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EL RAPTO

ESCENA I
VOZ EN OFF: SOBRE EL RAPTO
SALA DE LA CASA: MUJER VIENDO TELEVISIÓN.

Se abre el telón

Mujer: cuidado te matan (dirigiéndose al tv) esto no me lo puedo perder. (Sale una joven muy bien
vestida)
Joven: mamá mira como andas, recuerda que hoy hay culto de avivamiento y es tu deber asistir.
Mujer: no, estás loca! Hoy es el final de mi novela y no me la pienso perder, yo fui anoche y que no
valla esta noche creo que no es pecado.
Joven: claro que es pecado mamá, estas cambiando a Dios por una novela y además, ¿qué le voy a
decir a los hermanos cuando pregunten por ti?
Mujer: no sé, diles que estoy cansada por el trabajo o no, mejor diles que estoy enferma y ya,
déjame ver la novela en paz. (Se cierra el telón)

ESCENA II
UNA FAMILIA EN LA MESA
Hombre: estuve viendo las noticias y hubo un gran terremoto que dejo destruido una ciudad, hubo
muchos muertos y muchos heridos, también dijeron que hay hambre en muchas partes del mundo y
es preocupante la situación.
Mujer: ¡No puede ser! Qué triste, pero ya está escrito que así pasaría Luis! Tienes que buscar a
Cristo antes que sea tarde! Todo esto significa que el rapto de la iglesia está cerca.
Hombre: tú con lo mismo todo el tiempo, no entiendo que ganas con eso, siempre dices lo mismo y
nunca pasa nada, yo creo que ya no deberías leer tanto esto. (le señala la biblia)
Mujer: ¡me duele escucharte hablar así! Cada noche pido a Dios misericordia por ti y por todos los
incrédulos. No hay marcha atrás mateo 8:24 dice: que esto solo será principio de dolor.
Hombre: bueno cada quien piensa diferente, y ya me voy porque se hace tarde para ir al trabajo. (Se
despiden)
Se cierra el telón

ESCENA III
JOVEN MUY BIEN VESTIDA OYENDO MÚSICA Y PROBÁNDOSE ROPA.
Se abre el telón
Alicia: con este me veo bellísima, es que yo soy perfecta! (suena la puerta) voy voy…..
Anais: ¡hola amiga! ¿Cómo estás? ¡Dios te bendiga! Tengo días que no te veo en la iglesia.
Alicia: bueno como puedes ver, estoy muy bien! Y no he podido ir porque he estado muy ocupada,
pero tú sabes que a mí me encanta ir a la iglesia! (con tono burlón).
Anais: pero tu bien sabes que primero que nada esta Dios y el resto de las cosas van después.
Alicia: si claro Anais, yo lo sé, pero mejor dime el motivo de tu visita!
Anais: vine a compartir un rato contigo, vine a leer la biblia, pasar un momento agradable porque
últimamente te noto alejada de Dios y en estos últimos tiempos cuando ya se acerca el rapto de la
iglesia no podemos descuidarnos de Dios.
Alicia: ¿El rapto? Desde muy niña escucho eso, que cristo viene pero nunca llega! Además, yo estoy
muy joven y quiero disfrutar mi vida, quiero salir. Pero eso no significa que yo sea mundana, yo
quiero seguir yendo al culto.
Anais: pero si la biblia dice; huye de las pasiones juveniles! Y tú lo que estás haciendo es alejarte
más y más de Dios, siempre quieres estar a la moda y eso no está bien!
Alicia: no no no… a mi nadie me puede juzgar, tu estas joven y pareces abuela con esos trapos, yo
solo quiero verme bonita. ¡Ah! ¿Ya te mostré el teléfono que me compraron? Pero no me gusta, yo
quiero un iphone!
Anais: ay amiga!!! Me preocupas mucho!
Alicia: relájate amiga!!! Cristo no viene ahorita, mejor ven y te muestro mis filtros, vemos tip tok y
hasta podemos ver una peli en netflix. (pone la biblia en la mesa y salen)
Se cierra el telón

ESCENA IV
MUJER ADORANDO UNA IMAGEN Y LLEGA UN JOVEN.
Se abre el telón
Jorge: ¿qué haces tía?
Belén: ¡pidiendo misericordia para ti!
Jorge: ¿De qué hablas tía? Pidiendo misericordia para mí, ¿Por qué?
Belén: porque te has alejado de nuestras creencias, ya no sé qué hacer para sacarte esa loca idea!
Jorge: claro, ya sé de qué estás hablando y no estoy loco, solo que conocí al Dios verdadero tía, un
Dios vivo, un Dios que si me escucha, un Dios supremo al cual puedo sentir.
Belén: yo creo en dios pero ellos (los santos) también me oyen cuando casi te mueres yo rece y te
salvaste, mal agradecido!
Jorge: ¡no tía! Yo quiero que tú te salves, yo estaba confundido pero encontré la verdad. La idolatría
es pecado lo dice en el libro de éxodo.
Belén: eso no es idolatría, y ya, fin de la discusión ya es mucho con que seas evangélico y ojala no
te castigue Dios por traidor, pero yo respeto tu religión.
Jorge: el evangelio no es religión tía, es poder de Dios! Ah, voy a invitar a algunos jóvenes de la
iglesia para acá para compartir de la biblia.
Belén: no no no… san alejo llévatelos lejos… en mi casa no! Suficiente tengo contigo, no más locos
en mi casa! Y ya vámonos porque me falta comprar algunas cosas!
Se cierra el telón

ESCENA V
LUGAR DONDE ESTÁN COMPARTIENDO EVANGÉLICOS Y MUNDANOS
Se abre el telón
Se apaga la luz. Suena la trompeta y al encender se algunos desaparecen y quedan las ropas y
algunas personas lloran desesperadamente.
Suena canción de fondo. ¡Despierta!
EL RAPTO

La escena muestra varias gentes en el escenario. Pueden ser representadas físicamente o


simbólicamente con efigies de cartón o de tela o mostrando un video. Y en un abrir y cerrar de ojos
desaparecen de la vista de todos. Se escuchan sirenas, sonidos de aviones estrellándose, choques
de autos y un silencio.

 Susana entra a escena, asustada, mujer tipo rebelde, con ropa camuflajeada, con un bate de
béisbol y un saco. Mira hacia alrededor y no encuentra a nadie. Llega al centro del escenario y siente
frío, se estremece, saca una cobija de su saco y se acomoda para dormir. Entra Benjamín, un
hombre de traje y corbata, un poco desarreglado, con polvo encima del saco y zapatos algo sucios.
Ve a Susana y se acerca a ella.

 BENJAMIN: ¿Estás despierta? [Susana se despierta asustada y se levanta rápidamente agarrando


su bate].

 SUSANA: ¡No me toques, aléjate! ¡Si te acercas te rompo los sesos!

 BENJAMIN: No me hagas daño. Solamente trataba de ver si estabas bien, ya que estoy solo, las
calles están vacías.

 SUSANA: No me pongas esa cara de niño bueno e indefenso. Tú debes saber qué ha pasado en la
ciudad. Me parece que tú eres uno de los culpables de lo que ocurrió. ¿Dónde están tus cómplices?

 BENJAMIN: ¿Cómplices? No tengo ninguno. [Susana lo amenaza con el bate] No me hagas


daño.

 SUSANA: Entonces vienes a robarme mis cosas.

 BENJAMIN: No, por supuesto que no. Sólo me acerqué para ver si estabas viva, ya que tú eres la
única en la calle que parecía muerta. Las calles están vacías, carros chocados sin ocupantes,
camiones volteados sin pasajeros.

 SUSANA: Ya casi me estas convenciendo, pero no del todo. Para estar segura, mejor te rompo la
cabeza. [Alza el bate y se va sobre Benjamín, quien logra esquivar el golpe]

 BENJAMIN: Te estoy diciendo la verdad. Déjame explicarte.

 SUSANA: Esta bien, solamente te daré un minuto. Si no me convences te quiebro la cabeza como
un melón.

 BENJAMIN: Bien, seré lo más breve posible. Soy el gerente de un banco en el centro. Mientras
estaba en la bóveda ajustando cuentas, sentí que la tierra se cimbró y la puerta se cerró. Fue el
sábado pasado. Y no Salí, hasta hoy lunes, cuando automáticamente la puerta se abre los días
hábiles para atender al cliente. Al salir no había nadie en el banco, las cajeras no habían llegado. Me
asomé a la calle y nadie, salvo lo que ya te dije. Un panorama desolador y escalofriante. Espere y ni
un cliente llegó. Me puse nervioso y decidí salir. Trataba de hablar con la gente que alcanzaba a ver
y ésta se echaba a correr. Caminé bastantes cuadras, pase por mi casa, por lugares conocidos hasta
que te vi.
 SUSANA: [Baja su bate y recapacita] Si realmente estás diciendo la verdad. La única lógica es
que nos cayó una bomba nuclear y somos los únicos sobrevivientes.

 BENJAMIN: Pero no hay rastros que haya sido una bomba atómica.

 SUSANA: O de neutrones.

 BENJAMIN: Los edificios están intactos, lo que no hay es gente. Quizá fueron los extraterrestres y
se suscitó un encuentro del tercer tipo. Es decir que seres superiores a nosotros secuestraron a los
que ya no vemos. [Pensativo] ¿Y tú que recuerdas?

 SUSANA: Yo caminaba por las calles y escuché una trompeta, que pensé que era una alarma
general y de repente la tierra tembló. Luego en un abrir y cerrar de ojos, la gente que estaba frente a
mi desapareció. Sentí que una fuerza me sacudió. Perdí el conocimiento, me levanté y corrí
temerosa hasta llegar a un cementerio y vi muchas tumbas abiertas. Me asusté, temí por mi vida y
corriendo llegué muy cansada hasta este lugar y decidí acostarme para recuperar fuerzas. ¿Y tú?

 BENJAMIN: Cuando llegué a mi casa, mi esposa y vecinos habían desaparecido.

 SUSANA: ¿Desaparecido? Creo que la respuesta de lo que ocurrió no está en esta tierra.

 BENJAMIN: Claro, ya te lo dije que fueron los marcianos, o los venusinos o los de la NAZA, la
galaxia más cercana a nuestro sistema solar.

 SUSANA: No, creo que tengamos que ir a investigar a otro lugar.

 BENJAMIN: ¿A dónde?

 SUSANA: Me siento estúpida. Debí prestar más atención.

 BENJAMIN: ¿A quién, a qué?

 SUSANA: ¿Al Pastor Benisio?

 BENJAMIN: ¿A la Peña de Horeb?

 SUSANA: ¿Lo conoces?

 BENJAMIN: Si. Mi esposa, era una perseverante creyente de Dios e iba a la iglesia Peña de Horeb.
Yo como incrédulo, solamente la acompañaba. Aunque admito que tenía un poder de
convencimiento. Pero como no iba todo el tiempo, no logró cambiar mi mente. Pero sí la de mi
esposa.

SUSANA: Bueno yo, como me puedes ver, soy una rebelde, una atea, pero un día me senté allí en
el parque y escuché al Pastor Benisio hablar de que la humanidad estaba viviendo sus últimos
tiempos y que pronto iba a ocurrir algo como lo que estamos viviendo. Por supuesto que no le creí.
Pero ahora, al ver todo lo que ha ocurrido. Pienso que él sería la persona adecuada para que nos
saque de dudas. ¿Sabes llegar a la iglesia?

 BENJAMIN: Claro. Vamos. [Se alistan y caminan hacia la iglesia. El trayecto puede hacerse
mímicamente o caminar alrededor del escenario y en sus expresiones muestran el panorama
que está la ciudad y su entorno.  Llegan a la iglesia. Los dos en forma mímica se asoman por
la ventana, no ven a nadie. Se acercan a la puerta, la abren y entran].

 BENJAMIN: No veo a nadie. [Empieza a buscar y a llamar por su nombre a quienes recuerda]
¡Pastor Benisio, María, Isabel, Cristina, Iris!

 SUSANA: Nadie. Ni un alma.

 BENJAMIN: Como si se los hubiera llevado el viento. Ningún rastro.

 SUSANA: Como si se hubieran ido sin avisar. Dejaron su Biblia, si hubieran salido a algún retiro o
día de campo, se las hubieran llevado. [Levanta una Biblia que está en el suelo. La hojea] Quizá
esta Biblia nos de alguna pista de lo que pasó.

 BENJAMIN: A ver deja ver, quizá alguna nota o algún versículo nos diga algo. Aquí está uno
marcado con tinta roja. [La toma y empieza a leer]

 SUSANA: Pero si solamente es un libro, que nos puede decir, que nos puede revelar, si solo son
tinta y papel.

 BENJAMIN: ¡Oh No! ¡Ocurrió! Pero ¿cómo?

 SUSANA: ¿De qué estás hablando?

 BENJAMIN: Del rapto de la iglesia

 SUSANA: ¿Cuál rapto?  ¿De cuál iglesia? Si la iglesia está aquí.

 BENJAMIN: Si, pero la iglesia no es el edificio, sino los creyentes en Cristo, los que lo aceptaron
como su Salvador y fueron justos en su vida. Recuerdo muy bien cuando mi esposa me platicó del
rapto, me dijo que la Biblia lo describía como un misterio y que no muchos lo creían. Incluyéndome a
mí. Mira léelo en este libro de Primera de Corintios capítulo15; versículos 51 y 52.

 SUSANA: ¿Quieres que lea la Biblia? ¿Estás loco? ¿Hablas en serio? [Toma molesta la Biblia y
lee los versículos] Os digo un misterio: No todos moriremos; pero todos seremos transformados, en
un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los
muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados.

BENJAMIN: Eso explica lo de la trompeta, lo que tu viste en los cementerios y la razón que no
hemos visto ningún cuerpo tirado en las calles, salvo a lo lejos gente que camina y corre como
espantada sin rumbo fijo. El mundo está en un caos. Mi esposa me dijo que el rapto podría ocurrir en
cualquier momento. Y después los que se quedaran vivirían siete años de tormento en la tierra.

SUSANA: Estás loco. ¿De quienes hablan?

BENJAMIN: De los no creyentes, de los ateos, agnósticos, como tú y yo. Los creyentes en
Jesucristo ya se fueron.

SUSANA: ¿A dónde? No recuerdo que el Pastor haya dicho eso.


BENJAMIN: Al cielo, A vivir con Jesús. Mira aquí hay una nota de otra sección de la Biblia, me
manda a Primera de Tesalonicenses 4 versículos 16 y 17. Escucha: El Señor mismo, con voz de
mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en
Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos
siempre con el Señor.

SUSANA: Todo esto me suena a pura fantasía. Si así fuera, tú venías a esta iglesia, ¿por qué no te
fuiste con ellos?

BENJAMIN: Por no haberle hecho caso a mi esposa. Al Pastor Benisio. A Jesucristo mismo.

SUSANA: Creo que no debemos ponernos muy religiosos en este momento.

BENJAMIN: Escucha. Ahora me doy cuenta que hice a un lado a Jesús. No lo acepté como mi
Salvador y Rey de mi vida.

SUSANA: Y si lo hubieras hecho, ¿qué hubiera pasado?

BENJAMIN: No estuviera aquí. Estaría con Jesús y mi esposa en el cielo. Mira, no sé ni cómo te
llamas.

SUSANA: Mi nombre es Susana.

BENJAMIN: El mío Benjamín. Toda mi vida me dediqué a mi carrera, a la bebedera, a la parranda.


Mi relación con Dios fue nula. Y ahora estoy pagando esa falta. Tú también.

SUSANA: Mira Benjamín, casi me convences, ya que no veo a nadie más en la ciudad. Como que
una parte del mundo se desvaneció. ¿Y ahora que vamos a hacer? Hablas de que Jesús es el
culpable de que estemos aquí, ¿cómo nos podemos comunicar con él para que venga por nosotros?

BENJAMIN: Los culpables somos nosotros. Creo que orando y aceptándolo sabremos qué hacer.

SUSANA: Me estás diciendo que debo hincarme para orar y pedirle que venga. Eso no va conmigo.

BENJAMIN: Lo que te estoy diciendo es que imploremos y le pidamos una segunda oportunidad.

BENJAMIN: Mira, el libro de Hechos dice que Jesús desde el cielo mandara prodigios y el que
invoque su nombre será salvo.

SUSANA: Sigues mencionando la Biblia. De que nos sirve a nosotros. Si los que la leían y seguían,
ya no están. De nada sirve que la leas.

BENJAMIN: Si te has dado cuenta, la Biblia es la que nos ha revelado qué ocurrió. No son simples
palabras en tinta, sino Palabra Viva. De seguro ahora será nuestra guía de los que debemos hacer
para que Jesús nos salve.

SUSANA: ¿Y crees que vendrá? [Benjamín mueve la cabeza afirmativamente] Pues que venga
pronto.
BENJAMIN: Pero no creo que sea tan fácil. Según su Palabra los que se quedaron después del
rapto, como nosotros, viviremos siete años de tribulaciones y, para poder comer y vivir en este
mundo debemos dejar que nos marquen nuestra frente o nuestro brazo.

SUSANA: ¿Marcar? ¿Por quién?

 BENJAMIN: Por quien desde ahora controlará el mundo.

 SUSANA: ¿Y si no nos dejamos marcar?

BENJAMIN: Pues huir, buscando que comer, donde vivir y si no pues… [Con el dedo índice hace
un gesto de decapitación. Susana lo imita y cae hincada.

SUSANA: [Alza sus manos al cielo] ¡Oh no! ¡Dios ayúdanos!

BENJAMIN:[Se para detrás de ella y cita Juan 14: 13-14]. Susana, hay que orar, ya que la Biblia
dice: Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré.

SUSANA: Si Padre Jesús. Me arrepiento de lo que he sido y por haberte negado. En tu nombre te
pido que nos rescates. Y te acepto como mi salvador en estos momentos de tribulación. Guíanos en
estos tiempos que nos toca vivir.

BENJAMIN: Si padre, pase lo que pase, somos tus hijos ahora y queremos vivir contigo por los
siglos de los siglos.

SUSANA Y BENJAMIN: Amen. [Ambos se levantan, toman cada quien una Biblia, se abrazan,
se asoman para ver quien viene, respiran y salen de la iglesia sin rumbo fijo.

FIN

SE CIERRA EL TELÓN

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