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TAPA

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Gorodisch, Mariano
Cómo invetir ya desde menos de USD 1 y ganar más
del 100% anual / Mariano Gorodisch. - 1a edición
especial - Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
Gonzalo Otalora, 2020.

Libro digital, PDF

Archivo Digital: descarga


ISBN 978-987-86-5557-4

1. Economía. I. Título.
CDD 332.024016

Director editorial: Gonzalo Otálora

Primera edición: 2020

©MobileBook

©Mariano Gorodisch

www.mobilebook.com.ar

Diseño editorial: elestudio

Corrección de textos: Ed. Lucía Gabrielli

Hecho el depósito que prevé la Ley 11.723

Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño


de cubierta, puede ser reproducida, almacenada o
trasmitida por ningún medio, ya sea digital, eléctrico,
químico, mecánico, óptico, de grabación o de
fotocopia sin permiso del editor.
Mariano Gorodisch, el ECONOMAN
de la tele (tal como lo bautizó Beto
Casella) o el Lito de Lázzari (como
le puso Jorge Lanata), te enseña
en este libro los mejores trucos del
ahorro para que te conviertas en el
Warren Buffett de las inversiones.

El hombre que confesó en la mesa


de Mirtha Legrand que se EXCITA
AHORRANDO te explicará por qué el
ahorro y la inversión van de la mano
y no pueden existir el uno sin el otro.

Este no es un libro teórico, sino uno


totalmente práctico, para que salgas
ya mismo a ganar plata y a hacer
rendir tus ahorros, que tanto te
costaron ganarte.

Es momento de que la plata empiece


a trabajar para vos.

Porque si no hacés nada, la plata se


te devalúa y vale cada vez menos.

VAMOS AL GRANO. Te tentó el título


de tapa y querés saber cómo poder
invertir desde el equivalente a u$s 1 y
ganar más del 100% anual, de modo
de duplicar la inversión en un año.
Me encanta ir de compras a la feria

Y estar alerta que no que me caguen


cuando hago las compras en el súper.

Te confieso cuál es mi inversión


favorita: el stockeo en el
supermercado.

Empezá hoy, no esperes


hasta mañana. A medida
que vayas leyendo
este libro, podrás ir
invirtiendo lo que vayas
teniendo y sacarle jugo a
tu dinero.
Por eso, te cuento desde micro
inversiones por el equivalente a USD 1
que podés hacer ya mismo con una
rentabilidad de más del 100% anual
(DUPLICÁS LA INVERSIÓN EN UN
AÑO) hasta otras más sofisticadas
en el exterior desde USD 5.000 y
te digo por qué tener pesos en el
bolsillo es como prenderlos fuego.
Acá tenés un anticipo.
ÍNDICE
Introducción

El arte del regateo

Gasto hormiga te mata

Para poder invertir, primero


aprendé a ahorrar

Claves para invertir en stockeo


en el súper

Cuatro tips para que nunca


te falte plata

Ojo al piojo con las comisiones


cuando vas a invertir

Todos los costos ocultos


a tener en cuenta antes de invertir

Cómo invertir en empresas


antes de que lleguen a la Bolsa

Te tiro la posta: cómo invertir en


bonos en EEUU
Cómo invertir en acciones
americanas

Con USD 5.000, quien apostó


a la baja ganó hasta 20% anual
en dólares

Llegó el Tinder de las oportunidades


bursátiles: matcheá con acciones

Cómo aprender de Warren Buffett,


el gurú mundial de las inversiones, el
maradona de hacer plata

¿Cómo funciona la dinámica de los


resultados de balances?

Pensiones o delegar tu futuro


al gobierno

Desconfiá de las predicciones


de los grandes bancos

Por iliquidez y comisiones,


bonos provinciales pueden
tener rendimiento cero

¿Cómo invertir en el mercado


inmobiliario con bajo capital
y renta garantizada?
Cómo invertir en real estate en
Estados Unidos a USD 300 el metro

Invertir en Vaca Muerta desde


USD 500 y ganar 25% en dólares

Burbuja inmobiliaria en Miami:


para absorber la oferta se
necesitan 58 años

El negocio de invertir en
viviendas con okupas

España, el mercado que atrajo a los


inversores inmobiliarios globales

Los siete errores más frecuentes


del inversor inmobiliario

¿Mito? ¿Son las inversiones


financieras más rentables que
las inmobiliarias?

Entrevista a Daniel Cohen Imach,


titular de Step Developments

Entrevista a Luis Guido, director de


la desarrolladora Grid (Grupo Idea
Desarrollos)
Los errores al comprar un
inmueble en el exterior

Todo lo que un inversor necesita


saber antes de invertir en real estate

Detroit, una ciudad para


invertir en real estate

Cuentas claras: menos impuestos,


menos costos

El día después del día después

El poscoronovarius

¿Por qué festejan los mercados?

Cómo operar en Wall Street


y ganar 30%

Se viene una nueva disparada


del dólar mundial

Cómo recuperar tus pérdidas

Apostar a la Bolsa europea y al oro


Dolar: las cuatro caras de los USD
100 y cómo evitar el cuento del tío

Cómo es el ABC del ahorrador serial:


desde que se levanta hasta que se
acuesta

Quién ahorra USD 100 por mes


desde los 25 años llegará con USD
100.000 a los 62

Cómo comprar dólar legal más


barato que el blue: esquiva el cepo
de USD 200 y soluciona futuras
restricciones

Sobre el autor
Introducción
¿EL AHORRO ES
INVERSIÓN?
Hay quienes piensan que para poder
invertir hay que tener mucha plata.

ERROR.
GRAVE ERROR.
GRAVÍÍÍSIMO ERROR.
Te lo digo así, con mayúsculas, para
que no te entre por un oído y te
salga por el otro.

Yo, que no me avergüenzo de


decir en la tele que ME EXCITO
AHORRANDO, me propongo que
empieces a invertir ya y que este libro
se convierta en tu nueva BIBLIA.

Como la BIBLIA religiosa, quiero que


esta sea tu BIBLIA DE INVERSIONES.

Podés empezar a invertir desde el


equivalente a USD 1 y ganar más de
un 100% anual.
Aunque te parezca que se trata
de un truco de magia de David
Copperfield es real y quiero
enseñarte a hacerlo.

BELIEVE IT OR NOT,
DECÍA RIPLEY, pero es así.

Por otra parte, mucha gente CREE


erróneamente que está invirtiendo
porque compra DÓLARES, pero si
los deja en el COLCHON BANK se les
devalúan, porque también hay inflación
en dólares en los Estados Unidos.

Entonces, vos creés que estás


invirtiendo rebien, pero en realidad,
estás perdiendo el valor adquisitivo
de tus ahorros.

Por eso, primero tenés que empezar


a TRABAJAR DE AHORRAR.

Y quiero tentarte a ver si te pasa


lo mismo que a mí, que me excito
ahorrando. Que cuando compro un
helado a la mitad de precio o en un
dos por uno me parece mucho más
rico, porque estás tomando Freddo a
precio de Grido.
Además, por el solo hecho de haber
comprado este libro, me podés pasar un
DM a mi Instagram @mariano.gorodisch
y te paso otras opciones de inversiones
para montos más altos. Siempre cuan-
to mayor sea el monto, mejores opcio-
nes tenés, siempre a un año que no ne-
cesites, tenés desde USD 500, desde
USD 2.500 o desde USD 5.000. Vos pa-
same un DM con el monto máximo a in-
vertir y yo te paso opciones, así ya em-
pezás a ganar plata gracias a este libro,
que me propongo que se convierta en
la mejor inversión de tu vida.

Tené en claro que hay inflación en


dólares, por lo que ahorrar en verdes
y no hacer nada es perder plata.
Acá te lo explico bien.

VAMOS AL GRANO
Te tentó el título de tapa y querés
saber cómo poder invertir desde el
equivalente a USD 1 y ganar más del
100% anual, de modo de duplicar la
inversión en un año.
Te confieso cuál es
mi inversión favorita:
el stockeo en el
supermercado.
Pero no cualquier tipo de stockeo,
ni ir cualquier día al supermercado
para hacer las compras, sino que
yo digo que mi segundo laburo es
TRABAJAR DE AHORRAR.

Y te invito a que vos también puedas


hacerlo y verás cómo de a poquito
se va agrandando tu billetera.

Los días previos a la cuarentena


estuve en Canal 13 con Yanina
Latorre, que dijo que había
mandado a su marido a ir rápido al
supermercado a comprar 20 litros de
lavandina.

Eso es lo PEOR que podés hacer.


Primero porque generás un
desabastecimiento y no le dejás
al otro, y así suben los precios, y
encima comprás caro, porque lo
hacés sin ningún tipo de descuento.
Tenés que convertirte en
un consumidor racional e
inteligente.
Cuando a mí me dicen que soy
un Ratatouille (para no decirme
directamente un ratón), yo doblo
la apuesta y digo que soy un
consumidor racional, e inteligente,
que cuida al medio ambiente y
al planeta, y que el resto de los
mortales son derrochadores seriales
y contaminan el mundo.

Entonces, no podés ir a cualquier


supermercado cualquier día, tenés
que mirar las páginas de Internet
de los supermercados y poner tu
mail para que te lleguen las ofertas.
De modo que la lista la haga el
supermercado, y no vos, de acuerdo
a las ofertas que tenga.

Y el mejor negocio es ser INFIEL AL


SUPERMERCADO, no ir siempre al
mismo, sino ir siguiendo las ofertas
de cada uno y comprar solamente lo
que esté en descuento.
Además, tenés que ver en qué
te stockeás, porque no podés
stockearte en cualquier cosa.
Primero fijate en la FECHA DE
VENCIMIENTO, porque quizás lo
pusieron en oferta porque se vence
la semana que viene y no te sirve.

De todas formas, te conviene revol-


ver la góndola del supermercado
porque por lo general atrás de todo
ponen lo que se vence más tarde, ya
que la gente suele llevarse el produc-
to que está más a mano.

Pero un consumidor inteligente revi-


sa el vencimiento de toda la góndola
y se lleva el del fondo si vence más
tarde. Si hay un repositor cerca no te
va a mirar con cara de mejores ami-
gos, pero ya te vas a acostumbrar.

Viernes, sábados y domingo suele


haber buenas promociones en los
supermercados, entonces tenés
que estar atento. No está bueno
stockearse en gaseosas porque las
ven los chicos y se tientan y se las
toman, y es más sano y más barato
tomar agua.
Pero yo soy un fanático del stockeo
en papel higiénico, en jabón en
polvo, en yerba, en aceite, en
harina y en productos de limpieza
en general, porque son cosas con
las que no te tentás, como si te
stockearas en alfajores, y tienen
vencimientos largos, de dos años
desde que se fabrican, por lo tanto,
no se te van a echar a perder. Bah,
el papel higiénico nunca vence,
pero ocupa lugar: yo meto los rollos
debajo de la cama y listo.

Primero siempre fijate el PRECIO


KILO O PRECIO LITRO, porque los
envases te los hacen cada vez más
chicos, así podés comparar bien,
como te muestro en este video,
porque hay veces que comprás algo
barato y en realidad te sale re caro,
como el lomo que es más barato
que la hamburguesa congelada, o
la suprema que es más barata que
las patitas de pollo, y además le
meten lo peor de lo peor adentro, y
la suprema en cambio es pollo pollo,
como te muestro acá.
Muchas ofertas son del dos por uno,
del 80% en la segunda unidad o del
70% en la segunda unidad. O sea
que en el peor de los casos vos estás
ahorrando un 35%.

Cuando alguien me dice


que va al súper el día que
tiene el 15% de descuento
con su tarjeta, yo le digo
que para mí 15% no es
descuento, que descuento
empieza con un 3 adelante.
Vamos al peor de los casos: comprás
jabón en polvo con un 35% de
descuento. O sea, un paquete que sale
el equivalente de USD 1 vos lo comprás
al equivalente de USD 0,65. Si calculás
una inflación de al menos 50% en los
próximos 12 meses, ese jabón en polvo
va a costar en promedio USD 1,50
dentro de un año, pero vos lo estás
comprando a USD 0,65. O sea, le ganás
más de un 100% en un año, más que
duplicás la inversión.
Aunque también tenés forma de
ganarle a la inflación con tu tarjeta de
crédito, te lo detallo acá.

¿Vos pensabas que con


el equivalente a USD 1
no podías invertir?
Bienvenido al mundo de
las inversiones…
Pero cuidado con la codicia, que te
puede matar. Muchos dicen que el
Bitcoin te hace millonario, pero no es
tan así, acá te explico por qué no.
El arte del regateo
Ahora, el REGATEO es
clave en todos lados.
Si en la verdulería veo un kilo de
tomates que sale tanto, le pregunto
qué precio me hace si me llevo tres
kilos, porque sé que le conviene
sacarse la mercadería de encima, en
especial si es un sábado por la tarde
que está por cerrar y hasta el lunes
no abre devuelta, entonces lo que
tenga se le puede poner feo.

Por eso, si vas a la verdulería antes


de que cierren, suelen poner rebajas
para liquidar el stock antes del día
siguiente, en especial en verano,
ya que el calor marchita rápido las
frutas y verduras.

Lo otro que hago cuando


voy a un comercio es
pedir precio por pago en
efectivo.
No te hablo de un hipermercado,
sino de negocios pymes donde
quizás esté el dueño, que siempre le
conviene plata en mano antes de que
le pagues con la tarjeta, que tiene
muchas comisiones de por medio y
encima tardan hasta casi un mes en
darle la plata.

Cuando me fui a hacer los anteojos,


ya tenía el descuento por la obra
social, y no tenía mi tarjeta encima,
entonces tenía que pagar en
efectivo. Pero igual le pregunté
cuál era el precio por pago cash.
Me dijeron que ya me habían hecho
el descuento por la obra social,
entonces que no me podían hacer
más rebaja. Yo les expliqué que una
cosa no tiene nada que ver con la
otra porque, si yo le pagaba con
tarjeta, ellos verían la plata recién en
un mes, además de las retenciones
por las comisiones que les cobran.

«Que sea un win win», les propuse.

O sea, un negocio para ambas


partes. Y así me hicieron un 10% de
descuento. De la nada.
Cuando voy a la dietética china,
también le pido precio por pago al
contado. Desde $ 1.000 me hacen
5%. Todo suma.
Gasto hormiga te mata
Lo que mata a muchos presupuestos
es el gasto hormiga. O sea, todo el
chiquitaje no previsto, desde un taxi
porque te quedaste dormido y un
café en el bar porque no llegaste a
tiempo a hacértelo en tu casa.

Es el equivalente a USD 2, no te
va a cambiar la vida. OK, estamos
de acuerdo, pero si anualizás esos
USD 2, son USD 770. En diez años,
son USD 7.700. Ahora sí hace la
diferencia.

Por eso es clave que te anotes todos


los gastos que solés hacer en un día,
desde un paquete de caramelos en
el kiosco hasta un sándwich en el bar
porque no te llevaste la vianda desde
tu casa al trabajo.

Así vas a ver en qué cosas podés


optimizar esa plata para algo mucho
más productivo e incluso destinarla a
la inversión.

A continuación, quiero compartir


con vos unos artículos de ciertos
referentes del mercado, que estoy
seguro te van a ayudar a manejar tu
economía hogareña. Ramiro Marra
es un youtubero financiero y Nicolás
Litvinoff dirige e$tudinero!

Ahora, vamos a la pregunta del


millón...

¿Los dólares son un


ahorro o una inversión?
A los argentinos por distintas
razones nos gusta ahorrar en
dólares. Esta preferencia es difícil
de cambiar. La pregunta es ¿qué
hacemos con los dólares? O, en otras
palabras, ¿cuáles serían las opciones
que tenemos?

«La opción más usual es guardarlos.


A esta altura tenemos que recordar
que guardar los dólares en el
colchón no es una inversión, los
dólares no se reproducen y en
finanzas un activo es un bien que
produce renta. Guardarlos tiene dos
efectos negativos, el primero es que
habrá que tributar el impuesto a los
bienes personales, el segundo es
que el dólar pierde poder adquisitivo
por efecto de la inflación de EEUU;
esto es alrededor del 2,4% anual
promedio en los últimos treinta
años», señala Daniel Vicien, director
comercial de los fondos comunes de
inversión en Balanz Capital.

La segunda opción, a su entender, es


dejarlos depositados en una caja de
ahorros en los bancos. Esta opción
no tributa impuesto a los bienes
personales, pero no recibe interés
alguno y está expuesta a la inflación
de EEUU. Un plazo fijo en dólares en
un banco tributa impuesto a la renta
financiera y recibe un interés menor
a la inflación de EEUU.

Una tercera opción, dice, es invertirla


en el mercado de capitales. Esto
puede hacerse sin cambiar de
moneda en Letes, bonos en dólares
o en un fondo común de inversión
en dólares. En cualquiera de estas
alternativas se puede alcanzar un
retorno superior a la inflación de
EEUU.
Como ejemplo, si una persona puede
ahorrar USD 100 por mes y en la
primera alternativa deja el dinero
en el colchón y en la otra lo invierte
a una tasa del 6% (3,6% sobre la
inflación de EEUU), entonces el
resultado se resume en la siguiente
tabla, según Vicien:

Resultado neto vs. ahorro

Año Ahorro Colchón Inversión Colchón Inversión Diferencia

1 $ 1.200 $ 1.185 $ 1.239 $ -15 $ 39 $ 54

5 $ 6.000 $ 5.653 $ 6.997 $ -347 $ 997 $ 1.344

10 $ 12.000 $ 10.437 $ 16.395 $ -1.563 $ 4.395 $ 5.959

20 $ 24.000 $ 19.096 $ 34.986 $ -4.904 $ 10.986 $ 15.890

30 $ 36.000 $ 25.741 $ 64.297 $ -10.259 $ 28.297 $ 38.556

40 $ 48.000 $ 30.984 $ 106.081 $ -17.016 $ 58.081 $ 75.097


Como ejemplo toma 10 años.
Ahorrando USD 100 por mes se
habrán ahorrado USD 12.000
nominales. Si se dejaron en el
colchón, se perdieron USD 1.563
de poder adquisitivo en EEUU (la
aplicación de la inflación americana
mensualmente al monto ahorrado),
pero si se invirtieron al 6% anual,
el poder adquisitivo aumentó en
USD 4.395 (aplicando el interés
mensual sobre el monto ahorrado y
restándole el efecto de la inflación).

En la tabla se ven dos efectos: el efec-


to de la erosión de la inflación sobre el
poder adquisitivo del dinero y el efec-
to positivo de invertir bien, capitalizan-
do el efecto tiempo del dinero.
Para poder invertir,
primero aprendé a
ahorrar
Los deseos de vivir de la
Bolsa...
Ya sé, vos querés ser millonario
comprando y vendiendo acciones,
siguiendo al mercado desde
cualquier parte del mundo gracias
a Internet. Si bien el mercado
argentino aún es muy chico,
no podemos dejar de lado el
crecimiento que experimenta año
tras año.

Pero, antes de hablar de poder vivir


de las finanzas, hay varios puntos
previos que quiero desarrollar. Uno
de ellos y, posiblemente el pilar
fundamental, es el…

AHORRO
Sí, así, con mayúsculas.

Se trata de la acción de separar una


parte de los ingresos que obtiene
una persona o empresa con el fin de
guardarlos para su uso en el futuro,
ya sea para algún gasto previsto o
imprevisto, emergencia económica
o una posible inversión. Y esta última
parte de la definición es la que interesa.

«Para que exista inversión,


previamente debe haber existido una
acumulación de capital (financiero
en este caso) que se ajuste a
nuestros objetivos y deseos. Es un
error pensar que se necesitan sumas
exorbitantes para poder operar en
Bolsa; es más, actualmente muchos
brókeres ofrecen la posibilidad de
abrir una cuenta comitente sin límite
mínimo», detalla Ramiro Marra,
director de Bull Market Broker y
conocido youtuber financiero.

A su juicio, para poder invertir,


primero debemos ahorrar. ¿Cómo
podemos desarrollar un hábito de
ahorro? Es vital registrar los gastos.
El ahorro es un hábito y, como tal,
se trabaja. Eje fundamental para
poder desarrollar eficientemente
este hábito es poder conocer la
conducta de consumo, la cual puede
representar una fuga de efectivo.
Detectar gastos innecesarios o
«gastos hormigas» que se pueden
evitar, como una gaseosa o un taxi.

Otro punto que destaca es elaborar


un presupuesto financiero: una
planificación de objetivos. Es
necesario registrar todos los
ingresos, y proyectar los ingresos
y gastos, sobre la base de lo que
observamos y de lo que esperamos
que ocurra a futuro. Servirá como
guía para marcar límites.

Planificar y establecer objetivos: a


la hora de comenzar a desarrollar
un hábito es importante saber
para qué queremos hacerlo. En
este caso, ¿para qué queremos
ahorrar? ¿Durante cuánto tiempo?
Cuando tenemos una meta a la cual
apuntar y destinar nuestros ahorros,
podemos mantenernos centrados
de mejor manera. En este punto se
puede organizar y establecer un
plan de cumplimiento, con plazos
para poder estimar cuánto tiempo te
llevará lograrlo.
Decidir sobre la base de prioridades.
Mantener la conducta financiera
para cumplir con metas es un gran
desafío, pero si se lo supera gran
parte del asunto está resuelto.
Cambios pequeños, casi invisibles,
ayudan mucho. Antes de hacer
un gasto sirve hacerse muchas
preguntas: ¿cómo te hará sentir
destinar ese dinero a esa compra, se
puede posponer o es necesario? Esto
es lo que en economía llamamos
«costo de oportunidad».

«Ahorrar es importante, pero invertir


aún más. El argentino le teme al
sistema financiero, y tiene sus buenas
razones. Sin embargo, en un país
con una economía tan inestable,
tener dinero debajo del colchón
literalmente puede representar la
pérdida de su valor real. Es por ello
que mover el dinero a través de los
diversos instrumentos financieros que
el mercado ofrece es elemental. No es
necesario irse muy lejos invirtiendo en
opciones, futuros o Cedears, podemos
comenzar tranquilamente con un
plazo fijo o bono a largo plazo y luego
animarse a más», propone Marra.
Hay un dicho antiguo que dice:
«Separados somos fuertes, juntos
invencibles». Por eso, debemos
compartir información e incentivar
a las personas a aprender nuevas
herramientas para cuidar su dinero.
Claves para invertir en
stockeo en el súper
Ante el temporal que sacude a
la economía argentina, resulta
imprescindible apelar a todas las
herramientas que tenemos a mano
para mantenernos a flote. Entre esas
herramientas se cuentan trucos y
consejos para reducir el gasto en el
supermercado.

Nicolás Litvinoff propone ciertos


tips de gran utilidad para más de
un bolsillo devaluado, e incluso
para poder ganarle a la inflación y
empezar a invertir ya mismo, porque
la inversión no es solo en la Bolsa, en
bonos o acciones, podés empezar a
invertir desde el equivalente a USD 1
en el stockeo en el súper, siendo
infiel y no yendo siempre al mismo,
sino guiándote por las ofertas de
cada uno:

1. Evitá pagar la compra


del súper en cuotas:
Abonar con tarjeta de crédito puede
resultar un alivio en el momento,
pero en poco tiempo veremos cómo
atenta en contra de nuestra salud
financiera. En lo inmediato estaremos
contentos de pagar solo una parte
de la compra al vencimiento de
la tarjeta, pero cuando llegue la
segunda cuota al mes siguiente
entenderemos que nos ganamos un
problema antes que una solución.
Siempre que no haya promociones
realmente convenientes, lo mejor es
dejar la tarjeta de crédito en casa
y abonar en la línea de cajas con
efectivo o débito.

2. Mantenete alejado de los


pasillos interiores:
¿Nunca te preguntaste por qué
para llegar a las heladeras donde
se encuentran los lácteos y otros
productos de consumo frecuente
tenés que recorrer primero largos
pasillos repletos de góndolas?
Los supermercados suelen estar
diseñados para tentar a los
consumidores a comprar artículos
que no necesitan en su camino hacia
los productos que fueron a buscar.
En consecuencia, te recomiendo
evitar los pasillos internos más
tentadores o bien pasar con la
mirada hacia el frente para que no
caigan en el changuito sorpresas que
encarezcan tu ticket.

3. Comprá «marcas propias»:


Las marcas propias de los
supermercados suelen ser productos
de calidad reempaquetados por
las mismas cadenas para poder
venderlos a precios inferiores a
los originales. Probá reemplazar
tu marca favorita pero cara por la
marca propia del supermercado
para adquirir el mismo producto a
un precio más bajo. Ser flexible con
las marcas y no casarte con ninguna
puede significar un importante
ahorro para tu bolsillo.

4. Calculá porcentajes para


evaluar seriamente las ofertas:
Saber calcular los descuentos
anunciados en cifras porcentuales
puede derivar en ahorros
importantes. Por ejemplo: 50% de
descuento en la segunda unidad
quiere decir 25% de descuento en
ambas. En cambio, 3x2 (llevar 3
al precio de 2) implica un 33% de
descuento en cada una. Si bien
estos descuentos pueden resultar
atractivos a primera vista, a veces
esconden información que conviene
conocer antes de llevar. Un caso
se da cuando los productos en
oferta están cerca de vencer. Otro,
cuando el valor unitario después del
descuento sigue siendo más alto que
el de un producto similar de otra
marca o igual que el mismo producto
de una marca con mejor reputación
por la calidad de sus artículos.

5. Mirá arriba y abajo:


Un truco habitual de los supermerca-
dos pasa por colocar los productos
más caros y que le otorgan mayor mar-
gen de ganancias a la altura de los ojos,
mientras que los más baratos o menos
rentables aparecen en los extremos su-
perior e inferior de la góndola. Por ese
motivo, te recomiendo apuntar con la
vista a todos los estantes y no caer en
la comodidad de agarrar lo que tenés a
simple vista y más a mano.
6. Adelantá consumo corriente:
Lo contrario al primer tip (que puede
ser interpretado como financiar
el consumo corriente en cuotas)
equivale a comprar y guardar
productos ahora para evitar, en un
contexto de inflación, pagarlos más
caros los próximos meses. Para llevar
a cabo esta estrategia de manera
eficiente, necesitás hacer espacio
en la casa y focalizar la compra
del supermercado en alimentos no
perecederos, de higiene personal
y de limpieza hogareña. Además,
si realizás esta compra en un
mayorista, el ahorro puede rondar
nada menos que el 50%, sumando el
descuento por el pago al por mayor
y la inflación que evitás por anticipar
la compra. Que quede claro: la única
forma de ganarle realmente a la
inflación es planificando la compra
a partir de estas consignas y no
comprando en cuotas con la tarjeta
de crédito.
7. Poné en práctica la
Regla de las 3 C:
Hablamos de comprar, cocinar y
congelar. Claro que esto insume más
tiempo que comprar el producto
precocido, pero la diferencia de
precio entre el «hágalo usted mismo»
y el comprarlo ya hecho puede ser
notable. Lo mismo corre para las
frutas o verduras: mejor cortarlas
y prepararlas en casa que pagar la
comodidad de no hacerlo.

8. Confeccioná una
lista de compras:
Es quizás uno de los tips más
repetidos, pero también fundamental
para tu objetivo. Planificar es un
ejercicio clave en el mundo de las
finanzas personales. En este caso,
consiste en la confección de una
lista de productos a adquirir, donde
todo lo excluido (siempre que no se
nos haya olvidado algo importante)
quedará afuera del changuito. De esta
forma, difícilmente gastes de más.
9. Elegí el momento
de la compra:
Según el sitio de consejos financieros
Lifehacker, se puede acceder a
mejores precios en supermercado
evitando ir de compras a la mañana
o los fines de semana, dado que es
a mitad de semana cuando salen
a la venta los productos con una
corta vida útil como la carne y
los productos lácteos. A medida
que avanza el día (y la semana)
pueden aparecer ofertas que los
supermercados necesitan aplicar
para liquidar stock antes de que
venza. Según este sitio, el mejor
momento para ir de compras es los
miércoles al atardecer.

10. Comprá con la


tecnología a favor:
Comprando Precios Claros es una
app muy útil. Se pueden consultar
allí valores actuales de góndolas en
distintos supermercados y contar
así con valores de referencia. Esta
información te permitirá saber si
el producto que estás a punto de
comprar está en precio, caro o barato.
Actualmente, la inflación genera
una muy alta dispersión de precios
(el mismo producto se vende a
valores muy distintos en diferentes
comercios), situación que nos obliga
a estar atentos y llevar adelante
nuestra propia investigación en cada
la compra.

Conclusión:
Existen distintos tipos de inflación y
su comprensión puede resultar muy
beneficiosa para nuestros bolsillos,
debido a que nos prepara para
combatir la suba de precios. Los tips
de hoy se complementan con aquella
columna para aliviar los gastos
sin perder calidad de vida. ¿Tenés
alguno otro tip para compartir con
nosotros? Me gustaría leerlos en los
comentarios. El escenario económico
es complicado y lo mejor que
podemos hacer como consumidores
es ayudarnos.
Cuatro tips para que
nunca te falte plata
A esta altura no hace falta ahondar
en cifras y estadísticas para afirmar
con seguridad que la economía está
pasando por un pésimo momento.
Por lo tanto, vamos a dejar de lado
el análisis macroeconómico para
meternos de lleno en el castigado
bolsillo de la gente y brindar
consejos que permitan capear el
temporal tal vez con lo justo, pero
sin la soga al cuello.

Antes de comenzar, conviene aclarar


que nos dirigimos a los asalariados
que aún conservan sus empleos y
su principal fuente de ingresos, pero
que perdieron poder adquisitivo
y se encuentran preocupados o
angustiados ante la situación. Ahora
sí, van los tips que propone Litvinoff,
autor de varios libros sobre el tema:

1. Reemplazar la tarjeta de
crédito por la de débito:
Según un informe de la Cámara
Argentina de Comercio Electrónico,
el pago con débito en Internet
creció 600% en 2018 con respecto
al año anterior. Pasó a representar
el 7% del total de las operaciones,
contra el 1% de 2017. Todo indica
que la tendencia de uso creciente se
mantendrá este año.

En un contexto de tasas de
referencia por encima del 60% y sin
perspectivas de bajas en el corto
plazo, tomar créditos a través de
cualquier mecanismo (pago en
cuotas con tarjeta, giro descubierto
bancario, créditos hipotecarios)
resulta totalmente pernicioso.
Pensar, por ejemplo, en un plan de
autoahorro para comprar un 0 km
como una oportunidad o un «ahorro
forzoso» hoy en día es también una
grave falla de interpretación en
cuanto al contexto financiero actual.

Ver a la tarjeta de crédito como


un aliado para llegar a fin de mes
equivale a dormir con el enemigo,
puesto que el alivio que produce
el pago en cuotas dura lo que un
suspiro y se convierte en una bola de
nieve difícil de esquivar.
Financiar consumo corriente con
crédito, apelar luego al pago mínimo
y más adelante a préstamos de
financieras a tasas usureras puede
dejarnos en la calle.

2. Fumigar los gastos hormiga:


En tiempos de bonanza financiera
podemos relajar por momentos el
autocontrol y disfrutar de pequeños
placeres cotidianos, como viajar en
taxi en lugar de colectivo, realizar
algunas compras compulsivas,
adquirir membresías baratas que tal
vez nunca utilicemos, utilizar cajeros
automáticos de otros bancos y pagar
las comisiones correspondientes,
realizar compras menores con
tarjeta de crédito, solicitar tarjetas
adicionales, mantener cuentas
bancarias de más, contratar seguros
de salud anuales para un solo viaje,
comer fuera de casa aun cuando no
hay demasiadas ganas, tomar cafés
o gaseosas al paso, lavar el auto muy
seguido, comprar bijouterie, snacks y
billete de lotería, etc.
Lo cierto es que resulta fundamental
detectar y nunca subestimar esos
gastos hormiga para cortarlos de raíz
especialmente en épocas de vacas
flacas. Ignorarlos puede llevarnos a
perder silenciosamente hasta el 25%
de un presupuesto ya dañado por la
inflación y los menores ingresos.

Cuidemos como nunca los billetes


de 10, 20 y 50 pesos. Los de 500 y
1.000 se cuidan solos.

3. No tener vergüenza
de pedir rebajas:
Identificamos tres tipos distintos de
inflación: la cautiva, la ventajera y la
sensible. Ojalá todos aplicaran la úl-
tima, pero la realidad marca que no
es así. Sobre la primera nada se pue-
de hacer. La ventajera es aquella
que aplican empresarios, comercian-
tes, profesionales y autónomos que
apelan al triste recurso del «si pasa,
pasa». Así, aplican aumentos desme-
surados aprovechando la confusión
de precios reinantes y buscando in-
crementar notablemente sus márge-
nes de ganancia.
Frente a la caída en las ventas y la
recesión, los pedidos de descuento
son mucho más escuchados que an-
tes y permiten conseguir rebajas del
10%. No estamos hablando solamen-
te del pequeño comerciante o pro-
fesional independiente: las grandes
multinacionales también pueden te-
ner aprobado internamente un me-
canismo para otorgar descuentos a
quienes los solicitan, siempre que se-
pan justificarlos.

4. Blindar los fondos para


gastos corrientes:
La inflación (¡cómo no hablar de
ella!) se acelera mes a mes y atenta
contra nuestros saldos en pesos.
Sin embargo, existe un método
para aprovechar las innovaciones
tecnológicas que ofrecen las Fintech
(tecnologías financieras). Consiste
en tener invertido el dinero en tasas
hasta que lo necesitemos para
concretar pagos.

MercadoLibre, la empresa
más grande del país, con una
capitalización bursátil de 22.500
millones de dólares, brinda la app
MercadoPago que, además de
utilizarse para realizar compras en
comercios (algunos con beneficios
como descuentos o sorteos) a
través del código QR y el celular,
brinda el servicio de monetización
instantánea: actualmente paga
intereses de casi el 40% a sus
usuarios sobre los pesos disponibles
en la cuenta. ¿Cuál es la diferencia
con un plazo fijo? Que el dinero
está disponible para ser gastado en
cualquier momento por el cliente o
simplemente para ser transferido a
su cuenta bancaria.

De esta forma, con la generación


de intereses a toda hora, estaremos
combatiendo sin mayor esfuerzo la
inflación. Algo similar ocurre cuando
suscribimos fondos de inversión de
money market a través del banco,
aunque existen comisiones que no
debemos ignorar.

Los precios aumentan 10 y con


suerte nuestros ingresos suben 7.
Esta es la triste realidad que nos toca
vivir hoy y lo que tenemos en claro
es que la queja constante no va a
cambiar la ecuación. ¿Qué podemos
hacer entonces? Siguiendo estos tips
podemos hacer que esos 10 bajen
un poco y nuestros 7 suban a través
del ahorro inteligente y la inversión
constante. Siempre que llovió,
paró. Ahora es tiempo de reforzar
el paraguas para que el viento no
nos lo quite de las manos y nos deje
desamparados ante el aguacero.
Ojo al piojo con las
comisiones cuando
vas a invertir
«Preguntarle a un bróker si te
conviene comprar una acción es
como preguntarle a un peluquero si
te conviene cortarte el cabello».

La frase de Warren Buffett viene


a cuento porque muchas veces
los asesores pueden recomendar
nuevos bonos o acciones no porque
realmente sea lo mejor para el
portafolio del cliente, sino porque
el incentivo en el cobro está puesto
en generar rotación. Lo que cada
inversor debería hacer es conocer al
detalle cuál es el sistema de cobro
para poder entender cuáles son los
incentivos del asesor.

«Los fondos suelen cobrar tarifas


que rondan entre 2% y 3% anual que
ya se descuentan del rendimiento del
fondo, mientras que en el exterior los
ETFs (fondos de inversión cotizados)
pueden arrancar en 0,09%, como es
el caso del SPY, que sigue al índice
S&P 500. En Argentina todavía no
se negocian ETFs pero hay ciertos
fondos comunes de inversión con
poca complejidad que se pueden
evitar tranquilamente. Por ejemplo,
fondos de Lebac. El inversor puede
directamente adquirir sus propias
Lebac que tienen liquidez en todo
momento y así ahorrarse el 2%
de comisión del fondo», explica
Daniela Wechselblatt, CFA, asesora
financiera en DW Global Investments.

Los fondos comunes de inversión


(FCI) contribuyen enormemente
para que los pequeños ahorristas
puedan acceder a algo mejor, tanto
por rentabilidad como por liquidez,
que a un plazo fijo bancario. Además,
ayudan a poder beneficiarse de
una diversificación que por sí
solos no podrían. La contracara de
las ventajas que ofrecen son los
altísimos costos que se paga. Esto se
debe a la poca difusión que existe de
los costos y comisiones que cobran
y de la poca concientización sobre
cómo estos inciden directamente en
contra de la rentabilidad que se lleva
el inversor a su bolsillo.
«Hace décadas está demostrado
que quienes manejan los fondos de
inversión no agregan valor en lo que
tiene que ver con saber comprar
antes de que el mercado suba, o
saber vender antes de que baje. De
ahí que en el mundo ya está más que
claro que si un fondo quiere ser el
líder en rentabilidad debe sí o sí bajar
sus costos de administración, los de
custodia y los operativos», alerta
Mariano Sardáns, CEO de FDI.

Si los inversores estuviesen


informados sobre este detalle,
claramente empezarían a elegir a
los más baratos del mercado dentro
de cada categoría de inversión.
Sin duda se fomentaría que usen
aquellos que son más eficientes a la
hora de administrar su dinero, lo cual
redundaría en una caída radical de
los sobrecostos que hoy se cobran
en Argentina.

Sardáns analiza los famosos fondos


T+1 (invierten en Lebac y otros),
que son los que tratan de brindarle
al ahorrista una rentabilidad por lo
menos similar a la tasa de inflación:
«Vemos una alta disparidad entre
ellos en lo que respecta al cargo
de administración; en un extremo
tenemos al más barato que cobra
un 1,5% anual, y en el otro, a uno
que cobra el 3,125% anual. A este
costo hay que sumarle los costos de
custodia, que rondan entre el 0,3%
y el 0,6% anual. Ambos costos se le
restan al fondo diariamente de su
tenencia, o sea que todos los días
se le cobra la 365ava parte de estos
dos cargos».

Los gastos operativos son aún una


caja negra sobre la que ningún fondo
está obligado a transparentar o
reportar. Este costo es lo que en el
mundo se conoce como «expense
ratio», el cual incluye los costos en
los que incurre el fondo cada vez
que compra o vende un título; o sea,
las comisiones bursátiles en las que
incurre al operar la cartera del fondo.

El gasto operativo se calcula


como el gasto anual en el que
incurrió el fondo en relación con
el patrimonio promedio que tuvo
en igual período, que también se
reporta en porcentuales. Claramente
da un indicio de qué tan eficiente
fue el administrador del fondo en
evitar pagar comisiones de forma
innecesaria. Si su política es invertir
en títulos y a plazos que respeten
los flujos de fondos y necesidades
financieras de los clientes y solo
vende llegado el caso de que estos
cambien o haya oportunidades que
claramente representen un arbitraje,
el gasto operativo va a ser muy bajo.

Si por el contrario tiene «incentivos»


para realizar compras o ventas
innecesarias que solamente benefician
a los que reciben comisión por ello, el
gasto operativo va a ser muy grande.
Se calcula que el costo operativo de
un fondo T+1 puede estar en el orden
del 0,6% anual promedio.

En FDI advierten que los FCI más


caros son los que pertenecen a
grupos bancarios. Y no solo son los
más caros, sino también los más
grandes en cuanto a los activos que
administran:
«Sin dudas, a lo desinformados que
tienen a los ahorristas respecto a la
incidencia negativa de los costos,
se le suma que los bancos tienen
clientes cautivos, ya que sí o sí los
necesitan para cobrar sus sueldos,
cheques o transferencias que les
pagan sus empleadores o clientes».
Todos los costos
ocultos a tener en
cuenta antes de
invertir
Son muchos los secretos que existen
en el mundo financiero; entre estos,
los verdaderos costos que pagan los
inversores y que, en definitiva, son
producto de que quienes se supone
debiesen asesorarlos son en realidad
vendedores de productos y servicios.
Vendedores que a su vez están
presionados por sus empleadores
o entidades a las que representan
para llegar a los objetivos de
ventas semanales, mensuales y
anuales. También para vender cierto
producto o título que hay en «stock»,
sin importar a quién se le venda o
por qué cantidad. Los objetivos son
los objetivos.

Los ayudan, obviamente, las


regulaciones laxas que existen en
muchos países en donde no hay
obligación de transparentar las
fuentes de ingresos, conflictos
de intereses y mucho menos los
verdaderos precios de los títulos o
productos financieros.

Gastos y comisiones
cuando se opera a través
de la Bolsa en Argentina
o el exterior:
Los gastos que afrontan los
inversores no solo se encuentran en
las comisiones directas que pagan
cuando realizan una compra/venta
de un título o un fondo de inversión,
sino también en gastos ocultos que,
en ocasiones, son muy difíciles de
rastrear. Según Mariano Sardáns,
ejemplos de estos son:

Precios «sucios» de compraventa:


Es frecuente que, cuando se opera
con un banco o con un broker-
dealer, este adquiera un título o un
producto estructurado a un precio
y se lo revenda al cliente a un
precio mayor, y le aplique además
la comisión. Lo mismo sucede en el
proceso de venta.
Gastos de administración:
Típico de los fondos de inversión:
van del 1% anual para fondos de
money-market al 4% anual para
fondos de acciones.

Gastos de custodia:
Van del 0,3% anual en bancas
privadas del exterior al 0,6% anual
para el caso de algunas sociedades
de Bolsa locales.

Comisiones por cobro de cupones,


intereses y dividendos:
Van del 0,7% al 4% del monto
cobrado.

«La industria de servicios financieros


considera que un cliente es redituable
toda vez que le genera anualmente
más del 1% del monto de sus activos
en comisiones, aun cuando en
promedio las bancas privadas y
brókeres ganan en comisiones el
1,5% anual del valor de la cartera del
cliente», remarcan en FDI.
En Argentina, un fondo común de
inversión que invierte en acciones
puede cobrar hasta 5,4% anual de
comisión de administración, mientras
que en los Estados Unidos un fondo
similar no cobra más del 1% anual.
Claro, estos últimos son fondos
que están registrados en este país
y al que solo pueden acceder sus
residentes fiscales.

A los que sí pueden acceder los


argentinos son a los registrados
en jurisdicciones offshore (Irlanda
y Luxemburgo son los países más
usados para registrarlos), en los
cuales se puede invertir toda vez
que se tiene una cuenta abierta
en un bróker o a través de una
banca privada en el extranjero.
Obviamente, son más caros que los
registrados en los EEUU (entre un
50% y un 60% más), pero mucho
más baratos que los fondos en
Argentina –ojo, estamos hablando
por ahora de la comisión anual de
administración–.

El punto a favor para los fondos


de Argentina es que desde hace
años se eliminaron las comisiones
de «entrada» y «salida», algo que
todavía existe cuando se opera a
través de las bancas privadas y los
brókeres del exterior; en la mayoría
de los casos los clientes no son
informados, y se enteran cuando
quieren rescatar sus tenencias. Ahí
se encuentran con la novedad de
que el hacerse de su dinero puede
significarle hasta un 5% de comisión
de salida. Esta comisión es la que
la gestora de los fondos le anticipó
al vendedor o al equipo comercial
al momento en que el inversor hizo
la suscripción inicial. Generalmente
esta comisión de «salida» se va
reduciendo con los años mientras
el inversor mantenga su dinero en
el fondo y a medida que la gestora
recupera el pago anticipado a los
«vendedores» mediante la comisión
anual de administración «inflada».

«La industria de fondos de inversión


en Argentina tiene súper estructuras
que el inversor está pagando
innecesariamente. Tienen una
comisión anual promedio del 2,6%»,
alertan en FDI.
Los fondos cotizantes (ETFs por
sus siglas en inglés, Exchange
Traded Funds) son fondos que
cotizan en una Bolsa de valores
de la misma forma que una acción
u otro título público. Entonces,
pueden comprarse durante cualquier
momento del día en que el mercado
de valores se encuentre abierto. Los
fondos cotizantes se caracterizan
por tener costos inferiores a los
fondos tradicionales y, en general,
por seguir a algún índice de acciones
como el Dow Jones. Existe una gran
variedad de dichos instrumentos,
que permiten invertir en diferentes
países, sectores u activos.

Un inversor en Argentina puede


adquirir estos fondos a través de
una sociedad de Bolsa local o de
un bróker de Estados Unidos. La
operación se realiza de la misma
manera que la compra de una acción
que cotiza en el mercado de valores
americanos. Así como se puede
comprar la acción de Apple, se
puede comprar un ETF que contiene
muchísimas acciones.
Es preferible operar con
un bróker del exterior,
porque los costos son
significativamente más
bajos.
Por ejemplo, para operar con un
bróker en el exterior, se puede
abrir una cuenta en un discount-
broker que tiene costos mucho más
bajos que los bancos tradicionales,
puesto que operan casi únicamente
de forma electrónica a través de
internet. Una vez abierta la cuenta
en un bróker del exterior, se puede
fondear a través de una transferencia
bancaria. Los brókeres de descuento
cobran únicamente USD 10 por
operación, sin importar el tamaño
de la transacción –algunos son
más baratos, pero tienen mayores
requisitos mínimos de capital–. El
costo de hacer una operación con
una sociedad de Bolsa local es del
1% de la transacción con un costo
mínimo de USD 50.
Si queremos tener exposición
a EEUU, podemos comprar
un ETF administrado por la
compañía Vanguard –una de las
administradoras de fondos más
grandes del mundo– que sigue
la evolución del índice S&P 500.
Dicho fondo está compuesto por las
acciones que componen el índice
S&P 500, reproduciendo con un
mínimo margen de error el retorno de
dicho índice. El costo anual de este
fondo es de tan solo 0,06% anual.

Existen ETFs de Brasil y Perú de la


misma compañía que se adquieren
exactamente de la misma manera.
Por ejemplo, hay un ETF de Brasil
que reproduce el retorno de activos
del mercado brasilero –sigue al
índice MSCI Brazil que incluye este
tipo de compañías–. El costo anual
de administración de este fondo
es de 0,61% anual. Por otro lado,
podríamos invertir en Perú a través
de un ETF que incluye activos que
cotizan en la Bolsa de Perú –en
particular, el fondo contiene las
acciones incluidas en el índice MSCI
All Peru Capped Index– y tiene un
costo anual de administración de
0,62% anual.

Hay un ETF que sigue al índice


Bovespa, pero se negocia únicamente
en la Bolsa de Brasil y tiene un
comportamiento muy semejante al
ETF que sigue al MSCI Brasil. Para
invertir directamente en el ETF que
espeja perfectamente el Bovespa, es
necesario abrir una cuenta con un
bróker de la Bolsa de Brasil.

De acuerdo con un análisis realizado


por Vanguard, menos de 3 de cada
10 fondos de acciones registrados
en EEUU logran ganarle al mercado
en donde invierten. En un análisis
realizado por la gerenciadora de
patrimonios FDI –tomando como
base los datos de Vanguard, el
mismo universo de fondos de
acciones, pero en su versión de
registro offshore, que son en
los cuales sí pueden invertir los
latinoamericanos– la estadística
muestra que solo 2 de cada 10
fondos logran ganarle al mercado.
La razón de que esos fondos,
administrados por los mismos
portfolio managers, tengan peor
performance es que los registrados
offshore tienen costos aún más
altos (entre comisiones y gastos de
administración). Con los fondos de
renta fija, o sea, los que invierten en
bonos, las estadísticas dan aún peor.

Es decir que, si los que se creen


más preparados, capacitados y
con mayor información, no logran
ganarle consistentemente al
mercado en donde invierten, y que
por ello cobran gastos y comisiones
astronómicas, la solución pasa por
usar los baratos y predecibles ETFs.

La creencia popular de
que los asesores son
«clarividentes» y/o
que con sus «research»
tienen la capacidad
de anticiparse a los
movimientos del
mercado no es más que
un mito.
Desde hace años está demostrado
que la rentabilidad la da el mercado
y no los asesores (y mucho menos
los portfolio managers). O sea, la
rentabilidad de un bono la da el
mercado, nadie puede hacer nada
para cambiarla. Lo mismo con las
acciones: nadie puede predecir
cuál va a ser su movimiento.
De ahí el éxito que hoy en día
tienen los ETFs, los cuales están
«aniquilando» el negocio de los
fondos de inversión tradicionales.

Por tal motivo, un buen asesor


debería concentrarse en lograr
para sus clientes la rentabilidad del
mercado al menor costo posible. O
sea que, para maximizar la renta, es
crucial reducir costos y comisiones.

Existen muchas formas de erradicar


hasta casi el 100% de estos gastos. La
clave se encuentra en saber determinar
de qué lado está quien asesora.

En Estados Unidos y en Europa (en


este continente a partir de la entrada
en vigencia del MiFID II empieza a
ser obligatorio, o sea, no se permite
el sistema de comisiones) se cobra
un fee de administración, cuya
alícuota máxima suele ser del 0,75%
anual en el primer millón de dólares
del patrimonio gerenciado, 0,5%
en los próximos USD 4.000.000 y
0,35% en más de USD 5.000.000.

Por lo tanto, sobre un activo


gerenciado de USD 5.600.000
cobran trimestralmente USD 7.400
(se divide por cuatro el monto
anual):

USD 1.000.000 x 0,75% +
USD 4.000.000 x 0,5% +
USD 600.000 x 0,35%.

En el caso de activos gerenciados de


USD 45.000, el honorario trimestral
suele ser USD 125, ya que suelen
tener un mínimo:

Porque USD 45.000 x
0,75% dividido 4 = USD 84,37.

«Los inversores alrededor del mundo


exigen transparencia. Ya tienen
en claro que la comisión mata la
objetividad; de ahí que prefieren
asesores a quienes les pagan
directamente y que en definitiva
les termina saliendo más baratos
que manejándose con el sistema
tradicional. Pero adicionalmente
tienen la tranquilidad de que no
les van a estar vendiendo gato por
liebre», concluye Sardáns.
Cómo invertir en
empresas antes de que
lleguen a la Bolsa
¿Qué inversiones rinden hoy más
que las empresas argentinas o
estadounidenses en la Bolsa?
Respuesta: invertir en esas mismas
empresas, pero antes de que lleguen
a la Bolsa.

Cuando el éxito de una empresa


se vuelve popular, salen a la luz las
innumerables anécdotas de personas
que se hicieron millonarias por
haberse cruzado con ellas desde
sus inicios. Tal es el caso de David
Cheriton, el profesor de computación
que le dio el primer cheque a un
grupo de estudiantes para probar
un sistema que luego se convertiría
en Google; o el caso de David Choe,
el artista al que le pagaron con
acciones por pintar las primeras
oficinas de Facebook, sin imaginar
que valdrían USD 200 millones unos
seis años después.
Invertir en buenas empresas tiene
sus beneficios, pero mucho más si
se invierte en ellas cuando todavía
están en sus comienzos. Por
eso, existen fondos de inversión
especializados en detectar empresas
de alto potencial en etapa temprana.

En 2014 el fondo de inversión


South Ventures invirtió en un
emprendimiento que desarrollaba
un sistema de pagos de bajo costo
utilizando una tecnología por
entonces poco conocida: el bitcoin.
Dos años más tarde, el bitcoin se
popularizó tanto que llegó a crecer
17 veces a lo largo de 2017 y, con
ello, el valor de la empresa. Hoy, este
emprendimiento llamado Ripio es
la empresa líder en compra-venta
de bitcoins de la región, crece a un
ritmo de 100% por trimestre y acaba
de recibir USD 37 millones para crear
su red de préstamos (usuarios que se
prestan dinero entre sí) utilizando su
propia criptomoneda: RCN.

«Esto no es un caso aislado, también


invertimos en empresas como
CargoX, la “Uber de Camiones”
de Brasil, a la que se sumó como
inversor el propio fundador de Uber,
Oscar Salazar, en la que Goldman
Sachs invirtió USD 30 millones
el año pasado y fue nombrada
como una de las treinta startups
globales que cambiarán el mundo
en 2018», explica Sebastián Ortega,
administrador de los fondos,
quien cuenta con un doctorado
en Dirección de Negocios y
especializaciones en las escuelas de
negocios de Harvard y Columbia.
Su anterior fondo multiplicó la
inversión inicial por 5,6 veces en dos
años y medio.

También se encuentran en su
portafolio empresas como Amaro,
la «Zara 2.0» de Brasil, y Trocafone,
que a pesar de haber nacido hace
tres años es líder en la región en el
intercambio de teléfonos celulares,
que ya recibió USD 40 millones de
inversión. Algunas de estas ya están
incluso con planes para salir a cotizar
en Bolsa.

Grit Fund es el fondo administrado


multiestrategia de South Ventures
que invierte en acciones, bonos,
ETFs y opciones bursátiles en
Estados Unidos, así como en
empresas no cotizantes de alto
potencial de crecimiento (startups).
Algunas de las principales posiciones
actuales del fondo incluyen a Google,
Berkshire Hathaway, CargoX, Amaro,
Trocafone y Ripio.

Su rendimiento objetivo es de
20% anual en dólares (en el
último año tuvo un crecimiento
de 36% en dólares), equivalente
al doble de crecimiento estándar
de los mercados estadounidenses,
incorporando mecanismos de
cobertura para minimizar los
altibajos de los precios.

Aunque no existen
tiempos mínimos para
retirar la inversión, los
resultados se ven con
el paso del tiempo y
con los altibajos de los
mercados, por tanto, es
recomendable invertir
pensando en un período
mayor a cinco años.
Para ello, se utiliza la estrategia de
«inversiones de valor» que emplean
los inversores más exitosos de la
historia como Warren Buffett y Seth
Klarman. Esto es, se seleccionan
empresas de fuerte crecimiento de
largo plazo, y que se encuentren
a precios bajos hoy. Únicamente
se consideran empresas con
finanzas sólidas, buen producto, y
excepcional equipo de gestión.

El Grit Fund tiene un portafolio


diversificado entre distintos tipos de
inversiones. Esta diversificación es
geográfica (inversiones de distintas
partes del mundo) o por tipo de
activo (desde bonos e inversiones
inmobiliarias hasta startups). Por
ejemplo, un portafolio puede quedar
configurado con 50% en acciones
de empresas norteamericanas, 25%
en startups, 15% en oro y 10% a la
devaluación del rublo ruso.
La forma en que se asigna el peso de
cada tipo de inversión en la cartera
depende de cuestiones de mercado.
Por ejemplo, cuando el mercado está
en sus mínimos, se tendrá mayoría
en acciones para tomar provecho de
las subas, y cuando el mercado está
en sus máximos, se tendrá mayoría
en bonos, oro o efectivo para estar
protegidos ante posibles bajas.
Te tiro la posta: cómo
invertir en bonos en
EEUU
En Estados Unidos se gana 10% anual
en dólares con bonos corporativos.

Contrario a lo que muchos


creen, se pueden encontrar
buenas oportunidades en bonos
corporativos americanos con
rendimientos que pueden superar
hasta el 10% anual en dólares. Son
compañías que, por alguna razón,
atraviesan un mal momento en su
negocio o industria.

«Tengamos presente que cuando


vamos a comprar bonos no
buscamos empresas líderes, porque
esas van a pagar muy poco. Lo
que buscamos son compañías que
estén atravesando un mal momento,
pero donde no se ponga en juego
la capacidad de pago, o al menos
que la relación riesgo/retorno
sea favorable», advierte Daniela
Wechselblatt.
Comparativamente, señala que
hay bastantes bonos corporativos
americanos que rinden mejor que
los bonos soberanos, provinciales y
hasta corporativos argentinos:

• Safeway es una cadena de


supermercados que rinde 10,14%.
Se vio golpeada porque otra
cadena que había sido adquirida
por un fondo de private equity
anunció que entraba en bancarrota
y esto inmediatamente contagió
susto al sector.

• Genworth es una aseguradora


que cuenta con un rendimiento
del 9,26% por estar en proceso de
ser adquirida por otra empresa
de seguros china, y esto genera
incertidumbre debido a la
coyuntura política americana,
haciendo que el bono aumente su
rendimiento.

• Centurylink pertenece al rubro


telecomunicaciones y tiene una TIR
(tasa interna de rentabilidad) de
8,04%. Es una industria altamente
apalancada (le afecta la suba de
tasas de interés), pero tiene una
generación de flujo de caja estable.

• L Brands (con Victoria’s Secret


como la principal marca dentro de su
portafolio) se ve afectada como toda
la industrial retail por la existencia
de Amazon. Pero, a pesar de que
los márgenes operativos caen, la
empresa no está nada mal y rinde
7,29%. Tiene un flujo de caja libre
positivo, es decir que cuenta con
dinero disponible para cubrir deuda
una vez que se hayan deducido el
pago a proveedores y las compras
del activo fijo (construcciones,
maquinaria, locales).

Con un mínimo de USD 10.000 se


puede abrir una cuenta en el exterior
y así comprar variedad de bonos
corporativos americanos y del resto
del mundo. La compra mínima de
muchos de los bonos corporativos es
de USD 2.000.
Existen dos fuentes
de ingresos cuando
se compra un bono: la
apreciación del capital
(en caso de que sea
comprado a un precio
por debajo de la par) y
la renta periódica que
proporciona.
Wechselblatt pone como ejemplo un
bono que fue adquirido por USD 900
con un cupón del 8% anual en dólares
por un plazo de cinco años, que
pagará USD 40 cada seis meses y al
final del período devolverá USD 1000
(que es el valor nominal), generando
una tasa de retorno final del 10%. «De
esta forma, hacemos que nuestro
capital trabaje y nos genere fuentes
adicionales de ingresos».

Por otra parte, los bonos son


ingresos predecibles: por lo general,
las inversiones en bonos pagan
intereses cada seis meses y lo hacen
por un monto preestablecido por el
cupón (USD 40 semestral, como en
el ejemplo anterior).

¿Qué significa esto? Que provee un


flujo de ingresos predecible. Ya sea
que se junte dinero para la educación
de los hijos, para comprar una casa,
o simplemente para ahorrar, las
inversiones en bonos pueden ayudar
a alcanzar estos objetivos. Esta es
una razón fundamental por la que la
gente elige invertir en bonos.
La ventaja es que no hay un tiempo
mínimo de permanencia ya que,
al ser líquidos (tienen un elevado
volumen de negociación diario), el
spread entre la compra y la venta es
muy bajo.

«Lo que sí se debe considerar es el


costo que cobra el bróker en caso de
que cobren por entrar y salir», alerta
la CFA.

Vale aclarar que los bonos argentinos


en dólares pagan impuesto a las
ganancias de un 15% (soberanos
no pagan bienes personales,
corporativos sí), mientras que en
los corporativos americanos va por
escala de ganancias con un máximo
del 35% más bienes personales.

Cómo invertir en
acciones americanas
El 23 de marzo de 2020 fue el día
en que las acciones americanas
tocaron su piso en medio de un clima
de fuerte pesimismo cuando los
mercados incorporaron en el precio
la gravedad del impacto económico
del Covid. Parecía la tormenta
perfecta para Trump. Luego de
muchísimo esfuerzo por mantener a
la economía sobre rieles, su campaña
electoral podía peligrar por otro
cisne negro. El miedo de que la
cadena de pagos se interrumpiera a
causa del freno abrupto en las ventas
de ciertos sectores fue una idea
que aterró a los inversores. Pero, de
repente, las expectativas cambiaron.
¿Qué pasó? La Reserva Federal
(Fed) hizo dar un vuelco en las
perspectivas luego de anunciar que
de ser necesario intervendría con
artillería pesada para contrarrestar
la situación. Ya el 15 de marzo
decidieron llevar las tasas de interés
a cero, y ese famoso 23 de marzo, la
Fed anunció expansión cuantitativa
ilimitada con el objetivo de frenar lo
que parecía ser la debacle financiera
más grande de la historia.

Acá una guía de preguntas para


entender sobre el tema, con las
respuestas de Daniela Wechselblatt.
¿Qué significa el programa de
expansión cuantitativa?
Significa que la Fed utiliza una
herramienta para aumentar la oferta
de dinero y lo logra mediante la
recompra de bonos. En 2008 ya
lo había hecho al adquirir bonos
del tesoro americano e hipotecas
«basura» (recordemos que
aquella crisis vino del lado de las
hipotecas). La novedad ahora es
que también está recomprando
bonos corporativos americanos y los
incorpora en su balance. Esta medida
suele ser utilizada cuando ya no
alcanza con los métodos habituales,
como la baja de las tasas de interés
que ya estaban ubicadas en cero.

En 2008 el balance era de menos


de 1 trillón de dólares y se estabilizó
a partir de 2014 en 4.5 trillones.
Básicamente, el aumento del balance
tiene como contrapartida emisión
monetaria.
¿Cuáles son las pálidas de hoy
en día?
• Nos encontramos en medio de una
pandemia que afecta a la actividad
económica de la mayor parte del
planeta, y no sabemos si puede
haber rebrotes en el corto plazo.

• El nivel de desempleo se eleva a


casi el 15% en EEUU, el mayor de
las últimas décadas. Veníamos de
una situación de pleno empleo que
cambió radicalmente de la noche a
la mañana.

• Tensión de EEUU con China, que ya


venía desde antes de la pandemia y
ahora en aumento.

• Fuertes protestas y saqueos en


puntos claves de EEUU por la
muerte de George Floyd.

En otro contexto estos eventos


hubiesen causado estragos en
los mercados financieros, pero
sorpresivamente no está ocurriendo.
La contundente y rápida acción de
la Fed logró revertir la tendencia a la
baja que vimos hasta el 23 de marzo,
y los inversores evidentemente
tienen confianza de que esta
«protección» se mantendrá.

Adicionalmente, la fuerte emisión


monetaria de la Fed hace que muchos
inversores decidan posicionarse en
acciones para cubrirse de la posible
presión inflacionaria a futuro que les
haga perder poder adquisitivo, y esto
empuja a las acciones a subir de precio.

Por último, a los mercados les


encanta anticiparse y hay un
optimismo fuerte por la reapertura
de los comercios; se apuesta a que
todo vuelva a la normalidad pronto
con o sin virus.

¿Será que en algún momento el


mundo financiero y la economía
real volverán a ir de la mano?
De todo esto podemos obtener
varias lecciones:

• Para quienes shortearon esperando


la llegada del fin del mundo, si bien
los datos de la economía real son
alarmantes, no sirve apostar en
contra de la billetera más fuerte
del planeta que es la de la Fed. Su
intervención cambió el esquema
y el S&P ya volvió a los valores de
principio de marzo.

• No tratar de especular en el
corto plazo queriendo ganarle al
mercado. Siguiendo la famosa frase
de Keynes: «Los mercados pueden
mantener su irracionalidad más
tiempo del que tú puedes mantener
tu solvencia». Y mas allá de la
irracionalidad de los inversores, las
variables que pueden afectar a los
precios son prácticamente infinitas.

• Si no podemos predecir lo que


ocurrirá en el corto plazo, nos queda
enfocarnos en el largo. Y para eso lo
mejor que podemos hacer es buscar
compañías que tengan un buen
modelo de negocio sostenible en el
tiempo y que se vean beneficiadas
por el nuevo orden pospandemia.
Apuntar a empresas que, si llegara
a venir una nueva caída en los
mercados, nos den la confianza
para mantenerlas en nuestra cartera
hasta que la situación se revierta.
Con USD 5.000, quien
apostó a la baja ganó
hasta 20% anual en
dólares
Warren Buffett fue quien los hizo
conocidos, a través de Berkshire
Hathaway, su hedge fund. Se trata
de fondos de retorno absoluto, que
no solo ganan cuando el mercado
sube, como puede ser el caso de los
fondos comunes de inversión, sino
también cuando baja. ¿Por qué?
Porque apuestan tanto a la suba
como a la baja de monedas, índices y
mercados en todo el mundo.

Pero hay que tener en cuenta que


no es apto para aquellos perfiles
que son ultra conservadores, ya que
la volatilidad es grande, y se debe
permanecer al menos por un año.
Por eso recomiendan destinar dinero
que no se necesite para vivir.

El año 2018 comenzó con muy mal


tiempo a nivel bursátil: luego de tres
años con la volatilidad más baja vista
en los últimos cincuenta años, parecía
que el león se había despertado para
asustar a cualquiera que se quisiera
acercar a los mercados. Desde los
últimos días de enero en adelante,
las Bolsas mundiales pararon de
caer. El índice Dow Jones estuvo
aproximadamente 11% debajo de sus
máximos históricos.

Si bien parecía que marzo iba a


recuperar el terreno perdido, con
las pérdidas de las últimas semanas
se regresó casi a los mínimos
de febrero, confirmando que la
volatilidad volvía a los mercados
y que los inversores desatentos
podrían ser borrados del mapa.

El resto del año no parecía ser


nada alentador desde el lado de la
volatilidad.

«Si tomamos datos desde 1980 en


adelante, 2018 ha tenido en menos
de cuatro meses más variaciones
porcentuales diarias del orden del
1,5%, 2,5% y 3,5% que cualquier otro
año, y ningún año que haya tenido
tales variaciones ha concluido sin
haber tenido una variación anual
(esto es, la distancia anual entre
máximos y mínimos anuales)
de menos del 20%. En 2018 nos
encontramos en el 13% de variación,
por lo que, si las matemáticas son
correctas, veremos movimientos en
el Dow Jones mucho más grandes
que los actuales durante este año»,
vaticinaba Ivan Scherman, el primer
argentino en obtener el título de
Certified Financial Technician
de la International Federation of
Technical Analyisis, y en ser level III
de la Chartered Market Technician
Association program, la máxima
titulación bursátil mundial.

Esto implicaba muchísima más


volatilidad que en años anteriores,
lo cual es normal si se considera
que históricamente los años de
medio término de los períodos
presidenciales estadounidenses
suelen ser de los más volátiles
comparado al resto, con falsos
quiebres tanto al alza como a la
baja que normalmente engañan a
los inversores, haciéndoles tomar el
lado incorrecto.
Ahora, ¿implica eso que hay que
mantenerse fuera del mercado?
De ninguna manera. Como dice el
dicho «a río revuelto, ganancia de
pescadores».

Scherman señala que «un año


como 2018 implica una oportunidad
enorme, ya que quienes invierten
en hedge funds necesitan de la
volatilidad para generar largos
movimientos tanto al alza como a la
baja para multiplicar por dos o por
tres los movimientos del mercado a
su favor».

Eso es lo que diferencia a un hedge


de un fondo común de inversión, que
gana solo cuando el mercado sube, y
devuelve todo lo ganado cuando los
mercados se ponen peligrosos.

«Pero las correcciones, al ser más


rápidas en cómo se producen, pueden
generar mejores oportunidades que
cuando el mercado está tranquilo,
pudiéndose ganar tanto al alza como
a la baja», indica Scherman, Head
Portfolio Manager de Emerge Funds
Investments, el primer hedge fund
algorítmico de capitales argentinos
con más de una década de existencia.

Por eso, 2018 pudo ser aprovechado


para obtener ganancias mayores a
las que pueden obtenerse en años
normales desde el punto de vista de
la volatilidad, reduciendo el riesgo
que implica solo invertir cuando el
mercado sube por un riesgo menor,
que es el de ganar también a la baja.
De hecho, apostando a la baja se
puede ganar hasta 20% anual en
dólares.
Llegó el Tinder de
las oportunidades
bursátiles: matcheá
con acciones
Goonder es como un Tinder,
pero de acciones. La app ofrece
gratis oportunidades de inversión
a millennials y personas no
especializadas en mercados
financieros desde USD 2.000. Trabaja
con los mejores algoritmos de
trading, que seleccionan cada día las
mejores oportunidades de inversión
en acciones de las principales Bolsas
del mundo, como el S&P 500 (las
500 compañías más grandes que
cotizan en los Estados Unidos) y el
Stoxx Europe 600 (un índice bursátil
compuesto de las 600 principales
compañías por capitalización bursátil
europeas de 18 países).

Este Tinder tira constantemente,


según el perfil del usuario (agresivo,
conservador o moderado), las
acciones que proyectan un
crecimiento fuerte, por ejemplo, del
5%, en los próximos cuatro días, de
acuerdo a un análisis técnico de los
fundamentales históricos del papel
diseñado por el algoritmo según
bases estadísticas. La plataforma
conecta con el bróker y da cerrada
las órdenes de compra y de venta,
de modo de eliminar el miedo al
desconocimiento o a la ansiedad.

«Damos la oportunidad cerrada,


con el punto de entrada, de salida
y el stop por el corte de pérdida
que puede llegar a haber, ya que la
pauta puede no llegar a comportarse
como dice el algoritmo, entonces
cortamos la pérdida de inmediato,
para que sea lo menor posible, ya
que en el mercado puede haber
comportamientos anticíclicos. Pero la
pérdida que puede llegar a generarse
siempre será menor que la ganancia
que te podrá dar», señala Borja
Menéndez Muñoz, CEO de Goonder.

En su caso puntual, invirtió


USD 5.000 para probar el análisis
financiero de la app. La primera
semana perdió USD 300, pero la
siguiente los recuperó y ganó en dos
meses USD 1.000, lo que representa
un 20% (¡en tan solo dos meses!).

Todos los días le llegan


oportunidades de acuerdo al perfil
que armó: solo empresas que sean
socialmente responsables, acciones
líquidas y seguras, de modo de tener
menos riesgo.

Goonder, que comenzó en


septiembre de 2019, ya tiene miles
de usuarios, la mitad argentinos (los
otros son de España y de México),
y en su primera ronda levantó
USD 500.000, y ahora está armando
otra, donde estiman levantar entre
2 y 3 millones de dólares, pues hay
varios fondos grandes de Europa,
Estados Unidos y hasta de Argentina
interesados en ingresar como
accionistas.

Ahora apuntan al mercado chino y


estadounidense, un mercado mucho
más maduro y grande que el local,
donde esperan tener 50.000 descar-
gas. El paso siguiente que tienen pla-
neado para este año es que se pueda
invertir en criptomonedas a través
del algoritmo y en acciones de las
principales Bolsas de América Latina.

Goonder está disponible en todo


el mundo en modo virtual, pero
los usuarios también pueden
operar en modo real a través del
bróker español Esfera Capital, una
marca blanca para la plataforma
internacional de trading Interactive
Brokers, que permite operar en los
principales mercados financieros
internacionales.

Con esta app no es necesario


tener conocimientos financieros
para ganar dinero en Bolsa, ni se
necesita dedicar tiempo al estudio
de los mercados financieros:
Goonder lo facilita, ofreciendo una
selección diaria de oportunidades
de inversión de acuerdo al perfil de
cada usuario. Una vez tomada la
decisión se acepta o rechaza con
un solo gesto de deslizamiento de
la pantalla (swipe), o pulsando el
botón correspondiente. Después,
solo se decide la cantidad a
invertir cada día, y Goonder la
repartirá equitativamente entre las
oportunidades elegidas. Además,
se elimina la incertidumbre sobre
cuándo comprar y vender: todos
los puntos de ejecución (compra,
venta, corte de pérdida y tiempo
máximo) ya están incluidos en cada
oportunidad, de modo que tampoco
es necesario dedicar tiempo al
seguimiento de las inversiones: al
llegar al punto predeterminado, la
orden se ejecutará automáticamente,
de manera que los usuarios solo
deben mirar cómo va el rendimiento.

Las oportunidades son de corto


plazo: una semana y media desde
el momento de la compra hasta el
de la venta. De este modo el capital
puede rotar en al menos tres ciclos
de oportunidades cada mes.

Pronto comenzarán a operar en


Hong Kong y sur de China, con un
mercado potencial de 100 millones
de consumidores.
Cómo aprender de
Warren Buffett, el
gurú mundial de
las inversiones, el
maradona de hacer
plata
Sebastián Ortega, director ejecutivo
del fondo de inversión South
Ventures, viajó a la ciudad de Omaha,
en el estado de Nebraska, Estados
Unidos, el lugar de nacimiento de
Warren Buffett, para asistir a la
asamblea anual de accionistas de
Berkshire Hathaway. Es el evento
de inversiones más importante del
mundo, donde 40.000 personas se
hacen presentes. Se lo conoce como
el Woodstock del capitalismo.

El día previo hay una expo con


las empresas de Buffett y al día
siguiente de la conferencia hay una
carrera de cinco kilómetros por la
ciudad organizada por Brooks, otras
de sus empresas.
A simple vista, la escena de la mega
conferencia se asemeja a la de un
concierto de rock en un estadio
colmado, solo que enfrente se
encuentran dos señores sentados
detrás de una mesa, uno de 86
(Buffett) y otro de 93 años (Charlie
Munger, su socio y vice chairman).
El estadio queda distribuido como si
fuera un concierto de rock. Ellos son
conocidos por lograr un rendimiento
de dos millones por ciento (sí,
2.000.000%) a lo largo de 52 años
al frente de esta compañía. Las
acciones pasaron de valer USD 11,50 a
USD 250.000 durante este período.

Bill Gates también estuvo presente


durante toda la reunión en la
primera fila. Va siempre porque se
transformó en uno de los amigos de
Buffett desde hace 26 años, pero
además porque es uno de los doce
directores de Berkshire. Uno de los
temas a votar en esta reunión fue la
conformación del directorio para el
siguiente año, por tanto, debieron
votar su reelección.
El fondo invierte en Coca-Cola,
Duracell, Walmart, American
Express. Hace unos años invirtió
USD 20.000 millones en Apple, e
invirtió otros USD 10.000 millones
para comprar acciones de cuatro
aerolíneas: American Airlines,
Delta Airlines, United Continental y
SouthWest Airlines.

Para poder ser parte de la reunión


no hay ningún costo, pero está
restringido a los accionistas de
Berkshire. Para tener credencial
de acceso, es necesario tener al
menos una acción. Hay dos tipos
de acciones: las de Clase A, cada
una vale USD 245.000 (es la acción
más cara en el mercado de valores)
y las de Clase B, USD 165 cada
una. Por lo tanto, con USD 165 ya
es posible conseguir acceso, pero
hay que reservar con dos meses de
anticipación.

La fila para entrar al estadio empieza


a las tres de la madrugada a la
intemperie, ya que recién a las siete
abre la puerta el estadio y a las 9.30
empieza la reunión que termina a
las cuatro de la tarde, con un break
de 12 a 13 para el almuerzo. Pero
como nadie se quiere ir del asiento,
venden la caja de comida desde el
día anterior para que el inversor vaya
listo para pasar el día en el estadio.
La caja de comida sale USD 15, es
de Jason’s Deli, trae un sándwich de
pavo con agua y una cookie: todo en
una caja de cartón tipo vianda.

Buffett es casi como una mega estre-


lla de rock en el evento. Todo parece
una fiesta, hasta que llega el momen-
to de las preguntas. El clima se pone
tenso. Buffett asume el rol de quien
decide sobre el destino de la empre-
sa en la que todos los presentes tie-
nen acciones. Muchos de ellos tienen
todo su patrimonio invertido ahí, por
tanto, su futuro depende del hombre
a quien van a interrogar. En cuanto
a las preguntas, hay tres analistas de
inversiones asignados para recibirlas
de antemano. Los accionistas pue-
den empezar a mandarlas por mail
desde varios meses antes. Cada ana-
lista selecciona el conjunto de pre-
guntas más relevante de entre todas
las que recibió.
Las primeras no fueron simples:
«Dado que Berkshire es dueña de
una de las principales aseguradoras
de automóviles de Estados Unidos
(Geico) y también de uno de los
principales ferrocarriles (BNSF),
¿cómo afectará la tecnología de los
autos y camiones sin conductor a
estas empresas?». Sin disimular su
preocupación Buffett dijo: «Si eso
prospera, será un beneficio para los
consumidores, y dañará nuestras
inversiones». No fue una respuesta
complaciente. Más de uno quedó
muy preocupado.

En respuesta a otra pregunta,


confesó que uno de sus principales
errores fue no haber invertido
tempranamente en Google. Dijo:
«Conocía a los fundadores y tenía
oportunidad de preguntarles todo lo
que necesitaba, pero no lo hice».

«Las 40.000 personas del estadio


estábamos escuchando con mucha
atención. Estábamos en una tribuna
cual partido de fútbol escuchando a
uno de los hombres más profundos
en materia de inversiones. Requería
concentración absoluta. Cualquier
cosa que dijera podía afectar
nuestras expectativas financieras.
Cada tanto hacía bien recordar
que esa no era una conferencia
académica: los presentes éramos
accionistas y el hombre que hablaba
tomaba decisiones que afectaban a
estas acciones», explica Ortega.

En el medio de la reunión hubo


una pregunta lanzada directo al
estómago: «Usted que es un hombre
mayor, ¿cómo es posible que sea
el principal accionista de Coca-
Cola, que fabrica productos tóxicos
para la salud de las personas?».
Ahí el resto del estadio empezó a
abuchear a la persona. Se generó un
momento muy tenso. De hecho, los
presentes se enteraron más tarde
que durante la reunión había un
grupo de manifestantes en la puerta
del estadio repudiando la existencia
misma de Coca. Sin embargo, Buffett
contestó: «Cada lata de Coca tiene
1,2 onzas de azúcar. Usted puede
ver que diferentes personas ingieren
azúcares y calorías que vienen de
todo tipo de cosas. Resulta que yo
prefiero que mi azúcar y mis calorías
vengan desde aquí, ya que es la
bebida que más disfruto».

Pensar que el primer empleo de


Buffett fue de repartidor del diario
Washington Post.
¿Cómo funciona
la dinámica de
los resultados de
balances?
La temporada de resultados de
balances del primer trimestre
comenzó y los festejos en Wall
Street también. Ya reportaron
compañías referentes del mercado
como Google, Microsoft, Facebook,
Netflix, 3M, entre otras.

Muchos analistas están empezando a


hacer estimaciones de lo que pueda
pasar en el segundo trimestre, pero
la realidad es que las cuarentenas
empezaron a fin de marzo y los
resultados de ahora nos aportan
pocas pistas sobre lo que podría
venir. Por su lado, las empresas
se abstienen de comentar sobre
sus expectativas para el segundo
trimestre, que claramente es el más
preocupante.

La temporada suele comenzar


unos días después de que cierran
los trimestres en marzo, junio,
septiembre y diciembre, y dura
aproximadamente seis semanas.
Durante este lapso los precios
de las acciones pueden llegar a
sufrir grandes fluctuaciones. No es
descabellado observar acciones
con saltos abruptos de un 20% o
desplomándose de un momento para
el otro.

Vamos con una serie de preguntas


para que entiendas de qué se trata,
con la respuesta de una experta:
Daniela Wechselblatt

1. ¿Por qué ocurre esto en


Wall Street?
Se trata de una época en la que
los mercados se encuentran muy
activos. El resultado de balances
es un evento que afecta tanto a los
analistas que los estudian a fondo
y se guían por fundamentos como
los traders, que especulan con los
movimientos de corto plazo. Todos
ellos hacen que la volatilidad en los
precios aumente.
2. ¿Cuál es la clave para entender
los movimientos en el precio de la
acción cuando se anuncian los re-
sultados de balances?
A diferencia de lo que muchos se
imaginan, el movimiento en el precio
de la acción a la fecha del anuncio
de resultados no se da en función de
que la compañía reporte pérdidas o
ganancias.

La dinámica funciona de la siguiente


forma: para todas las empresas
que tienen balances públicos van a
existir estimaciones consensuadas
de ganancias, ventas, anuncios de
nuevas líneas de negocios, entre
otras cosas. Van a estar calculadas
por diferentes analistas y van a darse
a conocer, lógicamente, antes de
que la empresa reporte números.
La clave está en la diferencia entre
las estimaciones de ganancias de
los analistas vs. el valor realmente
reportado. ¿Por qué? Porque
el movimiento se genera con la
sorpresa. Recordemos que el
mercado descuenta todo en los
precios, con lo cual las pérdidas
o ganancias estimadas por los
expertos al momento en que la
compañía reporta resultados ya
están reflejadas. Esto hace que la
variación en el precio se produzca
principalmente por expectativas no
alcanzadas o superadas, más que
por resultado absoluto. Además,
el momento del anuncio siempre
se da en horas donde el mercado
de valores está cerrado y operan
pocos participantes, con lo cual
la fluctuación inicial ocurre en un
volumen muy pequeño y no del todo
representativo para el largo plazo.

¿De dónde surgen las


estimaciones consensuadas?
Se trata de la combinación de
estimaciones de los analistas que
cubren las acciones que cotizan
públicamente. Estas estimaciones
no son a ciencia cierta, pueden
diferir ya que surgen de balances
proyectados, modelos de valuación
utilizados, y research en donde
siempre nos tenemos que basar en
supuestos sobre eventos futuros que
podrían no ser acertados. En muchas
páginas web abiertas al público se
puede encontrar esta información.
Una de las principales fuentes de
información para los analistas es la
misma estimación que da el CFO o el
CEO de la compañía cuando anuncia
el resultado del balance anterior
en la rueda de prensa, que en un
contexto normal suele ser bastante
acertado. De esta forma evitan
movimientos bruscos en el precio de
la acción.

El problema ahora es el siguiente:


todos sabemos que el segundo
trimestre quedará para el olvido
por la baja en la facturación a
causa de las cuarentenas. Ningún
management está animándose a
lanzar algún tipo de proyección,
sobre todo porque el trimestre
todavía está en curso y no sabemos
en qué momento la actividad
económica se vuelva a reactivar.
Adicionalmente, y como es sabido, la
SEC revisa los lineamientos, anuncia
el management y si se alejan mucho
de la realidad también pueden llegar
a tener problemas legales, por eso lo
mejor en esta ocasión es dar menos
información.
Básicamente el escenario de
incertidumbre es total, los analistas
tienen muy pocos elementos para
calcular sus estimaciones y la
volatilidad que esto puede generar
en los precios es elevada.

En la medida en que transcurran


los próximos meses veremos con
mayor claridad el panorama de las
empresas en el mundo. De todas
formas y como buenos analistas, es
el momento de encontrar valor y
de enfocarnos en los negocios que
pueden llegar a salir favorecidos
de este nuevo orden pospandemia.
¿Se reducirán los espacios de
oficinas ahora que entendemos que
podemos trabajar también desde
nuestros hogares y aumentará
el trabajo remoto? ¿Hay futuro
para las compañías de cruceros?
¿Se pronunciará la tendencia a
la desaparición de las tiendas
físicas ahora que cada vez nos
acostumbramos más a las compras
online?

Si bien ahora estamos frente a una


aparente calma y optimismo de
mercados, más adelante pueden
surgir nuevas oportunidades en la
medida en que esta incertidumbre
se vaya despejando y quede más
claro quiénes son los ganadores y
los perdedores en el largo plazo.
Todavía nos queda pasar por la
tormenta de los resultados del
segundo trimestre que generarán
volatilidad en los mercados, pero
nosotros debemos enfocarnos en
las empresas que sobrevivirán y se
readaptarán a esta nueva realidad en
el largo plazo.
Pensiones o delegar tu
futuro al gobierno
Hoy en día el sistema previsional
es un desafío a nivel mundial, y en
Argentina todo está agravado por
un Estado que siempre se encuentra
escaso de recursos.

Uno de los índices que evalúa los


sistemas de pensiones a nivel global
es el Índice Mundial de Pensiones
de Mercer Melbourne. Compara 37
sistemas de jubilación cubriendo,
prácticamente, dos tercios de
la población mundial y toma en
cuenta tres variables: adecuación,
sostenibilidad e integridad.
Veamos cuáles son
los países mejores
ranqueados:

1. Holanda
2. Dinamarca
3. Australia

Y qué países lideran el


ranking de los peores:

Argentina y Tailandia
casi con el mismo
puntaje.
¿No nos sorprende, cierto? De los tres
índices medidos, el mayor problema
radica en la sostenibilidad. Mide
la probabilidad de que el sistema
actual pueda entregar beneficios a
futuro. A nivel mundial el principal
problema es el del envejecimiento
de la población, que incluye una
reducción de la tasa de natalidad o
emigración de la población. Si no se
sube gradualmente la edad de retiro
a medida que aumenta la esperanza
de vida, la misma población
económicamente activa debe aportar
para mantener cada vez a más gente
retirada y esto se transforma en
una carga más y más pesada para
aquellos que trabajan. Es difícil lograr
el aumento de la edad jubilatoria sin
resistencia de la población.

Adicionalmente a los problemas de


fondo que tienen todos los sistemas
de pensión, Argentina tiene el factor
agravante de ser un país con crisis
económicas cíclicas severas y con
un Estado voraz que necesita de los
recursos. Esto llevó a que las reglas
cambien constantemente a lo largo
del tiempo en un ámbito que se espera
que sea estable ya que justamente
estamos hablando del retiro de
los argentinos. ¿Cuántas veces se
modificó el sistema previsional?

Se pasó de un sistema de reparto


de «solidaridad intergeneracional»
–en el que la generación
económicamente activa financiaba
la pensión de la generación jubilada
y, a su vez, la primera era financiada
por la generación siguiente– a la
posibilidad de optar por un sistema
de capitalización administrado por
las AFJP (década de 1990), y luego
a partir de 2008 se volvió al antiguo
sistema de forma compulsiva. En
el medio (a partir de 2005) se
empezaron a «rifar» las jubilaciones
a través de la moratoria en la que
ingresaron personas sin aportes al
sistema previsional. Durante todo
este tiempo los cambios de reglas
de juego, entre otras cosas en la
fórmula de movilidad de los haberes,
resultaron en un achatamiento
cada vez mayor en las escalas
jubilatorias y esta historia continúa
en el presente con las modificaciones
que se quieren hacer. Luego de
la reciente visita del FMI, también
queda la «puerta abierta» para más
reformas a futuro. ¿Sostenibilidad?
Muy dudosa.
La conclusión es
evidente, si queremos
asegurarnos un buen
pasar para nuestros
años de retiro, debemos
encargarnos de esta
tarea nosotros mismos.

¿Cómo lo logramos? Daniela


Wechselblatt responde.

Ahorrando e invirtiendo. El ahorro


justamente consiste en posponer
el consumo de hoy a cambio de
un beneficio a futuro. El ahorro
tradicional de los argentinos en
ladrillos cada vez rinde menos, se
trata de una inversión en dólares
con rendimientos en pesos y ya a
esta altura tenemos muy en claro
quién sale perdiendo cuando hay
devaluaciones. Hoy en día las
propiedades rinden entre el 1 y el 2%
en dólares.

Por otro lado, el simple hecho de


comprar dólares y guardarlos debajo
del «colchón» resulta incompleto
ya que también hay inflación en
moneda dura y poco a poco nuestro
dinero pierde poder adquisitivo.

Una buena opción es invertir en


activos en dólares que den una
renta en la misma moneda. De esa
forma a lo largo del tiempo nuestro
dinero capitaliza, se mantiene en
dólares y cuando juntamos un
capital considerable podemos vivir
de intereses. Lo mejor es hacerlo
nosotros mismos, sin siquiera planes
de retiro ni empresas aseguradoras
intermediarias. Si bien durante la
vida económicamente activa del
inversor se pueden tener acciones,
los activos que se utilizan por
excelencia a partir del momento
del retiro son los bonos de países
desarrollados o de empresas de
buena calidad crediticia con bajo
riesgo de impago. Nos pagan
intereses periódicos y se adaptan a
todos los perfiles.

Existe un mundo de renta fija de


países desarrollados para inversores
más conservadores como por
ejemplo EEUU, Francia, Alemania y
Reino Unido. También hay de países
emergentes para perfiles moderados.
Hoy en día las opciones más
interesantes se encuentran en los
bonos corporativos por sus mejores
rendimientos, que pueden rondar
entre el 4 y el 7% en promedio en
dólares.

Como podemos ver,


tenemos opciones
y herramientas para
que, con la ayuda de
profesionales, podamos
tomar las riendas de
nuestro futuro.
No esperemos a que
sea tarde.
Desconfiá de las
predicciones de los
grandes bancos
El año 2018 cerró en rojo en EEUU,
ninguna clase de activo logró
acumular ganancias. Tuvimos un
2019 con una curva de tasas de
interés invertida, que se considera
un signo de pronta recesión, pero
con el correr de los meses esta
situación se revirtió hasta llegar a
un auge completamente inesperado
haciendo que 2019 cerrara como uno
de los mejores años en la historia
bursátil. El índice S&P, que es el
más representativo del mercado
americano, terminó 2018 con una
pérdida del 4% pero 2019, ganando
un 29%.

En este momento nos encontramos


en el ciclo expansivo más largo de la
historia americana. La gran pregunta
que surge es, ¿qué pasará en 2020?

Como todos los años, muchos


jugadores del mercado salen a dar a
conocer sus predicciones.
Pero ¿son confiables estas
predicciones?

En 2019, como bien decíamos,


el índice cerró con un 29% de
ganancias anuales en dólares, un
retorno excepcional. Como podemos
ver, 2/3 de los años el índice cerró al
alza y solo 1/3 a la baja.

Ahora, cuando analizamos las


proyecciones de los analistas vs. los
resultados reales del índice vemos lo
siguiente:

De acuerdo con los estudios realiza-


dos de St. Luise Trust Company para
Forbes, el consenso de expectativas
se mantuvo en un rango del 10% so-
bre el valor real en la mitad de los
años, donde podemos decir que los
analistas «acertaron» con la predic-
ción. En la otra mitad de los años la
dispersión fue mayor, con lo cual las
expectativas no se cumplieron. Inclu-
so en dos años se le erró por más del
40% (en 2002 y 2008).
De hecho, muchos «opinólogos»
aún menos serios se dedican a
pronosticar sistemáticamente la
catástrofe. Año tras año predicen
el mismo escenario hasta que algún
día inevitablemente acertarán por
el simple hecho de que la economía
tiene ciclos y en algún momento
este ciclo expansivo se revertirá.
Imaginemos las ganancias que
hubiésemos dejado de percibir en
todo este tiempo si hubiésemos
seguido sus consejos.

Cuando la estadística nos


indica que la mitad de
los años los analistas se
equivovan,
¿qué hacemos si no
podemos confiar en
estas predicciones de
corto plazo?

La respuesta es simple:
invertir en el largo plazo
De acuerdo con un análisis llevado
a cabo por Morgan Stanley con los
retornos anuales del índice S&P 500
desde 1926 hasta 2016, el retorno
promedio anual resultó ser del 10%.
Obviamente tenemos años que
cerraron en rojo y otros en verde.
Para visualizar más claramente este
resultado, si hubiésemos comenzado
invirtiendo 1.000 dólares 90 años
atrás, al cabo de ese período
habríamos alcanzado los 5.474.000
dólares.

¿Qué conclusiones podemos


obtener del análisis? Responde
Daniela Wechselblatt
Para ganar el 10% anual tendríamos
que haber tenido el dinero invertido
durante todo el período analizado.
Es decir, si tenemos la tentación o
la tendencia de entrar y salir de las
acciones tratando de vender cuando
creemos que está en máximos y
comprar cuando consideramos que se
encuentran en precios bajos, corremos
el riesgo de estar fuera de la inversión
en momentos de fuertes subas.
¿Qué otra información nos aporta
este estudio?
Si nos hubiésemos perdido los 15
días de máximas subas en el período
de 1926 a 2016, el retorno promedio
anual hubiese caído a 5,6%, si nos
perdíamos los 30 días de mayores
subas el retorno hubiese sido del 3%
y, por último, perdiendo los 60 días
hubiésemos incurrido directamente
en pérdidas. ¿Moraleja? Entrar y
salir de las inversiones puede ser
peligroso sobre todo si seguimos
consejos de quienes dicen ser
«expertos» pero que ya vimos
que tienen una chance elevada de
equivocarse en sus predicciones. Lo
importante cuando invertimos en
el largo plazo es ser consistentes
con la estrategia que utilizamos y
mantenerla más allá de la coyuntura.

Recordemos que si tenemos un


perfil conservador deberíamos
estar invirtiendo en bonos de buena
calificación crediticia más que en
acciones, por su baja volatilidad y el
flujo de ingresos constantes que nos
proporcionan. El mix de activos ideal
depende de cada perfil de inversor.
El escaso poder de predicción de
corto plazo es parte de las reglas
de juego. Teniendo esto en cuenta
deberíamos evitar caer en la trampa
de la «bola de cristal» y alcanzar
mejores resultados con nuestras
inversiones.
Por iliquidez y
comisiones, bonos
provinciales pueden
tener rendimiento cero
Para el inversor novato, hay bonos
provinciales que pueden mostrar
un rendimiento tentador, con
rendimientos altos que seducen,
pero en ciertas ocasiones puede
darse que ni siquiera haya puntas
y que quien quiere vender con
apuro no lo pueda hacer por falta
de contrapartes, o que tenga que
malvenderlo para poder liquidarlo
más rápido.

En este momento en el mercado


local no hay puntas ni para Buenos
Aires 23 ni para Tierra del Fuego 27,
que son los únicos dos bonos sin
mínimos y que se pueden comprar
directamente en el mercado local. En
consecuencia, es cuestión de pararse
en algún precio y esperar, o entrar a
precios caros. Esto pasa muy seguido.
Salta 2022, por ejemplo, es una
emisión chica de USD 185 millones
(se considera chica cuando es de
menos de USD 400 millones), donde
hay un spread de USD 1,87 por bono
de base, a lo que debe sumársele
lo que el bróker agregue de
sobreprecio para clientes minoristas,
llamado markup (costo oculto que va
adentro del precio).

«De esta forma, el spread aumenta


mucho más. A esto además se le
suma la comisión por compraventa,
si es que el bróker la cobra. Por lo
tanto, tener este bono por un plazo
menor a seis meses, manteniendo
el resto de las variables constantes
y asumiendo que el precio no
se mueve, puede llegar a dar un
rendimiento negativo», advierte
Daniela Wechselblatt.

«Muchas veces nos podemos dejar


seducir por la TIR de un bono, pero
en verdad no estamos teniendo en
cuenta la reducción del rendimiento
por el spread ocasionado por la falta de
liquidez de ciertos bonos. Los asesores
deberían aclararle a sus clientes que
para ciertos títulos debería haber un
tiempo mínimo de permanencia para
que el instrumento rinda», señala la
experta en Wealth Management.

¿Qué es el spread de liquidez?


«Cuando vamos a adquirir cualquier
título, nos vamos a encontrar con un
precio de demanda (bid) y uno de
oferta, que determinan la cotización
de un valor. Bid es el precio más alto
que el comprador está dispuesto a
pagar, y ask el precio más bajo al
que el vendedor está dispuesto a
vender. La diferencia entre ambos es
lo que se denomina spread, margen
o diferencial de precios. A medida
que esta diferencia se agranda, el
potencial de retorno de la inversión
se reduce», explica Wechselblatt.

Los bonos que cotizan en el exterior


se negocian entre traders, con lo cual
hasta que no se hace una transacción
en firme son solo precios de referencia.
Las transacciones firmes tienen
sobreprecios más altos dependiendo
del volumen; por lo tanto, a los
minoristas les suele tocar lo peor.
La comisión del banco puede ser de
entre el 1 y el 1,5% para la compra y
otro tanto para la venta, mientras
el markup del bróker entre 0,3 y
0,5% para el minorista, a lo que se
le debe sumar el spread por falta
de liquidez que puede ser de otro
1,5%. Incluso, hay algunos bancos y
family office que cobran 0,25% de
mantenimiento de cuenta sobre el
total del portafolio que tienen.

«Por ende, lo aconsejable es tener


estos bonos a finish. Sucede que
quizás hay ahorristas que no son
muy conscientes de estos costos y
deciden vender el bono en el corto
plazo, entonces es posible que su
utilidad neta sea prácticamente cero.
Hay comisiones ocultas a las cuales
se les debe prestar atención, porque,
al tratarse de bonos con tan poco
volumen negociado, es oro en polvo
para los brókeres, porque pueden
terminar poniendo el precio que
quieren. Cuanta menos información
tiene el cliente, peor es para él»,
alerta la directiva de DW Global
Investments.
¿Cómo invertir en el
mercado inmobiliario
con bajo capital y
renta garantizada?
Las cocheras se
convirtieron en un
activo de preferencia
para quienes buscan
refugio ante un mercado
volátil que enfrenta una
marcada incertidumbre
económica.
Ante una situación de alta
incertidumbre económica, cada
vez más, los ahorristas buscan
alternativas de refugio en el sector
inmobiliario. Así, las cocheras se
presentan como una alternativa
viable por los bajos costos de
entrada, la ocupación asegurada
por la alta demanda en las ciudades
importantes y las características de
la inversión.
«En el contexto actual, las consultas
por inversiones en cocheras han
aumentado. Es un bien que da la
seguridad del mercado inmobiliario
y además se puede obtener una
renta. Por otra parte, ante la gran
demanda constante por espacios
para estacionar, la apreciación
del valor del bien es mayor cada
año. Así, quien invierte tiene doble
ventaja, la renta y la apreciación de
su propiedad», remarcó Esteban
Súcari, socio de la firma Ecocheras.

Con renta garantizada


Es un mercado que sigue innovando.
Saliendo del negocio tradicional
de alquiler a un tercero, pasando
por el pool de renta, ahora la
inversión ofrece un sistema de
renta garantizada y mixta. Quien
invierta en una cochera bajo
este sistema, desde el primer día
de funcionamiento comienza a
recibir la renta, sin salir a buscar
el inquilino. Tiene una cantidad de
horas de ocupación asegurada y
los excedentes se reparten con la
gerenciadora.
¿Cómo funciona exactamente?
Los estacionamientos que trabajan
con esta modalidad, ofrecen a los
dueños de las cocheras el pago de
una cantidad de horas fijas al mes,
sin importar si la cochera está o
no ocupada esa cantidad de horas.
Aproximadamente la renta es por
tres horas diarias de ocupación,
unas 60 horas mensuales. Y a partir
de la hora 100, se suma la renta
mixta dividida en un 40% para el
dueño de la unidad y 60% para la
gerenciadora.

Dependiendo de la ubicación del


parking, por supuesto, será el costo
de la unidad y de la hora que se
cobra por estacionar allí. Comparado
con la renta que ofrecen hoy los
departamentos, la parte garantizada
es superior.

«El valor de la hora se ajusta por


inflación, como todo garaje. Este
es un punto importante porque
estamos hablando de una inversión
que ajusta la renta por inflación»,
remarcó Esteban Súcari.
«La realidad nos muestra que los
estacionamientos se han convertido
en la puerta de entrada al mercado
inmobiliario tanto para pequeños
como para grandes inversores. Es
un buen negocio para aquellos que
quieren hacer rendir sus ahorros y
que no pierdan valor. Además, es
una buena opción para quienes no
quieren exponerse a la volatilidad
del mercado. Invertir en una cochera
significa colocar los ahorros en un
bien que se aprecia, resguarda el
valor del dólar y además genera
renta», afirma Esteban Súcari.

¿Dónde invertir?
Un ejemplo de este sistema que se
presenta hoy en el mercado como
una oportunidad es el caso del
parking en el emprendimiento Thays
Parque Leloir, un desarrollo urbano
a 15 km de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires que presenta una
interesante propuesta integral
inmobiliaria y comercial con un
parking asociado para atender a
toda la demanda del lugar. El máster
plan incluye la construcción de un
hotel de cadena internacional de
primer nivel, además de un centro
de convenciones, condominio de
viviendas, oficinas y un complejo
comercial que contará con un
supermercado de marca líder
y restaurantes de prestigiosas
cadenas, entre otros.

Para acceder a esta inversión no es


necesario pensar en grandes sumas
de dinero. Con un adelanto del 35
% del valor total, se puede entrar
en el negocio y el resto se financia
en 30 cuotas ajustables por el
índice de la Cámara Argentina de la
Construcción (CAC).

También en la Ciudad de Buenos


Aires se pueden encontrar unidades
para explotar con este sistema de
renta asegurada en estacionamientos
ubicados en zonas estratégicas.
Como así unidades particulares con
el sistema tradicional de alquiler o la
administración bajo sistema de pool
de renta, informan desde Ecocheras.

«Las cocheras son para muchos


ahorristas el canal de entrada al
negocio inmobiliario. Permiten
acceder al mercado con un cuarto
de la inversión que significa un
departamento. Además, la alta
demanda asegura la ocupación»,
agrega Súcari.
Cómo invertir en real
estate en Estados
Unidos a USD 300
el metro
Parece el famoso «Believe It or Not!»,
de Ripley. Mientras en la Villa 31 se
venden pisos con balcón a la calle a
USD 1.200 el metro, en los Estados
Unidos se puede conseguir la misma
porción de tierra por la cuarta parte
de ese valor.

La oportunidad inmobiliaria está


en Detroit, que perdió el 50% de la
cantidad de habitantes en varios
años debido a la reducción de
puestos de trabajo.

«En los Estados Unidos, cuando a


una zona le pasa esto, tiene el riesgo
de que sus inmuebles caigan en for-
ma profunda. A su vez, esto derivó
en inseguridad, altos índices de de-
lincuencia y, por una mala adminis-
tración, la ciudad sufrió la bancarrota
en 2013 y se recuperó en 2014», ad-
vierte Mariano Capellino, CEO de la
gerenciadora de inversiones INMSA.
Este tipo de situación en la crisis
pasó en otras zonas de Estados
Unidos, tal vez en valores más altos,
pero el desplome ocurrió en forma
similar en Atlanta, Houston y en
Homestead, una ciudad ubicada en
el condado de Miami-Dade, en la
Florida, en donde se podían adquirir
viviendas en 2011 a USD 350 el metro
que hoy superan los USD 1.000.

Actualmente, también sucede en


ciudades de España, como Castellón,
Almería y Cádiz, en donde se puede
adquirir desde 400 euros el metro.

La diferencia es que las rentas allí


pueden rondar 250 euros mientras
que, en Detroit, por la recuperación
de puestos de trabajo y mayores
ingresos, se renta a USD 800.

También pasó en Argentina en 2002,


cuando se adquirían viviendas en el
Gran Buenos Aires e interior a menos
de USD 500 el metro.

«Justamente de eso se trata este


negocio: de aprovechar las caídas
de los mercados y, apenas empiezan
los primeros signos claros de
recuperación, entrar para poder
aprovechar la fuerte recuperación y
apreciación de los activos», explica
Capellino.

A su entender «este negocio se trata


de tener timing en lugar de location
o activos premium, como muchos
nos quieren hacer creer».

Para acceder a estas perlas ocultas,


hay operadores inmobiliarios en
el mercado, pero es importante
ser cuidadoso y analizar con
detenimiento los barrios a comprar,
para evitar riesgos de vandalismo,
que es un problema que todavía
persiste en algunas zonas.

Donde están las oportunidades


y donde hay bajos niveles de
inseguridad y tienen mucho
potencial de recuperación es
en los barrios de West Detroit,
Corktown, University District, Eastern
Market, Dearborn, Lincoln Park y
Warrendale, que ya llevan un año
de recuperación, tanto en casas o
edificios de departamentos.
Para comprar se puede recurrir
a las inmobiliarias de franquicias
nacionales.

Si se mira la historia reciente


en este tipo de activos en estas
localizaciones, las apreciaciones de
los dos últimos años superan el 15%
anual, ya que parten de un piso muy
bajo cercano al 20% del valor que
tenían en 2005.

No obstante, los especialistas del


mercado prefieren ser conservadores
y proyectan recuperaciones
(apreciaciones) del orden del 10%
anual. Pero lo interesante es que a
eso se le debe sumar el ingreso por
alquiler, que puede llegar a superar
el 20% anual por los próximos cinco
años, dado el valor bajo de los
inmuebles.

Si bien en Detroit está lleno de


vendedores e inmobiliarias, en un
mercado revuelto hay que tener
mucho cuidado. Hay personas
que compran casas a USD 15.000
en zonas marginales, invierten
USD 5.000 en arreglos y las venden
a extranjeros que desconocen la
situación en USD 70.000, pero en
zonas con mucho riesgo. Hay que
tener mucho cuidado porque es
difícil seleccionar la ubicación, ya
que hay zonas que todavía son
vandalizadas.

En la mejor zona de Downtown


y Midtown se pueden encontrar
precios desde USD 800 a USD 4.000
el metro. En general, las zonas clase
A ya fueron recuperando precio y
queda poco recorrido comparado
con el resto.
Invertir en Vaca
Muerta desde USD 500
y ganar 25% en dólares
El crowfunding inmobiliario llegó
a Argentina, lo que representa un
cambio de paradigma en el mercado
del real estate, porque el ahorrista
puede acceder a cuotapartes de
proyectos en cualquier parte del
mundo. Mediante este sistema de
financiamiento colectivo, el inversor
pone desde USD 500 para entrar a
un activo valuado en dólares.

Una de las oportunidades que ofrece


esta modalidad es la inversión en
Vaca Muerta, más precisamente
en Altos de Añelo, un edificio de
departamentos situado en el corazón
de Añelo, centro de explotación de
la mega reserva petrolífera-gasífera.

La propuesta consiste en invertir


en conjunto con un grupo de
inversores con el objetivo de adquirir
departamentos terminados, totalmente
equipados, en uno de los mejores
complejos de vivienda de Añelo.
El precio de lista es de USD 2.300
el metro, pero por este sistema se
entra a un valor de USD 1.825, lo que
representa un 15% de descuento
sobre el precio de lista. Los
departamentos poseen un contrato
de alquiler por 24 meses en dólares,
en el cual el inquilino paga USD 25 el
metro, por lo que la renta estimada
para el inversor ronda entre el 25 y el
35% anual, en un contrato a dos años.

Añelo se ubica a 100 kilómetros de la


capital de Neuquén, centro operativo
y logístico de las principales
empresas petroleras, razón por
la cual la demanda inmobiliaria
para alojar tanto a operarios como
ejecutivos de la industria crece a
tasas sostenidas desde hace 15 años.
Se trata de la ciudad con mayor
aumento poblacional en la región,
aproximadamente un crecimiento del
1.000% en 15 años.

Hoy en día la oferta inmobiliaria en


la zona es muy escasa y la demanda
la supera con creces, principalmente
por la falta de desarrollos
residenciales y, sumado a ello, los
pocos edificios, condominios o casas
existentes que en gran medida no
cumplen con los requerimientos
constructivos sindicales.

Actualmente los precios por metro


cuadrado en algunos desarrollos
alcanzan los valores de las zonas
premium de la Capital Federal
como Palermo o Puerto Madero con
precios que superan los USD 3.000.

El precio por alquiler de departa-


mentos es el más elevado de Argen-
tina, se llega a pagar hasta $ 70.000
mensuales por departamentos de
menos de 50 metros.

Hoy en día, por la crisis internacional


del petróleo, con el precio del barril
más bajo en los últimos 10 años, no se
vio afectado el precio de los alquileres.

«Entendemos que es el mejor


momento para comprar unidades de
vivienda en el lugar, ya que se proyecta
un repunte del precio del barril y por lo
tanto un incremento en la explotación
y la demanda inmobiliaria», precisa
Damián Lopo, director de Crowdium.
Burbuja inmobiliaria
en Miami: para
absorber la oferta se
necesitan 58 años
Las ferias de real estate contaron con
gran presencia de desarrolladores
que promovían proyectos de
condominios en Miami en la zona de
Brickell o en lugares frente a la playa.

«El mercado de condominios de


lujo en preconstrucción en Miami
se está transformando en una
enorme burbuja: los datos muestran
una situación muy compleja que
empeorará en los próximos años»,
alerta Mariano Capellino.

Entre 2012 y 2015 se construyeron


3.200 unidades distribuidas en 15
torres que ya fueron entregadas: 680
unidades se pusieron a la venta y
durante los primeros seis meses solo
se vendieron 34.

«Si proyectamos que el volumen de


ventas se mantenga así se venderán
68 este año. A este ritmo y de
no ingresar nuevas unidades a la
venta, llevaría 10 años vender las
que actualmente están en stock»,
advierte Capellino.

El problema es que hay 11.000


unidades en construcción en
condominios similares distribuidos
en 37 torres que se terminarán en los
próximos 30 meses. Si solo 30% de
esas unidades se ponen a la venta,
sumadas a las 646 que aún están
ofrecidas, pero sin ser vendidas, el
stock sería de 3.946 unidades.

Si el ritmo de venta actual se


mantiene, se necesitarán 58 años
para absorber toda la oferta.
Ante este escenario ya hay
compradores de preconstrucción
que están dispuestos a asumir las
pérdidas para salir de sus unidades
a un menor valor. Pero, aún así, hay
muy poco interés en el mercado
de adquirir esos condominios y la
demanda se está desacelerando por
las unidades adicionales que llegarán.
Como es imposible pensar que
se demore 58 años en liquidar el
sobrestock de inmuebles, en el corto
plazo se seguirá produciendo una
baja en el precio.

Luego de la fuerte baja de precios,


comenzará a absorberse el stock
de propiedades y se acelerarán
las ventas. Pero el precio a vender
deberá ser mucho menor al pagado,
tal como sucedió en el período
2009-2012.

Pero hay que tener en cuenta que


durante 2004 y 2005 a muchos
inversores les vendieron la idea de que
el mejor negocio era comprar en la
mejor locación, Brickell, y pagaron en
preconstrucción cerca de USD 5.000
el metro cuadrado. En 2008, al
recibir sus inmuebles terminados y
ver el desplome en los precios de
ese momento a la mitad, muchos
no supieron qué hacer y prefirieron
no apurarse. Pero en 2014, luego de
10 años de la compra y cuando el
mercado estaba en su mejor momento
al no haber inventario nuevo, con
presión al alza en precio, los valores
promedios solo habían alcanzado
USD 4.500 el metro, es decir, menos
de lo que lo compraron.

Esto generó una disyuntiva. De


venderse en ese momento, hubiese
perdido mucho dinero. Por eso,
una buena cantidad de inversores
prefirieron mantener sus activos
dado que en ese momento en
preconstrucción se estaba vendiendo
cerca de USD 6.000 el metro.
Ahora deberán esperar hasta 2024
para ver los máximos nuevamente.
Y si consideramos la inflación de
los Estados Unidos del 3% anual
promedio, aun logrando vender al
mismo precio que lo compraron,
habrán perdido cerca del 50% de su
capital por la incidencia inflacionaria.

«Gran parte de quienes siempre


invirtieron en inmuebles aprendieron
después de mucho equivocarse que en
este tipo de inversiones solo se gana
dinero aprovechando los ciclos del
mercado y haciendo diferencia entre
compra y venta en el menor tiempo
posible», señala Mariano Sardáns.
El negocio de
invertir en viviendas
con okupas
La palabra «okupas» siempre da
un poco de miedo. No es para
menos. Muchas películas y series
han reflejado imágenes con cierta
carga de tensión y emoción, propias
y necesarias para que la historia nos
atrape. Pero detrás de esa carga
emocional se encuentra uno de los
principales negocios en la actualidad.
Como ya es conocido, España se
ha transformado en uno de los
mercados más atractivos del mundo
para los inversores inmobiliarios.
Rendimientos en inversiones que
pueden superar el 10% anual son
muy posibles en ese mercado que
ha logrado atraer a los principales
fondos globales de real estate.

Pero más allá de eso, siempre


hay nuevas oportunidades para
maximizar los beneficios de la
inversión. Para hacer grandes
negocios en real estate, se requiere
identificar el mercado, tipo y clase
de activo que está en plena fase de
recuperación y detectar cuáles son
los nichos más oportunos en los que
se pueden adquirir muy por debajo
del valor de mercado.

Y eso es lo que sucede hoy con las


carteras de viviendas en las que
viven okupas. Seguramente en
Argentina pensar en hacer negocios
en este tipo de viviendas parecería
utópico. Y puede ser verdad. Hoy en
España, el proceso para desalojar
okupas se realiza en un período de
cuatro a doce meses, que siempre es
efectivo. Es un período bastante más
largo que en Estados Unidos, pero
definitivamente mucho menor que
en nuestras tierras y allí se produce
con total seguridad.

¿Pero dónde está el negocio?


Nadie quiere tener propiedades en
esa situación y menos los bancos.
Por eso, es razonable que las quieran
vender en carteras y rápidamente.
Actualmente existen muchos
inmuebles en esa situación en la
mayoría de las entidades financieras.
«Si una propiedad podía costar en
el año 2007 la suma de 160.000
euros, hoy puede conseguirse en
24.000. Sí, leyó bien. Al 15% de
su valor. Hoy una vivienda de las
mismas características sin okupas
se encuentra en el piso de su valor
luego de siete años de caída. Hoy
se pueden conseguir en el mercado
en el orden de los 60.000 a 80.000
euros. Esto implica que, si se tiene
estómago, podrá duplicar el valor de
la inversión en el corto plazo», dice
Mariano Capellino.

Pero ¿cómo se hace este negocio?


Primero hay que conocer las carteras
de los bancos donde la necesidad
de vender es más urgente. Ninguna
institución financiera quiere tener
inmuebles «parados» y menos si
están ocupados. Segundo, estar
dispuesto a adquirir una gran
cantidad de unidades compuestas
por inmuebles de esas características
y generalmente distribuidos en
todo el país, no en una sola ciudad.
Y, tercero, hacer una gestión
profesional analizando el mercado;
realizar un due-diligence con
asesoramiento legal y técnico para
poder acceder lo más rápido posible
al inmueble y, una vez desalojado,
realizar las refacciones necesarias
para luego venderlo o esperar la
recuperación, alquilándolos durante
aproximadamente tres años.

El costo total de esta gestión puede


rondar los 10.000 euros por activo.
La recompensa es importante: a un
costo total de alrededor de 35.000
euros se puede vender al doble
en alrededor de dieciocho meses.
Y si se espera la revalorización
que se anticipa para los inmuebles
en España, posiblemente puede
triplicar el valor invertido en
aproximadamente tres años.
Mientras tanto, es dueño de un
inmueble, es decir, ladrillos, como
nos gusta decir a los argentinos.

Hoy los bancos españoles siguen


teniendo en cartera activos
inmobiliarios e hipotecas impagas
por un valor en torno a 200.000
millones de euros. Dos tercios de
ese valor corresponde a préstamos
hipotecarios impagos en proceso de
ejecución, donde aún el banco no
cuenta con el activo. Para lograrlo, el
proceso es largo y atenta contra la
liquidez de la entidad financiera.

Los inmuebles en esta situación son


una gran oportunidad. A diferencia
de aquellos que ya se encuentran en
poder del banco, estos inmuebles
tienen valores muy inferiores.

Los inmuebles en poder de un banco


pueden adquirirse, si se lo hace en can-
tidad, con descuentos de hasta un 25%
sobre el valor de mercado. En cambio,
los inmuebles que aún están en proce-
so de ejecución pueden obtenerse en
negociaciones de grandes carteras con
hasta un 50% de descuento.

¿Por qué se logra tan


alto descuento?
Capellino explica que resolver un
proceso judicial de este tipo de deu-
da demanda varios años y elevados
costos para las entidades. Por eso,
los bancos están dispuestos a vender
con mayores descuentos.
Cuando se adquiere una hipoteca,
siempre hay dos caminos. Una es
continuar el proceso judicial, lo que
puede demandar entre uno y dos
años. La otra es negociar con el
deudor para que ceda la propiedad.

La mejor estrategia es negociar


con el deudor en paralelo a la
compra de la deuda hipotecaria al
banco para lograr que, en el mismo
momento de la compra, el deudor
ceda la propiedad. Esto se logra
con adecuados incentivos al deudor
de forma tal de mejorar su posición
para cerrar el proceso. Así se logra
obtener al menos un 35 a 40% de
descuento, muy superior al 25%
que se logra comprando un bien en
poder de los bancos.

Estas operaciones son las que


realizan actualmente fondos de
inversión inmobiliarios globales,
grandes inversores sofisticados
o gestoras de patrimonios
inmobiliarios para lograr elevados
rendimientos
Parece magia, pero no
lo es. Todo pasa por
buscar creativamente
y detectar las mejores
oportunidades para
invertir en real estate.
España sigue mostrando una
fuerte recuperación de su mercado
inmobiliario luego de una crisis muy
profunda con caída sistemática del
valor de los inmuebles durante más
de ocho años. España es un mercado
con ciertas características muy
diferentes al argentino. Todos los
mercados pueden sufrir una crisis
inmobiliaria. En el caso de España,
una de sus características fue el
gran endeudamiento de las personas
que con la crisis económica y el
aumento del desempleo generaron
una de las peores crisis en la historia
del país. El problema se fue de las
manos. Los españoles no solo tenían
una hipoteca para su vivienda. A
esa primera hipoteca se sumaba
una segunda y hasta una tercera
hipoteca, que financiaba viviendas
para vacacionar o para alquilar
como renta, dada la bajísima tasa
de interés que llegó a estar, por
momentos, por debajo del 2% anual.

Con la crisis económica, se perdieron


muchos empleos, todo se derrumbó
y, aún con tasas bajas, las cuotas
de los préstamos hipotecarios no
pudieron ser pagadas. Esto generó la
intervención de los bancos, quienes
tuvieron que asumir grandes carteras
de activos, los cuales tienen un
efecto muy negativo en sus balances.

Con la situación de recuperación


actual, existe una oportunidad de
colocar esas carteras. Pasaron más de
diez años desde el inicio de la crisis y
los inmuebles en poder de los bancos
han debido ser amortizados y los
valores contables muchas veces no
reflejan el potencial de esos bienes.

Y uno de esos casos es el que mejor


oportunidad presenta hoy para
los inversores más sofisticados y
fondos de inversión globales: son
los inmuebles que en buenas épocas
comenzaron a ser construidos pero,
debido a la crisis, las obras debieron
paralizarse.

Estos inmuebles tienen el gran


atractivo de estar valuados en
los bancos a valores cercanos al
del terreno. Es decir, los bancos
pueden recuperar el valor de libros
a un precio atractivo para los
inversores ya que están fuertemente
provisionados. Ese precio está
muy por debajo del mercado. Pero
son activos difíciles de vender
comparados con aquellos que están
terminados sin ocupar o aquellos que
están alquilados.

«Por ambas causas, hoy se logra


negociar la compra de inmuebles no
terminados en poder los bancos a un
50% del valor de mercado. Si a eso le
sumamos el potencial de apreciación,
se podría lograr una rentabilidad
de más del 150%. Vendiéndose el
inmueble en un plazo de dos a tres
años a inversores o desarrolladores
que deseen terminarlo, el beneficio
podría superar entre el 40 y el 50%
anual en euros», señala Capellino.
Quien los compra, debe entender que
es un gran negocio, pero con ciertos
riesgos. Como han estado en proceso
de construcción, se debe conocer
el estado de los permisos. Y eso es
vital para reanudar la construcción y
lograr vender los inmuebles.

Quienes conocen el mercado


español, deben conocer qué
inmuebles están valuados al valor del
terreno y solucionar la situación del
permiso. No es cosa imposible, pero
sí para especialistas. El beneficio
es muy grande: en un mercado
desarrollado se puede obtener entre
40 y 50% de rentabilidad anual en
euros. Parece magia, pero no lo es.
Todo pasa por buscar y detectar las
mejores oportunidades para invertir
en real estate.
España, el mercado
que atrajo a
los inversores
inmobiliarios globales
Ya no hay dudas de la recuperación
del mercado inmobiliario español.
Luego de siete años de crisis que
se reflejó en la caída pronunciada
de los valores, el sector inmobiliario
muestra signos de una fuerte
recuperación por tercer año
consecutivo. En 2019 siguió
superando los 10.000 millones de
euros de inversión, como ya sucedió
en los tres años previos.

«Este fenómeno permite que España


se esté transformando en la nueva
estrella de las inversiones en real
estate a nivel global. Los grandes
fondos de inversión de real estate
globales han tomado posiciones
adquiriendo, durante los últimos
tres años, los principales activos
clase A –los de mejor calidad y
ubicación–. En este segmento, ya se
percibe una fuerte recuperación en
sus valores, lo que demuestra que
existe una tendencia firme a que este
pronóstico sea una realidad. Según
Deloitte, España ha sido el país del
mundo con mayor crecimiento en
inversiones inmobiliarias, con un
36% de variación comparando 2016
versus 2015, desplazando a China
del primer lugar», explica Mariano
Capellino, socio fundador de INMSA.

Para poder entender el fenómeno,


es importante analizar el contexto
macroeconómico. El tipo de cambio
en España comenzó a ser muy
competitivo respecto al dólar a partir
del año 2015 y continúa siéndolo.
La economía se está encaminando
y por tercer año consecutivo existe
un crecimiento del PBI de más del
3 %, incluso tras la incertidumbre
generada por el Brexit y Cataluña.
El crecimiento es significativo
frente al 1,6% de la Comunidad
Europea. El empleo continúa
creciendo a un ritmo de más de
medio millón de nuevos empleos,
y la tasa de desempleo ha seguido
descendiendo, logrando caer del
26% en 2013 al 17,23% en 2017, y
se espera que este año termine en
torno al 15%.

Pero no solo el contexto


macroeconómico parece ayudar. El
mercado inmobiliario muestra signos
muy alentadores. Luego de varios
años de caída, el precio medio de
la vivienda, tuvo un incremento del
6,2% anual en 2019, llegando a 1.280
euros el metro cuadrado. Con esos
valores se observa que la caída que
ha venido sufriendo ha parado. El
metro cuadrado llegó a tocar los
2.000 euros.

La recuperación es heterogénea,
muestra incrementos de más del 10%
en Madrid y Barcelona y apenas 0,40
% en Extremadura y en localidades
pequeñas del interior de España.
Esta situación, permite que se
puedan adquirir activos por debajo
del costo de reposición en zonas
sobreofertadas con absorción aún
moderadas.

Sumado a esto, las tasas de


préstamos hipotecarios se
encuentran a niveles históricamente
bajos, del orden de 2% anual, tasa
muy por debajo de países con
mercados relevantes como los EEUU.
Esto se debe a la reducción en la
prima de riesgo y a una política
monetaria más expansiva por parte
del Banco Central Europeo. A eso
se suma la decisión de los bancos
de financiar a usuarios finales e
inversores impulsando la cantidad de
préstamos otorgados de viviendas
durante 2016, 2017 y 2018, que sigue
creciendo en forma sostenida.

La situación también se ve
potenciada por la exigencia del
Banco de España de obligar a las
instituciones bancarias a vender sus
activos improductivos en vez de
mantenerlos en sus balances. Esto
está provocando una aceleración del
proceso de liquidación de activos
con deudas hipotecarias, que según
estimaciones es del orden de los
130.000 millones de euros.

También los indicadores esenciales


muestran una gran oportunidad
para los inversores. Se mantiene una
caída en los valores de los inmuebles
cercana al 40% en comparación con
2008 en activos clase B (residencias
y oficinas). Se ha iniciado un nuevo
ciclo de construcción, especialmente
en activos clase A y B en zonas en
donde ya queda muy poco inventario
usado disponible. Los años 2016 y
2017 han sido considerados los años
de la recuperación de la actividad
constructora en el sector inmobiliario
con un fuerte incremento de la
cantidad de nuevas obras y permisos.
El mercado residencial mostró un
incremento del 33% en relación con
el año anterior, superando los 50.000
visados de obra nueva. Y 2017
consolidó la tendencia.

La inversión inmobiliaria residencial


en España está logrando
rendimientos medios entre
apreciación e ingresos por alquiler
del 10,9% anual, que se contrapone
con rendimientos mínimos en bonos
y acciones.

También los terrenos muestran


una fuerte recuperación. Las
operaciones de compraventa
crecieron cerca del 50%,
concentrado especialmente en
Madrid, Barcelona, en los principales
destinos de la costa y en capitales
de provincia como Málaga y
Valencia, entre otras ciudades. El
valor de los terrenos residenciales
creció 30% en algunas de las
denominadas zonas calientes de las
ciudades antes mencionadas.

Otro dato significativo es que


las viviendas adquiridas por
extranjeros siguen creciendo sin
parar. Estos últimos años, han
ido ganando participación hasta
representar el 17% del total de la
inversión, mostrando el inicio de la
recuperación ya que esta demanda
suele anticiparse hasta dos años al
inicio del cambio de ciclo del precio
de la vivienda.

La recuperación no está siendo ho-


mogénea, pero sí progresiva. Existe
un número creciente de segmentos
de mercado en los que las ventas
mejoran, el exceso de oferta se va
absorbiendo y comienzan a gene-
rarse las condiciones para los nue-
vos desarrollos.
Considerando la relación riesgo-
rendimiento a mediano plazo, España
parece convertirse en el país más
atractivo para invertir en real estate,
si se lo compara con otros países de
riesgo similar de Europa o con otros
países o regiones como Estados
Unidos o países de América Latina.

Hoy se pueden adquirir en las zonas


periféricas de Madrid y capitales de
provincia como Málaga, Valencia
y Alicante, entre otras, carteras de
inmuebles residenciales clase media
a bancos en torno a los USD 900
el metro cuadrado, cuyo costo de
reposición supera los USD 1.600 y
su valor histórico superaba los USD
2.000, es decir que tienen un potencial
de mas del 100% de apreciación.

Si lo comparamos con valores de


inmuebles similares en Estados
Unidos, Latinoamérica y el resto de
países de Europa claramente vemos
una gran oportunidad.

Esto refuerza la idea de España


como uno de los mercados globales
más atractivos para los inversores
inmobiliarios.
Los siete errores
más frecuentes del
inversor inmobiliario
Invertir en inmuebles parece
fácil. Claro, se le ha inculcado al
comprador que es una fuente de
preservación de valor, y que la
idea es comprar y mantener el
activo por mucho tiempo porque
se revalorizará. Lo que realmente
se hace es adquirir inmuebles, no
invertir. Muy pocos piensan que
invertir en inmuebles tiene la lógica
de la inversión financiera, es decir,
requiere analizar distintos mercados,
tipos y clases en todo momento para
tomar la decisión si se mantiene la
cartera, se compra o se vende. Por
eso, si medimos cuánto rindió un
inmueble promedio a largo plazo en
los últimos 25, 50, 100 años, tanto
aquí como en Estados Unidos o
cualquier país del mundo, apenas
equivale a la inflación. Por eso, es
necesario considerar los errores que
la mayoría de las personas comete,
normalmente, por desconocimiento,
para transformar una compraventa
en una inversión real y lograr
rendimientos anuales en dólares de
más del 15%.

Mariano Capellino da los paso a


paso:

1. Creer que la preconstrucción


–comprar en pozo– es
necesariamente un buen negocio:
En realidad, depende del mercado
y de la fase del ciclo que atraviesa.
Un ejemplo de esta situación es el
mercado actual de Miami. Dada la
falta de conocimiento del inversor
extranjero y el fuerte incentivo en
comisiones de los desarrolladores a
los brókeres, se venden activos en
preconstrucción –especialmente en
la playa y Brickell– hasta un 40% por
encima del mismo activo terminado
y a estrenar.

2. Creer que se puede repetir la


misma historia reciente:
En muchos casos cuando inversores
ingresan en un momento oportuno
del ciclo a un determinado
mercado y tipo de activo y salen
en el mediano plazo con utilidades
atractivas, creen que pueden
repetir la misma operación otra vez.
Esto no ocurre en la mayoría de
los casos, ya que luego de varios
años de apreciaciones fuertes en
un determinado mercado y tipo
de activo, las revalorizaciones
comienzan a reducirse, y para
lograr sostener esos rendimientos
se requiere desplazarse de tipo
de activo o de mercado si ya no
existiesen oportunidades en él.

3. Creer que comprar inmuebles


a un banco, en subastas o a
desarrolladores implica siempre
hacer un buen negocio:
Adquirir activos por estas vías
requiere un expertise aun mayor
al que se requiere en una compra
tradicional. Muchos inversores por el
solo hecho de estar comprando por
esta vía creen que están comprando
por debajo del valor de mercado y
muchas veces terminan comprando
por encima.
4. Creer que los inmuebles
premium son los más atractivos
y seguros:
Aunque los activos premium son los
que mejor y más rápido se recuperan
en una crisis, el riesgo puede ser
mayor, porque uno puede entrar
cuando ya se revalorizó. Asimismo,
son los que menores rentas por
alquiler ofrecen. Por eso, depende
del momento del ciclo en el cual se
encuentren para definir si es negocio
o no. Porque puede ser un pésimo
negocio. Solo basta preguntarle
a quien compró en Brickell en el
año 2014. Durante cuatro años, su
inmueble perdió valor, y la renta por
alquiler fue mínima en ese período
frente al negocio de comprar activos
clase B con fuerte revalorización
en ese período y una alta renta.
Sucede lo mismo hoy en España.
Es el mercado inmobiliario global
más atractivo. Comprar premium no
asegura un adecuado rendimiento,
porque ya se revaloriza fuertemente.
El negocio está en los activos clase B
y C.
5. Falta de medición y creer que
el rendimiento está basado solo
en los ingresos por renta:
El rendimiento se construye con tres
variables. La primera es el descuento
en la compra, lo cual requiere escala
y es solo accesible a inversores
profesionales y sofisticados. La
segunda es la apreciación, en donde,
a partir de una gestión activa, se logra
superar la inflación y apreciar a tasas
de más del 10% anual solo en períodos
cortos en la fase de recuperación
y expansión de cada tipo/clase de
activo en un mercado. Para esto se
requiere pensar y operar globalmente.
Y la tercera es la renta, que es la única
variable a la cual, generalmente, tiene
acceso un «inversor».

Para poder evaluar el rendimiento


anual del activo inmobiliario, es
importante tener presente el
costo total (valor de compra más
gastos asociados a la compra,
remodelaciones, etc.) más todos
los ingresos y egresos generados
durante el período de explotación
(luego de la compra) y esto restárselo
al valor de venta o tasación, menos
los gastos de ventas. De esta forma
podremos tener un rendimiento
preciso. En general se simplifica el
análisis y lo que parece ser un gran
resultado es apenas un rendimiento
superior a la inflación.

6. Comprar una propiedad y


no venderla nunca:
Está demostrado que los rendimien-
tos que se obtienen en general adqui-
riendo un activo y manteniéndolo en
cartera a largo plazo suelen ser muy
bajos, dado que todos los mercados
atraviesan distintos ciclos y, al mante-
ner el activo en forma permanente, la
rentabilidad se ve castigada cuando
el mercado cae. Los mercados, en su
fase de recuperación y expansión, tie-
nen una ventana de aproximadamen-
te de cuatro a seis años y siempre hay
que aprovechar este período y luego
salir. El mejor rendimiento por aprecia-
ción se obtiene aprovechando las cur-
vas más pronunciadas de los activos,
y cuando se empiezan a amesetar hay
que venderlos para aprovechar otro
mercado en mejores condiciones.
7. Creer que con la inversión
inmobiliaria nunca se
pierde capital:
Está demostrado que, por momentos,
los activos pueden generar fuertes caí-
das en los valores, y en caso de elegir
desinvertir hay que estar dispuestos
a asumir fuertes pérdidas o a esperar
mucho tiempo para que recupere el
valor. Esto repercute fuertemente so-
bre los rendimientos promedios a lar-
go plazo que, en general, en carteras
pasivas, los niveles de apreciación his-
tóricos apenas alcanzan la inflación.

Asimismo, está demostrado que


invertir activamente en inmuebles
permite lograr altos rendimientos.

Si se quiere comprar un bien para


vivir y disfrutar, hay que hacerlo sin
remordimiento al precio que sea, en
el mercado que a uno le guste y en
el momento que sea. Y disfrutarlo.
Pero si quiere invertir en inmuebles,
no cometer estos errores. De lo
contrario, no se ganará dinero. Para
lograr altos rendimientos, la clave
consiste en entrar en el mercado
indicado en el momento indicado con
una estrategia activa y profesional.
¿Mito? ¿Son las
inversiones financieras
más rentables que las
inmobiliarias?
Mucho se discute en el mundo de
las inversiones acerca de en qué
proporción distribuir el patrimonio
en inversiones financieras e
inmobiliarias.

Si escuchamos a los asesores


financieros e inmobiliarios vemos
que cada uno defiende lo que hace
y sus intereses. De todas maneras,
vemos que existe un mito en donde
se cree que siempre las inversiones
financieras son más rentables que las
inmobiliarias.

Creemos que un portafolio de


inversión siempre debe contener
activos financieros e inmobiliarios
y el porcentaje dependerá de la
preferencia del inversor, su perfil de
riesgo, sus objetivos, sus experiencias
pasadas y quienes lo asesoren.
Pero la idea es romper con el mito de
que las inversiones financieras siempre
generan mejores rendimientos y de
que las inversiones inmobiliarias solo
logran rentabilidades bajas, pero son
seguras.

Si bien es cierto que la inversión


inmobiliaria tradicional, lo que
los especialistas denominamos
«pasiva», deja bajos rendimientos,
es importante entender que existen
formas sofisticadas en donde
grandes inversores logran altos
rendimientos, superiores a los que se
logran con activos financieros y con
un nivel de riesgo muy inferior.

Veamos algunas ventajas de la


inversión inmobiliaria frente a las
financieras y algunos mitos que
existen, según Mariano Capellino:

1. Precio:
En la inversión inmobiliaria se
puede comprar por debajo del
valor de mercado, mientras que
en la inversión financiera todos los
inversores, desde el que invierte un
dólar al que invierte 1.000 millones,
pagan las acciones y bonos al mismo
valor cada día. Nadie consigue una
acción de Telecom o de Apple a
menor precio que su cotización en la
Bolsa. Pero sí se puede comprar un
inmueble a menor valor que el del
mercado en ciertas situaciones.

2. Correlatividad:
Las inversiones inmobiliarias suelen
resistir mejor las fuertes crisis que
sufren los mercados, mientras que
los activos financieros corrigen
generalmente en forma importante,
incluyendo fondos y acciones de
empresas inmobiliarias.

3. Costo transaccional
inmobiliario:
El costo transaccional inmobiliario es
muy alto, nadie lo duda, pero cuando
se invierte en fondos o acciones
inmobiliarias ese costo ya lo tienen
incorporado en sus operaciones
y, además, se le suman los costos
transaccionales financieros.
4. Liquidez:
Sin duda, los activos financieros son
más líquidos que los inmobiliarios.
Pero si se opera en mercados
internacionales como EEUU o
España, se puede acceder a
préstamos hipotecarios a bajas
tasas. En tan solo 45 días, se obtiene
liquidez inmediata con financiación
sobre los activos en cartera. Esto
es ideal cuando uno tiene una
necesidad puntual y ha decidido
mantener los activos y cuando se
busca maximizar el rendimiento.

5. Ecuación riesgo vs. retorno:


Operando activos inmobiliarios en
mercados adecuados en las fases
de recuperación, donde hay gran
cantidad de activos distressed
debajo del costo de reposición y
del valor de mercado, se pueden
lograr retornos sin apalancamiento
superiores al 15% anual y más del
30% anual con apalancamiento
moderado del 60%, con bajo riesgo
de pérdida del capital. Para lograr
estos retornos en activos financieros
se debe estar dispuesto a operar
en activos que implican alto riesgo
de pérdidas de capital y elevados
niveles de apalancamiento.

6. Riesgos de pronóstico:
El pronóstico de correcciones y
cambios de ciclos en los mercados
y activos inmobiliarios son mucho
más predecibles que en los activos
financieros. Mediante un tablero de
control con variables macro y micro
del sector, se puede predecir con
bastante anticipación cuándo las
curvas de crecimiento se empiezan a
amesetar y en cuánto tiempo puede
comenzar un proceso de corrección
y un cambio en las fases del ciclo.
En cambio, en el sector financiero, a
pesar de poder vislumbrar cuándo el
mercado está para corregir, nunca
se puede estimar cuándo, en qué
medida y cuál será la causa de la
corrección.

7. Afectación del tipo de cambio:


Generalmente, cuando se invierte
en el sector financiero y no se tiene
cobertura del tipo de cambio, la
exposición ante un fuerte cambio
en los activos financieros es muy
alta. En cambio, si bien a los activos
inmobiliarios les afecta también, no
tienen la misma correlación.

8. Riesgo mercado:
Cuando el mercado financiero entra
en crisis, generalmente afecta a
todos los mercados. En cambio, en el
inmobiliario el efecto generalmente
está localizado en donde se
manifiesta la corrección. Un ejemplo
de esto es el mercado inmobiliario
argentino, que en la crisis de 2008
no se vio afectado.

9. Pronóstico en los
rendimientos proyectados:
En general, las proyecciones de
los rendimientos de los activos
inmobiliarios suelen ser más ciertas
que la de los activos financieros
de renta variable, y con un nivel de
riesgo muy bajo, y muchas veces con
rendimientos superiores.
10. Diversificación:
Al igual que la inversión financiera,
en donde se puede invertir en
distintos mercados y sectores
industriales, en el sector inmobiliario
pasa lo mismo. También se puede
invertir conformando portafolios de
distintos tipos y clases de activos en
diferentes mercados.

Ahora repasemos un poco de


estadísticas. Credit Suisse ha
publicado un estudio en donde
muestra que desde 1900 a 2016 la
renta variable (acciones) tuvo un
rendimiento del 5.1% anual, mientras
que los bonos soberanos un 1.8% y
los Bonos del Tesoro 0.8%, mientras
que la inflación anual durante ese
período fue del 2.9% anual.

El estudio también indica que en


una mirada de mediano plazo que
incluye el período 2000-2016, las
acciones (renta variable) tan solo
rindieron 1.9% anual frente a un 4.8%
anual que rindieron en promedio
los bonos soberanos. También
sobran los ejemplos de las debacles
financieras que se vivieron durante
los últimos cien años y que dejaron
en la ruina a muchos inversores,
especialmente a los que tomaron
deuda para comprar acciones.

Asimismo, otro estudio revela que


aquellos inversores que adoptaron
una estrategia activa, es decir
comprar y vender en los momentos
«más convenientes» durante los
últimos cuarenta años, tampoco
pudieron superar el rendimiento
generado por el mercado mediante
la estrategia pasiva (mantener los
activos en cartera) antes mencionada.

Si miramos lo que pasó en el sector


inmobiliario vemos que, si se adoptó
una estrategia pasiva, según un
estudio revelado de JP Morgan,
desde 1900 a 2012 la apreciación
promedio anual fue de tan solo 3.1%
anual frente al 3% anual de inflación.

En cambio, con una estrategia


activa, es decir, aprovechando las
fases de recuperación y expansión
de los ciclos inmobiliarios en
distintos mercados, vemos que tan
solo la apreciación supera los dos
dígitos, ejemplos recientes sobran:
Argentina, 2003 a 2008; EEUU
2009 a 2014, etc. Sumado a esto, los
ingresos por rentas más el descuento
al momento de la compra frente al
valor de mercado si se cuenta con
ese expertise.

Conclusión:
Si pensabas que no era tan
beneficioso invertir en inmuebles,
podés cambiar de opinión. Pero
claro, todo esto funciona si el
inversor deja de lado el enemigo
número uno de las inversiones
inmobiliarias: comprar y dejarlos en
cartera para siempre. Aunque eso
parezca seguro, posiblemente no sea
negocio. Solo lo es cuando se hace
una gestión activa. De esa forma,
los grandes inversores logran altos
rendimientos, superiores a los que se
logran con activos financieros y con
un nivel de riesgo muy inferior. Ese
es finalmente el negocio.
Entrevista a Daniel
Cohen Imach, titular
de Step Developments
¿Qué sitios parecen afrontar
mejor los embates de la
economía? ¿Por qué?
Argentina es un país que cae en
crisis cíclicas que para muchos
«golpean» al sector inmobiliario.
Lo cierto es que históricamente los
valores del metro cuadrado no han
dejado de crecer y en prospectiva no
van a dejar de hacerlo en el mediano
plazo al menos. A lo largo de los
últimos diez años, aproximadamente,
el gobierno de la Ciudad de Buenos
Aires ha invertido en diferentes
obras que cambian drásticamente
la demografía de zonas que se
inundaban, eran peligrosas o no
estaban conectadas, por tanto,
depende de la estrategia competitiva
de cada desarrollista el sector que
le parezca que, según diferentes
indicadores, beneficia a sus clientes.
En nuestro caso, para afrontar los
embates económicos –contando
que trabajamos mayoritariamente
inversores conocedores–, escogemos
siempre zonas que al momento de
iniciar la construcción no son las
más clásicas, pero sí las que más
se revalorizan. Step Developments,
de la mano de Cohen & Mach,
comercializadora, ha intervenido
seguidamente en proyectos que
tuvieron una muy buena tasa de
revalorización, son claros los casos
como Step Lafuente, situado en
el barrio de Flores, que comenzó
cuando no existía el Metrobus, hoy
pasa a menos de 50 metros y a 150
del soterramiento del Sarmiento
y también del subte; así como el
flamante Step DUO, un desarrollo
único en Distrito UADE, cercano a
muchísimas universidades, medios
de transporte y autopistas. Así es
que nuestra «salsa secreta», como
dirían en Estados Unidos, es localizar
los terrenos con gran capacidad de
revalorización y desarrollar allí un
plan apto para las necesidades de
nuestros inversores y por supuesto
de los consumidores finales.
¿Qué emprendimientos son una
«apuesta segura»? ¿Qué tipologías
son las preferidas por los
inversores/usuarios?
La apuesta segura desde siempre
es diferente para cada inversor/
usuario. En nuestra cartera
contamos con mayoría de inversores
especializados en desarrollos
inmobiliarios, por lo que saben que
ubicar una zona en crecimiento,
sumado a una administración
óptima y con foco al usuario, es
una apuesta más que segura –nos
avala el cumplimiento del 100% de
los proyectos iniciados–. Respecto
a las tipologías, varían según zona
y necesidad; mejor un ejemplo para
comprenderlo: en distrito UADE, el
público estudia, trabaja, o ambas,
y a eso está enfocado nuestro
desarrollo, comprendido de lofts de
gran tamaño para oficinas y otro
edificio con viviendas de 1, 2, 3 y
4 ambientes para estudiantes, o
familias que buscan cercanía a sus
quehaceres diarios, comodidad y un
lugar para disfrutar; premisas más
que importantes a la hora de elegir.
Todo, por supuesto, con los más
completos amenities, como piscina,
loundry, gym, SUM, etc.

¿A qué cliente se busca


seducir en momentos de
crisis como el actual?
Los clientes son muy variados; van
desde ahorristas que tienen su dinero
«bajo el colchón» hasta inversores
profesionales que buscan diversificar
su cartera sin perder rentabilidad
en el rubro de la construcción, con
unidades fácilmente realizables, lo
que significa que los edificios que
construimos tienen gran demanda en
el mercado y los departamentos –de
ser necesario– se venden o alquilan
muy rápido.
Entrevista a Luis
Guido, director de
la desarrolladora
Grid (Grupo Idea
Desarrollos)
¿Qué lugares parecen afrontar
mejor los embates de la
economía? ¿Por qué?
Los barrios premium de la ciudad
sostienen sus valores a pesar de las
distintas coyunturas económicas. El
corredor norte de Buenos Aires y
algunos otros barrios como Caballito
o Urquiza forman parte de ese grupo.

Sin embargo, el desarrollo de la


zona sur ofrece oportunidades
ampliando los barrios para nuevos
emprendimientos. Tal el caso de
Parque Patricios o San Cristóbal en
cercanías del distrito tecnológico
donde, aparte de la sede del GCBA,
se están instalando gran cantidad de
empresas de tecnología y servicios.
¿Qué emprendimientos son una
«apuesta segura»? ¿Qué tipologías
son las preferidas por los
inversores/usuarios?
Las escalas intermedias (2.000 m2
a 4.000 m2), con plazos acotados y
flujo garantizado que no dependa
de las ventas durante las obras para
financiarse.

Las tipologías siguen siendo viviendas


de superficies muy ajustadas,
monoambientes, 1 y 2 dormitorios.

¿A qué cliente se busca seducir en


momentos de crisis como el actual?
El cliente es el mismo de los últimos
años, es decir, el inversor con capa-
cidad de pago durante el término
de obra. Lamentablemente el usua-
rio final de la vivienda tiene muy
poca posibilidad de participar de es-
tos emprendimientos. Quizás en los
próximos años, si se lograra una im-
portante baja de la inflación, nueva-
mente el crédito hipotecario (junto al
crédito intermedio a desarrolladores
y la hipoteca con boleto y posesión)
nos permitará orientar nuestros desa-
rrollos también a ese usuario final.
Los errores al comprar
un inmueble en el
exterior
«Uno de los errores más comunes al
comprar una propiedad en Miami es
hacerlo a nombre personal al no tener
información de cómo estructurar la
inversión. La gente, a veces, compra a
nombre personal por desconocimiento
o por desinformación, cuando a un
extranjero le conviene comprar a
nombre de una corporación, pero
nunca a nombre personal», revela
Jorge Kupferman, de Miami Life Realty.

A su juicio, otro de los errores más


comunes al comprar una propiedad
en Miami es comprar sin saber
si el edificio está habilitado o no
para el uso que le queremos dar.
Por ejemplo, la mayoría de los
inversores quiere comprar para
renta, pero hay edificios que, por
ejemplo, no permiten alquilar el
primer año, o no permiten alquilar
dos años, o son solo para mayores
de 55 años. Estas son restricciones
que el inversor desconoce porque
el realtor con el que trabaja no le
avisó, ya sea por desinformación,
por desconocimiento o por falta de
experiencia.

Agrega que otro error que puede


presentarse es firmar un contrato
por desconocimiento con cláusulas
que no favorecen porque el realtor
que lo hace no tiene experiencia
en contratos ni en real estate. Hay
cláusulas, detalles, que cuando
uno las arma «defienden» a su
cliente. Las llamamos «cláusulas de
escape», o sea, cuando se trata de un
comprador incluimos determinados
ítems para que, si se arrepiente,
pueda salirse del contrato sin perder
el depósito. Y si es un vendedor,
existen cláusulas en el mismo
sentido. Son herramientas que da
la experiencia sobre el modo de
elaborar contratos.

Un error también importante, cuenta


Kupferman, es trabajar, al comprar
una propiedad, con amigos o familia
que no tengan conocimiento ni
experiencia. Se recomienda trabajar
con un equipo de profesionales, ya
sea bróker de real estate, abogado
de real estate, contador, etc., para
justamente, como equipo, dar el
mejor asesoramiento, para tener
la mejor estructura legal y que
puedan ayudar al comprador a no
cometer errores. Como señalaba
antes, comprar a nombre personal
es el error número uno por no
estar bien asesorado. Comprar
mal la propiedad por no estar bien
asesorado.

Por último, un error muy común, a


su juicio, es comprar sin saber quién
nos va a administrar la propiedad
que compramos. El secreto,
también, es contar con una buena
administración. Si uno compra, debe
saber quién administra, quién renta,
quién paga las expensas. Un mal
administrador puede terminar por
arruinar una buena inversión. Por
eso es importante trabajar con una
compañía de management que sea
seria, con experiencia, con una gran
cantidad de unidades en su haber.
Algunas ciudades...
Filadelfia es la quinta ciudad más
grande de Estados Unidos y la
octava economía regional en el
mundo. Ubicada entre Nueva York,
Washington D. C. y Atlantic City,
cuenta con más de 30.000 nuevos
empleos creados en 2017. Recibe
gran flujo de millennials (jóvenes
de 18 a 35 años de edad). Industrias
pilares: Salud y Educación. Es el
hogar de 52 universidades y cuenta
con un sistema de transporte público
moderno. Las empresas que generan
la mayor cantidad de empleados en
Filadelfia son Comcast, Boeing, SAP,
Lockheed Martin.

Baltimore es una ciudad satélite


de Washington D. C. Cuenta con
el segundo puerto más importante
de la Costa Este y con el John
Hopkins Hospital, uno de los mejores
hospitales de EEUU y mayor
generador de empleos de la ciudad.
Es el primer mercado en los Estados
Unidos con los rendimientos más
altos en propiedades de renta. Su
población millennial ha crecido un
16% en los últimos cinco años.
Todo lo que un
inversor necesita saber
antes de invertir en
real estate
«Una importante dimensión a la hora
de concebir proyectos inmobiliarios no
depende tanto del objeto en sí mismo
ni de los fondos que se captan para
ejecutarlo, sino que es un emergente
directo del contexto. En este sentido
cabe recordar que, históricamente,
la bibliografía de real estate sostiene
que la clave del éxito de un proyecto
inmobiliario pasa por tres factores
que, irónicamente, se reiteran en una
palabra “location, location, location”, o
sea, “ubicación, ubicación, ubicación”»,
dispara desde el vamos el presidente
de la Cámara de Desarrollares
Urbanos, Damián Tabakman.

Por supuesto, tratándose de bienes


inmuebles que, naturalmente, no
pueden cambiar de sitio, es claro
que esta premisa refleja una gran
sabiduría. Dado que no se puede
modificar la implantación del
emprendimiento una vez adquirido
el terreno, ese aspecto resulta crucial
a la vez que incorregible. El resto
de las variables del negocio pueden
adecuarse a cambios de mercado
o a errores cometidos. Siempre es
posible ajustar los precios o alterar la
calidad edilicia. Pero una localización
deficiente no tiene solución.

Sin embargo, en los últimos años,


cuenta que se ha verificado un
cambio conceptual relevante que
ha alterado de raíz esa máxima
histórica. Fueron las grandes crisis,
como la emergente de la burbuja
inmobiliaria, las que ayudaron
a replantear buena parte de la
bibliografía específica sobre bienes
raíces. En Argentina, con la tremenda
volatilidad de la economía, esta
cuestión es más fácil de entender.
Efectivamente, quien haya adquirido
un bien inmueble a la salida de la
convertibilidad, entre 2003 y 2005,
si lo conservó y lo vendió recién en
2007 o 2008, por ejemplo, sin lugar
a dudas ganó plata.
En los primeros años de la década
de 2000, la megadevaluación en
Argentina determinó un fuerte
descenso de los valores en dólares.
Con el paso de los años, esos valores
se fueron acomodando y el tipo
de cambio tendió a acercarse a lo
que es usual en Argentina. Nuestro
país tiende a ser relativamente caro
medido en dólares y son breves
los períodos históricos durante los
cuales sucedió lo contrario.

En el sentido inverso al ejemplo


anterior, quien adquirió un
inmueble antes de la salida de la
convertibilidad y lo vendió, por
ejemplo, en 2002, seguro que perdió
plata. En el mundo se encuentran
múltiples ejemplos similares.
En Miami, en 2008 y 2009, las
propiedades valían muy poco, al
igual que en Madrid para esa misma
época. Más recientemente, en
especial en la Florida, se vivió una
increíble recuperación que llevó los
precios incluso por encima de los
que había durante la burbuja.
A la luz de estas referencias, que
nos son familiares, es que se ha ido
cambiando la máxima universal, que
asegura el éxito de una inversión
inmobiliaria, hacia la que dice
«timing, timing, timing», lo cual
constituye la tercera dimensión de
los proyectos inmobiliarios.

Ello significa que, aun en caso de que


se aborden las otras dos dimensiones
con absoluta solvencia y pericia, si
la lectura del timing (del ciclo) al
hacer la inversión es errónea, lo más
probable es que el resultado sea
malo. Por el contrario, un acierto en
el timing probablemente garantice
la rentabilidad, incluso aunque el
desarrollador no haga lo demás con
excelencia. Por supuesto que quien
encaró un emprendimiento en 2003
en Argentina (retomando el ejemplo
anterior), bien pudo haber hecho un
pésimo negocio, por ejemplo, si se
apuró a vender en pozo. En ese caso,
quienes le compraron, producto de
la situación macro, capitalizaron el
incremento de valores.
Los inversores más avispados,
con capacidad de encarar una
estrategia global de captación
de oportunidades, están
permanentemente leyendo los
ciclos de cada sitio y, en función de
ello, toman decisiones. Luego, la
estrategia de inversión admite no
ser tan sofisticada. Estos inversores
no se preocupan por encontrar el
mejor terreno, ni por hacer el mejor
proyecto. Tampoco por hacer
adquisiciones al mejor precio posible
ni ventas al valor más elevado. El
foco está depositado en la cuestión
del timing. Y cuando se encuentra
un lugar en el mundo al que vale la
pena ir porque, por alguna razón, se
ha abaratado con perspectivas de
encarecerse a futuro, allá se dirigen
con el objetivo de comprar lo mejor
que se pueda. No necesariamente
el mejor activo, tan solo algo simple
y bueno, para esperar luego a que
el propio mercado lleve los valores
hacia arriba, con el fin de salir en ese
momento.
No es un juego fácil, ni es para
cualquiera. Es apto solo para
inversores grandes y sofisticados.
Pero es el mejor reflejo del
entendimiento de esta variable
estructural de las inversiones
inmobiliarias que supone, e incluso
exige, que siempre hagamos una
lectura profunda del contexto para
avanzar solo si nos resulta favorable,
más allá de la calidad del negocio
puntual que tengamos entre manos.

«En Argentina, por ejemplo, el valor


de los inmuebles es históricamente
inversamente proporcional, medido
en dólares, al tipo de cambio. En
los breves períodos durante los
cuales el país está barato para los
extranjeros y el dólar caro para los
argentinos, las propiedades, al igual
que otros bienes domésticos, suelen
estar muy baratas, de modo que
conviene entrar al mercado haciendo
adquisiciones. Son épocas inciertas
y muy volátiles, pero interesantes
para los buenos inversores que miran
negocios cuando la mayoría prefiere
desprenderse de activos», indica
Tabakman.
Por el contrario, asegura que cuando
los argentinos ganan bien en dólares
y pueden comprar en el exterior
muy por debajo de los costos locales
(lo más usual en series históricas
largas) es el momento de no hacer
adquisiciones locales, sino de vender.
Tan simple como comprar cuando
está barato y vender cuando está
caro. Esa evidente fórmula nunca
falla. Ello no quiere decir que no se
pueda ingresar al mercado cuando
las cosas están subiendo, que es
cuando todos entran. Pero solo
con la estricta disciplina de salir
mientras sigan subiendo sin esperar
al cambio de tendencia. De hecho,
en plena suba el mercado tiende a
recalentarse y es entonces un buen
momento para entrar, pero siempre
en la expectativa de salir con
celeridad.

¿Qué hace un desarrollador


inmobiliario por lo cual es
retribuido por sus inversores?
¿Y cómo se logra un esquema
retributivo que eficazmente
alinee a las partes?
En primer lugar, podemos asegurar
que el developer «no hace nada». No
lleva adelante ninguna de las tareas
ejecutivas, dado que están delegadas
en los especialistas. Pero lo cierto es
que, al tiempo que «no hace nada»,
se hace responsable de todo, de
punta a punta. Un desarrollador se
recibe de tal, no cuando hace un
curso o lee un libro como este, sino
cuando, por primera vez, cambia
cualitativamente la actitud frente al
proyecto y deja de ser un profesional
especializado que le presta servicios
al negocio, para convertirse en el
empresario del proyecto.

A su juicio, el empresario es quien


padece el riesgo de recibir el peso
del reclamo cuando todo sale mal,
y de recoger el rédito maximizado
cuando el proyecto desborda
utilidades. Y ello sucede cuando
el desarrollador se sienta por
primera vez frente a un inversor y lo
convence de participar, dado que,
junto con los fondos, este le traslada
sus angustias, sus expectativas, sus
fantasías, sus ahorros de toda la
vida. De hecho, si en el medio del
proyecto sobreviniera una crisis
macro de algún tipo, inevitablemente
el inversor lo llamará al developer
para preguntarle qué impacto tendrá
ese fenómeno sobre el proyecto.
Como profesional de la construcción,
bien podría reconocer su ignorancia,
pero como empresario, ello es
inaceptable. Un developer debe
saber cómo anticiparse a ese tipo
de escenarios imprevistos y qué
previsiones tomar.

Esa es la vida del empresario de


los desarrollos inmobiliarios, y
por ahí pasa el grueso de su día a
día. Pero nadie llega al momento
culminante de su carrera al recibirse,
siendo que ello efectivamente
se logra la primera vez que se
captan fondos para un proyecto.
Lo que irónicamente podríamos
llamar el doctorado es cuando el
desarrollador lo llama a su inversor
para comunicarle que perdieron
plata, que no solo no se ganó,
sino que ni siquiera alcanza para
recuperar lo invertido. Y lo cierto es
que no es tan inusual que suceda.
Los proyectos inmobiliarios son
inversiones seguras y sólidas, en las
cuales el capital permanece en su
sitio, puede palparse y recorrerse.
Pero, como negocio, puede salir
mal. Puede ocurrir que el precio
de venta no permita cubrir los
costos o que, por imponderables,
se dispare la inversión, por ejemplo,
como consecuencia de un conflicto
con la constructora. Cuando el
desarrollador, en tanto empresario,
transcurre esa desagradable
circunstancia, realmente puede
entender que está maduro y en
condiciones de acceder a ligas
mayores.

¿Cuál es, entonces, el esquema


retributivo más eficiente para
un desarrollador?
Para Tabakman es, efectivamente,
aquel que le permita ganar más
si el proyecto gana mucho. Ello
puede pactarse como porcentaje
de la ganancia, pero mejor aún si
fuera respecto de la Tasa Interna
de Retorno (TIR), que contempla
más genuinamente el volumen de
equity efectivamente invertido y el
tiempo transcurrido. Idealmente, con
una escala de aumento geométrico
del honorario de modo que, para
ganancias realmente extraordinarias,
el beneficio del desarrollador
también sea gigante, y viceversa.

Las otras pautas retributivas que


a veces se utilizan en el mercado,
como, por ejemplo, pagarle un
porcentaje de la inversión o de la
venta, son insatisfactorias dado que
no logran alinear eficientemente
los intereses del developer con su
comitente, que es su inversor.
Lo primero hace que el desarrollador
perciba más plata si la obra se
encarece, y lo segundo no incentiva
al developer a ahorrar costos. Por lo
demás, pagarle un porcentaje de la
ganancia no contempla la diferencia
que naturalmente hay entre invertir
mucho o poco capital propio, ni
entre recuperar la inversión en corto
o largo plazo.

En resumen, un desarrollador
puede ser un arquitecto en busca
de generarse su propio trabajo, o
un emprendedor seducido por el
mundo de los ladrillos y los activos
reales. Lo mismo da. Su origen y la
motivación que genera la puesta
en marcha de un emprendimiento
propio poco importan en la medida
en que se asuma la profundidad
compleja del desafío y se comprenda
lo transformador de la realidad que
afortunadamente esta disciplina
puede ser, llena de riesgos, de épicos
desafíos, de angustiosas pérdidas y
de grandes satisfacciones.
Detroit, una ciudad
para invertir en
real estate
Detroit, la ciudad más grande del
estado de Míchigan en Estados Unidos,
es reconocida hace un siglo por ser la
capital automotriz a nivel mundial.
Los desarrollos de General Motors,
Ford Motor Company y Chrysler
la volvieron una ciudad icónica; y
también fue noticia por los vaivenes
económicos que sufrió durante la
posguerra y la bancarrota de 2013.

Sin embargo, en la actualidad,


Detroit está en boca de todos por
su capacidad de resiliencia: atrás
quedó la crisis y ahora atraviesa un
período de reconversión y desarrollo
orientado a sectores tan diversos
como salud, defensa, industria
aeroespacial, tecnología y logística,
que trajo consigo uno de los booms
inmobiliarios más importantes de la
historia de EEUU.
Es que Detroit está a pasos de
convertirse en un nuevo Sillicon
Valley y todavía hay mucho espacio
para crecer.

«Cada vez son más las compañías


que deciden desarrollarse en la
ciudad y por ese motivo trabajadores
de otras metrópolis empezaron a
migrar hacia ella», destaca Marcelo
Schamy, CEO de IDG Homes Detroit,
compañía de inversiones en real
estate local.

De la mano de esta diversificación


son varios los ejemplos de
empresas que han comenzado a
expandirse y a abrir convocatorias
para ocupar nuevos puestos de
trabajo. Google multiplicó sus
operaciones y construirá su primera
fábrica de vehículos autónomos;
Fiat Chrysler Automobiles abrirá
nuevas instalaciones y terminales
de producción. Starbucks, LinkedIn,
Microsoft, Quicken Loans, Kellog’s,
Walmart y Penske son otros
ejemplos de esta expansión.
De ahí que en este momento se
registre una alta demanda de
mano de obra para refacciones y
construcción continua, a tal punto
que «es más alta la necesidad
que la disponibilidad de personal,
incluso nosotros mismos nos hemos
expandido para poder abordar
el incremento de consultas que
recibimos a diario», agrega Schamy.

En ese sentido, Detroit se ha vuelto


una ciudad óptima para invertir en
el mercado inmobiliario, en especial
porque posee las propiedades más
económicas de EEUU con precios
promedio de USD 60.000 y que
pueden alquilarse por alrededor de
USD 800 por mes, generando alto
retorno anual y una excelente y
predecible capitalización en plusvalía.

IDG Homes Detroit se dedica a


la búsqueda, compra, refacción
y venta de propiedades con el
formato «llave en mano». Ofrece la
posibilidad de comprar viviendas,
complejos multifamiliares y
oficinas refaccionadas a nuevo,
bien ubicadas y con apreciación
comercial para inversores
individuales o grupos.

«Estas inversiones representan


un riesgo acotado al tratarse de
bienes tangibles que colateralizan la
inversión», señala Schamy.
Cuentas claras:
menos impuestos,
menos costos
La reforma tributaria que entró en
vigencia en 2019 permite deducir
del impuesto a las ganancias todos
los costos financieros asociados a
inversiones personales, entre otros,
intereses, comisiones y honorarios.

¿Qué significa esto? Que si están


claramente explicitados –y no
ocultos– el inversor argentino puede
descontarlos/deducirlos de las
ganancias personales generadas
durante el año y, de esta forma,
pagar menos impuestos.

«El problema es que normalmente


las entidades financieras locales y
del exterior ocultan estos costos y
comisiones de varias formas. Otros
costos que no pueden deducirse
son los que cobran los fondos de
inversión, ya que la renta que le
brindan al inversor es neta», advierte
Mariano Sardáns, CEO de FDI.
De acuerdo con la prensa
especializada, los inversores que
manejan su dinero con bancas
privadas y brókeres tradicionales
pagan un promedio del 1,92% anual
del monto de sus activos en costos y
comisiones.

Si estuviesen claramente
explicitados, podrían deducirse del
35% del impuesto a las ganancias, y
su incidencia bajaría al 1,25% anual
(1,92% x 0,65).

No caben dudas de que tener


las cuentas claras con tu asesor
financiero te lleva a ahorrar
mucho dinero.
El día después del
día después
«Seguramente la mayoría de
nosotros recibimos más de 1.753.713
frases e historias por minuto por
WhatsApp, y la mayoría repetida
en los 657.234 grupos en los que
participamos. Quiero enfocarme en
una de ellas con la esperanza de que,
una vez más, ustedes participen con
sus hijos en este debate que quiero
provocar sobre el día después»,
señala Claudio Zuchovicki, gerente
de Desarrollo de Mercado de
Capitales de la Bolsa de Comercio de
Buenos Aires.

Se trata de una frase que le asignan


a Clint Eastwood:

«La gente dice que deberíamos


dejar un planeta mejor para
nuestros hijos. La verdad es que
deberíamos dejar unos hijos
mejor educados para nuestro
planeta».
Entonces, Claudio quiere aprovechar
esta cuarentena para reflexionar en
familia acerca de cómo preparamos
y educamos a nuestros hijos en
materia de economía y finanzas
para el día después del día después
de esta pandemia. Nosotros no
podemos modificar ni evitar las
consecuencias globales de tremenda
crisis, pero sí podemos manejar
nuestra actitud luego de que pase.

«A mis hijos les conté que, en lo


personal, no perdí mi dinero en esta
crisis, solo perdí la herencia que les
correspondía a ellos, así que van a
tener que prepararse para ganarse la
vida. Preparémoslos para asumir los
riesgos. De eso se trata la vida. Esto
justifica el motivo de esta nota».

«Como siempre repito, es mentira


que crisis es oportunidad, crisis
es crisis, y solo cuando esta
termina, recién ahí, aparecen
muchas oportunidades para el
que está preparado. Empecemos
a prepararnos entonces», propone
Zuchovicki.
Parte del supuesto de que esto va a
pasar, va a dejar daños colaterales
muy importantes, pero también
un nuevo orden social, dándonos
una nueva oportunidad de hacer
algo mejor, no ya para la próxima
generación, sino junto a ella.

Sabemos que los datos globales


son muy duros, la cantidad de
infectados, la cantidad de fallecidos
por la pandemia, y sumado a ello los
destrozos sociales que conlleva una
economía paralizada y un sistema de
pago semiquebrado.

Primera consigna:
busquémosle la vuelta.
A la mayoría de nosotros
no nos queda otra.

¿Qué les diría a mis hijos en


materia económica?
«Intentemos no formar parte de los
números malos de esa estadística.
Cuidémonos mucho y cuidemos
a todos los que tenemos cerca. Si
todos lo hacemos, reducimos los
riesgos sociales. Es momento de
pensar en sociedad y no en forma
individual. Cuantos más seamos
los que pensemos así, más rápido
saldremos. De nada me sirve
salvarme solo si después no tengo
quien me provea, entre otras cosas,
comida, transporte, salud, etc.»,
sostiene Zuchovicki.

A su juicio, esto no es una guerra, ni


un terremoto, ni un Tsunami, afecta
a mucha gente, resiente al sistema
productivo pero las estructuras
quedan en pie. La capacidad
instalada sigue ahí, las fábricas están,
las casas están, las rutas están, los
puertos están, incluso, a modo de
consuelo, menos contaminadas.

Cuenta que los hospitales nos


enseñan que en el mismo edificio
uno vive el momento más feliz de su
vida (el nacimiento de un hijo o de
un ser muy esperado) pero también
el de mayor tragedia (la pérdida de
un ser querido). El día después del
día después será igual, convivirá la
tragedia de lo vivido con las ganas
de vivir de nuevo. Debemos tener
más ganas de vivir el futuro que
solo lamentarnos por lo perdido.
Preparemos nuestra mente para
mirar hacia adelante, recordando
siempre de donde venimos. El éxito
no se mide por el punto al que uno
llega, sino por el lugar desde donde
uno viene.

Todos los días, en


promedio, en el mundo
nacen 359.000 personas
y mueren 157.000.
O sea, cada día aparecen
202.000 consumidores
nuevos. Hay más
oportunidades en el
futuro que lo perdido en
el pasado.
Cuando esto termine, va a ver más
ganas de consumir que de ahorrar,
va a haber cambios sustanciales en
nuestras escalas de valores.

Desde su óptica, este aislamiento


obligado nos permitió entender que
el valor económico más preciado que
tenemos es la libertad de elegir. Nunca
la vendan. Nunca la cedan. Ni por un
político, ni por un fundamentalista,
ni por un salario. Quedó claro que
el mundo es uno solo, somos todos
ciudadanos de él, y no se dejen llevar
por falsos nacionalismos y menos aún
si quieren restringir sus libertades.
Libres de equipaje para elegir el
destino afín a sus ideales. Pero hay
que tener en cuenta que el Estado
va a ser más grande porque ocupó
espacios que corresponden a la
actividad privada. Sin financiamiento
para sostenerse, tiene dos opciones:
a) les abre el juego a los privados y
aparecen nuevas oportunidades, o
b) tendremos un Estado más voraz
por recursos y que castiga más a
las libertades individuales. Hay que
prepararse entonces para un Plan A, o
para un Plan B.
Para Zucho, va a aumentar la
desigualdad entre los que tuvieron
y tienen acceso a una vida más
online y los que se mueven en una
economía informal, sin acceso a
adaptarse a los cambios.

Cada crisis revoluciona al sector


que la provocó. Los bancos no son
iguales desde 2008. La seguridad
no es la misma desde la caída de las
Torres Gemelas.

Luego de la gran crisis de las punto.


com, en el año 2000 nacen Google,
Facebook, Instagram, Spotify, Zoom,
Microsoft Teams. Estas grandes
compañías y aplicaciones que nos
hicieron soportar esta cuarentena
nacieron después de esa crisis.

Acá va a pasar lo mismo, nuevas


empresas de alimentación, viajes,
entretenimiento, tecnológica,
ciberseguridad, logística, sistemas
de pago generarán miles de nuevos
puestos de trabajo. Preparémonos
para estar en el lugar adecuado.
Esta pandemia va a pasar, pero
luego va a venir otra crisis global,
ligada a las intercomunicaciones.
Es el principal miedo de los que
viven de la nube (no me refiero
al sistema político global). Esta
pandemia nos sacó el miedo de
operar, de comprar, de pagar, de
transferir, de estudiar online. Pero si
todos mis datos están en una nube,
¿quién los cuida? Vamos a pagar
seguros, protecciones, resguardos.
Preparémonos para los negocios de
ciberseguridad.

Los nuevos valores sociales girarán


en torno a la sostenibilidad y a la
buena alimentación. Ser responsable
socialmente no es solo algo
políticamente correcto, sino también
algo rentable. Ganará más un auditor
de buenas prácticas corporativas
que el auditor de balances, porque
el accionista le tiene más miedo a
perder el prestigio, a las multas o a
la condena social que a un balance
contable al día con calificación de
riesgo. Preparémonos para estar en
el lugar adecuado.
El desempleo va a aumentar, pero va
a haber más trabajo, preparémonos
para saber vivir sin jefes, pero sin
salarios y obra social garantizada.
Saquémonos el fin de mes como
barrera cultural y pensemos en
duración de proyectos.

Aprender a tomar riesgos. Estos ya


no se evitan, se asumen riesgos al
hacer algo, pero también cuando no lo
hacemos o nos quedamos quietos. Ser
conservador es tomar riesgos también.

Andre Kostolani decía que si uno


tiene mucha plata puede hacer lo
que quiera, puede cometer errores
porque no perderá su calidad
de vida. Quien tiene poca plata,
diversifique, no arriesgue todo en
un solo negocio. Si no, puede perder
lo poco que tiene y peor aún su
capacidad de recuperarse. Pero si
uno no tiene nada de plata, tiene la
obligación de arriesgar; si no, nunca
va a cambiar la situación en la que
está. Ser conservador con nada no
tiene mucho sentido, solo conservará
su situación actual.
«La credibilidad va a ser la mejor
carta de presentación de las
personas en el mundo que viene.
Es el mejor valor que le podemos
transmitir a nuestros hijos, y por eso
quiero terminar con un ejemplo de
Warren Buffett»:

Había una vez un profesor que luego


de explicarles a sus alumnos cómo
funcionaba el mercado, les planteó
el siguiente desafío: cada alumno
debía elegir a un compañero para
invertir en él un 10% de sus ahorros.
Si a la persona elegida le iba bien en
el futuro (si acertaba el escenario)
entonces el inversor ganaría un
10% de la fortuna recaudada por la
capacidad del elegido. En cambio, si
le iba mal (no acertaba el escenario)
perdería el 10% de los ahorros
invertidos en su compañero.

Luego el profesor les preguntó el


motivo por el cual invirtieron en esa
persona. Algunos contestaron: por
ser correcto, su perseverancia, por su
buena actitud, por ser intuitivo. Solo
recalcaban características positivas.
Nadie invirtió en personas soberbias,
listas, sagaces, las cuales tenían
mayor posibilidad de ganar mucho
dinero por tener esas cualidades,
pero los alumnos argumentaban que
podrían ser estafados por estos y no
obtener lo invertido.

El profesor continuó con el planteo


y formuló la siguiente pregunta:
¿en qué persona no invertirían
nunca? Las respuestas fueron «en un
deshonesto, en una mala persona, en
un soberbio».

Para finalizar el profesor dijo que,


si cada uno es 100% dueño de su
vida, uno sabe cómo tiene que ser
para ser exitoso (buena persona,
perseverante, buena actitud,
intuitivo, honesto). En cambio, con
las otras cualidades (mala persona,
deshonesto, sagaz, soberbio) uno
puede tener mayores posibilidades de
ganar mucho dinero, pero se quedaría
solo y la familia lo único que esperaría
sería cobrar la herencia.
Zucho quería terminar con ese
ejemplo del profesor para hacer un
resumen:

«Vamos a salir de esta con muchos


daños colaterales, pero tenemos
que enfrentarlo con ganas de vivir
el futuro. Preparándonos para
cambiar el miedo a lo desconocido
por la ventaja de anticiparlo. Pero
aprendamos que ser mejores con
nuestro medio ambiente, respetar
nuestra libertad de decidir y sobre
todo enseñar a nuestros hijos a
ser buenas personas, como en el
ejemplo de Warrant Buffett, es lo
que finalmente cuenta».
El poscoronovarius
Mark Twain decía:
«Las cosas malas no te
suceden por no saber,
sino por creerte que
sabías».
Tomo esta reflexión para que
no cometamos la impericia de
subestimar los hechos, ni de
sobreestimar nuestra capacidad
de resolución de los nuevos
problemas. Escuchemos y acatemos
las recomendaciones de nuestras
autoridades sanitarias frente a la
pandemia del coronavirus.

Dicho esto, Zuchovicki empieza


con la propuesta. La idea es
debatir sobre nuestras reacciones
financieras. Esta violenta baja que
se ve en los mercados, ¿es una
oportunidad o es una última señal
para el sálvese quien pueda?
«Siempre trabajé con la premisa que
indica que “flujo mata fundamento”.
En el mercado financiero el flujo
es la manada: van todos corriendo
para el mismo lado, con los mismos
fundamentos, con las mismas excusas
y con la misma codicia. No te pongas
delante de esa manada porque te va
a llevar puesto; pero no la sigas: si vas
detrás es probable que nunca veas el
camino y que dependas de otro para
ver lo que seguramente la manada
no querrá ver. Ni bien los primeros de
esa manada se den vuelta y empiecen
a correr para el otro lado, con otros
fundamentos, otras excusas y todos
con los mismos miedos, te los toparás
de frente y te llevarán puesto».

Y va a este ejemplo: un restaurante


puede estar siempre lleno, con gente
esperando afuera para entrar, y
puede ganar mucha plata. Pero un
día, sin saber el porqué, ya sea por
un rumor, por una pelea, o solo por
un cambio de la rutina, un grupo de
clientes asiduos deja de ir. Luego,
otro grupo. Y así sucesivamente, por
lo que empieza a lucir semivacío.
Ya no hay gente esperando, crecen
todo tipo de rumores y, como el
restaurante tenía una estructura
grande por estar acostumbrado a
atender a mucha gente, se funde en
un mes. La velocidad del cambio fue
más importante que el cambio. Pero
también pasa lo contrario, mucha
gente va de golpe a un lugar de
pequeña estructura, al principio ese
lugar factura un montón con poco
gasto y empieza a ganar mucho dinero
de golpe, hasta que se ve obligado a
crecer y crecer, y ya sabemos cómo va
a terminar con el tiempo.

Zucho asegura que el mayor motivo


de crisis de una empresa, y también
de un país, es simplemente subestimar
los costos cuando todo va bien.

En finanzas es igual: un banco


está muy bien de salud y un día un
inversor muy grande decide retirar
el dinero, el cajero se sorprende y
le cuenta a otro cliente. Este otro
cliente, por las dudas, retira su dinero,
se propaga el rumor, se descapitaliza
el banco y, finalmente, el flujo mata
los fundamentos del banco.
Dice Zucho que hace poco le
contaba un colega, uno de los más
estudiosos del mercado y de los
balances de las empresas, que una
semana después de las PASO sus
empleados le pidieron la mañana
libre para ir a retirar sus ahorros
de los bancos. El colega los sentó
a todos frente a un pizarrón y a
los balances de los principales
bancos. Les demostró que los
bancos estaban muy sólidos, que era
imposible que tocaran los ahorros
de la gente y que era más seguro
dejar la plata ahí que llevarla a sus
casas. Los empleados lo escucharon
atentamente (lo respetaban
mucho), contaron hasta cinco... y
fueron todos corriendo al banco
a sacar su dinero. Quedó solo con
el pizarrón, lo miró y pensó: «¿No
tendrán razón y yo aquí terco con mi
teoría?». ¿Saben qué? Fue corriendo
al banco por miedo a la profecía
autocumplida.

Los seres humanos somos mucho


menos racionales de lo que
presumimos: arrojamos monedas
a las fuentes para que se cumplan
nuestros deseos, buscamos tréboles
de cuatro hojas, no pasamos por
debajo de una escalera y si nos dicen
«no pienses en camellos si pasa un
tren», automáticamente vemos con
jorobas a todos los pasajeros.

Es por eso que las crisis económicas


y el estallido de las burbujas,
por mucho que sean cíclicas y
predecibles, son el reflejo fiel de los
seres humanos: capaces de lo mejor y
de lo peor. Capaces de tropezar dos
o más veces con la misma piedra.

Los argentinos somos iguales,


solo que multiplicamos esos
comportamientos por diez y,
además, nos jactamos de ello.
Si un dirigente repite dos veces:
«No vamos a devaluar, no vamos
a devaluar», todos corremos a
comprar dólares y ocurre la famosa
«corrida». Si dicen: «No vayan a
los supermercados, no vayan a los
supermercados». ¿Qué hacemos?
Corremos todos juntos a ver quién
compra más papel higiénico.
¿Qué sabemos de esta pandemia?
Poco. Y eso potencia la
incertidumbre. Y los referentes
mundiales no lideran, no transmiten
confianza, no nos representan,
generando más confusión aún:
piensan en el voto del ciudadano y
no en el ciudadano.

Es como si vas al médico y te dice


que no te preocupes, que tu salud
luce muy bien, que solo estás
cansado... pero te aconseja un buen
seguro de vida y que ordenes el
testamento.

Estoy seguro de que, a esta altura,


el que sigue leyendo dirá: «Basta
de cuentitos, ¡al grano! ¿Compro o
vendo?». Respuesta fácil: no tengo la
menor idea, pero pensemos juntos.

Para Claudio, la tecnología potenció


las reacciones. La gran diferencia
con la última gran baja de los
mercados vivida en 2008/2009 es
que entonces no existía WhatsApp
ni los presidentes comunicaban
sus mensajes por Twitter. En los
mercados, hoy gran parte de
las decisiones son tomadas por
algoritmos que aceleran la dinámica:
lo bueno y lo malo. Las velocidades
de los cambios son más relevantes
que los propios cambios.

Está claro que todavía no vimos


lo peor en materia de daños
colaterales a la economía real y
a la catarsis social de lo que está
ocurriendo. El elevado grado de
aislamiento de muchos ciudadanos
a la vez frena cualquier impulso de
consumo, lo cual debilita las ventas
de las empresas y la recaudación
de impuestos de los Estados,
generando más desempleo. Y así
se genera un círculo vicioso. Los
Estados se convirtieron en el sostén
de las economías ampliando el
gasto público, bajando las tasas
de interés (política monetaria), o
bajando impuestos (política fiscal).
Y haciendo insostenible sus déficits
fiscales y los demás círculos viciosos.

Ahora volvamos al cuento e


intentemos no seguir al rebaño.
¿Describir algo que algún inversor
no supiera? Lo dudo: a lo descrito
lo conocemos todos y los mercados
actuaron en consecuencia. Solo que,
esta vez, más rápido que nunca.

No hay programa algorítmico que


valga, balance de empresa que
cuente, analista de inversión que
tenga la justa, calificadora de riesgo
que imponga opinión, ni regulador
que tenga el control del mercado. Se
trata solo de personas que, cuando
perdieron la confianza o no creen en
nada, venden como manada.

El miedo ayuda a poner


límites, pero el pánico
nos hace perder el
control de la situación.
Y hoy la sociedad global
está en pánico.
Un dato financiero: el
miedo puede durar
mucho tiempo;
el pánico, no.
«Tenemos dos posibilidades. Si
creen que ya no hay vuelta atrás y
que el coronavirus, o la ansiedad
de la incertidumbre, nos va a matar
a todos, no se preocupen por sus
finanzas, ahorren en lo que ahorren
es lo mismo. Es más, no sigan
leyendo (ya sé, seguro que, habiendo
yo dicho esto, van a seguir leyendo
igual). En estos casos nada es
reserva de valor», afirma Zuchovicki.

Si creemos que lo vamos a superar,


entonces tarde o temprano vamos
a salir adelante. Volveremos a
consumir quizás más que antes,
como pasó siempre. Además,
todos los días nacen más
consumidores que los que mueren
(quizás que, con la cuarentena,
en los países envejecidos hasta se
vuelvan a generar nuevos niños).
Entonces, quizás valga la pena
encontrarle la vuelta.
¿Eso significa que hay
que invertir?
Quizás, todavía no.
Un amigo dice que desde
que inventamos la pala
siempre se puede estar
más abajo.
Para determinar en qué momento
invertir, la experiencia me dice
que un mercado vuelve a arrancar
cuando, primero, pierde la
volatilidad. Volatilidad es sinónimo
de incertidumbre. Y la pérdida de la
volatilidad es la primera señal.

El susto global financiero de


2008/2009 nos hizo crear un
sistema, según Zucho, mejor. Con
ganadores y perdedores. Hay
empresas que valen veinte veces
más que entonces y que ofrecen
nuevas soluciones financieras,
mientras los bancos tradicionales
valen el 10% que en aquel entonces.
El susto global que trajo esta
pandemia (y quizás no vimos lo
peor) va a traer sin dudas cambios
de hábitos. La generación de
quienes rondan los veinte años va
a vivir como mínimo noventa años
en este planeta. Tienen muchos
incentivos para cuidarlo y lo van a
hacer. Así como en 2009 apareció
una nueva banca digital, y nuevos
sistemas de pago, aparecerán ahora
nuevas empresas de cuidado de la
sostenibilidad del planeta, que serán
excelentes inversiones para los que
compartan esa visión.

Claudio cree que este es el rubro a


invertir, la nueva sociedad le va a dar
más valor al cuidado de la naturaleza
y al cuidado de la alimentación (el
origen de las pandemias) que a la
rentabilidad. Más empresas con
personal trabajando desde sus casas
y más enseñanza digital será la
nueva escenografía por un tiempo
largo, con nuevas oportunidades de
negocios para algunos.
Sin pánico, cierra con una magistral
enseñanza de la genial Paula Pareto,
que dijo:

«Uno de mis entrenadores dice que


gana el que tiene más ganas de
ganar y menos miedo a perder».
¿Por qué festejan
los mercados?
En Estados Unidos se vive un caos
en las calles y el S&P batió récords.
Incluso el Ibovespa no para de subir
y la divisa brasileña no deja de
apreciarse. Hace algunas semanas la
noticia era el derrumbe del precio del
petróleo y hoy, de manera silenciosa,
el barril llegó a USD 40.

Zuchovicki ensaya respuestas: «Una


visión negativa sería pensar que
el mercado solo rebotó y nos está
dando una última oportunidad de
vender todo a buen precio, ante el
riesgo de una mayor inestabilidad
política global. Pero también puedo
tener una visión positiva, basada
en que no habrá un día después de
la pandemia. Esto no termina el 12
de septiembre de 2020, ni el 3 de
marzo de 2021. Ni siquiera cuando
aparezca una vacuna. Les recuerdo
que hoy existe una vacuna contra la
gripe y, sin embargo, por su causa,
hay muchas muertes cada año. Esto
va a pasar de a poco y en la medida
en que vayamos perdiendo el miedo
y la sobrecapacidad instalada para
atendernos ante el posible contagio.
La buena noticia es que en muchos
países esto ya está pasando».

Estados Unidos y la Comunidad


Europea entendieron que esto es
una crisis de oferta. Al frenarse la
producción de golpe, las empresas
empiezan a colapsar y despiden a
sus empleados; entonces terminan
creando una crisis de demanda por
pérdida de ingresos. Pero deciden
asistir a sus economías emitiendo
cifras récord de dinero. Por ejemplo,
cada desempleado norteamericano
cobra un subsidio de USD 1.300
dólares mensuales. La buena noticia
es que el americano decidió ahorrar
la mitad de ese dinero, es decir,
postergar el consumo. Entonces,
cuando se pierda el miedo volverán el
trabajo y la capacidad de compra. Lo
paradójico es que la mayoría ahorró
en acciones y por eso los valores
suben; luego se dará lo contrario, es
decir, mejorará la economía real y
bajarán los mercados.
La capacidad instalada y la
posibilidad de producir está intacta,
no se destruyeron las rutas, puertos
o maquinarias. La capacidad de
recuperar la oferta está intacta y esto
lo demuestra hoy China. Amigos, los
mercados pueden estar viendo que
2020 será el peor año de la economía
global, pero 2021 será el de mayor
recuperación de la historia. Y el
mercado compra futuro, no pasado.

Cuando el miedo pase y la demanda


y la oferta vuelvan a retomar ritmo,
crecerán los pedidos de materias
primas. Bingo para nuestro país,
mejores precios para nuestras
exportaciones y bajo costo del
dinero global (casi tenemos
garantizada la tasa «0» hasta 2022).

«Por favor, no lo arruinemos. El


mundo juega a favor, aprovechemos
entonces este momento para
arreglar la deuda y darle espacio al
sector privado para que vuelva a
crecer», propone Zucho.

Si vemos que la gran recuperación


de los precios vino por el sector del
conocimiento, apostemos rápido
ahí y no trabemos la única ley que
fue aprobada por unanimidad en el
Congreso. Usemos el tiempo para
darle un horizonte más cierto al
sector productivo, con un régimen
fiscal más soportable y menos
burocrático, con un sistema de
relaciones laborales que ayude a
incluir y no a castigar al que da
empleo formal y con un gasto
público más eficiente, que no supere
el 35% del PBI. Agreguemos a la
ecuación más educación y menos
asesores de asesores y sobreprecios
en las compras.

Necesitamos, además, una moneda


que sea moneda; hoy el peso es una
cuasimoneda, no sirve para ahorrar,
porque el que ahorró en pesos
perdió la mitad del poder adquisitivo.
Para eso, sinceremos los valores.
El dólar no vale $ 65. Si tenemos
que poner traba tras traba para el
importador o cepos al comprador,
es que ese no es el valor. Si tenemos
que poner más límites para el que
quiere comprar los USD 200 cuyo
precio es $ 90 considerando el
impuesto País, eso significa que el
dólar vale más de $ 90. Ni $ 125 ni
$ 65. La transparencia es un negocio,
a la larga suma inversiones.

«Generemos una economía en la cual


el que invierte, produce y se juega
por nuestro país, sea el protagonista.
Y que no lo sea el administrador
de turno de los recursos públicos»,
propone Zuchovicki.
Cómo operar en Wall
Street y ganar 30%
Esta nota es muy especial: tiene una
estrategia concreta para operar en la
Bolsa de Estados Unidos. Creo que
podría tener una ganancia esperada
del 30%.

La idea es bien simple. El coronavirus


afectó muy negativamente a tres
sectores del mundo inmobiliario
comercial: oficinas, shopping malls y
hoteles. Y nuestra estrategia consiste
en aprovechar la caída en el valor de
este tipo de propiedades a través
de la venta corta. Sigan leyendo
que van a entender todo, con la
explicación de Miguel Boggiano,
director de Carta Financiera.

Oficinas
Muchas empresas se dieron cuenta
de que podían tener a muchos
empleados trabajando en sus
propias casas con la misma o mejor
performance. Sin ir más lejos, hace
unas semanas, Twitter les anunció a
sus empleados que los que quieran
seguir trabajando desde sus casas lo
podrán hacer, aun sin cuarentena.

Esta es una pésima noticia para


todos los que son dueños de
edificios de oficinas y para todos los
que financiaron la construcción de
estos edificios, ya que siempre se
hacen con créditos y nunca se pagan
en su totalidad por adelantado.

Muchas compañías se están


replanteando la necesidad de tener
una oficina y buscan promover el
«home office» entre sus empleados.
Esto podría beneficiar tanto a la
empresa (ahorro en todos los gastos
de la oficina) como al trabajador
(ahorro tanto de tiempo como de
dinero).

Shopping Malls
Los shoppings y locales comerciales
ya venían perdiendo relevancia,
pero la cuarentena les dio el golpe
de gracia, ya que empujó a mucha
gente a hacer compras online,
acelerando la tendencia.
Un ejemplo bien contundente:
Macy’s. Es una empresa emblemática
y dueña de más de 500 locales en
los EEUU (venden de todo en locales
dentro de los shoppings).

Hoteles
Podríamos agregar incluso al sector
hotelero, que permanecerá con
niveles de ocupación bajísimos por
tiempo indeterminado.

No hay mucho que decir aquí, ya


que es algo de sentido común. Para
que tengan una idea de la magnitud
del desastre, pensemos en la caída
de las reservas semanales en Airbnb
(aplicación que permite el alquiler
temporal de propiedades):

Y, también, podemos tomar al Marriott


como referencia del sector. Cayeron
sus acciones y no lograron acompañar
al mercado en la recuperación de abril.

El «relato» de esperanza y vuelta a la


normalidad que empujó a la Bolsa de
EEUU parece que no tuvo el mismo
efecto en los hoteles.
Les voy a decir cuál es el «trade» y
luego se los explico:

Vender en corto REITs


comerciales, con un
portafolio preparado por
Carta Financiera.

1. ¿Qué es «vender en corto»?


Es una operación que nos permite
obtener una ganancia si el precio
de una acción baja. En este caso
apostaremos a la caída en los
valores de los inmuebles de oficinas,
shoppings y hoteles.

2. ¿Qué es un REIT?
Básicamente, se trata de una
compañía que es dueña de activos
inmobiliarios. Un REIT se puede
comprar y vender en la Bolsa de los
Estados Unidos al igual que cualquier
acción.
Se viene una nueva
disparada del dólar
mundial
Para Miguel Boggiano, se viene una
nueva disparada del dólar, que va a
afectar a muchos países, no a uno en
particular. Lo que está pasando es un
fenómeno global. Boggiano les va a
explicar todo:

Pese a los enormes estímulos


monetarios anunciados en EEUU,
el coronavirus disparó el precio
del dólar frente a la mayoría de las
monedas de países emergentes.

En realidad, esto no es algo nuevo,


es simplemente la aceleración de una
tendencia que empezó hace algunos
años.

En las últimas cinco décadas,


tuvimos tres períodos de un dólar
débil y tres períodos de un dólar
fuerte. El último de ellos empezó en
2014 y se terminó de acelerar con la
crisis generada por el coronavirus.
Cuando hablamos de «dólar débil» y
«dólar fuerte» nos referimos al valor
relativo de la divisa norteamericana
comparada con una canasta de
monedas de otros países (que es la
métrica que habitualmente se usa).

Como podemos ver, nos


encontramos, hace algunos años,
con un dólar relativamente fuerte.

Esto empezó en 2014, cuando


la Reserva Federal decidió dejar
de expandir su base monetaria
(mientras muchos otros países
continuaban con programas de
estímulo).

Ahora, pese a que la Fed volvió


a estimular la economía, el dólar
se siguió fortaleciendo con una
disparada en países emergentes
entre marzo y abril.

Y este será el detonante de un


avance mucho mayor en el futuro
próximo.

¿Por qué? Porque la demanda de


dólares aumenta a un ritmo mayor
a cualquier estímulo monetario que
pueda hacer la Reserva Federal.

El dólar es la moneda de reserva de


valor en el mundo y la moneda con la
que se lleva adelante casi el 80% del
comercio internacional.

Los Bancos Centrales del mundo


ahorran, principalmente, en dólares.
Si Francia quiere comprarle petróleo
a Arabia Saudita, paga en dólares. En
muchos países emergentes, el dólar
es reserva de valor.

Pero agreguemos un
elemento clave: en el
proceso de enorme
endeudamiento de
los últimos diez años,
los países emergentes
tomaron enormes
cantidades de deuda
denominada en dólares
(tanto Estados como
empresas).
¿Por qué alguien toma deuda en
dólares? Por dos motivos: 1) quien
otorga el préstamo de esta manera
evita el riesgo de tipo de cambio
(respecto de la moneda local);
2) muchas veces el tomador del
préstamo tiene la posibilidad de
conseguir una tasa más baja en
dólares (o incluso endeudarse en
dólares a veces es su única opción).

Al tomar una deuda denominada en


dólares, el tomador del préstamo
está apostando en contra del dólar,
aunque quiera hacerlo o no. Es
decir, se beneficiará si la cotización
del dólar baja relativa a su moneda
local, y se perjudicará si ocurre lo
contrario.

Un dólar débil implicará una


disminución del costo del préstamo
medido en moneda local y un dólar
fuerte generará el efecto opuesto.

Los Estados y las empresas tienen


sus ingresos en moneda local. Para
pagar sus deudas en dólares deben
conseguirlos.
Si aumenta el precio del dólar se les
hace más difícil repagar sus deudas.
Y esto hace que deban volver a
endeudarse en dólares para pagar
esos préstamos.

Con la crisis desatada por el


coronavirus y la disparada del dólar
de marzo y abril, la demanda por la
divisa estadounidense será mucho
mayor a cualquier estímulo que
pueda hacer la Fed.

Y para peor, hay una enorme


cantidad de deuda internacional
denominada en dólares con
vencimiento menor a un año:

Solo para que tengan una idea, se


calcula que hay USD 100 trillones
de deuda denominada en dólares
y el balance de la Fed es de USD 7
trillones.

Esto sin tener en cuenta la enorme


demanda para atesoramiento de
quienes quieran estar en cash.
Además, esto se da en un contexto
en el que todos los países están
emitiendo para hacer frente a la
crisis.

Por estos motivos es que, pese a que


la Reserva Federal aumenta la base
monetaria, no alcanzará a cubrir la
demanda de dólares en el mundo.

Un comentario final: la contracara


que tendrá la próxima suba del dólar
a nivel mundial.

Un dólar fuerte en el mundo es malo


para la economía de Estados Unidos.

Esto hace que las importaciones


sean mucho más baratas y las
exportaciones mucho más caras, lo
que en definitiva hará que su déficit
comercial siga creciendo.

Como si esto fuera poco,


aproximadamente el 40% de los
ingresos de las empresas del índice
S&P 500 provienen de fuera de
EEUU, en otras monedas.
La historia ha mostrado que un dólar
fuerte en el mundo impide el crecimiento
de la economía estadounidense.

En conclusión, Boggiano asegura


que debemos prepararnos para
ver una nueva disparada del dólar,
en especial frente a monedas de
países emergentes. Por otra parte,
es esperable un contexto muy
complicado para EEUU. Pese al
estímulo monetario, será muy difícil
ver una rápida recuperación de la
economía con un dólar fuerte en el
mundo.
Cómo recuperar
tus pérdidas
Hay un gran interés por encontrar
alternativas de inversión con bajo
riesgo. Tanto es así que no damos
abasto con la cantidad de consultas
que nos llegan.

¿Qué les pasa a los inversionistas


hoy? ¿Qué dispara esta ansiedad
por buscar otras alternativas de
inversión? Miguel Boggiano se animó
a sintetizar las dudas en tres puntos:

1. El miedo a que la crisis


se agudice.

2. La falta de confianza
en la renta fija.

3. La necesidad de
alternativas con retornos
moderados, pero con
riesgos controlados.

En marzo quedó a la vista que las


inversiones que se creían seguras,
en realidad, son muy vulnerables.
Alcanza con ver la abrupta caída de
todo tipo de bonos. Incluso Warren
Buffett ya perdió USD 50.000
millones en lo que va del año. ¿Qué
queda entonces para el resto?

No podés seguir teniendo la misma


cartera que en marzo y correr los
mismos riesgos. Aprovechá esta
recuperación porque esto no va
a durar mucho más. Tomá cartas
en el asunto cuanto antes. Y acá
te presento una solución: se llama
Managed Futures.

Managed Futures ganó un +17% en lo


que va de 2020. ¿Cómo es posible?
¿Qué riesgos hubo que asumir?
Seguí leyendo hasta el final y te
prometo que lo vas a entender.

Los Managed Futures son estrategias


que operan siguiendo reglas
estadísticas y que tienen sus mejores
resultados en contextos de alta
volatilidad (generalmente en crisis).

Esto tiene dos consecuencias muy


importantes: 1) los retornos son
totalmente independientes de los
activos tradicionales (como acciones
o bonos); 2) tienen sus mejores
retornos cuando esos activos fallan:
en las épocas de crisis.

Ahora estamos atravesando una


nueva crisis (coronavirus) y tuvimos
una fuerte caída de los mercados.

¿Y qué pasó? Los Managed Futures


tuvieron resultados excepcionales:
mientras que en marzo el S&P 500
cayó un -12,5%, nuestras estrategias
de Managed Futures subieron +15,6%
(y van ganando más del 17% en
2020).

Estoy convencido de que son el mejor


seguro de cartera que podés tener.

Ahora Boggiano te quiere contar


brevemente quiénes son los
participantes más importantes de
este mundo:

1. Los managers (CTAs)


Los managers son quienes diseñan
y ejecutan las estrategias. En la
industria se los llama Commodity
Trading Advisors (conocidos como
CTAs por sus siglas en inglés).

Cada manager tiene su propia


estrategia (con sus propias reglas
estadísticas) y en general se
especializan en uno o más mercados
o productos (podemos encontrar
programas que hacen arbitraje en
volatilidad, tendencia intradiaria en
futuros de acciones, reversión a la
media entre subproductos de un
commodity, entre muchas otras).

En el armado de un portafolio de
Managed Futures es esencial elegir
las estrategias que mejor se ajusten
a nuestras necesidades. Una buena
combinación de estrategias robustas
es la receta para el éxito.

2. Los brókeres de futuros


Los brókeres de futuros son quienes
ejecutan las órdenes que envían los
CTAs.

El manager (CTA) diseña la


estrategia y, cuando su sistema
genera una señal de compra o venta,
envía la orden al bróker de futuro
para que este la ejecute.

Podríamos hacer una analogía con el


portafolio manager de una estrategia
de acciones que envía una orden al
bróker para comprar acciones de
Apple. Solo que en este caso los que
se operan son contratos de futuros.

En la industria, los brókeres


de futuros más conocidos son
RJO’Brien, FC Stone y ADM.

3. Los mercados y productos


disponibles en futuros
Los mercados son los lugares (físicos
o electrónicos) donde se ejecutan las
órdenes.

Pero aquí está lo que me parece


importante destacar:

Una diferencia muy grande de los


Managed Futures con otros activos
financieros es que estos operan en
una enorme variedad de mercados
y productos disponibles, lo que
hace posible realizar combinaciones
muy diversas de estrategias con
exposición en una enorme variedad
de activos diferentes.

Así es que tenemos estrategias de


Managed Futures que se especializan
en operar oro, petróleo, soja, café,
índices de acciones, índices de
bonos, volatilidad y ¡hasta cerdos o
ganado!

Además, cada estrategia tiene


sus propias reglas, por lo que sus
resultados no están relacionados con
las demás.

El inversor promedio piensa que


está diversificando su portafolio
invirtiendo en acciones, bonos o real
estate, pero está equivocado: en las
crisis, estos activos suelen moverse
hacia el mismo lado: para abajo.

Para diversificar de una manera inteli-


gente, y contar con un verdadero segu-
ro de cartera, es altamente recomen-
dable complementar las inversiones en
activos tradicionales con una amplia
exposición en Managed Futures.
Apostar a la Bolsa
europea y al oro
El analista financiero Alejandro
Cucchiara revela que el horizonte que
hay que mirar es el mundo en lo global:

Los próximos años vamos a tener


mucho capital saliendo de la región y
entrando en Bolsa americana, Bolsa
europea y oro.

No creo que la región sea una buena


elección en corto plazo, ya que
Brasil, Argentina y Chile estamos
muy mal: a Argentina le queda un
alto porcentaje para caer y subir
el dólar, las inversiones deben ser
postergadas por dos años, cuando el
dólar esté en la zona de entre $ 250
y $ 400.

Chile es distinto, pero igual es malo:


esta pandemia demoró la crisis social
que se había planteado en octubre
de 2019, esta pandemia demoró el
estallido social y apenas termine
vamos a empezar de nuevo a ver
manifestaciones fuertes en la calle,
que pide a gritos leyes sociales.
Argentina está más en el piso que
Chile, pero Chile va a llegar al piso,
por lo que tiene mucho más para caer
por los impuestos y ayuda social.

En Brasil no hay que invertir porque


el panorama político es espantoso,
los gobiernos latinoamericanos mal
acostumbraron a la gente con la
ayuda social.

Veo un alto grado de envío de


capital hacia afuera, oro y Bolsa
americana.
Dólar: las cuatro caras
de los USD 100 y cómo
evitar el cuento del tío
Hay arbolitos que engañan a
quienes van con sus billetes verdes a
cambiarlos por pesos luego de pasar
por el banco a retirar su cupo de
USD 200. ¿Cuál es el truco?

El cuento del tío llegó al submundo


marginal del dólar blue, donde hay
arbolitos que trabajan para cuevas
que engañan a los novatos que van
con sus billetes verdes a cambiarlos
por pesos luego de pasar por el
banco a retirar su cupo de USD 200.

Hay cuatro billetes de USD 100, y


todos son de curso legal: el de cara
chica o cabeza chica sin franja de
seguridad, que es el más antiguo;
el de cara chica con franja de
seguridad; el de cara grande y, el
más nuevo de todos, que es el de
cara grande con la gota de seguridad
azul en el medio.
Aprovechándose del color azul,
hay cambistas pillos que agarran
a mayores de edad que van a
cambiarles, y cuando van con billetes
de USD 100 cabeza grande, pero sin
la gota azul en el medio, les dicen
que esos son oficiales, no son blue.
Entonces se lo pagan lo mismo a
lo que lo compraron en el banco: a
USD 100. Y les muestran el billete
más nuevo de todos, que es el que
tiene la gota azul en el medio, y les
explican (erróneamente, desde ya)
que el billete debe tener la gota azul
en el medio para poder ser cambiado
a precio blue.

Lo otro que todos hacen es


preguntar si el billete es de cara
chica. En ese caso, hay quienes
pagan hasta 10% menos, cuando el
mayorista apenas lo recarga 1,5% (la
mitad que el 3% de recarga que le
hacían a principios de año).

Los cara chica son de circulación


legal en los Estados Unidos, pero,
al ser los más viejos de todos, hay
problemas incluso en casas de
cambio oficiales en distintos países
de Europa, que no los aceptan.
En la Argentina, cuando alguien
va con esos billetes a comprar una
notebook o un celular, los toman con
un 10% de recargo. El mismo recargo
que aplican a los de USD 50 o menos
en caso de que sean en cantidad,
con la excusa de que en las cuevas
no los quieren porque les hace
mucho bulto.

Más común es que a los billetes de


USD 20 o de menor denominación se
les cobre un recargo, pero no tanto a
los de USD 50.

Por eso, cuando se va al banco a


retirar los dólares, es clave fijarse
que sean de USD 100 de cara
grande o, si se tiene, ir con cambio
de dólares para que den todos de
USD 100, ya que hay entidades que
solo tienen disponibles esos billetes,
entonces si alguien tiene USD 199 en
la cuenta, solo le pueden dar uno de
USD 100. Excepto que el cliente vaya
con un billete de USD 1 para darle de
vuelto.
Cómo es el ABC del
ahorrador serial:
desde que se levanta
hasta que se acuesta
No se come lo que uno tiene ganas,
sino lo que el supermercado tiene
ganas de ponerte en oferta.

Al despertarse, lo primero que hace


(o, mejor dicho, lo primero que
hago) es chequear Internet, pero
no Facebook ni Twitter, sino las
páginas web de los supermercados,
para ver qué ofertas tiene en el día
cada uno. Si las vainillas están de
oferta, tocará merendar vainillas
durante todo el mes, porque no se
come lo que uno tiene ganas, sino
lo que el supermercado tiene ganas
de ponerte en oferta. El es el que
manda. Y nosotros, los buscadores
seriales de oferta, obedecemos a su
Majestad.

La salida a comer la planeamos con


detalle: vamos al tenedor libre al
mediodía, porque es más barato que
a la noche y, además, si comés bien
ya te ahorrás la cena, en cambio si
vas de noche pasan tantas horas
hasta el día siguiente que no te
podés ahorrar ni el desayuno. Y
pedimos hielo, aunque haga 10
grados bajo cero, para duplicar así el
contenido de la bebida, excepto en
McDonald’s: ahí pido hielo en vaso
aparte, para joderlo a Ronald.

Yo jamás cargo el celu en mi casa,


ya que para eso está el trabajo.
Dejo siempre el cargador ahí, o me
lo llevo adonde vaya, y con cara
de pobrecito digo: «Uy, me estoy
quedando sin batería», lo pongo a
cargar. Además, afanan en argentina
5.000 celulares por día y con esto es
un viva la pepa para los chorros, que
están de fiesta, se hacen su agosto
con esto, bah, su agosto, septiembre,
octubre y noviembre...

¿Cómo empiezo mi día? Yo, apenas


me levanto, prendo la compu,
no para ver Facebook, sino para
meterme en las páginas de los súper
y ver las ofertas que hay cada día,
y ya empezar a meterle los cuernos
a los súper, porque soy un infiel
supermercadista, jamás voy al mismo
sino que tengo relaciones paralelas
con los demás híper... y mi mujer
no se queja, es más, hasta le gusta,
porque es la forma de comprar todo
barateli.

Lo que se come en la semana no es


lo que uno tiene ganas, sino lo que
está de promoción, si veo la suprema
de pollo rebajada, será la semana
de la milanesa de pollo, porque la
cuadrada (lo más barato para hacer
milanesas de carne) cotiza el doble.
Salen milas de pollo entonces...

Si las vainillas están en oferta, la


merienda semanal será con vainillas.
Y me excité al ver que el dulce de
leche La Serenísima tiene dos por
uno, pero me la bajó cuando mi hija
me lo refutó, al decirme que a ella
La Serenísima no le gusta, y no te lo
come, que el que le gusta es el dulce
de leche Sancor, así que esperé
hasta que en Día agarré una promo
del 40% en dulce de leche Sancor y
me stockié. Igual, como tenía tantos
de La Serenísima, lo que hice fue,
cuando se me terminaba un Sancor,
pasar el contenido de La Serenísima
al Sancor y listo, mi hija se lo comió
tranquila.

Luego el día del ahorrador


compulsivo sigue con los
vencimientos que tenga ese día. Por
ejemplo, tengo anotado que debo
darme de baja de internet y del
cable. Esto lo hago cada 6 meses,
porque cuando llamas a darte de
baja te mandan con el sector de
retención al cliente y te ofrecen
una promo por 6 meses para que
te quedes. La acepto, pero a los 6
meses llamo devuelta para hacer
lo mismo. Es la única forma de
conseguir un buen precio, que seas
un cliente nuevo, porque si sos uno
viejo ya fuiste.

Aprovecho el día para leer también,


para aprovechar la luz solar, que es
energía pura, y es gratis, yo soy un
bicho diurno. También veo la página
de la agenda cultural de la Ciudad de
Buenos Aires para ver las actividades
gratuitas que hay el fin de semana
para llevar a mi hija. En el Centro
Cultural Kirchner había actividades
para los chicos muy buenas y gratis,
con lo cual son doblemente buenas.
En realidad, gratis no son, porque
la pagas con tus impuestos, así que
de algún lado te lo cobraron, pero
bueno, no tenés que pagar de más,
y vamos con el tupper por si le da
hambre, con la botellita de agua y
las galletitas que compre de oferta
en el súper. Ahora, si la actividad es
todo el día, le llevo una sanguchitos
y le digo: «Así vamos de pic nic, qué
divertido».
Quien ahorra USD 100
por mes desde los 25
años llegará con USD
100.000 a los 62
Quien logra ahorrar USD 100 por
mes desde los 25 años, colocando
el dinero al 4% anual, llegará a los
USD 100.000 nominales a los 62
años. Considerando una inflación
del 1,5%, a los 70,5 años va a tener el
equivalente a USD 100.000 de hoy.

Esto marca la importancia de


diagramar un plan de ahorro y
retiro sistemático. En primer lugar,
es importante comprender el
concepto de «tasa compuesta»:
el efecto que tienen los intereses
sobre los intereses ya ganados más
el capital original, que aumenta en
forma exponencial cuanto mayor
es el plazo de inversión. Mayor es
su efecto cuanto antes se comience
a ahorrar e invertir. Haciendo una
analogía con una bola de nieve que
va cayendo y creciendo a medida
que baja de la montaña, cuanto
mayor es la distancia que cae, mayor
es el crecimiento de la bola de nieve.

En la consultora FDI explican que


para armar el plan de ahorro y
retiro de acuerdo a las posibilidades
y necesidades utilizan dos
herramientas. Ambas parten del
supuesto que, para el momento del
fallecimiento, los ahorros personales
llegarán a cero o al valor que se haya
deseado dejar de herencia.

Para esto se solicitan datos como la


edad actual, edad en la cual planea
iniciar el retiro, la expectativa de
vida (donde sugieren considerar una
probabilidad de 95 años de edad), y
cuáles son los ahorros acumulados a
la fecha.

Dado que aconsejan hacer los


cálculos en dólares, sugieren
también utilizar una tasa interna de
retorno acorde a las existentes en
esa moneda. Como tasa de inflación
esperada anual recomiendan
utilizar 1,5%.
Existen dos herramientas que
emplean para diagramar dicho plan,
y operan de la siguiente manera:

1. Calcular la renta mensual que


se obtendrá durante el retiro, de
acuerdo al monto de ahorros que
puede generarse mensualmente.
Quien comienza a ahorrar USD
100 por mes a los 60 años, a los
80 obtendrá USD 34.000, siempre
considerando una inflación del 1,5% y
una tasa interna de retorno (TIR) del
4% anual. Si su expectativa de vida
son 95 años, significa que desde los
80 tendrá una renta de USD 243.

2. Calcular cuánto es lo que se


debería ahorrar mensualmente para
lograr tener una renta mensual
determinada durante el retiro.

Dentro de la cultura latina, es


más común el uso de la primera
herramienta, la cual es una estrategia
más pasiva: «Yo solo puedo o estoy
dispuesto a ahorrar este monto». En
cambio, en la cultura anglosajona, en
donde la planificación para la etapa
de retiro está muy arraigada en la
gente, la estrategia es más agresiva,
y por eso es común el uso de la
segunda calculadora: «Debo ahorrar
este monto todos los meses si lo
que pretendo es tener este ingreso
mensual a partir de cierta edad».

Todos los esfuerzos están orientados


a tal fin: o sea, apenas se cobra el
sueldo, se separa de inmediato el
monto calculado y se lo invierte; el
saldo es lo que se usa para vivir el
resto del mes, cueste lo que cueste.

Aquí también es importante tomar


conciencia de la realidad de los
sistemas de jubilación alrededor
del mundo. Países como Australia
han tenido que elevar la edad de
jubilación a los 70 años porque los
aportes que están realizando los
trabajadores activos no llegan a
compensar los gastos que generan
los actuales jubilados, quienes a su
vez tienen una mayor expectativa de
vida. Muchos países, entre los cuales
también está la Argentina, se van a
ver obligados a hacer lo mismo si es
que pretenden evitar un colapso de
sus sistemas de salud y jubilación.
Por esta razón es que para aquellos
en sus 20 o 30 años aconsejan que
utilicen como edad de retiro los 80
años, para el cálculo de su plan de
ahorro, ya que de seguro será a la
edad que podrán jubilarse.

Si se ahorra hasta los 80 años,


quien empieza a hacerlo a los 25
años tendrá USD 193.000, por lo
que obtendrá una renta mensual de
USD 1.368 hasta los 95 años. Quien
empieza a los 30 años, obtendrá
USD 157.000, con una renta de USD
1.115. Quien empieza a los 35 años,
obtendrá USD 127.00, con una renta
de USD 902. Quien lo hace a los
40, obtendrá USD 102.000, con una
renta de USD 722. Quien lo hace a
los 45 años, obtendrá USD 80.000,
con una renta de USD 570. Quien
lo hace a los 50 años, obtendrá
USD 62.000, con una renta de USD
442. Quien lo hace a los 55 años,
obtendrá USD 47.000, con una
renta de USD 335. Finalmente, quien
empieza a los 60 años, obtendrá
USD 34.000, con una renta de USD
243 mensuales desde los 80 hasta
los 95 años.
Cómo comprar dólar
legal más barato que
el blue: esquiva el
cepo de USD 200 y
soluciona futuras
restricciones
Llegó a la Argentina el
«mercadolibre» del dólar que
permite comprar dólares sin límite y
hasta más barato que el blue.

Ex directivos de Uber crearon una


plataforma a nivel mundial, que
acaba de aterrizar en la Argentina,
para poder comprar dólares
libremente, e incluso más barato
que el precio del blue del día. Airtm
es una suerte de MercadoLibre del
dólar, que conecta a compradores
con vendedores. Según anuncian, no
hay intermediarios, y quien necesita
vender las divisas recibe más pesos.
Quien quiere comprar billetes,
insisten, paga menos.
El secreto es que se trata de un
algoritmo que, sobre la base de la
oferta y la demanda del momento,
arroja el precio del dólar libre. Al
mejor estilo Uber, depende de la
demanda que haya en el momento,
por eso hay incluso mucha gente
que trabaja de «arbolito digital», y
se lleva USD 50 por día comprando
billetes cuando lo ve barato y
vendiéndolo cuando lo ve caro. A
la mañana puede estar a un precio
y al mediodía cambiar, entonces
hay quienes compran a las 10 de
la mañana y lo venden a la una del
mediodía.

A diferencia del dólar Bolsa, no hay


parking, porque la operación se
hace en el momento, con los pesos
que uno tiene en home banking.
Luego, puede retirar los dólares
desde el mismo home banking. O
sea, debe transferir los billetes a su
caja de ahorro en dólares para poder
retirarlos por ventanilla (sacando
turno previamente en la web de
la entidad) o a través de un cajero
automático que dispense divisas.
Luego de su paso por Estados
Unidos, España y Venezuela, Airtm
apuntó sus cañones a nuestro país.
Se definen como «una caja de
ahorro en la nube que trabaja con
una tecnología innovadora capaz
de convertir cualquier formato de
dinero que ingrese en dólares».

Actualmente unos 15.000 usuarios


argentinos dolarizan sus ingresos a
través de esta plataforma y hacen
miles de transacciones diariamente,
creando una comunidad netamente
criolla, con arbolitos digitales que
cambian la peatonal Florida por la
computadora.

Airtm nació hace cinco años con


la misión de darles a las personas
que viven en países con economías
frágiles (como la Argentina) el
acceso a una moneda estable,
como el dólar, para que no solo se
pueda ahorrar en moneda dura sino,
además, hacer o recibir pagos con el
mundo libremente.

En total la plataforma reúne más


de un millón de usuarios y funciona
simultáneamente en más de 125
países a nivel global, de forma legal
y transparente, ya que se encuentra
regularizado por FinCEN (Financial
Crimes Enforcement Network),
encargada de fiscalizar maniobras
de lavado de dinero o terrorismo en
Estados Unidos.

A través de un sistema «peer to


peer» (el mismo que utiliza Uber),
Airtm transforma el dinero que se
ingresa en dólares, brindando al
usuario una cuenta de ahorro en la
nube dentro de la plataforma para
que pueda administrar ese dinero
como quiera. Se pueden transformar
a dólares todas la monedas del
mundo: pesos a dólares, reales a
dólares, criptomonedas a dólares,
dinero retenido en PayPal a dólares
o, incluso, tarjetas de regalo como
Amazon, PlayStation o EBay a
dólares.

«La uberización de los


servicios ha llegado al
dólar», es el lema que
persiguen.
MARIANO
GORODISCH
Autor de los libros:
· Saber comprar, los consejos
de Economan, más de 100 formas de
ahorrar con inteligencia.
· Cómo hacer para que el dinero
trabaje para vos: 77 ideas que te van
a sorprender.
· 60 opciones para invertir en pesos y
ahorrar en dólares.

Periodista de Finanzas del


diario El Cronista desde hace
trece años.

Licenciado en Comunicación
de la UBA, tiene un MBA en la
UADE, donde se ganó la beca al
periodismo para hacer la maestría en
Dirección de Empresas.

Radio Continental con


Beto Casella.

Director de
Bank Magazine.
Por haber comprado
este libro, ofrece a
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desde USD 3.000.

Lo pueden contactar
a través de:

@marianogoro
mariano.gorodisch
mariano gorodisch
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