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Unidad 2: Cómo estudiar la Biblia
30 de abril, 2023
Introducdón al estudio
Texto para el estudio
Diga: Alguien ha dicho: «Practicamos diariamente
Salmo 63:1-6; Isaías 26:7-9;
lo que verdaderamente creemos; el resto es
Marcos 1:32-38; Lucas 6:12-16;
sólo palabrería religiosa». ¿Es cierto esto? ¿Hay
Hebreos 3:12-15; 4:4 -7
excepciones? Si es cierto, ¿qué dice acerca de
nuestras creencias genuinas? Alguien que observara
Verdad central sus actividades diarias esta semana, ¿reconocería
Nos acercamos a nuestro que su relación con Jesús es la relación más
Señor a medida que leemos la importante en su vida? ( M el video para la
Palabra y oramos día tras día. Lección 9, disponible en VidaNueva.com/Adulto.)
74 El Maestro Introducción
Salmo 63:1; Isaías 26:7-9; Marcos 1:35-38; Lucas 6:12; Hebreos 3:12-15; Hebreos 4:6,7
Sal 63:1. Oh Dios, tú eres mi Dios; de todo Le 6:12. En aquellos días él fue al monte a orar,
corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti; todo y pasó la noche orando a Dios.
mi cuerpo te anhela en esta tierra reseca y Hb 3:12. Mirad, hermanos, que no haya en
agotada donde no hay agua. ninguno de vosotros corazón malo de incre
Is 26:7. El camino del justo es rectitud; tú, dulidad para apartarse del Dios vivo;
que eres recto, pesas el camino del justo. 13. antes exhortaos los unos a los otros cada
8. También en el camino de tus juicios, oh día, entre tanto que se dice: Hoy; para que nin
Jehová, te hemos esperado; tu nombre y tu guno de vosotros se endurezca por el engaño
memoria son el deseo de nuestra alma. del pecado.
9. Con mi alma te he deseado en la noche, 14. Porque somos hechos participantes de
y en tanto que me dure el espíritu dentro de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el
mí, madrugaré a buscarte; porque luego que fin nuestra confianza del principio,
hay juicios tuyos en la tierra, los moradores 15. entre tanto que se dice: Si oyereis hoy su
del mundo aprenden justicia. voz, no endurezcáis vuestros corazones, como
Mr 1:35. Levantándose muy de mañana, siendo en la provocación.
aún muy oscuro, salió y se fue a un lugar Hb 4:6. Por lo tanto, puesto que falta que
desierto, y allí oraba. algunos entren en él, y aquellos a quienes
36. Y le buscó Simón, y los que con él primero se les anunció la buena nueva no
estaban; entraron por causa de desobediencia,
37. y hallándole, le dijeron: Todos te buscan. 7. otra vez determina un día: Hoy, diciendo
38. Él les dijo: Vamos a los lugares vecinos, después de tanto tiempo, por medio de David,
para que predique también allí; porque para como se dijo: Si oyereis hoy su voz, no endu
esto he venido. rezcáis vuestros corazones.
(Nota: La lectura en la clase incluye solo una selección de los versículos del trasfondo de la lección.)
El salmista David habla de buscar al Señor mañana y noche, expresiones que brotan
de un intenso reconocimiento de su necesidad (Salmos 63:1). Si entendemos tan
Diga: Isaías aquí agrega algo al punto de David de desear a Dios, ampliando su
razonamiento para incluir el deseo de los justos juicios de Dios. Buscar primero el
reino de Dios y su justicia (Mateo 6:33) también se convirtió en un tema prominente
en el ministerio de Jesús. Cuando Jesús enseñó a sus discípulos a orar, hizo hincapié
en que el nombre de Dios fuera santificado, que viniera su reino y que se hiciera
su voluntad. El Padrenuestro e Isaías 26 mantienen ante nosotros el mandato de
alinearnos en oración y acción con aquello que promueve los propósitos de Dios en
el mundo. (Use el siguiente texto para profundizar los puntos que quiere destacar.)
Como David, Isaías buscaba a Dios día y noche, identificando su motivación en este pasaje:
«Con mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el espíritu dentro de mí,
madrugaré a buscarte; porque luego que hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del
Diga: Hemos visto en parte la oración que Jesús enseñó a sus discípulos. Según Lucas,
Jesús enseñó la oración en respuesta a su petición: «Señor, enséñanos a orar» (Lucas
11:1). Habían visto de primera mano que Jesús era un hombre de oración profunda,
poderosa y regular, y querían instrucciones para seguir su ejemplo. Nosotros también
debemos mirar el ejemplo de Jesús. Como dice Hebreos, debemos «[poner] los ojos
en Jesús, el autor y consumador de la fe» (Hebreos 12:2). (Use el siguiente texto para
profundizar los puntos que quiere destacar.)
Marcos cuenta cómo, al comienzo de Su ministerio, Jesús se levantaba mucho antes del
amanecer para encontrar un lugar solitario donde orar. Su fama aumentaba y estaba
rodeado de necesidades humanas de todo tipo. Ciertamente estaría cansado y presionado
por todos lados y hubiera necesitado refrescarse. Jesús tenía muchas cosas que hablar con
su Padre. ¡Nosotros también!
La oración es comunicación con Dios, tanto hablando como escuchando. Está desti
nada a ser una conversación bidireccional, no un monólogo. Aunque uno oye relatos de
Dios hablando en una voz audible, para muchos de nosotros la experiencia normal incluirá
escuchar Su voz en las Escrituras que estamos leyendo con la inspiración y el testimonio
del Espíritu.
Diga: Los cristianos a menudo oran acerca de las grandes decisiones: con quién casarse,
qué carrera seguir, dónde vivir, etc. Deberíamos buscar la guía de Dios en todas las
decisiones, pero algunos asuntos tienen un gran impacto en «la obra del ministerio»
a la que cada uno está llamado (Efesios 4:12) y las formas en que podemos ser
llamados a participar en el reino de Dios. Jesús pasó una noche entera en oración—y
quizá más, ya que no se registra cada momento en que oró—por una de esas
decisiones. (Use el siguiente texto para profundizar los puntos que quiere destacar.)
La elección de los Doce—el subconjunto más pequeño de hombres entre sus muchos dis
cípulos que incluían tanto a hombres como a mujeres—sería un hecho trascendental en el
ministerio de Jesús. La palabra griega para apóstoles significa «enviado con una comisión».
Estos hombres viajarían con Él durante tres años, serían enviados al ministerio y darían
testimonio de la identidad mesiánica y la resurrección de Jesús. Se convertirían en pilares
en las comunidades de creyentes a las que serían llamados a nutrir y liderar. Su testimonio
y enseñanza llevarían la autoridad de Jesús y serían fundamentales para la Iglesia.
En la víspera del llamado a estos Doce, Jesús subió a una montaña (un lugar clásico del
Antiguo Testamento para recibir revelación de Dios) y oró. Esta vez su comunión con Dios
duró toda la noche. Aunque no conocemos los detalles, uno se pregunta si la inclusión
del último discípulo mencionado fue uno de los puntos de discusión. La traición de Judas
Iscariote con un beso tendría lugar en otra sesión de oración de toda la noche cuando Jesús
padecería en gran medida por las consecuencias de esa traición inminente.
Las decisiones tomadas con el consejo y la guía de Dios generalmente no serán egoís
tas ni se centrarán en la autopreservación. De hecho, es probable que sean las decisiones
más desinteresadas imaginables. Tal vez eso es lo que nos impide orar por mucho tiempo,
y esperar la dirección de Dios hasta que estemos seguros de haber escuchado su voz. La
Iglesia necesita personas valientes que tomen decisiones y, que como Jesús, pasen noches
sin dormir y llenas de oración, discerniendo la dirección de Dios.
Diga: Jesús nos muestra cómo pasar tiempo en oración con el Padre y obedecer su voz.
En la hora de su más profundo desafío y padecimiento, Él oró: «No sea como yo
quiero, sino como tú» (Mateo 26:39; «quiero que se haga tu voluntad, no la mía»,
n tv ), y Él «[se hizo] obediente hasta la muerte, y muerte de cruz» (Filipenses
2:8). La obediencia inquebrantable de Jesús fue única, pero nosotros también
estamos llamados a ser obedientes a la Palabra de Dios. (Use el siguiente texto para
profundizar los puntos que quiere destacar.)
Una de las frecuentes críticas proféticas al pueblo de Dios, Israel, se refería a su dureza de
corazón. Se negaron a ser receptivos a la voz de Dios, y en cambio se endurecieron obs
tinadamente en la desobediencia. En lugar de someterse a los caminos de Dios, querían
autonomía para gobernar y decidir por sí mismos. El autor de Hebreos dice que Dios
finalmente se hartó de ellos y de sus quejas e idolatría y les negó la entrada al «descanso»
prometido (es decir, la tierra prometida de Canaán). El autor de Hebreos advierte que, si
somos duros de corazón como Israel, compartiremos ese destino. Por el contrario, hay
una recompensa para el pueblo de Dios fiel y obediente que no endurece su corazón.
Aunque no es Canaán, sí es el «descanso» supremo de Dios: la salvación y la eternidad en
su presencia.
Entonces, ¿cómo se evita un corazón duro? ¿Es posible «ablandar» un corazón que ha
sido duro en el pasado? Tal vez haya una clave en el énfasis del autor al repetir el mensaje
de «hoy»: Responda hoy; no lo posponga; ahora es el momento de someterse. Cuanto antes
un médico diagnostique e intente corregir el endurecimiento de las arterias, más fácil será
aliviarlas. Tal vez de manera similar, cuanto antes un creyente diagnostique e intente con
trarrestar un corazón duro, más fácilmente lo logrará. Independientemente de cuándo o
cómo suceda, ciertamente es por la gracia de Dios. El corazón tierno se somete a Dios y no
se aparta de su voz. Es receptivo, confiado en Dios y humilde. El corazón tierno dice, como
Jesús: «No sea como yo quiero, sino como tú» (Mateo 26:39). Tal corazón naturalmente
estará marcado por la compasión, la misericordia y el amor por los demás.
Diga: Su Creador desea una relación profunda, alegre y gratificante con usted. ¿Dedicará
tiempo a que esta relación prospere? ¿Permitirá que los deseos y las prioridades del
reino y la justicia de Dios sean suyos? ¿Le consultará para que lo dirija en asuntos
en que sus acciones y decisiones puedan tener consecuencias? ¿Será receptivo y se
someterá a sus sabios y justos mandamientos, manteniendo un corazón tierno ante
Él y también hacia los demás? ¿Responderá en obediencia hoy a la voz de Dios y
animará a otros a hacer lo mismo, estimulándolos con oración y consideración hacia
el amor, las buenas obras y, en última instancia, la entrada al descanso prometido por
nuestro Señor?