a) Acordamos con los contenidos y las metodologías propuestas en los ejes
“ambiente social, natural y tecnológico”, queremos manifestar que las
mejores intervenciones son aquellas que brindan confianza, valoran todo lo realizado y mantienen en forma constante esa sensación de «puedo», «me saldrá si lo intento», «lo que haga vale la pena» porque, como docentes, miramos, acompañamos y apreciamos el camino. Consideramos viable la propuesta curricular para nuestras prácticas docentes, siempre es imprescindible trabajar in situ, recuperar los saberes previos de los alumnos. Los modelos, los lenguajes y las experiencias están fuertemente ligados a la cultura, al entorno natural y social, es decir, al ambiente. “los estudiantes traen a la escuela un bagaje cultural que debería ser necesariamente incorporado de manera explícita en las practicas docentes”.
b) Se reflexionó y acordó que se trabajara intergrado - interciclo y articulación
entre las áreas especiales. Es necesario una mirada sobre el aprendizaje que reconozca la diversidad de las infancias, pero atendiendo la singularidad de cada niño. La naturaleza, la sociedad y la tecnología, están fuertemente interrelacionadas y forman un microsistema que no puede ser abordado sin incursionar en ese universo simbólico que está plasmado en los lenguajes de la cultura, un entramado de mitos, creencias, teorías, acciones, prácticas y costumbres. En la promoción de diversas experiencias, el ambiente se presenta como, “nuestra casa común”, metáforas en construcción permanente de contenidos vivos que, como puente entre la memoria colectiva y las practicas situadas integra nuevos y desafiantes contenidos. En este proceso colectivo es fundamental ir de lo simple a lo complejo y recuperar el hábito de vivir la pregunta como el verdadero sostén de la enseñanza. Desde esta propuesta se incentiva también aprender a navegar en la incertidumbre y confiar en la construcción colectiva del saber grupal, que a sus tiempos y maneras ira encontrando sus propias respuestas.