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La teoría de la modularidad de la mente y su influencia en los estudios actuales

sobre percepción.

La teoría de la modularidad de la mente brindó un marco para el desarrollo de teorías


específicas sobre las diferentes modalidades sensoriales y las diversas experiencias
perceptuales, como también lo hizo para los distintos niveles de análisis del
funcionamiento del lenguaje. Pero, especialmente, es un marco para los procesos
iniciales de ambos procesamientos. No todo el procesamiento perceptual funciona
modularmente y tampoco lo hacen todos los niveles del funcionamiento lingüístico. En
realidad, la teoría lo que postula es que funcionan en forma modular las etapas
iniciales de ese procesamiento. Una vez, que tanto la representación de los estímulos
sensoriales constituyen un percepto captado conscientemente, su procesamiento deja
de ser modular, y lo mismo ocurre con la comprensión del lenguaje. La atención, la
working memory y la consciencia son típicamente sistemas centrales no modulares,
que se caracterizan por poder integrar información de diferentes fuentes y cruzar esos
datos con conocimiento adquirido previamente que está disponible en los diferentes
sistemas de memoria a largo plazo. Ha sido importante poder mostrar que en la
mente humana coexisten e interactúan sistemas que tienen formas de
funcionamiento diversos. En particular, ha sido importante mostrar que no toda la
mente funciona a la manera de los sistemas centrales. Si nos basamos en la
experiencias introspectiva y proyectamos sus propiedades al resto de la mente,
tenderemos a asumir que en todos los procesos mentales el contexto determina la
significación, que ese contexto puede ser determinado por un conjunto diverso de
información que puede provenir de las más diversas fuentes y que el conocimiento
previo que tenemos disponible modificará a futuro nuestras respuestas. Sería un
error, que surge de proyectar al resto de la mente algunas de las propiedades
distintivas de la consciencia. La flexibilidad en la reutilización del conocimiento, el
cambio en función de las perspectivas y del contexto, el análisis basado en diversas
variables que afectan los criterios que previamente hemos asumido, son algunos de
los rasgos característicos de la consciencia y los procesos que transcurren con
consciencia. Pero de la misma forma que Freud argumentó que había leyes diferentes
en lo que él denominaba el "inconsciente", Fodor demostró que, al menos las etapas
iniciales del procesamiento perceptual -incluyendo la percepción del lenguaje-
funcionaba con una legalidad muy diferente a la de la consciencia. Los rasgos típicos
de los sistemas de entrada de información o modulos cognitivos, constituyeron un
marco conceptual para el desarrollo de modelos computacionales sobre los diferentes
tipos de percepción y lo mismo ocurrió con el desarrollo de la psicolingüística cognitiva
como analizaremos en Procesos Psicológicos Básicos II.

Ampliaciones a la concepción de la modularidad:

En el desarrollo de la noción de modulo, se encontró que lo que inicialmente se


caracterizaba como el módulo del lenguaje o del sistema perceptivo visual, en realidad
estaba constituido por diversos subsistemas que funcionaban cada uno de ellos
modularmente, siendo su output o producto, el input para el subsistema superior. Esta
especificación de la teoría de la modularidad es claramente compatible con los
postulados de su formulación original. Sin embargo, en la última década del siglo
pasado se planteó una reformulación que apuntaba a considerar el funcionamiento
modular de procesos que en la formulación de Fodor eran sistemas centrales. La
versión más extrema de esa posición es la teoría de la modularidad masiva de autores
como Sperber (la idea de que la mente es un conjunto de sistemas que funcionan
modularmente). Si bien esa posición extrema no ha sido aceptada por la mayoría de
los investigadores, una versión menos extrema de esa concepción que considera la
posibilidad de que haya funciones mentales de tipo conceptual que se modularicen ya
sea a lo largo de la filogénesis como en la ontogénesis, sí ha sido asumida por diversos
investigadores (e.g. Pinker, en "Cómo funciona la mente" (1999); Karmiloff-Smith, en
"Más allá de la modularidad: Una perspectiva del desarrollo para la ciencia cognitiva",
1992). Por ejemplo, la concepción de Pinker no niega la existencia de los sistemas
centrales, solo considera que algunas funciones como, por ejemplo, el conjunto de
competencias propias de la cognición social, podrían haber experimentado tanto en la
evolución de la especie como en desarrollo ontogenético del niño un conjunto de
cambios compatibles con su configuración modular. Si bien es una noción de módulo
que atenúa el rasgo del encapsulamiento informacional, centrándose más bien en el
de especificidad de dominio; algo que para Fodor resulta inaceptable, en gran medida
porque malogra una de las principales ventajas de la modularidad: la determinación
de la información relevante para la tarea.

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