Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
PROFESSOR (A):
CURSO:
Creatividad Empresarial
ALUMNOS:
A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han formado parte del proceso de evolución del
hombre, temas como la educación, la economía, la salud, la investigación y el trabajo, son aspectos
íntimamente ligados a estos cambios tecnológicos que brindan consecuencias tanto positivas como
negativas en la vida de las personas.
Estas oleadas tecnológicas se han visto reflejadas en cuatro grandes revoluciones industriales que
han ocasionado rompimientos de paradigmas económicos, sociales, culturales y laborales en cada
uno de los países del mundo. La primera surge en el siglo XVIII (1760-1840) caracterizada por la
invención del motor a vapor y la construcción del ferrocarril; la segunda revolución industrial
aparece a final del siglo XIX y principios del XX, destacándose por la producción en cadena o en
masa; la tercera se inicia en la década de los años sesenta, siendo relevante por la invención de la
computadora e Internet.
Hoy en día vivimos en un mundo super moderno; Por ejemplo, las empresas del Sistema bancario
a nivel general manejan su propia página web y ya no es necesario estar desde casa y desembolsar
un Crédito, sin embargo, Podemos hacerlo desde el celular. Así mismo como para solicita un
crédito, ahora se ingresa una solicitud por internet sin necesidad de ir a la agencia bancaria.
I. LA EVOLUCIÓN DEL HOMBRE
EL HOMBRE siempre ha tenido interés por conocerse a sí mismo y al mundo que lo rodea y este
interés ha sido uno de los motores que le ha permitido, en su estancia relativamente corta sobre la
Tierra, lograr una transformación tan grande del mundo. Esta transformación se ha llevado a cabo
primero muy lentamente, a lo largo de miles de años, y después, de una forma cada vez más
acelerada. Así, tenemos que durante este siglo se ha producido la primera revolución técnico-
científica: por un lado, se ha logrado un gran avance en el conocimiento de la naturaleza
fundamental de la materia, y por otro, la ciencia se ha involucrado, muy profundamente, con la
industria y la agricultura.
Los primeros pobladores llegaron al Perú hace 20.000 años. Trajeron instrumentos de piedra y sólo
sabían cazar y recolectar frutas. Algunos de ellos se asentaron en Paccaicasa (Ayacucho). Los restos
del peruano más antiguo (7.000 años) lo describen de cara ancha, cabeza alargada y de una
estatura de 1,60 m. Los primeros peruanos han dejado muestras de su arte rupestre en Toquepala
(Tacna, 7.600 a.C.) y de su vivienda en Chilca (Lima, 5.800 a.C.). El proceso de domesticar plantas
culminó con la agricultura y la construcción de aldeas y centros públicos ceremoniales. Al
integrarse las culturas regionales, aparecieron técnicas nuevas como la textilería, metalurgia y la
alfarería, dando lugar al nacimiento de las altas culturas.
En los años cercanos a los albores del siglo XX, la vida era muy diferente a la que ahora tenemos.
Así vemos que, por ejemplo, las casas aún no contaban siquiera con luz eléctrica, ya que la lámpara
incandescente recién se había inventado (Figura 1). En aquellos años se realizaron inventos muy
ingeniosos, como el kinetoscopio, antecedente del cinematógrafo, en el cual únicamente una
persona podía disfrutar del espectáculo. También corresponden a esa época el lanzamiento al
mercado de los primeros gramófonos y fonógrafos, de las primeras máquinas sumadoras y el
invento del teléfono, el cual vino a revolucionar el mundo de las telecomunicaciones.
En el plano del transporte, tenemos la creación y desarrollo del automóvil, de los primeros aviones
pequeños y de los gigantescos dirigibles. En el terreno militar, se inicia el uso de los primeros
explosivos estables, los cuales no estallan a menos de que se pongan en contacto con las
substancias que los activan. En el ámbito de la investigación en materiales, se crean los primeros
plásticos útiles (la baquelita que se utiliza como aislante eléctrico), etcétera.
Hombre moderno:
Algunas personas se alarman debido a que sienten que las computadoras están "reemplazando"
al ser humano en muchas de sus funciones. Si bien esto es en gran parte cierto, hasta ahora las
computadoras no son capaces de hacer nada por sí mismas, únicamente son capaces de seguir
instrucciones. Pero, ¿continuará siempre siendo de esta manera?, ¿podrán algún día crearse
computadoras que al igual que el ser humano "aprendan" a partir de la experiencia y sean
capaces de autoprogramarse? Este ha sido el tema central de muchas novelas de ciencia ficción, y
aunque se están dando pasos muy importantes en esta dirección, la respuesta definitiva sólo la
tendremos con el paso del tiempo.
La salida y puesta del sol, el ciclo de las estaciones, el ritmo de las mareas, fueron los primeros
elementos que permitieron comprender al hombre primitivo ese misterioso fenómeno que es el
transcurso del tiempo. En alguna imprecisa época, en Caldea o en China, nació el primer
instrumento que permitía medir el largo de la jornada, largo determinado por la salida y la puesta
del sol: el gnomon, consistente en un simple bastón o varilla clavada en el suelo, cuya sombra
formaba una especie de aguja móvil que, al desplazarse por varias marcas dispuestas en forma de
abanico, marcaba los diversos momentos u horas del día.
II.1.CALENDARIO
Este calendario mensual de la Isla de Sumatra es considerado como uno de los sistemas más
elementales para la medición del tiempo, la que se hacía en forma manual CUADRANTE SOLAR
GRIEGO. La sombra de la columna revela el desplazamiento del sol. El progreso de los
conocimientos astronómicos permitirá perfeccionar este instrumento primitivo: ya en el siglo VIII
a. de C., el rey Achaz hará construir en Jerusalén un cuadrante solar, inventado por los egipcios o
los babilonios, más de un milenio antes de nuestra era. Este instrumento, compuesto por una
aguja rígida y una base esférica o cilíndrica, permite precisar con gran exactitud las horas del
día, sea cual sea la estación del año o la ubicación geográfica; y aun después de la invención del
reloj mecánico es costumbre regular el nuevo artefacto según un cuadrante, a fin de controlar su
exactitud.
II.2.DESPERTADOR
Fabricado en el año 1600. Se aprecia el característico mecanismo de "verge and foliot". El reloj de
la catedral de San Pablo en Londres estaba basado en ese principio
Muy pronto, el ingenio humano comprendió que era posible dividir el fluir del tiempo en
segmentos iguales, así como era posible dividir el espacio, gracias a un ritmo fijo, producido por un
«organismo regulador»: el péndulo o balancín. Pero el roce del aire va frenando el movimiento
pendular, y es necesario proporcionarle una nueva fuente de fuerza: un peso o un resorte. Y
finalmente se requiere un indicador o aguja que traduzca en movimiento espacial las mediciones
temporales, recorriendo un círculo subdividido en horas y minutos; o, mejor todavía, dos agujas
que se muevan simultáneamente, con diferente velocidad. El descubrimiento de todos estos
principios del reloj moderno se extendió a lo largo de varios siglos.
Edad Media: se le menciona por primera vez en el «Libro del Saber de Astronomía» escrito en la
corte de Alfonso el Sabio, en el siglo XIII. De los primeros años del siglo siguiente datan varias
referencias a relojes provistos de sistemas de ruedas dentadas, existentes en Italia y en
Alemania, y ya a mediados del siglo XV aparecen los primeros relojes de resorte. El más antiguo
que se conserva perteneció a FelipeIII, el Bondadoso, de Borgoña, y fue construido entre los años
1429-1435, por el relojero Pierre Lombart y el orfebre Jehan Pentin; su mecanismo constituye una
etapa previa para la invención de máquinas, cada vez más pequeñas, que menos de un siglo más
tarde permitieron la fabricación de los primeros relojes portátiles o de bolsillo .Alrededor de
1510, el orfebre alemán Peter Henlein creó los «huevitos» de Nuremberg, verdaderas maravillas
de orfebrería: pequeños relojes, que los gentileshombres comenzaron a llevar consigo, ya que el
resorte volvía obsoletas las voluminosas pesas que antes hacían funcionar los relojes de pie o
sobremesa. En cuanto a los relojes de uso público, se remontan al siglo XIV. Ya en 1324, Richard
Wallingford, abate de Saint Albans en Hertford, Inglaterra, hizo construir un gran reloj
astronómico con planetario, que fue llamado «Albiod». Del año 1328 data el gran reloj de pesas
colocado en la torre de la iglesia de San Gottardo de Milán, por Guglielmo Zelandino, y en 1344, la
ciudad de Padua hizo instalar uno semejante. La maravilla mecánica más elaborada de la época
fue un reloj con carillón de campanas y figuras alegóricas, instalado en la catedral de Estrasburgo
por un maestro cuyo nombre no se conserva, en el año 1352.
Galileo diseñará en el ocaso de su vida, el primer reloj de péndulo, perfeccionado por el físico
holandés Huygens, en 1558. Algunos años más tarde, el mismo inventor ideará el resorte
regulador de espiral, el que sustituiría al péndulo en los relojes de bolsillo y abriría el camino a
nuevos perfeccionamientos hasta que, a comienzos del siglo XIX, el relojero suizo
Berthoud, inventará el cronómetro .En la actualidad, los adelantos de la electrónica permiten
fabricar instrumentos de inimaginable precisión capaces de medir el tiempo por la milésima parte
de una millonésima de segundo. También se usan, en los laboratorios nucleares, relojes
atómicos, que se basan en las oscilaciones periódicas que experimentan los átomos componentes
de ciertas moléculas estables, como el amoníaco o el cesio. Una vez, más, la periodicidad de
ciertos acontecimientos naturales, en vez de una oscilación artificialmente inducida, sirve al
hombre para medir el tiempo, como antaño lo hicieran los movimientos del sol o los latidos de su
propio corazón.
II.3.TRANSFORMADOR
Por medio de en granajes, el movimiento alternado es transformado en movimiento
rotatorio. Leonardo aclara así el principio del sistema de «biela-manivela» Pero ni esta intuición
genial, ni sus asombrosos talentos como
pintor, escritor,botánico, anatomista, óptico, arquitecto, técnico
militar, mecánico, geólogo, cartógrafo y astrónomo, son los que le dan una posición única en la
historia del progreso humano, sino su actitud filosófica, decisiva para el futuro de la ciencia: la
certeza de que ningún conocimiento del hombre es definitivo y eterno, que siempre será posible
descubrir hechos nuevos, someter la masa de datos a adiciones, revisiones, interpretaciones
nuevas. Aristóteles lo dijo, o porque lo dice la Biblia»; ahora será necesario
observar, ver, medir, precisar «La sabiduría,» dirá Leonardo, «es hija de la experiencia». Y tanto el
arte como la ciencia no tienen por objeto encuadrar el mundo dentro de un esquema
preconcebido, sino conocer la Naturaleza, conocer la verdad de las cosas.
II.5.CUERPO HUMANO
En el siglo XVI, paralelamente al conocimiento del origen de algunas enfermedades se estudió el
cuerpo humano y se fabricaron los primeros útiles de cirugía. Galileo; más tarde le servirá a
Pascal para estudiar el comportamiento de los líquidos, la presión hidrostática, la hidrodinámica.
Robert Boyle para estudiar las propiedades del aire, su peso y su volumen. Malpighi
perfeccionarán el microscopio de Galileo; se construirán los primeros
manómetros, higrómetros, termómetros; Newton mejorará otro invento galileano, creando el
telescopio de reflexión, utilizará el prisma para estudiar las propiedades de la luz y la naturaleza
de los colores.
Volta, el galvanómetro de Ampère, los instrumentos de medición eléctrica de Henry y
Faraday. Después vendrá el aparato de rayos catódicos y el de rayos X, y, ya en pleno siglo XX, el
contador Geiger-Muller, para control de radiactividad, el acelerador de partículas, el ciclotrón, la
pila atómica de Fermi y otros reactores nucleares de investigación, que pronto serán seguidos por
reactores de potencia usados en la industria. Cada instrumento nuevo abre nuevas perspectivas y
contribuye a nuevos hallazgos: a partir de los primeros y muy modestos artefactos de laboratorio
del 1600 se inicia una verdadera reacción en cadena, que remata en los satélites artificiales de
hoy, verdaderos laboratorios de investigación.
La aplicación del vapor en la navegación, mencionando a John Fitch y Robert Fulton como pioneros
en la navegación a vapor. Se destaca el éxito de Robert Fulton con su barco "Clermont" en 1807,
que realizó un recorrido de 150 millas por el río Hudson.
La máquina de vapor tuvo una amplia aplicación en diversos campos y se convirtió en un impulsor
del progreso, pero su reinado fue efímero, ya que fue reemplazada por la máquina eléctrica y otras
fuentes de energía como el petróleo.
En cuanto al teléfono, su invención fue un resultado directo del desarrollo del telégrafo. La idea de
transmitir la voz humana a través de cables parecía fantástica al principio, pero a medida que el
telégrafo transmitía palabras en clave, los científicos se dieron cuenta de que si podían convertir
las ondas sonoras en corriente eléctrica variable, también podrían transmitir palabras a través de
cables.
La prehistoria del teléfono se remonta a 1854, cuando el francés Charles Boursel predijo que
pronto sería posible transmitir el sonido mediante electricidad. Johann Philipp Reis, un inventor
alemán, diseñó un dispositivo en 1861 destinado a transmitir sonidos musicales, y en 1863 mejoró
sus dispositivos para transmitir palabras e incluso canciones inteligibles. Sin embargo, no está claro
si Reis logró transmitir ondas sonoras o simplemente generó ruidos eléctricos.
Se destacan brevemente algunos de los hombres mencionados, como Galileo Galilei, quien fue
escarnecido y condenado por sus creencias, pero realizó importantes descubrimientos en física y
utilizó el cañón para estudios científicos. También se menciona a Leonardo da Vinci, quien fue un
auténtico sabio renacentista, destacándose en áreas como la pintura, matemáticas, invención e
ingeniería, y siendo reconocido como un "genio universal".
Los primeros años de vida de Galileo y Leonardo, resaltando su curiosidad, inquietud y dedicación
a la ciencia desde una edad temprana. Además, se mencionan los conflictos y desafíos que
enfrentaron debido a sus ideas y descubrimientos, incluyendo la condena y prisión de Galileo por
parte de la Iglesia.
Sin embargo, a los doce años, Franklin mostró signos de frustración y descontento. Su amor por la
lectura se hizo evidente, devorando las obras de John Bunyan y explorando las Colecciones
Históricas de R. Burton. Su sed de conocimiento era insaciable, y esto lo llevó por un camino
diferente al esperado.
Franklin no solo se destacó en el campo de la escritura, sino que también fue un científico e
inventor notable. Realizó importantes contribuciones en el campo de la electricidad, siendo
famoso por su experimento con cometas y la demostración de que los rayos son una forma de
electricidad. También inventó varios dispositivos prácticos, como el pararrayos y la estufa Franklin.
Además de sus logros como escritor y científico, Franklin fue un destacado estadista y político. Jugó
un papel fundamental en la fundación de los Estados Unidos y participó activamente en la
redacción de la Declaración de Independencia y la Constitución de los Estados Unidos. También
desempeñó importantes cargos diplomáticos y fue embajador en Francia durante la Revolución
Americana.
Benjamín Franklin, conocido por sus diversos logros, se retiró temporalmente de sus empresas
periodísticas y dedicó siete años al estudio de los fenómenos eléctricos. Durante este tiempo,
trabajó como aprendiz en el negocio de impresión de su hermano James en Boston, donde
componía, imprimía e incluso distribuía el periódico dirigido por su hermano. Además de
incursionar en la buena literatura y leer libros que le prestaban amigos por las noches, Franklin
también se aventuró en la investigación científica.
El 17 de abril de 1790, Estados Unidos lloró su muerte. El epitafio que Franklin escribió para sí
mismo refleja su conexión con su primera profesión como impresor: "Aquí yace el cuerpo de
Benjamín Franklin, impresor, como la tapa de un libro viejo, cuyas páginas están desgarradas y
cuya encuadernación está desgastada; pero la obra no se ha perdido, ya que volverá a aparecer en
una nueva y más elegante edición, revisada y corregida por el autor".
Pasando a Robert Fulton, el constructor del primer barco de vapor, su vida fue una sucesión de
contratiempos, paradojas y contradicciones que han despertado tanto admiración como desprecio
a lo largo de los años. Fulton nació en Little-Britain, Pennsylvania, el 14 de noviembre de 1765. Su
padre, un modesto agricultor de origen irlandés, falleció cuando Robert tenía apenas dos años. Su
madre, con grandes esfuerzos, apenas logró costear sus primeros años de educación.
A los doce años, Fulton, un adolescente desgarbado y tímido, dejó su ciudad natal para ir a
Filadelfia, con la esperanza de trabajar como joyero. Eran días tumultuosos de finales de la década
de 1770 y el joven tenía imágenes de violencia grabadas en su mente. Trasladando los rostros que
presenció al papel, Fulton se dio cuenta de que su vocación no estaba en el taller de un joyero,
sino en la pintura, especialmente en la caricatura.