Está en la página 1de 11

J. C.

Indart Clase

Joyce el síntoma (Lacan) 8


9/12/2021

J. C. Indart: … ni siquiera sabemos todavía las consecuencias de eso. Y, inmediatamente entonces una lectura
nueva de la pareja S1 S2, al menos tal como funciona en los discursos. Luego de haber pasado por el hay de lo
123
Uno, Seminario 19, la precisión del Uno del significante, el Uno solo, completamente solo, sin relación con
nada, que si se lee así el significante es sub uno hasta merecería, y Lacan lo hace alguna vez, darlo vuelta, poner
un Uno grande, con mayúscula, y ponerle de subíndice significante, es el Uno del significante. 18-09-18
Esa no es la
lectura que vimos que hace acá del S que recuerda subíndice, dice, no el uno, subíndice. Dice, el matema S1 es
ahora el conjunto vacío, ese tipo de Uno, y con todo lo que se podrá después hacer saberes, el S2 leído como
símbolo, y es efectivamente un par. Pero no es un par de dos significantes, es un par de un significante y la
falta, el conjunto vacío, el Uno y el conjunto vacío, así que importantes esas dos decisiones. Ahora
continuemos, Lacan nos va a presentar problemáticas vinculadas a la presentación del nudo. Entonces, Gloria,
punto 3 para todos, si no hay más preguntas sobre lo anterior.

Para que se planteara expresamente la condición de que, a partir de tres anillos, se hiciera una cadena tal que la ruptura de uno solo,
el del medio, si puedo decir de manera resumida, volviera a los otros dos, cualesquiera fueren, libres uno del otro, hizo falta que se
percibiera que estaba inscrito en los escudos de armas de los borromeos.
El nudo llamado borromeo ya estaba pues allí sin que a nadie se le hubiera ocurrido extraer consecuencias de él.
En esto reside el resorte del error de pensar que este nudo sea una norma para la relación de tres funciones que no existen una para
la otra en su ejercicio más que en el ser que, por anudarse, cree ser hombre. No es el hecho de que estén rotos lo simbólico, lo
imaginario y lo real lo que define a la perversión, sino que estos ya son distintos, de manera que hay que suponer un cuarto, que en
esta oportunidad es el sinthome.

J.C. Indart: Bueno, hay que comentar un poco esto. Primero, ningún problema sobre la aparición de este nudo
que se llama borromeo porque lo usaba esta casa de los Borromeos, por las razones más sórdidas si quieren,
eran los pactos de estos señores feudales que podían hacer entre tres, pero si alguno se abría quedaban liberados
todos, no quedaban enganchados de a dos. O los tres pactamos, y estamos, o no hay pacto ninguno, no hay
ningún dos contra uno. Ahí estaba representado, porque materialmente se puede hacer el nudo borromeo, pero,
como dice Lacan, a nadie se le ocurrió empezar a meditar sobre las increíbles propiedades topológicas de ese
nudo. Es un nudo cadena, no es estrictamente un nudo, una manera especial de hacer una cadena.
Entonces, una vez que nos plantea eso explicita que va a partir, ya lo habíamos visto al final del 22, de la idea
de que inicialmente no hay relación ninguna entre los tres registros, no hay nudo de tres, hay un simbólico que
no tiene ninguna relación con lo imaginario ni con lo real, y lo real ni con lo imaginario ni con lo simbólico,
están sueltos. Y que se puede pensar que un cuarto va a hacer el nudo, y la idea es llamar síntoma a ese cuarto.
Así que no hay que olvidar esto con la palabra y con la nueva ortografía sinthome, lo que quieran, que la
referencia fuerte si uno dice ¿cuál es la novedad acá con la noción de síntoma? es ni más ni menos que el
síntoma ahora es un toro, como un registro más frente a lo simbólico lo imaginario y lo real, y del que lacan
piensa que es el que hace el nudo. Es el enfoque más cercano a las evidencias que aportó el psicoanálisis a
partir de Freud, a partir, les insisto mucho en esto, a partir de lo que Lacan considera los dos hallazgos de
Freud, no hay (…), hay dos. Y lo dijo ya en el Seminario 1. La teoría del narcisismo, eso nos enseña que el
imaginario humano, esa consistencia de la imagen corporal, es un imaginario que no tiene que ver con el cuerpo
ni con lo real del cuerpo. Con esto recuperamos todos los estudios de Lacan sobre lo imaginario en el principio
de su enseñanza, ¿no?, se acuerdan, ir a buscar los datos de la prematuración en Bolt etc. para mostrar que el
niño se hace una imagen corporal que no tiene nada que ver con el cuerpo real. Por lo tanto, sólo sirve para
1
hacer la estatuita, ¿no?, para uno sentirse con una forma corporal, pero no hay objetos, no hay cómo resolver las
tendencias. Así que este imaginario está suelto.
Tenemos también, les insisto, los datos clínicos en ciertas psicosis que indican, Joyce nos va a traer ejemplos,
lo que puede ser la inanidad, el cartón pintado de esa imagen corporal, cuando no suscita ni hay por detrás de
eso ningún deseo.
El otro gran hallazgo, más allá del principio del placer, o sea otra revolución, el simbolismo no es bueno, es
mortífero; teoría de la pulsión de muerte. Por lo tanto, el simbolismo no se lleva bien jamás con lo imaginario, y
si rompe el imaginario conduce inevitablemente a la muerte. ¿Está claro esto? Si de un objeto, un cuerpo, pero
si ustedes verifican que siente, es decir, que tiene imaginario, van a decir, todavía está vivo. Ahora, cuando se
den cuenta que no siente, es decir no tiene ya funcionando un imaginario, van a decir es un cadáver, ¿está?
Bueno, el simbolismo a partir de la pulsión de muerte, más allá del principio del placer, es un efecto del Uno
del significante que destruye lo imaginario, y así lleva a la muerte. Si se toma esas referencias, contrariamente a
lo que lacan pensó primero, que el nudo se podía hacer de tres, si se vuelve a estas referencias es más razonable
pensar que no podemos anudarnos de entrada, no hay manera de articular estos tres registros que están sueltos.
Y la maravilla del anudamiento borromeo es que el síntoma los va a anudar, pero no porque consiga que se
relacionen entre sí, los va a anudar, pero los tres van a seguir sin relación uno con otro.
Ven, totalmente de acuerdo, que está en el mismo lugar el síntoma así de lo que se pensó con la noción de
nombre del padre. Pero con la noción del nombre del padre vos creés que, hay un, como se decía antes en
psicoanálisis, está el simbolismo malo, que es el mortificante, y hay un simbolismo bueno, que es el del nombre
del padre. Bueno, ya no tenemos eso.
Bien, entonces esto está dicho acá explícitamente, no es que estén rotos simbólico imaginario y real y que eso
fuese como una perversión, no, ocurre que de entrada ya son distintos, sin relación entre sí, sin nada común
para poder pensar una relación, y entonces dice, tenemos que suponer un cuarto, que en la ocasión es el
síntoma. Así que en este parrafito tienen claro el planteo, a partir del nudo de cuatro entonces.

-: ¿Y se presenta como un registro nuevo el síntoma, con la misma calidad que los otros?

J.C. Indart: Y sí, y sí, a nivel del nudo es un toro más junto con los otros. Pero es el que va a hacer, el que va a
pasar por arriba por abajo, por arriba por abajo, de la buena manera, y se arma el nudo. Entonces ahora no se te
sueltan, el imaginario no se te va como en esas psicosis a un imaginario inerte, ni el simbolismo se desata y te
ametralla en las alucinaciones sin parar, ni el goce aparece en una deslocalización completa. Esas tres cosas son
así, pero el síntoma hace que tengan que tironearse, y se tironean, pero están enganchados. Sí, esa es la idea. De
a poco vamos a ir viendo que no es nada descabellada, que está muy bien.

-: Cuando dice que “en esto reside el resorte del error de pensar que este nudo sea una norma”, ¿en esto qué,
dónde en esto, en el escudo de armas, en el tema de que se piense que eso es un hombre?.

J.C. Indart: En el nudo borromeo, sí, en lo que se presenta en el escudo de los Borromeo, que es el nudo
borromeo, por eso él declara ahí, vos lo ves ahí y caés en un error, caés en el error de creer que ese es el nudo,
el de tres, que es el modo en que se compiló simbólico imaginario y real. Y que él lo explicita, como si dijera,
yo caí en la tentación de ese error, así que les digo ahora que no.

-: Este cuarto, el síntoma, ¿sería una nominación?

J.C. Indart: Nominación es un aspecto de las funciones que puede tener el síntoma, porque la nominación fue
siempre una temática vinculada a cerrar algo. Ese es el interés del tema del nombre, que el nombre detiene la
cadena de significantes, su desplazamiento terrible, y consigue en algún lugar detenerlo. Esto se llama árbol, y
no jodamos más. Esas nominaciones son precarias en el lenguaje, porque después vuelve a ganar el sentido, la
asociación libre. Pero el nombre tiende a tratar de conseguir un referente, algo fijo, apunta a algo real. Siendo el
síntoma el que aquí va a detener los desplazamientos de los tres registros que están uno encima del otro, pero
no están anudados, en la medida en que cierra porque hacen nudo hay un aspecto por supuesto denominación
por el síntoma.
2
-: Lo interesante aquí también es que él menciona la relación con la perversión, cuando uno tiende a pensar que
es algo perverso en realidad está criticando la versión del padre, la versión clásica del nombre del padre

J.C. Indart: Es que recién aquí ahora va a producir, introduce el término, pero ahora va a introducir el juego de
palabras de père versión en francés, así que tenemos que leer un poquito más pero aquí es donde aparece.

Digo que hay que suponer tetrádico lo que hace al lazo borromeo - que perversión solo quiere decir versión hacia el padre -, que, en
suma, el padre es un síntoma, o un sinthome, como ustedes quieran. Plantear el lazo enigmático de lo imaginario, lo simbólico y lo
real implica o supone la ex-sistencia del síntoma

J.C. Indart: Saben que el deseo toma su forma perversa, que es la mejor forma posible, porque hay un buen
fantasma con su fetiche, que es resultado, en la teoría viniendo de Freud, de la eficacia del nombre del padre. La
eficacia del nombre del padre es, para resumirla, constituir el deseo perverso. No la posición clínica perversa, el
uso de Lacan del deseo perverso en la medida en que proporciona un fantasma bien hecho del lado masculino,
por supuesto, es el nombre del padre. Y ese es el orden que conocemos, la solución que conocemos. Así que
está bien que Lacan diga, toda aversión hacia el padre, jugando con la palabra, es la solución perversa, es la
solución del nombre del padre. La totalidad del mercado de la moda y del mercado de la cirugía estética, y de
todo, no es poca cosa, todo eso se asienta en la perversión, y todas las chicas se arreglan y se producen, como se
dice, en el nombre del padre, es decir, de manera perversa.
Así que esa generalización repentina del término perversión estaba en cierto modo conceptualmente ya
mucho antes en Lacan, en cuanto demostró que no hay un deseo normal, y que el deseo siempre tiene formas
perversas. Entonces tenemos bien dicho que ahora hay que pasar a lo tetraédrico, al nudo de cuatro. Que en ese
nudo de cuatro uno es, por supuesto, el síntoma lo hace el que llamamos nombre del padre y el nombre del
padre pasa a ser ahora un síntoma entre otros posibles. Fíjense ya Lacan que lo que interesa es entender las
cosas conceptualmente, y ya van a ver, para no hacerse gárgaras con esto, que él puede decir: el nombre del
padre es un síntoma, o sinthome, como quieran, y te la regalo, como quieras, escribílo como quieras. Porque la
cosa no se arregla por escribirlo de una manera u otra.
Así que tenemos eso y, entonces, muy bien planteado el problema. Hay un lazo, pero muy enigmático, entre
los tres registros, si uno observa al ser parlante. Hay que suponer que están en funcionamiento tres registros y
que tienen una relación entre sí, que Lacan declara todavía ahora perfectamente enigmática. Pero no la hay si no
ex-siste el síntoma. Esto es lo que va también, más fuerte inclusive que nominación, aunque nominación está
bien como consideración de un aspecto de la cuestión, fíjense que esta idea de hacer del síntoma el cuarto en un
anudamiento borromeo, esa es una idea fuerte para sostener que hay algo real en el síntoma, pero donde real es
el hecho del nudo mismo. Hemos pensado en cambio, siguiendo a Freud, que hay un real que está en juego en
un ordenamiento normal, guiado por nuestros ideales, y que el síntoma es una especie de fea cosa que te
aparece, que hay que meterlo bajo la alfombra, y si ya no podés te vas al psicoanalista. Y el ideal de conseguir
una personalidad sin síntomas. Esto ya es una vuelta de esa concepción de 360º, porque ahora tenemos, todos
los ideales, no son nada tus ideales, donde tenés posiblemente algo real es en tu mierda de síntoma, así que
empezá a tratarlo con más cariño, porque si no fuera por él estarías desquiciado, con los registros cada cual por
su lado. Por supuesto la teoría del síntoma por represión, por sustitución significante, caduca también.
Así que en el punto 3 tenemos una presentación clarísima de esta posición de Lacan de seguir ahora en
términos de explorar la estructura borromea como un nudo de cuatro.

3
La siguiente figuración, a la izquierda, representa lo imaginario, lo simbólico y lo real separados unos de otros. Ustedes tienen la
posibilidad de unirlos. ¿Por qué? Por el sinthome, el cuarto.

J. C. Indart: Entonces en la paginita esta tenemos lo mismo que se leyó, tienen primero el nudo borromeo de
tres, fue el que hizo caer en el error, y ahora la nueva idea; los tres no hacen nudo están uno encima del otro, lo
que dice tres anillos separados, a la izquierda. Y a la derecha la manera en que un cuarto puede transformar eso
en un anudamiento borromeo, dejando, como les insisto, los tres registros perfectamente sin relación entre sí.
No es una solución de esas que nos esforzamos para hablar de una imagen que se significantiza, de un
significante que se imaginariza, de un significante que se hace goce, de un goce que se hace significante. Todos
esos esfuerzos para juntar dos cosas que no se juntan.

A partir de cuatro, tienen la siguiente relación. Es decir aquí, por ejemplo, lo imaginario, lo real, el síntoma, que represento con
sigma, y lo simbólico. Cada uno es intercambiable de una manera que - espero - les parecerá simple. Expresamente, 1 es
intercambiable por 2 y, a la inversa, 2 por 1, mientras que 3 lo es por 4 y 4 por 3.

-: ¿A qué se refiere 1 2 3 4? ¿A quién llama 1, a quién llama 2, 3 y 4?

-: Y, acá puso 1 imaginario, 2 real, 3 sigma y 4 simbólico.

J. C. Indart: Exacto. Supongamos que le das esa numeración. Qué pasa, veo por ejemplo el nudo de cuatro,
azul, verde rojo y el síntoma que es un gris. Una vez que el nudo está hecho, si ustedes lo trabajan y lo tironean
pueden hacer que pase a la posición de síntoma, por ejemplo, otro, ¿de acuerdo? El tipo de maniobra es,
recuerdan en la teoría del amor, Seminario 21, con un nudo borromeo de tres, el que tiene como una orejita para
hacer dos así y la orejita. Bueno, ese es un nudo borromeo, pero yo puedo hacer pasar al lugar del medio a
cualquiera, solamente con una manipulación que voy tironeando y cambiando el lugar de uno con otro. Lo que
acá le interesa a Lacan es que acá aparece un cierto esbozo de una diferencia porque, el 1 y el 2 yo los puedo
intercambiar y conseguir un 2 1, donde estaba lo imaginario pongo lo real, donde estaba lo real pongo lo
imaginario. Y con el sigma y símbolo, que es 3 y 4, puedo intercambiarlo, puedo poner lo simbólico donde
estaba sigma, y en lo simbólico el 3, sigma. Pero no puedo poner el 2 donde estaba el 4.

-: Lo que pasa que son cuatro y pone tres, series de tres.

J. C. Indart: ¿Cómo de tres?

-: A, no, lo estoy leyendo al revés, claro, lo tengo que leer como se lee, estaba leyendo de abajo para arriba, de
arriba para abajo. Está bien, ahora entendí.
4
J. C. Indart: No, no, claro. La primera línea es el nombre de la presentación del nudo, eso es aleatorio…

-: Entonces era eso, que se puede reemplazar uno por otro, estabas diciendo, pero no cualquiera.

-: Hay como una equivalencia pero no entre los cuatro.

J. C. Indart: Claro, es como una búsqueda de cuál es como el mejor orden para entender la cosa. El cuarto va a
ser lo simbólico, que se va a anudar gracias al tercero, que es el síntoma, y el síntoma queda trabajando entre
simbólico e imaginario. Vamos de a poco, Lacan lo va a explorando, pero acá ya tienen enseguida algo que le
interesa, donde quiere dejar con el azul y con el verde, azul lo real, es un toro que está a la izquierda, el verde
de lo imaginario. Y las orejitas que pasan adentro son síntoma y símbolo, eso que parece una galleta. Es como
si dijéramos, yo puedo, si me dan un rato, porque lleva mucho tiempo, podría pasar el verde a donde está el
azul, y el azul a donde está el verde; son el 1 y el 2. Y podría también, al rojo hacerlo el gris y al gris hacerlo el
rojo. Leamos, retomá desde “nos encontramos en la situación donde el lazo de 1 a 2…”.

Nos encontramos en la situación en que el lazo de 1 con 2, incluso de 2 con 1, tiene en medio, si puede decirse así, el 3 y el 4, es
decir, el 2: y el S. ¿De qué manera el síntoma y el símbolo se encuentran atrapados entre lo real y lo imaginario? Lo muestro con esta
figuración simple.

J. C. Indart: La representación acá la entienden, ¿no?, lo único que eso quiere mostrar es, es un nudo
borromeo, si cortan uno se deshace todo, pero lo que Lacan quiere mostrar, porque acá está como la miga de lo
que se está pensando más de fondo. Como animales que somos podemos pensar que venimos de algo real,
aunque no sea más que la vida misma, porque es un organismo vivo así que hay un real ahí, y de un imaginario,
que es simplemente el agregado que tiene lo real de la vida cuando la vida empieza a tener aparatitos de audio-
video, por decir así, lo imaginario con el que se hacen representaciones. Entonces es como pensar, tengo este
bicho, un animal, con un real y un imaginario, cómo se le incrustó en el medio lo simbólico, que es lo que
siempre pensamos, cómo apareció un simbólico que no es un lenguaje de signos, porque el imaginario animal
tiene lenguajes de signos. Lo que hace de lo simbólico un registro aparte, sin conexión con lo imaginario, es
que no es de signos, es de significantes. Y la novedad, se incrusta entre medio también el síntoma. Así que
ustedes tienen al bebe, para ejemplificar los polos fundamentales de lo real y lo imaginario, pero empieza a
decir “tutú tutú”, ustedes además le hacen tutú todo el tiempo, y vomita y hace síntomas, le aparecen en el
cuerpo cosas que no aparecen en los animales. Así que está como bien pensado decir, el tema que tenemos
sería, a partir de un real y un imaginario, que en el caso nuestro no tienen conexión entre sí, porque en el animal
el imaginario tiene conexión con lo real de su cuerpo, y le suministra todas las guías y los signos necesarios
para la supervivencia, no hay ningún animal que se quede mirando la propia imagen hasta morirse como un
idiota, nosotros sólo hacemos eso, porque es nuestro imaginario esa consistencia; estadio del espejo.
Entonces ya tienen muy bien separado, tienen un real, ese cuerpo y su vida, y un imaginario que no hace
cadena como en los animales, están separados, o sea que esto se va al muere si no interviene algo. Pero no es
sólo lo simbólico, ahora tenemos para armar eso lo simbólico y el síntoma como algo a diferenciar de lo
simbólico. Recuerdan ¿no?, eso lo saben ya, en las últimas definiciones de Lacan, es como un acontecimiento
de cuerpo, con todo lo enigmático que eso sea. Esto es lo que trata de mostrar, digamos, de la presentación así
del problema. Va a haber otras, de pronto no lo satisface del todo etc., pero quiero, para que lo puedan seguir,
cómo plantear el problema. ¿Eso lo siguen? Es útil la comparación con los animales, porque lo somos, aunque
estemos como animal totalmente desfigurados por la palabra. Los animales no tienen el significante, pero tienen
lo real y lo imaginario, y cuando se estudia lo imaginario dentro de lo imaginario tienen imágenes que
5
funcionan como signos. Esa sería una cosa bien hecha. Así que, fíjense hasta qué punto ahora el planteo
recupera lo que sería como la hiancia primera a entender; la hiancia primera a entender es la hiancia entre lo
imaginario y lo real del cuerpo, por eso lo ponemos en este nudo, completamente distantes uno del otro, son los
polos de este cuarto, y uno ve bien que no tiene nada que ver, en este caso, lo real con lo imaginario. Y si
todavía sobrevivimos y seguimos infectando el planeta, tenemos que entender por qué. Siempre se pensó por el
simbolismo ¿no?, todo el primer Lacan es meter lo imaginario para que funcione dentro de una determinación
simbólica. Ahora, lo simbólico no consigue ese ordenamiento cuando uno lo reduce a lo que es, es decir
lalangue, cuando uno elimina la noción de orden simbólico. El simbólico en el nudo ya no es más orden
simbólico, de orden no tiene nada, es el enjambre de unos. Por eso no hay solución de tres, y el peso va a caer
ahora al síntoma. Pero, es evidente que hay una relación compleja entre síntoma y símbolo, se comporta el
síntoma, es fácil que se comporte como un significante, es la operación que hace Freud, lo toma como un
significante al síntoma y lo hace hablar. Es decir, qué dice, que tiene sentido. Esto que usted cree que es una
cosa orgánica, o que es una tos, un furcio etc., no, es un síntoma, lo cual quiere decir que tiene un sentido a
descubrir, a descifrar.
Bueno, entonces estamos mejorando en cómo se presenta la cosa, sigamos, las pruebas que hace Lacan.

-: Lo último que dijiste es que el síntoma, este cuarto, está tomado como significante, y que tiene sentido.

J. C. Indart: Eso es lo que hace el psicoanálisis. Lo único que en psicoanálisis dejó la idea de que el síntoma
tal vez no es sólo un significante es que te agotás en descifrarlo, y queda. La idea era que cuando descubrías la
verdad de ese síntoma, el síntoma desaparecía. Al descifrarlo y descubrir la verdad de por dónde había
aparecido, sustituto de qué escena traumática, el síntoma desaparecía. Pero apareció el mismo Freud que, de
pronto, el síntoma no se deja descifrar más, como si te dijera, soy así. Entonces ahí es donde empezó el tema de
que hay un real del síntoma que no se puede domesticar con lo simbólico. ¿Queda esto?

-: Es lo que decía resto sintomático.

J.C. Indart: Exacto, pero eso Lacan de situarlo como una especie, no sé, de excepción, y como si dijera, ya de
entrada el síntoma era así. No estamos diciendo nada acerca de qué efectos útiles y eficaces pueda tener
descifrarlo, pero el síntoma ya era indescifrable desde el principio, y así se va a mostrar la final, cuando te
canses de descifrarlo. Eso es un argumento para señalar por qué Lacan de a poco le va a dar esta autonomía al
síntoma, y empezar a decir, no sé, viene de lo real, no viene de la represión de un significante, no es metáfora
de un significante reprimido. No sabemos qué es, ahora es tan enigmático como cualquier otro registro el
síntoma. Esta idea es lo que Lacan trata de, por la novedad que tiene, nombrarla con un término con una
ortografía nueva, nada más que para hacer valer que esta concepción del síntoma es totalmente distinta. Y en
vez de venir a alterar el orden, porque si lo dicen siempre así, viene a alterar el orden, pero hay que saber que el
orden que altera es el del nombre del padre, pero que él es el que realmente ordena, por decir así, el síntoma.

-: O sea, la idea que el síntoma es lo que no anda, acá cambia.

J. C. Indart: Se puede decir, se lo localiza por lo que no anda, pero hay que saber que se lo localiza desde el
discurso del amo, desde cualquier familiar, lo que quieran, el discurso que dice cómo tienen que funcionar las
cosas. En ese panorama aparece repentinamente la oveja negra, y lo ubicás al síntoma como lo que no anda.
Después lo analizás y descubrís que vos andás gracias a ese síntoma, es lo más real que tenés, y que en vez de
andar reprimiéndolo, discutiéndolo, negándolo, sería mejor que hagas con eso tu vida, como si descubriese un
instrumento con el que es vivir, arreglárselas en la vida. Bueno, es un viraje enorme, vamos de a poco. Pero en
el caso Joyce se va a ver muy bien.
Bueno, ¿queda? Así que estos comentarios eran para indicar solamente que, por decir así, las dos novedades,
la novedad digamos primero, la novedad en el caso humano para entender cómo anda su imaginario y su real
fue siempre el simbolismo, idealizado por supuesto, divino, Dios nos puso el logos, la cabeza, y a los animales
no, y con ese logos somos los príncipes de la creación, con un futuro divino, a imagen y semejanza del gran
creador. Eso sí que es un simbolismo, y el nombre del padre, es lo mismo que recién les dije, ¿de acuerdo?, para
6
el psicoanálisis y para Freud. Dios, el rey, el padre, todo eso es esa función del nombre del padre, es el síntoma.
Ahora tenemos muy ampliada esa noción, y con este valor completamente nuevo para el síntoma, anudar.
Es un cambio de perspectiva muy divertido, interesante, fácil de seguir, es nada más que como un énfasis
distinto, y te permite pensar mejor las cosas. La fobia de Juanito; la fobia de Juanito lo salvó a Juanito frente a
los tres registros que se le estaban, en las crisis de angustia, yendo cada cual para su lado. Nadie se lo enseñó,
no vino el padre ni el nombre del padre a decirle: primer mandamiento, si estás así hacé una fobia, no, se la
inventó él, le ocurrió ese acontecimiento de empezar en el cuerpo a sentir miedo en relación a un objeto.
Gracias a lo cual salvó su imaginario, porque eso es lo que el miedo no es sonso. Empezó a hacer recorridos por
su casa, y en determinadas circunstancias donde él podía mantener la consistencia corporal, y no estar con la
amenaza de la angustia y sus rápidas imágenes de cuerpo fragmentado. ¿Y qué decía Lacan? Y está
exactamente en el lugar donde ahí no funcionó el síntoma nombre del padre, es el otro gran caso que siempre
doy para pensar este último Lacan ¿no?, Joyce pero se pueden pensar muchas cosas también en Juanito, y para
ver el carácter anudante del síntoma. Por supuesto, para la sociedad, para los padres de Juanito, para el discurso
del amo, un chico que no te sale de la casa si hay caballos, en esa época que estaban llenan las calles de
carruajes con caballos, eso era un no funciona, y lo llevaron a un tratamiento. Si hubiese hecho una fobia a los
tigres, en Viena, en la época, posiblemente no hubiese sido algo para llevarlo a ningún tratamiento, porque
serían muy pocas las ocasiones, alguna visita al zoológico, que nos hace un miedo en esa jaula y nada más,
bueno, se asustó. Pero en la época, no sé, era como hoy tener una fobia a los automóviles.
Entonces en vez de ver siempre el síntoma como nos llega por la demanda del paciente, que es sacámelo,
quitámelo, disolvélo, pensar primero despacito que hay que ver qué función está cumpliendo el síntoma. Y la
fobia, como ustedes saben, lo primero que dijo Lacan es que no es descifrable, no es un síntoma histérico; si
vos lo descifrás el fóbico te dice que sí a todo. ¿El caballo tendrá que ver con tu mamá? Y, sí. ¿Y no tendrá que
ver con tu papá? Y, sí. ¿Y no tendrá que ver con una mordedura brutal de una boca abierta? Y, sí. ¿No tendrá
que ver con que tu hermanita nació y entonces vos…? Y, sí. Mirá, yo te acepto cualquiera, pero yo no salgo
donde esté un caballo. Eso es un fóbico, dale el sentido que quieras. Y nunca sale nada de la represión para
explicar la fobia, eso Lacan lo precisó, y sin embargo Lacan dijo que la fobia era un síntoma. Pero no es un
síntoma por represión y sustitución, aparece, cumple su función un tiempo, y si después aparece un síntoma
mejor, no se usa más la fobia y se pasa a otra cosa.

-: ¿Por eso pensaba que en el cuatro que había que permutar, que el tratamiento de la fobia era permutación, era
producir la permutación de los términos, esa era la elaboración en juego?

J. C. Indart: No, pero esa es una elaboración para ver cómo Juanito llega a hacer el síntoma nombre del padre,
y a través de su trabajo y de su fantasía acceder a la lógica de castración y todo, lógica del nombre del padre
que Lacan señala que entró, sí, pero de una manera histérica, y que iba a quedar así de por vida. Así que todo
eso da que cuando eso se produce y ya se reinstala en el nombre del padre, la fobia caduca. Pero cuando vino
una angustia y no había solución del síntoma, es eso como tenemos que empezar a pensar, si decís esa angustia
de Juanito, eso es la aparición de que los tres registros no tienen relación entre sí, que el pensamiento empieza a
acelerarse y puede, está empezando como a pensar solo y me inunda. Mientras, no logro sentir una unidad
corporal, y el cuerpo parece que se me sale de la imagen corporal. Todos fenómenos que indican ese
desasimiento, o sea, qué indican, la verdad de la milanesa digamos, que la base de la estructura es que los tres
registros no tienen relación entre sí. Hay que sacarse la idea de normalidad y del síntoma como patológico.
Siempre decimos eso, pero cuesta mucho sacarse eso de la cabeza, y con los pacientes. Siempre tenemos una
identificación al amo y a la normalidad, y desde ahí se lee el síntoma entonces siempre como patológico.
Bueno, eso es lo que hay que ir cambiando. Sí, siempre doy esos ejemplos, una persona puede de pronto, a la
noche, levantarse sesenta veces para ir a verificar si la canilla pierde o no, pero uno puede decir, bienvenido que
le apareció eso, porque si no corría el riesgo de tirarse por la ventana. Y por lo menos mientras hacés eso estás
anudado, se necesita una imagen corporal que funcione para levantarse y caminar, ir, abrir la canilla, cerrarla; el
pensamiento se ordena, porque se pone solamente, tiene un capitón ahí, que es “y si estará, y si volverá a
perder; no, ya la revisé. ¿Y si en este momento se volvió…?” Bueno, en vez de que aparezcan ideas alucinadas,
dispersas, enloquecedoras. Entonces, el sistema de pensamiento obsesivo es un gran ordenador. No lo inventó
nadie, te agarra. Otros no tienen preferencia por esa solución y cuando aparece lo mismo se desmayan. Eso es
7
lo que he tratado de, para disfrutar de este seminario, de crear ese clima digamos, el clima de reflexionar mucho
el carácter anudante del síntoma, y no como aparece, como un defecto en la supuesta armonía del nombre del
padre. Si tienen siempre en cuenta que la base nuestra es la psicosis absoluta, tres registros que no se vinculan
entre sí, si no olvidan eso se van a hacer más amigos al leer qué trae el sujeto como lo que produjo como
síntoma. ¿Leemos un poco más, otra presentación más?

Como ven, a la izquierda hay cuatro cuerdas jaladas por R mayúscula, mientras que a la derecha I se combina con ellas de cierta
forma, pasando por encima del símbolo y por debajo del síntoma. En otras palabras, las dos del medio, síntoma y símbolo, se
presentan de tal manera que uno de los dos términos extremos las toma conjuntamente, mientras que el otro extremo pasa sobre ese
que está por encima y bajo ese que está por debajo. De este modo se presenta el lazo que expresé por la oposición de R a I.

J. C. Indart: … entonces, no es la única manera, pero tienen, todo lo que les dije, presentar de entrada la
completa oposición, en nuestro caso, entre lo real y lo imaginario. Y luego la solución es que hace el síntoma y
el símbolo, y aparece que los articula con una diferencia, porque lo real es algo que tira de cuatro vueltas que
pasan, una de lo simbólico y una del síntoma. Si ustedes tiran el azul están tirando de todo eso, mientras que lo
imaginario tiene que tejer un por arriba por abajo, un arriba por abajo, no tira de los cuatro. ¿Ven eso? Ustedes
dirán, y eso para qué me sirve; bueno, pero es que Lacan va tratando de observar estas pequeñas diferencias,
para pensar cosas sobre cómo se producen estos anudamientos. Y acá aparece, en este nudo de cuatro así
pensado, esta diferencia; lo real tironea de todo, de todo el simbólico y del síntoma, mientras que lo imaginario
queda enlazado por un paso arriba abajo, arriba abajo. Y lo pueden ver eso, el verde pasa por arriba del rojo,
por abajo del gris, y así siguiendo. Mientras que lo real pasa por el agujero del medio de síntoma y simbólico, y
tira de ahí, se lleva los dos bucles, rojo y gris. Veo caras, si tienen dificultad insistimos, pero es sencillo me
parece.

-: Sí sí, lo imaginario, el rojo queda siempre abajo, y lo gris queda siempre arriba pero en ese lazo entre esos
dos queda agarrado, mientras que el otro pasa por adentro de los dos, los agarra a los dos.

J. C. Indart: Exacto, y es una diferencia.

-: Claro, pasa por un lado debajo de los dos, y después arriba de los dos.

J. C. Indart: Lo real no se anuda de la misma manera que como se anuda lo imaginario, en relación a
simbólico y síntoma. No concluyan nada, porque son búsquedas de Lacan, y en general ninguna concluye, pero
sirven todas para pensar problemas. A ver lo siguiente, terminemos el punto 3.

Agrego incluso aquí una figura diferente, simétrica, que ustedes suelen obtener al intentar hacer el nudo borromeo de cuatro.

El complejo de Edipo es como tal un síntoma. Todo se sostiene en la medida en que el Nombre del Padre es también el Padre del
Nombre, lo que vuelve igualmente necesario el síntoma.
El Otro en cuestión se manifiesta en Joyce porque, en suma, carga con el padre. En la medida en que debe sostener a este padre para
que subsista, como se revela en Ulysses, Joyce con su arte - este arte que, desde lo profundo de los siglos, nos llega siempre como
surgido del artesano - no solo hace que subsista su familia sino que la vuelve ilustre, si puede decirse así. Al mismo tiempo, vuelve
célebre lo que llama en algún sitio my country, o mejor, la conciencia increada de mi raza, con lo que termina el Retrato del artista.
He aquí eso cuya misión se asigna Joyce.
En este sentido, anuncio lo que será este año mi interrogación sobre el arte.
¿De qué modo el artificio puede apuntar expresamente a lo que se presenta primero como síntoma? ¿Cómo el arte, el artesanado,
puede desbaratar, si puede decirse así, lo que se impone del síntoma? A saber, la verdad.

8
J. C. Indart: Muchas cosas lanza acá. Tienen otra variante que presenta en el nudo, también podemos pensar
acá igual que en la anterior, lo azul lo real, bien opuesto, verde lo imaginario y también el síntoma y el símbolo
estando ahí en el medio y efectuando el nudo. Pero no da lo mismo que el otro, porque acá, por eso dice, el otro
da una asimetría, lo real tira de todo y lo imaginario pasaba arriba abajo arriba abajo. Mientras que ahora esto es
simétrico, los dos tiran, de solamente dos. Bueno, y no te comenta nada más Lacan aquí, pero ya hay como dos
maneras de pensarlo. Ahí se detiene de lo que propone, va diciendo a nivel del manejo de los nudos las
utilidades de este nudo borromeo de cuatro, tenemos esas dos formas. Lo que se mantiene siempre acá, en las
dos formas, es la idea de que el síntoma y lo simbólico hacen como la mediación de la hiancia imposible, que es
real – imaginario. Y después, comentarios muy apretados para definir efectivamente todo lo que Freud armó
con el complejo de Edipo, y dice, es simplemente un síntoma, es decir, la idea de que ahí, en lo que él llamó la
escena edípica, el complejo de Edipo, ahí se producía el anudamiento. Lacan ya lo llama un síntoma. Y hace
este juego de palabras que tenemos que comentar, es en tanto que el nombre del padre también es el padre del
nombre que todo se sostiene, y lo que no vuelve menos necesario que tiene que haber síntoma. ¿Por qué?, el
nombre del padre, que ya era bastante importante pluralizarlo y decir bueno, hay diversos nombres del padre,
una cosa es el sujeto, por decir así, se identifica a este símbolo ya existente, hay el nombre del padre, está en la
cultura de los padres de este niño, y este niño va a entrar en las identificaciones correspondientes etc. Ese orden,
que se le va a imponer hasta en el inconsciente, y que está inscripto en lo inconsciente, si les preguntás a los
padres te dicen no sé, a mí me vino de mis padres. Nadie sabe cómo criar un hijo, y todos con una confianza
ciega tienen hijos. Aparte de creer que lo van a hacer mejor que la generación anterior, siempre resulta peor, no
importa. Pero cada uno sabe ser padre, ser madre etc., porque eso ya existía en la generación anterior y en la
anterior y en la anterior. Pero hay que darse cuenta de que son inventos, son inventos que después tuvieron un
gran éxito de transmisión. Hay algunos con éxito de transmisión mayor, o menor, o nada, pero cuando empezó,
empezó por alguien, que es el padre del nombre. Tienen los ejemplos en los nombres del padre en las
religiones. Bueno, cualquiera puede empezar a andar por la calle insinuando que es el hijo de Dios, y que tiene
un mensaje redentor para toda la humanidad, e ir al manicomio sin pena ni gloria. Pero, le puso nombre al
cristianismo, es el padre de un nombre, el cristianismo, ¿de acuerdo?, como Moisés es el padre de toda la ley
mosaica. Todos van a decir, por supuesto, Dios me inspiró. El psicoanalista no puede caer en esa trampa, cada
uno lo inventó. Ahí ven el carácter de aparición sorpresiva de invento que tiene el síntoma.
Eso quiere decir padre del nombre, que para no olvidar que atrás de los nombres del padre ha habido el
momento del padre de un nombre. Por eso lo va a poder aplicar bien a Joyce, porque Joyce, pobrecito, estaba
muy mal desde el punto de vista del nombre del padre, no le funcionó eso, pero consiguió, y es lo que
sorprende, hay que ver cómo, hacerse el padre de un nombre, y hay los joyceanos, y siguen todavía, y se
reúnen, y van a Dublín, y se pasan el día haciendo el mismo recorrido que hace la novela; no se imaginan el
mundo que hay atrás de Joyce como joyceanos, es como una secta. Bueno, Lacan la sabía bien porque él fue
también padre de un nombre. Es ese fenómeno, donde empieza a decir hay borgeanos, hay lacanianos,
freudianos. Del mismo modo hay que entender las tradiciones del nombre del padre. Por eso es imposible de
discriminar entre la psicosis y lo que va a ser un ordenamiento en ese momento en el que inventa la cosa. Por
supuesto cuando ese síntoma se transmite, se conectiviza y va anudando a mucha gente, y de generación en
generación, entonces después ya directamente pensás que eso está ahí y lo puso Dios, o que se pierde en el
principio de los tiempos, o empezó hace 7000 años, entonces ya te olvidaste del momento en que no había
nombre del padre ninguno, lo que hubo es un padre del nombre. Siempre con el mismo efecto de anudar. Con
los nudos, además, hay que sacarse un poco también la idea de que cada cual es un nudo para sí, y en sí. Los
anudamientos pueden poner en juego muchos cuerpos, más de uno seguro. Espero que quede entonces eso, es
en tanto que el nombre del padre es también el padre del nombre que todo se sostiene, y por lo tanto entonces
siempre lo necesario es el síntoma.

-: ¿Acá la diferencia tiene que ver con ese momento en el que el invento, como un primer tiempo de un invento
que después se vuelve funcionamiento, esta es la diferencia que hace entre el padre del nombre y el nombre del
padre?

9
J.C. Indart: No, la diferencia es que el nombre del padre es un nombre que ya estaba en el campo del Otro, ya
existía en el Otro, y vos te identificás con eso, si hacés el Edipo. Si saliste loca, bueno, falló, pero si no uno se
identifica con una solución que ya está en el otro. Pero para Cristo no había cristianismo, y para Moisés no
había la tradición mosaica. Ellos están bien a nivel del Otro barrado. El padre del nombre, en lugar del síntoma,
del invento, es un lugar de Ⱥ. Si eso se transmite como solución sostiene al Otro sin barrar, ordenador, para los
que vengan. Eso es en el caso de los que llamo los grandes nombres del padre, los de las religiones. Pero es lo
mismo. Cuando decís los padres de la patria, todas esas expresiones; es gente que inventa un país, no se inventó
solo. Eso es en el momento inicial, cuando no había Argentina y había que alguien nombrarla. Esos son los
padres del nombre. Después nosotros ya lo encontramos en el campo del Otro, te lo enseñan en la escuela,
pintás la banderita, decís soy argentino. Entonces, lo que quiere decir Lacan es, recuerden que el nombre del
padre oculta que en su origen fue padre del nombre, síntoma, un invento. Que fue así como podría ser de otra
manera.

-: ¿Y por qué algunos es más eficaz y otros no, eso se puede deducir de esto, por qué alguno…?

J.C. Indart: Yo creo que con anticipación no, todo lo que se pueda decires con el diario del lunes digamos.
“Este síntoma en pleno período del imperio romano, con esto y con lo otro y etc., y porque había un sentimiento
de pobreza y un tratamiento muy malo para con las mujeres hizo que esta doctrina prendiera entre las mujeres y
los pobres”; todo eso lo inventás después. Se puede estudiar, por supuesto, el porqué de esa transmisión. Y en
Lacan se vuelve importante, importante porque el psicoanálisis tiene un origen así. Son dos temas distintos,
porque vos podés decir: bueno, la doctrina de Freud está superada, la de Lacan también, en realidad no tenemos
ninguna doctrina seria, todo es muy confuso, no hay nada bien fundamentado, ni la práctica tampoco. Sí, pero
se difundió, y hubo freudianos; no es como una religión, una pequeña religión. Quién sabe, por ahí en el siglo
próximo el 70% de la humanidad es lacaniana, no sé. Ese tema es esencial, porque seguro Lacan aspiraba, como
resultado del análisis, a acercarse a ese lugar sin Otro y donde está lo que se inventa.

-: Y una pregunta, Juanqui, en el caso del cristianismo, ¿tiene su importancia la existencia de Jesucristo, de
implicación del cuerpo, el dios hecho carne en ese nombre? El impacto que ha tenido en la cultura occidental y
cristiana.

J.C. Indart: Pero eso en este tema que estamos eso es lo que te digo que son todas las construcciones que se
hacen después. Una vez que apareció un síntoma se lo empieza a descifrar. Hegel ve un momento dialéctico
fundamental en este momento en el cual tiene la idea de que Dios se hace hombre etc., para producir una
síntesis, juntando la mayor tesis y antítesis. Y otros dicen otra cosa, y otros otra y otros otra, no es eso, tienen
que situarse, en el tema en que estamos, en cómo un sujeto, sin Otro, inventando algo que es como un delirio,
porque esta gente es así, y sin embargo hacen un síntoma y se hacen padres de un nombre. No hay un nombre
que recibieron del nombre del padre, se inventan uno. Ese es el fenómeno crucial a discutir con la noción de
síntoma. De manera que si Lacan dice, el nombre del padre es un síntoma también, entonces ven que el síntoma
puede, efectivamente, no hay límite a los anudamientos borromeos, pueden ser de millones de personas, y un
nombre del padre los anuda. Pero hay más de uno ya para ver que, no es que esto lo podamos fundamentar en la
creencia en que hay Dios, pero sí el bicho humano tiene síntomas y los síntomas anudan, colectivizan, por eso
les digo, a más de un cuerpo. Se puede estudiar el anudamiento en un cuerpo, pero se puede estudiar cómo
puede implicar a muchos cuerpos. Entonces, no me parece en este argumento interesante discutir por qué tuvo
ese éxito. Es válida esa pregunta, pero se pueden decir muchas cosas, exactamente empezar a decir el porqué de
un síntoma. La abuelita dice que es por esto, el papá dice que es por esto, el psicoanalista dice que es por otra
cosa, el propio sujeto dice que es por esto. Y se hacen sentidos, sentidos y sentidos. Acá tenemos que tratar de
alejarnos de eso, reducir todos esos sentidos, y estar un ratito en el enigma de lo que es un invento.

-: Yo pensaba en lo que era la cuestión de decir la clave el clima de Ⱥ, del invento como respuesta a un clima
de Ⱥ. Para salir de la cuestión de las tradiciones. Se me vino el ejemplo de cuando lo planteaba Eric Laurent en
ese texto sobre la pandemia, ahí hablaba del padre del nombre y el nombre del padre. Digo, cómo pensar, a
partir de una respuesta a un clima de Ⱥ un invento, y cómo se pueden ir anudando los cuerpos a partir de un
10
invento. A mí siempre se me escapa la cuestión de cómo es el punto de anudamiento y cuál es el paso que (…)
los cuerpos funcionen en un discurso, pero quizás si pudiéramos entrar en los momentos para el nombre, si es
conveniente eso para ver si podemos hacer algunas precisiones más.

J.C. Indart: No creo por el momento. Estoy de acuerdo que este tema, el de padre del nombre, es decir, lo que
denuncia que el nombre del padre no tiene fundamento, sino en un invento. Sí sirve decir que esto está en el
lugar de un Ⱥ, por eso lo llamamos invento. No es recuperar una tradición, hay un agujero y alguien inventa
algo. Y compararlo en cambio que cuando hay un agujero del estilo no hay Otro, lo que podés tener es angustia
y pasaje al acto, mucha angustia y muchos pasajes al acto. En general vas a tener eso con Ⱥ, vas a tener acting
out y pasajes al acto. Y eso lleva fatalmente, si no hay otra cosa, fatalmente a la realización de la pulsión de
muerte. Entonces el interés es que por lo que se observa el ser parlante como que lo mejor que le sale en esas
circunstancias de Ⱥ es cuando el Ⱥ produce un síntoma. Y eso en la clínica de uno por uno de los pacientes
también, no es lo mismo que sea mera angustia y que en cambio el chico o quien sea, haga en ese lugar un
síntoma. Es rescatar eso, la inventiva del síntoma y lo que el sujeto hizo con ese síntoma, lo que puede hacer,
más que simplemente encasillarlo, porque las casillas clínicas, por ejemplo, ah, es un obsesivo, pero hay que
saber que cuando decimos eso estamos haciendo una clínica del nombre del padre. Pero sabemos que en
análisis no es importante decir que es un obsesivo sino la singularidad de su síntoma, y cómo a él se le produjo
y cómo lo usa, y cómo puede llegar a usarlo mejor.
Entonces, para finalizar, lo vamos a retomar, porque él ejemplifica esto inmediatamente con Joyce. El
ejemplo es perfecto porque no se puede decir que Joyce tuviese nombre del padre, pero sí se puede decir que en
ese lugar se hizo un padre del nombre, y hasta consiguió darle un lustre a un apellido que para él no significaba
nada, y fabricó joyceanos. Ahora, lo enigmático para Lacan es que lo hizo con un arte, nunca se había
relacionado arte con síntoma. En psicoanálisis tampoco, el arte se lo puede bucear a través de la sublimación,
que es lo que nos dejó Freud, un destino de la pulsión, pero no un síntoma. Y nos acostumbramos en análisis a
decir, el síntoma lo trabajamos en análisis, pero la parte artística está fuera de cuestión, no hay que ponerse a
analizar la creatividad artística de un paciente, se puede analizar su síntoma. Y Lacan se hace entonces la gran
pregunta, dice, una interrogación sobre el arte. Arte tomado, hay un esfuerzo en Lacan para meternos en la
cabeza que cuando dice arte es artesanía, hay que sacarle la idealización de la cultura del arte, tomarlo así. Hay
el arte de hacerse el nudo del zapato. Con un arte, un artificio, un saber hacer algo, cómo pudo conseguir en el
síntoma eliminarle todo lo que tuviese que ver con la verdad, con el desciframiento, y usarlo con total certeza.
En el párrafo anterior sobre el padre del nombre van a ver, siempre ahí hay todo un tema a ver, pero Lacan
menciona, después lo va a elaborar con más detalles, en ese momento de no hay Otro la salida de lo que puede
ser empezar a crearse a sí mismo de un modo delirante. Hay siempre un lugar difícil ahí entre si la cosa va a
tomar el camino de la metáfora delirante o el camino propiamente dicho del síntoma. Por eso alude al primer
Joyce, cuando no decide ser artista solamente, sino que siendo artista se da como una misión. Cuando empieza
eso, una misión, una cosa redentora, ya tenemos locura. Como podía haber sido el artista que recuperaba el
gaélico para la cultura, o que recuperaba las tradiciones irlandesas, lo que se propone un gran escritor como
misión. Pero hay que averiguar por qué no cayó Joyce definitivamente en eso, no desarrolló delirio. Y lo
consiguió por vía de escribir, pero no por la escritura, no, por vía de la creación literaria, un arte.
Bueno, quedamos ahí y la próxima revisamos si quieren un poquito más esto último, porque nos informa todo
lo que quiere ver en Joyce, y seguimos con el punto 4. Nos vemos entonces jueves que viene.

(Versión no corregida por el autor)


Nadia Rosenzvaig / 15-3217-4480 / e-mail: nadiarzvg@hotmail.com

11

También podría gustarte