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Vademecum para Matrimonios
Vademecum para Matrimonios
VADEMÉCUM
PARA MATRIMONIOS
RESPUESTAS BREVES A CUESTIONES
DE HOY Y DE SIEMPRE
Con la colaboración de Mons. Mario Iceta
Segunda edición
© 2016. Augusto Sarmiento
Ediciones Universidad de Navarra, S.A. (EUNSA)
Plaza de los Sauces, 1 y 2. 31010 Barañáin (Navarra) - España
Teléfono: +34 948 25 68 50 - Fax: +34 948 25 68 54
e-mail: eunsa@eunsa.es
ISBN: 978-84-313-3140-5
Depósito legal: NA 910-2016
Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de reproducción, distribución,
comunicación pública y transformación, total o parcial, de esta obra sin contar con autorización escri-
ta de los titulares del Copyright. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de
delito contra la propiedad intelectual (Artículos 270 y ss. del Código Penal).
Tratamiento:
iTom. 31014 Pamplona
Imprime:
Gráficas Alzate, S.L. Pol. Comarca 2. Esparza de Galar (Navarra)
I
CASARSE
1. ¿Qué es el consentimiento matrimonial o «casarse»? ........ 26
2. ¿Qué características o requisitos debe tener el consenti-
miento matrimonial? ....................................................... 28
3. ¿Por qué es necesario el consentimiento matrimonial? ...... 30
4. Para casarse es necesario querer, pero podría suceder que
quienes desean hacerlo fueran incapaces de dar ese con-
sentimiento: ¿Qué es la «incapacidad consensual»? .......... 31
5. ¿Pudiera haber algunas otras causas que impidieran casar-
se a los que lo desearan? ¿Quiénes pueden casarse? ......... 34
6. ¿Por qué son necesarios «los papeles», es decir, la institu-
ción matrimonial? ¿Se puede decir que «los papeles» están
al servicio del amor y de la libertad? ................................ 39
7. ¿Qué es el «matrimonio canónico» y por qué esa forma de
celebración es necesaria para los católicos? ....................... 43
8 Vademécum para matrimonios
II
EL MATRIMONIO COMO SACRAMENTO
9. ¿Qué quiere decir que el matrimonio es sacramento y qué
implicaciones comporta para el matrimonio como reali-
dad natural? ..................................................................... 49
10. ¿En qué sentido se dice que el sacramento del matrimonio
es un «sacramento permanente»? ¿Tiene algunas conse-
cuencias para la existencia matrimonial y familiar? ......... 51
11. ¿Qué requisitos son necesarios para celebrar el sacramento
del matrimonio? .............................................................. 53
12. ¿Puede haber, entre bautizados, un matrimonio verdadero
que no sea sacramento? .................................................... 54
13. ¿Pueden «casarse por la Iglesia» los católicos que afirman
no tener fe? ...................................................................... 56
14. ¿Un católico puede «casarse por la Iglesia» con un bauti-
zado en otra confesión religiosa (los «matrimonios mix-
tos»)? ................................................................................ 59
15. ¿Un católico puede «casarse por la Iglesia» con uno que no
está bautizado? ................................................................. 61
16. ¿Qué es la celebración litúrgica del matrimonio? .............. 62
III
EL MATRIMONIO CIVIL
17. ¿A qué se llama «matrimonio civil»? ................................. 65
18. ¿Los católicos están obligados al matrimonio civil? .......... 67
19. ¿Cómo valorar la situación de los divorciados civilmente y
«no casados de nuevo»? .................................................... 69
20. ¿Se puede admitir a los sacramentos a los divorciados civil-
mente que se han vuelto a casar? ...................................... 71
Índice 9
IV
ESTAR CASADOS
22. ¿Qué es el vínculo conyugal o «estar casados» y qué signi-
ficación tiene para el existir matrimonial? ....................... 77
23. ¿Por qué solo puede haber matrimonio verdadero entre un
solo hombre y una sola mujer? ......................................... 79
24. ¿Por qué el matrimonio verdadero ha de ser «para siem-
pre»? ................................................................................ 82
25. ¿Qué es una nulidad matrimonial? ................................... 86
26. ¿Qué es la separación conyugal? ....................................... 87
27. ¿Qué es la «separación conyugal perpetua» y qué requisi-
tos son necesarios para que sea lícita? ............................... 89
28. ¿Qué es la «separación conyugal temporal» y qué requisi-
tos son necesarios para que sea lícita? ............................... 90
V
AMARSE COMO CASADOS
29. ¿Qué es el amor conyugal? ............................................... 94
30. ¿Cuál es la particularidad del amor conyugal en el matri-
monio cristiano? .............................................................. 98
31. ¿Por qué el amor conyugal tiene que ser fiel y exclusivo? .. 100
32. ¿Cómo «custodiar» la fidelidad matrimonial? .................. 103
33. ¿Qué otros medios se deben poner para custodiar la fide-
lidad matrimonial, además de evitar los peligros que la
amenazan? ....................................................................... 105
34. ¿Por qué el adulterio es una transgresión grave de la fideli-
dad? ................................................................................. 111
10 Vademécum para matrimonios
VI
EL ACTO ESPECÍFICO DEL AMOR MATRIMONIAL
O ACTO CONYUGAL
35. ¿A qué se llama acto conyugal? ......................................... 115
36. ¿Cuándo el acto conyugal es un acto de amor? ................. 117
37. ¿Por qué el acto de amor conyugal ha de estar abierto a la
vida? ................................................................................ 121
38. ¿El acto conyugal favorece y sirve para crecer en el amor
conyugal? ......................................................................... 124
39. ¿Se puede decir que el acto conyugal es un derecho/deber
de los casados? ................................................................. 126
40. ¿Tiene, el amor conyugal, otras manifestaciones? ............. 129
41. ¿Cómo proceder en algunas situaciones particulares (edad
avanzada, enfermedades de transmisión sexual, etc.)
cuando no es posible la relación específica del matrimo-
nio? .................................................................................. 130
42. ¿Cómo proceder si, en la unión conyugal, uno de los espo-
sos no quiere actuar conforme a lo que pide el recto orden
moral? .............................................................................. 132
43. ¿Se puede buscar el placer en la relación conyugal, es decir,
esa relación es moralmente buena y, por tanto, expresión
de un amor conyugal verdadero? ..................................... 134
44. ¿Se podrían «justificar» en algún caso las relaciones sexua-
les extramatrimoniales? ................................................... 136
VII
LA PROCREACIÓN, BIEN Y FIN DEL MATRIMONIO
Y DEL AMOR CONYUGAL
45. ¿Qué se quiere decir cuando se afirma que la procreación
es uno de los fines del matrimonio? ................................. 139
46. ¿Si la procreación es uno de los fines del matrimonio cómo
valorar la esterilidad matrimonial? ¿Cuándo son lícitas las
intervenciones médicas para superar la esterilidad? .......... 142
Índice 11
VIII
¿CUÁNTOS HIJOS?
47. ¿En qué sentido se dice que los padres son cooperadores
del amor creador de Dios? ............................................... 145
48. ¿Cuándo es responsable la decisión de transmitir la vida? . 147
49. ¿Qué medios deben poner los esposos para que la decisión
de no transmitir la vida sea acorde con la dignidad de la
persona y de la sexualidad? .............................................. 150
50. ¿Qué se entiende por «continencia periódica» cuando se
dice que es uno de los medios acordes con el recto orden
moral para vivir responsablemente la paternidad / mater-
nidad? .............................................................................. 152
51. ¿A qué se llaman «métodos naturales» en la regulación
de la fertilidad o «planificación natural de las familias» y
cuál es su finalidad? ......................................................... 153
IX
LA REGULACIÓN INMORAL DE LA NATALIDAD
52. ¿El aborto, directamente querido y procurado, puede ser
considerado como un medio moralmente bueno para «re-
gular la natalidad»? .......................................................... 155
53. ¿Qué valoración moral merece la «esterilización anticon-
ceptiva»? .......................................................................... 157
54. ¿El uso de la píldora RU-486 o mifepristona es un medio
respetuoso con la dignidad de la vida naciente? ............... 160
X
LA TÉCNICA AL SERVICIO DE LA VIDA
55. ¿Se puede decir que los esposos tienen un «derecho al
hijo»? ¿Hay un derecho de los padres a tener un hijo a la
carta? ............................................................................... 163
12 Vademécum para matrimonios
XI
LAS INTERVENCIONES TÉCNICAS EN EL PROCESO
PROCREADOR: LA FECUNDACIÓN ARTIFICIAL
58. ¿Qué valoración moral merece la «inseminación artificial»
(en sentido propio)? ......................................................... 169
59. ¿La técnica de la fecundación in vitro y transferencia em-
brional (FIVET) es respetuosa con la dignidad humana? .. 171
60. ¿Es moralmente lícito el recurso a la transferencia intratu-
bárica de gametos (TIG) para conseguir transmitir la vida
humana? .......................................................................... 173
XII
EL RESPETO Y CUIDADO DE LA VIDA NACIENTE
61. ¿Por qué debe ser acogida y respetada la vida humana na-
ciente? .............................................................................. 175
62. ¿Son lícitas las intervenciones terapéuticas en el embrión
humano? .......................................................................... 177
63. ¿Qué calificación moral se debe dar a las experimentacio-
nes sobre el embrión? ....................................................... 178
64. ¿Qué valoración ética merece el diagnóstico prenatal? ...... 180
XIII
LA EDUCACIÓN DE LOS HIJOS
65. ¿Por qué los padres son los primeros y principales educa-
dores de los hijos? ............................................................ 183
Índice 13
XIV
LA EDUCACIÓN EN LA FE
72. ¿Por qué los padres son los primeros y principales educa-
dores de la fe de sus hijos? ................................................ 197
73. ¿Qué ámbitos o dimensiones deben cuidar los padres en la
educación de sus hijos en la fe? ........................................ 199
74. ¿Cuál es la responsabilidad de los padres en el bautismo de
los hijos? .......................................................................... 201
75. ¿Qué contenidos fundamentales debe tener una adecuada
catequesis bautismal? ....................................................... 205
76. ¿En qué consiste y por qué es importante el testimonio del
hogar en la educación en la fe? ......................................... 210
XV
LA VOCACIÓN MATRIMONIAL
77. ¿El matrimonio es una vocación de «segunda categoría»? . 213
14 Vademécum para matrimonios
I. Sagrada Escritura
Ap Apocalipsis
Ct Cantar de los Cantares
1 Co Primera Carta a los Corintios
Col Carta a los Colosenses»
Dt Deuteronomio
Ef Carta a los Efesios
Esd Esdras
Ex Éxodo
Gn Génesis
Hch Hechos de los Apóstoles
Jn Evangelio según San Juan
1Jn Primera Carta de San Juan
Lc Evangelio según San Lucas
Lv Levítico
Mc Evangelio según San Marcos
Ml Malaquías
Mt Evangelio según San Mateo
1 P Primera Carta de San Pedro
16 Vademécum para matrimonios
Pr Proverbios
Rm Carta a los Romanos
Sal Salmos
1 S Primer Libro de Samuel
2 S Segundo Libro de Samuel
Tb Tobías
Tit Carta a Tito
1 Tm Primera Carta a Timoteo
II. Documentos de la de la Iglesia
IV. Otras abreviaturas
a. año
Aloc. Alocución
Cc Concilio
CEE Conferencia Episcopal Española
cf. confróntese
CmEx Á. Marzoa – J. Miras – R. Rodríguez-Ocaña (dir.),
Comentario exegético al Código de Derecho Canónico
I-VII, Pamplona 1997
cn. canon
Dcl. Declaración
DGDC J. Otaduy – A. Viana – J. Sedano (dir.), Diccionario
General de Derecho Canónico, I-VII, Thomson Reu-
ters-Aranzadi, Pamplona 2012
Siglas y abreviaturas 19
15 de agosto de 2013,
Festividad de la Asunción de Nuestra Señora
I
Casarse
das, contra los vaivenes y las veleidades de las pasiones” (PH 7). La
unión carnal solo es moralmente legítima cuando se ha instaurado
una comunidad de vida definitiva entre el hombre y la mujer. El
amor humano no tolera la “prueba”. Exige un don total y definitivo
de las personas entre sí (cf. FC 80)» (CEC 2391).
Este tipo de uniones comporta graves consecuencias religiosas y
morales: v. g., pérdida del sentido religioso del matrimonio, priva-
ción de la gracia del sacramento, grave escándalo, etc. Y también
son graves las consecuencias sociales que conlleva: v. g., destrucción
del concepto de familia, atenuación del sentido de fidelidad, posi-
bles traumas psicológicos en los hijos, afirmación del egoísmo, etc.
Y es claro que, mientras permanecen en esa situación, no pueden
acceder a los sacramentos. Como se dice a propósito de los «matri-
monios a prueba», disponen solo de dos opciones: la separación, o
arreglar su situación con la celebración del matrimonio.
Puede suceder que motivos de carácter más bien social que au-
ténticamente religioso impulsen a los novios a pedir casarse en la
Iglesia. Pero, aun así y pese a estar alejados de la fe, quieran casarse
realmente. «La decisión de comprometer en su respectivo consen-
timiento conyugal toda su vida en un amor indisoluble y en una
fidelidad incondicional, implica realmente aunque no sea de ma-
nera plenamente consciente, una actitud de obediencia profunda a
la voluntad de Dios, que no puede darse sin su gracia. Ellos quedan
ya por tanto insertos en un camino de salvación, que la celebración
del sacramento y la inmediata preparación pueden completar y lle-
var a cabo, dada la rectitud de intención» (FC 68).
No es «automatismo sacramental». Esta doctrina no puede ser
calificada de «automatismo sacramental», que –según dicen algu-
nos autores– consistiría en que los bautizados no creyentes recibi-
rían un sacramento sin desearlo. En el surgir de todo matrimonio
hay un acto libre de los contrayentes, si falta no hay matrimonio;
pero cuanto se refiere a la naturaleza, propiedades del matrimonio
–el matrimonio en cuanto tal– es anterior y está por encima de esa
decisión libre de los contrayentes. La existencia de esos «automa-
tismos» generados en la misma naturaleza humana no va contra la
libertad de los contrayentes, necesaria en el originarse de los matri-
monios determinados.
Discernimiento necesario. De todos modos será necesario pro-
ceder con discernimiento. Una cosa es que se pretenda contraer
matrimonio excluyendo algún elemento esencial, v. g., el fin de la
procreación, la indisolubilidad. Y otra la falta de fe necesaria y su-
ficiente para el matrimonio. La falta de verdadero consentimiento
puede estar motivada por la falta de fe; pero son realidades diferen-
tes y separables. Por otro lado, para que la exclusión de la sacramen-
talidad invalide el matrimonio ha de ser hecha mediante un acto
positivo de la voluntad y prevalente respecto a la intención de ca-
sarse (v. g., solo se casa si su matrimonio no es sacramento). En esta
58 Vademécum para matrimonios
la plenitud del designio que Dios tiene para ellos, siempre posible
con la fuerza del Espíritu Santo» (Al 297).
Por eso, para ser admitidos a los sacramentos –dado que para
ello es necesario el dolor de los pecados y el propósito de evitar-
los (en lo posible)–, los divorciados, una vez arrepentidos, deberán
estar dispuestos a llevar una forma de vida que no contradiga la
indisolubilidad del matrimonio. Y cuando existan motivos serios
que impidan realizar la separación exigida por la indisolubilidad,
será necesario que asuman el compromiso de vivir en plena conti-
nencia, como hermanos (cf. Juan Pablo II, Aloc., 25.X.1980, n. 7).
La Iglesia no los rechaza. Si no se dan esas condiciones, no es la
Iglesia la que les impide acceder a la Eucaristía. «Su estado y con-
dición de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre
Cristo y la Iglesia significada en la Eucaristía», y, por otra parte, «si
se admitiera a estas personas a la Eucaristía, los fieles serían indu-
cidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la
indisolubilidad del matrimonio» (FC 84). «Esto no significa que la
Iglesia no sienta una especial preocupación por la situación de estos
fieles que, por lo demás, de ningún modo se encuentran excluidos
de la comunión eclesial. Se preocupa de acompañarlos pastoral-
mente e invitarlos a participar en la vida eclesial en la medida que
sea compatible con las disposiciones del derecho divino, sobre las
cuales no posee poder alguno para dispensar (cf. CEC 1640). Es
necesario instruir a los fieles interesados a fin de que no crean que
su participación en la vida de la Iglesia se reduce exclusivamente a
la cuestión de la recepción de la Eucaristía. Se debe ayudar a los
fieles a profundizar su comprensión del valor de la participación en
el sacrificio de Cristo en la Misa, de la comunión espiritual, de la
oración, de la meditación de la Palabra de Dios, de las obras de ca-
ridad y de justicia (cf. FC 84)» (SComDv 6). Como tal, esa ayuda,
no implica, para la comunidad cristiana, «un debilitamiento de su
fe y de su testimonio acerca de la indisolubilidad matrimonial, es
más, en ese cuidado expresa precisamente su caridad» (AL 243).
Condiciones requeridas. Para que los divorciados casados de
nuevo puedan acceder a la comunión eucarística será necesario que
El matrimonio civil 73
que haya proporción entre los efectos civiles que se intentan conse-
guir y los males que se siguen del divorcio civil y, particularmente,
el escándalo a que se pudiera dar lugar.
Por eso, se deberán poner los medios adecuados para no lle-
gar a ese extremo. Y, en cualquier caso, será necesario adoptar las
medidas oportunas para evitar el escándalo. Entre otros, el modo
mejor será afirmar netamente la doctrina de la indisolubilidad del
matrimonio, explicando que, en su caso, era el único camino para
conseguir los beneficios de la separación. Esa figura –la separación
conyugal– es la única posible para el matrimonio rato y consuma-
do.
dad de los autores, «son lícitos (en los casados) los pensamientos y
deseos referentes a actos lícitos pasados o futuros, respectivamente,
aunque originen excitaciones sexuales. Lo único que debe evitarse
en todo acto incompleto es el peligro próximo de polución, ya que
ésta es tan ilícita para los casados como para los solteros. Mejor
dicho: es más grave en los casados, porque supone, además de la
violación de la castidad, una ofensa al otro cónyuge y un ultraje al
sacramento del matrimonio; sin embargo, por un motivo impor-
tante podría tolerarse este peligro. Pero nunca es lícito prestar el
consentimiento a una polución surgida involuntariamente».
– Sobre los llamados actos complementarios se puede establecer,
como principio general, que es honesto y moralmente lícito: a) todo
lo que es necesario o conveniente para el recto uso del matrimonio
(lo que es conforme con la naturaleza y finalidad del matrimonio
y del acto conyugal); b) todo lo que prepara, realiza y completa ese
acto; c) todo lo que sirve para expresar, nutrir y acrecentar el amor
mutuo entre los esposos, observados –se insiste una vez más– los
criterios objetivos de la naturaleza del acto conyugal. Si el acto con-
yugal es bueno y santo –el fin al que se ordenan esos actos–, ha de
ser también bueno y santo lo que se ordena por su propia naturaleza
a ese mismo fin. No es ese el caso de aquellos actos que, dentro
de este contexto, en modo alguno pueden ser considerados como
complemento natural del acto conyugal.
Pío XI, Enc. Casti connubii (31.XII.1930), nn. 11-18; Papa Francis-
co, Exh. Apost. Amoris Laetitia (19.III.2016), n. 125.
Bibliografía: Mattheuws, A., Unión y procreación. Evolución de la doc-
trina de los fines del matrimonio, PPC, Madrid 1990; Wojtyla, K.,
Amor y responsabilidad, Palabra, Madrid 2008, 272-287; Sarmiento,
A., El matrimonio cristiano, EUNSA, Pamplona 2012, 377-386.
Tres son las fases sobre las que cabe intervenir técnicamente en
el proceso procreador: a) en su inicio (la producción y obtención de
los gametos masculino y femenino); b) en el desarrollo intermedio
(la fecundación del óvulo –gameto femenino– por el espermatozoo
–gameto masculino–); c) al final del proceso (implantación o ani-
dación del óvulo fecundado en el útero hasta su nacimiento).
Condiciones para la licitud. Son éticamente lícitas las actuacio-
nes médicas, quirúrgicas, farmacológicas, etc., que son respetuosas
con la dignidad del ser humano (en la procreación se transmite la
vida de una persona), la naturaleza de la sexualidad (la originali-
dad con que esa vida humana es transmitida) y la misión de los
padres.
«Son ciertamente lícitas las intervenciones que tienen por fi-
nalidad remover los obstáculos que impiden la fertilidad natural,
como por ejemplo el tratamiento hormonal de la infertilidad de
origen gonádico, el tratamiento quirúrgico de una endometriosis,
la desobstrucción de las trompas o bien la restauración microqui-
rúrgica de su perviedad. Todas estas técnicas pueden ser conside-
radas como auténticas terapias, en la medida en que, una vez supe-
rada la causa de la infertilidad, los esposos pueden realizar actos
conyugales con un resultado procreador, sin que el médico tenga
que interferir directamente en el acto conyugal. Ninguna de estas
técnicas reemplaza el acto conyugal, que es el único digno de una
procreación realmente responsable» (DP 13).
El acto de amor conyugal, único lugar digno de la procreación
humana. En la hipótesis, por tanto, de que, por defecto físico de
la mujer o del marido, o en el caso de espermatozoides débiles con
poca movilidad lineal que no sean capaces de encontrarse con el
óvulo para fecundarlo, etc., el médico puede facilitar por medios
166 Vademécum para matrimonios
«Por el hecho de haber dado la vida a los hijos, los padres tienen
el derecho originario, primario e inalienable de educarles; por esta
razón ellos deben ser reconocidos como los primeros y principales
educadores de sus hijos». Este derecho y deber, brotan del sacra-
mento del Matrimonio y de la consideración de la familia «como
Iglesia doméstica». Consecuentemente, la familia que transmite
la fe hace posible el despertar religioso de sus hijos y lleva a cabo
la responsabilidad que le corresponde en la iniciación cristiana de
sus miembros. La familia ofrece una educación cristiana que se
caracteriza por su carácter testimonial, ocasional, permanente y
cotidiano. Sobre la base humana de la familia, se posibilita una
iniciación cristiana más honda que favorece el despertar al sen-
tido de Dios, los primeros pasos en la oración, la educación de la
conciencia moral y la formación en el sentido cristiano del amor
humano.
La Iglesia es el nuevo pueblo de Dios y tiene también su propio
rito de iniciación, una celebración de entrada en la vida de Cris-
to Resucitado y participación en la Iglesia. Este rito consiste en el
bautismo ordenado y fundado por Cristo: Él dijo que habíamos
de nacer «del agua y del Espíritu», y envió a sus discípulos: «Id a
todos los pueblos y bautizadlos en el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que os he
mandado». La etimología de la palabra «bautismo» viene del griego
«baptizo», que significa bañar, que es sumergir y emerger. El baño
bautismal va ligado en el plano sacramental un nuevo comienzo,
una «nueva creación», que igualmente se designa con la palabra
«bautizar». El bautizado es una nueva criatura, no ya la criatura
Aborto, 134, 155, 156, 161, 173, 181, Castidad, la educación de los hijos en
186 la, 190-191
Adulterio, 88, 89, 96, 101, 110, 111, Catequesis bautismal, 23, 205
112, 127, 128, 136 Celebración «fructuosa» del matrimo-
Alianza matrimonial, 21, 34, 79, 101, nio, 53
117 Celebración litúrgica del matrimonio,
Acto conyugal, 33, 36, 89, 115-134, 62-64
140-142, 149, 152, 155, 158, 165- Celibato, 38, 220-221
166, 170, 173-174 Ciencias médicas, 143
Amor conyugal, 27, 42, 55, 80-81, 84, Clonación de embriones, 179
Comunicación (entre los esposos), 104,
94-101, 109-110, 112, 115-122,
106
124, 129, 135, 139-143, 145-146,
Comunidad conyugal, 25, 33, 77, 93-
148, 151, 153, 163, 165-167, 170-
94, 126, 139
172, 179, 212, 216, 218
«Conquistarse cada día» (los esposos),
«Amarse como casados», 93, 95, 97, 99,
101-102
101, 103, 105, 107, 109, 111 Consentimiento matrimonial, 25-32,
Ayuda mutua, 106 34, 36, 43, 46, 51, 53, 63, 87, 93,
Bautismo de los hijos, 23, 201-202, 205 102, 112, 136
Bienes del matrimonio, 148, 154 Continencia periódica, 151
Búsqueda del placer, 135 Contraceptivos hormonales, 157
Casarse, 25-27, 29, 31-35, 37, 39-41, Contraceptivos mecánicos, 134
43, 45, 47, 56-57, 59, 61, 68, 77, Conyugalidad, 28, 78, 80, 84
80, 88, 93, 126 Crimen (impedimento de), 37, 39, 134,
«Casarse por la Iglesia», 56, 59, 61 156, 186
Castidad conyugal, 94-97, 97-100 Crioconservación, 179
224 Vademécum para matrimonios