita,
María de Lourdes Lozada, Hernán Castillo,
Manuel Paladines, el escultor Paul Palacios y yo,
dedicamos nuestro tiempo a recoger las páginas,
del libro, engramparlas, pegar las portadas, y así
uno a uno ir armando los poemarios de Gustavo.
Entonces de cuando a en cuando llegaba Gustavo
a supervisar el nacimiento de su libro y… nos
pedía unos cinco libritos, para la Cara de tapado,
la Carnaval de Guaranda, la preñada, es decir sus
principales interlocutoras, sus amigas, sus
“cantineras”… Este ES Gustavo Egüez Villacrés,
Hombre, genio y figura inolvidables.
50
Los cantos que están vibrando en cada
corazón ambateño, porque son huella imborrable..
Esos cantos que llenaron las calles de la
ciudad, aquel día cuando un féretro acarició los
hombros de los amigos y su Ambato tierra de
flores, le acogió entre sus pétalos, para que siga
escribiéndonos desde la eternidad… donde nos
aguarda.
Del Libro “RAZÓN DE SER” de Hugo Jaramillo
Muñoz:….
MI SOMBRA Y SU BOINA
(Comentario a la poesía de Alfonso Murriagui)
52
Viene el Poeta, desde entonces, dejando
atrás “…los mensajes abstractos/del
silencio…” Ignorando, por así decirlo, el anuncio
arrítmico de la aorta, que bajo su piel está
gritando que no hay nada que le detenga,
advirtiendo en cada golpecito tenue, que el
desti8no es el espejismo de quien, en algún
recodo, se dejó seducir por la deriva.
55
DEL Libro “RAZÓN DE SER” (comentarios
de textos) de Hugo Jaramillo Muñoz:….
56
Aquella inmersión en las incógnitas
iniciales, rebasa lo íntimo: “…deleites y largos
delirios/ armazones de vida…” cuyas
respuestas no se evidenciarán -quizá- en el
transcurso vital cotidiano.
57
dejé que me arrancaran/ cuanto gozo yacía en
las pupilas…”
58
La travesía continúa en mínimas
embarcaciones tropológicas, diseñadas en prosa,
por senderos que tatúan montañas por los de que
han de transitar multitudes o exiliados pródigos en
busca de retornos. Páramos desolados, espejos
confidentes, cúspides, ríos tumultuosos, donde
Julio Pazos halló el nidal de las palabras, esa
posibilidad de la intuición que hace dable “el
asalto de gacela de la imagen” para conferirnos
a los demás el don de ver cómo el “panadero
retira la portezuela del horno y extrae dorados
panes mestizos…”
61
Son estas premisas el soporte para la
formulación de su poética evidente en las prosas
14, 15, 16, consciente que “... Molestan a los
lectores las confesiones nihilistas y los
despechos de amor...” y por lo tanto el
quehacer como una profesión de fe y una
peregrinación por el ancho universo de los Seres
y de las cosas, sus latitudes y vicisitudes ese
“...trecho lleno de acechanzas...” son objeto del
observador atento, investigador que devela las
incógnitas donde el transeúnte cotidiano se
detiene y se detienen también “...Quienes
escriben detallados informes sobre metáforas
insólitas..” a guisa de textos poéticos, cuyo valor
se agota en la forma.
63
(Acaso ese paso del tiempo sin mellar el
cuerpo, significa esa eterna juventud al que todos
aspiramos y se hace presente en la esencia de lo
que llamamos alma?), entonces se advierte que
no existen dicotomías posibles entre los hechos y
lo que se dice, por eso Julio Pazos afirma que:
“...Los objetos se hacen palabras. Soy
lenguaje, atizo frases en el pequeño bracero
que me diferencia del mineral indiferente./ Me
posee un afán frenético de transcribir...”
64
la que los otros, los que vienen, se verán
idénticos o diversos. Esa es la historia, un cosmos
diseñado sobre la corteza del planeta hecho para
que el ser humano se despliegue “..arrancando
las barbas a los choclos,/ elaborando el pan a
mano limpia,/ a beso de piedra, a calor de
tiesto.”, es decir suscitando impulsos planetarios
con aquellos materiales al alcance de su mano,
diseñando símiles de la arboleda y de los silencios
que conmueven al ser sensible.
65
lados: “…¿Quién llamó a fray Jodoco/ para que
acabe de pisotear tu siembra,/ poniendo el
grano de oro en las piedras?...” pregunta,
acaudalando rabia entre los puños, pero
consciente que la guitarra y la vihuela son testigos
inocentes y que tienen hermanos de armonía en
estas tierras, tubos de carrizo fieles a los llamados
de las aves, caracoles que convocan a la minga
para estar juntos, para compartir el grano de maíz
luego de la cosecha. Este es el mundo Robayo,
tan de él, tan nuestro, tan de todos los hombres
de buena voluntad, “….Cogiéndote las manos,
raíz y suelo,/…. como decir un chisme cara a
cara”.
Enfrentar una temática tan compleja implica
una especie de desfloración ideológica, que vaya
diseñando los sentidos que se pretende
comunicar, verso a verso, concibiendo imágenes
que trasciendan y conmuevan, vadeando la
trampa de los lugares comunes –qué difícil es el
oficio de poeta– y sucede que Marcelo Robayo
un anciano que forma parte de los desechables de
la revolución, optó por esa forma de ser Hombre:
en “Los ídolos y el polvo” toma partido e ironiza
desde la arista tabú de lo deístico:
66
el agua especial le dio poderes.
Venid. Arrodillaos e id pagando”
67
bajo las patas de los caballos y la complicidad del
responso, para inaugurar ese cuento de la matria
que denuncia escuetamente Benjamín Carrión.
69
Del Libro “RAZÓN DE SER” (Comentarios de
textos) de Hugo Jaramillo Muñoz:……
72
Es decir torna su mirada hacia la edad en
la que el ser humano aún no ha sido víctima de
los petardos en la contienda por el control del
poder, por la tenebrosidad de las divergencias
sociales, que por ejemplo soportamos en el día a
día de nuestras aldeas planetarias; y desde allí,
desde ese límite de las seducciones, suscita a la
juventud a levitar hacia los orígenes, hacia lo que
el poeta concibe como la “soledad inicial”, para
desde allí esculpir un derrotero que dé sentido a la
presencia misma del Hombre sobre la Tierra,
como una “huella de fuego”… que trascienda lo
común y corriente, que es el vivir para satisfacer
esas imperiosidades materiales.
73
cotidiano que están ocultas en lo más profundo de
los seres conscientes, esos:
“grumos de niebla
(que) ocultan la entrega
de tu sonrisa” …
evela ese cortinaje imperceptible que oculta ese
signo femenino seductor, a los ojos profanos de
cualquier transeúnte, y que solamente a él le está
permitido revelar con sus palabras.
Esto confirma lo que asegura,
acerca de los poetas, Shelley: “Los poetas – dice-
son los legisladores no reconocidos de este
mundo… Y los poetas estarán siempre a la
intemperie”. Y es que aquello que se escribe está
siempre comprometido con lo humano y su
circunstancia, y como ésta tiene claroscuros, el
escritor es objeto de todo decir, de aceptaciones y
de rechazos; pero como es un necio de
nacimiento, él continúa con ese otear en lo
desconocido y abandonado a las seducciones de
aquellas circunstancias, que son como un pantano
cubierto de girasoles: Ramiro, es consciente de
este trance entre el cabalgar hacia los molinos de
viento, o sucumbir en la comodidad de un
domingo de futbol, y nos dice en su Haiku 3:
“Azote somos
74
de los terroríficos
simulacros.
“Tu reinvención
dicta cátedra
al erudito”…
“Casa habitada
de aires lejanos
refugio de sol”
76
y entonces los impulsos imaginativo-evocativos
del ser se conmueven y se proyectan hacia
aquellas estancias de tejados anaranjados por los
que se escurría la lluvia; a los pequeños
ventanales cómplices de los primeros juegos
amatorios; a los patios de arena donde el sol se
hacía trizas cristalinas; a esos rincones donde la
niñez escondió sus cósmicos secretos.
Pero también incursiona en las
interioridades humanas, donde:
“Tiembla el cielo
ante la opacidad
77
de lo incierto”
confirma así que desde los tiempos más remotos
el hombre ha buscado respuestas que le
permitieran reconocerse en su integridad vital y
las consecuentes relaciones con el entorno; en
tanto la ciencia no establecía argumentaciones
objetivas, fue la omnipotencia del ente absoluto, la
réplica “…ante la opacidad/ de lo incierto”, ésta
es la apreciación que estéticamente Ramiro
Caiza, plantea en el terceto 8 del poemario.
“Tierno granito
custodio de saberes
tiempo guardado”
78
constituye en detonante molotov apremiante, en
ese:
“Hachazo final
corte en la yugular
cerca al grito”
“Desde la nada
persigue el camino
del ser oculto”
79
“Frente a ellas
-advierte Ramiro-
las palabras de siempre
dictan el final”
GUANDUNGO DE LA TIERRA
(Comentario a la poesía de Fernando Jaramillo)
81
consuetudinarios, para no más de visibilizar la
vida, y anuncia cómo el buen decir desdeña las
muertes, cómo a ese Bruno inmaterializado ya,
“… Ahora le dejarán cantar/ sin sueldo/ hasta
que muera…”
82
Carlos Oramas, por ejemplo, “…corsario viejo y
desnudo,/ pata caliente de todas las
latitudes…” , le dio por emprender otro viaje, sin
percatarse que este era el último, que esta era
una travesía sin retorno. Entonces, ahora, no sé si
demasiado tarde o un poco temprano, el
Fernando ensaya una biografía, la única posible,
con no más de cien palabras, para hacernos ver
quién fue Carlos Oramas y qué hace ahora: “…
Dicen las malas lenguas/ (cuenta) que ahora
pernocta en Cuba/ preparando el camino de
Fidel,/ que tararea mis canciones/ con el
mismo placer que las Silvio...”
85
tu risa payaso tonto…”, entonces desde este
ventanal hecho de consonantes y de sílabas
miramos levitar a cantores y guitarreros
apoderándose de las calles, a bailarines
deteniendo el tráfico en cada esquina, a
inventores de historias verosímiles, cambiando su
ingenio por centavos.
87
de cincuenta años/ como cincuenta azotes/ de
un calvario en otoño….”
89
(Comentario a Libro de Telmo Vaca)
A manera de introducción
90
que se asienta en la “nación criolla” y en la
consecuente versión de “nacionalidad”, en donde
lo indio se mantuvo como elemento de
discriminación racial abierta y explícita en
aplicación de leyes distintas a las que normaban
para los no indígenas” (1993) Este
posicionamiento de clase, está explícito en la
Primera Carta Fundamental de la República,
cuando en el Art. 68 manifiesta “Este congreso
constituyente nombra a los venerables curas
párrocos por tutores y padres naturales de los
indígenas, excitando su ministerio de caridad a
favor de esta clase inocente, abyecta y
miserable”. En esta misma carta fundacional de la
República, se forjan los principales “candados”
(invento de último cuño de nuestros diputados)
que impiden el acceso democrático de la mayoría
al ámbito ciudadano, cuando en el Art. 12, se
establece que “Para entrar en goce de los
derechos ciudadanos, se requiere:
“1ª. Ser casado, o mayor de 22 años;
2ª. Tener una propiedad raíz, valor libre
de 300 pesos, o ejercer alguna profesión, o
industria útil, sin sujeción a otro como
sirviente doméstico, o jornalero.
3ª. Saber leer y escribir.”
91
Este arranque del proyecto de un sector
dominante, es indispensable no pederlo de vista,
porque en el devenir republicano se va
consolidando, fortaleciendo a los sectores de
poder económico y político que se han sucedido
en la conducción del Estado. No es materia de
estas notas el análisis pormenorizado de las
distintas constituciones que ese poder ha
engendrado para su propio beneficio, son los
resultados los que nos permiten mirar
objetivamente la intencionalidad ulterior de
quienes aupados en el sufragio ciudadano han
ido tejiendo el entramado constitucional y jurídico
del país.
92
ya se escuchan voces, que antes permanecieron,
voluntaria o involuntariamente, amordazadas. Las
ideas surgen de todos los sectores y de todas las
tendencias en un enriquecedor concierto en el
que palpita el ser humano.
93
nueva o innovada república a la que todos
aspiramos.
BIOGRAFIA DE LA DESOLACIÓN
(Comentario a la poesía de Juan Acurio)
94
El poemario de Juan Acurio, se ha ido
hilvanando hasta constituirse en la biografía de un
“pecador” según lo define Iván Oñate, porque no
es concebible vivir al margen de la pasión, del reto
que implica el respirar sobre la corteza terrestre.
Es absurdo erigirse en semidios exento de
alegrías y de pesares, que son los ingredientes
que el Gran Alfarero concedió a los seres
humanos.
Pecar significa trasgredir el aburrimiento
que supone ser paciente, estático fisgón de lo
cotidiano, mientras alrededor la conmoción del
mundo cada vez propone desafíos y alternativas
que incitan hacia los límites de la comodidad,
poco edificante, por la que han optado esos
transeúntes autómatas que nacen, crecen, echan
barriga y mueren sin pena ni gloria y se escapan
tras una lápida que dirá hasta la caducidad: “aquí
yace el que en vida fue”.
Pero Juan Acurio opta por la “Angustia” por
ese desempolvar ternuras y soledades, poco
común, se atreve a desandar por el laberinto que
entrevé un cuerpo para su levitación hacia lo
desconocido, que es el pensar y el decir sobre sus
propias interioridades, ese transitar que asusta al
mismísimo “Taita Dios”.
Confiesa Juan Acurio, que sobrevive, como
cualquiera otro, mira pasar los años
95
monótonamente, “…Desnudando penas/
desmenuzando angustias,/ escalando
hambrunas,…/ es decir, nada fuera de lo
habitual. Pero Él confiesa –y esto es lo genuino–
o al menos lo valiente, que ese dejarse llevar por
la rutina constituye un fracaso.
Reconoce que “…ha debido sobrevivir/
en medio de la orfandad…” circunstancia que no
es fácil de sobrellevar, que hace temblar al más
fuerte, porque implica desamparo y soledad,
esclaviza a los fantasmas a las pasiones y a los
desenfrenos.
De pronto en pleno uso de razón decide
desencadenarse de la penumbra de la soledad de
años, que le acompañó durante tanto tiempo
semejando a un crucificado a las desolaciones…
sumiéndole en el vacío.
Otro acto del pecador que se auto redime,
consiste en otear en el horizonte insondable de la
Creación, buscando en la omnipotencia del Ser
Supremo la mano que aliviane esa carga/ y le
conceda el olvido…
Transmutar hacia los oasis de la naturaleza
es su alternativa para “…. Volverse un nómada/
como el beso que acaricia el alma…” para de
ese modo convertirse en un navío hecho de aura
navegando a otros labios.
96
Ahora, presiente el futuro –ese del que
nadie está exento– donde las edades son una
brizna que se adiciona al cosmos, como el tránsito
de la nada hacia una última plegaria hecha de
silencios: Esa distancia inescudriñable que
impone la muerte y pone a prueba al ser humano,
a la solidez filial, que por ser tan cercana se la
supone parte de uno mismo.
Por ello Juan Acurio, “…Recorriendo
caminos imposibles/ y, dejando la soberbia de
sus días…” se postra ante su madre, luego de
tantas y tantas derrotas, descalabros y vuelcos del
corazón, para implorar perdón y redención a fin de
levitar al peldaño final en busca de otros sueños y
de otra vida…
Esa vida compartida aún en aquella “…
tempestad de males que agobia” pero que es
una enseñanza permanente de amor que no se
extingue, porque ha dado frutos que han
aprendido a vivir más allá de las raíces, en sus
propios parajes, donde cada uno diseña su
inocencia, su delgadez de arcilla, su corazón de
golondrina o su donaire de gaviota… siempre en
el poeta como un torbellino de alegría en el pecho.
Un texto, lo he sustentado siempre,
constituye una confesión de parte que trasciende
toda intención, dicha la palabra ya no hay retorno
posible, se trata de un naufragio en los silencios
97
del otro que esclaviza sin salida, y Juan está
irremediablemente atrapado:
“Soy un náufrago de tus silencios,
un reo sin sentencia
de tus desamores,
Soy un esclavo de tus imposibles.
y aún así, te sigo amando,
hasta quedar exhausto,
en las laderas de tu vientre”
Se desliza así, a través de su propias
palabras, una experiencia tormentosa,
culminación de los desamores, de los imposibles,
de las utopías inalcanzables que se erigen como
cadenas indelebles, atando al ser en las
inmediaciones de un vientre intocado.
Es más, estas páginas son la constancia
del abatimiento que hace presa fácil del hombre,
que más allá de la piel, es una especie de fragua
donde la pasión y la ternura se configuran como
un declive que seduce:
“….Si te vas,
me quedan tus enojos tardíos,
tus arrebatos,
retozando
en los acantilados de mi pecho
…me quedan tantos años
compartidos
…el diluvio de mis lágrimas
98
llorando tu abandono…”
99
amigo que perdió la cordura por una mulata”,
curiosamente estructurado en primera persona,
como apropiándose de la querencia del otro, y
“…Dicen que pierde la razón cuando se
embriaga/ y como un loco, corre, tras el
encanto fatal de una mulata…”
En el último cuarteto se lee:
“…Mulata de piel de terciopelo negro,
que me seduce, que me pervierte,
que me esclaviza, que me enloquece…”
100
Entonces interpreta desde ese compartir
con el paciente las vicisitudes de una dolencia
instalada en el cuerpo: “… Yo sé…/ -clama
Santiago Bustamante- Que en esta batalla por
sobrevivir, ya fui vencido,/ y la muerte ha
ganado su batalla…” Juan Acurio, sabe, está en
el dolor del otro, de aquel, cuya vida, ha sido
puesta en sus propias manos, y sabe también, de
la partida irremediable; sabe que ese viaje es
irrevocable, incluso se apresta a despedir a su
propio padre: “…Adiós compañerito de mi
vida¡/ no sufras, no te aflijas, no te apenes,/
para mí siempre serás,/ ese gran hombre que
compartió mi vida….”, por eso las palabras se
van insertando en el papel así sin más, limpias de
artificio, sin el recurso estilístico que exige el
lenguaje poético, para tornarse duramente
cotidiano.
Y es en este lenguaje cede la palabra a
Santiago Uribe, a Oswaldo Gutiérrez, a Alex
Ochoa y a tantos otros cuyas muertes cundieron
en su propia alma dejando una huella sin
apelación posible.
101
palpitamos, de los sentidos que nos acercan a la
gente al mundo tangible, a los:
“…Ojos de las miserias,
de los insomnios,
de los perdidos.
102
luego de su lectura, y conforme nuestra particular
concepción de la vida y de lo estético.
103
(I) Esto de escribir un prólogo, es una forma
de preguntarse ¿Acaso tengo vela en este
entierro?... porque se trata de inmiscuirse en las
palabras del otro, sobre el que no se sabe si las
lanzó al azar, o si meticuloso, tendencioso, (con
todas las implicaciones semánticas de la palabra)
signó su destino, esa especie de punto de partida
y de punto final, que se organiza como
expectativa fuera del ruedo.
La vida y la muerte, pueden ser una
obsesión atenazante o una página en blanco
sobre la desolación de un escritorio. Pueden ser
una obsesión que paraliza y envejece, o esa
página incitando a la bronca entre los pensares y
los haceres, bronca esa, que permite saberse de
carne y hueso, de pasiones y de ideas, en
guardia, para “…Pelearse con Dios.//
Renacer mayos…/abrazar huérfanas madres/
espantar perros.// sortear golondrinas,/ domar
demonios viejos/y enfermos…// Mordisquear
lápices,/ manchar cuadernos…”
Al menos, así asume Geovanny Rubio el
acto creativo.
No es una eventualidad entonces, que la
historia de Samuel se inicie con un deambular sin
rumbo sobre esa especie de líneas seductoras,
cinceladas una tarde entre los avatares de la lluvia
104
y el sol rojo del ocaso, respirando, ahogándose,
respirando, ahogándose, aho…gán…do…se en
medio de la tormentosa tibieza de la placenta
llamada hogar.
Es un narrador omnisciente quién nos sitúa
en ese entorno que trasunta soledad, abandono,
distancia, no obstante el cuidado que élla puso
para que la imagen de él, simulara pulcritud
luego de su larga permanencia en la cárcel. Y ese
recurso cotidiano, tan nuestro, que es la chanza,
completa el preámbulo relacional, remarcando la
asimetría macho>hembra, proponiendo la
sumersión en el rompecabezas que asfixia.
Las piezas son ensambladas por Geovanny
Rubio, mientras el protagonista en la oscuridad
magra de la alcoba ensaya apostarse en la
realidad, al margen de la memoria que no es más
que ese nicho de imágenes que le mantienen en
vilo, tratando de urdir justificaciones para ese acto
repudiable conque cegó una vida, declarando
irónica, descaradamente, en el texto narrativo,
que “…liberó a la sociedad de una pobre
perra…” y porque en el otro lado de los
pensamientos se encuentra la esposa cumpliendo
puntualmente el papel de objeto proveedor de
supuestos amatorios, calcetines limpios, frutas,
cigarrillos,, libros, te amos, te odios, vuelve a
105
casa, jamás te traicionaré, mientras el goza de la
comodidad de la celda.
En el otro lado de la medalla, está….Estará
élla, sumiéndose eslabón entre el pasado y el
presente, acaso sustrayendo por asalto el timón
hacia el futuro.
Ahora ya queda claro que esto de tomar la
vela en un entierro, es algo así como apropiarse
del muerto y sus circunstancias. Es por eso que
prologar –como en este caso– se constituye en
una metalectura en voz alta, diciendo lo que los
ojos ven en la anécdota que desarrolla el autor,
ese mundo donde seres y cosas más bien son
entes vitales que revelan modos de ser y de entrar
en relación, para posibilitar la luz en ellado oscuro
de la Tierra. ¿eres peligroso? ¿estás enfermo?
¿te estalla la cabeza en mil pedazos? ¡Son
sintagmas que trascienden el umbral del lenguaje¡
son las palabras que … por primera vez descifran
los íconos ocultos del mundo, dibujados en la gran
pared que se dejó atrás… Palabras que tienen
sentido cuando el escritor se descubre entre la
espada y la pared y no tiene más alternativa que
seguir tramando, tratando de predecir la
consecuencia de sus actos.
El juego narrativo traslada desde los
laberintos interiores, los imaginarios
motivacionales de criminales neuróticos o desde
106
los inexplicables impulsos de esa niña incestuosa
que ahogaron la infancia y quizá la adolescencia
hasta culminar con el cuerpo exánime en brazos
del amante; hasta el envejecimiento artificial de
ser “…una persona pacífica, que jamás he
atentado, ni siquiera contra una mosca de
mierda…”
El nudo temático es –según lo confirma
Geovanny Rubio– “…La búsqueda de una
diferencia biológica, no indica más que el
orgullo petulante del sabio, definiendo la moral
de una norma determinada”, un
cuestionamiento sin duda al statu quo, más aún
bofetón asestado a plenitud, en la mejilla
ruborizada del poder, donde les duele al maestro,
al cabo, al macho, al jefe de oficina, al ministro, al
presidente, al ícono de la cultura dominante…
Claro que Geovanny Rubio, cae en la tentación
del discurso ensayístico en medio de la
construcción narrativa que dá sentido a la
anécdota literaria, sin embargo no decrece la
atención en las circunstancias que él articula para
diseñar el relato, que es lo que importa en aquello
de la empatía autor-lector con la intención
premeditada de conmovernos.
Ahonda en esa búsqueda de la diferencia
biológica que le absuelva, montando escenarios
en los que, el narrador protagonista, se enfrasca
107
en monólogo que le describe y radiografía en los
recónditos secretos de niño rico dibujando en el
aire imágenes casi tangibles, esas Cálidas nalgas
de insólitas muchachas mejicanas que le visitan
en la oquedad del insomnio.
Sin vela en este entierro es una película en
sepia, sin cortes, que persiste en el leitmotiv,
tratando de demostrar que la cordura es una
march en reversa al interior de una ciudad, visitad
luego de tantos años cegado en una mazmorra,
en la que conviven unos y otros bajo un mismo
cielo y en medio de los mismos olores asfixiantes
que desquician. Élla y la otra disputándose un sitio
en el vacío de un hombre perseguido por los
fantasmas de una niñez agredida. Sus manos
ciñéndose en el cuello de los cancerberos de la
dicha. Los policías odiándole. Hombres grandes y
alcohólicos hurtándole un mendrugo. Locos
redimiéndole sin apelación. Cuerdos detrás de las
hormigas o levitando en las membranas
transparentes de una mosca.
En fin, el cuerdo decide un hasta aquí, ese
punto y aparte como encrucijada hacia la felicidad
y la nada donde la Lorena pueda determinarse y a
su modo, olvidar que es la mujer de un ex
convicto.
Ya no hay salida, estamos metidos en el
cuento, tal vez intuimos que cuando cruce el
108
umbral de la entrada, la Lorena, de un solo
clic…
(II) “…mañana estaremos velando el día de
hoy…” y Geovanny Rubio, cruza el umbral hacia
el albedrío de la imagen, creando una secuencia
del Alfa a la Omega, trocha que abre un ahorcado
no obstante las intemperies hacia un Mundo
donde se cuenta el tiempo conforme relumbran
las escamas de los peces.
Rubio está en la honda, por eso se elimina
del Facebook , decide los contactos con quienes
invadirá el infierno, fiel a un llamado interior o el
ejercicio poético. Su irreverencia es más evidente
en esta instancia creativa, donde
“…deshojando/las páginas/de una antigüa
biblia/que encontré en la morgue.//Para matar
con salmos/el trayecto del regreso…” Continúa
en su tarea de desentrañar esa dicotomía, antes
expuesta, entre el pensar y el hacer: “…Mi
cuerpo está más cerca/de lo que tu mente
cree/…de tus uñas/exageradamente
negras/…Mi cuerpo se quedó entre tus
muslos;/el día en el que nos rodamos,/que nos
asesinamos de tanto/ tratar de vivirnos…”
Las deliberas rupturas de la sintaxis, de las
culminaciones formales de cada verso, señalan
también, -aunque con timidez- esa irreverencia,
que en la sustancia sintagmática se hace más
109
profunda y certera: “…De todos lo migrantes de
esta vida/amo a aquel que conocía/el día y la
hora exacta de su éxodo// Por eso madrugó a
sacarle brillo/a una bala perdida…” ¿acaso esa
forma de autodeterminación no es una manera de
posicionarse al otro lado del cauce común del
conformismo?.
Pero Geovanny Rubio, está obsedido
también, por las preguntas que agitan la
inteligencia humana desde siempre: “… Han
aparecido en el jardín/ raras figuras
geométricas…// ¿obra de extraterrestres?/ Las
hormigas madrugaron a podar el césped?/ Los
muertos en noviembre,/ se entretienen
confeccionando mandalas?
como se aprecia, busca en las especulaciones
racionales, las respuestas al origen y las
determinaciones de los seres sobre la Tierra.
Advierte cómo ese acercarse al
deslumbramiento de la réplica preconcebida,
sume en la oscuridad y perpetúa esa forma de
control que es la ignorancia solapada en los
artificios inmutables. “…La luz de una
luciérnaga/ha terminado/en el fuego de una
lámpara de alcohol…/ un microsegundo.// Un
parpedeo en su vuelo/ le ha llevado a sus
orígenes// Las lámparas son el sol de
las/luciérnagas.
110
Luego en ese transitar por el filo de Gillette
que son las imágenes, la poesía misma, se da
tiempo para mirar lo cotidiano, al hijo del zapatero
que creyendo volar se encontró con la muerte en
el tétrico pegamento que inhibe hasta el
exterminio; al payaso que en serio quiere
matarnos de risa; al yankee que impone códigos
extraños y maniqueos; a los niños que jamás
nacieron. Descubre entre las circunvalaciones de
la travesía elegida, que si bien los temas se
agotaron, los personajes son la punta de lanza de
las palabras y que los poetas mueren y resucitan
cada día, mientras el entorno vital que les altera,
demande ser redescubierto.
111
BASES Y ESTRATEGIAS DE LA GESTIÓN
CULTURAL
(Comentario al Ensayo de Fabián Saltos)
112
El especialista mexicano, enfatiza en el
prólogo, la creación del Ministerio de Cultura en el
Ecuador, como un hecho de significación
trascendental para la transformación social, y
como garantía del proceso de construcción del
Buen Vivir. Es decir se subraya el hecho,
innovador por supuesto, de crear una institución
engranada por su naturaleza, a las señales
humanas desde el tejido social o a las
“demandas” generadas en la base social y que
venían acaudalándose por décadas, en las que el
eventismo y la práctica coyuntural dominaban el
accionar institucional y la praxis de los actores
culturales.
El pensar en “lo cultural” supone una
percepción sobre la gestación o producción de
pensamiento, único hacer patrimonialmente
humano, y que por su dinámica ha generado
también preocupaciones profundas, controversias,
oposiciones conceptuales y posicionamientos
ideológicos, que han fortalecido y enriquecen el
debate permanente sobre la teoría y la práctica
sociocultural, que fundamentan la implementación
de un proceso democrático y de las
transformaciones sustanciales anheladas por los
pueblos de cualquier latitud.
En este contexto y comprensión, Fabián
Saltos Coloma, a modo de introducción explica el
113
fundamento de su propuesta, basada en su
experticia en la gestión sociocultural y en las
reflexiones profesionales del antropólogo, como
un posicionamiento en la definición de gestión
cultural en Latinoamérica y nuestro país, en
circunstancias en las que el tema de derechos
culturales, tiene una importancia y vigencia
inusitada, y como una alternativa para “el vivir en
equilibrio y armonía”, ese espacio de interacción
individuo><colectividad, donde se confina o se
consolida la libertad, conforme se conciban las
relaciones y la convivencia, en un espacio y en
un tiempo determinados”.
Simón Espinosa afirma con ternura certera
que “…nacemos para unirnos con la naturaleza y
descubrir la hermosura del vivir, lo pasajero del
vivir, la fugacidad de nuestro ser en el cosmos…”
Saltos Coloma, el antropólogo, Fabián el ser
humano, vinculado desde hace muchas décadas
con comunidades y pueblos, con los activistas y
gestores culturales de nuestro país, asume un
quehacer y descubre esa “hermosura del vivir”,
fortificado en el reconocimiento serio y creativo de
la realidad, como su opción de vida, ese
laboratorio desde donde observa, anota,
especula, debate, lee, toma partido y escribe sus
“Bases y estrategias de la gestión cultural”, lo
que constituye por lo mismo, un testimonio vital
114
que trasciende en ese espacio y en ese tiempo,
que le corresponde habitar.
Esta sindéresis se constituye en el eje
conceptual-axiológico-técnico con que se
construye la matriz temática del texto propositivo
de Fabián Saltos, desarrollado en los capítulos
“Hacia una estrategia teórica de la cultura;
Identidad y cultura; Cultura, desarrollo y buen
vivir; Políticas culturales; Derechos culturales;
Gestión cultural; Gestores culturales; Economías
creativa y de la cultura; y, Patrimonio Cultural”,
ámbitos que se fundan para el desenvolvimiento
profesional del gestor sociocultural.
Lo axiológico se explicita desde la
introducción, en la que Fabián manifiesta: “… lo
que estimo debe ser la gestión de las culturas,
sobre todo de los sectores populares, y donde,
penosamente, se vive, se reproduce y circulan
esencias y formas coloniales en las relaciones
de poder… es aquí… donde la gestión cultural
tienen una misión emancipadora…”, entonces
emerge el ser sensible y comprometido que no
consiente la abdicación, porque sabe que esa es
una forma de negación de sí mismo y de
abandonarse a la muerte en vida; y claro propone
la alternativa, “la gestión sociocultural liberadora”.
La cultura es el gran mural donde se
manifiesta la naturaleza humana, la coexistencia
115
social y sus variadas manifestaciones, la
imbricación del ser con la naturaleza y el cosmos,
de ahí su complejidad y discernimiento múltiple y
disímil.
En esta comprensión Fabián Saltos esboza
líneas criteriales para el levantamiento
estratégico de una teoría de la cultura y desarrolla
reflexiones alrededor de la noción de cultura, tema
complejo y en debate permanente, por sus
fundamentos y connotaciones ideológicas;
consciente que la noción de cultura está anclada
a las cosmovisiones diversas y las relaciones de
poder verificadas a lo largo de la historia de la
Humanidad. Realiza un paneo general sobre el
concepto desde lo filológico a lo antropológico y
sociológico, enriqueciendo el tema con propuestas
que abren perspectivas novedosas para el ya
mencionado debate: Lo popular, el buen vivir, la
relación cultura-naturaleza, las categorías de lo
cultural etc., son los subtemas que mueven sus
preocupaciones y cavilaciones a lo largo de este
capítulo.
No obstante constituirse en un hecho
debatible, Saltos lanza las cartas sobre la mesa
cuando afirma que: “…la cultura es
consecuentemente, una construcción social
específicamente humana, que surge de la
praxis del hombre en su proceso de
116
apropiación de la naturaleza, en el que la
transforma y se transforma a sí mismo…”, casi
sentencia, que conlleva fundamentos y
convicciones, resultado de una investigación
sobre el perfeccionamiento sistemático y científico
de la noción de cultura.
A partir del análisis del concepto de cultura
emitido en México en 1982, como resultado de un
largo debate internacional promovido por la
UNESCO, en el que se establecen los
fundamentos antropológico-sociológicos de la
noción, considerándola como “los rasgos
distintivos, espirituales, materiales, intelectuales y
afectivos que caracterizan a una sociedad o a un
grupo social…”, es decir, como la huella digital
que distingue a cada grupo humano, a cada
sociedad, y consecuentemente a cada individuo
pensante, Fabián Saltos concluye que “… La
cultura constituye la esencia de toda práctica
social, es decir que toda actividad o acción
social tiene una dimensión cultural, lo que
fehacientemente no implica que todo lo que
alcanza esa práctica sea cultura o derive de
ella…”
Esta percepción supone una dinámica
permanente, una práctica ineluctable, una
concatenación de acciones que enhebran
procesos. Es decir se visibiliza el hecho cultural
117
inherente al tejido social, gestado en esa
palpitación vital, y la dinámica que lo hace
trascendente que es “lo cultural”, materia de
preocupación desde la gestión humana.
Al respecto Fabián asevera que: “… La
riqueza de abordar lo cultural, está en que las
expresiones y las manifestaciones culturales,
no son bienes o productos, sino procesos,
interacciones incesantes, que se producen y
reproducen continua y situacionalmente…”.
Este abordaje no puede estar al margen de la
administración racional de las relaciones
sociales, por lo mismo de la generación de
políticas culturales que organicen y den sentido a
toda esa producción simbólica, de allí la inclusión
del subtema “La cultura y lo cultural” en este
capítulo del libro.
El tratamiento de “lo Popular” está
desarrollado de manera frontal en un contexto
caracterizado por asimetrías sociales evidentes, la
insoslayable presencia de grupos dominantes o
hegemónicos y sus antípodas los grupos
subalternos o dominados, por lo que siguiendo la
línea lógica del discurso, en este apartado Fabián
Saltos, establece las características de las
culturas antagónicas históricamente en
sociedades como la nuestra: las culturas
hegemónicas dominantes y las culturas
118
dominadas subalternas, lo que admite “la
trasgresión del universo simbólico” del dominado
a través de procesos de aculturación,
desculturación, enajenación y alienación, que
según nuestro autor se ponen en evidencia clara,
por ejemplo, en el uso cotidiano de las lenguas y
la práctica de las religiones.
Situándose dentro de los límites del
continente sur americano, cita el proceso de
colonización española y la imposición del
castellano y de la religión católica como idioma y
religión oficiales. Concluye al respecto diciendo
que “… Si bien persisten algunos idiomas
nativos, estos se mantienen en un estado de
disglosia, esto es, en condiciones de
marginalidad y de inutilidad práctica
extracomunitarias, igual que las religiones y
ciencias precolombinas que subyacen en las
manifestaciones y representaciones de la
religiosidad del catolicismo popular, dentro de
procesos de yuxtaposición y sincretismo…”
Relacionando esta dicotomía sociocultural
con el ejercicio del poder, establece la vigencia
de una cultura de élite que impone y dirige lo
cultural conforme sus intereses, “sometiendo a
la población a políticas y modelos culturales
estatales”.
119
Saltos Coloma, el antropólogo, propone
categorías de análisis para el acercamiento a la
noción de cultura popular desde una consistencia
holístico-sistémica y considerada como un
proceso histórico, desde esa perspectiva analítica
establece tres enfoques para el tratamiento de la
cultura popular: “lo folklórico”, “la cultura de
masas” y “la lucha por la hegemonía”. Estos
presupuestos metodológicos le permiten –luego
de detenidas reflexiones– establecer que la
cultura popular es “… enteramente mestiza … –
y no por ello menos rica, creativa– producto de
las relaciones…. entre los diferentes
segmentos populares y la cultura
dominante…”
Lo axiológico predomina en la construcción
ensayística, su visión sobre la cultura popular se
fortifica conforme explica su naturaleza
polisémica, fundamento de su diversidad en
permanente imbricación, en tanto no solo que es
receptiva sino y fundamentalmente creativa,
innovadora, contestataria, un hito social de
resistencia que pugna por subvertir el statu quo
impuesto por los grupos minoritarios dominantes,
concluye entonces que la gestión cultural debe ser
liberadora, comprometida con los procesos
transformadores de una realidad concreta.
120
El deber ser, se constituye desde esta
perspectiva en un fin –que trasciende lo utópico–
en tanto el aprovechamiento de los recursos y
potencialidades populares “…deben ser
planificados en función de felicidad
compartida… donde los poseedores culturales
sean los protagonistas de principio a fin de su
propio destino…” De allí que Saltos Coloma,
asume la propuesta de Guillermo Bonfil, que
considera que el control cultural de las
potencialidades y las decisiones, deben ser
propias de los actores sociales, a fin de configurar
una cultura autónoma, en la certitud y gestión de
un haber patrimonial que les pertenece y los
identifica.
Identidad y cultura: imprescindible
coexistencia. En este capítulo desarrolla
exhaustivamente su concepción sobre identidad,
su naturaleza, características y atributos, como
una construcción permanente y variable a lo largo
de la historia de los pueblos y de los individuos,
cimentando su pensar y su accionar. Define cómo
se construye las autoidentidades y las identidades
colectivas, situando estos procesos sociales en el
contexto de la globalización.
Trata también sobre el culturalismo y
multiculturalismo, para explicar la “sociedad plural”
121
basada en el disenso y el consenso como
ejercicios del respeto y la tolerancia mutua.
Dedica un apartado importante para
explicar la transición del pluriculturalismo a la
interculturalidad como “utopía realizable”.
En el apartado Cultura, desarrollo y buen
vivir.- Explica el tratamiento que históricamente se
ha dado a la noción de desarrollo vinculándolo a
los procesos de occidentalización y cómo un
modelo de euronorteamericanización, contradice
los avances autónomos de los pueblos de lo que
se llamó el “tercer mundo”. Por lo mismo
establece el significado de la dimensión cultural
del desarrollo. Finalmente evidencia la dicotomía
desarrollo-buen vivir, subrayando esto último
como una alternativa social para nuestro país.
En Políticas culturales: conceptos y
lineamientos, se devela la noción de política
cultural a lo largo de la historia de la humanidad,
cómo los procesos que demandan la
operativización de una política, se han sometido a
intereses de los grupos o estados hegemónicos.
Este proceso está vinculado a la noción de
cultura que ha evolucionado permanentemente
desde la visión reduccionista de mirarla como la
expresión de las artes y las letras desde lo
académico, hasta concebirla como el resultado del
convivir social en todo su entretejido humano y
122
sus relaciones con la naturaleza. Plantea
propuestas de políticas públicas vinculadas a los
procesos interculturales, la pluriculturalidad, los
derechos culturales, la creación de observatorios
culturales y la cartografía cultural.
En Derechos culturales constitución e
institucionalización, precisa la línea divisoria entre
lo que son “los derechos culturales” y el “derecho
a la cultura”, sus implicaciones ideológicas y de
instrumentación. Pone énfasis en la significación
trascendente del capítulo de cultura en la nueva
constitución de la república, que garantiza el
ejercicio de esos derechos, como alternativa
liberadora y de realización humana y comunitaria.
En el capítulo sobre Gestión cultural:
fundamentos y modelos, desarrolla la noción de
gestión como una alternativa al verticalismo que
se aplicó a partir del modelo de administración
institucional implementado durante décadas.
La gestión vista como un modelo
alternativo, exige entonces de un proceso de
profesionalización y especialización técnico-
conceptual que genere talentos creativos
comprometidos con el quehacer cultural. Hace un
enfoque sobre gestión cultural pública a partir de
las anteriores reflexiones. Desarrolla también su
visión sobre la gestión privada y comunitaria, en
esta última cita el ejemplo de la gestión en Agua
123
Blanca, comunidad donde participó activamente.
Cierra el capítulo con una propuesta de Gestión
emancipadora, consecuente con sus principios
ideológicos y fundamentos profesionales.
Desarrolla las propuestas de Gestores
culturales: perfil, campos, métodos y
profesionalización, como consecuencia de lo
anterior; propone el perfil del gestor cultural, su
exigencia de profesionalización y capacitación
permanente; describe los ámbitos de
desenvolvimiento del gestor cultural; los campos
socio-temáticos para su formación y proyección
científico-teórica, y las metodologías y métodos de
trabajo aplicables. Propone también una Oferta
formativa en artes y cultura, que responde a
nuestra realidad y a la demanda latente en este
sector.
En el capítulo Economía creativa: industrias
y emprendimientos culturales, trata sobre la
potencialidad creativa y su capacidad de inserción
en la relación oferta-demanda de productos
culturales, como una posibilidad de aporte a la
economía. Según el autor, se trata de
comprender la lógica del socialismo del Sumak
Kawsay, en función de un conciencia nacional,
sobre el potencial económico de los procesos
culturales, su dimensión y sus productos, creando
124
mecanismos que amplíen los ámbitos de
consumo.
Advierte sobre la influencia moderna de los
avances tecnológicos y cómo permiten lograr
niveles de mayor calidad e incidencia para la
creación de “nuevos públicos”, base de un
mercado de demanda de productos culturales. En
este nivel se enfoca las nociones de
emprendimientos e industrias culturales, y su
aporte al PIB de cada país, en contextos de
intercambio y circulación de bienes culturales.
Realiza un enfoque de las posibilidades
editoriales, cinematográficas,, diseño,
audiovisuales, turismo, gastronomía, artesanías,
etc., partir de la intervención creativa y
prospectiva colectiva e individual.
En Patrimonio cultural: estrategias y
cambio, se desarrolla la visión actual sobre
patrimonio tangible e intangible, su significación
histórico-social, y su importancia en la
resignificación de las identidades de los pueblos.
Se subraya también la importancia de la
apropiación social del patrimonio, su preservación
y dimensionamiento hacia la consolidación de los
ámbitos humanos, productores colectivos e
individuales de cultura. Hace una propuesta sobre
gestión del patrimonio y la revalorización social
del patrimonio cultural comunitario.
125
El enfoque personalísimo de la diversidad
de los temas tratados, su conocimiento y dominio
sobre ellos, la relación actualizada de los mismos
con las exigencias socioculturales de nuestra
sociedad, otorgan al libro una importancia
científica y conceptual de gran valor. En nuestro
medio hay pocos estudiosos preocupados por
desarrollar estas temáticas, y en el nivel y
dimensiones que se han tratado en este libro,
quizá es el primero en escribirse para su estudio y
debate.
LETRAS ECUATORIANAS 4
126
Los clásicos, que buscan la perfección y la
armonía entre la forma de expresión y lo
expresado, conforme lo sostiene Aristóteles en su
Poética, son el referente más remoto de esta
aventura del pensamiento. Son siglos
paradigmáticos que el hombre y la sociedad
atesoran a través de su obra nobilísima,
significando y confiriendo sentido a las culturas y
civilizaciones que hubieron de sucederse desde
entonces; Homero, Sófocles, Virgilio, Esquilo,
Eurípides, Aristófanes, Terencio, Plauto, Cicerón,
testimonian la búsqueda y concreción de una
utopía, de un ideal de belleza que se ha
perennizado como heredad del género humano.
Con la enunciación de nuevas formas de
ver al mundo, al hombre y sus relaciones, la
normativa estética tiende a trasgredir esa
armonía, para supeditar el proceso creativo a una
direccionalidad divina extraterrena, con esa
dependencia total de un ser supremo
omnipotente; este paradigma estético impuesto
por el dogma cristiano, ejerce su influencia, en el
mundo occidental, desde las postrimerías
grecolatinas hasta la caída de Constantinopla, en
1453, con propuestas temático-ideológicas
expresadas en obras como El Cantar del Mío Cid,
La Canción de Roldán, El Cantar de los
Nibelungos, el Cancionero de Petrarca, El
127
Decamerón, La Divina Comedia, como lo más
representativo de aquella época y que abren la
perspectiva humanística que otorga al HOMBRE
la supremacía en la construcción de lo cultural,
fundando lo que se conoce como el mundo
moderno, cuyo fundamento, precisamente, es la
supremacía humanística como eje generatriz de la
cultura y de la historia del pensamiento.
Exacerbando la rigurosidad relacional entre
forma y fondo, surge el barroco, que busca mayor
sumisión al mínimo detalle para alcanzar “lo bello”
como el objetivo de la obra de arte. Años más
tarde, el predominio de la razón en los procesos,
antes intuitivos, emprende una especie de retorno
a lo clásico, pero el canon ha sido superado y no
se abstrae solamente en esa armonía clásica,
sino que adiciona lo barroco y se reinstala hacia el
futuro.
Posteriormente, la camisa de fuerza que
constituye la norma, es allanada en pos de la
libre expresión del sentimiento del creador, de sus
valores, de sus convicciones íntimas, de su
estatura ética, entonces se inaugura el
Romanticismo. Pero, la obra estética es un
resultante de las alternativas y contiendas
sociales que exigen un caudal expresivo que las
describan, por lo que la formulación del arte se
vuelve hacia el detalle del entorno.
128
Diríase que se va encontrando
fundamentos en la cosmovisión y en las
relaciones socio-políticas como la sustancia
ideológica de todo proceso creativo: se suceden el
Naturalismo, el Modernismo, los Vanguardismos,
como escuelas y tendencias, en las que se
identificarán a través del tiempo literatos, pintores,
escultores, músicos, etc., y que constituyen el
haber de toda cultura.
Se trata entonces de una constancia
expresiva que testimonia el acontecer social y en
ese contexto la autentificación del ser humano en
su devenir cotidiano: un eslabón relacional, que se
instituye en la libertad de expresión como una
necesidad, un derecho, un compromiso, una
responsabilidad: … Todo ser viviente se confirma
como tal, en tanto sus congéneres reconocen en
él lo genuino, aquello que por sus peculiaridades
propias le singularizan e identifican; en esa
perspectiva, el ser humano, dotado de la cualidad
inconmensurable de generar pensamiento,
necesita y busca los cánones comunicativos que
legitimen su identidad.
El Hombre orillado al ostracismo perece, no
le es posible habitar en las mazmorras del
silencio, por eso en cada época ha inventado
multiplicidad de cauces imaginativos que propician
su trascendencia: el movimiento, la línea, el color,
129
las formas, los sonidos… las PALABRAS; el
expresarse entonces, constituye una necesidad
inherente al SER HUMANO.
La búsqueda de la afirmación identitaria y
el ejercicio de las posibilidades expresivas de
cada ser humano en un contexto social diverso,
ha sido una constante en el devenir de los
pueblos; el diálogo y el disenso han motivado
siempre las transformaciones indispensables para
su proyección hacia el futuro. Montesquieu,
Voltaire, Rousseau entre otros filósofos
fundacionales, sostienen que “la posibilidad del
disenso fomenta el avance de las artes y de las
ciencias y la auténtica participación política”. En
esta posibilidad radica el derecho a la libertad de
expresión, que según John Stuart Mill “… es
esencial para el descubrimiento de la verdad…”
Pero, este ejercicio implica responsabilidades
respecto del albedrío de los otros, el derecho
similar de los demás y su reconocimiento
consecuente.
Se reconoce universalmente, que la
poesía “se caracteriza por ser la más depurada
manifestación, por medio de la palabra, de los
sentimientos, emociones y reflexiones que puede
expresar el ser humano”; y la poética, constituye
el empoderamiento personalísimo de cada
130
creador en ese concierto criterial de la producción
de pensamiento estético, diverso, complejo.
El compromiso está, entonces delimitado
por la vastedad creativa del colectivo y por esa
dimensión multifacética que suscita; toda forma
expresiva, tiene la potestad de construir o de
destruir, de transformar o de detener el devenir
del Hombre.
Cada uno de nosotros tenemos la potestad
de optar por el Arte como una razón de existir y de
manifestarnos a plenitud, pero tenemos la
responsabilidad de asumir este derecho desde
sus inobjetables implicaciones sociales y
humanas. Recuerdo al respecto las palabras de
un poeta mexicano amigo, que medio en broma y
medio en serio me advirtió: “Asume el escribir
poesía como una responsabilidad a tiempo
completo… o dedícate a cuidar canarios en tus
tiempos libres…”
Este preámbulo necesario, pretende ser
una introducción explicativa de estas acotaciones
sobre “Letras Ecuatorianas 4”, porque cada autor
incluido en sus páginas, responde a su propia
cosmovisión, a su contextura ideológica y ética, a
cómo concibe su poética, es decir su compromiso
y convencimiento respecto de su propio ambiente
geo- humano y de sus relaciones personales e
íntimas. Por lo mismo, no desarrollo comentarios
131
de textos; simplemente comparto una lectura
descriptiva de cada uno de ellos, siguiendo el
cauce de las palabras, fielmente, diríase que
textualmente:
David Cobo Caicedo, se abandona al reto
de lo abstracto, a la búsqueda de las palabras que
le permitan explicitar sus búsquedas entre la
espesura de ideas que le confirman como un ser
pensante y sensible y devela: “…Somos… seres
pletóricos que transitan en el vórtice de la
existencia como una gota de rocío en el tiempo
del arco iris…”, declarándose humanamente
pleno, gozando el vivir como una metáfora de los
elementos naturales que representan el
movimiento y la cromática ambiental y es en este
entorno subjetivo, donde encuentra los cauces
para la creatividad, una forma particular de
explicar los mensajes supuestos desde la pupila
del otro ser cuya coexistencia otorga razón para
su propia vida: “…pinto sobre el basto azul
silencio el murmullo profundo de tu mirada
deslizándose tenue en el tiempo…”
La palabra transparenta el tiempo
transcurrido, las vicisitudes superadas, la vida
intensa que a cada quien le toca, o más bien
dicho que cada quien diseña, lo que se hace, lo
que se deshace, así lo confiesa Edgar
Castellanos: “…yo que pude/ estar al otro lado/
132
y me quedé en tus notas/ procurando en baja
voz/ hurgar la partitura/ debajo de tu falda/ y
dar por satisfecho/ esfuerzo y “do” de pecho/
en escala de mayores…/ porque, Edgar, sabe y
es consecuente, que con la poesía no se juega,
que la poesía es un filo del acantilado por el que
se peregrina, con pequeños o con grandes
pininos, hasta convertirse en un testimonio de sí
mismo y de su tiempo; por lo mismo, con madurez
probada confiesa… o se confiesa: “Yo que pude
estar al otro lado/ si hubiera remado como
ellos/ en dirección absurda/ en agua de
agiotistas/ dejando atrás sin remos/ a los
confiados fiadores de la fe.” ¿Acaso el poeta se
descubre en el anverso de lo cotidiano, y se
devela distinto de los seres comunes y corrientes
que se esfuman en la “esquina de lo fácil”?
El Quijote es un símbolo de esas
búsquedas que reafirman la grandeza humana, la
plenitud de hombres y de mujeres que allanan
todo límite para develar los lados oscuros de la
tierra, y de la luna y de los astros, y nos hablan
como Elva Poveda, juntando las espigas de la
vida, como quien despeja incógnitas desde lo
sencillo y lo íntimo: “¿En qué barco sin proa tus
ilusiones y las mías/ se vuelven marineras de
silencio en pleno barlovento,/ en qué sauce sin
lágrimas,/ en qué guitarra sin cuerdas,/ la
133
advertencia del mar amenaza huracanes,/
instruye la parábola del rayo/ gritando entre
los montes?” confirmando con esto que la
poesía surge desde aquellas interioridades, desde
aquellos desasosiegos que impulsan al ser
humano, a plantar cara frente las aspas de los
molinos de viento que azotan al infinito cotidiano.
Importa de Gerardo Heredia Llerena, su
lenguaje directo -exento de tropos y figuras
literarias- denunciativo por lo mismo, como
extraído de la tertulia callejera que cuestiona a los
transeúntes si: “…¿Sabrán lo que es dormir en
una esquina/ cobijados con avisos de
periódicos pasados?/ ¿Sabrán lo que es
quitarles/ el sabor de la tierra,/ el color de la
tarde?/ ¿Sabrán cómo suda el cemento/ de
andar y desandar los pasos/ con los mismos
gritos destemplados de ampollas?”… Su
compromiso trasciende lo personal y sale a las
calles y enrostra a aquellos que han vulnerado el
albedrío social, por eso su poesía es manifiesto,
cartel que desafía: “…Ellos, los sin mancha, ni
pecado/ que proclaman/ que cambiaron hasta
los puntos cardinales,/ les importa un carajo,/
la pobreza y los piojos…” se desempeña por
tanto, en ese nivel de lenguaje, necesario
también, cuando el escritor vuelve su mirada
hacia aquellas geografías terrenas y humanas
134
donde palpitan los seres más humildes y
excelsos, con sus sueños, con sus anhelos, con
sus amores, con sus dudas íntimas: “…Desde
entonces,/ cuando dicen que existe el amor,/
yo me alzo de hombros y digo/ es posible,
quizás, a lo mejor,/ ¿quién sabe?”
Gladys Paredes Bonilla, encuentra en lo
amatorio el ámbito para su elaboración literaria, se
circunscribe a esas instancias donde se ejercita
afecto, ímpetu… esperanza junto al otro, al que
descubre en élla una mujer que desborda
luciérnagas en la noche: “…Amo/ tu cuerpo/ de
espumas./ Sonrisa/ en la madrugada/ nuestras
miradas/ cómplices de la noche./ Duermes en
mi pecho./ Luego/ tus manos/ tejen hebras de
amor./ Amo/ el calor y el frío/ en tu piel,/ la
oscuridad/ rodeada de luces/ junto al cosmos/
de luciérnagas./ Haremos de la luna/ un pedazo
de esperanza.” Cuánto poder confieren las
palabras, cuántos instantes se pueden rehacer
para recrearse, y para renovar todo lo que una
vez omitimos…
La musicalidad y el ritmo son la fuerza que
cohesionan a los pueblos, por eso son distintivos
de cada cultura y significaciones profundas de lo
diverso. El poeta procreado en esa matriz
inconmensurable, que sabe del canto, que sabe
del arpegio de las silabas, de esa fuerza que
135
enlaza a hombres y mujeres, es el mago entre los
artífices en la guerra y en la paz. Por eso, su
poesía es presagio y es requerimiento: “Voz de la
tierra grávida y fecunda,/ entrañable, raigal,
maravillosa./ Voz de la tierra fértil y rotunda,/
corazonal, rebelde, generosa.” Sin lugar a duda,
José Sosa Castillo, ha sido hecho en el núcleo
más genuino de la negritud, y por lo mismo
constituye un eco de esos pueblos de marimba,
bongó y candencia marina, “…Voz de
Latinoamérica, encendida/ vigencia de los
dioses tutelares,/ de tambores que, Gracias a
la vida,/ convocan un ritual de voluntades…”.
Se trata de un discurso tropológico de mayor
envergadura, que contiene el entorno sociocultural
a plenitud.
La evasión y la soledad son recurrentes en
los textos de Laura Calvache, el deseo de
exploración de otros continentes etéreos o
terrenos, que se abren a sus intentos de:
“…Volar, volar/ vivir y vivir/ con las gaviotas
azules/ en alto vuelo...” ir, hacia allá, donde su
ser se desborda sabiéndose trashumante sin
fronteras: “…En esta plenitud/ viajé kilómetros/
en mi carro azul-pacífico/ ahora frente al mar
respiro/ y miro sus piruetas/ que me seducen/
lamiéndome los pies/ con fresca seda.” en élla
es y en élla está la soledad camuflada, pero está
136
también inmensamente habitada por el misterio
metafísico que explica de dónde venimos y hacia
dónde vamos: “…No me asombro/ Dios me
canta/ en la corriente de un río/ en la roca que
golpea su hablaritmo…”, entonces la poesía de
Laura Calvache, deviene en confesión de Fé, en
revelación íntima.
En los textos de Marcelo Andocilla López,
se verifica con nitidez el manifiesto poético
militante, que describe, con un lenguaje exento de
tropos y figuras, de modo accesiblemente sencillo,
al ser humano inmerso en la orilla del desposeído
que defiende su ración cotidiana, donde el poeta
encuentra el caudal vital: “…Tu sangre. La
sangre de la huelga,/ de la lucha callejera/ de
tu pasado de negro,/ pobre y negro.
Fundamentalmente pobre/ y también negro./
Tu sangre y el agua recorrieron juntos…” Se
intuye por lo mismo, esa identificación del sujeto
poético con el escritor militante, que en materia
creativa, es un trance que pocos están dispuestos
a enfrentar, a riesgo de naufragar en el cartel
insulso. Marcelo Andocilla , enuncia sin ambages
ese compromiso político-literario que exige la
confrontación social de clase: “… La sangre del
partido, de la huelga,/ de la lucha callejera,/ del
discurso fulmíneo que cuarteó/ el “Palacio” de
137
la vergüenza de la Patria/ por cuyas grietas, tu
sangre volverá algún día…”
En combate incesante con las palabras que
parecen retarle a una confrontación cuerpo a
cuerpo, Nélson Silva, aventura las interacciones
verbales: “…Cuando agitan dorados matices/
las espigas: ¡Ahí está tu esencia!/ Si humildes
ruiseñores/ emigran/ de corola/ en corola/ ¡Esa
es tu Ternura!/ Si arroyos cristalinos/ ondulan
meridianos baldíos/ y florece la Vida :/ ¡Esa es
tu Omnipresencia/ de Magnolia Perpetua!/ Si
diáfanas cascadas/ mansedumbran/ el
arrasamiento del Orbe:/ ¡Esa es Agua
Genésica de tu bondad eterna!/ busca, claro
está, abastecer de significaciones al interlocutor,
sediento de innovaciones fundamentadas y
fundamentales. No obstante se ciñe en el
transcurso de las mutaciones lingüísticas, a lo que
es común a todos, cercano, palpable, lógicamente
accesible: “…Hoy : ¡Solo acoge/ este alfabeto/
en tu Ser Magnolia,/ mañana habrá más Luz/ en
todas/ las caídas de los Hombres/ y florecerá
el Amor/ en la amplitud de la Tierra! …”
Ruth Bazante, dispuesta siempre a
Torcerle el cuello a la injusticia, elabora su
poesía, con aquella firmeza que exige el sujeto
motivador, diverso como plural es la sociedad en
la que ella se refleja: lo filial, lo amatorio, el
138
Hacedor, al que lo descubre impasible, imperplejo,
mientras en el mundo se desatan atrocidades y
genocidios. Sin embargo, entre líneas, presiente
el futuro en esos castillos elevándose en el
intangible imaginario del mañana: “…Pronto los
niños con ropa de domingo/ volverán a jugar a
la rayuela,/ a alcanzar el sol con sus manitas,/
a trepar por el arcoíris a las nubes./ Pronto
volarán como pájaros de colores/ las cometas
de papel alborozadas./ Habrá cinco
continentes de amor y paz….”
En la poesía de Adalberto Velasco, se
destaca puntualmente la presencia humana, sin
adjetivaciones que le deslinden de lo cotidiano:
“…Que nadie/ se suba a la palabra/ para decir
que eras/ un hombre tachable o intachable…/
es decir, verificamos la aceptación del otro, del
transeúnte, tal cual es y por lo mismo íntegro en
su capacidad de entrega: “…Eres sólo tú en
medio de la vida,/con tus caídas y tus cimas;/
el de la voz del verbo,/ el de la risa al viento,…”
Sin embargo, el poeta, reconoce en esa
esencialidad del hombre sencillo, peculiaridades
que le identifican más allá de lo trivial: “…al
trovador órfico,/ el de semblante límpido,/ el de
la mano hermana/ grabándonos a todos su
presencia/ de prójimo infinito…”
139
En el transcurso textual propuesto por
Aquiles Jimbo, encontramos pistas que retratan
al viajante empedernido: “… En mi equipaje
están/ la libertad, el rumbo de los vientos…”
consciente de la infinitud de un mundo presto
para el suceso no concertado. Pero en ese periplo
no olvida llevar en sus alforjas lo suyo, lo que de
su albedrío es genuino: “… el olor de la
pampa;/cargo también aquí, la miel de tierra,
/el sabor de los besos que no olvidan/ y la
arcilla que acicala mi piel….” Y claro que busca
en lo desconocido respuestas a las preguntas,
que todo ser se plantea, como motivantes para su
existencia: “…Viajero empedernid/ voy de prisa/
bruñendo el polvo,/ rasgando la ansiedad;/ con
la premura de mis pasos necios,/ abro la
puerta y palpo la verdad….”
En búsqueda de lo sustancial de las ideas,
Carlos Reyes, ensaya juegos sintagmáticos
propositivos y suscitadores: “…Un aroma y al
tacto,/ a pizcas los holismos.// La indecisión un
hábito,/ cárcel de pensamiento…” aún a riego
de oscurecer los significados verbales, por eso
advierte en esta misma secuencia poética que:
“…La mente tensa e incómoda,/ contaminado
el aire./ /Te apuesto que hablarás,/ amárrate al
silencio…”. Fundamentado en estos
presupuestos, es claro que Carlos Reyes, está
140
dispuesto a emprender la gran aventura literaria
en la que más de uno han naufragado, pero que él
la enfrenta, porque ha entendido también, que en
la versificación es sinónimo de:…Libertad,
oxigeno, agua, la autoestima, esos derechos
inalienables,./ y por lo mismo “….Sinceramente,
pretende/ Hablar por los que callan…”
Fanny Caicedo, preocupada siempre por el
hábitat inmediato, esa su ciudad que sufrió la
devastación telúrica con repercusiones
catastróficas, y sin embargo, el habitante de ese
espacio conmovido, no se doblega: “…Hoy,
sequedad de lluvias ha agrietado tu rostro:/ tu
río se ha dormido.../ ¡y a la furia del cielo en
homenaje augusto/ sus aguas ha brindado al
Dios que la ha creado!/ pero tu gente heroica
te viste de princesa,/ ciudad risueña y bella….”
Sus textos describen los dones de la ciudad que
le distinguen como: “…mujer diosa con pecho
de rosales,/ no importan los espinos que en
púrpura te tiñen,/ todavía hay manzanos en el
árbol fragante,/ duraznos y perales sazonan
aún tu boca;/ con cinturón de flores ceñido
está tu talle.// Ambato consentida traviesa y
juguetona,/ todavía se huele el pan de cada
día…” Literatura comprometida, por lo mismo,
con lo diario y vivencial, con lo sencillo, que se
instala sin más en su tiempo.
141
Luis Vique, ahíto de amor, encuentra el
sentido de la vida en ese impulso que da
profundidad al origen de la especie, y con
significación coloquial persuade a su interlocutor
sobre aquello que encuentra en sí mismo, en su
propia experiencia: “…Cuando sientes que todo
perece,/ surge el amor como agua viva,/ limpia
como manantial…” Invita a abandonarse, como
se abandona una nave a la deriva, en el remanso
que constituye la existencia: //…Deja que crezca
la vida/ sosiega el dolor/ avanza/ camina por el
palmar/ atrapa mi mano,/ ven no dejes al
tiempo efímero/ llevarse todos los
sueños/seamos un beso eterno!...”
Las palabras van hilvanándose en función
de la imagen, de lo verdaderamente poético:
“…Mientras el pajonal se deleita/ en el viento
abriendo su haz de ancha paja/ meciendo su
copa verde hacia la ebriedad de la tarde…”
para alcanzar la orilla, casi imperceptible, que el
creador conquista luego de largas contiendas con
la palabra; Manuel Ponce Cevallos, hace rato, con
tenacidad consiguió apropiarse de esa cualidad
del lenguaje que le permite reclamar
trascendencia, tal como alcanzó ese recurrente
artífice de mensajes, a quien cita con
preponderancia: “…Y se perdura el mensajero
de correo/ de pie en pie el chasqui/ y mano a
142
mano/ la orden de voz en voz como una
antorcha…”
Marcelo Mantillla, incursiona en al ámbito
común y maravilloso de lo amatorio, donde los
seres humanos ejercen su potestad de entrega,
ese volcarse en el intimismo donde se confirma el
nosotros como un acto irreversible que hace
posible la perpetuación sobre la tierra, por eso su
construcción literaria redunda en “lo amoroso”:
“…Al calor de la luna llena,/ y como testigo
mudo una estrella solitaria,/ el resplandor de tu
piel miró sigilosamente;/ Yo: trémulo, inquieto
y desaforado fui tomando/ forma/ en la vasta
geografía de tu aroma. Consciente de esa
interlocución humana, deja que ese ímpetu
interno, transmute en palabras “…Navegué
hasta el último espacio de tu valle eterno, me
detuve en cada curvatura de tu piel, bebí la
partitura exhausta de tu desnudez y me diluí
entre el fulgor de tus besos perfectos,
desvanecí mi cuerpo entre tus manos…”
En René Arboleda, prevalece lo filial, aquel
sentimiento que se erige como el cimiento de la
estructura social primigenia, el remanso donde
transmuta la pasión en ternura plena: “…Tierno
como la aurora/ unísono en tu sangre,…/
aceptando, cabalmente, que el torrente que
retumba en sus venas es el afluente de ese
143
caudal identitario que palpita bajo la piel,
“….cabalgando tus gestos/ mi existir
prolongándose,/ mi amor por ti/y para ti mi
carne,/ mi sangre, mi vida toda/ … eres mío, mi
hijo…” aquella totalidad ternural que desborda
las palabras¡¡¡.
Yoni Sarango, sabe de pasiones
desbordantes, sabe que no es posible detener el
fuego en el que se convierte la sangre, cuando los
sentidos invocan al otro cuerpo, aquel que se ha
de convertir en surco próvido: “…Acércate a mi
silencio/ y rompe esta cantera de palabras/
aprisionadas en un sinfín de suspiros…”
Reclama la entrega mutua sin restricciones, como
un acto total: “…Ven a mi orilla y sumérgete/ en
estas candentes aguas/ de crepúsculo y
alba…” en esos instantes en los que se confunde
la noción de los cuerpos, “…Ven, no te detengas
entre rayuelas y azares/ que la música nos
cubra/ y el viento se lleve todos los pudores/
quiero robarle al tiempo un poco de ti…” y se
esfuma el tiempo en espirales y conjunciones que
obnubilan.
Martha Garcés, describe lo sensual
invadiendo cada recodo de su espacio y de su
tiempo: “…Siento la huella/ de tu piel,/
marcando el áureo cavilar/ de mis florecientes
días…” y permite que sus sentidos transcurran, al
144
ritmo que suscita el acto amatorio, por cada
segmento del entorno que la embelesa: ”… En la
luna pestañeando/ sobre mi ventana.// En
sirenas/ rasgando el silencio/ de las
madrugadas. //En la tibieza de nidos de
gorriones…” y nos traduce esas sensaciones
minuciosa, libremente versificadas.
Cuando la temática amatoria es el objeto
poético, generalmente el recurso sintagmático es
nostálgico, a veces sombrío, otras sitiado de
tristezas; son pocos versificadores, los que en
materia amatoria, expresan entusiasmo y
esperanza; Fanny Carrión se distingue, por su
voz abierta al solaz íntimo, sin fronteras:
“…Agitada y alegre grandeza/ la del mar.// Así
es el Amor/ dentro de mi corazón….” En ese
infinito, encuentra la similitud que explica lo
intenso de la entrega, que implica pasión y ternura
como anversos de la capitalidad humana:
“…Espuma ardiente y súbita/ que se
entremezcla/ con las olas marinas….” Es el ser
humano oteándose dentro de sí mismo,
reconociéndose piel adentro, en ese “… Alegre
palpitar/ de oleajes infinitos.// Silencio
enternecido,/ afectuoso y paciente/ como
arena callada…”
El discurso donde confluencian
significados e intencionalidades que trascienden
145
todo límite relacional, se constituye en la opción
existencial del creador: “… donde se disuelve la
vida/y la soledad en otra soledad…”, esa
disyuntiva que marca lo diverso del Ser Humano,
y que para Susana Alvarez, significa un reto
cotidiano, el “…Paso del Yo/al portal del
tiempo/….guerrera sin tregua/ desde la perta
del Aleph/ a la grieta del otoño menguante…”.
En élla no se trata de un juego de palabras, se
trata de innovación más allá de los sintagmas.
146
147
COMENTARIOS
148
SOBRE LA POESÍA DE HUGO JARAMILLO MUÑOZ:
149
HUGO JARAMILLO MUÑOZ, POETA ECUATORIANO GALARDONADO
Guillermo
Fuchslocher
150
una entrevista que le realiza el premiado escritor y periodista
guatemalteco José Luis Perdomo Orellana.
_____No me enteré de este galardón con anterioridad, tal vez
porque en la era de la información hay tanta que es fácil que
se confunda lo importante, o porque la prensa nacional no
publica, o no destaca, las noticias culturales. Por lo general
nuestros grandes medios tienen sección deportiva pero no
cultural o a lo sumo destinan a ello una página en la que
cultura se convierte casi en sinónimo de espectáculo. Pero
veo que la prensa guatemalteca (http://goo.gl/WDO92 y
http://goo.gl/qsGpC) y El Heraldo de Ambato
(http://goo.gl/aHVjK), ciudad natal de Hugo, dieron la
noticia, y son los "blogs" los que han asumido el papel que
no cumplen los grandes medios, como el del Grupo
Ecuatoriano de Creación Literaria (http://goo.gl/Hx8iH), que
a más de la noticia reproduce fragmentos de su poesía.
_____Me ha enorgullecido el prestigioso premio
hispanoamericano obtenido por este compatriota y amigo y
me ha hecho recordar las décadas que lo conozco, desde la
efectiva creación del Consejo Nacional de Cultura en los
tiempos del gobierno del Presidente Rodrigo Borja, cuando
su máximo personero cultural, el historiador y amigo Jorge
Núñez, nos invitó a colaborar con él para sentar las bases de
una política cultural del país y el resultado fue el primer plan
nacional de desarrollo cultural del Ecuador, que ha servido
de referente a muchos proyectos y acciones posteriores, y del
cual Hugo puede considerarse con justicia como coautor. Y
aún conservo en mi biblioteca varias de sus obras, con su
correspondiente dedicatoria (alguna de las primeras escrita,
diagramada, impresa y encuadernada por sus propias
manos): Poesía (1988), Palabra Loco Tinmonel (1994) De
151
Puño y Letra (1997), Alfabetario (1992), Palabras en el
Laberinto (1998).
_____Por ahora quiero resaltar la vena poética de Hugo
Jaramillo, su último galardón, y las razones de su quehacer
literario, expresadas en esa buena entrevista de un verdadero
maestro en este quehacer, José Luis Perdomo (que ha
entrevistado a Grass, Saramago, Cabrera Infante, Fuentes,
Galeano, Coelho, Benedetti, etc., etc.), la cual nos la
comparte el "blog" del café-libro guatemalteco Sophos
(http://goo.gl/ohxxD) y que me permito recomendarles su
lectura, de la cual solo destaco una parte de lo que hace años
fui testigo:
___”...Un texto va surgiendo como surge la vida, es decir,
se construye paulatinamente conforme el continente recibe
sustancias vitales y oxígeno. De cada instante que el ser
humano, que cada uno de nosotros percibimos sonidos,
colores, movimientos, voces, palpitaciones humanas, se va
acaudalando aquello que se traduce a través de la palabra;
ese texto, entonces, es un armaje peldaño a peldaño, sílaba
a sílaba, sintagma a sintagma, como testimonios que
surgen en el insomnio, en el café, en el autobús, en la
connivencia del cinema, en fin, y exige por lo mismo de la
prontitud de un lápiz y un retazo de papel, una servilleta, el
margen de un periódico… un pañuelo…”
LA MÁGIA DE LA PALABRA
152
atrapa y nos suelta, hasta que damos el salto final, envueltos
en el collar de fuego que nos consume. Quimera y
realidades en lucha permanente; el orden establecido contra
la rebeldía que germina día a día, mientras existan el engaño
y la injusticia.
Antes del fuego, todo un cuento, creo que el primero
que escribe Hugo Jaramillo, este hermano del que no se
sabe si está bromeando y está jodiendo en serio. El Hugo
Jaramillo, que, jugando al sombrero de mago con su
computadora, comprada a plazos, ya va por la enésima
edición de sus poemas y la primera de este sorprendente
cuento, que nos lleva calladito a los recuerdos.
Las palabras sirven para esclarecernos o
confundirnos, para congojarnos o para regocijarnos, y, este
Antes del fuego con su lenguaje simple, pero perfectamente
estructurado, es un cuento que nos cautiva, con los
recuerdos y con las realidades, nos hace retornar al viejo
barrio con sus beatas y sus curas lascivos, con sus secretos
de alcoba y sus pandillas de tilingos, pecosos y patojos; con
la madre soltera y la virgen que se quedó para vestir los
santos de la anónima aldea. Es decir la literatura cumpliendo
su función social; las palabras poniendo el dedo en la llaga,
en las llagas de esta sociedad que se derrumba entre la
corrupción y la injusticia.
Pienso que Hugo Jaramillo, tiene el camino abierto
en el difícil campo de la narrativa. Ya con sus po4mas, creo
que lleva siete libros publicados, nos ha hecho gozar con su
palabra hermoseada y conceptual; ahora con sus cuentos,
surge una nueva forma para retenernos en la magia de su
literatura… Alfonso Murriagui
153
“…Hombre nutrido en frío y en insomnio,
comprende y ama a su prójimo, inmerso como él, en la
vorágine de un mundo pragmático que no se detiene en el
derrumbe de la ética y de las ideologías y al que no puede
comprender. Por ello, su poesía es desgarradura del espíritu
y es desolación, ante la injusticia, la ignorancia y la pobreza,
pero también es una voz interplanetaria que ama las cosas
simples hasta la fantasía, exalta el pan nuestro de la ternura
y busca un nuevo mundo en los seres más simplemente
excelsos como el cereal o el hijo y en las verdades más
sublimes, como la libertad y la pasión amorosa…” Mario
Cobo Barona.
154
finales y perpetuos que estabilizan su universo en la
alegría.” Hernán Castillo Castro
155
“…No se trata –digo aquí- de una excitación de la
sensibilidad por la contemplación exógena. Lo dicho y
materializado en el texto poético es signo polisémico:
significante-significado de la altura idéntica del nivel
conciencial del escritor. En Hugo, los pobres, las gentes, sus
personajes, no son los que “pasan” por la calle; no son los
que “están allá”, a nivel descriptivo. El mismo poeta dice:
“Quizá es mucho pedir/ pero solo deseo vivir al margen del
aire/ donde la multitud se yergue/... Que no se diga que el
poeta quiere la muerte. “Al margen del aire” vivimos en el
colmo de los marginamientos sociales y de poder.
Arrumados, aladeados de quienes se apoderan hasta de lo
elemental para ejercer el control... ¿Quiénes somos? Para
ellos solo somos accidentes de la especie nacidos para
aplaudir las paranoias de quienes viven convencidos que
tienen o son dueños de “hasta” la razón…” Pedro Arturo
Reino
156
escolaridad, en los rincones de pequeños bares, en los que la
rock ola y las angustias del amor ayudaban a sacar palabras
para acomodarlas en los duros renglones de las primeras
poesías.
Luego, la militancia en los grupos literarios, en los
escenarios del teatro colegial, en los foros de la ciudad para
ayudar a descubrir y a describir lo que falta y lo que sobra.
Enseguida, el trabajo en la Casa de la Cultura, en la
Asociación de Escritores Jóvenes, en las aulas donde se
aprende y se comparte la memoria de los otros, y sobre todo
en la mesa del amigo sobre la que se cultiva un vaso, un
pan, un abrazo y en la que se esboza los primeros diseños
del laberinto.
157
en su léxico, el peso semántico oscurece, sin esconder su
contenido y así abre múltiples posibilidades de
interpretación. Igual el andamiaje metafórico que
posiblemente tienen un simbología personal para el poeta y
otra u otras para el lector. La Interpretación de estos
símbolos debe ser una condición sine quanon para un
análisis integral y preciso de su poesía… Es una obra nueva,
innovadora y ofrece un reto de interpretación al lector y, al
mismo tiempo despliega un enorme aval metafórico en su
lenguaje….” Antonio Sacoto
158
antagónicos y, a la vez, enhebrados entre sí, como si fuesen
la realidad y la irrealidad que es posible observar a uno
y otro lado del espejo, como las dos exactas contracaras de
un mismo objeto bifronte y mágico.
¿Cuál parece ser el hilo inductor que emparente las
partes de este libro? Pienso que, en todos y cada uno de los
poemarios que integran el libro, lo que los vincula es la
tensión simbólica o mítica.
Efectivamente, Jaramillo parece buscar la revelación
de la realidad a través del deslumbramiento de la palabra,
que puede oscurecer momentáneamente el significado pero
que, al cabo, cumple el papel primordial de toda poesía:
iluminar de modo mucho más hondo y preciso, fulminante si
se quiere, aquello que se propone revelarnos, como paso
previo a lo que luego la ciencia, con su lenguaje racional,
pueda explicarnos.
Cesar Pavese, nos habla de esta función mítica de la
poesía, en un texto titulado "Del mito, del símbolo y de otras
cosas". El procedimiento poético actúa mediante la fuerza o
la fascinación de la evocación. El lector deviene entonces un
iniciado, alguien tocado por lo insólito de la palabra, que
redescubre, desde otra perspectiva, y "penetrado -dice
Pavese- por un estremecimiento simbólico", la realidad: sea
ésta la suya personal, el entorno, su historia, la específica
situación histórica que intenta testimoniar el poeta.
Jaramillo, es casi literal, casi explícito, en señalar el
procedimiento: ese utilizar la vía de lo insólito (lo sagrado,
lo mágico, lo innominado, lo oculto en la palabra) para
revelarnos en un solo haz la parcela de sus preocupaciones.
Repitamos por un instante lo que el poeta nos
descubre sobre su "arte poética": ...en tanto/ desde el
159
prisma de lo insólito/ el ojo mira desolado". Aquí el poeta
nos habla simple y llanamente de la metáfora (una realidad
que nos remite a otra realidad y ésta a otra y así hasta el
infinito) como base insustituible del lenguaje poético. La
sorpresa, el asombro, el retorno al mundo, pero con otros
ojos, constituyen instancias de redescubrimiento, de
reconocimiento, propias de la poesía, situadas exactamente
en el envés del lenguaje o discurso metonímico, que
pertenece a la esfera de la ciencia, o, mejor dicho, del
discurso racionalista positivista.
El discurso metonímico opera mediante la
concatenación lógica de causas y efectos, en un proceso
lineal. El metafórico en cambio, concreta el sentido,
yuxtapone los significados; al transfigurar el sentido de las
cosas, aparenta oscurecerlo sólo para llegar de un modo
insólito y abrupto, iluminador, a una intelección más precisa,
múltiple y multiforme del objeto materia de inquisición del
poeta.
Pero uno de los poemas de Jaramillo, que se incluye
en Retratos de la otredad, encierra mucho más, nos hace
partícipes de aquel "estremecimiento simbólico" de Pavese,
repitamos su frase medular: "…La ciudad es un torbellino
entre las palabras que se callan,/ un erizo hurgando la piel
cuando buscamos guarecernos de la lluvia/ luego de
enterarnos que nos hemos quedado solos, sin siquiera los
recuerdos, mirando cerrarse los portones detrás de las
amantes que no aguardaron,/ del amigo, del bravucón de
barrio, que ignoraron toda presencia/ sumiéndonos
perversamente en las páginas del diario nunca escrito… ".
Lo que aquí hace el poeta es volver a una de las
grandes líneas temáticas y míticas de la poesía universal,
160
que tan certeramente supo expresar Freud al teorizar la
supervivencia del niño en el hombre.
Jaramillo llega de pronto a esa visión del niño
primordial, esto es, la del hombre retornando siempre a sus
orígenes, "expulsando a los dioses del propio ámbito del
hombre, para la aparición de nuevos dioses más apropiados
a las nuevas fases de su historia, en una incesante e
indetenible contradicción dialéctica". En cada texto, Hugo
Jaramillo apela con asiduidad al recurso de la tensión
simbólica y mítica, en un inquietante ejercicio de evocación.
Desde el título mismo del libro, Sintagmas
Contrareloj, nos remite a un viaje en pos de dilucidar una
cierta condición de exilio propia del hombre, condición
existencial sobre la que ese mismo hombre habrá de tornar
una y otra vez, como un eterno Sísifo (al que cita
explícitamente), rompiendo el tiempo, anclado y
ensimismado en la conciencia, según el propio poeta nos lo
dice.
Es viaje o inquisición tras lo que no es posible
retener en el tiempo y tal vez solo redescubre la memoria.
Viaje hacia la presunción de una razón que ha fracasado,
de acuerdo con lo que postula el poeta en otro texto: "bajo
qué pantano ígneo/ se confunde la razón del hombre/
velando el acoso de voces profundas/. Éxodo donde la
obsesión fundamental es también la propia elusividad de la
palabra.
Nos propone también una contrapartida, un descenso
en el interior del propio hombre, en su condición apuntalada
por la presencia del ser que lo completa, todo es un trasunto
que, tanto recobra una realidad carnal que se insinúa por la
161
vía de lo erótico, cuanto vuelve a perderse en el transcurrir
indetenible, inasible del tiempo.
Pero finalmente el hombre escala su propio ser, se
construye, y avanza hacia la luz, hacia la certidumbre de lo
que Jaramillo llama "la ciudad"; espacio o realidad en la que
el hombre se realiza, no solo, sino, presumimos, entre otros
hombres, en una suerte de comunión, de recreación y de
reconstrucción de sí mismo y de los otros. Este viaje de
Jaramillo a través de Sintagmas Contrareloj, arriba
finalmente a la experiencia de la luz y de la comunión con
los otros, más allá y más acá de las tribulaciones nocturnas.
El "estremecimiento mítico", la "tensión simbólica", han
sido los instrumentos, las vías, por las cuales nos ha
sugestionado e iluminado.
Una poesía de perfiles claros, luminosos, que
penetra en lo oscuro apenas para devolvernos a la certeza de
nuestra verdadera realidad y de un destino jubiloso, con el
que sueñan o deben soñar, a veces desde su más profundo
sufrimiento, todos los poetas. Una palabra por demás
cincelada, precisa, que no admite retóricas de sí misma, pero
que se enriquece en la magia incesante de la metáfora,
concreta un momento, sin duda trascendente de la poesía
ecuatoriana de este momento. Francisco Proaño Arandi.
162
personal, entre lo que importa a la colectividad y lo que
importa a cada uno, como ocurre en sus anteriores libros
Vuelo de pájaro, Contrapunto, Ojo por ojo y Al margen del
aire.
Esta vez, el poeta Jaramillo nos ofrece en su último
poemario Isadora (estructurado por los poemas Isadora, que
da el título al libro, e Himno), una poesía de serena reflexión
hasta rozar la verdad y configurar la esperanza; una poesía
libre en un mundo que se percibe con múltiples matices de
vitalismo meditado para traducir la inminencia de la
fatalidad del destino y la ilusión de un apego o una
pertenencia. Hay juegos heredados/ Inaplazables, dice el
poeta, seguro de la urgente determinación.
La poética de Hugo se apoya en la necesidad de
búsqueda permanente, que se fundamenta sobre el conflicto
entre la sensibilidad y la expresión de un humanismo
solidario. Conflicto en el cual, además, se advierte que el
poeta está habituado a aceptar el hecho de formar parte de un
tiempo acumulativo, lineal, que surge de un principio y se
orienta hacia un desenlace, y que a las razones biológicas
que lo conducen a esta convicción, se agregan otras,
culturales, que rigen un desarrollo determinado de los
destinos colectivos e individuales.
Mientras en su relato socializado en la cotidianidad,
el poeta persigue seguridades, en su relato secreto es “un
cazador de instantes”. Este otro tiempo, gracias al cual
reconoce el relato secreto de la existencia, no admite la
imagen de un continuum, y se manifiesta en violentas
interrupciones, en bruscos avances y retrocesos que asaltan
la idea comúnmente asumida del devenir. El poeta ignora su
funcionamiento, pero capta la superioridad de tales instantes
163
sobre el tiempo normativo al cual obedece de una manera
artificial. Estos instantes llegan al poeta y le sugieren un
poder supremo, dejando una huella imborrable en su
identidad. Por ello, la palabra para el poeta Jaramillo es el
espacio donde el ser se configura y define y es multitud en el
acontecer/ cuando los pies buscan reposo.
A través del eco la voz poética quiere volver
incansablemente al sonido original, y siguiendo las ondas
expansivas desea recrear el instante en que la palabra golpeó
la superficie de la lengua materna, porque somos constancia
de lo que trasciende.
En su relato secreto, es decir en la narratividad de la
poesía, cada uno de esos instantes encierra un mundo
autosuficiente, en transformación continua y se expresa a
través del lenguaje que posee propiedades absolutizadoras, a
causa de las cuales, nos obsede la fábula,/ la vieja condición
a la que nacemos tantas veces.
164
complejas de la totalidad de lo real, ni de las relaciones
humanas que las constituyen, pero tampoco postula que
contenga la verdad incondicional o la garantía de la
autenticidad buscada. Su poesía quiere transmitir una
experiencia, y cree que la palabra rebosa los empeños
terrestres. Aunque ella, generalmente se transforme en
arcilla con que los otros/ diseñan castillos en el aire. Pues al
final lo que queda como sumisión en la levedad de la piel es
la palabra como pátina/adherida al barniz de trastos
viejos/sumidos en lo más profundo del desván.
La concepción de un lenguaje poético singular y
único, fundada en el principio de la inmanencia, confiere a la
poesía como única finalidad la de su presencia autónoma y
autosuficiente, buscando la mayor proximidad posible entre
el signo y la realidad vivida. El mismo hombre que ama los
humildes menesteres que perpetúan su ingenio, ama a la
palabra más que a su propia existencia, la palabra con la que
dice:
Es sabio caminar siguiendo el cauce de los ríos
y es más certero mirar entre las constelaciones
la tercera estrella a la derecha
donde el tiempo es más nosotros.
Humberto
Vinueza.
165
hecho honor al universo de “lo femenino”, aquel universo,
este sí, indiscutible, que las acoge diversas, únicas, y sin
embargo, conscientes de su feminidad, del lugar que
ocuparon en la historia de sus pueblos, como si hubiesen
sido los ecos de las voces ancestrales de las antiguas
matriarcas que cuidaron, en los temibles años del inicio de
la civilización humana, de hijos y tradiciones…. Si algo más
hay que destacar en uno de sus poemarios es justamente la
manera misteriosa, fluida, de bucear, siempre con metáforas
precisas, el mundo de cada una de Ell@s o el recuerdo que
tan entrañablemente nos dejaron. No importa si Mama Ocllo
o Jane Franklin, quien no pasó a la historia, como reza en la
reseña final -de algún modo, otro poema-o Tránsito
Amaguaña, o Dolores Cacuango, o Atsuta, quien regó de
semillas en el cielo e iluminó las estrellas: todas ellas son el
oscuro y, a la vez, deslumbrante objeto de la mirada
encantadora, tierna, apacible y dulce de un poeta que es
capaz de cantarles a Ell@s mientras canta también a la
tierra, a la gran madre de todas las madres, que las cobija y
alienta con visiones propias de su ser profundo. Con Ell@s,
Hugo Jaramillo nos muestra, una vez más, que el verdadero
poeta siempre será dueño de una poética única y de un estilo
también único”. Abdón Ubidia.
166
canales asfixiantes del sexo consabido. Aquí se produce ese
efecto libidinoso que tanto gusta al cantautor Luís Eduardo
Aute, cuando logra con las palabras connotar un montón de
cosas que no se despejan de un velo cadencioso y audaz.
Una alevosía percibida por todos los sentidos.
Además la sobriedad de Hugo Jaramillo permite
que el poema crezca y no sea un erotismo temático, sino un
erotismo vital, como aquel que produjo Jorge Enrique
Adoum cuando nació su maravilloso poemario “El amor
desenterrado” en donde sentencia aquella frase
desgarradoramente humana: “Hacerla el amor = hacerla
morir”…. Más que despojarle al amor su Eros tanático,
Hugo nos grita a rajatabla en sus poemas que el amor es una
lucha, una guerra, donde el poeta es vencido. Y no hay
salvación en el placer verdadero, porque este conduce a la
agonía.” Xavier Oquendo Troncoso.
167
Desde el libro Mientras Fumo en el que el poeta
transparenta su ser hasta convertirlo en una ventana para
mirar al otro, se evidencia una búsqueda y un deseo de
aproximación. Tomando el pensamiento de Octavio Paz
acerca del erotismo visto como una metáfora de la
sexualidad y la poesía como una erotización del lenguaje,
se podría ver en los textos de Hugo Jaramillo, una propuesta
que apunta a descifrar el hecho natural y propio de la
corporeidad humana a través de la expresión verbal
erótica…” Julia Erazo Delgado
168
gran conocedor de la problemática cultural del país, pues
tiene un post grado en Gestión Cultural, lo que le ha llevado
a entregarse por entero al estudio de la realidad nacional en
el campo del arte y la literatura... Fabián Saltos Coloma..
A propósito de "HUELLAS"
169
manía que nos venía desde los Tzántzicos y que eran buenos
pretextos para enterarnos y para ensayar verdaderos ·
enfrentamientos y talleres de aprendizaje y de disputa.
También las noticias de la aparición de sus libros, de su
producción creativa que nos sorprendía porque estaban
cargados de estructuras novedosas y espontaneas, bien
pensadas y muy elaboradas, como rindiendo batallas para dar
respuestas en la aventura de crear, cómo crear y para quien
crear.
Haciendo caso a la afirmación que hiciera Miguel
Hernández, cuando un poeta ya no está "Cada poeta que
muere, deja en manos de otro, como una herencia, un
instrumento que viene rodando desde la eternidad de la nada
a nuestro corazón esparcido. Ante la sombra de dos poetas,
nos levantaremos otros dos, y ante la nuestra se levantaran
otros dos de mañana". En efecto Hugo Jaramillo Muñoz,
evoca y hace un homenaje a sus camaradas y amigos, Euler
Granda y Alfonso Murriagui, como recogiendo sus
Huellas y tomando la posta, recogiendo e inventando una
nueva estructura de decir las palabras, sintetizando y
creando imágenes que van a dejar nuevos testimonios
o evidencias de un mundo dislocado e injusto, pero
esperanzado Entonces se suma a Euler Granda:
170
“…Tensando esa cuerda,
frente al mar, entre el gentío…”
171
“…Las manos hilanderas
forjaron el cobijo cotidiano
para el cuerpo de hombres y mujeres…”
172
el poeta silva como rayos
premoniciones sobre la vida y la muerte
de los que callan mientras de Salónica,
los más intrépidos, clandestinamente
escriben historias de combatientes
desde sus frágiles navíos,
odiseas de niñas que sucumben
en medio de los combates
y sobre el amor de Münever y Menet,
en su espera interminable,
más allá de los barrotes que no las quebrantan…”
POÉTICA Y MÚSICA DE LA
MULTICULTURALIDAD ECUATORIAL
Kitu, Tierras de la Mitad, septiembre
2011
173
El Ecuador es un país multicultural conformado por
una multitud de pueblos y nacionalidades originarias, por
una población mestiza producto de la simbiosis con los
pueblos llegados de otras latitudes y por los milenarios afro-
descendientes; todos ellos con sus propias manifestaciones y
potencialidades específicas, que constituyen la gran base de
la riqueza multicultural y multinacional, de nuestro país
contemporáneo.
Sin embargo, estos valores pluriculturales han sido
relativizados progresivamente por la sociedad ecuatoriana
dominante, con resabios e ínfulas de lo colonial, “criollista”,
“republicanista” y por la mismísima elite “neo desarrollista”
contemporánea, hasta pretender su desvalorización y tenaz
“ocultamiento”. Por ello, debemos aplaudir los esfuerzos de
incasables y militantes “gestores multiculturales” como
Hugo Jaramillo, interesados en reconocer y legitimar los
conocimientos y la memoria de los pueblos ecuatoriales, que
deriven en valoraciones y resignificaciones de la variedad
cultural musical andina ecuatorial, amazónica, insular y
litoral, como aportes a la comprensión multicultural de la
llamada Música Nacional Ecuatoriana, y a partir de ahí,
poner en escena la memoria colectiva de los pueblos
originarios en la práctica del tan tergiversado SUMAK
KAWSAY: “el vivir en armonía, en equilibro y sabiamente”
de nuestros antepasados equinocciales; ahora garantizado
como paradigma de convivir colectivo por nuestra
Constitución.
Lamentablemente, los conceptos, nociones y
categorías pretendidamente “científicas” que se imparten en
los colegios y universidades ecuatorianas, han sido
construidos desde la “modernidad” y post-modernidad
174
etnocentrista y antropocentrista inventada como “verdad”
por las sociedades del norte, habiendo sido asimilados de
manera a-crítica por nuestros centros de estudio y por la
autodenominada “Academia”, e impuestos como “canon”,
por obra y gracia de aquella “colonización del
conocimiento”, que impone una forma de pensar y de vivir
autoritario y para nada participativo, tan característico del
Ecuador contemporáneo.
Dicha imposición ha violentado, desestructurado e
imposibilitado la autocomprensión de nuestras formas de
saber desde lo ancestral, andino y lo indoamericano, es
decir desde su propia dimensión espacio temporal, como
categoría de referencia fundamental para el estudio y
aplicación de las diversas ramas del “saber multiversal”, en
nuestra cotidianeidad.
Se trata entonces en las aulas secundarias,
universitarias y en la formación activa y participativa del
Ecuador multicultural para revalorar y vivenciar la
interculuralidad, potenciando la riqueza de formas musicales
ancestrales y contemporáneas presentes en la región
ecuatorial desde hace siglos, así como en la interpretación
creativa de sus particularidades regionales, históricas y
culturales, obedeciendo a una propuesta integral y verdadera
de “inclusión” de las manifestaciones musicales de los
pueblos ecuatoriales, para rendir memoria a los poetas,
cantores, compositores, interpretantes, grupos y colectivos,
muchas veces ignorados por la “música y cultura oficial” por
haber sido tantas veces sus contradictores, contribuyendo de
esta manera a repintar el tapiz multicultural diverso de
nuestras identidades sonoras.
175
En este sentido la obra del poeta, activista, gestor
cultural y “maestro” Hugo Jaramillo, constituye un
valiosísimo aporte académico y literario, para un enfoque
general de la teoría y práctica musical de nuestra canción
popular y elaborada, considerando a La Música como una
de las prácticas significantes primordiales en la construcción
del pro- pio runa o “ser humano”; por lo tanto, su utilidad
rebasa los contenidos de las materias vinculadas a la
“educación estética y musical” convencionales, las que
tradicionalmente han sido impartidas desde una mera visión
descriptiva, “tecnicista”, memorista y aburrida, o de mera
confrontación con la “música clásica” o “elaborada”, de
corte europeísta, sin enfatizar la comprensión del lenguaje
musical desde sus implicaciones semánticas, sintácticas,
estético-expresivas y pragmáticas; sin promover la
decodificación del “saber oculto” cifrado en su creación y
recreación festiva y ritual, por parte de las sociedades
ecuatoriales primordiales. Diego Velasco Andrade
176
Entrevista con José Luis Perdomo Orellana *
Quetzaltenango, septiembre/2012
177
J.L.P.- ¿Escribió esta obra “a la antigüita”, es
decir, “de su puño y letra”, como se decía antes, o ya lo
hizo directamente en una computadora?
178
H.J.- Creo que lo uno no excluye a lo otro… Un
texto va surgiendo como surge la vida, es decir se
construye paulatinamente conforme el continente recibe
sustancias vitales y oxígeno. De cada instante que el ser
humano, que cada uno de nosotros percibimos sonidos,
colores, movimientos, voces, palpitaciones humanas, se
va acaudalando aquello que se traduce a través de la
palabra; ese texto, entonces, es un arma- je peldaño a
peldaño, sílaba a sílaba, sintagma a sintagma como
testimonios que surgen en el insomnio, en el café, en el
autobús, en la connivencia del cinema, en fin, y exige por
lo mismo de la prontitud de un lápiz y un retazo de
papel, una servilleta, el margen de un periódico… un
pañuelo… Luego todo eso lo traslado al disco duro…
Otras veces me siento frente a la computadora (prefiero
el femenino, porque es inspirador) y dejo levitar el
pensamiento tecla a tecla, lo leo y releo y corrijo, borro,
copio el sintagma de una estrofa y lo pego en otra
porque descubro que allí tiene mayor fuerza expresiva,
en fin; luego ese texto lo imprimo y lo releo tantas veces,
que el lápiz y el papel vuelven a ser los cómplices; y ya
está, no más, porque si sigo no termino nunca y eso no
es justo para quienes en el hogar soportan los insomnios
y para quienes esperan algo de mí.
J.L.P.- Habla usted en el canto o poema 13 de
“esos olvidos de Dios”. El mundo en general, y América
Latina en particular, ¿forman parte de tales olvidos?
H.J.- Todo rincón de la tierra ha sido víctima de
esos olvidos, que le duelen a Vallejo, que nos duele a
todos quienes entendemos que nada justifica el sacrificio
humano, que nada justifica las laceraciones sociales, la
violencia, la guerra. Esos olvidos han posibilitado la
explotación humana, la depredación del entorno natural,
179
este permanente atraco al oxígeno del hombre, a la vida
misma. Esos olvidos… la ambición humana, han
engendrado la opresión y la perversidad registradas en el
devenir de los pueblos… Pero, preguntémonos, ¿será
lícito adjudicar la hecatombe global que soportamos a la
supuesta amnesia de un ser metafísico?
J.L.P.- ¿Qué hacen Vallejo y Edgar Allan en sus
Sintagmas?
H.J.- Parte del ámbito temático se va identificando
y ampliando a partir de esos encuentros y hallazgos
maravillosos que nos posibilita la lectura. Nos
descubrimos siempre, en esas inmersiones a las que nos
inducen quienes saben escribir sobre la vida como si
fuera la de uno, como si nos adivinaran, como si fueran
una especie de ángeles infernales que nos señalan un
camino o se aparecen en un instante clave de nuestra
existencia.
Con Cecilia, hoy mi esposa, escribimos una
juventud en las calles, en las paredes de Quito, en los
manifiestos, en las tarimas contradiciendo el poder
cuando éste violaba las libertades, pero también
compartimos un Neruda amatorio, un Vallejo vital y total
que nos alertó de los olvidos de Dios, que no debemos
soslayar, porque es necesario mantenerle lúcido a Dios,
pero que también debemos alertar a todos los seres
humanos para que protagonicen sus propias decisiones,
por- que como lo afirma Jorge Luis Borges hay /una
hora en que le sería fácil a Dios/ matar del todo su
obra/... ¡Diga usted si estos son o no unos ángeles
guardianes subversivos!…
180
luz/… Que evidencia cómo /Los amenazados cabecean
en horcones/ sucios de hollín. Estirpes sangrantes/ con
una mano en el fango y otra en el….. arado./
Definitivamente Vallejo y Edgar Allán se constituyen en
referentes sustantivos para mis Sintagmas, porque
resumen libertad, libertad de amar, libertad de estar
sobre el territorio vasto que es el mundo, como peces en
la tersura de los mares.
J.L.P.- ¿Es nuestra identidad “un juego de azar” y
somos “piezas de un rompecabezas pervertido”? (como
dice usted en el poema 24).
H.J.- En lo cotidiano hay seres increíbles, por
ejemplo en mi país Dallyana, un icono de la televisión,
que rechaza tenazmente la manipulación que ejercen los
medios a través de programas masivos como los
indecibles realitys, verdaderos murales de la tontería
humana, /juegos de azar/ en donde se fabrican ídolos de
la canción, por ejemplo, /payasos que hacen llorar/ con
quienes se construye un mundillo esperpéntico, vacío,
superficial, falso, pretendiendo inducir modos, modas,
circunstancias maniqueas, supuestos e ilusorios rasgos
“identitarios” como /piezas de un rompecabezas
pervertido/ completamente ajenas a aquellas que
constituyen el entretejido sociocultural y ecológico,
diseñados segundo a segundo por los pueblos. Por eso
Dallyana es mi “personaje inolvidable” en el texto 24,
por su frontalidad y claridad para mirar una realidad
empañada por esos payasos que hacen llorar.
J.L.P.- ¿El amor es “un vacío azul”? (como dice
usted en el poema 35) ¿O una “enfermedad que se cura
con el matrimonio”? -como dice Ambrose Bierc-
H.J.- Afirmo que /el amor es un vacío azul/ bajo la
Piel/ que vira la página/ cuando me pierdo en tus
181
océanos/ porque en el tránsito vital, cada acto de amor
se constituye en una aventura renovada, prospectiva,
que niega la anterior; es una enfermedad interminable
que insufla vida extrema, no importa cuándo y dónde y
cómo se lo ejerza, ningún papel legal puede curarlo, solo
la ausencia lo cura… O lo elimina. Bierce tendría razón si
dejásemos que el matrimonio y su sustancia amatoria,
sucumba con la rutina. Porque el matrimonio es
compartir lo lúdico de la seducción, la calidez de una
mesa rodeada de niños, el aroma de los atardeceres,
mirar con los primeros rayos del sol a la compañera
dormida mientras llegan furtivos los primeros trinos de
los pájaros; las rabietas, los reclamos, las acusaciones,
los besos… el descubrir que continuamos vivos bajo la
piel a pesar del tiempo transcurrido.
182
especie de barroco alucinante, innovador, que traslada
a través del desnudo femenino –paradójicamente-
sosiego, deseo de infinitarse en la naturaleza humana
como recinto del poder creativo. Sin percatarse el
espectador que de pronto está entre los imanes
cromáticos del lienzo, y se torna en objeto mirado desde
fuera; en el texto 19, sitúo a una “Ella” atrapada por el
desnudo de una vieja, sin percatarse que está siendo
oteada por docenas de ojos extasiados por su belleza,
mientras trata de explicar su impresión sobre el lienzo de
Klimt, el mago que, desde hace años luz en tiempo y
geografía, logró una simbiosis que exuda sintagmas de
amor libre…
183
nosotros podemos enriquecer y alterar todos los
diccionarios con nuestra capacidad creativa, con ese
arsenal de sintagmas guardados en el almario.
J.L.P.- ¿Tuvo o tiene vocación de marino como
para escribir en el poema 52 “Alguien confirmó que el
tiempo / es huracán y es ola / que igual desuela puertos
y merluzas / y hospeda en las orillas / como una música
marineros y peces / que cantan en la noche (…)”?
184
amar camufladas en una aparente hombría de mal;
entonces allí, en esos instantes, en esos suburbios del
alma, se macera otro sintagma de amor libre.
185
conocimiento de causa. Y Jorgenrique, años más tarde
descubriéndome la poética a dos voces y que hilvanar
palabras es una forma de darle otros giros a lo
cotidiano, pero lo más importante de Adoum, aprender a
ejercer una palabra militante, comprometida e ir con el
nombre de todas las patrias por la tierra. A Jorgenrique
Adoum le dediqué mi Memorial, una noche de homenaje
al poeta, /…Allí donde sopla el viento, con esa fuerza que
da la vida,/ (que) se embarcó cada tarde en navíos
terrestres/ sin temor a enajenarse bajo el sol/ y
desentrañó voces encendidas en la chuquiragua/ o
deslizándose en le desnudez de la cebada/ o silbando
entre la textura del adobe/ porque fue hecho para el
canto y para la rabia…/. Pero en cuestiones de vida,
ninguna deuda queda saldada…
J.L.P.- Qué hacen Cavafis y Ginsberg en sus
Sintagmas?
H.J.- Sin duda son otros referentes culturales que
confirman una confluencia que nos universaliza y nos
hace ciudadanos globales sin que las identidades propias
de cada pueblo sean melladas. El arte nos confirma
globales. Cavafis, el poeta de los éxodos y de los exilios
advierte: /...Sin embargo, el tiempo de su juventud
parece/ que fue ayer. ¡Qué espacio tan breve, qué
espacio tan breve!/ Y piensa cómo le engañó la
sensatez,/ en cómo siempre se fió -qué locura!-/ de la
embustera que le decía: “Mañana tienes mucho
tiempo”/… Ese Cavafis que nos devuelve a la ruta de
Ulises, a los Lestrigones, a los Cíclopes, a Poseidón; ese
Cavafis que nos incita a hacer largo el camino, pero que
al mismo tiempo nos baja a nuestros chaquiñanes y
entonces entendemos que en occidente hay la
posibilidad de dejarse seducir por las sirenas y
186
sumergirse en mares profundos, en tanto acá, andinos,
soltamos las amarras del Guayanay para que descubra
territorios donde fundar la vida.
Y dígame sino son universales los diarios
descarnados de Allen Ginsberg, donde pasan revista
esqueletos presidenciales que se niegan a firmar
decretos, que no les son políticamente convenientes,
esqueletos de magistrados, de militares, de mamis
solteronas, esqueletos que son parte de poemas
descarnados, nada “bellos”, lacerantes, que dan
escozor, poemas hechos con esas palabras propias del
truhan, del desadaptado, de la traficante de sexo,
poemas, encarnación de /la pobreza envuelta en
harapos, drogados/ y con vacías miradas,/ (que) velaban
fumando en la sobrenatural/ oscuridad de los pisos de
agua fría/ flotando sobre las crestas de la ciudad en
contemplación del jazz,/ que desnudaron sus cerebros
ante el Cielo bajo El y vieron/ tambalearse iluminados
ángeles mahometanos/ sobre los tejados de las casas de
alquiler…/ Poemas de este y de todos los siglos, porque
la marginación, la pobreza, lo subhumano no ha
cambiado, se ha recrudecido a la sombra de un poder
que ignora que existen esos seres humanos,
precisamente gracias al ejercicio ciego de ese poder, que
olvida que existimos. Por eso están Cavafis y Ginsberg
husmeando en los sintagmas 25 y 26, porque no
obstante, el amor no puede ser escamoteado por
poderosos atroces.
187
H.J.- Yo creo que todos somos ciudadanos del
mundo y que todo ciudadano debe transitar con libertad
por cualquier recodo de la tierra. Si Julián Assange
infringió una ley en su país, debe garantizarse su
defensa, que confirme su inocencia a plenitud y sin
presiones, pero si hay un solo indicio de atentado contra
su libertad y peor aún contra su vida, toda acción por
protegerlas merece el apoyo de todos, porque así lo
exige la soberanía individual y de cada país, la
convivencia libérrima entre los pueblos y los seres
humanos, de lo contrario esa soberanía estaría bajo
sospecha.
J.L.P.- ¿Qué recuerdos se llevó de Guatemala,
luego de venir a recibir el premio único de poesía en los
Juegos Florales Hispanoamericanos de Quetzaltenango?
H.J.- Mire, una lectura sencilla de esa experiencia,
que comenzó al arribar al aeropuerto en Guatemala y
cumplir con las exigencias de inmigración, allí la persona
que atendía al enterarse que venía a los Juegos Florales
de Quetzaltenango, a recibir el premio único de poesía,
no pudo ocultar su emoción y se tomó fotos conmigo y
luego personalmente me recomendó un taxi que me
trasladara al Hotel…eso es insólito!… Luego 200
kilómetros de asistir a una película ambiental, ecológica,
humana narrada por los amigos que nos trasladaban de
Guatemala a Quetzaltenango, y llegar a esta ciudad y ser
recibido con una calidez inusual e inmediatamente ser
invitado al Hall del Municipio y allí la sorpresa de un
enorme mural de mármol en el que ya habían cincelado
mi nombre junto al de mi país… eso es insólito ¡
Verme sobre una pasarela de un teatro lleno
de público, y luego una Reina que con solvencia crítica
comentó mi texto, y escuchar en un acto de premiación
188
a un poeta, a un ensayista y a un narrador, a una
escritora como Carmen Matute que con valentía y
madurez intelectual nos habló de la participación de la
mujer en la construcción de la historia humana… eso es
insólito…
Protagonizar una entrevista con alguien que sabe
lo que dice, sabe lo que hace y contextúa
profesionalmente el haber cultural del que somos
herederos, con un dominio vasto del hecho literario,
frente a un público masivo, eso es insólito… y presenciar
cómo ese público se mantiene tres horas a la
expectativa para luego hacer “cola” para comprar o
recibir un libro y luego otra “cola” para lograr la firma del
escritor… eso es insólito!… Es decir haber realizado un
viaje al ámbito de lo insólito es una experiencia
irrepetible, una enseñanza, una huella profunda en lo
más profundo de mi ser y de la compañera que me
acompañó en esa aventura…
189
190
ALGO SOBRE EL DEVENIR CULTURAL EN EL
ECUADOR:
191
caminos a la comprensión definitiva de nuestro estatuto
esencial, CULTURA Y LIBERTAD”.
192
jóvenes escritores de la AEAJE, coincidían
fundamentalmente en estos puntos: el que la
Casa de la Cultura hubiese sido intervenida por
la dictadura, exigía una reparación; una
institución rectora de la cultura nacional debía
acabar con posturas de fácil conformismo y
hasta adulación para con la dictadura, de día a
día más inepta y, por consiguiente, más bárbara
en represiones y violaciones de libertades; la
Casa de la Cultura, cerrada a un círculo, había
de abrirse a todos los ecuatorianos que
quisieran hacer obra cultural auténtica; había
que sacar a la institución del anquilosamiento
en que había venido a dar; había que acabar
con los “círculos de elogios mutuos”, con toda
suerte de academicismo, y se debía ir hacia una
obra de popularización de la cultura…”
193
se detiene y anquilosa, carente de nuevas propuestas y
alcances a través de una obra innovadora y “de
popularización de la cultura”.
Los Congresos realizados en Latacunga, Quito y
Azogues dan sentido, contenido y ejecutividad a un proceso
que da inicio “…Cuando escritores, artistas visuales,
músicos, periodistas y más gentes de cultura nos tomamos
la Casa de la Cultura, el 28 de agosto de 1966, fue para
reclamar esa autonomía que había violado un régimen
militar…” según lo testimonia Hernán Rodríguez Castelo.
194
efectuado en Azogues del 2 al 4 de Julio de 1966 -al que
asistimos Julio Arias, Germán Bazurto, Leopoldo Nieto,
Hugo Jaramillo, Oswaldo Laurini y León Vieira-
constituyeron la AEAJE provincial, se movilizaron y
cumplieron un cometido histórico en la vida institucional…
Desgraciadamente no existen anales escritos sobre los
acontecimientos puntuales, únicamente la fragilidad de la
memoria, algunos datos periodísticos dispersos y las
posteriores actas institucionales de esa época.
Hay actos anecdóticos, incluso contradictorios, que
singularizan el conflicto: Hernán Rodriguez Castello, anota al
respecto que “…En Ambato, en cambio, la falta de esas
figuras de prestigio reconocido entre los jóvenes –debido
precisamente, a la opresión asfixiante de las oligarquías
culturales– hizo fracasar la toma del local y hasta la vigencia
de las ideas nuevas. La renovación llegaría a Ambato desde
fuera, cuando la revolución se hubiese hecho ya ley. (Al
respecto Hernán Rodríguez, ignora hechos que contradicen
su afirmación)… Para evitar la toma de la Casa de la Cultura,
no se les ocurrió a los magnates ambateños recurso más
eficaz que poner a guardarla a los fisiculturistas ambateños,
que, al fin y al cabo, a su modo tienen también relación con
la cultura…”. En efecto, otro grupo de jóvenes (hay que
señalarlo, portando cadenas y palos) cercanos a la élite que
hegemonizaba la dirección de la institución, “…de repente
aparecieron por el portal del Municipio, una veintena de
jóvenes contra manifestantes gritando a voz en cuello “viva
la Casa de la Cultura”. Encabezaba este grupo el señor
Fausto Holguín Vásconez…”, conforme se describe en la
195
crónica de Diario El Heraldo del miércoles 31 de agosto de
1966. Pero también, se evidenciaron actos de honestidad
intelectual, personalmente guardo un recuerdo ternural, de
las veces que el Dr. Rodrigo Pachano Lalama, se acercó a
nosotros para, de una manera paternalmente cálida, alentar
nuestros afanes, no obstante ser el entonces Presidente del
Núcleo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de
Tungurahua.
196
Tinajero, Rafael Díaz Ycaza, José Martínez Queirolo y yo. Y
se aprobó sin modificación alguna. Estos fueron sus dos
primeros artículos:
197
reconocida trayectoria como Fabio Pachioni, Marcelo y
Antonio Ordoñez, Eduardo Almeida, entre otros miembros
del Teatro Ensayo de la Matriz de la CCE, dinamizándose así
estas actividades. Algunos de nosotros, a su vez,
coadyuvamos para formar grupos de danza y teatro en los
Colegios y con sectores obreros. Se instituyó el cine club
durante algún tiempo; las manifestaciones de música,
plástica y letras se motivaron y fomentaron a partir de este
“después de la toma” que posibilitó la integración de
numerosos nuevos miembros a ese trabajo que nacía
entusiastamente y fundamentalmente posibilitó la incursión
de creadores en todas las formas de expresión actualmente
reconocidos por su obra.
La acción institucional se proyectó hacia los barrios
y hacia la zona rural. Recuerdo, tiempo después, se crearon
varias Comisiones Rurales de cultura en Cevallos, Pelileo,
Patate y Baños, durante la presidencia de Mario Cobo
Barona, siendo Secretario del Núcleo, yo. Cabe anotar un
hecho que fue trascendente en la vida cultural de Ambato,
como es el protagonizado por Carmen Vázquez, quien en su
calidad de Bibliotecaria del Colegio Bolívar promovió una
actividad en los ámbitos del teatro, del cine y de las letras,
con repercusiones más allá de los límites provinciales. Esto
significa que, intuitiva o conscientemente, se ha
comprendido que lo cultural es un producto de la praxis
social y por lo mismo, es un eje transversal que articula
todos los elementos estructurales y superestructurales de la
sociedad y del estado y que la Casa de la Cultura es un
espacio para el ejercicio libre y autónomo del pensamiento
198
y de las acciones socioculturales de los individuos y de los
colectivos humanos, en el que todo intento de
direccionalidad cupular es incompatible y contrario al
principio de participación de los actores sociales.
Mgsc. Hugo Jaramillo Muñoz
Quito, mayo-2015
199
oído puedes escucharlos/ cuando azota el
viento de otoño/ y gimen los grillos en una
ocarina milenaria./, cuyo espejismo amaga sus
disputas vitales… Es el intento por acercarse a
aquellas gentes que en su irreverencia, aprenden
a mirar en los caminos una posibilidad que jamás
se repite: /…A lo lejos el violín se ausenta/
como si de cada portal un gemido humano/
poseyera a la noche/ entre cartones y noticias
sangrientas…/ porque es la voz humana misma,
reconstruyéndose: /… si afinas tu pupila/
acertarás en el espejo/ tras de la mariposa un
niño mutilado/ indagando bajo qué piedra/ le
escamotean sus juegos.../
200
piedra,/dinastías que el tiempo oculta/
mientras el agua ostenta su corteza transitoria/
junto a las riberas del pueblo/, cuando acosado
proyecta lo maravilloso de su propia realidad y la
palabra rescata la dimensión virtual que suscita el
ingenio desde lo insólito y... /deja atrás su aldea
y la invasión del trigo/ el viñedo en cuyo seno
se encendieron las primeras quimeras/ los
tejados/ poblados de palomas y el aroma de
los cuentos/ la mesa familiar y la gota de miel
como un oasis/... entonces, la palabra en cada
recodo transitado, transmuta en pregunta
incontestable que agita el torrencial lúdico en el
que el ser se rehace en imágenes que
resemantizan lo establecido y sancionado, para
postcrear la vida, entonces /Quedan atrás la
seguridad de las posadas pobres/ los sueños
inútiles de Dulcinea/ y Sancho aferrándose a
las aspas del molino/. Queda una vida abatida
como la ficción de un loco/ encandilado en el
umbral del otoño.
201
No hay testimonios de boca en
boca
ni crónicas que den cuenta,
sobre lo que hizo, o dejó de
hacer,
nadie guarda señal o memoria,
de aquel que no escatimó
la historia de las ciudades
ni aún bajo su lecho de arcilla
donde descansa, y congrega
y mira caer la lluvia fresca, liando
entre los intersticios de las piedras,
los juegos,
en el sinfín de la piel vulnerable
del chiquillo que aguarda,
la obcecación por la vida,
porque a su corta edad,
entonces, descubre raíces y profecías,
para las que, 50 años después,
no estamos preparados.
(lectura 1)
203
para las que, 50 años después,
no estamos preparados.
(lectura 3)
204
Hugo Jaramillo Muñoz
DATOS BIOBIOGRÁFICOS
205
visión y políticas institucionales para la Casa de
la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión”. Como
miembro y Primer Secretario de la Asociación de
Escritores y Artistas Jóvenes del Ecuador Núcleo
de Tungurahua, representó a la Provincia en el II
y III Congresos de esta Institución.
Desde 1967 es Miembro de la Casa de la
Cultura, actuando además como Secretario de la
Sección de Literatura del Núcleo de Tungurahua,
más tarde se desempeñó como Director de la
Sección Artes de la Representación, y de 1978 a
1981 como Secretario General de la Casa de la
Cultura Núcleo de Tungurahua.
RECONOCIMIENTOS: *CONDECORACIÓN AL
MÉRITO Juan León Mera” del I. Municipio de
Ambato. 2007; RECONOCIMIENTO DEL
GOBIERNO ECUATORIANO AL MÉRITO
INTERNACIONAL, Ministerio de Cultura del
Ecuador 2012, Reconocimiento “Benjamín
Carrión” de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
NT. 2015.
207
Ecuatoriana “Rubén Astudillo” 2008. Premio
Único (Poesía) en los LXXXV Juegos Florales
Hispanoamericanos, 2012, Quetzaltenango
Guatemala. Primer Premio en el XXIX Certamen
Internacional de Poesía y Narrativa Breve,
Editorial de los Cuatro Vientos, Buenos Aires,
2014. Premio Único Centenario de los Juegos
Florales Hispanoamericanos, 2016,
Quetzaltenango Guatemala.
208
EJERCICIO ARTÍSTICO: Fue asistente de
dirección de Jorge Lagucci y Oswaldo Belucci en
el montaje de “Don Perlimplín con Belisa en su
Jardín” de F. García Lorca; dirigió a grupos estu-
diantiles y obreros. Autor y Director “Canto a la
Raza”. Director de la puesta en escena de “El
Condominio” obra de creación colectiva, “La casa
del qué dirán” de J. Martínez Queirolo ,
“Q.E.P.D.” de Martínez Queirolo, “YERMA” de F.
García Lorca, “El mal entendido” de Camus ,“La
Casa de Bernarda Alba” de Federico García
Lorca, “En Alta Mar” de N. Roseck, “Y nos dijeron
que eramos inmortales” de Dragún, “El Apolo de
Marsak” de Giraldoux, “Carta a un Burgués”, de
Mateo Rocafuerte, “Cuestión de Vida o Muerte”
de J. Martínez Queirolo, “El Cuento de Don
Mateo” de Simón Corral, “El Huasipungo de
Andrés Chiliquinga” Adaptación de Ricardo
Descalzi.
OBRAS REGISTRADAS: Poesía: A Vuelo de
Pájaro, Am- bato, 1980; CONTRAPUNTO,
Ambato, 1981; OJO POR OJO, Ambato, 1982;
POESÍAS, Ambato, 1988; ALFABETARIO, Quito,
1992; Palabra Loco Timonel, Quito, 1994; De
puño y Letra, Quito, 1997; Palabras en el
laberinto, Quito,1998; “…y yo respondo”,
Quito,1998; En defensa propia, Quito, 2000;
Mientras fumo, Quito, 2004; Poemeros, Quito
209
2007; Ell@s, Quito 2009; Son de Ellas, 2012 .
Narrativa: Monografía de Tungurahua, (coautor)
España, 1980; Manual para comentario de textos
literarios, Quito, 1995; Diseño de proyectos
socioculturales con enfoque de marco lógico,
Quito, 2009; Nuestras Voces: nuestra identidad.
Comentarios de textos musicalizados, Quito,
2011; En preparación Confesiones textuales,
selección y comentarios de poetas ecuatorianos
(as).”Razones del ser” Comentarios de textos”
Quito-Ecuador, 2020.
210
Impresión digital:
Edición realizada en marzo del 2020,
por HJEdiciones, con la calidad
y tecnología de equipos CANON
MG2410
Quito-Ecuador
211