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Buenas tardes con todos y todas las chicas que están aquí hoy le doy gracias a dios por

sus
vidas, el día de hoy es muy especial, porque ustedes están aquí y pues vamos a empezar
esta enseñanza con una pequeña activación del cuerpo.
vamos a coger de la cartuchera un lápiz o marcador no se lo que ustedes prefieran luego
vamos a hacer un círculo y seguiremos órdenes, si yo le digo giremos pues lo hacemos,
izquierda, derecha arriba, abajo, etc.
bueno que aprendemos de esta dinámica:
acerca de la paciencia
acerca de la concentración
acerca de la unidad
o acerca del enojo porque es muy pequeño
pues si podemos sacar todo estos temas solo con esa dinámica

y pues hoy hablaremos sobre la unidad


texto: “Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo
en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi
Padre que está en los cielos.” (Mateo 18:19)

Introducción
Jesús enseñó a sus discípulos que debían estar unidos en todo
momento. Siempre estuvieron juntos y aprendieron todos los días todos
ellos directamente del Maestro. En este versículo podemos ver como la
unidad de dos de ellos podía alcanzar todas las cosas en Dios,
demostrando así el poder de la unidad.

Pero esta unidad debe estar fundamentada en Dios. Dios puede


bendecir a una persona y brindarle muchas cosas, pero cuando hay dos
o tres el poder de Dios se manifiesta de una forma especial. En su
palabra vemos como constantemente Dios buscaba la presencia de dos
o más personas que le buscaran en espíritu y verdad.

1) Donde están dos o tres (Mateo 18:20)


Jesús lo indicó claramente. Donde están dos o tres congregados en su
nombre, ahí estará Él. Esta no es una promesa de ningún hombre, es la
promesa del Señor mismos y sabemos que Jesús es Dios.

Por lo tanto es una promesa de Dios. Y Dios no es hombre para mentir


dice su palabra. Por lo tanto esa promesa es una verdad absoluta.

Cuando nos reunimos como iglesia podemos estar completamente


seguros que Dios está en medio de nosotros. Aunque a veces no
podamos sentirle ciertamente Dios se manifiesta en el lugar. No dijo
Jesús que a veces estaría ahí, sino que ciertamente ahí estará Él.

Entonces no cabe la menor duda que podemos adorarle


presencialmente, aunque no le veamos, aunque a veces no le sintamos,
Él está enmedio de su pueblo cuando este se ha reunido para darle
gloria.
Si vemos durante todo el tiempo en la vida de Jesús, cuando hacía un
milagro siempre se acompañaba de sus discípulos. Dios mismo quiere
que estemos en unidad de corazón y en un mismo sentir para que su
poder se manifieste. Jesús nos dice que podemos pedir al Padre
cualquier cosa, si estamos en un mismo sentir, si buscamos lo mismo, si
le buscamos a Él.

Si no fuera verdad Jesús no lo hubiera dicho, pero quedó grabado en su


palabra y podemos confiar en eso. La palabra de Dios es verdad y toda
nuestra confianza debe estar en ella.

La verdad de la palabra de Dios ha sido muchas veces comprobada en


nuestra vida, al recibir la salvación del alma, al recibir de su Espíritu.
Cristo vive y le podemos sentir en medio de la alabanza de su
pueblo.

2) Amar al prójimo (Juan 13:34)


Jesús nos invitó para que amaramos incluso a nuestros enemigos.
Debemos demostrar ese amor por los demás, por las almas perdidas,
por aquellos que no han conocido el mensaje de salvación. Pero
también nos mandó a que nos amaramos los unos a los otros, así como
Él nos ha amado.

Tenemos un gran ejemplo a seguir y difícil de alcanzar, pues Jesús fue


perfecto en todos sus caminos cuando anduvo en esta tierra como
hombre. Y debemos seguir su ejemplo y amar a los demás como Él nos
ha amado. Su amor no tiene límites y debemos mostrar ese amor los
unos por los otros.

Es un mandamiento de Dios por lo tanto debemos cumplirlo. No


podemos hacer oídos sordos, no podemos pasarlo por alto, es palabra
de Dios y debe ser cumplida. Muchas veces no es tan fácil como
quisiéramos, pero eso mostrará si estamos en la luz de Dios o no.

Pues cuando amamos al prójimo, estamos reflejando el amor de Dios en


nuestras vidas. No podemos dar nada que no tengamos, si entregamos
amor es porque tenemos ese amor que sobrepasa todo entendimiento.

3) Unánimes juntos (Hechos 2:1)


Grandes cosas suceden cuando estamos en un mismo sentir con los
hermanos en la fe. Cuando llegó el día de pentecostés, dice su palabra
que estaban todos unánimes, estaban todos en un mismo sentir. No
estaban ellos separados, cada quien en su casa, no tenían en común
todas las cosas y se reunían con un mismo propósito.

Grandes cosas suceden cuando un grupo de personas camina hacia un


mismo destino, comparten los mismos valores y adoran al mismo Dios.
Grandes cosas suceden cuando ese Dios es el Todopoderoso.

Así le pasó al pueblo de Israel cuando enfrentó a naciones más


poderosas que ellos. Eso mismo les pasó a los cristianos en el
Aposento Alto. El poder de Dios bajó sobre ellos cuando estaban
todos juntos.

Dice la biblia que los primeros cristianos tenían todas las cosas en
común. Compartir con personas que tienen el mismo sentir que uno es
encontrar aliados, es encontrar hermanos que al igual que uno sirven al
mismo Dios.

Debemos como hermanos caminar en la misma dirección. En esa


dirección que nuestro Padre indica, en la dirección de predicar su
palabra a toda nación. En la dirección de darle a Él toda la gloria. En la
dirección de obedecer su palabra y no desviarse ni a derecha ni a
izquierda. Dios quiere que estemos unidos en Dios. Ahí es donde Él se
manifestará con milagros y prodigios.

5) Adán y Eva
Desde Adán y Eva el enemigo ha buscado destruir a la familia y
debilitarnos atacando a cada uno de forma diferente. Es por eso que
debemos estar de acuerdo.

Ponerse de acuerdo con mi hermano en la fe. Ponernos de acuerdo


como pareja, ponernos de acuerdo como familia. Así como Josué
podamos decir que mi casa y yo serviremos a Jehová.

Que no importe la circunstancia que estemos pasando, así como Dios


está con nosotros en cualquier situación, así debemos estar los unos
por los otros. No solo estar presentes cuando las cosas van bien, sino
en todo momento debemos apoyarnos los unos a los otros.

Así desbaratamos los planes del maligno, cuando el amor de Dios nos
inunda y compartimos ese amor por los demás. No dejemos que el
enemigo nos engañe y divida. Siempre es más importante las cosas
de Dios que las cosas personales de cada uno. Dios siempre es
primero y debemos relacionarnos con personas que tengan el mismo
pensamiento. Dios es nuestro Padre y solo a Él debemos servirle.

Conclusión
Desde Adán y Eva el enemigo ha intentado dividir a la familia. Pero el
amor de Dios debe ser más fuerte en nosotros y debemos resistir esos
ataques. El enemigo busca dividirnos porque sabe que la familia unida
es poderosa en Dios.

Sabe que una familia que alaba a Dios esta rodeada de ángeles que
acampan alrededor de ellos. Sabe que si la familia permanece unida
no puede atacar a ninguno de sus miembros.

Pero no solamente la familia natural debe permanecer unida, sino


también la familia espiritual, la familia de la fe. Como vimos
anteriormente, debemos sentir una misma cosa y estar unánimes y
juntos.

Debemos reunirnos regularmente y estando juntos debemos


compartir un mismo propósito, el de adorar y alabar a Dios.
Debemos también organizarnos para realizar el servicio a Dios, para el
bien de los santos y para alcanzar más almas para el Señor.

Al estar unidos en el nombre del Señor podemos alcanzar grandes


cosas. Si pedimos a Dios individualmente tendremos efectos en el reino
de Dios, pero ese efecto es multiplicado cuando nos reunimos como
hermanos y juntos clamamos a Dios.

La biblia dice que uno de nosotros hará huir a mil, pero dos de nosotros
haremos huir a diez mil hombres. Ese es el poder de estar juntos.
Juntos haremos correr a diez mil enemigos.

Porque Dios ha prometido estar enmedio de nosotros cuando nos


reunimos en su nombre. Y si Dios va con nosotros nada nos puede
detener, nada nos puede hacer frente, pues tenemos al Altísimo en
medio nuestro.

El está en medio, delante y alrededor de nosotros. Ningún enemigo


puede atacarnos cuando Dios está a nuestro lado, y Él estará a nuestro
lado cuando le invocamos juntos, cuando nos ponemos de acuerdo y
pedimos a Él cualquier cosa como uno solo.

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