Proceso de Sanación Interior y liberación Espiritual
La sanación interior: Es un procesos dinámico porque se realiza en compañía del Espíritu Santo, sin su acción es imposible la curación del corazón, pues El Espíritu Santo es el que hace presente a Jesús en Nuestro corazón, Fuimos predestinados a Parecernos cada vez más a Jesús el Seño, solo Espíritu Santo puede quitar de nosotros lo que nos aparta y diferencia de Jesús, Pero él hace este trabajo uniéndose a Nuestra alma, el intercede en nuestro favor, pero tenemos, con El, que debilitar toda obra de la carne para que el hombre nuevo vuelva a nacer… Hay que nacer de Nuevo, Juan 3,1- 22 El Espíritu Santo es Pues nuestro Guía Interior, su presencia debe ser invocada en todo momento de cualquier etapa de nuestra sanación interior, Gálatas 5,16. El Espíritu Santo es el que nos guía, el que nos orienta, el nos señala el camino. Además por sus frutos y carismas, El Espíritu Nos impulsa en los momentos mas difíciles, por ejemplo por el carisma de lenguas, el ora en nosotros con sus gemidos inefables, cuando el dolor de nuestro corazón nos impide orar. Por el don de sabiduría del Espíritu Santo él nos hace sentir el gusto por las cosas de Dios y desearlas. Por la ciencia él nos muestra la causa, la raíz de nuestro dolor y de nuestros problemas y nos señala el camino para su solución. Por el Don de discernimiento, el nos ver la esencia espiritual de los acontecemientos por más oculta que sea su cauca, porque una parte, es lo que viene del hombre, otra parte lo que viene del maligno y otra parte lo que viene de Dios.
1. Invocación al Espíritu Santo.
“Oh Espíritu Santo, amor del Padre, y del Hijo, inspírame siempre lo que debo pensar, lo que debo decir, cómo debo decirlo, lo que debo callar, cómo debo actuar, lo que debo hacer, para gloria de Dios, bien de las almas y mi propia Santificación. Espíritu Santo, dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y eficacia para hablar. Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar. Amén.”
2. Tema del Dial: la Humillacion
La herida de humillación es una de las 5 heridas emocionales que nos causan
baja autoestima y conflictos en las relaciones. La herida de humillación crea una máscara (un personaje) con el cual nos identificamos a lo largo de nuestra vida y sirve para protegernos del profundo dolor que la herida nos impone. La máscara de la herida de humillación es la del masoquista. Humillación significa mancillar la dignidad de hijo de Dios y ser sometido a un trato que deteriora la conciencia de ser Persona.
en la presencia de Dios en oración de Adoración la experiencia que has vivido, cuando fue esa situación, con quien, que edad tenias, reconstruir la escena desde la memoria, pedir al espíritu santo traer expresiones que verbalmente te marcaron y estaban cargadas de desamor, fingimiento, engaño, ira y violencia. 4. Iluminación bíblica: Lucas 22,65
5. Pasos a seguir en la sanación
6. Entrar en adoración y contemplación ( ir al santísimo 7. Ramillete espiritual: Ofrece la eucaristía, el Santo Rosario de este dia, tu ayuno por la liberación interior. 8. Oración de Sanación interior.
Oración de Sanación interior:
Padre de bondad: te bendigo y te alabo y te doy gracias;
porque por tu amor nos diste a tu hijo Jesús.
Gracias, Padre, porque a la luz del Espíritu comprendemos
que Él es la luz; la verdad y el Buen Pastor que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Hoy, Padre, me quiero presentar delante de ti, como tu hijo. Tú me conoces por mi nombre; pon tus ojos de Padre amoroso en mi vida.
Tu conoces mi corazón y conoces las heridas de mi historia.
Tu conoces todo lo que he querido hacer y no he hecho.
Conoces también lo que hice mal y lo que otros me hicieron
lastimándome.
Tu conoces mis limitaciones, mis errores y mis pecados.
Conoces los traumas y complejos de mi vida.
Hoy, Padre, te pido que por el amor que le tienes a tu hijo
Jesucristo, derrames Tu Santo Espíritu sobre mí, para que el calor de Tu Amor Sanador penetre en lo más íntimo de mi corazón.
Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas,
sáname aquí y ahora; de mi alma, de mi mente, de mi memoria y todo mi ser e interior.
Entra en mí, Señor Jesús, como entraste en aquella casa
donde estaban tus discípulos llenos de miedo.
Tu que apareciste en medio de ellos y les dijiste: “Paz a
Vosotros”, entra en mi corazón y dame tu paz.
¡Lléname de Tu Amor!
Sabemos que el amor hecha fuera el temor. Pasa por mi vida
y sana mi corazón.
Sabemos, Señor Jesús, que Tu lo haces siempre que te lo
pedimos y te lo estoy pidiendo con María, mi Madre, la que estaba en las bodas de Caná, cuando no había vino, y tu respondiste a su deseo transformando el agua en vino.
Cambia mi corazón y dame un corazón generoso; un corazón
afable, un corazón bondadoso, dame un corazón nuevo.
Has brotar en mí los frutos de tu presencia. Dame el fruto de
Tu Espíritu que es Amor; Paz y Alegría. Haz que venga sobre mi el Espíritu de las Bienaventuranzas, para que pueda saborear y buscar a Dios cada día, viviendo sin complejos ni traumas junto a los demás; junto a mi familia y junto a mis hermanos.
Te doy gracias, Padre, por lo que estás haciendo hoy en mi
vida.
Te doy gracias de todo corazón porque Tú me sanas, porque
Tú me liberas, porque Tu rompes las cadenas y me das la libertad.
Gracias, Señor Jesús, porque soy templo de Tu Espíritu, y ese
templo no se puede destruir porque es la casa de Dios.
Te doy gracias Espíritu Santo por la fe. Gracias por el amor