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Preciosa Gema
en el Tabernáculo
por B. R. Hicks
B.R. Hicks
Publisher: Christ Gospel Press
P. O Box 786
Jeffersonville, Indiana 47131-0786
All rights reserved (2010)
Riches of Tithing • Introduction• Final
Contenido
Capítulo Página
Introducción
La palabra “estatura” significa la altura del cuerpo estando
de pie, y en posición natural. También indica el desarrollo, creci-
miento, la elevación obtenida, y figurativamente, también se usa
para representar la estatura moral.
La “estatura de verdad” representada por los cuatro pun-
tos de la cruz, se usa frecuentemente por cuanto tipifica la
estatura de Jesucristo revelada en el Tabernáculo de Moisés.
La estatura espiritual ( o los cuatro puntos de la cruz) des-
cribe las experiencias espirituales que adquirimos a medida
que crecemos hacia la madurez espiritual en Cristo Jesús. Dios
es el Señor y Maestro, y a fin de ilustrar la verdad Divina uti-
liza a través de toda Su Palabra, figuras, tipos , sombras, pará-
bolas, metáforas y alegorías.
Por ejemplo, cuando los hijos de Israel en su jornada por
el desierto necesitaron un medio para acercarse y tener comu-
nión con un Dios Santo, El proveyó el Tabernáculo Mosaico
como un cuadro, una sombra, un tipo del Hijo de Dios, el
Señor Jesucristo.
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Es por ello que Dios ordeno a Moisés cuatro veces que cons-
truyera el Tabernáculo de acuerdo con el modelo que le fue mos-
trado en el monte.
Las siete piezas del mobiliario en el Tabernáculo de Moisés
fueron colocadas en forma de cruz, cada pieza representado una
porción de la estatura de Jesucristo.
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La Autora.
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Preciosa Gema en el
Tabernáculo
Capítulo I
RAZONES PARA ESTUDIAR EL TABERNÁCULO
I. CONTIENE LA DESCRIPCIÓN DE LA
MEDIDA DE LA ESTATURA DE JESUCRISTO
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Capítulo II
Las Columnas del Atrio
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A. SU NÚMERO
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B. SU MATERIAL
C. SU POSICIÓN
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como por dentro. “Las estacas del tabernáculo, y las estacas del
atrio, y sus cuerdas”. (Éxodo 35:18), y “Todos los vasos del taber-
náculo en todo su servicio, y todos sus clavos, y todos los clavos
del atrio, serán de metal”. (Éxodo 27:19). La posición erecta de
las columnas dependía de las cuerdas que las anclaban a las esta-
cas enterradas en el suelo. La palabra “cuerda” significa atar o
sostener en un lugar. Había dos cuerdas para cada columna, de
manera que quedaba atada por fuera con una y por dentro con
otra. Estas cuerdas parecen cantar un gran aleluya sobre la doble
porción del amor de Dios que ató a nuestro precioso Salvador
sobre el lugar del juicio, la cruz.
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Capítulo III
El Atrio – Continuación
I. SU MATERIAL
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las horas en que nuestro Señor moría sobre la cruel cruz, el cen-
turión pudo contemplar la pureza y la santidad de Su carácter y
de Su naturaleza.
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A. EXCLUIR
B. CERCAR
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Capítulo IV
La Puerta del Atrio
LA PUERTA
I. EL CAMINO
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A. CARDENO
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B. PURPURA
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C. CARMESI
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1. Mateo – Púrpura
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2. Marcos – Carmesí
3. Lucas – Blanco.
4. Juan – Cárdeno
III. SU HECHURA
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IV. SU POSICION
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Capítulo V
El Altar de Metal
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I. SU POSICIÓN Y PREEMINENCIA
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A. MATAR
B. QUEMAR
II. SU MATERIAL
A. MADERA DE SITTIM
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B. METAL
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A. EL LARGO
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B. EL ANCHO
C. LA ALTURA
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D. LA FORMA
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A. PARA ORNAMENTO
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1. Propiciación
2. Substitución
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3. Reconciliación
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4. Rescate
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V. LOS VASOS
A. LAS CALDERAS
C. LOS TAZONES
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D. LOS GARFIOS
E. LOS BRASEROS
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IX. EL FUEGO
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deja de ser; mas las profecías se han de acabar, y cesarán las len-
guas, y la ciencia ha de ser quitada; Porque en parte conocemos,
y en parte profetizamos; Mas cuando venga lo que es perfecto,
entonces lo que es en parte será quitado." (I Corintios 13:8-10)
Todo conocimiento y experiencia que ahora tenemos vienen
por medio del reflejo de Su gloria sobre el espejo, el espejo de la
PALABRA DE DIOS, pero cuando podamos verle cara a cara
en Su venida, antonces aun nuestros cuerpos serán transfigura-
dos en el fuego de Su presencia. Hasta ese glorioso día, sometá-
monos al fuego para ser hechos más y más semejantes a Él en
nuestros Espíritus y en nuestras almas.
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Capítulo VI
El Lavar
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III. SU CONTENIDO
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V. SU PROPÓSITO
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VI. SU POSICIÓN
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Capítulo VII
Las Tablas y Barras del Tabernáculo
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I. LAS TABLAS
A. SU NÚMERO
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B. SUS MEDIDAS
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C. SU MATERIAL
1. Madera de Sittim
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2. Oro
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que me las dio, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar
de la mano de mi Padre”. (Juan 10:28-29) Hay perfecta paz y
descanso para el alma que se ha puesto bajo el cuidado de esas
manos heridas por los clavos, por cuanto han probado su habili-
dad para obrar en todas las situaciones: “Porque no tenemos un
Pontífice que no se pueda compadecer de nuestras flaquezas;
mas tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”.
(Hebreos 4:15) Él se ha enfrentado a todas las pruebas posibles y
estamos seguros en Sus manos amorosas. Y si comparamos los
dos quicios a las manos del creyente, también encontraremos
una verdad, una hermosa verdad. Cuando levantamos nuestras
manos de pobres pecadores, y por fe nos asimos a la sangre de
Jesucristo, encontramos un ancla para nuestras almas,
¡Encontramos la paz de Dios!
Cada tabla necesitaba tener dos basas de plata sobre las que
descansaban los dos quicios. La plata es símbolo de redención, y
por lo tanto, la única manera en que una tabla podía tener par-
ticipación en el Tabernáculo, era teniendo sus basas de plata, por
cuanto era el únlco fundamento aceptable para las tablas. Pablo
nos dice en su primera Epístola a la iglesia de los Corintios:
“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está
puesto, el cual es Jesucristo”. (I Corintios 3:1 1) Este es el único
cimiento que Dios puede aceptar para las tablas en Su
tabernáculo espiritual.
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A. SU MATERIAL
B. SU NÚMERO
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medio de tí? Jesús dijo: “El que cree en mí, como dice la
Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre. (Y esto dijo
del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues
aún no había venido el Espíritu Santo; porque Jesús no estaba
aún glorificado". (Juan 7:38-39)
¡Mi Salvador maravilloso, aumenta siempre el fluir y el cre-
cimiento de la barra de en medio, el Espíritu del Señor, en
nuestros tabernáculos espirituales!
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Capítulo VIII
Las Coberturas del Tabernáculo
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I. LA REVELACIÓN DE SU HUMANIDAD
(Piel de tejón)
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nero, que tomó el sitio de todos los anhelos que habían sido
puestos sobre el altar. El cuadro es demasiado claro como para
que alguno de nosotros dejara de comprenderlo. Cuando diaria-
mente nos acercamos al altar para poner sobre él nuestra carne y
nuestra mente carnal, ENTONCES es cuando Jesús toma el
lugar de nuestro “yo” y de nuestro hombre natural. Con razón
Juan el Bautista dijo: “A Él conviene crecer, mas a mí menguar”.
Mientras más menguamos y ponemos nuestro ser en el altar,
Jesús crece más en nosotros.
Busquemos una confirmación mayor de esta verdad en la
Palabra de Dios, porque ciertamente no hay otra forma de confir-
mar la verdad. El capítulo 29 de Éxodo está dedicado a la prepara-
ción de los sacerdotes para su ministerio en el Tabernáculo del
Señor. Eran TRES las ofrendas que debían hacerse: PRIMERO la
Ofrenda por el Pecado, un becerro. Las otras dos, que eran ofren-
das de consagración, eran carneros. SEGUNDO, la Ofrenda del
Todo Quemada que nos habla de Cristo, quien vino para ser nues-
tro substituto y se presentó a Sí mismo ante el Señor como
ofrenda del todo quemada, la cual fue OLOR SUAVE en la nariz
de Dios. Más adelante veremos estas ofrendas con detalle, pero
aquí sólo aclararemos el punto de la substitución.
Si le entregamos a Cristo las riendas de nuestro corazón y de
nuestra alma, Él tomará Su sitio como el SANTIFICADOR de
la Ofrenda del Todo Quemada. Inmediatamente cuando pone-
mos las riendas sobre el altar, dejando allí los anhelos de contro-
lar por nosotros mismos “nuestras propias vidas” y hacer lo que
mejor nos plazca, entonces Cristo nos revela al Carnero de
Santificación para que tome el lugar de esas cosas, de esta forma,
Él seguirá trabajando en nosotros tomando más y más del hom-
bre carnal substituyéndolo con la naturaleza sobrenatural de
Cristo Jesús, de tal manera que podamos ser olor suave, agrada-
ble para la nariz de Dios, para que por medio de Él, nosotros que
somos viles con el hedor del pecado y la rebelión, podamos ser
un olor agradable delante de Dios.
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Padre, así como Él es Uno con el Padre; es decir, que Dios sea el
eje, el pivote, que nuestras voluntades puedan girar alrededor del
pivote de Dios, de Cristo, así como la rueda gira en torno a su eje.
El eje es lo que guía la rueda y la hace volver a uno u otro
lado. Al igual que esto, quiere Dios crucificar nuestro “yo“ que
siempre está tratando de robarle Su sitio como el eje, el Director.
Y ¿cómo quiere hacer de nosotros un carro de guerra contra el
pecado y Satanás? Si le permitimos convertirse en nuestro eje y
dejamos que nuestra voluntad se someta en torno y sujeción a
Él, a fin de que pueda hacerla una rueda para guiarla y moverla
de acuerdo con Su deseo y Su voluntad. A medida que permiti-
mos que Su Espíritu de Vida penetre en las ruedas de nuestro
ser, podemos seguir verdaderamente adelante en la batalla hasta
lograr aquello que Él ha elegido que realicemos.
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A. PARA TRANSPORTE
B. PARA DEFENSA
A las aves les han sido dadas las alas también para su
defensa. Esto lo sé por experiencia. Cuando era pequeña me gus-
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Capítulo IX
La Puerta del Tabernáculo
I. UNA PUERTA
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A. SU NÚMERO
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B. SU MATERIAL
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C. SUS BASAS
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D. SUS COLGADURAS
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Capítulo X
El Altar del Perfume
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dos lados, para pasar por ellos las varas con que había
de ser conducido. E hizo las varas de madera de
Sittim, y cubriólas de oro. Hizo asimismo el aceite
santo de la unción, y el fino perfume aromático, de
obra de perfumador”. (Éxodo 37:25-29)
A. QUEMAR INCIENSO
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B. TIPO DE PERFUME
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1. Estacte — (J)
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A. MADERA DE SITTIM
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B. ORO
Este altar tenía un codo de largo por uno de ancho, era cua-
drado. No importa desde qué ángulo veamos este altar, lo encon-
traremos de la misma medida. El número uno representa la
UNIDAD. Éste altar tipifica la unidad de Dios y el hombre, o la
unidad de la humanidad y la deidad de Cristo. Éste está clasifi-
cado entre los grandes misterios de la Biblia, el misterio de la
unidad de Dios y la carne: “Y sin contradicción, grande es el mis-
terio de la piedad: DIOS HA SIDO MANIFESTADO EN
CARNE; ha sido justificado con el Espíritu; ha sido visto de los
ángeles; ha sido predicado a los Gentiles; ha sido creído en el
mundo; ha sido recibido en gloria”. (I Timoteo 3:16) “Y aquel
Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su glo-
ria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad”. (Juan 1:14) “Jesús le dice: ¿Tanto tiempo ha que estoy
con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto,
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IV. SU POSICION
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V. SUSCUERNOS
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1. Levantar y Dejar
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2. Anhelo y Deseo
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1. Apoyo y Confianza
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2. Aprender y Crecer
Me agrada pensar en el otro lado de este segundo Cuerno,
concerniente al proceso de aprender y crecer. Ha sido la experien-
cia en muchos de nosotros ser guiados en oración por el Espíritu y
contemplar este lado del Cuerno. Algunas veces la luz de este
aspecto del poder de Dios en la oración revela el ímpetu espiritual
que habita en nuestro corazón como creyentes, por cuanto algunas
veces codiciamos en el mundo espiritual, cosas mayores que las
que Dios quiere darnos y entonces nos sentimos turbados e insa-
tisfechos viendo que otros tienen más de lo que poseemos.
La siguiente porción en la oración modelo de Jesús dice: “Sea
hecha tu voluntad”, y al llegar a este punto aprenderemos el tre-
mendo gozo que experimenta el creyente y que no consiste en hacer
ni en poseer gracias o dones espirituales, sino en hacer y estar preci-
samente en la Voluntad de Dios, obrar y ser de acuerdo a Su querer.
Si pudiéramos ganar todo el mundo o si fuera posible poseer
todos los dones y beneficios espirituales fuera de la voluntad de
Dios, no nos produciría ningún gozo ni alegría en Cristo, por
cuanto estas cosas vienen como resultado de hacer Su voluntad
como siervos de Dios. Aprendemos y crecemos en la voluntad de
Dios a través de nuestra vida de oración. ¿Acaso no debiéramos
notar que el Espíritu de Dios nos imparte siempre el mismo gozo?
Es un gozo que encontramos cuando hemos aprendido a descan-
sar en la perfecta Voluntad de Dios. Entonces es cuando adquiri-
mos gozo profundo, paz verdadera y satisíacción. Con cierta
frecuencia en las iglesias encontramos Cristianos que han buscado
intensamente la influencia del Espíritu Santo y han recibido gran-
des derramamientos del Espíritu en su vida de oración, pero no
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2. Libertad y Liberación
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cendió del cielo sobre Él, siendo entonces, por así decirlo, cuando
Jesús se vio en libertad de iniciar Su ministerio.
De igual manera, cuando los discípulos esperaban en
Jerusalem, orando, fueron llenos del Espíritu Santo y quedaron
liberados para ir y llevar el Evangelio a todo el mundo. Jesús
quiere que permanezcamos ante los cuernos del Altar de la
Oración hasta que estemos revestidos con PODER de lo alto, por-
que entonces nos veremos liberados para ir y servir. La Palabra
declara que donde el Espíritu del Señor esta presente, existe liber-
tad. El Hijo del Hombre, a través del Espíritu, quiere darnos liber-
tad y quiere liberarnos para que ministremos para Él. Cuando
Jesús oró en el huerto, se vio liberado de la voluntad de la carne.
Es ante los cuernos de este Altar donde encontramos la com-
pasión divina del Hijo del Hombre liberándonos también de la
voluntad de nuestra carne. ¡Oh gloriosa libertad!
Esta independencia y libertad crecen continuamente, aumen-
tando a medida que permanecemos agarrados de los cuernos del
Altar, en el lugar de la Oración. Ésta nos lleva a la victoria, liber-
tad acerca de nuestras pasiones e inclinaciones de los defectos de
nuestra carne, induciéndonos a un júbilo experimental de las virtu-
des y misericordias del Espíritu de Dios en nuestra vida diaria.
1. Luz y Conocimiento
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2. Amor y Comunión
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cruz”. ¿Cual pudo haber sido aquel gozo que le fue propuesto?
El de hacer la voluntad del Padre.
Es aquí, ante este cuarto cuerno del Altar, en donde apren-
demos del amor y la comunión del Hijo de Dios que nos hacen
darle la gloria en todo, gozándonos. La vieja vida de nuestro
“yo”, el viejo hombre carnal, es un ratero, un ladrón que está
siempre presente tratando de quitarle la gloria a Jesús, la que
sólo a Él le corresponde. !Pero que maravilloso resulta cuando el
alma puede permanecer ante el altar de la oración, hasta sentirse
coronada con un amor tal, que sienta un profundo deleite al
darle la honra y la gloria a Jesús.
Por ejemplo, cuando Dios nos utiliza en alguna forma espe-
cial en oración, predicando, o testificando, y el Señor hace algo a
través de nuestros vasos de barro, a menudo sentimos el hincha-
miento de la carne y el deseo de que todo el mundo sepa cuán
maravillosamente Dios me ha usado, y lo que ha hecho por
medio de Mí, pero si realmente estuviéramos interesados en la
GLORIA DE DIOS, nos sentiríamos igualmente ansiosos de
relatar y propagar la forma tan maravillosa en que Dios ha
usado a nuestro hermano o hermana en el Señor.
Decimos que amamos a Jesús, decimos que deseamos que
sea glorificado a través de nuestras vidas sobre la tierra, pero la
prueba de nuestras afirmaciones viene cuando hace algo por
medio de otra persona y entonces ya no nos parece tan emocio-
nante ni tan maravilloso. Querido lector, cuando hayamos apren-
dido sobre el amor y la comunión que se encuentran ante este
Altar, seremos como el Apóstol Pablo, declarando que se regoci-
jaba de que Cristo fuera predicado por pretexto o por verdad
(Filipenses 1:18). Era tan profundo su amor por Jesús y tanta su
pasión santa para que la gloria de Su Nombre se extendiera por
dondequiera, que sentía gozo cuando alguien la declaraba.
Pedro menciona otra forma en que podemos dar gloria a
Jesús:
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VI. LA CORONA
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Capítulo XI
El Candelero
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II. SU MATERIAL
A. ORO PURO
El oro batido nos habla del oro que ha sido puesto en el fuego
y aún candente, colocado sobre el yunque para darle forma a
fuerza de martillo. Algunos han comparado el oro batido que aquí
se menciona, con los sufrimientos físicos de Jesús descritos en el
capítulo cincuenta y tres de Isaías, en donde se habla del Hijo del
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El ojo nos habla de luz, por cuanto a través del ojo natural el
cuerpo se ve provisto con luz, y cuando un hombre pierde su
vista física, se ve obligado a caminar y hacer las cosas en tinie-
blas. De la misma manera, es a través del ojo del alma y del ojo
del espíritu que el hombre puede recibir luz espiritual y verse
iluminado. En Isaías 11:2 encontramos la revelación de lo que
son los siete ojos, los siete Espíritus, las siete lámparas: “Y repo-
sará sobre él el espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inte-
ligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová”.
1. El Espíritu de Jehová
2. Espíritu de Sabiduría
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3. Espíritu de Inteligencia
4. Espíritu de Consejo
5. Espíritu de Fortaleza
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6. Espíritu de Conocimiento
7. Espíritu de Temor
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Riches of Tithing • Introduction• Final
no debemos tener más luz que Él. Así será también en la Nueva
Jerusalem, la Ciudad Nueva, cuya única luz será Jesús: “Y la ciu-
dad no tenía necesidad de sol, ni de luna, para que resplandezcan
en ella: porque la claridad de Dios la iluminó, y el CORDERO
era su LUMBRERA”. (Apocalipsis 21:23)
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1. Las Copas
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2. La Manzana, La Corona
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3. La Flor
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IV. EL TAMAÑO
V. LA LUZ
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C. PARA ILUMINAR
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D. PARA INSTRUIR
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Esto nos enseña otra forma del ministerio del Verbo de Vida.
Dios quiere vernos adornados con belleza espiritual:
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G. HACER BROTAR
Cuando en la primavera los tibios rayos de luz solar empie-
zan a penetrar en la tierra llegando hasta las semillas que se
ocultan en su seno, el pequeño embrión de vida que se aloja en
la semilla se ve liberado para brotar y salir.
También esto es cierto espiritualmente, cuando nos acerca-
mos a la Palabra escrita y los rayos de luz del Espíritu de Dios
brillan sobre ella, de la página escrita pasan a nuestro corazón las
semillas que producirán vida y frutos espirituales: “Porque con-
tigo está el manantial de la vida: En tu luz veremos la luz”.
(Salmo36:9) Nuestro estudio ha sido un cuadro iluminado sobre
la luz del Candelero. Al traer la Palabra escrita a la luz de esta
Lámpara, encontraremos que en Su luz veremos una nueva luz
iluminando nuestros corazones y brotando de la Palabra escrita.
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Riches of Tithing • Introduction• Final
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Capítulo XII
La Mesa de los Panes de la
Proposición
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I. LA MESA
A. EL MATERIAL
B. LAS MEDIDAS
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C. LA DOBLE CORONA
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Las varas, como todas las otras varas en el Lugar Santo eran
de madera de Sittim y estaban cubiertas con oro, tipificando la
humanidad y la deidad de Cristo Jesús. Declaran la verdad del
Hijo del Hombre y del Hijo de Dios que murió y fue resucitado.
Estas dos varas representan la verdad del Evangelio que necesi-
tamos usar para llevar por todas partes el bendito mensaje de
nuestro precioso Salvador.
Estas varas descansaban en cuatro anillos de oro, porque a
través de esos anillos las varas podían transportar la Mesa de los
Panes de la Proposición. Estos anillos de oro puro, nos hablan de
la divina voluntad de Dios. Fue la voluntad de Dios que Jesús
muriera por el pecado; fue la voluntad de Dios que Él se levan-
tara de los muertos, y fue la voluntad de Dios ser el ancla, el
lugar divino para que estas varas de verdad descansaran a fin de
llevar a Jesucristo como el Pan de Vida.
Es interesante notar que los anillos debían ponerse abajo de
la moldura de manera que al levantar la mesa esta se llevara en
la posición más alta. Si levantamos una mesa agarrándola por los
pies la llevarnos más alta que si la tomásemos por arriba, pero al
agarrarla más abajo, tenemos que inclinarnos más, doblarnos, por
así decirlo, humillarnos hacia el suelo, el lugar más bajo. Y así es
con Cristo Jesús, y si hemos de ponerlo en alto, tenemos que
bajar nosotros, doblarnos más bajo, humillarnos más. Mientras
más y más profundamente nos humillamos a nosotros mismos,
más alto podemos levantarlo a Él como el Pan de Vida.
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II. EL PAN
La mesa sobre la cual se ponía el pan debía ser una mesa lim-
pia. El pan era llamado “el Pan de la Presencia”, “el Pan de los
Rostros”, “el Pan Ordenado” o “el Pan Continuo”; ciertamente
un hermoso cuadro de Jesucristo, el Rostro de Dios: “Porque
Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el
que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del
conocimiento de la gloria de Dios EN LA FAZ DE JESU-
CRISTO”. (II Corintios 4:6) “Jesús le dice: ¿Tanto tiempo ha
que estoy con vosotros, y NO ME HAS CONOCIDO, Felipe? El
que me ha visto, ha visto al Padre; ¿cómo pues, dices tú:
Muéstranos al Padre?” (Juan 14:9)
El Pan de los Rostros, porque Jesús es el Rostro de la
Divinidad, corporalmente hablando, y cuando le hemos visto,
habremos visto al Padre. Mientras más crecemos espiritual-
mente, más podemos participar de este Pan de los Rostros y por
lo tanto, más podremos contemplar al Padre. ¡Qué grande es el
privilegio que tenemos de poder entrar al Lugar Santo, y comer
del Pan de los Rostros! Pero, ¡que triste resulta que sean tan
pocos los que toman el tiempo y pagan el precio para vivir en el
Lugar Santo, y participar de este Pan!
A. EL MATERIAL
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C. LA RENOVACIÓN
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Capítulo XIII
EL VELO
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I. SU NOMBRE
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II. SU MATERIAL
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Capítulo XIV
El Arca del Pacto
“Harás también un arca de madera de Sittim, cuya
longitud será de dos codos y medio, y su anchura de
codo y medio, y su altura de codo y medio. Y la cubri-
rás de oro puro; por dentro y por fuera la cubrirás; y
harás sobre ella una cornisa de oro alrededor. Y para
ella harás de fundición cuatro anillos de oro, que pon-
drás a sus cuatro esquinas; dos anillos al un lado de
ella, y dos anillos al otro lado. Y harás unas varas de
madera de Sittim, las cuales cubrirás de oro: Y mete-
rás las varas por los anillos a los lados del arca, para
llevar el arca con ellas. Las varas se estarán en los ani-
llos del arca: no se quitarán de ella. Y pondrás en el
arca el testimonio que yo te daré. Y harás una cubierta
de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y
su anchura de codo y medio. Harás también dos que-
rubines de oro, labrados a martillo los harás, en los dos
cabos de la cubierta. Harás, pues, un querubín al
extremo de un lado, y un querubín al otro extremo del
lado opuesto: de la calidad de la cubierta harás los
querubines en sus dos extremidades. Y los querubines
extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas
la cubierta: sus caras la una enfrente de la otra,
mirando a la cubierta las caras de los querubines. Y
pondrás la cubierta encima del arca, y en el arca pon-
drás el testimonio que yo te daré. Y de allí me decla-
rare a tí, y hablare contigo de sobre la cubierta, de
entre los dos querubines que están sobre el arca del
testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos
de Israel”. (Éxodo 25: 10-22)
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Riches of Tithing • Introduction• Final
I. EL ARCA
Ahora llegamos al estudio del Arca, el último mueble, o la
cabeza de todo el mobiliario. En la medida de la Estatura de
Cristo el Arca corresponde a Su cabeza.
Cuando Dios empezó a dar instrucciones a Moisés sobre el
Tabernáculo empezó por la cabeza, el Arca, y de ahí procedió
hacia los pies es decir, al Altar de Bronce que fue lo ultimo que
describió a Moisés. Hábil y maravilloso plan este de Dios ini-
ciado con el Arca y elaborado a través del velo interior hacia la
Mesa de los Panes de la Proposición, el Candelero, el Altar del
Perfume, y luego a través del segundo velo que cubría la entrada
del Tabernáculo pasando por el Lavar y hasta el Altar de
Bronce, el lugar donde se efectuaba el derramamiento de sangre
y finalmente a la puerta que daba acceso al atrio, la puerta final.
Y habiéndole terminado Dios le dijo al hombre: “Ven, he encon-
trado un plan, un camino por medio del cual tú puedes regresar y
volver a tener comunión conmigo”. Siempre ha sido Dios el que
primero busca al hombre pecador. Fue Dios quien descendió
después de la caída de Adam y llámolo: “Adam, ¿Dónde estás
tú?” No era Adam quien estaba buscando a Dios, por el contra-
rio había corrido a esconderse procurando cubrirse con hojas de
higuera, mas Dios en Su misericordia y por causa de Su amor
vino y buscó a Adam.
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A. SU MATERIAL
B. SU CORNISA O CORONA
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D. SU CONTENIDO
1. Los Mandamientos
En Hebreos 9:4 encontramos el secreto del contenido del
Arca: “El cual tenía un incensario de oro, y el Arca del pacto
cubierta de todas partes alrededor de oro; en la que estaba una
urna de oro que contenía el maná, y la vara de Aarón que rever-
deció, y las tablas del pacto” “Tomad este libro de la ley, y
ponedlo al lado del Arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y este
allí por testigo contra ti”. (Deuteronomio 31:26)
Después que Dios le dio a Moisés las primeras tablas del
pacto, el patriarca bajó del monte y encontró a los hijos de Israel
adorando al becerro de oro que hicieron en su ausencia, y en su
enojo, tiró las tablas al suelo y las rompió. Entonces Dios llamó a
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Riches of Tithing • Introduction• Final
Moisés para que subiera al monte por segunda vez llevando con-
sigo otras dos tablas de piedra a fin de darle nuevamente las
leyes del pacto. Fueron estas segundas tablas, las tablas no rotas
las que fueron colocadas en el interior del Arca.
Jesucristo es el Arca del Pacto de Dios en Quien está conte-
nida la Palabra de Dios perfecta, completa, sin quebraduras, cuya
obediencia fue perfecta y Quien tenía escritas en el corazón las
tablas de la ley de Dios. En la profecía del Salmista están escritas
estas palabras: “El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado;
Y tu ley está en medio de mis entrañas”. (Salmo 40:8) Jesús
siempre hizo la voluntad del Padre porque la ley de Dios estaba
escrita en Su corazón.
Nuevamente en la profecía de Isaías 50:5 leemos algo sobre
la perfecta obediencia del Cristo: “El Señor me abrió el oído, y
yo no fui rebelde, ni me torne atrás”. Dios quiere que crezcamos
en Cristo Jesús hasta que Él pueda escribir Sus palabras en nues-
tro corazón porque entonces nos deleitaremos en hacer Su
voluntad¡ Cuán grande es la necesidad que tiene la Iglesia del
Dios Vivo!
¡Cuánto necesita crecer hacia la cabeza!
Cuando crecemos semejantes a Él, no tratamos de mantener
NUESTRO derecho y por el contrario, nos deleitamos en seguir
el camino de Cristo, manso y humilde - y en morir a los derechos
de la carne. Jesús tenía el “derecho” de vivir. Él no tenía por qué
morir puesto que era puro y santo y nunca hizo algo digno de
muerte y sin embargo, murió a Sus derechos sobre Sí mismo por-
que Él tenía la Palabra escrita en Su corazón. Los mandamientos
no rotos en las tablas del Arca son un verdadero tipo de la ley
nunca rota en Cristo Jesús.
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3. La Vara de Aarón
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cia del Señor que a un infeliz salvó”, porque ellos no saben nada
de este poder de resurrección. Jesucristo el Hijo de Dios es la
vara que floreció con poder de vida nueva, y porque Él vive
nosotros vivimos también. Él nos ha dado Su vida de resurrec-
ción por medio de la fe en Su sangre. Él ha dicho de Sí mismo
que es el poder de Dios para resurrección: “Dícele Jesús: Yo soy
la resurrección y la vida: el que cree en mi, aunque esté muerto
vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mi, no morirá eterna-
mente. ¿Crees esto?”. (Juan 11:25-26)
E. SU POSICIÓN
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II. EL PROPICIATORIO
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Todos los días debiéramos dar gracias a Dios por esa preciosa
sangre, y enaltecerla más y más por cuanto es el camino que nos
ha sido abierto hasta el Trono del Altísimo. La justicia de la ley
en el Arca y la paz en la sangre sobre el Propiciatorio se besaron.
La Palabra de Dios dice que la ley vino por Moisés, pero la ver-
dad y la gracia por Jesucristo, en otras palabras, la justicia y la
paz se besaron en Cristo Jesús.
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Capítulo XV
El Orden del Campamento y los
Reglamentos Sanitarios
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A. LOS GUERREROS
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B. LOS OBREROS
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1. Testigos
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2. Sal
3. Luz
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4. Ramas
5. Epístolas
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6. Embajadores
7. Mayordomos o Dispensadores
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C. ADORADORES
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Dios hizo toda ley y toda provision para que la gente pudiera
mantener el campo ciertamente limpio y santo. Dios ha suplido
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Capítulo XVI
El Sumo Sacerdote
y Sus Vestiduras
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A. NACIMIENTO LEGÍTIMO
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B. PERFECCIÓN FÍSICA
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1. Ciego
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2. Cojo
Si el sacerdote era cojo o tenía dificultad para caminar, tam-
bién era descalificado para ministrar delante del Señor. ¡Cuántas
veces los siervos de Cristo Jesús se convierten en cojos espiritua-
les. Algunas ocasiones las ovejas se alejan del pastor, y si conti-
núan en este estado de rebelión y desobediencia, el pastor puede
llegar a romperles una pata y luego llevarlas en brazos a fin de
que aprendan a caminar tras él. Algunas veces los siervos de
Dios son descuidados en el estudio de la Palabra y en la oración,
y no mantienen sobre sí su armadura espiritual, (Efesios 6:11) y
son fácilmente heridos o se convierten en cojos, debido a alguna
flecha de fuego del enemigo, y ya no pueden ministrar ante el
altar de Fuego: “Y haced derechos pasos a vuestros pies, porque
lo que es cojo no salga fuera de camino, antes sea sanado”.
(Hebreos 12:13)
No importa que estemos caminando a través del valle o sobre
la cumbre de la montaña, si caminamos por la senda derecha y
estrecha marcada por Jesucristo. Es cuando nos salimos de Su
camino recto que tropezamos y caemos, y llegamos a convertir-
nos en cojos espirituales.
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4. Sobrado
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5. Quebradura de Pie
6. Rotura de Mano
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7. Corcovado
La joroba indica un defecto en la columna vertebral o el espi-
nazo. Esto ilustra la voluntad humana, el espinazo como donde
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8. Enano
Enano, es una persona que ha sido detenida en su creci-
miento y no alcanzó el termino normal de su estatura. ¿Cuántos
cristianos son sencillamente enanos espirituales? Pasan su vida
consintiendo y agasajando a su hombre carnal de tal manera que
éste es gigantesco, y por otra parte, su hombre espiritual ha sido
forzado a permanecer en la condición enana de un crecimiento
sin madurez. Alguno de los dos, o el edificio carnal, o el edificio
espiritual tendrán que quedar enanos, de nosotros depende la
decisión. Juan dijo: “A él (Jesús) conviene crecer, más a mi men-
guar”. Juan no podía crecer y Jesús también; era necesario que
Juan decreciera si Jesús iba a crecer.
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9. Nube en el Ojo
10. Sarna
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11. Empeine
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1. La Túnica
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2. El Cinto
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del hombre carnal para obtener el sitio más alto, aún dentro del
terreno del servicio y el conocimiento espirituales. !Cuán grande
es nuestra necesidad de buscar el jacinto celestial del amor y la
humildad del Cristo! ¡Vistámonos con ellos!
La granada púrpura nos cuenta la historia del amor y la
humildad de nuestro Rey, Quien aun siendo el Rey de reyes fue
vestido con regia humildad por el rechazo de Su pueblo y sen-
tenciado a muerte como un impostor. Sin embargo, llevaba Su
regio ropaje de humildad y no abrió Su boca, ni se quejó contra
aquellos que lo acusaban injustamente. Y nosotros que no mere-
cemos nada por nuestros propios méritos, nos lamentamos y que-
jamos al vemos injustamente acusados, en lugar de aprovechar
nuestra oportunidad para vestimos con la humildad del Cristo, y
cubrimos con las regias granadas de púrpura. Son muchas las
oportunidades que perdemos para comer y alimentamos con las
granadas reales del amor y la mansedumbre.
La granada carmesí nos habla de la sangre derramada, la vida
que Jesús tan mansamente entregó en Su ministerio para redimir
al hombre pecador. “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca:
como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de
sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”. (Isaías 53:7)
En Filipenses 2:5-8, el Apóstol Pablo nos exhorta a vestirnos
con este manto azul jacinto del ephod que contiene estas precio-
sas granadas: “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo tam-
bién en Cristo Jesús: El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo
por usurpación ser igual á Dios: Sin embargo, se anonadó a sí
mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
La granada blanca nos habla de la pureza y de la santidad del
amor y la humildad del Cristo. En el capítulo 17 de Juan, Jesús en
Su oración le dice al Padre: “Yo te he glorificado en la tierra: he
acabado la obra que me diste que hiciese”. La pureza y la santidad
del amor y la humildad que hubo en Su ministerio, dieron gloria al
Padre. También nosotros llevaríamos gloria al Padre Celestial si
nos vistiéramos con el manto de mansedumbre y de humildad.
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4. El Ephod
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5. El Racional
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6. La Mitra
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Capítulo XVII
Las Cinco Grandes Ofrendas y
Consagración de los Sacerdotes
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una ofrenda por el pecado y una ofrenda por las ofensas. Cuando
Dios miró hacia abajo y vio a Jesús hecho pecado por nosotros,
con todos los pecados y ofensas cometidas por el mundo acumu-
lados sobre Él, vio con agrado las heridas de Su alma por la
redención de la humanidad.
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3. El Becerro Sacrificado
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4. El Rociamiento de la Sangre
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B. LA OFRENDA DE PACES
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1. El Carnero Ofrendado
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3. El Carnero Sacrificado
4. La Aplicación de la Sangre
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Una vez que los oídos, manos y pies de Aarón y sus hijos
habían sido ungidos con sangre, sus vestiduras eran rociadas con
ella y el aceite de la unción a fin de ser santificadas también. Este
acto era símbolo de la vida de resurrección del Señor Jesucristo
con el ungimiento del Espíritu de Dios. La sangre es lo primero
que vive en el hombre y es lo ultimo que muere, de manera que
se usa como símbolo de la vida humana, de aquello que sobre-
vive a la muerte. Cuando Jesús abandono la tumba vestía las
ropas de la vida de Su resurrección junto con la unción del
Espíritu de Dios. "Y si el Espíritu de aquel que levanto de los
muertos a Jesús mora en vosotros, el que levanto a Cristo Jesús
de los muertos, vivificara también vuestros cuerpos mortales por
Su Espíritu que mora en vosotros" (Romanos 8:11).
Dios no solamente ungió a nuestro Sumo Pontífice Jesús con
la vida de resurrección y el poder del Espíritu, sino que como a
Él, desea ungir nuestras vestiduras con el poder de resurrección
y la vida de Cristo Jesús y el Espíritu Santo.
La unción del sumo sacerdote con aquel aceite especial era un
tipo de la naturaleza amable y dulce del Espíritu Santo. Se trataba
de un preparado especial que fue compuesto bajo la dirección de
Dios mismo, el cual no podía usarse sobre ninguna otra carne
fuera de Aarón y sus hijos. Primeramente el aceite era DERRA-
MADO sobre Aarón, quien tipificaba a Jesucristo nuestro Sumo
Sacerdote y nos habla de Jesús quien fué ungido SIN MEDIDA
con el Espíritu Santo.
El ungimiento de la cabeza de Aarón como sumo sacerdote
era un tipo del Señor Jesucristo siendo ungido con el Espíritu
Santo después de Su bautismo, "Y Jesús, después que fue bauti-
zado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le fueron abiertos,
y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venia
sobre él. Y he aquí una voz de los cielos que decía: Este es mi
Hijo amado, en el cual tengo contentamiento". (Mateo 3 :16-17)
El rociamiento de sangre y aceite sobre las vestiduras de
Aarón y sus hijos nos habla de la doble porción del poder y vida
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1. Harina Cocida
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a. HARINA FINA
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Cuando por así decirlo, Dios dora a Sus santos con el fuego
del horno, la lumbre de pruebas y tribulaciones, a la gente del
mundo le causa extrañeza porque no ven la belleza escondida
que Dios esta formando en ellos. El pan crudo no es tan agra-
dable como aquel que esta bien cocido y ha sido dorado. Así es
como los santos de Dios son puestos en el HORNO DE DIOS
(no en el suyo propio). El sabor de su modo de ser y de sus acti-
tudes habrá sido purificado y mejorado al pasar por el horno de
Dios (del sufrimiento), a medida que participan de los pade-
cimientos del Cristo.
Es interesante notar las dos maneras en que se usaba el
aceite en los presentes de harina. Algunas veces se mezclaba con
el pan, describiéndonos al Pan Vivo o el Verbo de Vida naciendo
del Espíritu. "Y respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo
vendrá sobre tí y la virtud del Altísimo te hará sombra; por lo
cual también lo Santo que nacerá, será llamado Hijo de Dios"
(Lucas 1:35).
En otras ocasiones el aceite se DERRAMABA sobre la
ofrenda de pan o flor de harina, acción descrita algunas veces
por la palabra "ungir": simbolizando la unción o el bautismo del
Espíritu sobre el Pan de Vida, el Señor Jesucristo. "Y Jesús,
LLENO del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fué llevado por
el Espíritu al desierto". (Lucas 4:1)
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b. OFRENDA DE SARTEN
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c. OFRENDA DE CAZUELA
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Que llenas deben haberse visto las manos del sacerdote con el
sebo, la cola, el redaño, los riñones, la espaldilla derecha y tres
diferentes clases de pan. La ofrenda mecida era un símbolo de
alabanza al Señor Jehová. En Cristo Jesús, el Padre festeja con
los creyentes alrededor de la mesa y la carne y el pan no son otra
cosa que el amado Hijo, el precioso Cordero de la pascua.
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Capítulo XVIII
El Ungimiento de Aarón con
el Aceite Santo de la Unción
"Y tomarás el aceite de la unción, y derramarás sobre
su cabeza, y le ungirás" (Éxodo 29:7).
I. MIRRA EXCELENTE
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Jesús tuvo una doble unción. Recibió una del Espíritu Santo
como profeta y sacerdote y otra, como Rey de Reyes y Señor de
Señores. El testificó que Dios le había dado el Espíritu sin
medida, "Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla:
porque no (le) da Dios el Espíritu por medida. El Padre ama al
Hijo, y todas las cosas dio en su mano" (Juan 3:34-35).
Ungirla cabeza con aceite era una ceremonia que se efec-
tuaba para aquellos que iban a ser usados por Dios como profetas,
sacerdotes o reyes. A esta unción se refiere David cuando dijo:
"Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angusti-
adores, ungiste mi cabeza con aceite; mi copa esta rebosando"
(Salmo 23:5). Cuando la cabeza es ungida con el sacro aceite del
Espíritu Santo, en verdad la copa de gozo se derrama. Esta fue
también la experiencia del Señor: "Has amado la justicia, y abor-
recido la maldad; Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo
de alegría más que a tus compañeros". (Hebreos 1:9)
Preciosa es la verdad de que en el aceite santo haya estado el
ingrediente de la mirra, la humildad y la mansedumbre. Pocos
han aprendido a tener el aceite de la alegría o el aceite de la
mirra, el aceite de humildad. Solamente el alma que ha sido
enseñada y llevada en humildad ante Dios y delante del hombre,
conoce del gozo y la alegría que allí se encuentran.
No hay gozo ni alegría para quien continuamente lucha por
obtener el lugar mas alto, o para aquel que siempre esta tratando
de conservarlo. Mas cuanta paz bendita, gozo y alegría para el
alma que, como dijo Jesús, esta dispuesta a tomar el lugar mas
BAJO en la fiesta y esperar hasta que el maestro de la fiesta
venga y le exalte diciendo: ven acá, amigo.
El aceite de la unción se derramaba abundantemente sobre
la cabeza de Aarón de tal manera que le corría por la barba
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IV. CASIA
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aceite sacro del Espíritu Santo, nos ungirá con Espíritu de entrega y
sumisión. Nuestro bendito Salvador fue ungido con el Espíritu de
sujeción: "Angustiado él, y afligido, no abrió su boca: como cordero
fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores,
enmudeció, y no abrió su boca”. (Isaías 53:7) La Palabra de Dios
nos exhorta a seguir las pisadas del Señor Jesucristo; y si lo hacemos,
recibiremos la unción con la que Él fue ungido.
"Porque para esto sois llamados; pues que también Cristo
padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros
sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado; ni fué hallado engaño en
su boca: Quien cuando le maldecían, no retornaba la maldición;
cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga
justamente". (I Pedro 2:21-23) La iglesia del Dios Vivo necesita la
unción del dulce ingrediente de la casia del Espíritu, la dulzura de
la entrega y sujeción con que nuestro Señor fue ungido.
"Igualmente, mancebos, sed sujetos á los ancianos; y todos
sumisos unos á otros, revestíos de humildad, porque Dios
resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" (I Pedro5:5).
Jesús fue ungido con la casia de la entrega y sujeción de tal
manera, que Su voluntad tuvo el aroma de una rendición total a
la voluntad del Padre.
V. ACEITE DE OLIVAS
A. PARA HERMOSEAR
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C. COMO ALIMENTO
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tamos de los recursos del aceite del Espíritu Santo, como resul-
tado tendremos un crecimiento sano en el Espíritu.
Muchos cristianos están ocupados en ALIMENTARSE con
las faltas, los pecados y los errores de sus hermanos en Cristo;
de esa manera su naturaleza carnal engordara pues estarán ali-
mentando a su propio Hombre Viejo. Seamos celosos de ali-
mentarnos únicamente con las gracias y la naturaleza del
Espíritu Santo. Jesús nunca se alimentó con los males de aquellos
que le rodearon, sino de las cosas de Dios; se alimentó con la vo-
luntad de Dios y declaró, que Su comida, Su alimento, era hacer
la voluntad del Padre.
D. PARAILUMINAR
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Capítulo XIX
La Columna de Nube
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I. SU APARIENCIA
A. NUBE
B. COLUMNA
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1. Su Dirección
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2. Su Sombra
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3. Su Luz y Su Fuego
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4. Su Protección
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Dios promete aquí que sobre toda gloria habrá una defensa.
Notemos además que a fin de tener esta Nube de Gloria y Fuego,
debe haber primero la limpieza de la inmundicia. Si tan sólo per-
mitiéramos que Jesucristo siguiera lavando la suciedad de la
mente carnal, experimentaríamos día tras día una maravillosa re-
velación de la Nube de Gloria y Fuego, que será para nosotros una
defensa y protección contra las maniobras del enemigo.
5. Su Lucha
Pero no solamente la Columna de Nube era capaz de
defender y proteger contra el enemigo, sino que también
declaraba la guerra.
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6. Su Juicio
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7. Su Provisión
a. AGUA DULCIFICADA
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b. PAN
c. AGUA DE LA ROCA
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