Está en la página 1de 1

Con la lengua hecha pedazos

Las rosas perdieron el aroma


ví las raíces alquitranadas
los pétalos descoloridos

me dijiste que la luz


dejó de reconocerlas.

Un viento en ráfagas atravesó el mar


llevándose las olas
en la superficie tersa
se reflejaba el fondo
oscuro de un espejo

me lo mostraste así, irreconocible.

Hay bosques carbonizados. El sol


inclemente calcinó las hojas
dejó las ramas y troncos blancos
como los árboles de Epecuén

El río grande está seco.


Las aguas se fugaron con las lluvias
de comienzos del otoño
ávidas por los cristales
aún tibios en las ventanas

Ese verano el frío se instaló de golpe


la helada cruzó los campos y
arrasó con los brotes frutales.
Por las noches la savia se congelaba
convirtiendo jardines
en cementerios vegetales.

Estás recostada a mi lado


en un balbuceo abrís y cerrás
la boca dos veces con la rapidez
de una trampa te cortas
la lengua en tres pedazos.

Solo queda poner manos a la obra


y reconstruir el nombre de las cosas

como si nada hubiera pasado


salís a la superficie a recoger
decenas de ramitas con hojas
y levantas una escalera minúscula
los rayos del sol la convierten
en un arco iris encendido
con la temperatura exacta
necesaria
para reiniciar el mundo.

También podría gustarte