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CANCIONES GUATEMALTECAS

LUNA DE XELAJÚ
Luna gardenia de plata
Que en mi serenata, te vuelves canción
Tú que me viste cantando
Me ves hoy llorando, mi desilución

Calles bañadas de luna


Que fueron la cuna de mi juventud
Vengo a cantarle a mi amada
La luna plateada de mi Xelajú

Vengo a cantarle a mi amada


La luna plateada de mi Xelajú

Luna de Xelajú
Que supiste alumbrar
En mis noches de pena
Por una morena de dulce mirar

Luna de Xelajú
Me diste inspiración
La canción que hoy te canto
Regada con llanto de mi corazón

En mi vida no habrá
Más cariño que tú
Porque no eres ingrata, mi amor
Mi luna de plata, Luna de Xelajú

Luna que me alumbró


En mis noches de amor
Y hoy, consuela mi pena
Por una morena que me abandonó

Hoy consuela mi pena


Por una morena que me abandonó

Para todos los chivos, con cariño


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En mi vida no habrá
Más cariño que tú, mi amor
Porque no eres ingrata
Mi luna de plata, Luna de Xelajú

Luna que me alumbró


En mis noches de amor
Y hoy consuela mi pena
Por una morena que me abandonó

Hoy consuela mi pena


Por una morena que me abandonó

Que me abandonó
¿Por qué será que en Sololá?
¿Por qué será?
que en Sololá
se sufre tanto por querer a una mujer,
tienes mi amor,
yo tengo el tuyo,
ese es mi orgullo y por eso sufro yo.

Será el paisaje,
será mi lago,
el que ha hecho estragos en mi pobre corazón,
es imposible
que me sienta yo contento,
si mi vida es un lamento
y la causa no la sé.

Coro
Es imposible
que me sienta yo contento
si mi vida es un lamento
y la causa no la sé.

Ay, Ay, Ay, Ay,


esa neblina
como lastima mi corazón,
Ay, ay , ay, ay,
esa laguna
como ninguna la quiero yo.
LEYENDAS

LA LLORONA.
Cuentan las historias, sobre una mujer vestida de blanco que deambula por las noches cerca
de los lugares oscuros en donde hay agua que corre o los ríos. Doña María de los Remedios
es una desdichada mujer que, por amor prohibido, ahogó a su hijo recién nacido en las aguas
de un río. Desde ese momento se encuentra condenada a vagar por las calles, campos y ríos
de las ciudades en busca de la tumba de su hijo.
Con gritos suplicantes, largos y agudos asusta a las personas, cuando llora lejos significa que
está cerca y cuando lo hace de cerca significa lo contrario. Cuentan las historias que quienes
la han escuchado ya no pueden caminar, su paso se hace más pesado y lento y sienten un
aire tan frío, con la presencia de este ser sobrenatural, que casi les paraliza el corazón.

EL SOMBRERÓN.
De acuerdo con los relatos el Sombrerón es un personaje de una estatura pequeña, del
tamaño de un dedo de la mano y puede caber escondido bajo una almohada. Viste de negro
con un cinturón muy brillante, usa un sombrero grande y unas botas con tacones que hacen
ruido al caminar.
También es conocido como “tzitzimite” y según las historias le gusta subirse a los caballos y
hacerles nudos en la cola y las crines, nudos minuciosos y cuesta mucho deshacerlos, los
caballos quedan muy ariscos después de ser montados por el Sombrerón y es muy difícil que
una persona pueda acercárseles.
También, al Sombrerón le agrada perseguir a las mujeres de cabello largo y ojos grandes, las
persigue por todas partes y les baila y canta con su guitarra de cajeta, no las deja comer ni
dormir. Es un espíritu doméstico y solo les causa daño a las personas para defenderse.
Una aventura en el desierto
Había una vez un pueblo tan lejano en el desierto, que solo había
20 personas porque los demás murieron de sed.
Un día nació un lindo bebe al que lo llamaron Jon.
Cuando tenía 10 años se hizo un niño de aventuras y tiempo
después conoció a una niña llamada Marisol.
Jon le pregunto a Marisol si lo acompañaba a la montaña de arena
más grande de su pueblo.
Los dos fueron a la montaña de arena encontraron muchas
serpientes y otros peligros salvajes, volvieron a sus cabañas y le
contaron a sus padres lo que vieron.
En la media noche se veía la sombra de una serpiente en la cabaña
de Marisol, como ella grito tan fuerte Jon la oyó y fue corriendo a
salvarla.
Jon despertó, lo había soñado todo y se dio cuenta de Marisol en la
vida real.
Ser feliz es lo más bonito
Había una vez una mama, un papa, un hijo y una hija que vivían en
una cabaña chiquita pero bonita. Casi nunca salían, según ellos eran
felices.

Tenían tres ovejitas que se llamaban Susy, Ten y Susy Mein. A ellas
núnca las sacaban a pasear, cuando de repente apareció una
lucecita del cielo lo cual era un angelito que de pronto les dijo -
porque no sacan a pasear a sus ovejitas que son muy bonitas con su
lana muy blanquita y suavecita y también pueden aprovechar para
sacar a pasear a sus niños.

Ellos no lo habían pensado y como tenían  un gran bosque de lindos


arboles, muchas flores y un aire muy puro siguieron el consejo del
angelito y ahora todos salen a pasear a aquel gran bosque y se
divierten tanto porque llevan golosinas y mucha comida. Nunca se
imaginaron lo bien que lo pasarían en familia y desde entonces
viven muy felices.

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