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Elanciano deluniversomaya:unadimensión
unitariaenlareligióndelosantiguosmayas
Simon Martin
L
os antiguos mayas dejaron como legado una enorme gama convención, pero las metáforas difieren en la medida en que co-
de expresiones religiosas. Tanto a través del arte como a optan objetos e ideas pre-existentes y las imbuyen de nuevos
través de la escritura o en interacción entre ambos, con significados. Para distinguir este significado extraordinario de su
cada uno de estos medios se buscó convertir a lo trascendente en modelo ordinario, suele ser necesario marcarlo de alguna manera,
tangible, a lo invisible en visible. Si bien las representaciones de lo añadiendo signos identificativos especiales o colocándolo en
sobrenatural generalmente no son sino sucedáneos de este ámbito— algún contexto que sirva para revelar lo que se busca comunicar.
elementos orientadores que conectan a los creyentes con panoramas Los esfuerzos por capturar la sobrenaturalidad de lo numinoso
mentales de una abstracción infinitamente más grande—, son éstas con frecuencia recurren a lo transgresivo y anti-intuitivo, una
el producto de sistemas simbólicos y, por lo tanto, están sujetas a “extrañeza calculada” que separa lo metafísico de lo físico. Sin
reglas, códigos y convenciones. Valiéndonos de una amplia gama embargo, independientemente de qué tan fantásticas sean las formas
de enfoques iconográficos y epigráficos, es nuestra intención llegar resultantes, éstas no son nunca creaciones espontáneas y ad hoc, sino
a entender estos sistemas y restablecer las antiguas relaciones entre el resultado de aplicar fórmulas y plantillas existentes.
imágenes, palabras y artefactos, por una parte, y los conceptos que Las imágenes del cuerpo humano forman una categoría
éstos buscaban comunicar, por la otra. Tenemos la fortuna de contar particular de metáforas religiosas, arquetipos que se valen de
con fuentes literarias más recientes: los recuentos sobre las creencias nuestra comprensión colectiva de las propiedades físicas y
mayas recogidos durante el período colonial, tanto en el siglo XVI mentales.1 El antropomorfismo es siempre mucho más que un
como posteriormente. Se trata de fragmentos de una cultura en el modo de representación; abarca todo el proceso mediante el cual se
proceso de atravesar una profunda transformación que nos ofrecen adscriben personalidades a los agentes no humanos poseedores de
un frágil pero invaluable puente entre el mundo prehispánico y el pensamientos, emociones y motivaciones complejos (Guthrie, 1993;
moderno. Boyer, 2001: 161-164) y los ubican en mundos sociales similares a los
Las representaciones del mundo natural se basan en la humanos. Se distingue del zoomorfismo y del simbolismo animal
iconicidad, en la apariencia basada en los principios compartidos y, más allá de qué tan humanos puedas ser sus atributos, siempre
de la vista. Dado que el ámbito sobrenatural no tiene una presencia evoca algo ajeno y externo a nosotros.
material, puede representarse sólo a nivel simbólico. El simbolismo Las formas idealizadas de muchos dioses mayas, siempre
tiene dos ramas principales: una de ellas consiste en signos
arbitrarios, en tanto que la otra se vale del poder de la metáfora. 1
Ver Houston et al., 2006 para un estudio integral del cuerpo de arte y
Figura 1. La edad avanzada En ambos casos, el significado debe establecerse mediante una cultura maya.
como atributo divino en
el arte maya. Escultura de
2015 Traducción de “The Old Man of the Maya Universe: A Unitary Dimension to Ancient Maya Religion,” publicado en Maya Archaeology 3, editado por Charles
estuco de Toniná, México. Golden, Stephen Houston y Joel Skidmore, pp. 186–227; Precolumbia Mesoweb Press, San Francisco. Esta traducción: www.mesoweb.com/es/articulos/Martin/
Foto: Javier Hinojosa. ElAnciano.html
jóvenes y bellos, pueden leerse como expresiones de su 1. Los atlantes del mundo 276-280) de que se trataba de los atlantes que sostenían el cielo
vitalidad y de su fuerza como agentes sobrenaturales. Pero El arquetípico Dios N es un anciano con que registraron los cronistas de principios de la colonia, como
existen otros códigos corporales y no menos importante es una gran nariz y ojos almendrados; su rostro Diego de Landa (Tozzer, 1941: 135-136):
el fuerte contraste de la decrepitud divina (Figura 1). Las arrugado y cansino es correspondido por un Entre la multitud de dioses que esta gente adoraba,
figuras de dioses cuyas carnes añejas cuelgan de cuerpos cuerpo gastado y hundido (Schellhas, 1904: adoraban a cuatro, cada uno de los cuales llevaba por
casi cadavéricos comunican un mensaje diferente, en el nombre Bacab. Se decía que eran cuatro hermanos a quienes
37-38; Thompson, 1970a; Coe, 1973: 14-15; Dios había colocado en las cuatro esquinas del mundo
que los signos externos de deterioro señalan no tanto Hellmuth, 1987a: 371-372; Taube, 1992b: 92- cuando lo creó, para que sostuvieran el cielo de manera
decadencia, sino una migración de la fuerza, que pasa del 99; Bassie-Sweet, 2008: 132-139). En ocasiones que éste no cayera… Dieron otros nombres a cada uno de
cuerpo a la mente. En donde alguna vez hubo atletismo, lleva una barba rala, aunque esto es común ellos y con éstos indicaban en qué rumbo del mundo lo
ahora hay inteligencia, en donde hubo fuerza, ahora hay sólo en sus representaciones más tardías. había colocado Dios para sostener el cielo y le asignaron a
poderes sobrenaturales. El presente estudio se concentra uno de los cuatro cargadores del año a cada uno… (Landa,
Su vestimenta es humilde y generalmente traducción en Thompson, 1970b: 276)
en el personaje más notable de este tipo, el arrugado se reduce a un taparrabos y a una concha
personaje al que los estudiosos conocen como Dios N. Hay que pende de un collar, siendo la parte En la iconología maya, los cielos se representaron con una
cada vez más evidencia que sugiere que tuvo un papel más Figura 2. Retrato del Dios N más distintiva de su atuendo una especie “banda celeste”: una secuencia de emblemas celestes que incluye
profundo en la antigua religión maya que lo que se había con su tocado de mascada de de pañoleta de red anudada sobre la frente a los emblemas del sol, la luna y las estrellas, o bien con un
supuesto hasta ahora. Las secciones iniciales del presente red diagnóstico anudado en gran monstruo cocodriliano. Esta bestia rodea la parte superior
(Figura 2). Entre las formas más comunes del
estudio describen cuatro de los principales contextos en los la frente. Concha sin prove- del Altar 4 de Tikal, cuyos lados muestran las cuatro montañas
niencia. Fotografía K3245 © Dios N se cuentan aquellas en las que aparece
que aparece este ser, seguidas de un resumen de los datos asociado con un carapacho de tortuga o una a personificadas sobre las que la bestia descansa; cada una de estas
Justin Kerr.
epigráficos relevantes y luego de una discusión más amplia concha de molusco, si bien ocasionalmente montañas está perforada por una cueva, dentro de la cual vemos
de las implicaciones que surgen de todo esto.2 aparece en telarañas o bien lleva las alas de un murciélago (Figura 3). A a un Dios N sentado con el dorso formado por un caparazón de
menudo se le representó en forma cuadripartita, recurso que se utilizó en tortuga (Jones y Satterthwaite, 1982: fig. 58) (Figura 4). Volvemos
2
Las ideas centrales de este artículo se han presentado en toda Mesoamérica para implicar una alineación con los puntos cardinales. a encontrar este longevo concepto cuadripartita en las cuatro
varios simposios (Martin, 2006c, 2006d, 2007b) y una versión Algunas escenas en las que aparecen estos ancianos con los brazos alzados figurillas de piedra que muestran al Dios N en su carácter de
escrita de las mismas circuló entre colegas en 2007. por encima de sus cabezas persuadieron a J. Eric S. Thompson (1970a, 1970b: tortuga que se excavó en el interior de la Estructura H-17 de
Mayapán y que se talló unos mil años más tarde que el altar
mencionado arriba (Thompson, 1955: 282; Proskouriakoff, 1962:
fig. 2a-c). La asociación del viejo dios con las montañas cósmicas
Figura 3. Variedades del Dios vuelve a enfatizarse en Chichén Itzá, en donde se le muestra
b
N y su papel como cargadores irguiéndose, con los brazos levantados, desde la cúspide de estas
cuadripartitas del mundo: (a) Figura 4. El Dios N y las montañas que cargan el mundo en el montañas (Taube, 1992b: 94, fig. 48a). Con mucha frecuencia,
Columna de la Esquina Sureste, Altar 4 de Tikal: (a) fotografía de William R. Coe; (b) detalle del su piel está marcada con motivos rocosos, estableciendo así su
Templo Inferior de los Jaguares, Dios N con un caparazón de tortuga en la espalda, en el interior
Chichén Itzá (dibujo de Linda papel como pilar y soporte del mundo (Figura 5).
de una cueva.
Schele); (b) detalle de una vasija El concepto de soporte del mundo se usó en representaciones
sin proveniencia (conforme a una arquitectónicas y en metáforas políticas. Las estructuras
fotografía publicada en Coe, 1973: designadas como modelos cósmicos muestran al Dios N como
124); (c) Columna de Serpiente, El soporte del techo en cada una de las esquinas visibles —algo que
Castillo, Chichén Itzá (conforme a
una calca hecha por Merle Greene b
Robertson). Todos los dibujos son
del autor, a menos de que se apunte
otra cosa.
c
a b
a
Figura 5. El Dios N como piedras esquineras del cosmos: (a) soporte de banca del grupo Sepulturas,
en Copán; (b) detalle de vasija sin proveniencia K1485 (conforme a Robicsek y Hales, 1982: 19).
Figura 7. El Dios N
Figura 6. El Dios N como cuadripartita y el colap-
cargador del cielo y del so del cielo. Página 22
mundo en una represen- del códice de París.
tación arquitectónica y
como metáfora política:
(a) Altar 5 de La Corona
(“Altar de Dallas”); (b) vemos tanto en las ilustraciones de edificios como en esculturas
“Tablero de Laxtunich,” monumentales (Tozzer, 1957: figs. 195, 196, 615; Schele y Miller,
sin proveniencia (con- 1986: 122; Mayer, 1989: lám. 96; Houston, 1998: 352-355) (Figuras
forme a Mayer, 1995: lám. 6a y 48). Como extensión de este concepto, se creía que la lealtad c
121). que un señor subordinado le debía a su amo era el reflejo de la
responsabilidad que tenía un cargador celeste. De conformidad
con esto, los vasallos solían identificarse como encarnaciones del
Figura 8. Representaciones del Dios N como Tortuga Terrestre: (a) plato sin proveniencia (Robicsek y Hales, 1981: fig.
Dios N en sus textos identificatorios y aparecen sosteniendo a sus
57); (b) detalle de un plato sin proveniencia (Robicsek y Hales, 1981: 91) (K1892); página 37a del códice de Dresde.
amos en tronos marcados con simbolismo del monstruo celeste
a (Taube, 1988: 198; Houston, 1998: 355-356) (Figura 6b).3
Los recuentos de la época colonial no sólo describen la sus brazos cruzados, en pose de patente inactividad. La escena mismo modo la figura de este dios (Figura 8b). Esta sustitución es
manera en que los cargadores hacían posible la vida mortal al de color rojo sangre que los rodea está dominada por serpientes importante, pues de otro modo podría leerse el surgimiento del
separar el cielo de la tierra, sino que también describen la manera gigantes —identificadas por jeroglíficos como agentes de anciano del interior de las fauces de la tortuga como un acto de
en que destruyeron el mundo anterior al permitir la caída del eclipses— con dioses de la muerte entre sus fauces. surgimiento mítico. En lugar de ello, mostrar su cabeza dentro de
cielo (Roys, 1933: 99-100). Una escena del códice de París —que Los vínculos que tiene el Dios N con el agua y con la piedra la fauces de la tortuga en este caso no significa más que el hecho
data del período Postclásico (900–c. 1542)— que durante algún son igualmente fuertes. Su pañoleta de red puede intercambiarse de que dos entidades se encuentran, de algún modo, unidas, y es
tiempo se creyó era una imagen de la creación del mundo (Freidel o combinarse con la hoja o la flor de un lirio acuático, a menudo equivalente a las versiones más plenamente antropomorfas (Figura
et al., 1993: 100) o un mapa del mundo de los espíritus (Love, mordisqueada por un pez (Figuras 3a, 5a, 5b, 6b, 9a). Esto 8c).
1994: 82-83) probablemente sea una ilustración de esta catástrofe evidentemente alude a una conflación (fusión) con la Serpiente La descripción que hace Landa de los cuatro Bacabs es
(Martin, 2005b) (Figura 7). Aparece en una página que introduce del Lirio Acuático, lo que ocasionalmente se enfatiza al agregar apoyada por el trabajo que hizo David Stuart en un tablero
al Año Nuevo —posición llena de escenas de inundaciones del una cresta emplumada a su espalda (Figura 4) o un hocico o pico procedente de Pomoná, en México (2004a: 4) (Figura 9a).
mundo y eclipses en secciones equivalentes de los códices de alargados (Figura 5a) (comparar con Hellmuth, 1987a: figs. 321, Actualmente está partido en varios fragmentos, pero originalmente
Madrid y de Dresde, que datan de fechas parecidas— en donde 322). Esta dimensión acuática alude a la gran poza primigenia en este tablero mostraba a cuatro personajes adornados con tocados
vemos a los cuatro ancianos cargadores, identificados por sus el que nada la tortuga del Dios N. Esta última se considera como hechos con la flor del lirio acuático y nombrados en los textos
pañoletas anudadas. Están sentados en una postura anormal, el centro de un quincunce de cinco puntos, así como la unión del identificatorios como encarnadores más señoriales de las antiguas
ya que no están bajo la banda celeste, sino encima de ésta, con cuarteto de tortugas, constituyendo así un punto o foco central
del mundo. El Dios del Maíz surge de una fisura en su caparazón, 4
Tlaltéotl, la versión masculina del monstruo de la tierra en el centro de
3
El ejemplo ilustrado aquí tiene las máscaras de las tres piedras simbolizando la germinación del maíz (Figura 8a). En estas México, lleva en la espalda el símbolo de xíhuitl, “turquesa/año,” un diseño
personificadas colocadas a lo largo de su cuerpo, como si formaran una escenas, surge a través del jeroglífico k’an, que generalmente se que se asemeja mucho al signo k’an de los mayas (ver Taube, 2000: 312-313).
funda a través de la cual pasa el monstruo cuyo cuerpo es una banda entiende como “amarillo, precioso, maduro,” pero que es también Esto se diferencia de los chalchíhuitl “jade/piedra preciosa” que son el
celeste. Esto podría servir para indicar una fusión entre el cielo y a tierra una referencia más general a la fecundidad, así como un emblema símbolo de la versión femenina de la que nacen las deidades (Nicholson,
b (más adelante, se abunda sobre el tema) y subraya que estos tres sostenes de centralidad en este caso.4 La cabeza del Dios N a menudo 1967a: 82). La idea de la centralidad en las formas mayas se enfatiza en
son comparables con los “cargadores del cielo-tierra” que se describen emerge de la parte frontal de la concha, ya sea solo o dentro de un ejemplo, mostrado como Figura 15c en el presente estudio, en el que
en varias comunidades mayas contemporáneas (ver Taube, 1992b: 94; las fauces de la tortuga, aunque también existen casos en los que la marca normal k’an es reemplazada por un quincunce (en vista lateral),
también Holland, 1963: 92; Gossen, 1974: 22; Vogt, 1976: 13). diseño que representa al eje del mundo rodeado de las cuatro direcciones.
la tortuga lleva la pañoleta de red en la cabeza para subrayar del
c
a
b
Figura 11. Monstruo
piedras esquineras de soporte. Cada uno de ellos sostiene el glifo de cocodrilo fantástico. Cada uno de ellos se asocia con un complejo Cósmico del Cielo
representado sobre
un día del calendario con todo y su coeficiente, y cada una de estas conjunto de elementos y formas corporales, que suelen combinarse
una orejera de jade
fechas representa a uno de los cuatro días del calendario ritual de en formas que desafían la posibilidad de separar a unos de otros.
sin proveniencia.
260 días en el que podía comenzar el haab/ha’b o “año vago” de 365 Un par de orejeras de concha cortada, de proveniencia desconocida Fotografía K3166 ©
días, lo que los convierte en análogos directos de los cargadores del —que probablemente daten del período Clásico temprano (250–600 Justin Kerr.
año que describió Landa. La íntima relación que tenía el Dios N con d.n.e.)— ilustran con gran claridad las dos diferentes versiones: uno
el año maya no puede estar más clara que cuando se le ve llevando de ellos se asocia con la tierra (Figura 10a), en tanto que el otro se
el jeroglífico de este período sobre la cabeza (Figura 9b, c). El tiempo asocia con el cielo (Figura 10b).5
mismo era una de las cargas que debía llevar. A la versión celeste se le ha abordado usando media docena o
Para recapitular, hasta ahora hemos visto al Dios N como más de apodos para describirlo, incluyendo “Monstruo Celeste,”
representación del centro de la Tierra, y también como cargador “Dragón Celeste” y “Cocodrilo-Venado Estrellado” (Spinden, 1913:
del cielo y del año en su forma cuadripartita y alineada con los 53-56; Thompson, 1970b: 216-224; Stone, 1985: 39-48; Freidel et al.,
puntos cardinales, todos los cuales están vinculados con las aguas 1993: 90-91; Milbrath, 1999: 275-282; Velásquez García, 2002: 419-
primigenias y con la piedra de la que están hechos los soportes 432, 2006; Stuart, 2003, 2005c: 70-75) (Figura 11). Su cuerpo suele
cósmicos. Las secciones que siguen habrán de llevarnos más allá adoptar la forma de la ya mencionada banda celeste (Figura 12a)
de este ámbito terrestre y mostrarán como el Anciano (apodo que y, en el período Clásico (250–900 d.n.e.) sus ojos generalmente
utilizaremos fuera de estos contextos) también aparece en otras consisten en símbolos de estrella, parcialmente cubiertos por
partes del universo maya. pesados párpados (Figura 13b). En algunos raros ejemplos, esta
criatura presenta astas de venado, pero es más común verlo
2. Cocodrilos encima y debajo de nosotros representado con las largas orejas del venado, mismas que aparecen
Ahora nos ocuparemos del Monstruo Cósmico, un término que marcadas con signos de estrella. Puede haber más signos de estrella a
realmente abarca a dos bestias distintas, ambas basadas en un repartidos por su cuerpo e incluso estos signos pueden a veces
definir el espinazo de la criatura. En ocasiones, lleva la concha de
un bivalvo detrás de las mejillas, del tipo asociado con Chahk, el
dios de la lluvia. Sus patas acaban en pezuñas, en las que a menudo
aparecen hachuelas pulidas, y sus articulaciones están marcadas
con un elemento rizado que se asocia con el agua. En ocasiones b
un flujo de líquido surge de su boca, que a menudo contiene los
mismos elementos presentes en las ceremonias reales “de esparcir”
y que parecen aludir a joyas. En el códice de Dresde, este flujo
representa la inundación que destruye al mundo (Figura 12b), en
tanto que en los monumentos tallados suele aparecer con marcas
de achurado que indican que su color era oscuro, lo que hace Figura 12. Monstruo Cósmico del Cielo: (a) Estela 11
pensar en la sangre o en la lluvia resinosa que termina con la tercera de Piedras Negras (dibujo de David Stuart, Corpus
creación en el Popol Vuh, escrito épico colonial de los mayas k’ichés c de Inscripciones Jeroglíficas Mayas, Museo Peabody,
(Tedlock, 1996: 71; Christenson, 2003: 87). En donde sería de esperar Patronato de la Universidad de Harvard); (b) página
a b 74 del códice de Dresde; (c) escultura interior del
Templo 22 de Copán (dibujo de Linda Schele).
Figura 10. Cocodrilos contrastantes, representados en un par de orejeras 5
Este objeto se designa como K7544 en la sección de Portafolio del
de concha: (a) Cocodrilo Terrestre; (b) Cocodrilo Celestial. Fotografía archivo fotográfico de Justin Kerr, a la que puede accederse en esta dirección:
K7544 © Justin Kerr. research.mayavase.com/kerrportfolio.
hallar la cola, a menudo hallamos otra cabeza, que es esquelética y aparece invertida. Se
trata de la base personificada de una vasija marcada con el signo del “sol” y que contiene
a
una espina de raya, una concha y un pectoral precioso, elementos que en su conjunto
se conocen como el Signo Cuadripartita (“Quadripartite Badge” en inglés; Robertson,
1974). Este tazón o brasero de sacrificios se asocia fuertemente con el Oriente y con el sol
naciente (Stone, 1985: 48; Stuart, 2005c: 167-168) y según un análisis reciente bien podría Figura 15. El Monstruo de la Tierra en el Zoomorfo P de Quiriguá: (a) vista
simbolizar una entrada al útero (Taube, 2009: 99-106). frontal, conforme a Maudslay, 1889-1902, 2: lám. 58c; (b) vista superior, conforme
Los múltiples elementos estelares sugieren con claridad que se trata de una criatura a Maudslay 1889-1902, 2: lám. 58b; (c) nombre jeroglífico en los Tableros C y D,
nocturna. Su cabeza e incluso un ojo estrellado semicerrado puede usarse como sustituto conforme a Maudslay 1889-1902, 2: lám. 63c, d. c
b
del signo regular de estrella que se conoce como Lamat, el octavo día del calendario
ritual maya (Figura 30a). Hay una identificación más específica que proviene de Copán,
elemento) para identificar al Anciano en el sistema de escritura del celestial, aunque también están ausentes las astas, orejas y pezuñas
Honduras, en donde existe un friso tallado dentro de la Estructura 22 que muestra el
mismo modo en que se le identifica en sus representaciones artísticas. de venado. Generalmente, su hocico se curva hacia arriba y en la
cuerpo de esta criatura —apropiadamente sostenido por un par de cargadores ancianos
El equivalente terrestre del cocodrilo celeste comparte mucho punta aparece la concha multilobulada del signo yax (Figura 14, 15a),
que llevan pañoletas y motivos pétreos— compuesto por un tipo de volutas en forma
de su anatomía básica con éste, pero difiere en varios aspectos. Esta elemento que alude a su capacidad de exhalar niebla y nubes (Taube,
de “S,” que en otros contextos representan nubes, lo que sugiere que se trata de una
segunda criatura sirve como metáfora maya del cuerpo material de 2003: 426-427). Sus ojos llevan un elemento de bandas cruzadas
representación del gran arco “nuboso” de la Vía Láctea (Stuart, 1984: 15-16, 2003;
la tierra, el equivalente a Cipactli y a Tlaltéotl, que son monstruos que es propio de las criaturas cocodrilianas sobrenaturales; otro de
Houston y Stuart, [1990]1992; Freidel et al., 1993: fig. 2:20). En la época moderna, los
que juegan papeles muy similares en la mitología del centro de sus elementos diagnósticos lo constituye la presencia de parches
mayas chortís describen al cielo como un gran océano invertido (Girard, 1952: 27) y no
México (Martínez Hernández, 1913: 165-166; Hellmuth, 1987a: ovoides que encierran líneas de puntos. Con frecuencia se le asocia
resulta inverosímil considerar que el listón plateado de la noche bien pudiera sugerir el
276-277; Taube, 1989a, 1992b: 128-131). En una leyenda del centro con foliación de maíz, símbolo del maíz naciente y, por extensión del
cuerpo sinuoso de un cocodrilo que flota.6
de México, los dioses creadores transforman a Cipactli, que es en concepto de sitio (Stuart and Houston, 1994: 21; Tokovinine, 2013:
Lo que resulta más importante para nuestros fines, es que el monstruo celeste
parte pez y en parte cocodrilo, en Tlaltéotl, en tanto que en otro 9-10). Esto presenta una analogía muy cercana con las imágenes de
con frecuencia lleva una pañoleta en la cabeza (Stone, 1985: 39, 46) (Figura 13a) o bien
mito matan a Tlaltéotl para formar con su cuerpo la primera tierra Cipactli, cuyo espinoso dorso muestra tallos de maíz que simbolizan
muestra al Anciano surgiendo de sus quijadas (Figura 13b). En el códice de Dresde
(Garibay, 1965: 26, 108).7 Los mayas del Yucatán colonial llamaban a la tierra fértil (ver página 2 del Códice Borgia). Asimismo y al igual
puede verse otra variante de esta criatura: un dios anciano de cuerpo completo aparece
esta criatura Itzam Cab Ain (itzam kab ahiin) o “Cocodrilo de la Tierra que Cipactli, sus patas traseras pueden estar totalmente ausentes y
sentado en un trono compuesto por la banda celeste; puede verse asimismo su pañoleta
Itzam.” Esta criatura juega un papel muy prominente en las historias la parte posterior del cuerpo puede adquirir características de pez,
asomándose bajo su tocado sauriano (Figura 13c). Su glifo nominal combina la cabeza de
de la creación del mundo en los documentos del Chilam Balam, rematando en una aleta caudal emplumada. Estas características
un cocodrilo con la pañoleta; este último elemento funge como un recurso pars pro toto
en donde también se le mata y se usa su cuerpo para constituir la
c (es decir, una representación parcial que cubre la función de representar la totalidad del Se describe a Cipactli en Historia de los mexicanos por sus pinturas como:
primera tierra firme (Roys, 1933: 101). Ha sobrevivido un vestigio 7
de esta historia en el Popol Vuh, en el que los Gemelos Heroicos “…un gran pez...que era como un lagarto y la tierra se hizo con este pez...”
6
Siguiendo las ideas de Spinden (1928: 23), otra tradición de estudiosos ha caracterizado a (Garibay, 1965: 26; Taube, 1989a:2). Esta entidad se remonta hasta tiempos
engañan al monstruo acuático llamado Zipacná, convenciéndolo de
esta bestia como “el Monstruo de Venus,” cuyo ojo estrellado representa a este planeta (uno de los olmecas. La capa que lleva una figurilla de cerámica hallada en Atlihuayán,
términos nativos de Venus es Ah Noh Ich, “el Gran Ojo”; Joyce et al., 1927: 317). Otros intérpretes
que entre en una cueva, en donde queda atrapado y convertido en
México, consiste en un ser sauriano con una cola parecida a la aleta de un
Figura 13. Monstruos Celestiales unidos con han visto el movimiento de Venus en la forma del cocodrilo (Closs et al., 1984), o la ruta solar de piedra. La relación que existe entre los nombres Zipacná y Cipactli pez (Joralemon, 1976: fig. 4a). Además, la figura temprana del “Señor Joven,”
el Anciano: (a) friso interior de la Estructura la eclíptica (Velásquez García, 2002), visión que es congruente con su asociación con el alba en el brinda un apoyo claro a la relación existente entre estas dos criaturas hecha de piedra verde, lleva la representación de dos bestias invertidas
22 de Copán; (b) Banca de la Estructura 9N-82 Oriente. El descenso de Venus tras la puesta del sol se ve como la caza que da el monstruo al disco (Tedlock, 1996: 240; Christenson, 2003: 95 n. 168). en sus muslos: una de ellas es un cocodrilo; la otra, un pez parecido a un
de Copán (detalle del extremo izquierdo); (c) solar, alcanzándolo y luego devorándolo y llenando el cielo de oscuridad (Schele y Miller, 1985: 45; Las imágenes del monstruo terrestre naturalmente carecen de tiburón (ver Reilly, 1991: 159-162; Joralemon, 1996b), ambos de los cuales
página 46a del códice de Dresde. Ignacio Cases, comunicación personal 2007). los signos de estrella y de banda celeste que aparecen en la versión parecen simbolizar a árboles cósmicos (Martin, 2006a: fig. 8.4, n. 16).
vasija en la que se muestra un episodio relacionado (Figuras 25 y 35a). Dicha vasija es de “estilo
códice,” se identifica como K1560 y muestra tres escenas en las que el Dios del Maíz y sus
acompañantes: un enano y unos enanos jorobados, asaltan y desnudan a deidades ancianas
(Kerr, 1989: 98). Además del Dios L, las deidades conocidas como el Remero de la Raya y el
Remero del Jaguar son las víctimas en esta escena. Los nombres de este par de deidades se
derivan de las escenas en las que transportan al Dios del Maíz sobre un gran cuerpo de agua
primigenio, en un episodio clave en el viaje de éste último hacia la muerte y la oscuridad. Cada
una de las escenas que aparecen en la vasija K1560 está acompañada de uno o más textos que
representan lo que dice la deidad del maíz; en éstos, se alude a las tres víctimas usando el mismo
glifo de la pañoleta y el pene, como si se tratara de un término colectivo empleado para todos
ellos. El Remero Jaguar es el más conocido de los dos dioses remeros y en la mayoría de las
ocasiones es difícil distinguirlo del Dios Jaguar del Inframundo. Los elementos diagnósticos
principales de esta otra deidad clave del inframundo son su diente único de tiburón, el ojo en
espiral y el rostro de anciano, a menudo coronado por un tocado de jaguar (ver Schele, 1987:
3; Martin, 2013: 535-537, fig. 11.11).19 Al igual que en el caso del Dios L, las características de
anciano de los Dioses Remeros podrían representar grados de proximidad pictórica con el
Anciano.
En este punto, debemos recordar también un importante hallazgo hecho en el sitio de
Holmul, en Guatemala (Estrada-Belli, 2011: 92-95). En ese sitio, las excavaciones practicadas en
la Estructura B revelaron dos mascarones monumentales de estuco; ambos consisten en una gran
cabeza de jaguar con el rostro y las manos de un anciano dentro de sus fauces (Figura 26). Estos
19
El glifo del tocado de mascada y pene también se asocia con el Dios Jaguar del Inframundo en una
vasija incisa fina que se excavó en el complejo de Mundo Perdido, en Tikal (ver Stuart et al., 1999: 20). Su
escena muestra a un señor muy elegante, ataviado con un tocado y zarpas de jaguar —atributos comunes
en esta deidad— y entronizado en el interior de la monstruosa boca de una cueva. Más allá de un suplicante
ahora borrado, mira hacia dos filas de bestias antropomorfas y ancianas, entre las que se incluyen al menos Figura 26. El Anciano sentado
dos variantes del Dios N. El señor jaguar tiene una “voluta de habla” y sus palabras se registraron en la dentro de las fauces de un jaguar
inscripción adyacente, compuesta en primera persona. Después de ya-la-ji-ya, yaljiiy, “el lo dijo,” hallamos y rodeado de simbolismo del
su larga frase nominal, que concluye con el compuesto del tocado de mascada y pene. Inframundo: Estructura B de
Holmul, Fase I. Fotografía: Jesús
López, cortesía del Proyecto
Maya Archaeology 202 Arqueológico de Holmul.
la lejana Copán (Figura 27d). En dicho ejemplo lleva
un prefijo i, en un contexto en el que sólo puede estar
funcionando como complemento fonético, estableciendo
así que el jeroglífico del Anciano representa una
palabra que comienza con el sonido i. Para Stuart, estas
c
características llevan a la comparación con la capital a b
de los mayas chontales que Hernán Cortés visitó en
1524, llamada Ytzamkanac (itzam k’an ahk, con sus
componentes y ortografía adecuados para el período Figura 29. Nombre de las cuatro
a b Clásico), lo que sugiere la lectura ITZAM tanto para piedras esquineras del Dios N: (a)
el glifo de retrato del Anciano como para su forma Tablero 1 de Pomoná (conforme a una
abreviada simplemente como la pañoleta que éste usa.23 foto de Carlos Pallán); (b) Tablero de
En apoyo de esto, puede ser importante mencionar “Laxtunich,” posición E1 (conforme
que el manuscrito colonial del Ritual de los Bacabs habla d a Mayer, 1995: lám. 121); (c) página
f 56b del códice de Dresde; (d) glifos
de cuatro Ytzam Kan (itzam k’an), cada uno de ellos
en concha de Cancuén (conforme a
adscrito a un rumbo cardinal, siguiendo una división
Demarest et al., 2006: fig. 9).
cósmica convencional de cuatro rumbos (Roys, 1965:
64-65, 108-109). Puede decirse que una característica
c e y la carga del año combina al Anciano con los signos 4, chan “cuatro” y TUUN
d de este documento es que presenta con frecuencia
“piedra(s),” en referencia a las cuatro piedras angulares del universo (Figura
nombres abreviados: en otras de sus secciones al lagarto
Figura 27. Nombres de la tortuga del Dios N: (a) posición U3 en el Tablero 3 de Piedras Negras; (b) posición X10 en el Tablero 2 de 29a–c, ver también Figuras 6b, 9a, 9b).27 No hay gran certeza en lo tocante al
Piedras Negras (dibujo de David Stuart); (c) pedacería de terracota incisa de Paqal, fase Yaxché, Operación 24B-1-4 de Piedras Negras terrestre Itzam Cab Ain se le menciona meramente
orden de lectura en estos casos, ya que los escribas podían colocar el número en
(conforme a Houston et al., 1999: fig. 7); (d) posición S1a, Escalón 2 de la Estructura 2 de Copán; (e) vasija carente de procedencia (con- como Ytzam Cab (Roys, 1965: 49-50, 59-60, 99-100,
el borde izquierdo de los glifos por razones estéticas, ignorando así la secuencia
forme a fotografía de K8763, de Justin Kerr); (f) tablero originalmente tomado de Pomoná (conforme a Mayer, 1978: lám. 53). 105-106). Coincidencia o no, sabemos que el nombre
que lleva la tortuga podía abreviarse de manera casi
idéntica durante el período Clásico, ya que en una
23
Si ITZAM fuera el valor correcto, sería de esperarse que el prefijo i– presente en
mascarones están flanqueados por cráneos humanos y huesos largos actualmente estamos obligados a buscar alternativas.21
Copán pudiera hallarse en algún momento con el sufijo –ma correspondiente. De hecho,
cruzados, representados en el interior de los perfiles escalonados de En 1994, David Stuart presentó una nueva propuesta, derivada vasija policroma que probablemente date del siglo VI
otro monumento de Copán, el Altar K, probablemente muestra precisamente eso. En
montañas. Este sitio del inframundo, junto con el motivo “dentro de las inscripciones de los sitios de Piedras Negras, Copán y d.n.e. aparece el Dios N con un texto identificatorio este monumento, la cabeza del Anciano aparece entre dos signos ma bien conocidos:
de las fauces,” que indica identidades unidas, podría sugerir que Xcalumk’in.22 El rastro comienza en Piedras Negras, Guatemala, que consiste en la pañoleta de red sobre un signo único T74 y T142 (ver el catálogo de signos de Thompson de 1962). Aunque en circunstancias
el personaje central es uno de los jaguares del inframundo en su en donde varios gobernantes tomaron el nombre del Dios N con K’AN (Figura 27e).24 En un tablero dañado —que normales esto podría apuntar a dos valores fonéticos (como si se tratara de complementos
encarnación como Anciano. Independientemente de si es correcta o caparazón de tortuga (Kelley, 1976: 72) (Figura 27a, b). Un ejemplo originalmente provenía de Pomoná—, existe otra versión para una palabra como MAM), el silabograma ma es un caso especial porque su forma
no esta sugerencia, la primera fase constructiva de estas esculturas que aparece en una vasija excavada en el sitio define con gran del nombre que lleva la tortuga, en donde aparece con completa es un trigrafo (un signo que consta de tres elementos) en el que con frecuencia
se ha fechado en el año 400 a.n.e., a inicios del período Preclásico claridad el orden de lectura: comienza con la pañoleta del Anciano, un prefijo 4, chan, “cuatro” (Houston, 1998: 355) (Figura aparece un elemento superpuesto sobre su porción central. La ortografía más común
tardío, lo que hace de éstas las primeras imágenes conocidas del seguida de K’AN-na, k’an, y luego a-ku, ahk, “tortuga” (Houston 27f).25 Evidentemente, alude a los cuatro Dios N-tortuga de este tipo aparece en el alto título kaloomte’, en el que las partes superior e inferior del
et al., 1999: fig. 7) (Figura 27c). Precisamente la misma variedad de que aparecen en Tikal y en Mayapán. signo ma completo generalmente están visibles, pero denotan un solo sufijo. Es probable
Anciano en el arte maya.
Cada una de las formas de Dios N tiene su propio que el espacio elongado de que se disponía en el Altar K hiciera de la superposición la
Dios N aparece como parte de otro nombre real, en esta ocasión en
mejor táctica de utilización del espacio, por lo que el “doble ma” en realidad sólo produce
Lectura del Anciano jeroglífico nominal, que combina ya sea al retrato del
ITZAM-ma.
Anciano o a su pañoleta de red con el objeto o animal 24
La falta del elemento habitual ahk “tortuga” en este caso puede verse reflejada en la
Antes de seguir avanzando, necesitamos abordar las cuestiones 20
En la página 74 del códice de Dresde, hallamos la ortografía ba-ka-bi
específicos de que se trate (Zimmermann, 1956: 164-165)
epigráficas que continúan sin resolverse y examinar los nombres con en un texto que trata de la destrucción del mundo. Es probablemente la ausencia del carapacho en la espalda del dios anciano.
primera ocasión que tenemos en la que el término bakab se usa para aludir (Figura 28). En general, existe una fuerte continuidad 25
Este jeroglífico aparece en un fragmento que actualmente se encuentra en el Museo
las que los antiguos creyentes identificaban al Anciano y sus formas entre las formas de los períodos Clásico y Postclásico,
a los cargadores del cielo (Taube, 1988: 145). Ver Houston et al. (2006: 62-63) Rietburg, de Zurich, Suiza (Mayer, 1978: lám. 53). David Stuart (2007b) recientemente
unidas con otros seres. La naturaleza fragmentaria de la evidencia si bien la variante que lleva el signo “de año” HAAB/ se dio cuenta de que puede unirse con otros dos fragmentos de tablero excavados en
para una discusión más detallad del término bakab.
existente significa que la tarea no es sencilla y la interpretación a HA’B adopta un papel más activo como glifo nominal Pomoná, México (García Moll, 2005: láms. 6-10, 6-25a).
21
Es la presencia del término tuun, “piedra,” en ambos pawahtuun y en
menudo depende, un tanto dubitativamente, de un puñado de uno de los nombres glíficos más comunes para el Dios N, lo que provocó la en versiones tardías, haciendo referencia aparentemente 26
En el período Clásico, esta forma del Dios N que lleva el “año” sirve como personi-
ortografías y contextos. Nos ocuparemos de cada uno de los ámbitos idea de que pudiera existir una conexión. Esto necesariamente equiparaba a la identidad de los Dioses N como cargadores de ficación del número “5” (Figura 9c) y, de manera más rara, del glifo mismo para HAAB/
cosmológicos en los que está presente el Anciano. al componente pawah con la mascada anudada. Floyd Lounsbury señaló que año.26 La versión que se asocia de manera más estrecha HA’B, “año.” Tiene una relación muy estrecha con la forma TUUN, “piedra,” que se ve
(1) Landa registró varios nombres que se daban a los cargadores las palabras paw y paw’o significan “bolsa de red” en maya yucateco (Barrera con las responsabilidades relativas al sostén del cielo
de la manera más clara en las Tablas de Venus, en las páginas 24, 47 y 48 del Códice de
del cielo, pero enfatiza uno de ellos: Bacab (bakab). A raíz de la Vásquez et al., 1980: 635), en tanto que el diseño de red se asemeja al signo Dresde (Kelley, 1976: 72, fig. 28) (ver Figura 9b). Aunque durante mucho tiempo se le in-
investigación que hizo Thompson (1970a) sobre el tema, este término silábico pa, en lo que constituye potencialmente una clave fonética (Coe, terpretó como una alternancia fonética, es más probable que su naturaleza sea semántica.
se convirtió prácticamente en el nombre por defecto del Dios N. Pero 1973: 15). El elemento central de la mascada se interpretó posteriormente En la página 37 del mismo manuscrito, una ilustración de la tortuga del Dios N aparece
como el lexema WAH “pan de maíz” (Taube, 1989b: 36, 1992b: 92), lo que acompañada de la forma HAAB/HA’B, lo que sugiere que tiene una función genérica que
en tanto que bakab es un término que aparece en las inscripciones
sugiere una lectura completa de pa[WAH]-TUN, pawahtuun. No obstante, se aplica a todas las variantes de cargador del año de este dios.
del período Clásico, aparece únicamente como título asociado con 27
Las variantes de tortuga y de piedra de esquina aparecen juntas en el llamado
estas lecturas han sido cuestionadas por evidencias fonéticas más recientes,
los gobernantes y nobles de alto rango y nunca aplicado a seres “Vaso de los Nacimientos,” un recipiente de cuatro lados pintado con diversas escenas y
como habremos de ver. a
sobrenaturales como el Dios N.20 Buscando descifrar el nombre del 22
Esta sugerencia se hizo en una carta dirigida a Linda Schele, fechada
b textos que las acompañan (Taube, 1994). En el Lado II, el glifo C1 alude al nacimiento de
viejo cargador, la atención recayó en otro personajes mencionado el 14 de noviembre de 1994 (el texto puede consultarse ahora en Stuart, ITZAM[K’AN]AHK en algún tiempo remoto y muestra a un Anciano dentro de imágenes
por Landa llamado Pauahtun (pawahtuun), otra deidad cuadripartita 2007a). La referencia más temprana que se publicó de esta lectura aparece en apropiadas al “nacimiento de serpiente.” El glifo A2 del Lado III menciona a 4-ITZAM-
alineada con los puntos cardinales (Tozzer, 1941: 137-138; Coe, Houston et al., 2000: 104; ver también Stuart, 2005c: 93 n. 32. Debe señalarse Figura 28. Nombres de las versiones con caparazón y de TUUN, en tanto que el Lado VI muestra a los cuatro dioses viejos. Aunque los daños que
1973: 14-15). Si bien la evidencia en apoyo a esta lectura resultó que la misma forma de cabeza tiene un valor diferente cuando aparece como zarigüeya(?) del Dios N: (a) A1 de la página 41b del códice han sufrido las escenas y los textos dificultan cualquier interpretación adicional, se trata
inicialmente convincente, en años recientes se ha visto cuestionada y verbo en frases dedicatorias (Coe, 1973: 21; Stuart, 1998: 409-417). de Dresde; (b) vasija sin proveniencia (Coe y Kerr, 1982: 71). de un raro vistazo a la mitología más profunda que rodea a estos personajes.
podría derivarse de igual manera de este signo (Martin 2014). secuencias o uniones de nombres, así como en representaciones funden para formar a Harihara.42 La naturaleza dual de esta 41
Consultar Assmann (1995) para una síntesis importante de la teología
37 Un desacuerdo clave sobre el tema de la divinidad maya se da entre mixtas, se da en muchas religiones de todo el mundo, en las que entidad se hace explícita mediante una representación bilateral, solar egipcia.
quienes identifican un “panteón” de múltiples dioses, en la tradición de crea relaciones especialmente íntimas entre dos, tres o más seres en la que una mitad es Vishnu y la otra es Shiva, subrayada 42
Hari y Hara son nombres alternativos de Vishnu y Shiva, respectiva-
Schellhas y quienes perciben fuerzas naturales y ancestros deificados distintos entre sí. Si bien su significado preciso varía de un caso por los colores oscuro y claro de las respectivas pieles de esas mente. Su unión también se conoce como Shankaranarayana, en donde
encarnados, donde la mutación a dioses verdaderamente antropomórficos a otro, siempre expresa formas en las que un ser sobrenatural se deidades.43 Esta unión se hizo especialmente popular entre los Shankara alude a Shiva y Narayana a Vishnu.
apenas tuvo lugar durante el período Postclásico y bajo influencia relaciona con otro, o bien es calificado o expandido por él. Al khmers del sureste asiático, en donde funciona para combinar 43
Debe señalarse que no todas las uniones sagradas reciben en el hindu-
extranjera (Proskouriakoff, 1978; Marcus, 1978: 180, 1992: 270-271; Baudez, unir los atributos de sus respectivas identidades, surgen algunas concepciones alternativas de la soberanía real y para promover ismo un tratamiento teosintético. Cuando Shiva y Vishnu aparecen combinados
2002a). El desciframiento del signo glífico K’UH aportó evidencia de una combinaciones como entidades singulares, diferentes de la suma una agenda tanto política como religiosa (Lavy, 2003). También con el dios Brahma para formar el Trimurti, concepto de unidad divina, se les
fuerte continuidad histórica en la existencia de diversas divinidades; los muestra como tres seres separados.
de sus partes (Hornung, 1982: 97; Porter, 2000b: 235-239). Los los dashavatara se caracterizan por uniones pictóricas; son
primeros lexicógrafos españoles tradujeron universalmente las formas 44 “Esta interacción de cambios, atributos, fusiones y separaciones tiene sus
descendientes de dicho término, k’u y ch’u como “dios” (Ringle, 1988;
egiptólogos, quienes quizá se enfrentan al mayor inventario de éstos los distintos avatares que Vishnu adquirió en sus diez propios códigos. Uno de ellos es iconográfico. Prendas y atributos específicos
Houston and Stuart, 1996; Stuart in Stuart et al., 1999: 41; Prager, 2013). este tipo de formas, aluden al fenómeno como “sincretismo.” encarnaciones en la Tierra. En este caso las representaciones en los retratos identifican a los dioses en un momento determinado de poder,
Sin embargo, dado que no todos los personajes supra humanos aparecen Este término sería difícil de adoptar en nuestro campo, dada la también adquieren forma humana o animal por obra de una en un punto de su camino… Los dioses atraviesan niveles, caracterizando las
etiquetados como k’uh en la escritura maya, los dioses “verdaderos” se dominancia de este término en otras disciplinas para describir la decisión estética, más que por un cambio de significado. Así, diferentes regiones del cosmos en una enorme cantidad de funciones, pero
distinguen de una gama de otras categorías y tipos. asimilación de ideas religiosas provenientes de distintas culturas. tenemos que el segundo avatar, la tortuga Kurma, generalmente siguen siendo los mismos dioses” (López Austin, 1993: 150-151).
claramente no asociaban estas uniones conceptuales con encarnaciones corpóreas, ver Houston, 2014: 102-123.
(Thompson, 1970b: 233). reabrir esta cuestión, al postularlo como un mejor candidato a la entidad unitaria a una formulación similar del filósofo griego Xenofanes,
Único dios vivo y verdadero. Era el más grande de los dioses de la que se alude en los recuentos históricos? Las similitudes con las descripciones del hecha alrededor del año 540 a.n.e., y que muchos con-
Yucatán” (Martínez Hernández, 1929: 404). Resulta notable que Al igual que Seler antes que él, Thompson quedó impresionado concepto de Ometéotl del centro de México ofrecen razones para plantear la pregunta sideran el alba del monoteísmo occidental. Comparte
las Relaciones de Yucatán (2: 161) vinculen a este personaje con con el número de deidades que aparecen en las fuentes coloniales cuyos de si las religiones mesoamericanas compartían la creencia en un creador anciano el mismo tipo de contradicción, que se reconcilia de la
Itzamná: “…adoraban a un solo dios, quien llevaba el nombre nombres incluyen los términos Itzam o Itzamná (Seler, [1887]1990: 103; mejor manera al sostener conceptos simultáneamente
que todo lo abarcaba. Sin embargo, si hemos de mantenernos dentro de los límites unificados y divididos de lo divino.
Hunab e Zamná.” Si bien los informantes mayas bien pudieron Thompson, 1970: 210).70 Comenzando con Itzam Cab Ain, Thompson de la evidencia de que disponemos, la respuesta a esta pregunta debe ser negativa. 73
Al igual que el Trimurti hindú, las ilustraciones
haber concebido a esta divinidad única para complacer o La aparición del Anciano en el arte y la escritura mayas, aunque no enteramente de la Trinidad en el arte cristiano generalmente se
apaciguar a sus interlocutores cristianos, la consistencia en
69
El etnógrafo Ralph Roys era uno que sospechaba que en esto había
confinada a los casos descritos, sí tiene un rango restringido y no ofrece razones separan en sus partes componentes, con imágenes
influencia cristiana (citado en Thompson, 1970b: 203).
estas referencias persuadió a Thompson de que reflejaban una para creer que su identidad sea subyacente a las de todas las deidades del sistema. separadas de un hombre anciano, uno joven y una
70
Entre estos se cuentan no sólo itzam kab ain e itzam k’an, como ya hemos
verdad básica.69 Las tomó como evidencia del carácter unitario paloma blanca. Pero entre los siglos catorce y dieciocho,
visto, sino itzamna itzamtzab, itzamnak’abul, itzamna k’awil, k’inich ajaw itzamna, En lugar de ello, existe un juego de contextos en los que este ser aparece y juega un se le dio la forma teosintética de un “tricéfalo,” la
subyacente a la religión maya, en la que todos los demás dioses k’in chak ajaw itzamna, itzamnat’ul chaak, itzam luk, e itzam pech (e.g., Barrera papel decisivo. Éstos se concentran en el tejido elemental del universo, en formas que imagen de un solo hombre con tres rostros (consultar a
eran meramente aspectos de una entidad que todo lo abarcaba. Vásquez et al., 1980: 272).
no son muy distintas del modelo de casa que sugirió Thompson. Aunque la idea se Rishel y Stratton, 2006: 392).
Figura 48. Cabeza de una escultura monumental del Anciano; una de un par que originalmente aparecían
como cargadores en el programa iconográfico del Templo 11 de Copán. Foto: Ken Garrett.