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Camino a un Dar a Luz

Ideas deliciosas para gestar

Una vez, al amanecer, una mujer sonreía parada


solemnemente junto a la ventana de su cocina, mirando hacia
afuera por arriba de los techos y de las copas de los árboles,
mientras las estrellas se desvanecían con el día que llegaba.
Con suavidad puso su mano cálida abierta sobre su vientre
grávido. Había un murmullo profundo, valiente y silencioso
dentro de esta mujer.
Había empezado hacía millones de años.
Y había continuado a través del tiempo y de acontecimientos
sin fin. Entregado por incontables revelaciones a lo largo de todo
el camino hasta ahora, a la nueva vida que estaba creciendo en
una calidez deliciosa en el centro de su cuerpo.
Y entonces, ella sonrió, saboreando con todo su ser el pan de
profunda comunión con cada vientre, con cada mujer que alguna
vez hubo.

El día estaba epezando


Así lo anunció la luz
También un pájaro
Y también lo hizo su niño.

1
Aún antes de la concepción este bebé estaba vivo en su corazón.
Ella solía mirar hacia el futuro y sabía que cuando se quedara
embarazada le daría a su hijo experiencias de una intimidad
deliciosa, imágenes alucinantes y aventuras en bibliotecas llenas
de memorias.
Y así lo hizo, a través de todo su embarazo, caminó entre
árboles, escribió poemas al besar manzanas, voló hacia las
estrellas, siguió arroyos y viajó sobre música a tierras de luz.
Se compartió a sí misma con su bebé, le reveló su curiosidad,
sus ideas, su capacidad de maravillarse, sus alegrías.
Hoy el niño ha crecido, camina erguido por la vida, fuerte,
feliz, libre, amoroso y sabio.
A esta mujer, abuela ahora, todavía le gusta saludar la aurora.
Y cuando mira hacia atrás, a la época de su maternidad, sonríe
con la misma sonrisa solemne, recordando las deliciosas ideas
que tejió con su compañero de vientre.
Ella pidió que pasáramos sus ideas hacia adelante, para que tú
las probaras, saborearas y construyeras sobre ellas.

Laura Uplinger • Jack Bresnahan

2
Admiración

Tómate un momento
y piensa en toda esa gente maravillosa que admiras tanto;
artistas, revolucionarios, inventores,
madres, maestros, líderes, sanadores.
Busca un libro acerca de la vida y los logros de uno de ellos.
En los siguientes días, mientras lees el libro,
invita a las características de la grandeza de esa persona
a penetrar tu mente y también tu vientre.
Imagina a tu hijo ya crecido
caminando por la vida,
personificando esas cualidades que admiras.

3
Camino de Regreso

Durante un día caluroso y tranquilo en la playa,


deslízate dentro del océano donde empezó la vida.
Nada con brazadas sensuales y conscientes.
Mientras te alejas de la orilla,
mírate entrando en el vientre de la tierra.
Flotar allí es una dulce entrega.
Escucha las oleadas rítmicas del océano;
son latidos que consuelan.
Siente todo tu ser abrazado, acariciado y cuidado
por las aguas saladas
Desde el mismo origen este cuidado amoroso
es como siempre ha sido,
a través del tiempo… hasta llegar a ti.
Y allí dentro tuyo
un acontecimiento extraordinario está ocurriendo:
tu compañero de vientre
está reviviendo la historia completa de la vida.

4
Respiración de vida
Inhala hasta que no puedas más.
Haz una pausa para reflexionar,
llena de aire… saborea el aliento de la vida.
Ahora, conscientemente, deja salir todo el aire.
Siempre ha sido así, tomar y soltar todo.
Es un intercambio de dones:
Recibes del universo
y a cambio das de ti misma y de tu bebé.
Ahora con todo esto presente en tu mente,
Agradece y respira otra vez.

5
Luz de vela

En la intimidad tranquila de una habitación en penumbras,


tómate algunos minutos de silencio del alma.
En ese estado privilegiado y de maravilla, enciende una vela.
Mira la llama como si nunca hubieras visto una en toda tu vida.
Es una danza que viaja desde el misterio
que está aquí hasta el infinito.
Junto a ella explora la inmensidad.
Toma una parte de la incorruptible energía del fuego
Te dará fuerza y te elevará a ti y a tu hijo.
Reverencia esa energía como fuente de inspiración.

6
Consciencia celular

Recuéstate,
cierra los ojos,
sonríe mientras respiras tranquila y profundamente.
Habla amigablemente a las células de tu cuerpo,
son millones y son tú misma.
Agradéceles por formar tus órganos.
Alienta su colaboración armoniosa entre ellas.
Pídeles excelencia en sus funciones.
Te escucharán
y te responderán
trabajando en conjunto
aún más,
aumentando la calidad
de tu salud
y de tu embarazo.

7
Pais de nubes

En un día nublado,
mira hacia el cielo y disfruta con lo que ves.
Juega con la forma de las nubes, su luz, su movimiento.
Inventa cuentos con ellas.
Las nubes son el teatro del viento, recolectoras de historias:
cabalgatas, batallas, fiestas, besos, caricias, suspiros.
Son el aire que juega.
Celebra tu amistad con las nubes,
te responderán con el rocío del amor para ti y para tu niño.

8
Tierra
Encuentra un pedazo de tierra, acaríciala con las dos manos
y hunde los dedos en ella.
Siente los olores que desprende para ti.
Son fragancias de nuestra madre, esencias de re-creación.
Salúdala y dale gracias.
Ella compone los elementos de tu cuerpo
y del cuerpo de tu bebé.
A través de los dedos vierte tus energías en ella.
Pídele que las reciba en su interior,
que sea su madre y las transforme.
Y que luego, a su vez, te las devuelva limpias y regeneradas.
¡Qué manera tan telúrica de aumentar la salud de tu gestación!

9
Vuelo de alegría

Imagínate en tu lugar preferido sobre la tierra.


Estás caminando por allí con tu bebé
libre de peso
libre de preocupaciones.
Tus pensamientos vagan por tus instantes más creativos.
Por algunos momentos, por ejemplo,
en los que expresaste tu amor de forma tan bella
que el miedo desapareció.
Siéntete elevada por una satisfacción deliciosa,
por gozo y por certeza.
Vuelos como este afectan profundamente
la vida entera de tu hijo.

10
Pies de fiesta
Baña tus pies en agua tibia y placentera.
Agradéceles.
Acarícialos y conversa con ellos.
Siente todo tu ser
que se abre y se expande.
Siente la respuesta de tu sistema nervioso,
tu mente que se aclara
y el nivel de tu energía aumentando.
Ofrece este delicioso festejo
a tu compañero de vientre.

11
Fruta para la energía

Sostiene con la mano una de tus frutas preferidas,


admira su vida y respira su fragancia.
Da el primer bocado.
Come lentamente, con placer.
Inhala conscientemente y saborea con gratitud.
Una energía sutil ya está fluyendo
desde la fruta hacia ti y hacia tu bebé.
Los está alimentando a los dos,
con vitalidad, salud y sensibilidad.

12
Fruta para el amor

Toma una de tus frutas preferidas con las manos


y admira su belleza.
Una fruta es una carta de amor que te envía el universo.
Cuenta la historia de la creación.
Maravíllate con esto mientras la comes.
Mientras te maravillas
tú y tu bebé recibirán más aún de la fruta.
Más alegría, más armonía y amor
para que ambos esparzan a su alrededor.

13
Fruta para pensar

Toma una de tus frutas preferidas con las manos.


Admira su forma, su textura, aroma y color.
Piensa de donde viene,
en las energías que la alimentaron, en la gente que la cultivó.
Mientras comes piensa en la enorme bondad
que te trae a ti y a tu bebé.
Piensa con gratitud
y la fruta alimentará sus mentes
con una comprensión más clara y profunda de la vida.

14
Ofrenda frutal
Toma una fruta con las manos, una manzana digamos.
Mírala y siente su aroma desbordante de vida.
Tócala con tus labios.
Estás besando temporadas enteras de nutrición.
Esta manzana lleva dones de vida de su árbol,
del sol y de la lluvia,
regalos de la tierra, el aire y las estrellas.
El año pasado las hojas cayeron y se dieron a ella.
Únete a esta procesión del dar:
come la manzana como una ofrenda para tu niño,
que es tu ofrenda al mundo.

15
Ofrenda de amor

Saluda a tu bebé desde tu corazón y susurra:


“Mi amor querido, ven, pensemos juntos.”
Después considera la tierra entera
con sus océanos y montañas, sus árboles y toda la vida.
Abraza con amor tus reflexiones
y expándelas con maravillosos conceptos de belleza.
Crea frases para expresar algunas de estas ideas
usando palabras como regalo,
abarcar, besar, sublime, posible, recibir.
Pronuncia realmente estas frases en voz alta.
Qué hermosa manera de ser, tu niño y tú,
dadores de amor.

16
Manos que dan

Acaricia tu vientre grávido.


Después de un rato deja allí las manos, descansando.
Siente que una sonrisa se dibuja en tu cara.
Y ahora, con el amor fluyendo desde tus manos
bendice a tu bebé.
Llama a las fuerzas de la vida, las energías creadoras
de todo lo que vive
a participar contigo
formando un maravilloso ser humano.

Armonía
Respira profunda y tranquilamente.
hasta que un murmullo de armonía
corra a través tuyo y de tu bebé.
Mientras aumenta la calma,
recuerda un incidente conflictivo de tu vida.
Proyecta tu armonía sobre ese recuerdo
y observa cómo se disuelven toda la ira,
resentimiento, indignación y tristeza remanente.
Después pronuncia palabras de compasión,
comprensión y esperanza.
Esta es una forma muy especial de trabajar con la armonía,
una maravillosa experiencia de aprendizaje para el bebé.

17
Fuego para el corazón
En un día helado, arrodíllate junto al hogar
y enciende un fuego.
Mientras crepita y crece danzando con alegría
quédate quieta gozando
y observa el significado de las llamas.
La leña vieja vuelve a la vida, dándote calor, deleitándote,
recordándote la posibilidad de transformarse.
Vuelve los ojos a tu interior
y busca allí las cosas que te gustaría cambiar.
Encuentra fríos que deban ser incinerados,
sombras que deban ser iluminadas,
angustia que se queme hasta ser paz.
Con ternura lleva estos elementos hacia la luz
dentro de la rica intimidad de tu corazón,
y déjate estremecer
con el nacimiento de esta energía nueva.
Y con el brillo de una profunda alegría,
sonríe con confianza a tu bebé.

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Música del corazón
Escucha la pieza musical que más te inspira,
esa música que simplemente te lleva lejos
y deja que precisamente haga eso.
Mientras escuchas, elije un aspecto tuyo que te gustaría cultivar.
Y en tu imaginación viaja con la música
a una tierra donde esa cualidad prospera y florece en ti.
Dí que elijes la salud: mírate resplandeciendo con ella.
Te ves a ti misma tan radiante que por donde caminas
las multitudes danzan con salud nueva, por tu causa.
¡Qué emoción para tu niño!

20
Esperanza
Acurrúcate en el sofá y cierra los ojos.
Llama al bebé
para que contigo comparta un momento de tranquilidad
lleno de significado
y abierto a la esperanza.
La esperanza prodiga vitalidad y salud en tu torrente sanguíneo
agitando olas de fresca energía en tu sistema digestivo.
Inhala, exhala y deja que ocurra.
Siente la esperanza haciéndote señas y apresúrate a abrazarla.
Visualiza a esta poderosa amiga
estando para siempre con ustedes dos,
fortaleciéndolos.

21
Luz de amor
El amor es una fuerza.
Úsala.
Llámala, invítala a entrar,
para darte calidez a ti y a tu bebé,
para que como un intenso calor se vierta en ambos.
Cuando te haya llenado por completo
déjala que brille a través de tus ojos,
de tu sonrisa, de tu piel.
Ofrece este brillo a todos los recién nacidos y a sus madres.
Mira cómo al iluminar afuera
ilumina aún más el interior.

22
Muestra de luz
Una de estas noches decide estar levantada al amanecer.
Planea una celebración para ese momento
en el que tus ojos y los primeros rayos de sol se encuentren.
El sol estará enviando una energía radiante y maravillosa
a través del espacio
directamente hacia ti.
Y tú estarás dándole la bienvenida con todo tu corazón,
dejando que te inspire y te renueve.
En ese instante invita a la luz a unirse contigo
para formar tu bebé.

23
Ofrenda que hace agua la boca
Sin pensarlo demasiado, cuando lo sientas,
invita a dos o tres amigos queridos a cenar.
Planea un menú delicioso, una comida que te gustaría comer
y que te encante preparar.
Mide, condimenta, y cocina deleitándote con todo tu corazón.
Enriquece la receta agregando ingredientes especiales:
tu amor por la vida, por la amistad,
por la alegría de estar embarazada.
Tamiza y revuelve, corta en rodajas y en dados, bate y mezcla,
con amor por cada aroma, color y textura.
Expresa este amor en voz alta:
“¡Hay tanta belleza en ti, comida amada!
Llévala a las personas que alimentamos.
Nútrelas con la ofrenda de nuestra esencia.”

24
Paz
Ve a un parque, un bosque, un jardín.
Visita algún lugar verde y hermoso
donde tú y tu bebé puedan estar solos por un rato.
Abraza allí el silencio elocuente de la naturaleza,
y entrégate por completo
a estos mensajes voluptuosos de fragancias, formas y colores.
Son la intrincada danza de los elementos.
Invita a toda esta belleza a entrar en ti.
Transfórmate en el hogar de este poema terrenal.
Tú y tu bebé están aprendiendo paz.

25
Luz pura
Cierra los ojos y viaja lentamente
a través de profundos pensamientos,
hacia una tierra de luz pura, expresiva,
sorprendente y regeneradora.
A una tierra tan prometedora como el comienzo de la aurora.
Entra allí con tu bebé y floten libremente
en este océano de vibrante vida.
Respira la luz y siente su sabor.
Déjala ser una con ustedes dos.
Después cuando estés brillando
vuelve a casa e ilumina.

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Completamente desnuda
Durante un día de alegres brisas,
en un lugar donde tengas privacidad,
sácate toda la ropa y entrégate al aire.
Siéntelo bailar contigo, acariciando tu cara,
jugando con tu mente.
Ahora está dentro tuyo, girando y haciendo remolinos,
disipando molestias, despejando dudas,
llevándose las preocupaciones.
Respira esta brillante brisa que está actuando,
ríe con ella, y agradécele.
Tu piel canta con el aire.
Tu bebé se deleita.

28
Rapsodia de colores
Cuelga un cristal facetado en una ventana soleada
e invita a los rayos a jugar.
Allí, en la pared opuesta, formarán pequeños arcoiris.
Atrapa uno con la vista
y mira la deslumbrante música de la vida.
El azul claro canta salud a los pulmones,
el índigo da fuerza a los huesos.
El naranja vivo vierte riqueza a la sangre,
el amarillo alimenta los nervios y la mente.
El verde compone armonías para los órganos digestivos,
el rojo lleva poder a los músculos
y el púrpura alegra las glándulas.
Permanece en el brillo de cada color
hasta que el espíritu de cada uno te haya tocado.
Después cierra los ojos
para que tú y tu bebé
puedan extasiarse.

29
Murmullos secretos
Camina en medio de la naturaleza
hasta encontrar un arroyo claro.
Síguelo hasta encontrar su fuente.
Allí, en el nacimiento mismo del manantial,
escucha el murmullo del agua,
fresca, viva, inquisitiva.
Inclínate para acariciar el agua
y siente lo que tenga que decir.
Escucha este idioma secreto,
escucha con el corazón abierto.
Tu bebé lo oirá, lo entenderá
y recordará la voz del agua
para siempre.

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Cantar en voz alta

Sal a pasear con una canción en tu corazón.


Esta canción es una amiga,
su ritmo conduce tu caminar y define tu sonrisa.
Mientras caminas, guarda esta canción dentro tuyo
y deja que su dulzura crezca en ti.
Después, cuando llegues a un lugar que sientas que está bien,
y la canción no pueda esperar más, ¡cántala a viva voz!
Los sonidos de la música que estás haciendo,
la belleza y el significado de la canción,
están impactando inmediatamente
en la química de tu cuerpo.
Tu sangre está llevando más nutrientes,
más salud y vida a tus órganos.
Tu mente trabaja con más claridad y libertad.
La alegría galopa a través tuyo y de tu bebé.
Eres un abrazo que canta.

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Bebiendo a sorbos

En un momento de sed llena un vaso con agua


y bébela de a sorbos, lentamente,
con delicia y también con reverencia.
El agua es la madre de la vida, el alimento primordial.
Siente cómo entra en tu interior,
transformándose en ti y en tu bebé.
Viaja hacia atrás con el agua
hasta el mismo comienzo de la vida.
Maravíllate con este alimento
con la vida que tú, el agua y tu bebé están urdiendo.

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Canción de canciones
Acomódate en tu silla preferida y levanta los pies,
sé enteramente consciente de este bienestar
tuyo y de tu bebé.
Descansa allí en armonía y acarícialo.
Durante este ensueño piensa en música.
Imagínate que tú y tu bebé son músicos
que tocan en una orquesta sinfónica
formada por todo el universo.
Las melodías que tocan son canciones cósmicas
que cantan las vidas de ustedes dos.
Canciones de acuerdo a la música de las esferas.
Escucha la alegría, la fuerza y la magnificiencia.

36
Los sonidos del agua
Invita a tu bebé a escuchar los sonidos del agua
que fluyen de una manguera del jardín,
una canilla o un regador.
Escucha con placer,
estás escuchando la música de la vida renovándose.
Escucha,
el fluir es suave
y triunfantemente aleja las penas, la tristeza y el desaliento.
Agradece al agua que corre por este asombroso lavado.

37
Noche estrellada
En una noche llena de estrellas levanta los ojos al cielo.
Cae hacia arriba dentro de esa vastedad.
Escucha la silenciosa presencia de esas millones de luces
y saborea su paz atemporal.
Ahora elije una estrella, ve hacia ella
y hazla tu compañera.
Habla de ti misma y de tu bebé con esa estrella.
Hazle preguntas sobre temas que les importen.
Les serán dadas las respuestas a ustedes dos.

Material de lectura

Para tu bebé
tú eres la persona más importante del mundo.
Desde el principio de tu embarazo
te adora y se emociona más aún
cuando eres fiel a ti misma.
¿Y quién eres?
¿En qué te gusta pensar?
Toma un libro sobre algún tema que te fascine.
Abraza a tu hijo
y comparte la lectura con él.
A él le encanta conversar contigo,
ama conocerte.

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Música para pensar
Selecciona una hermosa pieza musical de tu colección
y escúchala.
Imagina que es una canción que habla de ti,
sobre cuán especial eres.
Escucha la atmósfera de la melodía.
Está pronunciando tus cualidades, la belleza de tu ser.
Tu bebé, allí en tu vientre,
está recibiendo tus visiones por medio de la música
y experimenta una onda especial de felicidad.
Esta es una forma encantadora de enriquecerse los dos.

40
Ustedes tres
En la intimidad toma las manos del padre de tu bebé
y sostenlas sobre tu vientre grávido.
Ten una conversación sobre esta familia
con ustedes tres reunidos.
Hablen acerca de quiénes son.
Sobre su hogar, sus vidas, ideas, esperanzas y sueños.
“Tu mamá y yo nos estamos imaginando la primera vez
que pruebes un helado de chocolate.”
“Tu papá quiere llevarte a navegar.”
“Bienvenido a este viejo y duro mundo.
Tú harás una diferencia.”
“¡Que alegría que eres! Nos sentimos honrados con ser tuyos.”
“Cuenta con nosotros.”
Después dénse los tres un profundo y sentido beso de familia.

41
Caminar entre árboles
Camina entre árboles y elige uno como amigo.
Tócalo con alegría y reverencia:
está hecho con las energías del sol, el aire, la tierra y las lluvias.
Apoya la espalda en el árbol
con tu mano derecha sobre tu vientre.
Coloca la mano izquierda atrás con la mano apoyada en el tronco.
Ahora pídele al árbol que comparta energías contigo y con el bebé.
Siente la intensidad de las ondas que fluyen.
Después dale a tu árbol un gran abrazo de agradecimiento
de parte de los dos.

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Traducción del inglés: Adriana Berro • Ilustraciones: Luz Amarfil (págs. 7, 9, 11, 13, 15, 19,
21, 23, 25, 27, 31, 35, 37, 39, 44) y Verónica Vides (págs.: 3, 5, 6, 16, 20, 28, 32, 40, 43).

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