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Sermón Estudio # 2780-S


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B. R. HICKS, FOUNDER AND DIRECTOR

CUATRO LIMPIEZAS DEL TEMPLO — .................................(DOM. AM 5/4/2009)


Este mensaje es un visión general de las cuatro veces que Jesús limpió el
Templo con Su Agua, Sangre, y Fuego que Él llevaba dentro de Sí Mismo. Él
no tiene otros objetos para la limpieza excepto el Agua y la Sangre y el Fuego.
El Agua, Sangre y Fuego de Jesús puede venir en nosotros de diferentes cosas
y en diferentes formas. La primera vez que Jesús limpió el Templo está
registrado en el Libro de Juan, capítulo 2. Este capítulo registra el principio
del Ministerio de Jesús en la Tierra. Él limpió el Templo al principio de Su
Ministerio en la Tierra para permitirnos saber que Él tiene el Poder para
limpiar todo Templo, tanto de forma natural como espiritual. La segunda vez
que Jesús limpió el Templo esta registrado en el Libro de Mateo, capítulo 21.
Las últimas dos veces que Él limpió el Templo fueron alrededor antes del
momento de Su entrada triunfal a Jerusalén y justo después de eso.
En I de Corintios, el Apóstol Pablo dijo, “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es
templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que
no sois vuestros? Porque comprados sois por precio: glorificad pues á Dios en
vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (I Corintios 6:19,20).
En Mateo, capítulo 21, después de la limpieza del Templo, Jesús sanó ojos ciegos
y sanó a los cojos. Nuestros templos se limpian cuando venimos a la iglesia y, a
través del gritar, orar, y el cantar de la Hermandad, las cosas salen fuera de
nosotros. Así, podemos ver la Palabra de Dios y tener alabanza que nunca antes
hemos tenido. Dios quiere abrir nuestros ojos para ver lo que hay en nuestro
templo que está haciéndolo sufrir a Él; entonces, necesitamos que Él lo eche
fuera. Los Judíos habían convertido la casa de Dios en una cueva de ladrones.
Ellos habían robado la oración de intercesión. Entonces, Jesús, como un
Intercesor, fue a ellos y los sacó del Templo.
La Biblia dice, “Mas los príncipes de los sacerdotes y los escribas, viendo las
maravillas que hacía, y á los muchachos aclamando en el templo y diciendo:
¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron” (Mateo 21:15). Los muchachos
estaban dando alabanza Oze [Oz], alabanza fuerte a Él. En otras palabras, los
ensalzamientos a Dios estaban en sus bocas (Salmo 149:6). La palabra para
boca, allí, en Hebreo, significa garganta. Las palabras de nuestra boca
descienden a través de nuestra cabeza; pero si están en nuestra garganta, ellas

por Rev. B. R. Hicks


tienen que subir de nuestro corazón amador. ................................... Pág.1

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Sermón Estudio # 2780-S

CUATRO LIMPIEZAS DEL TEMPLO —


(DOM. AM 5/4/2009)

Vayan al Libro de Juan, capítulo dos. Tendré tiempo sólo de dar un vistazo. Esto es todo lo
que yo hago de todas formas cuando estamos en el ámbito del Padre. Aún la parte que yo
conozco no tenemos tiempo de navegar por todos los arroyos que deben ser navegados. Pero si
ustedes obtienen la Fuente, entonces Dios puede guiarlos como Él desea, y les revelará,
personalmente, a ustedes, los muchos arroyos de Verdad que están relacionados con lo que
estamos hablamos.

Quiero contarles que, esta noche, voy a estar predicando sobre el Anticristo. Es mejor que
despertemos, porque su aparición está a la vuelta de la esquina, y eso es un hecho de la vida. Judas
es el Anticristo. Se los puedo probar en blanco y negro. Pero él va a estar invadiendo y morando
en un cuerpo humano, y esa persona ya está en el planeta Tierra. Entonces el tiempo está a la
mano para la Venida del SEÑOR. Si no entienden que son los espíritus de Anticristo, los espíritus
de Anticristo estaban en la Tierra en los días de los Apóstoles. El Apóstol Juan escribió sobre
ello en las Epístolas de Juan. Pero ahora mismo, estoy en el Evangelio de Juan, en el capítulo dos.

Vamos a hablar sobre las cuatro veces que Jesús limpió el Templo. Algunos de ustedes
veteranos saben sobre las primeras tres veces.

CUATRO LIMPIEZAS DEL TEMPLO

IV. Templo Limpiado


por Sangre, Fuego y Agua.

II. Templo Limpiado III. Templo Limplado


por Sangre, Fuego y Agua por Sangre, Fuego y Agua.
(Mateo 21:1-15).

I. Templo Limpiado
por Agua, Sangre y Fuego
(Juan 2:13-18).

Siempre, cuando Jesús venía, Él venía con Agua y Sangre y Fuego. Todo lo que yo puedo
hacer es darles un cuadro del asunto en el ámbito natural, y ustedes verán el asunto que sólo Él
puede hacer en el ámbito espiritual. Así que cuando, tenemos un templo, y permitimos que el
SEÑOR nos limpie de manera voluntaria, o Él lo hará por nosotros de forma involuntaria.

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Sermón Estudio # 2780-S

Realmente, Él limpió el Templo Judío de manera involuntaria, hasta donde le afectaba a la gente,
pero ellos nunca aprendieron.

Observo a gente en esta iglesia; No tengo ningún lado más para ir. Veo como se comportan
cuando están en problemas, cuando las cosas está saliendo mal para ustedes, y cuando Dios está
atrás de ustedes en sus vidas; entonces, tan pronto Dios quita el fuego, un poquito, vuelven a sus
viejas andanzas; no emergen de la forma que Dios quiere que ustedes lo hagan – a un terreno más
elevado. ¿Cómo saben ustedes cuando están en territorio más elevado espiritualmente? Están
haciendo las cosas mejor de lo que lo hacían antes. Ahora, yo los pastoreo. Ustedes no son
extraños para mí.

Luego, hubo una cuarta vez, a la cual me referiré, que Jesús limpió el Templo. Él no tienen
otros objetos de uso para la limpieza mas que Su Agua, Sangre y Fuego. Su Agua, Sangre y Fuego
pueden venir a usted de diferentes cosas y en diferentes formas. La primera vez que Jesús limpió
el Templo está registrada en el Libro de Juan. Esto sucedió al principio de Su Ministerio. La
segunda limpieza está registrada en el Libro de Mateo. Las últimas dos veces que Él limpió el
Templo fue alrededor de Su Entrada triunfal a Jerusalén y justo después de eso. (Muchas de las
lecciones están en los archivos de mis notas y lecciones y cintas de audio.) Estoy en el versículo
13. Este incidente en la vida de Jesús sucedió justo después de la lección que les di sobre los
barriles de agua. Los barriles de agua fueron llenados hasta el borde, Saw-faw [Safá], que significa
labios. Entonces el agua había salido por encima de los labios escarlata, los labios Shaw-nee
[Shaní], del Padre. Cuando las cosas pasan a través de los labios del Padre, ellas pueden ser lo que
sea que Él quiere que sean. El versículo 13 registra lo que sucedió.

Y estaba cerca la Pascua de los Judíos; y subió Jesús á Jerusalén. Y halló en el templo á los que
vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y á los cambiadores sentados. Y hecho un azote de cuerdas,
echólos á todos del templo, y las ovejas, y los bueyes; y derramó los dineros de los cambiadores, y
trastornó las mesas; Y á los que vendían las palomas, dijo: Quitad de aquí esto, y no hagáis la casa
de mi Padre casa de mercado. Entonces se acordaron sus discípulos que está escrito: El celo de tu
casa me comió (Juan 2:13-17).

Ahora, si ustedes tuviesen celo por la Casa del SEÑOR, estarían aquí cada vez que pudiesen
por la iglesia. Si tuviesen celo por la Casa del SEÑOR, estarían a tiempo. La gente llega tarde
porque ellos comienzan tarde. A no ser que 138 países a donde tenemos obras y mi carga de
trabajo aquí interfirieran, yo estoy aquí a tiempo, y voy para 91 años de edad.

Jesús entró a la Casa del SEÑOR. ¿Qué es la cosa notable de hacer en esta ocasión? Ahora,
yo podría darles patrones de cómo ellos habían ofendido Su Nombre. Podría mostrarles en donde
ofendieron la Sabiduría del Nombre del SEÑOR. Podría mostrarles en donde ofendieron el
Entendimiento de Su Nombre. Podría mostrarles en donde ofendieron Su Conocimiento. Podría
mostrarles en donde ofendieron Su Prudencia. Esta ocasión fue el principio de Su Ministerio en la
Tierra. ¿Por qué Él limpió el Templo al principio de Su Ministerio? Él lo hizo para hacernos saber
que Él tiene el Poder para limpiar todo templo, tanto natural como espiritualmente. Qué
bendición conocer que Él puede limpiar mi templo. Pablo dijo en I de Corintios, capítulo 6:

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¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque comprados sois por precio: glorificad pues á
Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (I Corintios 6:19,20).

Jesús puede limpiar su templo, y Él lo hace. Pueden venir a la iglesia. Gritan. Cantan. Después
van a casa y deciden ensuciar Su templo otra vez. Luego, Él lo hace nuevamente. Es realmente
importante para ustedes tener esta Estatura de Su Limpieza. Con esperanza, eso pondrá un poco
de temor de Dios en ustedes que no tienen hoy. ¿Por qué la gente en la iglesia no son más
obedientes? Es porque ellos no tienen temor de Dios. Están juzgando desde la perspectiva del
noventa por ciento inconsciente, “Bueno, porque todo está yendo bien hoy, seguirá bello
mañana.” Ah, no, no será así porque Él es un Dios celoso. Él es un Dios de Omnipresencia. Él los
conoce a todos ustedes; Él conoce lo que están haciendo y Él espera que lo hagan diferentemente.
Él es Omnipotente. Él tiene el Poder de arreglar lo que está mal. Él tiene la Omnipresencia para
experimentar lo que sea que Él necesita. ¿Qué clase de experiencia le están dando a Dios esta
mañana? ¿Lo están haciendo sufrir? ¿Están crucificando nuevamente al Hijo? ¿Qué hay en su
templo que debe irse? No podemos tratar con el templo de nadie más; sólo podemos dar nuestro
propio templo al SEÑOR y pedirle a Él que nos ayude.

La cosa que Jesús usó en la primera limpieza del Templo fue una cuerda, y este es el único
lugar en la Biblia en donde la cuerda es mencionada. Él hizo una cuerda. El versículo 15 dice: Y
hecho un azote de cuerdas pequeñas, echólos á todos del templo…” La palabra Hebrea para
cuerda es saw-rag [sarág]. Significa entretejer, envolver. Es un vástago. Un vástago es una hoja
que nunca llega a formarse, y crece alrededor y alrededor. Tiene un propósito en la vida, y es
“aferrarse” a lo que sea que esté a su alrededor. La única forma que nosotros podemos dar fruto
es “aferrándonos” a Cristo, la Rama, Quién tienen la verdadera Fruta.

Los vástagos no son sólo para dar fruto. Los vástagos son para unirse, permitir que el SEÑOR
lo una. Yo lo amo. Cada vez que uno se “aferra” a Su Amor, uno se convierte en un candidato
para el azote. (Yo los amo lo suficiente para darles la Palabra y dirigirlos a la Nueva Ciudad, pero
los amo lo suficiente para poner una cuerda en ustedes y ponérselas cuando necesitan ser
despertados y empujados para que puedan seguir adelante para Dios y ser más reales.) Así que
aquí estaba el Amor “vástago.” Luego, el SEÑOR unió los vástagos, e hizo una cuerda. Con
Cristo en usted, si ustedes Le dan un vástago o vástagos o si Le dan una cuerda, desde dentro, Él
saca fuera de su corazón amador cosas que no deberían estar allí. Después de un rato, Jesús se
convierte en el todo del todo en su corazón amador.

Miren, yo he estado allí en el Espíritu cuando Él limpió el Templo. Así que cuando ustedes
tienen la Verdad, también tienen el récord de resistencia y el odio en contra de la Verdad, y eso es
lo que los hace llorar. Yo también comprendo esto por haber estado predicando por ya casi
setenta y dos años. El SEÑOR tenía la Sangre que Él estaba cargando a través del Templo,
aunque la Sangre estaba dentro de Sus venas. Él estaba cargándola a través del Templo, y Él dijo,
“Esto no le pertenece a la Sangre. Eso no le pertenece a la Sangre. Esto no le pertenece a la
Sangre.” Entonces Él hizo una demostración de cómo la Sangre puede alejar las cosas fuera de
nosotros que no pertenecen adentro nuestro.

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Jesús también tenía el Fuego. Yo he visto Sus Ojos en esa ocasión. Jesús era un hombre
pequeño. La humanidad de Cristo era de un hombre pequeño. Él no era un gran Atlas, por así
decirlo, cargando el mundo. Él era un hombre pequeño. ¿Entonces que hizo que los gordos
Fariseos huyeran? Fue el Fuego en Sus Ojos; fue la más increíble, densa, solidificada, Gloria
Kaw-bode [Kabód]. Sus Ojos eran tan asombrosos que hizo que los Fariseos huyeran de miedo.
Ellos estaban temerosos.

Ustedes pueden estar temerosos de un látigo, y el verdadero temor los convertirá. El


verdadero temor es reverencia, respeto, y cuidado por el SEÑOR y el Propósito de Su Voluntad y
Plan Maestro. Pero ellos estaban simplemente temerosos por el azote. Amados, no sean la clase
de Cristiano que, cuando el azote está en usted, lloran y chillan, y bailan a un son diferente.
Luego, una vez que el calor se va, se alejan. Pero yo quiero decirles algo. El azote se vuelve más
grande y largo y duro y más severo cada vez que Dios lo pone en sus espaldas. Pónganse sabios, y
entréguense al SEÑOR. Entréguense al SEÑOR. Nosotros ni siquiera sabemos quienes somos. Ni
siquiera conocemos ni entendemos, completamente, el diez por ciento de nuestra mente
consciente, para decir algo del noventa por ciento que es inconsciente.

Jesús caminó a través de le Templo con Su Sangre. Él caminó a través del Templo, cargando el
Fuego de Sus Ojos. Y a pesar que Dios no menciona estas cosas en las otras dos ocasiones, aún
nosotros sabemos desde el principio como Él lo hizo. Luego, Él cargó las Aguas de Su Nombre a
través del Templo. Una vez, ellos Le dijeron, “¿Quién Le da la autoridad de hacer esto?” Él nunca
dijo, “Yo tengo mi propia Autoridad. Yo soy Jesús.” Bueno, Él ya tenía un Nombre, un Nombre que
estaba sobre todo Nombre, un Nombre que tenía Yehovah [Jehová] entretejido en él. Él ni dijo, “Yo
soy Yehovah [Jehová] Yeshua [Jeshúa] Maw-shee-akh [Mashíakj].” ¿Por qué no dijo Él eso? Porque
no era Su Ministerio el decir Quién era Él. Es el Ministerio del Padre decir Quién es Su Hijo.

El versículo 18 dice:

Y los Judíos respondieron, y dijéronle: ¿Qué señal nos muestras de que haces esto?
(Juan 2:18).

¿No fue la Gloria Kaw-bode [Kabód] suficiente señal y testimonio? ¿No fue la cuerda hecha
de vástagos? Ustedes nunca leyeron sobre una cuerda hecha de vástagos ante
Sermón Estudio # 2780-S

Vayamos a Mateo, capítulo 21; este es el tiempo de la segunda limpieza del Templo. (La
primera limpieza está registrada en el Evangelio de Juan, capítulo dos.) Yo les podría mostrar las
cuatro cosas que ellos esparcieron en el camino y las cosas que hicieron para la Sabiduría, el
Entendimiento, y el Conocimiento y la Prudencia de Su Nombre. Ellos Lo bendijeron en el
Nombre del SEÑOR y todo eso. Pero inmediatamente después de Su entrada triunfal, Él fue
directo al Templo para limpiarlo. Sólo entonces Él pudo dar a conocer Su Nombre.

Y entró Jesús en el templo de Dios [no un templo de hombre], y echó fuera todos los que
vendían y compraban en el templo, y trastornó las mesas de los cambiadores, y las sillas de
los que vendían palomas; Y les dice: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada;
mas vosotros cueva de ladrones la habéis hecho (Mateo 21:12,13).

Ahora, ¿qué se habían robado ellos? Ellos se habían robado la oración. ¿Qué clase de
oración? La oración de intercesión. ¿Qué es lo primero que el Diablo trata de robar de su
templo? Es la oración de intercesión. Ustedes piensan que no tienen tiempo para orar. O alguien
lo ha enojado, entonces ustedes no quieren descender y alegrarse para que puedan obtener al
Espíritu Santo en ustedes e interceder nuevamente. O tienen algo más que hacer en vez de venir a
una reunión de oración. No permitan que el Diablo haga de su templo una cueva de ladrones al
no llevar la responsabilidad de la intercesión.

Yo podría enseñar sobre Jesús siendo el Revelador, el Restaurador, y el Redentor, y todas


estas cosas. Yo podría ser muy educacional aquí, pero esa lección no es para ahora mismo.
Necesitan entender el punto. El punto es que ellos se robaron la oración de intercesión, y Jesús
como un Intercesor, estuvo entre ellos. En Isaías 53:12, la Biblia dice que Él hizo intercesión por
los transgresores. Jesús hizo intercesión por aquellos que Lo estaban crucificando. Él le pidió al
Padre que los perdonara. Él dijo, “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen…” (Lucas
23:34). Si Jesús no hubiese orado e intercedido por ellos, el SEÑOR los hubiese borrado del
planeta Tierra. Bendito sea Su Santo Nombre. La Biblia dice, “¿Quién es el que condenará?
Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, quien además está á la diestra de Dios, el
que también intercede por nosotros” (Romanos 8:34). Él está a la Mano Derecha de Dios
haciendo intercesión. (La palabra Hebrea para intercesión, aquí, es Tef-il-law [Tefilá], que
significa súplica; viene de la palabra raíz para intercesión, Paw-lal [Palál]. Esta es la palabra raíz
que significa juzgar, oficialmente o mentalmente; también significa interceder, orar, rogar, hacer
un juicio, hacer una súplica. Esta palabra raíz es la misma palabra raíz de la cual la palabra Pel-
alyaw [Pelaliá] viene. Y Pal-al-yaw [Pelilá] significa Jah ha juzgado; es el nombre de un israelida
llamado Pelaljah.) La Biblia también dice, “Por lo cual puede también salvar eternamente [los
1444,000 “vástagos”] á los que por él se allegan [mirando y viendo] á Dios, viviendo siempre para
interceder por ellos” (Hebreos 7:25).

Yo no puedo fallar porque Jesucristo están intercediendo por mí, y Él está intercediendo por
ustedes. Ustedes van a cooperar, o Él les va a azotar con una “cuerda de vástagos” de la
Hermandad. ¿Cómo azotamos a la gente? Uno se “aferra” al Amor de Jesús; entonces, uno
intercede mientras otros se “aferran” intercediendo, y otro hermano está intercediendo, y sus
oraciones de aferran juntas para hacer una cuerda que sale para azotar a alguien que necesita el
Cordón de Amor de Jesús para enderezarlo. Esto es lo que sucede en los grupos de oración.
Todos ustedes están intercediendo para ayudar a llevar las cargas, y todos están “aferrados” a una

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Sermón Estudio # 2780-S

cuerda, y Dios hace esa Hermandad unificada y sale y castiga y corrige a aquellos por quienes
ustedes están orando. Yo alabo a Dios por cada golpe purificador, por cada azote purificador que
Él ha puesto en mi vida.

Después de que Jesús hizo el Templo una casa de intercesión, el versículo 14 dice que Él sanó
gente.

Entonces vinieron á él ciegos y cojos en el templo, y los sanó (Mateo 21:14).

Después de que los azotes, las cuerdas, hayan atravesado el Templo, y después de que todas las
cosas feas han sido echadas fuera, entonces allí estaba Cristo abriendo los ojos de los ciegos.
Muchas veces ustedes tienen que venir a la Casa de Dios, y a través de la Hermandad y el azote
de la alabanza y oración y canción, las cosas han sido sacadas de su templo; entonces, ustedes
estaban listos para ver la Palabra de Dios, y pudieron ver lo que nunca había visto antes. Bendito
sea el SEÑOR. Tuvieron la alabanza que nunca antes habían tenido. ¡Eso es tan poderoso! Hagan
que sus templos sean vaciados de la gente, lugares, y cosas para que pueda convertirse en una casa
de oración y alabanza.

Mas los príncipes de los sacerdotes y los escribas, viendo las maravillas que hacía, y á los
muchachos aclamando en el templo y diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! se indignaron
(Mateo 21:15).

La gente que era sanada estaba tan feliz. Pero los príncipes de los sacerdotes y los escribas no
estaban contentos; ellos estaban indignados. Realmente no dice indignados de lo que se trataba
todo allá afuera. Indignado significa que ellos estaban iracundos; estaban enojados; estaban
amargados; lo odiaban. Es una palabra más bonita decir “indignados” que decir “enojados.”
Indignados puede significar que sus plumas están un poco alborotadas. ¡Pero no! No era eso; ellos
estaban fieros; estaban enojados; estaban amargados; odiaban lo que veían; vieron maravillosos
milagros y los niños llorando en el Templo. Ah sí, ellos estaban indignados.

Y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dice: Sí: ¿nunca leísteis: De la boca de
los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza? (Mateo 21:16).

Él estaba hablando sobre alabanzas Oze [Oz]. La palabra para alabanza es Oze [Oz] para el
Salmo 8:2, a donde la palabra Oze [Oz] es traducida como fortaleza, y realmente, significa
fortaleza. Así que yo sé que ustedes probablemente se están preguntado como la alabanza y la
fortaleza están conectados. Bueno, los ensalzamientos son cuando ustedes usan todas sus fuerzas.
El Salmista dijo, “Ensalzamientos de Dios modularán en sus gargantas….” (Salmo 149:6). En
Inglés, la palabra es boca, pero la palabra Hebrea significa garganta. Ustedes pueden tener
palabra en sus bocas que descienden de su cabeza, pero si ellas están en su garganta, tienen que
subir de su corazón amador. Cuando ustedes son humildes, como un pequeño bebé, como un
pequeño niño, entonces su llanto instantáneo está en su garganta. No importa qué situación viene
o lo que está sucediendo; ustedes dan alabanza con todas sus fuerzas. “¡Gracias, Jesús! ¡Te alabo,
Jesús!” El Salmista tenía esto en mente cuando él dijo, “Bendeciré á Jehová en todo tiempo; Su
alabanza será siempre en mi boca” (Salmo 34:1). Cuando la alabanza está en mi garganta, saltará
a mi boca y bendecirá al SEÑOR.

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Esta es la clase de alabanza que el Salmista tenía en mente cuando él dijo, “Bendice, alma mía
á Jehová; Y bendigan todas mis entrañas su santo nombre. Bendice, alma mía, á Jehová, Y no
olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:1,2). Yo puedo escoger bendecir al SEÑOR con
toda mi alma y toda mi fortaleza Oze [Oz] que está en mis entrañas. Sólo hay dos cosas con las
cuales pueden ser llenos – gente y cosas. Ahora, tomemos a la gente; si ustedes están llenos de
gente, como nueve décimas de ellos los van a exasperar, entonces ustedes los van a odiar, y van a
hacer un ídolo de una décima; los van a amar; serán su dios. Los van a odiar y tener una imagen
de odio, o tendrán una exorbitante imagen de exorbitante afecto. Entonces la gente los mete en
problemas. Así que, sáquelos de su casa. Ahora, yo no quiero decir fuera de su casa externa – pero
su casa interna.

Si ustedes tienen cosas dentro de su templo, hacen una imagen de ellos, y están temerosos de
que alguien se los va a robar. Si ellos destruyen sus cosas, los odiarán para siempre. Si tienen
cosas, las tienen que cuidar. Tienen que velarlas. Tienen que limpiarlas. Ahora, ustedes pueden
tener cosas sin tenerlas en su corazón. Pero no den su vida para tener cosas. (No me den una cosa
más. Yo tengo una ley ahora. Si ustedes me lo dan a mí, tienen que ser menos de dos pulgadas de
alto y dos pulgadas de ancho. Ese es todo el espacio que me queda en mi casa. Déjenme decirles
algo; yo no estoy casada con esas cosas. Yo estoy casada a Jesús.) Limpien su casa, entonces verán.
Ustedes saben que yo he tenido que tener una casa limpia para ver todo lo que yo veo. Ni siquiera
les doy una décima de lo que yo veo. Y eso es un hecho.

Si ustedes ven, entonces Dios sanará su condición coja. Dios sanará su cojera espiritual para
que puedan caminar a donde ustedes han visto. Dios le dijo a Abraham, después de que él tenía
una casa limpia, y se había deshecho de Lot y toda la contienda entre sus pastores y los pastores
de Lot, que él podía tomar su preferencia de tierra. Así que el codicioso Lot escogió el lugar más
fértil y más bello. Da la casualidad que estaba afuera de Sodoma.

Abram dijo, en pocas palabras, “Yo iré a otro lado. Yo preferiría tener al SEÑOR y estar en
silencio y tener mi templo limpio que estar aquí abajo peleando.” La Biblia dice, “Y Jehová dijo á
Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás
hacia el Aquilón, y al Mediodía, y al Oriente y al Occidente” (Génesis 13:14). Fue después que
Abram se separó que vio la visión de la tierra. Dios le dijo que mirara de norte a sur. Aquí es
donde ustedes hacen una elección. Luego, Dios le dijo que mirara de este a oeste. Así que, Abram
vio de norte a sur, y de este a oeste. Entonces, en el versículo 17, el SEÑOR dijo, “Levántate, ve
por la tierra á lo largo de ella y á su ancho; porque á ti la tengo de dar.” Abram tenía que
levantarse y caminar en lo que él acababa de ver. Él nunca había visto eso antes. Era una nueva
forma, pero Dios le dio a él nueva fuerza y nuevos pasos.

Nunca me olvidaré la primera vez que yo vi el Monte de Sión espiritual. Yo ya había estado en
el Cielo en el Espíritu; había visto la Ciudad. Y, ah, es tan asombrosa; había estado en la Nueva
Ciudad, yo la había visto. Me habían dicho muchas cosas, pero nunca había visto el Monte Sión.
Recuerdo, estaba abajo en Livermore, Kentucky, y me estaba quedado con algunos parientes que
vivian en el campo. Estábamos teniendo un maravilloso avivamiento. Tuve avivamientos
asombrosos. Fue en ese avivamiento que Dios me llevó a la montaña. Luego, me mostró una
montaña más allá que era como una pizarra, recto arriba ay abajo. Y el SEÑOR dijo, “Quiero que
camines allí.”Yo miré y ví justo como Abraham había visto la tierra. Pero yo no era como

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Abraham. Él se levantó, y caminó. Pero yo dije, “SEÑOR, nadie puede caminar allí. Ni siquiera
hay gradas, y yo soy un ser humano. Yo no puedo caminar allí.” Pero el SEÑOR dijo, “Sí, tú
caminarás allí.” Entonces dije, “SEÑOR, yo no sé como, pero Tú guíame, y yo caminaré allí.”

El tiempo pasó, y el avivamiento terminó. Unos meses más tarde, fui llevada nuevamente a la
montaña, y vi hoyos – gradas, talladas dentro de la Roca – pero las gradas no estaban proyectadas
hacia afuera; mas bien, las gradas estaban yendo hacia adentro de la Roca, y las gradas estaban
alejadas. Yo vi con asombro, y dije, “SEÑOR, yo no puedo caminar allí aún, tampoco, porque mis
piernas no son lo suficiente largas. Uno tiene que tener piernas muy largas para ir de aquí para
allá.” Fue una trepada milagrosa. El SEÑOR dijo, “Sí, pero si tú me sigues, yo alargaré tus
piernas, y tú caminarás allí.”

Estaba en California en ese entonces; me acababa de mudar a California en 1956, y mis hijas y
su padre se habían ido a un lugar llamado Knot Berry Farm. Ellos querían que yo fuera, entonces
yo le pregunté al SEÑOR si debía ir, y Él me dijo, “No.” Así que yo dije, “Vayan todos ustedes. Yo
trabajaré aquí.” Yo estaba escribiendo la Preciosa Gema en el Tabernáculo, entonces me quedé en
casa. La primera cosa que hice fue ir a mi cuarto de oración. Aunque la puerta estaba cerrada, yo
fui sacada fuera de mi cuarto de oración. Supongo que fui sacada de mi cuerpo y todo, y fui
llevada arriba de la montaña, y allí estaba la alfombra de terciopelo rojo-sangre subiendo como
unas gradas. Yo sabía que era la Sangre de Cristo. Jesús estaba sentado arriba de las gradas con
los pactos matrimoniales en Su Mano. Había pasamanos de oro de la Sabiduría en cada lado de
las gradas. Caminé hacia arriba, y allí tomé mis votos para Jesucristo. Yo no me he echado para
atrás, y nuca me haré para atrás. Les estoy contando que Dios quiere abrir sus ojos este día. Él
quiere sanar su cojera espiritual para que puedan caminar en nuevos ámbitos en los cuales no
podían caminar antes..J

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