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ÍNDICE

Editorial 3.
Por Ricardo Aveggio
Posición del analista y singularidad en la época del «para todos» 5. 4 Enseñanzas
Por Gustavo Stiglitz
Consecuencias de las transformaciones de lo simbólico 18.
y lo real en los cuerpos actuales
Por Alejandro Reinoso
Del inconsciente es la política a la política del síntoma 23.
Por Paola Cornu
Tipos clínicos en las psicosis: Consistencia y dispersión 29.
Por Claudio Morgado
Violencia, goce y lazo (discurso) 35. 17 Clínica lacaniana
Por Francisco Aliste
Acerca del autismo en la orientación lacaniana 40.
Por Alejandro Olivos
El CALP: ¿Qué efectos de formación? 46.
Por Ana María Solís
CALP: Testimonios de formación 50.
Por varios autores
Historia política del neoliberalismo en Chile: 53. Psicoanálisis,
Discurso y lazo social actual
instituciones
45 y el Otro social
Por Eduardo Pozo
Universidad y psicoanálisis: Entre lo imposible y lo posible 60.
Por Paula Iturra
Resonancias del VII ENAPOL 66.
Por varios autores
Hacia el Congreso «El inconsciente y el cuerpo hablante» 69.
Por varios autores
Variaciones del humor (comentario de libro) 74.
Por Bárbara Pozzo 65 Actualidad AMP
De la histeria sin Nombre del Padre I (comentario de libro) 75.
Por Bárbara Pozzo
Congresos y jornadas 76.
Afiches
La ALP somos 80.
Listado de miembros
Dejamos hasta acá... 83.
Créditos
Biblioteca y
comentarios
73 de libros

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Esta revista no persigue ningún tipo de fin comercial, solo la divulgación del saber psicoanalítico atingente a la línea editorial.
el Espacio Lacaniano de Santiago y el y de políticas públicas en Chile, dando
Grupo de Estudios Psicoanalíticos de continuidad a uno de los rasgos que
Viña del Mar. Este trayecto tuvo como caracterizan a la ALP: nuestra disposi-
hito la conformación, en el Encuentro ción a sostener un psicoanálisis ciuda-
del Campo Freudiano realizado en dano que no retrocede frente a los desa-
Buenos Aires en 1996 (titulado «Los fíos de la época y la sociedad, siempre
poderes de la palabra»), de la Coordina- defendiendo los principios del acto
dora Nacional del Campo Freudiano en analítico. Continúa la sección Actuali-
Chile, con la presencia de Jacques-Alain dad AMP, dedicada a problemas en los
Miller. Ya contábamos con el siempre que, como comunidad de trabajo, en la
decidido deseo de transmisión de Asociación Mundial de Psicoanálisis
colegas de la AMP que no podemos estamos involucrados, haciendo re-
dejar de mencionar: Luz Casenave, Juan sonar congresos, encuentros y jornadas,
Carlos Indart, Graciela Brodsky, Eduar- tanto internacionales como nacionales.
do León y Gerardo Mansur. Vaya, para La quinta y última sección se titula
ellos, un agradecimiento. Biblioteca y comentarios de libros. En
El 2000 nos rearticulamos en una ella revisamos algunas publicaciones
nueva iniciativa grupal con el deseo de que se han transformado en referencias
seguir trabajando por el desarrollo de ineludibles para la práctica analítica.
CONSULTA DE JACQUES LACAN EN PARÍS nuestra orientación. Fue así como el No podemos finalizar esta presenta-
año 2003, siendo Graciela Brodsky ción sin agradecer a todos los miembros
presidenta de la AMP, se decidió la de la EOL y la AMP que durante años
EDITORIAL creación de los Coloquios-Seminarios han hecho posible que lleguemos hasta
del Campo Freudiano en Chile. Dicha este punto de desarrollo: Luis Tudanca,
iniciativa fue sostenida hasta el año Flory Kruger, Ernesto Sinatra, Mónica

L
a Asociación Lacaniana de 2013, sin interrupciones, por la ALP. Torres, Jorge Chamorro, Mauricio
Psicoanálisis de Chile (ALP) fue Hoy, con la creación de la Federación Tarrab, Fabián Naparstek, Gustavo
fundada, el año 2008, por cuatro Americana de Psicoanálisis de Orienta- Stiglitz, Silvia Salman, Graciela Brodsky,
de sus miembros actuales, para obtener, ción Lacaniana (FAPOL), se abre un Leonardo Gorostiza, Marcelo Marotta,
a un mes de nacida, su reconocimiento nuevo horizonte de inserción que nos Norma Barros, María Inés Negri, Ricar-
como grupo asociado a la Asociación permitirá otras formas de lazo bajo el do Seldes, Leticia Acevedo, Ana Ruth
Mundial de Psicoanálisis (AMP). Hoy la signo de una comunidad analítica Najles, Graciela Ruiz, Samuel Basz,
integramos 34 miembros activos, tres de latinoamericana. Miguel Furman, Ricardo Nepomiachi,
ellos miembros de la AMP, implicados Agalma, Revista Chilena de Psicoaná- Juan Carlos Indart e Irene Greiser. Todos
en reuniones clínicas, carteles, reuniones lisis Lacaniano es un punto de capitón y cada uno de ellos han sido parte, direc-
epistémicas, grupos de investigación, en nuestro recorrido institucional, el ta o indirectamente, del trayecto institu-
seminarios, una biblioteca, un consulto- primero de muchos que representan un cional y personal de quienes constitui-
rio (CALP) implementado en la modali- anudamiento entre la práctica clínica mos la ALP. Hoy les enviamos nuestro
dad de red de atención y un programa de del psicoanálisis y la elaboración de un más enorme agradecimiento.
formación de postítulo en clínica psicoa- saber con fines de transmisión. La Iniciamos aquí una serie en el desa-
nalítica de orientación lacaniana. estructuramos en cinco secciones. En la rrollo de la orientación lacaniana en
Esta revista, nuestra revista, fue el primera de ellas, Enseñanzas, hemos Chile. El psicoanálisis en el lugar de
siguiente paso lógico a dar, necesario querido recoger seminarios, coloquios agalma nos causa a la producción. Nos
para elevar el pulso de la institución al y conferencias realizados por colegas de queda ponderar sus efectos, donde
campo de la elaboración de saber, de su la EOL y la AMP. Le sigue Clínica ustedes, nuestros lectores, se incluyen.
producción desde las contingencias lacaniana, donde presentamos elabora-
nacionales singulares, para insertarnos ciones del orden de los fundamentos Ricardo Aveggio
en el «país del psicoanálisis» que la doctrinarios de la clínica psicoanalítica,
comunidad de trabajo de la AMP cons- de los principios y la teoría que la alien- Psicoanalista practicante. Miembro de la
tituye. No llegamos a este punto sin tan y animan. La sección Psicoanálisis, EOL y la AMP. Psicólogo y magíster en
recorrer un largo trayecto, que se inició, instituciones y el Otro social asume la Psicología Clínica (Universidad de Chile).
para quienes fundamos la ALP, durante necesidad y el desafío de reflexionar en Miembro del directorio de la ALP.
los noventa en el Grupo del Campo torno a los empalmes de la práctica
Freudiano en Chile, posteriormente en analítica y los contextos institucionales Octubre de 2015

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Gustavo Stiglitz
Enseñanzas
DAY 1: VOLUMES OF ANTIQUE BOOKS INSIDE THE LONG ROOM, OLD LIBRARY, TRINITY COLLEGE, Can Pac Swire, flickr.com/photos/18378305@N00/
WOOD PICKER, Yorick, flickr.com/photos/yorick/
Posición del analista
y singularidad en la
época del «para todos»
La siguiente ponencia1 fue presentada por Gustavo Stiglitz en el XXII Coloquio
del Campo Freudiano en Chile. Este se realizó en Santiago el 27 de julio de 2013
y fue organizado por la Asociación Lacaniana de Psicoanálisis de Chile (ALP).
En ella se trabajó la posición del analista no sin pensar lo que esto implica, es
decir, desarrollando una política del psicoanálisis y sus efectos.

C
omenzaré hablando sobre la simplemente decir «nos analizamos»,
posición del analista. En reali- sino tratar de forzar un poco la cues-
dad, va a ser muy difícil hablar tión y a ver qué podemos decir, a partir
solamente de esto, sin considerar un de nuestra experiencia y formación,
poco otros temas como el de la forma- sobre psicoanálisis. Es lo que vamos a
ción del analista y el de la política del intentar hoy.
psicoanálisis, puesto que están íntima-
mente anudados. Entonces, vamos a Formación, transmisión y
hacer un recorrido sobre esas tres posición del analista
cuestiones.
Voy a empezar con una frase extraí- Hubo un momento en que el analista
da de una conferencia dictada por fue un objeto nuevo en el mundo,
Lacan en 1967: «Uno entra en este inventado por uno: por Freud. Por lo
campo de saber —el psicoanálisis— tanto, si hoy podemos pensar y traba-
Dr. Gustavo STIGLITZ por una experiencia única que consiste jar sobre la posición del analista, tene-
Psicoanalista practicante y simplemente en analizarse. Después de mos que tener en cuenta que esta se
médico psiquiatra.
Miembro de la EOL y de la lo cual, se puede hablar. Se puede fue conceptualizando a medida que los
AMP. Es autor de DDA, hablar, lo cual no quiere decir que se primeros practicantes desplegaron su
ADD, ADHA, como ustedes
quieran: el mal real y la hable. Se podría». Pensé que esta cita práctica.
construcción social nos venía muy bien porque lo que Ese nuevo objeto analista nació con
(Grama, 2006) y
compilador, junto a nosotros vamos a intentar hoy, justa- un partenaire, que también era una
Alejandro Daumas, de mente, es hablar de psicoanálisis, no novedad: el inconsciente freudiano.
Psicoanálisis con niños y
adolescentes 2 (Grama,
2009).
1
Transcrita por Ana María Sanhueza. Revisada y corregida por el Dr. Stiglitz.

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Nacieron juntos en un único y mismo escrito La dirección de la cura y los psicoanálisis y de las instituciones
movimiento, y nacieron así desde que principios de su poder, en 1958: ¿cómo analíticas, verán que siempre las
hubo uno, insisto, Freud, que escuchó actuar con el propio ser? Es decir, escisiones, las peleas, pasan por el
las formaciones del inconsciente. cómo entra en juego la subjetividad de tema de la formación del analista y el
Porque el inconsciente se presenta cada analista en los tratamientos que control de los practicantes. Por ejem-
así, por formaciones, lapsus, sueños. conduce. plo, ya en vida de Freud había una
Son cosas separadas de la vida cotidia- Esto, la puesta en juego de la subjeti- diferencia notable entre los que
na. De pronto, decimos, aparece una vidad del psicoanalista, más ese estaban en Berlín y los que estaban en
formación que viene de otra escena, nacimiento simultáneo del concepto Viena. Los primeros ponían el acento
que es el inconsciente. de analista y de inconsciente, al que me en la formación teórica, mientras que
Entonces, desde que hubo uno, referí, y sobre todo que el analista es los segundos ponían el acento en el
Freud, que escuchó las formaciones aquel a quien el analizante se dirige análisis y el control de la práctica.
del inconsciente, hubo analista e cuando habla en las sesiones, da la Todo el tiempo, en la historia del
inconsciente en el sentido freudiano. pauta de que el psicoanalista forma psicoanálisis, se repiten las discusiones
Después hubo otros que siguieron su parte del concepto de inconsciente, y hasta escisiones en función de cómo
camino, que aprendieron de él, que se está incluido en él, como señala Lacan se piensa la formación del analista.
formaron con él, pero muy rápidamen- en el Seminario 11. Nosotros, los psicoanalistas de la
te se notó que, a pesar que se trataba de Esto no estaba pensado así de entra- Orientación Lacaniana, somos hijos de
un grupo pequeño, cada uno de ellos da. En principio el psicoanálisis se una de esas grandes peleas, que es la
tenía un estilo diferente de escuchar al trataba de un saber y de poner en prác- que dio Lacan en el año 1953 y que
inconsciente; cada uno ponía en juego tica ese saber. Una relación puramente llevó a la escisión de la Sociedad Fran-
rasgos distintos, un estilo propio. epistémica. Pero en cuanto se empezó cesa que pertenecía a la IPA. Posterior-
Piensen, por ejemplo, en Jung y su a poner en práctica, los fenómenos de mente vuelve a tener problemas dentro
cuestión con la psicosis; o en Ferenczi transferencia demostraron que dicho de esa Sociedad, y es en el año 1964 que,
y su cuestión con el acto analítico, con saber incluye una opacidad. Se hizo tras quedar fuera de toda posibilidad de
el activismo, con el final del análisis y necesario, entonces, que el practicante formar parte de la comunidad interna-
cómo conceptualizarlo; o piensen en controle su práctica para orientarse en cional de los analistas, funda su Escuela
Abraham y su cuestión con el objeto dicha opacidad. Freudiana de Psicoanálisis. Nosotros
en los distintos estadios de desarrollo, Análisis y control de la práctica son somos efecto de esas escisiones.
que hizo que Lacan, en algún lugar, piedras fundamentales en la forma- Ahora bien, la pregunta del millón:
dijera que estaba en posición materna. ción, junto con la formación epistémi- ¿cuándo se autoriza alguien en forma-
Se trata, en definitiva, de modos de ca: el famoso trípode freudiano que ción analítica, que por lo tanto es un
conceptualizar la transferencia que determina la posición y formación del analizante, a practicar el psicoanálisis?
mantienen una relación fantasmática analista. Cuestión ardua que se presta a distin-
con la causa, la del fantasma de cada Los analistas siempre estuvieron de tos extremismos. Por ejemplo, la idea
analista. Es eso justamente lo que se acuerdo en cuanto a ciertos conceptos de que hay analista solo al final del
trata de atravesar al final del análisis: fundamentales. Por ejemplo, ningún análisis. Esto es un extremismo,
que el analista pueda estar lo más analista duda, venga de la Escuela o apoyado en que si al final del análisis
despojado posible de sus fantasmas Asociación que venga, de que la trans- emerge el deseo del analista, entonces
para ubicarse como el partenaire que ferencia es el pivote fundamental del solamente ahí, podríamos decir, hay
conviene en cada caso. Sin embargo, tratamiento analítico. Hay un acuerdo un analista. Y en el otro extremo
nunca va a ser un despojo completo; general en ese punto. Nadie duda que estaría el hay analista sin análisis,
siempre va a quedar un resto, un rasgo hay relación, una íntima relación, porque ha estudiado mucho o porque
a partir del cual cada analista abordará entre la transferencia y la interpreta- lo practica.
su práctica. ción; nadie duda de que hay un final Vayamos directamente a lo que nos
Así, en cuanto a la transmisión del del análisis, aunque se conceptualice propone Lacan en el año 1967, en la
psicoanálisis, se puso de manifiesto de distinta forma. Hay un final del Proposición del 9 de octubre de 1967
que había tantos analistas como prac- análisis. sobre el psicoanalista de la Escuela, que
ticantes y, por lo tanto, lo que no había El punto por donde pasan las es un texto que Lacan presentó en su
era la figura de El analista. A la nove- divisiones, por lo general, en la histo- propia Escuela Freudiana de París y
dad freudiana pronto le siguió la ria del psicoanálisis, es en cuanto a la que generó mucho rechazo. Incluso
pregunta que Lacan formuló en el formación del analista. Si ustedes leen algunos miembros importantes se
título de uno de los apartados de su o buscan algo sobre la historia del fueron en ese momento.

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¿Qué dice ahí? Dice muchas cosas. Es un hecho, además, que la mayoría También están la puesta a cielo abierto
Vamos a detenernos en una, que es lo de nosotros ha empezado a practicar el de la práctica y el control de los casos.
que nos interesa para esta pregunta psicoanálisis antes del final de su análi-
sobre la autorización. Dice una frase, sis. Es una especie de pecado original “Esa autorización por sí
por todos conocida, que es la siguien- que se va repitiendo a través de todas mismo debe ser puesta
te: «el psicoanalista no se autoriza sino las generaciones de analistas. ¿Freud a la verificación
a sí mismo» (2012: 261). con quién se analizó? Tenemos la idea con los otros”.
En el Seminario 21 (inédito) hay una de que con Fliess, quien solo se
idea homóloga, pero en relación a la preocupaba por la nariz y el período
sexuación. Dice Lacan de la posición menstrual; por otro lado decimos que
sexuada: cada uno se autoriza por sí no hay autoanálisis, pero Freud se Lacan dice en algún momento que la
mismo; es decir, como analista o en autoanalizó a través de sus sueños. Es cuestión del pase no concierne efecti-
cuanto a la posición sexuada, Lacan decir que ahí hay un pecado original vamente a todos, es decir, que no todos
tiene la misma idea: «el ser sexuado no que se transmite de generación en quieren entrar al dispositivo, y no
se autoriza más que por sí mismo». Y generación porque nadie empieza a todos los que entran al dispositivo son
continúa: «pero yo agregaría: y por practicar el análisis antes de terminar- nominados, pero concierne a todos los
algunos otros». Este agregado equili- lo. Hay muy pocos casos que han miembros de una Escuela porque en
bra la afirmación sobre la autorización empezado a practicar el análisis su horizonte político está el pase. El
del analista por sí mismo, puesto que después de finalizar el suyo, pero final del análisis es el pase; no todos
ello implica autorizarse por otros. porque nunca antes se habían sentido pasan por el dispositivo, pero todos los
Es la manera de salir del bucle que atraídos por la práctica del psicoanáli- miembros de una Escuela están orien-
implica autorizarse por sí mismo, sis. Aquel que realmente tiene un tados, están concernidos por el pase.
porque el que se autoriza es analista en deseo de practicar el psicoanálisis, no Lo que sí es exigible es que, en un
el acto mismo de su autorización. estoy diciendo el deseo del analista, contexto en el que el fin del análisis y el
«Algunos otros», hace referencia a la digo un deseo de practicar el psicoaná- pase orientan a una Escuela, el practi-
comunidad de los analistas, a los lisis, empieza a practicarlo antes del cante tenga un atisbo de un final
colegas, a los compañeros de ruta, final del análisis propio, eso es un posible y la experiencia de que en
digamos así, que son necesarios para la hecho. alguna ocasión ha pasado por lo que se
verificación de la autorización, para Es esta una cuestión que Lacan tuvo llama, en la cura, un micropase. Deci-
que esta no se realice en absoluta en cuenta desde el Acta de Fundación mos que en una cura hay muchos
soledad. El analista ya está en absoluta de la Escuela Freudiana de París, momentos de pase, que no son el pase
soledad en el momento del acto analí- cuando escribió que del final, sino que son el testimonio de
tico; la relación con una comunidad es que ha habido un atravesamiento y
para salir de esa soledad, del autismo lo que no hay que velar, a saber, la una mutación en su régimen de goce.
del goce. necesidad que resulta de las exigencias No quiere decir que haya llegado al
Que un analista se autorice en el profesionales cada vez que estas final, pero sí que ha habido una modi-
momento de su acto, que allí se autori- conduzcan al analizado en formación a ficación en la economía de goce. Por
ce como analista, quiere decir también asumir una responsabilidad, por poco eso digo que el pase no toca solamente
que un analista no es analista todo el que sea, analítica. Es en el interior de al que pasa por el dispositivo, sino que
tiempo, es analista y se autoriza como este problema, como un caso particular, a toda la Escuela y a todo aquel que
tal en el momento del acto analítico. donde debe ser situado el de la entrada esté en análisis en la orientación
en control. lacaniana.
“Es analista y se autoriza No desarrollaremos esto ahora, pero Comunidades analíticas
como tal en el momento
del acto analítico”. es claro que esta cuestión se le presentó
a Lacan tempranamente. La comunidad analítica puede tomar
Llega un momento en que la autori- distintas formas puesto que hay distin-
zación por sí mismo debe ser puesta a tas formas de hacer comunidad en
Hay dos momentos, entonces: un la verificación con los otros y entonces general.
momento en soledad que es el de la hay que dirigirse a la comunidad de los Comencemos por la escuela. Me
autorización por sí mismo y un analistas. El pase es una de las formas refiero a la escuela con minúscula, a la
momento con la comunidad que es el de verificación, pero no la única. escuela donde van los chicos. Está la
de la verificación de esa autorización. Tampoco es obligatorio hacer el pase. escuela, está el club, están las socieda-

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des para tal cosa, están los partidos yo. El yo no es más el centro del sujeto así fue que algunos analizantes y alum-
políticos. Hay distintas formas de ni del individuo. nos aceptaron eso, aceptaron ese
comunidad. En todas ellas los miem- Las sociedades analíticas tipo precio para volver a entrar en la Socie-
bros se reúnen en torno a una identifi- SAMCDA intentan recuperar ese dad Internacional.
cación, se identifican a determinados centro para el yo a través de ese yo libre Entonces, Lacan perteneció a esa
puntos que comparten y a determina- de conflicto, que es lo que se alcanzaría Sociedad hasta el 64, año en que dicta
dos ideales. al final del análisis. Ese yo libre de el Seminario 11. Es decir, que en esa
Entonces, nos tenemos que pregun- conflicto toma el comando de la perso- época llevaba ya 10 años dando sus
tar a qué se identifican los miembros nalidad orientado hacia el bien y a la seminarios dentro de la Sociedad
de una comunidad analítica. A una relación genital adulta y sana con el Internacional. Uno tiene la idea de que
camiseta, no; a una ideología política, otro sexo. Eso se espera conseguir con Lacan fue contestatario desde siempre,
tampoco. ¿A qué se identifican? ¿A qué la restitución del yo libre de conflicto pero no. Es más, él dice en algún lugar
ideales? ¿A los de la vocación, a los al centro de la escena. que no hubiese querido eso, pero lo
ideales del intelectual, a los del Me parece que la vida cotidiana pusieron en esa posición, es decir, fue
confort, a los del investigador, a los del indica que eso no existe mucho, eso de una elección forzada a la que él
buen alumno, al del maestro? Hay que tener una vida, una relación con el respondió con su propia Escuela.
preguntarse a qué ideal se identifican otro sexo libre de conflicto. Si alguien Notemos que hasta el Seminario 10,
los que se juntan en una comunidad escuchó en el consultorio, o fuera de él, donde se formaliza el objeto a como
analítica. a alguien que diga que tiene una vida objeto separado del cuerpo, que según
En este punto, entonces, tenemos de relación con el otro sexo libre de él es su invento, estaba dentro de la
que distinguir básicamente dos tipos conflicto, tome nota porque está frente Internacional. Podemos concluir
de comunidades analíticas. Si se trata a un caso raro, muy raro. entonces que el objeto a fue inventado
de una comunidad analítica en la que Lo que muchas veces no tenemos en en una SAMCDA. Esto es una parado-
lo que prima es la identificación a cuenta es que Lacan perteneció a una ja porque el objeto a, que es uno de los
ideales de prestancia, de saber, de SAMCDA. Lacan vino de una inventos más revolucionarios del
reglamentos para la formación, entre SAMCDA, de una Sociedad de Ayuda discurso analítico, fue creado dentro
otras cosas, es una comunidad del tipo Mutua contra el Discurso Analítico. de la Internacional y fue la causa
de la Asociación Psicoanalítica Inter- Formó parte, como analista didacta, de también, una de las causas, de que
nacional, creada por Freud. Hay que la Sociedad Francesa asociada a la IPA. Lacan haya salido excomulgado de allí.
aceptar eso. Freud quiso ese tipo de Formó parte de la Internacional hasta Más que una paradoja, es una puesta
sociedad analítica, el tipo de sociedad el año 64 en que fue, como dice él, en acto del rechazo al inconsciente.
que forma la Sociedad Psicoanalítica excomulgado. No dice «fui expulsado», Es más, en la clase sobre la excomu-
Internacional. dice «fui excomulgado» (en el Semina- nión, del Seminario 11, Lacan dice que
Lacan definió ese tipo de sociedad rio 11). La primera clase de ese semina- él mismo fue transformado en ese
analítica como una SAMCDA. rio lleva por título «La excomunión». objeto porque fue negociado por sus
¿Conocen esa sigla? ¿Por qué dice excomunión y no expul- alumnos y por sus analizantes. Fue
SAMCDA quiere decir: Sociedad de sión? Porque se compara con Spinoza, negociado en el sentido de, «bueno, yo
Asistencia Mutua contra el Discurso el judío excomulgado de su colectivi- dejo a Lacan fuera y ustedes me dejan
Analítico. Así definía Lacan a las socie- dad, en el punto en que el dictamen de entrar de vuelta en la Internacional».
dades de la Internacional, como Socie- la Sociedad Internacional decía que Él mismo fue transformado en ese
dad de Asistencia Mutua contra el Lacan quedaba expulsado de ella y que objeto por parte de sus colegas y alum-
Discurso Analítico, porque es un tipo eso significaba que nunca más iba a nos. Señala también, en este semina-
de organización que protege contra lo poder volver a entrar. Eso es la exco- rio, que eso le produjo risa, efecto de
subversivo del discurso analítico, que, munión: que quede dicho y escrito que risa, al descubrir que fue negociado
como ustedes saben, desplaza al yo del nunca más va a poder volver, por más cual objeto. Aquí ya tenemos una señal
centro de la cuestión, del mundo y del que se arrepienta, por más que se flage- de cuál va a ser, para Lacan, la posición
sujeto definitivamente. Estas socieda- le. Conocen la historia, me imagino: a del analista en relación con el objeto.
des apelan al concepto de un yo libre la gente que quería volver, aquellos que No fue de entrada así, el analista no
de conflictos para recuperar ese se habían ido con Lacan y que querían estaba de entrada destinado a encarnar
centro. Por eso decimos que es una volver a entrar en la Internacional, se el semblante de objeto.
defensa o una asistencia mutua contra les ponía como condición que nunca Tras esta excomunión funda la
el discurso analítico, puesto que el más siguieran su enseñanza. Tenían Escuela Freudiana de París. Freud y
discurso analítico subvierte el lugar del que romper por completo con Lacan, y París son significantes comunes, del

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un gran agujero. De eso está hecho el nosotros, analistas, en relación con el
centro de la Escuela, de un agujero, Campo Freudiano fundado por Lacan,
todo lo contrario de una compilación para constituir una Escuela o un
de conocimientos. Está hecho de un proyecto de Escuela, constituir un
no saber. Ese agujero en el saber está movimiento hacia una Escuela, para
representado por la pregunta «¿qué es que sea una Escuela y no un club; una
un analista?». Hasta ahora hemos Escuela con mayúscula y no con
hablado de que en el dispositivo del minúscula. Podríamos adelantar que
pase, o por los otros modos de verifica- nos identificamos a una causa, nos
ción en la comunidad analítica, se identificamos con que la causa analíti-
puede decir: ahí hay un analista. Otra ca perdure, que se difunda al mundo; o
cosa es la pregunta ¿qué es un analista? que nos identificamos a un modo de
En la Escuela con mayúscula tene- practicar el psicoanálisis; a unas ideas
mos dos vertientes. Una de ellas es la comunes en relación con la doctrina,
que podríamos decir que se padece un la clínica, la transmisión. Pero nada de
poco, y es la vertiente más institucio- esto es suficiente para que no sea un
nal, la de los órganos de gestión y de club.
gobierno de una institución, que velan Finalmente, es la identificación a esa
por la orientación política de la Escue- pregunta que bordea un vacío, al
la. Es lo que comparte con otras insti- interrogante qué es un analista, lo que
tuciones, donde es igual, es decir, los nos hace Escuela. Se ubica entonces,
mecanismos necesarios para su en el centro mismo de la Escuela, la
presencia en el mundo. Es la vertiente paradoja de la autorización, la de que
del estándar que hace falta en cada uno se autoriza de sí mismo,
cualquier institución, el rasgo común posición subjetiva, y de algunos otros,
discurso común, porque todo el que toda comunidad requiere para que implica que la Escuela verifique lo
mundo sabe qué es París cuando se poder funcionar. fundado de dicha autorización. En el
dice París y mucha gente, cada vez Después está la vertiente agujero de dispositivo del pase, pero también en
más, sabe quién fue Freud. Lo que era la Escuela, que también está ligada a la transferencia de trabajo hacia la
una novedad era hablar de una Escue- un estándar, pero a un estándar Escuela, es donde se puede verificar
la, con mayúscula, una Escuela de diferencial de la comunidad Escuela. algo de esa autorización. Hacia el final
Psicoanálisis. Antes eran sociedades Este estándar diferencial es que todos del análisis es deseable, si no exigible,
de psicoanálisis, ahora para nosotros sus miembros se reúnen en torno a la que el practicante pueda dar cuenta del
ya es conocido, pero esto en su pregunta qué es un analista, pero que, fundamento neurótico que condujo a
momento fue una novedad. Cuál es el al mismo tiempo, es una pregunta que la emergencia, en él, del deseo del
referente de este significante Escuela: divide a cada sujeto de esa comunidad. analista.
sobre todo la Escuela Griega. Incluso Es un estándar con el que cada uno Digámoslo así: uno ha decidido
nosotros usamos hoy, en el discurso entra en relación de una manera no formar parte de la tribu analítica. Es
común, la expresión «hacer Escuela», estandarizada, es decir, todos en torno más, dentro de esa tribu se ubica en la
que es cuando se inventa un modo de a la misma pregunta pero cada uno familia lacaniana de la tribu. Por un
interpretar una praxis y hay gente que enfrentado a esa misma pregunta de lado, uno ha decidido formar parte del
sigue al que inventó ese modo de inter- una manera singular, no estandariza- universal tribu analítica y, por otro, de
pretar la praxis. da. Esto es del orden de lo que Miller un particular, porque dentro de ese
Entonces, la Escuela con mayúscula titula en Los signos del goce (2010a), universal hay particulares (está la
no es la escuela con minúscula. En la «Quisiera ser un puerro porque se los familia lacaniana, la familia freudiana,
escuela con minúscula hay un ense- pone en ristras como a las cebollas», es la familia IPA). Entonces, uno se iden-
ñando, que es un personaje pasivo al decir, con qué características propias tifica, forma parte del universal «tribu
que se le llena de contenidos, de los yo me voy a incluir en ese grupo que analítica», con la particularidad de
contenidos que le transmite el ense- no hace conjunto porque no hay una pertenecer a la «familia lacaniana».
ñante. La Escuela con mayúscula es ley que lo cierre, que haga de él un Ahora, se suma con qué rasgo propio,
otra cosa. Es más difícil de definir todo. singular, irrepetible, yo me voy a hacer
porque en el centro no hay una compi- La cuestión, al menos la que más nos un lugar en la familia lacaniana de la
lación de conocimientos, sino que hay interesa, es a qué nos identificamos, tribu analítica. Entonces, tenemos el

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universal, el particular y el singular, horas escuchando historias de amor, «¿qué he hecho yo para merecer
que es lo que es incomparable, es de de desamor, miedos infantiles, inefa- esto?». La «X» que introduce el deseo
uno solo. Hay una ley universal, la ley bles, grandes teorías para decir una o del analista en el discurso analizante
siempre es universal, pero también el dos cosas —porque en el análisis abre al deseo de saber del analizante,
psicoanálisis descubre, revela, que hay básicamente se dicen una o dos pero, por otro lado, alude al deseo que
una ley que es una ley muy rara, cosas—, que se pase el día escuchando el analista debe poner en juego el
porque es ley pero rige para uno solo: lapsus, sueños, asociaciones? Me pasó deseo propio, con las transformacio-
una ley singular. La Escuela, por lo un día que terminada la jornada, todo nes que produjo el análisis.
tanto, tiene un lugar equivalente al del el día escuchando estas cosas que les Hace un tiempo compartí con Luis
objeto a, que me divide, está para digo, me voy y el encargado del edificio Tudanca una noche del pase en la EOL
mantener la causa analítica en su me dice: «chau, final de la jornada, nos que trataba justamente sobre el funda-
centro. vamos a descansar». Y yo pensé: «este mento neurótico del deseo del analista.
no sabe que yo ahora me voy a la Ahí los dos tomamos, porque era una
El analista en la cura, su deseo Escuela, que me voy al seminario del consigna de la noche, el texto de Miller
y su acción lunes o del miércoles y que encima lo Consideraciones sobre el fundamento
pasamos bien así». Entonces, no es un neurótico del deseo del analista. Tudan-
Ahora bien, vamos a referirnos un deseo puro que está en torno a un ca usó ese texto para oponer la voca-
poco a la posición del analista en la vacío, ahí hay un goce, hay una presen- ción, que es lo que siempre está en
cura. Hasta el momento hemos abor- cia de goce encarnado, porque si no, relación con el Otro y del deseo del
dado la posición del analista en eso no se puede sostener. Sería un analista. Una cosa es la vocación y otra
relación con su comunidad analítica, delirio. cosa es el deseo del analista. La voca-
sin embargo, también está la cuestión Entonces, el fundamento neurótico ción tiene que ver con el deseo de ser
de la posición del analista en cuanto a del deseo del analista, que ejemplifiqué analista, que es como se presenta siem-
su propio análisis, a su salida del análi- de esta manera, agujerea la dimensión pre al principio. Uno quiere ser analis-
sis, a lo que se relaciona directamente un tanto superyoica del concepto de ta, si no, para qué se va a meter en estas
con una pregunta que Lacan se hace en analista, como dice Aníbal Leserre. El cosas. La vocación tiene que ver con
el prefacio de la edición inglesa del fundamento neurótico que implica ese deseo de ser analista, que es el que
Seminario 11: ¿cómo puede, a un goce, en el deseo del analista, agujerea tiene el peso del fundamento neuróti-
analizante, ocurrírsele tomar el relevo la dimensión superyoica del deseo del co, mientras que el deseo del analista
de esa función? Es decir, ¿cómo puede analista, porque cuando uno empieza es otra cosa.
alguien que llegó al final de un análisis, a escuchar sobre el deseo del analista, Es esperable, dice Miller, que un
que implica la experiencia de que su el primer efecto que produce es la idea psicoanálisis elucide esa vocación
analista se reduce a nada, a un objeto, a de que se trata de un ideal inalcanza- hasta transformarla en una modifica-
un desecho, querer ir a ocupar el lugar ble. Es la impureza que resulta de la ción que tiende al deseo del psicoana-
del que queda reducido a un objeto encarnadura del deseo, del deseo del lista y que preserva, de todos modos,
deshecho?, ¿cómo puede él querer analista, porque si hay cuerpo, hay esa orientación al Otro. Es decir, la
repetir la experiencia con otro? goce. Por lo tanto, el deseo del analista transformación que se opera en el
Al respecto, hay que decir que en no es sin el goce de la pulsión, eso sí, análisis del analista en cuanto a su
esta pregunta se trata de la cuestión del todo lo acotado y transformado que el deseo es que deje de lado la vocación,
fundamento neurótico del deseo del análisis haya permitido, pero no es sin pero que no pierda la orientación al
analista y que este deseo es impuro, ese goce. Otro. Digámoslo así: entre el deseo de
justamente porque tiene un funda- Miller señaló en un seminario de ser analista y el deseo del analista hay
mento que ancla en la neurosis, es investigación que tiene por título «Lo la corrección operada en la cura, del
decir, en su goce. postanalítico», que está en el tomo 3 de propio analista, y el paso final de dicha
El deseo del analista no es sin goce. las Conferencias porteñas, que el deseo corrección es la operación que conecta
La impureza del deseo del analista está del analista es una expresión equívoca. los restos analíticos, de lo que fue el
dada por el goce en juego. ¿Por qué Es verdad, por un lado es una expre- goce autista, de ese analista, con el
podemos decir que hay un goce en sión muy equívoca, porque designa la campo del Otro. Es el momento en
juego? Es muy sencillo, no hace falta la posición que introduce una «X» en el que, en el límite de un análisis, el
high tech lacaniana sino simplemente discurso del analizante. El deseo del significante o el rasgo en el que se
observar el día de un psicoanalista. analista es lo que logra hacer entrar apoyaba dicho goce se invierte en
¿Cómo entender si no es porque hay una interrogación en el discurso del efecto de creación. Ahí surge el deseo
un goce allí, que uno se pase horas y analizante: «¿por qué me pasa esto?» o del analista.

10
Digamos que esa es la idea que tene- mia infinita, sino que se nos aparece el Seminario 11, pero ya en La direc-
mos en relación a lo que es un análisis. como un deseo de alcanzar lo real, de ción de la cura, en el año 1958, tene-
Uno no pierde del todo sus viejos reducir al Otro a su real y liberarlo del mos el apartado que se titula «Cómo
goces, pero hay un efecto de inversión sentido. Lo que nota Miller en esa actuar con el propio ser», y queda claro
en donde el síntoma se transforma en conferencia es que si las cosas son así ahí que no hay ser del analista, que este
un efecto de creación. Esto quiere para Lacan, la posición analítica es toma valor de semblante de un saber y
decir que el síntoma se puede usar de inversa que la del analizante. La de saber supuesto en su lugar sobre el
otra manera, que se pasa del régimen posición del analista sería inversa y síntoma del analizante. Podríamos
de padecimiento de un síntoma al complementaria a la posición del decir que la escritura clásica del Sujeto
régimen de funcionamiento de un analizante, y hasta habría cierta afini- Supuesto Saber escribe que el signifi-
síntoma. Si leen los testimonios del dad entre la posición analítica y el cante de la transferencia, St —ese que
pase, ustedes van a ver que nunca van cierre del inconsciente, en tanto redu- el analista extrae del texto del anali-
a encontrar alguno que diga «nunca cir al Otro a su real, reducir el discurso zante—, resignifica al Sq, significante
más tuve el síntoma que me llevó al analítico al S1, es detener las cadenas cualquiera, que es la sola presencia del
análisis, desapareció por completo»; sí, asociativas y la búsqueda de más senti- analista que, como tal, fuerza la estruc-
por ahí desapareció la manifestación do, es decir, que la posición del analista tura interpretativa de la situación
más visible, desapareció un tic, apunta a detener la búsqueda de senti- analítica. Esto produce un sentido
desapareció, qué sé yo, algo, no do. Es como decir que hay antinomia nuevo para el analizante: el sentido
desapareció el goce que está en el entre el psicoanalista y el psicoanálisis. inconsciente. Así se abre la cadena
núcleo del síntoma. Lo que se produjo, Es lo que Lacan llamó el antipsicoaná- significante inconsciente, cuyo efecto
sí, fue una transformación de ese lisis al final de la cura. es el semblante de saber.
síntoma. El acento deja de estar puesto Miller escribe esto y lo ubica en las Ahora bien, esto no operaría de
en el padecimiento y pasa a estar diagonales del discurso analítico. Si ninguna manera si no estuviera soste-
puesto en el funcionamiento. escribimos estas diagonales, ustedes nido en la presencia libidinal del
Hay otra paradoja que es que, si el ven que mientras que el sujeto anali- analista, que escribimos con la letra del
deseo del analizante, que el deseo del zante apunta al saber, a la producción objeto a. Sin esa presencia libidinal no
analista genera al introducir la interro- de saber y de sentido, la posición del hay posibilidad de que se instale y que
gación, es de saber, el deseo del analis- analista apunta al S1 que detiene el opere el semblante del Sujeto Supuesto
ta es de reducir a su analizante a un sentido, el S1 que se extrae al final. Saber. Por eso no hay análisis por
trozo de real o a un S1, a un significan- En la época del Seminario 11, reducir Skype, y aun cuando hay una cierta
te amo. Miller lo señala en su confe- al Otro a su real era formulado como tendencia a que lo haya, eso es imposi-
rencia Lo real en el siglo XXI (2010b), deseo de obtener la diferencia abso- ble. Puede haber sesiones por Skype, si
cuando establece que varias cuestiones luta. el paciente o el analista viajan y es
se abrirán para nosotros en el próximo Hay que decir que el primer necesario. Se puede mantener el lazo
congreso, como por ejemplo, la redefi- semblante de la posición del analista por Skype, pero no hay análisis por
nición del deseo del analista, que no es que Lacan escribe y formaliza es la del Skype. Hay que sacarse eso de la
un deseo puro, que no es pura metoni- Sujeto Supuesto Saber. Lo formaliza en cabeza.
Si el analista va al lugar del Sujeto
Supuesto Saber es porque hay un
fundamento libidinal. Nadie va a parar
allí en función de su gradiente de
saber, si no es porque de alguna
manera se inserta en la economía del
goce del analizante.
Trabajemos con un ejemplo. Se
señala al practicante, en un control, la
presencia del objeto oral en la articula-
ción de una frase de su analizante.
Sorpresa. Nunca había «escuchado» al
objeto de la pulsión. Como efecto, no
solo una pista del real en juego en el
caso, sino también su propia demanda
de análisis al analista de control.

11
Otro ejemplo, esta vez de la literatu- cuando se toma ese objeto?, ¿qué pasó es decir, asociaciones en relación a la
ra. Es un cuento de Leonora Carring- en esta escena? El frutero le empieza a figura del analista.
ton que me gustó mucho. Se llama El hablar de amor y de su relación con el Lo interesante es que en alquimia y
enamorado. Les leeré la primera parte otro sexo y de sus fetiches, es decir, de farmacia, el término caput mortuum
nada más, que es lo que nos servirá en cómo se las arregla para la relación con no da ninguna idea de la naturaleza de
esta ocasión para ilustrar la idea del el otro sexo con esos piececitos ágiles y ese elemento resto, porque la destila-
Sujeto Supuesto Saber: blancos que le quería mostrar, y que el ción es una operación muy variada y
analista dice, no, eso es suyo, no muy distinta, por lo que también son
Paseando al anochecer por una callejue- responde a esa demanda, responde a la distintos los residuos, los caput
la hurté un melón —dice la protagonista demanda de ser escuchado. mortuum que quedan de esa opera-
que relata en primera persona—. El Entonces, si al final del análisis se ción. Los caput mortuum pueden ser
frutero que estaba escondido detrás de trata de la reducción del Otro del tanto un elemento inerte, totalmente
sus frutas, me atrapó la mano y me dijo, analizante a su real —esa es la orienta- inerte, como una tierra activa, fácil de
señorita, hace cuarenta años que espero ción— en la entrada, es cuestión de combinar, o puede ser un metal, un
una ocasión como esta —o sea que le meter mano en el semblante que ese álcali, una sal, un carbón. Entonces, en
roben el melón—, cuarenta años que me real toma en el analizante, que es ese punto de detención de las cadenas
la paso escondido detrás de esta pila de semblante de objeto. En el caso del asociativas, uno se puede encontrar
naranjas, con la esperanza de que cuento es el melón, hay que meter con escoria o se puede encontrar con
alguien me arrebate una fruta, y le digo mano en el melón del analizante. un resto fecundo. Esto nos permite
por qué, necesito hablar, necesito contar abordar la cuestión de la posición del
mi historia, si usted no me escucha la La singularidad en la época del analista en la última enseñanza de
entregaré a la policía. Lo escucho, dije «para todos» Lacan y su relación con la época, que
yo —dice la protagonista—, me tomó es una época que se caracteriza por un
del brazo, me llevó al interior de su Leemos en el Seminario 11 una empuje al para todos, para todos igual,
tienda entre frutas y legumbres, advertencia de Lacan que dice así: «los y lo que vemos es que el resto de la
pasamos por una puerta al fondo y psicoanalistas de hoy tenemos que operación analítica, si produce algo, es
llegamos a un cuarto, había ahí un lecho tomar en cuenta esta escoria en nues- justamente algo que no es para todos
en el que yacía una mujer inmóvil y tras operaciones, como el caput igual, que es irrepetible, que es el resto
probablemente muerta. Me pareció que mortuum del descubrimiento del que cada uno produce al final de la
debería estar allí desde hacía mucho inconsciente. Ella justifica el manteni- operación analítica.
tiempo, pues el lecho estaba todo miento dentro del análisis, de una ¿Qué podemos decir de la época?
cubierto de hierbas crecidas. Lo riego posición conflictiva, necesaria para la Brevemente, caídos los semblantes del
todos los días, dijo el frutero, con aire existencia misma del análisis» (2006: padre de la tradición —no es sin padre,
pensativo. Nos sentamos a cada lado del 133). es sin el padre de la tradición— el
lecho y el frutero comenzó a hablar. La Me interesó la cuestión de los registro simbólico cambia, no es más
quiero tanto, créame, la he querido psicoanalistas de hoy porque no es lo que era, es un simbólico bastante
siempre, era tan dulce, tenía unos piece- nuestro hoy, es el hoy del año 1964. homólogo, o acorde, con el estado del
citos ágiles y blancos, ¿quiere usted Nosotros hoy tenemos otro hoy, pero final del análisis. Por eso decimos que
verlos? No, le dije yo… también tenemos que tener en cuenta, el psicoanálisis tiene algo que ver con
como dice Lacan, el caput mortuum de esa transformación de la época,
Está todo el comienzo de un análisis la operación analítica. aunque esta transformación esté espe-
en este párrafo del cuento. El frutero Caput mortuum es un concepto que cialmente determinada por los discur-
que espera algo del Otro y la mujer en viene de la alquimia y de la farmacia. sos de la ciencia y del capitalismo.
el lugar del analista. ¿Por qué? Porque Es el punto en el que queda un resto de Los discursos de la ciencia y del
le arrebata el objeto, porque mete una operación. Por lo general, en esa capitalismo hacen que el objeto suba
mano en ese objeto del futuro anali- disciplina, después de la operación de sus acciones, para hablar en términos
zante que es el frutero. En este caso, y destilación de un elemento queda un capitalistas, y las del ideal bajen.
eso es lo que tiene que hacer el analis- resto que se llama caput mortuum, que El objeto, decía Lacan, sube al cénit
ta, debe hacerse con el objeto del en psicoanálisis lo asociamos a ese de lo social, por eso Miller inventa el
futuro analizante, hacer que ese objeto punto que Freud describe en La diná- término socielo, que es el cielo de lo
entre en el circuito transferencial, si mica de la transferencia, punto en el social, en donde brilla más el objeto
no, es puro bla bla, si no, no hay esa que se detienen las asociaciones del que el ideal. Nos orientamos más por
presencia libidinal. Y ¿qué pasa paciente y surge la figura del médico, el objeto que por el ideal.

12
Miller se pregunta, en su conferencia cambio, tiene a su cargo encarnar que mundo sin real, a un mundo donde no
Una fantasía, que dio en Brasil en el solo hay diferentes modos de fracasar aparezcan los retornos de lo real, cosa
año 2004, si en esta época la brújula no ante lo real de la no-relación. La obviamente imposible ya que, al
es más el Nombre-del-Padre, si no será diferencia entre ambos discursos es contrario, los retornos son cada vez
el objeto lo que ha tomado su lugar. que, si bien encontramos los mismos más crudos.
Se constata que en el discurso no está elementos en los mismos lugares, no se Por lo tanto, la posición del analista
más el Nombre-del-Padre, sino el trata del mismo orden, porque en el de hoy, de nuestro hoy, no debe ser la
objeto. Lo escribe así: en el discurso discurso híper moderno los elementos del rechazo al real de la ciencia y del
del amo es el S1 el que comanda, están desarticulados entre sí. De ahí el saber en lo real. Eso nos dejaría fuera
produce un saber; pero hay un resto, carácter de vorágine que tiene la vida de la época. Hay que admitir ese real
que es el objeto. El discurso capitalista contemporánea. Lo que viene a científico planteando que en ese saber
se caracteriza por una inversión entre detener, de alguna manera, esa vorági- hay el agujero de la sexualidad que
estos dos lugares: el que comanda es el ne, esa cuestión ansiógena de la época, escapa a todo programa y a toda
sujeto, no el S1, que busca, a través del es el S1. Pero ¿qué S1 es? Es el S1 de la evaluación. Eso implica una nueva
saber, completarse. Pero se produce un evaluación y de la clasificación, el que alianza entre ciencia y psicoanálisis
resto. está en el lugar del significante del que descansa en la no-relación. No es
amo. la alianza de «vayamos con las neuro-
S S2 El significante amo, en este discurso ciencias a ver qué tenemos en común»,
híper moderno, es el S1 de la evalua- es la alianza en el sentido de no recha-
S1 a ción y de la clasificación, no es zar a la ciencia, pero para plantear
cualquier S1, es el S1 que dice lo que todo el tiempo el agujero que hay en
Finalmente la última transforma- dicen muchas veces los pacientes ese saber de la ciencia, producida la
ción, que es lógico que se siga de acá cuando llegan al consultorio: «soy sexualidad. Por lo tanto, es el no hay
porque el sujeto está barrado, nunca se anoréxico», «soy bipolar», «soy hipe- relación sexual el que da lugar a la
completa, siempre recurre a otros ractivo», es decir, es un S1 que evalúa y práctica analítica y lo que hace
objetos, es que el objeto pase al lugar clasifica. No tiene nada que ver con la objeción a la omnipotencia del discur-
de comandar. El objeto en el lugar de identificación a una historia, a una so científico.
brújula es lo que Miller llamó el discur- falta en la madre, al interés particu-
so híper moderno, que es el que carac- larizado de una madre; no tiene “Es el no hay relación sexual
teriza a nuestra época, en donde lo que nada que ver con un deseo que no el que da lugar a
orienta al sujeto no es más el sea anónimo, sino que es un signifi- la práctica analítica”.
Nombre-del-Padre, no es más el S1, cante que evalúa y clasifica. Esa es la
sino que es el objeto. Hay algo que diferencia entre los dos discursos.
llama mucho la atención, y es que el Entonces, se ve cuál es la dificultad Para nuestro psicoanálisis, si bien los
discurso híper moderno que escribe actual del psicoanálisis. Lo que antes síntomas ya no vienen tan cargados de
Miller, orientado como brújula por el era su condición de posibilidad, que es sentido, como en otro tiempo, tampo-
objeto a, se escribe igual que el discur- el S1 en el lugar del amo, algo que co son un trastorno, como dice el
so analítico. Es lo primero que salta a ancla, que detiene la cadena de signifi- DSM. No son un trastorno de ningún
la vista, el discurso híper moderno se cantes, que es la función del Nombre- orden porque en lo real no hay ningún
escribe igual que el discurso analítico. del-Padre, eso mismo es hoy su impo- orden, son los síntomas de la
¿Cómo es eso? Tiene que haber alguna sibilidad. Porque el S1 del discurso no-relación sexual.
diferencia. híper moderno no remite a nada más Si bien el síntoma está articulado en
que a un universal de la evaluación y significantes, lo esencial en él no es ser
a S de la clasificación. Es decir, no es lo
mismo estar referido al S1 Nombre-
un mensaje. Hay menos palabrería del
síntoma. Estos son, ante todo, signos
S2 S1 del-Padre que articula el deseo a la Ley, de puntuación que señalan la
que forma parte de la metáfora paterna no-relación. Lacan hablaba de los
Veamos. La civilización del discurso desplazando o incidiendo sobre el síntomas como puntos de interroga-
híper moderno está regida por un deseo no anónimo de la madre, con ción de la no-relación sexual. La
mandato superyoico que dice que todo una historia por detrás, que incluye la referencia, aquí, sigue siendo la confe-
es posible. Imposible is nothing, es el castración, que estar referido al S1 de rencia de Miller en Comandatuba.
eslogan que nos describe este tipo de la evaluación, que, justamente, a lo que Ahora bien, esto tiene consecuencias
civilización. El psicoanálisis, en apunta es a borrar la castración, a un en la posición del analista, ya que se

13
hace más necesario «poner el cuerpo» análisis, es imposible. Entonces hay estamos mal, porque no terminamos
en la relación con el analizante para arreglos sintomáticos, que son arreglos nunca. Entonces, en el análisis hay un
hacer de la interpretación algo que sin análisis, y a lo que apunta el análisis momento en que hay que perder algo
tenga la misma potencia que el sínto- es a lograr un arreglo sinthomatico, en de ese amor al inconsciente porque si
ma. Podemos llamar a la respuesta del donde el padecimiento deja paso al no, se trata de asociar, asociar, asociar,
psicoanálisis a las consecuencias del régimen del funcionamiento. Es decir, y eso lleva al análisis infinito que
discurso híper moderno, a la respuesta que de lo que se trata en un psicoanáli- describió Freud. Cuando uno ama
que implica más al cuerpo, también sis es de pasar a un régimen del sínto- demasiado sus pensamientos incons-
del analista, como la perspectiva del ma en donde no se padezca demasia- cientes, es un problema.
sinthome en la posición del analista. do. Padecer demasiado es lo que Lacan La interpretación del analista desde
Esta nueva perspectiva es la del dice, en el Seminario 11, que lleva a la la perspectiva del sinthome, que va en
arreglo, que anuda el cuerpo y la gente al análisis. Los neuróticos pade- contra de la interpretación del incons-
lengua más allá de que haya o no haya cen demasiado de su síntoma, es decir, ciente, no es que vaya en contra en
recurso al Nombre-del-Padre. Esto no el síntoma sirve para arreglárselas con cuanto a los contenidos, va en contra
quiere decir que no hay más analizan- la pulsión, pero con el costo de pade- del sentido inconsciente en sí mismo,
tes en los que el Nombre-del-Padre cer demasiado. Entonces algo hay que para conducir al analizante a lo que
opere. Tampoco seamos apocalípticos. transformar ahí y el sinthome es el Miller llamó los elementos absolutos de
Estamos hablando de una tendencia resultado de esa transformación. su existencia contingente, que son sus
que se verifica en la época, que se trata Vamos a ir terminando con algún significantes amo. Son elementos
más bien de ubicar la inconsistencia en comentario sobre la interpretación. La absolutos porque no se asocian más a
el Otro, ante la cual el Nombre-del- interpretación desde la perspectiva del otra cosa, no se les busca más un senti-
Padre no es más que un instrumento sinthome es contraria a la interpreta- do; y son contingentes porque el sujeto
ad hoc, entre otros, para tratar ese ción del inconsciente. Este trabaja se encontró con esos S1 de manera
agujero.

“Lograr un arreglo sinthomatico en donde el


padecimiento deja paso al régimen del funcionamiento”.

Lacan describió justamente el sintho- todo el tiempo, nos interpreta ligando contingente, de manera traumática. A
me a partir de alguien que se las un significante con otro significante. partir de esos S1 contingentes, el sujeto
arregló sin análisis: Joyce. Joyce se las Está el resto diurno, por ejemplo, y a arma un síntoma o un programa que le
arregló bien sin análisis. Lacan dice partir del resto diurno ustedes arman es necesario. Lo que le es necesario al
que él encarnó su sinthome y, a partir toda una historia en el sueño. Eso es el sujeto para la vida, su síntoma y su
de ahí, Lacan piensa la neurosis, inconsciente palabrero que va ligando fantasma, en su origen fue absoluta-
usando este recurso que inventó Joyce, S1 y S2. La interpretación analítica mente contingente. Nada determinaba
que fue un neurótico. Su logro, el de desde la perspectiva del sinthome va a de antemano que alguien tuviera tal
Joyce, fue haber hecho coincidir su ego la inversa, es una interpretación que síntoma o tal fantasma.
y su sinthome como recurso en el busca un corte y un punto de deten- Les propongo un breve comentario
mundo. ción en la cadena significante. sobre un caso para pensar esa perspec-
La idea entonces es que hay arreglos. Por eso al principio decía que es tiva del sinthome. Es una analizante,
Hay arreglos sintomáticos, que son los como si la posición del analista fuera una mujer grande, que vive el infierno
arreglos con los que llega cualquier opuesta a la del analizante que quiere de una relación con el partenaire
analizante a la consulta. El que llega a más sentido, más sentido y más senti- sexual. Por qué digo esto, porque esa
la consulta no es que no hizo un do. ¿Por qué? Porque es necesario relación se sostiene en una frase del
arreglo para articular su cuerpo con la amar al inconsciente. No hay análisis si padre, que podríamos ubicar como el
lengua, hizo un arreglo, pero es un no se introduce un cierto amor por el elemento contingente. Dicha frase la
arreglo en el que lo que prima es el inconsciente, es absolutamente nece- ubica como objeto de uso de los hom-
padecimiento y por eso llega al análi- sario; pero cuando uno se queda bres, y ella no ve, en su relación con los
sis. Si no hubiera arreglo ni llega al enamorado de su inconsciente, hombres, más que la prueba de este

14
oráculo paterno. Esta frase fantasmáti- para reconocer en él cómo opera el En cada uno, un significante, de una
ca no dice nada de ella como mujer, no goce en el analizante. En cierto manera y no de otra, va a remitir a
dice nada de su semblante ni de su momento el semblante del analista vira ciertos recuerdos y equívocos y no a
forma de ser, nada, solamente que la y la interpretación por el corte es otros. Entonces, cada uno, a pesar de
ven por un atributo paterno. tajante y poniendo el cuerpo, ponién- que recibe la lengua del Otro, inventa
Las sesiones con ella transcurrían dose de pie y diciéndole «sí, es eso», en la lengua que habla, y esto implica la
siempre entre lamento y queja, que el momento en que la analizante dice: dimensión del amor. Por eso les decía
desplegaba un goce comandado por la «me gusta ese hombre con sus dificul- que es necesario amar al inconsciente,
frase fantasmática. Ahora resulta que tades». No dice «otro más que me porque es el único medio de establecer
la pareja de esta mujer, la pareja del quiere por lo que aseguraba mi papá, una relación entre S1 y S2. Como lo
momento que llega al análisis, respon- cuánta razón tenía mi papá», sino que que recibimos del Otro son significan-
de a este imperativo del fantasma dice «me gusta este hombre con sus tes sueltos (S1), la única conexión que
porque era alguien que pedía y necesi- dificultades». Existe ahí compromiso puede haber entre significantes requie-
taba, justamente, ese atributo. Pero con su goce, que es un goce que la re de un amor al inconsciente para que
algo del comportamiento de él no anima ante el partenaire y es lo que le los interprete y para hacer de puente
cerraba bien con esto, porque era un permite a ella tener un compañero. En entre S1 y S2.
hombre amoroso. No cerraba bien con ese momento llega el corte. Estar Entonces, si el estado inicial del ser
la sentencia paterna que la ubicaba advertida de ese goce le permitió hablante es consonante con el discurso
como objeto de uso de un hombre. limitarlo y no desaparecer ante él, sino que impera hoy de los S1 solos, antes
Había algo más. Entonces la interpre- reducirlo a lo necesario de la condi- de la constitución del inconsciente, el
tación toca ese punto y el saber absolu- ción en un rasgo en el partenaire. psicoanálisis debe inventar el amor al
to del padre queda afectado. El Se acota su goce de ser objeto de uso inconsciente para hacer existir la
semblante que toma el analista es una y se reconoce que hay ahí una condi- no-relación sexual y los semblantes
especie de mezcla entre lo que exige el ción amorosa: un hombre, para estar necesarios para hacer vivible el real
fantasma de esta mujer (no se podía ir con ella, tiene que tener ciertas singular de cada uno.
en contra, de frente con ese fantasma) dificultades. Es así en este análisis: o se
y una rectificación tolerable del orácu- la empuja a estar sola el resto de sus
lo paterno. Por ejemplo, diciéndole días o se la empuja a soportar un
que «parece que él no quiere solo eso». hombre que tiene esa condición que
Es una posición en donde se confirma ella necesita, que es que tenga ciertas
la exigencia del Otro fantasmático; dificultades.
pero no se confirma del todo ese Me parece que el analista, desde la
fantasma, ni todo el tiempo, y no se lo perspectiva del sinthome, tiene algo del
alimenta. Es una manera de ir tejiendo homeópata. Es como si fuera un
lo que Graciela Brodsky llamó el lazo médico homeópata porque prescribe
sinthomatico de la transferencia, es aquello de lo que se sufre. Toma los
decir, usando lo que ya hay ahí, que es significantes de los que sufre el anali-
el fantasma apoyado en el padre, para zante para operar, a partir de ahí, una
ir tirando de ahí, no yendo francamen- transformación. Es seguir bastante al
te en contra, pero objetando. pie de la letra lo que Lacan plantea en
Encontramos dos vacilaciones: una el Seminario 24, cuando dice que cada
vacilación que es la calculada del uno inventa la lengua que habla.
analista que le cree y no le cree al No es suficiente recibir la lengua de
fantasma, y una vacilación del parte- los otros, hay que recortar ciertos
naire de la analizante, que le pide a la significantes de esa lengua del Otro.
vez que introduce algo del orden del Uno recibe un montón de significantes
amor. y se queda con unos pocos en sus
Golpear en el fantasma de lleno sería fantasmas, en sus síntomas, incluso en
un riesgo muy grande, puesto que deja su novela familiar, en sus recuerdos, en
sin sostén simbólico imaginario al sus sueños. Son pocos los significantes
sujeto y abre a la posibilidad de un que uno toma del Otro y que pasan a
pasaje al acto. Habría que localizar tomar peso para nosotros.
más bien el obstáculo del síntoma, Ahí también hay algo de invención.

15
Referencias
bibliográficas
Carrington, L. (1939). El enamorado. Consultado el 2 de septiembre de 2015 en:
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Lacan, J. (2007). Lugar, origen y fin de mi enseñanza. Conferencia pronunciada en el asilo Vinatier. En Mi enseñanza
(pp. 11-77). Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Lacan, J. (2012). Proposición del 9 de octubre de 1967. Sobre el psicoanalista de la Escuela. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Miller, J.A. (2010a). Los signos del goce. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Miller, J.A. (2010b, abril). Lo real en el siglo XXI. Ponencia presentada en el VII Congreso de la Asociación Mundial de
Psicoanálisis (AMP), Buenos Aires, Argentina.

16
I CAN HEAR YOU ALL :-), Saarblitz, flickr.com/photos/saarblitz/
Clínica lacaniana
Alejandro Reinoso
Paola Cornu
Claudio Morgado
Francisco Aliste
Alejandro Olivos
Consecuencias de las 1. El cuerpo en el psicoanálisis

transformaciones de lo En Freud tenemos, inicialmente, el


cuerpo de la histérica en su registro
simbólico y lo real en los sintomático como en su puesta en acto
en la transferencia. La complacencia
cuerpos actuales somática del síntoma sitúa la descarga
y la dimensión de ciframiento, propias
del trabajo del inconsciente dirigido a
velar su deseo. Freud interpreta accio-

LA CARA DE LA GUERRA, Dalí, 1940


nes y fantasías en el contexto de la
transferencia con el analista y cuya
salida posible se dirige a la vertiente
del acto, es decir, del Aussprechen
(declarar, pronunciar) ante otro orien-
tándose por la asociación libre. Esa vía
provee un alivio sintomático que
dirige el corpus energético hacia el
trabajo analítico. La cura por amor
está ahí habilitada.
En el cuerpo se encarna un conflicto
psíquico muy preciso que cede con la
interpretación. El cuerpo de la histéri-
ca está fragmentado y erotizado por el
símbolo, la representación fragmenta-
ria que permanece del recuerdo
olvidado de la escena traumática real,
en un inicio, y fantaseada, en una
segunda aproximación al trauma. En
este contexto, el síntoma conversivo es
una perturbación de la función orgáni-
ca por la erogenización que contiene.
También emerge en Freud, respecto
LE REPRODUCTION INTERDITE, René Margritte, 1937 de aquello que moviliza, la distinción
entre instinto y pulsión: el primero, un
programa de conductas orientadas a la
mantención de la conservación y a la
reproducción de la especie, a diferen-
cia de la segunda, la pulsión, cuyo
empuje constante se dirige a un objeto
no fijado por un programa sino que se

E
l artículo relaciona tres nocio- fija en torno a experiencias de satisfac-
nes: cuerpo, psicoanálisis y ción que dejan una impronta. Las
época actual. El psicoanálisis pulsiones parciales también dan
Alejandro REINOSO surge con Freud cuando este hace cuenta de la fragmentación del cuerpo;
Psicoanalista practicante. hablar el cuerpo de la histérica en la el cuerpo discontinuo debido a las
Miembro de la SLP y de la época victoriana, período de la moder- zonas erógenas, verdaderos agujeros
AMP.
El autor es psicólogo y nidad aún caracterizado por la opera- en torno a los cuales circulan pulsio-
doctor en Ciencias tividad del Nombre-del-Padre y la nes parciales introduciendo el movi-
Sociales (Universidad
Gregoriana). Se desem-
consistencia del Otro. El autor se miento del objeto que atrae más allá de
peña como académico en interroga por las consecuencias de la la necesidad (ejemplo: el chupeteo
la Pontificia Universidad
Católica de Chile.
época en la comprensión psicoanalíti- oral). Freud sostiene, hacia el final, la
Miembro de la ALP. ca del cuerpo contemporáneo. articulación entrelazada entre las

18
pulsiones de vida y muerte; entre el Lacan retoma, en los Seminarios 10 y En efecto, en este tipo de clínica conti-
placer en el cuerpo, descarga y dismi- 11, el cuerpo fragmentado por el goce nuista la solución de esta pareja,
nución de la tensión psíquica, y el en su pluralización parcial de los obje- donde un significante amo se articula
displacer del aumento de la tensión, es tos, las cinco formas de los objetos a con un fragmento de real, con un resto
decir, el cuerpo que se orienta a naturales y también su lugar de causa pulsional, se relaciona con algo del
aumentar esa tensión más allá del (Miller, 2006). La misma estructura cuerpo. Y entonces asume un papel
principio del placer por vía de la satis- del inconsciente tiene la lógica de la fundamental el cuerpo del parlêtre; el
facción de la pulsión de muerte. Si a zona erógena, es decir, el inconsciente ser que habla es el sujeto más el
ello se suma la inercia del síntoma, pulsa, se abre y se cierra. Las zonas cuerpo. La última definición que dejó
lejos de la vía interpretativa —tal erógenas se relacionan directamente Lacan del síntoma, como aconteci-
como aparece en Inhibición, síntoma y con el Otro: el Otro del deseo y el Otro miento de cuerpo, implica que el goce
angustia (1926)— la cuestión de la de la demanda. Es el goce fragmentado está en juego.
satisfacción en el síntoma, es decir, su en objetos; goce normal como lo deno-
dimensión económica, se torna clave y mina Miller (2003). “La última definición de
un punto de interrogación sobre los En el Seminario 20, la interrogación Lacan del síntoma como
análisis y sus términos. está puesta en la noción de lenguaje, el acontecimiento de cuerpo
En el estadio del espejo, según cual derivaría de una forma originaria implica que está en
Lacan, para que un sujeto se reconozca que él denomina lalengua: palabra en juego el goce”.
con una imagen de cuerpo entero, con su condición anterior a la estructura
un efecto de totalidad y unidad imagi- gramatical y léxica. Es la palabra
naria, requiere del Otro. En efecto, es concebida ya no en su relación al Otro
por vía de la identificación con la como comunicación o mensaje sino 2. Cuerpo, civilización y época
imagen del Otro que se adquiere una en su dimensión de goce. Este semina-
imagen del propio cuerpo. No obstan- rio de las no relaciones, cuya enuncia- Mientras el cuerpo de la modernidad
te, para que ello ocurra —la identifica- ción es el axioma no hay relación era un instrumento para el trabajo, la
ción imaginaria— es condición el sexual, pone en un determinado lugar fertilidad y la producción, entendida al
acceso a la estructura del lenguaje, es al cuerpo: modo del capitalismo de producción,
decir, el registro simbólico. en la sociedad hipermoderna ocupa
si hasta entonces para Lacan el supuesto otro lugar: la privatización del control
“Se nace con un organismo del psicoanálisis es un sujeto que habla del cuerpo que produce un efecto de
que es atravesado por el y que en definitiva está tachado por el impotencia e insuficiencia respecto del
lenguaje y, por ende, significante, a partir de Aún lo será por mismo cuerpo y del yo. En esta lógica,
el cuerpo se construye, el cuerpo vivo. Solo hay psicoanálisis de la construcción del sí mismo ocupa un
es efecto de la palabra”. un cuerpo vivo y que habla, lo que para lugar central y, por ende, hacerse un
Lacan en este seminario merece ser cuerpo es un correlato e imperativo
calificado de misterio. Así termina una directo (Bauman, 1999).
Una de las incidencias del lenguaje de sus lecciones ese año. En otras En el contexto de una producción
sobre el viviente es que separa al palabras, lo supuesto es el por el cuerpo industrial, del plus de gozar a través
cuerpo del sujeto. Este efecto de sepa- (Miller, 2003: 270). del mercado, el cuerpo toma un lugar
ración entre sujeto y cuerpo tiene una central: alimentos, fármacos saluda-
consecuencia fundamental: el cuerpo Así, la vida se sitúa del lado de lo real: bles, aparatos para ejercicios, manua-
tiene que hacerse. Se nace con un el cuerpo vivo es la condición del goce. les de autoinstrucción de medicina,
organismo que es atravesado por el En el último Lacan, de la mano del fitness, wellness, instrumentos e inter-
lenguaje y, por ende, el cuerpo se cons- Otro inconsistente y bajo el paradigma venciones para modelar el cuerpo.
truye, es efecto de la palabra. La moda- de la fragmentación, la clínica emerge Este último se pone en la escena de la
lidad de construcción tendrá una sin conflicto sexual ni regulación por mirada y la mirada se centra en el
deriva según el tipo clínico y su anuda- el Nombre-del-Padre. Las distinciones cuerpo para ser visto, sin velo. El
miento singular. El cuerpo, en su estructurales, por su parte, son menos cuerpo joven reina con el tabú de la
dimensión sintomática, se estructura claras. La modalidad que permite muerte y del envejecimiento y la grasa
como un mensaje y remite a un senti- comprender esta lógica ya no es el es el símbolo del nuevo pecado de gula
do. Este cuerpo es comprendido en cuerpo-síntoma como mensaje sino (y no de la abundancia, como en otras
clave de la función de la palabra en el como acontecimiento de cuerpo, que se épocas). El mandamiento insigne es:
campo del lenguaje. acompaña de la pareja ordenada S1 – a. No fat (Bauman, 1999).

19
Las transformaciones de lo simbóli- expuesto a una deriva sin límites. Para entre el cuerpo y la estructura, pero es
co y lo real en la época Lacan, lo real de las ciencias no coinci- en el Seminario La angustia que se ven
de con lo real para el psicoanálisis. En los objetos a capturados por Lacan en el
Los últimos dos congresos de la efecto, señala Miller que «se trata para cuerpo mismo (2006).
Asociación Mundial de Psicoanálisis el psicoanálisis [en el siglo XXI] de
(AMP) han versado sobre las transfor- explorar otra dimensión: la de la Para Lacan, las cinco figuras del
maciones de lo simbólico y las vicisitu- defensa contra lo real sin ley y fuera de objeto u objetos a naturales no son
des de lo real, cuyos registros han sido sentido» (Miller, 2012). otra cosa que los restos del cuerpo
discutidos y articulados para poner en fragmentado: oral, anal, fálico, escópi-
lógica la clínica contemporánea y el 3. Tres consecuencias sobre los co y voz.
uso actualizado de conceptos y mate- cuerpos contemporáneos A partir de cada objeto natural del
mas lacanianos. cuerpo fragmentado, la cultura produ-
En términos de lo simbólico, el Algunas consecuencias se advierten ce y reproduce. En el caso de las
contexto contemporáneo es el de la en la relación de los cuerpos con el imágenes visuales y sonoras (tema del
inexistencia del Otro, del debilitamien- objeto, en la relación con el acto y la último ENAPOL realizado en Sao
to de la posición del Padre, la caída de angustia, y, finalmente, en los cuerpos Paulo este año 2015, titulado El impe-
los ideales y el empuje a la homogenei- extraviados, sin brújulas, propios de la rio de las imágenes), la sociedad hiper-
zación de la subjetividad de la época a hipermodernidad. moderna y capitalista produce, integra
través de los avances del saber de las y mercantiliza estos objetos otorgán-
tecnociencias y sus múltiples objetos. ■ Cuerpo y objeto: doles un particular lugar. En efecto, en
Asimismo, el mundo contemporáneo el caso de la relación entre el objeto
se orienta hacia el horizonte de la Miller, en su conferencia preparato- escópico y el cuerpo, tenemos un
mujer, un modo de situar enigmática- ria al VI Congreso de la AMP, cuerpo exhibido a la mirada para ver,
mente «el goce in-formado, el goce sin pronunciada en Roma y llamada Los cuerpos dispuestos a ser vistos y a
forma» (Lacan, 1992: 172). El goce sin objetos a en la experiencia analítica, hacerse ver. La mirada omnipresente,
medida o fuera de toda medida fálica indicaba la diferencia entre los objetos transparente y sin velo da cuenta del
(el objeto a) se hace más patente en a naturales, los objetos culturales y el ascenso al cenit social del objeto a,
tanto hay más objetos disponibles para objeto causa. En relación a las cinco deslocalizando a los seres hablantes y
la satisfacción pulsional. formas del objeto a, indica: dejándolos sin punto de corte al goce.
Lo mismo sucede con el objeto oral
respecto del cual Miller (2006)
“El goce sin medida o fuera de toda medida puntualiza: «se sabe bastante el
fálica (el objeto a) se hace más patente deterioro de la relación del sujeto con
en tanto hay más objetos disponibles el objeto oral inducido por las costum-
para la satisfacción pulsional”. bres alimenticias de la modernidad
contemporánea». Lo perecedero,
propio del objeto anal, se desliza y
disuelve en la liquidez de la instanta-
En relación a lo real, el mundo Allí, cada una de las formas está detalla- neidad, tal cual la describe Bauman.
moderno (el del siglo XX) ha intenta- da, pero está detallada en el cuerpo. La relación entre imagen y objeto es
do dominar los imprevistos de la natu- Cada una de estas formas del objeto a más neta hoy que nunca: la nada del
raleza, de las catástrofes, buscando detallada como un pedazo del cuerpo. objeto está cubierta por una imagen
acercar los límites para reducirlo, El a no aparece como el producto de que siempre tiene un punto de fuga.
controlarlo, aumentar la paz y acercar- una estructura articulada, sino como el No obstante, los actuales efectos de las
se a la felicidad. Sin embargo, «lo real producto de un cuerpo fragmentado. imágenes no tienen la misma preg-
prende fuego a todo. Pero es un fuego Sin duda estos objetos responden a una nancia que en la época del Nombre-
frío» (Lacan, 2005: 119). Este imposi- estructura común, estructura de borde, del-Padre. Las imágenes / objetos
ble de lo real busca aferrarse a las estructura de acodo, pero en el Semina- tienen incidencia en los cuerpos, en su
ciencias pero se encuentra con lo real rio La angustia, estas estructuras están regulación y agitación:
sin ley, siempre. Sin embargo, la enraizadas en el cuerpo. Se puede ir más
búsqueda científica, de la mano del lejos aún, hasta marcar que el cuerpo Los efectos del poder de la imagen se
capitalismo contemporáneo, hace que está recortado por la estructura lingüís- hacen sentir así en la clínica: causa de
lo real esté menos enmarcado y más tica, se pueden revelar los isomorfismos fascinación o de rechazo, de placer o de

20
angustia, de erotización o de mortifica- al acto— son indicativas del debilita- una fórmula de disminuir el dolor de
ción, imagen pública o de privada miento de lo simbólico. La articula- ser tal como indica Lacan en el Semi-
intimidad, difundida masivamente ción entre acto, discurso y cuerpo está nario 5 (1999: 254).
como un tótem o preservada en la anudada de manera tal que las inscrip- La respuesta del psicoanálisis es el
singularidad única del fetiche, portado- ciones en los cuerpos no solo se acto analítico: «hay también un acto
ra de la tensión agresiva hasta su dirigen a dar lugar en Otro, sino que puede calificarse como acto por el
fraccionamiento o de la unidad perdida también a detener la angustia por vía cual un psicoanalista se instala, hay
en la alienación del Yo a la imagen del de las automutilaciones y los cortes en aquí aun algo que merece el nombre de
otro especular (Bassols, 2015). el cuerpo. En la medida que el corte en acto, incluso hasta que ese acto pueda
lo simbólico no opera, se realiza el inscribirse en alguna parte» (Lacan,
■ Cuerpo, acto y angustia. Dilemas corte en lo real. En efecto, la angustia 1967-1968: inédito. Lección 18/11/67).
de la inscripción ante el exceso implica un encuentro con el objeto sin En la clínica del exceso fuera de
velo, lugar donde falta la falta y que, sentido, el acto analítico, en las manio-
Un signo de las transformaciones de por ende, constituye una desarticula- bras de la transferencia y la presencia
lo simbólico y del Otro que no existe es ción de la relación entre el deseo y el del analista con su cuerpo (objeto a
la actual articulación entre inscripción goce que el fantasma desfallecido no encarnado, como indica Miller en
y goce. La inscripción de lo simbólico permite operar. Televisión), así como los últimos desa-
ha sido el modo de regulación del goce La función del inconsciente es rrollos del mismo Miller sobre el
en la época del Nombre-del-Padre. tramitar el goce en un particular analista sinthome que facilita el anuda-

“La función del inconsciente es tramitar el goce en


un particular modo, de manera tal que cuando
este fracasa, el acto se pone en escena”.

Ante este declive, la dimensión del modo, de manera tal que cuando este miento, constituyen una orientación
acto pierde su espesor y resonancia fracasa, el acto se pone en escena, o por lo singular que pueden alejar al
simbólica; por ello, los modos de bien se produce un acto que saca al parlêtre de lo peor.
inscripción en la vía de lo imaginario sujeto de la escena introduciendo un
van más allá de los modos acotados, corte por vía del acto. Acto e incons- ■ Sujetos sin brújula, cuerpos
rituales y gráficos específicos a los ciente tienen funciones disyuntas: extraviados
cuales estaba localizado.
El aumento en el uso de tatuajes y es por esto que en el pasaje al acto hay En la conferencia de Comandatuba,
escarificaciones evidencia intentos de un no querer saber de eso. Se sale de la Miller (2004) subraya como clave de
inscribir los cuerpos en el campo del escena por la certeza que se alcanza con lectura de la subjetividad de la época a los
significante que permitan dar un lugar una identificación en cortocircuito con sujetos desorientados después de la
en el Otro, localizar y responder quié- el objeto a. Es una identificación que moral civilizadora del período freudiano.
nes somos y a dónde pertenecemos: Lacan llama identificación absoluta con La antigua orientación por el ideal
«es algo muy llamativo estos cuerpos el objeto a como fuera de la escena. En cede lugar al objeto. La lógica de la
en busca de un personaje, como Piran- el pasaje al acto hay un rechazo de la errancia emerge tanto en términos
dello y los personajes en búsqueda de escena y, al mismo tiempo, rechazo de sociales como en nuevos nomadismos,
un autor, mientras que en este caso cualquier llamado al Otro (Miller, pero no se agota en ello. En términos
son realmente cuerpos que van en la 2006: 108). estrictos, esta noción lacaniana —la
búsqueda de un significante que sea errancia— indica que el sujeto
realmente un significante» (Laurent y La experiencia de la caída respecto contemporáneo es un sujeto errante:
otros, 2012: 78). del deseo del Otro, o bien un cortocir- «la palabra errancia lleva su equívoco
La prevalencia de las llamadas pato- cuito y el desencadenamiento de la puesto que errar no solo puede signifi-
logías del acto —impulsiones y violen- angustia, son fuentes fundamentales car vagar, viajar, transitar sin rumbo
cia en la vía del acting out y del pasaje que se asocian al empuje al acto como fijo, ‘pirarse’ (para tomar un término

21
del Antiedipo), sino también la deriva cuya presentación clínica no parece la el estrago deviene extravío cuando el
en el error» (Vaschetto, 2010: 19). clásica histeria sino con modos y circuito de la palabra, en su dimensión
Sujeto descarriado, fuera del carril y del características de deslocalización de demanda (de amor) se halla
carro del Nombre-del-Padre. Implica subjetiva e impulsiones que podrían interrumpido, dificultado (…) El recha-
un fuera de la espacialidad y la geogra- equívocamente hacer pensar en la zo del inconsciente se hace entonces
fía asignadas clásicamente por el efecto psicosis, sin asociaciones ni interpreta- patente no solo en la dimensión de aquel
del Otro consistente. Errancia de los ciones que permitan poner en función que no quiere saber (o no quiere dejarse
cuerpos en otros lugares, ¿en cuáles? el deseo, sin formaciones del incons- engañar), sino también en los efectos
¿Cómo aparecen estos cuerpos en la ciente ni retorno de lo reprimido ni casi de sideración o de devastación en el
época? Apagados y deprimidos, excita- fantasma en función y sin deseo cuerpo (Vaschetto, 2010: 121).
dos, insomnes, hiperactivos, ansiosos, insatisfecho localizado (Álvarez, 2008).
confusos, en suspensión, a la espera Los cuerpos estragados se pueden En efecto, es el cuerpo tomado por el
que un soplo del Otro devuelva la vida apreciar clínicamente cuando la forma amor loco del abandono, del desamor
o traiga paz, afectados por afectos y erotomaníaca del amor se torna estra- y el rechazo infinitesimal, devastado
emociones, ¿de qué tipo? Violentas, de gante: para una mujer, cuando un por el dolor metonímico donde la
amores de vida o muerte. La medicali- hombre se transforma en un estrago única salida imaginada pareciera ser
zación disminuye el volumen de todo para ella o bien cuando el Otro mater- dejar de existir. Clínicamente se
ello, pero no reduce ni localiza en tanto no aparece sin mediación del falo. El requiere el paso del cuerpo estragado
falta un síntoma que anude. estrago tiene, a diferencia del síntoma, al cuerpo de la posición histérica,
El estrago es un buen ejemplo. La una forma deslocalizada y una medida marcado por el síntoma y el fantasma
clínica contemporánea ha conceptuali- infinita que responde a la lógica del en función.
zado cada vez más este trazo de la ense- no-todo:
ñanza de Lacan. A menudo mujeres

Referencias
bibliográficas
Álvarez, P. (2008). Hacia una clínica del estrago. En M. Goldenberg (comp.), De astucias y estragos femeninos (pp. 39-45).
Buenos Aires, Argentina: Grama.

Bauman, Z. (1999). La società dell’incertezza. Bologna, Italia: Il Mulino.

Bassols, M. (2015). El imperio de las imágenes y el goce del cuerpo hablante. Texto preparatorio al VII ENAPOL, Sao Paulo,
Brasil. Consultado el 10 de septiembre de 2015 en: http://oimperiodasimagens.com.br/es/textos/

Lacan, J. (1967-1968). Seminario 15. El acto analítico. Inédito.

Lacan, J. (1992). Seminario 17. El reverso del psicoanálisis. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Lacan, J. (1999). Seminario 5. Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Lacan, J. (2005). Seminario 23. El sinthome. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Laurent, E. y otros (2012). Cuerpos que buscan escrituras. Buenos Aires, Argentina: ICdeBA-Paidós.

Miller, J.A. (2003). La experiencia de lo real en la cura psicoanalítica. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

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Vaschetto, E. (2010). Los descarriados. Clínica del extravío mental: entre la errancia y el yerro. Buenos Aires, Argentina:
Grama.

22
Ricardo Chávez Méndez, Maestro de Curvismo™, www.orogallery.com, www.ricardo-chavezmendez.artistwebsites.com
Del inconsciente
es la política a
la política del síntoma
“Nuestra práctica clínica

M
iller plantea que el «síntoma implica la política
hay que definirlo no como del síntoma a la
formación del inconsciente, que agregamos:
sino como una función del incons- con el inconsciente”.
ciente que transporta una formación
Paola CORNU del inconsciente a lo real» (1994: 170).
Psicoanalista practicante. La orientación, la dirección política y Para seguir la huella de estos signifi-
Miembro de la EOL y de la la ética de la cura en nuestra práctica cantes ubico dos referencias en las que
AMP.
La autora es psicóloga y clínica, implicarían la política del Lacan refiere el inconsciente y el sínto-
magíster en Psicología síntoma como política del psicoanáli- ma a la política. Una se encuentra en el
Clínica mención Psicoanáli-
sis (Universidad Diego sis, a la que agregamos: con el incons- Seminario 14, La lógica del fantasma
Portales). Se desempeña en ciente. Esto a partir del trabajo del (1967, inédito), donde afirma que «el
consulta particular, como
docente y supervisora inconsciente transferencial, tanto en la inconsciente es la política». Refirién-
clínica del Programa de práctica clínica, como en la experien- dose a ello, dice Miller en Anguila que
Formación en Clínica
Psicoanalítica de Orienta- cia analítica que cada sujeto empren-
ción Lacaniana y como de. Pensando que síntoma y fantasma el inconsciente es una relación y se produ-
supervisora clínica del
Equipo de Psicólogos de
quedan incorporados en el sinthome, ce en una relación. Por ello tenemos
CENFA. Miembro de la ALP. al final de la enseñanza de Lacan. acceso a él en una relación con ese otro

23
que es un analista (…) si el hombre es un (1992: 155), a partir de la operación puede estar disponible para el fantas-
animal político, es por ser a la vez hablante que hace sobre las estructuras clínicas ma del paciente. Y que la disciplina del
y hablado por los otros. Sujeto del incons- freudianas. En este momento se analista es aprender a ser sin sabor
ciente, recibe siempre de un otro (…) las presenta una discordancia entre signi- propio (2006). Esto me llevó a pensar
palabras que lo dominan, lo representan y ficante y real: «la sexualidad agujerea en el concepto de resistencia y el énfa-
que lo desnaturalizan también (2012). lo real y no hay programa de acceso al sis que Lacan pone en la siguiente idea:
Otro sexo que esté inscripto en lo real. la resistencia es del analista.
La segunda referencia se encuentra (…) hacia el final anuncia ‘no hay Eric Laurent retoma Lituraterre en el
en Lituraterre: «que el síntoma institu- relación sexual’» (Torres, 2006: 94). Tao del psicoanalista. Se considera que
ya el orden en el que se revela nuestra Esto nos permite situar al inconsciente el tao es ubicado como el camino, el
política implica, por otro lado, que en relación con lo real, distinto de vacío. En ese texto Laurent dirá que
todo lo que se articula de ese orden sea situarlo en relación al Otro. Bassols, «El psicoanalista, si sabe actuar con lo
posible de interpretación» (Lacan, en Una política del síntoma, se que se escribió su tao [camino], hace
2012: 26), de lo que se desprende la pregunta: «¿cómo llevar hoy al sujeto de estas rupturas un vacío mediador
posibilidad de interpretación. del síntoma a abrirse a la dimensión actuando, permitiendo al sujeto
Para Freud, la pregunta por el sínto- del Otro de la palabra y del lenguaje a soportar la significaciones más terri-
ma conversivo será el inicio de la interesarse así en el desciframiento de bles que tuvo que soportar» (1999: 17).
teoría freudiana. Su pregunta marcará su mensaje inconsciente?» (2007), Hay entonces un tratamiento ético
la orientación en el trabajo analítico, pregunta que apunta al inconsciente del síntoma, en tanto que se escucha el
será su brújula. Freud comenzará por transferencial. sufrimiento, el goce que marca la
fundamentar la operatividad con el Política y ética marcan una posición posición que establece ese sujeto en la
síntoma y sobre el síntoma. Será a respecto de los usos del síntoma, en vida y en relación a la satisfacción que
través de las formaciones del incons- tanto nos podemos preguntar cómo es le otorga su realidad fantasmática. El
ciente que dará cuenta del funciona- que el sujeto usa sus síntomas. Por síntoma está sobredeterminado por la
miento operativo del inconsciente, otro lado, ¿qué uso hace o da el analis- incidencia del fantasma; sobredeter-
interesado por mostrar su función por ta a esos síntomas? minado en tanto que no es cualquier
medio de sus formaciones, sueños, Este último toma una posición desde significado que toma del campo del
actos fallidos, chiste y síntoma. el lugar de la causa, haciendo semblan- Otro, sino aquel en el que hay una
A lo largo de su investigación sobre te de objeto a y apuntando al deseo. El incidencia del fantasma. Situarse
el inconsciente, irá reformulándolo. deseo del analista será, por tanto, frente a una ética y una política del
Primero propone un inconsciente provocar una pregunta en ese sujeto síntoma será creer en él, creer en el
descriptivo, a partir de la movilidad que viene silenciado por un malestar- síntoma como en el inconsciente.
entre los esquemas, pensando el goce. Lacan decía que lo que
aparato psíquico dividido en conscien- «La propuesta de Lacan decía que el
te, preconsciente e inconsciente. campo del deseo inconsciente era hay de sorprendente en el síntoma es en
Luego considera un inconsciente diná- abierto a partir de la presencia del ese algo que, como ahí se besuquea con
mico, en tanto es el momento en que el deseo del analista, siendo este el opera- el inconsciente, es que uno allí cree. (…)
inconsciente coincide con lo reprimi- dor que abría ese campo» (Aramburu, no hay duda, cualquiera que viene a
do. En un tercer momento ubica un 2003: 231), así, en el Seminario 11, Los presentarnos un síntoma allí cree. (…)
inconsciente, que tendría el anteceden- cuatro conceptos fundamentales del es porque él cree que el síntoma es
te de que todo lo reprimido es incons- psicoanálisis, Lacan señala que «el capaz de decir algo, que solamente hay
ciente, pero no todo lo inconsciente es deseo del analista, (…) no tiende a la que descifrarlo (1975: inédito).
reprimido. Este se define en relación a identificación sino en el sentido exac-
las resistencias estructurales, por lo tamente contrario. Así, se lleva la Respecto de la pregunta «¿qué es
tanto, será un inconsciente estructural experiencia del sujeto al plano en el decir el síntoma?», Lacan plantea que
(Torres, 2000: 95-99). Así, en el desa- cual puede presentificarse, de la reali- la función del síntoma sería una
rrollo de su investigación, va introdu- dad del inconsciente, la pulsión» formulación que se podría entender
ciendo el malestar, el sufrimiento (1992: 282). desde su formulación matemática
como satisfacción de las pulsiones a En Cosas de familia en el inconscien- «f(x)». Luego, preguntándose qué es
partir del síntoma. te, Miller subraya, en uno de los apar- esta x, responde que el inconsciente
Para el primer momento de la ense- tados sobre la formación del analista, podría traducirse por una letra, en
ñanza de Lacan, el «inconsciente está que este no tiene forma y que es más cuanto a que en esa letra «la identidad
estructurado como un lenguaje» bien del lado del sin forma como de sí a sí está aislada de toda cualidad».

24
Cuestión que daría cuenta de la sepa- Es así como podemos entender la distin- En esta pregunta por el hacer da
ración entre el sentido y el goce, en ción que hace entre el síntoma pensado cuenta de su inquietud respecto al
tanto que lo que quedaría reducido a como formaciones del inconsciente y del quehacer del psicoanalista, pregunta
su máxima expresión en el sujeto sería síntoma como una función. El punto es que ya en el Seminario 11 nos respon-
este resto de goce aislado, vaciado de situarnos precisamente en el síntoma, su de, indicándonos trabajar lo real por
sentido, aislado de toda cualidad. función y particularidad. Es aquí, a esta medio de lo simbólico, ya que, como
En ∑(x) Miller señalará que lo que altura de la enseñanza de Lacan, que este nos dice Miller: «desde lo simbólico el
cuenta para el síntoma es ese «no nos dirá del síntoma que es lo real. análisis opera sobre lo real del sínto-
puedo»; fórmula que, dirá, implicaría En La tercera señala que lo real es «lo ma, en tanto el síntoma es sentido (...)
una detención y también una repeti- que anda mal, lo que se pone en cruz Si lo real y el sentido están totalmente
ción enlazada a una detención. Esta ante la carreta, más aún, lo que no deja separados y se excluyen, el psicoanáli-
constante llevará a pensar al síntoma nunca de repetirse para estorbar ese sis no es nada más que una estafa»
en otros modos, marcando una distin- andar» (1993: 81). En el mismo texto (1997: 50).
ción. El síntoma de las formaciones explica que «lo dije primero en la ¿Cómo hacer hoy, en la época del
del inconsciente, del cual lo que se ve forma siguiente: lo real es lo que Otro que no existe, de la caída del
es que el síntoma se distinguiría de vuelve siempre al mismo lugar» (82). orden simbólico, del desorden de lo
otras formaciones porque el síntoma

“El síntoma es presentado por Lacan como


una manera de gozar del inconsciente”.

dura, es constante, se repite e insiste; Por otro lado, en el seminario de real? Es la invitación de Miller a
mientras que otras formaciones del R.S.I. se pregunta por el síntoma y se testimoniar del trabajo que ya se está
inconsciente tendrían la cualidad de responde con una formulación mate- haciendo con el parlêtre.
ser fugaces (sueños, lapsus, chistes). mática: f(x), refiriéndose a que esa x En el último momento de su ense-
Miller señala que «el síntoma hay que sería una constante, ubicándola como ñanza, Lacan nos dice que el síntoma
definirlo no como formación del la letra que sería la identidad de sí a sí, es lo real. Entonces, cómo hacer, ya
inconsciente, sino como una función que estaría aislada de toda cualidad que «el sentido del síntoma no es aquel
del inconsciente que transporta una posible. Aquí ubica una separación con que se lo nutre para su prolifera-
formación del inconsciente a lo real» entre el sentido y el goce, en tanto que ción o su extinción, el sentido del
(1994: 179). a lo que se llegaría en un final de análi- síntoma es lo real, lo real en tanto se
El síntoma, tal como lo explica sis sería la ubicación de esa letra, como pone en cruz para impedir que las
Miller, sería una función del incons- una captación de goce del cual habría cosas anden, que anden en el sentido
ciente que transportaría algo de real. Y una reducción del sentido, una exclu- de dar cuenta de sí mismas de manera
se pregunta: «¿de qué lado buscamos sión de sentido de lo real, una cualidad satisfactoria» (1993: 84). Seguirá insis-
esa respuesta de lo real?» (1994: 168). aislada. tiendo en que «el sentido del síntoma
Su respuesta es que la buscamos siem- Cuando Lacan se pregunta si el depende del porvenir de lo real, por
pre desde el lado del síntoma. Es por psicoanálisis es un síntoma, dice: tanto, como dije en la conferencia de
eso que el síntoma transporta un prensa, del éxito del psicoanálisis. A
efecto de significación a lo real y que saben que cuando hago preguntas es este se le pide que nos libre de lo real y
por medio del síntoma un efecto de porque tengo la respuesta. (...) Llamo del síntoma, a la par» (1993: 85).
significación vale como respuesta de lo síntoma a lo que viene de lo real. Esto El síntoma es presentado por Lacan
real. Será por medio de su envoltura significa que se presenta como un como una manera de gozar del incons-
que transportará un efecto de signifi- pececito cuya boca voraz solo se cierra ciente, en tanto que este lo determina,
cación a lo real. Agrega que el incons- si le dan de comer sentido. (...) lo mejor por lo cual, el síntoma se presenta en
ciente se traduciría por un elemento; sería, y en ello deberíamos poner cada sujeto como aquel padecimiento,
un elemento que sería una imagen, nuestro empeño, que reventar a lo real sufrimiento o malestar que para otros
una traducción reducida de las forma- de síntoma, y ahí está el asunto: ¿cómo discursos es entendido como un
ciones del inconsciente. hacer? (1993: 84). trastorno, un déficit. Sin embargo,

25
Lacan nos dice: «el síntoma es una Ahora, ¿cómo pensar el sentido en lo Para trabajar el síntoma entre menti-
irrupción de esa anomalía en que real? Él nos dirá que ra y angustia nos tenemos que remitir
consiste el goce fálico, en la medida a que, por un lado, el síntoma es lo
en que en él se explaya, se despliega a hay una orientación, pero esta orienta- real, y que este, lo real, excluye el senti-
sus anchas, aquella falta fundamental ción no es un sentido. ¿Qué quiere decir do. ¿Por qué comenzar señalando
que califico de no-relación sexual» eso? Retomo lo que he dicho la última esto? Porque el síntoma tiene dos
(1993: 104). vez al sugerir que el sentido es quizás la teorías, que Lacan ya anticipó con
orientación. Pero la orientación no es Freud. Esa es la indicación que nos da
La no-relación sexual es la manera un sentido, puesto que ella excluye el en su Conferencia sobre el síntoma.
en que Lacan va a presentar el agujero simple hecho de copulación de lo Recordemos que estas dos teorías
que existe en lo real. Frente a este simbólico y de lo imaginario, en el cual son la del sentido y la del goce. Ahora,
agujero, traumático para el sujeto, este consiste el sentido. La orientación es lo Lacan también nos decía con respecto
va a inventar algo sobre lo traumático. real, en mi propio territorio, forcluye el al sentido y la práctica analítica, que es
El Edipo sería una manera, por ejem- sentido (Lacan, 2006: 119). desde donde operamos, que lo que
plo. En el Seminario 23 nos dirá: «el debemos hacer, desde donde debemos
complejo de Edipo como tal es un La función del síntoma, o el síntoma operar, es desde la reducción. Pero si
síntoma» (2006: 23). El síntoma es definido como función, se presenta en para operar pasamos por el sentido,
también una respuesta que se daría el este momento del lado de lo real, por reduciéndolo, ¿qué es lo que se
sujeto frente a lo traumático de lo real, lo tanto, del goce del síntoma, mien- reduce? Lo que se reduce es el sentido,
frente al no hay. tras que en otro momento estaba del con el fin de acceder a aquella constan-
Una forma de construirse algo para lado del mensaje, del sentido. La te que marca la captación de goce sin
taponar el agujero. El no hay relación función del síntoma aparece ligada al sentido que presenta la letra. Desde la
sexual implica que para el ser sexuado momento de su enseñanza en que está cual, se ha trabajado para llegar a un
no existiría una armonía, una comple- trabajando con el nudo borromeo. vaciamiento de sentido y, por tanto, a
mentariedad preestablecida respecto a Lacan da cuenta de esa «x», de esa una captación de goce que sería esa
la relación entre macho y hembra. constante. De aquello, lo que se extrae cualidad de identidad de sí a sí.
Frente a ese agujero, entonces, lo que es una letra, un signo que da cuenta de Lacan dirá que «es por eso que el
habría es lo que se construye sobre la esa particularidad de goce, de capta- psicoanálisis es una cosa seria, y que
base de eso. El sentido va en esa línea, ción de goce, propia del ser, que queda no es absurdo decir que puede desli-
en una búsqueda del taponeo absoluto ubicado frente al sinsentido o fuera de zarse en la estafa» (1977, inédito). ¿Por
de eso que no hay; de ahí que en el sentido, signo que queda excluido de qué «estafa»? Porque al plantear que lo
síntoma nos encontramos con su todo sentido posible, punto real del real es lo imposible y decir que «hay
envoltura formal que sería el sentido, síntoma. Se extrae la satisfacción vehi- real es ya suponerle un sentido»
un significante. Por tal razón, que el culizada en el mensaje. (Lacan, 1977: inédito), de la misma
síntoma miente. El punto es que, en la manera como lo real es imposible,
dirección de la cura, la orientación, Es por el síntoma como función que entonces sería imposible operar lo real
nos plantea Lacan, se dirige sobre la podemos trasladar, transportar, tradu- mediante lo simbólico. Aquí nos
base de operar con el sentido para cir, las formaciones del inconsciente en anticipa que el síntoma miente.
reducirlo, con el fin de ubicar el goce un elemento idéntico a sí mismo, en lo Entonces
en juego. Buscamos la reducción del real (...), solo es captación de goce. (...)
sentido y no la vía de producir nuevos ese elemento traduce, un trazo idéntico lo simbólicamente real no es lo realmente
sentidos a la manera en que operaba el a sí mismo, el goce que se vehiculiza en simbólico. Lo realmente simbólico, esto es
desciframiento metafórico. Por tal el significante envuelto por el sentido lo simbólico incluido en lo real, lo cual
razón en el texto de La tercera nos dice (Torres, 2000: 122). tiene perfectamente un nombre —eso se
que el síntoma es un pececito que come llama mentira. Lo simbólicamente real, o
sentido. Esa reducción nos mostrará el La función del síntoma será esa f(x), sea lo que de lo real se connota en el
borde de lo real. Es, dirá Lacan, «el una constante cubierta por una envol- interior de lo simbólico, es la angustia. El
síntoma subsiste en la medida en que tura que miente sobre lo que es verda- síntoma es real. Es incluso la única cosa
está enganchado al lenguaje, por lo deramente real: el síntoma. Así, este verdaderamente real, es decir que conser-
menos si creemos que podemos modifi- quedará ubicado entre mentira y va un sentido en lo real. Es por esta razón
car algo en el síntoma por una manipu- angustia, frente a lo que miente y a lo que el psicoanalista puede, si tiene oportu-
lación llamada interpretativa, es decir, que no engaña. nidad, intervenir simbólicamente para
que actúa sobre el sentido» (2006: 40). disolverlo en lo real (Lacan, 1977: inédito).

26
La mentira es aquello que engaña; a mente real, porque el síntoma es la ra el inconsciente estructurado como
diferencia de la angustia, que es el respuesta del sujeto a lo traumático de un lenguaje (…) analizar al parlêtre es
afecto que no engaña. Es posible la castración. lo que ya estamos haciendo, y que
pensarla como esa estafa, que se dedu- Al final de su enseñanza Lacan tenemos pendiente saber decirlo».
ciría del sentido, en tanto es aquello formulará al sujeto como parlêtre, Marca, a mi gusto, una invitación, a
que porta el síntoma y del que a través siendo este el que sustituirá al incons- quienes practicamos el psicoanálisis, a
del análisis será disuelto, reducido a ciente. La definición de sujeto implica testimoniar y exponer nuestra práctica
una expresión máxima. Serán los estar representado por el significante, clínica en el siglo XXI. A no olvidar la
encuentros, como dice Lacan, los que «fuera del cuerpo, fuera de la vida» célebre frase de Lacan:
producirán un despertar en ese sujeto (Miller, 2002: 78). Lacan introduce un
conmovido y un punto de angustia cambio a partir del lugar de lalengua mejor pues que renuncie quien no
que remite a esa división; angustia que en relación al lenguaje, este como pueda unir a su horizonte la subjetivi-
no engaña, que apunta y nos orienta elucubración de saber sobre la lengua. dad de su época (…) que conozca bien
en la cura de ese sujeto. Por más que se Más adelante, el sinthome será defini- la espiral a la que la época lo arrastra en
engañe a sí mismo, será el análisis y la do como acontecimiento de cuerpo. la obra continuada de Babel, y que sepa
orientación por lo real a través de lo «El significante no solo tiene efecto de su función de intérprete en la discordia
simbólico —la palabra— lo que llevará significación sino que tiene efecto de de los lenguajes (1953: 309).

“El inconsciente y el síntoma sostienen una política


y ética: intervalo entre cuerpo e inconsciente”.

al parlêtre a enfrentarse a esa estafa afecto en un cuerpo. (…) se trata de lo El inconsciente y el síntoma sostie-
que él mismo hizo y a inventarse algo que perturba, hace huella en el nen una política que se podría pensar
nuevo que sea vivificante, dejando de cuerpo» (Miller, 2002: 79). como un intervalo y/o litoral entre el
mortificarse gozosamente. Miller, Para finalizar, recordemos lo que cuerpo y el inconsciente. La pregunta
recordando a Lacan, nos dice: «que el Miller nos planteó en el argumento a seguir trabajando es si el inconscien-
síntoma sea la única cosa verdadera- para el próximo Congreso de la Asocia- te es simbólico o real. Trabajo que
mente real, es decir que conserve un ción Mundial de Psicoanálisis (AMP): viene desarrollando Miller, a partir de
sentido en lo real, lo ubica del lado de «ya no es lo mismo analizar el incons- situar el inconsciente transferencial y
la mentira» (1997: 55). Verdadera- ciente en el sentido de Freud, ni siquie- el inconsciente real.

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Referencias
bibliográficas
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MOVIE REFERENCE HERE, w00tdew00t, flickr.com/photos/marieswartz/
TIPOS CLÍNICOS EN LAS PSICOSIS: nas de las precisiones realizadas por

Consistencia
Lacan acerca de los cuatro tipos clíni-
cos clásicos: esquizofrenia, paranoia,
melancolía y manía. Junto con Lacan,

y dispersión
se abordarán algunas referencias de
otros analistas que trabajaron los
problemas en estudio. Finalmente se
ofrecerá un ordenamiento a partir de
las coordenadas de las relaciones que
Preliminar se establecen entre consistencia y
dispersión. Se entenderá consistencia

E
n muchos aspectos, la clínica como aquella posición inamovible del
de las psicosis ofrece interro- Otro o de la inclinación hacia el objeto
gantes respecto a la forma en y a la dispersión del lado de lo que no
que el analista puede responder y engancha, ya sea del lado del signifi-
formalizar lo que hace en el tratamien- cante o del cuerpo.
to con psicóticos. La cuestión del diag-
nóstico, sobre todo cuando se aborda Supuestos
desde el punto de vista de la herencia
Claudio MORGADO psiquiátrica, genera una suerte de Se parte de la base que existe, sobre
El autor es psicólogo y tensión entre dicha tradición y la todo desde los años setenta, en especí-
magíster en Etnopsicología
(Pontificia Universidad psicoanalítica, en tanto que aquel fico con el seminario El sinthome, una
Católica de Valparaíso). ejercicio podría desmarcarse de la clínica que podría calificarse de conti-
Se desempeña como
psicólogo y docente en el praxis analítica propiamente dicha nuista, en tanto que en ella se da un
Servicio de Psiquiatría puesto que en ella se produciría un lugar privilegiado al síntoma. Desde
Forense del Instituto
Psiquiátrico Dr. José desprecio por el síntoma. Lacan, en su esta perspectiva, los tipos clínicos,
Horwitz Barak y como enseñanza, aborda el asunto de los incluso la clínica estructural, podrían
docente en las universi-
dades Alberto Hurtado y tipos clínicos de las psicosis de manera tener menor valor del que hasta ese
San Sebastián. Además, discreta, es decir, contamos con momento tenían. Sin embargo, lo que
trabaja en consulta
particular. Miembro
referencias limitadas para pensar el se establecería como una clínica
de la ALP. tema. En este escrito se revisarán algu- discontinua, es decir, esa que conside-

29
ra fundamentales las diferencias entre Melancolía pertenecen a la categoría de la mortifi-
estructura y, luego, las distinciones cación y otros, distintos, que podemos
entre los distintos tipos clínicos que El abordaje de la melancolía, desde ubicar bajo el título de delirio de
están alojados en ella, se considera aún Lacan y otros que la han estudiado en indignidad» (1991: 34). La primera,
vigente en tanto permite localizar base a su enseñanza, se realiza desde la como dirá siguiendo a Lacan, queda
maneras específicas de, por ejemplo, cuestión de la inclinación, la orienta- en serie con la mortificación resultante
instituir relaciones entre el significan- ción hacia el objeto que trae como de una búsqueda del objeto más allá de
te y el Otro. efecto la mortificación del sujeto. la imagen; en el segundo caso permite,
Destaca la distancia que se realiza mediante el delirio, formular una
respecto de cualquier teorización que sanción y la localización de un objeto
“Conocer lo específico, se puede hacer desde el humor o el inmundo, mientras que el sujeto se
el detalle y lo propio afecto. ubica en aquel lugar. En ambos casos
de una estructura, En el seminario titulado La angustia, hay una cierta mortificación, en el
es central”. Lacan establece la diferencia entre primero resultante del ir tras el objeto,
duelo y melancolía, enfatizando que más allá de la imagen; en el segundo,
para el segundo las cosas se pueden en el delirio que provee una cierta
problematizar a partir del objeto. Dirá: consistencia de ser un objeto degrada-
Se piensa que es infecundo mantener do. Así, en el primero existe una
ambas perspectivas separadas, que Pero el hecho de que se trata de un apuesta por el objeto y en el segundo
conviene tenerlas como suplementa- objeto a, y que este, en el cuarto nivel, se es el objeto.
rias. Conocer lo específico, el detalle y esté habitualmente enmascarado tras el Sería conveniente destacar, siguien-
lo propio de una estructura, es central. i(a) del narcisismo y sea ignorado en su do a Eric Laurent, algunos de los
Sin embargo, en lo que respecta a los esencia, exige para el melancólico pasar, rasgos de lo que se podría llamar la
tipos clínicos, existe la posibilidad de por así decir, a través de su propia melancolía lacaniana. Dirá: «es la
cierta variedad. Interesa destacar que imagen, y atacarla en primer lugar para pérdida no del objeto sino del brillo
un psicótico no sería idéntico todo el poder alcanzar dentro de ella el objeto a fálico, que toca al paño narcisista del
tiempo en sus relaciones con el que la trasciende, cuyo gobierno se le sujeto» (1991: 123). Agregará, en base
lenguaje o el mundo, tampoco en sus escapa —y cuya caída lo arrastrará en la a un trabajo de Serge Cottet, que «en la
manifestaciones psicopatológicas; es precipitación-suicidio, con el automa- melancolía se trata del objeto a fuera
decir, puede, efectivamente, tener una tismo, el mecanismo, el carácter necesa- de toda puntuación fálica» (1991:
presentación variada entre los distin- rio y profundamente alienado con el 123). De ese modo, el brillo fálico
tos tipos clínicos de acuerdo al que, como ustedes saben, se llevan a ausente, no puesto en función, es lo
momento en que se lo entreviste. No cabo los suicidios de melancólicos que causaría una deriva en el melancó-
hay razón alguna para descartar que, (2006: 363). lico y una regulación sobre el objeto.
bajo determinadas condiciones, un
psicótico sea pensado como melancó- En esta cita, que es además una Paranoia
lico o bien como esquizofrénico. Se referencia para quienes revisan el
enfatiza esto puesto que, finalmente, lo abordaje lacaniano sobre el asunto, se En este apartado se abordarán las
que interesa es dar cuenta de su tocan los efectos de mortificación características específicas que el Otro
posición subjetiva. resultantes de una aspiración de alcan- posee para el paranoico, en tanto
zar al objeto, quedando alienado a implica una inclinación a ser perjudi-
Los tipos clínicos este. Tal inclinación genera una suerte cial y alevoso para el sujeto.
de ensañamiento contra la propia En el seminario La relación de
Quedó anunciado más arriba que se imagen i(a), en tanto ignora la objeto, Lacan señala:
emplearán los cuatro tipos clínicos relación que se produce entre objeto e
clásicos en lo que refiere a las psicosis, imagen. Es necesario detenerse en el Todas las manifestaciones del partenaire
es decir: paranoia, esquizofrenia, componente agresivo, y hasta cierto se convierten para él en sanciones de
melancolía y manía. Ciertamente estos punto automático, que implica este ir su suficiencia o de su insuficiencia.
no son los únicos, pero pareció perti- más allá de la imagen. En la medida en que la situación
nente, para un primer trabajo, tomar- Colette Soler señala, respecto de la prosigue, es decir que no interviene,
los en cuenta en vez de otros tales presentación, si se quiere, fenomeno- por la Verwerfung que lo deja al
como la erotomanía, la parafrenia o lógica de la melancolía, que: «quisiera margen, el término del padre simbóli-
inclusive las enfermedades del Otro. ordenarlos en dos grupos: los que co, cuya necesidad comprobaremos en

30
lo concreto, el niño se encuentra en El dato que estoy marcando del lado de serie del significante. Algo de la
una particularísima situación, a la exterioridad, que se llama de ese temporalidad, es decir la secuencia de
merced de la mira del Otro, de su ojo modo «síndrome de exterioridad en la tiempo 1 y luego tiempo 2, queda
(2004: 229). psicosis», es el dato que viene de afuera, afectada.
como una respuesta que no implica una Colette Soler (1991) precisa algunas
Lacan indica la cuestión de quedar pregunta previa, como una respuesta cosas respecto de los efectos de morti-
en la mira del Otro, a lo que debemos que no puede articular a una pregunta, ficación: «el maníaco no es ni el cínico
agregar que la sanción que viene ni a un interrogante siquiera, y que lo ni el vividor ni el hombre de las pasio-
desde ahí tiene la facultad de sancio- único que hace es chocar con el sujeto. nes y es necesario poder diferenciar
nar las cosas para el sujeto; es una Esta respuesta que viene de afuera, se va esa vitalidad bizarra que lo caracteriza
medida que posee estatuto de «ajena». a formular como una paranoia comple- y que amenaza la vida, de la afirma-
Respecto del paranoico, en el mismo ta, respuesta que viene de afuera, que se ción asumida y sin trabas de las pulsio-
seminario nuestro autor agrega: dirige a mí y especialmente a mí que me nes» (57). Se podría decir que se trata
«pero en determinados sujetos concierne (2010: 127). de una vitalidad desenlazada. Es hasta
encontramos constantemente el testi- cierto punto una vitalidad de la que se
monio del carácter de invasión desga- El circuito de la presencia de una es esclavo, donde de lo que se trataría,
rradora, de irrupción perturbadora, respuesta ante una pregunta que no se entonces, es de una vitalidad mortifi-
que presentó para ellos esta experien- formuló y que, además, es impuesta, cante.
cia [la primera sensación orgásmica genera todo tipo de extrañezas acerca En su texto «Televisión», Lacan está
completa]» (260). Sobre este punto, de cómo localizar, para el sujeto psicó- abordando el problema de los efectos
Lacan enfatiza la vertiente invasiva tico, este tipo de fenómenos. El meca- del lenguaje sobre el cuerpo. Para
proveniente de esa experiencia gozosa nismo es que frente a lo extraño se le dicha cuestión pone una distancia
de cuerpo. Dicho de otro modo, ante atribuye una causalidad impuesta y entre la tristeza y el ánimo. En efecto,
la irrupción de algo intraducible ajena. Si bien está la respuesta sin localiza a la tristeza como una cobar-
aparece la interpretación de un pregunta, lo importante es que el día moral, cuya posición más extrema
perjuicio que proviene desde fuera. sujeto queda ahí concernido. dejaría las cosas del lado de un rechazo
Así, la voluntad del Otro respondería del inconsciente. Sobre su nexo con la
a la emergencia de una experiencia Manía manía, señala: «y lo que se sigue, por
inasimilable. poco que esta cobardía, por ser recha-
En «Esquizofrenia y paranoia», De distintas maneras se abordan las zo del inconsciente, vaya a la psicosis,
Jacques-Alain Miller pone a trabajar consecuencias que tiene la excitación a es el retorno en lo real de lo que es
uno de los puntos por los cuales Lacan nivel del cuerpo, por las relaciones al rechazado, del lenguaje; es la excita-
se diferencia de Freud. Dirá: «la significante, a la que en ocasiones ción maníaca por la cual ese retorno se
fijación a la cual el paciente vuelve por queda referida la manía. hace mortal» (2012: 552). Se puede
regresión, es el estadio del narcisis- Lacan señala a la altura del semina- decir que Lacan realiza un añadido,
mo». No se trata, en Lacan, de una rio La angustia: una precisión de la idea de retorno en
suerte de retorno a un estadio ante- lo real que describía a la altura del
rior. Miller argumenta respecto de la En la manía, precisemos en seguida que seminario sobre Las psicosis. El men-
paranoia, apoyándose en su lectura de es la no función de a lo que está en cionado rechazo aborda los efectos del
Lacan, que: «en la paranoia, este goce juego, y no simplemente su desconoci- no encadenamiento al que se alude
permanece situado en el campo del miento. En ella el sujeto no tiene el con el lenguaje. Ahí, en tanto se toca el
Otro» (1985: 25). El punto toca lo que lastre de ningún objeto a, lo cual lo cuerpo a través de la exaltación que
tiene que ver con estar a merced de. Es entrega, sin posibilidad alguna a veces rechaza al inconsciente, aparece la
ahí que el paranoico queda como de librarse, a la pura metonimia, infini- muerte o bien la desaparición del
sujeto gozado, insultado. Esto implica ta y lúdica, de la cadena significante sujeto como uno de los límites
una modificación lógica de la cuestión (2006: 363). posibles.
en tanto se pasa del narcisismo a la Junto a Colette Soler se encuentra
alteridad. Como contrapunto a la melancolía, un trabajo sobre la cuestión de la
Conviene destacar un rasgo trabaja- en la manía tenemos lo que no engan- excitación:
do por Jorge Chamorro en su semina- cha al objeto ni a una inclinación hacia
rio Clínica de las psicosis que se el objeto. Se produce una suerte de Volvamos a Lacan. De un revés, este
relaciona con las respuestas invertidas deriva que sitúa el problema del enca- reduce toda esta profusión de una
abordadas por Lacan en Las psicosis. denamiento del lado de la no puesta en palabra: excitación. Hago contar

31
también que no dice «la manía», sino quedaría suelto e identificado con la exterior (1985: 16) para que vuelva
«la excitación maníaca» de la psicosis: discordancia, es decir aquello que no sobre el sujeto mismo. Ahí sitúa el
menos que a la entidad, se apunta a un hace correspondencia, ni nexo, entre autoerotismo.
tipo de fenómenos (1991: 59). una y otra cosa. En lo que respecta a Lacan, se desta-
En El atolondradicho, que es un can dos comentarios que se encuen-
En tal sentido, la cuestión de la texto de inicios de la década del seten- tran en serie. El primero de ellos es:
manía toca el cuerpo y, con lo que ta, Lacan señala:
sigue, se establece una cierta relación El cuerpo puede aparecer esencialmente
de este punto con los efectos del signi- de ese real: que no hay relación sexual y como un sistema. Su estatuto, su
ficante. Agrega Soler: «la fuga de ideas, de ello debido al hecho de que un unificación, parece depender de la
por ejemplo, esa logorrea en la que se animal con estábita que es el lenguaje, articulación significante y no ser un
pierde la intención de significación en que elabitarlo es asimismo lo que para dato. Esto es lo que permitirá compren-
provecho de una yuxtaposición de su cuerpo hace de órgano, órgano que, der cómo en tanto suplencia de esta
frases desorientadas» (62). Pérdida de por así existirle, lo determina con su articulación simbólica, lingüística, el
la intención de significación porque en función, ello antes de que la encuentre. esquizofrénico se consagra, se mecaniza
algún punto se trata de frases sin desti- Por eso incluso es reducido a encontrar (1985: 26).
natario. Esto sirve para detectar lo que que su cuerpo no deja de tener otros
Lacan señalaba con el inconsciente, en órganos, y que la función de cada uno se Resulta llamativa la manera en que
tanto se produce una serie de signifi- le vuelve problema, con lo que el dicho se sitúa a la mecanización como
cantes donde el Otro no aparece como esquizofrénico se especifica por quedar suplencia, en tanto que, mediante ella,
destinatario, es decir, la relación entre atrapado sin el auxilio de ningún aparecería algo de la articulación
un significante y otro significante se discurso establecido (2012: 498)1. significante, es decir, ofrece una orien-
encuentra extraviada. tación clínica. El segundo comentario
En tal sentido, la cuestión del dicho es:
Esquizofrenia esquizofrénico podría entenderse bajo
la lógica del lenguaje de los órganos, Podemos decir que lo que aparece desde
En lo que concierne a la esquizofre- donde cada uno se presenta con una el principio comprometido es la repre-
nia, conviene establecer el carácter lengua propia, marcando, de ese sentación del sujeto por el significante.
neológico de su relación al órgano. modo, la diferencia respecto de lo que Lo que se agotan en describir mediante
Ahí lo específico del modelo freudiano Lacan llama el discurso establecido. la empatía de la esquizofrenia es de
contrasta con el estatuto de la alteri- Por lo mismo, el lenguaje presenta una hecho una dispersión de los significan-
dad en Lacan. distancia entre el órgano y la función, tes que representan al sujeto, que pode-
A la altura del seminario sobre El que en el discurso podría existir. mos atribuir al tipo de opacidad del
deseo y su interpretación, Lacan dirá: Jacques-Alain Miller, respecto de la significante binario (1985: 23).
esquizofrenia, señala dos puntos de
El corte es lo que permite a la corriente consideración: el primero tiene que Tal cual queda enunciado, es necesa-
de una tensión original, cualquiera que ver con cómo Freud relaciona la esqui- rio destacar lo relativo a los significan-
sea, ser tomada en una serie de alterna- zofrenia con la libido, el segundo es tes (que en la versión original aparece
tivas que introducen lo que cabe deno- cómo Lacan abordará el asunto del destacada), a ese enganche a lo múlti-
minar la máquina fundamental. Esa lado del significante y sus efectos. De ple sin graduación a lo que se alude
máquina es justo lo que hallamos Freud señala: «en primer lugar, si hay con la «opacidad del significante bina-
desatado, suelto, en el inicio de la esqui- éxito en la represión por retiro de la rio», es decir la dificultad para estable-
zofrenia. En esta, el sujeto se identifica libido en relación al mundo exterior, cer una serie que represente al sujeto.
con la discordancia como tal de esa tenemos autoerotismo. En ese
máquina respecto de la corriente vital momento admite que se hable de Algunas consideraciones
(2014: 507). demencia precoz» (1985: 17). Esto es
un contrapunto a lo que dirá respecto La clínica de las psicosis, pensada
La función de corte queda situada de la paranoia, a saber, que tiene que por el sesgo de los tipos clínicos, ofrece
como aquella que permite la serie y ver con el narcisismo en Freud. En la algunas contribuciones que no solo
que le habilita un funcionamiento esquizofrenia enfatizará el mecanismo sirven para la discusión académica,
encadenado. En el esquizofrénico de retiro de la libido del mundo sino también a la relación que se

1
Respecto de los neologismos empleados por Lacan, sugiero revisar la nota 9 del texto en la versión citada.

32
establece entre el sujeto, el significan- establecer conjuntos y para representar- Para el melancólico, lo consistente es
te, el Otro y el cuerpo-organismo. En se. Si en la manía tenemos el efecto de esa voluntad de estar más allá de la
tal sentido son elementos discretos puros significantes amos, que bien imagen, quedando esta degradada por
útiles para pensar, más que nada, el podrían ser letras, transferencialmente la búsqueda. Lo consistente es la incli-
lugar del analista con un sujeto psicó- podría estar el analista convocado nación de ir tras el objeto, el intento de
tico: la transferencia.

“Se sitúa cierta cercanía entre paranoia y esquizofrenia,


así como estarían más próximos melancolía y manía”.

Se planteó al inicio el problema de la a la puntuación y detención de ese alcanzarlo; de ahí los efectos de morti-
dispersión y la consistencia. Por distin- derrotero significante. En el esquizofré- ficación que hacen que sea tan com-
tas razones, se sitúa cierta cercanía entre nico la cuestión del cuerpo es central, plejo mover algo de esa fijeza. Para este
paranoia y esquizofrenia, así como porque se trata más que nada de tener caso no habría otro —un semejante—
estarían más próximos melancolía y órganos desunidos, no conectados. El por fuera del objeto.
manía. Dicha repartición es adecuada, analista puede intervenir mediante la Así, en el caso del paranoico, la
sin embargo, la propuesta de la disper- mecanización, que implicaría darle un posición del Otro advierte cuál es su
sión y la consistencia se relaciona lenguaje que relacione los órganos posición en la transferencia, cuál es el
principalmente al problema de la trans- entre sí, o, a lo menos, localizara lugar en que puede situarse el analis-
ferencia. La razón por la que se propone algunas funciones que permitan limitar ta. Existen ciertas dificultades para
este par es porque permite pensarlos y los efectos de inquietud corporal que se pensar la cuestión de la transferencia
agruparlos mediante la relación del producen en el sujeto. Se genera una en el melancólico, por las dificultades
sujeto con el Otro. Así, se pondrán del forma de reducción de la intensidad que ofrece para ligar, por ejemplo,
lado de la dispersión a la esquizofrenia y cacofónica en la que se encuentran los con el semejante. En tal sentido, nos
a la manía; mientras que de la consis- órganos del esquizofrénico. encontramos con un efecto de delimi-
tencia a la paranoia y la melancolía. tación y formalización de aquello que
Tanto el maníaco como el esquizo- “Del lado de la causa y que orienta al sujeto al punto
frénico presentan un problema seme- consistencia ubicamos de atravesar su propia imagen, con
jante respecto de la dispersión. En el a la paranoia y todos los efectos mortificantes que
caso del maníaco, no existe en su la melancolía”. eso pueda traer. Quedaría, entonces,
exaltación una orientación hacia el ir a contrapelo de esa opacidad
Otro, sino que queda tomado por la consistente.
logorrea tanto a nivel del significante Del lado de la consistencia ubicamos Si el psicoanálisis, tal como lo señala
como del cuerpo. El esquizofrénico, a la paranoia y la melancolía. En la Lacan a la altura del Seminario 20, se
por su parte, es de otra naturaleza, en paranoia lo consistente es el Otro, en orienta hacia el cambio de discurso de
tanto que en su mecanización existe tanto porta una voluntad gravosa para un sujeto, el analista tendrá que tener
una dificultad para hacer del lenguaje el sujeto. El paranoico queda concer- alguna idea de cómo en el sujeto se
de los órganos un sistema unificado. El nido por el Otro, sin salida frente a esa presentan el síntoma, la modalidad de
esquizofrénico se ve ante el problema de forma de relación. Como se señalaba goce y las relaciones que este establece
no poder establecer una suerte de serie con Lacan, el sujeto es medido y hasta con el Otro.
que lo enlace, tiene dificultades para cierto punto delimitado por el Otro.

33
Referencias
bibliográficas
Chamorro, J. (2012). Clínica de las psicosis. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Cuadernos del ICBA.

Lacan, J. (2004). El seminario. La relación de objeto. Libro 4. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Lacan, J. (2006). El seminario. La angustia. Libro 10. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Lacan, J. (2012). Otros escritos. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Lacan, J. (2014). El seminario. El deseo y su interpretación. Libro 6. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Laurent, E. (1991). Melancolía, dolor de existir, cobardía moral. En E. Laurent, Estabilizaciones en las psicosis
(pp. 113-126). Buenos Aires, Argentina: Manantial.

Miller, J.A. (1985). Esquizofrenia y paranoia. En J.A. Miller, Psicosis y psicoanálisis (pp. 7-30). Buenos Aires,
Argentina: Manantial.

Soler, C. (1991). Pérdida y culpa en la melancolía. En C. Soler, Estudios sobre las psicosis (pp. 33-43). Buenos
Aires, Argentina: Manantial.

Soler, C. (1991). La manía: pecado mortal. En C. Soler, Estudios sobre las psicosis (pp. 53-65). Buenos Aires,
Argentina: Manantial.

34
SIN TÍTULO, Miguel Morales, 2015
Violencia,
goce y
lazo
(discurso)

M
e gustaría situar algunas considerar ciertos rasgos predomi-
características generales que nantes que se entrecruzan para confi-
he podido extraer de mi gurar una experiencia bastante com-
trabajo clínico en casos de violencia pleja.
hacia niños, niñas y jóvenes; violencia Quizás lo primero que sería preciso
que, en muchas oportunidades, afecta destacar es que, así como para enten-
también a los padres de estos, por cierto der los efectos clínicos de los fenóme-
de modos y con énfasis disímiles. nos de violencia nos servimos de las
Francisco ALISTE Han sido principalmente dos las claves estructurales en que estos se
El autor es licenciado en modalidades de violencia por mí escu- producen, no es menos cierto que las
Filosofía y psicólogo.
Se desempeña como chadas: una de ellas es la violencia modalidades de afrontamiento que
supervisor clínico en el ejercida directamente sobre los cuer- una cultura ofrece también pueden ser
Programa de Desinterna-
ción y Acompañamiento pos infantiles; la otra es la violencia analizadas bajo estas mismas claves.
Familiar de la Corporación que, incluso como efecto de la prime- Así, tanto el fenómeno como su inten-
Casa del Cerro y como
psicólogo clínico en el ra, se produce en el encuentro con las to de solución hacen parte del mismo
Centro de Asistencia a instituciones que intentan resolverlas. discurso. A mi entender esto es extre-
Víctimas de Atentados
Sexuales (CAVAS).
Me parece necesario hacer algunas madamente relevante, aun cuando sea
Miembro de la ALP. precisiones respecto de ambas a fin de por el simple hecho de que ello nos

35
permitiría tener una mínima orienta- de Justicia. Por otra parte, este mismo medios, de los detalles que hacen parte
ción respecto de la posición que sería punto nos permite recordar que el de la vida de un sujeto.
conveniente adoptar. En cierto senti- discurso jurídico representa una de las Los efectos de la exposición de la
do, se trataría de «mover un grado las formas en que el Estado se aproxima a intimidad van dando cuenta de una
agujas» para hacer entrar otras varia- las problemáticas de infancia y, más experiencia que se constituye a partir de
bles que, bajo cierta lógica, pueden ser puntualmente, de la violencia dirigida un objeto específico: la mirada. A ello
invisibilizadas. a este grupo. Es a partir de la articula- debemos sumar que esta dimensión
Dentro de las posibilidades de análi- ción de sus poderes (Legislativo, tiende a complejizarse, ya que desde esa
sis que ofrece el vasto campo de la Ejecutivo y Judicial) que nos es posible mirada no solo se sostiene un control
violencia, para este texto he decidido ubicar el cruce entre discursos y dispo- sobre la vida sino que se legitiman
recortar la aproximación, situándome sitivos de atención, y la forma en que formas de intervención específicas. De
de manera restringida en algunos estos producen efectos sobre la pobla- este modo, la intimidad revelada es
aspectos de lo que llamamos lazo. Mi ción a la que se orientan. también una intimidad intervenida
invitación es a considerar, por un lado,
cómo los discursos promueven ciertas
modalidades de lazo que texturan las “De este modo, la intimidad
experiencias subjetivas. Por otro lado, revelada es también una intimidad
cómo estos mismos discursos introdu- intervenida por un tercero”.
cen, en su ejercicio, perturbaciones
sobre el lazo mismo. Mi expectativa es
que a partir de estas breves reflexiones
podamos obtener algún material para Enmarcar en el Estado las interven- por un tercero que, debido a su lugar
interpretar de manera justa ciertas ciones que se realizan con la finalidad en el entramado institucional, tendrá
presentaciones clínicas que muestran de proveer ayuda a las personas que la potestad de decidir aspectos
niños en contextos de violencia. han atravesado estas experiencias, relevantes de la vida de un sujeto y su
El cruce entre violencia y niñez hoy provoca efectos paradojales que grupo familiar.
está íntimamente ligado con el discur- podríamos resumir como una nueva El Estado muestra así su faz pene-
so jurídico, que se ha convertido en el serie de vulneraciones a la subjetividad trante, con todo el equívoco que
modo que privilegia nuestra sociedad en el encuentro con la institucionali- conlleva. No habría que olvidar que el
para entender este tipo de fenómenos dad. Un ejemplo de esto es que el Estado es por sobre todo un ente que
e intervenir sobre ellos. Avanzaré, sujeto es conminado reiteradamente a intenta introducir regulaciones en la
entonces, un paso más, para dar narrar los hechos de maltrato y abuso vida social. El fracaso de estas regula-
cuenta de algunos rasgos respecto al vividos, vulnerando, de este modo, su ciones, lejos de desincentivar su
tipo de lazo que constituye este discur- intimidad e impidiendo transformar- acción, tiende a legitimar una presen-
so y que forma parte de lo que se ha los en momentos de una historia cia aún más consistente, la cual confi-
denominado judicialización del lazo pasada. Se hace evidente que aun gura una experiencia de intrusión
social. cuando la intervención jurídica en cuyos efectos sobre los sujetos se cons-
algunos casos se torna imprescindible, tatan de manera evidente.
Dimensión jurídica del lazo las modalidades que activa no siempre Exposición e intrusión sobre la
se ajustan a los ritmos y las historias de intimidad son dos consecuencias que
El campo de las violencias hacia la cada niño. pueden indicarse en este encuentro
infancia —físicas y sexuales, entre Uno de los efectos que produce el entre el sujeto y el Otro jurídico a nivel
muchas otras— se encuentra fuerte- paso por el sistema judicial, que me del lazo. Sin embargo, para los fines
mente influenciado por la dimensión interesa dejar expresamente señalado, que persigue este texto, me parece que
jurídica, no solo al nivel de la tipifica- es que va derribando los muros de la la consideración central se orienta a
ción de sus formas, sino también de intimidad. Las violencias sobre el visibilizar cómo quedan comprometi-
sus modalidades de afrontamiento. cuerpo adquieren un estatuto que, dos los cuerpos en esta forma del lazo.
Simplemente habría que recordar que desde su origen, merman los espacios Si leemos desde otra perspectiva lo
el Servicio Nacional de Menores diferenciados que constituyen la aquí desarrollado, podemos obtener
(SENAME), de quien depende gran intimidad de los seres humanos y dan un rasgo que nos guía respecto de las
parte de las modalidades de interven- paso a una experiencia de encuentro consecuencias subjetivas que el paso
ción sobre la infancia, tiene su depen- con agentes que tomarán conocimien- por los dispositivos jurídicos tiene. La
dencia administrativa en el Ministerio to, cada uno bajo sus propósitos y entrada de un niño producto de la

36
violencia experimentada en el encuen- grados variables y según cómo se constituyen una reflexión cuyo origen
tro con el Otro, particularmente en el constituye la experiencia de este paso, se sitúa en ciertas impresiones clínicas
ámbito de lo sexual y el maltrato físico, como los saldos del encuentro con el que fui acumulando con el paso del
nos indica que este niño queda consi- Otro jurídico. El cuerpo es tomado en tiempo. Lo que desarrollaré a conti-
derado desde el inicio en razón de su cuanto evidencia. nuación es —lógicamente— anterior a
cuerpo. Desde la perspectiva jurídica, lo que ya he señalado, siendo el mate-
las violencias sobre el cuerpo compro- “El discurso jurídico pone rial sobre el cual se sostiene. Comenta-
meten su indemnidad, y es a partir de el cuerpo infantil en el ré de la manera más acotada con qué
este supuesto que se organizan las lugar del objeto sobre dificultad me encontré y el modo en
tipificaciones penales y las prescrip- el cual se hace lazo”. que he intentado abordarla.
ciones proteccionales. Esto se traduce De manera regular he recibido a
de manera concreta en la práctica niños y niñas derivados por algún
institucional y en los conceptos que Me interesa proponer a la reflexión organismo de la red de justicia, que ha
van tomando lugar a partir de ella y lo siguiente: el discurso jurídico pone dictado como medida un tratamiento
que describen a este cuerpo como un el cuerpo infantil en el lugar del objeto para abordar las consecuencias de la
cuerpo dañado. Daño es el nombre que sobre el cual se hace lazo, cumpliendo violencia sexual. Además de lo soste-
se da al efecto que la violencia produce la función de nudo que organiza el nido hasta aquí, solo agregaría que en
sobre el cuerpo. entramado institucional en torno a la llegada no hay necesariamente una
De este modo, el cuerpo así cualifica- este tipo de violencia hacia la infancia. demanda de ayuda, lo que produce, en
do legitima la existencia de un tipo de Otra forma de decirlo sería que el algunas oportunidades, que el trata-
intervención específica que, en cuanto sistema judicial hace lazo con el niño a miento adquiera un carácter coactivo.
apunta a remediar los efectos de la través de su cuerpo. La obligatoriedad se transforma en
violencia, ha recibido el nombre de Desde mi perspectiva, existe una otro dato clínico relevante para situar
reparación. Es del todo relevante dejar semejanza estructural bastante precisa aspectos relativos al lazo.
en claro que, en cuanto intervenimos con la violencia que ha determinado el Desde los primeros encuentros con
en el contexto de las instituciones ingreso del niño a la travesía judicial: estos niños y niñas, también jóvenes,
estatales dedicadas a la violencia el uso del cuerpo y la pérdida de valía observé evidentes signos de malestar
sexual y física, ese cuerpo aparece, en de la palabra. Cuerpo y palabra han de en el lazo transferencial, que parecían
el origen, dañado por el Otro. Este es examinarse escrupulosamente en un tener como eje la aparición de una
el modo en que queda nominado. horizonte en donde la verdad se respuesta de angustia. Con grados
escabulle. La verdad judicial queda en variables, estas reacciones se produ-
“El cuerpo es así disyunción respecto a la verdad subje- cían en distintos momentos y no pare-
también tomado tiva. Así, el lazo comienza a desinves- cían vincularse necesariamente a un
en cuanto evidencia”. tirse de la dimensión amorosa y contenido específico o particularmen-
deseante. te problemático de algún ámbito de la
Para finalizar este desarrollo me vida. Incluso se presentaban a propó-
No obstante, de manera simultánea gustaría señalar que, si bien la expe- sito de asuntos aparentemente trivia-
a las vías reparatorias se activará otra riencia es siempre singular y cada les. Con todo, la respuesta de angustia
serie de procesos que pondrán al sujeto medirá los efectos de esta provocaba conductas bastante preci-
cuerpo, de forman aún más predomi- estructura de manera diversa, ello no sas, que podría resumir como intentos
nante, como el foco de su quehacer. La me parece obstáculo para indicar que de desarticular el lazo: agresividad,
dimensión pericial, en la cual se sostie- lo que coordina este movimiento es la salidas de la sala de atención, ensimis-
ne una parte significativa del engrana- experiencia intrusiva sobre la intimi- mamiento, negativas a hablar, entre
je jurídico —en este campo al dad del cuerpo a través de dos objetos otras. La consecuencia inmediata es
menos—, intentará, a través de modos privilegiados: la voz y la mirada. que se impedía cualquier intento de
diversos, hacer hablar la violencia que comunicación, al menos de manera
ese cuerpo ha alojado. Dos dimensio- Cuestiones clínicas transitoria.
nes de la aproximación pericial Las palabras, los juegos y los dibujos
evidencian esta forma de tratamiento Los ejes hasta aquí ubicados, parti- no lograban instalarse. Esto promovía
del cuerpo infantil: la pericia sexológi- cularmente la forma en que la mirada la impresión de una dominancia del
ca (la mirada) y la credibilidad del y la voz ocupan un lugar central como cuerpo por sobre las palabras y produ-
relato (la voz y la escucha). Estos obje- objetos mediante los cuales el cuerpo cía una dificultad para determinar
tos quedan centralmente ubicados, en es convocado en el discurso jurídico, cuál era la posición que necesitaba

37
adoptar, con la simple finalidad de Entonces fui comprendiendo lo que físicos de agresión. Lo que queda en ella
posibilitar la aparición de algunas estos pacientes me enseñaban: sus como saldo de esta experiencia se
mediaciones simbólicas. Buscando conductas eran una respuesta a esta sintetiza en un rechazo a la mirada de
variantes para explicar estas conduc- posición. Y algo más relevante aún: diversos agentes que intervienen en su
tas, comencé a preguntarme si habría que sus modos de proceder eran las caso. La voz ligada a una escucha-toda y
algo del modo de aproximación del formas que habían encontrado para la mirada al gesto de exhibición.
analista que facilitara la aparición de introducir una regulación a la presen-
estas respuestas. Fui notando enton- cia del Otro, específicamente a través La posición del analista consistió
ces que estos fenómenos parecían de la sustracción de un objeto pulsio- desde el inicio en sustraer la mirada.
producirse en el encuentro con algún nal para hacer frente a la experiencia Esto permitió que la niña permanecie-
punto del cuerpo del analista, intro- de desamparo. Lo que fui constatando ra en la sala. Sin embargo, eran bastan-
duciendo en el lazo un rasgo pertur- es que, en la medida en que esto te reducidas las posibilidades de inter-
bador. ocurría en la transferencia, la angustia cambio verbal, las cuales se limitaban a
Al contar con una idea preliminar de se iba enmarcando, lo que también se unas cuantas palabras con carácter
que había algo de la presencia del relacionaba con el hecho de que lo instrumental. En una oportunidad, de
analista que operaba con efectos de simbólico retomaba su lugar. Se cons- manera contingente, la niña me
angustia, pude precisar que estas tataba a su vez, la presencia preliminar pregunta sobre un objeto de la sala.
reacciones se producían principal- de signos amorosos. Como yo no la escucho, ella decide
mente en el encuentro con la mirada, Habiendo hecho este aprendizaje, en acercarse para hablarme. De allí en
la voz e inclusive la escucha. Noté que los casos en que los sujetos presenta- más el analista reguló su presencia
la mirada del analista generaba la ban los signos de la angustia de para esta niña, haciendo aparecer una
interrupción del circuito del habla; en manera más intensa, cuando no «sordera» y dando lugar a la voz, que
otras oportunidades esa mirada gene- podían ellos mismos restar los objetos tomó cada vez más consistencia. El
raba la necesidad de salir de la sala o que perturbaban el lazo transferencial, juego de la escondida (fuera de la
cubrirse. Que la voz del analista la posición del analista quedó articula- mirada y la voz del Otro) fue la vía por
producía reacciones sobre el cuerpo a da a la sustracción de estos objetos. La donde se inició un tratamiento simbó-
través de una pregunta o una afirma- posición de desvalimiento del sujeto lico del goce.
ción. Que el silencio del analista resul- era intervenida por parte del analista
taba igualmente perturbador. Por el para permitir algo tan preliminar Algunas reflexiones finales
lado de los pacientes, noté que la como la posibilidad de permanecer
condición para dirigir una palabra al conjuntamente en un mismo espacio. Las características de los casos que
Otro era retirar la mirada, y que el Una breve construcción clínica he trabajado en este texto representan
silencio prolongado era lo que permi- puede ilustrar mejor lo que quiero solo una parte de las formas en que la
tía la emergencia posterior del habla. decir: violencia produce sus estragos. Es
Que muchos niños, para mantenerse más: si bien no son las modalidades
en una sala, debían dar la espalda al Una niña de seis años, para quien una más frecuentes de presentación, me ha
analista. agresión sexual queda bajo la presencia parecido que no se podría desdeñar
En la medida en que esto admitía la de signos ligados a la voz y la mirada. La una reflexión sobre ellas por un asunto
entrada de las palabras, me mantuve niña no habla, no tolera ni la voz ni la de cantidad. Más bien creo que es en
en el doble registro de escuchar el mirada del analista. Es agredida por su este tipo de casos donde pueden
sentido (si es que existía) que habían tío, una persona con la cual mantenía observarse algunos fenómenos que,
dado a los encuentros con la violencia un lazo afectivo importante. Ciertas quizás, aparecen de forma más
del Otro, y de entender cómo queda- conductas de la niña alertan al padre y a atenuadas en otro tipo de problemáti-
ban capturados estos objetos pulsiona- la madre, por ello le hacen preguntas cas clínicas ligadas a este mismo
les en ese encuentro. De este modo que conducen a develar la agresión. campo.
fueron apareciendo las características Concomitante a este momento, hay una Al momento de concluir, me intere-
que había tomado el paso por el siste- frase del tío: «puedo escucharte desde saría señalar algunos puntos que —me
ma judicial, así como la agresión cualquier lugar». Por otra parte, una vez parece— articulan rasgos expuestos a
sexual que habían experimentado. develada la situación, en el paso por las lo largo del texto.
Ambas dimensiones se anudaban en instituciones ligadas a la protección y lo La posición de desvalimiento y
algunos puntos, particularmente en la penal, hay un encuentro con un desamparo que experimenta el sujeto
posición de desamparo y desvalimien- médico, quien tiene la misión de exami- infantil en el encuentro con la violen-
to frente al Otro. nar su cuerpo para buscar los signos cia de otro sujeto puede ser redoblada

38
por los dispositivos que provee el mientos. Creo que estos casos nos riencia. La dimensión intrusiva que
discurso jurídico. El saldo de angustia revelan que, al momento de recibir a adquiere la presencia del Otro, cuyo
es la respuesta lógica a la soledad que el estos niños, la mirada y la voz de quien correlato real es la angustia, nos indica
niño experimenta en relación al Otro y interviene es, al mismo tiempo, la que la apuesta analítica puede orien-
la conflictiva pulsional que sostiene. La mirada y la voz del Estado, así como la tarse a restituir un espacio de opacidad
transferencia, en tanto lazo, es el mirada y la voz del otro sujeto que ha frente al Otro. En términos sencillos,
medio de que dispone el análisis para violentado el cuerpo. De este modo, el propiciar la intimidad a través de
hacer valer una experiencia del vínculo analista encarna con (en) su cuerpo la posibilitar que el sujeto vaya sustra-
social diversa, intentando barrar las vicisitudes del encuentro traumático yendo una parte de sí frente a esta
huellas del Otro institucional y los de la violencia del Otro. Mi impresión presencia. Esto bajo la premisa que la
efectos de goce sobre el cuerpo.

“El analista encarna con (en) su cuerpo


la vicisitudes del encuentro traumático
de la violencia del Otro”.

Un dispositivo de atención de niños es que, más que salir de este lugar, la intrusión del Otro es la dificultad para
que han atravesado dinámicas de tarea sería saber hacer con el lugar en restar algo de su campo.
violencia —quizás más en aquellos donde es convocado. Para finalizar, quiero quedarme con
ligados a instituciones públicas, Por otra parte, la doble violencia una cita de Lacan que orienta en la
aunque no de modo exclusivo— (jurídica y por parte de otro sujeto) a problemática del lazo amoroso y el goce.
coagula una serie de variables éticas y la que es expuesto el sujeto infantil En Aún, afirma: «el goce del Otro, del
políticas que recortan ciertos rasgos e tiene el efecto, entre otros, de diluir las Otro con mayúscula, del cuerpo del otro
imprimen una textura a los padeci- barreras de la intimidad de la expe- que lo simboliza, no es signo de amor».

Referencias
bibliográficas
Lacan, J. (2008). Seminario 20. Aún. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

39
AUTOPORTRAIT, Arphang
Acerca del
autismo en la
orientación
lacaniana
Mais enfin, il y a sûrement
quelque chose à leur dire.
Jacques Lacan

S
i bien el término autismo fue vo relacionado con uno o más agentes
introducido en la terminología patógenos —conocidos o desconoci-
psiquiátrica por Eugen Bleuler dos— que, aun siendo actualmente
en su monografía de 1911 llamada incurable, puede, por derecho, sanar
Dementia Praecox oder Gruppe der cuando se encuentre su remedio: tiene
Schizophrenien, para calificar la actitud vocación de ser tratada. La noción de
hacia el mundo exterior en la esquizo- hándicap, en cambio, presupone una
frenia, es a Leo Kanner a quien debe- desviación fija respecto de una norma,
mos su delimitación precisa como compuesta por un déficit y una incapa-
cuadro clínico, con la descripción cidad más o menos marcada que cons-
princeps que realizara en su célebre tituyen una desventaja para el sujeto,
artículo de 1943 titulado Autistic dificultando su adaptación al entorno
disturbances of affective contact. y pudiendo solamente ser compensa-
Sin embargo, un cambio de paradig- das. Implica una rehabilitación y un
ma ha sido operado a partir de los años reforzamiento de las capacidades
Alejandro OLIVOS ochenta, especialmente con la apari- restantes, así como el desarrollo de
El autor es psicólogo y
ción del DSM-III. Anunciado como nuevas capacidades a través de prótesis
doctor en Psicoanálisis un progreso científico, este cambio de y de un reordenamiento del entorno.
(Universidad París VIII). Se
desempeña como
paradigma generó un desplazamiento En el ámbito del autismo, este cambio
psicólogo clínico en el desde la noción de enfermedad mental de paradigma llevó a promover el
Centre Adam Shelton hacia la de hándicap. Una enfermedad enfoque cognitivo-conductual y a
(Sésame Autisme) de París,
Francia. es, por definición, un proceso evoluti- condenar firmemente la denomina-

40
ción de psicosis, término que supues- opere plenamente la alienación en el Si la cuestión de la estructura autística
tamente implicaba una etiología psico- significante. Por otro lado, y en todos se plantea, es en condiciones bien parti-
genética, marcado por la referencia a los niveles de la evolución del autismo, culares, ya que la dinámica de la transfe-
las ideas freudianas. Este movimiento persiste en diversos grados la extrema rencia le es supuesta al mismo tiempo
—caracterizado, entre otras cosas, por dificultad, no tanto a adquirir el que nos permite afirmar que el Otro
un retorno a la óptica organicista y a la lenguaje, sino a tomar una posición de para el autista está ausente. (…)
teoría de la degeneración (Morel, enunciación:
1857) reformuladas en el lenguaje de la En el autismo —he ahí la diferencia
genética moderna— concibe los El autismo constituye una psicosis fundamental— no hay Otro, por lo
trastornos autísticos como precoz- original, determinada a la vez por una tanto no hay objeto, ya que el sujeto no
mente fijados, a la manera de los carencia precisa, la de la posición de podría hacer del Otro su portador,
hándicaps no evolutivos, atribuyendo enunciación, y por una defensa específi- ningún Otro podría ser el origen de su
una dimensión pasiva al sujeto, el cual ca, que tiende a remediar la desorgani- demanda, ni de su pulsión, S→D. (…) A
padecería los efectos de una perturba- zación del mundo implicada por el falta de notarlo, de subrayarlo, seguirán
ción sensorial central o de un déficit rechazo inicial del llamado al Otro confundiéndose autismo y psicosis
en la activación de tal o cual región de (Maleval, 1999: 43). (Lefort y Lefort, 2003: 8-53).
la corteza cerebral.

“El autismo es concebido como una posición subjetiva,


en relación con una elección del sujeto autista que
pone en juego la ‘insondable decisión del ser’ ”.

En la orientación lacaniana, en Surge entonces la cuestión de la La cuestión de la especificidad


cambio, el autismo es concebido no estructura: ¿es lícito considerar al estructural del autismo ha suscitado
como un hándicap fijo e irreversible autismo dentro del marco general de numerosos debates dentro del Campo
sino como una posición subjetiva, en las psicosis, como lo sostienen los Freudiano. Durante una discusión
relación con una elección del sujeto partidarios del modelo continuista, o sobre el tema, publicada bajo el título
autista que pone en juego la «insonda- bien constituye una estructura inde- La Conversation de Clermont, Jean-
ble decisión del ser»1, según la expre- pendiente, caracterizada por elemen- Claude Maleval sostiene, tal como los
sión de Jacques Lacan (Lacan, 1966: tos estructurales dominantes y clara- Lefort, que el autismo constituye una
177). En su libro L’autiste et sa voix, mente identificables? Rosine y Robert cuarta estructura, pero no por las
Jean-Claude Maleval propone la tesis Lefort sostienen la tesis de una estruc- mismas razones, poniendo especial-
según la cual «la posición del sujeto tura autística autónoma, separada de la mente el acento en las modalidades de
autista parece caracterizarse por no estructura psicótica, que se caracteri- evolución del cuadro clínico:
querer ceder en relación al goce vocal» zaría, entre otras cosas, por la ausencia
(Maleval, 2009: 81). Por lo tanto, la del Otro: Dado que hay forclusión en el autismo,
incorporación del Otro del lenguaje no se podría decir que es una psicosis. ¿Por
se opera; el autista no sitúa su voz en el La cuestión se plantea acerca de una qué razones prefiero no decirlo?
vacío del Otro, lo que le permitiría «estructura autística» que, sin presen- Respecto de la tesis de R. y R. Lefort, me
inscribirse bajo el significante unario tarse como el cuadro clínico del autismo parece que una especie de contradicción
de la identificación primordial. Las propiamente tal, lo evoca por sus existe entre la afirmación, por una parte,
consecuencias del rechazo de ceder en elementos estructurales dominantes y que el autismo es una cuarta estructura,
relación al goce vocal son capitales claramente identificables. Esta estructu- y que, por otra parte, evoluciona hacia la
para la estructuración del sujeto autis- ra vendría en cuarto lugar respecto de psicosis. Sostengo que el autismo es una
ta. De ello resulta un rechazo del las grandes estructuras: neurosis, psico- cuarta estructura ya que no evoluciona
llamado al Otro que no permite que se sis, perversión, autismo. hacia la psicosis, sino hacia el autismo.

1
Los textos de Jacques Lacan fueron traducidos desde el francés, para este artículo, por su autor.

41
El autismo evoluciona hacia el autismo En un artículo publicado en el Nº 66 Esto nos permite dar un sentido nuevo a
(Maleval, Rouillon y Rabanel, 2011: de La Cause freudienne, Eric Laurent lo que llamamos psicosis. Es a eso a lo
112). interroga la especificidad de esta que Lacan nos conduce. La psicosis es
modalidad forclusiva, así como sus esta estructura clínica en la cual el objeto
La tesis de la forclusión en el autismo consecuencias respecto de la distin- no está perdido, en donde el sujeto lo
es comúnmente admitida entre los ción estructural del autismo infantil tiene a su disposición. De ahí que Lacan
autores de orientación lacaniana, precoz: podía decir que el loco es el hombre libre.
centrándose el debate en la cuestión de
la especificidad de dicha modalidad Es especialmente a partir de 1992 que Del mismo modo, en la psicosis, el
forclusiva. Una de las indicaciones que Robert y Rosine Lefort se han orientado Otro no está separado del goce; el
nos ha dado el doctor Lacan es que en hacia una separación del autismo del fantasma paranoico implica la identifi-
la posición autística, entendida en marco general de las psicosis. ¿Había cación del goce en el lugar del Otro
sentido amplio, como el autismo del que separarlas por una modalidad (Miller, 1993: 8-9).
caso Dick de Melanie Klein, o el caso particular de la forclusión, que provoca
Roberto —el «niño del lobo»— de el rechazo de todos los significantes, o Así como Lacan se refería a los
Rosine Lefort, el niño autista está por una modalidad particular del retor- fenómenos de retorno en lo real —lo
alucinado. Decir que hay alucinación no del goce en el cuerpo? (Laurent, que está forcluído en el simbólico retorna
implica inmersión del simbólico en el 2007: 105-118). en el real—, Jacques-Alain Miller había
real: «Este niño vive exclusivamente propuesto reordenar su enseñanza
en el real. Si el término alucinación La cuestión del retorno del goce había sistematizando las modalidades especí-
significa algo, es precisamente este sido introducida en los años ochenta ficas del retorno del goce en las psicosis:
sentimiento de realidad» (Lacan, por Jacques-Alain Miller, quien había retorno del goce en el lugar del Otro en
1975: 120). Por lo tanto, ¿cómo califi- propuesto reconsiderar los aportes de la paranoia y retorno del goce generali-
car esta modalidad forclusiva? Si hay Lacan ya no ordenando la clínica de las zado a nivel del cuerpo en la esquizofre-
Otro, este funciona como pura psicosis exclusivamente a partir de la nia. Durante las Jornadas sobre el autis-
exterioridad de todos los significantes. forclusión, sino que sistematizando la mo realizadas en Toulouse, Eric Laurent
En este sentido, el autismo constituiría problemática del objeto. En el Semina- completaba la serie propuesta por Miller
una modalidad radical de la forclusión rio 11, Lacan da una nueva presenta- avanzando que, en el caso del autismo, el
psicótica. La ausencia de toda prótesis ción del niño como sujeto, poniendo el goce retorna en lo que hace borde:
imaginaria posible es uno de los
aspectos particularmente notorios, así
como la ausencia de delirio, con lo que
“En el autismo, el retorno del goce no se efectúa,
este conlleva de mixtura de imaginario
ni en el lugar del Otro como en la paranoia,
y simbólico. En el Nº 29 de los Feuillets ni en el propio cuerpo como en la esquizofrenia,
du Courtil consagrado al autismo sino más bien en un borde”.
infantil precoz, Fabienne Hody aporta
algunas precisiones acerca de esta
modalidad radical de la forclusión, acento no tanto sobre la vertiente de la Durante los años noventa, trabajé cinco
caracterizada por el rechazo de todos alienación al Otro, sino sobre la de la o seis años en un hospital de día con
los significantes: separación como causación del sujeto niños autistas; en este contexto, yo
por el objeto a. Este seminario condu- había propuesto en 1992 que en el
Si hay forclusión en el autismo, tal como ce pues a una nueva concepción de la autismo, el retorno del goce no se
lo sostienen los Lefort, esta no se sitúa al psicosis ya no en relación a la forclu- efectúa, ni en el lugar del Otro como en
mismo nivel que en la psicosis, no se sión, sino a la holofrase del S1 y del la paranoia, ni en el propio cuerpo
trata de la forclusión de un significante objeto en el bolsillo para el psicótico. como en la esquizofrenia, sino más bien
en particular como el Nombre-del- Será el punto de partida de una nueva en un borde (2011: 56).
Padre, sino del rechazo de todos los conceptualización de las psicosis en la
significantes. Es una modalidad radical École de la Cause freudienne en los Es pues a Eric Laurent a quien debe-
de la forclusión psicótica que se sitúa al años ochenta, a través de la cuestión mos la proposición según la cual hay
nivel de la Bejahung, tal como Freud la del objeto, que encontrará su puntua- retorno del goce en un borde, distin-
explicita en el Entwurf (Hody, 2008: ción mayor con el texto de Jacques- guiendo así los retornos del goce
169). Alain Miller Clinique ironique: correlativos a las psicosis: en el Otro

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para el paranoico y en el propio cuerpo Por otro lado, cuando el sujeto autis- inhibida, o bien, cuando se presenta, lo
para el esquizofrénico. De ahí la idea ta se encuentra en la imposibilidad de hace con graves limitaciones. El goce
de una modalidad de retorno del goce situar su goce en el borde, este retorna del sujeto, al no investirse en la palabra
específica del autismo: en el borde. La en el cuerpo. Cuando es una parte del —goce desregulado y sin ley— retorna
hipótesis de este retorno, de esta cuerpo la que cumple la función de en un borde, estructura para cuya
presencia opaca del goce en este curio- objeto y de frontera, se hace extrema- construcción el sujeto despliega un
so límite, este neoborde, que es el lugar damente difícil distinguir entre un esfuerzo constante. Dicho borde,
donde se refugia el sujeto —aunque cuadro esquizofrénico y un cuadro además de separar al sujeto del Otro y
fuese de manera incompleta, como lo autístico. marcar su relación con los objetos, lo
hacía notar Bruno Bettelheim—, El retorno del goce en un borde mantiene fuera de discurso según una
encuentra su correlato clínico en la vendría entonces a caracterizar al modalidad específica.
fenomenología del autismo infantil autismo infantil precoz. Una segunda Esta constelación de rasgos toma en
precoz. De hecho, en la clínica del característica consistiría, de acuerdo cada caso una forma sintomática
autismo es frecuente la observación de con los desarrollos de Jean-Claude singular. Ello determina las condicio-
comportamientos de frontera, según la Maleval, en una retención del objeto nes de todo tratamiento que restituya
expresión de Bettelheim (Bettelheim, del goce vocal, suscitando la primacía al sujeto la posibilidad de tomar la
1969: 186-188); el niño autista perma- del signo en la lengua funcional del palabra. Entonces, y solo entonces,
nece pegado a los muros, vacila ante el autista, así como una carencia enuncia- una regulación efectiva del goce devie-
umbral de una puerta sin decidirse a tiva, muda o verborreica. Cuando la ne posible, así como el establecimiento
avanzar o retroceder, se embadurna el voz es regulada por la castración de algo que pueda suplir el lazo social.
rostro alrededor de ojos y labios, simbólica, se corta entonces de su El doctor Lacan no habló mucho
etcétera. Numerosas son, pues, las soporte —el cuerpo— y deviene afóni- acerca del autismo. Una de las pocas
observaciones relativas a bordes, fron- ca, se aloja en el vacío del Otro y indicaciones al respecto nos ha sido
teras y umbrales. permite al sujeto ubicar ahí su enun- dada en la célebre Conferencia de Gine-
En la orientación lacaniana, la ciación. Es lo que precisamente no bra sobre el síntoma, que hemos citado
noción de borde ha sido definida por ocurre en el caso del sujeto autista: la a modo de epígrafe. Al final de dicha
Jean-Claude Maleval como «constitui- voz se presenta entonces como un presentación, Lacan responde a
da por tres elementos imbricados los objeto de goce inquietante y descon- alguien que se pregunta cómo hacer
unos en los otros: el objeto autístico, el certante. Constatamos pues el rechazo con los autistas que no escuchan al
doble y el islote de competencias; estos del autista a movilizar el goce vocal Otro. Plantea entonces que los autistas
elementos localizan el goce del sujeto y para servir a la expresión oral. Sin se escuchan ellos mismos, que escu-
le sirven de protección» (Maleval, embargo, ciertos autistas hablan, ya chan muchas cosas, pero que «no
2010: 7). El borde delimita un mundo sea en forma de ecolalias o de verbali- escuchan lo que ustedes les dicen en
interior de libertad y constituye una zaciones extraídas de un repertorio tanto se ocupan de ellos» (Lacan, 1985:
protección respecto del mundo memorizado, caracterizadas por el 17). Es en la medida que nos ocupa-
exterior, que también se presta a un fenómeno de la inversión pronominal, mos de ellos que los autistas se encie-
tratamiento complejo por parte del sin dirigirse a un interlocutor y con un rran en su burbuja, para no escuchar-
sujeto, permitiéndole el desarrollo de tono de voz artificial: en todos estos nos, volviéndonos inexistentes. Lacan
grandes capacidades, especialmente lo casos las palabras son más bien emiti- nos dice que no debemos ocuparnos
que se denomina islotes de competen- das que habladas. De manera constan- de los autistas sino más bien escuchar-
cias. Es también el lugar en donde el te nos encontramos ante la dificultad los, y agrega que «hay seguramente
sujeto sitúa un objeto-doble que puede del sujeto autista de asumir una algo que decirles» (Lacan, 1985: 17).
controlar. El borde es también, y sobre posición de enunciador. Entendemos en esta invitación que no
todo, el lugar del goce del sujeto, A modo de conclusión, diremos que debemos ocuparnos de ellos en el
encontrando en él su dinámica. Los para aquellos sujetos que llamamos sentido de una reeducación o un
objetos construidos en el borde son de autistas, la dificultad central se sitúa en adiestramiento social, ni tampoco
suma importancia para el sujeto autis- la enunciación, cuyo soporte funda- situarnos en una pasiva posición de
ta; así pues, la supresión forzada de mental es la voz. Esto se traduce por espera, sino que más bien debemos
esta protección puede tener conse- un rechazo de la enunciación del Otro, asumir una posición activa del lado del
cuencias nefastas. Se trata más bien de así como por una imposibilidad de decir: tenemos que escucharlos y
aprovechar estas construcciones para tomar la palabra de manera tal que, o también tenemos, seguramente, algo
desarrollar islotes de competencias. bien esta se encuentra totalmente que decirles.

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Referencias
bibliográficas
Bettelheim, B. (1969). La forteresse vide. París, Francia: Editions Gallimard.

Bleuler, E. (1993). Dementia praecox ou groupe des schizophrénies. París, Francia: Editions EPEL.

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Editions Jean-Baptiste Baillière.

44
EL PARÍS DE LACAN 1, Ricardo Aveggio, 2009
Psicoanálisis,
instituciones
y el Otro social
Ana María Solís
Eduardo Pozo
Paula Iturra
Otros autores
REPÚBLICA, Fabiana Cabrera, 2015
El CALP:

¿Qué efectos
de formación?
H
ace algo más de un año se
puso en marcha, al interior “El CALP busca hacer
de la Asociación Lacaniana presente, en la ciudad,
de Psicoanálisis (ALP), un dispositivo al psicoanálisis,
de atención clínica orientado por los ofertando un lugar de
principios psicoanalíticos lacanianos.
escucha que aloje el
malestar singular”.
Ubicado en las coordenadas del traba-
jo en intensión y extensión del psicoa-
nálisis, busca abordar los efectos de
formación que se desprenden del modificaciones y rectificaciones a
trabajo clínico y de la formación del propósito de la lectura de sus efectos
Ana María SOLÍS analista, como también el hacer en la lógica institucional, tanto en los
La autora es psicóloga y presente al psicoanálisis en la ciudad, analistas que participan de este dispo-
magíster en Psicología ofertando un lugar de escucha que sitivo como en la ALP en su conjunto.
Clínica (Universidad
Andrés Bello). Se aloje el malestar singular. Esto en la línea de interpretarnos
desempeña como Por el hecho de ser parte de una como institución y de hacernos cargo
académica en la Pontificia
Universidad Católica de
institución analítica, su creación y de los efectos que esta interpretación
Chile. Miembro de la ALP. desarrollo no han estado exentos de puede tener.

46
Comunidad analítica: control interno y externo, ya que la Tres tiempos de trabajo
condiciones de posibilidad para comunidad analítica debe tener aten-
la institución del Consultorio ción, cuidado y apertura al mundo Su formación se organiza en tres
contemporáneo, no de aceptación de tiempos: un primer instante de ver,
Como analistas de orientación sus valores, nos dice Miller (2007), que implicó conocer las redes asisten-
lacaniana sabemos, a modo de expe- sino de presencia. ciales en funcionamiento en nuestro
riencia, que la formación tiene el Así, en este contexto, surge el Con- país, de situarnos en sus coordenadas
carácter de lo inacabado, de un camino sultorio ALP-Chile (CALP). jurídico-normativas; un segundo
difícil de recorrer. Es justamente esa La formación del Consultorio se da tiempo de comprender, el cartel que
turbación, esa incomodidad, lo que en base a nuestro compromiso con la nos permitió trabajar en torno al rasgo
nos devuelve a la formación, a la clínica psicoanalítica y el psicoanálisis de cada uno obteniendo, a modo de
comunidad analítica como un Otro a en la ciudad. Este nos ha llevado a producto, el acto analítico como
quien se dirige una pregunta. reflexionar, al interior de la ALP, sobre centro, cuestión que coincide con el

“Lacan nos orienta, a diferencia de otras escuelas


o grupos psicoanalíticos, a poner al analista
en el centro, como pregunta a trabajar”.

El recorrido es constante en la las coordenadas de la época, la salud tercer momento de concluir: si el centro
medida que implica al analista en mental en Chile, las instituciones y sus del Consultorio es el acto analítico,
tanto sujeto. ¿Qué lazo con la comuni- efectos sobre la subjetividad. Dada la quiere decir que lo que se debe soste-
dad analítica? ¿Qué posición nos inserción de varios de los miembros de ner para el funcionamiento del dispo-
«conviene» en tanto miembros de una la asociación en instituciones de salud sitivo es la formación del analista.
comunidad analítica? Estar al servicio mental, públicas y privadas, es que Del trabajo realizado en estos tres
de un discurso, como lo plantea Miller hemos sido testigos de los efectos de momentos se desprende el objetivo de
citando a Lacan, implica «que no es el homogeneización y de segregación crear una clínica psicoanalítica que no
que el yo pueda vencer, [no es el ego de que producen los protocolos y guías esté fuera de los modos en que nuestra
Lacan], sino el discurso. Es posible clínicas de atención, los que dificultan, sociedad se organiza, del malestar en
[entonces] que también nosotros la mayoría de las veces, dar un lugar a nuestra época ni del contexto nacio-
podamos servir a ese discurso» (2007: la palabra del consultante. Los miem- nal. Es la vertiente extraterritorial pero
234). Lacan se orienta, a diferencia de bros de la ALP, tanto en las actividades no marginal del psicoanálisis: «el
otras escuelas o grupos psicoanalíti- de intensión como de extensión, psicoanalista se ocupa de lo que no es
cos, a poner al analista en el centro, hemos testimoniado respecto de nues- útil en la vida cotidiana activa, se
como pregunta a trabajar, rompiendo tra posición y práctica clínica dentro ocupa de lo que hace figura de desecho
con lo instituido por la Sociedad Inter- de estas lógicas institucionales. en la vida pragmática y en la vida
nacional de Psicoanálisis (IPA, por sus La elección del significante consulto- social» (Miller, 2002-2003).
iniciales en inglés). Somos analistas al rio responde específicamente a este
servicio de un discurso, orientados por problema, pues hace referencia a la El Consultorio
la causa y el trabajo. atención en la salud pública. Nos lleva a
El psicoanálisis no es revolucionario, pensar en las características de los Nuestro Consultorio funciona como
sino subversivo, en la medida en que consultorios, como también en las una red de atención que se materializa
va en contra de las identificaciones, de carencias que poseen la salud y la salud en las propias consultas de los analistas
los ideales, de los significantes amo. La mental en Chile. Ubicando el Otro miembros de la ALP. La oferta es la
comunidad analítica, como comuni- social en estos términos, el CALP se atención clínica a un costo accesible,
dad de trabajo, sostiene la pregunta sitúa como una entidad accesible que con el objetivo de democratizar el
respecto a qué es ser un analista, aloja el malestar en su singularidad y acceso a la clínica psicoanalítica de
pregunta que solo se sostiene del lado que apunta a ofertar un espacio posible orientación lacaniana. A través de su
del trabajo. Es, entonces, el analista y de escucha ahí en donde el sujeto fue página web y los teléfonos asociados,
su tarea lo que se pone al servicio del desalojado. los pacientes pueden acceder a la aten-

47
ción. No existe, en la mayoría de los Comisión de Formación del CALP tucional en la posición del analista. O
casos, una transferencia de entrada cómo este opera ante la dificultad de
hacia un analista en particular; lo que La necesidad de elaborar los efectos casos que llegan con una demanda
sí existe es la oferta de un lugar que de formación que se desprenden de la inespecífica, sin un malestar claro.
aloja el malestar, uno por uno, fuera clínica en el CALP, nos condujo a ¿Qué hacer frente al empuje de las
del ideal de la salud mental. diseñar un dispositivo que pudiera soluciones rápidas asociadas al «no
Desde su instauración a la fecha se alojar el trabajo clínico, articulado a querer saber» del paciente, tan caracte-
han ido sumando más y más miem- la formación del analista en el contex- rístico de la época? ¿Cómo el analista
bros de la ALP al trabajo clínico, con to institucional. Se ha vuelto necesa- sostiene lo que no anda para localizar
un deseo decidido por la clínica y la rio abordar desafíos transferenciales, un malestar?
formación analítica. el saber hacer del analista, los efectos Las presentaciones clínicas y las
La instauración de la normativa de de rectificación que tiene la supervi- discusiones que de ellas se suscitan nos
funcionamiento del CALP tiene sión en su posición, los desafíos llevan a tener como centro de grave-
efectos en el operar del analista. El epistémicos, entre otros. ¿Cómo el dad el acto analítico, la intervención
Consultorio se presenta, en este senti- analista se las arregla con las pseudo- mínima, como señaló Luis Tudanca
do, como un Otro a localizar por el demandas de estudiantes de Psicolo- (citado en Aveggio, 2013), que implica
analista para servirse de ello. Desde el gía, con las dificultades de acceso por devolver al paciente su dignidad,
llamado telefónico hasta el término de los traslados en la ciudad, con consul- dándole la posibilidad de hacerse
la atención en el marco del dispositivo, tantes sin deseo, o no dispuestos a responsable de las consecuencias de
se juegan pequeños detalles del acto pagar la libra de carne que implica un sus actos y otorgándole la certeza de
analítico que lo constituyen. análisis? tener un lugar en el deseo del Otro. Es

“La contingencia de la clínica mantiene de manera


constante la pregunta, devolviendo al analista la
responsabilidad por su acto y dando lugar, necesariamente,
a los modos de implicación en la propia formación”.

Como un espacio de intercambio y Las preguntas que surgen son: ¿se así como la política del síntoma y el
de reflexión en la ciudad, existe el blog avala o no la entrada al CALP?, ¿qué goce que este comporta se han consti-
del CALP, instancia donde temáticas aspectos libidinales se ponen en juego tuido en la brújula de nuestro trabajo.
chilenas actuales en salud mental son cuando el costo de la atención es bajo?, En la última enseñanza de Lacan, el
analizadas por diversos autores ¿cómo introducir la dimensión del analista ya no puede ser tomado como
(también miembros de la ALP) en un sujeto y la pérdida al interior del un correlato de la significación, sino
lenguaje cercano, accesible, para situar dispositivo? En relación a la distribu- como correlato de la pulsión. El analis-
la posición del psicoanálisis respecto ción de la ciudad, ¿es posible garanti- ta es tomado en el circuito pulsional
de dichos fenómenos. Esto se enmarca zar el acceso dadas las características del paciente y entonces pasa a ser
en la lógica del analista ciudadano, geográficas de Santiago?, ¿es posible objeto en la transferencia, no es un
como señala Eric Laurent (2000): acortar esa brecha? puro significante y, si lo es, es un S1, un
En las reuniones de la Comisión de significante sin sentido, angustiante y
los analistas no solo han de escuchar, Formación hemos trabajado, a través enigmático, de tanta presencia como
también deben saber transmitir la de la presentación de casos, en torno a lo tiene la dimensión del objeto
humanidad del interés que tiene para cómo la lógica institucional impone (Brodsky, 2002). El desafío es no retro-
todos la particularidad de cada uno (…) un punto de detención que posibilita la ceder ante lo real.
No hay que retroceder ante la palabra escucha subjetiva. Cómo, por ejemplo, El CALP, en sus efectos de forma-
útil, útil para los demás, cuando se la introducción de la prisa, de un ción, produciría una división. La
reconoce una forma de humanidad en tiempo real, pone a trabajar al sujeto, transferencia de trabajo y el lugar de
su peculiaridad (116). cuestión que nos lleva a preguntarnos Otro que tiene el Consultorio han
por los efectos que tiene la lógica insti- desarticulado los posibles efectos de

48
grupo. Se sostiene, en el trabajo, el «no Otro para su operar. La contingencia
hay saber». La presentación de casos, de la clínica mantiene de manera cons-
el dar cuenta de la clínica ubicando tante la pregunta, devolviendo al
aspectos específicos relativos al dispo- analista la responsabilidad por su acto
sitivo de atención y sus dificultades, da y dando lugar, necesariamente, a los
cuenta de que el analista tiene que ir modos de implicación en la propia
situando, en cada caso, la función del formación.

Referencias
bibliográficas
Miller, J.A. (2002-2003). Un esfuerzo de poesía. Curso inédito.

Miller, J.A. (2007). Introducción a la clínica lacaniana. Barcelona, España: RBA Libros.

Laurent, E. (2000). Psicoanálisis y salud mental. Buenos Aires, Argentina: Tres Haches.

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(pp. 9-21). Santiago, Chile: RiL editores.

Brodsky, G. (2002). El acto psicoanalítico y otros textos. Bogotá, Colombia: Nueva Escuela Lacaniana.

49
Fabiana Cabrera, 2015
El silencio

EL PARÍS DE LACAN 2, Ricardo Aveggio, 2009


La marca que implica la supervisión,
como efecto de formación, es la posibili-
dad de guardar silencio ante un signifi-
cante… Ese silencio sostenido provoca
en el paciente la aparición de su propio
fantasma, que lo incita a ocupar el vacío
con la palabra. Es la posición del analis-
ta sin forma, como dice Miller en Cosas
de familia en el inconsciente.

Isabel Margarita Labarca

“Ese silencio sostenido


provoca en el paciente la
aparición de su propio
fantasma, que lo incita a
ocupar el vacío con la palabra”.

CALP:

Testimonios de formación
Los efectos
El Consultorio de la Asociación Lacaniana de Psicoanálisis de Chile (CALP)
apunta en el horizonte de la formación del analista.
¿Qué efectos de formación para mí? En primer lugar, hacerme cargo del trípo-
de propio del discurso analítico: supervisión, formación epistémica y análisis
personal. En efecto, la clínica me ha impulsado hacia la supervisión constante y
a buscar distintos espacios de transmisión del psicoanálisis. A su vez, la posición “La posición de analista me
de analista me ha conducido a interrogarme por el deseo de retomar mi propio ha conducido a interrogarme
análisis y de llevarlo hasta su final. En segundo lugar, al ser parte de un dispositi- por el deseo de retomar
vo institucional que se erige con los significantes de la época del «para todos» mi propio análisis y de
(técnica, psicoterapia y salud mental), mi reflexión ha buscado sostener una llevarlo hasta su final”.
ética que dé espacio a la singularidad de quien consulta. Por último, como el
CALP responde a una mínima organización burocrática y administrativa, he
tenido que elaborar mi propio modo de hacer en su interior, para poder poner
en juego el deseo del analista. Esto se ha traducido en privarme de ocupar el
lugar del amo que busca domeñar el síntoma en una cantidad de sesiones deter-
minadas, para pasar a preguntarme por la función del síntoma en cada sujeto, en
tanto respuesta singular ante lo imposible, ante lo real.

Carlos Barría Román

50
La diferencia
¿Cómo alojar a un paciente que no habla de su malestar? La pregunta
encuentra su guía y provoca un efecto de formación. Al parecer, para el CALP
no es un paciente. El deseo de trabajo debe quedar del lado del paciente y no
“El deseo de trabajo del analista. Es algo con lo que se puede confrontar al sujeto, pues no se puede
debe quedar del lado del
trabajar si solo hablamos de aquello que funciona.
paciente y no del analista”.
Esto despierta el prejuicio de lo institucional, pensado como aquel lugar en
el que se considera a la persona como sujeto de derecho: para todos, igual;
para todos, análisis; para todos, el CALP, cuestión que es agujereada por el
psicoanálisis de orientación lacaniana. Se trata más bien de un sujeto de lo
inconsciente, que permita alojar la diferencia y la excepción. El adoptar una
posición política que se ubique en la falta en ser, más que en el ser, permitien-
do que en esta postura de acción algo se revele, desprendiéndose de la idea del
«final feliz» y del ideal de la comprensión. Es aquello que abre paso a la posibi-
lidad de alojar en una institución al sujeto de lo inconsciente.

Francisca Vargas

La clínica
Si el síntoma no solo resulta ser un concepto que atraviesa la historia del
psicoanálisis, sino también aquello que se encuentra a la entrada y la salida
de la propia experiencia analítica, es porque la clínica está concernida.
Hablamos de Otra clínica, sin duda. Una klínica, incluso, que impone caute-
la frente a cualquier intento de reduccionismo filosófico o literario del
discurso analítico. “Un Consultorio de orientación
Un Consultorio de orientación lacaniana, advertido de que su funciona- lacaniana (...) apuesta por
miento no encuentra garantías en la existencia del papeleo como signo de volver a ubicar a la clínica
burocratización administrativa, apuesta por volver a ubicar a la clínica en el en el centro del trabajo”.
centro del trabajo. Y no solo en el sentido de un tratamiento al malestar,
sino también como posibilidad de lazo entre los propios analistas.
El Consultorio, como significante, como semblante, permite, al servirse de
él, ser ubicado y ubicarse en el discurso, en el enjambre del Otro social. En
la ciudad, si queremos, como una de las figuras de ese Otro social. Ello
facilita tomar el pulso a la época, a los nuevos síntomas, a las nuevas realida-
des sexuales y familiares, al hacer hablar el no hay que fundamenta el acto
con el cual operar. Acto como efecto de la formación como en la formación
del analista.

José Luis Obaid

51
El tiempo
A mi parecer, el CALP es una apuesta de la orientación
lacaniana sobre los efectos que puede tener en la clínica la
oferta de una escucha limitada en el tiempo: 16 sesiones,
“El dispositivo y las reuniones del CALP después de las cuales se verifican sus efectos. Es la apuesta de
han tenido como efecto de enseñanza confrontar tanto al paciente como al analista con la realidad
el precipitarme al encuentro del tiempo, del corte, del agujero. Es precipitar la experiencia
con lo real de la hacia lo real de esa clínica, sirviéndose de un discurso epocal
experiencia analítica”. que empuja a lo rápido, a lo breve, a la inmediatez, al todo es
posible, para introducir un no hay de un real imposible.
Así como el corte de sesión tiene los efectos de escansión
para enfrentar al sujeto al sinsentido en lo real, ¿cuáles son los
posibles efectos del número limitado de sesiones? El dispositi-
vo y las reuniones del CALP han tenido como efecto de ense-
ñanza el precipitarme al encuentro con lo real de la experien-
cia analítica, lo real que se juega en lo breve de un encuentro.

Alejandro Góngora

El encuentro
Al pensar sobre la función del CALP me resultó «cómodo»
darle la vuelta por su estatuto de interpretación inexacta, tal
como Lacan lo sitúa en su Dirección de la cura y los principios de
su poder. Se trata de una interpretación inexacta principalmente
porque si bien el consultorio permite un encuentro entre un
sufriente y un analista, este encuentro se da, más que porque
ambos acuerden una cita, porque ni el uno ni el otro saben muy “Si bien el Consultorio permite un
bien qué es el CALP. encuentro entre un sufriente y un analista,
En el caso del supuesto sufriente (no se tiene seguridad que este encuentro se da, más que
sufra de algo), este, al demandar tratamiento, no tiene muy claro porque ambos acuerden una cita,
qué puede implicar ir a un consultorio donde los que atienden porque ni el uno ni el otro
son analistas, aun cuando ya tenga alguna idea acerca del psicoa- saben muy bien qué es el CALP”.
nálisis.
El analista, justo en ese punto, tampoco sabe en qué ni por qué
es consultado, así como tampoco conoce el lugar que va a ocupar
el Consultorio para el sujeto. Este es uno de los puntos que insiste
como pregunta, tanto en los controles-supervisiones como en las
reuniones de formación que tenemos quienes participamos
recibiendo pacientes. La insistencia de esta interrogante conviene
en tanto permite un movimiento a nivel de la institución, así
como a nivel de la práctica individual en el contexto del Consul-
torio, respecto de la pregunta: ¿qué es lo que hace un analista?

Claudio Morgado

52
FUENTE: elquintopoder.cl, 2014
LA CARA DE LA GUERRA, Dalí, 1940
HISTORIA POLÍTICA DEL NEOLIBERALISMO EN CHILE:

Discurso y lazo
social actual 1

¿El mundo tiene remedio? El mundo está vivo


y nada vivo tiene remedio y esa es nuestra suerte.
Roberto Bolaño

E
n El malestar en la cultura, lugar, al final, es el cuerpo gozante del
Freud señala que, por el solo sujeto. Propone cuatro discursos
hecho de vivir en sociedad, donde existe una construcción signifi-
el sujeto irrenunciablemente padece cante como respuesta a la hiancia
un malestar. Este va ir tomando forma constitutiva y un resto heterogéneo
según ese Otro social-político, es decir, (objeto a) que muestra que la realidad
según el discurso imperante. Lacan no puede ser totalmente simbolizada.
Eduardo POZO (1970) toma el concepto de discurso En su época, también la del capitalis-
El autor es psicólogo y no como enunciados performativos, mo paternalista, predominaba en el
magíster en Psicología
Clínica en Adultos sino como un «discurso sin palabras» sujeto la pérdida de goce en nombre del
mención Psicoanálisis que da cuenta del inconsciente y que amor al discurso del amo que aún tenía
(Universidad de Chile).
Se desempeña como constituye, en su distribución de consistencia. Luego de los desastres
psicólogo clínico en la lugares, la matriz del lazo social cuyo ocurridos en el siglo XX, en donde ese
Universidad Santo Tomás y
en consulta particular.
Miembro de la ALP.
1
Producto del trabajo personal realizado en el Cartel Psicoanálisis y política de la ALP.

53
Otro social-político ocupó muchas población, formado por grupos otro puede llegar a ser amenazante;
veces un lugar traumatizante, las financieros privados de reconocidos pone bombas en el metro, abusa de los
referencias simbólicas para el sujeto apellidos (Ruiz y Boccardo, 2015), más pobres (caso La Polar), se colude
declinan, y la política, que es la manera quienes de a poco se organizan en para subir los precios arbitrariamente
de dominar el goce, se modifica. En el grandes grupos económicos transna- (caso Farmacias) y violenta en
último tercio del siglo la política capita- cionales, vinculados a los derechos marchas. La violencia se vive en las
lista sufre dos modificaciones que sociales privatizados, que influencian calles, redes sociales, trabajos, en los
ayudan a pensar el malestar actual: se fuertemente el cuadro político al discursos clasistas, xenófobos y homo-
globaliza y se tecnifica, lo que altera la incluir en sus directorios o «aseso- fóbicos. El trato de lo diferente, los
relación del sujeto con lo real del goce. rías» a la clase política. Esto quedó en modos de goce singular, son rechaza-
La realidad latinoamericana, por evidencia este año al explotar mediá- dos.
supuesto, no está ajena a estos ticos casos de corrupción por finan- Estas descripciones me hacen pensar
cambios, aunque con particularidades ciamiento ilegal como SQM, PENTA en lo que señala Delgado (2015): la
que no podemos pensar bajo el prisma y CAVAL2. globalización neoliberal como una de
europeo. En Chile, tanto en el trabajo las formas modernas de totalitarismo.
clínico como en el campo social, es ■ Despolitización y tecnificación: para-
posible escuchar un malestar en lelamente, estos grupos proponen La globalización se expresa, en términos
relación a este discurso tecnocapitalis- formas tecnocráticas de organizar la freudianos, en el pánico angustioso y
ta regido por la política económica ciudad, de gestionar la política y la sus efectos de criminalidad y violencia a
neoliberal, pero, ¿cuál es la particulari- economía autorregulada por el merca- partir de los significantes ideales que
dad del neoliberalismo chileno?, do, de influir en los medios de comu- soportan a los colectivos modernos. Lo
¿cómo se instala y perdura ese Estado nicación y en la cultura. El ciudadano segundo, el totalitarismo, se expresa en
neoliberal?, ¿qué implicancia tiene se despolitiza reduciendo su participa- la concentración feroz del poder al
para el lazo social?, ¿qué posición nos ción en las decisiones sociales. Por su servicio del miedo u odio al otro (33).
compete como analistas? parte, los partidos políticos pierden su
ideología y terminan funcionando Luego sentencia: «el mercado ofrece
El Otro neoliberal chileno y su como corruptas máquinas de poder. un goce oscuro, como algo correlativo
lazo social actual de la inexistencia del Otro. Es más
■ La cotidianeidad del consumo: en los velado, pero más eficaz que el amo
Se ha acumulado en nuestro país, estratos medios y bajos las personas se fascista (…) bajo el semblante de la
durante las últimas décadas, un males- endeudan a través de créditos de democracia liberal» (33).
tar que explota, anudado por el tema consumo para poder tener acceso a los A partir de estas revueltas y más allá
educacional, en dos momentos que objetos y a derechos sociales que se de la academia, el ciudadano común
considero en serie: la revolución encuentran privatizados (esta idea comienza a interrogarse por algo de
pingüina del 2006 y el movimiento tiene su predecesora en lo que planteó fondo: el sistema neoliberal instalado
estudiantil del 2011, que fue más bien Moulian en Chile actual: anatomía de en la dictadura cívico-militar.
una manifestación ciudadana al estilo un mito). Así se entra en la lógica del
del movimiento de los indignados que trabajo 24/7 para pagar esa deuda con Sobre las particularidades
dio paso al Podemos español (¿por qué el Otro tecnocrático que a la vez los de la instalación del
no podemos en Chile?). A partir de los evalúa, los controla y los hace compe- neoliberalismo en Chile
significantes que surgen de estas tir. Por otro lado, el descanso a esta
revueltas, me resulta útil describir el fatiga se produce en el mall, en el El capitalismo nos llegó desde
lazo social de hoy: imaginario del consumo privado que Europa durante la Colonia. Luego de la
intenta tapar la castración y dejar independencia, en 1870, con el triunfo
■ Desigualdad y lucro: Chile es uno de afuera lo público. de los liberales sobre los conservado-
los países más desiguales del mundo. res (ambos oligarcas), comienza la
Contamos con una acumulación ■ Abuso, incertidumbre y desconfian- modernización a través de la ideología
obscena del capital en el 0.1 % de la za: en nuestras ciudades el Otro o el liberal que se propone: laicismo y

2
Los dos primeros casos, SQM y PENTA, corresponden a empresas acusadas por fraude tributario al fisco mediante la emisión
de boletas ideológicamente falsas para reducir sus impuestos y financiar campañas de conocidos políticos, tanto oficialistas como
de oposición. En el caso CAVAL hay un supuesto tráfico de influencias de parte del hijo de la Presidenta Bachelet, Sebastián
Dávalos, para lograr beneficios millonarios en un proyecto personal.

54
división de poderes del Estado, inde- oligarca: el profesor Pedro Aguirre Católica, liderados por Jaime Guzmán,
pendencia frente a la monarquía, Cerda. Así comienza el período posteriormente formados por Fried-
igualdad ante la ley, abolición de la nacional-populista, que llega hasta man y Harberger en la Universidad de
esclavitud, promoción de la libertad 1973… Chicago, más algunos profesionales de
del individuo por sobre lo colectivo, Sería una falacia decir que en este la Universidad de Chile comandados
fomento de la libre empresa, resguardo período el país dejó de ser capitalista: por Pablo Longueira; todos inspirados
de la propiedad privada, etcétera. la oligarquía siguió influyendo en la por figuras políticas que ya implanta-
También comienza una fuerte injeren- política pero cedió poder ante el ban el modelo, como Thatcher y
cia del positivismo, inspirado en ascenso de estas clases. El lazo social, a Reagan (Ruiz y Boccardo, 2015).
Comte y Darwin, tanto en la educa- través de diversas organizaciones Tomas Moulian (1997) plantea como
ción como en la política misma. Se clasistas, tendía hacia la cooperación, un hecho determinante la función del
estimula, a través de la educación la autonomía y la horizontalidad dispositivo-saber que se comienza a
pública, la creación de un ciudadano (Feirstein, 2009). Existía un Estado de instalar a través de estos tecnócratas.
racional que vaya hacia el orden y el compromiso, un Otro que entregaba el Dicho saber promueve los fundamen-
progreso técnico-científico (Hale, bienestar básico a la ciudadanía o, por tos cognitivo-ideológico para la cons-
1991). Con la llegada del siglo XX y lo menos, a eso se orientaba. A nivel trucción del proyecto a través de un
toda esa pasión por lo real (Badiou, político-económico, la idea era fortale- discurso basado en la tecnificación de
2005) que existe en Europa (guerras cer el desarrollo e industrialización la política. Friedman plantea que la
mundiales, Revolución rusa, fascismo, nacional por medio de créditos, subsi- eficacia, el orden y el progreso solo son
marxismo, stalinismo), se inician dios y protecciones. posibles a través de una idea hegemó-
procesos latinoamericanos que dejan Después de la Segunda Guerra Mun- nica que supone al Otro Estado y sus
su huella, propia de un continente que dial, Estados Unidos logra imponer su instituciones tecnificadoras en una
hace escuchar su malestar en torno al industrialización tecnológica multina- función administrativa para que el
modelo político-social de la moderni- cional, lo que terminará desmoronan- mercado funcione libre y automática-
zación capitalista propuesto por esta do la precaria industria nacional. mente. Esta sería la única verdad
elite: la Revolución mexicana de 1910, Luego, intervenciones políticas y científica-técnica objetiva, pragmática,
la Revolución boliviana de 1952, la «estrangulaciones a la economía» de la medible, eficaz y universal de asignar
Revolución cubana de 1959 o la Revo- CIA al mando del Presidente Richard recursos, controlando la politización
lución nicaragüense de 1979, por dar Nixon, van a impedir que Chile haga ciudadana.
algunos ejemplos. Surgen líderes un giro hacia el socialismo de Salvador
populares como Perón en Argentina, Allende. De esta manera, la derecha
Allende en Chile, Cárdenas en México, oligárquica vuelve de su largo silencio “Este Otro neoliberal
Vargas en Brasil y Castro en Cuba. ideológico para protagonizar el golpe fue eficaz porque se
En nuestro país comienzan a emer- militar del 11 de septiembre de 1973, amparó en el terror
ger nuevas clases sociales debido a las de la mano de militares chilenos bajo en nombre de un enemigo:
fuentes de trabajo que ofrece la indus- supervisión estadounidense, de un la ‘irracionalidad’
trialización urbana y la profesionaliza- sector empresarial históricamente del Otro marxista y sus
ción de los servicios públicos: el prole- internacionalizado y de una clase líderes”.
tariado y la clase media, respectiva- media ejecutiva tecnocrática que vio
mente. Como ejemplo de esto, en 1906 amenazado el estatus social alcanzado
los estudiantes fundan la Federación en el período anterior. Juntos van a
de Estudiantes de la Universidad de realizar las reformas neoliberales más
Chile (FECH), y en 1912 nace el Parti- crudas del contexto latinoamericano. Ahora bien, este Otro neoliberal fue
do Obrero-Socialista en las soledades Entre 1973 y 1975 se desata una eficaz porque se amparó en el terror en
de las salitreras del norte por la acción pugna entre los adherentes al golpe nombre de un enemigo: la «irraciona-
de Emilio Recabarren. Estas nuevas (entre ellos, la Democracia Cristiana) lidad» del Otro marxista y sus líderes.
demandas ciudadanas ponen en jaque por la política económica a imponer. Con este argumento, ese Otro político
a la oligarquía, que va perdiendo su El poder queda del lado del Ejército persiguió, torturó, asesinó y exilió. El
poder. Por ello, responde desde el dentro de las Fuerzas Armadas; es terror permitía inmovilizar una socie-
Estado con violencia. En 1907 se desa- entonces cuando Augusto Pinochet dad entera para lograr el objetivo y
rrolla la traumática matanza de Santa entrega el plan de reorientación estatal entrar en la libre circulación del capital
María de Iquique. Ya en 1938 se elige el a los Chicago Boys, un grupo de jóve- a nivel mundial, algo «lógico» y técni-
primer presidente cuyo origen no es nes gremialistas de la Universidad camente demostrable y «necesario».

55
En 1975, con la economía aún inesta- las instituciones públicas desde al sas crean estrategias para responsabili-
ble y casi coincidiendo con la visita de Estado a los municipios. El financia- zar a los trabajadores de los costos por
Friedman y Harberger, se lanzó el miento cede lugar a subsidios a la variaciones de la demanda.
programa de recuperación económica demanda por parte del Estado al sector
caracterizado por su drasticidad. Ya en privado. En el caso de las universida- ■ La burocracia estatal de la clase
1977, año de la venida de Hayek, el des se busca, y se consigue, la desarti- media pasa a la burocracia privada
discurso neoliberal dejó de ser apodíp- culación política a través del cierre de asalariada durante la dictadura y
tico y se empirizó, pues empezó a carreras y la expulsión de académicos luego, en los noventa, se acentúa. El
hablar de resultados en el crecimiento y estudiantes. En 1981 inician su contenido de esa burocracia pública
económico (Moulian, 1997). Las bases privatización mediante la Ley General gira: de la prestación de servicios
neoliberales sostienen que la interven- de Universidades. sociales al ejercicio de tareas de
ción del Estado debe ser mínima, sin control (policía, Investigaciones,
embargo, en Chile la acción estatal ■ En relación a la salud, en 1979 esta se Poder Judicial) y la supervisión del
resulta determinante, desde la misma abre al capital privado y se traspasa a libre funcionamiento de los servicios
instalación, en la activa reorganización los municipios. En 1981 se crea el privatizados.
de los marcos regulatorios del capital y sistema de financiamiento privado de
de conflictos, hasta hoy. Las presiones prestaciones de salud mediante las En el año 1983 comienzan las prime-
internacionales por la violación de los ISAPRES, que dan inicio a un pionero ras manifestaciones como respuesta a
derechos humanos llevaron a militares y lucrativo mercado de la salud. la fuerte crisis económica, entonces los
y tecnócratas a crear una estrategia tecnócratas vieron agujeros en su
política para «democratizar» e «insti- ■ Respecto a la previsión social, se elimi- discurso. Sin embargo, de la mano del
tucionalizar» este marco simbólico a na el sistema colectivo de reparto de ministro de Hacienda, Hernán Buchi,
través del montaje del plebiscito del 80 beneficios y se sustituye por la capitali- los neoliberales retornan con mayor
y de la posterior constitución, que nos zación individual, gestionada por priva- fuerza a los aparatos económicos del
rige hasta la actualidad. En estos años dos, donde los trabajadores, además de gobierno, haciendo pequeñas modifi-
se toman importantes decisiones (Ruiz cotizar parte de su salario, pagan comi- caciones a lo ya establecido. El 2 de
y Boccardo, 2015): siones por su gestión a las AFP, que se febrero de 1988 se crea la Concerta-
convierten en una de las principales ción de Partidos por la Democracia,
■ De las cuatrocientas empresas públi- fuentes de financiamiento de los grupos como oposición, ad portas del plebisci-
cas que existen en el año 1973, para económicos antes mencionados. to, con un discurso también tecnócrata
1980 solo quedan 15, las que son e hipermoderno (Moulian, 1997). Con
adquiridas por nuevos grupos (Cruzat, ■ En términos económicos, se permite su triunfo, un oscuro pacto de traspaso
Larraín, Vial, Matte, Angellini) que las la entrada desregulada del capital y perduración del modelo se establece,
compran con créditos emitidos por sus externo financiero y se fortalecen las también un pacto de silencio dentro de
propias entidades financieras. Con el importaciones. También se eleva la las Fuerzas Armadas para evitar
correr del desarrollo neoliberal en los tasa de interés y se baja fuertemente el responder ante la Justicia por los
años ochenta y noventa, estas empre- gasto público, a la vez que se realiza horribles casos de violación de dere-
sas comienzan a fusionarse y generar una reforma tributaria. chos humanos de los que fueron victi-
oligopolios que contradicen las bases marios.
neoliberales de la libre competencia. ■ En 1979 se crea el Plan Laboral que En los años noventa se mantienen las
rige hasta la actualidad, se reducen los bases del orden político-constitucional,
■ Se privatizan los derechos sociales: sueldos y los derechos laborales, se incluso se legitiman. La idea era man-
salud, educación, medio ambiente, segmenta y precariza el trabajo, se tener al ciudadano despolitizado y
vivienda y trabajo, lo que origina una autorizan los contratos de duración creyendo en el ideal tecnocrático que
importante segregación social. Surge temporal y de tiempo flexible, se quita engolosina a la gente (de ahí el signifi-
como respuesta la lógica del endeuda- fuerzas a los sindicatos y se prohíbe la cante de jaguares de América que
miento a través del crédito bancario huelga. Se cumple el sueño de Fried- comienza a circular), por fuera de la
para pagar derechos y lograr entrar, vía man: la tecnificación del trabajo, que posibilidad de hacer lazo a través de la
mercado, en esta nueva forma de lazo siempre está acompañada de la politización de la vida.
social chilena. fragmentación de los procesos produc-
tivos, debilitando, otra vez, la cohesión El Estado subsidiario, instalado en
■ En educación se impulsa, en 1980, la del lazo social. Aparecen la inestabili- dictadura, se mantiene hasta hoy en
descentralización, con el traspaso de dad e incertidumbre, ya que las empre- base a la supresión de derechos sociales

56
universales y a la focalización de las castración. Esto fractura y reorganiza este Uno-individuo es capturado por
políticas sociales en grupos específicos a la forma de hacer lazo social a través las exigencias de rendimiento propias
partir de un gasto social reducido. de decisiones político-económicas que del ‘empresario de sí’ o por su reverso
Dichas áreas se convierten en pilares de privatizan la vida cotidiana, atenuando ‘el acreededor’ indefinido sin solución
las dinámicas de acumulación y concen- el espacio público. Hoy presenciamos simbólica, la producción de subjetivi-
tración económica, distinguiéndose, el la consecuencia: lo privado se vuelve dad está cumplida» (35).
caso chileno, entre otras experiencias a obscenamente público (Ons, 2009). Así el sujeto entra en un círculo
escala regional y planetaria (Ruiz y Por otro lado, el lazo social se mani- mortífero que excluye al lazo amoroso,
Boccardo, 2015: 89). fiesta hostil frente al tratamiento de lo con el goce que provee el objeto tecni-
diferente de los modos de goce singu- ficado de las marcas de consumo. El
¿Qué posición del analista chileno lares y da lugar al modo especular del discurso extiende, por un lado, la
frente a la violencia neoliberal? tratamiento con este, agudizando el insaciabilidad de la falta de goce y, por
narcisismo de las pequeñas diferencias otro, pone a disposición del sujeto el
Basado en esta breve revisión, mi freudiano. plus de gozar para colmar el agujero
intención, más allá de lo representa-
cional, es interrogar el posible aporte
“Así el sujeto entra en un círculo mortífero
del psicoanálisis de orientación que excluye al lazo amoroso, con el goce
lacaniana, es decir, incorporar lo real que provee el objeto tecnificado de las
para pensar el actual malestar chileno. marcas de consumo”.
De acuerdo a Ruiz (2015), el giro,
radical, desde el Estado de compromiso
(responsable político del desarrollo
interno del país y la consiguiente Lacan (1972 y 1973) caracteriza el sin colmar la insaciabilidad. Transfor-
integración de las fuerzas sociales que lo discurso capitalista como una varia- man la experiencia de la insatisfacción
sustentan) al Estado subsidiario, supone ción del discurso del amo, haciendo clásica en una adicción, lo que
una de las experiencias más refundacio- una inversión del S1 y del S. El Sujeto
nales de la historia latinoamericana y va es colocado como agente, quien opera excede las condiciones de la fuerza de
a determinar la lógica detrás de sus sobre el significante amo colocado en trabajo entendida como mercancía,
políticas públicas. Pretendo dejar en el lugar de la verdad. Tal manipulación tomando así inviable la experiencia del
claro que esto no es sin el ultraje de lo es un rechazo de la castración del inconsciente. Por eso, el trabajo, en la
real del cuerpo de una subjetividad discurso conducente a establecer una precariedad en la que se va alojando, ya
traumatizada por la experiencia del circularidad sin interrupciones, no no puede ser la condición que haga un
terrorismo de Estado. Esta marca en lo habiendo lugar para la hiancia. Tal posible lazo (32).
real, esas particularidades antes plantea- como lo planteaban los líderes cívicos
das y esa prematuridad en la inserción de la dictadura chilena, este discurso Más bien se orienta por el rendi-
en el Otro neoliberal, nos ubica en un se concibe a sí mismo como un saber miento y la competencia individual
lugar distinto a varios de los países absoluto, inmodificable, natural, racio- ilimitada que deja al sujeto solo con su
vecinos, donde existe, por lo menos, un nal, y como fin de un proceso históri- goce, características que se escuchan
intento de contraexperiencia al orden co. Esto por supuesto deja fuera la una y otra vez en la clínica bajo mani-
racional mundial del siglo XXI. Muchos experiencia del inconsciente que siem- festaciones de ansiedad como ataques
de los nuevos procesos políticos euro- pre es transindividual y el verdadero de pánico o sujetos diagnosticados de
peos (Exeiza en Grecia o Podemos en sostén del lazo social. Por eso Lacan lo depresión, lejos de un malestar sinto-
España), de hecho, se inspiran en países considera un antidiscurso. mático.
latinoamericanos para crear un discur- Jorge Alemán (2014) plantea que esta Esto me hace pensar en lo que Lacan
so que permita la subjetivación. tecnocracia borra la diferencia entre la llama síntoma social: el hecho de que
Retomando los planteamientos de economía y la ideológica política, por cada individuo es un proletario, es
Lacan, algo de lo real, de lo imposible, lo que únicamente puede sostenerse en decir, que en este contexto de contra-
comienza a situarse de manera distinta función de cómo va emplazando una discurso no posee ningún discurso
a través de ese Otro neoliberal, es producción de subjetividades por fuera con el cual hacer un lazo social,
decir, de ese discurso capitalista en su del inconsciente. Condena a cada ser quedando sometido a las relaciones
versión técnica mediante el dispositivo hablante, sexuado y mortal, a ser un fijadas por estos valores de cambio y
saber tecnocrático que plantea Mou- individuo, a ser Uno, entre su ser de existiendo como «cosa» sometida a la
lian, que nada quiere saber de la sujeto y su modo de gozar. «Cuando técnica científica.

57
Siguiendo la idea de la técnica como real, cuyo retorno se realiza vía de muerte, un camino hacia ciertos
tapón a la falta, para Jorge Alemán violencia/S múltiples (Ons, 2009). cambios políticos colectivos básicos
(2013), tomando a Heidegger, la técni- Para combatirlo, el Otro neoliberal, en que entreguen otro marco regulatorio
ca no es la mera producción de objetos su lógica circular, responde intensifi- constitucional al instalado con sangre
o instrumentos, sino que es la intro- cando la vigilancia doméstica, buscan- en la última dictadura.
ducción de lo ilimitado a nivel del ser. do aplacar a ese individuo o grupo Para finalizar, me parece atingente
Es en el Holocausto (luego en la marginal (flaites) causante y culpable interrogarnos por la responsabilidad
bomba atómica) cuando esa voluntad del mal, o privilegiando la burocracia del analista en el contexto de la despo-
ilimitada de la operación técnica, administrativa, las planillas, los litización neoliberal, o sea, no
centrada en la fabricación de cadáve- formularios, las evaluaciones y los solamente su posición en la clínica,
res, en su planificación burocrática y protocolos estandarizados en los que que siempre se orienta por el goce del
serial, deja su marca. Alemán toma nadie encaja y que terminan realimen- sujeto, uno por uno, tampoco exclusi-
este punto histórico para decir que hay tando el circuito de una violencia vamente en el campo de las políticas de
una torsión de la ciencia hacia la técni- incluso más de fondo. salud mental (que está claro que no
ca donde el saber queda anudado a la Alemán propone pensar el neolibe- hay que abandonar), ni sumergido en
pulsión de muerte, que suprime al ralismo no como el escalafón final de la política lacaniana para los mismos
sujeto a través de su homogenización. la historia de la humanidad sino como lacanianos, sino por su lugar en esa
En algún momento la ciencia era una realidad histórica y contingente. universalidad contingente de la socie-
semejante al discurso histérico, plan- Pero pensar al sujeto de una clase dad chilena. Siguiendo a Alemán,
teado por Lacan, por su capacidad regido per se por una ley histórica, tal cautos en no quedarnos en La política,
para producir saber con la verdad como lo planteaba Marx, tampoco nos refiriéndose con ello a la lógica detrás
oculta para el sujeto. Esta metamorfo- guiará hacia la emancipación. Menos de las psicologías de las masas que
sis no se da por una secuencia cronoló- lo hará pensar que el problema se Freud nos mostró, a las identificacio-
gica entre ciencia y técnica, sino que centra solamente en los aparatos ideo- nes, al discurso del amo de las institu-
hay «un empuje que lleva a la ciencia lógicos neoliberales, en el Otro socio- ciones, sino en Lo político, que surge
hacia el dispositivo del discurso capita- simbólico, sino que el sujeto se impli- como resultado del encuentro contin-
lista (…), y a la vez, es la manera en que desde su goce. Se necesita que el gente en lo común en la medida que no
que el capital se apropia para su propio sujeto no desee ser explotado ni aplas- se aplaste a esas soledades sinthomáti-
fin del espacio: verdad, sujeto, produc- tado por esta circularidad que propone cas, que nada tienen que ver con el
ción, saber» (Alemán, 2013: 150). una felicidad autista, sin lazo, dejando individualismo gozoso de la lógica
Esta marca del mundo occidental al sujeto en el semblante de estas homogenizante neoliberal. Es decir,
toma cuerpo, en Chile, mediante la soledades colectivas. Es decir, es nece- una posición no centrada exclusiva-
dictadura cívico-militar. Es entonces sario no dejar de lado el fantasma, que mente en la experiencia de la singula-
cuando los dos discursos se cruzan y se incluso puede fijar al sujeto a un goce ridad privada, que pareciera haber
ponen al servicio el uno del otro, que va en contra de sus intereses sido la cómoda protección del psicoa-
existiendo una cosificación importan- vitales y que surge del deseo de ese nálisis desimplicado de la realidad
te del sujeto tanto por esta «fabrica- Otro, tal como nos muestra la clínica sociopolítica por un tiempo. ¿No es ese
ción de cadáveres» bajo el mando de la de orientación lacaniana. Eso permiti- el llamado de Laurent cuando nos
Dirección de Inteligencia Nacional ría la posibilidad de que lo imposible habla del analista ciudadano? ¿Qué
(DINA, 1973-1977) y luego de la encuentre su sitio, de que la ley aloje la lugar el analista de orientación
Central Nacional de Informaciones falta y se permita una forma de lazo lacaniana en la contingencia social y
(CNI, 1977-1990), como por la tecnifi- social sin intentar taponear la falla. política neoliberal del Chile de hoy?
cación de la vida cotidiana a través del Si la política es la forma de regular el
modelo. goce, pareciera que en la escena chile-
Hoy, con la desaparición del espacio na actual, a través de la sumisa acepta-
público y la desarticulación política ción de ese discurso radicalizado y
colectiva, el malestar se manifiesta en particularizado en algún momento de
un cuerpo gozante ilimitado, que la historia, le acomoda, al menos a una
responde más a la lógica de la sexua- parte importante de la población, esa
ción femenina del no-todo. Detrás de autosatisfacción, ese goce de su propio
las cifras técnicas exitosas de la econo- cuerpo inmovilizado por el mismo
mía chilena predomina esta pulsión de discurso del miedo que se construye.
muerte de lo ilimitado que segrega lo Esto terminaría estancando, vía pulsión

58
Referencias
bibliográficas
Alemán, J. (2013). Conjeturas sobre una izquierda lacaniana. Buenos Aires, Argentina: Grama ediciones.

Alemán, J. (2014). En la frontera: sujeto y capitalismo. Buenos Aires, Argentina: Gedisa.

Badiou, A. (2005). El siglo. Buenos Aires, Argentina: Manantial.

Delgado, O. (2015). Efectos subjetivos del terrorismo de Estado. Buenos Aires, Argentina: Grama ediciones.

Feierstein, D. (2009). Terrorismo de Estado y genocidio en América Latina. Buenos Aires, Argentina: Prometeo Libros.

Hale, Ch. (1991). Historia de América Latina. Tomo 8. América Latina: cultura y sociedad, 1830-1930. Barcelona, España:
Crítica.

Lacan, J. (1970). El reverso del psicoanálisis. En J. Lacan, Seminario 17 (pp. 9-88). Buenos Aires, Argentina: Paidós.

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Moulian, T. (1997). Chile actual: anatomía de un mito. Santiago, Chile: LOM ediciones.

Ons, S. (2009). Violencia/S. Buenos Aires, Argentina: Paidós.

Ruiz, C. y Boccardo, G. (2015). Los chilenos bajo el neoliberalismo. Santiago, Chile: Fundación NODO XXI y Ediciones el
Desconcierto.

59
para detenerse y pensar en la propia
praxis, cuando insiste el malestar por
los derechos fundamentales, especial-
mente la educación, expresado en un
movimiento social que cuestiona el
modelo educativo imperante y que
resuena en el modo de lazo en su
totalidad, y habiendo una reforma en
curso, o en discurso, que genera
tensiones y resistencias.

LA CARA DE LA GUERRA, Dalí, 1940


Nos surge la pregunta: ante lo impo-
sible de enseñar, ¿qué posibilidad para
el psicoanálisis en la universidad?

1. La universidad como institución

Podemos situar a la universidad


como una institución social, en tanto
recoge las demandas de determinados
actores sociales en diversos momentos
histórico-políticos, que involucra
distintos modos en que se piensa la
producción o reproducción de conoci-
mientos. En este sentido, la función de
la universidad ha experimentado trans-
formaciones de acuerdo a la época.
Siguiendo los planteamientos de los
historiadores, la Universidad, con
mayúscula, nace en el siglo XII en
UNIVERSIDAD Y PSICOANÁLISIS: Europa en respuesta a lo que algunos

Entre lo imposible
sostendrán como la defensa de los
gremios; otros le darán lugar a la insti-
tucionalización de los saberes orales y

y lo posible un modo de controlarlos. La historia


se cuenta desde un lugar.
Por lo pronto, podemos decir que la
universidad es un modo de tratamien-
to de ciertos saberes que define posicio-
nes de poder. Es una forma de instituir
la formación y la transmisión que llega
hasta hoy, con distintos momentos que

C
omo analistas, nos interesa responden a diferentes demandas
hacer una transmisión de lo sociales y modos de producción mate-
que hacemos, para pensar rial, de subjetividad y de conocimiento.
con otros nuestra posición y nuestras En América Latina, su origen lo
Paula ITURRA maniobras. fechamos en la primera mitad del siglo
La autora es psicóloga y En esta perspectiva se sitúa este XVI, cuando en República Dominica-
magíster en Psicología
Clínica mención
artículo, la de una analista inserta en na se funda la Universidad Santo
Psicoanálisis (Universidad una institución universitaria en Tomás de Aquino y en Perú la Univer-
Diego Portales). Se
desempeña como
Santiago de Chile, que forma parte de sidad de San Marcos.
profesora asistente en la una comunidad de trabajo analítica, la No está de más decir que se trataba de
Escuela de Psicología de la Asociación Lacaniana de Psicoanálisis
Universidad Santo Tomás.
instituciones compuestas por varones.
Miembro de la ALP. (ALP). Este es, entonces, un momento Será a fines del siglo XIX que las muje-

60
res harán ingreso a las aulas universita- más susceptible y de aplicaciones útiles. creación de las primeras universidades
rias, lo que ocurrió en forma masiva Lo habéis oído: la utilidad práctica, los privadas: «Antes de esta normativa
recién en la segunda mitad del siglo XX. resultados positivos, las mejoras socia- existían ocho universidades, dos de las
El crecimiento de la universidad, de les, es lo que principalmente espera de cuales eran estatales, producto de ella,
la mano del desarrollo capitalista, no la Universidad el gobierno; es lo que existirán 60 universidades, de las
se detiene. Como señala Eric Laurent: principalmente debe recomendar sus cuales 16 serán estatales» (Barrera,
trabajos a la patria. Carrasco y Silva, s/f: 4).
Actualmente la universidad triunfa en Las nuevas universidades van a
el planeta como nunca a lo largo de toda Se vislumbra la vinculación entre privilegiar, especialmente en un
su historia. Se puede comparar con el desarrollo nacional y proyectos insti- comienzo, la docencia por sobre la
siglo XIII y la influencia de Santo tucionales de la educación superior. extensión y la investigación, ya que se
Tomás, pero en ese siglo nadie quería Era esperable, entonces, que la univer- trata de sobrevivir en el mercado. Para
un diploma de la universidad. Ahora sidad se convirtiera en el crisol de la ello hay que incorporar clientes.
sucede lo contrario, las universidades generación de respuestas a los proble- En 1990, con la promulgación de la
están llenas y hay que ver los precios mas sociales. Ley Orgánica Constitucional de Ense-
que algunas de ellas hacen pagar para Educación y progreso nacional irán ñanza (LOCE), se crea el Consejo
distribuir sus diplomas (2007: 14). teniendo un cauce común durante la Superior de Educación y se norma el
primera mitad del siglo XX. Se tratará proceso de reconocimiento, por parte
La universidad se va perfilando de asegurar la educación en todos sus del Estado, de las nuevas universidades
como una productora de profesiona- niveles, lo cual se verifica en la consig- privadas. Nos encontramos ante la
les, con excepciones. na de los años del Frente Popular bajo primera acreditación, instancia en la
el lema «gobernar es educar». que estas instituciones debían presen-
2. La Universidad en Chile: La universidad, específicamente sus tar su proyecto educativo con el fin de
de la función social a la lógica estudiantes, durante los sesenta y seten- obtener la autonomía. Posteriormente,
de mercado ta tendrán un papel relevante en en el 2006, se crea el Sistema de Asegu-
cuestionar el orden social establecido. ramiento de la Calidad que instituye el
La primera universidad que se funda El desarrollo del pensamiento crítico proceso de acreditación de la educa-
en nuestro país, ya independiente, es la dará paso a movimientos culturales y ción superior que hoy conocemos.
Universidad de Chile, nacida en 1842 políticos que denuncian los discursos Esta es de carácter voluntario y tiene
con carácter nacional y público. Poste- hegemónicos. Imágenes y consignas por principal objetivo verificar si se
riormente, en 1879, la Iglesia Católica que dejan huella: «El Mercurio miente», cumple o no el proyecto educativo que
crea la Pontificia Universidad Católica oración escrita en un lienzo puesto en el ha construido la propia universidad.
de Chile. frontis de la Universidad Católica en el No hay parámetros ni indicadores
En 1931 se reconocen otras tres 67, por ejemplo, marcan la Reforma externos para evaluar y comparar.
universidades privadas: la Universidad Universitaria y hacen eco con movi- Por tanto, es posible que una institu-
de Concepción, la Universidad Técni- mientos ocurridos en otros lugares del ción de educación superior se restrinja
ca Federico Santa María y la Universi- globo, como el Mayo del 68 francés. a la entrega de destrezas que permitan
dad Católica de Valparaíso. El golpe militar de 1973 trae consigo acceder al mundo laboral y la genera-
En 1947 se funda la Universidad un profundo cambio en las políticas ción del emprendimiento individual.
Técnica del Estado (UTE), que entra públicas. Con la instalación del Se centra en la formación profesional y
en funcionamiento en 1952. En 1981 modelo neoliberal se reduce el gasto en la garantía de un título para compe-
pasará a ser la Universidad de público, se focaliza la inversión social tir en el mercado del trabajo.
Santiago. y se privatizan servicios ligados a dere- Como nunca antes, la cobertura
Detengámonos en el discurso inau- chos básicos y universales. Se instala la crece cada año. Estudiantes de clase
gural de la Universidad de Chile, lógica de la prestación de servicios que media y baja, con el mandato de «ser
redactado y leído por Andrés Bello el deben ser pagados por clientes. alguien», buscan un título universita-
17 de septiembre de 1843. En sus En lo que respecta a la educación rio que les garantice la movilidad
líneas nos encontramos con una clara superior, se establece un nuevo social. La gran mayoría son jóvenes
formulación de la función social de modelo sellado en 1981 con la provenientes de colegios subvenciona-
dicha casa de estudios: promulgación de la Ley General de dos y escuelas municipales que, al
Universidades. Se desarticula la obtener bajo puntaje en la Prueba de
A la facultad de Leyes y Ciencias Políti- Universidad de Chile y se favorece la Selección Universitaria (PSU), acce-
cas se abre un campo el más vasto el creciente privatización traducida en la den a través de créditos bancarios a las

61
universidades privadas. Son, en un alto desde distintas escuelas y asociaciones, riormente, en 1959, la Pontificia
porcentaje, los primeros de su familia con su presencia en la universidad. Universidad Católica hace lo propio. En
en ingresar a la educación superior con En lo que respecta a Chile, según sus planes de estudio se incluían cursos
el sueño de convertirse en profesiona- Omar Arrué, analista de la Asociación de psicoanálisis. En el caso de la Univer-
les. Cambia la cultura de lo universita- Psicoanalítica Chilena (APCH), el sidad Católica, el psicoanálisis va a tener
rio, tanto hacia dentro como hacia propio movimiento psicoanalítico un importante impulso con el entusias-
fuera de la propia institución. chileno nace en la universidad, siendo mo de transmisión del sacerdote jesuíta
fundamental la cátedra de Psiquiatría Hernán Larraín, quien había estudiado
3. Psicoanálisis en la universidad del Dr. Ignacio Matte Blanco en la en Alemania lo que por entonces se
Escuela de Medicina de la Universidad llamaba psicología profunda.
A partir de la pregunta por si debe o de Chile. Matte Blanco, formado en el Con la expansión y crecimiento de
no enseñarse el psicoanálisis en la Instituto Británico de Psicoanálisis, es las universidades, las escuelas de
universidad, Freud elabora, en 1919, considerado uno de los iniciadores del Psicología se multiplican y, con ello, el
un breve texto que de algún modo psicoanálisis chileno, junto al Dr. número de estudiantes. El psicoanáli-
viene a explicar lo que él mismo estaba Germán Greve y el Dr. Fernando sis encontrará un lugar en el pregrado
respondiendo en acto, con su propia Allende Navarro. Esta historia oficial y posteriormente en diversos progra-
inserción en la universidad. deja fuera al Dr. Alejandro Lipschutz, mas de formación de magíster e inclu-
Freud considera que el psicoanalista quien mantenía correspondencia con so de doctorado. La transmisión del
puede prescindir de la universidad para Freud. psicoanálisis lacaniano ingresará a la
su formación. Situará, ya en esa época, Alrededor de esa instancia universi- universidad a fines de los ochenta.
el lugar de la asociación analítica para taria de carácter eminentemente clíni- Una década después, analistas de
la orientación teórica y el contacto con co se van encontrando médicos y otros orientación lacaniana obtendrán un
analistas con mayor trayectoria. En profesionales del área de la salud espacio en diversas casas de estudio, el
cuanto a la experiencia práctica, dará mental interesados por la moderna que mantienen hasta la fecha.
lugar al análisis personal, la atención de psiquiatría comprensiva dinámica y su
pacientes y la supervisión. Sostiene, formación clínica. Sin embargo, otros 4. Una analista en territorio
entonces, la tríada de la formación del miembros del mismo grupo comenza- universitario
analista: lo teórico, el análisis personal ron a orientarse por el psicoanálisis
y la supervisión de sus casos. propiamente tal, buscando formarse Hacer docencia en la universidad
chilena del siglo XXI implica estar
advertida de una serie de aspectos.
“La universidad se convertirá Nos referimos a estar despiertos a los
en un lugar de divulgación modos de enseñanza; a qué uso de la
del psicoanálisis”. pedagogía; a las demandas que se nos
hacen desde la institución de la evalua-
ción, de la evidencia, de la medición.
Considerar la época, las formas de lazo
No le cabe duda que la universidad, como analistas y tener la experiencia social, los modos de producción de
por su parte, se verá beneficiada por la de un análisis. Este movimiento subjetividad y las formas de poder, sin
inclusión del psicoanálisis en sus condujo a que, en agosto de 1949, la confundir discurso universitario con
planes de estudio, para poder abordar APCH fuera reconocida oficialmente universidad: son algunas de las coor-
lo complejo de la subjetividad. por la Asociación Psicoanalítica Inter- denadas de orientación.
La universidad se convertirá en un nacional (IPA, por sus siglas en inglés). Al psicoanálisis lo encontramos en
lugar de divulgación del psicoanálisis. Más adelante, el psicoanálisis se irá medio del conjunto de las psicologías.
Lo constatamos especialmente en las desplazando, desde las escuelas de Se trata del psicoanálisis de manual
conferencias ofrecidas por Freud en la Medicina, por la especialidad de introductorio que ofrece un entendi-
Universidad de Clark en Estados Psiquiatría, a las escuelas de Psicología. miento rápido y simplista, obturando
Unidos, donde diría, a algunos de sus Las escuelas de Psicología nacen en su subversión: cierto ABC basado en
colegas analistas que lo acompañan, la Chile a mediados del siglo XX, si bien las etapas psicosexuales que bien
famosa frase: «ellos no saben que les antes ya se enseñaba esta disciplina en conviven con la psicología del desa-
traemos la peste». las escuelas de Pedagogía. rrollo, sus etapas evolutivas y la
Después de Freud, los psicoanalistas La Escuela de Psicología de la Univer- supuesta estructura de personalidad
han respondido a la pregunta original, sidad de Chile se funda en 1947; poste- que plantearía Freud cuando se refirió

62
a la segunda tópica. Un calce entre jóvenes con los que nos encontramos espejo: cuando un estudiante está
psicoanálisis y psicología general, de la son sujetos (y a veces objetos) del realizando una entrevista se espera
personalidad y del desarrollo. consumo. Como dijo un ex-Presidente que el profesor lo corrija, que entre en
En el espacio de la clínica no hace de Chile: la educación es una mercan- escena a través del teléfono como el
ruido la estrecha relación existente cía, un bien de consumo. docente «todo-saber», para decir lo
entre psicoanálisis, psicodiagnóstico y ¿Cómo operar para que el psicoaná- que es correcto.
psicoterapia. Ese silencio es sospecho- lisis no sea un producto más de consu- Ese «ver para creer» del docente, que
so: ¿de qué clase de pacto se trata? Es la mo? Es una pregunta que no se contes- debe reguardar que se generen las
aplicación de la psicología del Yo y las ta del todo, por el contrario, es necesa- competencias propias de un terapeuta,
ideas de Otto Kernberg respecto al rio formularla cada vez. es a la vez un no querer ver otra cosa,
diagnóstico estructural. Desde el Yo se Tal como venimos trabajando en la otra escena. Un no querer saber qué
hace calzar, se habla de mecanismos ALP desde el comienzo, el analista significa la mirada y la dimensión de lo
de defensa, de su organización y su debe saber-hacer con la institución, no escópico para cada sujeto; confun-
relación a la realidad. No se habla de contra ella. Sin duda que no es fácil; diendo el instante de ver con el
inconsciente ni de pulsión. esta es una piedra en el zapato momento de concluir, obteniendo esa

“El analista debe saber-hacer con la institución, no contra ella”.

El psicodiagnóstico precede a la permanente cuando tenemos que muestra de conducta observable que
psicoterapia en un protocolo estándar. evaluar con notas que obedecen a permitirá al evaluador hacer el check
Se cataloga al individuo en un diag- ciertos criterios observables o a ciertas list de la presencia o ausencia de una
nóstico y se procede mediante técni- preguntas «objetivas»; cómo hacer con conducta terapéutica deseable; desco-
cas. Estamos frente a la ilusión de el tiempo subjetivo de la formación y a nociendo que lo no visible tiene un
garantía, la inmediatez y la eficacia, lo la vez con los tiempos estandarizados lugar sutil, el detalle, lo velado en la
Correcto con mayúsculas y un manda- de lo académico. Aun así, siempre hay experiencia subjetiva.
to superyoico feroz a normativizar y espacio para maniobrar. Queremos que el estudiante-
normalizar. Sin lugar a dudas, la Hacer entrar la dimensión del terapeuta se deje permear por el
posición de un analista lacaniano va a tiempo lógico en la propia experiencia encuentro con lo desconocido. Que no
tener consecuencias en este territorio. de aprendizaje, tanto teórico como esté esperando algo en particular y
Desde el mismo lugar de enuncia- clínico, de los estudiantes, hacer que, a la vez, se oriente por el desplie-
ción, este invita al encuentro más allá pausa, el uno a uno, tomar una gue de significantes del paciente, la
del conocimiento (sujeto de la posición, todo tiene efecto. Efecto que resonancia y la repetición. Con
conciencia), a la experiencia del enciende la causa por el psicoanálisis. sorpresa, ese concepto tan lejano que
inconsciente. La lectura directa de los La forma en que concebimos la alguna vez leyeron, va tomando
textos freudianos, no de los manuales supervisión ya genera alivio a la cuerpo: transferencia. Algo en ellos se
de divulgación, siempre toca algo angustia con que vienen los jóvenes va desprendiendo del saber instituido,
insospechado; inquieta, causa moles- por la evaluación y les da una pista de cediendo, para hacer aparecer otro
tia, perturba y despierta a los estudian- la orientación lacaniana; cambia el modo de saber. Comienzan a leer y
tes. La angustia y la queja por com- modo en que conciben la propia clíni- escribir el caso, a advertir una lógica.
prender rápidamente, junto con la ca, no hay un modo normado de lo La pregunta por el diagnóstico toma
dificultad en la lectura, van cediendo que hay que hacer, sí una orientación. otro cauce. Va cayendo la supuesta
en la medida que se hace resonancia La angustia por la supervisión que se seguridad de dar un nombre al males-
con la propia experiencia y con casos les ha ido transmitiendo (el experto tar de un sujeto con la etiqueta estan-
clínicos. que sabe, que va a estar por detrás con darizada y comienzan las preguntas:
Advertidos de estar atentos para leer una hipermirada, muy propia de la para quién, qué lugar al diagnóstico.
la época, los analistas sabemos que el época del imperio de las imágenes) no Una posición ética se constituye.
discurso analítico va a contrapelo con los deja tomar una posición propia. La aplicación de tests, incuestionable
ella, con el capitalismo que intenta Esto es reforzado en la formación por protocolo de lo que implica un psico-
obturar el encuentro con la falta, la el discurso de la vigilancia, por ejem- diagnóstico bien realizado, comienza a
incompletitud y la angustia. Los plo, en el uso habitual de la sala de perder consistencia. A partir de sus

63
propias preguntas los estudiantes van algo distinto. La angustia, en vez de ser encuentro del estilo personal, marca-
distinguiendo de quién es el deseo, disipada y taponeada apresuradamen- rán el recorrido del trabajo clínico en
para qué, qué lugar va a tener su intro- te, puede detenerse. Verifican que es un grupo de supervisión académica.
ducción cuando en las entrevistas se va posible intervenir no solo con la Coincidiendo con la tesis freudiana
desplegando un encuentro, qué más se palabra, sino también con la presencia. respecto a que la formación del analis-
quiere saber, qué es lo que falta. Los efectos de esta experiencia dan ta no ocurre en la universidad, el
Dos elementos nuevos aparecen en lugar a la singularidad, no solo del encuentro con la causa viva del psicoa-
la escena de lo clínico: el silencio y la caso a caso, sino de los propios nálisis muchas veces se da en ese terri-
angustia. Este encuentro resulta ser estudiantes. Una cierta autorización torio. Sin duda que sus efectos lo
una sorpresa para los estudiantes. para hablar a nombre propio de las desbordan. Para ello, la presencia de
Sostener el silencio en una primera intervenciones que cada uno realizó, un analista es fundamental.
entrevista permite un encuentro con las apuestas y maniobras, así como el

“La formación del analista no ocurre en la universidad,


[sin embargo] el encuentro con la causa viva del
psicoanálisis muchas veces se da en ese territorio”.

Referencias
bibliográficas
Barrera, F., Carrasco, E. y Silva, M.C. (s/f). La formación del psicólogo en Chile: una reflexión crítica. Consultado el 11 de
septiembre de 2015 en:
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Laurent, E. (2007). Lo imposible de enseñar. En E. Laurent, ¿Cómo se enseña la clínica? (pp. 13-35). Buenos Aires,
Argentina: Cuadernos del ICBA.

64
THE SEA IS A GOOD PLACE TO THINK OF THE FUTURE, Ed Salkeld, flickr.com/photos/edsalkeld/
Actualidad AMP
Luis Tudanca
Edith Beraja
Isabel Labarca
Ana María Sanhueza
Andrés Orfali
Felipe Maino
Andrés Bralić
Ricardo Aveggio
Resonancias del
VII ENAPOL

E
l VII ENAPOL justificó su
ex-sistencia.
Dispositivos probados en el
encuentro anterior, como las conversa-
ciones, revalidaron su consistencia.
Mucha participación y tiempos tiranos.
Las mesas de los Analistas Escuela
(AE) fueron imperdibles. Cada quien
singularizará, con su opinión, lo que
escuchamos. Mi resonancia: el estilo
que decanta y se construye de a poco en
cada quien.
Las plenarias abordaron, con lucidez,
temas difíciles.
Queda por agradecer a todos y cada
uno de los organizadores, tanto del
encuentro en sí como de los otros
encuentros, los de los brindis y la
camaradería. Todo ello demuestra lo
vivo de nuestra comunidad.

Luis Tudanca

P
articipar del VII ENAPOL ha dispone de ese puñado de arena que Por último quiero destacar las
sido una experiencia movili- le marca el camino; en esos casos es él resonancias que me dejaron los
zante y causadora. Fue un mismo quien tiene que inventarlo. Es testimonios del pase en los que los
evento con muchas propuestas responsabilidad de cada sujeto inven- Analistas Escuela (AE) relataron
interesantes que me empujaban a tar sobre el silencio, sea cual fuere la imágenes indelebles de su vida y sus
querer capturarlo todo. Acepté no estructura. Y es responsabilidad del análisis. Me impactó cómo a través de
dejarme llevar por ese empuje y elegir analista involucrar al paciente en su estos se aplicaban conceptos como:
qué ver y qué escuchar. No-todo. síntoma de manera responsable. construcción del fantasma, síntoma,
De mis resonancias, mis huellas, La intervención del analista es trauma, transferencia, deshacimiento
mis «puñados de arena», como decía anudar real, simbólico e imaginario y de la transferencia, sinthome. Tam-
Miquel Bassols, puedo mencionar esto no se da sin poner el cuerpo. El bién provocaron en mí pensar en
que me parece orientador que la tarea analista debe prestar su cuerpo imágenes indelebles de mis análisis y
del psicoanalista es inspeccionar lo afectado, un cuerpo agujereado, para en cuáles fueron las huellas y las
invisible, es decir, investigar lo que no suplir la falla del anudamiento. Pienso consecuencias que estas dejaron en
se ve, lo que escapa a la representa- que esto es aplicable independiente de mi subjetividad.
ción. Muchas veces el sujeto no la estructura de la cual se trate. Edith Beraja

66
T
uve la oportunidad de parti- del pase fue muy emocionante. Ellos, cuerpo. Por ejemplo, hoy vemos que
cipar de un encuentro amis- a través de la voz, la mirada y las cuando el WhatsApp no es respondi-
toso en casa de una de las imágenes indelebles del análisis y de do inmediatamente o no aparecen los
organizadoras de la ENAPOL, con la sus sueños, produjeron el atravesa- tics que indican que fue leído, apare-
presencia de personas pertenecientes miento del fantasma que les permitió ce la angustia. También nos encon-
a la Nueva Escuela Lacaniana (NEL), ceder al goce. Surgieron en mí tramos con una máquina de producir
la Escuela de la Orientación Lacania- resonancias de imágenes infantiles. un exceso de sentido, encabezada por
na (EOL), la Escola Brasileira de Participé de una mesa llamada «El Facebook y Twitter, que nos lleva a
Psicanálise (EBP) y la Asociación imperio de las imágenes hace sínto- un sin límite.
Lacaniana de Psicoanálisis (ALP). La ma en la vida amorosa». De ella me Me gustaría quedarme con la
mayoría éramos mujeres, de quienes resonó que el lazo social y el vínculo invitación que nos hiciera Miquel
destaco la alegría y el compromiso amoroso se ven obstaculizados en el Bassols a transitar desde el imperio de
con el quehacer lacaniano. Las imperio de las imágenes. Hay un las imágenes a los enigmas del cuerpo
conversaciones allí sostenidas nos imaginario sin sostén simbólico hablante. Es un deseo, es lo invisible,
permitieron descubrir en qué está ligado a las leyes del mercado: la y un camino difícil de recorrer.
cada una de las agrupaciones presen- imagen se consume y no se puede dejar
tes, nuestras semejanzas y diferencias. de consumir. Lo que está en el centro Isabel Margarita Labarca
Escuchar los testimonios de los no son las imágenes, es la mirada. Es
Analistas Escuela (AE) en las mesas una nueva forma de goce que toca el

T
al como el acto analítico que lacaniana extrae consecuencias de la Es importante, entonces, rescatar el
solo se verifica por sus conse- subjetividad, de la viralización de las rasgo singular que permita el anuda-
cuencias, el VII Encuentro imágenes. Este desafío se abordó a miento, que facilite, a cada uno, una
Americano de Psicoanálisis de Orien- través de mesas del pase, plenarias, invención en la época en donde
tación Lacaniana (VII ENAPOL) conversaciones clínicas y la confe- imperan las imágenes.
dejó sus resonancias. rencia que realizó el presidente de la El psicoanalista lacaniano no puede
Realizado en Sao Paulo los días 4, 5 Asociación Mundial de Psicoanálisis no preguntarse por el impacto de la
y 6 de septiembre, tomó de su título (AMP), Miquel Bassols. época, es decir, cómo esto nos
—«El imperio de la imágenes»— su Lo que resuena, finalmente, es la interroga por la práctica analítica en
eje central: la importancia de las importancia de las imágenes en el fin este nuevo milenio. Como diría
imágenes y sus consecuencias hoy. de análisis; el uso del registro de lo Lacan, «mejor pues que renuncie
Contemplando, además, aspectos imaginario en la clínica, sobre todo quien no pueda unir a su horizonte la
tales como el registro de lo imagina- en los casos de psicosis y de autismo; subjetividad de su época».
rio, el cuerpo, el goce y el acto analíti- y cómo hacer de la imagen, una escri-
co, este encuentro nos invitó a pensar tura, un artificio imaginario que se Ana María Sanhueza Ibarra
cómo el psicoanálisis de orientación crea con tal de sobrellevar el real.

Resonancias del VII ENAPOL


67
PRIMERA CONVERSACIÓN CLÍNICA DE LA NUEVA ESCUELA LACANIANA (NEL)

E
l jueves 3 de septiembre de vaciones de Miquel Bassols, presi- toria de un análisis infantil en el que
2015, un día antes del inicio dente de la Asociación Mundial de el niño, como sujeto de pleno dere-
del VII ENAPOL, algunos Psicoanálisis (AMP). El primero de cho, construye una imagen corporal,
miembros de la Asociación Lacania- los casos puso en juego el problema i(a), para, de esa forma, contar con la
na de Psicoanálisis (ALP) tuvimos la de la invasión de goce en la psicosis, consistencia imaginaria que le
posibilidad de participar de la prime- mostrando cómo, en un primer posibilitará, años más tarde, cons-
ra conversación clínica de la NEL. momento, se trató de acotar dicha truirse un destino, seguramente
Agradecemos, en primer lugar, a sus invasión, para luego abrir la cuestión orientado por un síntoma.
autoridades, por darnos la posibili- de la construcción de algún elemento Fue una experiencia memorable en
dad de participar en una actividad de que posibilitase estabilizaciones la que verificamos la vitalidad de la
escuela, íntima, precisa y reveladora relativas de la relación al Otro y al experiencia de escuela como comu-
de las cuestiones relativas a la cuerpo. El segundo caso mostró los nidad de trabajo. Agradecemos
posición del analista. avatares de una erotomanía y de las nuevamente haber podido vivirla.
Se presentaron tres casos clínicos maniobras analíticas para saber hacer
junto a tres trabajos que explicitaban cuando la ideación delirante incluye Ricardo Aveggio
sus particularidades, todo ello acom- al analista bajo la forma del goce del
pañado de los comentarios y obser- Otro. El tercer caso mostró la trayec-

Resonancias del VII ENAPOL


68
HACIA EL CONGRESO

«El inconsciente y
el cuerpo hablante»
S
eñalar que el psicoanálisis sujeto habita y trae a sesión, el que analista? Entonces, sobre el analista y
cambia es una obviedad habla y del cual habla, el que cifra y el su cuerpo, ¿qué lugar deviene su
puesto que es un fenómeno que goza. presencia que sostiene su acto en la
de la civilización que, en su movi- Clara también es la advertencia de puesta en función de su deseo? El
miento, principalmente en su prácti- que, como practicantes del psicoaná- semblante del que hace uso el analis-
ca, subvierte el sistema de semblantes lisis, «tenemos pendiente saber decir- ta, ¿funciona para prescindir del
que él mismo produce. lo [y] saber decirlo bien» (Miller, cuerpo y poder, así, servirse de él,
Dicha práctica, la nuestra, conlleva 2014), en tanto demostrar saber para llevar a cabo lo analítico de su
la responsabilidad de repensar la hacer con lo real. acto? ¿Efecto del trabajo de análisis,
política que sostiene su orientación, Subversión contemporánea que la que acompaña el tener noticia de con
la cual, contraria a la seducción de experiencia del análisis demuestra qué fantasma se analiza, es saber
ceder a los caprichos de la época, nos como efecto por añadidura: elucubra- arreglárselas con esa imagen que
lleva a «tratar de ceñirnos más a lo ción de un saber que no manda sobre tiene efectos sobre el cuerpo Otro, es
que hacemos en nuestra práctica lo real sino que le está subordinado. saber arreglárselas con el propio
analítica» (Miller, 2014). Podemos estirar este hilo y decir cuerpo?
La orientación es clara: el análisis que si hace falta un cuerpo para
del parlêtre no es sin el cuerpo que el hablar, ¿qué lugar el cuerpo del Andrés A. Orfali Plaza

69
PORNO: LA CERTEZA INDISCRETA

¿ Y si el excurso sobre el porno


hubiera sido el tema para
este Congreso? Que Miller
ponga en primer lugar esta cuestión
que se alcanza en el porno, conforme
a la noción de Miller, parece traernos
esa invariante topológica, de género
cero, de extrema trivialidad geomé-
creo pertinente situar la siguiente
pregunta: ¿qué Pan muere en la era
del pan-óptico? Estimo que es la
caída del enigma la que desploma
—aunque luego haga del cuerpo trica. Tautológica. Una forma de todos los oráculos —enigma que
hablante la brújula que orientará el certeza. siendo externo a ellos, los sostiene—,
trabajo con miras a Río de Janeiro Señala Miller que el porno es un así como se desploma el conjunto de
2016— me habilita a suponer que en «síntoma de este imperio de la técni- los significantes si desaparece el
el porno sigue habiendo una «nota ca». La imagen del imperio, el impe- significante de la falta en el Otro pues
la» a oír y usar para afinar nuestras rio de la imagen. Imperativos de goce al menos uno debe ser de orden
reflexiones. Por lo demás, entiendo al que conmueven a los cuerpos inaprensible, como en la solución de
porno en el dominio problemático hablantes. Estas nociones ya resona- Russell a su paradoja, para que se
que impone la época al parlêtre, y ron en la sinfonía de la ENAPOL y sostengan los demás en un conjunto
como un fenómeno preciso para algunas de sus cadencias llegarán normal, que es el conjunto consisten-
inspirar preguntas topológicas y —¿por qué no?, es un corto viaje te de la verdad. Caído el enigma,
filosóficas (la cuestión de la certeza, hacia el noreste— hasta Río. Tome- empuja la certeza (completitud com-
en particular), que son ámbitos reco- mos una que ya se ha escuchado: ¿es pacta). Otra vez estamos en lo indis-
rridos por Miller en su presentación lo mismo el registro imaginario que creto, en lo indiferenciado y su insis-
para el X Congreso. la imagen imperante? El mismo tencia deíctica. Con todo, y en cierta
¿No es el porno el panóptico frente Miller vacila al plantearse si será el contradicción con lo que nos había
a lo íntimo, por tanto un íntimo sin registro imaginario —se lo esperaba dicho antes, Miller señala que el «no
velo, ergo, ya no más íntimo sino solo en la serie de los temas— el orden hay relación sexual» sigue siendo un
afección entre cuerpos? Furia copula- que tomará la posta en el próximo oráculo para nosotros. ¿Se juega allí
toria, precisa Miller, y aporta los congreso de la Asociación Mundial el porno, entonces?
términos de intrusión, de forzamien- de Psicoanálisis (AMP). Algo pasa Un período en que el goce fue
to. Ya no se trata de la copulación con la problemática del cuerpo que certeza, en el que la copulación estaba
fuera de campo al modo en que Lacan no parece encontrar en la discreción en el campo, a la vista, por decirlo así,
concebía la realidad humana. Resue- de un registro una solución suficien- copulación indiscreta, fue el del
na, en esa copulación forzada, la te. El parlêtre en esta época del coito profeta menor Oseas. En el Seminario
inmersión, la singularidad por autoa- exhibido, del todo a la vista, trae 17 Lacan (en oposición al «no hay
travesamiento (exceso) en la superfi- nuevas complejidades. relación sexual» que viene desarro-
cie (copulación en el campo mismo). Dando por equivalentes el dicho de llando) nos provoca al decir que en
¿Qué topología pensar para este Lacan: «¡la relación sexual no existe!», época de Oseas, cuyo Zeitgeist era la
fenómeno, para esta furia copulato- y la sentencia fatal que relata Plutarco prostitución, sí había relaciones
ria? Hay ahí algo del orden de lo en uno de sus diálogos: «¡el gran Pan sexuales. El próximo Congreso, en las
indiscreto en el sentido topológico: ha muerto!», Miller sitúa coordena- coordenadas del parlêtre y el porno,
todos los puntos amontonados, das que ameritan una interrogación. nos permitirá seguir orquestando
distancia cero entre los puntos (¿no La frase de Plutarco, nos dice, anun- estas cuestiones.
evoca esto la noción de orgía del cia la desaparición del último orácu-
Seminario Aún?). El cero de sentido lo. Oyendo el eco de esa sentencia, Felipe Maino

HACIA EL CONGRESO

«El inconsciente y
el cuerpo hablante»
70
UNA POLÍTICA DE LA EXPERIENCIA

E
n la época del imperio de la ción de saber en torno a una expe- destructivas y explosiones, estaba el
ciencia, el hombre es testigo, riencia, se agota, ya que, como lo frágil y minúsculo cuerpo humano».
como nunca antes, de la des- indica Miller en su presentación del Es en este punto donde Lacan nos
trucción de su experiencia, sentencia X Congreso de la Asociación Mun- ofrece una brújula. Justamente ahí,
Agamben en Infancia e historia. Es dial de Psicoanálisis (AMP), refirién- en ese minúsculo cuerpo, desde
que la ley de la ciencia anula la dose al orden simbólico, las articula- donde se sitúa su última enseñanza.
posibilidad de autorizar una expe- ciones de semblantes, «categorías Es que en el mundo donde todo
riencia como propia en pos de un tradicionales que organizan la cambia, no todo es semblante; hay un
conocimiento científico ajeno. Y, al existencia», al ser reconocidas como real. Es así como el psicoanálisis se
pasar, la palabra y el relato, antes meros semblantes, «pasan al rango de orienta al momento que Agamben
necesarios para transmitir esa simples construcciones sociales, sitúa como la infancia, cuando lalen-
verdad, se muestran empobrecidos. condenadas a la deconstrucción». gua toca el cuerpo y nace el synthoma
En la clínica somos testigos de la Es por esto que Agamben sitúa en el como acontecimiento en ese cuerpo.
palabra así deshecha; el malestar que centro de la existencia humana ¿Cómo hacer de una interpreta-
suponemos más íntimo e incluso la cotidiana lo que Walter Benjamin ción, un decir que llegue a las tripas,
angustia son depositados afuera, en constataba en los soldados que retor- y, de este modo, que del encuentro
un saber experto, quedando atrapa- naban del campo de batalla durante entre un sujeto y un analista el
dos en los significantes vacíos de un la Guerra: regresaban mudos, sin hombre recupere la autoridad sobre
diagnóstico y sentenciados a trata- palabras para dar cuenta de sus su experiencia? Es aquí donde la
mientos químicos de por vida. vivencias en donde todo lo conocido noción de cuerpo hablante, que
Es así como nuestra práctica, desde había cambiado a excepción de las orienta el próximo Congreso, adquie-
siempre lenguajera, queda como nubes, es decir, lo que cambia cons- re su real importancia.
nunca antes puesta en jaque. Lo que tantemente, «y en cuyo centro, en un
fue una construcción, una elucubra- campo de fuerzas de corrientes Andrés Bralić

HACIA EL CONGRESO

«El inconsciente y
el cuerpo hablante»
71
EL PSICOANÁLISIS PARA CUALQUIERA, NO PARA TODOS

J acques-Alain Miller nos acos-


tumbró a un discurso que
utiliza frases, comentarios e
ideas que orientan, subvierten y
técnica para poder responder tanto a
los desafíos de las instituciones, que
no permitían el encuadre analítico,
como a los pacientes, cuya posición
ciones del cuerpo. Concordancias
singulares, una por una. No estamos
frente a una generalización de la
oferta terapéutica del psicoanálisis,
representan una posición respecto a escapaba a las posibilidades de las sino ante una subversión del lugar
la experiencia analítica. Escojo una neurosis de transferencia excluyéndo- que se le entrega a la singularidad en
de ellas, extraída de El cuerpo hablan- les de la oferta. la conformación de la experiencia
te y el inconsciente: «Antes se hablaba Para nuestra orientación lacaniana, analítica.
de las indicaciones del análisis. Se en cambio, la problemática se despla- No está de más reflexionar en torno
evaluaba si determinada estructura za de la formalidad teórico-técnica a a las implicaciones a nivel político de
se prestaba al análisis y se indicaba la posición del analista, su formación una concepción política de la singula-
cómo negar el análisis a quien lo y la manera en que se define la ridad, ya que es previsible que frente
pedía por falta de indicaciones. En la relación entre significante y goce en al «para todos» que suponen las
época del parlêtre, digamos la verdad, la dirección de la cura. Este último políticas amparadas en lo universal,
se analiza cualquiera». aspecto se aplica tanto a su propio la singularidad de los modos de goce
Esta observación permite destituir la análisis como a la posición analítica retorne en una diversidad de males-
relación clásica entre neurosis de en el análisis de alguien. Así, pode- tares aún no precisables. Que
transferencia y encuadre analítico, con mos deducir que la perspectiva de cualquiera se pueda analizar no es
todo el condicionamiento implícito que cualquiera se analice supone que equivalente a que son todos analiza-
respecto a la técnica. Radicaliza la cada uno posee algo a analizar. En bles. Tal vez, por ahora, nuestro
perspectiva de la posición del analista, otras palabras, lo analizable ya no se mayor desafío sea preguntarnos por
diversificándola y obligándolo a corre- restringe al síntoma entendido como la formación del analista, para poder
lacionar su posición con la radicalidad formación del inconsciente, sino que captar y responder a los desafíos que
de lo singular que un pedido de análi- se generaliza más allá de la teoría de la radicalidad de lo singular de las
sis encarna, como también el encuen- la represión y del Edipo. Se trata de concordancias entre significante y
tro con un analista de parte de un orientarse a las concordancias, goce requieren.
sujeto que nada sabe del psicoanálisis. tomando el término utilizado por
Otros se vieron obligados a variar su Miller, entre el síntoma y las pulsa- Ricardo Aveggio

HACIA EL CONGRESO

«El inconsciente y
el cuerpo hablante»
72
Bárbara Pozzo
Biblioteca
SPIRAL STAIRS, Rob Hurson, flickr.com/photos/robhurson/
VARIACIONES DEL HUMOR:

Un aporte para la
clínica con las psicosis
En los tiempos del trastorno (depresivo, bipolar), Variaciones del humor es una invitación a
formalizar estas presentaciones clínicas valorizando la dimensión subjetiva y la dimensión
del síntoma.

Jacques-Alain Miller

LA MÁSCARA, Frida Khalo, 1945


y otros
Comentario de libro

Variaciones del
humor

Título: Variaciones del humor


Autores: Jacques-Alain Miller y otros
Editorial: Paidós
Año de publicación: 2015
Ciudad de publicación: Buenos Aires, Argentina
Edición: primera
Páginas: 210

V
ariaciones del humor recopila seis nia que el análisis tuvo la función de ser ¿Qué sucede entonces en aquellos casos en
casos clínicos y la conversación «un apoyo» y una «barrera contra el los que el sentimiento de la vida y la base
sostenida en torno a ellos, durante vértigo», permitiendo «un punto de continua de la existencia subjetiva presen-
el año 2007, por psicoanalistas del Instituto inflexión en la posición melancólica de la tan oscilaciones? Surge la pregunta por el
del Campo Freudiano. joven» en tanto esa posición es la que la diagnóstico diferencial en estos casos. ¿Se
El primero de esa serie de casos es el de precipitaba a lo vertiginoso y, nuevamente, trata de melancolía, de manía, de psicosis
una joven mujer que busca en la experien- a la desesperación. Hacia el final, el analista maníaco-depresiva? ¿O se trata de replan-
cia del vértigo una salida frente a los nos deja una pregunta: si acaso la búsqueda tear el modo de interpretar la clínica, para
sentimientos de humillación e indignación de la experiencia del vértigo no se trataría lo que haría falta producir nuevas catego-
con los que ha convivido desde temprana de la vertiente maníaca y el reverso de la rías? Estos interrogantes, entre otros, se
edad. Por medio de la práctica de deportes vertiente melancólica. Este caso, y cada uno abordan en la conversación clínica que
extremos busca la acción que le permite de los presentados en esta publicación, constituye la segunda parte del libro. Se
sentirse viva. Sin embargo, el vértigo no plantea, de una manera singular, el interro- propone aquí revisar las categorías clásicas
hace otra cosa que volver a confrontarla gante por cómo debemos formalizar las con las que se ha nominado a este tipo de
con el sentimiento de indignación. Es un variaciones de los estados del humor. presentaciones, sin reducirlas a dichas
intento de solución fallida. Por su parte, las Miller propone hacer un uso novedoso categorías, sino que ampliando la investiga-
ideas suicidas han estado siempre presen- del término humor como lo que «designa ción en el campo de las psicosis.
tes, como un último recurso para paliar la algo que se sitúa en la juntura más íntima
angustia y la desesperación que la habitan. del sentimiento de la vida para cada uno. Es Bárbara Pozzo
El analista que presenta este caso testimo- la base continua de la existencia subjetiva».

74
DE LA HISTERIA SIN NOMBRE DEL PADRE I:

Prescindiendo
del padre
El título no nos es indiferente y rápidamente nos interroga: ¿cómo podemos pensar la histeria sin
el Nombre-del-Padre? ¿Acaso la no operación del Nombre-del-Padre nos indica que estamos en el
campo de la psicosis? ¿La expresión histeria rígida es una forma de nominar estas presentaciones
de la histeria? ¿Cómo debe operar un analista con los síntomas que no pasan por el padre? Estos
interrogantes reciben, en esta publicación, tratamiento.

Comentario de libro
Título: De la histeria sin Nombre del Padre I
Autores: Juan Carlos Indart y otros
Editorial: Grama
Año de publicación: 2014
Ciudad de publicación: Buenos Aires, Argentina
Edición: primera
Páginas: 123

GISANTS SOVIÉTIQUES, Jean-Pierre Dalbéra, flickr.com/photos/dalbera/

D
e la histeria sin Nombre del Padre I dos, al mismo tiempo que una valiosa aislamiento y a su dificultad para establecer
recopila el trabajo de discusión y indicación para la dirección de la cura. un lazo al Otro, por lo que había llegado a
formalización realizado en torno Los casos que se presentan aquí invitan a la consulta.
a la presentación de tres casos clínicos en el pensar en una nueva orientación, ya no de En el recorrido de este libro hay un gran
contexto de las Noches de la Escuela de la la mano del Nombre-del-Padre sino énfasis en el invento, en el hallazgo, es decir,
Orientación Lacaniana de Buenos Aires siguiendo el invento, en una mujer, de una en el modo novedoso en que un sujeto
(EOL). La consigna que orienta dicho manera singular de articular su Otro goce. puede comenzar a arreglárselas con su
trabajo, tal como se plantea en esta obra, es: En un caso, es en el goce descubierto por la síntoma, prescindiendo del padre, pero no
«tratar de pensar el síntoma en sí mismo, paciente en escuchar a «un hombre que le sin servirse del lazo transferencial a un
producido en el cuerpo y su singularidad, hable», que se produce el hallazgo en análi- analista. Se hace necesario reinventar la
sin descifrarlo ni articularlo desde la sis de una satisfacción nunca antes experi- posición de este último, una posición que
referencia al Nombre-del-Padre (…) Y mentada y posible solución para no fuese también sin Nombre-del-Padre, para
seguir bien en el dispositivo analítico lo que «quedar fuera del mundo». En otro caso, lo estar a la altura de responder a los malesta-
estos sujetos elucubran, construyen, inven- que aparece es una satisfacción inédita en res y síntomas de nuestra época.
tan, gracias a que están en análisis, a partir ayudar a sus compañeros en un ramo de la
de esos síntomas». Esta es la clave de lectu- universidad, cuando descubre un goce en Bárbara Pozzo
ra utilizada para pensar los casos aborda- ella que le permite una salida a su

75
6. Bralić, Andrés
Psicólogo (Pontificia Universidad Católica de Chile). Magíster
en Psicología Clínica de Adultos mención Psicoanálisis
(Universidad de Chile). Participante del Programa de Forma-
ción en Psicoanálisis del Instituto Clínico de Buenos Aires.
Psicólogo del equipo Adultos COSAM Maipú. Presidente Errázu-
LA ALP SOMOS riz 3070. Teléfono: (02) 23339336. andres.bralic@gmail.com

7. Cabezas, Bernardo
1. Acevedo, Daniela Psicólogo. Magíster en Psicología mención Clínica
Psicóloga (Universidad de Chile). Postítulo en Salud Mental (Universidad Bolivariana). Psicólogo del programa de integra-
Infanto-Juvenil (Pontificia Universidad Católica de Chile). ción escolar (PIE) en el Liceo Santa Teresita de Independencia.
Encargada del área de Salud Mental del programa Chile Crece Docente plan común de la Facultad de Ciencias Sociales de la
Contigo en el Hospital San Juan de Dios de Los Andes. Miem- Universidad Central. Teléfono: 63648601.
bro del Comité de Lactancia del Hospital desde el año 2011. bernardocabezasp@gmail.com
Avenida Argentina 523, Los Andes. Teléfono: 9-73356032.
d.acevedo.corona@gmail.com 8. Casanova, Gustavo
Psicólogo mención Clínica Psicoanalítica (Universidad Santo
2. Aliste, Francisco Tomás). Psicólogo clínico en Unidad de Adulto Mayor del
Psicólogo y licenciado en Filosofía. Psicólogo clínico del equipo Centro de Salud Alejandro del Río de Puente Alto.
Infanto-Juvenil del Centro de Asistencia a Víctimas de Atenta- casanova.gustavo@live.com
dos Sexuales (CAVAS-Metropolitano). Supervisor clínico del
programa de desinternación y acompañamiento familiar de la 9. Cornu, Paola
Corporación Casa del Cerro. Valenzuela Castillo 929, Provi- Psicóloga. Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana
dencia. Teléfono: 94139705. francisco.aliste@gmail.com (EOL) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP).
Magíster en Psicología Clínica mención Psicoanálisis
3. Aveggio, Ricardo (Universidad Diego Portales). Formación en el Instituto Clíni-
Psicólogo. Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana co de Buenos Aires. Supervisora acreditada. Supervisora del
(EOL) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). equipo Psicólogos CENFA. Supervisora equipo Psicólogos
Magíster en Psicología Clínica (Universidad de Chile). PsVCH. Málaga 115, oficina 511, Las Condes. Teléfono:
Acreditado como especialista y supervisor en psicoterapia. 29823758. paolacornu@gmail.com
Docente del diplomado Intervenciones Psicoanalíticas en
Instituciones de Salud de la Pontificia Universidad Católica de 10. Delgado, Óscar
Chile. General Flores 20, oficina 604, Providencia. Teléfono: Psicólogo (Universidad Central de Chile). Magíster en Psico-
96907502. raveggio@hotmail.com logía Clínica (Universidad Adolfo Ibáñez). Diplomado en
Intervenciones Terapéuticas y Preventivas en Agresión Sexual
4. Barría, Carlos (Universidad de Chile). Postítulo en Psicodiagnóstico en
Psicólogo y licenciado en Filosofía (Universidad Alberto Técnicas Proyectivas (Pontificia Universidad Católica de
Hurtado). Doctor(c) en Psicología (Universidad de Chile). Chile). Terapeuta equipo Infanto-Juvenil del Centro de Aten-
Acreditado como especialista en psicoterapia. Presidente ción a Víctimas de Atentados Sexuales (CAVAS-
Errázuriz 3070, oficina A, Las Condes. Teléfono: 98843594. Metropolitano). Sebastián Elcano 1013, Las Condes. Teléfono:
carlosbarriaroman@gmail.com 93612516.

5. Beraja, Edith 11. Eyzaguirre, Matías


Psicóloga (Universidad Uniacc). Postítulo en Clínica Psicoa- Psicólogo (Universidad Bolivariana). Magister(c) en Psicolo-
nalítica de Orientación Lacaniana, dictado por el psicoanalista gía mención Teoría y Clínica Psicoanalítica (Universidad
Ricardo Aveggio (ALP). Coordinadora del equipo de psicólo- Diego Portales). Psicólogo del programa de salud mental y
gos de orientación psicoanalítica del Centro Nacional de la adicciones del Centro de Internación Provisoria (CIP) de San
Familia (CENFA). Valenzuela Castillo 929, Providencia. Joaquín. General Holley 2363, oficina 1103, Providencia.
Teléfono: 92783345. edithberaja@gmail.com Teléfono: 81276056. matiaseyzaguirre@hotmail.com

80
17. Iturra, Paula
Psicóloga (Pontificia Universidad Católica de Chile). Magíster
en Psicología Clínica mención Psicoanálisis (Universidad
12. Figueroa, María José Diego Portales). Cursando diplomado del Instituto Clínico de
Psicóloga (Universidad Andrés Bello). Magíster en Psicología Buenos Aires. Docente Escuela de Psicología de la Universi-
Clínica (Universidad Andrés Bello). Diplomado en Interven- dad Santo Tomás y supervisora de cursos clínicos. Valenzuela
ción en Abuso Sexual Infantil (Pontificia Universidad Católica Castillo 929, Providencia. Teléfono: 22357995.
de Chile). Diplomado en Intervenciones Psicoanalíticas en paula_iturra@yahoo.es
Instituciones de Salud (Pontificia Universidad Católica de
Chile). Psicóloga programa PER Hogar de Niñas Quillahua, 18. Junco, María José
Fundación Paicaví. Acreditada como especialista en psicotera- Psicóloga (Universidad Diego Portales). Magíster en Psicolo-
pia. Errázuriz 611, Buin. Teléfono: 6-6294208. gía Clínica de Adultos mención Psicoanálisis (Universidad de
mariajose_figueroaleon@hotmail.com Chile). Directora Área Familia de la Fundación Chilena de la
Adopción. Presidente Errázuriz 3070, oficina F, Las Condes.
13. Ganga, Paz Teléfono: 90163604. mjjuncop@gmail.com
Psicóloga (Universidad Andrés Bello). Maestría en Psicoanáli-
sis (Universidad de Buenos Aires). Ex docente y colaboradora 19. Labarca, Isabel Margarita
docente de la Universidad de Buenos Aires. Experiencia Psicóloga (Universidad Uniacc). Gotland 595, Las Condes.
clínica en el Servicio de Salud Mental del Hospital de Día de Teléfono: 92285695. imlabarca@yahoo.es
Adultos y en el Servicio de Salud Mental Infanto-Juvenil del
Hospital Álvarez, Buenos Aires. Práctica clínica en el Servicio 20. Maino, Claudio
Trastornos de la Alimentación del Hospital Argerich, Buenos Psicólogo clínico (Universidad de Chile). Diplomado en Inter-
Aires. Participa en los talleres para niños con autismo y psico- vención con Víctimas de Agresión Sexual (Universidad de
sis infantil del Hospital de Día La Cigarra del Centro de Salud Chile). Doctorando en Sociología (Centre de Recherche
Mental N° 1 Dr. Hugo Rosarios, Buenos Aires. Augusto Leguía Medecine, Santé, Santé Mentale, Societé (Cermes3), Universi-
Sur 79, oficina 306, Las Condes. Celular: 42297012. dad de París 5). Trabaja en Laboratorio Cermes3 (Universidad
pazganga@gmail.com de París 5). claudiomaino@gmail.com

14. García, Carlos 21. Maino, Felipe


Psicólogo (Universidad Diego Portales). Magíster en Psicolo- Psicólogo (Pontificia Universidad Católica de Chile), especia-
gía Clínica de Adultos mención Psicoanálisis (Universidad de lidad en Psicología Clínica. Magíster en Psicología Clínica de
Chile). Psicólogo clínico de adultos y adolescentes en Unidad Adultos mención Psicoanálisis (Universidad de Chile). Psicó-
de Atención Clínica de CETEP. Psicólogo clínico en CEPE. logo clínico en Centro de Salud Red GESAM. Los Militares
Los Militares 5620, oficina 702, Las Condes. Teléfono: 5620, oficina 702, Las Condes. fmaino@uc.cl
75161380. carlosgarciagaviola@gmail.com
22. Molineaux, Peter
15. Góngora, Alejandro Psicólogo (Universidad Diego Portales). DEA (magíster) «Las
Psicólogo. Magíster en Psicología Clínica de Adultos sexualidades, procreación y perinatalidad» y doctor(c) en
(Universidad de Chile). Coordinador Programa de Adicciones Psicopatología Fundamental y Psicoanálisis (Universidad de
para menores de 20 años, COSAM Santiago. Presidente París VII). Psicólogo clínico del equipo Adultos de COSAM
Errazuriz 3070, oficina D, Las Condes. Teléfono: 23339336. La Reina y del área de Bienestar Estudiantil de DuocUC. Rosal
algongorab@gmail.com 358 C, Santiago. Teléfono: 77968558.
petermolineaux@gmail.com
16. Granifo, Felipe
Psicólogo (Universidad Diego Portales). Diplomado en Inter- 23. Morgado, Claudio
venciones Psicoanalíticas en Instituciones de Salud (Pontificia Psicólogo (Universidad Alberto Hurtado). Magíster en Etno-
Universidad Católica de Chile). Diplomado en Estrategias de psicología (Pontificia Universidad Católica de Valparaíso).
Intervención en Salud Mental con Población Infanto-Juvenil Psicólogo clínico y coordinador del Taller de Presentación de
(Universidad de Chile). Exdocente de la Universidad de Enfermos en Servicio de Psiquiatría Forense y coordinador
Magallanes. Psicólogo clínico, Programa Adulto de Enferme- docente de Psicología en Instituto Psiquiátrico. Académico
dades Mentales y Programa de Violencia Intrafamiliar en Escuela de Psicología de la Universidad Alberto Hurtado y
Centro de Salud Mental Comunitario (COSAM) Quilicura. Universidad San Sebastián. Presidente Errázuriz, 3070, oficina
Teléfono: 95479258. fgranifo@gmail.com D, Las Condes. Teléfono: 23339336.

81
29. Pozzo, Bárbara
Psicóloga. Exresidente de Hospital Interzonal especializado de
Agudos y Crónicos Dr. Alejandro Korn, Provincia de Buenos
Aires, Argentina. Exrotante del Centro de Salud Mental Nou
24. Obaid, José Luis Barris Sud de Barcelona, España. Napoleón 3565, oficina 414,
Psicólogo. Diplomado en Psiquiatría y Psicología Forense en Las Condes. Teléfono: 956737728. barbarapozzo@hotmail.com
Reforma Procesal Penal (Universidad de Chile). Diplomado
en Intervenciones Psicoterapéuticas en Contextos Institucio- 30. Reinoso, Alejandro
nales (Pontificia Universidad Católica de Chile). Psicólogo Psicólogo (Pontificia Universidad Católica de Chile). Miem-
clínico Unidad de Salud Mental Hospital El Pino, San Bernar- bro de la Scuola Lacaniana di Psicanalisi de Italia (SLP) y de la
do. Jefe equipo ambulatorio El Bosque. Coordinador y tutor Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). Doctor en
de prácticas profesionales en la carrera de Psicología de la Ciencias Sociales (Universidad Gregoriana). Académico
Universidad Andrés Bello. Coordinador estamento de Psico- Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de
logía. Psicólogo clínico Centro Médico Red GESAM. El Chile. Supervisor clínico de alumnos de pregrado. Acreditado
Trovador 4280, oficina 1103, Las Condes. Teléfono: como especialista y supervisor en psicoterapia. Presidente
8-9315382. jobaidp@gmail.com Errázuriz 3070, citófono E, Las Condes. Teléfono: 23339336.

25. Ojeda, Francisco 31. Sanhueza, Ana María


Psicólogo clínico. Cursando Magíster en Psicología mención Psicóloga clínica (Universidad Alberto Hurtado). Magíster en
Psicología Clínica Infanto-Juvenil (Universidad de Chile). Clínica Psicoanalítica con Niños y Jóvenes (Universidad Alber-
Psicólogo clínico del Programa de Salud Mental Infanto- to Hurtado). Psicóloga clínica Equipo Adultos PROVISAM
Juvenil, Centro Comunitario de Salud Mental (COSAM) de La (COSAM Providencia). San Sebastián 2765, citófono 21C, Las
Pintana. Huelén 165, depto. H, Providencia. Teléfono: Condes. Teléfono: 9-5711968. anitasanhuezaib@gmail.com
981339256. francisco.ojeda.g@gmail.com
32. Silva, Benjamín
26. Orfali, Andrés Psicólogo. Magíster(c) en Psicología Clínica de Adultos
Psicólogo. Magíster en Psicoanálisis (Universidad Andrés mención Psicoanálisis (Universidad de Chile). Diplomado en
Bello). Especialista en Medicina Paliativa (Universidad Mayor). Tratamiento y Rehabilitación de Adicciones en Población
Servicio de Onco-Hematología y Cuidados Paliativos de Clíni- General (Universidad de Chile). Docente de la cátedra «Clíni-
ca Las Lilas. Policlínico de atención ambulatoria de Clínica ca de las toxicomanías y el alcoholismo», Facultad de Psicolo-
Psiquiátrica de la Universidad de Chile. Luis Thayer Ojeda 059, gía de la Universidad de Buenos Aires. Docente invitado en el
oficina 33, Providencia. Telefono: 78463629. aorfali@uc.cl Diplomado de Intervenciones Psicoanalíticas en Instituciones
de Salud, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Parti-
27. Ortiz, Natalia cipante del Departamento de Estudios sobre Toxicomanías y
Psicóloga (Universidad Alberto Hurtado). Magister(c) en Alcoholismo (TyA), perteneciente al Instituto Clínico de
Psicoanálisis (Universidad de Buenos Aires). Especialización Buenos Aires (ICdeBA). b.silvapalacios@gmail.com
en psicoterapias psicoanáliticas de breve y mediano plazo;
psicoterapias psicoanalíticas focalizadas y urgencias subjeti- 33. Solís, Ana María
vas. Experiencia clínica en Hospital Interdisciplinario Psicoa- Psicóloga. Magíster en Psicología Clínica. Acreditada como
sistencial José Tiburcio Borda, Buenos Aires, y en COSAM y especialista y supervisora en psicoterapia. Coordinadora de
CESFAM, Santiago. Estoril N° 50, consulta 319, Las Condes. prácticas clínicas. Docente de los cursos de «Psicoanálisis»,
San Sebastián N° 2765, citófono 21C, Las Condes. Teléfono: «Taller de integración I», «Métodos de investigación en Psico-
86335963. n.ortizmoreira@yahoo.es logía» y «Psicoterapia». Docente invitada del Diplomado de
Intervenciones Psicoanalíticas en Instituciones de Salud
28. Pozo, Eduardo Mental de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Presi-
Psicólogo clínico (Pontificia Universidad Católica de Chile). dente Errazuriz 3070, oficina A, Las Condes. Teléfono:
Magíster en Psicología Clínica de Adultos mención Psicoaná- 23339336.
lisis (Universidad de Chile). Cursando diplomado en Cultura,
Política y Sociedad en América Latina (Universidad de Chile). 34. Vargas, Francisca
Atención psicológica de estudiantes en Universidad Santo Psicóloga clínica (Pontificia Universidad Católica de Chile).
Tomás. Nueva Providencia 2155, oficina 401, torre C, Provi- Equipo de Adolescencia, Red GESAM. Juana de Arco 2012,
dencia. Teléfono: 92999127. oficina 25. Teléfono: 996305886. franciscavargasr@gmail.com

82
REVISTA CHILENA
DE PSICOANALISIS
LACANIANO
AGALMA
DEJAMOS HASTA ACÁ...
Este primer número de Agalma, Revista Chilena de Psicoanálisis
Lacaniano fue posible gracias al trabajo de:

Director: Ricardo Aveggio

Comité editorial: José Luis Obaid


Óscar Delgado
Claudio Morgado
Eduardo Pozo
Ana María Sanhueza

Diseño y diagramación: Cristóbal Barrientos


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