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Prefacio
Advertencia
I. Introducción
a. ¿Por qué este libro?
b. ¿Por qué un sacerdote?
La Opción V
P. Jürgen Daum
Pureza y sexualidad
Para mujeres que quieren ser amadas de verdad
2da. edición impresa: julio del 2019
2da. edición electrónica: agosto del 2019
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright,
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«A ustedes, jóvenes, les digo: No tengan miedo de ir a
contracorriente, cuando nos quieren robar la esperanza, cuando nos
proponen estos valores que están pervertidos, valores como el
alimento en mal estado, y cuando el alimento está en mal estado,
nos hace mal. Estos valores nos hacen mal. ¡Debemos ir a
contracorriente! Y ustedes, jóvenes, son los primeros: vayan a
contracorriente y tengan este orgullo de ir precisamente a
contracorriente. ¡Adelante, sean valientes y vayan a contracorriente!
¡Y estén orgullosos de hacerlo!».
Papa Francisco (23/6/2013)
¿Por qué me atrevo a hablarte del amor así? Porque yo no te estoy hablando de
nada nuevo, porque está calzado en ti, porque es parte de ti, porque siempre estuvo
allí. ¿Y sabes qué pasó? En los ojos de esa mujer que tienes al lado o en la que
estás pensando, descubriste esa huella imborrable, imperecedera, ese afán que te
es imposible acallar no importa lo que ocurra, no importa cómo lo llames, pero que
te lanza otra vez a mirarte en el espejo de sus ojos y decir: yo soy capaz de amarte
y tú eres capaz de amarme. Identificamos el amor en nosotros que nos hace
distintos. Por eso lo intentaste, por eso te arriesgaste, porque no es cualquier cosa,
porque no estamos hablando simplemente de algo perecedero, porque ansiamos y
tenemos un afán impresionante de ir mucho más allá de algo que acabe con
nuestros días. Además, hablar de amor no es hablar de pequeñas cositas, hablar de
amor es hablar de gente osada, de gente que se atreve, de gente que realmente
quiere entregarse».
Quienes luchan día a día por vivir la castidad experimentan paz, una
paz que no tienen quienes se apresuran a dar rienda suelta a sus
curiosidades o impulsos sexuales. El daño emocional, psicológico,
espiritual y físico que una misma se hace o hace a otras personas
cuando “se deja llevar” por sus apetitos sexuales puede llegar a ser
muy profundo, severo y difícil de curar. Muchas veces toma años
recuperarse de esas heridas. La verdadera felicidad no está en
experimentar los placeres físicos sin restricción, sino en la paz
interior que es fruto de la pureza de corazón.
Para entender mejor por qué no produce neurosis ni hace daño
aprender a dominarse se me ocurre una comparación. ¿Qué pasa
cuando a un automóvil se le vacían los frenos? El conductor pierde
el control del vehículo, puede causar un accidente grave, lesiones a
sí mismo y a otros, incluso la muerte. Pues algo semejante pasa
contigo cuando quieres vivir “desenfrenadamente” tu sexualidad, sin
poner freno a tus fantasías, deseos o impulsos sexuales. El freno en
el automóvil no es algo malo; al contrario, es esencial porque
protege a sus ocupantes y a otras personas que andan por la calle,
porque evita accidentes y el daño consecuente, porque gracias a él
los ocupantes pueden llegar sanos a su destino. Tú también
necesitas aprender a poner freno a tus fantasías e impulsos
sexuales. Si tú no los dominas, te convertirás en esclava de ellos.
En realidad, el que tú seas feliz y logres hacer felices a otras
personas —ya sea a tu enamorado, tu novio, tu futuro esposo o tus
hijos— requiere de muchas restricciones de tu parte, de mucho
autodominio. El reclamo de que todo deseo o impulso sexual debe
ser satisfecho de inmediato porque es saludable y natural no vale
para nada. La salud física, emocional, psicológica e incluso
espiritual sólo se obtiene a partir de una serie de principios morales
por los que la persona admite unos y rechaza otros. Eso es lo que
hace hombre al hombre y mujer a la mujer: que sea capaz de
dominarse a sí mismo o a sí misma para alcanzar un fin supremo,
que en este caso es el amor verdadero. Si no quieres arruinar tu
vida y la de otros, lo primero que debes hacer es aprender a
controlar y dominar los impulsos de tu propia naturaleza. Sé que no
es tarea fácil, especialmente cuando “las hormonas están revueltas”,
pero es posible, como es posible dominar a un potro salvaje para
hacer de él un caballo dócil, del que pueden utilizarse todas sus
energías y fuerzas para realizar con él tareas nobles o
competencias fabulosas.
Para educarte en ese autodomino debes ser inteligente. Inteligente
es la mujer que no se expone poniéndose en lugares o situaciones
en las que es muy fácil terminar perdiendo el control de sí misma. La
pasión es como un fuego que se enciende de un momento a otro, y
que, una vez encendido, no se apaga hasta que lo ha consumido
todo. Tú debes ser consciente de que la pasión sexual es una fuerza
difícil de controlar o detener una vez que se enciende. Cuando eso
sucede, lo común es “dejarse llevar”. ¡Cuántas veces “pasó todo”
porque ingenuamente —o quizá intencionalmente— los enamorados
se quedaron solos en un cuarto o en la casa! Dominar tus impulsos
sexuales empieza por no exponerte, por no estar a solas en un
cuarto con tu enamorado o novio, por no ir sola al departamento de
un chico, y menos aceptar la invitación de ir a un hotel con él. Si tú
piensas que es muy romántico echarte con tu enamorado en la
cama y crees que “no va a pasar nada”, si te sientes fuerte y
consideras que puedes “manejar la situación” y tener todo “bajo
control”, tarde o temprano terminará pasando lo que no querías. Hay
lugares y situaciones en los que no tendrás la suficiente fuerza de
voluntad para decir «no». En este asunto, nunca está de más un
poco de humildad: no puedes meter tu cabeza en la boca de un león
pensando que no te va a hacer nada.
Pero volvamos a la comparación: ¿Es malo decir «no»? ¿Resulta
perjudicial poner un freno y decir «para»? Te respondo con otra
pregunta: ¿Es malo frenar cuando la luz del semáforo está en rojo?
¿Acaso frenar le causa daño al automóvil? ¡Todo lo contrario! El
freno te cuida, te protege, cuida y protege a quienes viajan contigo,
a quienes más amas. Si frenas cuando el semáforo está en rojo, o
cuando alguien intempestivamente se cruza en el camino, no le
saltan las tuercas al auto. No le hace daño alguno, como no te hace
daño alguno decir «no» y frenar tus o sus impulsos sexuales. Los
enamorados o novios tienen que ponerse límites muy claros y saber
decir «no» si no quieren hacerse daño y destruir el amor que se
tienen, convirtiéndolo en un egoísmo de a dos. Las manifestaciones
sexuales pueden y deben esperar para que el amor pueda madurar.
De lo contrario, “hacer el amor” se convertirá en “deshacer el amor”.
Este esfuerzo lo deben poner los dos, no sólo tú. Él debe ayudarte
también, pues si no, tarde o temprano tú terminarás cediendo. Como
recomienda Crystalina Evert, una de las razones por las que es
mejor que termines una relación es si «has tenido que decirle más
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de una vez que se detenga» .
f. La presión social
Otro factor importante que influye en las relaciones sexuales
precoces y en una visión sexualizada de la juventud es la presión
social. En una ocasión me escribía una joven de trece años, al día
siguiente de haber hecho una promesa de castidad con el apoyo y
presencia de sus padres:
«Al llegar al colegio le conté muy contenta a mi amiga R. que había hecho una
promesa de castidad y su reacción no me sorprendió: ella se rio. Pasaron cinco
minutos y llegó otra amiga. R. le contó y se rieron juntas y me dijeron que no la iba a
cumplir».
Otra joven me compartió que cuando tenía doce años sus amigas la
segregaron del grupo porque ella quería guardar su virginidad hasta
el matrimonio.
Por esa misma presión, o porque varias de sus compañeras se
inician sexualmente a los trece, catorce o quince años y les hablan
de lo normal que es, muchas de ustedes terminan pensando que la
virginidad es una vergüenza, una especie de estigma del que deben
liberarse cuanto antes. Si eres virgen, probablemente serás objeto
de burla de tus amigas sexualmente activas, que te dirán que algo
anda mal contigo o que no quisieran ser como tú, tan aburrida:
«Mis “amigas” sabían que yo era virgen y en una de las reuniones de estudio se
empezaron a burlar y a reír de mí, diciendo: “No nos gustaría estar en tu lugar y
llegar, como tú, a los veinte y no conocer el sexo”. Al escucharlas, rompí en llanto,
porque me sentía muy débil e impotente».
«El libro Feminidad pura me tocó profundamente, me sentí muy identificada porque
yo ya no soy virgen y me sentía rota y sucia» (Una joven de veintidós años).
Hoy son muchos los casos de mujeres que les son infieles a
sus esposos, y con ello destrozan sus vidas y sus matrimonios.
He aquí el testimonio de una de ellas:
«Mi caso fue en una reunión de compañeros de trabajo, en casa de uno de
ellos. Hubo aperitivos y vino. A la hora que todos se retiraron, el compañero
que organizó la fiesta me pidió que no me fuera y acepté quedarme. Al final
pasó lo que deseábamos. Así comenzó una relación con mi pareja actual. Mi
esposo se divorció de mí. No saben lo arrepentida que estoy. No le deseo a
nadie esto que estoy pasando. A veces siento que fue todo calculado por mis
otras compañeras. Y si así fuera, ya no puedo cambiar las cosas».
Y otra:
«Me gustaría decir que por un error estoy viviendo como un robot que no
tiene dirección, y todo sólo por una ilusión que no valió la pena, todo por
nada, todo por no tener la decisión de decir “no” cuando una debe decirlo. Si
hubiese tenido esa decisión, nada de esto hubiera pasado».
No está bien que los médicos receten anticonceptivos a las mujeres jóvenes.
Muchas veces les dicen que pueden usarlos para regular un ciclo menstrual
irregular, pero ésa es una mentira. Muchas jóvenes que utilizan
anticonceptivos han empezado a hacerlo por esa razón. Pero esa razón no
es verdadera, porque un ciclo menstrual irregular es normal en una joven e
incluso algunas mujeres tienen un ciclo irregular toda la vida. Cuando se
utilizan anticonceptivos, no hay un ciclo regular, hay un ciclo que está ligado
a la suministración del anticonceptivo. Muchas veces las chicas dicen:
“Bueno, ya que tengo este tratamiento por esta situación, puedo utilizar su
mecanismo anticonceptivo”. Pero ello no es bueno para la educación de la
chica, porque la solución a la posibilidad de un embarazo no es utilizar
anticonceptivos, sino elegir el no tener una relación sexual.
La curiosidad es como una voz interior que nos seduce y nos invita
a conocer o probar el “fruto prohibido”. Despierta el deseo de querer
experimentar lo que sabemos que no es bueno para nosotros,
porque nunca lo será (como, por ejemplo, probar drogas) o porque
no es el momento (como, por ejemplo, tener relaciones sexuales).
A propósito, son varias las jóvenes de entre trece y quince años que
me han compartido su confusión. Me cuentan que ya algunas de sus
amigas se han iniciado sexualmente y que les dicen a las demás
que les gustó. Una de estas jóvenes, habiendo hecho el propósito
de guardar su virginidad, me decía: «Siento que no voy a poder,
siento que mis hormonas están revueltas». Porque ya algunas les
cuentan de sus experiencias sexuales, a las demás las hacen dudar
y les despiertan una enorme curiosidad por saber cómo es y qué se
siente. Hablan entre ellas de «¿cómo será la primera vez?». Otra, a
sus dieciséis años, me confiaba que estaba asustada, porque
cuando comenzó a besarse apasionadamente con su enamorado —
apenas a la semana de estar juntos— empezó a sentir cosas «que
nunca antes había sentido».
Por otro lado, entiende que un chico necesita que le digan «no»
para hacerse hombre. Si se molesta u ofende porque le dices «no»,
no pasa de ser un niño inmaduro y engreído. Para hacerse hombre
debe aprender a soportar un «no». Eso lo forja. No lo prives de esa
oportunidad que lo va a ayudar a madurar como hombre. No temas,
pues, “herir sus sentimientos”. ¡Edúcalo! ¡Y edúcate a ti misma a
decir «no» por más pena que te dé! ¡Nada de sacrificarte tú para no
hacerlo “sufrir” a él! ¡Nada de ceder o rebajarte a ti misma para que
no se moleste contigo! Créeme que le harás un gran favor
diciéndole «no», además de hacértelo a ti misma.
7. Relaciones dañinas y relaciones constructivas
d. «100% libertad: como no tienes una “relación” (sí, entre comillas para no
olvidarse), cada uno es libre de poder hacer lo que se le plazca sin todas
esas explicaciones de por medio; es más, pueden salir con quien quieran y
no habría mayor problema».
Si tú crees que tienes que actuar como esas chicas porno para
satisfacerlo o para tenerlo contento y que no te deje, entiende que
siempre saldrás perdiendo. Sobre esto opina Tony Litster, un
hombre que ha querido ayudar a crear una solución ante la
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epidemia de la pornografía y las terribles secuelas que causa :
«Demasiadas mujeres están tratando de competir con la pornografía al nivel de la
fantasía, ¡y siempre saldrán perdiendo! “Hollywood” siempre podrá satisfacer más y
mejor que la vida verdadera. Cuando una mujer comprende lo que el hombre
verdaderamente está buscando, puede salir al encuentro de esa necesidad de un
modo que la fantasía jamás podrá».
Otra cosa que debes cuidar es el cómo miras a los hombres. ¿Te
fijas únicamente en su apariencia externa? No tiene nada de malo
que un chico te guste y atraiga físicamente, pero es muy importante
que no te quedes en lo físico: mira su interior y conoce sus valores.
Por otro lado, tú sabes que tus miradas pueden decir y dar pie a
muchas cosas. ¡No uses tu mirada para jugar a la seducción!
En este punto podemos incluir no sólo el “qué miras”, sino también
el “cómo buscas ser mirada”. Una chica de quince años me comentó
en una ocasión que en una fiesta sentía una como “necesidad
imperiosa” de atraer la atención de un chico. No era la primera vez
que esto le pasaba. Me preguntó si estaba mal. «¿Y cómo tratabas
de llamar su atención?», le pregunté. La inocencia de su “estrategia”
me dio hasta ternura: «Pasaba delante de él, una y otra vez».
¿Entendiste?
¿Te gusta esa música y la escuchas sin hacer caso a la letra? Pues
aunque no la escuches de manera consciente, sus mensajes van
moldeando tu pensamiento subconscientemente. Si crees que
puedes escucharla sin que te afecte, ¿no será que te has hecho
insensible al mal y que por eso no te choca algo que es degradante
para ti y debería causarte repulsión? ¿A qué mujer le gusta que la
vean y la tomen como un objeto? Si a algunas parece que les gusta,
¡no seas tú una de ellas! ¡Tú tienes una altísima dignidad y mereces
ser tratada con respeto!
A los hombres este tipo de letras tampoco les hace bien. Un chico
de dieciocho años me contó en una ocasión que escuchar esta
música lo llevaba a tener imaginaciones y fantasías impuras.
Finalmente, acababa masturbándose. La letra de estas canciones
enciende la pasión y despierta el deseo de “querer hacer lo mismo”,
o —si de momento no se da la oportunidad— de buscar al menos
experimentar el placer mediante el autoerotismo. Al tomar
conciencia del daño que le hacían este tipo de canciones, se
propuso dejar de escucharlas.
15. La masturbación
Se te ha dicho probablemente que la masturbación es parte natural
y normal del desarrollo físico, una “autoexploración” de tu propio
cuerpo para conocer cómo se comporta. Al hombre se le llega
incluso a decir que, si no se masturba, se va a enfermar.
En una ocasión me escribió una psicóloga sinceramente
preocupada por lo que yo pudiera explicarles a los jóvenes sobre
este tema:
«Consideramos que la masturbación es incluso parte del desarrollo sexual de un
adolescente, por lo que no quisiéramos que este tema se tratara en la charla. No
quisiéramos generar ningún tipo de culpa hacia personas que ya mantengan estas
prácticas o relaciones sexuales, sino simplemente mostrarles que existe una
opción».
Recuerda: atraerás a un chico por “lo que muestras”, por “lo que
pones en vitrina”, por “lo que ofreces”. A la hora de elegir la ropa
que vas a comprar o usar, no puedes decir: «Yo me visto como
quiero» y esperar luego que te traten como una princesa. Una mujer
que se ha dedicado a diseñar ropa elegante y moderna para jóvenes
opina lo siguiente:
«Todas queremos el reconocimiento social y algunas veces las mujeres se visten
para encajar, pero no se dan cuenta de que eso genera menos respeto. Si una no
se respeta a sí misma, entonces no se puede esperar respeto de los otros».
20. El alcohol
Me escribía un chico:
«Con mi enamorada, cuando recién empezamos nuestra relación, nos pusimos
medios concretos que consistían en evitar situaciones como: estar solos en su casa
o en la mía, ver películas o conversar con la luz apagada, que ella se siente encima
de mí. Evitando estas situaciones —que al principio nos costaron, pero luego se nos
hicieron hábito— logramos mantener nuestra pureza».
Hoy en día a muchas chicas les preocupa decirle «no» a los chicos
por temor a “herir sus sentimientos”. Les inquieta que ellos puedan
sentirse mal y prefieren sufrir ellas a causarle algún sufrimiento al
chico. ¿Cómo le digo que «no» sin lastimarlo? Pues simplemente
dile «no», con la conciencia de que la verdad, aunque duela, es lo
mejor para ambos. No puedes mantenerlo ilusionado para que no
sufra. Tarde o temprano sufrirá, y sufrirá más y te reclamará al saber
que no se lo dijiste antes. Una relación o incluso una amistad jamás
se puede basar en “mantener apariencias”. Acostúmbrate a ser
siempre sincera con tus sentimientos, pues así le estarás dando
también al chico la oportunidad de madurar como hombre. Un
hombre necesita de esos «no» para hacerse hombre. El rechazo
que experimentará lo ayudará a madurar. No tengas miedo de ceder
por temor a herir sus sentimientos.
La práctica del sexo oral se ha hecho cada vez más común. Hay
jóvenes que se lo piden a sus enamoradas y chicas que se lo
ofrecen a sus enamorados o “amigos”. Este testimonio nos ayuda a
entender lo que sucede cuando una mujer se presta a ello:
«Llevo tres años con mi enamorado, tengo dieciocho. Nos habíamos propuesto
llegar vírgenes al matrimonio. Estos últimos meses las cosas han “avanzado” un
poco más allá de las caricias. Hemos llegado a masturbarnos y él me pidió tener
“sexo oral”. Yo accedí. Desde entonces me siento fatal, no puedo más conmigo
misma. Me siento tan avergonzada. Trato de convencerme de que es normal, pero
no puedo con mi conciencia. Me siento sucia, indigna totalmente de Dios, he dejado
de rezar, ya no voy a Misa. Me pregunto si no soy una más de esas chicas que
aparecen en las páginas porno. ¿Y por qué me lo pidió mi enamorado? ¿Por amor?
¿Es a eso a lo que lleva el amor verdadero? ¿Es eso lo que tengo que pasar o
soportar por amor? Claro, yo también lo he propiciado… soy una estúpida… ¡por
encerrarme con él en su cuarto! ¿En qué pensará él cada noche, cada vez que se
acuesta en la cama en la que hicimos esas cosas que me repugnan? ¿Cuánto
tiempo más pasará para que empiece a pedirme algo más?».
Si crees que tienes que aclarar algo, déjaselo por escrito una sola
vez y no le vuelvas a responder. Una vez tomada la decisión y
terminada la relación, ¡no debes contestarle ni siquiera un mensaje,
aunque te cueste la vida!
Es importante que entiendas que ninguna conducta es recurrente si
no es retroalimentada de alguna manera. Por ejemplo, si dices que
tu ex no te deja en paz porque una y otra vez te vuelve a llamar, es
porque en algún momento le has contestado. De ese modo le has
hecho saber que todavía pueden mantener alguna comunicación.
Aquí está la clave para que no insista: no volverle a contestar y dejar
bien claro con tu silencio que no quieres retomar la comunicación
con él. Sencillamente, no hay otra forma de que entienda ese
mensaje.
Otro punto que debes tener muy claro es que tú no lograrás que él
cambie. Hay muchas chicas que se aferran a la idea de que «si
estoy en su camino, es por algo y yo puedo hacer que él recapacite
y cambie de actitud». De hecho, ya lo has intentado; y ya ves que no
hay ningún cambio, el problema sigue ahí y tú sigues haciéndote
daño. ¿No crees que ya es suficiente? Es hora de abrir los ojos y
comenzar a hacer algo por ti.
¡Tú vales mucho y estás hecha para amar de verdad! Debes
recordar que el verdadero amor no es egoísta, no piensa sólo en
satisfacer sus necesidades, sino que sale de sí mismo y se
preocupa por el bienestar del otro. ¡Tú mereces un amor de verdad,
no sólo migajas! No te conformes ni te aferres a alguien que no te
valora, no te toma en cuenta ni se preocupa por ti. No tengas miedo
a quedarte sola, porque no lo estarás. A veces necesitas un tiempo
para ti misma. Después te darás cuenta de que si logras estar bien
contigo misma, podrás estar bien al lado de otra persona y construir
una relación saludable.
Sí, definitivamente es difícil pasar por una ruptura, pero sí se puede
salir adelante. No pienses que es imposible. La vida no se acaba;
todo lo contrario, vuelve a comenzar para ti. Para esto tienes que
buscar las cosas que antes te llenaban y que poco a poco fuiste
dejando de lado por estar envuelta en esa relación. Evalúa cómo
están tu vida espiritual y tu relación con Dios. Él, más que nadie, te
dará la fuerza que necesites para salir de esto. Con su gracia, todo
es posible.
Por otro lado, también debes recuperar los demás vínculos que tal
vez has dejado de lado: tu familia, tus compañeras y amigas. Debes
buscar actividades que te distraigan y que te ayuden a enfrentar
esta etapa. Sal con tus amigas, disfruta el tiempo en familia y las
actividades de tu día a día. No te quedes pensando en todo lo que
fue y torturándote con la situación; así no conseguirás nada bueno.
Saca todas las fuerzas que tengas, levántate y haz algo por ti,
buscando todos los medios que necesitas para recuperar tu vida.
En todo momento tienes que repetirte que esto es lo mejor para ti,
que sólo rompiendo este vínculo podrás volver a valorarte a ti misma
y comenzar de nuevo. Recuerda que cada día es un nuevo
comienzo, ¡nunca te des por vencida! Ya sabes que en esta lucha
no estás sola. Lo único que tienes que hacer es mantenerte firme en
tu decisión y así cada vez serás más fuerte.
Para terminar
Quiero concluir este libro con el valioso testimonio de una joven que
te alentará en tu propia opción por luchar y vivir un estilo de vida
diferente, a contracorriente, el de la castidad, el de la pureza de
mente, corazón y cuerpo, con el fin de conquistar el amor verdadero:
«Ya hace más de un año que aprendí a decir “no”. ¿Por qué? Porque los chicos que
se me acercaban eran vacíos en todo sentido y yo ya estaba cansada de estar
rodeada de falsedad: ¡eso cansa y hasta te pone mal! A mí me ponía de mal humor
y me desquitaba con todos, y eso no me gustaba, ¡porque nadie tiene por qué
aguantarme las pulgas!
Eso de ilusionarse porque un chico “te pintó todo color de rosa” es a veces bueno,
pero depende del chico que te lo diga, porque unos lo hacen sólo para sacar algo a
cambio. Ahora soy de la idea de que esa persona que te ilusione tiene que haber
sido primero mi amigo, porque el amor verdadero comienza con una amistad y se
sostiene con ella...
Desde hace mucho soy muy cuidadosa con las personas que van a entrar a mi vida.
Tengo muchas expectativas en una relación próxima, tengo muchas expectativas en
el chico que conozca en un futuro.
Tengo muchas expectativas en mí misma, porque no hay nada más hermoso para
mí ahora que decir: mi relación tiene como base a Dios y el respeto. ¡Ahora yo
apuesto por mí misma y apuesto por un amor verdadero!».
La Opción V
“La Opción V” es un proyecto que alienta a los jóvenes a descubrir
la importancia de la castidad en sus vidas. Nuestro objetivo es
promover una recta comprensión de la sexualidad que, yendo a
contracorriente de lo que la sociedad nos propone, forme en un
amor auténtico, libre de todo egoísmo, base para futuros
matrimonios sólidos y consistentes. Ofrecemos también soporte y
consejería a quienes asuman el desafío de esforzarse por vivir esta
virtud.
¡Únete a nosotros!
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