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La lactancia materna

La lactancia materna les proporciona a los bebés todos los nutrientes que
necesitan para crecer y que su sistema inmunológico se desarrolle plenamente. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan que la lecha
materna sea el alimento exclusivo de los bebés recién nacidos hasta los 6 meses
de edad, y que hasta los 2 años se alimenten con una combinación de la misma
con alimentos adecuados y nutritivos para su edad 1.
Lactancia materna exclusiva
La lactancia materna exclusiva (LME) es un tipo de alimentación que consiste en
que el bebé solo reciba leche materna y ningún otro alimento sólido o líquido a
excepción de soluciones rehidratantes, vitaminas, minerales o medicamentos. 
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF recomiendan que esta se
mantenga durante los primeros seis meses de vida y se sugiere que esta inicie en
la primera hora de vida después del parto, que sea a libre demanda y se evite el
uso de fórmulas infantiles. 
A pesar de esto, en México, solamente 1 de cada 3 bebés recibe leche materna
como alimento exclusivo hasta los 6 meses. Muchos reciben alimentos o líquidos
adicionales desde su primer mes de vida como fórmulas, leche de vaca u otro
animal y bebidas azucaradas.

Además de proporcionar a niñas y niños todos los nutrientes y la hidratación


necesarios, la lactancia materna proporciona beneficios emocionales y
psicológicos tanto al bebé como a la madre, y ayuda a las familias a evitar gastos
adicionales en fórmulas, biberones y, al propiciar la mejor salud del bebé, reduce
también los gastos en consultas médicas y medicamentos.

Beneficios para las y los bebés


Además de proporcionar
todos los nutrientes y la
hidratación necesarios, la
lactancia materna ayuda a
prevenir infecciones
gastrointestinales y respiratorias, obesidad, diabetes, leucemia, alergias, cáncer
infantil, hipertensión y colesterol alto. Así mismo, puede contribuir a prevenir la
infección la infección por COVID-19.
Las niñas y los niños que son alimentados al seno materno tienen menor riesgo de
mortalidad en el primer año de vida que quienes que no lo son.
Por otro lado, también se ha observado que la lactancia materna se asocia con el
desarrollo cognitivo a largo plazo y el coeficiente intelectual que, a su vez, está
asociado con el nivel educativo y los ingresos que una persona percibe.

Beneficios para las mamás

La lactancia no sólo beneficia a los bebés sino también a las mamás, ya que a
corto plazo ayuda a su recuperación física, por ejemplo, disminuye el riesgo de
hemorragia después del nacimiento y reduce el riesgo de depresión post- parto.
A largo plazo contribuye a disminuir las probabilidades de desarrollar cáncer de
ovario, cáncer de mama, diabetes tipo II, hipertensión, ataques cardíacos, anemia
y osteoporosis.

Beneficios para la sociedad


La lactancia contribuye al desarrollo de los países pues ayuda a disminuir costos
para atender enfermedades como diabetes, cáncer, hipertensión, entre otras.
En México, se estima que el costo asociado a la salud de la niña o el niño por una
mala práctica de lactancia materna va de $745.6 millones a $2,416.5 millones
anuales, y de estas cifras el costo de la fórmula infantil representa del 11 al 38%.
Además, la lactancia materna ayuda en el cuidado del medio ambiente pues no
produce desechos ya que evita el uso de materiales contaminantes para
publicidad, envasado y transporte.

Cuando el bebé succiona del seno de la madre, el pezón envía mensajes al


cerebro donde se encuentra la glándula pituitaria, responsable de estimular la
secreción de dos hormonas, la primera llamada Prolactina encargada de la
producción y la segunda llamada Oxitocina encargada de la eyección o salida de
la leche.

La oxitocina es muy sensible y puede empezar a funcionar con sólo recordar, tocar
o sentir al bebé, aún antes que succione, esto hace que la leche fluya
abundantemente y la madre sienta su ropa mojada. Puede suceder que por un
susto, miedo o temor se interrumpa la bajada de la leche, por ésto la madre debe
estar tranquila y recibir apoyo permanente.

 ¿Hay que poner horarios para amamantar?


No es necesario establecer un horario para las mamadas. En los primeros 6
meses debe ser a libre demanda, es decir tanto de día como de noche, cada vez
que el bebé o la mamá lo necesiten, porque el bebé tiene hambre o la madre
siente sus senos llenos o gotean, o bien porque ambos desean el contacto físico y
amoroso. Los patrones de alimentación, sueño y despertares del bebé, obedecen
a las necesidades básicas y naturales de cualquier mamífero. Cada bebé es único
y diferente, con el tiempo, unos antes y otros después, se van adaptando a los
patrones de su nuevo ambiente.

 ¿Los bebés amamantados necesitan tomar agua?


No es necesario, si el bebé es menor de 6 meses y está recibiendo leche materna
en forma exclusiva, no necesita nada más, ni agua, ni jugos, ni caldos, ni
infusiones. Si es mayor de 6 meses es recomendable ofrecer una alimentación
nutritiva y saludable, calmar la sed a satisfacción ofreciendo agua hervida en vaso
limpio en pequeñas cantidades, y continuar amamantando hasta los dos años y
más.

 ¿Se puede secar la leche materna?


Si, la leche materna contiene una sustancia que puede disminuir o secar la leche
materna, esto ocurre cuando el seno no se vacía frecuentemente, ya sea por
succión del bebé o por la extracción.

Si el seno se desocupa el inhibidor desaparece y se restablece la lactancia


materna. Ahora si el bebé succiona más de un pecho, ése pecho produce más
leche y se torna más grande que el otro.

 ¿Cuál es la mejor posición para amamantar?


Lo más importante es que mamá y bebé estén cómodos. Existen varias posiciones
que la madre puede elegir, entre ellas: sentada, acostada, en posición de sandia o
fútbol Americano útil en gemelos. En esta última posición él o los bebés están a
cada lado de la madre, de tal manera que la madre sostiene las cabezas de los
bebés con sus manos frente a sus pechos, el cuerpo del bebé y los pies están
hacia atrás. Ayuda mucho utilizar almohadas para apoyar los cuerpos de los
bebés.  
Estos son los cuatro puntos claves:
La cabeza y el cuerpo del bebé están alineados, porque el bebé no puede
succionar ni deglutir con facilidad si tiene la cabeza de lado, torcida o inclinada.
El bebé está en contacto con el cuerpo de la madre.
El cuerpo entero del bebé es sostenido por el brazo de la madre que se coloca a lo
largo de su espalda, especialmente si es pequeño.
Acercamiento del bebé al pecho, nariz al pezón de la madre.
 ¿Cómo sé que el bebé está succionando bien?
Las succiones son lentas, profundas, con pausas mientras degluten la leche
materna, esta es una succión efectiva.
Las mejillas están redondeadas.
Se retira del pecho cuando se ha saciado y no recibe más.
La madre siente que la leche sale con la succión del bebé.

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