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Abascal es el único líder que oculta al

Congreso dónde obtuvo sus ingresos


antes de ser diputado y si cobró de
alguna fundación
• La negativa de Vox a que sus diputados cumplimenten la nueva
declaración obligatoria de intereses económicos mantiene el
misterio sobre las fuentes de financiación personal de su máximo
dirigente entre 2014 y 2017, cuatrienio en que el partido no obtuvo
subvenciones públicas al carecer de parlamentarios autonómicos o
estatales

• El silencio del líder de la formación ultraderechista deja en el aire


si el origen de sus retribuciones fue en ese periodo solo su cargo
en el partido y si percibió alguna cantidad de la Fundación Denaes,
cuyo patronato dirigió como hace ahora con el de la recién creada
Disenso y al que sigue perteneciendo

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Santiago Abascal con Iván Espinosa de los Montero a su entrada en el pleno en el


Congreso de los Diputados. EFE
Alicia Gutiérrez
4 de marzo de 2021 05:00h
@aliciaguti
"Al servicio del interés superior de España". Así describe Santiago
Abascal las actividades lucrativas que desarrolló antes de ser
diputado. Pero ni en esa frase ni en nada de lo escrito por el líder de
Vox en la Declaración de Intereses Económicos del Congreso de los
Diputados hay una sola palabra que permita saber en qué consistieron
tales actividades. La normativa lo exige, pero ni Abascal ni los
diputados de Vox cumplen con la transparencia del nuevo requisito,
vinculado al Código Ético de las Cortes y de presentación obligada. El
objetivo es que cualquier ciudadano conozca qué actividades pudieron
"condicionar" su acción política o les proporcionaron "ingresos
económicos" a lo largo del quinquenio previo a su elección como
parlamentario: el periodo 2014-2018 en el caso del presidente de la
formación ultra, que obtuvo su escaño en las elecciones de abril de
2019 y lo renovó luego en noviembre.

De todos los líderes que comparten espacio en el hemiciclo, desde el


presidente del Gobierno a los portavoces de las formaciones
minoritarias, pasando por Pablo Casado, el vicepresidente Pablo
Iglesias o Inés Arrimadas, Abascal es el único que no aporta ni un solo
dato que disipe las dudas potenciales. Y eso ocurre un año después
de que en enero de 2020 trascendiese que el exilio iraní había
pagado en 2014 ocho meses de sueldo para Santiago Abascal.

Solo el último año de la serie -2018- queda fuera de la incógnita:


ganó 55.148,54 euros netos en su calidad de “asalariado con cargo de
presidente” de Vox. La cuantía y su origen se conocen porque la
llamada declaración de bienes, también forzosa para todos los
parlamentarios, no permite dejar vacía la casilla destinada a reflejar lo
ganado en el ejercicio anterior. Pero ni la cifra conocida es
extrapolable a los ejercicios anteriores ni Abascal ha dejado
constancia en la nueva Declaración de Intereses Económicos de si
entre 2014 y 2017 todos sus ingresos procedieron del partido.
Tampoco aclara si ha percibido alguna cantidad de la Fundación
Denaes, cuya presidencia ostentó hasta noviembre de 2014 y a cuyo
patronato sigue perteneciendo como secretario, lo que le convierte en
uno de los dos responsables de firmar las cuentas anuales.

Denaes (siglas de Defensa de la Nación Española, un auténtico


trampolín político tras su ruptura con el PP) fue la primera fundación
ligada a Abascal pero no es la única. El jefe de Vox encabeza desde
julio de 2020 la nueva y boyante fundación de la formación
ultraderechista, Disenso, que no quedó inscrita en el Registro de
Fundaciones hasta febrero. Su principal activo visible es el digital
gaceta.es.
infoLibre envió por escrito el martes dos preguntas a los portavoces
oficiales de Vox: de dónde procedían los ingresos de Abascal en el
quinquenio 2014-2018 y si percibe o ha percibido remuneración de las
fundaciones Denaes o Disenso. No hubo respuesta.

El silencio de Abascal en su declaración de intereses en cuanto a la


Fundación Denaes y a Disenso marca una línea divergente de la
trazada por dos diputados de Vox: José Luis Steegman y Carla
Toscano, ambos electos por Madrid, comunicaron ya en 2020 a la
Comisión del Estatuto del Diputado sus vínculos respectivos con una
fundación y dos asociaciones e incorporaron luego esos datos a sus
declaraciones de actividades. Ambos precisaron ante la Comisión del
Estatuto que no les reporta remuneración alguna ni el cargo de
presidente de la Fundación Española para la Curación de la Leucemia
Mieloide Crónica ni los que, sin detallar, ostenta la diputada en dos
asociaciones: Principios y España Siempre.

El Congreso estudia qué hacer

De momento, el Congreso estudia qué hacer tras el plante de Vox.


¿Caben sanciones contra él y los otros 51 diputados de Vox, que
tampoco desvelan de qué vivieron durante el lustro previo a esta
legislatura? Sí, caben. Pero nadie aventura ni cuándo terminará la
fase de análisis de lo sucedido ni qué decisión adoptará la Presidencia
de la Cámara. Tampoco hay explicación oficial sobre por qué el
formulario original por el que debía regirse la Declaración de Intereses
Económicos de los diputados y aprobado en febrero de 2019 ofrecía
una redacción más clara y contundente que la cerrada a en
septiembre de 2020, la única que ha llegado a entrar en vigor.

El epígrafe del punto central de la primera versión decía esto:


"Actividades que haya desempeñado en el pasado y que le hayan
proporcionado ingresos económicos". El segundo y definitivo texto
resulta más equívoco: "Actividades desarrolladas en los cinco años
anteriores a la obtención del mandato parlamentario y que puedan
condicionar su actividad política o le hayan proporcionado ingresos
económicos". Pese a que se trata de una redacción más vaga y
equívoca, las declaraciones de intereses económicos formuladas por
los pesos pesados con escaño en el Congreso les distancian del
camino seguido por Abascal.

El presidente y máximo dirigente del PSOE, Pedro Sánchez, suma a


los cargos públicos desempeñados en el quinquenio una referencia a
los derechos de autor "por creación literaria" así como otra a su
actividad "particular sin conflicto de intereses" para el arrendamiento
de "una vivienda no habitual y no afectada a actividades económicas";
el líder del PP. Pablo Casado, anota en el cuadro de actividades
previas al escaño actual sus sucesivos cargos internos como
vicesecretario de comunicación y presidente del partido. El
vicepresidente segundo y secretario general de Podemos, Pablo
Iglesias, agrega a su lista de cargos políticos la relación que como
empleado tuvo desde antes de 2014 y hasta enero de 2020 con dos
empresas privadas que producían el programa donde ejercía como
director y presentador de La Otra Tuerka. E Inés Arrimadas refleja su
condición de diputada en el Parlamento de Cataluña entre 2012 y
2019.

Tres ejemplos más: el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, se remonta


incluso a 2005 para fechar el momento en que empezó a trabajar para
una empresa de recursos humanos como seleccionador de personal.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, deja en blanco la casilla de
actividades porque ya en 2014 era diputado y poseía, por tanto,
dedicación exclusiva pero sí anota a qué asociaciones y a qué
fundación -la Sabino Arana- ha ido aportando fondos. Y el líder de
Más País, Íñigo Errejón, agrega a la relación de cargos públicos y
orgánicos los nombres de la editorial para la que en 2018 escribió el
prólogo de un libro y aquella otra que en 2015 editó un libro del que
era coautor.

Los tres senadores rompen el molde y aportan datos

A diferencia de los casos anteriores, tanto la declaración de Abascal


como la de cada uno de sus correligionarios en el Congreso
reproducen la misma plantilla de respuestas, que ningún dato aportan.
Lo hacen con el siguiente texto en lo que a las ocupaciones previas
concierne: “Ninguna de las actividades desarrolladas por mí durante
los cinco años anteriores a la obtención del mandato parlamentario
podrá condicionar mi actividad política en tanto en cuanto esta se
desarrollará siempre al servicio del interés superior de España y de
los españoles con lealtad a la Constitución y al resto del ordenamiento
jurídico vigente tal y como juré en la sesión constitutiva del Congreso
de los Diputados”.

El calco de respuestas se repite en el epígrafe dedicado a los regalos


recibidos –“ninguno de especial consideración o valor”, así empieza- y
en el de las contribuciones a fundaciones o asociaciones: “Pequeñas
aportaciones y tareas de voluntariado”, comienza aquí la versión
idéntica de los 52 diputados.

Pero hay un hecho que hasta ahora había pasado inadvertido y que
refuerza el papel protagonista del diputado Abascal. Y consiste en que
los tres senadores de Vox sí han completado sus declaraciones de
intereses económicos siguiendo las instrucciones exactas del acuerdo
que en octubre instauró la obligación de presentar esa nueva
declaración, adicional a las dos ya existentes: la de bienes y la de
actividades.

El año en que cerró el “chiringuito” público que le pagaba

En el quinquenio 2014-2018, Vox no consiguió ni un euro de


financiación pública dado que no había cosechado todavía escaños en
ningún Parlamento autonómico ni en las Cortes Generales. Tan solo,
22 concejales en las elecciones municipales de 2015, muchos de ellos
en municipios de exigua población. En 2019, entraron ya
subvenciones -613.575 euros- en sus arcas tras los comicios
andaluces de diciembre de 2018, donde la formación se hizo con 12
escaños. Meses más tarde, se disparó ya la escalada de votos para
Vox en los comicios generales de abril. Ese año, el partido de
Abascal recibió en total 9.937.942 de euros del Estado. El barbecho
había acabado.

Cuando en enero de 2014 cesó “a petición propia” en la fundación


pública madrileña Mecenazgo y Patrocinio, calificada luego por él
mismo como “chiringuito” y donde cobró 82.491,84 euros por un
año como director, también para Santiago Abascal comenzó una
etapa de barbecho de fondos públicos. El sueldo como director de la
citada fundación, que en 2013 recorrió su último tramo de existencia
sin cumplir ni uno solo de los objetivos marcados para el ejercicio, fue
una especie de déjà vu: porque 82.491 euros, una cifra superior a la
de la retribución establecida entonces para el presidente del Gobierno
(78.185,04 euros) ya habían sido los percibidos en el primer puesto
público que dos años antes le asignó el Gobierno de Esperanza
Aguirre, la responsabilidad sobre la Agencia de Protección de Datos.
Cobró esa cifra en 2011. Y la repitió en 2012, según la información
oficial recabada años más tarde por maldita.es

¿Salió de forma íntegra el sueldo de Abascal en 2014 de la donación


del grupo iraní CRNI, considerado por EEUU como organización
terrorista y que en total donó en secreto un millón al entonces recién
creado partido para su campaña de las elecciones europeas? Ese
año, y según las cuentas anuales, el partido recibió 235.287 euros. Y
gastó en personal 112.865 euros. Antiguos militantes de Vox
sostienen que la cuota ya rondaba los nueve euros pr mes, rebajados
a cinco en el caso de parados y jubilados.

Según El País, Abascal y el ahora portavoz parlamentario de Vox, Iván


Espinosa de los Monteros, ingresaron en 2014 del dinero del CNRI
65.000 euros repartidos entre ambos en concepto de ocho meses de
salario. Espinosa de los Monteros aseguró en enero de 2020 que en
realidad cobró “brevemente” una retribución “por trabajar” para la
formación ultra en los comicios europeos de 2014. No negó -asegura
el rotativo de Prisa- que el dinero proviniese del exilio iraní. Y facturó
sus retribuciones a través de una sociedad.

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