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La finalidad especifica de esta dieta, vulgarmente conocida como dieta sin sal, es
lograr un balance negativo de sodio. El fundamento de la restricción de sodio es que el
volumen del liquido extracelular depende en gran medida de su contenido en ese
mineral, por lo tanto cuando es necesario reducir ese liquido, ya sea en el espacio
intravascular (volemia) o en el intersticial, deberemos disminuir las reservas totales de
sodio en el organismo. Las formas de lograrlo pueden ser dos: restringir se ingesta a
través de una dieta hiposódica (la primera terapia que se debe ensayar) o forzar su
excreción urinaria utilizando diuréticos (si la dieta sola no da resultado), o la
combinación de ambas, que es la forma mas efectiva.
Mortalidad cardiovascular
La hipertensión arterial es uno de los problemas de salud más relevante del mundo
occidental. En las poblaciones occidentales, aproximadamente un 25% de los adultos
presentan hipertensión arterial. La prevalencia además aumenta con la edad. La
presión arterial está directamente relacionada con la mortalidad cardiovascular. La
máxima importancia de la hipertensión arterial es que se asocia a complicaciones
mortales del sistema circulatorio y renales, si no recibe tratamiento y control.
La guia practica clínica sobre la HTA publicada en 2013 por la Sociedad Europea de
HTA (ESH) y la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) es la continuación de la guía
publicada conjuntamente por las dos sociedades en 2003 y 2007. Ambas sociedades
se basaron en estudios donde se demostró que el daño arterial y el incremento del
riesgo de enfermedad cardiovascular, se pueden iniciar antes de registrarse los niveles
de presion arterial considerados hasta ese momento como normales.
No existe una línea divisoria entre la presión arterial normal y la elevada, por lo que se
han establecido niveles arbitrarios para definir a las personas con un mayor riesgo de
padecer una complicación cardiovascular o que se beneficiarán del tratamiento
médico. Las definiciones tienen en cuenta el nivel de presión diastólica, de presión
sistólica, la edad, el género, la raza y la comorbilidad.
Ancianos de menos de 80 años con PAS inicial ≥160 mmHg PAS entre 150 y 140
Ancianos mayores de 80 años con PAS inicial ≥160 mmHg PAD < 90
Fuente: ESH/ESC, 2013.
Dejar de fumar
Reducir el peso
Moderar el consumo de etanol
Realizar actividad física regular
Reducir el consumo de sal
Incrementar del consumo de frutas, verduras y hortalizas
y disminución de grasa saturada y total
Fuente: JNC8, 2014
El componente nutricional más relacionado con las cifras de presión arterial, aparte del
exceso calórico, es el consumo de sodio. En este apartado se pueden diferenciar
diversos aspectos: la relación entre el sodio y la presión arterial, la determinación del
sodio ingerido, la reducción de la ingesta de sodio y la ingesta de cloruro sódico o sal
común. En la actualidad, la influencia del sodio en la posible elevación de la presión
arterial no se debe única y exclusivamente a él, sino a la presencia conjunta con el
cloruro, en forma de cloruro sódico o sal común. En los estudios poblacionales de
observación se ha evidenciado que, a medida que aumenta la ingesta de cloruro
sódico aumentan progresivamente las cifras de presión arterial y al disminuir su
consumo estas cifras disminuyen. También en los estudios de intervención con una
reducción del sodio de la dieta a un máximo de 2.400 mg de sodio o a 6 g de cloruro
sódico o sal, se consigue una disminución de 2 - 8 mmHg de la presión arterial (tabla
3). Aunque esta reducción aparentemente parece modesta, supone una reducción
poblacional de la morbilidad y mortalidad cardiovascular considerable. Parece que este
efecto es propio del cloruro sódico o sal común y en cambio no lo presentan otras
sales sódicas sin cloruro. Al igual que con la aplicación de otras medidas dietéticas, la
respuesta de la presión arterial a la restricción de sodio varía entre los individuos y se
calcula que un 60% de hipertensos son sensibles a la disminución del sodio. El
mecanismo por el cuál los individuos sensibles reducen las cifras de presión arterial
probablemente es la disminución de la reactividad del sistema renina - angiotensina -
aldosterona.
En resumen, la dieta DASH con bajo contenido en sodio supone una presión sistólica
de 7,1 mmHg más baja en los participantes sin hipertensión y de 11,5 mmHg en los
participantes con hipertensión, comparada con la dieta control alta en sodio.
Los estudios sugieren que las dietas bajas en grasa se asocian a una disminución de
las cifras de presión arterial. Queda pendiente esclarecer si este efecto hipotensor es
atribuible de forma aislada a la reducción de la grasa o al aumento complementario de
los hidratos de carbono o de proteínas o de ambos en la dieta.
Hay que tener en cuenta que el consumo habitual en nuestro país es de 6 y 8 g de sal,
que representa un factor de riesgo de hipertensión arterial.
Prehipertensos e hipertensos
Diabetes o renales crónicos
Afroamericanos
Personas de 51 años o mas
Aunque las cifras expresadas de sodio en cada tipo de dieta pueden variar en función
del autor.
Clasificación Alimentos
De forma global y considerando todos los aspectos comentados hasta ahora se deben
tener en cuenta:
Para cumplir estos objetivos se debe seguir una alimentación equilibrada rica en
verduras, frutas, productos lácteos bajos en grasa y pobre en grasas animales y
azúcares simples.
Este tipo de medidas junto con el incremento de la actividad física inducen efectos
beneficiosos tanto en individuos normotensos como en hipertensos. En los
normotensos, estas medidas pueden, además, retardar el aumento progresivo de la
presión arterial con la edad.
Evitar añadir sal a los alimentos durante su preparación o consumo (evitar también la sal
yodada y la sal marina).
Consumir con moderación productos como sal de régimen y productos dietéticos Si la dieta ha
de ser restringida en potasio, se ha de evitar el uso de estos productos ya que suelen contener
este mineral.
Utilizar especies aromáticas y condimentos como sustitutos de la sal que darán gusto y
potenciarán el sabor de los alimentos y los platos: ajo, cebolla, perejil, limón, vinagre (de sidra,
de estragón, de manzana, etc.), orégano, etc.
Elaborar comidas menos saladas, evitando que sean insípidas y procurando que los platos
tengan buena presencia y sabor agradable.
Utilizar un aceite de sabor intenso, como diversos tipos de aceite de oliva virgen.
Recordar que la cocción al vapor o papillote conserva mejor el sabor de los alimentos.
La actitud de los pacientes está influenciada, de forma mayoritaria, por las diferencias
culturales, las creencias (tabla 8) o por la experiencia previa con el sistema sanitario.
Estas actitudes pueden entenderse, más fácilmente, si se facilita la comunicación con
los pacientes y sus familiares.
POSIBLES DUDAS O
CREENCIAS DEL RESPUESTA
ENFERMO
Es suficiente eliminar la
No añadir sal en las comidas es muy importante, pero a veces no es
sal de adición para
suficiente. Hay ciertos alimentos procesados que contienen grandes
disminuir la presión
cantidades de sodio que también deben evitarse.
arterial.
Ya que no puedo tomar Piense que la mayoría de salsas y ciertos condimentos o especias
sal, para sazonar o contienen grandes cantidades de sal. Usted debe buscar siempre
aderezar los alimentos alternativas para condimentar los alimentos con ingredientes que no
utilizaré salsas y contienen sodio y que también dan un buen sabor a los platos.
especias.
Es muy útil tener a mano una lista de todos los alimentos que
Los alimentos, excepto contienen cantidades importantes de sodio, ya que, aunque usted
los salazones, no llevan no lo crea, algunos contienen muchísima sal. Estos alimentos están
sal. totalmente desaconsejados. Infórmese de los alimentos que
contienen mucha sal o los alimentos que contienen poca.
Referencias