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Constitución y
protesta
Domingo Lovera
UDP
El abogado y académico José Cea en una entrevista en el diario “El mercurio” en el año
2014 se refirió a la acción colectiva (refiriéndose a las manifestaciones y se entiende
que específicamente a la protesta social) como actos que sobrepasan el derecho y que
constituyen desorden y violencia (llegándolos a equiparar con terrorismo o vandalismo),
contrarios a la política y que destruyen la democracia.
Esta concepción de la protesta no puede estar más alejada de la realidad y solo refleja
una visión antidemocrática y conservadora sobre la protesta social al ver a la protesta
como enemiga de la democracia cuando es justamente lo contrario, pues, la protesta nos
permite acercar nuestras demandas y plantarlas cara a cara con las instituciones
ayudando a fortalecer la política y la democracia. Además, la protesta tampoco es
contraria a derecho, sino que, al contrario, la protesta se vale del mismo derecho que es
lo que lo diferencia de otros fenómenos como la revolución o el simple vandalismo.
¿Qué es la protesta social?
Primero que todo, la protesta es uno de los tantos repertorios (y se suele creer
ingenuamente que el único) a los que echan mano los movimientos sociales para
plantear sus demandas frente a las autoridades mediante un esfuerzo organizado y
sostenido en el tiempo que es lo que le permite ser eficaz (Tilly).
Si bien, al ser un movimiento social requiere evidentemente de la concurrencia de
personas, no necesariamente debe existir una organización detrás, sino que muchas
veces son simplemente un grupo de personas que se reúnen de forma espontánea porque
tienen una narrativa común y un mismo compromiso epistémico o nomos (Cover) o
porque han sido maltratados por el sistema político (como los estudiantes quienes
querían terminar con el lucro en la educación, pero el estado los ignoraba al ser menores
de edad).1
“Si la demanda es satisfecha, allí termina el problema; pero si no lo es, la gente
puede comenzar a percibir que los vecinos tienen otras demandas igualmente
insatisfechas –problemas de agua, salud, educación, etcétera” Laclau
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Felipe Sánchez
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Domingo Lovera
UDP
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Felipe Sánchez
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Quienes tienen una visión más conservadora de la protesta suelen tildarla de violentista
y que constituyen puro “caos y desorden”. Efectivamente, un elemento que necesita la
protesta es la irrupción de los movimientos sociales, puesto a que es la única manera de
que una lectura constitucional pueda impactar en el estado y ceda a negociar. Sin
embargo, lo que hace que este fenómeno sea una protesta social y no una revolución,
anarquía o desobediencia civil es que la protesta como hemos dicho pese a irrumpir
tiene una organización sostenida en el tiempo, que busca siempre entablar
negociaciones con el estado (y no desafiarlo o derrocarle) y que se encuentra amparada
por derechos fundamentales manteniéndose dentro del ámbito de lo legal.
El derecho a la reunión y libertad de expresión (19 n°15 y n°12) son 2 de los derechos
fundamentales en que se ampara la protesta, ahora bien, analicémoslos siguiendo a
Alexy. El titular de este derecho son los manifestantes quienes tienen el derecho a
asociarse de forma previa y sin armas en lugares públicos y al mismo tiempo,
manifestar su descontento social cuando hay una expectativa insatisfecha. El
destinatario vendría siendo el estado que tiene el deber negativo de no interferir y
respetar el derecho y el objeto sería como se dijo previamente, la reunión pacífica y sin
armas.
Ahora bien ¿Quiénes serían los afectados por el derecho de los manifestantes a reunirse
en lugares públicos y manifestarse? ¿Sería la autoridad? Pareciera que no, porque Chile
es una democracia y, por lo tanto, a los ciudadanos no se les puede prohibir criticar a las
autoridades porque o si no se perdería la libertad de expresión y la democracia quedaría
restringida a solo sufragar ¿Serían los ciudadanos? Muchos de ellos dicen verse
afectados frente a los corta calle o disturbios porque no pueden tomar esa ruta o porque
los ruidos o pancartas les molestan, pero ¿Puede decirse que realmente su derecho está
siendo afectado cuando tienen otra opción? Si se interrumpe el transito ellos aún pueden
elegir otra ruta para tomar o pueden evitar acercarse al epicentro de la protesta (evitando
transitar por plaza Italia, por ejemplo).
Recordemos que siempre que exista un derecho, este va a entrar en conflicto con otro
(como la libertad de expresión con la honra o la transparencia con privacidad), pero
ningún derecho es absoluto y siempre vamos a tener que ponderar los derechos y por
eso es que la frase “mi derecho a protestar termina donde empieza el derecho de los
demás” no tiene cabida, puesto que mi derecho a protestar es igual de valido que el
derecho de los demás y por eso es que habrá que mirar cual pesa más.
El derecho a la protesta efectivamente requiere de la violencia, aun así, esta violencia
siempre se va a mantener dentro del marco legal (porque el manifestante busca validar
su expectativa de derecho) y en el caso de incumplimiento, estos suelen ser en materias
tangenciales o pequeñas irrupciones (Tarrow) por lo que no habrá violencia si lo
entendemos como vandalismo o terrorismo.
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Felipe Sánchez
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