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En mi opinión y reflexión el Papa fue absolutamente claro en los temas más

controvertidos hoy en la Iglesia: pederastia, aborto, migración y racismo, corrupción

dentro de la Iglesia, abuso de poder, colonialismo de la evangelización, feminismo,

diversidad sexual, pornografía, etc.. Al ser temas tan delicados y ríspidos, no hubo en

toda la conversación de parte de nadie, ninguna palabra de condena o de juicio, ningún

reclamo violento, ninguna cerrazón para escuchar, y tampoco para dejar de hablar,

ninguna imposición de un modo de pensar. Al ser personas tan diferentes en edad,

cultura, origen, prácticas, resulta notable un diálogo tan fluido, cuando de hecho

diferencia de edad entre las jóvenes y el Papa. Aunque con temas tan delicados como

el aborto, el feminismo o la diversidad sexual, en que no sólo el papa tiene una opinión

sino cada una de las demás personas, hay un punto en el que todos van encontrándose

al buscar lo mejor de la vida para cada uno, en la dignidad y la libertad que no se le

puede arrancar a nadie. Y va también coincidiendo en los empeños por buscar una

sociedad y una Iglesia que eche fuera la corrupción, la falsedad, la hipocresía, la

explotación, el abuso de poder, la injusticia donde se lamenta de cuánto de esto hay en

la misma Iglesia.

Cuando habló del aborto fue claro en la moralidad del acto desde una perspectiva

científica. Habló de que no debemos, por una mala comprensión de la caridad, asumir

que cada quien haga lo que quiera. A la vez, recordó con fuerza el llamado a la caridad

con las mujeres que por una u otra razón han sufrido tomando la decisión de acabar

con la vida de sus hijos. También dejó claro que el sacerdocio ministerial es solo para

los hombres, debido a que las mujeres tenemos una misión igualmente importante en la

Iglesia. Dijo que no estamos llamados a competir por cargos, sino a trabajar juntos,
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poniendo al servicio de la Iglesia los dones y talentos que tenemos cada uno. Afirmó

que no es mejor ser sacerdote que no serlo; la vocación al servicio y a la santidad es

para todos los cristianos. También habló claramente de la moralidad de la pornografía y

sus efectos en la mente de las personas y la denigración de la persona humana. Otro

tema interesante es la pregunta que le hace una joven cristiana que se considera no

binaria que no se identifica con ningún sexo donde pregunta sobre si había un espacio

en la Iglesia para esas personas y el Papa le dice que toda persona es hija de Dios y

que la Iglesia no puede cerrarle las puertas a nadie.

El papa nos habla sobre cómo la Iglesia está cortando la cultura del abuso. Nos

habla de que se está creando una conciencia dentro de la Iglesia para acompañar estos

problemas de abusos y que se van dando pasos tangibles para que eso también llegue

a la sociedad. El papa dice: que esos curas que atacan a los homosexuales, son unos

infiltrados corruptos que utilizan su posición jerárquica para acentuar su ideología

particular sobre las personas. El Papa nos dice que “el verdadero amor de la Iglesia

está en la periferia”. Nos explica que hay mucho abuso de poder y él ha tenido que

poner distancia de eso. Refiere que en ella y su vivencia hay reflejadas personas que

han sufrido estos abusos eclesiásticos. El Papa lo único que le pidió es que no se

dejaran enredar por ideologías.


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