Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La batalla de Arica que enfrentó a nuestro ejército con los invasores chilenos el 07 de Junio de
1880, es un ejemplo inolvidable de heroísmo y honor que honra a nuestro pueblo y a nuestros
soldados, pero que enaltece, fundamentalmente, la figura del heroico coronel Francisco
Bolognesi, jefe de la plaza, y a sus más cercanos colaboradores que decidieron entregar su vida
en defensa de nuestra integridad territorial. La guerra iniciada en abril de 1879 se desarrolló
inicialmente en el mar, hasta la muerte gloriosa del almirante don Miguel Grau en el combate
de Angamos. Sin la defensa de nuestra armada, ya destruida, los chilenos se aprestaron a
invadir los territorios apetecidos. Primero fueron derrotados en Tarapacá, pero luego se
recuperaron y derrotaron a nuestro ejército en Tacna.
“El día de hoy es para nosotros sagrado, porque en él celebramos el martirio de los santos
apóstoles Pedro y Pablo… Es que ambos eran en realidad una sola cosa aunque fueran
martirizados en días diversos”, explicaba el Obispo San Agustín (354-430) en sus sermones a
los inicios del cristianismo.
Esta celebración recuerda que San Pedro fue elegido por Cristo: “Tú eres Pedro y sobre esta
piedra edificaré mi Iglesia”, quien con humildad aceptó la misión de ser “la roca” de la Iglesia.
El Papa por su parte, como Sucesor de Pedro y Vicario de Cristo, es el principio y fundamento
perpetuo y visible de unidad, así de los obispos como de la multitud de fieles. Es Pastor de toda
la Iglesia y tiene potestad plena, suprema y universal. Por ello se festeja también en esta fecha
el día del Sumo Pontífice.
Asimismo se conmemora a San Pablo, el Apóstol de los gentiles, que antes de su conversión
era perseguidor de los cristianos y pasó, con su vida, a ser un ardoroso evangelizador para
todos los católicos, sin reservas en el anuncio del Evangelio.
Como cada 29 de junio, la Iglesia Católica celebra este año en todo el mundo
el Día del Papa, solemnidad conjunta de los apóstoles Simón Pedro y Pablo de
Tarso.
29 de Junio – Día del Papa El Día del Papa, se celebra el 29 de junio, conjuntamente con la
fiesta de San Pedro y San Pablo. Recordemos que San Pedro fue el primero de los apóstoles y
de los Papas, pues Cristo edificó su Iglesia tomándolo como base de ella. Por eso sobre su
sepulcro se levanta la Basílica del Vaticano.
Mientras que el Día de San Pedro y San Pablo probablemente haya sido
celebrado por los cristianos ya en el año 300 D.C., ciertamente hoy se
celebra de manera diferente en Perú de como se lo celebraba hace mucho
tiempo en el Imperio Romano.
San Pedro
Simón Pedro (Betsaida, finales del siglo I a. C.-Roma, c. 67), conocido también como
san Pedro, Cefas o simplemente Pedro fue, de acuerdo con múltiples pasajes
neotestamentarios, uno de los discípulos más destacados de Jesús de Nazaret. Su
nombre de nacimiento era Shimón bar Ioná y era pescador de oficio en el mar de
Galilea. Por su seguimiento de Jesús, se constituyó en el apóstol más conocido y citado
del Nuevo Testamento en general y de los cuatro Evangelios canónicos y los Hechos de
los Apóstoles en particular, que lo presentan bajo muy variados aspectos. También es
citado por San Pablo en sus epístolas, incluyendo la Epístola a los gálatas donde lo
refiere como una de las tres columnas de la Iglesia de Jerusalén.
Figura de primer orden y de firme valor teológico en razón del
ministerio que le confió el propio Jesucristo, es también
conocido como el príncipe de los apóstoles y el primer Papa.
Dado el prestigio del que gozó en la Iglesia primitiva, proliferaron
también los «escritos apócrifos» centrados en su figura, como el
Evangelio de Pedro, el Apocalipsis de Pedro, los Hechos de
Pedro, los Hechos de Pedro y Pablo, entre otros. La Iglesia
católica lo identifica a través de la sucesión apostólica como
el primer papa, basándose, entre otros argumentos, en las
palabras que le dirigió Jesús: «Tú eres Pedro, y sobre esta roca
edificaré mi Iglesia, y el poder de la muerte no prevalecerá contra
ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que
ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates
en la tierra, quedará desatado en el cielo».
San Pablo