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El versículo donde se nos dice que todas las cosas ayudan a bien es en
Romanos 8:28, el cual dice lo siguiente: “Y sabemos que a los que aman a
Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es a los que conforme a su
propósito son llamados”
1 Pedro 5:9 nos dice que “…Los mismos padecimientos se van cumpliendo
en vuestros hermanos en todo el mundo”, así que, es imposible que no
tengamos tribulaciones, padecimientos, problemas, situaciones adversas; sin
embargo, en medio de estas situaciones difíciles la Biblia nos declara que
todas las cosas ayudan a bien a aquellos que aman a Dios y sirven a Dios en
medio de estos padecimientos.
Aun en medio de aflicciones, todas las cosas ayudan a bien, obran para bien
El apóstol Pablo menciona que “…Las aflicciones del tiempo presente no son
comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse”
(Romanos 8:18), con esto, se nos da a entender que tendremos aflicciones,
pero al mismo tiempo, dentro del mismo capítulo se nos dice que todas las
cosas ayudan a bien, pues Dios siempre cumplirá sus propósitos con cada
uno de nosotros.
TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN, OBRAN PARA BIEN, A LOS QUE CONFORME
A SU PROPÓSITO SON LLAMADOS
El apóstol Pablo nos menciona que “a los que aman a Dios” y lo reafirma
diciendo “a los que conforme a su propósito son llamados”, es decir, que este
texto no está dirigido a todas las personas sino solamente a aquellos
llamados que han llegado a amar a Dios.
Los que continúan en las obras de la carne y no son guiados por el Espíritu de
Dios, no pueden aplicar esta promesa de Dios a su vida.
Todas las cosas ayudan a bien (obran para bien), pero a los que han obedecido
el llamado de Dios para servirle
Algunos pueden pensar que la promesa es para todos sin excepción, pero en
realidad son para aquellos que han oído el llamado de Dios y han dado un
paso para servirle. Aquellos que se han despojado de todo aquello que no
agrada a Dios y se han entregado con todo su corazón a servir por amor a
nuestro Dios.
El capítulo termina diciendo que “¿Quién nos separará del amor de Cristo?...”
¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro, espada? El
apóstol Pablo dice “Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores
por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37).
Lo anterior, nos da a entender que aun con aflicciones nada nos puede
separar del amor de Dios y que todas las cosas ayudan a bien, siempre que
estemos de la mano de Dios, porque somos más que vencedores en Cristo
Jesús.
TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN, OBRAN PARA BIEN, AUNQUE PAREZCAN
NEGATIVAS
A pesar de todo lo que le sucedió a José, la escritura dice que “…Jehová estaba
con José…” (Génesis 39:2), pero una vez más tuvo problemas al ser acusado
injustamente de intentar abusar de la esposa de Potifar. Esto provocó que José
fuera a la cárcel (Génesis 39)
Todas las cosas ayudan a bien, obran para bien, porque Dios tiene un
propósito
Aparentemente para José la situación era cada vez más difícil, sin
embargo, Dios tenía un propósito con él. Dios durante esos años preparó a
José para ser gobernador en Egipto sin que José se lo imaginara.
Aquello que había sido aparentemente un mal para José se iba a tornar en un
bien para él y su familia (Padre y hermanos), porque a los que aman a Dios
todas las cosas ayudan a bien.
Jefté, hijo de una ramera, expulsado de su casa por sus hermanos, aborrecido
por los ancianos de Israel. Se fue y habitó en tierra de Tob y se juntó con
hombres ociosos y se hizo el líder de ellos. Esto al final ayudó a Jefté a ser el
líder o caudillo de estos hombres en la tierra de Tob, pues como hemos
mencionado repetidamente, a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a
bien.
Aparentemente le fue muy mal a Jefté, pero cuando los hijos de Amón
hicieron guerra contra Israel, los mismos ancianos que lo habían aborrecido,
lo fueron a buscar diciendo “…Ven, y serás nuestro jefe…y seas caudillo de
todos los que moramos en Galaad” (Jueces 11:6-8)
TODAS LAS COSAS AYUDAN A BIEN, OBRAN PARA BIEN, INCLUSO LOS
MOMENTOS DIFÍCILES
Cuando Noemí despidió a Rut, recibió como respuesta “…No me ruegues que
te deje, y me aparte de ti; porque a dondequiera que tú fueres, iré yo, y
dondequiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi
Dios”. Estas palabras las puso en práctica sirviendo también a Dios.
Estas palabras nos dan a entender como algo que aparentemente está
afectando a Pablo, una enfermedad o algo parecido, vino a ser un bien para
su alma, de tal forma que evitara su exaltación a causa de sus
revelaciones, porque a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a
bien.
Esto lleva a Pablo a meditar y decir que “…de buena gana me gloriaré más bien
en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo… porque
cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2 Corintios 12:9-10). Que bendición
esta reflexión, porque a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a
bien, aun en medio de nuestra debilidad el poder de Dios se perfecciona.
Que bueno es saber que a pesar de que hay cosas que no entendemos, Dios
aunque no comprendamos, algo está haciendo con nosotros. Job declaró “…Yo
hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no
comprendía…De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven” (Job 42:3,5)
Que maravillo es que Job no entendía, pero al final lo que solo había oído
ahora podía verlo, porque en su momento más difícil logró acercarse más a
Dios para conocerlo mejor. Así es Dios con los que le aman, pues todas las
cosas ayudan a bien.
Todas las cosas ayudan para bien, obran para bien
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido
en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le
aman” (1 Corintios 2:9). Como dice el final de este texto cosas que Dios ha
preparado para los que le aman, porque a los que aman a Dios todas las u
ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.