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“…, y JUDAS ISCARIOTE,

que llegó a ser el traidor.”


Lucas 6:16

La Huella de Judas
Rechazando la Traición

JORGE ELIÉCER CAMPO FREYLE


Autor:
Jorge Eliecer Campo Freyle
Reverendo

© Derechos reservados de autor

ISBN: 978-958-5510-04-3

Revisión de texto
Lic. Yolanda Pabón de Sánchez

Ilustración portada
Mario Romero Marchena

Todas las citas bíblicas mencionadas en este libro han sido


tomadas de la Nueva Versión Internacional.
(A menos que se indique lo contrario)

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Colombia, 2019
Con gran cariño, a mi bella, dulce y amante esposa:
Aljadis María; quien cada mañana me pregunta ¿Qué
escribiste hoy? Para que le relate cada párrafo, y al
salir el libro dice: -Ya me lo sé de memoria-.
Comentarle lo escrito me inspira y estimula para
seguir escribiendo.

A mis dos hijos fruto de nuestro amor: Jorge Eliecer, el


primogénito con grandes dones musicales, decidido y
emprendedor. Y a Christian Daniel, apasionado
profeta y amante del servicio. A ellos, quienes son una
bendición e inspiración para mi vida y liderazgo.
A mi buen señor Jesucristo, Quien en Su amor me
tomó por fiel de llamarme al ministerio.

A los pastores que el Señor ha usado en mi vida para


guiarme y enseñarme, entre ellos: A los Reverendos,
Salvador y Lesby de Obando; mis primeros maestros
en los caminos de Dios.

A los ministros y amigos: Caleb y María Teresa de


Fernández; quienes oficiaron nuestro matrimonio,
profetizando ese día sobre nuestro liderazgo.

También a los Reverendos: Darío y Susana de Ferro,


bajo su cobertura dirección, apoyo y bendición. Salí
junto con mi esposa y mi hijo mayor al Santo
Ministerio.

Y a cada ministro de Cristo, que directa o


indirectamente ha contribuido a mi crecimiento
personal, familiar, ministerial, por cada predicación,
consejo, oración, seminario y taller del cual he
participado. Les estoy altamente agradecido.
CONTENIDO

Capítulo I 11
UN EQUIPO DE SELECCIÓN DIVINA 11
El origen de Judas Iscariote 12
Significado del nombre Judas Iscariote 15
Seleccionando a un equipo de ensueño 16
La honra del llamamiento 19
La vocación del llamado 22
Llamamiento con una misión sobrenatural 23
Llamamiento es ser llevado a un nivel de
intimidad 25
Escogidos mediante oración 28
Los doce del gobierno de Dios 30
De discípulo a apóstol 32
El apóstol Judas 36

7
Capitulo II 41
PERDIENDO EL RUMBO 41
Expresando honra a Jesús 42
El objetar precede a la traición 46
La impureza de intención lo dominaba 49
Desarrolló amor al dinero 51
Abuso de confianza 54
Represión de Jesús a Judas Iscariote 57
Desarrolló una personalidad diabólica 58
La conmoción del traicionado 62
Abrió la puerta a la plenitud del diablo 65
Cuando no se sospecha del traidor 68
La oscuridad del traidor y la gloria del
traicionado 70
La oración del traicionado 73
De la tristeza al jardín fértil 75
La ruta delatada 78

Capitulo III 81
EL PLAN OCULTO DEL TRAIDOR 81
Vendiendo la confianza de su maestro 82
El precio de la traición u ofertando a su Maestro 84
El traidor es maquinador 88
El traidor Hace parte de la mesa 91
La zancadilla del traidor 94
El ay para el traidor 97
Desenmascarando al traidor 100
El cinismo del traidor 104

8
Capitulo IV 107
LA TRAICIÓN EN SU MÁXIMA EXPRESIÓN 107
El proceso de la Traición 108
Las alianzas del traidor 110
La señal del traidor 112
El amigo que traiciona 114
El beso, gesto afectivo llegó a ser un acto de
traición 116

Capítulo V 121
EL FIN DEL TRAIDOR 121
Remordimiento en vez de arrepentimiento 122
¡Allá tú con tu conciencia! 125
Usurpando la decisión Divina 126
Un recuerdo de sangre 129
Guía del mal 131
Cambió un bien eterno por uno temporal 133
Su verdadera condición es exhibida 135
Su casa es hecha desierta 138
Su puesto de honor es dado a otro 140
Abandonó el ministerio y apostolado por la
transgresión 143
El lugar del traidor 144

Referencias Bibliográficas

9
10
CAPÍTULO I

UN EQUIPO
DE SELECCIÓN
DIVINA

E n este capítulo abordaré el proceso de


escogimiento de los discípulos de Jesús, a la
honra del llamamiento que está supeditado a la
voluntad de Dios, Él es quien escoge para el ministerio, y
los hombres deben responder a esta honra producto de
la Divinidad. También es necesario saber que uno no se
llama a si mismo al servicio ministerial, ni se auto
escoge: éste legítimamente empieza con Dios, Quien es
el autor de esta honra, y esto es un privilegio que nadie
puede atribuirse a sí mismo, sino que es designado
desde el corazón del Padre Celestial. También el ser
llamado conlleva a una acción de nuestra decisión y
tiene que ver con la respuesta a la confianza Divina que
se demuestra mediante la obediencia (Gn 22:2-3, 26:5,
Heb 11:8-12).

11
El que Jesús eligiera a los doce discípulos fue un acto
voluntario de Él, y no una decisión de méritos de ellos,
pues no depende del gusto personal, más bien tiene que
ver con una decisión soberana, que es lo que nos
habilita y capacita para cumplir nuestro ministerio. Esto
quedó bien claro cuando el Maestro expresó: “No me
elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros”
(Jn 15:16), ¿No os he escogido yo a vosotros los doce…?
(Jn 6:70). Lo que indica que ninguno puede ser discípulo
de Jesús, si no recibe un llamado previo de Él. Aunque
los discípulos no eran perfectos, pero sabemos que a los
que Dios llama, Él los perfecciona (Flp 1:6, 1 Cor 1:8).
Jesús, bajo su gracia infinita, seleccionó, preparó
mediante el conocimiento, por experiencia, y la
comunión íntima con Él, a este grupo diverso para la
obra del ministerio en su naciente iglesia, como lo
demostraré en este capítulo.

El origen de Judas Iscariote

“…, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.”


Juan 6:16

El apóstol de nombre Judas Iscariote, aparece


inmerso en la lista de discípulos, llamados a formar parte
de una fuerza creadora que penetrará y transformará su
entorno, con una misión inimaginable para ellos hasta

12
ese momento, y en adelante serían los que irían a la
humanidad con un mensaje revolucionario de vida. Es
revelador lo que la Escritura muestra sobre la historia de
este personaje tan polémico, y que ha incitado el interés
de muchos sectores para debatirlo, señalarlo o mostrarlo
como un individuo idealizado dentro de un papel que él
deliberadamente asumió por su desviación de carácter
(Juan 6:70), convirtiéndose en la persona más villana de
toda la historia, señalada como sinónimo de traición.
Por su mala decisión quedó proscrito del grupo de
discípulos iniciales y más bien se señala a Judas
Iscariote, como el que “llegó a ser el traidor” (Lc 6:16),
esto indica un proceso de descomposición interior que
no fue de la noche a la mañana, su rebelión comenzó en
lo profundo de su corazón.

Aunque muchos escritores presentan una imagen


totalmente negativa de Judas, es obvio que durante un
tiempo él fue un discípulo favorecido por la gracia de
Dios, como lo prueba su elección primeramente para
discípulo y luego para apóstol dentro del grupo de los
doce: “¿No he escogido yo a vosotros doce…?” (Jn 6:70,
Mt. 10.1-4; Mr. 3.13-19; Lc. 6.12-16). Además, Jesús le
confió el dinero del ministerio, nombrándolo tesorero,
(Jn 13:29, 12:3-6), por eso asumo que el Salvador confió
plenamente en este personaje, aunque sabía quién era
en el fondo pues su reputación se fue deteriorando. Lo
mismo hace con nosotros esperando un compromiso

13
sincero a esta gracia sin pretensión humana.

Hay algunos que han tratado de desmeritar a Jesús, al


escoger a Judas Iscariote, diciendo que falló en el
proceso de selección por esto preguntan ¿Por qué Jesús
escogió a Judas Iscariote? ¿Por qué Jesús quiso tener un
traidor en el ministerio? Allí radica la gracia de Dios
dando oportunidad al hombre pecador de cambiar de
rumbo, pero el Iscariote, desechó esa oportunidad.
Jesús, en su soberanía de discernirlo y conocerlo todo
como evidencia de su deidad (Jn 2:23-25), sabía desde
el principio que Judas no creía, que le entregaría y era un
diablo, así se registra en la Escritura: “Porque Jesús sabía
desde el principio quiénes eran los que no creían, y
quién le había de entregar” “y uno de vosotros es diablo”
“porque éste era el que le iba a entregar, y era uno de los
doce” (Jn 6:64, 70,71,). Esto evidencia el carácter de
Judas, desde el principio era un hombre de malas
intenciones, descarrilado, Pero, no por eso dejó El Señor
de insistir en su arrepentimiento.

Pero dejemos que sea la misma Biblia que nos


muestre la verdadera imagen de tan controversial
individuo. A lo largo de este libro me ceñiré al texto
Sagrado (La Biblia), para descubrir cada una de las
facetas donde aparece el que llegó a ser el traidor.

14
Significado del nombre Judas Iscariote

El nombre Judas era un nombre común entre los


varones judíos de aquel tiempo; es la forma griega de
Judá, hoy se fue al traste, es sinónimo de traición, es
despectivo llamar Judas a alguien, se ha hecho un
monumento que ha marcado las generaciones. Por eso
le ha sido merecedor a él, que su nombre sea sinónimo
de traición, y de cosas malas, y ésta a su vez sea una de
las palabras más detestables del mundo.

Según los Evangelios a Judas, se le conoce como el


“Iscariote”, el significado de esta palabra es
controvertido y tiene varios significados o acepciones:
Se cree que proviene del hebreo “seqarya”, que podría
significar “el mentiroso”, “el hipócrita”, lo cual es
concordante con el papel que jugó con el Maestro. O tal
vez puede provenir del término hebreo “Ish Queriyot”,
que significa “varón de Queriyot”, ésta es una población
al sur de Hebrón, un pueblo de Judea. Lo que nos deja
ver entonces es que Judas, es el único discípulo
coterráneo con Jesús, quien también era de Judea, esto
debió crear una buena empatía con el Maestro. Algo
que para Judas, debió ser de mucha relevancia, pues
como se sabe el resto de apóstoles eran de la provincia
de Galilea. Otro posible origen tiene que ver con el
apelativo “Iscariote” que haría referencia a una posible
militancia de Judas en el grupo de los Zelotes, también

15
llamados, como se sabe, sicarios, notablemente similar
a Iscariote. “Sicarioth”, referente a asesinos políticos
que abundaban por Judea en tiempos del señor Jesús.

En los Evangelios se dice que era hijo de un hombre


llamado Simón, aunque en Las Escrituras, se suministra
poca información directa sobre el origen de su familia y
sus posibles antecedentes. Pero sí nos dice con claridad
que tanto él como su padre se llamaban Iscariote. (Lc
6:16; Jn 6:71). En la actualidad el sólo mencionar el
nombre Judas Iscariote, presagia animadversión hacia el
personaje desleal, complicado, controvertido y traidor.
Es la persona más villana de toda la historia.

Seleccionando a un equipo de ensueño

No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los


escogí a ustedes
Juan 15:16

“¿No he escogido yo a vosotros doce…?”


Juan 6:70

Los criterios para ser admitido como parte en este


equipo de ensueño, fue una iniciativa Celestial, bajo la
dirección del mejor líder de la historia Jesús, ellos
llegarían a transformar el mundo conocido hasta

16
entonces.

En su divina elección, el Maestro escogió a sus doce


discípulos; no fue una selección arbitraria, sino más
bien una escogencia específica, cómo le indicó a Él su
Padre (Jn 17:12, 18:9). Éste llamamiento, es el más
grande ministerio que hombre alguno puede recibir,
para formar parte de su grupo íntimo. Este proceso de
selección fue determinado por una noche en oración,
mediante la guía del Padre Eterno (Mc 3:16-19, Mt 10:1-
4, Lc 6:12-16, Hch 1:13). Cada vez que la lista de los
doce discípulos aparece en la Escritura Bíblica, se
mantiene un orden semejante, y Pedro, aparece en
primer plano en todas las listas (Mt 10:2), además en ella
se puede notar como una trilogía de subgrupos de
cuatro apóstoles y siempre hay un nombre en cada uno
de ellos que es el mismo. Es curioso que Judas Iscariote,
siempre esté al final de cada lista, con algunas
descripciones tales como: “llegó a ser el traidor” (Jn
6:16, Lc 6:16), “el que también le entregó” (Mt 10:4, Mc
3:19), estas afirmaciones señalan la maldad de una vida
traicionera. Judas, no solo fue malo, es el peor de todos.

Hasta donde sabemos cuatro de los discípulos tenían


el oficio de pescadores, quienes tenían familiaridad
formando dos grupos de hermanos (Simón Pedro y
Andrés; Pedro, su nombre significa “piedra” y lo más
seguro es que describe el carácter y la labor que este

17
desarrollaría, Jacobo y Juan; a estos dos hermanos,
Jesús, les puso por apellido “Boanerges”, un término
arameo que traduce hijos del trueno, lo más seguro es
que les fue puesto este sobrenombre por la personalidad
explosiva, intensa o extravertida de ellos, (Mt 18:2), con
mucha frecuencia a este el primer subgrupo de cuatro
siempre se les ve cerca de Su líder espiritual.
Seguidamente nos encontramos con unos verdaderos
amigos íntimos, estos son: Felipe y Bartolomé
(Natanael), a ellos se les observa muy juntos (Jn 1:43-
51). Que decir de los dos excobradores de impuestos
Mateo (Levi) llegó a ser el escritor del Evangelio que
lleva su nombre, coligado con Tomás, a quien se le
conoce más por el incrédulo, pero hermanado por el
mismo oficio con Mateo, éstos debían ser compañeros
con anterioridad (Mt 9:13). Los menos conocidos o
poco visibles de esta lista son Jacobo, el hijo de Alfeo y
Lebeo por sobrenombre Tadeo.

Clausurando la lista se encuentran Simón el


cananista, que según se dice era un revolucionario,
partidario de los Zelotes, un grupo para acabar con la
dominación romana en Palestina, antes de enfilarse a la
causa de Jesús, y por último Judas Iscariote, el cual le
traicionó y a quien le llamaron a la más grande
dignidad: ser parte de un grupo divinamente escogido.
Estos personajes eran todos de Galilea, a excepción de
este último de la Lista conocido como el traidor, quien

18
era de Judea.

La honra del llamamiento

Y subió al monte, y llamó a Si a los que Él quiso: y


vinieron a Él.
Marcos 3:13

El proceso de selección de los discípulos al


llamamiento ministerial, está supeditado a la voluntad
de Dios, Él es quien llama a Su servicio, y los hombres
deben responder a esta honra, producto de la Divinidad.
1
La palabra griega “llamó” enfatiza el hecho de que
Jesús, actuó según su propio interés soberano, cuando
escogió a sus aprendices. Esto muestra qué el
llamamiento ministerial es una iniciativa del Cielo, es el
favor del Creador, poder usar hombres mortales y
pecadores para un trabajo de los más altos
requerimientos. Nos asombra nuestra mente finita, que
sólo un Dios bueno es capaz de confiar en nosotros en la
misión evangelizadora. Para la gran obra que Jesús
inició requería de doce hombres que respondieran al
llamado más relevante en la vida, y ese grupo aceptó
con emoción ser parte de la iniciativa Celestial.

Aunque no eran perfectos, Jesús eligió a estos


discípulos como Tomás, quien era un incrédulo (Jn
20:24-29), eligió a Pedro quien tenía un carácter

19
pavoroso, él era alguien colérico, Impulsivo, impetuoso
y extrovertido (Mt 14, 27-30; 16, 21-23), eligió a Felipe
que no creía en los milagros y buscaba lo visible (Jn 6:5-
7, 1:43-44)... Y también eligió a Judas, cuyo nombre ha
pasado por antonomasia como sinónimo de traición, y
animadversión popular (Lc 6:16; Mt 10:4; Mc 3:19),
Jesús, eligió a Judas, sin embargo, la escogencia divina
fue desviada por la incredulidad al igual que sucede con
muchas personas en el mundo.

El solo decir que alguien es un Judas, da como


consternación y recelo, por lo que él hizo, él era un
hombre elegido, él oraba, sanaba, liberaba, pero
terminó mal porque su vida espiritual no estaba bien, no
imitó el estilo de vida de Cristo Jesús, no tenía el carácter
ni la forma de pensar de su Maestro.

Los discípulos no eran personas influyentes, ninguno


de ellos era alto funcionario en la sinagoga. Eran
hombres sin educación y del vulgo (Hch 4:13), pero
estaban dispuestos a dejarse enseñar. Quien escoge para
el ministerio es Dios y el deber decisorio del hombre es
responder a este llamado. También, es necesario saber
que uno no se llama así mismo al servicio, ni se
autoescoge. El llamamiento legítimo empieza con Dios,
Quien es el autor de esta honra, y esto es un privilegio
que nadie puede atribuirse a sí mismo, (Rom. 1:1, Heb
5:4, Jn 15:16, 1 Cor 1:1).

20
Recordemos que Jesús, llamó a los que él quiso y Él
enlistó a Judas Iscariote, y éste respondió con la más
sincera devoción, aunque en el proceso no permitió la
plena transformación que obra el Espíritu Santo y no fue
apto para realizar todas las exigencias del llamamiento y
la misión confiada. Recordemos que previo a la
selección, Jesucristo, pasó una noche en oración para
hacer una escogencia sujeta a los designios de su Padre
(Lc 6:12). Es necesario comprender que el haber sido
llamado conlleva una acción de nuestra decisión y tiene
que ver con mi respuesta a la confianza de Dios y esta se
demuestra mediante la obediencia (Flp 2:5-8, Mt
26:42,).

Las personas siempre se preguntan ¿Por qué Jesús


escogió a Judas Iscariote? ¿Por qué Jesús quiso tener un
traidor en el ministerio? Esa es la gracia de Dios dando
oportunidad al hombre pecador de cambiar de rumbo,
pero el desechó esa gracia.

En su soberanía Jesús sabía desde el principio que


Judas no creía, que le entregaría y era un diablo, pero no
por eso dejó de insistir en su arrepentimiento (Jn 6:64,
70,71). Es muy importante saber que el ser escogido
para el ministerio es un honor como lo dice el escritor de
la carta a los hebreos: “Nadie toma este honor para sí
mismo, sino que lo recibe cuando es llamado por Dios,
así como lo fue Aarón.” (Heb 5:4 Biblia de Los Hispanos)

21
La vocación del llamado

Y estableció Doce, para que estuviesen con Él…


Marcos 3:14

En el comentario de la Biblia Plenitud, se encuentra


una definición de la palabra estableció2 y expresa que el
significado de esta palabra es: “hacer algo de alguien”.
Jesús quería troquelarse en sus más cercanos servidores,
que aprendieran su vida y carácter, que aplicaran su
escala de valores a la vida moral, familiar, laboral,
social, política y económica, para que de esta forma
llegaran a ser alguien digno del ministerio (2 Cor 3:18, Ef
4:22-24, Rom 8:29, 1 Jn 2:6, Ef 4:20).

Lo que nos deja ver la Biblia, es que Judas Iscariote,


no fue un infiltrado, no sé autonombró, ni sé auto-
enlistó. Fue escogido y establecido mediante una noche
de oración al Eterno, para estar al lado de Jesús, fue
ordenado para formar parte del selecto grupo de los
doce, parte del círculo íntimo del Salvador, y ésta es la
vocación primaria de un verdadero discípulo, estar con
su Maestro, porque es en la permanencia que se puede
llevar fruto (Jn 15:4-5). El Cielo estableció en este
discípulo, la confianza Divina. El que conoce los
tiempos y los corazones, sabía desde el principio que
Judas no creía, que le entregaría y era un diablo, así lo
dice la Biblia en (Jn 6:64, 70,71) con todo y eso al

22
principio era un hombre con deseos de agradar a Dios, y
él respondió a la escogencia de su llamado. El que Jesús
escogiera a este discípulo en particular fue un acto
voluntario de Él, y no una decisión de mérito de Judas,
pues esto no depende del gusto personal, sino de un
llamado Divino, que es lo que nos habilita y capacita
para cumplir sus requerimientos, es bueno aclarar que
ninguno puede ser discípulo de Jesús, si no recibe un
llamado previo de Dios mediante el Evangelio (Jn 6:44,
Rom 10:17). Judas desprecio la honra de pertenecer al
grupo de los doce, siendo esto un gran honor... Por darse
libertades pecaminosas como veremos más adelante.

Llamamiento con una misión sobrenatural

Y para enviarlos a predicar, y que tuvieran


autoridad de sanar enfermedades y de echar fuera
demonios…
Marcos 3:14-15

Los llamados fueron acompañados de poder


sobrenatural, para predicar, sanar y liberar cautivos,
fueron tres encargos de poder dado a sus nuevos
discípulos, entre ellos al Iscariote, quien fue revestido de
la autoridad Celestial, para tener injerencia en el mundo
tanto físico, como espiritual, habilitado por el Creador
para ejercer en su nombre autoridad delegada, para

23
intervenir en beneficio de los oprimidos por el diablo (Lc
9:1, Mt 10:1). Él recibió este poder, fue revestido, se le
otorgó, Dios confió en este personaje, no se le limitó,
porque el cielo confía en nosotros los humanos, Dios
nunca pierde la confianza en nosotros, Él nos favorece
en su gracia y por eso estas tres disponibilidades de
poder estaban en Judas, como un acto de gracia en vaso
de barro.

Él fue elevado a un nivel de sobrenaturalidad por un


acto Divino, soberano y de gracia para ejercer la
autoridad y el poder de Dios en la tierra, aún cosas que
no le son permitida a los ángeles (1 Pe 1:12), vinieron a
ser parte de la vida de este discípulo, él siendo miembro
del grupo de los doce estaba investido de la autoridad
delegada para ejercerla en la tierra. Y lo más cierto es
que debió ser maravillado, porque antes Jesús lo hacía y
ellos lo veían, ahora ellos lo hacen y El Divino Salvador
los observa. ¿Quién puede confiar su autoridad y poder
milagroso a alguien que más tarde llegaría a ser el
traidor? Pues eso sólo lo hace la gracia soberana de Dios
(2 Tim. 2:13), que le permitió estos privilegios. Aparte de
la gracia que se nos otorga en Cristo, nada nos habilita a
nosotros para poder disfrutar de tan grandes
prerrogativas de los cuales, el que llegó a convertirse en
traidor ahora era depositario de autoridad para ejercer
poder, para predicar, sanar enfermos y echar fuera
demonios.

24
La palabra autoridad3 según el diccionario Strong:
“viene de Exousia, esta es una de las cuatro palabras
para poder (dunamis, exousia, ischus y kratos). Significa
la autoridad o el derecho de actuar, habilidad,
privilegio, capacidad, autoridad delegada.” Lo que
observamos es que nuestro Señor le entregó autoridad
delegada a Judas, para predicar, sanar y liberar a los
oprimidos, él era residente del poder de Dios como un
acto de gracia.

Llamamiento es ser llevado a un nivel de


intimidad

Y a Judas Iscariote, el que le entregó: y vinieron a


casa
Marcos 3:19

En nuestro análisis sobre el discípulo Judas, al aguzar


los sentidos observamos cómo El Maestro, le fue
llevando a niveles de intimidad sin discriminación
espiritual alguna, él era del círculo íntimo, la base de la
naciente iglesia, fue llamado para ser alguien al lado del
Maestro, introducido a la casa del Padre. La base del
ministerio del Señor, estaba en Capernaum,
probablemente era la casa de Pedro, Jesús en este lugar
estableció su residencia, el campamento general y
centro de resplandor de su ministerio en Galilea. En esta

25
casa Él vive, sana, enseña, predica, echa fuera
demonios, e adiestra a los discípulos (Mc 1:29, 3,20; Mc
4,10-11; Mc 3,31-35, Mt 8:14). Sea cual fuere esta casa
se convirtió en el lugar de la camaradería, del centro
formativo, donde compartían las anécdotas, reían,
gozaban del ósmosis trasformador propio de la relación
íntima con su líder. El diccionario de la Real Academia
Española en una de sus connotaciones define la
ósmosis4 como: “Mutua influencia entre dos personas o
grupos de personas, sobre todo en el campo de las
ideas”.

Allí en su base era un espacio donde sus ideas fuera


de enfoque eran ajustadas, su carácter moldeado, era un
espacio de mucha intimidad para los que estaban dentro
de la casa, los de afuera solo escucharían los murmullos,
pero en el interior de la vivienda, al lado del Salvador
todo es una gloria de poder y sabiduría. Sitio reservado
exclusivamente para su equipo de ensueño, del cual
Judas Iscariote forma parte por llamado Divino,
convidado a la mesa de la comunión. Venir a casa es
poderse estirar después de una faene agotadora, ésta es
símbolo de refugio, protección, es la que te aleja de un
exterior convulsionado, donde puedes ser transformado
por sus enseñanzas aún más en la intimidad, pues estos
privilegios están destinados a los de adentro.

Estar en la casa con Jesús, era para sus dirigidos entrar

26
en una estructura familiar para que aprendieran la
verdadera relación entre Él como Maestro y ellos como
discípulos. La casa tiene que ver con la convivencia
humana que se desarrolla orgánicamente mediante el
interactuar y no sólo desde el aspecto físico. Jesús, está
formando una familia; cada uno de sus discípulos hace
parte del entorno donde Él aparece, era un gran honor
ser invitado a estar al lado del mayor de los líderes que el
mundo ha conocido.

Hacer parte del grupo de ensueño era un privilegio de


intimidad y circulo máximo otorgado por Dios, y fue
dado sólo a doce, entre ellos el que llegaría a ser el
traidor. Lo que esto me muestra es que el cielo no se
detiene por los que optan en desviarse por el camino
traicionero, por esta razón los que están en autoridad
tampoco se deben detener, si en su trasegar aparecen en
su entorno estos personajes, que cambian lo que tiene
peso en la eternidad por lo efímero (Gn 25:32-34, Heb
12:16-17). Usted que ha sido llamado al ministerio debe
tener en gran valor el hecho de haber sido llamado a tan
alta dignidad, no tire por la borda este gran honor,
mucho menos traicione la confianza de las personas
puesta en autoridad por Dios para dirección en su vida,
pues el hacerlo te hace ser de la misma categoría que el
traidor Judas.

27
Escogidos mediante oración

Por aquel tiempo se fue Jesús a la montaña a orar, y


pasó toda la noche en oración a Dios. Al llegar la
mañana, llamó a sus discípulos y escogió a doce de
ellos, a los que nombró apóstoles.
Lucas 6:12-13

Es muy frecuente encontrar en el Evangelio a Jesús


orando previo a cualquier circunstancia, siendo Él, hijo
de Dios. Todos sus asuntos los llevaba al Padre Celestial
en oración (Lc 3:21; 5:16; 9:18 28, 29; 11:1; 22:32,40-
46). Una selección del equipo por medio del cual se
perpetuaría la Iglesia, no debía hacerse a las carreras.
Según leemos, Él realizó una vigilia de oración “se fue
Jesús a la montaña a orar, y pasó toda la noche en
oración a Dios (Lc 6:12)”. Este es el mejor método para
elegir líderes, pedirlos al Padre. Jesús, no solo enseñó
este principio de pedir obreros: “La mies es mucha, pero
los obreros pocos; rogad, por tanto, al Señor de la mies
que envíe obreros a su mies” (Lc 10:2 NVI, Mt 9:38), sino
que Él mismo lo aplicó, porque el orar era parte de su
vida de dependencia a Su Padre, por eso buscó la
voluntad Divina para esta gran selección. Cuando los
obreros son venidos del corazón de Dios mediante la
oración de sus líderes, la cosecha es exitosa. El que entra
en el secreto de Dios, tendrá la visión y discernimiento
espiritual para escoger los llamados del corazón del

28
Eterno (Hch1:24-26). ¿Cómo sería esa oración del
Maestro? ¿Con tantos discípulos que lo seguían? ¿Sería
una oración pidiendo al Padre, que le revelara quienes
debían hacer parte de su selecto grupo? Una noche en
oración para escoger doce hombres, un gran ejemplo.

Más tarde, el Señor aseveró, que el Padre, le había


dado esas doce personas: “A los que me diste del mundo
les he revelado quién eres. Eran tuyos; tú me los diste y
ellos han obedecido tu palabra”. (Jn 17:6 NVI) Sus
discípulos posteriormente tomaron esta Palabra para
demostrar que El Padre, le había dado a Jesús, a cada
uno de ellos: “Esto sucedió para que se cumpliera lo que
había dicho: «De los que me diste, ninguno se perdió.»
(Jn 18:9 NVI). Él los pidió y del Cielo vino la respuesta, Él
rogó y su equipo Le fue dado. Esto revela que lo primero
que una persona en autoridad delegada debe hacer es
orar pidiendo sus coequiperos. La selección del Cielo es
mejor, son menos los riesgos. ¿Quién escogió a Judas
Iscariote? Pues el Padre Celestial, pero la vida de este
personaje se fue despegando de los ideales del Reino de
Dios, para asumir ventajas terrenales, que lo hicieron
caer de su llamamiento santo como conoceremos más
adelante.

Lo relevante en esta escena es que todo líder será


triunfante en la medida en que previo a cualquier
eventualidad cultive una vida de oración. Sin oración es

29
imposible prosperar en los asuntos cotidianos e
importantes de la vida, Jesús era apasionado en dedicar
tiempo en el secreto con Su Padre, de allí Su éxito en el
ministerio. Toda decisión importante en la vida de Jesús,
la tomaba a partir de la oración, esta precedía a la
acción. Y esta debe ser la opción preferencial de
cualquier líder que como usted quiere ser fiel a Dios.

La oración5 “es la expresión vital más importante de la


fe cristiana (1Tim 2:1). Además, es realmente el signo
distintivo del cristiano. Para el creyente Jesús, es el
modelo en quien debe inspirarse el que ora (Lc 11:1)”.
La gran relevancia de la oración en la vida de Cristo,
debe ser el ejemplo primordial para todo servidor de su
obra.

Los doce del gobierno de Dios

Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y


escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles.
Lucas 6:12

Mediante la oración fue armándose la lista de los


doce nombrados, de un creciente grupo de seguidores
de Jesús. Debió ser un momento muy emocionante
esperar encontrarse en esa selección, todos esperaban
sentados, pero con el corazón palpitante listos a

30
escuchar su nombre, pero poco a poco las posibilidades
se fueron cerrando, cuando el último escogido de la lista
se escuchó: Y por último “Judas Iscariote”, a lo mejor se
levantó, alzó los brazos con su rostro al cielo para
agradecer el ser tenido por digno de semejante
privilegio especial, formar parte del círculo íntimo del
Hijo de Dios. ¡Qué gran honor! Siempre el llamamiento
será un acto de gracia que no merecemos y esto nos
debe llevar a tener un corazón agradecido.

Es público que Jesús, tuvo muchos discípulos, y entre


ellos seleccionó a doce a quienes facultó de forma
determinada como “apóstoles” (Lc 6:12), para que
fueran sus más inmediatos asistentes. El gran teólogo
Matheo Henry, comenta sobre esto diciendo6: “Nunca
hubo hombres tan privilegiados como estos y, sin
embargo, uno de ellos resultó ser un traidor… Con todo
ésto no podemos decir que Cristo se engañara al escoger
al Iscariote. ¡Oh, cuan profundo es el ministerio de la
Gracia Divina, junto al de la responsabilidad humana!”

En total sólo fueron doce los privilegiados, según el


doctor Luciano Jaramillo Cárdenas, en su libro “mensaje
de los numero dentro y fuera de la Biblia”, habla del
número doce lo siguiente: “El doce es el número de las
dimensiones especiales y a la vez el número de la
perfección. En la Biblia representa al pueblo de Dios y la
consumación del Reino: Doce tribus; Doce apóstoles7”.

31
Hasta donde sabemos este número doce es el del
gobierno de Dios. Y estos fueron ordenados para formar
parte del número de gobierno, debido a que éste es
representativo de la Iglesia establecida por Nuestro
Salvador. El fundador de la Iglesia, seleccionó a los doce
apóstoles. Y a ellos les dio la garantía que se sentarían en
doce tronos, y juzgarían a las doce tribus de Israel. Así lo
expresó: «cuando el Hijo del Hombre se siente en el
trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido
también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las
doce tribus de Israel» (Mat. 19:28).

Este era un lugar de honor para sus apóstoles, ellos


eran reconocidos y divinamente enviados (Mc 6:7) Todo
llamamiento a servir a Dios es un honor, que no tenemos
como pagar. Recuerde siempre que usted no se lo ha
ganado, es la gracia de Dios sobre su vida.

De discípulo a apóstol

Al llegar la mañana, llamó a sus discípulos y


escogió a doce de ellos, a los que nombró apóstoles.
Lucas 6:12

No se puede pretender ser apóstol, sin antes ser


discípulo. El asunto es que algunos se autodenominan
así mismos apóstoles, pero no han querido ser instruidos

32
o enseñados, por lo tanto son falsos (Ap 2:2, 2 Cor
11:13). Si nos fijamos en la dinámica de Jesús, Él primero
tuvo estudiantes y más tarde ellos fueron enviados como
apóstoles, entonces sería pertinente definir lo que
significa cada una de estas facetas. Un discípulo8 según
el pastor Carlos Ortiz en su libro Vocación de Discípulo,
“Es el que aprende a vivir la vida de su maestro,
enseñando después a otros a vivir su vida”. En la Biblia
de estudio MacArthur, se define así: “Discípulo9 significa
estudiante, uno que está siendo enseñado por otro.”

En griego la palabra discípulo se deriva del verbo


aprender, traducido literalmente aprendiz “en la
literatura clásica, la connotación de la palabra da a
entender uno que acepta y sigue a un líder o a un
movimiento”. Pero aún más el concepto de discípulo
está estrechamente relacionado con misión. Una de la
más grande definición de “discípulo” fue la dicha por el
mismo Señor cuando dijo: “Luego Jesús dijo a sus
discípulos: —Si alguno quiere ser discípulo mío,
olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame” (Mt
16:24 DHH). Es decir que según Él hay que “olvidarse
de sí mismo” para pensar y vivir conforme Jesús. Es
importante saber que el discipulado no es enseñar mi
conocimiento, para que sepa lo que yo conozco, si no
que sea lo que yo soy. Eso era precisamente lo que Jesús,
estaba haciendo con sus estudiantes, que aprendieran
su vida y vivieran como Él vivió (Mt 11:29, Jn 13:15).

33
Los discípulos están llamados a imitar a su maestro en
su estilo de vida. Así San Pablo lo dijo: Sed imitadores de
mí, así como yo de Cristo. (1 Cor 11:1 VRV 1960, Flpe
2:5). Los discípulos de Cristo fueron convidados a vivir
el estilo de vida de Él, quienes aprendieron su vida
fueron promovido por la gracia Divina a pasar al otro
nivel, el Apostolado. Debemos saber que no se puede
pretender ser Apóstol, sin antes haber sido discípulo,
ésta es la dinámica del Reino, recibir la formación para
llegar a ser como es Jesús, Él los escogió para troquelar
su vida en ellos, y luego que ellos fueran modelos para
otros. Los verdaderos discípulos no traicionan a su líder,
caminan a su ritmo y viven lo que les ha sido enseñado
como ejemplo.

Para ser promovido al nivel de apóstol, se requirió


primero ser discípulo, hay una ley que define el famoso
escritor: Dr. Mike Murdock, en su libro “La Ley del
Reconocimiento”, allí se escribe sobre la Ley de la
Promoción 10 que enseña: “solamente puedes ser
promovido por alguien cuyas instrucciones hayas
obedecido.” Esto nos indica que sin obediencia no hay
promoción. Al pasar de discípulos a apóstol, lo que
observamos es que los discípulos fueron promovidos
por su Maestro, como sus enviados o apóstoles, luego de
pasar el proceso de aprender a vivir Su vida. Si usted no
aprende a vivir la vida de Jesús, déjeme decirle que no
será promovida, porque La obediencia precede a la

34
promoción. Si usted es un discípulo, cuide bien de vivir
conforme un imitador de quien le enseña a vivir, no se
desvié de la senda de la fidelidad.

En este momento, sería muy oportuno hablar un poco


de lo que es un “Apóstol11” esta palabra viene del griego
“apostellö” que significa enviar, despachar, hacer ir. Esta
palabra “apostellö” aparece 131 veces en el nuevo
testamento mostrando su importancia para la
cristiandad. Los primeros apóstoles habían aprendido a
vivir la vida de su Maestro, habían sido llamados, ellos
estuvieron con Él. Es importante saber que la vocación y
la misión de un apóstol, es producto del Salvador y de su
Padre Celestial, no es iniciativa humana, como algunos
presuponen, un llamamiento tan santo debe tener su
centro en Cristo. En ningún caso un apóstol se
autonombra, aunque en el presente siglo son muchos
los que ostentan este título, pero carente de una
verdadera encomienda celestial, y lejos de las
verdaderas señales propias de este estilo de vida (2 Cor
12:12,) esta inicia con una evidencia de carácter con
“toda paciencia”. San Pablo también señala a los falsos
apóstoles que visitaban en Corinto como ángeles de luz
(2 Cor 11:13-15). Una de las iglesias en (Apocalipsis 2:2)
fue alabada por desechar a los falsos apóstoles, por eso
se les dijo: “has probado a los que se dicen ser apóstoles,
y no lo son, y los has hallado mentirosos”. Estos
apóstoles no andaban conforme el estilo de vida de

35
Cristo, sino su propio evangelio y su propia red
apostólica.

Observamos que para ser apóstol primero se debe ser


discípulo, uno que ha sido troquelado en Jesús, cuyo
modelo de vida es la de su Maestro y se conforma a su
estilo de carácter. Los doce tuvieron el privilegio
honorífico de ser tenido por dignos, de ser enviados
como apóstoles por el mismo Cristo (Lc 6:12), entre los
cuales también estaba el que más tarde le traicionaría.
Un apóstol nunca debe dejar de ser discípulo, ni llegar a
creer que es superior a los demás (1 Cor 15:9, Ef 3:8), ni
transgredir las ordenanzas de su maestro para vivir en su
propia vida (Flp 3:18, 2 Cor 11:12-14), pues esto lo lleva
al nivel de los que desarrollan traición en su ser como
Judas.

El apóstol Judas

Y Judas Iscariote, que también fue el traidor.


Lucas 6:16

Un hombre puede tener un llamado legítimo y Santo,


pero esto en sí solo no es garantía de que su vida será
intachable, a menos que esté dispuesto a morir a sí
mismo. Sino vivimos conforme el discipulado de Cristo,
nos podemos desligar de Él (Gál 5:4, 1:6).

36
El haber sido, Judas Iscariote, uno de los doce
Apóstoles de Jesucristo, fue un privilegio sublime,
encontrarse exclusivamente entre a quienes el Señor
designó por mandato Divino. El Iscariote fue depositario
de esta gracia, más allá de sus carencias. Judas, podía
decir como San Pablo: “Doy gracias al que me fortalece,
Cristo Jesús nuestro Señor, pues me consideró digno de
confianza al ponerme a su servicio.” (1Tim 1:12 NVI).
Para que este personaje fuera un apóstol, y estuviera
dentro del grupo de los llamados y ordenados por Cristo,
se necesitó un acto de gracia, el ser considerado digno
de tan semejante honor, era un tesoro en vaso de barro.
Solo la gracia de Dios nos habilita para tan noble
privilegio y solo la fortaleza Celestial nos puede ayudar
a responder con altura ante el llamamiento Divino (Jds
24). La gracia Divina, a la mente humana a veces es
incomprensible, pero ella otorga privilegios que al
juicio y razón humana no se admite (1 Cor 15:10), por
eso es gracia y en ella Dios nos otorga lo que no nos
merecemos, a sabiendas de que nuestra responsabilidad
no estará a la altura de nuestro llamado en muchos
casos, pero Él confía en nosotros, Dios nos considera
dignos de estar en Su servicio, Él nos hace competentes
por Cristo (Rom 9:16, 2 Cor 3: 4-6).

Quien puede negarle al Iscariote, el privilegio que el


cielo le otorgó, ser uno de los doce, si en un acto de
complacencia fue tenido por fiel de ser puesto en el

37
ministerio. Solo la gracia de Dios, hace posibles que
hombres infieles como nosotros puedan ser tenidos por
fieles o dignos, y ese acto Divino, quiere que vivamos
digno y a la altura de este favor. Sólo el hombre mismo
en sus malas decisiones puede deslizarse y apartarse de
esa gracia. Bien lo dijo San Pablo cuando escribió: “Así
que, el que piensa estar firme, mire que no caiga” (1 Cor
10:12).

Uno no entra al ministerio o servicio por sus propios


méritos o bondades, pues nunca calificamos para tal
posición aparte de la confianza favorable que se nos
otorga, que nos concede la habilidad Divina para
ejercerlo. Estar en el ministerio es un acto de gracia no
de meritocracia. Nunca seremos lo suficientemente
buenos para merecerlo, solo su gracia nos ayuda a ser
obreros auténticos, si no nos deslizamos. Así lo aseveró
el Apóstol Pablo cuando escribió: “Porque yo soy el más
insignificante de los apóstoles, que no soy digno de ser
llamado apóstol…” “Pero por la gracia de Dios soy lo
que soy… (2 Cor 15:9-10).

Por esta razón debemos preguntarnos ¿Quién podría


arrebatarle este privilegio al que llegó a ser el traidor? ¿El
mundo? No, ¿El diablo? Tampoco, quien más sino el
mismo, quien fue cediendo su corazón a otros intereses,
que lo llevaron a vivir indignamente de su llamado
santo. No fue responsable frente a la gracia que se le

38
concedió. Dios hace un llamado soberano y libre a sus
escogidos, y ellos pueden en su libre decisión responder
a ese privilegio, o abiertamente desligarse como hizo
Judas, en este caso esta gracia resultó en vano.

El cielo otorga grandes privilegios y cuando los


llamados se entregan a otros oscuros beneficios, el fin es
triste y lamentable. Por eso es menester que vivamos
dignos de nuestra vocación, como lo dice la Escritura:
“Yo, pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como
es digno de la vocación con que fuisteis llamados.” (Ef
4:1) por esta razón hay que estar vigilante en todo
tiempo. Sabiendo que no hemos sido seleccionados por
ser los más calificados, o por méritos personales, o por
ser los más adelantados, sino por su gracia, como Jesús
lo expresó: “Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo
los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan”
(Jn 15:16 DHH). Usted puede responder al llamado o
no, pero también después de responder, si se descuida
de su verdadero llamamiento, otros intereses lo pueden
hacer descarrilarse del Santo Ministerio como Judas
Iscariote lo hizo. Guarde su corazón y decida empezar
bien y terminar su llamado siendo fiel a Dios.

39
40
CAPÍTULO II

PERDIENDO
EL RUMBO

C uando un líder comienza a perder el aprecio a


su autoridad, se va alejando en el uso de la
honra como estilo de vida, para reconocer a quien le
preside. Así lo mostraré más adelante que en vez de
honor, el traidor da objeciones, críticas, abuso de
confianza, impureza de intención, amor al dinero,
rebelión, conspiración y es traidor a su mentor entre
otros males.

Cuando el dirigido no reconoce completamente la


importancia de honrar a los hombres y mujeres de Dios,
al igual que a los que le han sido puesto para su
dirección en la vida; se vuelve hostil, y el no hacerlo le
hace perder el rumbo de su verdadero llamado y

41
vocación (1 Tes 5:12). Indicaré también que un traidor,
va desaprobando los actos donde su líder es honrado y
del cual él no puede aprovecharse (Jn 12:4-6). Además,
abordaré las señales que muestran cuando una persona
está rayando en la línea de la traición.

Expresando honra a Jesús

Seis días antes de la Pascua llegó Jesús a Betania,


donde vivía Lázaro, a quien Jesús había resucitado.
Allí se dio una cena en honor de Jesús. Marta servía, y
Lázaro era uno de los que estaban a la mesa con él.
Juan 12:1-2

Los verdaderos discípulos de Jesucristo, siempre


encuentran motivos para expresarle amor, honra y
honor. Es importante reconocer que el primer paso para
caminar en distinción hacia los que Dios ha puesto en
autoridad sobre nosotros, es reconocer su valor como
las personas que Dios ha enviado a ministrarnos y
cuidarnos. Es importante preguntarnos a nosotros
mismos ¿Estoy valorando a los líderes que Dios ha
enviado a ministrarme y cuidarme?

En los versículos anteriores del Evangelio de Juan


12:1-2, El lugar geográfico mencionado es Betania,
donde Jesús, se quedó en la última semana de su vida

42
terrena, es allí donde se muestra un verdadero acto de
humilde devoción y amor por su Maestro. En esta
ocasión le ofrecen una cena a Quien debían el sentido
de sus vidas. ¿Por qué una cena? Porque ésta era la
comida principal del día, considerada como el ágape
familiar, después de la faena laboral. El propósito de esta
comida era “una cena en honor de Jesús”, ofrecer su
respeto y gratitud. Se nos ha enseñado que el brindar
una cena puede tener muchos motivos, pero en este
caso su relevancia radica en la amistad y manifestación
de honor a su líder Jesucristo, es un reconocimiento
como estimación de la posición y dignidad que Él se
merece.

Es necesario decir, que tu crecimiento como un líder


de éxito depende de muchas cosas, entre estas: amar,
honrar, dar honor y someterse a los que han sido
colocados en posiciones de autoridad sobre tu vida,
especialmente a sus pastores, padres, lideres, maestros,
autoridades o jefes. Así lo dijo San Pedro: “Honrad a
todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al
rey” (1 Pe 2:17)

Cuando hablamos del honor generalmente se aplica


al evento que se realiza para honrar a una persona,
aunque está relacionado con la dignidad, como en este
caso donde hacen una cena “en honor de Jesús”, por la
razón que lo que es honrado, es porque es reconocido y

43
lo que es reconocido es celebrado, por este motivo ellos
están alrededor de su líder para honrarlo. La honra debe
ser entendida como respeto, aprecio y buena opinión
que se tiene de las cualidades morales, y de la dignidad
de una persona. Además, no es algo que la persona se
debe ganar es más bien un obsequio que determinamos
dar.

Cada uno de los organizadores tenía un motivo


especial para dar honor y honra a Jesús; Lázaro, por
haber sido resucitado de los muertos (Jn 11:43-44, 12:1,
9,17), Simón el leproso por su sanidad (Mt 26:6, Mc
14:3), Marta y María agradecidas por la resurrección de
su hermano Lázaro (Jn 12:1-2, 3) cada uno por los
beneficios recibidos. Sólo quien va perdiendo la
reverencia y aprecio a la autoridad, padres, amigos,
hermanos, cónyuge, amigos, o jefes, se va alejando de
usar la honra como estilo de vida para reconocer a
quiénes Dios ha puesto para guía en la vida. Así lo
veremos más adelante que en vez de honor y honra el
traidor da objeciones y críticas. Cuando el dirigido no
reconoce completamente la importancia de honrar a los
hombres y mujeres de Dios, al igual que a los que le han
sido puesto para su dirección en la vida; se vuelve hostil
(Rom 13:2, 2 Tim 4:15), y el no hacerlo le hace perder
una parte tan importante para ver fluir las bendiciones
de Dios en su existencia en un nivel superior de
dominio.

44
Es en medio de la comida cuando María, aprovecha
la oportunidad de expresar su más sincera adoración a
su Salvador, como su verdadera sierva así el texto
Bíblico lo expresa: “María tomó entonces como medio
litro de nardo puro, que era un perfume muy caro, y lo
derramó sobre los pies de Jesús, secándoselos luego con
sus cabellos. Y la casa se llenó de la fragancia del
perfume.” (Jn 12:3)

El nardo, era un aceite extraído de las raíces secas de


una planta herbácea que crecía en la india, por lo tanto,
era importado en envase de alabastro, y su costo era
muy elevado en esos días, el escritor dice que el traidor
calculó el precio en que podía venderse: trecientos
denarios, que según algunos equivale a un año de
salario, a unos diez mil dólares (valor de la moneda
actual). Por su alto valor económico era sólo utilizado
en ocasiones altamente especiales. Este acto de honra y
devoción a Su Maestro expresado en un evento de
unción con el perfume, despertó una reacción
extravagante en el duodécimo discípulo, fue un punto
de inflexión en Judas, demostrando que un traidor, va
desaprobando los actos donde su líder es honrado y del
cual él no puede aprovecharse. ¿Por qué no censuró lo
suntuoso del banquete? pues porque tenía un puesto en
la mesa. Pero en aquellos episodios donde él no tiene
participación o beneficio, el traidor deja salir sus
avaricias y objeciones. Cuando un líder bajo autoridad

45
comienza a objetar a quien le dirige sin el más mínimo
respeto es porque está en víspera de la rebelión y de la
traición del principio de honra.

Honrar a las autoridades, a los líderes espirituales,


padres, jefes, esposo, maestros es la llave que nos
habilita a tener acceso al poder de Dios que está en la
vida de los que nos presiden. Trátelos con honor, respeto
y este acto le abrirá puertas de oro inimaginables. La
Biblia es muy clara en cuanto a honrar a los que están en
autoridad sobre usted. (1 P 2:13-15, 17, Ro 12:9-10,
13:1-5, 7, Col 3:18-20) El honrar es un principio que no
puede faltar en la vida de un líder de éxito, que quiere
ser como Cristo.

El objetar precede a la traición

Judas Iscariote, que era uno de sus discípulos y que


más tarde lo traicionaría, objetó:
— ¿Por qué no se vendió este perfume, que vale
muchísimo dinero, para dárselo a los pobres?
Juan 12:4-5

Cuando el discípulo pierde la integridad espiritual,


en vez de honra, brinda objeciones. Por eso
encontramos en medio de un ambiente de honra y de
devoción, donde los que invitaron quieren expresar

46
amor y reverencia a su líder; allí resalta una mujer
llamada María, que con gran amor por su maestro
derramó una libra de perfume de nardo puro de mucho
precio. Donde todos están celebrando, uno que forma
parte del grupo de ensueño, del círculo íntimo, está
objetando el acto de reconocimiento y adoración. La
honra y celebración alrededor de un líder son propias de
los que usan el principio del reconocimiento. El objetar
los actos de reconocimientos ofrecidos a una autoridad
delegada, son muestras de que la traición está rodeando
la vida del dirigido.

Con mucha certeza el famoso orador doctor. Mike


12
Murdock, en su libro “La Ley del Reconocimiento”
dijo: “Cualquier cosa que no es reconocida no llega a
ser celebrada. Cualquier cosa que no es celebrada no
llega a ser recompensada. Cualquier cosa que no es
recompensada finalmente se va de tu vida.” Y esto es
exactamente lo que está haciendo Judas Iscariote,
dejando de lado el reconocimiento y la reverencia al
Señor, y con esto está perdiendo el rumbo de una vida
que glorifica a Dios, para entrar en la objeción que es la
madre de la traición.

En Castellano Objetar tiene varias connotaciones: y


tiene que ver con: “Oponer reparo a una opinión o
designio” u “oponer una razón a lo que se ha dicho o
intentado.” También es alegar argumentos para no

47
realizar una acción por ser contraria a la propia
conciencia. Y el Iscariote objetó porque estaba en
contra de la acción de derramar el perfume en honor al
Maestro. Pero su conciencia estaba distorsionándose en
comprender que Cristo, era digno de recibir semejante
adoración.

El líder objetador, siempre tiene un reparo o busca


motivos para impugnar los actos de su autoridad
delegada, y a los que sirven a esa autoridad. El
complicado, capcioso, crónico o protestón, va
desarrollando un carácter de irrespeto e irreverencia a
quienes le presiden. En cualquier círculo de la sociedad
siempre aparecerán los que poseen esta manía, quien
poco a poco retira su admiración y apoyo a su líder. Esta
objeción como se muestra en el Evangelio, indica cómo
este apóstol contaminó a los demás discípulos con su
espíritu desleal de murmuración; Judas, fue quien
originó esta crítica a la actitud de amor de María, Pues
era objetador. Por eso cuestionó tal acto diciendo: —
¿Por qué no se vendió este perfume, que vale
muchísimo dinero, para dárselo a los pobres?

Un líder de espíritu objetador es aquel que con su


crítica destructiva daña ambientes, lugares de trabajo,
divide ministerios, congregaciones con su comentario
mal intencionado, crea difamación, duda y desconoce
que los líderes en autoridad merecen nuestra honra,

48
porque el Espíritu Santo los ha puesto sobre para
dirección en la vida. Así comenzó Judas Iscariote
objetando todo en relación a su Líder y ya sabemos su
fin cual fue.

La impureza de intención lo dominaba

Dijo esto, no porque se interesara por los pobres


sino porque era un ladrón y, como tenía a su cargo la
bolsa del dinero, acostumbraba robarse lo que
echaban en ella.
Juan 12:6

Los verdaderos líderes deben caminar mediante la


pureza de intención que consiste en buscar el fin
verdadero del hombre (Mt 6:33, Col 3:2). Cuando éste se
distorsiona otros oscuros interés envuelven el fin, bien
sea para sacar ventajas personales (Jn 12:6); se
desarrolla deslealtad (Os 10:2), amor al dinero 1 (Tim
6:10), y a la mortal avaricia (2 Pe 2:14), creándose en su
vida la impureza de intención. Como en el caso de Judas
Iscariote, que su verdadera intención está descubierta.
Él sustraía de las ofrendas del ministerio para su propio
uso, y cuando María ungió a Jesús con un perfume
costoso, que probablemente equivaldría a unos diez mil
dólares (valor de la moneda actual), él ve cómo se va la
oportunidad de obtener algo extra, pero esa

49
preocupación la envuelve tras el pretexto ropaje de una
falsa piedad filantrópica por los pobres. Es decir, un falso
altruismo para ocultar su avaricia. Esta es la huella que
Judas, ha dejado en el mundo: una falsa piedad por los
necesitados, pero en el fondo sólo es lucro propio. Hoy
son muchos los que enarbolan las banderas por los
desposeídos, pero su verdadero fin es enriquecerse de
los pobres. La avaricia voraz despierta la pasión de los
insensatos codiciosos y corruptos. El corrupto y
malévolo, a veces se viste tras la máscara de la piedad,
para ocultar su verdadera intención, a estos hay que
evitar (2 Tim 3:5).

Deberíamos preguntar ¿Cuál era el verdadero motivo


del Traidor Judas? Sin lugar a dudas que su propio
interés. No era la preocupación por los desposeídos (Jn
12:6). Como él era el tesorero del ministerio sustraía en
secreto para satisfacer su propio deseo. ¡Qué triste
cuando se pierde el fin del llamamiento, la vocación, la
misión para procurar la ambición de los insensatos! Sólo
la pureza del corazón es la que permite tener un rostro
limpio de culpa. Es muy horroroso que mucho recurso
destinado para ayudar a los necesitados, llegue a mano
de hombres inescrupulosos, revestidos de piedad pero
negando la eficacia de esta (2 Tim 3:5, Mt 7:15-16).

Recordemos que la pureza de intención es la


exclusión de la propia voluntad a favor de la voluntad de

50
Dios. Ya Jesús lo dijo: “Feliz los limpios de corazón,
porque verán a Dios” (Mt 5:8). Pero quien está lleno de
impureza de intención no puede honrar a su autoridad,
no puede tolerar que ante sus narices él no pueda
aprovecharse de las bendiciones de su líder. Usted sea
sincero, cultive la pureza de intención, la reverencia,
arroje la hipocresía, revístase de Cristo, y verá como su
vida será exitosa. No meta la mano para sí mismo en
aquello que le han dado a administrar, sea fiel (1 Cor
4:1-2), sea integro. El ser puro de intención te preserva
de llegar a ser un traidor.

Desarrolló amor al dinero

Era un ladrón y, como tenía a su cargo la bolsa del


dinero, acostumbraba robarse lo que echaban en ella.
Juan 12:6

A Iscariote, se le denuncia como ladrón, un ser que


roba o hurta, persona que se apropia por la fuerza de lo
que no le pertenece. Él bien podría ser señalado como
ladrón de guante blanco; Sin embargo, los delitos de
guante blanco comparten como características que son
infracciones contra la pertenencia de las personas y que
suelen tener una cierta sofisticación en el método
empleado para ejecutarlo y apropiarse indebidamente
de los bienes.

51
La corrupción de este discípulo del círculo Íntimo la
realiza directamente para conseguir dinero favorable
para sí, él era el que desfalcaba y empleaba con
malabares la malversación de fondos, en rendición de
cuentas usaba de trucajes, pesa falsa (Prov 11:1, 20:10),
además de la desviación de fondos realizada para su
propia cuenta (Jn 12:6). Esto muestra que el amor al
dinero era su estilo de vida, indicándonos que estaba
lleno de corrupción, y la avaricia era su dios,
desconociendo al Maestro que lo llamó a aprender a
vivir su vida, pero abrazó un nuevo interés, el dinero, y
este lo domina. Para que Judas cometiera estos actos
corruptos, primeramente debió haberse corrompido por
dentro. No es malo tener riquezas, lo malo es que estas
nos tengan a nosotros, porque cuando el líder se deja
atrapar de mamón que es la palabra griega para riqueza,
este no es un término, ni un objeto, sino un espíritu
maligno que opera detrás de las cosas materiales y si no
se es puro de corazón este llega a dominar la vida de esa
persona al punto de tener un comportamiento
distorsionado de la vida.

El amor al dinero tiene una manifestación aberrante


llamada avaricia, que no es otra cosa sino el deseo de
poseer incontrolablemente, sin sentido real de
conciencia. San Pablo lo dice: “Porque la raíz de todos
los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo
algunos, se extraviaron de la fe y se torturaron con

52
muchos dolores.” (1 Tim 6:10 La Biblia de Los Hispanos.)

La palabra avaricia13 viene del griego “Pleonexía” y


su significado es avaricia, codicia; “pleonektéo”
explotar; “pleonektes” Interesado; “philargyría” afán de
lucro. Partiendo de aquí observamos que Judas
Iscariote, fue perdiendo su verdadero fin y plenitud en
Dios, y él tiene un deseo de complacer su propio interés,
poseer para sí mismo. La codicia o avaricia es idolatría, y
quien está bajo su embrujo va en una debacle espiritual,
alejándose cada día del Dios verdadero, y haciéndose al
suyo propio, el dinero (Mt 6:24). Jesús sabía que Judas
robaba. ¿Por qué lo permitía? Por la misma razón que tu
peca y Él espera que cambies. Un líder que se metaliza
en el lucro, en su afán desmedido por obtener recursos a
cualquier precio, puede terminar traicionando a sus
autoridades, a la familia, a la amistad, a la organización,
al amor, a su ideal o meta, y a la institucionalidad, entre
otras. Estas que eran su motivación se pierde con el
tiempo y sólo el dinero se presentará como un valor
relevante único en su vida (Prov 28:22, Mateo 6:19-20).

La codicia al igual que el poder, el dinero, cualquier


tipo de riquezas y la fama establece un muro de egoísmo
que separa de Dios y del prójimo y empuja a quien está
poseído por ella a un total aislamiento. El mencionado
discípulo Judas desbordó en una vida de hurto, fraude
producto del embrujo de la avaricia; aún con todo y eso

53
la gracia de Dios, da oportunidad para el cambio, a
pesar de las flaquezas y pecados. A Judas su codicia: lo
alejó de todos, especialmente de su Maestro quien lo
envolvió en su gracia para ser parte de su círculo íntimo.
La codicia o avaricia, lleva a la corrupción, y no se
puede separar ésta del materialismo. Es imposible. Hay
dos causales para ser corrupto, el capital y el poder. Pero
no toda acción de corrupción se basa en el
apoderamiento del dinero, también hay malversación,
fraude, distracción, discriminación, maltrato,
negligencia, nepotismo y amiguismo entre otras. Y el
apóstol Judas está en estas idolatrías, que deben estar
lejos de un liderazgo del espíritu, porque el engaño de
las riquezas y las demás cosas señaladas seducen con su
promesa de felicidad y bienestar, entonces entran y
ahogan La Palabra, y hacen que la persona se vuelva
estéril (Mt 13:22).

Abuso de confianza

Pero dijo esto, no porque se preocupara por los


pobres, sino porque era un ladrón, y como tenía la
bolsa del dinero, sustraía de lo que se echaba en ella.
Juan 12:6

El columnista de opinión Miguel Bolívar Acuña,


define el abuso de confianza14 de la siguiente manera:

54
“El delito de abuso de confianza, o 'trufa' como se le
conoce también, se define como la apropiación dolosa
en provecho propio o de un tercero de una cosa, mueble
ajeno que se ha recibido del propietario mediante un
título no traslaticio de dominio, y para un uso
determinado.”

Judas, fraudulentamente se apropiaba del bien


objeto, reteniéndolo para sí mismo con el ánimo de
ventajas personales, esto muestra una conducta
marcada por el deseo, la ambición y la codicia. Él ha
estado abusando de la confianza de su Maestro, quien
tuvo a bien nombrarlo tesorero del ministerio (Jn 13:29),
y se aprovechó que Su líder le concedió el privilegio del
uso o la tenencia de dicho bien, pero, poco a poco se fue
apropiando del dominio para sus ventajas personales.
Cuando el líder abusa de la confianza, esto lo lleva a
desarrollar una actitud traidora, y abusadora, como
muestra de su decadencia, indicando que está lejos de
toda ética, de una vida moral, o espiritual; más bien su
estilo es semejante a un zorro, que desea ser el más vivo,
sin importar lo que haga, o las consecuencias de sus
actos, que lo llevan a la destrucción en todo sentido.
Quien abusa de la confianza ha caído en la maldad y
corrupción moral, y ésta es una falta extrema contra la
ética. Judas Iscariote, cayó en un problema ético, con
una falta de integridad, pues lo inescrupuloso
gobernaba su vida, echando a un lado los principios

55
enseñado por Jesús. Y falló a la lealtad, junto al
compromiso de mantener sus promesas y cumplir con
sus obligaciones. Así se muestra la conducta
corrompida de Judas “era un ladrón” “la bolsa del
dinero,... sustraía de lo que se echaba en ella”, lo
incorrecto es su estilo de vida, como muestra de un líder
que ha echado por la borda todo el honor y privilegio
que se le otorgó por parte de el mismo Jesús.

Este líder ahora es un delincuente supuestamente


inteligente como dijera José M Milano15: “Pero el
delincuente inteligente, ese sí es el verdadero cáncer,
ese no tiene excusas sociales, es un hipócrita, un
malvado en esencia que en cada golpe desangra en
forma masiva a la sociedad; se viste de maestro, de cura,
de pastor, de policía, de abogado, de médico o de
apacible anciano, político, comerciante o sindicalista y
en su simple mimetismo miente, miente tanto que
abroga una especie de derecho divino a delinquir
(medidas y acciones no legales que contravienen el
interés colectivo) ellos son saqueadores de la fe y
cancerberos de la desesperanza, demonios sin perdón,
sin justificación.”

El verdadero líder, no roba, ni engaña, no abusa de


confianza de lo que le dan a administrar. Por el contrario
es honesto, leal, fiel, listo a rendir cuentas transparentes,
sin trucajes, ni triquiñuelas, ésta debe ser su marca

56
preferencial, pues al final se le medirá y se le premiará
por la fidelidad en sus actos cuando tenga que rendir
cuentas (2 Cor 8:20-21, Rom 14:12, Mt 25:23).
Manténgase libre de abuso de confianza, sea leal a su
organización, a sus líderes, a su conyugue, no se apropie
de lo que le han depositado mediante confianza, mucho
menos emplee el abuso de confianza y peor aún que lo
justifique puesto que estas son prácticas ajenas al
verdadero Evangelio.

Represión de Jesús a Judas Iscariote

—Déjala en paz —respondió Jesús—. Ella ha


estado guardando este perfume para el día de mi
sepultura. A los pobres siempre los tendrán con
ustedes, pero a mí no siempre me tendrán.
Juan 12:7-8

Jesús, sale a la defensiva de su más fiel adoradora,


una devota mujer, quien de antemano había preparado
ese perfume tan costoso, y que suscitó una reprimenda
de parte del duodécimo apóstol, quien ya para este
momento estaba lleno de impurezas en su corazón, sus
palabras eran vanas y con ropaje de piedad, pero era un
zorro con vestido de oveja. Por eso, las palabras del
Salvador fueron en esa oportunidad semejantes a las
pronunciadas por el Rey Juan Carlos, el 9 de noviembre

57
de 2007 contra el extinto presidente de Venezuela Hugo
Chávez, (QEPD) y quien recibió una reprensión pública,
cuando éste interrumpía el discurso del presidente del
Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. De
momento el Rey le dijo: -¿Por qué no te callas?-.

Ahora es Judas, quien está en una reprensión pública


por su falsedad, ya que en su avaricia se opone a quien
ofrece lo mejor que tiene para su Líder y Maestro. Eso era
ahora un ¿Por qué no te callas? Él era un estorbo a un
acto de genuina adoración, es triste cuando un líder
pierde el verdadero propósito de su llamado y en vez de
convertirse en instrumento de bendición y estímulo a
otros, no es sino el tropiezo, la escritura advierte en 1
Cor 10:32 “No seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni
a la iglesia de Dios”. Estos personajes perfectamente
encajan en lo que dijo Jesús en su denuncia a los
Fariseos: ¡Ay de ustedes, maestros de la ley y fariseos,
hipócritas!, que cierran la puerta del reino de los cielos
para que otros no entren. Y ni ustedes mismos entran, ni
dejan entrar a los que quieren hacerlo. (Mt 23:13 DHH)

Desarrolló una personalidad diabólica

Jesús les respondió, ¿No he escogido Yo a vosotros


Doce, y uno de vosotros es diablo?
Y Él hablaba de Judas Iscariote, hijo de Simón,

58
porque éste era el que le había de entregar, el cual era
uno de los Doce.
Juan 6:70-71

La anterior declaración del Señor se dio en un


ambiente donde el Apóstol Pedro, le dice a su Maestro,
que los doce estaban dispuestos a seguirlo a donde
fuera. Jesús, le manifiesta que no todos, sino que hay
uno que es “diablo”, aunque Él en su soberanía los
escogió a todos. En el texto se dice: “Y Él hablaba de
Judas Iscariote, hijo de Simón, porque éste era el que le
había de entregar, el cual era uno de los Doce” por este
conocimiento sobrenatural de Jesucristo, se sabe que
Judas, dio cabida al mal y adoptó un carácter diabólico,
que evocó en un hombre de malas intenciones, que
actúa con absoluta maldad en su proceder. Él había sido
seleccionado no arbitrariamente, porque fue dirigida
por el Padre, por eso Jesús, eligió al duodécimo apóstol,
y él respondió a este llamado, pero su decisión de seguir
a Cristo, fue desviada por otros oscuros intereses
terrenos y mundanos.

La palabra “diablo16” significa calumniador, o falso


acusador. Pero tal vez la idea se expresa mejor como
“uno de vosotros es el diablo” y ese es Judas Iscariote.
¿Pero qué es ser un diablo? Esto puede ser una persona
que posee el modo de ser y el estilo del diablo: “Vosotros
sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro

59
padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el
principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla;
porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Jn 8:44). El
Diablo posee características defectuosas y sutiles de
antivalores que vienen a ser parte de la vida de quien se
deja seducir por sus patrañas y en aquellas personas que
han elegido seguirlo.

En el Evangelio se nos dice: “El ladrón no viene sino


para hurtar y matar y destruir” (Jn 10:10.) estas bien
podrían corresponder a las características que vienen a
hacer parte de un individuo que es señalado como
diablo: En primer lugar tenemos el homicidio, El
homicidio literalmente significa “matar a un ser
humano”. Es una conducta reprochable, y esta alevosía
viene a formar parte del carácter de un individuo bajo la
influencia del mal que lo lleva a pasar al nivel de un
asesino, quien arrebata la vida con premeditación,
alevosía y ventaja; hasta allá fue Judas como traidor de
Cristo. En segundo lugar está el hurtar, que es robar a
escondida, se puede robar lo material, la fama, la honra,
y esto es característico de una personalidad con
tipologías del mal. Este era uno de los males del traidor,
él sustraía a escondida del dinero del ministerio, eso lo
hacía un diablo. Los líderes del Señor debemos rechazar
todos los medios malos y engaños con los cuales
tratamos de apoderarnos del bien de nuestro prójimo. En

60
tercer lugar el destruir ¿Qué cosas? pues la paz, el amor,
la unidad, la vida. Quien desarrolla una personalidad
diabólica es semejante a quien lo maneja. Por eso
trastornan iglesias, organizaciones, familia, y dañan a
los amigos, la vida espiritual, física y mental, la familia,
el cuerpo con enfermedades, qué decir del alma con el
odio, envidia, falta de perdón, el pecado; los buenos
deseos, sueños y propósito que vienes a cumplir en esta
tierra. En cuarto lugar tenemos la astucia, quien es hijo
del diablo desarrolla ésta personalidad astuta, sagaz,
para el mal. Como quinto tenemos la mentira, el mentir
descarada y desvergonzadamente es un arma diabólica
para obtener de los demás, ventajas que de otro modo
costaría mucho lograr. Por eso Jesús, llama al diablo
“mentiroso” o “padre de mentira.”

Por estas razones expuestas podemos decir que


Judas, desarrolló una personalidad diabólica, porque
esencia era un diablo y estas características estaban
presentes en él. No hay nada más trágico y vergonzoso
para un líder, que después de haber sido llamado a ser
como la imagen de Jesucristo, según lo dijo San Pablo:
Porque a los que de antemano conoció, también los
predestinó a ser hechos CONFORME A LA IMAGEN DE
SU HIJO…”. (Rom 8:29) más bien termine pareciéndose
al mismísimo Satanás, perdiendo la positiva imagen del
Divino Señor. Si como líder usted no se deja moldear o
perfeccionar a través del Espíritu Santo, de la oración y

61
de la Palabra, lo más seguro es que usted tendrá otra
imagen, menos la de Cristo. Y dejará de tener actitud de
siervos para con los demás en amor, para vivir las
actitudes del maligno. Líder del espíritu recuerde
¡Somos llamados a ser como Cristo! no como el diablo.

La conmoción del traicionado

…Habiendo dicho Jesús esto, fue conmovido en el


espíritu, y protesto, y dijo, De cierto, de cierto, os
digo, Que uno de vosotros Me ha de entregar
Entonces los discípulos se miraban los unos a los
otros, dudando de quien decía
Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba
recostado en el seno de Jesús
A éste, pues, hizo señas Simón, Pedro, para que
preguntase quien era aquél de quien decía
Él entonces recostándose en el pecho de Jesús, le
dice, Señor, ¿Quién es?
Respondió Jesús, Aquel es, a quien Yo diere el pan
mojado. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote,
hijo de Simón
Juan 13: 21-26

En el Cenáculo, mientras está reunido Jesús con sus


discípulos, el ambiente muestra una sensación
premonitoria, pues Jesús, anuncia que uno de los doce

62
lo traicionará, ellos no saben pero Él lo identifica con
una acción: “…a quien Yo diere el pan mojado. Y
mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote…” (Jn 13:26)

La traición produce conmoción17 y en el diccionario,


WordReference.com, se la define como: “Agitación o
inquietud del ánimo” y “Levantamiento, crispación,
alteración.” Por la Escritura podemos ver el estado de
conmoción en que Jesús, se sentía “fue conmovido en el
espíritu, y protesto” por la traición que llevaría a cabo el
que recibía el pan mojado, en este momento Jesús
expresa su tribulación o angustia. En una oportunidad
similar Él expreso: “Ahora está turbada mi alma” (Jn
12:27) “La expresión utilizada aquí tiene una fuerte
connotación y significa horror, ansiedad, y agitación.”
Quien padece una traición se conmociona
internamente hasta la muerte, es un estado en que todo
el ser se sobrecoge, pues tanto el espíritu y las
emociones sienten el impacto del poder desatado en
una alevosía como ésta, ocasionada por alguien a quien
se le entregó todo para ser exitoso, hasta ser parte del
círculo íntimo, y ahora se asocia con el maligno para
entregar a su Maestro, Judas, estaba con Jesús, pero
paulatinamente fue alejándose hasta inmiscuirse en las
filas de Satanás.

Esta escena da una imagen del difícil paso que deja la


traición en nuestra psique interna. Lo más seguro, es que

63
en un momento u otro de nuestra existencia todos
hayamos sentido su veneno extendiéndose como ácido
por nuestras venas, como la primera vez que sentí el
aguijón de un alacrán inyectando sus toxinas en mi
cuerpo; era como un hormigueo espantoso. Si estás en
este momento pasando por una traición refúgiate en
Cristo, porque Él pasó por ese momento y sabe mejor
que nosotros como sobreponerse a esta decepción. En
uno de los Salmos se habla de este suceso
anticipadamente: Porque no es un enemigo el que me
reprocha, si así fuera, podría soportar {lo;} ni es uno que
me odia el que se ha alzado contra mí, si así fuera,
podría ocultarme de él; sino tú, que eres mi igual, mi
compañero, mi íntimo amigo; nosotros que juntos
teníamos dulce comunión, {que} con la multitud
andábamos en la casa de Dios. (Sal 55:12-14)

En la traición el dolor resulta tan intenso como


desgarrador. Este sentimiento de dolor que experimentó
el Salvador, es propio de los que padecen esta ingratitud
en cualquier ámbito de la sociedad, el cuerpo, el alma y
el espíritu se agitan por el horror del desagradecimiento.
Tal es la intensidad de las pasiones que provoca, su
oscuridad es tan extendida y fría como no quedar sangre
en el cuerpo, pues tiene intrínseca la capacidad de dar
una vuelta al curso de los acontecimientos en tan sólo
un santiamén. La traición es amarga, dolorosa, que para
sobrevivir a ella se necesita un poder tan grande como el

64
amor y la dulce presencia del Espíritu Santo (1 Pe 4:8
Rom 8:26).

La traición conmociona todo el ser, trayendo


agitación del ánimo y despertando las pasiones y si no se
posee el dominio propio o la entereza espiritual, puede
sumir en la depresión mortal y llevar a cometer locuras.

Abrió la puerta a la plenitud del diablo

Y tras el bocado Satanás entró en él. Entonces Jesús


le dice, Lo que haces, hazlo cuanto antes
Juan 13: 27

Este individuo ahora pasó de una influencia espiritual


por el maligno, a un estado de posesión diabólica. Por
esta razón el texto expresa: “Y tras el bocado Satanás
entró en él”. En este momento, Judas, no está
endemoniado, sino satanizado, porque la plenitud de
Satanás entró en su cuerpo, alma y espíritu, él es el mal
en persona. Esta es una posesión personalizada del
mismísimo Lucifer, en la vida de alguien que disfrutó de
la gracia, pero por su propia actitud como persona se
permitió libertades pecaminosas y se fue hundiendo en
alevosía hacia el mal, le abrió la puerta de su vida al
padre de mentira, por medio de pecados que tienen que
ver con actitudes voluntarias del corazón, y esto llevó a

65
que lo posesionara el mismísimo Satanás. Una vez este
hombre se había entregado a Jesús, conoció su amor y
su misericordia, fue llamado al grupo íntimo de Jesús,
pero destronó a Jesús, de su existencia, y ahora se
cambia de líder y acepta al mismo diablo en su vida.

Una de las cosas trágicas que le puede acontecer a un


líder, es que después de militar en el Reino de la Luz, se
aparte para darle rienda a las tinieblas en su vida. Un
hombre bajo la plenitud del diablo es capaz de las más
viles depravaciones humanas, se vuelve ingrato
desnaturalizado, traidor e inmoral. Judas, aunque
seguía a Jesús, no abandonó su modo terrenal de actuar
(Amargura, enojo, ira, gritería, lenguaje obsceno,
malicia, mentira, etc. Ef 4:31) mucho menos adoptó el
carácter del hombre nuevo: misericordia, modestia,
amabilidad, tolerancia, perdón y paciencia (Ef 4:17.20-
24,32). De los doce apóstoles, el diablo pudo seducir al
que había abierto una grieta en su estilo de vida Judas
Iscariote, él había alimentado el pecado secreto y
cultivado una doble vida en todas sus andanzas, que
desbocaron en una ruina espiritual, ser residente de la
persona de Satanás. Este es el momento en que Judas es
considerado el mismo diablo por sus acciones de
maldad.

Ahora, él encarna el mal en su corazón, pues en


persona Satanás tomó posesión de él. Ahora

66
definitivamente tiene otro señor, y a su Maestro lo odia
con desprecio hasta el punto de venderlo a los
enemigos. La traición abre las puertas a la plenitud de
Satanás. Este tipo de personas son los que han salpicado
de sangre y lágrimas las páginas de la historia por sus
acciones malévolas. La condición moral y espiritual del
Iscariote, era como la del mago Simón, el que
desenmascaró el apóstol Pedro cuando le dijo: “En hiel
de amargura y en prisión de maldad veo que estás.”
(Hch 8.18-24). Él está bajo la misma llenura que tenía
Barjesús o Elimas el mago cuando pablo lo enfrentó en
la isla de Pafos que entre otras cosas le dijo: ¡Lleno de
todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo
de toda justicia! (Hch 13:6-12). Este mismo
revestimiento tenia ahora en su ser Judas, el embrujo del
engaño y de la maldad, el mismísimo Lucifer lo poseía.

En el comentario Bíblico de Mathew Henry, dice:


“Cuando el espíritu diabólico es recibido
voluntariamente en el corazón de una persona, el
Espíritu Santo se retira, con toda justicia del lado de
18
dicha persona .” Judas se convirtió en depositario de la
plenitud del diablo, alejándose en definitiva del
Salvador. Satanás, el diablo, ¡engañó a Judas Iscariote!

Qué tristeza cuando un líder que ha disfrutado de la


llenura del Espíritu Santo, termine abriendo su vida
como morada de Satanás. Los más grandes males se

67
pueden esperar. Que Dios nos ayude a permanecer
fieles. Porque como dijera Pablo a los corintios que
existen falsos lideres: “Estos son falsos apóstoles,
obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles
de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se
disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si
también sus ministros se disfrazan como ministros de
justicia; cuyo fin será conforme a sus obras” (2 Cor
11:13-15).

Cuando no se sospecha del traidor

Entonces Jesús le dice, Lo que haces, hazlo cuanto


antes. Ninguno de los que estaban a la mesa entendió
a qué propósito le dijo esto.
Porque los unos pensaban, porque Judas tenía la
bolsa, que Jesús le decía, compra lo que necesitamos
para la fiesta; o que diese algo a los pobres
Juan 13: 27, 28,29

Quien usa de traición es sigiloso, pues trabaja


solapadamente, sin dar la más mínima muestra de que
algo anda mal en su vida, y como generalmente son
personas del círculo íntimo, entran y salen sin reparo
alguno. Solo el discernimiento espiritual nos permite ver
más allá de lo externo y ahondar en lo más profundo del
ser interior, para descubrir que están llenos de mentiras y

68
falacias (Jn 6:64). Como en este caso, cuando Jesús
conoce las andanzas de quien le traicionaría y lo manda
hacer lo que tiene en mente y en su corazón (Jn 13: 27),
pero es obvio que su equipo, sus compañeros de
ministerio no tenían ni una pizca de sospecha de que
algo anduviera mal en la vida del tesorero del grupo.

Los hombres de los tiempos en los que vivimos se


caracterizan por varias señales o marcas distintivas
según le escribió Pablo a su hijo espiritual Timoteo, una
de estas es que serían “traidores” (2 Tim 3:1-5). Una
definición de traidor es un individuo que transgrede la
lealtad y la fidelidad de alguien, la traición se inicia en
un corazón desagradecido, infiel y sin piedad.

Es que la traición es obnubilante, es una ceguera de


embrujo, o por inatención, las cosas se hacen a la vista y
nada se observa, hasta después de los sucesos es que se
acomodan las fichas y es cuando decimos ¡cómo no
pude darme cuenta! Sencillo, la brujería de la traición es
así. Ella se viste de piedad, amor, lealtad, cordura,
careciendo de la eficacia, de tal forma que es muy
doloroso enfrentarse a una traición porque viene de
parte de la persona en la que se ha depositado la
confianza. Puede ser un colega, un amigo, el familiar o
esa pareja a quien rodeas de tu bien de la cual usted no
esperabas nada negativo, y de repente, sin aviso, viene
por la espalda, sigilosamente a clavarte un puñal. Pues

69
como confías plenamente, y como se sabe que la
confianza es la única arma que no tiene defensa, es allí
cuando la traición se convierte en una realidad de
engaño que lesiona la voluntad de cualquier gremio,
organización, o persona.

El traidor puede presidir con su líder, cenar juntos,


estar con sus colegas sin despertar la más mínima
sospecha para quien no tiene los sentidos espirituales
abiertos. Es importante saber que el verdadero carácter
de una persona se muestra en cenar con Judas, a
sabiendas de que te va a traicionar y a pesar de esto,
seguir amándolo. Este es el gran ejemplo de Jesús.

La oscuridad del traidor y la gloria del


traicionado

Como él pues hubo tomado el bocado luego salió:


y era ya noche
Entonces cuando él hubo salido, dijo Jesús, Ahora
es Glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es
glorificado en Él
Si Dios es Glorificado en Él, Dios también lo
Glorificara en Sí Mismo, y enseguida Lo Glorificara
Juan 13: 30-32

Seguir el camino de la traición es dejar el bando de la

70
luz, para sumergirse en la más densa oscuridad de la
noche. Judas salió del Cenáculo de “y era ya noche”, él
ahora detesta la luz y prefiere aventurarse por el camino
de las tinieblas, rumbo a la perdición y oscuridad de su
alma, ésta es tan bestial como la tenebrosa noche, la
noche oscura es la vía de los traidores, ésta habla de su
estado moral de perdición. Judas, se marcha a su noche
sin fin, tan frío como la noche misma, los discípulos
salieron a dormir, mientras Jesús, pasó la noche oscura
orando. La noche negra e intensa en la que se encamina
Judas presagia situaciones tramposas, artificiosas, poco
claras, míseras, símbolo de la desnudez espiritual en la
cual se encuentra, dejando la verdadera luz que es
Cristo. La noche para este traidor es el tiempo en el que
se desarrolló de forma preconcebida la historia de su
perdición.

Los de las tinieblas están bajo el poder del diablo,


cuyo entendimiento esta entenebrecido y su dios es el
príncipe de las tinieblas. Judas, dejó la Luz de la vida
para ir en pos de la mismísima oscuridad. Cuando el
líder se embarca en la traición es porque dejó de vivir en
la luz y ha abrazado las tinieblas como estilo de vida.

Quien se sumerge en la oscuridad de la noche para ir


tras la traición se ha olvidado de esta advertencia: “La
noche está muy avanzada, y el día está cerca. Por tanto,
desechemos las obras de las tinieblas y vistámonos con

71
las armas de la luz. Andemos decentemente, como de
día, no en orgías y borracheras, no en promiscuidad
sexual y lujurias, no en pleitos y envidias;(Rom 13:12-
13)

En cambio quien es traicionado es glorificado, si lo


entiende desde el punto de vista de Dios, porque la luz
vence a las tinieblas siempre: “La luz en las tinieblas
resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra
ella.” (Jn 1: 5). Así como la luz natural del sol da vida y
vigor al cuerpo humano; la luz de Dios da gozo,
fortaleza al alma y al espíritu. Ella es Su misma presencia
y el efecto de la misma. Si Cristo lo Es en nosotros,
entonces actuaremos como la luz que realmente somos.

En mis triunfos, Dios debe ser glorificado y por qué no


en mis momentos difíciles. Siempre que un traidor sale
en tu vida, es el instante de tu victoria donde Dios se
glorifica en tu vida. Levanta tu voz de agradecimiento,
como Jesús lo hizo: “Entonces cuando él hubo salido,
dijo Jesús, Ahora es Glorificado el Hijo del Hombre, y
Dios es glorificado en Él. Si Dios es Glorificado en Él,
Dios también lo Glorificará en Sí Mismo, y enseguida Lo
Glorificará.” El momento de tu traición es el momento
de gran gloria, aunque tus emociones estén por el suelo,
se fuerte para glorificar a Dios en tu espíritu como lo
hizo Cristo.

72
La oración del traicionado

Cuando Jesús terminó de orar, salió con sus


discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado
había un huerto en el que entró con sus discípulos.
Juan 18:1

Un ambiente de traición es la hora de la potestad de


las tinieblas, según Jesús lo dijo: “Mas esta es vuestra
hora, y la potestad de las tinieblas.” (Lc 22.53). Es donde
agentes del Diablo como Judas, son llevados como
aguda saeta contra tu asignación en la vida. Y tu mejor
arma es refugiarte en Dios. Los ambientes antagónicos
se enfrentan mejor desde la oración, pues esta te
proyecta con poder y coraje al lado de la victoria. La
oración es la gran arma de la vida del líder del espíritu (1
Tes 5:16-18, Flp 4:6-7). Es importante saber que la vida
de oración es determinante para revelar de lo que estás
revestido, si de humildad, perdón, de orgullo interno o
dominado por el enojo y la ira (Sant 5:16, Lc 6:27-28, 1
Pe 4:7).

El mayor ejemplo de oración lo tenemos de Jesús,


Quien en todo momento solía hacerlo: “Y saliendo, se
fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos
también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les
dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de
ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de

73
rodillas oró,” (Lc 22:39-41). La oración sostuvo a Jesús a
lo largo de todos los acontecimientos que rodearon la
traición y la crucifixión. De seguro le sostendrá a usted
en cualquier circunstancia que enfrente.

A estas alturas es bueno preguntarnos ¿Cómo


podemos aprender a pasar de manera más constructiva
y menos perjudicial al transitar por la traición? Sin lugar
a dudas que dedicando tiempo a la oración, por la razón
que nunca serás tan victorioso, como cuando sacas
tiempo para orar. Los ambientes de tinieblas abrazados
por traición debes enfrentarlos en oración, es en este
entorno donde tu oración trae un aroma de victoria y
mucho poder. Cultive una vida secreta de oración.
Recuerde que en los periodos de traición es cuando el
enemigo Satanás, saca todo su arsenal, entre ellos, los
enemigos de la oración tales como: la distracción, el
desánimo, la inquietud interior, el divagar del
pensamiento, falta de perdón, sed de venganza entre
otros (1 Pe 5:8-9). Jamás seremos victoriosos sin una
vida de oración. Haz de ella tu compañera permanente
en cualquier instante de tu vida, pues con ella conocerás
el poder sobrenatural de Dios. El refugiarte en La
oración en tiempo de traición te lleva a considerar el
perdón, la misericordia, además, produce la integridad
que necesita todo líder que requiere salir triunfante,
libre de la mortal amargura, del resentimiento y de la
fatal venganza (Lc 23:34).

74
De la tristeza al jardín fértil

Cuando Jesús terminó de orar, salió con sus


discípulos y cruzó el arroyo de Cedrón. Al otro lado
había un huerto en el que entró con sus discípulos.
Juan 18:1

Era la noche del jueves, El Maestro cenó con sus


discípulos en el Cenáculo. Elevan un himno (La única
vez que La Escritura dice que Jesús cantó fue en la noche
en la que fue traicionado Mt 26:30), y se dirigen al
angosto valle de Cedrón, en el lado oriental de la ciudad
de Jerusalén, subiendo la cadena montañosa llamada
monte de los Olivos. Según se dice era el lugar preferido
para Jesús orar y estar con sus discípulos “se fue, como
solía, al monte de los Olivos” (Mt 24.3, Lc 22:39-40, Jn
18:2). La oración te fortalece para enfrentar la
adversidad y tu propósito en la vida, en ella encuentras
fuerza espiritual para avanzar y traspasar todos los
momentos de la vida. Ahora, pensemos en el vocablo
“Cedrón” este significa en lengua hebrea tanto
“tristeza”, como “negrura u oscuridad”. Será este un
presagio para Jesús pasar de la experiencia oscura de la
traición, según podemos ver, va armado de oración.
Estos son tiempos muy tristes, oscuros y negros, la mejor
forma de cruzar estas penumbras es manteniendo la
resiliencia espiritual por medio de la oración.

75
El estado de la tristeza efectúa una función adaptativa
que nos permite solicitar apoyo Divino, a la familia, a los
amigos. Usted puede pasar el arroyo de la traición sin
que pierda el gozo como lo hizo Jesús (cantó y oró Mt
26:30, Jn 18:1). El mayor ideal tuyo no lo puedes
abandonar cuando pases por estas circunstancias, debe
ser tu apalancamiento para seguir caminando, sabiendo
que más allá de la oscuridad y la tristeza del momento,
está el jardín del Getsemaní, que quiere decir “valle muy
fértil”, “valle de los olivos” o “prensa de aceitunas”.
Jesús, decidió ir al valle fértil o de los olivos, no se quedó
en la oscuridad o la tristeza del Cedrón, Él lo cruzó y
buscó su mayor ideal estar en la presencia de quien le
podía ayudar, Su padre, ese era su lugar preferido para
orar: “Y adelantándose un poco, cayó sobre su rostro,
orando y diciendo: Padre mío, si es posible, que pase de
mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú
quieras” (Mt 26:39 LBLA).

Un ejemplo similar lo encontramos en el rey David,


quien atravesando por la traición que sufrió por parte de
su propio hijo Absalón, salió por el camino al desierto
hasta llegar al monte de los olivos donde se adoraba a
Dios (2 Sm 15:32) indicando este suceso que es posible
no perder la adoración a Dios aún en medio de un
momento tan oscuro como la traición, Si se puede
buscar a Dios aún en medio de esta experiencia tan
triste.

76
Desde tiempos inmemoriales en el jardín del
Getsemaní las hojas del olivo representan o son
símbolos de la paz y también del fruto del olivo se extrae
el aceite, símbolo del Espíritu Santo. Y estos dos
símbolos, La paz y la unción del Espíritu Santo, son los
elementos vitales que no se puede perder al pasar por la
traición, la primera te ayuda a mantenerte con tus
sentidos despiertos para cualquier eventualidad (Flp
4:7), y la segunda es el poder que Dios ha provisto para
remover cargas o yugo de esclavitud (Is 10:27), Nuestros
estados de ánimos, en muchas ocasiones nos paraliza
para orar, pero el Espíritu Santo nos empuja y nos guía
hacer la voluntad de Dios (Sal. 143:10).

Usted como líder determina en qué estado quedarse,


si, en el de Cedrón, que representa la oscuridad de la
traición y del mal momento, o por el contrario, avanzas
al valle fértil del Olivar, éste significa un nuevo nivel de
paz y frescura del Espíritu. Te animo a enfrentar el paso
por la traición en momentos profundo de oración que te
llevaran a la paz y a la llenura del Espíritu Santo, ¡Él te
mostrará su poder para abrir camino y acompañarte en
todo tiempo! (Rom 8:26,27). Nosotros deberíamos
demostrar el mismo deseo y disposición de ser guiados
por el Espíritu Santo.

77
La ruta delatada

También Judas, el que lo traicionaba, conocía aquel


lugar, porque muchas veces Jesús se había reunido allí
con sus discípulos. Así que Judas llegó al huerto, a la
cabeza de un destacamento de soldados y guardias de
los jefes de los sacerdotes y de los fariseos. Llevaban
antorchas, lámparas y armas.
…Judas, el traidor, estaba con ellos. Cuando Jesús
les dijo: «Yo soy», dieron un paso atrás y se
desplomaron.
Juan 18:2-6

El traidor Judas lleva a un grupo de soldados y


guardias del templo hasta Jesucristo, quien ora en el
olivar del otro lado del valle, en la ladera del monte de
los Olivos. Este momento de la traición de Judas
Iscariote, dando a conocer la ruta al lugar secreto, es
similar a la perpetrada por Efialtes19, “cuyo nombre en
griego, literalmente significa “pesadilla”. Este traicionó
al rey espartano Leónidas en 480 a. C., ayudando al rey
persa Jerjes I, a encontrar otra ruta alternativa al paso de
las Termópilas. Esto permitió a los persas derrotar al
pequeño grupo de defensores espartanos, del cual sólo
sobrevivieron dos.” Los motivos que le impulsaron a la
traición de los espartanos se desconocen. Efialtes,
esperaba ser recompensado por los persas, pero terminó
por no obtener nada cuando éstos fueron derrotados en

78
la Batalla de Salamina. Este ejemplo histórico nos
muestra lo banal de la traición, pues más es lo que
pierden los traidores que lo que obtienen.

Según podemos ver, Los traidores tienen acceso a


lugares que nadie más conoce, ellos han observado las
fortalezas y debilidades, comprenden por dónde el líder
es vulnerable, saben llegar donde nadie más puede
hacerlo. Porque en la confianza dada, ellos han
saboreado el círculo de la intimidad, dado que, en la
mayoría de ocasiones, la traición involucra una relación
de confianza y afecto profundo. No hay nada más
aberrante que un discípulo quebrante la confianza y
afecto profundo a quien se lo ha brindado al punto que
es capaz de señalar el camino a los enemigos de su líder.
Tanto Efialtes y Judas están señalados como traidores
aberrantes por ser delatores de ruta.

“Efialtes es representado como un jorobado deforme


que tuvo que dejar Esparta para no morir en su
nacimiento. Se dice que Leónidas rechazó incorporarlo
en su ejército, debido a que él no podía mantener el
escudo correctamente, y su presencia podría poner en
peligro al cuerpo de infantería.” La deformidad con que
se representa a este personaje es símbolo del gran
defecto de los traidores. Yo me he preguntado: ¿qué
motivos tendría Judas Iscariote, para traicionar a su
Maestro? quien a pesar de conocer sus defectos,

79
debilidades dominantes, en Su Gracia Divina le
permitió formar parte del más grande grupo que líder
alguno ha soñado. Y aun así es ahora guía de ciegos,
siendo él mismo uno también y a la manera de Efialtes,
éste tiene el alma y el corazón deforme.

Los traidores son los que delatan tus secretos, pues


conocen tus intimidades. Ellos tienen el alma fría,
porque quien usa la traición ha muerto a todos los
principios y valores. Judas conocía el lugar secreto
donde Jesús se reunía con sus discípulos “el que lo
traicionaba, conocía aquel lugar”, él estuvo allí en otras
ocasiones escuchando Sus enseñanzas. Ahora es guía
de una turba para llevar al Maestro a la palestra pública
ante sus adversarios por la razón que le ha perdido el
respeto.

Cuando se pierde el respeto al líder se es capaz de un


acto tan vil como este que hace Judas, quien se vuelve
ojo y oído de una horda de personas a las que lleva por
la ruta secreta.

80
CAPÍTULO III

EL PLAN
OCULTO DEL
TRAIDOR

E n este capítulo abordaré el concepto de la


traición y mostraré como esta palabra es una de
la más repulsiva del mundo. Y también su práctica como
estilo de vida evoca o despierta dos grandes fieras
destructoras de la convivencia y la paz.

Además, usted conocerá el plan oculto del traidor


Judas, y cómo con sus acciones él está rompiendo el
compromiso de lealtad que se establece entre un líder y
un seguidor. Está deshonrando el pacto en el que se
basan las relaciones de liderazgo. Usted será llevado a
entender cuando un líder vende la confianza de su
maestro, y le pone precio u oferta a su confianza,
empleando lo que se conoce como maquinación,

81
mientras forma parte de la mesa, él aprovecha cualquier
oportunidad para poner la zancadilla, usando una de
sus astucias predilectas que es el cinismo.

Vendiendo la confianza de su maestro

Entonces Judas Iscariote, uno de los doce, vino a


los principales Sacerdotes para entregarle.
Marcos 14:10

En la imagen mental que uno puede hacerse consigue


prestar atención a Judas, caminando soterradamente
por el camino de la deslealtad y del irrespeto, presto a
vender su conciencia a los mercaderes del mal como los
Fariseos y Saduceos; líderes corruptos de antaño.

Bien podría definirse la “traición” como la acción y el


comportamiento que quebranta y rompe la lealtad que
debe tener un discípulo hacia su maestro, mentor o líder
de cobertura. En el mundo hay tantas palabras
repelentes que el sólo pronunciarlas causa estupor, pero
la que lleva la banderola es la “traición,” esta se define
como la falta que se comete quebrantando la fidelidad o
lealtad que se debe guardar o tener a alguien o algo. Se
cree que Pueden hallarse tantas posibles traiciones
como estrellas en el firmamento.

82
Además, podríamos decir que ésta tiene varias
dimensiones en su definición según la Enciclopedia
Libre Wikipedia20: “Técnicamente, es traición renegar
con dichos o acciones (sean estas voluntarias o
involuntarias), un compromiso de lealtad hacia una
idea, asociación, o grupo de pertenencia.
Familiarmente, la traición consiste en defraudar a
familia, amigos, grupo étnico, religión, u otro grupo al
cual pueda pertenecerse, haciendo lo contrario a lo que
los otros esperan. En términos legales, la traición
consiste en una conducta desleal hacia la nación.”

Pero también podemos incluir uno de los contextos


más comunes a esta palabra es la infidelidad entre
cónyuges, pues quien incurre en la deslealtad de la
pareja, despierta dos monstruos fierosos, la
desconfianza y los celos. Dentro de la vida matrimonial
el adulterio en todas sus presentaciones (mental,
emocional, visual, física, espiritual Mt 5:27-28), es uno
de los signos de traición más horroroso, pues quien lo
realiza viola sus votos de fidelidad conyugal, al dedicar
sus atenciones a otra persona. Dios creó al ser humano
con ciertos deseos sexuales que deben ser satisfechos en
el marco del matrimonio, fuera de esta provisión es
adulterio y fornicación. No debemos acceder a que algo
tan vil como la traición, sea del tipo que sea, trastorne la
paz y unidad de la familia, la iglesia, la amistad, la
confianza dada por nuestros líderes o jefes.

83
Pensemos en lo que está haciendo Judas, “vino a los
principales Sacerdotes para entregarle”, fue a hablar
con los principales sacerdotes para entregar a su líder,
me he preguntado mil veces ¿Qué motivó a Judas a
traicionar a Jesús? Se cree que él fue un Zelote, y se
desilusionó porque Jesús, no se iba en abierta
confrontación contra los políticos romanos, y por eso lo
observamos negociando con los líderes religiosos para
entregarle a su Maestro, con esta acción él está
rompiendo el compromiso de lealtad que se establece
entre un líder y un seguidor, está deshonrando el pacto
en el que se basan las relaciones de liderazgo.

Él ahora tiene otros intereses personales, financieros,


económicos (Zac 11:12), sea cual fuere el interés, es un
cínico paranoico que usa la infidelidad contra quien le
ama, e invirtió en su vida los valores del Reino de los
cielos (Mt 6:33). Ahora es un traidor en su máxima
expresión. Pues fue a vender al Maestro para lucrarse de
este acto, cayendo en una felonía. Judas, ahora se
convirtió en un símbolo del mal comparable con el
Diablo. Esta aptitud debe estar lejos de los líderes fieles.

El precio de la traición u ofertando a su Maestro

Y ellos oyéndolo se alegraron, y prometieron que le


darían dinero, y buscaba oportunidad como le

84
entregaría.
Marcos 14:10-11

Uno de los doce, el que se llamaba Judas Iscariote,


fue a ver a los jefes de los sacerdotes. — ¿Cuánto me
dan, y yo les entrego a Jesús? —les propuso.
Decidieron pagarle treinta monedas de plata. Y
desde entonces Judas buscaba una oportunidad para
entregarlo.
Mateo 26:14-16 NVI

Es ahora, cuando el traidor entra en pacto con los


enemigos del Maestro (los jefes de los sacerdotes),
persiguiendo su fin pasajero, tres años con Jesús, y ésta
es la forma como le paga, con ingratitud, y Judas, es un
ejemplo de ella. Él está metalizado, sirviendo al dios
Mammón, quien es el demonio de la avaricia, de la
codicia y el materialismo. Esta es la fuerza ante el cual se
arrodillan todos aquellos esclavos del dinero que
habitan en el mundo consumista de la actualidad (1 Tim
6:10). Más que ningún otro demonio, Mammón reina en
el corazón de los líderes traidores que buscan lucrarse
destruyendo a otros en su camino, ellos dividen, ponen
precio a la lealtad, a su líder, a la amistad, y a la
confianza todo por la avaricia.

Según Ritchie Pugliese, en su libro escrito: “la Unción


de Riquezas”,21: “Mammón no es un término ni una

85
cosa, sino un espíritu o personalidad maligna que opera
detrás de las cosas materiales. Por lo tanto, Mammón no
se refiere solamente a la riqueza, sino a un espíritu
maligno que pretende afectar a toda la humanidad,
incluso al seguidor de Cristo”

En la antigüedad “Mammón” era un nombre que se


usaba comúnmente para simbolizar la riqueza y a la
avaricia.

Esto fue lo que escuchó Judas, si fue que lo escuchó


en el sermón del monte: «No os hagáis tesoros en la
tierra, donde la polilla y el orín corrompen y donde
ladrones minan y hurtan, sino haceos tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde
ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro
tesoro, allí estará también vuestro corazón. Ninguno
puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y
amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.
No podéis servir a Dios y a Mammón.» (Mt 6, 19-21, 24).
Pero Judas cayó en la avaricia, ya que acepta una
recompensa de treinta piezas de plata (Mt 26:14-16) se
cree que probablemente se trate de siclos, monedas
usadas por los judíos para pagar los impuestos del
templo. Eso equivale a unas doce onzas, ciento veinte
dólares en el mercado actual, en el que el precio de la
onza de plata es de diez dólares.

86
Ahora él está cambiando un bien Celestial y eterno
por uno efímero como el dinero (Treinta monedas de
plata (Zac 11:12) ciento veinte dólares en el mercado
actual), y tras él vende a su Maestro, y condena su propia
alma, pues ya tiene otro interés en su corazón, tiene otro
amor llamado Mammón. Por eso él va a los religiosos
con una pregunta -¿Cuánto me dan, y yo les entrego a
Jesús?-. Él va como quien vende un producto, ni siquiera
le tiene un precio, pues el Señor de la vida, dejó de ser
relevante para este traidor, cualquier cosa le parecía una
fortuna, por eso entró en un pacto comercial, cuya única
motivación para entregarle era el dinero.

Ahora, Judas es una personificación de ciertas


tendencias negativas del poder corruptor de la riqueza
en el ser humano. Para él, ante el dinero nada tiene
valor, ni si quiera el hijo de Dios, ni el ser humano. Por
esta razón, la avidez por el dinero lo lleva a rechazar a
Dios, para recibir en contraprestación “treinta monedas
de plata”, según (Éx 21:32), éste valor era el precio de un
esclavo. Era una suma de dinero irrisoria, era el precio
como pago por su traición. El traidor, cruza la línea de la
honestidad, de la lealtad, la veracidad, el respeto, la
fidelidad, la gratitud, cuando hace esto es porque ha
considerado todos los riesgos y está dispuesto a
correrlos. El acto de Judas, fue compensado por sólo
treinta monedas, olvidándose de la superioridad de
acumular tesoros en el cielo en lugar de amontonar

87
dinero y bienes mundanos que la muerte se llevará con
ella, pero sus implicaciones espirituales fueron más
costosas para su eternidad (Prov 28:22).

Podríamos decir que Judas, cayó en lo que dijo Pablo:


Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación
y en lazo, y en muchas codicias locas y dañosas, que
hunden a los hombres en destrucción y perdición. (1
Tim 6:9 SEV 1569). Esto debe servir de advertencia a
todo servidor de Jesucristo y cualquier líder de la
actualidad. Huya del mal de Judas la avaricia.

El traidor es maquinador

Y buscaba oportunidad como le entregaría.


Marcos 14:10-11

El mal de la maquinación viene no en un instante, es


la evolución de una conciencia deformada
insensiblemente, paso a paso, iniciando con sucesos
pequeños (Cant 2:15) hasta dar a luz ¡el mal más grande
y alevoso, la traición! Por esta razón “buscaba
oportunidad como le entregaría”. Cada día su
conciencia cauterizada maquinaba la entrega.

Judas, buscaba su mejor oportunidad para entregar al


Maestro. Los que usan de la traición trabajan con

88
maquinación, y ésta se define como, Acción o plan;
generalmente malintencionado, preparado en secreto y
con astucia para conseguir un fin. También se refiera a
Intriga, trama. Plan oculto realizado entre personas.
Plan urdido para conseguir algún propósito,
generalmente sirviéndose de medios pocos honestos.

El que practica la maquinación se sirve de medios


deshonestos para alcanzar sus fines, es hábil en emplear
una de las características del diablo quien es
maquinador. San Pablo lo dice: “para que Satanás no
gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos
sus maquinaciones.” (2 Cor 2:11) El diablo y sus
demonios no emplean un solo método para intentar
engañarnos, sino que echan mano de diversas ardides o
artimañas. Del mismo modo, todo traicionero se vale de
múltiples maquinaciones para llevar a cabo sus planes
contra su víctima; lo hace de tal forma que no te das
cuenta sino cuando sientes el ardiente acero que ha
penetrado tus entrañas. Judas buscaba atrapar a Jesús
fuera de guardia. Y nada es que tu traidor, el más cercano
a ti use los momentos más críticos de tu vida para
arremeter contra usted, él busca su oportunidad de oro
para entregarte, infamarte, maldecirte, sacar a la palestra
pública, y usar tus debilidades como trofeo de exhibición
(Sal 41:9, 2 Sm 16:5-14). Cuando necesitas su apoyo se
fuga o te abandona a tu suerte, cómo Demás, abandonó
a Pablo por otros intereses mundanos (2 Tim 4:10).

89
Él traidor es astuto como serpiente junto al camino, es
más la serpiente y el traidor son semejante porque la
serpiente muerde en silencio, es astuta y traidora por
excelencia, de la misma forma, el traidor es meticuloso y
silencioso. Su mejor arma contra ti es tu ignorancia de
sus planes, y tu mejor método para salir con éxito de
tiempos de traición es el conocimiento. El de espíritu
traidor, intriga, disimula, conspira y engaña a quien va a
entregar, vender, o reemplazar. Siempre es frío como la
muerte, pues está lleno de ella.

El que traiciona es traicionado, pues ésta es la ley de


la compensación universal (Gál 6:7). Quien busca
ocasión de pasarla bien rico y satisfecho a espalda de
quien lo ama, tarde o temprano recibirá de la misma
medida. La ocasión premeditada, planeada y buscada
evoca en la traición.

La maquinación es una aptitud satánica y ésta no


puede ser parte de un verdadero líder como usted. No
uses de ella, porque la corrupción del alma daña tu ser y
desdibuja el carácter de Dios, de tal manera que logra
que tengas más parecido a Lucifer (Jn 8:44). Con el pasar
del tiempo, los traidores terminan perdiendo la
perspectiva de su verdadera función en la vida,
traicionándose a sí mismos, y a su conciencia moral, si
es que la tienen.

90
El traidor Hace parte de la mesa

Y llegada la tarde Él fue con los doce


Y como se sentaron a la mesa y comiesen, dice
Jesús, de cierto os digo, Que uno de vosotros que
come conmigo me ha de traicionar
Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a
decirle cada uno por si, ¿seré yo? Y el otro, ¿seré yo?
Y El respondiendo les dijo, Es uno de los Doce, que
moja Conmigo en el plato
Marcos 14:18-20

La noche del jueves en el Cenáculo, Jesús cena por


última vez con sus discípulos, todos están alrededor de
la mesa. En esos días la costumbre de sentarse a la mesa,
significaba estar en un lugar de honor con una persona
fuertemente importante. Están con El Maestro los
discípulos de su plena confianza, y autoridad de su
reino. Esta es la escena gráfica: “se sentaron a la mesa”
tiene una fuerte connotación de intimidad, reservada
para sus discípulos más íntimos.

En esta mesa Judas tiene un lugar reservado de honra


en la intimidad de Su Maestro, pero él no corresponde
con el mismo sentimiento sino con traición (Sal 41:9, Jn
13:18-21). Los traidores comen de tu mismo plato, se
lucran de tu dinero, te aplauden y elogian, pero son
puros cumplidos artificiosos para no emitir sospechas.

91
Cuando muchos te dejan ellos son perseverantes, Judas,
pudo haberse ido, cuando Jesús, abrió la puerta para
que salieran algunos insurrectos; es más, debió
marcharse si aún le quedaba honestidad (Jn 6:66-67).
Por el contrario, determinó seguir sentado a la mesa,
metiendo la mano en el plato. Permaneció no por
convicción de amor, ni por la fe pues ya la había perdido
en Jesús, para ponerla en otros intereses, beneficiarse o
lucrarse con la secreta intención de vengarse vendiendo
a su Líder y Maestro.

La fachada de quien sentado a la mesa consumía


bocado tras bocado, no era sino la máscara de quien en
lo profundo de su ser era maligno, perverso e ingrato,
morada del mismo Lucifer (Lc 22:3, Jn 13:2). Es el padre
del cinismo humano, que maquina muerte mientras le
sonríe a su víctima, cuando en lo más profundo hierve su
macabro plan.

Hay un relato de traición alrededor de la mesa


redonda del rey Arturo22: “Según las leyendas asociadas
al mito artúrico, Ginebra fue infiel al Rey Arturo con
Lancelot, uno de los caballeros de la Mesa Redonda. La
leyenda asocia la infidelidad de Ginebra con Lancelot a
la caída del reino de Camelot, de ahí que sea
considerada como un símbolo de la fragilidad de la
condición humana y de la perversión.” En el mítico
caso, el caballero tenía un puesto a la mesa, y se

92
alimentaba de la mesa del rey, de su sabiduría y
gobierno justo, pero sucumbió ante la seducción
poseyendo a quien no podía acceder, rompiendo su
voto de lealtad, fidelidad y confianza, todo alrededor de
la mesa. Lancelot era el caballero de más confianza del
Rey Arturo, pero se enamoró de Ginebra, la mujer de
Arturo y traicionó su confianza. El Rey le condenó a
destierro. Lo mismo hace Judas, traicionó a su Maestro,
cuando decidió señalar la ruta a sus perseguidores, salió
de la mesa de la seguridad, para introducirse en el
insólito valle de la muerte, abandonó su puesto en la
mesa para servirse a sí mismo.

El doctor en Teología Hernando Barrios, expone en su


tesis doctoral, Comida, Mesa y banquete de la Primera a
23
la Segunda Alianza que: “Estar a la mesa era un sitio de
instrucción, era entrar a tomar parte en el núcleo
familiar, comer a la mesa es sinónimo de hacer parte de
su familia. En un sentido amplio, es decir, comer junto al
patrón de casa significa para el huésped ser acogido en
la comunidad doméstica y familiar; Lo mismo que
comer con alguien, en un ambiente sencillo y familiar,
implica un profundo sentido de compartir su vida y sus
creencias; también banquetear formaliza una condición
de igualdad entre los comensales.” A este nivel
doméstico y familiar quería Jesús, llevar al Iscariote,
pero él optó por traicionarlo y ponerlo en tela de juicio.
La costumbre de mojar el pan en el mismo plato de salsa

93
indicaba confianza e intimidad (Mt 26:23, Jn 13:18, 26,
Sal 41:9), esto hizo de la acción de Judas una felonía
repulsiva, llena de hipocresía. A la mesa, pero traidor.

Si estás a la mesa es porque eres del círculo íntimo,


por lo tanto mantente fiel, para que un día no muy lejano
participes de la mesa eterna (Lc 13:28-29, Mt 8:11), esto
trae gran galardón, este estado debe llevarte a
desarrollar patrones de convivencia digna. Recuerda
que la mesa de Jesús es de amistad, comunión, es
renunciar a entrar en conflicto, uno es quien decide
entorno a la mesa ser justo o injusto. Judas decidió ser
injusto ¿qué decidirá usted?

La zancadilla del traidor

No me refiero a todos ustedes; yo sé a quiénes he


escogido. Pero esto es para que se cumpla la Escritura:
“El que comparte el pan conmigo me ha puesto la
zancadilla”.
Juan 13:18

Hasta mi mejor amigo, en quien yo confiaba y que


compartía el pan conmigo, me ha puesto la
zancadilla.
Salmos 41:9

94
Judas, había sido elegido por la Divina gracia, él no
era un desconocido, el llamamiento lo había recibido y
él aceptó, pero sus deslices lo fueron desubicando de su
verdadera razón de ser en Cristo, él no estaba destinado
para esa misión de entregar a su Maestro, pudo haber
sido cualquier miembro del grupo, pero él desarrolló un
carácter infiel, hasta dejarse seducir por Satanás para
buscar la forma de entregarle (Jn 13:2).

Jesús, manifestó que el traidor tenía un grado de


intimidad y cercanía profunda con Él, pues compartía de
la mesa de la comunión y de su banquete (Mt 26:23, Jn
13:18, 26, Sal 41:9), pero eso no era suficiente para una
conducta que se sirve a sí mismo y persigue su fin
diabólico como es la infidelidad y ésta lo llevó hacer el
que pone la zancadilla según lo denunció Jesús: “me ha
puesto la zancadilla”. El Diccionario Manual de la
Lengua Española define así esta palabra: Zancadilla24 es
“Acción de cruzar una pierna con las de otra persona
para que ésta tropiece y caiga: le pusieron la zancadilla
y cayó al suelo. Acción con la que se pretende
perjudicar a alguien: está convencido de que no
consiguió el papel porque alguien le puso la
zancadilla.”

El de espíritu traidor busca tirarte a tierra, sacarte de tu


puesto de honor, el que te pone trascabo, traspié,
engaña, hace trampa. Él está al acecho cual fiera voraz,

95
ésta es una de las principales artimañas de un personaje
tóxico y desnaturalizado para hacerte perder el
equilibrio. En un sentido alegórico, “la zancadilla es una
estratagema mediante la cual se derriba o se pretende
derribar a alguien de un puesto o cargo”. Hay quienes
tienen como hobby realizar ese malicioso pasatiempo
contra sus semejantes o, incluso, con quienes le rodean.
El traidor es un verdadero especialista en el arte de
zancadillear. Él no te ve como amigo sino como un rival,
por eso está armado de agresiones verbales y de aptitud
extrema, lo que persigue es eliminarte del camino, pues
te ve como un enemigo.

El arte de zancadillear ha permeado la sociedad, lo


encuentras en el liderazgo eclesial, en el deporte, en los
centros universitarios, en las empresas, y que decir de la
política, en fin son muy poco los escenarios donde es
imposible no encontrarla, ella es hermana de la traición.
Al igual, que las formas de zancadilla pueden ser
diversas, éstas vienen en diversos matices como:
perjudicar los intereses, una calumnia, dificultando o
retrasando, una mentira, mover la silla, una sospecha,
hacer que alguien fracase, una denuncia, ir cuesta
abajo, un insulto, un recuerdo, una frase mordaz,
dificultar, entorpecer, colocar trampas, poner obstáculos
en el camino, (Lv 19:14, Rom 14:13, Mt 18:7). La
zancadilla es producto de la ambición y la malicia y en
el mundo de hoy tiene un lugar destacado en algunos

96
comportamientos y actitudes abominables que tienen
como única meta perjudicar a compañeros, o incluso a
subordinados y jefes, generalmente con el único
propósito de quien la usa, para beneficiarse a sí mismo.

El liderazgo del espíritu debe cultivar una vida de


integridad, respeto y amor a quien le preside (2 Tim
2:24). Jamás use la zancadilla si quiere llegar lejos en la
vida, pues ese es el estilo del traidor. El líder fiel espera
su promoción, nunca la arrebata por la fuerza, ni usurpa
puestos, porque su sello más significativo es la lealtad.
Siempre les digo a mis líderes sean como el sol, porque
en esta palabra están las tres letras que deben ser parte
de usted (S.O.L) esto quiere decir: sujeto, obediente y
leal. De hecho, podemos hacer un precioso acróstico,
pero mucho más debe ser un estilo de vida. No uses
zancadillas.

El ay para el traidor

A la verdad el hijo del hombre va, como esta de Él


escrito: más ¡ay de aquel hombre por quien el hijo del
hombre es traicionado! Bueno le fuera a aquel
hombre si nunca hubiera nacido
Marcos 14:21

El “ay” en (Marcos 14:21) es la expresión con la que

97
se amenaza a una persona que hace o dice una cosa
indebida. También indica pena, dolor o temor, quejido o
suspiro. Ay es una interjección que expresa diversos
estados de ánimo, aflicción o dolor. Por ejemplo: ¡Ay,
qué alegría! o ¡Ay, me caí! Lo interesante de esta
expresión es que el significado de esta palabra cambia a
pena, temor o amenaza si está seguida de una
preposición “de”. Por ejemplo: ¡Ay de aquel hombre por
quien el hijo del hombre es traicionado!

Según el Diccionario Enciclopédico de Biblia y


Teología: “El hebreo usa dos términos principales para
«ay», hôy y ʾôy, mientras que el griego usa ouai. Esta
palabra algunas veces significa un sentimiento de
simpatía o compasión (Mt. 24:19), o una expresión de
desprecio o lamento, como «¡Ay de mí…!» (Sal. 120:5).
En otros lugares tiene un significado oracular y es una
forma de anatema, maldición, o advertencia de
castigo”.

El ay contra Judas por su proceder malévolo, va


acompañado de una declaración: “Bueno le fuera a
aquel hombre si nunca hubiera nacido”. Indicando que
el terror que experimentaría en el infierno sería muy
grande. El más atroz de los tormentos por su condición
de traicionar a su Maestro. Por eso el ay está indicando
que es culpable y pagará su traición, esta conlleva al
más terrible castigo.

98
“En la obra de Dante Alighieri, La Divina Comedia, la
traición es el máximo pecado que se pueda cometer y
amerita la peor de las condenas, ser devorados por el
mismo Demonio, siendo Judas, Bruto y Casio
destrozados y comidos literalmente por Satán.” ¡Ay de
los Judas! que son causantes de grandes males. No hay
lugar para los traidores no arrepentidos en el cielo, su
destino es el Hades. La grandeza huye de ellos y la
sabiduría se espanta a sus pasos.

En una ocasión Jesús pronunció una lista de ayes


contra los Escribas y Fariseos hipócritas y contra
ciudades (Mt 23:13-17, 23-30, Lc 10:13-16). Pero El ay
pronunciado por Jesús en relación a Judas, es una
advertencia contra los traidores, de lo mal que será si se
persiste en ese estilo de vida, de engaño e hipocresía,
ésta fue una terrible sentencia, que hizo enrojecer de
vergüenza al culpable del crimen más horrendo que
hombre alguno ha sufrido. Toda traición conlleva a su
ay. Los líderes fieles, revestidos de lealtad serán
recompensados, los infieles tendrán su ay, más
temprano que tarde, pues la ley de la retribución no se
hace esperar. ¡Ay del traidor…! Bien dice la Biblia: ¡Ay
del impío! Le irá mal, Porque lo que él merece, se le
hará. (Is 3:11 NBLH)

99
Desenmascarando al traidor

—Señor, ¿quién es? —preguntó él, reclinándose


sobre Jesús.
—Aquel a quien yo le dé este pedazo de pan que
voy a mojar en el plato —le contestó Jesús.
Acto seguido, mojó el pedazo de pan y se lo dio a
Judas Iscariote, hijo de Simón.
Juan 13:25- 26 NVI

En medio de la última reunión de equipo que sostenía


el gran líder Jesús, con su grupo de ensueño, susurró una
conversación privada entre su discípulo Juan y Él, un
diálogo a baja voz, no escuchado por todos: -Como me
temía, mis sospechas eran ciertas, entre nosotros hay un
traidor-. El tener un personaje así en medio de cualquier
organización, de hecho, es una gran catástrofe, y
desenmascararlo requiere coraje, valor, templanza,
altura y amor, sin convertirse uno mismo en uno.

¿De qué manera desenmascaró Jesús a quien le


traicionaría? Él lo hizo mostrando amor, utilizando una
costumbre de dar un bocado como gesto de honra, así lo
25
describe Macarthur , “lo dio a Judas Iscariote. El
anfitrión de una fiesta, que en este caso era Jesús, tenía
por costumbre preparar un bocado especial y sabroso
para darlo a cierto invitado como un gesto especial de
honra y amistad. Dado que Jesús lo entregó con tanta

100
facilidad a Judas, se ha sugerido que él quiso sentarse
cerca del Señor en un lugar de honor. Jesús demostró así
un gesto final de su amor por Judas aunque éste lo iba a
traicionar”

Viendo esta escena, podemos pensar que los


traidores buscan puesto de honor, lo más cerca posible
de su víctima, ellos aman los privilegios, los primeros
puestos, disfrutan el estar íntimamente ligado a quien va
a entregar o delatar. Es importante recalcar que la
manera como tú enfrentes a un traidor para
desenmascararlo determinará de qué estás hecho, el
espíritu con que lo hagas evidenciará tu carácter. Jesús,
no se increpó contra Judas, no con dureza, ni severidad.
lo delató con amor. ¿Tendría usted el coraje de Jesús?
¿Dando honor a quien procura tu deshonra? ¿Tendría
usted la elegancia de desenmascarar aún traidor con
tanta delicadeza? Una pregunta final, ¿Puede usted
brindar amor, aun estando al tanto que tú traidor busca
tu muerte? Solo los que son como Jesús, pueden actuar
como Él, amar como Él ama, y perdonar como Él nos
perdona. Ama y te parecerás a Cristo. Odia y te
parecerás a quien te traicionó (Mt 5:44-48).

La única manera de extraer de nuestro cuerpo y alma


el veneno que nos inyectan con la traición, es
perdonando. Perdonar es romper la cadena para salir
del lugar de la amargura, la desconfianza y el mortal

101
celo. Soy valiente cuando decido perdonar
sinceramente a quien deshonra mi confianza, el
resultado es que este acto del perdón trae la paz interior
y no deja que mi ser se obnubile. Perdonar es una
decisión que libra del mortal odio.

Jesús, dio a conocer al traidor mediante una señal:


“mojó el pedazo de pan y se lo dio a Judas Iscariote”,
con un pan mojado en salsa. ¿Por qué no hizo un
escándalo público? ¿Por qué no le dio pan seco, sino
mojado en salsa? Será que el mensaje que Él trasmite a
los líderes de hoy es lo que nos dice Matthew Henry26:
“No debemos ultrajar en público ni aún a quienes
sabemos que son nuestros enemigos y nos están
traicionando. Jesucristo se portó con Judas con la misma
amabilidad que con los demás que estaban a la mesa
con Él, a pesar de que sabía que Judas estaba a punto de
llevar a cabo su abominable traición.”

Los traidores pueden perjudicar tu vida, tu carrera, tu


matrimonio y hacer que tu trabajo se torne intolerable a
menos que lo inmovilices o desenmascares. El punto es
¿Cómo? Pues a la manera de Jesús. Él enfrentó a su
traidor en medio de la reunión con altura, sin perder lo
que es Él en esencia, manso y humilde de corazón, lleno
de mansedumbre que es la virtud que modera la ira y sus
efectos desordenados, también es una forma de
templanza que evita todo movimiento desordenado de

102
resentimiento, además, es poder bajo control: Jesús,
tenía la capacidad de vengarse pero lo pone todo bajo
control, sabemos que tenía el poder de ipso facto para
lanzar a Judas a la mismísima mazmorra del infierno,
pero no usa de agresión, teniendo coherencia entre los
hechos y sus palabras cuando expresó: “aprended de
mí, que soy manso y humilde de corazón” (Mt 11:29,
26:52-54). Conociendo que los pies del traidor siempre
llegan a su fin y su pago no se hace esperar, ¿para que
manchar lo que eres con un traidor? si ya él está muerto.
¿Para qué comportarte cómo él se comporta? Enfréntalo
sin dejar tus estribos (Gál 6:1).

Mantén la ley del amor, por si quizás lo hagas volver


de su mal camino. ¿Quién podía quitarle el derecho a
Jesús, de descargar su emoción en toda su crudeza o
acompañarla de ira, rabia, o dolor? Pues una ley superior
la del amor… quisiera preguntarle ¿cómo está su
corazón luego de pasar por un periodo de traición? ¿Cuál
es tu ánimo hacia la persona que ha quebrantado el
pacto de lealtad? Tal vez, te estés preguntando ¿Cómo
puedo perdonar a aquellos que me han ofendido y
traicionado? En (Ef 4:32, Col 3:13) en estos dos pasajes de
la Escritura, tenemos la clave para perdonar a otros, de la
manera como Dios nos perdonó a nosotros. ¿Por qué
perdonamos a los que nos ofenden? ¡Porque nosotros
hemos sido perdonados! Pero, ¡Cuánto trabajo nos
cuesta a veces llegar a perdonar! (Mateo 6:12, 14-15).

103
El cinismo del traidor

— ¿Acaso seré yo, Maestro? —le dijo Judas, el que


lo iba a traicionar.
—Tú lo has dicho —le contestó Jesús.
Mateo 26:25 NVI

El gran escritor español Vicente Espinel (1550-1624)


dijo: “La traición la emplean únicamente aquellos que
no han llegado a comprender el gran tesoro que se
posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura.”

Cuando un traidor tiene su conciencia ciega,


cauterizada, corrompida es porque la ha perdido y
comienza a emplear un carácter carente de toda virtud y
lejos del fruto del Espíritu, él emplea artimañas como el
cinismo27. El concepto de cinismo proviene del latín
cynismus aunque tiene origen griego. El término
permite hacer referencia a la impudencia, la obscenidad
descarada y la falta de vergüenza a la hora de mentir o
defender acciones que son condenables.

El cínico Judas, tiene la desfachatez de preguntar


¿Acaso seré yo, Maestro? Eso es impudicia, impudor,
desvergüenza, procacidad, descaro. Es alguien que
conoce sus andanzas, pero trata de ocultar sus
verdaderas acciones. Él tiene la desvergüenza de hacer
algo que merece la desaprobación y aun así pregunta: -

104
¿Acaso seré yo, Rabí?-. Tratando de exculparse, pero la
Divina respuesta le dice: “-tú lo has dicho —le contestó
Jesús.”-. Tiene el descaro de preguntar si es él quien va a
traicionar, pero aun así la postura de Jesús frente a su
traidor fue tan discreta que los demás no oyeron.

Preguntemos muy internamente ¿Cómo lo haría yo?


¿Cómo podemos curar la herida que nos deja la traición?
Porque en el ánimo de querer acabar con el traidor me
puedo ir yo también. Nos urge asirnos de la discreción y
el perdón, estas son cualidades de un líder del espíritu
que lo proyectan a la grandeza. Si algún día te ves
rodeado en un ambiente de traición, puedes tener dos
opciones: vivir en amargura de espíritu o tomar la firme
decisión de perdonar, te aconsejo esta última para que
desahogues tú alma y disfrutes la paz interior.

Con su pregunta ¿Acaso seré yo, Maestro? El


traicionero, trata de evitar toda sospecha sobre sí
mismo, es como un sofisma de distracción, a ver qué
tanto saben de sus andanzas, aunque en el fondo sabe
que de él es quien se habla. Es un descaro del puro,
aparentar no tener velas en el entierro, siendo el
planeador, pensador, calculador de la traición más vil.
Así obran los traidores con las manos en el complot, y
aún preguntan ¿seré yo, maestro?

El cinismo es propio de los traidores, vive lejos de esta

105
práctica. El término cinismo es utilizado como sinónimo
de hipocresía, por eso, quien lo práctica es actor del
engaño, alguien que finge ser lo que no es, mimetizando
sus verdaderas intenciones, es el que aparenta para
engañar de esta forma a otras personas.

El afán de querer improperar públicamente a alguien


que ha quebrantado tu confianza, puede llevarte a
perder tu compostura, valor y dignidad, al punto de
parecerte a la misma condición del que te ha ofendido,
nadie puede robarte el derecho a sentirte dolido y triste,
e incluso con ganas de vengarte, salvo que el hacerlo te
lleva también a ser un traidor. Recuerde que el secreto
para un líder genuino está en parecerse más a Jesús,
Quien en las provocaciones sabía cómo reaccionar,
actúa como él lo hizo con amor, aférrese al bien (Rom
8:29, 12:9). El asunto tiene que ver en cuál es la mejor
forma de adoptar una posición contra la ofensa
cometida en tu contra, que sea en base a las normas de
Jesús (Lc 6:37, Mc 11.25).

106
CAPÍTULO IV

LA TRAICIÓN
EN SU MÁXIMA
EXPRESIÓN

N inguno llega a la traición de la noche a la


mañana. Es un proceso de descomposición,
que poco a poco va acallando a los vigías internos de la
moral, la conciencia, el buen juicio, la prudencia, la
lealtad y la fidelidad, dando como resultado la traición.

En este capítulo abordaré la traición en su máxima


expresión, y como en el camino del liderazgo hay que
saber que cada uno tendrá un traidor, así como Judas
llegó a ser de Cristo. Pero también plantearé las
aptitudes funestas del traidor cuando se desarrolla un
carácter malsano, las alianzas en las que se sumerge, las
señales que usa para entregar a su víctima, y cómo éste
puede convertir gestos afectivos en actos de traición.

107
Además, mostraré la historia no de Jesús abandonando a
Judas, sino a éste abandonando a Jesús.

El proceso de la Traición

“…, y JUDAS ISCARIOTE, que llegó a ser el


traidor.”
Lucas 6:16

“…Judas, el traidor, estaba con ellos.”


Juan 18:5

Ninguno llega a la traición de la noche a la mañana es


un proceso de descomposición, así se señala sobre
Judas: “y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.”, él
poco a poco fue acallando a los vigías internos de la
moral, la conciencia, el buen juicio, la prudencia, la
lealtad y la fidelidad, dando como resultado este mal. Y
el producto final fue un principio satánico fruto de una
conducta inmoral, lejos de toda ética y espiritualidad.
La conciencia en los seres humanos señala un sentido
moral (Rom 2:14-15, Hch 24:16), pero este discípulo
tenia corrompida, cauterizada y distorsionada esta
capacidad de distinguir entre el bien y el mal, por la
posesión del maligno (1 Tim 4:2, Tit 1:15). Note lo que
dice el texto: “…, y Judas Iscariote, que llegó a ser el
traidor.” (Lc 6:16.) Lo que da a entender es que él no era

108
traidor, sino que llegó a ser, fue progresando hasta este
nivel de estupidez por ambición propia, comenzó
dándose libertades para convivir con situaciones
pecaminosas en su vida, embadurnándose de refinados
artilugios, adornando las pasiones malignas,
mimetizándolas. Y dejando que dentro de su corazón y
alma, creciera la miseria de la infidelidad, la injusticia,
la vanagloria de la vida, el egoísmo, la suficiencia, las
liviandades y la traición (Heb 3:12).

Aunque, “…Judas, el traidor, estaba con ellos”


físicamente, en su corazón había sacado al Salvador de
su alma. Esto nos puede enseñar que no basta el ostentar
u ocupar una posición ministerial, predicar el Evangelio e
involucrarse en ciertos compromisos dentro de la iglesia,
esto en si no es indicativo de tener buenas intenciones y
tener realmente la vida consagrada a Dios. Judas, hacia
todo esto pero vivía su propio estilo de vida amoral.

Se dice que entre los dolores más profundos que se


puedan encontrar en la vida, está la traición de un
amigo. Y él está propinándole ese dolor a Jesús. Cuando
el tipo de liderazgo de Jesús, como un mesías espiritual y
no literal, hizo que Judas llegara a cundir en la
desilusión, fue entonces cuando pensó ganar un dinero
traicionando a su Maestro. En el camino del liderazgo
hay que saber que cada uno tendrá un traidor. Judas
llegó a ser de Cristo.

109
Judas, dejó de desarrollar un carácter cristiano. Se
sabe que el carácter de las personas determina lo que
piensa y lo que hace, esto tiene que ver con su aspecto
moral. Lo que notamos es que el Iscariote, se desubicó,
acumulando pensamientos perversos, los cuales se
manifestaron en actos, aptitudes, y hábitos que se
transformaron en un carácter pecaminoso, cuyo fruto
fue la traición. Este mal poco a poco creció en su ser
llevándolo a entregar a su Salvador. Si cómo lideres
persistimos en engañar, traicionar, sobornar, maldecir,
para lograr una supuesta visión que puede ser la
máscara de la ambición, lógicamente nuestro fin no
podrá ser otro sino similar al de Judas Iscariote (Hch
1:25).

Las alianzas del traidor

E inmediatamente, aun hablando Él, vino Judas,


que era uno de los doce, y con él una gran compañía
con espadas y palos, de parte de los Principales
Sacerdotes y de los Escribas y de los Ancianos
Marcos 14:43

El traidor Judas, dejó la compañía de los buenos, para


aventurarse con los malos, los que usan de espadas y
palos. Pero él es el cerebro intelectual detrás de la
gavilla de facinerosos que quieren asesinar al Maestro.

110
Las espadas son las armas cortas romanas y los palos
usados por la guardia judía del templo, ellos se hicieron
uno, en propósito para el mal. Los traidores tienen la
habilidad de asociarse con los que persiguen su mismo
fin, con tal de destronar, tumbar, o matar, cómo lo
hicieron Herodes y Pilatos quienes se hicieron amigos
para irse en contra de Jesucristo (Lc 23:11-12). Del
mismo modo como el querubín grande, protector se alió
con otros ángeles, para levantarse contra la autoridad de
Dios: “A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste
lleno de iniquidad, y pecaste” (Ez 28:16) y los corrieron
del cielo.

En la naturaleza de la traición opera la asociación


para el mal, pues ella busca acompañarse de quienes
han sido nuestros contradictores o enemigos ocultos o
bien declarados, es hacer alianza con el enemigo para
atacar a la autoridad, como el ejemplo de Coré y sus
aliados de conspiración contra Moisés (Nm 16:1-3).
Ahora lo está haciendo Judas cual falso amigo, porque
un traidor se acompaña de traidores, como un tomador
de tragos busca a sus semejantes. Él y sus aliados van en
busca de su ideal que es destruir. Quien se alía con
traidores, ellos mismos lo abandonaran más adelante.

Un ejemplo histórico de traición es el del general


estadounidense Benedict Arnold. Su nombre es
sinónimo de traición y deslealtad. La razón es que se

111
cambió de bando, abrazando la bandera de los
británicos durante la guerra de la independencia de su
país. Al descubrirse su falacia, para el año 1780, él
abandonó su patria y huyó a Inglaterra, según cuenta la
historia terminó su existencia con vergüenza y lejos de
la gloria ofrecida, y con un cuestionamiento por el
Parlamento Británico por haber traicionado sus
lealtades y sin poder adherirse a ningún puesto de
responsabilidad ni recibir o gozar de ningún
reconocimiento más que el del despectivo título de
traidor a la patria. ¡Qué triste resultado, para un traidor!

Así le pagan los aliados del traidor, negándole sus


ofertas que ilusionan a los de espíritus ambiciosos.
Quien traiciona a un traidor es traidor. Ser aliado debe
ser para un fin bueno, pero es despreciable cuando se
hacen alianzas que promueven divisiones eclesiales,
familiares, gremiales o en cualquier círculo de la
sociedad, trayendo confusiones, disturbios y enlutando
corazones (1 Cori 5:11, 15:33, Prov 22:24-25, Sal 1:1).

La señal del traidor

Y el que Le entregaba les había dado señal común,


diciendo, Al que yo besare, Aquel es, prenderle, y
llevadle con seguridad.
Y cuando vino, se acercó luego a Él, y le dijo:

112
Maestro, Maestro. Y le besó.
Marcos 14:44,45

“Y el que Le entregaba les había dado señal común,


diciendo, Al que yo besare”. Este era el santo y seña
entre Judas y sus nuevos aliados. El traidor siempre emite
señales para que sus aliados sepan cómo va el asunto, o
cómo va el plan, estas muchas veces son indescifrables
para el traicionado y su equipo, éstas pueden ser
aptitudes, complot, comentarios o consejos mal
intencionado, él encubre su culpabilidad.

La señal arreglada de antemano de la traición con la


que Judas, se comprometió a identificarle y a entregarle
a Jesús, fue un beso. “Al que yo besare.” Este era el ardid
perpetrado por el traidor y sus aliados. Él les dijo: “a
quien bese intensamente ese es el que buscan”. Y este
gesto sería el más infame acto de traición en la historia
de la humanidad, este hecho es la madre de todas las
traiciones. Él está haciendo aparentemente algo
amoroso, pero fue la cosa más sórdida, asquerosa y
odiosa, convirtiéndose de paso en el responsable de esta
historia de maldad, vergüenza y actor de un suceso
despreciable. Con este proceder se denigró por toda la
historia humana, y ningún esfuerzo humano puede
desdibujar esta escena diferente, pues es imposible. Por
esta razón se dice en Proverbios 27:6 “Fieles son las
heridas del amigo, pero engañosos los besos del

113
enemigo”. El de judas es un beso engañoso. Ese era el
beso de la traición.

Los traidores saben cómo disfrazar sus cosas, los


signos o códigos de traición son muy discretos, incluido
la actuación del individuo, pues mimetizan cual lagarto
su actitud y personalidad cambiante. La señal del traidor
es su marca distintiva, él te tiene bajo la mira telescópica
para que el tiro infame de la traición se concrete con el
ánimo de entregarte.

El amigo que traiciona

Y Jesús le dijo: -Amigo, ¿a qué vienes?-. Entonces se


acercaron y echaron mano a Jesús, y le prendieron.
Mateo 26:50

La traición que proviene de alguien muy íntimo como


un (un cónyuge, amigo, compañero de trabajo, un jefe,
alguien que se le ha extendido la mano) es sin duda un
golpe muy duro al sentimiento humano, debido a que es
una ruptura con la confianza brindada y llena de
desconcierto la vida.

El versículo antes citado nos muestra a Jesús,


llamando “amigo” al traidor Judas, quien viene al frente
de una turba para entregar a su líder, pero Jesús lo recibe

114
como a un “amigo” es que para eso lo llamaron al
ministerio, para ser amigo inseparable del Maestro, pues
en una ocasión el mismo Señor manifestó que Él
personalmente ya no les llamaría siervos sino amigos:
“Ya no os llamo más siervos, porque el siervo no sabe lo
que hace su señor. Pero os he llamado amigos, porque
os he dado a conocer todas las cosas que oí de mi
Padre.” (Jn 15:15). Según este pasaje la amistad surge de
la confidencia, porque se trata de confiar a otro lo más
personal e íntimo de la vida, que envuelve mis
pensamientos y experiencias. Los discípulos eran un
grupo de amigos escogidos para desarrollar un
ministerio sobrenatural en favor del reino de Dios, ellos
recibieron el reconocimiento del Padre Eterno por
Medio de su propio hijo.

Lo que el Padre Celestial, había hecho al escoger a los


doce discípulos era para que fueran amigos de su hijo
Jesucristo, quien necesitaba una novia llamada Iglesia,
pero uno de ellos coartó la confianza dada, y prefirió
vender, traicionar a su amigo para lucrarse, no quiso
seguir siendo amigo del novio y por ende se buscó unas
nuevas amistades, recayendo sobre su vida la
exclamación que el apóstol dijo: ¡Oh almas adúlteras!
¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad
contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del
mundo, se constituye enemigo de Dios. (Sant 4:4)

115
Judas, traicionó a su amigo, perdió su privilegio de
seguir formando parte del grupo de líderes íntimo,
enviados a buscar a la novia de Cristo, la iglesia que el
vino a redimir de todas las naciones, por eso Él le
pregunta al traidor: -Amigo, ¿a qué vienes?-. Pues sus
intenciones eran de engaño e hipocresía, venia no a
enamorar a Jesús de la novia, él traía camino de muerte y
traición, pues se acompañaba de una turba que pagó sus
servicios. Lo peor que le puede ocurrir a un amigo del
novio es que pierda su juramento de conseguir una
novia (Iglesia) para el novio (Cristo) y termine
traicionando la confianza del Cielo (Jn 3:29 LBA).
¿Cuánta tristeza produce hasta la muerte, al ver a un
amigo amado transformarse en enemigo traidor?

El beso, gesto afectivo llegó a ser un acto de


traición

Y cuando vino, se acercó luego a Él, y le dice,


Maestro; y Le besó
Entonces ellos echaron en Él sus manos, y le
prendieron
Marcos 14:45-46

…Y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al


frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle.
Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al

116
Hijo del Hombre?
Lucas 22: 47,48
Mateo 26:47-48, Juan 18:2

Una de las grandes huellas que ha dejado Judas, en la


humanidad es el convertir un gesto afectivo en símbolo
de traición, este su legado es una felonía traicionera,
que nunca debe ser parte de los que quieren vivir
piadosamente y en lealtad. Judas, al cargase de
desilusión, fue motivado por el dinero, el celo, la
maldad, se hizo parte de una misión malvada,
convirtiéndose con este acto en el mayor de los
traidores, pues dejó de ser un aliado confiable y a
manera de un ángel caído, es un demonio, no solo es
señalado de malo, es el peor de todos, pues cometió uno
de los crímenes más infames de la historia: la traición de
Jesús, por eso la historia no lo perdona, ni olvida su
destino. ¿Hasta qué punto ha llegado el desprestigio de
Judas en el mundo? Que los grandes esfuerzos
contemporáneos de plasmar esta escena con otro matiz
diferente han sido imposibles, pues está cargada de
infamia.

Al mismo tiempo, hablando sobre el beso de Judas, el


28
teólogo John MacArthur, comenta : “Además de ser una
demostración de respeto y afecto, este tipo de beso era
signo de homenaje en la cultura del medio oriente.
Dentro de la variedad de este tipo de besos (en los pies,

117
al reverso de la mano, en la palma, en el dobladillo del
vestido) Judas escogió el abrazo y el beso en la mejilla
que era, a su vez el que demostraba mayor amor y
afecto, normalmente reservado para aquella persona
con la que se tenía una relación más íntima y cercana
(como la del maestro y su alumno). Judas no podría
haber escogido una manera más despreciable de
identificar a Jesús, pues pervirtió el significado usual de
este beso de manera tan hipócrita y traidora”

Incluso, el traidor llegó saludando a Jesús, diciendo


“Maestro, Maestro”. Ya no era su Maestro, era su
víctima, él había sacado al Señor de su corazón, pero
vino “y le besó,” comenta MacArthur “en el original, “le
besó” es una forma acentuada del verbo “besar” de
Marcos 14:44, se denota una expresión continua y
ferviente de afecto (Lc. 7:38, 45; 15:20; Hch 20:37). Fue
con intensidad que Judas pretendió amar a Jesús, la
acción duró el tiempo suficiente para que la multitud
pudiera identificar al Señor”.

29
Más aún, El pastor Jack Hayford , hablando sobre “la
palabra griega, beso sugiere algo más que un saludo
improvisado, Judas le dio a Jesús la muestra de ferviente
afecto que se reserva para los amigos íntimos.” Y con
este proceder, el traidor hace que el beso como gesto
afectivo llegase a ser un acto de traición.

118
En estos momentos, la perturbación y el sufrimiento
del Señor son enormes, puesto que, la traición de una
persona amada trae siempre un intenso dolor. Jesús, está
experimentando este sufrimiento sin una reacción
irascible, rehusando a defenderse a sí mismo, por el
contrario, se mantiene manso y humilde para evitar la
violencia con Judas (Is 50:5-7, Mt 12:19). El Divino
Maestro, tan inmotivadamente traicionado no fue duro
ni inclemente, sino con un carácter de amable bondad y
compasión manejó la situación. Aún el Señor
conociendo las intenciones, no rechaza el beso del
traidor. Sencillamente alude a despertar su conciencia
que ya hacía muerta, quiere hacerle ver su fatal error
con los ojos de la conciencia y del corazón diciéndole:
“Amigo, ¿a qué vienes? ¿Con un beso traicionas al Hijo
del Hombre?”

En consecuencia, unos de los fallos más grave de


Judas fue la mentira y la hipocresía estos son marcas del
diablo. Esto es, el motivo por el que Jesús dijo a los doce:
“Uno de ustedes es un diablo (Jn 6:70)” esta naturaleza
lo llevó a hacer algo paradójico del beso, un gesto
afectivo, de tal manera, que llegó a ser un acto de
traición y de villanía. Este discípulo tuvo la felonía y
monstruosidad al convertir el beso que es la expresión
de amor universal por excelencia en un acto horrendo.
En la época de Jesús, los besos eran una forma normal de
saludarse, al igual que en muchas partes del mundo

119
moderno, donde sencillamente se aprietan las manos.
¡Cuidado con el beso de Judas!

Dicho de otro modo, no traicione a su cónyuge,


líderes, amigos, familia, jefe, sus principios y valores,
sea leal, fiel, honesto. Esto tiene gran honra.
Recordemos que traición es la acción y el
comportamiento que quebranta y rompe la lealtad que
se debe tener. Siendo líderes, tenemos un compromiso
de ser fieles con nuestro Señor y nuestras autoridades
delegadas, con los amigos, el cónyuge. El poder de la
traición transforma un gesto de honra y respecto en
actos atroces de hipocresía y vileza, un ambiente de paz
se vuelve hostil, pues suscitan dos fuertes espíritus, celos
y desconfianzas.

120
CAPÍTULO V

EL FIN
DEL
TRAIDOR

A l seguirle la huella al traidor Judas, notamos que


fue absorbido por el remordimiento, y éste es
voraz, atroz; atormenta la conciencia, carcome y
consume. Es cual animal feroz, produce un temor
espantoso y profundo del enojo Divino y de los
tormentos del infierno. La tristeza que no es según Dios
conduce a la depresión, a la desesperación e incluso al
suicidio (Mt 27:5).

Del mismo modo, le mostraré cuál es el fin del traidor,


cuando sus aliados lo abandonan, tomando la firme
decisión de usurpar la decisión Divina sobre el poner fin
a su vida, dejando un recuerdo de sangre como guía del
mal. Siendo mostrado como el que cambió un bien

121
eterno por lo temporal, dejó la Gracia Salvadora, por
lucrarse materialmente, obteniendo grandes pérdidas
las cuales mostraré a continuación, las terribles
consecuencias de su decisión de deslealtad y traición.

Remordimiento en vez de arrepentimiento

Cuando Judas, el que lo había traicionado, vio que


habían condenado a Jesús, sintió remordimiento y
devolvió las treinta monedas de plata a los jefes de los
sacerdotes y a los ancianos.
Mateo 27:3

¿Qué profundos y oscuro sentimientos se apoderaron


de Judas, por tener tan duro cargo de conciencia? Su
conciencia bajo la influencia del diablo del cual era
portador ahora, está bajo su dominio. La conciencia
humana puede ser influenciada por el Espíritu Santo,
pero también por Satanás (Rom 9:1, 8:16, Ap 12:10-11).
El primero el Espíritu del Señor, trabaja para el
arrepentimiento, pero el segundo es el maligno produce
remordimiento, acusación de condenación al ser
humano. Judas, presenció los azotes, vio a Pilato
condenando a Jesús, por eso se siente culpable por que
lo que recibió fue dinero de sangre.

En el remordimiento no hay un verdadero

122
aborrecimiento por el pecado. Uno puede estar lleno de
remordimiento por algo que ha hecho sin sentir
demasiado dolor por el pecado mismo. En tal caso, el
alma se vuelve sobre sí misma en amargura. No se acude
a Dios con juicio propio.

Judas Iscariote, “sintió remordimiento” en otras


palabras violó los valores de su conciencia, y ahora es
preso de angustia o culpabilidad. Por su villana y
sórdida traición contra el Divino Maestro, Esta culpa
que él siente proviene de la mancha que deja el pecado
en nuestra conciencia. A tal punto, que cuando
contempló su terrible resultado, no hubo un verdadero o
genuino arrepentimiento, un apartarse del pecado y del
yo para volverse a Dios. En la amargura y tormento de su
alma perdida, fue y se colgó de un árbol (Mt 27:3-10,
Hch 1:18-19) para tratar de silenciar el tormento de su
conciencia, si la tenía, aunque, cuando Satanás entra en
la conciencia de la persona se hace dueño de ella.

Es saber que, con el paso del tiempo, el remordimiento


es voraz, atroz, atormenta la conciencia, carcome y
consume, es cual animal feroz. Además, que produce un
temor espantoso y profundo del enojo Divino y del
tormento del infierno. La tristeza que no es según Dios
conduce a la depresión, a la desesperación e incluso al
suicidio (Lam 1:20). Pero no lleva a un aborrecimiento
del pecado, pues está carente de los elementos que tiene

123
un arrepentimiento genuino. En (Heb 9:14) nos explica
que la sangre de Jesucristo es la única que puede eliminar
la mancha de nuestra conciencia.

Por otro lado, el arrepentimiento es corregirse de una


opinión o actitud, es caminar hacia adelante dejando el
pasado, es pensar diferente, es reconsiderar, es
revertirse. Cuando este es genuino, confiesas tus
pecados delante del Señor, y trae un cambio a la manera
de actuar en tu vida (1 Jn 1:9, Hch 3:19).

Judas Iscariote, sintió remordimiento y este le llevó a


la tristeza, y quien se deja mover por ella cae en la
desesperación, y bajo este embrujo cualquier demencia
se puede cometer, como éste inicuo que optó por el
suicidio; pero no se arrepintió, no vino a implorar
misericordia, ni perdón a quien realmente podía
hacerlo. Jesucristo podía limpiarle de la mancha de
sangre en su alma por el dinero ensangrentado en sus
manos (1 Jn 1:9).

Un líder del espíritu debe ser sensible a la voz del


espíritu Santo quien guía e influencia nuestras
conciencias al arrepentimiento (Jn 16:8). La Biblia dice:
¿No te das cuenta de lo bondadoso, tolerante y paciente
que es Dios contigo? ¿Acaso eso no significa nada para
ti? ¿No ves que la bondad de Dios es para guiarte a que
te arrepientas y abandones tu pecado? (Rom 2:4 NTV)

124
¡Allá tú con tu conciencia!

—He pecado —les dijo— porque he entregado


sangre inocente.
— ¿Y eso a nosotros qué nos importa?
—respondieron—. ¡Allá tú!
Mateo 27:4

Hay un caso que es el de millones de personas en el


mundo, que sienten pesar en sus corazones por su mal
obrar, pero reinciden. Y lo que es peor aún, van al lugar
equivocado a buscar consuelo, y a confesar sus culpas a
quien no le puede ayudar. El tormento del pecado es
agobiante, la conciencia bajo el efecto de la
condenación, es ciega.

Es triste que Judas, después de tres años de estar con


Jesús, no supiera a donde debía ir a reconocer su mal; el
pecado ciega la razón y consume la conciencia.
Cuando el hombre se entrega a conciencia al mal, su fin
es triste, busca paz donde no la hay, consuelo donde
abunda es enojo, perdón donde existe es condenación.
Él fue a buscar alivio donde vendió sus principios, su
conciencia, a los mercaderes de todo bien preciado,
donde pensó lucrarse, para acallar su alma y encontró
rechazo, pues así le paga el diablo a quien bien le sirve.
Judas les confiesa: -¡He pecado! Ellos le respondieron -
¿Y eso a nosotros qué nos importa? —. -¡Allá tú!-.

125
Seguidamente, “Entonces Judas arrojó el dinero en el
santuario” Lo que debió arrojar no eran las monedas, era
lo que estaba en su ser, su pecado. Esto muestra que la
mancha que deja el pecado en nuestra conciencia es
tortuosa; ningún gesto, ni siquiera el arrojar unas
monedas en el santuario pudo eliminar la culpa.

Ningún precio es suficiente para acallar la voz de una


conciencia traicionera. Las treinta monedas de plata en
las manos de Judas, emitían en cada sonido el eco de la
condenación por la ingratitud atroz, ningún placer, ni
bien del mundo como pago de una traición trae paz sino
tortura al alma. Este es el inicio del ay para Judas por su
traición despiadada. Por el contrario, las personas leales
disfrutan de paz interior con la satisfacción de ser fieles
bajo la ayuda del Espíritu Santo (Col 3:15, Is 26:3–4).

Usurpando la decisión Divina

Entonces Judas arrojó el dinero en el santuario y


salió de allí. Luego fue y se ahorcó.
Mateo 27:5

En el remordimiento se siente un pesar interno en el


alma por obrar mal, pero este no lleva a buscar ser
perdonado por el Señor, tampoco habilita a la
determinación de no volver a pecar. En este se

126
experimenta tristeza, desesperación; sólo hay culpa,
tormento, depresión, desespero, acusación, lástima,
temor, preocupación, impotencia, y el individuo
todavía siente el deseo de pecar, y de suicidarse. No
obstante, el arrepentimiento según la Biblia dice:
Porque la tristeza que es conforme a la voluntad de Dios
produce un arrepentimiento que conduce a la
salvación, sin dejar pesar; pero la tristeza del mundo
produce muerte. (2 Cor 7: 10)

Por el contrario, en el insólito caso de Judas Iscariote,


cuyo remordimiento le llevó a la tristeza de muerte, y
ésta a su vez a la desesperación y por último al suicidio.
Y cuando determinó acabar con su existencia terrena
aplicándose la autoeliminación, para acallar su
conciencia vil, usurpó el lugar que le corresponde a
Dios, en decidir el fin de la vida humana, Él es el único
dueño absoluto de la vida y la muerte (Dt 32:39, 1 Sm
2:6). Los Judas se autodestruyen, se ahorcan. Esto es
arrogancia humana, sobreponiendo su propia voluntad
a la de Dios, éste no es sino un paso a las más densas
tinieblas, es facilitar el trayecto para ir al infierno.

El Diccionario de la Real Academia Española, define


30
el suicidio como: “(Voz formada a semejanza de
homicidio, del latín (Sui), de sí mismo, y (Cidium),
matar). Acción y efecto de suicidarse. Acción o
conducta que perjudica o puede perjudicar muy

127
Niveles de Liderazgo del Padre de la Fe

gravemente a quien la realiza”. Literalmente es


producirse la muerte de uno mismo, Se debe entender el
suicidio como una acción libre, voluntaria y sin
coerción. Desde el punto de vista Bíblico es asesinato. Y
nunca será un camino aceptable para un hijo de Dios.

La Biblia menciona algunos casos de suicidio, pero


estas personas tenían estilos de vida rebeldes, traidores,
desobedientes y crueles, esta es la lista: Saúl (1ª Sm
31:4), Ahitofel (2ª Sm 17:23), Zimri (1ª Re 16:18), y Judas
(Mt 27:5). En estos casos ellos pretendieron de manera
deliberada, tomar el papel de Dios y decidieron cuándo
terminar con su existencia terrena, olvidándose que hay
una vida en el más allá.

Judas, desea por medio del suicidio, escaparse de ese


momento tan difícil, esperando que todo termine y por
fin descansar en un santiamén, pero es un remedio peor
que la enfermedad de su alma, pues aceleró su paso al
tormento eterno al “ay” pronunciado por Cristo, donde
la voz de su conciencia, y sus manos manchadas de
sangre inocente nunca se limpian, se fue al mismísimo
infierno, donde el gusano no muere, y solo hay crujir de
dientes (Mt 25:30, Mc 9:44, 48). La traición en sí es un
suicidio, y este contradice la inclinación natural del ser
humano a conservar y perpetuar su vida. Por esta razón
para los líderes de Cristo, éste nunca debe ser una
opción para salir de los problemas temporales, nuestra

128
salida es Jesús, Él es nuestro descanso (Mt 11:28). El final
de Judas, es una historia trágica, porque no tomó las
decisiones correctas, haciéndose como un monstruo
que no puede ser reivindicado.

Un recuerdo de sangre

Los jefes de los sacerdotes recogieron las monedas


y dijeron: «La ley no permite echar esto al tesoro,
porque es precio de sangre.» Así que resolvieron
comprar con ese dinero un terreno conocido como
Campo del Alfarero, para sepultar allí a los
extranjeros. Por eso se le ha llamado Campo de
Sangre hasta el día de hoy.
Mateo 27:6-8

Ésta es otra de las huellas de Judas; el Campo de


Sangre es un monumento a la deslealtad del traidor, un
recordatorio que ha perdurado por generaciones. El
liderazgo desleal produce muerte, por el contrario, el
liderazgo del espíritu transfiere vida.

En cuanto, al terreno en mención comenta Mathew


Henry, lo siguiente: “el porqué de este (Campo de
Sangre) 3 1 para perpetuar la infamia de quienes
compraron y vendieron la sangre de Cristo. Este campo
se llamó Hacéldama en hebreo, es decir, campo de

129
sangre; no lo llamaron así los principales sacerdotes,
quienes pensaron que con este lugar de enterramiento,
sepultaban también el recuerdo de su crimen, sino fue el
pueblo del común.” Según la historia se dice que este
campo fue usado hasta mediados de los años 1800 para
este fin: el entierro de los muertos no honrados. Su
ubicación era al sur de Jerusalén, al otro lado del Valle
de Hinom.

Cada vez que se menciona este campo se recuerda


que se originó por el pago de una traición, pues el precio
no podía ir a las arcas del templo por ser precio de
sangre, considerando que el alquiler de un traidor era
equivalente al pago de una prostituta (Dt 23:18.). Esto es
la hipocresía de religiosidad más grande que existe, era
como “colar el mosquito y tragarse el camello”. Lo que
hasta el día de hoy representa el poco valor que los
traidores le dieron al hijo de Dios, pues le pusieron el
precio de un esclavo (Zac 11:12-14, Éx 21:32).

Los traidores dejan marcas de deshonra, aún su


nombre se desprestigia, olvidándose que es de más
estima el buen nombre que las riquezas como oro o
plata (Prv 22:1). El nombre Judas era un nombre común
entre los varones judíos de aquel tiempo; es la forma
griega de Judá, hoy se fue al traste, es sinónimo de
traición, es despectivo llamar Judas a alguien, se ha
h e c h o u n m o n u m e n t o q u e h a m a rc a d o l a s

130
generaciones. De igual forma el campo de Sangre es un
recordatorio de la traición y de la deshonra. Lo que
hacemos deja una marca o huella, buena o mala,
cercioremosno que no sea la de Judas. Sería importante
preguntarnos ¿Cuál es la marca que espera nuestro
Creador que dejemos? Sin duda que no es la de la
traición. Él espera que tengamos solidez espiritual,
coherencia de carácter en nuestras palabras y acciones.
No a la manera del mal ejemplo de Judas, quien tuvo
falta de coherencia entre los valores y la conducta…

Guía del mal

Varones hermanos, convino que se cumpliese la


Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la
boca de David, de Judas, que fue guía de los que
prendieron a Jesús.
El cual era contado con nosotros y recibió parte en
este Ministerio.
Hechos 1: 16-17

Judas es símbolo de los ignorantes y ciegos que


dirigen a otros a la perdición, así se refirió Jesús en una
oportunidad sobre la ignorancia de los religiosos
“Dejadlos; son ciegos guías de ciegos. Y si un ciego guía
a otro ciego, ambos caerán en el hoyo.” (Mt 15:14.) Los
traidores son guías ciegos, pretenden tener la luz de la

131
razón, pero no la Luz del Mundo. Recordemos que
Satanás entró en Judas, para cegar su entendimiento
acerca del Evangelio de Cristo. (2 Cor 4:4)

El traidor, se viste de oveja, pero es lobo rapaz, se


camufla de predicador, pero es falso maestro, de líder
sensato, pero corrompido, en fin, él quiere dirigir y
conducir a otros, pero como es un ciego, tanto él y sus
seguidores van a parar al mismo hoyo. Ahora Judas es
“guía de los que prendieron a Jesús”. Más bien, el traidor
es todo lo contrario de un verdadero lazarillo, quien está
para advertir los peligros que ciertas barreras puedan
representar para el dirigido, ni Judas mismo, por su
ceguera espiritual tiene advertido el peligro a cada paso,
pues usa la desobediencia como estilo de vida. Judas y
sus aliados van rumbo a la perdición, nunca siga a un
traidor, porque sus ojos del conocimiento y la razón
están obnubilados. Lo más tristes es tener como guía a
este tipo de personas, pues posee la ceguera espiritual y
lleva al precipicio de la destrucción. Cuando en una
organización, esta persona ciega se alía con otras, su fin
es nefasto, pues trae momentos difíciles. Ellos son los
que crean una sociedad apática, egoísta, mal educada e
insensible a lo que pasa a su alrededor, porque enlutan
la conciencia, el alma y el espíritu.

La traición es deslealtad, es engaño y quien sigue a un


traidor está siendo dirigido por alguien con ceguera

132
espiritual, y aún quien es encaminado es ciego. Los
Judas son ciegos y los que le siguen también, ellos son
padres de una generación pérdida, debido a su apatía
por la falta de expectativas en los valores espirituales,
morales y éticos. Los traidores encajan en lo que Isaías
dijo: “Palpamos la pared como ciegos, y andamos a
tientas como sin ojos; tropezamos a mediodía como de
noche; estamos en lugares oscuros como muertos.” (Is
59:10). Que tu guía sea un ciego, te hace ciego también.

Cambió un bien eterno por uno temporal

Este, pues adquirió un campo del salario de su


iniquidad…; de tal manera que aquel campo es
llamado en su propia lengua, Acéldama, que es,
Campo de sangre
Hechos 1: 18-19

Los Fariseos tomaron las monedas arrojadas por


Judas, como compensación por su traición, ese era un
dinero mal habido, por tanto, tenia impresa la mancha
de sangre de quien puso fin a su vida en intensa agonía,
ellos compraron su lugar de entierro, un terreno para
aquellos que tenían funerales sin honras (Mt 27:3-10).
Esto es la muestra de lo que cambió Judas, un bien
eterno por uno terreno y efímero, porque tenía puesta su
mirada en las cosas de la tierra y no en Cristo (Col 3:2), a

133
quien traicionó para lucrarse al menos en algo.

Él amó más el salario de iniquidad (Hcho 1:18),


treinta piezas de plata que alcanzaron para comprar un
lote de terreno como ganancia de su traición, donde aún
su cuerpo fue a parar (Mt 27:3-10, Hch 1: 18-19). Él
despreció la recompensa eterna más allá de la vida
prometida por su Maestro. Y al igual que Esaú, en el
antiguo testamento cambió un bien eterno por uno
pasajero como un guiso de lentejas. La traición lleva a
ganar dinero mal habido, prebendas, posiciones, cosas
que se destruyen y pierden, pues no sirven para dar
seguridad (Prov 13:11), en cambio, rechaza la herencia
incorruptible, lo que da honra, prestigio, lo moralmente
bueno y la herencia de la gracia que realmente da la
vida eterna (1 Pe 1:4-5).

Todos los que se han deslizado por el camino de la


traición han recibido deshonra, y pérdidas, pues por el
deseo incontenible de un espíritu aventajado se
precipita a perder cosas tan relevantes como la familia,
los amigos, la honra, la credibilidad, el respecto, la
confianza, los valores morales, espirituales, y aún la
propia salvación, si no hay un arrepentimiento sincero.

El afán de la riqueza, de la posición, el celo y su


desilusión por Cristo, llevó a Judas a obtener algún tipo
de prebendas económicas traicionando de esta forma a

134
su Maestro, por eso le ha sido merecedor a él, que su
nombre sea sinónimo de traición, y de cosas malas., y
ésta a su vez sea una de las palabras más detestables del
mundo. Esa fue su herencia por embarcarse en una
misión malvada.

Un líder desenfocado persigue el éxito financiero y


profesional con todas sus fuerzas, olvidándose valorar
su reputación y sus relaciones que son más altas que
estas otras metas (Prov 10:7, 22:1). Judas fue la
decepción de su familia, de sus amigos de su época y
sigue siéndolo aún por antonomasia como el traidor. El
sólo mencionar su nombre presagia animadversión
hacia el personaje desleal, complicado y controvertido.
A pesar de, un mundo donde el prestigio y el honor
parecen haber perdido su significado, debemos
proponer ser diferentes. ¡Cuidado con Judas!

Su verdadera condición es exhibida

Este, pues adquirió un campo del salario de su


iniquidad y colgándose, reventó por medio y todas sus
entrañas se derramaron.
Hechos 1: 18

Lo que el texto anterior nos muestra es un escenario


dantesco y dramático de la forma espantosa como

135
quedó el cuerpo de Judas, luego de su fatal muerte,
hablando de este suceso, déjeme decirle que existen
varias apreciaciones sobre la forma cómo se muestra su
condición luego de suicidarse mediante el
ahorcamiento:

Dice: Jack W. Hayford32“Después que Judas, se


ahorcó en su desesperación agónica, su cuerpo cayó al
romperse la cuerda o ser cortada por alguien. Este
versículo describe las grotescas consecuencias del
suicidio”. De modo similar, el evangelista Jimmy
33
Swaggart , manifiesta lo siguiente: “él probablemente
se ahorcó con su propia faja, que fue ceñida alrededor
de su cintura; la tradición dice que la rama se rompió del
árbol al cual la faja fue atada, y él se cayó pesadamente a
las rocas abajo, donde un carro pasaba, sin poder
detenerse, lo aplastó y lo desentrañó”. Por otro lado, el
34
erudito MacArthur , comenta: “cayendo de cabeza.
Según parece, el árbol que eligió Judas para colgarse (Mt
27:5) estaba al borde de un precipicio. Lo más probable
es que la cuerda que utilizó se rompió o el nudo se
deshizo, por lo cual su cuerpo se destrozó al caer sobre
las rocas”.

Esto es lo que podemos observar en esta escena “y


todas sus entrañas se derramaron”. Qué imagen tan
espantosa, es el final de la existencia de un traidor cuyo
cuerpo sufre el destripamiento, al exponer sus órganos

136
internos o entrañas. Según el diccionario de la lengua
35
española, “entrañas son cada uno de los órganos
contenidos en el interior del cuerpo humano y de los
animales. Es lo más íntimo o esencial, lo más oculto y
escondido, sentimientos de una persona”.

Esta imagen gráfica y espeluznante de las entrañas


fuera, era un cuadro muy fuerte, aterrador de
magnitudes dantescas para los transeúntes y curiosos
que fueron al lugar de la escena del hombre destripado y
órganos fuera, cuyas heces fecales yacían regadas por el
suelo, bañado en su propio excremento. Es un mensaje
visible de algo con mucho significado de lo apestoso del
acto mismo de la traición, al igual que quiere decir que
en este estado todo sale a la luz, y revela que quien
practica la traición en cualquiera de sus presentaciones
(a Dios, en el hogar, el trabajo, ministerio, amigos,
estado) es una persona sin sentimientos e infiel.

El destripamiento público de Judas, fue como la


autopsia del Cielo a lo más oculto y escondido de quien
fue un apóstol favorecido por la Gracia Divina, y se
deslizó de ella por permitirse la avaricia, la artimaña,
prácticas malsanas, que evocaron en un carácter
corrupto, lleno de deshonestidad, corrupción, mentira,
irrespeto, deslealtad, rebeldía, desorden, traición. Estos
antivalores fácilmente se pueden representar en las
materias fecales que no se hicieron esperar, como

137
muestra de lo que realmente él era en lo profundo de su
ser…

En un verdadero líder del espíritu, de sus entrañas


brotarán los sentimientos o afecciones más entrañables;
el fruto del Espíritu, amor, gozo, paz paciencia,
benignidad, bondad, mansedumbre, fe, templanza (Gál
5:22-23). Procuremos nutrir nuestro espíritu con los
valores de vida de Cristo. Para ganar la lucha contra las
afecciones y pasiones presentes en las entrañas, a quien
nutramos más predominará.

Su casa es hecha desierta

Porque está escrito en el libro de los Salmos, Sea


hecha desierta su habitación, y no haya quien more
en ella, y tome otro su cargo.
Hechos 1: 20

El apóstol Pedro, en (Hch 1: 20) da dos argumentos


sólidos como pruebas fehacientes de que tanto la
traición y su reemplazo en el apostolado estaban
profetizados para quien tuviese la desdicha de ser el
traidor (Sal 109:8, 69:25).

Siguiendo la idea de la expresión: “vuestra casa os es


dejada desierta” en relación con Judas, ésta es una frase

138
de Juicio, es una frase que lo excluye del libro de los
salvos o de la vida, su nombre según indica el texto fue
borrado por su pecado no confeso de traición. Él
rechazó, abandonó, traicionó y despreció a Cristo. Por
lo tanto, experimentará una situación de abandono: ser
dejado por Cristo para nunca ser reconocido
eternamente (Mc 8:38, Mt 10:33, 2 Tim 2:12). Esto fue el
pago a Judas por su alianza con Satanás, y lo que le
sobrevino por no arrepentirse.

Los traidores cosechan lo que siembran. La Biblia


declara lo que ocurre sobre la casa del que obra
impíamente, pero también de la recompensa de los
justos: “La casa de los impíos será destruida, pero la
tienda de los rectos florecerá.” (Prov 14: 11) Judas obró
impíamente y recibió asolamiento. Pero a los Justos a los
que andan en integridad, su casa estará próspera. Los
que viven en lealtad, fidelidad, obediencia, los que
aman a sus autoridades, sobre ellos habrá gracia sobre
gracia.

Judas, amó más el dinero por su avaricia y


experimentó la falsa y pasajera alegría que proporciona
el dinero, pero recibió la desesperación de la ausencia
de Dios y el terror de la presencia del Príncipe de las
tinieblas. “Su habitación fue dejada desierta.” Él,
renegando y apostatando del verdadero Mesías,
Jesucristo, optó por entregarlo a sus enemigos, y el pago

139
de su iniquidad fueron treinta monedas de plata.
Evidentemente, en su traición eligió el amor al dinero
antes que el Amor del Señor. Por consiguiente, le trajo
perdidas eternas “Sea hecha desierta su habitación”.

Su puesto de honor es dado a otro

…, y tome otro su cargo.


Conviene, pues que de estos hombres que han
estado juntos con nosotros todo el tiempo que el
Señor Jesús entro y salió entre nosotros,
Comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el
día que fue recibido arriba de entre nosotros, uno sea
hecho testigo de su resurrección
Y señalaron a dos, a José, llamado Barsabás, que
tenía por sobrenombre Justo, y a Matías
Y orando, dijeron, Tu, Señor, que conoces los
corazones de todos, muestra cual escoges de estos
dos,
Y les echaron suertes; y cayo la suerte sobre Matías;
y fue contado con los Once Apóstoles.
Hechos 1: 20-26

El libro de Apocalipsis es claro cuando dice: “He


aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes para que
ninguno tome tu corona.” (Ap 3:11) Judas, soltó el
honor, la honra dada por Jesucristo, quien lo llamó a

140
formar parte del ministerio del apostolado. Una de las
cosas significativa en la vida, es aprender a retener toda
dádiva o don que Dios ha confiado en nosotros, Ya que
una cosa es recibir algo de Dios y otra cosa es retenerla.
Aquí falló Judas, en su responsabilidad de retener su
llamado y tomó otro su cargo, porque él se descuidó en
su vida espiritual permitiendo que otros oscuros
intereses ocuparan su corazón, su lugar fue
reemplazado por el apóstol Matías (Hch 1: 20-26).

El liderazgo en Dios es una de los grandes privilegios


dado por Él. El ministerio es una honra y un honor que se
recibe del cielo a hombres mortales, que se espera que
con la habilitación del Espíritu Santo y la
responsabilidad humana se lleven a buen término (1
Tim 1:12, Hch 9:15). El apartarnos del verdadero fin del
llamamiento, puede llevar a sufrir pérdidas enormes, ser
bajado de ese privilegio y que otro ocupe nuestro lugar.
Siempre habrá alguien mejor que nosotros, pero la
gracia de Dios te escogió a ti, el Cielo te prefirió por
encima de los demás, por eso responde con gratitud.
¡Retén lo que tienes!

El liderazgo tiene sus privilegios, pero podemos ser


reemplazados de esos sitios de honor, si no se encuentra
coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Si mi
estilo de vida no es congruente con la dignidad, don,
ministerio o trabajo, siempre hay otro como dice la

141
respuesta Divina al rey rebelde Saúl: “Pero ahora tu
reino no perdurará. El SEÑOR ha buscado para sí un
hombre conforme a Su corazón, y el SEÑOR lo ha
designado como príncipe sobre Su pueblo porque tú no
guardaste lo que el SEÑOR te ordenó.” (1 Sm 13: 14)

A lo largo de la historia Bíblica, hombres de Dios,


sufrieron colapso por el pecado, pues éste paraliza e
inhabilita para el liderazgo. Por ejemplo, Adán, Sansón,
Saúl, Judas, se permitieron ciertas libertades que
socavaron sus cimientos de vida y cayeron de sus
posiciones de honra y otros vinieron a ocupar sus
puestos. Si un empresario se cae otro viene, si un líder
cristiano fracasa habrá otro que tome su cargo. Cuantos
de nosotros descuidamos nuestras vidas por andar tras
los deseos engañosos de la carne, desobedientes y
obstinados... Que Dios nos ayude a estar firmes (1 Cor
10:12). Grandes líderes han desaparecido de la escena,
baluartes de Dios han sucumbidos, pidamos que su
gracia nos sostenga cada día para al fin ser fieles. Judas
perdió su cargo u oficio, su ministerio y apostolado por
transgresión, dejó su posición y posesión eterna para
sumergirse en las más densas tinieblas que es el lugar de
los traidores.

142
Abandonó el ministerio y apostolado por la
transgresión

Para que tome la parte de este ministerio y


apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para
irse a su propio lugar.
Hechos 1:25

Según el diccionario Strong la “transgresión”, viene


de la palabra “parabaino” y significa hacerse indigno de
confianza, alejarse, ponerse a un lado, sobrepasarse,
violación, rebelión, aberración, apostasía,
desobediencia, desviación de una dirección original y
verdadera para marcharse por su propio camino.
También es el acto por medio del cual alguien va más
allá de los derechos propios para invadir los ajenos; toda
violación de la ley civil o moral. Generalmente, la
“transgresión” era “contra Jehová” (Nm. 5:6), aunque a
veces también contra el prójimo (Gn. 31:26; 50:17).

Hemos observado que Judas abandonó su posición


de servicio como uno de los doce apóstoles,
convirtiéndose en un villano transgresor pues violó toda
ley Divina, y al hacer esto con su Maestro perdió toda
confianza, haciéndose indigno por la rebelión con que
se apartó de su ministerio y apostolado por el camino de
la transgresión que es desobediencia. En todas estas
cosas se desvió el llamado a hacer parte del equipo de

143
ensueño que transformaría el mundo, pero su pecado lo
llevó a abandonar su posición de honra, honor y
privilegio Divino, amando lo temporal, que es efímero,
para perderse en las más densas tinieblas de maldad.

El lugar del traidor

Para que tome el oficio de este Ministerio y


Apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para
irse a su lugar.
Hechos 1: 25

Judas Iscariote, conocía al Señor, lo disfrutó hasta el


día en que se halló maldad en él. Y esto lo llevó “para
irse a su lugar” por caer en la obstinación que conduce
al lugar más tortuoso y candente que el hombre jamás
haya imaginado, podemos preguntarnos ¿A qué lugar se
fue Judas? ese lugar es el Infierno, donde el fuego nunca
apaga y el gusano no muere (2 Pe 2:4, Mc 9:43-48). Allí
fue a parar su alma, pues fue lo que él adquirió en su
traición, cambiando a su Maestro por treinta piezas de
plata y de ésta adquirió un terreno de muerte y por no
arrepentirse de su vileza, sino que usurpó el lugar de
Dios, Quien es el que tiene derecho sobre la vida y la
muerte, Judas se suicidó ahorcándose y sus entrañas
bañadas en heces fecales era una muestra gráfica de su
maldad por traicionar a su líder y amigo íntimo.

144
Él pensó que era el fin, y que acabar con su vida
terrena ponía términos al tormento de la conciencia si
aún le quedaba, pero no fue así, lo que hizo fue acelerar
su paso al más allá de la condenación, al fuego eterno, al
“AY” del que habló Cristo, donde hay lloro y el crujir de
dientes, allí se siente deseos de beber agua y no la hay,
porque despreció al que dijo: “yo soy el agua de vida”
allí se experimenta una sed que no puede ser saciada. El
infierno no es un estado mental, ni tampoco es la
muerte, es un estado de condenación, es un sitio a
donde van las almas sin Dios y sin Cristo, por causa del
pecado del hombre. Es un pago para todo el que no se
arrepiente de sus pecados. Ese fue el lugar que Judas
escogió, el abismo, él rechazó y le dio la espalda a quien
tiene la Gloria Eterna, Jesucristo.

La traición es el camino de los sin honores y éste fue


el que tomó Judas Iscariote, a quien la Biblia y la historia
reconocen como el traidor. Y desde tiempos memoriales
el gran Rey filósofo Salomón, habló de los traidores así:
“El buen juicio se gana el aprecio, pero los traidores
marchan a su ruina.” (Prov 13:15 DHH) Ruina en todos
los sentidos, esa fue la parte a la que se marchó Judas,
por su traición, a quien por gracia y amor, Jesús, lo llamó
a su grupo de ensueño para una misión salvífica, pero él
se deslizó por el camino de los sin honores rumbo a su
ruina por amar la traición como estilo de vida.

145
La traición es el camino más corto al éxito en la vida,
pero es también el más rápido para llevar a la ruina y
condenación en todo sentido. Es desconcertante cómo
muchos seres humanos han hecho de la traición su
principal virtud, por esto Judas, se perdió por su mala
decisión en la vida y por desarrollar un carácter
contrario al de Cristo, Quien es el modelo para
cualquier líder que desea triunfar en su estilo de vida.

Quiero terminar mostrando que el verdadero


carácter se muestra en cenar con Judas, bajo el
conocimiento de que te va a traicionar y a pesar de esto
seguir amándolo. Por otro lado, se define la traición
como el “proceder de una persona que engaña o forja
daño al cónyuge, un jefe, a su líder, amigo o a cualquier
persona que ha consignado en ella su confianza”. Los
Judas, tienen como su mayor virtud la traición, cada
acto de su vida está plagada de ella, por donde trajinan
dejan una estela de dolor, tristeza y caos. Lo que he
presentado es el trágico final para una figura trágica, un
fin vil para un villano.

Después de todo lo expuesto me hecho por lo menos


dos preguntas ¿Cuál será entonces nuestra resolución
tras haber explorado los resultados de la traición y la
deslealtad? ¿No estaremos haciendo también nosotros
el papel de Judas? Cada uno debe dar respuesta a estos
interrogantes.

146
Lo que si tengo por cierto es que en el beso de la
traición, la huella de Judas, he querido despertar la
conciencia de los líderes modernos para que vivan de
acuerdo con los valores del Reino de Dios,
manteniéndose lejos de los procedimientos, acciones,
aptitudes, métodos y malabares de una persona
inescrupulosa, llena de antivalores como el duodécimo
apóstol Judas, nunca siga su ejemplo, ni su huella. Pero
sí debemos examinar nuestras propias traiciones que
pueden aparecer afirmadas en principios
supuestamente buenos pero que no son acorde con los
principios de Jesucristo. No se puede olvidar que a pesar
de nuestras traiciones, este día Jesús se dirige a nosotros
diciéndonos: “Amigo, ¿A qué has venido?”. Quiera Dios
que nuestras respuestas sean las más sinceras, libres de
toda clase de traición.

Fin

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148
REFERENCIAS
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