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A LOS QUE AMAN A DIOS TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN, REFLEXIÓN

El versículo donde se nos dice que todas las cosas ayudan a bien es en
Romanos 8:28, el cual dice lo siguiente: “Y sabemos que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su
propósito son llamados” 

Este versículo de Romanos, no implica que dejaremos de padecer ciertas cosas


en la vida. Muchos mal interpretan este texto pensando que no vamos a sufrir,
pero el mismo Jesucristo nos dijo “…en el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33); sin embargo, a pesar de esto,
a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien.

Todas las cosas obran para bien

1 Pedro 5:9 nos dice que “…Los mismos padecimientos se van cumpliendo
en vuestros hermanos en todo el mundo”, así que, es imposible que no
tengamos tribulaciones, padecimientos, problemas, situaciones adversas; sin
embargo, en medio de estas situaciones difíciles la Biblia nos declara que
todas las cosas ayudan a bien a aquellos que aman a Dios y sirven a Dios en
medio de estos padecimientos. 

Aun en medio de aflicciones, todas las cosas ayudan a bien, obran para bien

El apóstol Pablo menciona que “…Las aflicciones del tiempo presente no son
comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”
(Romanos 8:18), con esto, se nos da a entender que tendremos aflicciones,
pero al mismo tiempo, dentro del mismo capítulo se nos dice que todas las
cosas ayudan a bien, pues Dios siempre cumplirá sus propósitos con cada
uno de nosotros. 

TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN, OBRAN PARA BIEN, A LOS QUE CONFORME
A SU PROPÓSITO SON LLAMADOS 

El apóstol Pablo nos menciona que “a los que aman a Dios” y lo reafirma
diciendo “a los que conforme a su propósito son llamados”, es decir, que este
texto no está dirigido a todas las personas sino solamente a aquellos
llamados que han llegado a amar a Dios. 

Los llamados son aquellos que han creído en Jesucristo como Dios y


salvador de su alma. También se nos menciona que “…no andan conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu” (Romanos 8:1), por lo tanto, todas las
cosas ayudan a bien, o mejor dicho les ayudan a bien. 

Los que continúan en las obras de la carne y no son guiados por el Espíritu de
Dios, no pueden aplicar esta promesa de Dios a su vida. 

Todas las cosas ayudan a bien (obran para bien), pero a los que han obedecido
el llamado de Dios para servirle

Algunos pueden pensar que la promesa es para todos sin excepción, pero en
realidad son para aquellos que han oído el llamado de Dios y han dado un
paso para servirle. Aquellos que se han despojado de todo aquello que no
agrada a Dios y se han entregado con todo su corazón a servir por amor a
nuestro Dios. 

El capítulo termina diciendo que “¿Quién nos separará del amor de Cristo?...”
¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada? El
apóstol Pablo dice “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37). 

(También puedes leer: Muchas son las aflicciones del justo)

Lo anterior, nos da a entender que aun con aflicciones nada nos puede
separar del amor de Dios y que todas las cosas ayudan a bien, siempre que
estemos de la mano de Dios, porque somos más que vencedores en Cristo
Jesús. 
TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN, OBRAN PARA BIEN, AUNQUE PAREZCAN
NEGATIVAS 

Un ejemplo de esto es la historia de José, quien fue aborrecido por sus


hermanos e incluso se burlaban de él diciéndole el soñador. Sus propios
hermanos lo echaron en una cisterna. Luego lo vendieron a Potifar, oficial de
Faraón, capitán de la guardia (Génesis 37 al capítulo 39). 

A pesar de todo lo que le sucedió a José, la escritura dice que “…Jehová estaba
con José…” (Génesis 39:2), pero una vez más tuvo problemas al ser acusado
injustamente de intentar abusar de la esposa de Potifar. Esto provocó que José
fuera a la cárcel (Génesis 39) 

Todas las cosas ayudan a bien, obran para bien, porque Dios tiene un
propósito

Aparentemente para José la situación era cada vez más difícil, sin
embargo, Dios tenía un propósito con él. Dios durante esos años preparó a
José para ser gobernador en Egipto sin que José se lo imaginara. 

Aquello que había sido aparentemente un mal para José se iba a tornar en un
bien para él y su familia (Padre y hermanos), porque a los que aman a Dios
todas las cosas ayudan a bien. 

José reconoce el propósito de Dios al decir “…Para preservación de vida me


envió Dios delante de vosotros” (Génesis 45:5), es decir, que todas las
situaciones difíciles que pudo enfrentar le ayudó para bien y preservar la
vida de su familia, pues a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a
bien. 

(Te puede interesar: Todo lo puedo en Cristo que me fortalece)


Jefté fue rechazado y expulsado de su casa, pero todas las cosas ayudan a
bien, obran para bien, cuando hay propósitos de Dios

Jefté, hijo de una ramera, expulsado de su casa por sus hermanos, aborrecido
por los ancianos de Israel. Se fue y habitó en tierra de Tob y se juntó con
hombres ociosos y se hizo el líder de ellos. Esto al final ayudó a Jefté a ser el
líder o caudillo de estos hombres en la tierra de Tob, pues como hemos
mencionado repetidamente, a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a
bien. 

Aparentemente le fue muy mal a Jefté, pero cuando los hijos de Amón
hicieron guerra contra Israel, los mismos ancianos que lo habían aborrecido,
lo fueron a buscar diciendo “…Ven, y serás nuestro jefe…y seas caudillo de
todos los que moramos en Galaad” (Jueces 11:6-8) 

Al final no importó el pasado de Jefté, ni lo que le hicieron, ni lo que fue para


sus hermanos. Solamente importó que el propósito de Dios se cumplió en él al
derrotar a los enemigos de Israel y convertirse en su caudillo, porque a los
que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien. 

TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN, OBRAN PARA BIEN, INCLUSO LOS
MOMENTOS DIFÍCILES 

Momentos como los que pasaron Sadrac, Mesac y Abed-Nego, quienes al


resistirse a inclinarse ante una estatua del rey Nabucodonosor fueron
lanzados a un horno; pero fueron librados por Dios para no ser quemados.
Esto nos enseña que aún en momentos como estos al ver las maravillas de
Dios nos ayudan a crecer en fe y confianza en Dios (Daniel 3:17-18;23-25) 
En momentos difíciles crecemos en fe y confianza, porque todas las cosas
ayudan a bien, obran para bien

Esta fe y confianza mencionada anteriormente, es la misma que sentía Daniel


cuando fue lanzado al foso de los leones en donde Dios hizo cerrar la boca de
estos leones para que no le hicieran daño a Daniel y de esta forma Dios lo
librara de la muerte (Daniel 6:14-16;20-22; 26-28) 

La Biblia dice que el rey Nabucodonosor engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-


Nego (Daniel 3:30) y Daniel también prosperó después de salir del foso de los
leones (Daniel 6:28) porque a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a
bien. 

Cuando Noemí despidió a Rut, recibió como respuesta “…No me ruegues que
te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y
dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi
Dios”. Estas palabras las puso en práctica sirviendo también a Dios. 

Como resultado de esta decisión de Rut, vemos en el capítulo 4:21-22 que


“Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed, Obed engendró a Isaí, e
Isaí engendró a David”, es decir, que esta mujer llamada Rut por su decisión
alcanzó la bendición de ser la madre de Obed de donde vendría Isaí, padre
de David, de quien vendría el Mesías prometido. Todo porque a los que
aman a Dios todas las cosas ayudan a bien. 

TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN, OBRAN PARA BIEN, INCLUSO LA


DEBILIDAD DE PABLO LE AYUDÓ PARA BIEN
Pablo dijo: “Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase
desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de
Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto
a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho:
Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad…” (2
Corintios 12:7-9) 

(Puedes visitar Sermones Cristianos)

Estas palabras nos dan a entender como algo que aparentemente está
afectando a Pablo, una enfermedad o algo parecido, vino a ser un bien para
su alma, de tal forma que evitara su exaltación a causa de sus
revelaciones, porque a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a
bien.

En medio de nuestros padecimientos, todas las cosas ayudan a bien, obran


para bien

Esto lleva a Pablo a meditar y decir que “…de buena gana me gloriaré más bien
en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo… porque
cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:9-10). Que bendición
esta reflexión, porque a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a
bien, aun en medio de nuestra debilidad el poder de Dios se perfecciona. 

Que bueno es saber que a pesar de que hay cosas que no entendemos, Dios
aunque no comprendamos, algo está haciendo con nosotros. Job declaró “…Yo
hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no
comprendía…De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:3,5) 

Que maravillo es que Job no entendía, pero al final lo que solo había oído
ahora podía verlo, porque en su momento más difícil logró acercarse más a
Dios para conocerlo mejor. Así es Dios con los que le aman, pues todas las
cosas ayudan a bien. 
Todas las cosas ayudan para bien, obran para bien

“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido
en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le
aman” (1 Corintios 2:9). Como dice el final de este texto cosas que Dios ha
preparado para los que le aman, porque a los que aman a Dios todas las u
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 

No sé que situación estás atravesando, si es una dificultad económica, una


enfermedad como la de Pablo o Job, una situación como la de Jefté o la de Rut.
Quizás una prueba como la de Sadrac, Mesac y Abed-Nego, o te sientas en el
foso de los Leones como Daniel. También puedes atravesar un largo proceso
como José, pero sea cual sea tu situación recuerda “A los que aman a Dios,
todas las cosas ayudan a bien. Bendiciones.

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