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Derecho patrimonial del autor

También llamado derecho pecuniario, de explotación o monopolio,


a diferencia de los derechos emanados de la personalidad, tiene la
característica de que ve a la obra como un bien que en el desarrollo
de su explotación produce riqueza, beneficio económico e ingresos;
constituye, por tanto, un activo patrimonial y puede transferirse a
terceros para su explotación económica.

Esto último, recordando que los derechos de explotación de que


dispone el autor son tantos como formas de utilización de la obra
sean factibles, y legalmente válidas, durante todo el tiempo en el
que ella permanezca en el dominio privado, (del autor o del tercero
a quien haya autorizado su explotación) bajo circulación y
explotación económica que acrecentara los derechos patrimoniales
de autor. (Lipszyc, 1993, p. 175)

Por su parte, Rengifo García manifiesta que el cúmulo de facultades


exclusivas del autor que le permiten explotar la obra y obtener una
retribución económica responde a la idea de justicia según la cual
todos los que trabajan recibirán una compensación económica ya
sea por su esfuerzo mental o físico. (1997, p. 42).

Así las cosas, los derechos patrimoniales están conformados por


derechos exclusivos y derechos de remuneración; los primeros,
permiten al autor o a sus derechohabientes controlar los distintos
actos de explotación de la obra pudiendo disponer de ella según su
propio criterio en virtud de lo que les parezca más conveniente para
sus fines y recibir un beneficio económico por tales actos. Los
segundos, brindan al titular de los derechos únicamente la
posibilidad de recibir una retribución económica por la utilización de
la obra.

De esta manera, los derechos exclusivos comprenden


fundamentalmente los derechos de reproducir la obra, comunicarla

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comunicación pública
al público, distribuir los ejemplares (mediante venta, arrendamiento
o alquiler), o hacer transformaciones (traducciones, adaptaciones,
arreglos), entre los más importantes. Y como derecho de
remuneración, se entiende el derecho que tiene el autor de recibir
un porcentaje del precio de las ventas sucesivas que se hagan de
los ejemplares de ciertas obras.

También se debe recordar que los derechos patrimoniales hacen


referencia a actos distintos e independientes de explotación y
requiere el previo consentimiento del titular del derecho, sin que
puedan hacerse interpretaciones excesivas de la voluntad del
mismo. Es decir, que si el autor confiere una forma de utilización no
puede extenderse a otras no concedidas expresamente en el
negocio respectivo (Zapata. 2003). A continuación, se explicarán el
derecho a la reproducción y el derecho a la comunicación pública.

Derecho de reproducción

El derecho de reproducción es la facultad exclusiva que tiene el


autor para autorizar o prohibir la obtención, de una o de varias
copias, de toda o de parte de la obra. Es decir, que la reproducción
permite hacer “perceptible” la obra, bien sea porque se hace copia
de ella directamente (como sería el caso de la fotocopia, el copiar o
quemar en disco compacto una película y video, entre otros),
indirectamente (cuando se produce una edición o una grabación), o
cualquier otra forma de fijación.

También comenta Zapata que la reproducción incluye la realización


de uno o más ejemplares tridimensionales de una obra
bidimensional. Por ejemplo, cuando se realiza una escultura a partir
de un dibujo o una pintura; así como también la realización de uno
o más ejemplares bidimensionales de una obra tridimensional, como
sería el caso de la fotografía de una escultura. El Convenio de Berna
incluye en su Artículo 9.3 “toda grabación sonora o visual será

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considerada como una reproducción” (Acta de París, 1971, 24 de
julio).

Derecho de comunicación pública

La comunicación pública de la obra implica la utilización de cualquier


medio que sirva para difundir las palabras, los signos, los sonidos o
las imágenes, con un fin preciso, y que mediante este acto una
pluralidad de personas reunidas en un mismo lugar pueda tener
acceso a la obra (original o transformada) sin previa distribución de
ejemplares a cada una de ellas.

Adiciona a esto Lipszyc comenta que la comunicación se considera


pública, cuando tiene lugar en un ámbito que no es estrictamente
familiar o doméstico, y aun dentro de este, cuando está integrado o
conectado a una red de difusión de cualquier tipo (2010, p. 8).

En cuanto al concepto de comunicación pública, la Decisión Andina


351 de 1993 precisa en el Artículo 15: Se entiende por comunicación
pública, todo acto por el cual una pluralidad de personas, reunidas
o no en un mismo lugar, pueda tener acceso a la obra sin previa
distribución de ejemplares a cada una de ellas, y en especial las
siguientes:

a) Las representaciones escénicas, recitales, disertaciones y


ejecuciones públicas de las obras dramáticas, dramático-
musicales, literarias y musicales, mediante cualquier medio o
procedimiento.
b) La proyección o exhibición pública de las obras
cinematográficas y de las demás obras audiovisuales.
c) La emisión de cualesquiera obras por radiodifusión o por
cualquier otro medio que sirva para la difusión inalámbrica de
signos, sonidos o imágenes.

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comunicación pública
El concepto de emisión comprende, asimismo, la producción de
señales desde una estación terrestre hacia un satélite de
radiodifusión o de telecomunicación;

a) La transmisión de obras al público por hilo, cable, fibra óptica


u otro procedimiento análogo, sea o no mediante abono.
b) La retransmisión, por cualquiera de los medios citados en los
literales anteriores y por una entidad emisora distinta de la de
origen, de la obra radiodifundida o televisada.
c) La emisión o transmisión, en lugar accesible al público
mediante cualquier instrumento idóneo, de la obra difundida
por radio o televisión.
d) La exposición pública de obras de arte o sus reproducciones.
e) El acceso público a bases de datos de ordenador por medio
de telecomunicación, cuando éstas incorporen o constituyan
obras protegidas.
f) En general, la difusión, por cualquier procedimiento conocido
o por conocerse, de los signos, las palabras, los sonidos o las
imágenes. (Comisión de Cartagena, 1993)

La anterior enumeración de los distintos actos de comunicación


pública deja claro que este derecho comprende toda actividad que
posibilite que la obra llegue a un público distinto de aquel al cual se
dirige originariamente.

DERECHOS PATRIMONIALES
Características Transferibles, Renunciables, inalienables y
temporales.
Reproducción Derecho a autorizar o no las copias o
multiplicación de una obra.
Comunicación Derecho a autoriza o no la publicación de una
Pública obra.

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