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Munakuyki hasta el final

En un pueblo de Cocama vivían una pareja de mejores amigos, uno de ellos llamado Eidan , un
adolescentes de trece años y otro Aaron, con doce años de edad, todos los días salían a jugar en los
ríos, el cual quedaba cerca de sus casas, exploraban por todo su pueblo y nunca se les veía
separados. Una tarde que salieron juntos a jugar, Eidan notó a su amigo muy cabizbajo y no estaba
bromeando como lo hacía siempre, así que se sentó a su lado y le preguntó:

Eidan: Aaron, ¿Pasa algo?


Aaron: suspira frustrado ¿ Por qué lo preguntas?
Eidan: Porque te conozco y sé que no estas bien, porque tú siempre estas riéndote, y desde que
llegaste estas apartado, apagado ¿Qué es lo que pasa?
Aaron: No te lo quería decir tan pronto, pero, mis padres me dieron la noticia de que nos iremos a
vivir a la ciudad de Lima, porque hay mejores puestos de trabajo...
Eidan: ¡Que!, no pueden llevarte así, con quien jugaré, conversaré, reiré, cantaré y haré travesuras,
eres como mi hermano.
Aaron: Te entiendo perfectamente, pero no puedo hacer nada, es la decisión de mis padres y
tengo que aceptar.
Eidan: lo mira con los ojos cristalizados , ¿Nos volveremos a ver?
Aaron: No lo se, si yo vuelvo aquí será dentro de muchos años, pero créeme nunca me olvidaré de tì,
trataré la forma de comunicarme contigo.
Eidan: Esta bien, entonces a limpiarnos las lágrimas y aprovechemos todos los días que nos queden
juntos.

Ambos niños, empezaron a salir diariamente, durante horas, jugaban, reían sin parar, todos los del
pueblo veían como estaban más unidos que nunca, pasaron sus últimos días juntos como si nunca
fuera acabar, se olvidaron de que posiblemente nunca más se volverían a ver; hasta que llegó el día
en que los dos sabían que algo en su vida iba a cambiar. Eidan llegó al paradero donde estaba
Aaron junto a su familia para despedirlo, esperaron alrededor de veinticinco minutos llegando así
la hora de que Aaron se subiera al bus.

Aaron: Llegó la hora de irme, no estés triste, siempre sonríe, nos volveremos a ver, estos días fueron
los mejores que vivimos, siempre los llevare en mi mente y corazón.
Eidan: Cuídate mucho, come bien y siempre recuérdame.
Aaron: Munakuyki Eidan
Eidan: Munakuyki Aaron.

Siendo èsta la última vez que los chicos se vieron sin saber hasta cuando volver a reencontrarse.
Pasaron cuatro años desde aquella despedida, cada uno de ellos se recordaban una que otra vez,
cada quien estaba preocupado por sus cosas,. Aaron por la ciudad de Lima y Eidan terminando su
secundario en el pueblo, no habían tenido comunicación durante esos cuatro años; Eidan ya había
culminado la secundaria, así que sus padres le dieron una gran noticia.

Eidan: ¿Cuál es la noticia que me querían dar?


Padres: Tu ya terminaste tu secundaria, así que vimos la mejor opción y te irás a vivir a Lima y
estudiaras la carrera que siempre anhelabas, ya estas matriculado y te enviaremos para tus
gastos, estamos seguros que serás un gran profesional como ingeniero civil.
Eidan: Muchas gracias, estoy muy agradecido por la oportunidad que me están dando.

Aquel chico estaba muy emocionado, porque iba a ir a la universidad, y también porque pensaba
que podría encontrar a su gran amigo, empacó todas sus cosas, y con su familia fuè al paradero
en donde hace cuatro años se había despedido de su gran amigo, se despidió de sus padres y
abordó el bus camino a la Ciudad de Lima. Luego de un largo viaje llegó; cuando bajó del
transporte, miró a su alrededor, se percató que nada era igual a lo de su pueblo, había mucha
gente vestida muy elegante, muchos carros y edificios. Eidan le preguntó a una señora mayor
donde podría hospedarse, aquella señora muy amable le indicó donde tenía que ir, el chico
siguió las indicaciones llegando de èsta manera donde alquilaban cuartos y estaba cerca de su
universidad, entró y pagó con el dinero que sus papas le habían dado, pero tenía mucha hambre
así que salió en busca de algo de comer, no conocía nada, así que trataría de encontrar un lugar
donde vendieran algo que pueda hacer que su hambre cesara, buscó y buscó, hasta que por fìn
encontró un restaurante y pidió algo de comer, luego salió de ese restaurante con dirección al
hotel, estaba muy cansado y tendría que levantarse muy temprano para ir a la universidad; Se
metió a duchar, salió y se acostó a dormir.
Llego la mañana, Eidan se despertó a las seis de la mañana sus clases empezaban a las siete y
media, se aseó y salió en busca de algo que desayunar, encontró un puesto donde vendían
desayunos, así que optó por esa opción, pidió para llevar mientras caminaba a su universidad iba
comiendo, después de quince minutos de estar caminando llegó a la universidad, siendo grande
su asombro por ver lo grande que era , habían jóvenes muy bien vestidos. Eidan miró la hora y se
dio cuenta que faltaban diez minutos para que empezara su clase, pero no sabía a donde tenía
que ir, así que se acercó a una joven y le preguntó:

Eidan: Hola, disculpa, soy nuevo, no se a dónde ir y quería preguntarte


Desconocida: Eh, hola, si claro, ¿Cuál es tu carrera?
Eidan: Voy a la carrera de ingeniería civil
Desconocida: Oh mira que gran coincidencia, yo también voy a esa carrera, vamos juntos y hay
que apurarnos que llegamos tarde.
Eidan: Si, pero antes, ¿Cuál es tu nombre?
Desconocida: Ah si verdad, que torpe, me llamo Alessia y ¿tu?
Eidan: Mucho gusto Alessia, yo soy Eidan
Alessia: El gusto es mío Eidan -le sonríe- , ya vámonos
Ambos chicos llegaron corriendo al salón de clase, pidieron permiso para pasar, al entrar, un
grupo de chicos y chicas miraron a Eidan de pie a cabeza y le hicieron mala cara, ambos se
percataron de aquella situación y Alessia volteo a ver a Eidan y le sonrió, aquel chico se sintió
más cómodo y se sentaron juntos, el profesor empezó a hablar y pidió que todos se presentaran
para que así se conocieran más, todos empezaron a presentarse, llego el turno de Eidan.

Eidan: Buenos días con todos, mi nombre es Eidan Jaico García Yupanqui, actualmente tengo
diecisiete años, vengo de un pueblo llamado Cocama, espero llevarnos bien, gracias.

Los mismos chicos del grupo, se rieron entre ellos después de la presentación de Eidan, mientras
el resto aplaudía, Alessia se dio cuenta, pero no pensaba contarle nada a Eidan para que no se
sintiese mal; ella siempre le sonreía y él le devolvía la sonrisa, pero Eidan se percató que cuando
dijo su nombre un chico de ese grupo, le presto más atención que otros como asombrado lo
miraba fijamente, pero no quería darle tanta importancia, así que siguió escuchando la
presentación de sus otros compañeros, cuando le llegó el turno al chico, el cual Eidan le daba
curiosidad.

Desconocido: Buenos días compañeros, tengo diecisiete años, mi nombre es Aaron Aldave
Rodríguez, y actualmente vivo en Lima, muchas gracias.

Eidan al escuchar ese nombre abrió más los ojos y se sorprendió mucho, sonrió de felicidad y
comenzó a aplaudir, no podía esperar el momento para hablarle, pasaron las horas de clases y
llegó la hora del receso, Aaron salió con sus amigos y Eidan espero a Alessia y le contó su historia
de amistad con Aaron, ella estaba muy feliz por él y lo acompaño para que se pudieran
reencontrar, al llegar al grupo de Aaron, Eidan le intento hablar.

Eidan: ¡Aaron!, cuanto tiempo, te extrañe demasiado, no pensé que nos volveríamos a
reencontrar y menos aquí.
Amigos de Aaron: ¿Lo conoces? que vergüenza
Aaron: -lo mira- ¿Perdón?, no te conozco, no se quien serás, vete de aquí.
Eidan: Pero Aaron, si nosotros éramos como hermanos, no recuerdas?
Amigos de Aaron: No entiendes que es no, vete de aquí, nos vas a contagiar tus pulgas de ese
pueblito de indígenas del cual vienes.

Alessia jalo del brazo a Eidan y se lo llevó a otro lugar, se sentaron y aquel chico que antes
estaba tan emocionado por haber encontrado a su mejor amigo, estaba triste y muy
confundido por esa acción.

Alessia: Eidan, no estes así, son unos tontos


Eidan: No Alessia, él no era así, está muy cambiado
Alessia: Como te explico esto, eres nuevo aquí, no sabes como funcionan las cosas, algunas
personas que viene de pueblos a la ciudad cambian para encajar con los demás, dejando de
lado su pasado, su gente, sus costumbres y más cosas, si tú no cambias, te conviertes en la burla
de todos, pero la decisión sólo queda en tì y en tu corazón.
Eidan: Pero eso está mal Alessia, nadie debe de cambiar solo porque a un par de personas no le
guste algo de tì, todos deberíamos de aceptarnos por cómo somos sin ver de dónde vienes,
como vistes o como hablas.
Alessia: Si y lo entiendo, pero hay algunas personas que no tienen esa mentalidad, y eso es lo
que le pudo pasar a Aaron, cambió, para encajar con ellos.
Eidan: Tengo que hacer algo para ayudarlo, no puedo dejar así las cosas, no estoy dispuesto a
perder por segunda vez a mi amigo- hermano
Alessia: Cuenta con mi apoyo.

Regresaron al auditorio y el docente empezó a dictar las clases de nuevo, llegó la hora de salida,
eran las cinco de la tarde, Eidan y Alessia iban a comer juntos, pero justo iban pasando al frente
del grupo de Aaron y se empezaron a burlar; Eidan solo volteo a ver a Aaron quien se
mantenía callado y al ver la mirada del cual antes era como su hermano bajo la cabeza por la
vergüenza, Alessia adelanto el paso para evitar que Eidan siguiera escuchando aquellas burlas,
llegaron a un restaurante, pidieron y empezaron a comer, hasta que a Eidan se le ocurrió una
gran idea y dio un grito diciendo ¡Ya se!.

Alessia: ¿Qué pasa?, me asustas


Eidan: Ya sé lo que podemos hacer con Aaron
Alessia: ¿Qué cosa?
Eidan: Podemos pedir a alguna docente para que nos de una charla sobre el respeto a los
demás y la aceptación a personas con diferentes costumbres ,forma de vestir y hablar ¿Qué
opinas?
Alessia: Me parece perfecto, hoy día mismo podemos escribirle a alguna docente.
Eidan: Estaría genial, muchas gracias por tu apoyo Ale.

Alessia se encargó de comentarle sobre su idea a una de sus profesoras, a lo que aceptó y le
pareció una grandiosa idea, así que hablarían de ese tema al otro día, ambos chicos estaban
muy felices, porque tenían la esperanza de que podían hacer concientizar a varios de sus
compañeros con esa pequeña charla, cada uno se fuè a su casa, hizo sus necesidades y se
acostaron a dormir. Al día siguiente Eidan se despertó muy contento por lo que iban a ser ,
salió muy rápido, desayunó y salió corriendo a la universidad; en la entrada lo estaba esperando
Alessia, pasaron y al entrar se encontraron con ese grupo, que se volvió a burlar y reír de Eidan,
a él no le importaba así que entró de frente y se sentó a conversar con Alessia, pasó un rato y
llego la profesora, ambos chicos estaban emocionados, su profesora, empezó hablar sobre el
tema, dio a conocer muchos puntos importantes, la mayoría le prestó mucha atención a lo que
decía, incluyendo Aaron y sus amigos, terminó su clase y salieron a su receso, Eidan y Alessia
pasaron a la cafetería donde se encontraba Aaron y sus amigos , a ellos no les importó y
pasaron al frente de ellos, pero una chica derramó con mala intención jugo encima de Eidan,
manchando su ropa, todos se empezaron a reír hasta que Aaron habló.

Aaron: Ya basta, dejen de reírse, no tiene ninguna gracia


Amigos de Aaron: Que hablas, ¿Te vas a poner de su lado?
Aaron: Sí, porque es mi amigo, es mi hermano, y me arrepiento mucho por haberlo negado,
pero saben que es lo peor y de lo que más me arrepiento, es que cambié solo para encajar con
ustedes, dejando de lado lo más importante que es la amistad desde hace muchos años y es lo
más preciado que tengo y lo pude perder, no me di cuenta la clase de personas que son
ustedes, les doy un consejo, si siguen así, van a terminar solos, sin nadie quien los quiera de
verdad y los aguante.

Aaron jaló a los dos chicos, y se fueron a otro lugar de la universidad, se sentaron en unas
bancas; mientras Eidan se limpia el jugo de su ropa.

Eidan: Gracias Aaron, estoy muy orgulloso de tì.


Aaron: No tienes que agradecerme, yo tengo que pedirte perdón por mi comportamiento,
estaba cegado, solo porque quería encajar con ellos.
Eidan: Si, lo entiendo, pero lo bueno es que ahora reflexionaste y te diste cuenta que está mal
cambiar por personas que no se lo merecen, ahora seguiremos teniendo la gran amistad que
solíamos tener de niños.
Aaron: Claro que sí.
Alessia: No quisiera interrumpir, pero debemos regresar al auditorio, ya estamos tarde cinco
minutos.
Eidan: Si, vámonos
Aaron: Munakuyki Eidan
Eidan: Munakuyki Aaron
Ambos chicos volvieron a tener su amistad de antes, pero ahora se les unió una gran chica, los
tres eran muy unidos y siempre se apoyaban en todo.

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