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Buen Vivir y educación superior:

una mirada a las universidades de


Portoviejo

Autores

Julio de 2014
La universidad ecuatoriana, pública y privada, se encuentra en un proceso de
ajuste estructural que le permita convertirse en el eje vertebrador de los cambios,
también estructurales, que vive el país a raíz del proceso constituyente de
Montecristi (2007-2008).
El camino es extremadamente complejo y atravesado por el desafío de darle
sustento al paradigma del buen vivir como respuesta a las corrientes desarrollistas
nacidas en el centro del pensamiento occidental. A su vez, tiene la obligación de
insertar a Ecuador en la globalizada sociedad del conocimiento, cimentando la
nueva matriz productiva.
Las últimas décadas fueron desastrosas para el sistema de educación superior
ecuatoriano, a tono con lo que estaba pasando especialmente en Latinoamérica,
resultado de las políticas de ajuste fiscal (Santos, 2007). Las universidades y
escuelas politécnicas se divorciaron de los objetivos nacionales, regionales y
locales. Antes de abril de 2012, Ecuador, un país de 14 millones de habitantes,
con una superficie de apenas 283 561 km 2, contaba con 74 instituciones de
educación superior1 (Consejo de Educación Superior, 2014), de las cuales 15
fueron eliminadas porque no cumplieron con parámetros de calidad y eficiencia.
Claramente se observa en Ecuador las sucesivas crisis de hegemonía, de
legitimidad e institucionalidad (Santos, 2007) o la combinación de estas en un
contexto en que la educación superior no fue prioridad para el Estado. La
globalización neoliberal, remarca el autor portugués, se apoya en la “destrucción
sistemática de los proyectos nacionales”, siendo la universidad pública “un objeto
a derribar al no estar sintonizada con los objetivos de la globalización”.

“La pérdida de prioridad de la universidad pública en las políticas públicas


del Estado fue, ante todo, el resultado de la pérdida general de prioridad de
las políticas sociales (educación, salud, seguridad social) inducida por el
modelo de desarrollo económico conocido como neoliberalismo o
globalización neoliberal, que se impuso internacionalmente a partir de la
década de los 80” (Santos, 2007).

Las críticas hacia la universidad pública fueron en aumento en virtud de su


deficiente desempeño académico, investigativo y de extensión, así como su
mercantilización con la implementación de aranceles que trastocaron su visión de
instituciones estatales al servicio de intereses nacionales. En el sector educativo
privado pasaba por lo mismo con el agravante de que el objetivo era el lucro,
1
La página web del Consejo de Educación Superior (CES) señala que en la formación de pregrado,
actualmente 4 universidades y escuelas politécnicas se encuentran en categoría A, 22 en categoría B, 18 en
C y 8 en D; en posgrado 2 se encuentran en categoría A y una en B. Además en 2013 fueron creadas cuatro
nuevas universidades de excelencia, consideradas emblemáticas para el Gobierno porque formarán el
nuevo talento humano en ciencias, biotecnología, docencia y bellas artes.
mientras se creaban nuevas universidades sobre la base de intereses políticos, no
técnicos.
Manabí, por ejemplo, provincia de 1 369 780 habitantes cuenta con cinco
universidades, tres de las cuales se encuentran en categoría C y las restantes en
D. Asimismo, se han dispersado por las jurisdicciones más pobladas extensiones
de otras nueve universidades, cinco de ellas obligadas a cerrar debido a sus
deficiencias de calidad. Al cabo de más de 60 años que comenzó a funcionar en la
provincia la primera institución de educación superior, no hay resultados evidentes
que demuestren una sinergia entre las IES 2 y la sociedad3.
El paradigma del buen vivir choca con el desempeño que las universidades tenían
a mediados de la década pasada y se provoca una nueva crisis resultado de los
cuestionamientos a su legitimidad e institucionalidad. Para ilustrar lo señalado,
Senescyt4 (2013) publica un boletín de prensa en el que informa que realizado un
análisis aleatorio de 808 tesis elaboradas entre 2010 y agosto de 2013, se
encontró entre 11 % y 100 % de coincidencia bibliográfica, evidenciándose un
“potencial fraude académico o plagio”.
Pero no sólo eso. Ramírez (2012) remarca las principales agravantes al problema
de la educación superior: desconexión con el Estado; profesionales y científicos
mal formados generando conocimiento erróneo; docentes mal pagados; elitización
del campo universitario; verticalidad en la toma de decisiones; nepotismo;
cooptación por grupos con intereses; lógicas particulares o corporativistas;
incidencia de lo patriarcal que impide la participación de las mujeres en la toma de
decisiones; reproducción de clase y distinción, y formación de profesionales para
satisfacer las necesidades del mercado de capitales.
El momento de ruptura lo marca la Asamblea Nacional Constituyente (2008) de
Montecristi5 con el Mandato 14 que le exige al entonces Consejo Nacional de
Evaluación y Acreditación de la Educación Superior del Ecuador (CONEA)
elaborar un informe técnico sobre el desempeño institucional de las universidades
y escuelas politécnicas, iniciativa que a la postre le devolvería al Estado su rol
rector, regulador y supervisor.
2
Instituciones de Educación Superior (IES) según la denominación del CES.
3
Manabí se encuentra en el grupo de provincias con los más altos índices de pobreza (53 % de la población)
y pobreza extrema, medida según el consumo según datos del Sistema Integrado de Indicadores Sociales del
Ecuador (Senplades, 2013).
4
La Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia; Tecnología e Innovación SENESCYT, es el órgano
rector de la política pública de educación superior y de la coordinación entre la función ejecutiva y las
instituciones del Sistema de Educación Superior. Su visión señala que Senescyt es garante de la aplicación
de los principios que rigen la educación superior; promotor de la investigación científica, innovación
tecnológica y saberes ancestrales. Su trabajo se enfoca en mejorar las capacidades y potencialidades de la
ciudadanía y se caracteriza por el empleo eficiente y eficaz de los recursos que gestiona, cuyos resultados
son la semilla para el desarrollo del país.
5
Localidad de la provincia de Manabí donde sesionó la Asamblea Constituyente de 2007 y 2008. En este
lugar nació el héroe nacional Eloy Alfaro Delgado, protagonista de la Revolución Liberal Radical de 1895.
Es el poder constituyente el que inserta el buen vivir o sumak kawsay en la
Constitución de la República del Ecuador que rige desde 2008. Este paradigma
atraviesa la institucionalidad del país y pone las pautas de lo que debe ocurrir en
el sistema de educación superior.

Entre el buen vivir y el sumak kausay


En la pretensión de entender cuál es la relación entre el buen vivir y los cambios
que vive Ecuador y sus universidades, pasaremos revista a lo que se está
señalando sobre este paradigma en construcción.
De entrada, la Constitución de la República (Asamblea Nacional Constituyente,
2008) señala que los ecuatorianos deciden construir “una nueva forma de
convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con la naturaleza para alcanzar el
buen vivir, el sumak kawsay”.
Pero qué es buen vivir y qué es sumak kawsay. Aparentemente se trata de dos
frases sinónimas, una en español y otra en kichwa para referirse a un mismo
proceso innovador, de cambio, para llevar a la sociedad de un punto A, dominado
por el desarrollismo en su concepción economicista, a un punto B en que los
ciudadanos conscientes de sus roles individuales y colectivos han derribado
barreras culturales e interactúan en armonía con la naturaleza.
Larrea (2012) expresa que el buen vivir o sumak kawsay es una construcción que
se ata a la raíz andina de la población ecuatoriana, la de los pueblos y naciones
originarios, en cuya cosmovisión el futuro no existe porque importa el pasado, los
ancestros, los ritos y costumbres, al anciano que dice cómo debe ser mi relación
con la naturaleza. También tiene relevancia el componente de comunidad que
refuerza la participación porque en el seno de estos colectivos se habla del
“nosotros”, no de un sujeto individual característico del canon occidental.
Autores señalan que ambas frases semánticamente presentan diferencias
irreconciliables. En la búsqueda de una traducción para el sumak kawsay, García
(2014) cita a Huanacuni quien señala que sumak significa “plenitud, sublime,
excelente, magnífico, hermoso(a), superior, integral, simbiótico y holístico”,
mientras que kawsay, en cambio es “vida, ser-estando, estar-siendo”.
Una encuesta realizada por los autores a 15 kichwa hablantes en sus actividades
cotidianas en el centro de Portoviejo, la capital de la provincia de Manabí, éstos
señalan que sumak kawsay es “vivir bien” o “vivir feliz”.
Oviedo (2012) expresa que una traducción más acorde al sumak kawsay es
establecer una vida en armonía, equilibrio y concertación, lo cual además implica
la conciliación, el aporte mutuo, no la superposición como lo plantea el buen vivir.
Observa que con el sólo hecho de hablar de calificar como bueno o malo algo, se
está frente a una construcción occidental en que las relaciones son verticales, no
horizontales, lo cual supone un norte y un sur, lo de arriba y los de abajo.
La intelectualidad, vinculada especialmente al proceso indígena andino, critica la
conceptualización que hace el lado oficial respecto al buen vivir y la relaciona con
el planteamiento aristotélico para alcanzar la felicidad o el florecimiento humano,
desligándolo entonces de la cosmovisión indígena (Bretón, 2013).
Nuestro sistema ancestral no puede ser puesto como un apéndice del
social. El sistema tiene su propio camino, personalidad y principios; luego
se puede hablar de complementariedades. Se trata de un paradigma
alternativo, diferente a los paradigmas de occidente con sus líneas de
izquierda y derecha, guardando una concordancia con las leyes del
cosmos. El propósito es seguir el modelo de la vida de la naturaleza
(Oviedo 2012).
En 1997, al calor del debate de reforma de la Constitución, la Confederación de
Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) presenta su proyecto político en
el que, si bien no menciona al sumak kawsay, realiza un amplio planteamiento
para la reforma estructural del Estado al que califica de uninacional hegemónico,
excluyente antidemocrático y represivo. Sobre esa base, remarca la necesidad de
instaurar un Estado plurinacional, pluricultural y plurilingüe (Conaie, 1997).
En ese proyecto, la organización indígena da amplias señales de los principios
ideológicos que dan sustento a esa propuesta y a la vida misma de la
organización, por lo que llama la atención la abstracción que se hace en relación a
un humanismo integral que “defiende, respeta y afirma los derechos de todas las
vidas: de los seres humanos y de la naturaleza; como sustento de la
espiritualidad, religiosidad, pensamiento y conocimiento de los pueblos y
nacionalidades indígenas”.
Alberto Acosta (Fernández et al., 2014), el ex presidente de la Asamblea
Constituyente, hoy en la oposición, manifiesta que el paradigma “viene del mundo
indígena” y reconoce que uno de los actores de este proceso es la Conaie por lo
que sus postulados tienen que ser considerados como “eje fundamental de toda
esta discusión”. También destaca los aportes de ILDIS (Instituto Latinoamericano
de Investigaciones Sociales) que juntó a intelectuales para “discutir alternativas al
neoliberalismo”.
Senplades, el organismo de planificación del Estado, en su Plan Nacional del
Buen Vivir para el periodo 2009-2013 plantea una aproximación más cercana a lo
que se ha dicho sobre sumak kawsay a la vez que crítica a las corrientes
neoliberales.
Sostiene que la idea del desarrollo es inexistente en la cosmovisión de los pueblos
originarios y agrega:
La comunidad cobija, protege, demanda y es parte de nosotros. El ser
humano, entonces es parte integral de un todo que no puede ser entendido
en sus partes.
En esta cosmovisón hacerle daño a la naturaleza es hacernos daño a
nosotros mismos. Cada acto tiene consecuencias cósmicas, los cerros se
enojan o se alegran se ríen o se entristecen, sienten… piensan… existen
(Senplades 2009).
La misma Senplades, sin embargo, en su segundo Plan Nacional del Buen Vivir,
abre un poco más el abanico en la fundamentación del paradigma al anotar que
se nutre no sólo de los saberes de los pueblos originarios andinos, sino también
de otras culturas alrededor del mundo y enfatiza que “en la sabiduría ancestral
común a los pueblos de la Tierra, el calificativo bueno de esta aspiración abarca
no solo la definición de agradable y hermoso, sino la idea ética de lo bueno
(Senplades, 2013)”. Y luego subraya:
El debate alrededor del Sumak Kawsay ha rebasado las fronteras
ecuatorianas y latinoamericanas, ha impulsado la reflexión política y
académica y ha recogido los aportes de movimientos sociales, académicos,
líderes políticos y gestores de política pública. Se trata de una noción en
permanente construcción.
La declaración de principios para conseguir el buen vivir entre uno y otro plan
nacional deja ver esos ajustes teóricos, especialmente en el ámbito político, de
hecho, Senplades (2013) expresa que “el horizonte político de la Revolución
Ciudadana es el Socialismo del Buen Vivir”6.

6
Para salir al paso a las críticas, Senplades ha revisado su fundamentación inicial sobre el buen vivir y
publica en su Plan Nacional 2013-2017 que el Sumak Kawsay fortalece la cohesión social, los valores
comunitarios y la participación activa de individuos y colectividades en las decisiones relevantes, para la
construcción de su propio Destino y felicidad. Se fundamenta en la equidad con respeto a la diversidad, cuya
realización plena no puede exceder los límites de los ecosistemas que la han originado. No se trata de volver
a un pasado idealizado, sino de encarar los problemas de las sociedades contemporáneas con
responsabilidad histórica. El fin del Socialismo del Buen Vivir es defender y fortalecer la sociedad, el trabajo
y la vida en todas sus formas. El primer paso es resolver el acceso a bienes, oportunidades y condiciones que
garanticen –al individuo, a la colectividad y a las generaciones futuras– una vida digna sin perjudicar a la
naturaleza. El Buen Vivir es una práctica diaria.
Principios del buen vivir en la planificación del Estado ecuatoriano

PNBV 2009-2013 PNBV 2013-2017

 La unidad en la diversidad  Sociedad radicalmente justa


 Un ser humano que desea vivir en  Sociedad con trabajo liberador y
sociedad tiempo creativo
 La igualdad, la integración y la  Sociedad de plenas capacidades,
cohesión social emancipación y autonomía
 El cumplimiento de derechos  Sociedad solidaria
universales y la potenciación de las  Sociedad igualitaria y equitativa
capacidades humanas  Sociedad corresponsable y propositiva
 Una relación armónica con la  Sociedad en armonía con la naturaleza
naturaleza  Sociedad de excelencia
 Una convivencia solidaria, fraterna y  Sociedad pluralista, participativa y
cooperativa autodeterminada
 Un trabajo y un ocio liberadores  Primacía de los bienes superiores
 La reconstrucción de lo público  Soberanía e integración de los pueblos
 Una democracia representativa,  Estado democrático, plurinacional y
deliverativa y participativa laico
 Un Estado democrático, pluralista y  Fortalecimiento de la sociedad
laico
Fuente: Senplades, Plan Nacional del Buen Vivir 2009-2013, 2013-217. Elaboración los autores.

Entonces, debe entenderse que el buen vivir es un concepto en transición que se


alimenta de la cultura de los pueblos y nacionalidades originarias del mundo
andino, a la vez que incorpora principios de otras culturas, occidentales entre
ellas7, en la búsqueda de respuestas a “viejos problemas para remontar la
pobreza o conquistar la igualdad (Gudynas y Acosta, 2011; Acosta, 2010)”.
La propuesta de buen vivir es resultado de la larga data de luchas populares que
desde la independencia del país fue incorporando al andamiaje legal una serie de
avances en materia de derechos humanos, hasta configurar el actual estado
nacional de derechos. La actual Constitución de Ecuador es considerada entre las
más avanzadas en el planeta debido, precisamente a su dimensión humanista y
de respeto a la naturaleza8.
7
Se registran aportes, por ejemplo, del ecologismo, de los movimientos femeninos y las nuevas corrientes
en las áreas de bienestar social y justicia.
8
La relación entre el ser humano y la naturaleza está en el centro de la propuesta y del áspero debate que
cuestiona el paradigma del desarrollo con todas sus variantes -desarrollo humano, desarrollo sustentable,
desarrollo social, desarrollo para el cambio social, etc.
La Constitución ecuatoriana, por primera vez le otorga derechos a la naturaleza, propiciando la preservación
de amplios ecosistemas dentro de los cuales el ser humano puede aprovechar sus recursos, promoviendo el
paso de una economía extractivista a otra de recursos infinitos basada en el bioconocimiento.
El planeta colapsaría, señalan ambientalistas, si en determinado momento todas las personas en el mundo
tuviesen los mismos niveles de consumo que los ciudadanos de occidente desarrollado, entonces el
desarrollo genera más desarrollo porque para que unos sean ricos se requiere que otros sean pobres y si se
quiere explotados, sobreexplotados. “Hace falta tres planetas para vivir”, señala Mujica (2013) si
aspiráramos a consumir como un estadounidense promedio.
Bretón (2013) señala que “la nueva carta magna continuará profundizando, en
consonancia con su antecedora de 1998, en el reconocimiento de los derechos
colectivos de los pueblos y naciones”.
El buen vivir entonces es un modelo que se sustenta en el día a día. Quizás tome
mucho tiempo su implementación, lo cierto es que de nada sirve que la frase o sus
conceptos se encuentren en toda la papelería oficial o en los principales
membretes de nuestras leyes, si es que desde las instituciones no se generan
procesos horizontales como resultado de un real cambio de actitud, consciente, de
las personas en todos sus espacios identitarios que actúan y demandan
pluralidad, armonía y vida plena.

Hacia una nueva universidad


El debate constituyente de 2007 y 2008 evidenció la preocupación de la sociedad
ecuatoriana por lo que estaba pasando con sus universidades. El debate se
enmarcó no sólo en la crítica a ese estado de cosas ya planteado en páginas
anteriores, sino también en la oportunidad para reconectar a las instituciones de
educación superior con la vida nacional, reconociendo su importancia en la
construcción de los proyectos de país y en la creación de pensamiento crítico y de
largo plazo.
La Constitución de la República (art. 26) señala que la educación es un derecho
de las personas y un deber inexcusable del Estado, constituyéndose por tanto en
un área “prioritaria de la política pública y de la inversión estatal, garantía de la
igualdad e inclusión social y condición indispensable para el Buen Vivir”
(Asamblea Constituyente, 2008).
En la carta magna, la educación se encuentra incluida en el Régimen del Buen
Vivir como parte del capítulo de inclusión y equidad, el cual se compone además
de los ámbitos de salud, seguridad social, gestión de riesgos, cultura física y
deporte, hábitat y vivienda, cultura, comunicación e información, disfrute del
tiempo libre, ciencia y tecnología, población, seguridad humana y transporte.
El legislador constituyente, en concordancia con el histórico del país tras la
Revolución Liberal Radical de 1895, mantuvo la gratuidad de la educación hasta el
tercer nivel, lo cual ya evidencia una diferencia significativa con la constitución de
1998 que establecía la gratuidad sólo hasta el bachillerato (Asamblea Nacional
Constituyente, 1998).
La educación superior según el artículo 351 de la Constitución tiene como
finalidad:
La formación académica y profesional con visión científica y humanista; la
investigación científica y tecnológica; la innovación, promoción, desarrollo y
difusión de los saberes y las culturas; la construcción de soluciones para
los problemas del país, en relación con los objetivos del régimen de
desarrollo.
La educación superior forma parte de un sistema que debe estar articulado el Plan
Nacional de Desarrollo, desprendiéndose de aquel los órganos de evaluación,
acreditación y planificación, es decir, toda la política pública inherente está
articulada con el buen vivir.
Así, el Estado retoma la rectoría, regulación y control de las universidades,
escuelas politécnicas y más institutos superiores, lo cual prácticamente estaba
restringido en ley suprema antecesora con un artículo que impedía a la Función
Ejecutiva, al amparo de la autonomía universitaria, “clausurarlas, ni reorganizarlas
total o parcialmente”9.
En la planificación del Estado la educación ocupa un espacio destacado bajo el
presupuesto de que la calidad de vida y el progreso de un país independiente está
ligado a la cobertura, calidad y pertinencia de la formación superior por lo que ésta
debe transformarse “en un verdadero mecanismo de movilidad social ascendente
y de regulación de oportunidades (Senplades, 2009)”. Santos (2014) subraya que
“la universidad es un bien público íntimamente ligado al proyecto de nación”.

Plan Nacional del Plan Nacional del


Buen Vivir 2009-2013 Buen Vivir 2013-2014
Objetivo Políticas Objetivo Políticas
inherente inherente

Objetivo 2  Mejorar  Alcanzar la


progresivamente la universalización en el
Mejorar las calidad de la educación, Objetivo 4 acceso a la educación
capacidades y con un enfoque de inicial, básica y
potencialidade derechos, intercultural e Fortalecer las bachillerato, y
inclusiva, para fortalecer democratizar el acceso
s de la la unidad en la
capacidades y
a la educación superior.
ciudadanía. diversidad e impulsar la potencialidades
permanencia en el de la  Promover la
sistema educativo y la
culminación de los
ciudadanía. culminación de los
estudios en todos los
estudios.
niveles educativos.

 Fortalecer la educación
 Promover espacios no
superior con visión
formales y de
científica y humanística,
educación permanente
articulada a los
para el intercambio de
objetivos del plan
conocimientos y
nacional del Buen Vivir.
saberes para la

9
Con la nueva legislación hay varios ejemplos de intervención universitaria por parte del Ejecutivo. Es el
caso de la Universidad Luis Vargas Torres (Esmeraldas), Universidad de Guayaquil (Guayas) y Universidad
Estatal del Sur de Manabí (Manabí). En esta última sus directivos están acusados de asesinado.
 Fortalecer la educación sociedad aprendiente.
intercultural bilingüe y la
interculturalización de la  Mejorar la calidad de la
educación. educación en todos sus
niveles y modalidades,
 Generar procesos de para la generación de
capacitación y conocimiento y la
formación continua para formación integral de
la vida, con enfoque de personas creativas,
género, generacional e solidarias,
intercultural articulados responsables, críticas,
a los objetivos del Buen participativas y
Vivir. productivas, bajo los
principios de igualdad,
 Fortalecer la educación equidad social y
superior con visión territorialidad.
científica y humanista,
articulada con los  Potenciar el rol de
objetivos para el Buen docentes y otros
Vivir. profesionales de la
educación como
 Promover la actores clave en la
investigación y el construcción del Buen
conocimiento científico, Vivir.
la revalorización de
conocimientos y  Promover la interacción
saberes ancestrales, y recíproca entre la
la innovación educación, el sector
tecnológica. productivo y la
investigación científica
 Promover el acceso a la y tecnológica, para la
información y a las transformación de la
nuevas tecnologías de matriz productiva y la
la información y satisfacción de
comunicación para necesidades.
incorporar a la
población a la sociedad  Promover la gestión
de la información y adecuada de uso y
fortalecer el ejercicio de difusión de los
la ciudadanía. conocimientos
generados en el país.
 Promover el deporte y
las actividades físicas  Impulsar el diálogo
como un medio para intercultural como eje
fortalecer las articulador del modelo
capacidades y  pedagógico y del uso
potencialidades de la del espacio educativo.
población.
 Impulsar la formación
en áreas de
conocimiento no
tradicionales
 que aportan a la
construcción del Buen
Vivir.

 Fortalecer la formación
profesional de artistas y
deportistas de alto nivel
competitivo.
Fuente: Senplades, Plan Nacional del Buen Vivir 2009-2013, 2013-217. Elaboración los autores.

Se plantea que la universidad se inserte en un modelo de economía popular y


solidaria que lleve al país a superar la fase del extractivismo e impulse la
incorporación de la población en la generación de riqueza a través del
bioconocimiento, los bioservicios, el turismo comunitario y el fortalecimiento de la
industria nacional, así como la economía popular y solidaria.
La universidad no puede evadir responsabilidades, ni restar importancia a los
desafíos que la desbordan, puesto que se han levantado justificadas críticas a su
accionar, al no haber asumido en forma convincente la superación de los vacíos y
paradojas epistemológicas, y sobre el rol desempeñado por la universidades en el
marco general de las tensiones y la crisis sistémica del capitalismo que, como
manifiesta Herrera y Dridiksson (2006), ha incidido “en la formación de personas
que poseen perfiles multidisciplinarios, y que generan conocimientos en el
contexto de su aplicación y se vinculan orgánicamente al entorno, a lo que la
sociedad demanda.”
La universidad entonces, tiene la responsabilidad de desarrollar programas
educativos acordes a las ventajas comparativas que tiene cada uno de los
territorios donde se asientan y en función de la estrategia de sustitución selectiva
de importaciones, de satisfacción de necesidades básicas y de diversificación de
exportaciones, exportadores y destinos mundiales.
Ramírez (2013) propone siete pilares de la “tercera ola de transformación (de la
educación superior) en el Ecuador”: a) descorporativizar el sistema de educación
superior para el bien común; b) democratizar la educación superior y el
conocimiento; c) generar nuevo conocimiento en el marco de la autonomía
universitaria responsable con la sociedad; d) revalorizar el trabajo docente y de
investigación en el sistema de educación superior; e) endogeneidad regional para
la integración latinoamericana y la inserción inteligencia a nivel mundial; f)
convergencia hacia arriba eliminando circuitos diferenciados de calidad, y g)
construir una episteme emancipadora de la sociedad.
A su vez Santos (2004) señala que la lucha por la legitimidad, institucionalización
y hegemonía cada vez será más exigente en pro de la construcción de una
universidad post colonial. Identifica cinco áreas de acción prioritarias: acceso,
extensión, investigación-acción, ecología de saberes, universidad y escuela
pública.
En ese escenario Velásquez y Agueta (2013) ponderan la necesidad de incorporar
la interculturalidad a la educación superior, para que ésta propicie el diálogo de
saberes, hasta convertirse en “espacio privilegiado” para la investigación y
enseñanza cuya meta sea la solución de asuntos prioritarios como el diálogo y
políticas públicas en salud, educación, agricultura y biodiversidad.
La meta es salir del canon de pensamiento occidental para construir conocimiento
propio articulado a la tradición de saberes regionales, vinculados éstos a las
corrientes más progresistas de pensamiento.
Ya van siete años de aplicación de los nuevos parámetros de calidad y se notan
algunos cambios. El más significativo tiene que ver con el hecho de que Ecuador
es el país de América del Sur que más recursos públicos destina a Educación
Superior. El Estado ha invertido 7 348 millones de dólares, esto quiere decir que el
país asigna a las universidades el 1,8 % de su Producto Interno Bruto (PIB) en
comparación a los países más ricos del planeta quienes destinan el 1,67 % del
PIB (Presidencia de la República del Ecuador, 2014).
Pese a los caudales que reciben las arcas universitarias, está pendiente su
desburocratización. La mayor parte del presupuesto va a gasto corriente, según el
Presidente de la República Rafael, Rafael Correa, quien ha denunciado que las
“universidades, más que centros académicos, son centros burocráticos”,
llevándose el área administrativa el 54 % del total de presupuesto” (Presidencia de
la República del Ecuador, 2014).
El PNBV 2013-2014 (Senplades, 2013) pasa revista a los logros de la planificación
2009-2013 y destaca una mejora en la calidad de la educación superior y mayor
investigación, no obstante remarca que persisten las brechas en el ingreso al
sistema educativo, por parte de los grupos de atención prioritaria.
Senescyt (s.f.) señala que gracias a la gratuidad de la educación superior, se
incrementó la tasa de matrícula en las universidades y escuelas politécnicas,
pasando del 22,8 % (Tasa neta) en 2006, a 33 % en 2012. Además, el porcentaje
de matriculación entre los quintiles 1 y 2 de la población subió en el mismo
periodo del 11,31 % al 24,49 %, duplicándose el número de ingresos de
afrodescendientes e indígenas.
Por otro lado, se incrementó entre 2006 y 2013 la inversión en becas, pasando de
12,2 millones de dólares en el periodo 1993-2006 a 578 millones de dólares. Sólo
en 2013 fueron entregadas 6 698 becas.
También se financiaron 258 proyectos para la sustitución selectiva de
importaciones y satisfacción de necesidades básicas en las áreas de la salud,
ambiente, energía y cambio climático, hábitat y gestión de riesgo, ciencias
sociales y humanidades.
Además, fue creado el banco de la memoria nacional para poner en valor saberes
de los pueblos tradicionales del Ecuador.
En cuanto al talento humano, con el nuevo Reglamento de Carrera y Escalafón
del Profesor e Investigador del Sistema de Educación Superior, se establecieron
mínimos salariales más altos que valoran el trabajo de los docentes. Así, un
profesor principal tuvo un incremento de 231 % en su salario, el que pasó de.1
280 dólares a 2 967 dólares.

Se implementan los cambios en la UTM y la USGP


En la ciudad de Portoviejo tienen su sede las universidades San Gregorio de
Portoviejo (USGP), creada hace 13 años, y la Universidad Técnica de Manabí
(UTM), en funcionamiento hace 60 años.
La USGP es privada y la UTM pública. Ambas se encuentran en categoría “C”,
según los resultados de la reciente evaluación del Consejo de Evaluación,
Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces).
La primera tiene aproximadamente 3 000 estudiantes, mientras que la segunda
14 000.
Ambas universidades se encuentran en plena reforma de sus estructuras, en
especial sus mallas curriculares para incorporar los principios del buen vivir como
ejes transversales y responder a los desafíos regionales y provinciales de generar
nuevo conocimiento y apuntalar sistemas productivos. Lo hacen al amparo de la
Constitución, del Plan Nacional para el Buen Vivir, de la Ley Orgánica de
Educación Superior, así como demás reglamentos que norman su desempeño.
En la UTM, su rector, Vicente Véliz Briones (2014), expresa que el paradigma del
buen vivir les obliga a reorganizar todos los programas y proyectos atendiendo
criterios de respecto por la naturaleza, la incorporación de la noción del “nosotros”
en una relación de pertenencia sobre el “yo” individualista, y el respeto por la
diversidad de las culturas.
A mediano plazo, Véliz Briones estima que la UTM habrá incorporado vivencia
más profundidad académica, lo cual hará que el “ser colectivo que estamos
construyendo sea ese ser que deseamos ser”. Explica este juego de palabras con
la intensión de crear una sociedad solidaria, transparente, dedicada, que cuida la
naturaleza, que coopera y colabora.
En la USGP, su director de Desarrollo Institucional, Jaime Alarcón Zambrano,
sostuvo que en la reforma de la institución, la cual inició en abril pasado, se tomó
en cuenta los niveles de pertinencia de los proyectos técnicos y académicos para
que sean una respuesta efectiva a las necesidades del entorno. “Se quiere que el
profesional graduado de esta centro se convierta realmente en un ciudadano con
formación integral, a nivel técnico, social y humano”, insistió.
Manifestó que la naturaleza, la interculturalidad, los saberes tradicionales y el
desarrollo de pertenencia a un colectivo nacional es parte de los programas de
capacitación del personal.
Se da por descontado que ambas autoridades conocen los pormenores de la
materia denominada buen vivir, la cual reciben los estudiantes del primer
semestre como parte del proceso de integración a la educación superior y soporte
para elegir correctamente su carrera profesional.
Al final del curso, el estudiante debe elaborar un proyecto de vida que contiene,
entre otros, los siguientes elementos: construcción de un concepto personal que
responda a la pregunta ¿quién soy yo?; una autoevaluación personal en sus
dimensiones personal, familiar, ciudadana y profesional; su misión, visión y
metas, y una reflexión sobre la pertinencia de su proyecto de vida.
En el caso de la USGP la planificación curricular contempla como resultados de
aprendizaje conocer y comprender el paradigma del buen vivir, realizar el proyecto
de vida y describir e interpretar los componentes de la universidad del siglo XXI.
Para tener una panorámica de cuánto conocen acerca del buen vivir los
estudiantes en las dos universidades y a efectos de este trabajo los autores
practicamos 143 encuestas a seis cursos 10 escogidos en forma aleatoria. La
muestra es de 0,84 %, sin embargo, no es representativa de una población de
17 000 alumnos que suman la USGP y la UTM, por tanto estos datos no deben
ser considerados como evidencia científica.
A la pregunta cuánto sabe usted sobre el buen vivir, el 68 % respondió que
poco, seguido por mucho con el 27,5 %. En la USGP el 6 % señaló que no conoce
nada y el 2 por ciento dijo que no sabe nada.
Nada No sabe
3% 1%

Mucho
28%

Poco
68%

En cuanto a la pregunta conoce usted que el buen vivir es el fundamento de la


nueva estructura institucional del Ecuador, en la UTM el 90 % respondió
afirmativamente, mientras que en la USGP el 21 % respondió con un no, en tanto
que un 3 % señaló que no sabe. Estas respuestas permiten ver que la mayoría de
estudiantes tienen claro que el nuevo paradigma da sustento a los cambios que
vive el país.
10
UTM: Administración y Economía, Ciencias Administrativas y Filosofía y Letras; USGP: Periodismo, Leyes,
Odontología.
UTM USGP
Sí No No sabe Sí No No sabe
10% 3%

21%

75%
90%

Cuando se les preguntó a los estudiantes dónde escucharon hablar sobre el


buen vivir, se evidenció que la mayoría conoció sobre el paradigma dentro de las
universidades. Esta pregunta se complementó con un requerimiento para que se
especifique la elección y un gran número señaló que lo escuchó a sus profesores
en el aula de clases.
La otra fuente de información respecto al buen vivir fueron los medios de
comunicación, sin embargo llama la atención que, al colegirla con la primera
pregunta, el 68 % señaló que conoce poco respecto al paradigma quedando en el
aire interrogantes sobre la profundidad de los contenidos de los medios o el
interés con el que se consume la información que éstos difunden.

4%
Dónde escuchó Usted 1% 2%
acerca delbuen vivir 4%
Medios de comu- 4%
nicación
Universidad 39%
Trabajo
Casa
Vecindad 46%
Iglesia
otros

A los estudiantes también se les pidió que califiquen del 1 al 10, en el que 10 es
la nota más alta y 1 la más baja, los componentes más relevantes en la
construcción del buen vivir. El cuadro muestra que la mayoría calificó con la
nota más alta a cada una de las opciones, observándose que los estudiantes
tienen nociones sobre la integralidad del paradigma que se implementa en el país.
Calificación
Componente 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Respeto de la naturaleza 2 2   5 8 8 9 16 11 74
Interculturalidad 2 1 1 1 8 15 17 23 34 28
Plurinacionalidad 1 2 2 5 11 10 15 22 21 40
El bien común 1 3 3 2 6 14 6 11 22 65
Preservar el saber
1 3 6 2 7 7 14 13 28 42
tradicional
Soberanía económica 1 1 4 4 5 10 15 19 29 49
Soberanía alimentaria 1 1     6 10 10 15 25 59

Ante la pregunta cuánto cree usted que el paradigma del buen vivir habrá
cambiado su estilo de vida, el 48 % de estudiantes de la USGP y UTM escogió
la opción mucho, no obstante, muy de cerca le sigue el 46 % que señaló la opción
poco. Las respuestas nada o no le interesa son marginales.
Esta respuesta permite notar cierta apatía de un gran número de estudiantes
respecto a los resultados del paradigma en el mediano o largo plazo, además de
que el interés por conocer sobre la propuesta tiene su razón de ser en la medida
en que esté inserta en el programa de estudios.

3% 1%
3%

Mucho
Poco
48% Nada
No le interesa
46% No contesta

Conclusiones
Las universidades del país se encuentran en un proceso de reforma estructural
fundamentada en el paradigma del buen vivir, con el propósito de darle sustento a
un proyecto de fortalecimiento del estado nacional y generación de nuevo
conocimiento que inserte al país en las sociedades del conocimiento. También es
el desafío de las instituciones de educación superior generar el sustento teórico
para que el paradigma ayude a consolidar la integración latinoamericana.
El paradigma del buen vivir está en construcción y se alimenta tanto del saber y
las tradiciones andinas que sobrevivieron a la colonia, cuanto de las corrientes
humanistas de occidente, entre ellas los principios del ecologismo, feminismo,
cooperativismo, bienestar social y la justicia.
El buen vivir o sumak kawsay es la respuesta de Ecuador a las corrientes
desarrollistas del neoliberalismo globalizador que arrasaron con las instituciones
de educación superior. El Estado nuevamente es el rector, controlador y
supervisor de las universidades y escuelas politécnicas.
Las universidades manabitas y portovejenses en particular comienzan a insertarse
en la propuesta del buen vivir. El paradigma se analiza con mayor profundidad en
el primer semestre de las universidades, constituyéndose allí una base para la
difusión al resto de la población, sin embargo, persiste un amplio desconocimiento
de sus alcances entre los alumnos de los cursos superiores. Esto supone un
desafío que va más allá de la universidad misma porque implica la movilización de
toda la sociedad y sus instituciones.
Aunque este trabajo no cuenta con una muestra representativa, la mirada que
permiten las encuestas realizadas a los estudiantes no deja ver señales claras
para extrapolar un cambio de actitud de la población sobre la base de los grandes
ejes del paradigma, esto es respeto de la naturaleza, interculturalidad y desarrollo
de un sentido de pertenencia a un colectivo nacional.
Ecuador se encuentra en un proceso inédito de organización y planificación
estructurada de todas sus instituciones, bajo el paraguas de un paradigma propio,
que será alimentado con el conocimiento que se genere en las universidades, de
ahí la importancia de que los nuevos estudiantes universitarios encajen sus
proyectos de vida a proyectos nacionales mucho más abarcadores.
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