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Prólogo
Agradecimientos
Capítulo 1. La Arqueología Paracas y el valle de Chincha
Henry Tantaleán
Capítulo 2. Ubicación y entorno natural de Cerro del Gentil
Carlos Zapata Benites
Capítulo 3. Las investigaciones del Programa Arqueológico Chincha en Cerro del Gentil
Henry Tantaleán, Alexis Rodríguez, Kelita Pérez y Carlos Zapata
Capítulo 4. Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil
Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Capítulo 5. Secuencia arqueológica y arquitectónica de Cerro del Gentil
Henry Tantaleán
Capítulo 6. Caracterización, tipología y secuencia de la cerámica Paracas de
Cerro del Gentil
Carlos Zapata Benites y Alexis Rodríguez
Capítulo 7. Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido de Cerro del Gentil
Abel Fernández y Alexis Rodríguez
Capítulo 8. Enterramientos humanos Paracas en Cerro del Gentil
Alexis Rodríguez
Capítulo 9. Análisis Bioantropológico de Individuos enterrados en el Cerro del Gentil
Juliana Gómez Mejía
Capítulo 10. Consumo alimenticio y ritual en Cerro del Gentil
Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
Capítulo 11. Las ocupaciones post-Paracas en Cerro del Gentil
Abel Fernández, Kelita Pérez y José Tumbalobos
Capítulo 12. Cerro del Gentil y el fenómeno Paracas
Henry Tantaleán y Charles Stanish
Referencias bibliográficas
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Prólogo
E
n el año 2011 los editores de este libro co- caliente de El Carmen. Ese avistamiento, lo hicimos
menzamos a darle forma a un nuevo pro- luego de haber visto otros sitios como El Mono y ya
yecto en la costa sur peruana. Ambos ha- desde el sitio de Pampa del Gentil, era obvio que
bíamos trabajado muy cercanamente en el área de estábamos ante una serie de sitios que compartían
la Cuenca del Titicaca, en Puno. Nuestros proyec- a grandes rasgos las mismas características. Por su
tos se entrecruzaron no solamente a nivel del te- tamaño, ubicación, conservación y algo de intui-
rritorio altiplánico, sino que, compartían la obse- ción, decidimos empezar nuestra investigación en
sión por entender el surgimiento de las primeras el valle con este sitio que prontamente supimos que
sociedades complejas en los Andes peruanos. había sido denominado por Dwight Wallace como
Una serie de circunstancias nos dispusie- Cerro del Gentil (PV.57-59).
ron para comenzar a pensar en la posibilidad de Durante tres temporadas (2012-2014) exca-
colaborar en un nuevo proyecto, pero ahora, en vamos en el sitio, mientras que otros equipos de
la costa peruana. Elegir el valle de Chincha fue nuestro programa de investigación arqueológica
consecuencia del conocimiento previo de la ar- (PACH) abrieron otros “frentes” de investigación
queología desarrollada en la zona, la existencia de en el valle. Se prospectó la parte media y baja del
una arquitectura monumental poco entendida y, valle, se hicieron algunas prospecciones inten-
como siempre en arqueología, el azar. Durante un sivas en sitios específicos, y se excavó en el sitio
viaje relámpago a Chincha en agosto de 2011, am- de Huaca Soto durante las temporadas de 2014 y
bos entramos en contacto con dicha arquitectura 2015. Adicionalmente, Stanish se encargó de rele-
Paracas. Los imponentes edificios nos atrajeron var los geoglifos de la pampa de El Carmen y otros
rápidamente y comenzamos a proyectar un traba- de las pampas cercanas. Incluso se hicieron inves-
jo continuado en el valle. tigaciones puntuales en sitios del valle de Pisco
En este mismo viaje “descubrimos” lo que en como Monte Sierpe y Pantayco.
ese momento llamamos “Huaca Carmen”. Un edifi- Siempre nos hemos admirado mutuamente
cio piramidal construido en el borde de una terraza de nuestra capacidad de trabajo y la de nuestros
natural que se elevaba sobre el fondo del valle de estudiantes y, sobre todo, la capacidad para poder
Chincha y que se insinuaba sobre la pampa seca y sintetizar la enorme cantidad de materiales y da-
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tos que se han recolectado en estos cuatro años de en especial las de los pobladores de El Carmen.
investigación de campo. La monografía que aho- Asimismo, se ha posibilitado el otorgamiento de
ra presentamos es parte de este proceso en el cual relevancia a la arqueología de la zona. También,
queremos contribuir con la entrega de la informa- los propietarios de los terrenos dedicados a la
ción obtenida a lo largo de estos años fructíferos agricultura han tomado conocimiento de la im-
y satisfactorios. portancia de los sitios arqueológicos. En general,
Cuando empezamos este proyecto éramos solo nos sentimos satisfechos del trabajo realizado y
dos personas. A lo largo de la existencia del Pro- este ha dado los frutos esperados e incluso nos ha
grama de Investigación Chincha hemos llegado a recompensado con hallazgos que nunca imagi-
contar con medio centenar de personas involucra- nados. Con este libro, que reúne información de
das directamente con el proyecto y otras decenas Cerro del Gentil, elaborado por los autores junto
indirectamente. Hemos trabajado con estudiantes con sus estudiantes compartimos a la comunidad
de universidades peruanas y norteamericanas. Mu- científica y a la población en general nuevos datos
chos artículos científicos y de divulgación, posters, que seguro enriquecerán la arqueología Paracas y
ponencias y tesis de maestría y doctorado son el la arqueología andina en general.
fruto de este programa de investigación.
Nuestras investigaciones, además, han contri- Henry Tantaleán y Charles Stanish
buido con la economía de las poblaciones locales Guayaquil/Los Angeles, 15 abril de 2016
Agradecimientos
L
a lista de personas e instituciones que de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e In-
han apoyado a esta investigación es lar- novación de la República del Ecuador
ga. Esperamos no olvidar a ninguna. En Queremos dar un agradecimiento especial
primer lugar, los editores queremos agradecer a Luka Baraka y al ingeniero Luis García de la
a las instituciones que apoyaron nuestra investi- Compañía Agroexportadora Virgen del Rosario,
gación. Agradecemos a los Cotsen Endowments quienes generosamente apoyaron y permitieron
del Cotsen Institute of Archaeology at UCLA, al nuestra investigación en los terrenos adyacentes a
Institute for Field Research (IFR), a la National su propiedad. Ellos también han apoyado econó-
Geographic Society y a la National Science Foun- micamente con esta publicación lo cual demues-
dation. Agradecimientos especiales por su apoyo tra su verdadero compromiso por la preservación
económico van para Harris Bass, Bruce Hector y del patrimonio arqueológico de Chincha.
Charles Steinmetz. También, queremos agradecer Un agradecimiento especial va para los ami-
al Ministerio de Cultura del Perú por los permi- gos de El Carmen. En especial para Mirtha y Jesús
sos y la supervisión de nuestro trabajo. Hacemos quienes nos recibieron con los brazos abiertos y
un reconocimiento especial por su apoyo a Rubén los platos de comida bien llenos. A Raul Mendoza
García en su desempeño como representante de por compartir sus memorias y conocimientos de
la Dirección Desconcentrada del Ministerio de la arqueología de Chincha. A Jesus Giacomo por
Cultura en Ica. Henry Tantaleán agradece espe- su amistad en Chincha Alta y su asistencia en di-
cialmente al Proyecto Prometeo de la Secretaría ferentes momentos de nuestra investigación.
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Capítulo 1
La arqueología Paracas
y el valle de Chincha
Henry Tantaléan y Charles Stanish
L
a explicación del fenómeno Paracas es una Durante algún tiempo, el valle de Chincha
de las problemáticas más fascinantes en la se mantuvo al margen de la importante discu-
arqueología andina. Desde su descubri- sión sobre la naturaleza de esta sociedad. Como
miento arqueológico e, incluso antes, los mate- veremos, esto no se debió a falta de interés por
riales relacionados con lo que se conocería como parte de los investigadores sino a la espora-
Paracas despertaron la admiración en círculos ar- dicidad con la que se dieron los estudios y la
tísticos, anticuarios y arqueológicos. La maestría carencia de publicaciones detalladas. Además,
de sus textiles fueron las primeras muestras de que los contextos arqueológicos excavados sistemá-
en la costa del Perú existía una importante “civili- ticamente fueron limitados. Cerro del Gentil
zación” que había alcanzado una sofisticación tec- nos ha abierto una importante ventana para co-
nológica y cultural inusitada. Con el desarrollo de menzar a conocer, en profundidad y en detalle,
las investigaciones arqueológicas a lo largo del si- los restos de la sociedad Paracas en el valle de
glo XX se obtuvo, cada vez más, un mayor conoci- Chincha (Figura 1.1).
miento de sus materiales y también de sus tumbas En este capítulo hacemos una revisión de los
y asentamientos habitacionales y ceremoniales. principales estudios arqueológicos sobre la so-
La península de Paracas fue el lugar epónimo ciedad Paracas y el valle de Chincha. Iniciamos
de esta civilización gracias a su descubrimiento enmarcando el fenómeno Paracas dentro de la
por Julio C. Tello en la década de 1920. Sin em- arqueología de la costa sur del Perú. Luego hace-
bargo, pronto otros investigadores comenzaron a mos un repaso de los antecedentes de la produc-
encontrar materiales similares en los valles veci- ción arqueológica en el valle de Chincha. Estos
nos, especialmente en el valle de Ica. A medida datos servirán como base para el desarrollo de los
que la investigación arqueológica fue avanzando, demás capítulos de este libro y reflejan nuestros
los hallazgos realizados en los valles costeños de planteamientos e hipótesis de trabajo en torno a
Cañete a Nazca comenzaron a dar una imagen los fenómenos sociales acaecidos durante el desa-
mucho más amplia del espectro de dispersión de rrollo de lo que conocemos como sociedad Para-
la cultura material Paracas. cas, particularmente en el valle de Chincha.
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10 Henry Tantaleán y Charles Stanish
Figura 1.1. Ubicación del valle de Chincha en el contexto del Perú y Sudamérica.
(DeLeonardis 2005: 27) (Figura 1.2), aunque se entidad política Paracas, siguiendo los primeros
han encontrado materiales aislados Paracas, tan análisis sistemáticos de las cerámicas de Paracas
al norte como en el valle de Rímac (Cook 1999: 2) en la década de 1960 (Menzel et al. 1964). Un
y tan al sur, como Moquegua (Goldstein 2000). creciente corpus de datos de prospección y ex-
Aunque la identificación más temprana de Para- cavación apoyan tal hipótesis, identificando ma-
cas como un fenómeno cultural y político proce- teriales de las etapas tempranas de Paracas que
de de las excavaciones de Tello en la península de datan tan temprano entre los 1000 y 800 a.C. en
Paracas (Tello 1959; Tello y Xesspe 1979), los ar- las partes superiores, media e inferiores de Ica
queólogos, hasta ahora, han considerado al valle (Massey 1986; DeLeonardis 1991, 1997, 2005;
de Ica como el territorio nuclear de la cultura y la Cook 1999).
Figura 1.2. Valles de la costa sur peruana relacionados directamente con la cultura Paracas.
12 Henry Tantaleán y Charles Stanish
Los sitios Paracas tempranos son general- encontrados (ver discusión en DeLeonardis 1991,
mente pequeñas áreas de habitación (menos de 1997; Massey 1986). Las fechas radiocarbónicas
5 hectáreas) o cementerios. Está claro que para de enteramientos de la Península (Paul 1991),
la primera mitad del primer milenio a.C., estos muestran que los enterramientos ocurrieron tan
pequeños sitios no estaban organizados dentro temprano como 300 a.C., cercanamente contem-
de sistemas de asentamiento de nivel superior, poráneos con este Periodo Paracas Medio de de-
aunque permanecieron concentrados en los es- sarrollo temprano de jerarquía de asentamientos.
pacios productivamente agrícolas del valle de Durante este tiempo, la parte superior del valle
Ica. Durante este periodo, podemos decir que Ica parece permanecer independiente políticamente
estaba segmentado en secciones independientes (Massey 1986).
en las partes superior, media e inferior. Cerri- En el periodo Paracas Tardío (siglos III y II
llos (Wallace 1962) aparece como un importante a.C.), el centro ritual de Ánimas Altas reemplaza
asentamiento con evidencia temprana de com- a Ánimas Bajas. El nuevo centro contiene una es-
partimiento de motivos cerámicos con el princi- tructura piramidal con rampa de adobe y frisos,
pal sitio del Horizonte Temprano de Chavín de rodeado por al menos 15 montículos de adobe
Huántar. En el valle medio e inferior, las secciones más pequeños (Cook 1999). El conjunto de asen-
agrícolas de Callango y Ocucaje, respectivamente, tamientos circundantes en las secciones de Ocu-
forman las principales áreas de asentamiento tem- caje y Callango, poseen una evidencia importante
prano. En Callango, DeLeonardis (2005) nota que de recursos marinos, sugiriendo derivación de
los sitios más tempranos contienen tanto dese- productos de subsistencia de la costa, y trabajo
chos domésticos como componentes públicos en corporativo. Durante este periodo, Paracas pare-
la forma de montículos bajos de forma ovalada. ce estar organizado como una jefatura regional.
Asimismo, es notable que la presencia de arqui- Parecería que la cuenca de Ocucaje “ganó” sobre
tectura doméstica y pública intercalada es marca- los otros sitios competidores de los periodos más
damente diferente de los centros tempranos en la tempranos en el valle superior, medio e inferior.
costa norte, donde esos elementos se mantienen De acuerdo a Cook (1999) la mayoría de los ente-
separados distintivamente (Cook 1999: 1). El con- rramientos de la Península pertenecen a este pe-
texto del desarrollo de Paracas Temprano es uno riodo, cuando Ocucaje era un centro dominante
de elevados intercambios intervalles e interregio- y Ánimas Altas (Bachir Bacha y Llanos 2013) el
nal, probablemente facilitado en parte y siguien- asiento del liderazgo de esta jefatura.
do al colapso del importante centro de Chavín de Durante el Horizonte Temprano aparecen
Huántar (Silverman 1996: 122-3). El periodo que cerámicas en una serie de sitios en el Río Grande
siguió fue uno de interconectividad sin preceden- de la cuenca de Nasca (Proulx 1999a). Sin em-
tes, oportunidad para alcanzar competitividad, y bargo, ninguna arquitectura Paracas es evidente.
el consecuente desarrollo de la complejidad en la Proulx describe algunos de esas cerámicas recu-
costa sur. peradas como vasijas de las fases Paracas más
Para el periodo Paracas Medio (mediados tardías, sugiriendo que el grueso de la influencia
del primer milenio a.C.), la primera jerarquía de de Paracas alcanza la cuenca de Nasca después
asentamientos aparece en el valle medio de Ica, que el valle de Ica ya ha sido consolidado regio-
con el centro primario de Ánimas Bajas (Cook nalmente. Silverman (1991, 1994, 1996) tam-
1999). Este sitio muestra clara evidencia arquitec- bién reporta cerámica Paracas Ocucaje en el Río
tónica de construcción corporativa de arquitectu- Grande de la cuenca de Nasca, aunque nota que
ra ritual de adobe. Al mismo tiempo, una mayor Nasca se encuentra, la mayor parte del tiempo,
cantidad de sitios con cerámica Paracas aparecen fuera de la esfera directa de influencia Paracas
en las secciones más costeras del valle, e Ica llega (Silverman 1996:131). Más recientemente, Isla y
a estar conectada con la península de Paracas a Reindel (2006) e Isla (2010) describen objetos de
través de la costa y mediante una ruta por la parte tumbas de estilo Paracas en cementerios en los
superior del valle. Es en este Periodo Medio que cursos superiores del valle de Palpa. Las influen-
los cementerios de la península de Paracas son cias estilísticas Paracas y Topará también afectan
Capítulo 1: La arqueología Paracas y el valle de Chincha 13
Figura 1.3. Mapa de ubicación de los sitios del periodo Formativo/Paracas del valle de Chincha.
Se indica la localización de Cerro del Gentil (PV.57-59) y el Complejo Soto (PV.57-26).
Redibujado de Canziani (1992: 88).
han sido poco estudiados y menos aún compren- valle superior hay dos grupos de sitios de edifi-
didos. Existen evidencias de cerámica incisa con caciones piramidales, una en el lado norte del río
pintado poscocción (característico de la cerámica Chico y otro en el lado sur del río Matagente.
Paracas), lo cual nos indica que se trata inicial- Los sitios en la pampa del valle alto, como
mente de contextos Paracas. Canziani (1992) PV57-59 (Cerro del Gentil), se encuentran en
plantea una ocupación inicial Paracas para el sitio zonas que se conocen en quechua como “chaupi-
de Chococota y el sitio cercano 136, seguida por yungas”, tierras bajas o medias. La mayoría de los
una ocupación Topará. La dominación Topará sitios Paracas y post-Paracas fueron construidos
desaparece hacia el Nasca 2, alrededor del final del directamente sobre el fondo del valle o en las lade-
primer milenio de nuestra era (Peters 1997: 903). ras de las colinas, justo por encima de los canales.
Por lo tanto, Chincha contiene dos áreas dis- Los sitios de las pampas del Gentil y del Carmen
tintas de asentamientos del Horizonte Temprano se construyeron más lejos de la agricultura de lo
y del Periodo Intermedio Tardío. El primero se que era necesario. Una posibilidad es que estas
encuentra en el valle bajo y asociado a los grandes áreas fueron ideales porque estaban fuera de las
complejos de montículos piramidales de adobe. reivindicaciones territoriales de las personas que
Un segundo tipo de asentamiento se encuentra en viven en aldeas sedentarias, entre las tierras altas y
la parte alta del valle, sobre la agricultura de riego la costa. Estas áreas son “neutrales”, una especie de
en la pampa del desierto. Dentro de la zona del “Chaupi” como un lugar intermedio, en áreas que
Capítulo 1: La arqueología Paracas y el valle de Chincha 15
EDAD PERIODOS VALLES DE LIMA VALLES DE CHINCHA VALLES DE ICA ÉPOCAS HISTÓRICAS
C14 ARQUEOLÓGICOS
Colonial Colonial Hispánico
1500
Horizonte Tardío Sitio E IMPERIO DEL
Sitio B TAWANTINSUYU
1400
1300 CHANCAY ICA
PACHACAMAC La Cantera
Horizonte Medio Horizonte Medio
IMPERIO WARI
9
6 al 8
500 LIMA ESTRELLA
4 al 5 Época de
1 al 3 DESARROLLOS
Periodo
d.C. Intermedio NASCA REGIONALES
0 Temprano EL CARMEN
a.C. Blanco sobre
Rojo
Campana
TOPARA Chongos Superior
Jahuay 3
500 VIII
Pinta
PARACAS
VII Patos
Horizonte FORMATIVO
ANCÓN VI OCUCAJE
Temprano
V
POZUELO
IV
PERIODO
1500
INICIAL III Inferior
ANCÓN
II
Gaviota
I OTUMA ARCAICO
Gaviota
SUPERIOR
2000
CONCHAS
?
3000 ENCANTO
ARCAICO INFERIOR
4000
PRE-
5000
CERÁMICO
CANARIO ESQUEMA ARQUEOLÓGICO DEL
VALLE DE CHINCHA
Proyecto Arqueológico-Histórico
ARENAL Chincha/Pisco
6000
Luz - Chivateros Luis Guillermo Lumbreras
LÍTICO
8000 Zona Roja
Figura 1.4. Esquema cronológico del valle de Chincha, que se indica dentro de recuadro
con líneas rojas, en comparación con otros valles, los estilos cerámicos/ocupaciones humanas
relacionadas con la construcción original del sitio Cerro del Gentil. Tomado de Del Águila 2010.
16 Henry Tantaleán y Charles Stanish
1 Sin embargo, en otras referencias (Lanning 1960: 417; Wallace 1986: 69; Silverman 2009: 489), la procedencia
del lote cerámico con el cual Wallace definió la fase Pinta también se vincula con el sitio PV.57-63, el vecino
sitio conocido como El Mono o Chococota.
Capítulo 2
Ubicación y entorno
natural de Cerro del Gentil
Carlos Zapata Benites
C
erro del Gentil se encuentra ubicado en Ubicación geográfico-política
un lugar con características significativas
y privilegiadas dentro del paisaje del valle El área de estudio, políticamente se encuentra en
medio del río Chincha. No se encuentra en el fon- el distrito de El Carmen, en la provincia de Chin-
do de valle, aunque domina visualmente gran par- cha, en el departamento de Ica. El valle de Chin-
te de este. Es obvio que sus constructores eligieron cha (Figura 2.1), forma parte de la subcuenca baja
este lugar por su elevación y por estar alejado de San Juan (INRENA 2003: 63), cuenca del río San
la zona irrigable del valle. Como veremos, otras Juan, en la Cuenca Hidrográfica del Pacífico. El
características naturales posibilitaron que el sitio río San Juan se origina en las alturas de la Cordi-
se convirtiese en el depositario de una importante llera Occidental, en el departamento de Huanca-
fuente de datos arqueológicos que se irán descri- velica y desciende de noreste a suroeste dividién-
biendo a lo largo de todo el libro. dose, en la costa, en los ríos Chico y Matagente
Así, en este capítulo se abordan las condiciones antes de desembocar en el Océano Pacífico. El va-
materiales y medioambientales a las que se tuvieron lle bajo presenta una altitud que va desde 0 hasta
que enfrentar los pobladores Paracas del valle de 320 msnm. Sus coordenadas geográficas se hallan
Chincha. Se delimita la ubicación geográfico-polí- comprendidas entre los paralelos 13º 20’ 00’’ y 13º
tica del valle. También se describen las condiciones 36’ 00’’ de latitud sur y los meridianos 75º 20’ 00’’
climáticas, geológicas, hidrológicas y ecológicas. Es y 75º 58’ 00’’ de longitud oeste de Greenwich.
importante anotar que la carencia de estudios pa- Nuestro foco de investigación fue el sitio de
leoambientales pueden generar actualismos, por lo Cerro del Gentil (Figura 2.2 - 2.5). Este sitio se
que estos datos aquí expresados deben tomarse con ubica en el distrito de El Carmen, a 13 km al su-
cuidado en el momento de hacer analogías con las reste de Chincha Alta, a 14 km al este Chincha
sociedades arqueológicas. Sin embargo, como ve- Baja, a 11 km de la Carretera Panamericana Sur y
remos, es altamente posible que el entorno inme- a 1,5 km al este del poblado El Carmen. El sitio fue
diato a Cerro del Gentil, especialmente las pampas, dividido primariamente en zona monumental (el
se hayan mantenido las condiciones de sequedad área monticular) y área domestica (una explanada
muy semejantes a las actuales. que se extiende al suroeste de la zona monticular).
17
18 Carlos Zapata Benites
El sitio limita por el norte y oeste con tierras de fisiográficas: el paisaje de llano aluvial, los paisa-
cultivo y por el este y sur con la Pampa de Hoja jes de abanicos aluviales y otros de menor orden.
Redonda. El sitio se ubica en la margen izquierda Dichas unidades fueron clasificadas de acuerdo al
del río Matagente, a una altitud de 190 msnm. Sus material litológico, su génesis y forma (Ibíd.: 26).
coordenadas geográficas son 13° 29’ 42’’ latitud Los paisajes de abanicos aluviales compren-
sur y 76° 02’ 14’’ longitud oeste. den las zonas más extensas en el valle y “…se ex-
tienden desde el pie de los cerros que bordean la
Condiciones naturales llanura aluvial hasta el límite costero. Este Paisaje
del valle de Chincha está constituido por la deposición de los materiales
de acarreo transportados por los cursos de agua a
Geomorfología través de les quebradas de Los Arrieros y La Lata
El estudio de la ONERN (1970: 60-61) señala las (Pampa de Hoja Redonda) y quebrada Huatiana
características generales de la geología de la cuen- (Pampa de Ñoco) […]. Se encuentra constituida
ca del río San Juan en la cual se evidencia diversos por sedimentos arenosos e intercalaciones de guija-
eventos geológicos, donde resaltan, en principio, rros salvo en ciertos sectores de la parte alta” (Ibíd.:
ciclos deposicionales (continentales y marinos) 26-27).
e intrusiones ígneas de magnitud batolítica, por
movimientos orogenéticos y epirogenéticos de va- Edafología
riada intensidad, evidenciado en el levantamiento Los estudios de la ONERN se han centrado en el
de la Cordillera de los Andes y el desarrollo de valle de Chincha, debido a la importancia del agro
fallas y pliegues para los habitantes del valle. En general, se han
El valle de Chincha se encuentra dentro de realizado tres clasificaciones edáficas en el valle:
la fisiografía de la zona del Valle, que se extien- clasificación natural de los suelos, clasificación de
de desde la quebrada Palmadera y la quebrada los suelos según su aptitud para el riego y condi-
Sahuinto hasta el Océano Pacifico (lo que com- ciones de salinidad y drenaje (Ibíd.: Capitulo V).
prende todas las zonas modeladas por el cauce del También existen otros estudios que se pueden to-
río), la cual se divide en dos importantes unidades mar en cuenta (vide INRENA 2003).
Figura 2.1. Vista desde el cerro Viña Vieja del sitio de Cerro del Gentil.
También aparecen los sitios de Pampa del Gentil y El Mono.
Capítulo 2: Ubicación y entorno natural de Cerro del Gentil 19
Figura 2.2. Vista satelital de Google Earth del valle bajo y medio de Chincha. Se indican las ciudades
de Chincha Alta, el Centro Poblado de Huancor y el sitio arqueológico Cerro del Gentil.
Figura 2.3. Vista satelital del valle bajo de Chincha. Se aprecian los ríos Chico y Matagente
y las principales huacas Paracas, incluidas Cerro del Gentil y El Mono.
20 Carlos Zapata Benites
Figura 2.5. Vista desde el sur del sitio arqueológico de Cerro del Gentil antes de nuestras intervenciones.
Se puede observar que se halla ubicado sobre una terraza alta por encima del área de cultivo del valle
del río Chincha. Destaca el montículo piramidal (Edificio 1) que se eleva a unos metros de la superficie
y en su base una serie de estructuras arquitectónicas de piedra y barro.
Capítulo 2: Ubicación y entorno natural de Cerro del Gentil 21
Figura 2.6. Vista del valle de Chincha. Se aprencia el valle bajo y medio.
Figura 2.8. Inicio del valle bajo de Chincha a la altura de Casa Grande.
ses de invierno se presenta menores valores de la Así, la formación ecológica del Desierto Pre-
evaporación total mensual, 80 mm en promedio” montano se ubica en el sector inferior de la cuen-
(Ibíd.: 42). Este factor climático está íntimamente ca entre el litoral y los 2500 msnm. Esta formación
relacionado con las horas de sol del valle. De esta incluye a la quebrada Topará y las pampas eriazas
manera, se presenta un promedio anual de 1680 (como Pampa de Hoja Redonda). Desde el punto
horas de sol (5 horas diarias aproximadamente). de vista térmico se señala que el área no presenta
Este promedio es considerado como bajo y por dificultad para el desarrollo de la agricultura, mas
tanto perjudicial para la generación de vegetación. allá de la presencia de pocas lluvias que suscita un
(ONERN 1970: 43). problema (ONERN 1970: 47).
Los datos sobre la humedad relativa en el valle Topográficamente, la formación presenta un
también proceden de la estación de Fonagro. La área plana o ligeramente ondulada, que compren-
humedad relativa presenta un promedio de la me- de el valle agrícola y las pampas eriazas; y la otra
dia anual de 79,8 %, con un mínimo en el mes de accidentada, la cual encierra pequeñas áreas pla-
febrero 77,7 % y un máximo en el mes de julio con nas a lo largo del río y de las quebradas afluentes
81,6 %. El promedio de temperatura mínima anual (ONERN 1970: 47).
es de 78,1 % con un mínimo en el mes de enero 69 La combinación de estos factores genera una
% y un máximo en el mes de agosto con 80,5 %. En diversificación de suelos. Así, en la parte de va-
cuanto al promedio de temperatura máxima anual lle agrícola los suelos suelen ser de tipo aluvial,
tenemos 83,9 % de humedad relativa con un míni- profundos y fértiles, mientras que en el sector
mo en el mes de setiembre 82,5 % y un máximo en preandino son residuales y carentes de fertili-
el mes de junio con 86 % (INRENA 2003: Cuadro dad. Entre estos dos suelos señalados, se presen-
2.11). La ONERN (1970: 40) presenta resultados tan suelos aluvio-coluviales (predominantes en
similares con un promedio anual de 81% de hu- las pampas eriazas) y coluviales (característicos
medad relativa para la estación de San Antonio y en áreas planas de quebradas). Estas últimas sue-
de 78 % para la estación de Canyar. len presentar también bajo grado de fertilidad
En cuanto al registro de las magnitudes de los (ONERN 1970: 47).
vientos de superficie, se poseen los datos de las es- Por otra parte, el Desierto del Pacifico, está
taciones de Canyar y Fonagro. Aunque las obser- caracterizado por su aridez, siendo uno de los
vaciones de Canyar provienen de un tiempo muy desiertos más áridos del planeta. Esta ecorregión
reducido, (1961-1966) el personal de la ONERN presenta cuatro ambientes naturales: el desierto,
(Ibíd.: 44) las considera confiables y nos refiere las lomas costeras, los valles fluviales y los ecosis-
que los vientos presentan una dirección predo- temas acuáticos. La zona de El Carmen se encuen-
minante “…Oeste (W) y en menor escala Suroeste tra dentro de los valles fluviales y Pampa de Hoja
(SW), siendo la velocidad media aproximada para Redonda en el desierto. Los valles presentan poco
los vientos W, 8 km/hora, y para los vientos SW, 12 desarrollo de la vida en el medio acuático fluvial,
km/hora. En ambos casos, dichos vientos no pasan sobre todo en la parte sur del país, lo que contras-
de ser brisas ligeras o leves (de acuerdo con la escala ta con la gran cantidad de vida que se desarrolla
Beaufort), es decir, que se trata de vientos débiles en el bosque ribereño que se desarrolla al pie del
que no afectan en lo mínimo a la agricultura en el río (Brack 2004: 42-44). El desierto es una zona
valle.” (Ibíd.). En Fonagro se registra un promedio inhóspita para la vida, pero aun así se desarrollan
anual de la velocidad diurna del viento de 6,5 m/s algunos organismos vivientes.
y 2,7 m/s en promedio anual de velocidad noctur-
na (INRENA 2003: Cuadro 3.5). Flora
La vegetación dominante en el desierto es esca-
Ecología sa, pero existen algunas especies que soportan las
El valle de Chincha se encuentra dentro de la for- condiciones del desierto y otras que se desarro-
mación ecológica Desierto Premontano y en la llan en el valle. Las principales especies del valle
ecorregión del Desierto del Pacifico, dependiendo son: Capparis angulata (sapote), Prosopis sp. (al-
del criterio de clasificación utilizado. garrobo), Acacia macracantha (faique, espino o
Capítulo 2: Ubicación y entorno natural de Cerro del Gentil 25
huarango), Tillandsia sp. (achupalla), Gynerium espárragos, etc. Las tierras cercanas debajo de Ce-
sagittatum (caña brava), Phragmites australis (ca- rro del Gentil en la actualidad son utilizadas para
rrizo), Schoenoplectus sp (junco), Tessaria integri- la producción de frutas para la exportación espe-
folia (pájaro bobo), Salix chilensis (sauce), Scirpus cialmente de paltas y mandarinas.
californicus (totora), Typha angustifolia (enea) y
Schinus molle (molle). Muchas de estas especies Fauna
han sido utilizadas para elaborar distintos artefac- El desierto peruano presenta la fauna más pobre
tos y como combustible en el Perú prehispánico. de todas en comparación con las otras regiones
La mayoría de estas especies crecen a la vera del naturales. La presencia del río no incrementó
río y en los canales de regadío. Fuera de la zona en mucho la presencia de otras especies nativas.
irrigada, la zona de la Pampa de Hoja Redonda Como veremos más adelante, a estas especies del
presenta vegetación casi nula, salvo algunas con- valle medio también se incorporaron especies
centraciones de tillandsias hacia el fondo de la marinas para el consumo alimenticio y ritual.
pampa (Figura 2.9). Las especies más representativas que existen
En el valle irrigado, además de las especies na- o existieron en este sector del valle son princi-
tivas antes mencionadas, se han introducido es- palmente aves, pequeños mamíferos y peces de
pecies traídas de otras partes de los Andes y más río. Entre estas especies contamos con Burhinus
allá, un proceso que se inició con la llegada de los superciliaris (huerequeque), Geositta sp. (pampe-
conquistadores españoles. Según lo que veremos rito), Orizomys sp. (ratón), Phyllotis sp. (ratón),
en el capítulo 10, sobre Consumo Alimenticio y Didelphis sp. (muca), Lagidium (vizcacha), Des-
Ritual, desde la época Paracas, se introdujeron o modus rotundus (murciélago), Lycalopex sechurae
cultivaron especies como el maíz, el algodón, la (zorro costeño), Lycalopex griseus (zorro costeño
yuca, frijoles, pacae, calabazas y una serie de fru- gris), Conepatus sp. (zorrillo), Lontra felina (gato
tas. En la actualidad, el algodón sigue siendo una marino), Bufo sp. (sapo), Dicrodon sp. (cañan),
importante fuente de recursos económicos para Phyllodactylus lepidopygus (lagartija), Microlo-
las poblaciones del valle (Figura 2.10). Pero, tam- phus tigris (lagartija), Cryphiops caementarius
bién se han introducido plantas para la exporta- (camarón de río), Pseudothelphusa chilensis (can-
ción como la alcachofa, maíz, palta, mandarina, grejo de río), Trichomycterus punctulatus (life),
Basilichthys archaeus (pejerrey de río) y Aequi- de otros animales propios de estos ecosistemas
dens rivulatus (mojarrilla). costeros como venados, aunque estos no han sido
En la actualidad muchas de estas especies evidentes en nuestro registro. Finalmente, en la
han desaparecido por su depredación por consu- actualidad, migrantes de las partes altas del valle
mo, por la contaminación de las aguas del río y la de Chincha, especialmente de Chaviña se asenta-
fuerte antropización del valle, especialmente para ron muy cerca al sitio de El Mono. Ellos se de-
cultivos intensivos. Pese a ello, aún se pueden ob- dican principalmente a la ganadería de bovinos y
servar zorros atravesando la pampa de Cerro del cápridos.
Gentil. Además, se pueden atrapar camarones
en la parte media del valle (Figura 2.11 y 2.12). Comentarios
La pesca en el río bajo y medio es prácticamente
inexistente en la actualidad. En este capítulo hemos revisado las condiciones
Según nuestras investigaciones es muy proba- naturales actuales del valle en estudio y de la zona
ble que en el momento del uso social de Cerro del cercana al emplazamiento de Cerro del Gentil.
Gentil se hayan criado cuyes. Asimismo, el hallaz- Existe una carencia de paleoestudios por lo cual
go de huesos de camélidos y perros plantea que es difícil determinar las semejanzas y diferencias
ambas especies convivieron con los habitantes de entre las condiciones actuales con las que vivieron
Cerro del Gentil o poblaciones relacionadas con las sociedades prehispánicas asentadas en el valle
este sitio. para esta época. Algunos estudios, como los rea-
Asimismo, en los últimos siglos la crianza lizados en el valle bajo de Ica, pueden dar algunas
de cabras ha dejado huella en el sitio. De hecho, pistas. En ellos se ve que en el pasado y especial-
como nuestras excavaciones han comprobado, en mente en la época Paracas la zona era más bos-
el sector B de Cerro del Gentil se asentaron tem- cosa que en la actualidad (Beresford-Jones et al.
poralmente grupos de chivateros. Las lomas cer- 2009). Si como Canziani (1992) postula, los sitios
canas habrían posibilitado también la existencia Paracas del valle de Chincha estuvieron relacio-
Figura 2.12. Plato de camarones fritos del restaurante “El Camarón de Oro.”
Figura 2.11. Leterero del restaurante “El Camarón de Oro” en el valle medio de Chincha.
28 Carlos Zapata Benites
nados con un sistema de canales que incluyen a valle sean propicias para la agricultura y las tierras
Cerro del Gentil, sería en la época Paracas en que de las pampas, donde se emplaza Cerro del Gentil.
el valle se transforma radicalmente por primera Además, esto ha sido comprobable durante las ex-
vez expandiendo las tierras irrigadas. cavaciones. Sin embargo, los suelos inmediatos y
Por otra parte, la ubicación del valle se debe donde se emplaza Cerro del Gentil son suelos casi
comprender con relación a los otros valles coste- totalmente estériles (ver Capítulo 4).
ros tanto al norte como al sur. La relación coroló- Debemos de considerar las condiciones cli-
gica es relevante en tanto los pobladores de Chin- máticas e hidrológicas, ya que estas influyen de
cha coexistieron con sus vecinos costeños, tal vez, cierta forma en la producción agrícola y la forma
formando parte de una misma sociedad o al me- cómo pueden responder las sociedades a estas
nos manteniendo vínculos importantes. Además, condiciones. Las épocas de verano e invierno y las
la ubicación de Cerro del Gentil se encuentra en de estiaje y avenida son prácticamente las mismas
una zona estratégica del valle, justo donde el valle que las de otros valles costeños y no presentan di-
se ensancha y una de las zonas de pampas de Hoja ferencias significativas. De igual manera, deben
Redonda que tiene una visión privilegiada del va- considerarse en realización de actividades socia-
lle. También el vínculo social, económico y políti- les vinculadas a estos periodos.
co con las sociedades de las sierras de Huancave- Las especies registradas, tanto vegetales
lica debieron tener gran importancia para el valle. como animales, sirven como indicador de las es-
En cuanto a la geología del valle se tiene una pecies que se disponían tanto para el consumo
visión muy general. Lo que correspondería en el alimentario como para su utilización como mate-
futuro es realizar una localización o un mapa de rias primas para la elaboración de artefactos en el
los recursos geológicos y relacionarlos con los pasado. Dicha base de recursos naturales fue con
asentamientos arqueológicos. En cuanto a las tie- la que contaron inicialmente para el desarrollo
rras, los datos pueden conducirnos a plantearnos de su vida social como veremos en los siguientes
actualismos. Aun así, es lógico que las tierras del capítulos.
Capítulo 3
Programa
las investigaciones del
Arqueológico en Cerro del Gentil
Henry Tantaleán, Alexis Rodríguez, Kelita Pérez y Carlos Zapata
N
uestras investigaciones han tomado la Si bien Cerro del Gentil ha tomado nuestra
posta del largo trabajo que se ha reali- mayor atención, uno de nuestros principales ob-
zado en el valle desde finales del siglo jetivos era entender el desarrollo histórico/so-
XIX. Especialmente, los trabajos de Wallace y el cial de todo el valle en este periodo. Por lo tanto,
equipo de Lumbreras han sido una gran fuente no hemos sido esquivos a otras manifestaciones
de información. Nuestro Programa Arqueoló- culturales, realizando diferentes tareas en varios
gico se centró, por una serie de motivos, en el flancos, los cuales nos ayudaron a comprender la
sitio de Cerro del Gentil. Nuestros esfuerzos, naturaleza de las dinámicas en dicho periodo. Fi-
finalmente, fueron recompensados al obtener nalmente, este apartado nos brindará un panora-
una importante cantidad de información. Ade- ma general, introduciéndonos, en buena medida,
más, de la misma materialidad del sitio llegamos en la comprensión de los siguientes capítulos.
al valle impulsados por una serie de preguntas
que llevamos investigando hace algún tiempo. El Programa Arqueológico de
El tema central de nuestra investigación estaba Chincha (PSCH)
relacionado con el surgimiento de la arquitectu-
ra monumental en los Andes. Cerro del Gentil El Programa Arqueológico Chincha, codirigido
parecía un buen sitio para comenzar a contestar por Charles Stanish y Henry Tantaleán, nació de
estas preguntas. un interés común en temáticas desarrolladas a lo
En este capítulo veremos el desarrollo y direc- largo de sus vidas académicas. El registro, análisis
ciones que han tomado las investigaciones dentro y explicación arqueológica de la formación de las
del Programa Arqueológico Chincha. Esta des- primeras sociedades complejas y/o estatales en el
cripción se centra principalmente en el desarrollo área Sur de los Andes Centrales siempre ha pa-
de tres (03) temporadas de trabajo arqueológico recido un tema inconcluso y lo “Paracas” daba la
(trabajos de campo y gabinete), tomando como si- sensación de estar restringido al conocimiento del
tio principal de estudio a Cerro del Gentil, un sitio estilo cerámico y textil, en la mayoría de los casos,
monumental Paracas ubicado en el valle medio de en referencia de los contextos de élite en la penín-
Chincha. sula Paracas, y, posteriormente, en el valle de Ica.
29
30 Henry Tantaleán, Alexis Rodríguez, Kelita Pérez y Carlos Zapata
Como se ha dicho anteriormente, la literatura sitios del valle bajo), así como su ubicación en el
nos brindó información sobre importantes edifica- valle medio, serían aspectos que tomaríamos en
ciones asociadas a la cultura material Paracas en el cuenta para decidir finalmente por este sitio. La
valle de Chincha. Sin embargo, no existían traba- elección también estuvo sujeta al planteamiento
jos exhaustivos que nos brindasen una explicación de hipótesis relacionadas con el surgimiento de
social del fenómeno en el valle (Figura 3.2). Este las sociedades complejas en esta sección de los
fue uno de los principales motivos para situar las Andes Centrales, punto que pasará a describirse
investigaciones en el valle. Considerábamos que el en el siguiente apartado.
valle de Chincha sería el ubicado más al norte don- Los trabajos en el sitio han tomado tres tempo-
de se presenta el fenómeno Paracas claramente. Por radas: 2012, 2013 y 2014. Dichas temporadas han
otro lado, también se encontraba próxima a la zona incluido diferentes tipos de actividades, pero siem-
central temprana Topará, éste último relacionado, pre dentro de una línea de investigación coherente.
muchas veces en la literatura, con el abandono de
los sitios Paracas. Es por ello que creímos también Planteamientos e hipótesis del PACH
importante desarrollar una investigación sistemá- Sobre los antecedentes de investigación, en el 2012
tica, la cual nos permitiese responder muchas de planteábamos que Cerro del Gentil (PV57-59) era
las preguntas relacionadas a la formación de las so- el sitio que nos ofrecía la oportunidad de abordar la
ciedades complejas, así como a su declive político y cuestión del surgimiento de las primeras socieda-
posterior abandono en esta zona. des complejas, especialmente en esta área. En dicho
Cerro del Gentil, ubicado en el valle medio sitio se buscarían los diferentes datos, tales como
de Chincha, se convertiría en el mejor candidato los bioarqueológicos, iconográficos, de contextos
como caso de estudio para dar respuesta a mu- domésticos y contextos ceremoniales, los cuales
chas de las interrogantes. Sus características mo- cumplirán un papel fundamental al momento de
numentales (menores en comparación con los responder las preguntas pertinentes.
La hipótesis principal inicial fue que Cerro Por otro lado, también considerábamos que
del Gentil pertenecería a los momentos finales del el comercio interregional fue una actividad social
periodo Paracas mientras que los sitios del valle particularmente importante en el surgimiento de
bajo serían contemporáneos con el surgimiento las sociedades complejas. Creíamos que las áreas
de la sociedad Topará. En este sentido, se suge- conocidas como chaupiyungas en tanto zonas de
ría un cambio del poder político de los sitios más transición o espacios intermedios, entre dos áreas
altos, como Cerro del Gentil a la llanura costera ecológico-sociales, jugaban un rol importante en
a 5 km del mar. Por lo tanto, Cerro del Gentil se- las integraciones económicas y políticas tempra-
ría un centro político que no duró tanto como los nas entre los grupos sociales de costa y sierra; y
sitios con grandes montículos del valle bajo. De por tanto, debía plantear estudios sobre todo a
esta manera, se sugería que el este sitio colapsó nivel de toda la cuenca del valle. Esta hipótesis
como un centro político/ritual, y que la población se tornaba de importante relevancia por la privi-
se dispersó hacia aldeas rurales y caseríos de áreas legiada ubicación de Cerro del Gentil en el valle
colindantes. medio de Chincha.
Era precisamente ese tipo de contexto el que En este sentido, los geoglifos estarían inte-
estaría asociado a constantes e intensivos conflic- grándose al paisaje del asentamiento doméstico
tos en un proceso cíclico, típico de entidades po- y ceremonial, y, por tanto, integradas también al
líticas no estatales. Por este motivo nuestra inves- panorama sociopolítico de aquel entonces (Figu-
tigación se orientó a definir si el surgimiento de la ra 3.3). Dentro de esta perspectiva, las líneas de
arquitectura monumental, promovida, construida geoglifos marcaban peregrinaciones socioreligio-
y mantenida por una elite, se basaba en el ejercicio sas hacia sitios importantes desde el territorio de
de la violencia por parte de esta. Asimismo, plan- los grupos sociales. De esta manera, veíamos a
teamos que el colapso de la élite que gobernaba en los geoglifos como una tecnología social, que se
aquel momento concreto, estaría relacionado con utilizaron como una serie de vías y formas ritua-
la competencia y el ejercicio de la violencia de las les: peregrinaciones, adoración de las montañas,
nuevas élites emergentes. identificación de las fuentes de agua, etc. De igual
Para el año 2013, las propuestas e hipótesis no manera, el complejo arqueológico El Mono sería
variaron mucho respecto a la temporada anterior, contemporáneo en este paisaje, formando parte
sobre todo porque no se habían profundizado aún importante de la configuración ritual y política
en contextos significativos. Así, con los hallazgos del mismo.
del año 2012, donde destacan nuevos sitios iden- En el 2014 se continuaron con algunos plan-
tificados en el valle y el registro de geoglifos linea- teamientos de la temporada anterior, esta vez di-
les, se decide abordar de una manera más exhaus- reccionándonos por los propios resultados de las
tiva e incluir su reconocimiento en el desarrollo excavaciones en el patio hundido en la temporada
del proyecto. anterior.
Un aspecto a considerar en la temporada 2013 Sobre estos nuevos datos surgieron nuevas in-
fue que en las excavaciones del 2012 no se pudo terrogantes respecto al uso de los sitios Paracas,
encontrar evidencias de violencia (al menos no principalmente el del patio hundido en Cerro del
a nivel de competencia con otros grupos emer- Gentil, generalmente asociado como espacios
gentes). Sin embargo, también pensábamos que donde se desarrollarían actividades rituales de
nuestras excavaciones en la temporada anterior, producción ideológica. Asimismo, se pudo de-
habían sido bastante restringidas como para defi- terminar, para el 2013, que el sitio no presentaba,
nir la dinámica Paracas en este sector del valle. La aparentemente, evidencias de violencia por parte
hipótesis en la cual planteábamos el ejercicio de de algún grupo externo. En la temporada 2014,
la violencia como un aspecto fundamental para la sobre todo, se planteó que el patio hundido era
institución de lo Paracas, así como para su deca- el principal espacio ritual y, por tanto, había sido
dencia, buscaría aclararse con las excavaciones de utilizado y remodelado continuamente y, final-
la temporada 2013, que se centraría en el sector mente, cubierto incluyendo una serie de ofrendas
del patio hundido. y enterramientos humanos.
32 Henry Tantaleán, Alexis Rodríguez, Kelita Pérez y Carlos Zapata
Figura 3.3. Vista de geoglifo orienta hacia Cerro del Gentil (pyr).
E
n este capítulo se describen las excavacio- lizaron excavaciones arqueológicas en los sectores
nes arqueológicas sistemáticas realizadas A y B, además de trincheras y cateos adyacentes al
en el sitio de Cerro del Gentil durante las montículo (Figura 4.1).
tres temporadas de campo efectuadas. No es un Para cumplir estos objetivos y consideran-
informe exhaustivo de cada una de las unidades do las diferencias arquitectónicas de las distintas
de excavación, capas/niveles o hallazgos. Para áreas, dentro estas mismas, decidimos usar tres
dicha información se sugiere al interesado revi- técnicas de excavación: pozos de sondeo, excava-
sar nuestros informes finales de campo que están ciones de trincheras y excavaciones en área.
disponibles en internet. Dentro de las unidades de excavación, que se
En ese sentido, el objetivo de este capítulo es excavaron estratigráficamente, hemos diferencia-
contextualizar los hallazgos más importantes rea- do dos tipos de “locus”, el Locus/Nivel y el Locus/
lizados durante las excavaciones. Además, nos Rasgo. Así, las capas culturales constituyeron los
permitirá conocer la superposición de eventos Locus/Nivel y las deposiciones específicas, como
arqueológicos suscitados en el sitio de Cerro del lentes, rellenos de rasgo, arquitectura u otra for-
Gentil y conocer la naturaleza de las matrices de ma de deposición se consideraron como Locus/
deposición, rasgos arquitectónicos y otros ele- Rasgo. Un número correlativo que no se repitió,
mentos hallados por nuestro equipo durante las identificó una procedencia o “locus”. Así, los Lo-
excavaciones. cus/Nivel contienen Locus/Rasgo, que a su vez, en
algunos casos, contienen niveles arbitrarios. En
Metodología cuanto a la recolección del material en campo, se
designó un número arábigo para cada bolsa que
Las excavaciones en Cerro del Gentil tuvieron contuvo un tipo de material, de manera correlati-
como objetivo central revelar la secuencia estra- va en cada sector de excavación.
tigráfica del sitio y determinar las funciones y ca- El decapado se controló por niveles naturales,
racterísticas arquitectónicas de las distintas áreas pero en algunos casos, sobre todo cuando presen-
que conformaron el sitio arqueológico. En las in- taba un grosor mayor a 10 cm, fue subdividida en
vestigaciones en el sitio de Cerro del Gentil se rea- niveles arbitrarios que permitían un control más
33
34 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Unidad 01 Capa C
La unidad 01 se ubicó a 5 m, aproximadamente, al Capa compuesta de tierra arena y grava (ripio).
sur del Edificio 1 (Sector A), en donde existen al- Consistencia entre suelta y compacta. Coloración
gunas estructuras dispersas al parecer de carácter predominante 10 YR 6/4 (marrón amarillento
doméstico. Se excavó como pozo de sondeo para claro) en la tabla de Munsell. No se encontró ma-
conocer la dimensión de la ocupación en el sitio. terial cultural. Esta capa se excavó en una exten-
La unidad 01 tuvo una extensión de 1 m en el eje sión de 1 por 2 m, cubriendo un total de 2 m2,
norte-sur y 2 m en el eje este-oeste. presentando un espesor promedio de 0,24 m. En
términos generales, En esta capa se utilizó un ba-
Capa A dilejo con el cual removimos el ripio, a excepción
Compuesta de tierra limosa y piedras de diver- de las deposiciones orgánicas que identificamos
sos tamaños: pequeñas (menos de 10 cm de lar- en su superficie y en un segundo nivel. Esta capa
go), medianas (entre 10 cm y 20 cm de largo) y se dividió en dos niveles de excavación: el prime-
grandes (mayores de 20 cm de largo), de diversas ro, la superficie y el segundo, a nivel intermedio
formas entre angulares y subredondeadas. Con- de la capa.
sistencia suelta. Coloración 10 YR 6/3 (marrón Esta capa fue subsuelo natural estéril, pero ha
pálido) en la tabla de Munsell. No presentó ma- sido intrusa con algunas deposiciones culturales.
terial cultural alguno. Esta capa se excavó en una Esta capa se superpuso a la capa D y subyace a la
extensión de 1 por 2 m, cubriendo un total de 2 capa B. En el primer y segundo nivel la capa se
m2, presentado una altura inicial de 204,91 msnm asoció a varias “Deposiciones Orgánicas”.
y una altura final de 204,85 msnm con un espesor
promedio de 0,06 m. Deposiciones orgánicas
Esta capa fue producto de la erosión de la su- Identificamos ocho deposiciones que se distribu-
perficie debido al tránsito y, probablemente, del yeron en la superficie de la Capa C. Estas depo-
material proveniente de los escombros de produ- siciones orgánicas estaban compuestas por tierra
cidos por la alteración del sitio. Esta capa consti- limosa fina, piedras diminutas en algunos casos
tuyó la superficie del área y se encuentra sobre la por arena. Presentaban una consistencia suelta.
capa B de la unidad. Una coloración predominante de 10 YR 4/2 (ma-
rrón grisáceo oscuro) en la tabla de Munsell, aun-
Capa B que presentaba ligeras variaciones en cada una
Capa compuesta de tierra limosa y piedras de ta- de las deposiciones. Contenían material cultural
maño pequeño y mediano que tienen formas an- como restos de ceniza, de carbón, malacológicos,
gulares y subangulares. Consistencia entre suelta botánicos, óseos (incluidos huesos de pez), cabe-
y compacta. Coloración predominante 10 YR 7/3 llo y fragmentos de cerámica. Las formas de las
(marrón muy pálido) en la tabla de Munsell. Se deposiciones fueron, en su mayoría, circulares o
encontró material cultural: restos malacológicos, de forma parecida en su vista en planta y sus vistas
botánicos, líticos y fragmentos de cerámica (en- en corte semicirculares. Sus dimensiones variaron
tro ellos, algunos del estilo El Carmen). Esta capa en cada uno y presentaron una regularidad. Pre-
se excavó con extensión de 1 por 2 m, cubriendo sentaron una altura inicial de 204,79 msnm y una
un total de 2 m2, con una altura inicial de 204,85 altura final de 204,65 msnm con un espesor pro-
msnm y una final 204,79 msnm y con un espesor medio de 0,14 m, en el primer nivel de la capa C.
promedio de 0,06 m. En el segundo nivel de la capa C una altura ini-
Esta capa fue producto de la deposición de de- cial de 204,65 msnm y una altura final de 204,55
sechos provenientes de la actividad en el lugar de msnm con un espesor promedio de 0,10 m.
36 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Capa D
Capa que estuvo compuesta por tierra limosa,
arena y piedras pequeñas (ripio). Presentó una
consistencia semicompacta; una coloración pre-
dominante de 10 YR 6/3 (marrón pálido) en la
tabla de Munsell. No se encontró material cultu-
ral asociado. Esta capa se excavó en una extensión
de 0,55 m en el eje norte-sur por 1,70 m en el eje
este-oeste, cubriendo aproximado de 1 m2; tenía
una altura inicial de 204,55 msnm y una final en-
tre 204,50 msnm y 204,40 msnm con un espesor
promedio de 0,10 m.
Esta capa correspondía al subsuelo natural es-
téril que, a diferencia de la capa C, no presentó
intrusiones. Esta capa estuvo subyacente a la capa Figura 4.2. Unidad 1, capa E, vista desde el este.
C y se superpuso a la Capa E. Ésta última se ubicó
en la zona norte de la unidad y restringe el tama-
ño de la capa D, probablemente se realizó una ho- caso, en el perfil oeste, con el fin de aprovechar el
radación en la capa E, que se depositó la capa D. corte y tener una posible identificación de la ar-
quitectura de la edificación piramidal, como efec-
Capa E tivamente se logró. Finalmente, la unidad 02 tuvo
Capa que estuvo compuesta por caliche: una mez- una extensión de 1 m en el eje norte-sur y 4,20 m
cla de gravilla (ripio) y tierra limosa aglutinados en el eje este-oeste.
por el salitre (Figura 4.2). Presentó una consisten-
cia compacta; una coloración de 2.5 YR 6/4 (ma- Capa A
rrón rojizo claro) en la tabla de Munsell. No pre- Capa que estuvo compuesta por tierra limosa y
sentó material cultural asociado. Tenía una altura arena. Consistencia suelta. Coloración 2,5 Y 5/3
inicial entre 204,55 y 204,40 msnm y se desconoce (marrón oliva claro) en la tabla de Munsell. Pre-
su altura final. Esta capa no se excavó, sentó material cultural tales como restos mala-
Esta capa correspondió a subsuelo natural cológicos, botánicos, óseos y fragmentos de ce-
estéril. Se encontró subyacente a la capa D y a la rámica (entre estos uno de estilo Paracas y otro
capa C en algunas zonas, asimismo en otras zonas Carmen). Se excavó con una extensión de 1 por
esta se encontró al mismo nivel que la capa D. 4,20 m, con un total aproximado de 4 m2; pre-
sentando una altura inicial entre 208,85 y 207,32
Unidad 02 msnm y una altura final entre 208,79 y 207,26
La unidad 02 se encontró ubicada en la parte su- msnm con un espesor promedio de 0,06 m.
perior del montículo piramidal A, en donde existe Capa producto de la erosión de la superficie
un pozo de huaqueo que afecta toda la cima del debido al tránsito y la deposición de material por
montículo, este pozo es de un diámetro de 2 m acarreo eólico y mecánico de escombros de la ar-
aproximadamente y una profundidad también de quitectura del montículo (Figura 4.3). Esta capa
2 m. Se aprovechó el huaqueo para colocar la uni- se constituyó la superficie del área y se encontró
dad de excavación en uno de los perfiles, en este sobre la capa B de la unidad.
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 37
cos, líticos, textiles, pelaje, fragmentos de adobes Esta capa corresponde el relleno para el último
(que provinieron de la arquitectura colapsada y piso de la edificación piramidal (Piso 4). Además,
representaron gran porcentaje en la capa) y frag- esta capa en superficie presentó una ligera incli-
mentos de cerámica. La presencia o ausencia y la nación descendiente en dirección norte-sur, debi-
frecuencia de estos materiales culturales variaron do a morfología de la edificación piramidal y a la
en cada una de las unidades excavadas. Esta capa erosión sufrida. La capa constituye el último re-
se identificó en todas las unidades iniciales, pero lleno arquitectónico y aquí encontramos las bases
se excavó en menos unidades, cubriendo un total de algunos muros que debieron ser el último piso
de 36 m2, excavada en las unidades A33, A34, A35 del edificio, aunque este último estuvo relaciona-
y desde la unidad A41 hasta la A46. Presentó una do a una ocupación post-Paracas. Estas estructu-
altura inicial aproximada de 208,45 msnm (va- ras fueron muy burdas y sin mucha inversión de
riante) y una final aproximada de 208,65 msnm; apreciándose solamente simples alineamientos de
con un espesor promedio de 0,20 m. rocas sin ninguna preparación especial.
Esta capa fue producto de la erosión de la su-
perficie y del colapso de arquitectura. Además, Capa D
en la superficie presentó una gran inclinación Compuesta de tierra limosa y gravilla con inclu-
descendiente en dirección norte-sur, debido a la siones de piedras de tamaño pequeño y mediano.
morfología de la edificación piramidal. Esta capa Consistencia semicompacta. Se observó, también,
es producto del colapso de edificaciones en dis- coloración predominante 10 YR 5/3 (Marrón) en
tintas fases y se encontró sobre la arquitectura del la tabla de Munsell. No se registró material cultu-
montículo piramidal. Además, hacia la parte sur ral en la excavación. La capa solo fue identificada
de la excavación se encontraron basurales vincu- en la unidad A33, U43 y U44 con un total de 9 m2,
lados a la fase Carmen, los cuales son parecidos excavada en todas las unidades. Presentó una al-
a los basurales del sector B, esto debido a que la tura inicial de 207,44 msnm y una final de 207,19
parte sur de la excavación se encontraba fuera del msnm, y con un espesor promedio de 0,25 m.
área de la edificación piramidal, en una zona llana Esta capa de relleno arquitectónico que fue
como la del sector B. Esta capa estaba asociada a depositado sobre el Piso 2, para ganar altura en
tres basurales: Basural 1, Basural 2 y Basural 3; y a la construcción del Piso 3. El relleno presentó una
la Concentración de ceniza 1. ligera inclinación de este a oeste. La capa se super-
puso a la remodelación del Piso 2 y se encontró
Capa C adyacente, al oeste, del Muro 3. Probablemente
Compuesta de tierra limosa y piedras de todos los hacia el oeste de este relleno existía un muro que
tamaños: pequeñas, medianas y grandes, tienen lo contuvo. Además, este relleno dividió al Muro
formas entre angular y subangular. Consistencia 5, una parte al norte y otra al sur. También se en-
compacta. Se observó también una coloración contró esta capa por debajo del Piso 3.
predominante de 10 YR 5/3 (marrón) en la tabla
de Munsell, aunque con ligeras variaciones en al- Capa E
gunas zonas de la capa. Contenía material cultural Compuesta por tierra limosa, terrones, y pie-
tales como restos óseos, malacológicos, botánicos, dras de todos los tamaños: pequeñas, medianas
líticos, textiles, pelaje, cabello, plumas, fragmen- y grandes, que tienen una forma entre angular y
tos de adobes (algunos de ellos enteros) y frag- subangular. Consistencia compacta. Se observó,
mentos de cerámica. La presencia o ausencia y la también, una coloración predominante 10 YR 5/4
frecuencia de estos materiales culturales variaron (marrón amarillento) en la tabla de Munsell, aun-
en cada una de las unidades excavadas. Esta capa que con ligeras variaciones en algunas zonas de la
se identificó en las unidades A41 y A42 con un capa. Se encontró materiales culturales tales como
total de 8 m2. Presentó una altura inicial entre restos malacológicos, botánicos, fragmentos de
208,20 y 208,00 msnm y una altura final de 207,54 adobes (son parte del relleno) y fragmentos de ce-
msnm, inferida de la altura de la remodelación del rámica. La capa se identificó solo en las unidades
Piso 3, y con un espesor promedio de 0,56 m. A33, A34 con un extensión de 8 m2; sin embar-
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 41
go, no fue excavada. Altura inicial entre 207,09 y este, el relleno continúe formando una plataforma
207,00 msnm y se desconoce la altura final. o superficie nivelada. Además, se encontró subya-
Esta capa corresponde al relleno del penúl- cente a la Capa C.
timo piso de la edificación piramidal (Piso 2),
un relleno al exterior del Muro 3 y el relleno del Capa G
Muro 4. Además, la capa en superficie presentaba Compuesta de arena limpia y una superficie sedi-
una ligera inclinación descendiente en dirección mentaria. Consistencia suelta y coloración predo-
norte-sur, debido a morfología de la edificación minante 10 YR 6/3 (marrón pálido) en la tabla de
piramidal y a la erosión sufrida. Esta capa consti- Munsell. No se encontró material cultural asocia-
tuyó el relleno arquitectónico para el primer piso do, aunque en la unidad A45 presentaba algunos
de las ocupaciones post-Paracas. Esta capa debió restos de ceniza. La capa se identificó en las uni-
superponerse al Piso 1 y rellenado el espacio entre dades A43, A44 y A45. Se desconoce su extensión
el Muro 3, al oeste, y el Muro 4, al norte. Proba- total, pero fue retirada en todas las unidades don-
blemente hacia el oeste de este relleno existía un de fue encontrada. Una superficie sedimentada
muro que lo contuvo. Esta capa también se encon- se halló en la unidad A44. Esta presentó distintas
traba por debajo del Piso 2. alturas dependiendo del lugar donde se depositó,
alcanzando un espesor promedio de 0,02 m (se
Capa F puede recurrir a las alturas de las capas sobre las
Compuesta de tierra limosa, terrones, y piedras de que se depositó para la referencia de altitud total).
tamaño medio, que tienen formas subangular, an- También se presentaba deposición eólica en
gular y muy redondeada (cantos rodados). Con- algunas zonas de la edificación piramidal, espe-
sistencia compacta con coloración predominante cialmente en zonas donde se hallaron concavi-
10 YR 5/3 (marrón) en la tabla de Munsell. Se ha- dades que contenían arena como en la superficie
lló material cultural tales como restos óseos, mal- sedimentada. Probablemente esta deposición se
acológicos, botánicos, textiles, cabello, fragmen- encontraba extendida sobre la configuración fi-
tos de adobes (son parte del relleno) y fragmentos nal de la edificación piramidal en su última fase
de cerámica. Además, en este relleno se tomaron Paracas, que existieron en zonas donde el acarreo
tres muestras de carbón para su posterior data- eólico no permitió su permanencia (también cabe
ción radiocarbónica. Esta capa se identificó en las la posibilidad que hayan sido limpiadas por las
unidades A42, A43, U43 y U44 con un total de 8 sociedades post-Paracas). Luego de la ocupación
m2, sin embargo, solo sólo se excavó en la unidad Paracas, algunos eventos pluviales destruyeron
A43. Tenía una altura inicial entre 208,18 y 207,28 parte de la arquitectura y generaron superficies
msnm y una final de 206,50 msnm, con un espe- sedimentadas donde se retuvo esta capa y que se
sor promedio de 1,23 m. En términos generales superpuso al Piso 1, a la capa I y a la arquitectura
esta capa se retiró entre el Muro 3 y el Muro 2. visible en la última fase Paracas, que se encontró
Asimismo, la capa se removió con picota toda la subyacente a la capa F (en su mayor parte).
tierra y los fragmentos de adobe, que son parte del
desmonte y de la destrucción de la arquitectura Capa H
Paracas, hasta llegar al Piso 1. Compuesta de tierra, mezcla de barro y fragmen-
La capa fue el relleno interno para el Muro 3, tos de adobes. Consistencia compacta y colora-
el cual generó una superficie nivelada a manera ción predominante 10 YR 6/3 (marrón pálido)
de plataforma en el lado oeste del Muro 3. Pro- en la tabla de Munsell. No se encontró material
bablemente este relleno se extendía hacia el este cultural en su superficie, pero los fragmentos de
de la edificación piramidal. Esta capa constituyó adobe encontrados forman parte de esta capa, la
el relleno arquitectónico para la plataforma de la cual fue identificada en las unidades A43 cubrien-
primera ocupación post-Paracas. La capa se su- do un área menor a 1 m2, de la zona expuesta. Pre-
perpuso al Piso 1, al Muro 2 y a la Capa I. Se en- sentó una altura inicial entre 206,45 msnm y una
contró rellenando el espacio entre el Muro 3, al final de 206,31 msnm, con un espesor promedio
este, y el Muro 2, al oeste. Probablemente hacia el de 0,14 m.
42 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
La capa fue relleno para generar una super- apisonado constituyó la primera superficie de uso
ficie sobre la que se asentó el Piso 1. El relleno relacionada a la sociedad Paracas. El relleno se
se debió extender hacia el oeste y al norte de la debió extender hacia el oeste y al norte de la edi-
edificación piramidal. La capa constituía el relle- ficación piramidal. La capa constituyó el relleno
no arquitectónico para el Piso 1, que fue el último arquitectónico para el apisonado que estuvo aso-
piso Paracas. Se superpuso a la Capa J, se asoció al ciado al Muro 2. Se superpuso a la capa L, asocia-
Muro 2 y se encontró subyacente al Piso 1. da al Muro 1 y estuvo subyacente a la capa H, capa
I y al Muro 2.
Capa I
Compuesta de tierra limosa, gran cantidad en Capa K
forma de terrones. Consistencia compacta, con Compuesta por tierra limosa, con presencia de
una coloración predominante 10 YR 6/3 (ma- terrones y piedras de tamaño mediano, las cuales
rrón pálido) en la tabla de Munsell. No presen- tenían una forma subredondeada (piedras can-
tó material cultural en superficie, pero los frag- teadas que provendrían del derrumbe del Muro
mentos de adobe encontrados formaron parte 1). Consistencia compacta, con una coloración
de esta capa. Dichos adobes tenían una forma predominante 2.5Y 5/3 (marrón oliva claro) en
de estilo Paracas. La capa sólo se identificó en la tabla de Munsell. No presentó material cultu-
la unidad A43, cubriendo un total de 3 m2, pero ral. Esta capa se identificó en las unidades A43
sólo fue excavada en la unidad A43, presentando y A44, cubriendo un total de 1 m2. Presentó una
una altura inicial entre 207,24 y 206,94 msnm, y altura inicial entre 206,59 y 206,41 msnm, des-
desconociendo su altura final. Esta capa no fue conociéndose su altura final. Esta capa no fue
excavada. excavada.
La capa fue el relleno interno para el Muro 2, La capa fue el relleno interno para el Muro 1,
que generó una superficie a manera de platafor- que generó una superficie nivelada a manera de
ma en el lado oeste del Muro 2. Probablemente plataforma en el lado oeste del Muro 1. El relleno
este relleno se extendía hacia el este de la edifi- se extendió hacia el este y norte de la edificación
cación piramidal. Constituye el relleno arquitec- piramidal. La capa constituyó el relleno arquitec-
tónico para la plataforma de la última ocupación tónico para la plataforma de la penúltima ocupa-
Paracas. Se superpuso al apisonado de la capa J, al ción Paracas. Se superpuso a la capa L, se asoció
Muro 1 y a la capa K. Ésta se encontró rellenan- al Muro 1. Además, se encontró subyacente a la
do el espacio entre el Muro 2, al este, y el Muro capa I.
1, al oeste. Probablemente hacia el este, el relleno
continuó formando una plataforma o superficie Capa L
nivelada. La capa también se encontró subyacente Compuesta de tierra limosa. Consistencia com-
a la Capa F. pacta, con coloración predominante 10 YR 7/4
(marrón muy pálido) en la tabla de Munsell.
Capa J Se halló material cultural tales como restos bo-
Compuesta de tierra, mezcla de barro y fragmen- tánicos a manera de inclusiones. Esta capa se
tos de adobes. Consistencia compacta, con una identificó en la unidad A44, cubriendo una su-
coloración predominante 10 YR 6/3 (marrón pá- perficie menor a 1 m2. Altura inicial de 206,01
lido) en la tabla de Munsell. No presentó material msnm y una final 205,80 msnm, con un espesor
cultural en superficie, pero los fragmentos de ado- promedio de 0,20 m. Probablemente este relleno
be encontrados formaron parte de esta capa. Se se extendió por toda la superficie de la edifica-
identificó en las unidades A43 y A44 con un área ción piramidal. La capa constituyó un relleno
menor a 2 m2 de la zona expuesta. Altura inicial arquitectónico que generó una plataforma sobre
de 206,31 msnm y una final de 206,01 msnm, con la cual se asentó la arquitectura de la Fase 2 de
un espesor promedio de 0,20 m. ocupación Paracas. Se superpuso a la capa L y se
La capa fue el relleno que generó una super- encontró subyacente a la capa J a la capa K y al
ficie nivelada que presentaba un apisonado. Este Muro 1.
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 43
Dicho elemento arquitectónico estuvo rela- el muro se prolongó hacia oeste, una altura de
cionado a la Fase 5 de la edificación piramidal, la 207,49 msnm en la cabecera y 207,19 msnm en la
cual fue post-Paracas. Este fue el penúltimo piso base y una altura promedio de 0,30 m.
de la edificación piramidal y se relacionó a la so- Dicho elemento arquitectónico estaba rela-
ciedad que utilizaba la cerámica Carmen. El piso cionado a la Fase 4 de la edificación piramidal, la
estaba bastante erosionado y destruido, conser- cual fue post-Paracas. Este muro se relacionó a la
vándose en la esquina noreste como un piso de sociedad que utilizaba la cerámica Topará. Se en-
barro preparado. Además se superpuso a la capa contraba erosionado y destruido en la cabecera.
D, al Muro 3 y a la capa F, asimismo se encontró El muro presentó un revoque que lo asoció al Piso
por debajo de una remodelación de piso. Se aso- 2, y se adosó perpendicularmente al Muro 3.
ció a la remodelación del Muro 3 y a la remodela-
ción del Muro 5. Piso 2 (Remodelación)
Identificado solo en la unidad A33 en la parte
Muro 5 (Remodelación) sur. Este piso arquitectónico era de una mezcla
Fue identificado en la unidad A33 y la U43 en la de barro preparado. De consistencia compacta,
zona central-este. Muro de piedras (medianas y su superficie estuvo nivelada. Presentaba una co-
subredondeadas) unidas con mortero de barro y loración predominante 10 YR 6/2 (gris marrón
enlucidas con el mismo material. La coloración suave) en la tabla de Munsell. De forma irregular
del enlucido era de 10 YR 6/3 (marrón pálido) en planta debido a su destrucción, lo que también
según la tabla de Munsell. Su forma en planta nos permitió observar el piso original subyacente.
era rectilínea, su vista de plano alzado también Presentó unas dimensiones en el eje este-oeste de
fue rectilínea, esto debido a que el muro colapsó 40 cm y en el eje norte-sur de 100 cm, una altura
y apreciándose solamente su base. Presentó unas de 207,19 msnm y un espesor promedio de 0,05
dimensiones en el eje este-oeste de 1 m y en el eje m. Este piso fue excavado para observar el piso
norte-sur de 0,25 m, aunque el muro se prolongó original.
hacia el oeste, una altura de 207,68 msnm en la Dicho elemento arquitectónico estaba relacio-
cabecera y 207,49 msnm en la base y una altura nado a la Fase 4 de la edificación piramidal, la cual
promedio de 0,19 m. fue post-Paracas. Fue una remodelación del Piso
Dicho elemento arquitectónico estuvo rela- 2 de la edificación piramidal y se relacionó a la
cionado a la Fase 5 de la edificación piramidal, sociedad que utilizaba la cerámica Topará. Dicho
la cual fue post-Paracas. Este muro se relacionó elemento arquitectónico se encontraba bastante
a la sociedad que utilizaba la cerámica Carmen. erosionado y destruido, aunque no fue de la mis-
El muro estaba destruido y colapsado pues solo ma manufactura que el piso original. Esta remo-
aparecía en la cabecera. Este muro se asentó sobre delación se superpuso inmediatamente al Piso 2 y
el Muro 5 y fue una remodelación del mismo, se se encontró debajo de la capa D.
asocia al Piso 3, uniéndose perpendicularmente a
la remodelación del Muro 3. Piso 2
Identificado en la unidad A33, A43 y A44. Este
Muro 5 piso arquitectónico era de una mezcla de barro
Identificado en la unidad A33 y la U43 en la zona preparado. De consistencia compacta y su super-
central-este. Dicho muro era de adobes elipsoides ficie estaba nivelada. De coloración predominan-
unidos con mortero de barro y enlucidos con el te 10 YR 6/2 (gris marrón suave) en la tabla de
mismo material. La coloración del enlucido es 10 Munsell. Tenía forma rectangular. Presentó unas
YR 6/3 (marrón pálido) en la tabla de Munsell. Su dimensiones en el eje este-oeste de 1 m y en el eje
forma en planta era rectilínea, su vista en plano norte-sur de 1 m, con una altura de 207,14 msnm
alzado era rectangular, aunque presentaba dete- y espesor promedio de 0,05 m. El piso no fue ex-
rioro en la cabecera; su orientación es este-oeste. cavado.
Presentó unas dimensiones en el eje este-oeste Dicho elemento arquitectónico estaba relacio-
de 1 m y en el eje norte-sur de 0,40 m, aunque nado a la Fase 4 de la edificación piramidal, que
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 45
es post-Paracas, además fue el primer piso de es- también rectilínea, esto debido a que el muro fue
tas ocupaciones. Este fue el penúltimo piso de la colapsado y sólo se pudo apreciar su base. Presen-
edificación piramidal y se relacionó a la sociedad tó unas dimensiones en el eje este-oeste de 0,30
que uso la cerámica Topará. El piso estaba bas- m y en el eje norte-sur de 7 m, aunque el muro
tante erosionado y destruido, conservándose en la se prolongó hacia el oeste, una altura entre 208,18
esquina noreste como un piso de barro preparado. y 207,28, msnm en la cabecera y una altura de
Este piso se superpuso a la capa D, al Muro 3 y a 207,19 msnm en la base, con una altura promedio
la capa F, asimismo se encontró por debajo de una de 0,55 m.
remodelación de piso. Dicho elemento arquitectónico estaba relacio-
nado a la Fase 5 de este sector de la edificación
Muro 4 piramidal, la cual fue post-Paracas. Este muro se
Identificado en la unidad A34 y la A35 en la parte relacionó a la sociedad que utilizó cerámica Car-
sur y norte, respectivamente. Dicho muro estuvo men. El muro estaba destruido y colapsado y solo
hecho de tierra limosa, probablemente elaborado se pudo apreciar su base. Este muro se asentó so-
con la técnica del tapial. La coloración del muro bre el Muro 3, asociado al Piso 3 que se ubica al
fue de 2.5 Y 6/3 (marrón amarillento suave) en la oeste y vinculado mediante un revoque. Además,
tabla de Munsell. Su forma en planta fue rectilí- la Capa C formó parte de un relleno al este y se
nea, su vista en plano alzado fue rectangular, aun- ubicó bajo el Piso 4. Finalmente se unió perpendi-
que presentaba deterioro en la cabecera; con una cularmente a la remodelación del Muro 5.
orientación es este-oeste, de dimensiones en el eje
este-oeste de 1,30 m y en el norte-sur de 0,32 m, Muro 3
aunque el muro se prolongó hacia oeste, una altu- Identificado en la unidad A33, A34, A35, A41,
ra de 207,00 msnm en la cabecera y 206,50 msnm A42, A43, U43 y U44 (en las unidades A33, A34 y
en la base, con una altura promedio de 0,50 m. A35 se encontró en el extremo este de las respec-
Dicho elemento arquitectónico estaba relacio- tivas unidades; en las unidades A41, A42 y A43 se
nado a la Fase 4 de este sector de la edificación encontró en el extremo oeste; y en las unidades
piramidal, la cual fue post-Paracas. Se relacionó U43 y U44 el muro pasó por la zona central, de
a la sociedad que utilizaba la cerámica Topará. El sur a norte). Dicho muro estaba hecho de adobes
muro estaba erosionado y destruido en parte de la elipsoides unidos con mortero de barro y enluci-
cabecera. Probablemente se asentó sobre el Piso dos con el mismo material, además tenía una base
1 y se adosó perpendicularmente al Muro 3. So- de piedras sub-redondeadas (canteadas). La colo-
bre este se observaron algunas piedras angulares, ración del enlucido fue de 10 YR 7/2 (gris suave)
probablemente producto del colapso de muros en la tabla de Munsell. Su forma en planta fue
superiores. rectilínea, su vista en plano alzado fue probable-
mente trapezoidal si tomamos en cuenta su pro-
Muro 3 (Remodelación) longación hacia el norte y la erosión de los muros
Identificado en la unidad A33, A41, U43 y U44 en el norte y el sur de la edificación piramidal; su
(en la unidad A33 se encontró en el extremo este, orientación es de sur a norte. Presentó unas di-
en la unidad A41 se encuentra en el extremo oes- mensiones en el eje este-oeste de 0,30 m y en el eje
te; y en las unidades U43 y U44 el muro pasa por norte-sur de 11,40 m, aunque el muro se prolon-
la zona central, de sur a norte). Dicho muro esta- gó hacia norte. Tenía una altura de 207,09 msnm
ba hecho de piedras (medianas y sub-redondea- en la cabecera y una altura de 206,50 msnm en la
das) unidas con mortero de barro y enlucidas con base, con una altura promedio de 0,59 m.
el mismo material. Solo hemos encontrado la base Dicho elemento arquitectónico estaba relacio-
de este muro que debió tener una superestructu- nado a la Fase 4 de este sector de la edificación
ra sobre la base de adobes hemisféricos de estilo piramidal, la cual fue post-Paracas, que corres-
Carmen. La coloración del enlucido fue 10 YR 7/2 ponde a la primera ocupación de este tipo y es el
(gris suave) en la tabla de Munsell. Su forma en primer evento post-Paracas. Este muro estuvo re-
planta fue rectilínea, su vista en plano alzado fue lacionado a la sociedad que usaba cerámica Topa-
46 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
rá. El muro estaba erosionado en su extremo sur, Dicho elemento arquitectónico estaba relacio-
además presentaba una remodelación. Este muro nado a la Fase 3 de este sector de la edificación
se asentó sobre el Piso 1. Se le adosaron perpendi- piramidal, la cual fue Paracas, que corresponde a
cularmente el Muro 4 y el Muro 5 y estuvo asocia- la última ocupación. Este muro se relacionó a la
do directamente al Piso 2, que se unió mediante sociedad que utilizó cerámica Paracas. El muro
un revoque, a la capa F, capa D y capa E; además estaba erosionado en su extremo sur, lo cual nos
encontrándose subyacente a la capa C. permitió observar la técnica constructiva del
muro. Este muro se asentó sobre el apisonado de
Piso 1 la capa J, asociado directamente al Piso 1 con el
Identificado en la unidad A43. Este piso arquitec- cual estuvo unido mediante un revoque, y a la
tónico estaba hecho de una mezcla de barro pre- Capa H. Además, este muro se encontró subya-
parado. Fue de consistencia compacta y su super- cente a la Capa F.
ficie estaba nivelada. Coloración predominante
10 YR 6/3 (marrón pálido) en la tabla de Munsell. Muro 1
De forma irregular debido a que no fue excavado Identificado en la unidad A43 y A44. En estas uni-
en su totalidad. Dimensiones, en el eje este-oes- dades el muro se encontró en la parte central-este,
te, 0,65 m y en el eje norte-sur, 0,67 m, altura de cruzando de sur a norte. Estaba hecho de rocas,
206,50 msnm y espesor promedio de 0,05 m. El medianas y grandes subredondeadas (canteadas)
piso no fue excavado. y muy redondeadas (cantos rodados), unidas con
Dicho elemento arquitectónico estaba relacio- mortero de barro y enlucidas con el mismo ma-
nado a la Fase 3 de este sector de la edificación pi- terial. Además, el enlucido presentó restos botá-
ramidal, la cual fue Paracas, es también el último nicos en su mezcla. Coloración del enlucido 2.5
piso registrado de lo que conocemos como Pa- Y 5/4 (marrón oliva claro) en la tabla de Munsell.
racas. Este fue además el último piso de las fases Planta rectilínea y vista en plano alzado rectangu-
Paracas de la edificación piramidal. También se lar irregular, debido a la erosión del muro en su
encontró el piso en el extremo oeste de la unidad extremo sur. Orientación de sur a norte. Dimen-
A43 y debió de prolongarse hacia el norte y hacia siones. en el eje este-oeste de 0,25 m y en el eje
el oeste. Este se superpuso a la capa H, y presentó norte-sur de 1,50 m, aunque el muro se prolonga
un revoque que lo asocia directamente al Muro 2. hacia norte. Altura entre 206,59 y 206,41 msnm
Asimismo, estuvo subyacente a la capa E, al Muro en la cabecera, y 206,31 msnm en la base y altura
4, al Muro 3 y a la capa F. promedio de 0,19 m.
Dicho elemento arquitectónico estaba relacio-
Muro 2 nado a la Fase 2 de este sector de la edificación
Identificado sólo en la unidad A43, en la zona piramidal, la cual fue Paracas, corresponde a la
central-este, cruzando de sur a norte. Dicho muro penúltima ocupación. Este muro se relacionó a
estaba hecho de adobes conicoides dispuestos ho- la sociedad que utilizó cerámica Paracas. El muro
rizontalmente en hiladas, unidos con mortero de estaba erosionado en su extremo sur y el enlucido
barro. La cara oeste estaba enlucida con barro y destruido en gran parte del paramento oeste. Este
presentaba inclusiones de restos botánicos. Ade- muro se asentó sobre la capa L; se asoció directa-
más, el muro presentó un ligero talud. La excava- mente a la Capa K y Capa J; además se encontró
ción no permitió identificar la base del muro. Co- subyacente a la capa H.
loración del enlucido 10 YR 6/3 (marrón pálido)
en la tabla de Munsell. Planta rectilínea, vista en Otros elementos registrados
plano alzado fue rectangular, orientación de sur a Basural 1
norte. Dimensiones, en el eje este-oeste de 0,30 m Se ubicó en la unidad A35 y la unidad A34. Com-
y en el eje norte-sur de 1,80 m, aunque el muro se puesto de tierra limosa y piedras medianas suban-
prolongó hacia norte. Altura entre 207,24 y 206,94 gulares (Figura 4.12). Consistencia semicompac-
msnm en la cabecera y una altura de 206,50 msnm ta, coloración predominante 10 YR 5/3 (marrón)
en la base y altura promedio de 0,59 m. en la tabla de Munsell. Presentaba material cultu-
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 47
ral tales como carbón, restos malacológicos (val- Presentaba una altura inicial de 205,75 msnm y
vas enteras) y un fragmento de cerámica decorada una altura final de 205,41 msnm con un espesor
Paracas. En planta tenía forma elipsoide y semie- promedio de 0,25 m.
líptica en corte. Dimensiones, en el eje este-oeste Se trató de una deposición de basura post-
de 40 cm y en el eje norte-sur de 18 cm con altura Paracas que se depositó en la capa B. Contenía
media (profundidad) de 20 cm. Altura inicial de abundantes restos orgánicos que probablemente
207,74 msnm y se alcanzó una altura de 207,54 pertenecían a las sociedades relacionadas con los
msnm en la zona hasta que se excavó, su un es- estilos cerámicos Chongos o Carmen. Gracias a la
pesor promedio de 0,20 m. Esta deposición no se excavación de este basural se pudo identificar una
excavó totalmente. de las primeras capas (capa N) de la edificación
Deposición de basura post-Paracas que se piramidal debido a que esta deposición se intro-
asentó en la capa B, principalmente se componía dujo en la arquitectura Paracas.
de restos malacológicos y piedras quemadas.
Basural 3
Basural 2 Se ubicó en la unidad A47 y la unidad A48. Esta-
Se ubicó en la unidad A45 y la unidad A46. Esta- ba compuesta de tierra limosa y piedras pequeñas
ba compuesta de tierra limosa y piedras pequeñas subangulares (Figura 4.12). De consistencia com-
subangulares (Figura 4.12). De consistencia com- pacta, con una coloración predominante de 10 YR
pacta con una coloración predominante de 10 YR 5/4 (marrón amarillento) en la tabla de Munsell.
4/3 (marrón) en la tabla de Munsell. Contenía Tenía material cultural tales como restos botáni-
material cultural tales como restos óseos, malaco- cos, textiles y fragmentos de cerámica. Presenta-
lógicos, botánicos, líticos, textiles, carbón y frag- ba una forma irregular en planta y se desconoce
mentos de cerámica de estilo Paracas, Chongos su vista en corte. Tenía unas dimensiones en el
y Carmen. Tenía una forma irregular en planta eje este-oeste de 200 cm y en el eje norte-sur de
y de corte. Presentó unas dimensiones en el eje 294 cm, una altura inicial entre 205,35 y 205,26
este-oeste de 200 cm y en el eje norte-sur de 276 msnm. No se pudo conocer su altura final. Esta
cm y una altura media (profundidad) de 34 cm. deposición no se excavó.
48 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
B46 y parcialmente en las unidades, B27, B32, B36 msnm y al centro de 205,50 msnm. Presentó un
(2 m2) y B37 (2 m2). La capa cubre un total de 100 espesor promedio de 0,04 m.
m2, pero sólo fue excavada en 12 m2. Presenta- Esta capa fue producto de la erosión de la
ba una altura inicial en la esquina NO de 205,80 superficie y a la alteración por las reocupaciones
msnm, en la esquina NE de 205,80 msnm, en la tardías, es muy parecida a la capa superficial, pero
esquina SE de 205,80 msnm, en la esquina SO de se diferencia por su contacto inmediato con los
205,37 msnm, y al centro de 205,55 msnm y una basurales y debido a que presenta mayor o menor
altura final en la esquina NO de 205,76 msnm, cantidad de material arqueológico, además con
en la esquina NE de 205,75 msnm, en la esquina algunas diferencias de color por las mismas razo-
SE de 205,77 msnm, en la esquina SO de 205,35 nes. Presentó la misma depresión que la capa A.
50 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Otros elementos registrados 205,57 msnm y una altura final de 205,50 msnm
Basurales con un espesor promedio de 0,05 m.
Identificamos diecinueve basurales que se distri- Se trató de la deposición de un ser humano
buyeron por toda el área excavada del Sector B dentro de un recipiente de mate, probablemente
(Figura 4.8). Los basurales están compuestos por una “ofrenda” (Figura 4.9). Lo interesante es que
tierra limosa y piedras de todos los tamaños: pe- no encontramos los restos del cráneo del indivi-
queñas, medianas, grandes, de forma entre suban- duo. En cuanto al individuo, éste midió aproxi-
gular y subredondeada, de consistencia compac- madamente 0,20 m de largo por 0,14 m de ancho.
ta. Coloración predominante 10 YR 5/4 (marrón El grado de deterioro del cuerpo no nos permitió
amarillento) en la tabla de Munsell. Contenía ma- realizar mayores interpretaciones sobre la causa
terial cultural tales como restos botánicos, óseos, del deceso. Esta ofrenda estaba asociada a la capa
malacológicos, textiles y fragmentos de cerámica. C y subyace a la capa B.
De forma irregular en planta y de los basurales
excavados, la vista en corte fue semielíptica a ma- Resultados de la temporada 2012
nera de montículo. Sus dimensiones variaron en Respecto a las excavaciones realizadas en el mon-
cada uno, presentando una regularidad. Los basu- tículo piramidal de Cerro del Gentil, hemos com-
rales se dispusieron por toda el área y sus alturas probado, mediante los estilos de cerámica y las
abarcan casi la totalidad de las alturas del sector, técnicas constructivas, básicamente dos socieda-
donde tuvieron un espesor promedio de 0,12 m. des que la ocuparon: Paracas, quienes fueron los
Se trató de deposiciones de basura post-Para- constructores de la edificación piramidal, y dado
cas depositados y asociados con la capa B. Con- las características en su construcción y el gran
tenían abundantes restos orgánicos que probable- volumen que presenta el montículo piramidal
mente pertenecieron a las sociedades relacionadas se infiere, de manera general, una funcionalidad
con los estilos cerámicos Topará o Carmen. de tipo ceremonial para este edifico público y, El
Carmen (y/o Chongos), quienes reocuparon el
Ofrenda 1 montículo con funcionalidades domésticas, re-
Se ubicó en la unidad A37, en la zona noreste. presentado en unos recintos de menor tamaño (y
Presentó una matriz de material orgánico de con- sus características propias constructivas), en una
sistencia suelta y coloración predominante 5 YR cerámica básicamente utilitaria y una serie de ba-
6/3 (marrón rojizo claro) en la tabla de Munsell. surales a lo largo del montículo.
La ofrenda contenía un mate descompuesto que Hacia el final de las excavaciones, pudimos
albergaba restos óseos humanos de un neonato. detectar hasta seis fases constructivas de la edi-
Planta de forma circular y vista en corte semielíp- ficación piramidal, las tres primeras relaciona-
tica. Dimensiones en el eje este-oeste de 0,40 m das con la sociedad Paracas y las tres últimas con
y en el eje norte-sur de 0,40 m. Altura inicial de eventos post-Paracas (Carmen y Topará).
Figura 4.8. Uno de los muchos basurales del Figura 4.9. Ofrenda 1. Neonato o nonato
Sector B. Vista desde el sur. dentro de un mate (descompuesto).
54 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Unidad 03 Capa C
La unidad 03 se encontró ubicada en la platafor- Capa compuesta de tierra, arena y grava (ripio).
ma más baja del Edificio 1 de Cerro del Gentil en Presentó una consistencia compacta. La colora-
el extremo este, cercano al Sector B. Se excavó un ción predominante de 10 YR 6/4 (marrón ama-
pozo de sondeo para conocer las dimensiones de rillento claro) en la tabla de Munsell. No presentó
esta plataforma y las características del frontis este material cultural asociado. Esta capa se excavó en
del Edificio 1 (Figura 4.13). La unidad 03 tuvo una una extensión de 4 por 2 m, cubriendo un total
extensión de 4 m en el eje norte-sur y 2 m en el de 8 m2; presenta una altura inicial entre 206,82 y
eje este-oeste, con una extensión de un 1 m2 en el 206,67 msnm y una final de 206,42 msnm, con un
extremo noroeste de la unidad. espesor promedio de 0,40 m.
Esta capa fue subsuelo natural estéril, aunque
Capa A mezclada con material de ocupación cultural, al
Compuesta de tierra limosa y piedras grandes de parecer usado a manera de relleno arquitectóni-
formas entre angulares y subredondeadas, con- co. Esta capa se superpuso al Piso 2 y se encontró
sistencia suelta y coloración 10 YR 6/3 (marrón subyacente a la Capa B.
pálido) en la tabla de Munsell. Contenía material
cultural tales como restos malacológicos, botáni- Capa D
cos y fragmentos de cerámica. La capa se excavó Capa compuesta de arena y grava (ripio). De con-
en una extensión de 4 por 2 m, con un total de 9 sistencia semicompacta, la coloración predomi-
m2 (incluyendo la extensión); altura inicial entre nante de 10 YR 6/4 (marrón amarillento claro) en
207,72 y 207,18 msnm y una final 207,50 msnm la tabla de Munsell. No presentó material cultural.
y 207,12 msnm, con espesor promedio de 0,15 m. Esta capa se excavó en una extensión de 1 por 1
La capa fue producto de la erosión de la su- m, cubriendo un total de 1 m2. Presentó una al-
perficie debido al tránsito y probablemente de tura inicial de 206,42 msnm y una final de 206,05
material proveniente de los escombros de produ- msnm, con un espesor promedio de 0,40 m.
cidos por la alteración del sitio, además al estar Esta capa fue subsuelo natural estéril, aunque
cerca al Sector B, también estuvo alterada por el mezclada con material de ocupación cultural. Al
pastoreó de ganado moderno. Esta capa consti- parecer fue usado a manera de relleno arquitectó-
tuyó la superficie del área y se encontró sobre la nico. Esta capa se superpuso al Piso 1 y se encon-
capa B de la unidad. tró subyacente al Piso 2.
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 55
Capa B
Compuesta exclusivamente de material botánico
y tierra. Consistencia suelta y coloración predo-
minante 10 YR 7/3 (marrón pálido) en la tabla de
Munsell. El material botánico correspondió, en su
mayoría, a hojas de maíz (chala o panca). La capa
se excavó en una extensión de 1 por 1 m, cubre
un total de 1 m2; presenta una altura inicial entre
201,15 y 199,05 y una final entre 201,10 y 199,02
msnm, con un espesor promedio de 0,03 m.
La capa fue producto de un relleno cultural. Se
superpuso al piso del extremo oeste de la unidad.
Unidad 04
La unidad 04 se encontró ubicada en la platafor- SECTOR A
ma más baja del Edificio 1 de Cerro del Gentil, El sector A se ubica al oeste de la plataforma más
en el extremo oeste. Se excavó una trinchera para elevada del Edificio 1, comprende un área de 233
conocer los límites de esta plataforma y las carac- m2, en esta temporada se excavó 45 unidades de 2
Figura 4.13. Unidad 3 vista desde el sur. por 2 m y en algunos casos de 2 por 1 m (Figura
Excavación final donde se aprecian los pisos.
Capa A
Compuesta de tierra limosa, piedras medianas y
pequeñas, de formas angulares y subredondeadas.
Consistencia semicompacta. Coloración 2.5 Y 5/4
(marrón oliva claro) en la tabla de Munsell. Pre-
sentó material cultural tales como restos, botáni-
cos, textiles y fragmentos de cerámica (entro ellos,
algunos de estilo Topará, incluso completos). La
capa se excavó en una extensión de 6 por 2 m,
cubriendo un total de 12 m2; presenta una altura
inicial entre 201,65 y 200,05 msnm y una final en-
tre 201,15 y 199,05 msnm, con un espesor de 0,50
m en el extremo este y con 1,00 m en el extremo
oeste, asociado al muro de la unidad.
Esta capa fue producto de la erosión de la Figura 4.14. Unidad 4, planta final, vista desde el
superficie debido al tránsito y probablemente de sur. Se aprecia la base del muro de contención de
material proveniente de los escombros produci- piedras y la superposición de pisos sobre el muro.
56 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Figura 4.15. Dibujo de planta del patio hundido de Cerro del Gentil.
Se aprecian las unidades plantadas en las temporadas 2013 y 2014.
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil
57
Figura 4.16. Dibujo de perfil donde se aprecia la mayoría de capas encontradas en el patio hundido.
58 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Capa disturbada. Para la excavación primero rramiento final del patio e intrusiones posterio-
se retiraron las piedras superficiales que cubrían res a ésta) y eventos posteriores como Topará y
el sector del patio hundido, luego con brocha, ba- Carmen, las cuales intrusaron partes del contexto
dilejo y picota se retiró la tierra suelta y escom- del patio hundido. Además de esto, identificamos
bros de adobes. Durante la excavación se definie- pozos de huaqueo en el sector oeste del sitio. Esta
ron contextos funerarios disturbados, así como capa se superpuso a la capa C y G (aspecto que se
ofrendas contextualizadas. Dentro de estos con- entenderá en el apartado de las excavaciones de
textos resaltó el registro de la Ofrenda 1, Ofren- la temporada 2014) y se encontró subyacente a la
da 3, Ofrenda 4, Ofrenda 5, Individuo Locus 150, capa A. Al respecto debemos decir que, inicial-
(revisar Capítulo 8 y 9 para más detalles). Luego mente pensamos que el espesor de esta capa era
de registrados dichos contextos, pasaron a retirar- mayor, la cual llegaría en su parte inferior inme-
se para proseguir con la excavación. Así mismo, diatamente sobre la capa H, cuestión que esclare-
hacia el lado sur se pudo definir una estructura cemos en el apartado de Temporada 2014.
a modo de atrio, el cual se asoció al patio hundi-
do (cuestión que veremos más adelante). Se pro- Capa F
siguió hasta llegar al nivel de la cabecera de los Capa compuesta de tierra limosa y ceniza, con
muros que conformaron el patio hundido de la inclusiones de piedra pequeña en poca cantidad.
Fase Amarilla (muros 1A, 2A, 3A y 4A) y los mu- La composición de la capa es de textura suelta re-
ros que conformaron el patio hundido de la Fase gistrándose material orgánico asociado. Colora-
Gris (muros 1G, 2G, 3G, 4G y 5G) (la definición ción predominante 10 YR 4/2 (marrón grisáceo
de estas estructuras las describiremos más adelan- oscuro) en la tabla Munsell. Ésta se excavó en una
te). Es en este nivel, donde se identificó una nueva extensión de 1,70 m en eje norte-sur y 9,50 m en
capa con concentraciones de escombros de ado- eje este-oeste, en un área aproximado de 16,15 m2,
bes y piedras de medianas a grandes. excavado en las unidades 22, 23, 28, 29, y 30. Altu-
La capa B fue producto, en primera instancia, ra inicial de 203,3 msnm y una final de 205 msnm,
de ocupaciones Paracas (en el proceso de ente- con espesor promedio de 0,30 m.
Figura 4.17. Vista desde el sur del atrio asociado a la Fase Gris y posteriormente a la Fase Marrón.
Se aprecia su relación con la capa F.
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 59
Esta capa refirió a un nivel de relleno inme- es un aspecto que esclareceremos en el apartado
diatamente sobre el atrio. Estuvo compuesta de Temporada 2014. Esta capa se depositó inmedia-
tierra limosa con ceniza, encontrándose en su in- tamente sobre el piso 3.
terior bastante material botánico y en menor can-
tidad material malacológico. Para la excavación se Capa I
utilizó badilejo y brocha con las cuales, durante la Capa compuesta de limo bastante fino con inclu-
excavación, se pudo registrar la Ofrenda 6 ubica- siones de piedras pequeñas (menos de 10 cm de
da al sureste del Atrio (Capítulo 7). Continuando largo), y medianas (entre 10 cm y 20 cm de largo).
la excavación, se llegó al nivel del piso del Atrio Se caracterizó por la poca presencia de material
(Piso 1AT). cultural, tratándose de un relleno limpio. Su tex-
Esta capa fue producto del enterramiento tura fue suelta, presentando una coloración de
del Atrio, la cual refiere a una deposición ritual, 10YR 7/2 (marrón muy pálido) en la tabla Mun-
probablemente relacionada con la celebración de sell. Esta capa se registró en las unidades UE19,
banquetes en el sitio (Figura 4.17). Esta capa fue 17, 12, 2, 8, 7, 10, 9, 13, 16 y 18, teniendo una
encuentra inmediatamente sobre el piso del Atrio extensión máxima por el oeste de 11,00 m (N-S)
(Piso 1AT). por 2,50 m (E-O) y por el sur de 2.50 m (N-S)
por 10,00 m (E-O). Presentó una altura inicial de
Capa H 204,7 msnm y una final de 202,95 msnm (al nivel
Capa compuesta de tierra limosa de grumos me- del piso), con un espesor de 1,75 m.
dianos (1 mm – 2 mm), con inclusiones de piedras La capa presentó un nivel de limo amarillen-
pequeñas (menos de 10 cm de largo) y terrones. to fino, prácticamente limpio. Se resalta que en
La textura de esta capa es suelta y presenta poco el proceso de excavación pudimos registrar tres
material cultural asociado (botánico, malacológi- ofrendas conjuntas, las ofrendas 12, 13 y 14 (Ca-
co y cerámica), diferenciándose a gran escala de pítulo 7) encontradas en la esquina noroeste del
las capas anteriores. Coloración de tierra 10 YR patio, entre los muros 2A y 3A. Finalmente, pro-
5/3 (marrón) en la tabla Munsell. La capa se ex- seguimos con la excavación hasta llegar al Piso 2.
cavó en cateos dentro de la unidad 1 y unidad 35, La capa fue producto del enterramiento del
cubriendo un total de 1,20 m2 y con altura inicial patio hundido en la Fase Amarilla. Durante la
entre 203,40 y 203 msnm y espesor promedio de excavación se entendió que el relleno se encon-
0,40 m. (Figura 4.18). traba contenido por los Muros 2A, 3A y 4A. El
Capa definida como nivel de relleno caracteri- relleno solo se ha podido registrar en la sección
zado por la presencia de tierra limosa y con poca oeste y sur del sitio, puesto que posterior a estos
presencia de material cultural asociado. Dentro de rellenos se realizó la reducción del patio en su
la capa se ha podido registrar material cerámico, Fase Gris, entendiendo que en las secciones se-
botánico, óseo animal y malacológico; pero todos ñaladas se construyó, posteriormente y sobre el
en poca cantidad en relación a otras capas. Ha de relleno, el Atrio de la Fase Gris del Patio Hundido.
resaltarse que asociada a esta capa, se registró la El Muro 3A y el Muro 4A se encontraron en buen
Ofrenda 6, correspondiente a un atado de huesos estado de conservación, sin embargo, el Muro 2A
de camélido (Capítulo 7 para más detalles). Por se estaba fragmentado en su sección este. No se
otro lado, para la excavación de esta capa se utili- ha podido identificar claramente el Muro 1A del
zaron brocha y badilejo, donde se retiró la tierra patio, puesto que las reconstrucciones posteriores
y el material cultural. Finalmente se llegó al nivel correspondientes a la Fase Gris y a la ocupación
del Piso 3 (el cual se definirá más adelante). Topará lo cubren. La Capa I se encontró subya-
Pensamos que la capa H fue parte del enterra- cente a la Capa B.
miento ritual del patio hundido de la Fase Gris.
Creemos que éste se contuvo uniformemente en- Capa K
tre los muros 1G, 2G, 3G, 4G y 5G (elementos que Esta capa compuesta de limo bastante fino con in-
describiremos más adelante), los cuales confor- clusiones de piedras pequeñas (menos de 10 cm
maron el patio hundido en esta fase, sin embargo, de largo) y medianas (entre 10 y 20 cm de largo)
60
Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Figura 4.18. Dibujo de corte este-oeste del patio hundido donde se aprecian los diferentes elementos arquitectónicos de las diferentes fases.
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 61
Figura 4.19. Vista desde el sur del atrio del patio hundido.
Se aprecia su ubicación sobre la cabecera de los muros 3G y 4G.
62 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
y sureste del patio en su Fase Gris. El piso estaba becera de 206,05 msnm y una altura final (al nivel
conformado de tierra arcillosa con arena gruesa del piso) de 202,95 msnm, por tanto, su altura es
(barro preparado), lo que brindó una textura bas- de 3,10 m.
tante sólida al nivel. La coloración de la misma fue Dicho elemento arquitectónico forma parte
de 10YR 6/2 (gris marrón claro) en la tabla Mun- de la Fase Amarilla del patio, asociado a la ocupa-
sell. Presentó una extensión aproximada máxima ción Paracas. No se ha podido determinar la total
de 6,80 m (N-S) por 6,80 m (E-O) (46,24 m2), extensión del muro, pues la sección este ha sido
donde se ha podido identificar en las unidades. enterrado por las remodelaciones (Paracas y To-
El piso tiene una altura en su superficie de 203 pará) del montículo principal.
msnm, teniendo un espesor de 0,30 m. En la reducción del patio (Fase Gris), la parte
El elemento arquitectónico forma parte de la superior del muro pasó a formar parte de la es-
Fase Gris del patio, asociado a la ocupación Para- tructura del Atrio, limitando dicho espacio por el
cas. Presenta revoque con todos los muros asocia- sur. El muro se construyó sobre el piso 2 y en el
dos a la misma fase. Este piso se construyó inme- momento de enterramiento, soporta la capa I.
diatamente sobre el Piso 2.
Muro 3A
Elementos arquitectónicos del patio hundido: Se identificó en las unidades 17, 12, 8, 10, 13,
Fase Amarilla 16 y 18. Corresponde al muro oeste del patio en
Muro 5A su Fase Amarilla. Presentó una cara interna y se
Se identificó en las unidades de 13 y 14. Presentó construyó en base a piedras, adobes y un enluci-
solo la cara interna, construido en base a piedras do como acabado final. Tiene una coloración de
grandes subredondeados con adobes y enlucidas 10YR 7/2 (gris claro) en la tabla Munsell. El muro,
como acabado final, con un color de 10YR 7/2 con eje norte-sur, presentó una extensión aproxi-
(gris) en la tabla Munsell. La forma en planta fue mada de 12,00 m, con una altura en la cabecera de
rectilínea, su vista en plano fue también rectilínea. 205,4 msnm y una altura final (al nivel del piso)
El muro estaba orientado en eje norte-sur, con de 202,95 msnm, tiene una altura de 2,45 m.
una extensión aproximada de 2,54 m, tiene una Dicho elemento arquitectónico forma parte
altura en la cabecera de 204,7 msnm y una altura de la Fase Amarilla del patio, asociado a la ocu-
final aproximada de 202,94 msnm, con una altura pación Paracas. Este muro se adosó al Muro 2A
de 2,90 m. por el norte y al Muro 4A por el sur. El muro se
Dicho elemento arquitectónico forma parte construyó sobre el Piso 2 y en el momento de en-
de la Fase Amarilla del patio, asociado a la ocu- terramiento del espacio, soportó la capa I.
pación Paracas. El muro se ubicó a 4,88 m hacia
el norte de la esquina suroeste del patio hundido, Muro 2A
adosándose al Muro 3A. Si bien no se ha excavado Se identificó en las unidades 6 y 17. Corresponde
todo el muro, es muy probable que este se cons- al muro norte del patio hundido en la Fase Amari-
truyera sobre el Piso 2. lla. Presenta solo una cara interna, construyéndo-
se en base a piedras, adobes y un enlucido denso
Muro 4A como acabado final, el cual presenta una colora-
Se registró en las unidades 18, 22, 23, 28, 29 y ción de 10YR 7/2 (gris claro) en la tabla Munsell.
30. Corresponde al muro sur del patio en su Fase El muro se encontró quebrado por su parte cen-
Amarilla. El muro presentó solo una cara inter- tral y en su parte este, por lo que solo se conservó
nar y se construyó en base a piedras, adobes y un una extensión de 2,30 m en su eje este-oeste. Pre-
denso enlucido como acabado final, con una co- senta una altura inicial (al nivel de la cabecera) de
loración de 10YR 7/2 (gris claro) según la tabla 204,8 msnm, y una altura final (al nivel del piso)
Munsell. Su forma en planta fue rectilínea, su vis- de 202,95 msnm, con una altura total de 185 m.
ta en plano fue también rectilínea. El muro, con Este muro se adosa al Muro 1A.
orientación este-oeste, presentó una extensión Dicho elemento arquitectónico forma parte
aproximada de 12,00 m, tiene una altura en la ca- de la Fase Amarilla del patio, asociado a la ocupa-
64 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Figura 4.20. Vista desde el este de la excavación final en Cerro del Gentil. Se aprecian los muros de los
patios hundidos (en su Fase Gris y Amarilla), así como el atrio a la derecha de la fotografía.
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil
65
Figura 4.21. Reconstrucción isométrica del patio hundido. Se aprecian las fases constructivas.
66 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
de el piso hasta la cabecera del muro) de 3,10 m en patio hundido (Figuras 4.20 y 4.21). El espacio re-
la sección más alta. La estructura estaba orientada ducido (y enterrado por la capa I), en la sección
en los ejes cardinales. sur del patio, fue aprovechado para construir el
Esta fase corresponde al primer patio hun- Atrio del Patio Hundido, el cual se asoció y con-
dido en la historia del sitio. Singularmente, es la juntamente funcionó con la Fase Gris del patio.
fase que preservó mejor sus elementos arquitec- La estructura del patio respetó los mismos ejes
tónicos. Asimismo, no se ha podido encontrar del planeamiento original, y en cuanto a acabado,
claramente material diagnóstico de producción el enlucido se encontró deteriorado en relación a
Paracas asociado a esta fase o a su etapa de ente- la fase anterior. Podemos asociar claramente esta
rramiento, aunque se encontraron algunos frag- fase a la ocupación Paracas en el sitio por las ca-
mentos en la parte superior de la capa I. racterísticas de los artefactos encontrados tanto
en el piso, como en el relleno que pasó a enterrar
Patio Hundido: Fase Gris la Fase Gris (capa H).
Esta estructura se define por los muros 1G, 2G,
3G, 4G, 5G y el Piso 3. Estos muros presentaron Atrio: Fase Gris
revoque con el Piso 3 asentados inmediatamente Estructura compuesta por el Muro 1AT y el Piso
sobre el Piso 2 de la Fase Amarilla. La estructura 1AT. Ésta se sitúa inmediatamente al sur y al nivel
presentó una planta cuadrangular, y una vista en de la cabecera del Muro 4G, y continúa en la sec-
corte trapezoidal. La coloración del enlucido fue ción sur del Muro 3G, delimitado por los muros
de 10YR 6/2 (gris marrón claro) en la tabla Mun- A1, 4A, A3 y 5A del patio en la Fase Amarilla. La
sell. Tuvo un área aproximada de 49 m2 (7 por 7 estructura presenta una planta en forma de “L”. Co-
m) y una altura promedio de 2 m (exceptuando loración del enlucido es de 10 YR 6/2 (gris marrón
el muro este que tuvo 3 m de altura) desde el piso claro) en la tabla Munsell. El atrio tiene un área
hasta la cabecera de los muros. aproximada de 30 m2, con una extensión máxima
Esta fase fue posterior a la Fase Amarilla y se en eje norte-sur de 4,90 m y en eje este-oeste una
insertó dentro del espacio de la misma, presen- extensión registrada de 10,30 m. El piso del Atrio
tándose así una reducción del espacio original del presentando una altura promedio de 205 msnm.
Hacia el este del Atrio, se identificó un acce- profundidad aproximadamente. Dicha construc-
so que conecta con el exterior del patio. El acceso ción presenta evidencia de grandes remodelacio-
se registró en las unidades 23 y 28, definiéndose nes durante su tiempo de uso social, mostrándo-
como elemento escalonado que parte desde el ni- se así dos fases arquitectónicas. En la primera, la
vel de la cabecera del Muro 4A (205,7 msnm) has- “Fase Amarilla”, tuvimos un patio cuadrangular
ta el Piso 1AT (205 msnm). Tiene una extensión hundido de unos 12 x 12 m, orientado hacia los
0,80 m en eje norte-sur y 3 m en eje este-oeste, puntos cardinales.
delimita en el oeste por el Muro 1AT y por el este Después de un tiempo que, posiblemente, fue
por un muro en mal estado de conservación. muy corto, se cubrió el patio hundido de la Fase
Otro elemento a señalarse es que, en la parte Amarilla con capas de sedimento amarillento y se
suroeste del Atrio, se apreció un alineamiento de construyeron muros de contención con enlucidos.
piedras sobre el piso, el cual posiblemente fue la De esta manera, se redujo el espacio para obtener
base de una estructura. un nuevo patio con la misma altura, pero de 7 x
Finalmente concluimos que el Atrio formó 7 m. Es así que este nuevo patio quedó “inserto”
parte de la configuración del centro político-reli- dentro del patio de la primera fase y lo hemos de-
gioso en su Fase Gris, sin embargo, probablemen- finido como “Fase Gris”.
te se seguia utilizando durante la Fase Marrón El material constructivo usado para las dos
(ver en apartado de la Fase Gris y Marrón). fases fueron piedras y adobes cónicos (diagnósti-
cos del grupo social Paracas en el valle), que final-
Pasadizo Sur: Fase Amarilla y Fase Gris mente fueron enlucidos con barro. La diferencia
Corresponde a una estructura ubicada al sur del en este punto entre las dos fases, fue que la Fase
patio hundido en las unidades 27, 31, 33, y 34. Di- Gris mostró un acabado menos elegante que la
cha estructura estaba conformada por un piso y Fase Amarilla. De hecho, los elementos construc-
un muro al norte que presenta revoque y delimita tivos (piedra, barro y los enlucidos), en compa-
a este último (Figura 4.22). El enlucido del muro ración con la Fase Amarilla, tuvieron una menor
y piso tuvieron una coloración 10YR 6/2 (gris ma- calidad.
rrón claro). La estructura tuvo una extensión re- Ha de resaltarse que los fragmentos de cerá-
gistrada de 1,65 m en eje norte-sur y 6,30 m en eje mica registrados en la Fase Gris es característica
este-oeste, no se expuso en su totalidad. El muro de Paracas en las fases 8 y 9 de la secuencia Ocu-
norte de esta estructura se encontró en mal estado caje. Por otro lado, se encontró muy poco material
de conservación, donde presentó una altura máxi- cultural asociado a la Fase Amarilla, esto por la
ma de 206 msnm en su cabecera, y en su parte misma naturaleza del proceso de enterramiento
baja, al nivel del piso, una altura de 205,3 msnm, en esta fase, que se caracterizó por presentar un
con una altura total de 0,70 m. sedimento limpio en dicha actividad.
Hacia el lado se identificó un muro hecho por Finalmente, y luego de la ocupación Paracas,
mampostería de adobes pequeños con argamasa. hemos definido que la plataforma más alta del si-
Este último podría indicar la presencia de un re- tio Cerro del Gentil (en su volumen actual), fue
cinto en la estructura. producto de una refacción post-Paracas, vincu-
Es probable que este pasadizo haya funciona- lado con una tradición de adobes posiblemente
do a la par que la Fase Gris del patio hundido. Sin Topará y sobre ella, una tradición de adobes Car-
embargo, un pequeño cateo realizado, nos permi- men. De hecho, los estilos cerámicos Chongos,
tió registrar a la altura de 204,3 msnm, otro piso Chongos Blackware (asociados al grupo Topará)
con coloración 10YR 7/2 (gris claro). Este piso se y Carmen fueron identificados en las capas más
encontró a 1 m debajo del piso anterior y corres- superficiales de Cerro del Gentil.
pondió probablemente a la Fase Amarilla. Asimismo, relacionado con el patio hundido
de la sociedad Paracas, hemos encontrado recin-
Resultados de la temporada 2013 tos y superficies de uso en las que posiblemente se
Nuestras excavaciones arqueológicas definieron instalaron espacios de habitación y/o relacionado
un patio cuadrangular hundido de unos 2,5 m de con los rituales que se llevaron a cabo en el patio
68 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
hundido, espacialmente vinculados con la Fase contextos disturbados, así como otros contextuali-
Gris (en el pasadizo encontrado al sur del patio zados. Es así que se registró una ofrenda de camé-
hundido). lido intrusiva que se asocia a cerámica de filiación
Carmen, y un contexto funerario disturbado posi-
Excavaciones de blemente de filiación Paracas. Por otro lado, den-
la temporada 2014 tro de los hallazgos más importantes registrados
en esta capa, resaltó el contexto funerario Locus
SECTOR A 247, el cual consta de seis (6) individuos enfarde-
lados acompañados con ofrendas de mates, cestas
En esta temporada continuamos con las excavacio- y vasijas de cerámica (revisar Capítulo 8 para más
nes en el sector A, donde además de proseguir con detalles). Otro hallazgo importante, fue el registro
las excavaciones de las 45 unidades que se habían de una estructura cuadrangular funeraria (estruc-
planteado en la temporada 2013, se incluyeron diez tura funeraria blanca) en las unidades 15, 47 y 49,
unidades más, teniendo un total 55 unidades para la cual pensamos “invadió” esta capa (ver aparta-
excavar (Figura 4.15). Como hemos dicho, este do de estructura funeraria blanca). Nuevamente
sector correspondió al patio hundido del Edificio llegamos hasta el nivel donde se encontraron las
1. Con esta excavación, esperábamos terminar de cabeceras de los muros que conforman el patio en
comprender la configuración y funcionamiento del la Fase Amarilla y Fase Gris. En las unidades 42 y
patio hundido de Cerro de Gentil. 50 se identificaron la cabecera de un nuevo muro
(Muro 1M) con eje norte-sur, adosado al muro
Capas registradas 4G, sobre el cual se depositó el contexto funera-
Capa B rio Locus 247 anteriormente descrito. Este muro
Capa compuesta de tierra limosa de grumos me- se encontró unos centímetros más abajo en rela-
dianos (1 mm – 2 mm), con inclusiones de piedras ción a la cabecera de los muros de la Fase Gris.
pequeñas, medianas y grandes en distribución Finalmente debemos decir que la identificación
regular por todo el nivel. En esta capa la textura de este elemento fue crucial para entender que, a
de la tierra fue suelta y a veces semicompacta. La este nivel, tenemos dos (2) capas sobre las que se
coloración predominante fue 10YR 5/3 (marrón) asienta la capa B: primero la capa C hacia el oeste
en la tabla de Munsell, aunque presentó ligeras del muro 1M y segundo la capa G hacia el este del
variaciones en algunas zonas del sector. Conte- mismo.
nía material cultural disturbado, donde se apreció
material malacológico, botánico, óseo, textil, y ce- Capa C
rámico. La presencia o ausencia y la frecuencia de Capa compuesta de tierra limosa de grumos me-
estos materiales culturales, variaron en cada una dianos (1 mm – 2 mm), con inclusiones de pie-
de las unidades excavadas. Esta capa fue identifi- dras pequeñas, medianas y grandes, donde estas
cada en la temporada anterior, continuando con últimas resaltaron en las unidades excavadas. La
las excavaciones de las unidades señaladas en el composición de tierra fue suelta, sin embargo,
apartado anterior, además de las nuevas unidades también se encontró concentraciones de adobes,
46, 47, 48, 49, 50 y 51, las cuales en conjunto abar- terrones y piedras (mediadas y grandes) que esta-
caron 138 m2. Como dijimos, la capa presentó una rían sirviendo de relleno para el patio hundido. La
altura inicial por el este de 206,42 msnm, por el coloración predominante fue 10YR 5/3 (marrón)
oeste de 205,30 msnm y una altura final de 204,72 en la tabla de Munsell. Esta capa se excavó en una
msnm, con un espesor máximo de 1,62 m (Figu- extensión de 7 m en eje norte-sur por 3 m en eje
ras 4.16 y 4.17 para todas las capas). este-oeste, cubriendo un total de 21 m2; excavada
Para la excavación se prosiguió con el método en las unidades 1, 40, 42 y 50, las cuales pertene-
de la temporada anterior, primero retirándose las cieron a la mitad sur del patio hundido. Presen-
piedras superficiales, y luego con brocha, badilejo tó una altura inicial entre 204,80 msnm y 204,10
y picota, se removió la tierra suelta. De la misma msnm, con un espesor promedio 0,70 m.
manera que la temporada anterior, se registraron Esta capa corresponde a un nivel de relleno,
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 69
que se caracterizó por la presencia de adobes, te- Identificamos material cultural asociado al grupo
rrones y piedras medianas, así como tierra con social Paracas. En este proceso también registra-
poco material cultural que finalmente se utiliza- mos una estructura cuadrangular de adobes (0,67
ron para el enterramiento del patio. Para la exca- m N-S por 0,80 m E-O) compuesta por dos hila-
vación de la misma se pasó a definir las concen- das el cual es adyacente al Muro 2M sobre la capa
traciones de adobes, piedras y chala con brocha, y de coprolitos, donde serviría como acceso a este
luego con picota y badilejo se prosiguió con el re- nivel. Continuamos con la excavación hasta llegar
tiro del relleno compacto y la tierra suelta. En este a la Capa E, la cual se diferenció por presentar una
proceso se pudo identificar que todo el material composición más suelta, una coloración más cla-
cultural registrado estaba asociado al grupo social ra y resaltante presencia de material artefactual y
Paracas. En este proceso, identificamos un con- ecofactual.
texto funerario (contexto funerario Locus 246) Esta capa fue producto de haberse utilizado
entre la esquina formada por los muros 3G y 4G el espacio definido por los muros 1M, 2M, 2G y
(Capítulo 8 para más detalles). Luego de retirado 4G (estructura de la Fase Marrón) como corral de
el contexto, entendimos que éste se encontraba cuyes en un periodo corto de tiempo, posterior a
depositado sobre la cabecera de un nuevo muro la deposición densa de basura (Capa E). Se llegó a
identificado (Muro 2M), el cual es más bajo y se esta interpretación por la densidad de la capa de
construyó paralelo y adosado al Muro 3G. Conti- coprolitos de cuy en combinación con el material
nuando con la excavación, ahora delimitada por botánico el cual debió ser utilizado para alimento.
los muros 1M y 2M donde registramos una nueva También se encontró fragmentería de cerámica
capa (Capa D), la cual se diferenció por un color decorada y artefactos líticos como lascas con filo
más oscuro y una composición más compacta. utilizado, los cuales serían evidencia que se estuvo
La capa C fue producto del enterramiento produciendo y desechando en este mismo espa-
ritual del espacio de planta rectangular definido cio. Esta capa se superpuso a la capa E y se encon-
por los muros 1M, 2M, 2G y 4G, conteniéndose tró subyacente a la capa C.
la capa entre estos cuatro. Esta capa se superpuso
a la capa D y subyace a la capa B. Finalmente, se Capa E
entendió que este espacio se construyó posterior Esta deposición se compuso de tierra limosa con
a la Fase Gris y formaría parte de la Fase Marrón. grumos medianos (1 mm – 2 mm) con inclusio-
nes de piedras pequeñas (menos de 10 cm.) La
Capa D composición de tierra fue totalmente suelta y se
Capa compuesta por una combinación de tierra encontró combinada con la más densa cantidad
limosa, material botánico y coprolitos de cuy. Es de material botánico y malacológico, resaltando
de consistencia semicompacta. La coloración de la también la presencia de algunos artefactos. La co-
misma fue de 10YR 4/4 (marrón amarillento os- loración predominante en este evento fue 10YR
curo) en la tabla Munsell. Presentó una extensión 5/3 (marrón) en la tabla de Munsell. Presentó una
aproximada de 680 cm (N-S) por 200 cm (E-O) extensión aproximada de 680 cm (N-S) por 2,00
donde se excavó, como se señaló anteriormente, m (E-O) donde se excavó 3,25 m (N-S) por 2,00 m
325 cm (N-S) por 200 cm (E-O), pertenecientes (E-O), en la unidad 42 y 50, pertenecientes apro-
a la unidad 42 y 50, siendo la unidad 50 donde se ximadamente a la mitad sur de la estructura. Al
presentó más claramente el evento. La capa tuvo presentar un espesor aproximado de 0,40 m (con
una altura inicial de 203,80 msnm y una altura fi- una altura inicial de 203,7 msnm, y con una altu-
nal de 203,70 msnm, presentándose un espesor de ra final de 203,30), se calculó tenía un volumen
0,10 m. En este sentido, podemos decir que tenía aproximado de 5,44 m3.
un volumen aproximado de 1,36m3. La capa se excavó, registrándose progresiva-
Para la excavación de esta capa se pasó a re- mente gran densidad de material botánico, mal-
tirar la mezcla de tierra y material orgánico con acológico, fragmentería cerámica y en menor
brocha, badilejo y picota, a partir de allí se pudo cantidad material óseo animal. En el proceso re-
registrar claramente la composición de la misma. gistramos un lente de ceniza en la unidad 50, ad-
70 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
yacente al Muro 2M, a unos 0,10 m sobre el Piso que se utilizó para el relleno del patio en su sec-
4; y un lente de limo en la misma unidad, adya- ción este. La capa tuvo la misma composición que
cente al Muro 1M, a unos 0,25 m sobre el mismo el evento registrado como capa C. Para la excava-
piso. El lente de ceniza presentó una coloración ción de la misma se pasó a definir las concentra-
2.5 Y 4/1 (gris oscuro), con una extensión de 0,40 ciones de adobes, piedras y chala con brocha, para
m (E-O) por 0,94 m (N-S), teniendo 0,01 m de luego con picota y badilejo proseguir con el retiro
espesor. Si bien es un lente bastante tenue se pudo del relleno compacto y la tierra suelta. Dentro de
identificar material malacológico, botánico, car- este proceso, se pudo definir las características de
bón y cerámica asociado al mismo. Por otro lado, la composición del relleno. Así mismo, se pudo
el lente de limo presentó una coloración de 10YR entender que el contexto funerario Locus 247 (re-
6/3, (marrón pálido), con una extensión de 0,35m gistrado en la capa B) se depositó en la superficie
(N-S) por 0,40 cm (E-O), teniendo 0,03 m de es- de esta capa, siendo este evento, posiblemente el
pesor. En este lente no se ha identificado mate- primero antes de la deposición de la Capa B. Fi-
rial asociado. Asimismo, también registramos 12 nalmente, en un cateo que hicimos en la unidad
hallazgos, los cuales se describirán más adelante. 37, pudimos identificar que esta capa terminó (en
Continuamos con la excavación hasta llegar al ni- su parte inferior) al nivel donde empieza la capa
vel del Piso 4, el cual claramente fue diferenciado. H.
La capa E fue producto de la deposición ritual Esta capa de relleno se contuvo entre el Muro
de diferentes artefactos y ecofactos que, creemos, 1G y Muro C1 por el este y el Muro 1M por el
fueron utilizados dentro de celebraciones de ban- oeste. La capa corresponde a un evento anterior
quetes. En este sentido, referimos a un basural al enterramiento de la Fase Marrón, y su función
producto de esta actividad. Esta capa igualmente fue básicamente brindar volumen y sostener por
se contuvo entre los muros 1M, 2M, 2G, 4G y so- el este la plataforma de la Fase Marrón (ver apar-
bre el Piso 4, los cuales conformaron la estructura tado de la Fase Marrón). Esta capa se superpuso a
hundida de la Fase Marrón. la capa H y subyace a la capa B.
Capa G Capa H
Capa compuesta de tierra limosa de grumos me- La capa compuesta de tierra limosa de grumos
dianos (1 mm – 2 mm), con inclusiones de pie- medianos (1 mm – 2 mm), con inclusiones de
dras pequeñas (menos de 10 cm de largo), me- piedras pequeñas (menos de 10 cm de largo) y te-
dianas (entre 10 cm y 20 cm de largo) y grandes rrones. La textura de esta capa es completamente
(mayores a 20 cm), donde estas últimas resaltaron suelta y presenta poco material cultural asociado
en las unidades excavadas. La textura de la tierra (botánico, malacológico y cerámica). La colo-
fue suelta, sin embargo, también se encontraron ración de tierra fue de 10YR 5/3 (marrón) en la
concentraciones de adobes, terrones y piedras tabla Munsell. Esta capa ya se había identificado
(mediadas y grandes) que estuvieron sirviendo de en la temporada anterior, sin embargo, esta vez
relleno para el patio hundido. La coloración pre- se excavó en una extensión de 1,20 m (N-S) por
dominante fue de 10YR 5/3 (marrón) en la tabla 1,90 m (E-O) en la unidad 42, cubriendo un total
de Munsell. Esta capa se excavó en una extensión de 2,28 m2, sin embargo, teniendo una extensión
de 7 m en eje norte-sur por 3,97 m en eje este- máxima de 49 m2 (7,00 m por 7,00 m). Se registró
oeste, cubriendo un total de 27,79 m2, excavado una altura inicial entre 203,40 y 203 msnm, con
desde la unidad 35, 37, 38, 39 y 51. Estas unidades un espesor promedio de 0,40 m.
pertenecieron a la sección sureste del patio hundi- Como reconocimos en la temporada anterior,
do. La capa presentó una altura inicial entre 204,8 esta capa se caracterizó por la presencia de tierra
y 203,85 msnm, con un espesor promedio 0,95 m. limosa y poca cantidad de material cultural aso-
La capa refirió a un nivel de relleno, que se ciado. Dentro de la capa se pudo registrar poca
caracterizó por la presencia de adobes, terrones, y concentración de material botánico, cerámico,
piedras medianas mezcladas con material botáni- malacológico y óseo animal. Para la excavación,
co, malacológico y cerámico (en poca cantidad), se utilizó brocha y badilejo para el adecuado re-
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 71
gistro del material, hasta llegar finalmente al nivel La capa J fue producto de una deposición para
del Piso 3. En este proceso se pudo entender que la nivelación del terreno previo a la construcción
el Muro 2M estuvo construido sobre este mismo del patio hundido. Entendemos esto pues en el
relleno, y que para la construcción del Muro 1M sector sur del patio, esta capa no fue encontrada,
se irguió en primera instancia una base hecha con registrándose luego del Piso 2 y la capa K. La capa
piedras semicanteadas (Muro MB1). J se encontró subyacente al Piso 2 y se superpuso
La capa H fue producto del enterramiento al Piso 1.
ritual del patio hundido en su Fase Gris. Ésta se
contuvo entre los muros 1G, 2G, 3G, 4G y 5G. Elementos arquitectónicos registrados
Esta capa se superpuso al Piso 3 y se encontró Elementos arquitectónicos de la estructura fune-
subyacente al Piso 4. raria blanca
Muro 1F
Capa J Fue identificado en la unidad 15. Refirió al muro
Compuesta de limo bastante fino con inclusiones este de la estructura. Este muro estuvo hecho en
de piedras pequeñas (menos de 10 cm de largo) base a piedras subredondeadas y adobes cónicos
en poca cantidad. Presencia mínima de material unidos con argamasa. No se presentó un enlucido
cultural, tratándose de un relleno limpio. La tex- como acabado final. Su forma en planta fue rec-
tura fue suelta, presentando una coloración de tilínea, al igual que su vista en plano (siendo la
10YR 7/2 (marrón muy pálido) en la tabla Mun- base más ancha que la cabecera), y su orientación
sell. Esta capa se registró en la unidad 42, situán- norte-sur, tenía 2,13 m en ese eje y 1,60 m de al-
dose debajo del sector norte del sitio. Tenía una tura. (Figura 4.23 para todos los elementos de la
altura inicial de 202.84 msnm y una altura final de estructura funeraria blanca).
202.62 msnm, con un espesor de 0,22 m. Dicho elemento arquitectónico estaba rela-
La capa refirió a un nivel de tierra limosa con cionado a la estructura funeraria blanca del patio
presencia mínima de material orgánico. La exca- hundido, la cual se construyó antes del abandono
vación se realizó con brocha, badilejo y picota, Paracas del patio. Es muy probable que este muro
donde finalmente llegamos al Piso 1. se haya asentado sobre el piso 3.
Figura 4.23. Vista de la estructura funeraria blanca desde el este. En esta se aprecia un contexto
funerario asociado a la misma
72 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Figura 4.24. Vista de la estructura FM-1, correspondiente a la Fase Marrón del patio hundido. Se
aprecia también su relación con el piso de la Fase Gris.
Figura 4.25. Vista final desde el lado este de las excavaciones en la temporada 2014.
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 75
Figura 4.25. Principales hallazgos durante las excavaciones del Sector A en la temporada 2014: a) “Hallazgo 1”; b) “Hallazgo 2”; c) “Hallazgo 3”; d) “Hallazgo 4”;
e) “Hallazgo 5”; f) “Hallazgo 6”; g) “Hallazgo 7”; h) “Hallazgo 8”; i) “Hallazgo 9”; j) “Hallazgo 10”; k) “Hallazgo 11”; l) “Hallazgo 12”
Capítulo 4: Descripción de las excavaciones arqueológicas en Cerro del Gentil 77
za de ave, decorado con plumas en su exterior. El do directamente sobre el piso 4, a 203,56 msnm.
material base de este artefacto es arcilla y tiene Resultados de la Temporada 2014
un diámetro de 6 cm. Se encontró en una matriz Nuestras excavaciones arqueológicas esta tempo-
de tierra mezclada con material botánico, la cual rada han definido que, además de la existencia de
estaba delimitada por piedras medianas semican- dos grandes fases constructivas registradas en la
teadas. Este hallazgo se encontró en la Capa E a temporada anterior (Fase Amarilla y Fase Gris),
203,98 msnm. existió otra importante refacción, la cual hemos
denominado como “Fase Marrón”.
Hallazgo 8 Después del tiempo de uso social de las estruc-
Se encontró en la unidad 50. Corresponde a un turas correspondientes a la Fase Gris, se realizó la
ave con plumaje color verde. Tiene una extensión refacción correspondiente a la Fase Marrón. Las
de 0,15 m en eje norte-sur por 0,07 m en eje este- estructuras asociadas a esta fase se construyeron
oeste. No presentó matriz aparente. Este hallazgo sobre el relleno de clausura (capa H) de la Fase
se encontró en la Capa E a 203,64 msnm. Gris. Como hemos visto, en esta nueva fase resal-
tó la presencia de un espacio rectangular hundido
Hallazgo 9 (estructura FM-1) en el sector oeste, y una plata-
Se encontró en la unidad 46. Corresponde a una forma de relleno en la parte este. El espacio rec-
tablilla rectangular de 20 por 16 cm, bastante si- tangular hundido presentó una extensión de 7 m
milar al hallazgo 8. Este artefacto también pre- en eje norte-sur, 2 m en eje este-oeste, y una altura
senta evidencias de pintura, sin embargo, se en- aproximada de 0,90 m. Finalmente, estas estruc-
cuentra en mal estado de conservación por lo que turas pasaron a enterrarse en su totalidad.
solo es notorio los pigmentos amarillo y negro. El Hemos determinado que a medida que se da-
artefacto se encontró en la capa E a 203,93 msnm. ban estas grandes refacciones, los acabados arqui-
tectónicos fueron dándose menos estilizados, así,
Hallazgo 10 teniendo los mejores acabados en la Fase Amari-
Se encontró en la unidad 47. Corresponde a una lla. Otro dato interesante es que casi la totalidad
concentración de 15 artefactos de madera, cada de la cerámica registrada en este sector, estuvieron
uno con 3 cm de ancho por 6 cm de alto (en pro- asociadas a Paracas-Ocucaje 8 y 9. El mayor por-
medio), de forma cónica. Tiene una extensión de centaje de los fragmentos hallados, se encontra-
15 por15 cm. No presentó una matriz clara. El ha- ron en el relleno de la Fase Marrón. Este último
llazgo se encontró en la capa E, inmediatamente dato es coherente con los fechados que hemos po-
sobre el piso 4, a 203,55 msnm. dido recuperar del sitio, donde la historia del mis-
mo se sitúa aproximadamente desde los 500 a 100
Hallazgo 11 a.C. Debemos decir al respecto, que los hallazgos
Se encontró en la unidad 42. Corresponde a dos más resaltantes del sitio, tales como ofrendas de
(2) estólicas fabricadas en base a material orgáni- cerámica de gran formato, cestas decoradas, ma-
co. Éstas presentaron una dimensión aproximada tes incisos pirograbados y contextos funerarios,
de 25 cm de largo por 1 cm de ancho. Dichos arte- fueron encontrados asociados a las capas de en-
factos se encontraron asociados a la capa E, en una terramiento de la Fase Marrón, aspecto que nos
matriz de tierra limosa amarillenta a 203,60 msnm. indica la importancia y asimismo, evidencia el
enterramiento ritual del sitio. Por otro lado, pen-
Hallazgo 12 samos que la denominada “Estructura Blanca”, es
Se encontró en la unidad 42. Corresponde a un evidencia de la transformación del espacio en un
artefacto similar a un peine hecho de material or- mausoleo, en los últimos momentos del sitio. Esta
gánico. Pensamos que este artefacto estuvo aso- hipótesis se hace asienta también si consideramos
ciado a la actividad productiva textil, pues en una los entierros disturbados encontrados en las pri-
de las cerdas presentó un hilo amarrado. Tiene meras capas de excavación, los cuales creemos se
una dimensión aproximada de 15 por 15 cm. No tratarían de contextos Paracas en los últimos mo-
presentó matriz alguna. El artefacto fue deposita- mentos del fenómeno en esta parte del valle.
78 Henry Tantaleán, Kelita Pérez y Alexis Rodríguez
Finalmente, luego de ello, reafirmamos la pre- menos dos grandes fases de construcción, la Fase
sencia de una ocupación Topará y posterior a esta, Amarilla y la Fase Gris. Aparecieron los primeros
una ocupación Carmen en el sitio. Como bien he- contextos de ofrendas y el primero enterramien-
mos dicho, esto se evidenció en la cerámica asocia- to de un niño enfardelado, con ajuar importante.
da a estos grupos, la cual se ha encontrado en las También, aparecieron otras ofrendas entre las que
primeras capas de excavación. Más aún, los hallaz- cabe destacar una vasija (olla) conteniendo mates,
gos de recintos construidos con adobes diagnósti- cerámicas y cestas finalmente decoradas.
cos Topará y Carmen, encontrados en el montículo La temporada 2014 se enfocó en tratar de am-
más alto del sitio, sustenta esta hipótesis. pliar lo más que se pudiese las excavaciones den-
tro del patio hundido. Así, se comprobaron las dos
Síntesis grandes fases constructivas y una tercera: la Fase
Marrón. Además, se entendió que el patio había
En este capítulo hemos descrito las excavaciones sido enterrado ritualmente y las ofrendas encon-
realizadas durante las tres temporadas en el sitio tradas previamente y en esa temporada formaron
de Cerro del Gentil. Comenzando con trabajos parte de una serie de eventos de deposición de
todavía exploratorios en el 2012 comprobamos artefactos y restos de alimentos. Asimismo, se ha-
que el edificio principal había sido fundado en lló un contexto de un individuo enterrado en la
época Paracas. Sin embargo, también había sido esquina suroeste del patio, seis fardos funerarios
reocupado y modificado arquitectónicamente en con sus ajuares y una estructura funeraria hecha
época Topará. Asimismo, al sureste de la platafor- de piedras donde además se registró otro contexto
ma principal se construyó un poblado relaciona- funerario. Por tanto, las excavaciones en Cerro del
do con la ocupación Carmen del valle y contem- Gentil fueron premiadas con una importante can-
poráneo con la cultura Nazca. tidad de datos en un área relativamente pequeña,
Durante la temporada 2013 nuestras exca- especialmente la del patio hundido.
vaciones se enfocaron en el patio hundido para A continuación, y tomando como base a las
establecer sus dimensiones y su orientación. Asi- descripciones de las capas, estructuras arquitectó-
mismo, para definir cuál fue su función en base nicas, contextos arqueológicos se establecerá cual
a los contextos que se obtuviesen. Se definió al fue la secuencia de ocupación del sitio.
Capítulo 5
Secuencia arqueológica
de Cerro del Gentil
Henry Tantaleán
L
os edificios arqueológicos tienen una bio- Momentos constructivos
grafía propia, consecuencia de su proceso del sitio de Cerro del Gentil
de formación y uso por las sociedades hu-
manas. Las investigaciones arqueológicas pueden Aunque el sitio de Cerro del Gentil tuvo su prin-
ser beneficiosas para el entendimiento de la for- cipal y original construcción durante la ocupación
mación de los yacimientos arqueológicos cuando Paracas Cavernas, este fue un sitio multicompo-
pueden obtener una clara y precisa secuencia de nente que contenía una serie de sectores arqueo-
construcción de estos sitios. Cerro del Gentil fue lógicos con otras ocupaciones humanas. De estos
un reto en este sentido, debido a las diferentes sectores, los dos edificios monticulares son los más
etapas constructivas y los usos que tuvo el sitio a evidentes. El edificio A es el de mayor altura y so-
lo largo de su vida, incluyendo la destrucción de bre el cual desarrollaremos más explicaciones de su
partes del sitio en tiempos modernos. construcción por haber realizado mayores excava-
En este capítulo se describirán los diferentes ciones en área y profundidad en este. Con respecto
momentos de la construcción y eventos relacio- al edificio B, podemos decir que presenta una ocu-
nados con la ocupación humana del sitio de Cerro pación Paracas Cavernas (relacionado con las fases
del Gentil. Debido a que nuestras excavaciones se Ocucaje 8 y 9), y además se ha evidenciado cerámi-
concentraron en el sector del patio hundido se dará ca asociada a los grupos sociales Topará y Carmen.
un mayor énfasis en la descripción de su secuen- Además de estos dos edificios, existe en la
cia constructiva. Además, se describen las ocupa- base del edificio A una gran dispersión de piedras
ciones posteriores a la Paracas, especialmente las de campo que en el sector excavado por nosotros
relacionadas con Topará y Carmen. Asimismo, se en el 2012 (ver capítulo 4 y 10), se definió como
hacen referencia a los sectores relacionados con una ocupación de tipo doméstica asociada al es-
las estructuras funerarias o chullpas que se cons- tilo cerámico Carmen (Pérez et al. 2015). Asi-
truyeron en una pequeña quebrada entre los dos mismo, las recolecciones superficiales alrededor
montículos de Cerro del Gentil, pertenecientes a la del edificio A establecen que existieron, también,
tradición funeraria Chincha y que pudieron haber espacios con acumulación de basura relacionada
seguido siendo utilizadas durante época Inca. con cerámica de estilo Topará (Nigra et al. 2013).
79
80 Henry Tantaleán
Finalmente, existe todo un sector entre el Edi- campo para generar una superficie nivelada. En la
ficio A y el Edificio B, en una pequeña quebrada, zona donde se iba a levantar el patio hundido se
donde se construyeron tumbas colectivas o chull- niveló la roca madre, se colocó una capa de barro
pas cuadrangulares semisubterráneas de piedra y y luego un relleno de chala de maíz.
barro que, en el valle medio, corresponden con las
de época Chincha-Inca. Etapa Constructiva 2: Muros Paracas tempranos
A continuación, describiremos las ocupacio- Estos muros se construyeron con piedras semican-
nes en el Edificio A, es decir en el montículo Pa- teadas y adobes cónicos. En la trinchera del 2012
racas principal, pues, fue allí donde concentramos se puede apreciar que estos se colocaron para for-
nuestras excavaciones. mar el cuerpo principal de la edificación piramidal.
Estos muros coincidirían con la Fase Amarilla del
Secuencia constructiva patio hundido que recién fue definida en el 2013.
del edificio A de Cerro del Gentil Se incluyeron muros de piedra canteada de regular
tamaño que hacían las veces de “vigas” para mante-
A pesar que el edificio no ha sido excavado com- ner estable el volumen. Encima de estos muros de
pletamente, de acuerdo a nuestras excavaciones piedra se rellenaban los espacios hacia afuera del
podemos ensayar una secuencia constructiva ge- muro con adobes cónicos. El espacio interior deja-
neral. Definimos Ocupaciones a los grandes mo- do por los muros también fue rellenado, aunque en
mentos constructivos asociados con un estilo ce- la parte de la trinchera no pudimos definir si esto
rámico1. Asi tenemos tres grandes Ocupaciones: fue algo contemporáneo con el muro de piedra o
Paracas, Topará y Carmen. En el capítulo final posterior (podría haber sido recintos que poste-
explicamos de maneras más antropológica estas riormente fueron rellenados para crear más volu-
Ocupaciones. Adentro de cada Ocupación esta- men del edificio y construir encima). El acabado
blecemos la existencia de Etapas Constructivas exterior de los muros de adobes se hacía con barro
que se refieren a eventos constructivos de mayor mezclado con achira. No se detectaron enlucidos o
concentración de rasgos arquitectónicos. pintura sobre estos muros.
1 Una Ocupación en términos arqueológicos es similar a una “Época” tal como es usada por diferentes inveti-
gadores e, incluso, por nosotros mismos.
Capítulo 5: Secuencia arqueológica de Cerro del Gentil 81
Figura 5.xx. Se aprecian las tres fases constructivas del patio hundido:
Fase Amarilla, Fase Gris y Fase Marrón.
que el paramento del muro este no se ha podido original del primer patio hundido (Fase Amari-
identificar debido a que este lado se prolonga por lla), de esta manera, quedando inserto en el mis-
debajo de una plataforma pos-Paracas, vinculada mo. La construcción de esta nueva fase comienza
con el material cultural de estilo Topará. con la superposición de un nuevo piso inmediata-
Adicionalmente, nuestras excavaciones en un mente sobre el piso de la fase anterior en el patio
corredor al sur del atrio localizaron un piso pro- hundido, estando asociado con los cuatro nuevos
fundo de un antiguo corredor, el cual se asociaría muros que constituyen esta nueva fase. El patio
a esta fase constructiva (ver capítulo 4). cuadrangular hundido de la Fase Gris mide 7 x 7
m aproximadamente, y presenta aproximadamen-
Evento de relleno de la Fase Amarilla te 2,40 m de profundidad, con todos los muros
Entre los muros de la Fase Amarilla y de la pos- orientados a los puntos cardinales, salvo el muro
terior Fase Gris se depositó un relleno de tierra norte que se encuentra desviado algunos grados
amarillenta limpia, en la cual se encontraron sola- hacia el sureste.
mente algunas ofrendas de vasijas cerámicas rotas Para otorgarle estabilidad y solidez a este patio
y restos de material botánico. y también dentro de la actividad ritual de enterra-
Asimismo, se cubrió el corredor al sur del miento del primer patio, se realizó un rellenado de
atrio del patio hundido con un grueso relleno de los espacios vacíos que quedaron entre la cara in-
tierra amarillenta muy similar al que cubrió al pa- terna del muro de la Fase Amarilla y el interior del
tio hundido. nuevo muro del patio cuadrangular más pequeño
de la Fase Gris. Este relleno se realizó con tierra
FASE GRIS limosa amarillenta libre de piedras grandes y con
Luego de un tiempo de uso, se realizó una gran muy poco material cultural asociado. Es importan-
modificación del espacio arquitectónico, definido te resaltar que luego de la deposición del relleno
en una nueva fase constructiva. El nuevo patio de en la parte sur y oeste, se construyó un piso a la
la “Fase Gris”, fue construido dentro del espacio altura de la cabecera del muro sur y oeste del patio
Capítulo 5: Secuencia arqueológica de Cerro del Gentil 83
en esta nueva fase. Este piso se adosa además a la material cultural Paracas), sobre el piso del patio
parte superior de los muros sur y oeste del patio hundido de la Fase Gris. Finalmente, sobre ésta se
hundido en la Fase Amarilla. Todo ello configura pasó a construir los elementos concernientes a la
un nuevo espacio que estaría funcionando conjun- Fase Marrón.
tamente con el patio cuadrangular hundido de la
Fase Gris. A este espacio lo hemos denominado FASE MARRÓN
“Atrio de la Fase Gris”, que lamentablemente se en- Para esta fase se comenzó con la construcción de
contró bastante erosionado y destruido en muchas una plataforma de relleno hacia el sector este del
partes, imposibilitando definir claramente los es- patio. Dicha plataforma tiene una extensión de 7
pacios construidos. De hecho, muchas veces solo m en eje norte-sur por 4 m en eje oeste-este, con
se encontraron las bases de los muros. Asimismo, un espesor promedio de 0,90 m, llegando a la al-
algunos enterramientos intrusivos posteriores a la tura de las cabeceras de los muros de la Fase Gris,
ocupación Paracas en el patio, destruyeron partes y sosteniéndose en los muros norte, sur y este de
de los muros. Lo que sí se puede notar es que el la misma fase. A la misma vez, sobre el antiguo
atrio estuvo orientado hacia el norte. Es posible sector oeste del patio hundido, se construye un
que otras estructuras a manera del atrio referido se nuevo espacio rectangular hundido de 2 m en eje
encuentren situadas en sectores que no excavamos norte-sur por 7 m en eje este oeste y 0,90 m de
(por ejemplo, el sector este, debajo de la plataforma profundidad.
Topará, y el sector norte, destruido en gran parte El espacio rectangular se constituye por un
por el huaqueo y caída de este sector) Como men- piso construido sobre la capa de relleno que cubre
cionamos, el atrio de la Fase Gris posee restos de a la Fase Gris. Sobre éste, se construyeron dos mu-
escalinatas y bases de muros de grandes proporcio- ros paralelos (muros 1M y 2M) en el eje norte-sur,
nes que sugieren la existencia de recintos alrededor los cuales se adosan por sus extremos a los antiguos
de la parte sur del patio hundido. Tuvo un piso de muros norte y sur del patio en su Fase Gris. Estos
barro bien preparado y se puede notar que existió dos muros generan un espacio rectangular hundi-
algún evento que fracturó y desniveló el piso muy do que hemos denominado Recinto FM-1. El pri-
cercano al borde del patio hundido. Se hipotetiza mer muro (Muro 1M) se encuentra al oeste, adosa-
que hubo un terremoto que generó esta fractura y do y en paralelo también al muro oeste de la Fase
deslizamiento del piso del atrio. Gris. El segundo muro, el Muro 2M, se encuentra
Durante esta Fase Gris, se creó al sur de este 2 m al este del anterior y sostiene y contiene por el
atrio otro corredor sobre el antiguo corredor de la oeste, a la plataforma de relleno descrita anterior-
Fase Amarilla. Éste se construye sobre un grueso mente. De esta manera, tanto la plataforma, como
relleno, el cual se deposita inmediatamente sobre el espacio rectangular hundido para la Fase Marrón
el piso del corredor amarillo. Tiene un muro ancho (Recinto FM-1), y el atrio de la Fase Gris (creemos
que viene desde abajo, posiblemente levantado en que no se refaccionó), estarían configurando un
la Fase Amarilla. Hacia el sur está cerrado por un nuevo espacio de uso social, el cual se caracteriza
muro de piedras un tanto descuidado, posiblemen- por una distorsión del planeamiento original del
te tardío en la ocupación Paracas del edificio. En el “patio cuadrangular hundido”
piso de este corredor se localizaron improntas de
vasijas cerámicas, pero más allá de esto no se ha- Evento de destrucción de estructuras en el atrio
llaron mayores indicaciones de actividad humana. y otras cercanas al patio hundido
Posiblemente se trata de un área de circulación. Al final de su uso y posiblemente durante el re-
lleno del patio hundido durante la Fase Marrón,
Evento de relleno de la Fase Gris se demolieron gran parte de las estructuras del
Al igual que la fase constructiva anterior, luego atrio y sus restos fueron echados sobre el relleno
de un tiempo de uso del patio hundido en la Fase del patio. Nuestras excavaciones han encontrado
Gris, el espacio pasó nuevamente a modificarse. piedras de grandes dimensiones y adobes simila-
Para ello, primero se pasó a depositar una capa de res a las que se permanecen en pie en el atrio (en-
tierra limosa de 0,50 m de espesor (asociado con contradas específicamente sobre la capa G). Asi-
84 Henry Tantaleán
mismo, se han hallado fragmentos de enlucido corral de cuyes. Posteriormente se sucedieron las
de barro, algunos de ellos pintados y decorados capas C y la B en las cuales se nota una gran in-
con motivos geométricos en colores rojo, blanco, clusión de chala de maíz. Otra capa de relleno que
negro y amarillo y que, posiblemente, formaron llama mucho la atención es la encontrada sobre el
parte de las paredes de los recintos ubicados en piso del Atrio. Esta capa (denominada Capa F),
la parte del atrio. Otras evidencias de destruc- está compuesta por tierra mezclada con ceniza. El
ción se han encontrado hacia el este y noroeste objetivo de estos eventos sería rellenar el espacio
del patio. del patio hundido y el atrio de forma ritual du-
rante eventos que se dieron en un tiempo relati-
Eventos de relleno durante la Fase Marrón vamente corto a finales de la ocupación Paracas
Luego del uso social del espacio, se pasó a cubrir (para más detalles ver capítulo 4).
totalmente todos los espacios arquitectónicos
asociados con el patio hundido, así como el atrio. Evento de intrusión del individuo de la esquina
En este sentido, primero sobre el piso del Recinto suroeste
FM-1 se depositó la capa E, la cual contuvo una Asociado al evento de relleno correspondiente a
gran cantidad de restos de consumo y artefactos, la capa B se registró un contexto funerario (indi-
que se asocian a una posible fiesta (Tantaleán et al. viduo Locus 246) ubicado en la esquina suroeste
2016). Sobre esta se colocaron una serie de capas del patio hundido gris. Durante el proceso de in-
con diferentes contenidos. La capa D, ubicada in- humación, comprendimos que este evento intru-
mediatamente sobre la capa E, corresponde a un yó la capa C. La base de este entierro estaba sobre
evento en el cual se concentró una gran cantidad un muro de “zócalo” o apoyo del muro oeste de
de excrementos de cuy. Posiblemente, se usó en la Fase Marrón (ver capítulo 8). El individuo de-
este momento el espacio del Recinto FM-1 como bió estar dentro de un fardo de textil que no se
Capítulo 5: Secuencia arqueológica de Cerro del Gentil 85
conservó. El individuo de sexo masculino estuvo Engel (1957) en el valle medio de Pisco. Por una
acompañado de dos mates sin decoración, una cuestión de estabilidad de la estructura funeraria,
cesta en mal estado de conservación y un tazón esta tuvo que haber sido colocada cuando ya exis-
de cerámica sin decoración que contuvo los restos tía el relleno del patio gris. De tal manera, que se
óseos de un cuy completamente articulado (ver cortaron y extrajeron partes del relleno del patio
capítulo 9). Asimismo, sobre el enterramiento se marrón para construir esta estructura intrusa.
colocaron parte de la copa de un árbol de pacae y Esta estructura no pudo excavarse completamen-
muchas hojas de ese árbol sobre el individuo. te por su estado de conservación en el que los mu-
ros deberían haber sido desmontados y retirados
Evento de intrusión de seis fardos funerarios totalmente las capas de relleno sobre las que se
La colocación de este conjunto de individuos se apoyaban dichos muros. Sin embargo, escavamos
hizo sobre la plataforma de la Fase Marrón (Capa su interior hasta donde fue posible.
G) y desmontando en parte la cabecera del Muro La cámara funeraria parece haber tenido al
1M que contenía el relleno de esta plataforma. De menos dos niveles. El primer nivel contuvo los
tal manera, el enterramiento se hizo a posteriori restos removidos de, al menos, un individuo. Asi-
de la existencia de esta plataforma. Los seis fardos mismo, recuperamos un fardo funerario en regu-
se colocaron posiblemente a la vez o en un tiempo lar estado de conservación. Debajo y en el fondo
muy cercano durante los eventos relacionados a la de la cámara funeraria, identificamos otro fardo
deposición de la capa B. Los fardos funerarios es- funerario que no pudo ser extraído y que estaba
taban acompañados de ofrendas de cestas y mates acompañado de ofrendas de canastas y mates. Se
y cerámica (ver capítulo 8). extrajo una cesta que servirá para poder fechar el
contexto. La profundidad de la estructura funera-
Evento de intrusión de un fardo de un infante ria superó los dos metros (para más detalles ver
Hacia el suroeste de la concentración de seis far- capítulo 4 y capítulo 8).
dos se excavó el fardo funerario de un niño de
unos 6 años de edad. Estuvo acompañado de al- Datación relativa
gunas ofrendas en el interior del fardo y sobre este de las fases y eventos
también se reconocieron otras partes componen-
tes del ajuar funerario. Además, como en el caso Las Fase Amarilla y Gris están asociadas con ce-
del individuo inhumado en la esquina suroeste, rámica de estilo Paracas Cavernas. En concreto,
sobre la parte superior del fardo se encontró parte siguiendo la secuencia de Ica se puede afirmar que
de un árbol de pacae. (Ver capítulo 8) estas se correlacionan con las fases 8 y 9, especial-
mente la Fase Marrón en su momento de relleno,
Eventos de deposición de ofrendas siendo posible que la construcción misma del edi-
En total se han contabilizado un total de 17 ofren- ficio se haya iniciado en Paracas 7 o, incluso antes.
das (ver tabla 1 en el capítulo 7). Se describen cada Las fases 8 y 9 están fechadas relativamente entre
una de estas ofrendas en el capítulo 7. Fueron co- los siglos III y II a.C. (Wallace 1986).
locadas a medida que se iban poniendo los even- La reconstrucción y superposición de la plata-
tos de capas de relleno del patio (donde la mayo- forma sobre el edificio Paracas está asociada con
ría se asocia a la capa B) cerámica y adobes de estilo Topará. Esta ocupa-
ción se puede fechar relativamente alrededor del
Evento de construcción de la estructura inicio de nuestra era y se prolongarían durante
funeraria blanca uno o dos siglos.
Se trata de una estructura funeraria que recuerda La ocupación Carmen se puede fechar entre
a algunas estructuras de la península de Paracas los siglos II y IV después de Cristo (Vaughn et al.
que se pueden asociar con la tradición de tumbas 2014, Pérez et al. 2015).
Paracas Cavernas (Tello 2005 [1959]) (Ver Tello y La ocupación Chincha-Ica materializada en la
Xesspe 1979). También es similar algunas estruc- construcción de chullpas se encontraría entre los
turas Paracas Cavernas encontradas por Fréderic siglos XII y XVI.
86 Henry Tantaleán
DATACIÓN ABSOLUTA DE LAS FASES importante anotar aquí que existe un alineamien-
Se tomaron 16 muestras para fechado por Carbo- to preciso en el eje oeste-este (270 grados) entre
no 14 de los contextos relacionados con el patio Cerro del Gentil y la principal huaca del valle que
hundido. Nuestros fechados absolutos correspon- fue Huaca Santa Rosa. Posiblemente, esta ubica-
dientes a las diferentes fases de Cerro del Gentil ción fue importante para su construcción. De he-
nos indicarían que la ocupación Paracas en el si- cho, el acceso del edificio estaba orientado hacia el
tio de Cerro del Gentil, principalmente durante oeste, en dirección a Huaca Santa Rosa.
la construcción y abandono del patio hundido, se Ya que el terreno naturalmente es irregular, se
dió entre el 550 y 250 a.C. Es muy probable que debió haber nivelado la superficie, lo cual se nota
el sitio sea más antiguo puesto que no pudimos en la superficie donde se construyó el patio hun-
extraer buenas muestras para fechar las capas ini- dido que tuvo que ser nivelada y cubierta con un
ciales de este sector. piso de barro. El edificio tuvo desde el principio
Tomando en cuenta las fases definidas en el una orientación oeste-este que perduró hasta su
patio hundido, tenemos que la primera fase, la abandono del edificio al final de la ocupación Pa-
Fase Amarilla, habría durado aproximadamente racas. Esta orientación axial del edificio se man-
entre el 550 y 400 a.C., la Fase Gris se habría ex- tuvo con ligeros cambios durante Topará. Como
tendido aproximadamente entre el 400 y 300 a.C. veremos, parece que el acceso del edificio se mo-
Finalmente, los fechados indican que la Fase Ma- dificó para ser ahora en la parte este. La orienta-
rrón se prolongó aproximadamente entre el 300 y ción del acceso durante la ocupación Paracas fue,
250 a.C. sin duda, en la parte oeste donde nuestras excava-
Un solo fechado sugiere que la ocupación ciones parecen haber descubierto un vestíbulo. En
Topará fue casi inmediata al abandono del sitio la parte posterior encontramos un muro solido de
por los Paracas en el siglo III a.C., una antigue- al menos un metro que no permitiría el acceso
dad aceptada para la aparición del estilo Topará desde la pampa al este.
(BUSCAR REFERENCIAS). Sin embargo, será Para generar el volumen de la plataforma se
necesario contar con mayor cantidad de fechados pusieron bloques de piedra que fueron contenidos
para datar mejor esta ocupación. Como vimos, por muros de adobes y piedras. Algunos muros de
posteriormente se sucede una ocupación Carmen piedra corren por detrás de muros de barro lo que
de la cual no poseemos ninguna muestra fechada permite estabilizar la masa de la plataforma. Las
por Carbono 14 pero que debió ubicarse crono- dos fases principales que hemos descrito: amarilla
lógicamente aproximadamente entre el 200 y 400 y gris tuvieron el propósito de generar un edificio
d.C. (Pérez et al. 2014) (ver Tabla 5.1). que tuvo por lo que sabemos al principal espacio
al patio hundido. Este patio hundido fue mayor al
Explicación social de la inicio (amarilla) y fue reducido en el tiempo (Fase
secuencia arquitectónica Gris). Para reducir el espacio de la Fase Amari-
y arqueológica del lla se hizo un importante relleno prácticamente
Cerro del Gentil limpio. Contemporáneo con este patio de la Fase
Amarilla se construyó un corredor en el parte sur
Ocupación Paracas del edificio y un posible atrio. Luego del relleno de
Fue en el periodo Paracas Cavernas cuando se la Fase Amarilla se colocaron muros (o este se pu-
fundó el sitio, más tarde que el 550 a.C. Nuestras sieron ya para contener el relleno de la Fase Ama-
investigaciones no han descubierto indicio algu- rilla). El nuevo patio de la Fase Gris también se
no de ocupaciones previas en el sitio mismo o asoció un atrio que estaba en la parte sur al igual
cercano a él. Cuando los Paracas llegaron al sitio que un nuevo corredor.
posiblemente encontraron un lugar que se elevaba El acceso al patio hundido, tanto gris como
sobre el valle y era visible en la parte superior de la amarillo, no ha sido definido cabalmente. En la
terraza eriaza y desde la perspectiva de la pampa Fase Gris se nota una apertura del muro en el oes-
de El Carmen, donde luego se crearon geoglifos, te que posiblemente fue un tipo de acceso. Así, no
era visible y contrastaba con el fondo del valle. Es encontramos un acceso formal al patio hundido,
Tabla 5.1. Fechados radiocarbónicos del patio hundido de Cerro del Gentil.
14
Numero de δ13C C Calibratado
Laboratorio ID Locus Fase Material
referencia ‰ (BP) a 2-sigmasa
750-615 (0,33) cal a.C.
UCIAMS-162406 T-1521 Locus 348 Fase Amarilla Botánico -10 2480±20
590-405 (0,67) cal a.C.
UCIAMS-162403 T-1518 Locus 129 Fase Amarilla Hoja de maíz -10,6 2395±20 515-380 cal a.C.
UCIAMS-162415 T-1530 Locus 149 Fase Amarilla Carbón -25,4 2360±20 415-360 cal a.C.
UCIAMS-162404 T-1519 Locus 298 Fase Gris Botánico -11,1 2370±20 475-360 cal a.C.
b 410 - 355 (0,91) cal a.C.
UCIAMS-137882 T-1133 Locus 77 Fase Gris Textil 2340±20
285 - 255 (0,09) cal a.C.
UCIAMS-162414 T-1529 Locus 157 Fase Gris Carbón -24,8 2350±20 410-260 cal a.C.
b 405-355 (0,82) cal a.C.
UCIAMS-162410 T-1525 Locus 97-2 Fase Marrón Textil 2330±20
290-240 (0,18) cal a.C.
UCIAMS-162413 T-1528 Locus 298 Fase Marrón Cuerda vegetal -22,7 2270±20 385-210 cal a.C.
b
UCIAMS-137884 T-1136 Locus 82 Fase Marrón Textil 2260±20 370- 205 cal a.C.
b
UCIAMS-137885 T-1137 Locus 113 Fase Marrón Textil 2230±20 360 - 200 cal a.C.
UCIAMS-131979 T-1078 Locus 97 Fase Marrón Textil -25.6 2220±15 360-200 cal a.C.
UCIAMS-162412 T-1527 Locus 82 Fase Marrón Mate -23,7 2265±20 380-210 cal a.C.
UCIAMS-162407 T-1522 Locus 150 Fase Marrón Textil -22,0 2255±20 365-205 cal a.C.
UCIAMS-162408 T-1523 Locus 247 Fase Marrón Textil -22,3 2220±20 360-155 cal a.C.
Locus 354, Fase Marrón (Estructura
UCIAMS-162409 T-1524 Textil -28,5 2255±20 365-205 cal a.C.
2015-116 Funeraria Blanca)
Capítulo 5: Secuencia arqueológica de Cerro del Gentil
b Resultado insuffciente de CO2 procedente de la combustión para obtener muestra de gas para medición de δ13C.
88
Henry Tantaleán
Figura 5.xx. Gráfico con fechados radiocarbónicos del patio hundido de Cerro del Gentil.
Capítulo 5: Secuencia arqueológica de Cerro del Gentil 89
Tabla X.X. Fases del Patio Hundido de Cerro plataforma, una gran estructura de quema hecha
del Gentil y años aproximados con piedras lajas grandes.
Esta ocupación también se extendió a los alre-
Fases del patio hundido Años aproximados dedores de la edificación piramidal lo que se evi-
Fase Marrón 300-250 a.C. dencia por la gran cantidad de cerámica Topará
Fase Gris 400-300 a.C. (Nigra et al. 2013). Esta ocupación debió haber
Fase Amarilla 550-400 a.C. sido temporal pues no dejó evidencias de estruc-
turas permanentes. Puede ser también que hayan
sido estructuras precarias construidas con tron-
Dada la profundidad de, al menos 2 metros, debió cos y techos de material vegetal.
existir algún tipo de acceso desde el oeste, atrave-
sando el vestíbulo principal al oeste y/o desde el Ocupación vinculada al estilo Carmen
atrio que estaba al sur. En el caso de Huaca Soto, La ocupación Carmen estaba especialmente enfo-
este tuvo un acceso incrustado en la pared nor- cada en la parte sureste del edificio A. Allí se cons-
te, cerca de la esquina noreste. Un posible acceso truyeron casas rectangulares de piedra y utiliza-
informal, a manera de escalones, podrían ser los ron, incluso, adobes Paracas extraídos del edificio
muros de apoyo o “zócalos”, adosados a la base de A. Una gran cantidad de basura doméstica dentro
los muros que se han encontrado. de las estructuras arquitectónicas acusa una ocu-
Posteriormente, el patio fue modificado en lo pación humana intensiva de estos espacios. Sobre
que conocemos como la Fase Marrón. Esta fase, co- el edificio A también se han detectado algunos
rrió un muro de sur a norte y redujo el espacio del muros con adobes de tipo Carmen superpuestos
patio. Se dejó un espacio libre rectangular (Recinto a los Topará y que, posiblemente, sean los restos
FM-1) en el sector este del antiguo patio hundido mal conservados de reocupaciones Carmen del
y se elevó una plataforma en el sector este del pa- edificio. Asimismo, se registraron pozos de basura
tio. A partir de entonces comenzaron una serie de con cerámica de estilo Carmen
eventos de relleno con capas arqueológicas vincu-
ladas con el abandono del sitio por los Paracas que Ocupación Chincha
incluyeron ofrendas y enterramientos humanos. La ocupación Chincha se restringe a la utilización
del sitio como cementerio en una zona entre los
Ocupación vinculada al estilo Topará dos edificios monticulares. Asimismo, existen
La ocupación Topará se concentró en el extremo unas cuantas chullpas en el extremo oeste del
este del edificio Paracas. Se levantó una platafor- edificio B. Se trata de estructuras rectangulares
ma elevada sobre la parte central del edificio. Ade- hechas con muros gruesos de piedra y barro y en
más, parece que hubo una especie de escalinata o las cuales se inhumaron numerosos individuos.
rampa que llevó desde el extremo este del edificio Lamentablemente todas estas estructuras fueron
hacia esta plataforma superior. Nuestras excava- saqueadas y los huesos se encuentran revueltos y
ciones en el borde extremo del edificio localiza- dispersos dentro de las cámaras funerarias. El uso
ron los restos de una escalinata superpuesta a los de estas áreas para colocar chullpas sobre la zona
muros Paracas. Asimismo, en la base este del edi- cultivada es muy extendido en esta parte del valle
ficio A se extiende un posible recinto rectangular. y se prolonga valle arriba.
Durante la ocupación Topará, el edificio cambió
de eje y su acceso debió estar orientado hacia la Síntesis
pampa. De tal manera, los recintos que se ubi-
caron muy cerca al muro este de la fase Paracas, La construcción inicial en esta área con importan-
debieron haber sido recintos componentes de este te visibilidad del valle se realizó durante la ocupa-
edificio Topará. En la parte superior existió un re- ción Paracas, específicamente entre los siglos IV
cinto hecho con grandes piedras canteadas y con y II a.C. Los constructores seguramente erigieron
enlucido. Asimismo, se identificó en los recintos este lugar por dicha ubicación y además se corre-
cercanos al patio hundido Paracas sobre la nueva lacionan con otros edificios de valle bajo, en es-
90 Henry Tantaleán
pecial con Huaca Santa Rosa. Todo esto, además, parece retener en parte sus funciones rituales y de
está sostenido por la orientación, técnica cons- observaciones astronómicas. Posiblemente el edi-
tructiva y rasgos arquitectónicos que lo asemejan ficio se orientó hacia el este como se puede inferir
a otras construcciones Paracas en el valle. de los restos de la escalinata en el extremo este.
Definitivamente su principal función fue la de un Asimismo, se construyeron recintos en la parte
centro ceremonial y político en el cual principal- superior y oeste de la nueva plataforma. Parece
mente se debieron realizar observaciones astro- aún que la función fue ritual posiblemente vincu-
nómicas y ritos relacionados con el ofrecimiento lada a otras estructuras que se construyeron en la
de fiestas en las cuales se consumían comida y se parte este del edificio.
utilizaban y ofrendaban artefactos como cerámi- Posteriormente una importante ocupación de la
ca, cestas, mates y textiles. fase Carmen se dio especialmente en la parte su-
Al final de la vida de este edificio, durante la ocu- reste del edificio e, incluso, en el mismo montícu-
pación Paracas, se realizaron una serie de eventos lo principal.
en los cuales se internaron una variedad impor- Finalmente, el edificio terminó de ser reocupado
tante de ofrendas en el interior del patio hundido. y solamente se construyeron estructuras funera-
Asimismo, se realizaron enterramientos humanos rias en la quebrada entre los edificios A y el B y en
y, posteriormente, se construyó una estructura fu- el extremo oeste del edificio B.
neraria de tradición Paracas. Definitivamente el Una ocupación temporal de casas semicirculares
lugar fue sellado de manera ritual como una hua- posiblemente de chivateros también se reconoció
ca que mantuvo cierta importancia en la zona del como una de las últimas ocupaciones humanas
valle durante época prehispánica. importantes. Estas construcciones deben ser de
Posteriormente, una ocupación Topará modificó época republicana o, incluso, del siglo XX y se lo-
el edificio y, posiblemente, se realizaron habita- calizaron en el sector sureste de la base del edificio
ciones temporales alrededor del edificio, aunque A, encima o cerca la ocupación Carmen.
Capítulo 6
L
a cerámica Paracas en el valle de Chincha gico, faunístico), ofrendas de complejo formato y
fue definida por Wallace en la década de contextos funerarios. Gran parte de este material
1950 (Wallace 1971, 1985). La denomina- corresponde al enterramiento de la denominada
ción que recibió en ese momento fue la de “Estilo Fase Marrón, última fase constructiva en el patio
Pinta”. Posiblemente cuando Wallace se refiere a la hundido antes de su abandono (Tantaleán et al.
definición de un lote de cerámica del estilo Pinta, 2016).
se refiere al sitio con el mismo nombre (también Finalmente, el hallazgo de esta colección nos
llamado Cerro del Gentil), aunque también po- ha permitido construir una tipología de las for-
dría haber sido definido en el sitio de El Mono o mas y decoraciones. Con ello han sido posible
Chococota, donde también existe cerámica simi- identificar las características morfofuncionales
lar, como establecieron las excavaciones de Luis y decorativas de este grupo cerámico Paracas en
G. Lumbreras y su equipo (Isla 1992, Lumbreras esta parte del valle de Chincha. Asimismo, esta
2008). constribución proporcionará a otros investiga-
En cualquier caso, la muestra de cerámica dores la posibilidad de hacer comparaciones con
Paracas recuperada en nuestras excavaciones en material recuperado en otros contextos Paracas.
Cerro del Gentil es una de las más completas y
finas encontradas en el valle de Chincha y, de Metodología
igual manera, fuera de la península de Paracas; del análisis cerámico
posiblemente es una de las concentraciones de ce-
rámica más importante además de las registradas TIPOLOGÍA
en los sitios del valle de Ica. De igual manera, la Con las formas plasmadas en los dibujos y digita-
importancia de este conjunto cerámico radica en lizadas, realizamos una identificación tecno-mor-
que su registro se asocia a prácticas ceremonia- fológica. Como primer paso dividimos las vasijas
les en Cerro del Gentil, específicamente a even- en dos grandes grupos: vasijas abiertas y vasijas
tos de enterramiento ritual del patio hundido en cerradas (Lumbreras 2005: 116, Orton et al. 1993:
el sitio, donde conjuntamente se registran dese- 78), luego hemos procedido a agrupar las vasijas
chos de alimentos (material botánico, malacoló- de acuerdo a sus formas específicas (botellas, ta-
91
92 Alexis Rodríguez y Carlos Zapata
zones, ollas, platos, etc.). Después por alguna ca- con la estratigrafía del sitio, así pudimos observar
racterística particular de alguna de las partes de “modas” y cambios en éstas, de acuerdo a las ocu-
la vasija (paredes divergentes, cuello recto, labio paciones del sitio. De esta manera, elaboramos
etc.) y tomándolas en conjunto, hemos generado distintos cuadros estadísticos que reflejan bien
“tipos”. Así estos tipos han sido nombrados con estas relaciones, aunque nuestra muestra es rela-
letras del alfabeto, por ejemplo, en los tazones te- tivamente abundante, esta puede estar afectada
nemos: Tazón A, Tazón B, Tazón C y así sucesiva- igualmente por las cantidades cúbicas excavadas
mente. Esto permitirá en el futuro ir agregando de donde procede la muestra.
nuevas formas que aparezcan.
Los datos obtenidos nos sirvieron para rela- Tipología
cionarlos con la estratigrafía del sitio, así pudimos
observar “modas” y cambios en éstas, de acuerdo VASIJAS ABIERTAS
a las ocupaciones del sitio. De esta manera, elabo- Identificamos cuatrocientos veintisiete fragmen-
ramos distintos cuadros estadísticos que reflejan tos que corresponden al 42,57 % del total del ma-
bien estas relaciones, aunque nuestra muestra es terial cerámico (mil tres fragmentos).
relativamente abundante, esta puede estar afecta-
da por las cantidades cúbicas excavadas de donde Escudillas
procede la muestra. Aquí debemos de aclarar que Vasija baja por debajo de su hemiesfericidad de
estas clasificaciones solo sirven cuando están rela- paredes convexas y donde la transición entre pa-
cionadas con otros artefactos y dan cuenta de su red y base no es clara. Altura igual o menor al ter-
participación en el proceso productivo, ya que es- cio del diámetro de la boca de la vasija, pero no
tas clasificaciones solo existen dentro del análisis menor a un cuarto de esta. Dentro de las escudi-
subjetivo del investigador. llas hemos diferenciado dos tipos: Escudilla A y
Escudilla B
PATRONES DE
REPRESENTACIÓN DECORATIVOS (PRD) Escudilla A
Para definir patrones de representación decorati- Escudilla donde el diámetro de la boca es menor
vos (PRD) comenzamos por hacer un análisis de a 26 cm.
técnicas decorativas y sus características en nues-
tra muestra de cerámica. Luego de ello pasamos a Escudilla B
identificar los motivos decorativos y sus patrones. Vasija semejante a la Escudilla A, pero con el diá-
Finalizado ello, proseguimos a agrupar patrones metro de la boca igual o superior a 26 cm.
basados en las características ya observadas (uso Se contabilizaron ciento sesenta y siete frag-
de pintura poscocción, uso de decoración en ne- mentos que equivalen al 16,65 % del total de
gativo, uso de motivos geométricos determina- la muestra. De estas, la Escudilla A es la que se
dos, etc.). A partir de lo último, hemos generado encuentra mayor representada con un 13,36 %,
patrones de representación decorativos. Los PRD concentrándose en la Capa B y E, y la Escudilla
han sido nombrados en algunos casos siguiendo B tiene un total de 3,29 %, halladas en su mayoría
el uso de nomenclaturas utilizadas previamente en también en la Capa B.
casos Paracas y pos-Paracas (como lo es Cavernas,
Pinta, Chongos Blackware, Campana y Carmen) Tazones
(Tello 2005[1959]; Tello y Xesspe 1979; Wallace Vasija baja por debajo de su hemiesfericidad o
1986; Menzel 1971; Menzel et al.1964; Peters 1997; hemiesférica, de paredes convexas o divergentes
Velarde 1997). Por otro lado, hemos agregado el donde la transición entre pared y base es, casi
uso de nuevas nomenclaturas las cuales nos per- siempre, clara. Altura igual o menor a la mitad
mitirán esclarecer el panorama de las variantes de- del diámetro de la boca de la vasija, pero no me-
corativas presentes en un mismo contexto. nor a un tercio de esta. Dentro de los tazones he-
Al igual que en la construcción tipológica, los mos diferenciado cuatro tipos: Tazón A, Tazón B,
datos obtenidos nos sirvieron para relacionarlos Tazón C, Tazón D y Tazón E.
Capas
Forma General (3) Forma Específica (2) Tipo (1) Total (1) % (1) Total (2) % (2) Total (3) % (3)
B C D E F G H I
Escudilla A 69 2 54 3 2 4 134 13,36
Escudillas 167 16,65
Escudilla B 17 3 3 4 1 5 33 3,29
Tazón A 17 1 1 40 1 60 5,98
Tazón B 45 4 1 24 3 2 1 6 86 8,57
Vasijas abiertas Tazones Tazón C 22 4 19 1 1 1 48 4,79 252 25,12 427 42,57
Tazón D 4 5 9 0,90
Tazón E 39 2 3 2 3 49 4.89
Platos Plato A 1 3 4 0,40 4 0,40
Vasos Vaso A 3 1 4 0,40 4 0,40
Botellas Botella A 4 1 1 4 10 1,00 10 1,00
Cántaros Cántaro A 11 4 7 1 23 2.29 23 2,29
Cuencos Cuenco A 7 1 6 1 15 1,50 15 1,50
Olla A 1 1 2 0,20
Olla B 4 1 2 7 0,70
Vasijas cerradas Olla C 18 6 2 22 2 50 4,99 168 16,75
Ollas Olla D 15 2 3 8 1 29 2,89 118 11,76
Olla E 9 4 1 2 16 1,60
Olla F 7 4 11 1,10
Olla G 1 2 3 0,30
Vasos Vaso B 1 1 2 0,20 2 0,20
Figurinas Figurinas Figurinas 4 4 0,40 4 0,40 4 0,40
Instrumentos de trabajo I. de trabajo I. de trabajo 7 2 8 17 1,69 17 1,69 17 1,69
Indeterminado Indeterminado Indeterminado 86 3 3 287 2 1 5 387 38.58 387 38,58 387 38,58
Total 388 36 14 513 9 9 11 23 1003 100,00 1003 100,00 1003 100,00
% 38,68 3,59 1,40 51,15 0,90 0,90 1,10 2,29 100,00
Figura 6.2. Distribución porcentual de los tipos de vasijas encontrados en el patio hundido.
Figura 6.3. Distribución porcentual del total de la muestra por tipo de vasija en las capas registradas.
96 Alexis Rodríguez y Carlos Zapata
Figura 6.4. Distribución porcentual de los fragmentos por capa en los totales de cada tipo de vasija.
Figura 6.5. Se aprecia las formas abiertas encontradas en las excavaciones de Cerro del Gentil.
97
98 Alexis Rodríguez y Carlos Zapata
Platos Botella A
Vasija baja, con una altura igual o menor a un Se contabilizaron diez fragmentos que equivalen
cuarto del diámetro de la boca de la vasija. El diá- al 1 % del total de la muestra. Estos fueron halla-
metro mayor no supera los 25 cm. En las vasijas dos en su mayoría en la Capa B y E.
abiertas solo se identificó un tipo de plato.
Ollas
Plato A Vasija cerrada que supera su hemiesfericidad. El
Vasija abierta, de paredes rectas o ligeramente di- diámetro de la boca tiene que ser menor a tres
vergentes, el diámetro de la boca es menor a 24 cuartos del diámetro mayor horizontal. Altura
cm, que también constituye el diámetro mayor de mayor a la mitad del diámetro mayor horizontal
la vasija. Se contabilizaron cuatro fragmentos que de la vasija. Estas vasijas pueden presentar cuello
equivalen al 0,40 % del total de la muestra, halla- o prescindir de él, en nuestro caso todas las ollas
dos todos en la Capa B. registradas no presentan cuello. De estas hemos
identificado siete tipos: Olla A, Olla B, Olla C,
VASIJAS CERRADAS Olla D, Olla E, Olla F, Olla G.
Identificamos 168 fragmentos que corresponden
al 16,75 % del total del material cerámico. Olla A
“Olla sin cuello” alta que presenta labio con rebor-
Cántaros de. El diámetro de la boca es estrecho menor a la
Vasija de con un cuerpo que tiende a ser globu- mitad del diámetro mayor horizontal de la vasija.
lar y alto, presenta cuello y el diámetro de la boca
es igual o menor a un tercio del diámetro mayor Olla B
de la vasija, pero no menor de 5 cm. Solo hemos “Olla sin cuello” alta que presenta un labio con
identificado un tipo de cántaro: Cántaro A. reborde. El diámetro de la boca es menor a tres
cuartos del diámetro mayor horizontal pero su-
Cántaro A perior a la mitad del diámetro mayor horizontal
Cántaro de boca estrecha y cuello divergente. Iden- de la vasija.
tificamos 23 fragmentos que equivalen al 2,29 %
del total de la muestra. Estos fueron hallados en su Olla C
mayoría en la Capa B. “Olla sin cuello” donde la parte superior de las pa-
redes de la vasija son convexas. El diámetro de la
Cuencos boca es mayor a 13 cm.
Vasija cerrada que supera la hemiesfericidad. El
diámetro de la boca no debe ser menor a tres Olla D
cuartos del diámetro mayor horizontal. Altura “Olla sin cuello” donde la parte superior de las
mayor a la mitad del diámetro mayor horizontal paredes de la vasija son rectas e inclinadas. El diá-
de la vasija. Solo hemos identificado un tipo de metro de la boca es mayor a 13 cm.
cuenco: Cuenco A.
Olla E
Cuenco A “Olla sin cuello” donde la parte superior de las
Cuenco de paredes convexas con el diámetro de la paredes de la vasija son sinuosas y parecen insi-
boca entre 10 y 27 cm. Identificamos 15 fragmen- nuar un cuello. El diámetro de la boca es mayor
tos que equivalen al 1,50 % del total de la muestra. a 13 cm.
Estos fueron hallados en su mayoría en la Capa B.
Olla F
Botellas “Olla sin cuello”, de dimensiones menores, donde
Vasija cerrada de boca muy estrecha, con el diá- la parte superior de las paredes de la vasija son
metro de la boca igual o menor a 4 cm. El cuerpo convexas. Olla sin cuello donde el diámetro de la
tiende a ser globular y alto. boca es igual o menor a 13 cm.
Capítulo 6: Caracterización, tipología y secuencia de la cerámica Paracas...
Figura 6.6. Se aprecian las formas cerradas encontradas durante las excavaciones en Cerro del Gentil.
99
100 Alexis Rodríguez y Carlos Zapata
Vasos
Vasija de altura igual o superior al diámetro de la
boca, de pequeñas dimensiones, el diámetro ma-
yor no supera los 12 cm. En las vasijas cerradas
solo se identificó un tipo de vaso, aunque dentro
de las vasijas abiertas tenemos el Vaso A.
Vaso B
Vasija ligeramente cerrada de paredes convexas,
donde el diámetro de la boca es menor a 10 cm. El
diámetro mayor es ligeramente superior al diáme-
tro de la boca. Existen 2 fragmentos que equivalen
al 0,20 % del total, hallados en la Capa B y E. Figura 6.7. Fragmentos con PRD Cavernas y
Pinta encontrados durante las excavaciones en
Figurina Cerro del Gentil.
Hemos identificado 4 fragmentos que posible-
mente correspondan a una misma figurina zoo-
morfa. Esto equivale al 0,40 % del total de la Se registró un total de doscientos cincuenta y
muestra, hallados en la capa E. ocho fragmentos de estilo Cavernas que represen-
tan el 25,72 % del total de la muestra., Estos se con-
Instrumentos de trabajo centran principalmente en la capa B. Estas se aso-
Aquí identificamos instrumentos tales como piru- cian a una ocupación Paracas en Cerro del Gentil.
ros, pulidores y un plato de alfarero. En su mayo-
ría se trata de piruros. Se contabilizaron diecisiete PINTA
instrumentos que equivalen al 1,69 % del total de Vasijas abiertas (tazones, cuencos, escudillas, va-
la muestra. Estos fueron hallados en su mayoría sos) y vasijas cerradas (ollas), en su gran mayoría
en la Capa B y E. de cocción oxidante que presentan decoración
en negativo realizado con técnica de ahumado
Indeterminados poscocción, presentándose motivos de peque-
Existen varios fragmentos que no pudieron ser ños círculos del color de la superficie de la vasi-
clasificados dentro de la tipología morfológica. Se ja (normalmente rojo o naranja), en otros casos
Capítulo 6: Caracterización, tipología y secuencia de la cerámica Paracas... 101
Figura 6.8. Fragmentos de PRD Pinta recupera- Vasijas abiertas (tazones y escudillas) de cocción
dos durante las excavaciones en Cerro del Gentil. oxidante que presenta una banda de engobe rojo
delineado en todo el borde del interior de la vasi-
ja, el ancho de esta banda puede variar. Además,
Se registró un total de 269 fragmentos Pinta se presenta un alisado como acabado superficial
que representan el 26,82 % del total de la muestra. en el centro interior de la vasija (Figura 6.12).
Estos se concentran principalmente en la capa E. Se registró un total de 84 fragmentos Gentil
Estas se asocian a una ocupación Paracas en Ce- que representan el 8,37 % del total. Estos se con-
rro del Gentil. centran principalmente en la capa E, se asocian a
una ocupación Paracas en Cerro del Gentil.
GENTIL
Figura 6.10. Reconstrucción de formas; ollas. a) Figura 6.11. Reconstrucción de formas; cán-
Olla B con PRD Pinta; b) Olla A con PRD Caver- taro, cuenco y botella. a) Cántaro A con PRD
nas; d) Olla F con PRD Cavernas y e) Olla G con Caverna; b) Cuenco A con PRD Pinta; c) Botella
PRD Cavernas. A con PRD Cavernas.
102 Alexis Rodríguez y Carlos Zapata
Figura 6.12. Reconstrucción de formas; escudi- Figura 6.13. Reconstrucción de formas; cuenco,
llas y tazones. a) y b) Tazónes E con PRD Nega- tazón y vasos. a) Cuenco A con PRD Cavernas;
tivo lineal y Cavernas (respectivamente); c) y d) b) Vaso A con PRD Cavernas; c) Tazón D con
Escudillas B con PRD Pinta. PRD Cavernas y d) Vaso B con PRD Pinta.
Figura 6.14. Fragmentos representativos encontrados durantelas excavaciones en Cerro del Gentil. a) PRD
Cavernas; b) PRD Negativo Lineal; c) PRD Campana; PRD Pinta; PRD Gentil; y PRD Rayador Post-Paracas.
NEGATIVO LINEAL
Vasija abierta (tazones y escudillas) de cocción
oxidante con decoración que se caracteriza por la
técnica en negativo con ahumado en la cara exte-
rior de la vasija, esta vez presentándose un motivo
de línea horizontal que expone un engobe ama-
rillo aplicado previamente al ahumado (Figura
6.10).
Se registró un total de once fragmentos Ne-
gativo Lineal que representan el 1,10 % del total
Figura 6.15. Tazón fragmentado con PRD de la muestra. Estos se concentran principalmente
Rayador/Gentil recuperado durante las excava- en la capa B. Estas se asocian a una ocupación Pa-
ciones en Cerro del Gentil. racas en Cerro del Gentil.
CHONGOS BLACKWARE
Vasijas abiertas (tazones y escudillas) de cocción
reductora y superficie oscurecida por el ahumado.
Las vasijas presentan en su parte interior deco-
ración por bruñido en patrón, el cual producen
líneas paralelas y entrecruzadas que se visualizan
a contra luz.
profundidad en las incisiones que se esparcen por B. Creemos que se asocian a una ocupación Car-
la superficie. Además, hemos podido identificar men en Cerro del Gentil.
en alguna de las piezas un diseño fitomorfo inciso
en la cara interna de las vasijas. SECUENCIA
Se registró un total de cinco fragmentos que
representan el 0,50 % del total de la muestra. Estos
se concentran principalmente en la capa B, cree-
mos que se asocian a una ocupación Topará en
Cerro del Gentil.
CAMPANA
Vasijas abiertas (tazones) de cocción oxidante que
se caracteriza por presentar una banda de pintura
negra que delinea el labio de la vasija. En ciertos
casos se observa engobe morado en el interior y
engobe negro en el exterior. El ancho de esta línea Cuadro 6.2. Clasificación de la cerámica regis-
es de aproximadamente 1 a 2 cm. trada por estilo y fase de procedencia.
Se registró un total de dos fragmentos, los
cuales representan el 0,20 % del total de la mues-
tra. Estos se concentran principalmente en la capa
B. Creemos que estas se asocian a una ocupación
Topará en Cerro del Gentil.
CARMEN
Vasijas abiertas (tazones) de cocción oxidante que
se caracteriza por presentar un fondo negro, don-
de se suelen graficarse líneas diagonales de color
rojo y crema. En ciertos casos puede presentarse
motivos más complejos.
Se registró un total de seis fragmentos que
cuales representan el 0,60 % del total de la mues-
tra. Estos se concentran principalmente en la capa Figura 6.19. Distribución porcentual de los
fragmentos por fase en los totales de cada estilo.
AMARILLA
En la Fase Amarilla, que incluye únicamente la
Capa I, se identificaron veinte fragmentos que
representan el 1,99 % del total de la muestra.
La Escudilla B es la mayor representada con
cinco. En el caso del PRD, predominan tanto
las piezas Pinta como Cavernas con treinta y
dos fragmentos.
GRIS
En la Fase Gris, que incluye únicamente la
Figura 6.18. Fragmentos con PRD Carmen Capa H, se identificaron once fragmentos
encontrados durante las excavaciones en Cerro siendo estos el 1,10 % del total de la muestra.
del Gentil. La Escudilla A, la Olla C y la Olla E fueron los
Capítulo 6: Caracterización, tipología y secuencia de la cerámica Paracas... 105
MARRÓN
En la Fase Marrón se incluyen: la Capa B, Capa C,
Capa D, Capa E, Capa F y Capa G se identificaron
novecientos treinta y seis fragmentos que repre-
sentan el 93,32 % del total de la muestra, siendo la
fase con mayor cantidad de especímenes. La Es-
cudilla A es el tipo más representado con ciento
dieciséis fragmentos. En el caso del PRD, predo-
minan las piezas Pinta con doscientos cincuenta y
cinco fragmentos.
Figura 6.22. Distribución porcentual de los tipos de vasijas encontrados en el patio hundido.
Figura 6.23. Distribución porcentual del total de la muestra por patrones de representación decora-
tivos en las capas registradas.
Capítulo 6: Caracterización, tipología y secuencia de la cerámica Paracas... 107
Figura 6.24. Distribución porcentual de los fragmentos por capa en los totales de cada PRD.
POS-PARACAS
En la ocupación pos-Paracas, la cual incluye in-
trusiones Topará y Carmen en la Capa B del patio
hundido, se identificaron treinta y seis fragmentos,
que representan el 3,59 % del total de la muestra.
La Escudilla A y el Tazón A son las formas más
abundantes con doce y cinco especímenes respec-
tivamente. El caso de PRD predominante, tenemos
a Chongos Blackware con diez fragmentos.
SÍNTESIS
La cerámica asociada al fenómeno Paracas tiene
una larga historia de estudio dentro de la litera-
tura arqueológica. En principio, la cerámica co- Figura 6.25. Botella reconstruida con el motivo
nocida como el estilo Paracas Cavernas ha sido del “ser oculado”, encontrado durante las excava-
definida por las características presentadas en las ciones en Cerro del Gentil.
vasijas encontradas en los entierros de la Fase Ca-
vernas excavadas por Julio C. Tello y Toribio Me-
jía Xesspe. Estas vasijas se caracterizan por pre- fase Cavernas, Tello además identificó una fase
sentar pintura resinosa aplicadas poscocción, con Necrópolis, caracterizada por cerámica monócro-
coloración (marrón, rojo, naranja, amarillo, ver- ma llana y textiles de compleja configuración (Te-
de) delimitadas por líneas incisas, siendo común llo 2005 [1959]; Tello y Xesspe 1979). La cerámica
también la decoración en técnica de negativo. Los encontrada en este contexto se ha utilizado como
motivos pueden ser tanto simples como comple- uno de los principales indicadores para definir el
jos (por ejemplo, el “ser oculado”). Después de la área de extensión del fenómeno Paracas, en este
108 Alexis Rodríguez y Carlos Zapata
caso, el área conocida como Costa Sur. PV57-63 (llamado Chococota o El Mono) acuña
Más adelante, en la década de 1960 Menzel, el término “Pinta” para esta colección (Wallace
Dawson y Rowe realizan un trabajo importan- 1985: 69). Cuenta Wallace que esta colección es
te con la construcción de la secuencia Ocucaje bastante distinguible y se diferencia de la cerámi-
en el valle de Ica (parte de la conocida “secuen- ca encontrada tanto en Ica como en Pisco (Tambo
cia maestra”) (Ramón 2005: 18). Con la secuen- Colorado y las tumbas Cavernas). De esta mane-
cia Ocucaje se establecieron 10 fases estilísticas ra, Wallace describe esta cerámica como incisa y
(Ocucaje 1-10), donde cada fase establece un con- pintada, con engobe rojo en la cara interior, y en
junto de características diagnósticas en base a la otros casos cerámica ahumada y pulida con deco-
cerámica Paracas encontrada principalmente en ración con técnica en negativo (en ciertos casos
este valle (principalmente en los sitios Ocucaje y las técnicas de incisiones/pintura y la decoración
Tajahuana, donde los autores realizaron trabajos en negativo pueden combinarse en una misma va-
arqueológicos). Estas diez fases son equiparables sija). También registra la presencia de ralladores
a la fase Cavernas de Tello, mientras a partir de con una banda de engobe roja al nivel del labio,
Nasca 1, en el Intermedio Temprano, aparece la así como también cerámica utilitaria en menor
fase Necrópolis (Menzel et al.1964; Castro et al. cantidad. Esta cerámica, según Wallace, está re-
2009; Silverman 2009). Si bien esta secuencia ha lacionada con las fases Ocucaje 7 y 8 del valle de
recibido ajustes por algunas inconsistencias, so- Ica (Wallace 1985). Posteriormente se comprobó
bre todo en las primeras fases, ha sido bastante la existencia de este tipo de cerámica en el mismo
referencial a nivel cronológico y tipológico, aun- sitio Chococota con los trabajos de Elizabeth Isla
que notaremos, y como apuntan los autores de la en la década de 1990, así como en nuestras exca-
secuencia, que se presentan problemas cuando se vaciones en Cerro del Gentil (Isla 1992; Tantaleán
intenta extrapolar dicha construcción hacia otros et al. 2013).
valles. De esta manera, y con las referencias de los
Por otra parte, los recientes trabajos en el va- trabajos de Wallace, nuestras excavaciones en las
lle de Palpa (principalmente en los sitios de Pernil temporadas 2012, 2013 y 2014 en el sitio de Ce-
Alto, Mollake Chico y Jauranga) realizados por rro del Gentil, han recuperado cerámica con las
Reindel e Isla (xxxx), han demostrado una esfera características atribuidas al estilo o fase “Pinta”
Paracas con características compartidas con otros (Stanish y Tantaleán 2012, 2013, 2014). En este
valles (caso de la cerámica), pero también carac- punto debemos resaltar que los motivos decorati-
terísticas particulares, como en patrones de asen- vos encontrados en la cerámica de dicho contexto,
tamiento y patrones funerarios (Isla y Reindel comparte atributos de las fases 8 y 9 de la secuen-
2007). Uno de los más claros aportes de este tra- cia Ocucaje. Asimismo, los fechados C14 del sitio,
bajo, y que particularmente es pertinente al tema los cuales sitúan la ocupación Paracas entre el 500
de este capítulo, es el registro de una secuencia de a.C. hasta el 200 a.C., sustentan esta referencia
ocupación continua Paracas en el valle, (haciendo con la secuencia Ocucaje (Tantaleán et al. 2013).
el paralelo por los mismos autores) desde Ocucaje Dicho esto, ha de notarse que, para el presente
3, 4, hasta Ocucaje 8, 9. Más aún importante por capítulo, si bien se están usando algunas nomen-
los fechados radiocarbónicos (que van desde el claturas utilizadas originalmente para nombrar o
800 a.C., hasta el 200 a.C.) que terminan susten- sugerir “estilos” (por ejemplo, Cavernas y Pinta),
tando esta propuesta y aportando con una de las en esta instancia hemos optado únicamente por
secuencias más sólidas para el caso Paracas (Isla y describir la cerámica y preferir no usar el término.
Reindel 2006: figura 27). Creemos que de esta forma la sistematización de
Para nuestro caso de estudio en el valle de la información es mucho más clara, y de igual ma-
Chincha, y como se ha visto en anteriores capí- nera pensamos que ello evitará confusiones a fu-
tulos, será Wallace a finales de la década de 1950, turo, considerando que toda la cerámica expuesta
durante sus trabajos de prospección en el valle de pertenece a un mismo sitio.
Chincha, donde a partir del registro de un lote Como apuntan otros investigadores, creemos
de 302 tiestos de cerámica provenientes del sitio que el término “estilo” se ha venido utilizando
Capítulo 6: Caracterización, tipología y secuencia de la cerámica Paracas... 109
1 Uno de los casos más representativos para nuestro caso de estudio es la presencia de cerámica asociada a dos
fases diferentes de la secuencia Ocucaje (fase 8 y 9), las cuales corresponderían a dos momentos cronológicos
diferentes, pero que, sin embargo, se encuentran en un mismo contexto arqueológico (y por tanto pertenecen
a un mismo momento cronológico).
Capítulo 7
L
os hallazgos más impresionantes, además En este capítulo se hará una descripción siste-
del conjunto de individuos inhumados en el mática y contextual de la mayoría de las ofrendas
relleno del patio hundido (Capítulos 8 y 9), que hemos excavado y analizado. Las ofrendas se
fueron ofrendas de objetos especiales. Las primeras detallan en la Tabla 7.1. Destaca la denominada
ofrendas fueron halladas en junio de 2013, como Locus 97, que corresponde a una vasija cerámica
parte de la segunda temporada de excavaciones en de gran formato cuyo interior contenía otras va-
el sitio. Durante las excavaciones del 2014 se en- sijas cerámicas más pequeñas, mates con diseños
contraron algunas más. Casi todas las ofrendas se pirograbados, cestas de junco con decoración de
localizaron dentro de los rellenos del patio hun- entrelazado y textiles (Figura 7.1). Otras ofrendas
dido de la denominada Fase Marrón, estas serían fueron paquetes de textiles, vasijas enteras, atados
parte importante durante el proceso del entierro
del espacio arquitectónico y social.
La entrega de ofrendas a lugares especiales
(“huacas”) en época prehispánica era una prácti-
ca muy extendida, era la manera en que los seres
humanos se relacionaban con sus lugares sagrados.
Existe una extensa literatura etnohistórica, etno-
gráfica y antropológica que nos posibilita afirmar
que estas ofrendas durante la ocupación Paracas
tuvieron la misma finalidad. Esto es, porque el pro-
ceso de sellado del patio hundido fue premeditado
y realizado dentro de un rito complejo y mayor.
Adicionalmente, las ofrendas extraordinarias tam-
bién estaban acompañadas de diferentes artefactos Figura 7.1. Vista general del hallazgo corres-
y ecofactos como vasijas fragmentadas y dispersa- pondiente al locus 97 durante su proceso de
das en las capas de relleno; atados de pelo huma- apertura. Se aprecian las cestas y ofrendas de
nos, restos botánicos y zoológicos, etc. cabello encontradas.
111
112
NUMERO DE
N° TIPO DE OFRENDA UBICACIÓN DESCRIPCIÓN SINTÉTICA
LOCUS
1 97 Ofrenda de vasija de pasta gruesa Vasija de pasta gruesa, en cuyo interior, se observó fragmentos de cerámica Paracas
Cavernas, mates pirograbados, cestas decoradas, textil y cabello humano.
2 104 Ofrenda de arfectactos a modo de Seis varas amarradas con soguillas asociados a fragmentos de cerámica decorada,
varas, ramas y tuzas de maíz. restos de carbón, fragmentos de material malacológico y textil.
3 111 Ofrenda de material botánico que- Material botánico quemado sobre dos adobes y piedras.
mado
4 110 Ofrenda de vegetal Corresponde a un contexto vegetal de caña, adosado al muro.
5 115 Ofrenda de cerámica completa. Cerámica completa, colocada en una esquina del muro (sureste). Asociado a un pa-
quete de textil restos botánicos, malacológico, carbón.
6 119 Ofrenda de huesos de camélidos. Doce huesos de camélido amarrados por una soguilla asociada a cestería y vasija frag-
mentada.
7 107 Ofrenda de textil alargado Orientación este- oeste Textil alargado. Con una dimensión de 1,92 cm de largo y 10 cm de ancho.
8 106 Ofrenda de carrizos atados. Dos carrizos atados con soguilla, asociada al muro este.
9 114 Ofrenda de cerámica Corresponde a un contexto de ofrenda dentro del relleno final, asociado a un cuenco
Pinta, colocado en posición invertida, cubriendo varias vasijas con bases rotas.
Ofrenda de cerámica fragmentada Conjunto de cerámica fragmentada. La mayoría son fragmentos grandes con borde y
10 143 base.
11 138 Ofrenda de camilla de caña. Corresponde a una ofrenda de camillas de cañas y cestería cubiertas de textil y algo-
dón.
12 100 Ofrenda de botánico y cerámica Esquina noroeste Nivel de ripio asociado a fragmentos de cerámicas, tuza de maíz, semillas, carbón,
trenza de junco, material botánico y piedras pequeñas.
13 101 Ofrenda de botánico y cerámica Esquina noroeste Nivel de ripio asociado a restos botánicos, fragmentos de cerámico.
Abel Fernández y Alexis Rodríguez
14 35 Ofrenda de mate, cesta con textil Conjunto de cesta envuelta por un textil; dos mates, una vasija de cerámica, restos de
maíz y restos óseos.
15 82 Ofrenda de mate y estera Nivel de restos botánicos asociados a esteras, textiles y fragmentos de cerámica Para-
cas, presencia de madera quemada y mates con algodón.
16 120 Ofrenda de mates, malacológico y Mates, conchas, fragmentos de cerámica (algunos ralladores) y semilla. Asociada a tres
botánicos. mates pirograbados, simples, ramas con ovillos de colores (amarillo y rojo).
17 116 Entierro disturbado Presencia de dos entierros disturbados, asociados a fragmentos de cerámica diagnosti-
ca (Paracas, Pinta), mate en posición invertida y una flauta de óseo animal.
Tabla 7.1. Ofrendas identificadas en los rellenos del patio hundido de Cerro del Gentil.
Capítulo 7: Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido... 113
OFRENDA 1
Olla sin cuello, de cuerpo globular y base convexa. Tabla 7.2. Vasijas cerámicas de la Ofrenda 1
El diámetro de la boca es de 17 cm, el diámetro Cerámica de la Ofrenda 1
mayor del cuerpo es de 42 cm, la altura de la vasija N° Código Forma Descripción
es de 38 cm y el grosor de sus paredes es de 9 mm. Botella Paracas con diseño
1 97-60 Botella
Esta cerámica estuvo envuelta con un textil llano inciso, entrelazado.
de algodón de color blanco. Además, presenta 2 97-54 Plato
Plato Paracas con diseños
antropomorfos.
hollín en su superficie. Al interior de la cerámica
Plato Paracas con diseños
hallamos mates (Mate 1 - Mate 13), cerámica (Ce- 3 97-55 Plato
geométricos, rombos.
rámica 2- Cerámica 4) (Tabla 7.2.) y cestas (Cesta Botella Paracas con decora-
4 97-59 Botella
1- Cesta 38). ción geométrica incisa.
La presencia de hollín indica que la cerámi-
ca fue expuesta al fuego para la producción de
alimento. El consumo de estos posiblemente es-
tuvo asociado con la actividad ritual (festines) y
posteriormente formó parte de la ofrenda. Otra
posibilidad es que originariamente fue una vasi-
ja utilitaria común, utilizada posteriormente sólo
por sus grandes dimensiones para colocar dichas
ofrendas. Con respecto a su fractura pudo haber-
se originado por el peso que generó el relleno de
tierra que se depositó sobre esta posteriormente.
Cerámica 1
Botella Paracas completa de cuerpo globular, cuello
divergente y labio abierto. El diámetro de la boca es
7,9 cm, el diámetro del cuello 7,5 cm, el diámetro
del cuerpo 12,7 cm, la altura de la vasija 9,3 cm y
el grosor de sus paredes 3 mm. Está decorada de Figura 7.3. Cerámica 1: Botella Paracas (97-60).
114 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
forma geométrica incisa y pintura poscocción. Pre- geométrica con pintura poscocción al exterior de
senta bandas incisas que recorren todo el contorno la cerámica. Presenta una banda incisa (4 mm)
de la vasija. Los diseños incisos más complejos es- que recorre el contorno superior de la vasija, es
tán en la región superior y central del cuerpo de la color marrón (7.5-5/6 Strong Brown), los dise-
cerámica, delimitados por bandas horizontales de ños incisos más complejos están delimitadas por
color negro (5YR 2.5/1) y amarillo (2.5YR 4/4) de esta banda y en la base del plato (7.5-5/6 Strong
3 mm, en promedio. El diseño inciso complejo está Brown), este diseño se caracteriza por un con-
caracterizado por representar un conjunto de rom- junto de rombos (9 x 8 mm) de color rojo oscuro
bos entrelazados (total 15) con líneas de 5 mm en (7.5R 5/4 Weak Red) con cuatro círculos marro-
promedio de color marrón claro y rojo (5YR 2.5/1 nes en cada vértice, distribuidos de forma lineal
Black). Además, en su interior se encontró abun- alrededor del cuerpo sobre un fondo negro (2.5Y-
dante cabello humano. 2.5/1 Black). Además, la arcilla tiene poca con-
centración de material orgánico con alta pureza
Cerámica 2 y cocida en horno abierto. La pintura fue aplicada
Tres fragmentos de un plato de estilo Paracas. El después de la cocción. Presenta un acabado fino.
diámetro de la boca es 17 cm, la altura 4,3 cm y el
grosor de sus paredes 3 mm. Decorada con diseño
zoomorfo, por incisión y uso pintura poscocción
al interior del plato, sobre un fondo de pintura
amarilla. Presenta una banda de pintura negra
(7.5YR 2/5) que recorre todo el contorno del bor-
de del plato. Los diseños incisos más complejos
están en la parte central e interna de la vasija,
se representan dos seres zoomorfos con vista de
perfil, color negro (10 YR 5/8 Yellowish Brown).
Posiblemente se trata de zorros ya que se aprecia
hocicos, orejas, colas largas y ojos.
Cerámica 4
Miniatura de botella Paracas de cuerpo globular,
cuello divergente y labios abiertos. El diámetro de
la boca es 2,4 cm, el diámetro del cuello 2,3 cm,
el diámetro mayor cuerpo 6,5 cm, la altura de la
botella 5,8 cm y el grosor de sus paredes 3 mm.
Además, la arcilla presenta poca concentración de
Figura 7.4. Cerámica 2: Plato Paracas (97-54). material orgánico y fue cocida en horno abierto.
La pintura fue aplicada después de la cocción. La
decoración se caracteriza por diseños geométri-
Cerámica 3 cos incisos y pintura poscocción, presenta tres
Cuatro fragmentos de un plato Paracas. El diáme- bandas incisas que recorren el contorno del tercio
tro de la boca es 15 cm, la altura 3,5 cm y el gro- superior de la vasija: la primera tiene un ancho de
sor de sus paredes 4 mm. La decoración es incisa 4 mm de color marrón oliva claro (2.5Y 5/6 Light
Capítulo 7: Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido... 115
Mate 2
Mate en forma de escudilla. El diámetro de la
boca es 12,6 cm, la altura 3,8 cm y el grosor de
sus paredes 2 mm. El mate se encuentra decorado
con líneas incisas formando motivos geométricos
y diseños zoomorfos distribuidos en el área exter-
na del mate. En algunos casos se aplicó pintura
negra. El cuerpo presenta dos paneles delimita-
dos por bandas incisas de 1 mm. El panel superior
está formado por tres líneas incisas de 3 mm, con
Figura 7.6. Cerámica 4: Miniatura de botella sus respectivas incisiones, entrelazadas y lineales
Paracas (97-59). que recorren todo el contorno. El panel inferior
presenta un diseño complejo de siete seres zoo-
morfos, posiblemente zorros, completamente
Mates homogéneos y que se disponen en una misma
Mate 1 dirección, sobre un fondo de volutas y puntos
Mate en forma de escudilla. El diámetro de la boca agrupados. Finalmente, en la base externa del
es 13,4 cm, la altura 5,4 cm y el grosor del ancho 2 mate se encuentra el círculo concéntrico a partir
mm. El mate se encuentra decorado con líneas in- del cual se forman las bandas y paneles. Estos últi-
cisas a manera de diseños geométricos y zoomor- mos presentan dos líneas entrelazadas.
fos distribuidos en la cara externa; en algunos casos
se aplicó pintura negra. Presenta tres paneles de- Mate 3
limitados por bandas incisas que recorren el con- Mate en forma de escudilla. El diámetro de la boca
torno de la vasija, originados a partir de un circulo es 14 cm, la altura 3 cm y el grosor de la pared 2
concéntrico ubicado en la base. El panel superior
presenta dos líneas incisas de 3 cm entrelazadas y
lineales que recorren todo el contorno del mate.
El panel central está dividido en cinco zonas, cada
uno representando cinco seres zoomorfos, se trata-
rían de felinos, los cuales presentan una extensión
promedio de 3,5 cm de largo por 1,5 cm de altura,
comenzándose a ensanchar cerca a la cola. Además,
se puede observar ojos ovalados, hocicos largos,
colmillos, y patas. Estos motivos (los felinos) están
separados por franjas incisas de 3,5 cm. Finalmen-
te el último panel, ubicado en la base, presenta un
conjunto de líneas múltiples entrelazadas. Figura 7.8. Mate 2 (97-46).
116 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
mm. El mate se encuentra decorado con líneas está representado por rombos encadenados. Den-
incisas formando motivos geométricos y diseños tro de estos rombos se pueden observar represen-
zoomorfos distribuidos en el área externa del mate. taciones zoomorfas, posiblemente de aves (alas,
En algunos casos se aplicó pintura negra. Presenta picos y colas). El tercer panel contiene las mismas
tres paneles delimitados por bandas incisas ma- características del panel superior, líneas incisas de
rrones, que se originan a partir de un circulo con- 0,5 mm que se entrelazan formando rombos.
céntrico ubicado en la base. El panel superior pre-
senta dos líneas incisas de 3 mm que se entrelazan
formando rombos y que recorren el contorno del
mate. En el panel central se encuentran represen-
tados 12 seres zoomorfos, posiblemente aves de 4
cm largo por 1 cm de ancho. Se puede observar
características como alas, colas y picos. Las aves
están separadas entre sí por 3 mm. Finalmente, el
último panel ubicado en la base presenta un con-
junto de líneas múltiples entrelazadas.
Mate 5
Mate en forma de escudilla. El diámetro de la
boca tiene 9,7 cm, una altura de 3 cm y un gro-
sor de sus paredes de 2 mm. El mate se encuen-
tra decorado con líneas incisas que forman mo-
tivos geométricos y zoomorfos distribuidos en el
área externa del mate. En algunos casos se aplicó
pintura negra. Presenta tres paneles horizontales
delimitados por bandas dobles e incisas de color
marrón. El panel superior presenta tres líneas in-
cisas de 0,5 mm que se entrelazan. El panel cen-
tral tiene cuatro diseños zoomorfos de 4,5 cm de
ancho visto desde el frente, en el cual se aprecian
Figura 7.9. Mate 3 (97-47). cabezas, colas y colmillos. El tercer panel contiene
las mismas características del panel superior: dos
líneas incisas de 0,5 mm que se entrelazan for-
Mate 4 mando rombos.
Mate en forma de escudilla. El diámetro de la
boca es 10 cm, la altura 3,7 cm y el grosor de sus Mate 6
paredes 2 mm. El mate se encuentra decorado con Recipiente o plato de mate abierto. El diámetro de
líneas incisas que forman diseños geométricos y la boca es 11,7 cm, la altura 3,3 cm y el grosor de
zoomorfos distribuidos en el área externa del sus paredes 4 mm. Mate decorado con líneas in-
mate. En algunos casos se aplicó pintura negra. cisas que forman diseños geométricos y zoomor-
Presenta tres paneles delimitados por bandas in- fos distribuidos en el área externa del mate, con
cisas marrones que se originan a partir de un cir- aplicación de pintura negra. Presenta tres paneles
culo concéntrico ubicado en la base. El panel su- horizontales delimitados por bandas dobles e in-
perior presenta dos líneas incisas de 0,5 mm que cisas de color marrón. El panel superior presenta
se entrelazan formando rombos. El panel central 16 seres zoomorfos de 2 x 1 cm, se tratarían posi-
Capítulo 7: Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido... 117
Mate 9 Mate 11
Mate en forma de botella, cuerpo globular y base Mate de cuerpo globular y base convexa sin cue-
convexa. El diámetro de la boca es 1,8 cm, el diá- llo. El diámetro de la boca es 4 cm, la altura es 8,3
metro del cuello 2,6 cm, la altura 9,3 cm y el gro- cm aproximadamente y el grosor de sus paredes
sor de sus paredes 4 mm. No presenta decoración, 4 mm. El mate se encuentra decorado con líneas
pintura o incisión. incisas formando motivos geométricos que for-
man tres paneles en la parte exterior del mate. El
panel de la parte superior presenta un conjunto de
líneas, dobles e incisas, en zigzag, distribuidas en
forma horizontal alrededor del cuerpo. El segun-
do y tercer panel tienen estas mismas caracterís-
ticas. Por otro lado, el cuarto panel está represen-
tado por dos bandas que se entrelazan. En la base
hay una curiosa representación de una cruz sobre
la base de 3 líneas incisas (cada una).
Mate 10
Mate de cuerpo globular y base convexa. El diá-
metro de la boca es 1,8 cm, el diámetro del cuello
2,3 cm, la altura del mate 7,2 cm y el grosor de las
paredes 5 mm.
Figura 7.17. Mate 11 (97-26).
Mate 12
Mate de forma ovalada, cuerpo globular, base
convexa y sin cuello. El diámetro de la boca es 3,5
cm, la altura del mate es 7,2 cm aproximadamente
y el grosor de sus paredes 4 mm. No presenta de-
coración, pintura o incisión.
Mate 13
Mate de cuerpo globular y ovalado, base convexa
y sin cuello. El diámetro de la boca es 1,5 cm, la
altura es 9,7 cm aproximadamente y el grosor de
sus paredes 4 mm. No presenta decoración, pin-
tura o incisión.
Mate 14
Fragmento pequeño de mate decorado con inci-
Figura 7.16. Mate 10 (97-23). siones en la parte superior.
Capítulo 7: Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido... 119
Cestas
Cesta 1
Cesta con boca circular y base cuadrangular. El
diámetro de la boca es 12 cm, la altura 3,7 cm y el
grosor de sus paredes 7 mm. Cesta de color ma-
rrón con diseños geométricos de color negro (te-
ñido) distribuidos en la base y el cuerpo. La base
tiene cinco diseños romboidales originados en el Figura 7.21. Cesta 2 (97-18).
punto central. En la parte externa de la cesta se
aprecian representaciones de rombos y líneas en-
trelazadas. El borde de la cesta está decorado con Cesta 3
un cordón textil logrado con hilos de fibra de ca- Cesta con boca y base circular (distinta a las otras
mélido entrelazados (colores amarillo, rojo, ana- cestas). El diámetro de la boca es 14 cm aproxima-
ranjado y negro). La trenza de la cesta es de 1 x 1. damente, la altura de la cesta es 5 cm y el grosor
de sus paredes 5 mm. Corresponde a una cesta de
Cesta 2 color marrón con decoración geométrica comple-
Cesta con boca circular y base rectangular. El ja (color verde y beige), dispuesta en la parte ex-
diámetro de la boca es 12 cm, la altura 3,7 cm terna de la cesta. Esta se caracteriza por presentar
y el grosor de sus paredes 7 mm. Cesta de color dos líneas separadas por 4 mm, que se entrelazan
marrón con diseños geométricos de color negro formando 14 rombos que recorren el contorno de
120 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
Cesta 4
Cesta en forma de recipiente de base circular. El
diámetro de la boca es 15 cm aproximadamente,
la altura 5,2 cm y el grosor de sus paredes 7 mm.
Presenta diseños geométricos hechos sobre la base
de fibras beige (color natural de la cesta) sobre
un fondo de fibras teñidas de negro. Los diseños
corresponden a líneas paralelas y ondulantes en
cuyo interior hay líneas diagonales de menor me-
dida. Dichos diseños presentan una extensión de
1,5 cm, distribuidas de manera horizontal alrede-
dor de la parte media exterior de la cesta, además,
en los extremos encontramos líneas horizontales. Figura 7.24. Cesta 5 (97-19).
Finalmente, en el interior de la cesta se encuen-
tra un cordón textil logrado con hilos de fibra de
camélido entrelazados (rojo, marrón, negro) que Cesta 6
debieron formar parte de un borde decorado. Cesta de boca circular y base cuadrangular. El diá-
metro de la boca es 10 cm, la altura 3,5 cm y el
Cesta 5 grosor de las paredes 7 mm. Cesta de color beige
Cesta en forma de recipiente de base cuadrangu- con diseños geométricos de color negro distri-
lar. El diámetro de la boca es 14,7 cm aproxima- buidos en la base y cuerpo. La base tiene cinco
damente, la altura de la cesta es 5,6 cm y el grosor diseños romboidales de diferentes tamaños que
de sus paredes 3 mm. Corresponde a una cesta de parten desde un mismo punto con colores alter-
color beige con decoración geométrica de color nados. En la parte externa hay representaciones
negro, dispuesta alrededor de la base del cuerpo. de líneas verticales con colores alternos. El borde
Presenta franjas diagonales y verticales. En este de la cesta está decorado con un cordón textil lo-
sentido, en la base se puede distinguir una dispo- grado con hilos de fibra de camélido entrelazados
sición de franjas cuadrangulares que se originan (colores amarillo y marrón).
Capítulo 7: Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido... 121
Cesta 10
Figura 7.26. Cesta 7 (97-50). Cesta de base rectangular. El diámetro de la boca
es 12,7 cm aproximadamente, la altura 4 cm y el
grosor de sus paredes 5 mm. Cesta de color bei-
Cesta 8 ge con decoración geométrica de color negro,
Cesta de base rectangular. El diámetro de la boca formando líneas horizontales de 2 cm tanto en el
es 13 cm aproximadamente, la altura es 4,3cm y el cuerpo como en la base de la cesta. El borde está
grosor de sus paredes 4 mm. Corresponde a una decorado con un “cordón” hecho con hilos de fi-
cesta de color beige con decoración geométrica de bra de camélidos de colores beige, negro y rojo.
color negro, donde se forman motivos enlazados.
Cesta 11
Cesta 9 Cesta de base circular. El diámetro de la boca es
Cesta de base rectangular. El diámetro de la boca 12,5 cm aproximadamente, la altura 3 cm y el gro-
es 13 cm aproximadamente, la altura es 4 cm y el sor de sus paredes 5 mm. Cesta de color beige con
122 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
Cesta 12
Cesta con diámetro de la boca de 15 cm apro-
ximadamente, la altura de 4,7 cm y el grosor de
sus paredes 5 mm. Cesta de color beige con de-
coración geométrica de color negro que forman
bandas en zigzag de 2 cm de ancho en la cara ex-
terior. En la parte superior hay una decoración en
alto relieve de astillas sobresalidas. En la base se
puede observar un rombo dentro de un cuadrado, Figura 7.32. Cestas 13a y 13b (97-22).
Capítulo 7: Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido... 123
Cesta 14a
Refiere a la primera y más grande cesta registrada
dentro de un conjunto de tres cestas. Estas se co-
locaron superpuestas, una dentro de otra. La cesta
14a presenta base cuadrangular, con un diámetro
en la boca de 12,5 cm, altura 4 cm y grosor de sus
paredes 9 mm. Cesta de color beige con deco-
ración geométrica de color negro. Estos diseños
corresponden a bandas (1 cm) geométricas en
forma de zigzag horizontal distribuidas alrededor
del cuerpo. En la base se puede observar un con-
junto de cuadrados concéntricos. Por otra parte,
alrededor del borde se colocó un cordón hecho
con hilos de fibra de camélido teñidos de colores Figura 7.34. Vista cenital de
marrón y beige entrelazados. las cestas 14a, 14b y 14c (97-6).
Cesta 15
Cesta en forma de botella con cuerpo semiglobu-
lar, cuello recto y base plana circular. El diámetro
de la boca es 4,9 cm, la altura 9,4 cm y el grosor
Figura 7.33. Cestas 14a, 14b y 14c (97-6). de sus paredes 5 mm. Cesta de color oscuro con
decoración geométrica de color beige. Represen-
tan diseños horizontales y en forma de una U en
Cestas 14b vista lateral (inclinado). La base no presenta de-
Segunda cesta o intermedia. El diámetro de la coración.
boca es 12,5 cm, la altura 3,9 cm y el grosor de sus
paredes 7 mm. Cesta de color beige con decora-
ción geométrica de color negro. Como diseños se
aprecian bandas (1 cm) geométricas en forma de
zigzag distribuidas alrededor del cuerpo de la ces-
ta. Por otro lado, en la base se puede observar un
conjunto de cuadrados concéntricos. Alrededor
del borde se colocó un cordón hecho con conjun-
to de hilos de fibra de camélido teñidos de colores
marrón y beige entrelazados.
Cesta 14c
Última y más pequeña registrada. Cesta de base
circular con diámetro de la boca es 9,5 cm, la
altura 3,4 cm y el grosor de sus paredes 6 mm. Figura 7.35. Cesta 15 (97-14).
124 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
Cesta 15a
Una de las dos cestas con mayor diámetro, se
colocaron superpuestas. La cesta tiene base cua-
drangular, el diámetro de la boca es 13, 5 cm, la
altura 4,3 cm y el grosor de sus paredes 4 mm.
Tiene color beige con decoración geométrica de
color negro, se aprecian líneas pareadas (1 cm) en
forma de zigzag distribuidas de manera horizontal
alrededor del cuerpo, en la base se observa una re-
presentación cuadrangular con la misma decora-
ción. Alrededor del borde de la cesta se colocó un
cordón compuesto por hilos de fibra de camélido Figura 7.37. Cestas 15a (externa)
de colores marrón y beige múltiples entrelazados. y 16b (interna) (97-1617).
Cesta 15b
Cesta de menor diámetro con base cuadrangular. Cesta 18
El diámetro de la boca es 12,7 cm, la altura de 4 cm Cesta con base circular, el diámetro de la boca es
aproximadamente y el grosor de sus paredes 3 mm. 12,1 cm aproximadamente, la altura del plato de
De color beige con decoración geométrica de color 3,3 cm y el grosor de sus paredes 4 mm. Los dise-
negro, se aprecian un conjunto de líneas diagonales ños se representan en fibras de color beige sobre
(4 mm) que se cruzan, formando rombos, distri- un fondo de fibras de color negro. Las fibras co-
buidas de manera horizontal alrededor del cuerpo lor beige forman líneas diagonales, en forma de
y la base. Alrededor del borde se colocó intencio- olas (7 olas), alrededor del cuerpo externo, sobre
nalmente un cordón hecho de hilos de fibra de ca- el fondo. Por otro lado, las fibras negras de la base
mélidos de colores marrón y beige entrelazados. forman dos diseños circulares concéntricos uni-
dos por un conjunto de líneas verticales.
Cesta 16
Cesta en miniatura con base circular, diámetro de Cesta 19
la boca es 10 cm aproximadamente, la altura de Cesta con base circular. El diámetro de la boca
2, 5 cm, el grosor de sus paredes 5 mm. De color es 13,5 cm aproximadamente, la altura de 3,1cm
beige con decoración geométrica de color negro, y el grosor de paredes 6 mm. Los diseños se re-
en estas se aprecian diseños geométricos lineales, presentan en fibras de color beige sobre un fon-
distribuidos alrededor del cuerpo y base. do de fibras de color negro, formando 10 figuras
Capítulo 7: Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido... 125
Cesta 20
Cesta con base rectangular. El diámetro de la boca Figura 7.42. Cesta 21 (97-2).
es de 9 cm aproximadamente, la altura de 4, 5 cm
aproximadamente y el grosor de sus paredes de
7 mm. Los diseños se representan en fibras de Cesta 22
color beige conjugándose con fibras de color ne- Cesta de base cuadrangular. El diámetro de la
gro, las cuales forman líneas verticales en zigzag boca es de 14,5 cm aprox., la altura de 3,5 cm y
de los dos colores (alternándose entre ellos), en el grosor de sus paredes de 5 mm. Los diseños
el cuerpo y base de la cesta. Alrededor del borde se representan en fibras de color negro sobre un
se ha encontrado un cordón conseguido gracias fondo de fibras de color beige, formando diseños
al entrelazado de un conjunto de hilos de fibra de geométricos lineales, distribuidos alrededor del
camélido teñidos de colores beige y negro. cuerpo de la cesta.
Cesta 21 Cesta 23
Cesta de base circular. Si bien el diámetro de la Cesta de base circular (menor). El diámetro de la
boca y la altura del recipiente no se pueden de- boca no se puede determinar, la altura tampoco
terminar, el grosor de las paredes es de 3 mm. Los por el mal estado de conservación, sin embargo,
126 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
Cesta 33
Las medidas no fueron determinadas por el mal el grosor de sus paredes es de 5 mm. Los diseños
estado de conservación en que se encuentra el se representan en fibras de color negro sobre un
artefacto. Los diseños se representan en fibras de fondo de fibras de color beige, formando líneas
color negro sobre un fondo de fibras de color bei- horizontales continuas en el cuerpo de la cesta.
ge, formando solamente una línea horizontal en el
borde de la cesta.
TEXTILES
Textil 1
Consiste en un conjunto de hilos alargados, de fi- Figura 7.57. Bolsa textil (Textil 2). En su
bra de camélido, cosido en los dos extremos. El interior se encuentra la ofrenda de cabello
largo es de 40 cm y 1 cm de ancho. Este conjunto humano 1 (97-29).
presenta hilos pareados que se entrelazan, donde
se distinguen los colores amarillo, rojo y marrón.
El textil fue elaborado para decorar las cestas, co- Otros
locándose alrededor del borde de las mismas. Ofrenda de cabello 1
Cabello humano con inclusión de material botáni-
co y tierra, envuelto en un textil (Textil 2), en for-
ma de almohadilla (Figura 7.57). Mide 12 cm de
largo, 6 cm de ancho y 4 cm de alto. Conjuntamen-
te, junto con el textil 1, configuran una ofrenda.
OFRENDAS 2, 3, 4 y 5
Ofrenda 2
Ofrenda a 25 cm de profundidad en relación de
la cabecera y cerca de la esquina del muro; con-
junto de seis varillas de madera, cañas de cantidad
indeterminada y 16 tuzas de maíz (Locus 104).
Correspondiente al Proceso 3, colocados entre las
Figura 7.56. Textil 1 (97-58). dos unidades. Las cañas se colocaron en paralelo
y próximas a la orientación del muro, atadas por
varias soguillas vegetales, en promedio la longitue
Textil 2 es 60 cm.
Bolsa confeccionada un solo paño, cosida por los Por otro lado, la ofrenda de seis varillas se
lados laterales para darle su forma. Es un tejido ubicó cerca y al oeste de las cañas, atadas por
llano de 1 x 1 de color blanco. Mide 14 cm de largo un conjunto de soguillas. Cada uno de los lados
y 7 cm de ancho, con torsión en Z y retorsión en S. presenta evidencia de trabajo, asemejan a lan-
En una de las caras presentan una decoración con zas. Finalmente, en el lado sur se encontraron un
la técnica de tapizado color rojo que representa aproximado de 16 tuzas, aquí se observó piedras y
diseños zoomorfos, posiblemente serpientes. En adobes compactados. En el proceso de excavación
130 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
se recuperaron algunos fragmentos decorados, nivel del Locus 104. Se trata de un contexto de ma-
cerámica doméstica con hollín, restos malacoló- terial botánico complemente quemado, colocado
gicos, botánicos y fragmentos de textil. Al sur de sobre dos adobes y una piedra, con una dimen-
estas ofenda, se encontró la ofrenda de material sión de 30 x 20 cm. Ha de resaltar que debajo de
botánico quemado (Locus 111). este contexto se encontró la ofrenda 16, razón por
la cual la ofrenda 3 podría referir a un marcador.
Ofrenda 3
Ubicada exactamente en la esquina sureste del pa- Ofrenda 4
tio hundido de la Fase Gris, a una profundidad de Al norte de la ofrenda correspondiente al locus
40 cm desde la cabecera del muro este y al mismo 111, se identificó una ofrenda de chala de maíz
Ofrendas 6
Ofrenda ubicada en la esquina sureste del patio
hundido de la Fase Gris, debajo de las ofrendas
descritas anteriormente, a una profundidad de
2,60 m desde la cabecera del muro principal. Co-
rresponde a dos ofrendas; la primera es un con-
junto de restos óseos de camélido, atados por una
soguilla vegetal; la segunda una cesta dispuesta
en posición invertida asociada a una pequeña va-
sija fragmentada. Es importante resaltar que los
huesos tuvieron una disposición paralela al muro
principal de eje norte-sur.
Figura 7.60. Ofrenda 4.
Ofrenda 5
Ofrenda ubicada en la esquina sureste del Patio
Gris, debajo de las ofrendas descritas anterior-
mente, a una profundidad de 1 m desde la cabece-
ra del muro principal. Corresponde a una ofren-
da de una cerámica completa, con una dimensión
de 38 x 38 cm aproximadamente. En el proceso
de excavación se determinó la característica de la
cerámica; pasta naranja, sin decoración, fragmen-
tada en el tercio superior. En su interior se identi- Figura 7.62. Ofrenda 6.
ficó arena fina, botánico (semillas), malacológico, Atado con huesos de camélido.
carbón y un paquete de textil.
OFRENDAS 7, 8, 9
Ofrenda 7
Paralelo a la definición del muro este de las uni-
dades 38, 39, aproximadamente a 70 cm de la su-
perficie se identificó una ofrenda: aparentemente
una vara cubierta con textil (Locus 107), corres-
pondiente al Proceso 3. Con orientación este-
oeste, tiene una dimensión de 192 cm de largo
y 10 cm de ancho. En la medida que se excavó
se observó 11 piedras angulosas, distribuidas al-
rededor de la ofrenda. Es importante mencionar
que no presentó una matriz definida. Sin embar-
go, hacia el lado oeste se pudo apreciar un con-
junto de piedras colocadas alrededor y encima de
la ofrenda. En el lado oeste de la ofrenda, se pudo
Figura 7.61. Ofrenda 5. registrar fragmentos de cerámica llana con pre-
Olla reconstruida sin cuello. sencia de hollín.
132 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
Ofrenda 8
En el lado noreste, próximo al muro, se encontró
una segunda ofrenda de carrizos (Locus 106), en
la unidad 38, correspondiente al proceso 4. Esta
se registró aproximadamente a 110 cm de pro-
fundidad de la superficie y al norte de la ofrenda
anterior (Ofrenda 7). Se trata de dos carrizos de
60 cm colocados uno sobre otro, asociado a una
soguilla delgada. Durante la excavación se pudo Figura 7.65. Ofrenda 9. Tazón con PRD Pinta.
apreciar inclusiones de terrones y una contextura
de limo suelto.
OFRENDAS 10, 11
Ofrenda 10
Ofrenda ubicada entre las unidades 29 y 37 a una
profundidad promedio de 20 cm, compuesta de un
conjunto de cerámica fragmentada, con una exten-
sión de 40 x 40 cm. En el proceso de excavación se
observó que la mayoría de fragmentos correspon- Figura 7.67. Ofrenda 10. Vasija reconstruida
den a bordes y bases que formarían 2 o 3 vasijas. perteneciente al contexto.
Capítulo 7: Ofrendas depositadas durante el entierro del patio hundido... 133
Ofrenda 13
A los 47 cm de profundidad, de la superficie, se
identificó un contexto de ofrenda de material bo-
tánico y cerámico (Locus 101), ubicado en la mi-
tad norte de la unidad 02, Este locus se encontra-
ba delimitado por un alineamiento de piedras. La
ofrenda presenta una dimensión de 40 cm en eje
norte sur y 83 cm en el eje este oeste. En el proceso
Figura 7.68. Ofrenda 11. de excavación se observó que la matriz está com-
puesta básicamente por material botánico (maíz,
paja) y cerámica combinado con ripio.
OFRENDAS 12, 13, 14
Ofrenda 12 Ofrenda 14
A 50 metros de profundidad, desde la superficie, A los 57 cm de profundidad, desde la superficie,
se identificó una ofrenda de cerámica fragmen- se identificado un contexto de ofrenda de material
Ofrenda 16
Esta ofrenda corresponde a un conjunto de mates,
material malacológico, semillas y fragmentos de
cerámicas (Locus 120). Presenta tres (3) fragmen-
tos de mates pirograbados, mates simples (par-
Figura 7.73. Paquete de textiles y fragmentos cialmente completos), fragmentos de vasijas de
de vasija cerámica que formaron parte de la cerámica llana y decorada; y ramas con hilos de
Ofrenda 15. colores (amarillo y rojo). Durante la excavación
la matriz de tierra limosa presentó inclusiones de
piedras pequeñas con textura tierra suelta.
(¿estera?), chala y soguilla hacia el lado este. En
el lado norte se identificaron tres (3) mates que OFRENDA 17
contenían cabello humano y algodón. En el lado El nivel superficial que corresponde a la intrusión
oeste se observaron troncos, carrizos, juncos y disturbada de dos entierros, se caracteriza por la
ramas entremezclados con una cantidad conside- presencia de basurales, piedras pequeñas, gravilla,
rable de cerámica doméstica. Posteriormente se asociada a un gran número de fragmentos de ce-
extrajo una concentración de chala, descubriendo rámica, material botánico y textil.
más ofrendas, entre ellas un mate entero, un mate Debajo de este nivel se encontró el Locus
fragmentado y una cesta colocada en posición in- 116, correspondiente a dos entierros disturbados
136 Abel Fernández y Alexis Rodríguez
Síntesis
Contextos funerarios
en Cerro del Gentil
Alexis Rodríguez
L
a arqueología de la sociedad Paracas debe los cuerpos eran utilizados dentro de espacios ri-
su gran relevancia, en principio, a los im- tuales como el de Cerro del Gentil.
presionantes materiales culturales encon- En este capítulo hacemos una descripción de
trados y asociados a contextos funerarios, espe- los contextos funerarios que se han recuperado en
cialmente los de la península de Paracas (Tello y el edificio A de Cerro del Gentil. La mayoría fue-
Xesspe 1979). Al inicio, disociados de su contexto, ron excavados dentro de matrices ubicadas en el
llamaban la atención por la gran calidad en su pro- relleno del patio hundido. De igual manera, la de-
ducción de artefactos (principalmente textilería y nominada Estructura Funeraria Blanca ofreció la
cerámica). Además de estos contextos funerarios, posibilidad de extraer un último fardo funerario.
se sabe muy poco de esta práctica fuera de la pe- Todos estuvieron relacionados con tradiciones fu-
nínsula, teniendo como referencia algunos descri- nerarias relacionadas con Paracas Cavernas.
tos para los valles de Ica (Strong 1957; [Rubini
1955-1956] en DeLeonardis 2013), algunos más Descripción de los
recientes encontrados en el valle de Palpa (Isla y enterramientos y su contexto
Reindel 2006) y otros en Cañete y Pisco (Balbuena
2013). De esta manera contamos, en realidad, con FARDO DE ADULTO EN LA ESQUINA
muy pocas muestras de enterramientos Paracas DEL PATIO HUNDIDO DE LA FASE GRIS
excavados sistemáticamente. (LOCUS 246)
Los contextos funerarios Paracas de Cerro del Proceso de excavación
Gentil son relevantes en esta imagen regional del El locus 246 refiere a un contexto funerario encon-
fenómeno Paracas. Asimismo, nos abren la puerta trado en la esquina suroeste del patio hundido de la
para poder introducirnos en la sociedad Paracas Fase Gris (Figura 8.1). El primer rasgo observado,
del valle de Chincha y conocer directamente me- a los 204,4 msnm fue el de raíces y ramas entre-
diante dicha práctica una serie de comportamien- mezclado con la tierra y gravilla, producto de la
tos, las condiciones de vida de los individuos y sus deposición de un árbol de pacae colocado al revés,
costumbres al momento de afrontar la muerte. el cual conformó parte de la matriz del contexto.
Asimismo, también nos permite entender cómo Inmediatamente debajo de la concentración de las
137
138 Alexis Rodríguez
ramas del pacae, se definió un rasgo semicircular ción de 110° (sureste). La cara del individuo estaba
en el terreno y que indicaba la matriz donde se orientada hacia el este. Pudimos identificar en cam-
encontraba el antiguo fardo funerario. La matriz po que los rasgos óseos corresponden a un adulto
tiene aproximadamente 1 m de diámetro, estaba de sexo masculino. Asimismo, en el lado lateral iz-
compuesta de tierra suelta y material botánico pro- quierdo del cráneo, el individuo presentó evidencia
ducto de las partes del árbol mencionado y estaba de trepanación (ver capítulo 9). Por otro lado, se
delimitada por la presencia de piedras grandes al- observó fragmentos de material textil alrededor
rededor de la matriz. En el proceso de excavación, del cuerpo, lo cual nos indica que el individuo es-
se logró registrar a 204,36 msnm (como altura ini- tuvo enfardelado inicialmente, pero por procesos
cial), hasta 204,13 msnm (como altura final), un de descomposición, este material solo se encontró
cuerpo articulado depositado en posición sentada/ parcialmente y en mal estado de conservación. A
flexionada, con señales de enfardelamiento. pesar de ello, pudimos registrar la presencia de una
Este contexto se ubica estratigráficamente almohadilla textil hecha de algodón blanco, la cual
en la capa B, inmediatamente sobre el muro 2M sostenía la nuca del individuo en el fardo.
(muro correspondiente a la Fase Marrón). Este
evento se daría dentro del proceso de enterra- Descripción de las ofrendas
miento final del sitio (luego del uso social de la Otro rasgo importante del contexto son diferentes
Fase Marrón), y estaría asociado con otro evento ofrendas ubicadas alrededor del fardo, pertene-
de deposición de los seis fardos colocados al este cientes a la misma matriz.
correspondiente al locus 247.
Ofrenda 1
Descripción del individuo Estas ofrendas corresponden a dos mates ubica-
Como hemos dicho anteriormente, el cuerpo se dos adyacentes al sureste del cuerpo. Los mates
encontraba articulado y presentaba una orienta- se encontraron a 204,16 msnm y estaban super-
Capítulo 8: Contextos funerarios en Cerro del Gentil 139
Descripción de individuos
Fardo 1
Este fardo se ubica al extremo sur del contexto en
la unidad 37, adyacente por el este al Fardo 2 y por
el sur al Fardo 3. Tiene un tamaño en planta de 0,50
por 0,50 m aproximadamente. Se encontró a los
204,2 msnm como altura inicial, una altura final
de 203,9 msnm, y está orientado con vista hacia el
este. La capa visible del fardo está hecha en base a
algodón blanco con la técnica de textil llano (1/1).
El nudo principal del fardo se aprecia in situ desde
la vista en planta, ubicándose en la parte superior
del fardo, hacia el lado sur. El fardo presenta un
Figura 8.2. Detalle de la ofrenda 2. elemento textil a modo de redecilla unido al mis-
mo en el extremo sureste desde la vista en planta.
El estado de conservación de éste es regular, con
CONJUNTO DE SEIS FARDOS deterioro en algunas partes del fardo, así como se
FUNERARIOS (LOCUS 247) aprecia en la exposición de la articulación de uno
Proceso de excavación de los fémures con la tibia. Finalmente, en el mo-
El locus 247 refiere a un contexto funerario en- mento de la extracción del fardo se registró tres
contrado sobre el muro 1M (Capítulo 4, tempo- “soportes” de madera. El primero consta de tres
rada 2014) (Figuras 8.3 y 8.4). El primer compo- (3) varillas de madera pequeñas unidas con hilos,
140 Alexis Rodríguez
el cual sostenía los hombros del individuo, y los nudo principal del fardo se aprecia in situ desde la
dos sobrantes, que atravesaban la base del fardo, vista en planta, ubicándose en la parte superior del
los cuales podrían servir como soporte del fardo. fardo, hacia el lado norte. El fardo se encuentra en
regular estado de conservación, donde se evidencia
Fardo 2 la descomposición de las capas textiles en diferen-
Fardo ubicado al oeste del Fardo 1 y al sur del Fardo tes áreas del fardo, sobre todo en la parte inferior
3, en la unidad 37. Tamaño en planta aproximado del mismo. A diferencia del Fardo 1, en el momen-
de 0,36 por 0,36 m. Se encontró a los 204,4 msnm to de la extracción de su matriz, no presentó algún
(como altura inicial), presenta una altura final de soporte, evidenciándose que fue depositado direc-
204,2 msnm y está orientado hacia el este. Las ca- tamente sobre la intrusión realizada en la Capa G.
pas visibles del fardo están fabricadas en base a al- Finalmente, dentro del contexto total, este fardo
godón blanco con la técnica de textil llano (1/1). El representa uno de los más pequeños.
Capítulo 8: Contextos funerarios en Cerro del Gentil 141
Figura 8.4. Dibujo en planta del contexto Locus 247. Se aprecia la posición
de los seis fardos junto con la mayoría de ofrendas registradas en el mismo contexto.
142 Alexis Rodríguez
en base a algodón blanco con la técnica de tex- mates están fabricados de Lagenaria siceraria y en
til llano (1/1). El nudo principal del fardo no se regular estado de conservación. Se observa frac-
aprecia desde la vista en planta. Al igual que el turas en algunas zonas de los mates. Ninguno de
Fardo 4, se aprecian hilos de algodón que fueron los mates tiene decoración alguna.
cosidos para asegurar la estabilidad del contexto.
El estado de conservación de este fardo es de re- Ofrenda 4
gular, presentando la capa superficial desgaste en Consiste de dos vasijas de cerámica ubicadas al
diferentes sectores. Al igual que otros fardos, se este del fardo 5, en la unidad 37 (Figura 8.5). Las
presenta el mayor grado de desgaste de las capas vasijas se encontraron a 204,26 msnm, y al igual
en la parte inferior del mismo, donde también se que la ofrenda anterior, se encontraron super-
exponen los restos óseos del individuo en dicha puestas. Igualmente, la vasija encontrada en la
sección. Por último, este fardo fue depositado parte superior (elemento 4A) se encontró al revés,
directamente sobre la intrusión realizada en la cubriendo la boca de la vasija inferior (elemento
Capa G. 4B). El elemento 4A corresponde a una escudilla
donde en la parte inferior se aprecia un engobe
Descripción de las ofrendas anaranjado, así como un diseño de líneas incisas
Ofrenda 1 que parten desde el centro hasta el extremo de la
Consiste en una cesta ubicada al oeste entre el cara interna de la vasija. Este elemento presenta
Fardo 2 y el Fardo 3, en la unidad 37. Este artefac- un diámetro de 16 cm en su boca (Figura 8.6). Por
to se encontró a 204,36 msnm. Presenta un diá- otro lado, el elemento 4B corresponde a una olla
metro máximo (en la boca) de 0,30 m y una altura sin decoración, la cual presenta evidencia de ho-
de 0,15 m de la base a la parte superior. La cesta llín en la cara exterior y presenta un diámetro en
está fabricada de junco. La ofrenda se encuentra su boca de 15 cm. La escudilla presenta un buen
en mal estado de conservación, evidenciándose estado de conservación. Sin embargo, la olla tiene
deterioro en diferentes zonas. algunas rupturas.
Ofrenda 2 Ofrenda 5
Consiste en un delgado tronco, posiblemente de Consiste en tres mates ubicados al oeste del Fardo
pacae (Inga Feuilleei), que presenta un ovillo de 3, en la unidad 37 (figura 8.7). Los mates se en-
algodón amarrado en uno de sus extremos. Se en- contraron a 204,25 msnm y se hallaban inmedia-
contraba ubicado sobre el Fardo 1, en la unidad tamente uno al costado del otro. El primero (co-
37. Este artefacto se encontró a 204.4 msnm. Pre- menzando desde el norte) se encontró depositado
senta una longitud de 0,65 m y un espesor de 0,04 al revés (elemento 5A), inmediatamente sobre la
m. El extremo que presenta el ovillo de algodón capa de tierra. El segundo fue hallado en el me-
se ubica depositado sobre el Fardo 1 y atraviesa dio de los otros dos (elemento 5B), en posición
en dirección noroeste hasta llegar el otro extremo perpendicular con el terreno, ubicándose la boca
adyacente a la Ofrenda 1. Presenta un buen estado del mate hacia el sur. Finalmente, el tercero (ele-
de conservación. mento 5C) fue hallado inmediatamente al sur del
elemento 5B, depositado normalmente, sobre el
Ofrenda 3 terreno. El elemento 5A se asemeja a un cuenco
Consiste de dos mates ubicados al este del Fardo 3 cerrado y tiene un diámetro en la boca de 12 cm.
y el Fardo 4, en la unidad 37. Los mates se encon- El elemento 5B se asemeja a una escudilla y tiene
traron a los 204,18 msnm y estaban superpuestos. un diámetro en la boca de 15 cm. Y el elemento
El mate encontrado en la parte superior (elemen- 5C se asemeja a una olla pequeña, donde presen-
to 3A) se colocó al revés, tapando la boca del mate ta 11 cm de diámetro. Los mates están fabricados
inferior (elemento 3B). El elemento 3A se asemeja de Lagenaria siceraria y tienen regular estado de
a una escudilla y presenta un diámetro en la boca conservación. El único mate que presenta roturas
de 14 cm. El elemento 3B se asemeja a una botella notorias es el elemento 5A. Ninguno de los mates
y presenta un diámetro en la boca de 4 cm. Los tiene decoración alguna.
144 Alexis Rodríguez
boca de 12 cm, y una altura desde la base hasta depositado boca arriba. El elemento 9A se ase-
el límite superior de 5 cm. Finalmente el textil si- meja a una escudilla y presenta un diámetro en
mulaba una redecilla, con una fibra bastante fina la boca de 15 cm. El elemento 9B se asemeja a
y con espacio entre urdimbre y trama de 0,01 m, un cuenco cerrado y presenta un diámetro en
muy similar a la Ofrenda 6. El mate está fabricado la boca de 15 cm. Los mates están fabricados de
de Lagenaria siceraria, la cesta está hecha de jun- Lagenaria siceraria y presentan en regular estado
co (Schoenoplectus sp.) y finalmente el textil es de de conservación, donde se observa roturas en al-
algodón. A diferencia de la Ofrenda 6, se encuen- gunas zonas de los mates. Ninguno de los mates
tra en regular estado de conservación, aunque el presenta decoración.
elemento 7C presenta mayor desgaste.
Ofrenda 10
Ofrenda 8 Consiste en una vasija de cerámica depositada
Consiste en una vasija de cerámica ubicada al este sobre una cesta (Figura 8.10). Estas se ubica-
del fardo 1, en la unidad 37 (Figura 8.4). La vasija ron inmediatamente al oeste de la Ofrenda 9,
se encontró a 204,22 msnm, y fue depositada al igualmente entre el Fardo1, Fardo 2 y Fardo 3,
derecho sobre el terreno. La ofrenda corresponde en la unidad 37. Los artefactos se encontraron
a una botella de cuello corto y cuerpo globular, a 204,35 msnm, donde la vasija (elemento 10 A)
donde presenta un diámetro de 4 cm en su boca se depositó al derecho en el interior de la ces-
(Figura 8.9). La vasija no presenta decoración. La ta (elemento 10 B). La vasija corresponde a una
Ofrenda tiene un buen estado de conservación. olla sin cuello, la cual presenta un diámetro de
14 cm en su boca, y la cesta presenta un diáme-
tro aproximado de 22 cm. Otro rasgo observado
fue los fragmentos de textil de algodón (a modo
de redecilla) (elemento 10 C) encontrados en la
superficie de la vasija, posiblemente en su for-
ma original envolvía a los dos artefactos. El ele-
mento 10 A no presenta decoración y más bien
se evidencia marcas de hollín y ahumado en la
cara externa de la vasija. Ésta última se encuen-
tra en buen estado de conservación. Por otro
lado, el elemento 10 B se encuentra en regular
estado de conservación, observándose desgaste
y deformación de la forma original del artefac-
to. Finalmente, el elemento 10 C se encuentra en
mal estado de conservación, observándose par-
cialmente algunos restos.
Figura 8.9. Detalle de la ofrenda 8.
Ofrenda 11
Consiste en dos vasijas de cerámica ubicadas in-
Ofrenda 9 mediatamente al norte de la Ofrenda 10, sobre el
Consiste en dos mates ubicados adyacentes y Fardo 1, en la unidad 37 (Figura 8.10). Las vasijas
entre el Fardo 1, Fardo 2 y el Fardo 3, en la uni- se encontraron a 204,57 msnm. Las vasijas corres-
dad 37 (figura 8.10). Los mates se encontraron a ponden a una olla sin cuello (elemento 11 A) que
204,38 msnm y, al igual que en otras ofrendas, se depositó al revés dentro de un tazón (elemento
se encontraron superpuestos, donde el mate en- 11 B) y donde finalmente se aprecia un textil de
contrado en la parte superior (elemento 9A) se algodón (a modo de redecilla) (elemento 11 C)
colocó boca abajo, tapando parcialmente (esto el cual termina envolviendo a las dos vasijas. El
debido a procesos deposicionales) la boca del elemento 11 A tiene un diámetro de 15 cm en su
mate inferior (elemento 9B), el cual se encontró boca y el elemento 11 B un diámetro en su boca
Capítulo 8: Contextos funerarios en Cerro del Gentil 147
de 25 cm. Ninguna de las ofrendas presenta de- 205,27 msnm fue las raíces y ramas de pacae en-
coración. El elemento 11 A evidencia marcas de tremezclados con tierra y gravilla y que fueron
hollín y ahumado en la cara externa de la vasija. parte de la matriz del contexto. Alrededor de este
Por otro lado, el elemento 11 B solo presenta en la rasgo, se dispusieron cinco (5) piedras grandes
cara externa la superficie grisácea por el ahuma- semiangulosas en forma circular. Esta matriz
do. En general, el conjunto se encuentra en mal tenía aproximadamente 0,80 m de diámetro,
estado de conservación, encontrándose las vasijas estaba compuesta de tierra suelta y material bo-
fragmentadas in situ, así como el textil fragmenta- tánico producto del árbol mencionado y estaba
do en algunas zonas. delimitada por las piedras antes descritas. En el
proceso de excavación se logró registrar a 204,75
FARDO DE INFANTE (LOCUS 150) msnm, como altura inicial y 204,55 msnm, como
Proceso de excavación altura final, un fardo funerario acompañado con
El locus 150 refiere a un contexto funerario en- diversas ofrendas. Este contexto se ubica estra-
contrado sobre el Muro 3G (ver capítulo 4, Tem- tigráficamente en la capa B. Este evento se daría
porada 2013) del patio hundido gris, en la sec- dentro del proceso de enterramiento final del
ción sur de la unidad 37 y al este del contexto sitio (luego del uso social de la Fase Marrón) y
de fardos (Locus 247) (figura 8.11). Al igual que sería posterior a los eventos de deposición del
en el Locus 246, el primer rasgo observado, a los Locus 246 y Locus 247.
148 Alexis Rodríguez
Figura 8.11. Vista del contexto del Fardo Funerario del Infante y ofrendas asociadas (Locus 150).
mento (hilo), en esta técnica un solo hilo es ani- cortando el centro de un diseño de rayos hacia
llado a través de otros anillados y filas de anillados otro. En este corte se realizó un dobladillo para
previamente prepardos, para formar la estructura prevenir el deshilachado y decorarlo con pelo de
del textil. Específicamente, en este textil al parecer camélido. El pelo de camélido fue teñido de rojo y
se aplicó la técnica de anillado con “nudos vaque- doblado a la mitad sobre un extenso hilo torcido
ros” o, posiblemente, la técnica de anillado cruza- en S y cosido para asegurar las fibras. Los extre-
do, una práctica común para textiles y elementos mos del pelo no fueron recortados dandole la apa-
decorativos en textiles llanos en la costa sur (Rowe riencia de pelaje o plumas. La abertura tiene 17
2004: 8-9). Este textil está decorado con un vistoso cm de largo y la sección remanente del dobladillo
diseño geométrico, que se realizó usando cinco co- de pelo decorado fue cosido y cerrado con una
lores: amarillo, naranja, rojo, rojo oscuro/marrón y puntada por encima (ver Rowe 2004). La abertura
marrón oscuro. Transiciones entre los colores y las es pequeña pero suficiente para que la cabeza del
secciónes del diseño fueron realizadas mediante el niño con el cual fue enterrado, entrase a través de
anclaje del nuevo color en un bucle creado por el ella. Es probable que el textil haya sido una espe-
“nudo vaquero” de la sección anterior. Los hilos uti- cie de poncho túnica.
lizados estuvieron hechos con el pelo de camélido. Cuatro temas principales fueron identificados
Los hilos amarillo, naranja, rojo y rojo oscuro es- dentro del diseño: 1) diseños de “sol radiante”, 2)
tuvieron muy bien conservados. Los hilos de color diseños de líneas haciendo triángulo; 3) diseños
marrón oscuro se encontraban en estado de desin- de cabezas serpientes y; 4) diseños de “caras”. El
tegración. Esto es probablemente el resultado del diseño de “sol radiante” se repite al menos seis ve-
colorante o mordiente utilizado como fijador, que ces en el textil. El centro consiste en un patrón en
a veces puede ser corrosivo para los hilos (Finch forma de diamante con líneas rectas y curvas que
y Putnam 1977). Los hilos de color marrón oscu- irradian desde el motivo central, que recuerda al
ro solamente estuvieron bien conservados en unas sol y sus rayos. Esta parte del diseño se realizó con
cuantas seciones y a lo largo de los bordes del textil, hilos naranja y estuvo rodeado cuadrados abstrac-
que estuvieron hechas con hilos de otros colores. tos rojos y rojos oscuros. Los apéndices que se irra-
Estos fragmentos de color marrón oscuro alrede- dian desde el sol se extienden hacia los centros de
dor de las secciones mejor conservadas del textil, cada cuadrado. Los diseños de “sol radiante” están
indican que el color de fondo primario de este fue dispuestos en el textil en un patrón escalonado, en
marrón oscuro y el diseño fue realizado con hilos una ligera diagonal. Rodeando al este “sol radiante”
de colores brillantes. hay diseños de líneas formando triángulos, estos
Se pudo reconstruir el diseño del textil gracias se hicieron con hilos naranja y marrón oscuro, sin
a sus secciones más intactas (Figuras 8.13 y 8.14). embargo, un fragmento del mismo diseño fue con-
En general, estas secciones fueron muy frágiles y, feccionado en rojo. La mayor parte de la estructura
por lo tanto, fueron cuidadosamente encajadas del textil se compone de un diseño geométrico que
con otros fragmentos de textiles e hilos. Una sec- utiliza hilos de color amarillo con detalles en rojo
ción del diseño geométrico en hilo de color ama- describiendo cabezas de serpientes. El diseño com-
rillo (en la esquina inferior derecha de la figura pleto de cabezas de serpientes se exhiben sólo en la
8.13) tenía una torcedura, y por lo tanto, su diseño esquina inferior izquierda del textil, pero probable-
no pudo ser del todo precisado. Existen restos de mente estuvo presente en todas las partes el diseño
un borde acabado o abertura que atraviesa el cen- geométrico en amarillo. Hay tres ejemplos del dise-
tro del textil. Este borde está cosido a las secciones ño de la cara en este textil. Un solo diseño de cara
del textil en ambos extremos. La sección torcida esta casi intacto. Está adjunto al final de una serie
del diseño podría ser el resultado de un pliegue de cabezas de serpiente situadas en la esquina de
tejido en el textil original. De tal manera que el uno de los diseños de sol radiante. El otro ejemplo
textil, originalmente, no podría haber sido exten- de diseño se compone de dos caras. El diseño con
dido completamente como en la figura 8.13. una sola cara al parecer también tenía dos caras, sin
Una abertura adornada con pelo de camélido embargo, ahora sólo un pequeño fragmento de la
interrumpe el centro del textil, que se consiguió segunda cara se mantiene. El ejemplo más intacto
Capítulo 8: Contextos funerarios en Cerro del Gentil 151
del diseño de cara fue incluido en la reconstrucción 1974) malla anudada. La porción hecha en la téc-
del textil aunque su ubicación tuvo que ser extra- nica de sprang es fábrica abierta. Fábrica abierta
polada a partir de una sección menos intacta. refiere a la manera en que las secciones son dejadas
espaciadas intencionalmente o abiertas por el teje-
Textil 7 dor para crear un efecto visual particular. Cerca a la
Textil hecho mediante dos técnicas: 1) entrelazado abertura, estos elementos que componen la sección
oblicuo (Emery 1966) o “sprang” (Collingwood de sprang están anudados para crear malla anuda-
152 Alexis Rodríguez
da. El textil habría sido un cobertor de cabeza, una pondiente a la Estructura Blanca (ver capítulo 4,
especie de gorro que cubría la cabeza del niño. temporada 2014), ubicada en la esquina noroeste
Próximo a la abertura del cobertor de cabeza, de la estructura (figura 8.18). Lo primero que se
los elementos usados en la sección de sprang es- identificó en la excavación a 204,9 msnm (asocia-
tán anillados alrededor de un conjunto que fueron do a este locus), fue la cabecera de la estructura
anudados para crear una malla anudada. Los hilos cuadrangular de piedras. Por tanto, la matriz de
de la porción de malla anudada de este cobertor tie- este locus estuvo bien delimitada por dicha es-
nen una torsión final en Z (torsión hacia la izquier- tructura. Dicha matriz estuvo compuesta de tie-
da) mientras que los hilos usados en la sección de rra suelta, con inclusiones de piedras medianas
sprang tienen una torsión final en S (torsión hacia y pequeñas entremezcladas. De igual manera
la derecha). El extremo superior del cobertor está se identificó material arqueológico fragmenta-
fajado (cinched) con cordón hecho de hilos con do (cerámica no diagnóstica, material botánico,
una torsión final en Z. Se han logrado realizar dise- malacológico, óseo y textil) intrusivo en la par-
ños de serpientes entrelazadas mediante la técnica te superior de la matriz. Un rasgo resaltante fue
de sprang (Figura 8.15 – 8.17). el hallazgo de troncos de pacae a 204,78 msnm,
dispuestos horizontalmente sobre el terreno, que
cumplirían posiblemente la función de marcado-
INDIVIDUO DE LA ESTRUCTURA res de tumba. Continuando con la excavación,
FUNERARIA BLANCA (LOCUS 345) constatamos que debajo de este último rasgo, la
Proceso de excavación matriz se presentó más limpia. En este proceso,
El locus 345 refiere a un contexto funerario en- se logró registrar, a 204,56 msnm (como altura
contrado en la estructura cuadrangular corres- inicial), hasta 204,25 msnm (como altura final),
Capítulo 8: Contextos funerarios en Cerro del Gentil 153
un fardo funerario (muy similar a los fardos ante- Luego del registro de este contexto, continua-
riormente registrados) situado sobre la superficie mos con la excavación, observando que los muros
del terreno. Como hemos dicho, el fardo funera- de la estructura aún continuaban descendiendo.
rio se ubicó exactamente en la esquina noroeste Fue en este proceso que a 203,4 msnm, identifi-
de la estructura. El individuo estuvo acompañado camos troncos de pacae, que posiblemente serían
con distintas ofrendas. marcadores de otro contexto funerario (Locus
355), anterior al locus 345. Este contexto se ubi- vían al fardo, sin embargo, estas se encontraban
caría sobre el nivel del piso 3 (ver capítulo 4, de fragmentadas. Al igual que otros fardos, presentó
excavación). Sin embargo, se complicó continuar hilos de algodón que envolvían y aseguraban la
con la excavación, pues el espacio disponible y la estabilidad del fardo. Éste fardo, en el momento
inestabilidad de la estructura funeraria nos impo- de la extracción de su matriz, no presentó algún
sibilitaban ello. soporte, evidenciándose que fue depositado di-
El locus 345 se ubica horizontalmente a la al- rectamente sobre el terreno. El fardo en general
tura de la capa B y al mismo nivel que la capa H. se encontró en regular estado de conservación,
Sin embargo, es evidente que la matriz de estos encontrándose que la capas superficiales están
dos contextos es intrusiva a estas capas, lo mis- afectadas por la descomposición.
mo que toda la estructura funeraria. Este evento
se dio dentro del proceso de enterramiento final Descripción de las ofrendas
del sitio (luego del uso social de la Fase Marrón) Al igual que en los anteriores contextos se pu-
y sería posterior a los eventos anteriormente des- dieron identificar diferentes ofrendas ubicadas
critos, inclusive posterior a la deposición de la alrededor del fardo, pertenecientes a la misma
Capa B en el sitio. La construcción y uso de esta matriz.
estructura funeraria habría sido uno de los even- Ofrenda 1
tos finales durante el proceso de abandono de la Esta ofrenda corresponde a una (1) cesta, ubicada
estructura arquitectónica correspondiente a la inmediatamente al sureste del fardo. El artefacto
ocupación Paracas se encontró a 204,23 msnm. Presentaba un diá-
metro máximo (en la boca) de 0,30 m y una altura
Descripción de individuo del Locus 345 de 0,15 m de la base a la parte superior. Esta ces-
Este fardo midió aproximadamente 0,60 por 0,60 ta estaba confeccionada de junco (Schoenoplectus
m de tamaño. En el momento de su excavación es- sp.). La ofrenda se encuentra en mal estado de
taba orientado hacia el este. Por otro lado, al igual conservación, evidenciándose deterioro en dife-
que los demás fardos, la capa visible fue fabricada rentes zonas del artefacto, sobre todo en la base.
en base a algodón blanco con la técnica de textil
llano (1/1). El nudo principal del fardo se aprecia Ofrenda 2
in situ, desde la vista en planta, ubicándose en la Consistió en dos vasijas de cerámica ubicadas ad-
parte superior del fardo, hacia el centro. El fardo yacentes y al este del fardo. Las vasijas se encon-
presentaba elementos asociados sobre la capa más traron a 204,16 msnm, estaban fragmentadas in
superficial del fardo, donde se pudo identificar situ. Gracias a la reconstrucción de la vasija con
soguillas hechas de material botánico que envol- los fragmentos encontrados se ha podido estable-
cer que se trataba de una botella (elemento 2A) no presentan decoración característica Paracas
(Figuras 8.19 y 8.20) y una escudilla (elemento Cavernas, salvo la botella reconstruida del con-
2B) dispuestas dentro de un textil llano (elemente texto funerario de la Estructura Funeraria Blanca.
2C) (1/1 con espacio de 0,01 m entre urdimbre y De igual manera, también se aprecia que las dis-
trama), el cual envolvía a la ofrenda. La ofrenda posiciones de las distintas ofrendas respetan un
en conjunto estaba en mal estado de conserva- patrón, donde suele ser común encontrar una es-
ción, sobre todo, por el grado de fragmentación cudilla (de mate o cerámica), colocada boca abajo
presente en este contexto. y sobre la boca de un cuenco u olla (de mate o
cerámica). En algunos casos, un textil llano de al-
Ofrenda 3 godón suele envolver estas ofrendas. Otro aspecto
Consistió en dos mates ubicados adyacentes e in- relevante que podemos hallar en común entre los
mediatamente al sur de la ofrenda 2. Los mates se diferentes contextos es que la gran mayoría de in-
encontraron a 204,13 msnm, al igual que en otras dividuos (a excepción del Locus 150), se encuen-
ofrendas, estos se encontraron superpuestos. El tran orientados hacia el este.
mate encontrado en la parte superior (elemen- Por otro lado, también hemos podido notar
to 3A) se colocó boca abajo, tapando la boca del ciertas diferencias superficiales entre los fardos
mate inferior (elemento 3B). De igual manera, se registrados. Una de las más notorias es que exis-
registró un textil llano (elemente 3C) (1/1 con es- ten diferencias en el tamaño de los individuos, in-
pacio de 0,01 m entre urdimbre y trama), que en- cluso en un mismo contexto (Locus 247), lo cual
volvía la ofrenda. El elemento 3A se asemeja a una indicaría que se tratarían tanto de infantes como
escudilla y tenia un diámetro en la boca de 16 cm. adultos, como veremos en el siguiente capítulo.
El elemento 3B se asemeja a un cuenco cerrado Otra diferencia un poco menos notoria se pre-
y presenta un diámetro en la boca de 10 cm. Los senta en las dimensiones de las tramas y urdim-
mates pertenecen a Lagenaria siceraria y el textil bres presentes en cada fardo (capas superficiales).
está hecho de algodón. Las ofrendas en conjunto En algunos casos, incluso en un mismo contexto
se presentan en buen estado de conservación. Los (Locus 247), las tramas y urdimbres de las capas
mates no presentan decoración. superficiales de ciertos fardos, eran más gruesas
que otras, al igual que el espacio entre éstas. Esto
SÍNTESIS indicaría que si bien se respeta una misma técni-
Los contextos funerarios en Cerro del Gentil fue- ca para la elaboración de las capas textiles (textil
ron consecuencia del desarrollo de eventos tras- llano de 1x1), estos pequeños detalles mostrarían
cendentales asociados al enterramiento final del además diferencias en el proceso productivo de
patio hundido en el sitio. En este, hemos podido los textiles, e incluso, diferentes productores.
identificar un máximo de cinco (5) eventos de La importancia de estos contextos funerarios
enterramiento de individuos. Si bien no todos radica en que son los primeros fardos Paracas ex-
están asociados directamente y se observan algu- cavados y registrados sistemáticamente en el valle
nas diferencias entre uno y otro contexto, hemos de Chincha. La descripción del registro realiza-
podido identificar algunos patrones de prácticas da en este capítulo, espera, en primera instancia,
funerarias los cuales se respetan para los diferen- brindar mayor información y ampliar el debate en
tes contextos. Tal vez uno de los aspectos más re- cuanto a las prácticas funerarias Paracas. De igual
saltantes a primera vista, es que todos los fardos manera, más adelante buscaremos complementar
evidencian una misma técnica de elaboración, al esta información con la descripción del registro
menos en las capas superficiales (textil llano de a realizarse con el desenfardelamiento de estos
1x1). Asimismo, observamos que las ofrendas que fardos, lo cual también supondrá publicaciones
acompañan a los individuos corresponden a ces- futuras más detalladas.
tas, mates y vasijas de cerámica (en su mayoría),
Capítulo 9
A
pesar de que existen varios estudios so- de las prácticas funerarias asociadas a la cultura
bre material óseo humano recuperados Paracas, ni aquellas que probablemente existieron
de contextos funerarios asociados a la en sitios domésticos, sino, las que fueron llevadas
cultura Paracas (Dietz 2009; Engel 1966; Pezo- a cabo en sitios ceremoniales y en tal virtud, con
Lanfranco et al. 2015; Tello y Mejía 1979; Tomas- alto grado de ritualidad y simbolismo, configu-
to 2009; Tomasto et al. 2015; Weiss 1958, 1961), rando un escenario compatible con un contexto
todavía hay vacíos en el conocimiento que se tiene de sacrificio en el cual las víctimas podrían repre-
de las condiciones de vida de los habitantes de la sentar roles sociales específicos, estigmas o causas
costa sur del Perú durante el periodo Formativo. de muerte inusuales (Eeckhout y Owens 2015).
Este capítulo tiene como objetivo presentar los Por lo tanto, los resultados obtenidos permi-
resultados preliminares del análisis bioantropoló- ten aproximarnos a la biología de los individuos
gico realizado a los individuos recuperados en el que fueron enterrados en este sitio ceremonial
sitio de Cerro del Gentil, valle de Chincha. Hasta para comprender mejor las condiciones de vida
la fecha han sido analizados los restos correspon- de la sociedad Paracas en el valle de Chincha.
dientes a siete individuos, cinco de ellos eran par-
te del entierro colectivo del relleno del patio hun- Descripción de la muestra
dido del sector A (Locus 247), y dos individuos:
un adulto (Locus 246) y un subadulto (Locus 150) El primer grupo de individuos analizados hacen
estaban depositados en áreas contiguas del patio parte de un conjunto de seis fardos funerarios que
hundido. A pesar de ser una muestra pequeña, es fueron depositados en el Locus 247 del patio hun-
bastante informativa debido a la excelente preser- dido (ver capítulos 4 y 8). De estos seis fardos, cin-
vación del material, y además porque hace parte co (F1-F5) han sido analizados y son presentados
de un contexto arqueológico especial, como es en en este trabajo. Los dos casos restantes analizados
este caso un evento de enterramiento, abandono estaban en sectores individuales. Uno de ellos es-
y cese de actividades del principal patio hundido taba en la esquina sureste del patio hundido (Lo-
del sitio (Stanish y Tantaleán 2015). Por lo tanto, cus 150) y el otro (Locus 246) se encontraba en la
este contexto no estaría representando la totalidad esquina suroeste del patio hundido en una tumba
157
158 Juliana Gómez Mejía
individual denominada Estructura Blanca (ver (Calce 2012), del borde esternal de la primera cos-
capítulos 4 y 8). tilla (DiGangi et al. 2009) y otros elementos como
la fusión del segmento S1-S2 del sacro, la fusión
Métodos de los anillos vertebrales y la fusión del extremo
esternal de la clavícula. En individuos que todavía
Los individuos que habían sido extraídos de sus no habían completado el proceso de obliteración
envoltorios funerarios en estado esqueletizado de los centros secundarios de osificación, fueron
fueron sometidos a un proceso de limpieza en usados los criterios propuestos para los tiempos
seco no destructiva. Restos de cabello, uñas y piel de fusión de las epífisis de huesos largos, la forma-
desecada que estaban desprendidos fueron con- ción de anillos vertebrales, la fusión de vertebras
servados, embalados y almacenados. Para cada del sacro (Schaefer et al. 2009) y el desarrollo den-
caso fue dispuesta una mesa de análisis, con ins- tal (Ubelaker 1989). En el caso de los subadultos
trumentos como tabla osteométrica, cinta métri- fueron usados los criterios basados en la secuen-
ca, calibrador digital, lupa y explorador dental. cia de formación y erupción dental (Moorrees et
Fueron tomadas fotografías generales y de detalle al. 1963; Ubelaker 1989), unión de centros prima-
utilizando un microscopio digital portátil. Todo rios de osificación en cráneo, vertebras y pelvis y
el proceso fue fotografiado y, en algunos tramos, fusión de epífisis, en el caso de individuos juve-
grabado en video. niles (Scheuer y Black 2000; Schaefer et al. 2009).
Cada esqueleto fue sometido a varios análi- También se hicieron estimaciones de edad a partir
sis para estimar características como alteraciones de las longitudes de las diáfisis de los huesos lar-
tafonómicas, inventario, sexo, edad, estatura, va- gos (Schaefer et al. 2009; Vega 2009) para evaluar
riaciones anatómicas, patologías (orales y óseas), la correspondencia con la edad dental y ósea.
lesiones traumáticas, modificación intencional de Para la estimación de la estatura adulta fueron
cráneo y otras características culturales que estu- tomadas las medidas de los huesos largos dispo-
vieran presentes. nibles y aplicados las ecuaciones propuestas por
Para la estimación de sexo, en el caso de los Pomeroy y Stock (2012) para poblaciones pre-
individuos adultos, fueron usados los criterios hispánicas costeras y andinas de Suramérica. Se
propuestos en Buikstra y Ubelaker (1994). En el eligió la ecuación en primer orden de preferencia
cráneo fueron evaluados el proceso mastoide, el para cada caso. Las fichas de inventario, odonto-
borde supraorbital, la glabela y la eminencia men- gramas, descripciones detalladas de alteraciones
toniana. En la pelvis fueron observadas el arco morfológicas y patológicas presentes fueron sis-
ventral, la concavidad subpúbica y la rama isquio- tematizadas en informes individuales que repo-
púbica que son valoradas en una escala de 1 a 5 y san en los archivos del proyecto PACH (Gómez
posteriormente evaluada la probabilidad de ser fe- 2016a).
menino o masculino siguiendo la modificación de
Klales et al. (2012). Adicionalmente, en la pelvis Resultados
se registró la presencia del surco pre-auricular y el
grado de abertura de la escotadura ciática mayor. LOCUS 247
En el caso de los individuos subadultos el sexo no A continuación, se presentan los datos más signi-
fue estimado debido a que las características de ficativos obtenidos del análisis osteológico preli-
dimorfismo sexual no están claramente definidas minar realizado a los cinco fardos funerarios que
en la morfología de esqueletos inmaduros (Milner hacen parte del Locus 247.
y Boldsen 2012).
Para estimar la edad en adultos, dependiendo Aspectos Tafonómicos
de la disponibilidad de estructuras para ser ana- El primer grupo de cinco individuos analizados
lizadas en cada caso, se usaron los criterios pro- hacen parte de un conjunto de fardos funerarios
puestos a partir de la morfología de la sínfisis pú- que fueron depositados en el Locus 247 del pa-
bica (Brooks y Suchey 1990), la morfología de la tio hundido. Todos se encontraban completos, en
superficie auricular (Schmitt 2005), del acetábulo estado esqueletizado y en buenas condiciones de
Capítulo 9: Análisis bioantropológico de individuos enterrados... 159
preservación debido al ambiente seco que carac- Tabla 9.1. Estimaciones de sexo y edad para los
terizó el sitio de enterramiento. Sin embargo, en individuos analizados del Locus 247
algunos casos se observaron huesos con erosión
Locus 247 Sexo Edad
leve y fractura postmortem, probablemente debi-
do a la presión del fardo sobre los huesos más frá- ~ 60 años con una edad
Fardo 1 Femenino mínima de 45 años y
giles. En otros casos también (especialmente en máxima no determinada.
los individuos infantiles) se observaron pequeños
daños en la superficie de los huesos del cráneo po- Fardo 2 No determinado 1 año +/- 3 meses
siblemente por la acción de insectos. La mayoría ~ 18 años con una edad
de los huesos oscilan entre el color marrón claro Fardo 3 Femenino mínima de 15 y máxima
de 21 años.
y oscuro, sin embargo, se registraron improntas
de textil en la superficie de algunos huesos. En ~ 3 años con una edad
Fardo 4 No determinado mínima de 2 y máxima
el caso específico del Fardo 3 había evidencia de de 4 años.
improntas color verde oscuro en la región central
del maxilar superior por causa de láminas de co- ~30 años con una edad
Fardo 5 Femenino mínima de 24 y máxima
bre depositadas sobre esta área (Figura 9.1). La de 35 años.
mayoría de esqueletos presenta remanentes de
tejido desecado y en algunos casos incluso regio-
nes completas (como columna vertebral, tórax,
manos y pies) se encontraban articuladas. En los sisten en individuos femeninos, observamos que
adultos el cabello todavía se encontraba presente el promedio de estatura femenina es de 149,7 cm
y bien conservado. (Tabla 2). Al comprar las medidas de longitud de
fémur obtenidas con aquellas presentadas por
Vega (2009) observamos que se ajustan al prome-
dio para mujeres prehispánicas andinas.
aplicadas las tablas de edad propuestas para po- dada por la fusión de las falanges distales de los
blaciones juveniles de los Andes prehispánicos quintos metatarsianos, en donde la articulación
(Vega 2009) con el objetivo de comparar la edad no se desarrolla y por lo tanto en lugar de tener
biológica presentada en la Tabla 1 con el creci- tres falanges, únicamente se tienen dos. Aunque
miento (Tabla 9.3). este defecto ha sido asociado con la presencia
Para el caso del Fardo 2 la diferencia entre de algunos raros síndromes de origen genético
edad dental (Tabla 9.1) y la edad estimada por (Gellhoed et al. 1969), también ha sido conside-
medidas de los huesos largos (Tabla 9.3) es de 3 rado una variación anatómica frecuente dada su
meses. En el caso del Fardo 4 no hay diferencias alta heredabilidad y por lo tanto una condición
entre la edad estimada a partir de los centros pri- común reportada entre 35 % y 80 % de las po-
marios de osificación y la edad estimada por la
longitud de huesos largos.
Considerando que la formación dentaria y la
unión de centros de osificación son fenómenos
que se ven menos afectadas por factores externos
y ambientales como desnutrición y enfermeda-
des infecciosas (Milner y Boldsen 2012), las es-
timaciones de edad biológica por estos métodos
resultan más confiables. Por otro lado, la rela- Figura 9.2. Proceso espinoso bífido en vérte-
ción entre la edad y el crecimiento longitudinal bras cervicales desde C2 hasta C6. Fardo 3.
es compleja y las medidas de los huesos largos se
ven mucho más afectadas por factores externos,
por lo tanto, son usadas más como un indicador cervicales. Esta característica todavía no es bien
de salud que como un estimador confiable de comprendida y ha sido poco estudiada en bioar-
edad (Lewis 2007). En resumen, lo que estamos queología, sin embargo, su presencia es variable
evidenciando en el fardo 2 sugiere apenas un leve entre las poblaciones humanas y ha sido usada
retardo en el crecimiento. Para el caso del fardo en clasificaciones para diferenciar entre grupos
4, el crecimiento del individuo está acorde con poblacionales (Asvat 2012; Duray et al. 1999). En
su edad biológica. este contexto también podría estar asociada con
aspectos congénitos o asociada al sexo del indi-
Variaciones anatómicas viduo, por lo que consideramos importante su
Tanto los individuos de los Fardo 3 y Fardo 5 tie- registro.
nen en común la presencia de dos variantes anató- La segunda variación anatómica que tienen
micas. La primera de ellas es la presencia de pro- en común las mujeres del Fardo 3 y Fardo 5 es el
ceso espinoso bífido (Figura 9.2) en las vértebras sinfalagismo distal (Figura 9.3). Es una condición
9.6–E-F). Dos de ellos se formaron alrededor de derechos (Figura 9.7-D). No fueron observadas
los 2 años y otro alrededor de los 3 años (Reid y hipoplasias del esmalte. Es evidente formación
Dean 2000, 2006). extensa de cálculo en la superficie bucal de los
El individuo del fardo 5 tenía en el maxilar molares superiores (Figura 9.7-C) y de los incisi-
superior 15 alveolos, 14 piezas dentales, agenesia vos inferiores.
del M3 izquierdo y ausencia postmortem del M3
derecho. En la mandíbula únicamente fue posible Lesiones óseas
registrar 7 alveolos intactos, pues hay un proceso En la mujer del Fardo 1 fueron observadas alte-
patológico extensivo de destrucción del cuerpo raciones articulares en varias regiones del esque-
mandibular y de la tabla alveolar interna. Sin em- leto además de presencia extensiva de osteofitos
bargo, pudieron ser registradas en total 14 piezas en las vértebras lumbares (Figura 9.8-A). También
dentales mandibulares y caries oclusal en M3 y M2 se observa perdida generalizada de masa ósea en
el sacro, que podría estar asociada a osteoporosis de la órbita izquierda presenta depósitos de hue-
considerando su edad avanzada (Figura 9.8-B). so nuevo (woven bone) que cubren aproximada-
El infante del Fardo 2 presenta en ambos pa- mente 1/3 de la superficie. Este hecho podría estar
rietales evidencia de engrosamiento del díploe relacionado con presión vascular activa o forma-
con expansión ectocraneana y en la superficie ción inicial de cribra orbitalia (Figura 9.9 B).
endocraneana hay microporosidad. Lo anterior El individuo del Fardo 3 presenta un proceso
es compatible con hiperostosis porótica, la cual de formación anormal de hueso conocida como
se encontraba en estado activo al momento de la periostitis (Figura 9.10). Consiste en la respuesta
muerte (Figura 9.9 A). Adicionalmente el techo inflamatoria básica que resulta en nueva formación
de hueso (Larsen 2015) y que puede ser causada
por procesos infecciosos, lesiones traumáticas o
cualquier otra condición que lesione el periostio y
estimule la formación ósea (Weston 2012). Las le-
siones consisten en placas óseas con márgenes de-
limitados y elevaciones irregulares que afectan las
diáfisis de las tibias, así como en los fémures.
1 En el caso del individuo del fardo 4, el cráneo no fue dispuesto para análisis osteológico debido a que en el
momento de ser retirado encontramos que estaba cubierto por una compleja estructura textil que incluían
un tocado de plumas, una malla tejida y varios tipos de cordones tejidos. Por lo tanto, decidimos conservar in
situ los materiales hasta poder realizar toma de radiografías.
Capítulo 9: Análisis bioantropológico de individuos enterrados... 167
Figura 9.23. Cráneo con orificio de trepanación (A), marcas de corte (C) y evidencia
de líneas de fractura con proceso inicial de cicatrización (B y D).
2 El fardo 6 todavía está en proceso de análisis, pero por sus características externas consideramos que pert-
enece a un subadulto.
172 Juliana Gómez Mejía
1979). Podría ser que fuera un individuo de otro enfrentamientos violentos cuerpo a cuerpo donde
grupo donde la modificación craneana no era tan las mujeres se veían involucradas, mientras que la
frecuente y que fue sepultado en el sitio después de lesión en la columna podría ser consecuencia de
haber sido sometido a una trepanación craneana a eventos asociados a violencia, accidentes o debido
la cual le siguió una corta sobrevivencia. También a esfuerzos físicos repetitivos (estrés mecánico).
es posible que se tratara de un individuo con carac- En cualquier caso, esta lesión debió causar mu-
terísticas especiales que no fue sometido a modifi- cho dolor y comprometer la movilidad durante el
cación craneana al momento de nacer. Todavía las proceso de recuperación. El perfil paleopatológico
motivaciones para la práctica de la modificación de la mujer del Fardo 3 (eventos hipoplásicos en la
craneana no son claras y son necesarios nuevos infancia, periostitis activa y cicatrizada, procesos
contextos funerarios en la región para comprender porosos focalizados y patologías dentales) revela
mejor este escenario. una historia de vida con varios episodios de estrés
En términos generales el patrón de patolo- fisiológico. Por otro lado, en el caso de la mujer
gía oral es compatible con dietas basadas en el del Fardo 5, la presencia de un proceso patológico
consumo de carbohidratos. Todos los individuos activo en la mandíbula que respondió a un evento
adultos presentan caries, y en el caso de los suba- infeccioso crónico, estuvo probablemente asociado
dultos se observan patrones de desgaste dental con su causa de muerte.
desde corta edad. Las evidencias de maní, calaba- En otros sitios Paracas, como por ejemplo el
za, maíz, frijol, mandioca y camote en el contexto valle de Palpa, Tomasto (2009) reporta que las
arqueológico refuerzan la importancia de estos condiciones generales de vida durante este perio-
alimentos en la dieta. do parecen no haber sido muy favorables. Fueron
La estatura en el caso de las mujeres se ajusta comunes casos de baja estatura, alta frecuencia de
al promedio para mujeres andinas prehispánicas, spongiosclerosis y de traumas violentos (33 %), la
al igual que en el caso del individuo masculino del mayoría en individuos que estaban en contextos
Locus 246, el cual incluso supera la media para funerarios con evidencias de tratamientos secun-
individuos masculinos de otros contextos Para- darios y cremación, incluyendo un posible caso
cas. La presencia de lesiones óseas como la hipe- de decapitación en un individuo adulto masculi-
rostosis porótica y depósitos de hueso nuevo en el no que adicionalmente tenía una punta de obsi-
techo de las orbitas del fardo 2 sumado a un leve diana clavada en las costillas y que fue depositado
retardo en el crecimiento, sugieren problemas de en una urna funeraria. En la península de Paracas,
anemia o infecciones gastrointestinales afectando Tello y Mejía (1979) reportan múltiples casos de
el desarrollo y salud de este individuo y que po- patologías, traumas y trepanaciones asociados al
drían estar asociadas con el proceso de abandono periodo Cavernas que sugieren condiciones de sa-
de la lactancia, considerado como un periodo de lud difíciles para muchos individuos.
alta fragilidad fisiológica. En el individuo suba- A pesar de ser una muestra pequeña, las con-
dulto del Locus 150 la presencia de criba orbitaria diciones de vida de los individuos recuperados en
en estado cicatrizado, sumado que su edad dental el Cerro del Gentil apuntan también para la pre-
era compatible con el crecimiento óseo, reflejan sencia de comportamientos donde había hechos
que en este caso el episodio que afectó la salud de violencia interpersonal y de episodios de estrés
estaba siendo superado, sin embargo, este hecho fisiológico que se dieron en respuesta a restric-
pudo tener otras consecuencias en la salud au- ciones nutricionales y a amenazas por procesos
mentando el riesgo de morir prematuramente. infecciosos. Estos resultados aportan nuevos ele-
Todos los individuos adultos presentan marcas mentos para comprender la variabilidad biológi-
de actividad compatibles con alta demanda física ca de la sociedad Paracas en la costa sur del Perú
durante la vida que afectó particularmente regio- y contribuye al conocimiento de sus complejas
nes como la espalda, los hombros, manos y pies. prácticas funerarias, las cuales tenían variaciones
La presencia de lesiones traumáticas en la mujer de entre cada valle, aunque también importantes se-
mayor edad (fardo 1) evidencia la posibilidad de mejanzas que todavía necesitan ser develadas.
Capítulo 10
Consumo alimenticio y
ritual en Cerro del Gentil
Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
E
l consumo de productos alimenticios fue restos se encontraron contextualizados dentro del
una actividad humana que englobó di- patio hundido del sitio Cerro del Gentil, excavado
versos aspectos en las sociedades que ha- durante las temporadas 2013 y 2014.
bitaron los Andes Centrales. Se encuentra de-
terminado por diferentes aspectos como son las Metodología de análisis
condiciones climáticas, la temperatura, la altitud,
la fertilidad o infertilidad de los suelos de cultivo, El material orgánico obtenido de las excavaciones
la cercanía o lejanía de recursos hidrobiológicos, del sitio Cerro del Gentil, en las temporadas 2013
entre otros puntos resaltantes para la subsistencia y 2014, fue seleccionado de acuerdo a su natura-
de un determinado grupo social en el territorio leza (botánico, malacológico y zooarqueológico).
donde se desarrolla. Además, se vincula con los La finalidad era obtener información acerca del
rituales y creencias en cada sociedad. En el caso consumo alimenticio y ritual, así como informa-
de los contextos de Cerro del Gentil, la gran par- ción de las especies presentes y su cuantificación
te de ellas pueden relacionarse directamente con en cada una de sus fases constructivas del patio
prácticas rituales. hundido, especialmente durante las Fase Gris y
La actividad de consumo dentro del sitio Ce- Fase Marrón. Asimismo, en algunos casos, se des-
rro del Gentil se pudo sistematizar, según nues- criben las capas que rellenaron el patio hundido
tro registro, en tres clases de materiales orgánicos antes de su abandono cuando se relacionaron con
encontrados: botánico, malacológico y zooar- restos de consumo de plantas y animales o arte-
queológico. Por otro lado, tenemos la presencia factos.
de artefactos que fueron elaborados sobre la base
de estos materiales y, por ello, son incorporados Material botánico
en este capítulo. Es pertinente agregar que cier- En el caso del material botánico es importante
tas especies pudieron haber desempeñado, aparte señalar que la capa E es el contexto, que por sus
de su función de consumo o función utilitaria (ya características deposicionales, presenta mejor el
sea el caso), una ritual por la cantidad de ítems control y mayor potencial de material cultural
registrados a lo largo de las excavaciones. Dichos asociado a la Fase Marrón, por lo cual prioriza-
173
174 Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
mos el análisis del material en esta capa (acentua- cuales cada resto malacológico fue examinado y
da sobre el piso 3 de esta misma fase). Por otro se compararon con las imágenes de los materiales
lado, hemos analizado el material encontrado en de referencia literaria y de bases de datos en línea
la capa H, la cual corresponde al proceso de en- de investigación malacológica. En cuanto a la bi-
terramiento de la Fase Gris, aunque con menos bliografía que se empleó podemos indicar listas
potencial en cuanto a material. y guías de moluscos (Alamo y Valdivieso 1997;
El primer paso fue seleccionar las bolsas que Zuñiga 2002), así como libros sobre alimentación
contenían los especímenes identificables que se- (León 2013). Las bases de datos comparativas uti-
rían objeto del análisis. Cabe resaltar que las bol- lizadas para identificar las siguientes 20 especies
sas contenían varios taxones, por lo cual se pro- de conchas, contamos con fuentes en línea, tales
cedió a separar cada una de las especies. Esto se como http://www.femorale.com.br/shellphotos/ y
logró con la ayuda de bibliografía de análisis e http://www.marinespecies.org/index.php.
identificación botánicos en el departamento de
Ica (Roque et al. 2003; Whaley et al.2010), de la Material zooarqueológico
identificación de especies de dicho departamento La muestra que comprende los materiales zooar-
a través de la iconografía Paracas (Paul 1991), así queológicos analizados fue recuperada, en su ma-
como también de bibliografía relacionada a ali- yoría, de la capa de concentración de basura, deno-
mentación (León 2013). En total fueron tomadas minada Capa E, donde se incluye también el Piso 4.
en cuenta 89 bolsas. Otro aspecto a señalar es que En el universo de la muestra también encontramos
recolectamos especies actuales, que crecen en zo- especímenes recuperados en la Capa C, Capa G y
nas aledañas al sitio arqueológico, para conformar Capa H, aunque este material es menor.
una colección comparativa. Se seleccionaron 31 bolsas, las cuales conte-
Al momento de realizar el análisis se percibió nían restos óseos y plumas de diferentes especies.
que las diferentes especies botánicas se hallaban Los materiales zooarqueológicos fueron separados
fragmentadas, ante lo cual se decidió distribuirlas e identificados en la medida que la muestra lo per-
en raíces, tallos, hojas, flores, frutos y semillas, es mitía, basándonos en las partes diagnósticas que
decir macrorrestos. se conservaban, este análisis se logró gracias a la
Habiendo identificado los taxones, se con- consulta de manuales (Pacheco et al. 1979), a las
tinuó con la obtención del peso de cada uno de investigaciones realizadas anteriormente (Carrizo
ellos en una balanza electrónica marca Soehne, y Díaz 2013; Adaro y Benavente 1990) y a catálogos
con carga máxima de 5 kg. Seguidamente se ela- sobre la fauna de la zona (Pulido et al. 2007).
boró una tabla en el programa Microsoft Excel, Al momento de la identificación del material,
donde se colocaron los datos pertinentes para en el caso de los especímenes óseos, se señala qué
nuestro estudio: código de bolsa, unidad de ex- parte anatómica ha sido analizada, el NISP (nú-
cavación, nivel de excavación, rasgo, locus, fase, mero de especímenes identificables) y el lado al
capa, partes de la planta (señaladas anteriormen- que pertenecen. Por otro lado, en el caso de las
te) y observaciones. plumas, se señala el estado de conservación, así
Consecutivamente, se fotografiaron los mate- como su ubicación anatómica y sus características
riales que puedan servir de referencia para una me- más notables (patrones de color, modificaciones
jor apreciación y formar un propio banco de datos. culturales, etc.)
Al finalizar el análisis, y ya separados los taxones, se Como parte del proceso del análisis se pesó
guardaron cada uno de ellos en bolsas individuales de los materiales, agrupándolos por bolsas. Para
y se volvieron a colocar en su bolsa original. la realización de esta tarea, se utilizó una balanza
electrónica marca Soehne, con carga máxima es
Material malacológico de 5 kg. Después de completar los datos, estos fue-
Al igual que el material botánico, el malacológico ron ingresados a una tabla de Microsoft Excel, que
se centró en la Capa E. En el análisis de los restos contuvo los apartados de número de bolsa, locus,
malacológicos recuperados, se utilizó la siguiente unidad, nivel, rasgo, especie, familia, parte anató-
metodología: se analizaron 28 bolsas dentro de las mica (si se trata de un espécimen óseo), cantidad,
Capítulo 10: Consumo alimenticio y ritual en Cerro del Gentil 175
Indeterminado 0.12%
Manihot esculenta 0.90%
Arachis hypogaea 6.44%
Inga feuillei 5.92%
Canavalia plagiosperma 17.05%
Phaseolus lunatus 9.89%
Phaseolus vulgaris 1.55%
Gossypium barbadense 30.27%
Schoenoplectus sp. 0.95%
Gynerium sagittatum 0.25%
Zea mays (Kculli) 6.21%
Zea mays 8.04%
Tillandsia sp. 0.44%
Lagenaria siceraria 2.03%
Campomanesia lineatifolia 8.60%
Psidium guajava 1.34%
Características: La pulpa del fruto maduro es co- 2,03 % de la muestra. La mayor concentración de
mestible. Tiene un sabor dulce y levemente ácido Lagenaria siceraria aparece en la capa E, en un
perfumado, muy agradable. Se puede consumir 97,39 % del total de esta especie.
directamente al estado natural, aunque también Podemos indicar, además, que se encontraron
es utilizado en la elaboración de dulces. fragmentos de mates pirograbados, los cuales son
Se identificaron en la última fase del patio 6 y representan el 5,22 % de dicha especie.
(capa E) 485 ítems y en la Fase Gris (capa H) 3
ítems, siendo el total 488 ítems, representando el C) Familia Bromeliaceae
8,60% de la muestra. La mayor concentración de Especie Tillandsia sp. “Achupalla”.
Campomanesia lineatifolia aparece en la capa E, Hábitat: Crece en lugares húmedos, pero también
en un 99,39 % del total de esta especie. puede crecer en el altiplano. Existen poblaciones
de Tillandsias muy cercanas al sitio de Cerro del
B. Familia Curcubitaceae Gentil (ver figura 2.9).
Especie Lagenaria siceraria “mate”. Características: En verano prefieren la luz del
Hábitat: Se encuentra distribuida en zonas tropi- sol en forma indirecta o difusa, mientras que en
cales y subtropicales. Es una planta que aún sigue invierno solamente aceptan la luz solar directa-
creciendo en la costa sur del Perú. mente. La temperatura permisible oscila entre 32
Características: Planta trepadora cuyo fruto, co- a 10°C. Son sensibles a las heladas, a excepción de
mestible cuando está tierno, se cultiva principal- la especie más robusta.
mente para ser utilizado seco como recipiente. Se identificaron en la última fase del patio
Se identificaron en la última fase del patio (capa E) 25 ítems, representando el 0,44 % de la
(capa E) 112 ítems y en la Fase Gris (capa H) 3 muestra. La Tillandsia sp. aparece en su totalidad
ítems, siendo el total 115 ítems, representando el en la capa E.
Capítulo 10: Consumo alimenticio y ritual en Cerro del Gentil 177
y 9. Estos granos son reniformes, de color verde Especie: Inga feuillei “pacae”
claro, amarillento o grisáceo. Hábitat: Se cultivan en huertas de cultivo, bordes
Se identificaron en la última fase del patio de chacras, canales y acequias. Aún existen árbo-
(capa E) 87 ítems y en la Fase Gris 1 ítem, sien- les de pacae en los alrededores del sitio de Cerro
do el total 88 ítems, representando el 1,55 % de del Gentil.
la muestra. La mayor concentración de Phaseolus Características: El árbol del pacae produce vaina
vulgaris aparece en la capa E, en un 98,86 % del de color verde oscuro en cuyo interior se encuen-
total de esta especie. tra el fruto, esteo tiene forma de una almohadilla
de color blanco y suave que recubre la semilla o
Especie Phaseolus lunatus “pallar” “pepa”.
Hábitat: Especie herbácea anual de la familia de Se identificaron en la última fase del patio
las leguminosas. Se cultiva en diversos países cá- (capa E) 334 ítems y en la Fase Gris 2 ítems, sien-
lidos y templados con el objeto de consumir sus do el total 336 ítems, representando el 5,92 % de la
semillas comestibles. En el Perú se siembra en la muestra. La mayor concentración de Inga feuillei
costa y en valles interandinos con climas templa- se encuentra en la capa E, en un 99,40 % del total
dos. Para un buen crecimiento requieren tempe- de esta especie.
raturas entre 16 y 27 ºC. En el valle de Chincha se
siguen produciendo pallares, los cuales son muy Especie: Arachis hipogaea “maní”
apreciados por las comunidades locales. Hábitat: Es propia de climas cálidos y húmedos,
Características: Sus vainas tienen forma oblon- en lo concerniente con los terrenos, tolera de ma-
ga, de 5 a 12 cm de longitud y contienen de 2 a 6 nera eficiente los arenosos, sueltos o mullidos. El
semillas, éstas son grandes, planas y arriñonadas; maní es una especie que se cultivó durante toda la
variadas en cuanto a forma, tamaño y color. Tiene época prehispánica en el valle de Chincha y sigue
la ventaja de ser cultivada con poca agua. siendo apreciada por las comunidades locales.
Se identificaron en la última fase del patio Características: Es una planta rastrera de poco
(capa E) 553 ítems y en la Fase Gris 8 ítems, sien- desarrollo, posee la particularidad de enterrarse
do el total 561 ítems, representando el 9,89% de en el subsuelo para madurar, por lo que requiere
la muestra. La mayor concentración de Phaseolus de un suelo liviano y suelto.
lunatus aparece en la capa C, en un 98,57 % del Se identificaron en la última fase del patio
total de esta especie. (capa E) 364 ítems y en la Fase Gris 1 ítem, siendo
el total 365 ítems, representando el 6,44 % de la
Especie Canavalia plagiosperma muestra. La mayor concentración de Arachis hi-
“pallar de los gentiles” pogaea se encuentra en la capa E, en un 99,73 %
Hábitat: Es una especie endémica de la costa pe- del total de esta especie.
ruana, la cual se caracteriza por su aridez.
Características: Sus semillas suelen poseer un C) Familia Euphorbiaceae
color marrón oscuro-castaño; el color puede ser Especie: Manihot esculenta “yuca”
claro y uniforme totalmente pero frecuentemente Hábitat: Está adaptada a condiciones de la zona
contiene salpicaduras de color marrón oscuro o intertropical, por lo que no resiste las heladas. Re-
manchas blancas. Las semillas son más grandes y quiere altos niveles de humedad y luz solar para
más planas que las de la Canavalia ensiformis y crecer.
abarcan entre 2,5 y 3,75 cm. Las vainas miden casi Características: La raíz de la yuca es cilíndrica y
25 cm de largo y 4 cm de ancho. oblonga y alcanza el metro de largo y los 10 cm de
Se identificaron en la última fase del patio diámetro. La cáscara es dura y leñosa e incomes-
(capa E) 947 ítems y en la Fase Gris 20 ítems, sien- tible. La pulpa es firme e incluso dura antes de la
do el total 967 ítems, representando el 17,05 % de cocción.
la muestra. La mayor concentración de Phaseolus Se identificaron en la última fase del patio
lunatus aparece en la capa E, en un 97,93 % del (capa E) 48 ítems y en la Fase Gris 3 ítems, sien-
total de esta especie. do el total 51 ítems, representando el 0,90 % de
Capítulo 10: Consumo alimenticio y ritual en Cerro del Gentil 179
Indeterminado 0.14%
Crustáceo N/I 0.35%
Balanidae N/I 1.41%
Thais sp. 1.26%
Tegula tridentata 0.70%
Tegula auryomphala 0.14%
Tegula atra 8.29%
Scutalus sp. 0.14%
Prisogaster sp. 0.07%
Fissurella sp. 0.49%
Crepipatella lingulata 1.19%
Calyptraea trochiformis 0.84%
Mulinia sp. 0.28%
Mulinia edulis 4.36%
Donax obesulus 1.41%
Semimytilus algosus 67.60%
Choromytilus chorus 0.77%
Brachidontes sp. 3.79%
Aulacomya atra 6.68%
Argopecten purpuratus 0.07%
Figura 10.2. Distribución porcentual de las especies de los restos malacológicos registrados.
1 Mitiliforme: Forma alargada, con el umbo (vértice de las valvas, sinónimo de ápice o ápex) puntiagudo, típica
de los mitílidos (choro, chorito, cholga). En <http://www.macrofauna.cl/glosario_moluscos.html> Instituto
de Fomento Pesquero, 2009.
2 Bentónica: Relacionada al bentos: conjunto de organismos que viven fijos o en contacto con los fondos mari-
nos. En <http://www.macrofauna.cl/glosario_moluscos.html> Instituto de Fomento Pesquero, 2009.
3 Debido a que el género Brachidontes sp. es una forma de clasificación muy amplia, se decidió elegir los datos
del Brachidontes granulata (distribución geográfica y características) ya que es la especie que cuenta con más
información, además de ser endémica.
Capítulo 10: Consumo alimenticio y ritual en Cerro del Gentil 181
Características: Concha sólida, mitiliforme, glo- con tonos púrpura en el extremo posterior. Vive
bosa, con marcadas estrías radiales y líneas con- adherido a sustratos duros mediante el biso en
céntricas de crecimiento. Las valvas internas son conjunto con Pyura preaputiatis, Lessonia nigres-
blancas. El borde ventral de la concha es cóncavo, cens y Perumytilus purpuratus (Zúñiga 2002: 67).
los umbos son altos y globosos y en la parte central Se identificaron 962 ítems en la capa E, lo cual re-
se arquean formando un ángulo. La superficie ex- presenta el 67,60 % de la muestra.
terna tiene un periostraco4 café amarillento y por
debajo las valvas son blancas (Zúñiga 2002: 64). C) Familia Donacidae
Se identificó 54 ítem en la capa E, lo cual re- Especie: Donax obesulus “palabrita, almeja”
presenta el 3,79 % de la muestra. Distribución geográfica: Playa El Tamarindo,
Golfo de Fonseca, El Salvador a Chile. En Perú:
Especie: Choromytilus chorus de Ancón a Pisco, Ilo (Alamo y Valdivieso 1997:
“choro zapato, cholga o choro” 134). Es muy frecuente en las playas de Chincha.
Distribución geográfica: Desde Pacasmayo en Características: Se halla en fondos arenosos, es-
Perú al Estrecho de Magallanes en Chile. En el At- pecialmente en el sur de Piura. Posee un alto valor
lántico hasta el sur de Brasil e Islas Malvinas (Ala- nutritivo (Bonavia 1982: 185; Vásquez y Rosales
mo y Valdivieso 1997: 100). 1998: 184; citados por León 2013: 462). Peque-
Características: Se le denomina “choro zapato” ñas conchas que sirvieron básicamente para la
por el gran tamaño que alcanza. Concha mitili- alimentación de pobladores tempranos (Bonavia
forme, umbos curvados, con estrías concéntricas 2013: 462-464).
de crecimiento externas, su periostraco es negro Se identificaron 20 ítems en la Capa E, lo cual
o violáceo. La charnela está provista de un diente representa el 1,41 % de la muestra.
en la valva derecha y dos en la izquierda. Vive en
aguas someras adherido por el biso5 a sustratos D) Familia Mactridae
duros como rocas y piedras (Zúñiga 2002: 65). Especie: Mulinia edulis “almeja”
Se identificaron 11 ítems en la Capa E, lo cual Distribución geográfica: Desde Callao en Perú
representa el 0,77 % de la muestra. hasta el Estrecho de Magallanes y Tierra del Fue-
go en Chile (Alamo y Valdivieso 1997: 128).
Especie: Semimytilus algosus “chorito, choro Características: Concha bivalva, grande, alcanza
negro, chorito negro o chorito lustroso” hasta 77 mm de largo, sólida, de valvas iguales,
Distribución geográfica: Desde Manta en Ecua- moderadamente inflada, oval, trígona, a cada lado
dor hasta el Golfo de Arauco en Chile, también en subangulosa, los lados anterior y posterior casi
Panamá (Alamo y Valdivieso 1997: 100). iguales. Los umbos son centrales, sobresalientes
Características: Posee concha mitiliforme alarga- en ejemplares grandes. La superficie externa es
da, delgada, comprimida lateralmente, generando lisa y tiene finas líneas concéntricas de crecimien-
en cada valva un levantamiento central angulado. to. El periostraco es café amarillento, frecuente-
Sus umbos son poco prominentes. El borde ante- mente erosionado, excepto en sus bordes. Inter-
rior de la concha termina en punta roma. Externa- namente la charnela tiene un condróforo6 grande,
mente se observan líneas concéntricas marcadas y situado bajo el umbo, donde se inserta el liga-
estrías radiales finas, más notorias en el extremo mento interno, con un fuerte diente cardinal en
posterior. Su color interno es blanco nacarado, forma de “V” invertida, los dientes laterales son
cortos y simples. Ligamento externo pequeño. El gen interno es de color café claro y la superficie
seno paleal7 es anguloso, los músculos aductores externa es en tonos café amarillento, mezclado
son grandes, el posterior redondeado, el anterior con blanco (Zúñiga 2002: 40).
levemente alargado. La concha es de color blanco Se identificaron 12 ítems en la Capa E, lo cual
opaco, amarillento, a veces teñida de gris (Osorio representa el 0,84 % de la muestra.
2002, citado en Instituto de Fomento Pesquero:
web). Especie: Crepipatella lingulata10
Se identificaron 62 ítems en la Capa E, lo cual “pique, señorita”
representa el 4,36 % de la muestra. Distribución geográfica: Desde California hasta
el Estrecho de Magallanes en Chile, Isla San Lo-
Especie: Mulinia sp.8 “almeja” renzoenPerú hasta Punta Arenas en Chile (Alamo
Se identificaron 4 ítems en la Capa E, lo cual re- y Valdivieso 1997:31).
presenta el 0,28 % de la muestra. Características: De concha cóncava, redondea-
da, generalmente baja, con el ápice curvo y abul-
Clase: Gastropoda (Filo Mollusca) tado: internamente tiene un color que varía del
A) Familia Calyptraeidae blanco brillante al pardo opaco. El septum11 es
Especie: Calyptraea trochiformis blanco brillante, en forma de “S”, convexo, con
“picacho, pique o señorita” una dilatación curva en el lado izquierdo y una
Distribución geográfica: Desde Manta en Ecua- pequeña escotadura en el lado derecho. La escul-
dor a Valparaíso en Chile (Alamo y Valdivieso tura externa es casi lisa y presenta una coloración
1997: 30). pardo claro rosácea. Pese a hallarse generalmente
Características: Concha muy variada, en general erosionados, es posible apreciar diminutas y finas
es deprimida, aunque existen ejemplares cónicos líneas radiales en un color pardo más oscuros,
de base circular con cuatro a cinco anfractos (ros- más notorias hacia el borde. Se pueden distinguir
cas) cuyas suturas no son notorias. La superficie finas líneas de crecimiento concéntricas. Es un
externa está cubierta de costillas radiales muy epibionte12 normal de Aulacomya atra y del “pi-
fuertes, algunas veces nudosas y regulares, que le coroco” (Austromegabolanus psithicus). Vive en el
dan un aspecto crenulado9 al margen de la con- submareal (Zúñiga 2002: 42).
cha. Internamente es de color blanco rosáceo, con Se identificaron 17 ítems en la Capa E, lo cual re-
manchas oscuras en algunos ejemplares. El mar- presenta el 1,19 % de la muestra.
7 Seno paleal: En bivalvos, una entrada de la línea paleal que marca la zona de unión del músculo paleal en
la superficie interna de la concha. En <http://www.macrofauna.cl/glosario_moluscos.html> Instituto de Fo-
mento Pesquero, 2009.
8 Debido a que el género Mulinia sp. es una forma de clasificación muy amplia, se decidió elegir los datos
del Mulinia edulis (distribución geográfica y características) ya que es la especie que cuenta con más
información.
9 Crenulado: Margen que presenta en forma regular la proyección de las costillas, en la abertura de la concha de
los gastrópodos o en el borde de las valvas de los bivalvos. En <http://www.macrofauna.cl/glosario_moluscos.
html> Instituto de Fomento Pesquero, 2009.
10 Ante la dificultad de obtención de la información de esta especie, se procedió a utilizar los datos (distribución
geográfica y características) de una similar: Crepipatella dilatata.
11 Septum o septo: lámina delgada, en el interior de la concha de gastrópodos que sostiene parte del cuerpo,
puede presentar forma plana, con enrollamiento espiral o como embudo. En <http://www.macrofauna.cl/
glosario_moluscos.html> Instituto de Fomento Pesquero, 2009.
12 Epibionte: Organismo no parasito que vive por lo menos una fase de su ciclo vital encima de otro de mayor
tamaño, al cual generalmente no le causa ningún problema. En <http://www.macrofauna.cl/glosario_molus-
cos.html> Instituto de Fomento Pesquero, 2009.
Capítulo 10: Consumo alimenticio y ritual en Cerro del Gentil 183
13 Debido a que el género Fissurella sp. es una forma de clasificación muy amplia, se decidió elegir los datos de la
Fissurella crassa (distribución geográfica y características) ya que es la especie que cuenta con más información.
14 Debido a que el género Prisogaster sp. es una forma de clasificación muy amplia, se decidió elegir los datos del
Prisogaster niger (distribución geográfica y características) ya que es la especie que cuenta con más información.
15 Opérculo: Estructura córnea o calcárea formada por células de la región posterior del pie en gastrópodos,
que cierra total o parcialmente la abertura de la concha. La forma puede ser: circular, oval, alargada, plana,
hemisférica; puede ser liso, con setas; con ápice central o marginal. En <http://www.macrofauna.cl/glosa-
rio_moluscos.html> Instituto de Fomento Pesquero, 2009.
16 Umbilico: Orificio que conecta la columela (pilar sólido o hueco del eje de una concha) con el exterior, ca-
vidad en la base axial de las conchas. En <http://www.macrofauna.cl/glosario_moluscos.html> Instituto de
Fomento Pesquero, 2009.
184 Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
sible registrar esta familia en diferentes partes del Se identificaron 20 ítems en la Capa E, lo cual
mundo (Chan and Southward 2010). representa el 1,41 % de la muestra.
Características: Carecen de pedúnculo, siendo la
fijación al sustrato mediante una base membranosa B) Crustáceo N/I
que contiene las glándulas encargadas de la adhe- Se identificaron cinco ítems posiblemente de
sión; el cuerpo aparece rodeado por una pared ver- crustáceo en la Capa E, lo cual representa el 0,35
tical de placas más o menos fusionadas entre sí, ya % de la muestra.
sea soldadas o solapadas, que dejan un orificio supe-
rior protegido por un opérculo. Típicamente existen Especie N/I
seis placas, una cadena dorsal, una rostral ventral Finalmente, cabe agregar que hubieron dos ítems
y cuatro laterales (dos laterales y dos rostrolatera- que no se pudieron identificar y que fueron en-
les, o dos carenolaterales y dos laterales), aunque contrados en la Capa E y que en total representan
en formas primitivas hay ocho placas principales. el 0,14 % de la muestra.
Las placas pueden abrirse o cerrarse, cubriendo por
completo el cuerpo, mediante la acción de un mús- ANÁLISIS ZOOARQUEOLÓGICO
culo aductor. En el interior del caparazón aparece Aquí se presentan a las especies animales que
el animal de una forma “sentada”, con los apéndices han podido ser identificados en toda la muestra,
hacia la parte superior, asomando fuera del mismo. ubicadas dentro del Filo Chordata. En el análi-
Estos apéndices, los cirros, corresponden a los seis sis se ha podido identificar nueve especies en un
pares de apéndices torácicos, ya que carecen de ab- NISP de 240 dentro de un universo de 270 espe-
domen (Instituto de Fomento Pesquero 2009)20. címenes.
20 Para la descripción de las características de Balanidae, utilizamos la información referente al orden Sessilia de
la misma familia.
186 Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
Indeterminado 11.11%
Mammalia
El material presentado pertenece a la Clase Mam-
malia, con cuatro familias, cuatro especies y una
especie no identificada, cuyos ejemplares fueron
denominados genéricamente como “roedores”,
clasificadas bajo la familia Muridae.
La especie con mayor cantidad de especí-
menes es el Canis lupus familiaris, con 73 piezas
óseas identificables. En el caso del Cavia porce-
llus, este cuenta con 73 especímenes identifica-
bles, pero pertenecientes a un solo individuo,
hallado en la Capa C, en el contexto funerario
individuo Locus 246 (aunque está en la capa C,
Figura 10.4. Vista anterior y posterior el contexto corresponde a la Capa B) (ver capí-
de pluma de ave psittaciforme. tulo 8).
188 Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
F) Mamíferos N/I
En este apartado hemos incluido aquellos restos
óseos que no han podido ser identificados, sea
por el deterioro de la pieza, quema o pulveriza-
ción. Se contabilizaron siete restos óseos, de los
cuales cinco aparecieron en la Capa E y dos en la
Capa H. Estos restos óseos de mamíferos repre-
senta el 2,59 % del total de la muestra.
Artefactos
Artefactos de material botánico
Estos artefactos suman un total de 62, que se re-
Figura 10.5. Esqueleto de cuy, tras su parten en las capas B, G y E. La mayoría se con-
extracción y limpieza. centra en la capa E. Los artefactos reconocidos
21 Es probable que la especie a la que pertenecen los restos óseos de camélidos, sean de Lama glama o llama,
debido a las diferencias notables en los huesos escápula y cúbito (Adaro y Benavente 1990).
Capítulo 10: Consumo alimenticio y ritual en Cerro del Gentil 189
Tabla 10.4. Artefactos de madera según la son: camillas, cestas, coladores, conos de made-
capa de procedencia ra (tapas de botella), “espadas” de tejer, estólicas,
Capas: Sector A
Total %
mates, peines, placas de madera, y pushcas.
Tipo de artefacto B G E
Camilla 1 1 1 3 4,84 Camillas
Cesta 0 3 0 3 4,84 Hemos registrado tres fragmentos de camilla: uno
Colador 0 1 0 1 1,61 en la Capa B, uno en la Capa G y otro en la Capa
Conos de madera 0 0 21 21 33,87 E. Equivalen al 4,84 % de los artefactos botánicos.
Espada de tejer 1 0 0 1 1,61 Estas camillas se hicieron a partir de tallos de al-
Estólica 0 0 3 3 4,84 godón, los cuales estuvieron entrelazados por hi-
Mate 3 6 17 26 41,94 los, también de algodón.
Peine 0 0 1 1 1,61
Placa de madera 0 0 2 2 3,23
Cestas
Pushca 0 1 0 1 1,61
Hemos registrado tres fragmentos de cesta, to-
Total por capa 5 12 45 62 100
dos en la Capa G, equivalen a 4,84 % del total.
% por capa 8,07 19,35 72,58 100
Las fibras para la producción de las cestas fueron
190 Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
Mates
Hemos registrado 26 fragmentos de mates: tres en
la Capa A, seis en la Capa B y diecisiete en la Capa
E. Equivalen a 41,94 % del total. Muchos de es-
tos fragmentos se encuentran pirograbados. Ade-
más, se encontró un mate pirograbado completo
en la capa B muy similar en decoración a los de
la ofrenda del locus 97 descritos en el capítulo 7
(Figura 10.12).
Estólicas
Hemos registrado tres fragmentos, todos ubicados
en la Capa E. Equivalen a 4,84 % de los artefactos
botánicos. Estas se hicieron a partir de tallos, dos
de ellos de algodón y uno de caña brava.
Figura 10.12. Dos de las estólicas a base de Figura 10.15. Fragmento de mate pirograbado
material botánico ubicadas en la capa E. con un diseño complejo ubicado en la capa G.
192 Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
Peine
Hemos registrado solo un artefacto denomiando
comúnmente en la literatura como “peine”. Se tra-
taría de un artefacto empleado en las actividades
de textilería. Fue hallado en la capa E y equivale a
1,61 % de los artefactos botánicos. Este consiste
en dos tablillas envueltas con hilos, en cuya parte
media se incrustaron 20 espinas pequeñas.
Figura 10.18. Placa de madera pintada
encontrada en la capa E.
22 En algunos casos, los materiales se hallaban mexclados con tierra y rocas perqueñas.
194 Paolo Zorogastúa, Mary Ávila y Terrah Jones
de concha de caracol que posiblemente podría ser descarnadura de los trozos para su preparación y
Filifusus filamentosus. La mayoría de las especies consumo humano.
identificadas en el Cerro de Gentil corresponden En cuanto a las demás especies identificadas,
a especies marinas, con la excepción de unos po- estás se encuentran en un contexto diferente. En
cos univalvos pequeños de agua dulce. Natural- el caso del Psilopsiagon aurifrons este pudo haber
mente fenómenos posdeposicionales podrían ser sido algún tipo de ofrenda, debido al estado de
la causa de la introducción de estas pocas excep- conservación de sus restos óseos y parte del plu-
ciones. Finalmente, un dato resaltante es que el maje; y debido también a que este ha sido el único
Semimytilus algosus o “chorito negro” es la especie ejemplar encontrado de esta especie. Por otra par-
más prevalente recuperada en Cerro de Gentil, en te, el caso de Cavia Porcellus o “cuy”, se registró
un 67% (962 restos). Esto puede indicar que dicha en una ofrenda dentro de un contexto funerario
especie podría haber sido un alimento importan- Locus 247 (ver capítulo 8), lo cual nos permitió
te, ya sea en contextos cotidianos o como recurso mantener el ejemplar con gran parte de su estruc-
de prácticas rituales, como los festines (Tantaleán tura ósea. Este individuo aún conservaba su pelaje
et al. 2016). original en la zona del cráneo, lo cual nos indica
Los especímenes zooarqueológicos que se que, al momento del depósito de la ofrenda, esta
han analizado forman parte un universo reduci- no se encontraba cocinado o procesado.
do debido a la discriminación que se realizó para La presencia de Otaria flavesnces o “lobo ma-
poder determinar la muestra, que se redujo a un rino chusco” evidencia que hubo transporte de
universo de 270 restos óseos. Las especies que se alimentos de la zona baja del valle, cercana al mar,
pudieron identificar son escasas, habiendo un to- hasta el valle medio, pudiendo haberse desarrolla-
tal identificable de solo seis especies, siendo las do un intercambio y transporte de productos has-
más representativas el Canis lupus familiaris y la ta dicha zona, donde se encuentra el sitio Cerro
Lama sp. Asimismo, la mayor concentración de del Gentil.
restos óseos se dió en la Capa E, con 140 ítems Si bien la gran mayoría de los especímenes
que equivalen al 51,85 % del total de la muestra. corresponden a restos óseos, existe una minoría
En cuanto a la especie Canis lupus familiaris dentro de la muestra que está compuesta por plu-
o “perro doméstico”, la mayor concentración de mas. Dentro de las especies de aves que se han
restos óseos del mismo se encontró en la Capa podido identificar tentativamente, resalta la pre-
E. Los especímenes recolectados se encuentraron sencia de tres especies pertenecientes a la familia
en gran parte completos y sin huellas de cortes o Psittacidae o loros. Dentro de esta familia tene-
marcas relacionadas a algún tipo del consumo, lo mos al Psiolpsiagon aurifrons, Aratinga sp. y Ama-
que podría descartarlo como una fuente impor- zona sp. Si bien, las dos primeras especies pueden
tante de carne para alimentación humana. ser encontradas en estado salvaje en la zona, en
Sin embargo, si nos referimos a la especie el caso del Amazona sp., esta especie solo reside
Lama sp o “camélido doméstico”, (a la cual co- en los ríos de la cuenca del Amazonas, siendo su
rresponde la mayor concentración de restos óseos presencia un posible indicador de intercambio
encontrados en la Capa E), a diferencia del perro entre diferentes regiones geográficas. En el caso
doméstico, los especímenes óseos recuperados se de la otra especie de ave identificada, el Accipiter
encuentran, en su gran mayoría, fragmentados sp., su hábitat comprende la zona en donde se han
y con huellas de cortes. Asímismo, encontramos recolectado los especímenes.
huellas de marcas de dientes de carnívoros. Las Sobre los artefactos registrados, podemos
dos primeras evidencias (marcas de corte y frac- mencionar que fueron, en su mayoría, de uso uti-
turas) nos pueden hacer referencia al consumo de litario, respondiendo a diferentes necesidades y
la carne de esta especie. En el caso de las fracturas diferentes rubros como lo son la textilería (pushca
posmortem, se podrían deber a la acción de des- y “peine”), la actividad de depósito y transporte
cuartizamiento para el transporte o el consumo de (mates y cestas), caza (estólicas) y pesca (si es que
las presas sacrificadas. Al igual que las fracturas, los conos de madera fueron para redes otra de las
las marcas sobre los huesos nos indica la acción de posibilidades aparte de la de ser tapones de bo-
Capítulo 10: Consumo alimenticio y ritual en Cerro del Gentil 195
tellas). Las camillas se utilizaron como soporte o de actividades (ofrendas y contextos funerarios)
“piso” de las diferentes ofrendas, las que incluye- (Tantaleán et al. 2016). Nuestras hipótesis sobre
ron contextos funerarios. el desarrollo de festines dentro del macroevento
En casos más puntuales, registramos la pre- de enterramiento ritual, cobra fuerza al comparar
sencia de los artefactos de madera como un “co- los datos alimenticios presentados en este capí-
lador”; instrumento que pudo haber sido usado tulo, con los datos obtenidos en el análisis de ce-
para la producción de chicha. También resalta rámica en el mismo contexto (ver capítulo 6). Si
la presencia de tabletas de madera cubiertas con bien es cierto, el análisis de los restos de alimentos
arcilla y pintadas, las cuales tienen una función se centra principalmente en dos capas (Capa H
desconocida, aunque pudieron tener una natura- y Capa E [ésta última siendo la capa con mayor
leza suntuaria debido a la excepcionalidad en su densidad de material y mejor registrada]), debe-
presencia en los contextos excavados. mos decir que de igual manera se pudo observar
Los artefactos óseos posiblemente hayan ejer- la presencia importante de este tipo de material en
cido un rol para el consumo de sustancias alu- las demás capas (en menor densidad). Esto suge-
cinógenas o narcóticas (huesos pulidos con ori- riría que uno de los eventos constantes durante el
ficios), aunque también se hayan desempeñado proceso de enterramiento del patio hundido, fue
como parte o partes de instrumentos musicales. el de consumo de alimentos. Este aspecto puede
Sin embargo, la fragmentación de los mismos di- ser entendido dentro de la literatura arqueológica
ficulta determinar su función. de festines, como un mecanismo para la movili-
Un apunte importante es que el “medallón” zación de mano de obra, aunque claramente tie-
hallado podría haber formado parte del atuen- ne un trasfondo más complejo en el entramado
do de un miembro de le élite del sitio Cerro del de las relaciones sociales (y relaciones de poder)
Gentil. Se trata de un bien suntuario, ya que las entre los invitados y los auspiciantes (Dietler y
plumas pertenecen a la especie Aratinga wagleri o Hayden 2001). Finalmente, si bien, aún estamos
loro de cabeza roja, la cual es endémica de la zona lejos de detallar muchas de las características for-
de Tumbes. males de este macroevento, la interpretación de
La naturaleza de estos materiales nos sugiere los datos presentados en este capítulo nos ayuda a
que el contexto del enterramiento del patio hun- sustentar y entender que la actividad de consumo
dido en Cerro del Gentil implicó diferentes even- de alimentos en Cerro del Gentil fue fundamen-
tos que estuvieron relacionados tanto con la pro- tal dentro del rito de clausura del patio hundido y
ducción y consumo de alimentos; así como con la de igual manera, fue el mecanismo principal que
producción de artefactos para su uso en otro tipo permitió el desarrollo y éxito del evento.
Capítulo 11
L
a historia de ocupación del sitio de Cerro lo, identificando 165 fragmentos asociados a una
del Gentil de ninguna manera acabó con el estructura arquitectónica Topará (muro orienta-
abandono del sitio al final de la ocupación do en eje norte-sur, a base de adobes “odontifor-
Paracas. Por el contrario, el sitio siguió siendo re- mes”), el cual se excavó mediante la metodología
levante para varias sociedades humanas, las cua- correspondiente del proyecto. Al respecto, se ha
les impactaron en el sitio de diversas maneras e propuesto que durante este periodo pos-Paracas y
intensidades. Las investigaciones del Programa asociados a la cerámica Topará, los adobes tienen
Arqueológico Chincha (PACH) han revelado la una forma “odontiforme”, los cuales son más alar-
presencia de cerámica y arquitectura pos-Paracas gados que durante las fases Cavernas (Canziani
asociadas a los edificios principales de los grupos 1992; Menzel 1971; Velarde 1999).
sociales manifestados en los estilos cerámicos co- Por otro lado, el estilo Carmen (Pérez et al.
nocidos como Topará y Carmen. 2015), también fue reconocido por Wallace en base
El estilo cerámico Topará se encontró distri- a sus prospecciones en el valle de Chincha. Si bien,
buido entre los valles de Pisco, Chincha y Cañete, Wallace utiliza el término “fase Carmen” (Wallace
a la cual se le han asociado cinco fases (Wallace 1959) siguiendo con su objetivo de establecer una
1986; Menzel 1971; Velarde 1999). Desde un ini- secuencia cerámica en los valles de Chincha y Pisco,
cio, los investigadores advirtieron la cerámica di- como señalan posteriormente otros autores, mu-
fiere del estilo Paracas (Paracas Cavernas) y que chas de estas fases conviven en el tiempo, perdien-
pertenecería a un estilo posterior. Sin embargo, do su capacidad cronológica secuencial (Peters,
este estilo también sería parte de la continuación 1997; Castro-Martínez et al., 2009). En todo caso,
cultural de la primera. Por otro lado, son Lanning esta cerámica también formó parte de nuestros ha-
y Wallace los que utilizan el nombre de Topa- llazgos de materiales pos-Paracas, encontrándose
rá para este estilo, sobre la base de los hallazgos tanto en Cerro de Gentil como en Pampa del Gen-
realizados en el sitio de Jahuay en la quebrada til (Pérez et al. 2015). Las evidencias de la presencia
de Topará, ubicada al norte del valle de Chincha. de la cerámica Carmen se hallaron superpuestas a
Nuestras investigaciones en Cerro del Gentil, la ocupación Topará y Paracas apoyando la idea de
aportan nuevo material cerámico para dicho esti- una relativa continuidad en las ocupaciones de am-
197
198 Abel Fernández, Kelita Pérez y José Tumbalobos
bos sitios arqueológicos. La cerámica Carmen está Lanning (1960) señala que en lo referente a los
caracterizada, por lo general, por cuencos, platos y periodos cerámicos iniciales en Cañete – Topará
tazones que tienen un diseño de fondo negro y por no se conocía nada hasta que en agosto de 1956
estar decorados con líneas diagonales de color rojo Donald Lathrap y Edward Lanning descubrieron
y blanco en los exteriores de la vasija, aunque tam- el sitio de Jahuay. En octubre de 1956 se excavó el
bién existen casos en el interior. Las características sitio, definiendo y aislando las primeras tres fases
de esta cerámica estarían influenciadas, según Wa- (Jahuay 1, 2, 3) por primera vez. A finales de 1957,
llace, por el estilo Nazca 3. Louis Stumer realizó una prospección en el valle
Nuestras investigaciones, sintetizadas en este de Cañete, identificando fragmentos Topará en el
capítulo incorporan materiales de excavaciones sitio de La Quebrada. Wallace excavó en este si-
estratigráficas y controladas según la metodología tio, definiendo una secuencia estratigráfica de tres
del proyecto. El aporte que se desarrollará en este fases que coinciden con la secuencia establecida
apartado es, sin duda, un aporte sobre los estilos para el sitio de Jahuay (Lanning 1960: 390).
cerámicos pos-Paracas poco conocidos en el va- En referencia a la Quebrada de Topará, Lan-
lle de Chincha. Por otro lado, se puede notar que, ning realizó tres pozos de cateo; el primero de 6 x
cuando ha sido posible, tanto el análisis, cuanti- 1 m, el segundo fue una ampliación de un metro
ficación y descripción de nuestro material se ha al este, donde encontró las fases Jahuay 1 y Jahuay
realizado con el mayor rigor posible, establecien- 2, y un tercer pozo de cateo de 2 m2 donde se en-
do cuadros por porcentajes y gráficos adecuados. contró Jahuay 3 (Velarde 1999: 68).
Con esto esperamos contribuir a la poca investi- En total se identificaron 25 estratos de los
gación en este valle sobre este periodo. cuales (estratos 1-8) yacían encima de la pared de
una vivienda. Los fragmentos de cerámica Jahuay
La ocupación humana vinculada 1 son diferentes por el material procedente de los
al estilo Topará niveles 12 a 25 del primer pozo de cateo, Jahuay 2
corresponde a los niveles 1 al 11 y Jahuay 3 por la
INVESTIGACIONES PRECEDENTES SOBRE pequeña muestra del pozo 3 (Lanning 1960: 395,
EL ESTILO TOPARÁ 398).
Ann Peters (1997) indica que el término Topará En Jahuay 1, la mayoría de los fragmentos
fue aplicado por primera vez a un conjunto de ar- son ollas gruesas con labios redondeados, donde
tefactos de varios niveles diferentes en las excava- cerca de la mitad presentan un ligero reborde en
ciones de Edward Lanning realizadas en el sitio el interior del labio. También son frecuentes las
de Jahuay, en la boca de la Quebrada Topará; y cerámicas finas, casi siempre de paredes delgadas
a cerámica similar encontrada por Wallace en los elaboradas en un horno abierto con cocción oxi-
valles de Pisco, Chincha y Cañete. Estos materia- dante. Se muestra una variedad de tipos: cerámica
les fueron agrupados bajo el nombre de “Tradi- naranja, cerámica marrón, cerámica naranja con
ción Topará”, debido a que compartían un número superficie marrón oscuro, marrón oscuro con su-
de rasgos que los distinguían de la cerámica del perficie bruñido, cerámica fina con engobe blanco
estilo Paracas Cavernas. y rojo. Con relación a las formas de la cerámica,
Es importante mencionar que esta “tradición incluyen tres tipos de cuencos de color naranja
cerámica” está compuesta por cinco fases sucesi- fino; plato poco profundo de fondo redondeado
vas: Jahuay 1, Jahuay 2, Jahuay 3, Chongos y Cam- con paredes de forma curvada; cuenco profundo,
pana (Wallace 1986; Menzel 1971). Como señala ligeramente acampanado con lados convexas o
Velarde (1999: 67): “Las tres primeras fases fueron rectas; y cuencos curvados, cerrados. La cerámi-
identificadas por Lanning (Ms), en la desemboca- ca fina de Jahuay 1 está casi limitada a ralladores
dura al mar de la Quebrada Topara en el paradero en el interior de la vasija cerámica. Los ralladores
llamado Jahuay, a unos 15 kilómetros al norte de suelen combinar puntos con líneas incisas, a veces
Chincha Alta. Las dos últimas fases fueron identifi- en forma de estrella. Las líneas incisas son am-
cadas por Wallace en los valles de Pisco y Chincha plias y profundas a diferencia de los ralladores en
respectivamente.” Ica-Paracas. Alguno de los ralladores, presentan
Capítulo 11: Las ocupaciones Topara y Carmen de Cerro del Gentil 199
un engobe rojo al interior de la cerámica. Estos fue encontrado y asociado a la fase posterior de
ralladores presentan formas de cuencos con lados Chongos, llegando a influenciar hasta la costa sur
convexos de paredes gruesas; y platos de base re- difundiendo una gran cantidad de rasgos estilís-
dondeada. Finalmente, para esta fase se observa ticos.
también una decoración de cepillado en la super- Posteriormente a Jahuay 3, aparece otra fase
ficie externa (Lanning 1960: 399, 400, 401). denominada bajo el nombre de Chongos, debido
En Jahuay 2, la decoración con cepillado y a un sitio investigado en el valle de Pisco (PV 58-
bandas con engobe rojo en ralladores desapa- 29) (Menzel 1971; Wallace 1971; Velarde 1999):
recen. Pero, por lo demás, todas las cerámicas
Jahuay 1, formas de vasija y tipos de decoración “La cerámica Chongos se caracteriza por su mono-
se mantienen. Se muestra una variedad de tipos; cromía, a diferencia de la contemporánea Nazca,
los bordes en ollas, ahora tienen un ligero reborde y por la aparición frecuente de un tipo de cerámica
en la parte exterior del labio; las cerámicas finas anaranjado fino (Menzel ibid:116). Este tipo de va-
incluyen cuencos finos con cintura constreñida; sija presenta a veces una decoloración violácea en su
aparecen tazones de paredes delgadas de forma superficie, probablemente intencional, debido a un
acampanada con lados convexos y borde everti- control en la atmosfera durante la cocción de la va-
dos; cuencos naranjas finos o marrones con negro sija (ibíd.). Otro rasgo característico es la aparición
bruñido en el interior. En general, Jahuay 2 difiere de cuencos con paredes poco altas, ángulo basal y
de Jahuay 1 sólo en su falta de bandas con engobe base redondeada un poco profunda; a las botellas en
rojo en el borde de los ralladores. Sin embargo, es- forma de calabaza y con engobe blanco se les agrega
tos presentan una línea incisa profunda alrededor una repisa o plataforma a la base de los picos; las
del interior del borde, lo que sugiere la influencia ollas presentan ahora un labio proyectado; al inte-
del estilo San Pablo. La decoración incisa interna rior de los cuencos negros pueden aparecer diseños
se produce en grandes cantidades, contrariamen- bruñidos de líneas paralelas, o entrecruzadas o cur-
te a tiestos con diseños externos, de los cuales los vilíneos” (Velarde 1999: 68).
más importantes son el patrón bruñido y la pin-
tura bícroma. Esta última se hace en blanco sobre Finalmente, dentro de la secuencia de las fases
rojo, blanco sobre naranja natural, rojo sobre na- cerámicas correpondientes a la “Tradición Topa-
ranja natural y rojo sobre blanco. El único diseño rá” tenemos a la fase Campana. Según Leonid Ve-
en común es una franja ancha pintada en la parte larde (1999: 68):
superior de la vasija, y en la base del cuello. Los
diseños con bruñido son frecuentes en platos de “Wallace definió la fase final de la tradición Topará
base redondeada y cuencos profundos acampana- en base a un estilo cerámico que él llamo Campana
dos. Finalmente, se aprecia la existencia de la re- (Menzel 1971:120), y que fue encontrado en el valle
presentación de formas modeladas que incluyen de Pisco y en Chincha, principalmente en la Huaca
tiestos con cola de pájaros (en botellas) (Lanning La Campana (PV 57-51), pero mezclado con San
1960: 402, 403). Pablo, Jahuay y Chongos (ibid). Este estilo cerámi-
La muestra de cerámica de la fase Jahuay 3 es co se caracteriza por unos cuencos con paredes más
mínima. Afortunadamente, las excavaciones de gruesas que durante chongos, los labios planos y un
Wallace en la Quebrada en Cañete, lograron aislar alinea negra en el labio; en algunos casos existe la
a la fase Jahuay 3 de la fase Jahuay 2. Los rallado- innovación de un baño morado en el interior y uno
res y la cerámica con incisión fina están totalmen- negro al exterior; ya no existe ni la decoración bru-
te ausentes al igual que los tiestos modelados. La ñida ni los interiores negros”.
mayoría de las formas de las vasijas se siguieron
utilizando, sin embargo, los cuencos de paredes Luego de esta breve síntesis de lo conocido
gruesas ahora están completamente ausentes. Las sobre la “Tradición Topará” y, en especial de las
cerámicas con diseños de bruñido interno, con- Fases Topará y Campana, pasaremos a describir
tinuan desde Jahuay 2 (Lanning 1960: 403). Por los hallazgos relacionados a estas fases cerámicas
su parte, Velarde (1999: 68) señala que Jahuay 3 encontrados en el sitio de Cerro del Gentil.
200 Abel Fernández, Kelita Pérez y José Tumbalobos
Figura 11.1. Plano del sitio Cerro del Gentil. En rojo, dentro de
las unidades 43, 44, 52 y 54 se aprecia el muro Topará en mención.
FOGÓN TOPARA (LOCUS RASGO 325) que presentaban huellas de quema; presencia de
Asociado al muro y piso Topará ubicado dentro restos de carbón de grandes dimensiones; restos
y al norte de la Unidad 52 (Figura 11.3). El ma- malacológicos y botánicos en menor proporción.
terial constructivo consistió en tres piedras, con A 16 centímetros de profundidad, se puedo obser-
una forma cuadrangular de esquinas ovaladas, de var claramente el muro este con huellas de quema.
una medida de 80 x 70 cm y una profundidad de En importante mencionar esta particularidad, ya
30 cm, dispuestas en triángulo (Figura 11.4). En que por encima de esta se encuentran adobes Car-
el interior del fogón se identificó gran cantidad de men sin huellas de quema. Finalmente, en la base
material cultural; entre ellas tres adobes Topará del fogón se encontró dos piedras grandes de río
Chongos, por lo menos, la piedra fue utilizada Tabla 11.5. Adobes Topará expuestos en el
para las paredes de los edificios. Hasta cierto pun- muro y analizados
to, su uso puede haberse restringido a las bases
de las paredes. De igual manera, este material se ADOBES EXPUESTOS EN EL MURO
ha encontrado asociado al sitio de Los Patos en el Nro. de
Unidad Largo (cm) Ancho (cm)
adobe
valle de Cañete (Wallace 1963 [en Wallace 1986:
1 44 22 13
35]). Ha de resaltarse que dichos sitios se encuen-
2 44 24 13
tran ubicados en el fondo del valle, donde la pie-
3 44 23 12
dra se encuentra fácilmente e y que, por otro lado,
el agua para la elaboración de adobes resulta ser 4 44 21 13
un recurso escaso. 5 44 21 13
Para el caso del sitio Cerro del Gentil, después 6 44 21 13
de concluida la excavación de las tres unidades 7 44 21 12
en el montículo alto de la edificación piramidal 8 44 18 11
(correspondiente a la ocupación Topará), se dejó 9 43 23 13
expuesto aproximadamente seis metros de muro 10 43 21 13
con orientación norte-sur. Dentro de este muro se 11 43 13 15
pudo apreciar claramente veinte adobes expuestos 12 43 19 11
en su posición original, por lo cual se pudo obte- 13 43 24 13
ner algunos datos respecto a las medidas de las
14 43 23 14
bases de los mismos. Al respecto, es importante
15 Excavación 2012 23 14
anotar a que las bases pueden ser apreciadas, ya
16 Excavación 2012 22 12
que los adobes fueron colocados en posición ho-
17 Excavación 2012 21 12
rizontal con la base hacia la cara del muro. Esto
permitió tomar medidas del ancho y largo de los 18 Excavación 2012 22 13
vasija, pero no menor a un 1/3 de esta. Se registra- Esta forma es poco recurrente, aunque igual-
ron cinco tipos: mente son vasijas finas de paredes delgadas, elabo-
radas a través de la cocción oxidante en un horno
Tazón A abierto. Para la única muestra registrada, la super-
Tazones de paredes rectas o ligeramente diver- ficie es monócroma y sin diseño, presentando una
gentes, donde la transición del cuerpo a la base superficie de color negro (posiblemente generado
es relativamente clara. El diámetro de la boca no por la técnica de ahumado). Igualmente, en esta
supera los 20 cm. vasija se aplicó la técnica de pulido como acabado
Estas formas son poco recurrentes. Entre es- superficial.
tos destaca una relativa homogeneidad, presen-
tando un acabado fino. Fueron elaboradas igual- Tazón E
mente en un horno abierto por medio de cocción Tazón de terminación ligeramente cerrada con
oxidante. Estas formas suelen ser monócromas y paredes divergentes. La transición entre el cuerpo
sin diseño. Suelen distinguirse en superficie un y la base es totalmente marcada. El diámetro de la
acabado (engobe) de colores marrón fuerte, ana- boca no supera los 20 cm.
ranjado rojizo, anaranjado oscuro, marrón rojizo, Esta forma es poco recurrente, aunque igual-
entre otros. Igualmente, en estas vasijas se aplicó mente se trata de vasijas finas de paredes delgadas,
la técnica de pulido como acabado superficial. elaboradas a través de la cocción oxidante en un
horno abierto. Para la única muestra registrada,
Tazón B la superficie es monócroma y sin diseño, presen-
Tazones de paredes convexas donde la transición tando una superficie de color marrón (producto
entre la pared y la base no es clara. El diámetro de de engobe). Igualmente, en esta vasija se aplicó la
la boca no supera los 20 cm. técnica de pulido como acabado superficial.
Tienen formas poco recurrentes, sin embar-
go igualmente presentan un acabado fino con Botella
paredes delgadas. Estas vasijas fueron elaboradas Vasijas cerradas con cuello divergente y, proba-
en un horno abierto, mediente cocción oxidante. blemente, con cuerpo globular. Es probable que la
Esta forma está asociada, al igual que en el caso de transición del cuello al cuerpo sea marcada. Pre-
los cuencos, a la variante Chongos Blackware (ver senta un diámetro de 4 cm.
“Cuencos” en este mismo apartado). Esta forma es poco recurrente, aunque igual-
mente son vasijas finas de paredes delgadas, ela-
Tazón C boradas a través de la cocción oxidante en un hor-
Tazón de terminación recta y paredes semirectas no abierto. Para las tres muestras registradas, la
donde la transición del cuerpo a la base no es cla- superficie fue monócroma y sin diseño, presenta
ra. El diámetro de la boca no supera los 20 cm. una superficie de color negro (posiblemente ge-
Son unas formas poco recurrentes, sin embar- nerado por la técnica de ahumado). Igualmente,
go igualmente presentan un acabado fino con pa- en esta vasija se aplicó la técnica de pulido como
redes delgadas. Estas vasijas fueron elaboradas en acabado superficial.
un horno abierto, mediente cocción oxidante. De
igual manera al caso anterior, esta forma está aso- Ocupación humana
ciada a la variante Chongos Blackware (ver “Cuen- vinculada al estilo Carmen
cos” en este mismo apartado).
Carmen es la ocupación que sucede a la Topará y
Tazón D está definida por un estilo cerámico y patrón ar-
Tazón en forma de calabaza la cual presenta dos quitectónico particular. Es por ello que nuestras
curvaturas continuas y convexas unidas en la mi- investigaciones se centran en los sitios arqueoló-
tad del cuerpo. La transición del cuerpo a la base gicos denominados “Cerro del Gentil” y “Pampa
no es clara. El diámetro de la boca no supera los del Gentil”. En este caso, principalmente, descri-
15 cm. biremos nuestros hallazgos realizados en lo que
Capítulo 11: Las ocupaciones Topara y Carmen de Cerro del Gentil 207
Figura 11.7. a-e) Reconstrucción de cuencos del tipo Chongos Blackware; f) pico de botella.
Capítulo 11: Las ocupaciones Topara y Carmen de Cerro del Gentil 209
Figura 11.10. Reconstrucción de platos y platos fuentes. a-b) Platos fuentes; c-g) Platos.
212 Abel Fernández, Kelita Pérez y José Tumbalobos
hemos denominado el Sector B del sitio Cerro del el grupo social que utilizó la cerámica denomina-
Gentil y el Pequeño Montículo del sitio Pampa de da Carmen (Wallace 1959; Velarde 2006) re-ocu-
Gentil, el cual, desde nuestro punto de vista, es un pó el espacio social producido originalmente en el
conjunto doméstico asociado al estilo o fase Car- periodo Paracas y asociado directamente al sector
men perteneciente al periodo de los Desarrollos A o Edificio 1, en Cerro de Gentil, la cual tiene
Regionales Tempranos (200 a.C - 600 d.C.). claras evidencias de ocupación desde el perio-
El área donde se encuentra el Sector B del sitio do denominado “Formativo Superior” (800 - 200
arqueológico Cerro del Gentil, excavado en 2012, a.C.)
presenta estructuras arquitectónicas simples he-
chas con piedra de campo y barro y gran canti- ANTECEDENTES SOBRE
dad de desechos, especialmente cerámica de tipo LA OCUPACIÓN CARMEN
y uso doméstico asociados con los pisos y muros La cerámica Carmen es conocida a través de un
excavados. Por todo ello, se ha inferido que este conjunto de materiales que generalmente han sido
sector sirvió como espacio doméstico asociado a relacionados con las fases de la cerámica Nasca 3
una variedad de fragmentos de cerámica (Pérez et y 4 (Silverman y Proulx 2002: 251; Proulx 2006:
al. 2015, ver capítulo 4 en este libro). Por otra par- 197). Ha de mencionarse que la cronología abso-
te, en el proceso de excavación del pequeño mon- luta perteneciente a Nasca Fase 3 se consiguió a
tículo de Pampa de Gentil, se registró un muro través de una muestra asociada a un contexto de
de material constructivo Carmen asociado con entierro en Cahuachi (Muestra L-335G, N-4, En-
gran cantidad de fragmentos del estilo cerámico tierro de Cahuachi 39) (Strong 1957: 46).
Carmen, con diseños geométricos, así como frag- Asimismo, Nasca como estilo es derivado de
mentos que refieren a vasijas de uso doméstico, los trabajos pioneros de Max Uhle (1924) reali-
con volutas en el tercio medio de las ollas. zados en los años 1900 y 1905, auspiciado por la
Viendo esta ocupación como parte de un pro- Universidad de California, enfocados en el área
ceso histórico más largo y profundo en el tiempo, de Chincha, y más tarde en Nasca y Palpa. La
Figura 11.12. Plano de Pampa del Gentil elaborado por Leonid Velarde.
Se resaltan sus unidades de excavación.
Figura 11.14. Muro de adobes Carmen en el montículo pequeño de Pampa del Gentil.
trascendencia y continuidad del trabajo de Uhle Chincha (PV.57-64) [Pampa del Gentil], y frag-
se ve reflejada en las posteriores publicaciones de mentos procedentes de La Quebrada en Cañete. Él
Alfred Kroeber (1926), William Duncan Strong distingue la variante de Chincha y Cañete con el
(1957), Donald Proulx (1968, 2006, 2008) y Helai- nombre de Carmen, y la variante de Pisco como
ne Silverman (1984, 1985, 2002), entre otros. Dos Palmas. También encontró restos de cerámi-
Es en el año 1957, con el proyecto de inves- ca Carmen en once sitios adicionales del valle de
tigación auspiciado por el programa Fullbright, Chincha y restos de cerámica tipo Dos Palmas en
cuando Wallace realiza estudios en el valle de seis asentamientos adicionales del valle de Pisco.”
Chincha, Ica, Cañete, Mala y Asia. En el año 1959 El mismo Wallace (1959: 21) describe la cerá-
llegan más aportes y se logra identificar y carac- mica Carmen de la siguiente manera: “El rasgo más
terizar la cerámica Carmen en las localidades de característico son líneas diagonales de color rojo y
Chincha y Cañete (Wallace 1959). Wallace nos se- blanco, alternadas en una base negra en los exterio-
ñala al respecto, que en el Intermedio Temprano res de un plato con paredes en ángulo, bajas [gam-
se reconoce la influencia del prestigio de la zona breled]”. Señalando que los cuencos son los que
de Ica–Nasca en el valle de Cañete, Chincha y Pis- presentan más diseños, siendo estos recurrentes.
co, lo cual demuestra variantes muy cercanas rela- Por otra parte, Menzel (1971: 122) basado en
cionadas al estilo Nasca 3 de Ica y Nasca. los trabajos de Wallace, señala que “…hay cuen-
Siguiendo a Wallace, es interesante notar que cos proporcionalmente bajos, de poca profundidad
las influencias de Nasca 3 aparecen tanto en la for- y con el diseño principal en el interior, al mismo
ma como en el diseño de las vasijas en los valles tiempo que se encuentran otros de lado más alto
de Chincha y Cañete. Según Menzel (1971: 122): con la decoración en el exterior”. Y con respec-
“Wallace identificó los estilos en los yacimientos to a la variedad de colores: “Mientras los colores
de Dos Palmas en Pisco (PV.58-3), El Carmen en más comunes en el estilo Carmen son los fondos
Capítulo 11: Las ocupaciones Topara y Carmen de Cerro del Gentil 215
negros o rojos y rayas rojas y blancas sobre negro, das), vasos y ollas. En las ollas, Wallace encontró
Wallace coloca otros en orden descendentes según una decoración de protuberancias sobre el tercio
la frecuencia con que aparecen y que son: morado superior del cuerpo y estas ollas presentan, por lo
naranja, amarillo y gris” (Menzel 1971: 122-123). general, un labio reforzado, asociado solamente al
Adicionalmente, asociados a los colores negros, estilo Carmen. Las vasijas abiertas (los cuencos,
morados y gris, en la cerámica Carmen se obser- vasos e, incluso, los boles) están todos decorados
van pigmentos con partículas plateadas similares polícromamente y, por sus acabados, podríamos
a los de la cerámica Nasca. llamarla vajilla fina (Velarde 1998).
Menzel (1971: 123), basándose en Dawson se- Fuera del área Carmen en Chincha, Helaine
ñala que los pigmentos iridiscentes y luminosos Silverman (1997) trabajó en el sitio Alto del Mo-
tienen su origen en el estilo Nasca 3. Estas carac- lino en valle bajo de Pisco. El sitio presenta ocu-
terísticas también se encuentran presentes en la paciones de la fase Chongos (Periodo Interme-
cerámica encontrada en el valle de Chincha. De dio Temprano 1) y Carmen. Por otra parte, en el
igual manera es importante notar que dichos pig- mismo valle de Pisco, Ann Peters (1997: 553-558)
mentos desaparecen cuando la cerámica Carmen reconoce la presencia de la cerámica Carmen den-
deja de producirse. tro de sus excavaciones en Pachinga.
Veinte años después de estos primeros apor- Finalmente, en cuanto a los fechados para la
tes sobre la cerámica Carmen, la discusión sobre fase Carmen, debemos decir que hasta el momen-
este tema vuelve a reaparecer con Leonid Velarde to no se poseen fechados absolutos tanto para la
(1993: 58). Velarde delimita el área donde apare- ocupación Carmen en Pisco como en Chincha.
ce tal estilo, restringiendo su presencia al margen Solo quedan las investigaciones arriba menciona-
izquierdo del valle de Chincha, alejado a 22 kiló- das que los asocian a Nasca Fase 3 y 4, colocando
metros del mar. Además, que realza la ocupación a la fase Carmen entre los años 200 y 400 d.C.,
Carmen e identifica 39 sitios con elementos ca- cronológicamente posterior al establecido por
racterísticos Carmen, pero anuncia que ocho de Wallace (Pérez et al. 2015)
los sitios requieren confirmación de trabajo de
campo. Materiales vinculados a la
Ya para el año 1999 Velarde afirma que la ocupación Carmen
cerámica Carmen se diferencia definitivamente
del estilo cerámico Nasca. Diferenciándolo de su Nuestras investigaciones, como se ha menciona-
tratamiento iconográfico de las Fases Nasca 3 y 4 do, se enfocaron en dos sitios: Cerro de Gentil y
que son bastante naturalistas (peces, aves, frutos, Pampa del Gentil. En las excavaciones del sector
etc.) y míticos (también ver Proulx 2006). Además B del sitio de Cerro de Gentil, solo se analizaron
de encontrar una notable diferencia con el estilo los fragmentos diagnósticos que sumaron 138
Nasca. Esta diferencia según Velarde (1999: 70) items (Pérez 2012). La mayoría de estos fragmen-
se encuentra en la decoración, por lo cual propo- tos procedían de los pisos y áreas con arquitec-
ne un estilo local nuevo e independiente al estilo tura asociada, conjuntamente a gran cantidad de
cerámico Nasca. En un trabajo posterior, Velarde restos botánicos como maíz, carbón, frejol y maní
(2006: 171) define de la siguiente manera la cerá- (Pérez 2012).
mica estilo-fase Carmen: “A grandes rasgos pode- Las excavaciones en el pequeño montículo de
mos decir que esta fase se define principalmente por Pampa del Gentil, arrojaron una totalidad de 250
un tipo de decoración, que aparece sobre el exterior fragmentos, de los cuales solo se analizaron 110
de cuencos abiertos, que consiste en líneas diagona- fragmentos diagnósticos. Todos estos fragmentos
les rojo y blanco sobre fondo negro. En el interior, se encontraban asociados a un muro hecho de
sobre el fondo de la vasija, puede haber un panel adobes semiesféricos con restos de basura domés-
circular con motivos abstractos todo generalmente tica (Figura 11.14). La Figura 11.15 presenta deta-
sobre rojo o negro”. lladamente las características y cantidades de los
Otras formas de cerámica características del fragmentos de cerámica según el estilo en Cerro
estilo Carmen son unos boles (vasijas semicerra- del Gentil y en Pampa del Gentil.
216 Abel Fernández, Kelita Pérez y José Tumbalobos
Figura 11.15. Cantidad y porcentaje de los fragmentos de cerámica según el estilo (Carmen, Campa-
na) en Cerro del Gentil y Pampa del Gentil.
Tabla 11.6. Estilos cerámicos post-Paracas registrados en dos sitios del valle.
Estilo
Sitios Total
Campana Carmen Otros No diagnóstico
Figura 11.16. Cantidad y porcentaje de los fragmentos de cerámica según su forma en Pampa del
Gentil y Cerro del Gentil.
Capítulo 11: Las ocupaciones Topara y Carmen de Cerro del Gentil 217
Por otra parte, los cuencos cerrados, son for- contorno de la cerámica. El diseño presenta líneas
mas recurrentes en el estilo Carmen, con dise- paralelas y diagonales blancas y rojas, (2 a 3 mm
ños en la parte externa. Estos son colocados en de espesor) que se orientan de derecha a izquier-
la parte superior y central del cuerpo de la vasija, da, iniciándose en el límite inferior de la banda
delimitados por bandas blancas horizontales de blanca, sobre un fondo negro. En todos los casos
2 a 3 mm de espesor, las cuales recorren todo el observados, resalta el color anaranjado.
Figura 11.18. Reconstrucción de cuencos cerrados de estilo Carmen sobre la base de fragmentos.
Estaban asociados al muro del pequeño montículo de Pampa del Gentil.
Capítulo 11: Las ocupaciones Topara y Carmen de Cerro del Gentil 219
Finalmente, si bien, los cántaros y las ollas son Además, también encontramos técnicas de pulido
las formas más recurrentes, estas no suelen presen- y bruñido como acabados de superficies en vasijas.
tar decoración. En casi todos los fragmentos de las Por otra parte, la cocción más común en la
ollas se encontró marcas de hollín en la parte ex- muestra investigada fue la de tipo oxidante.
terna del cuerpo. Esto se debe a que dichas vasijas Así, sobre base en nuestras investigaciones en
suelen estar asociadas a formas de uso doméstico. Cerro del Gentil y Pampa del Gentil, los rasgos
En cuando al tratamiento de la cerámica Car- formales de la cerámica Carmen, nos han permi-
men, el acabado más representativo es el alisado. tido establecer características decorativas y mor-
220 Abel Fernández, Kelita Pérez y José Tumbalobos
fo-funcionales de este grupo cerámico. Para nues- indican que el piso Topará se encontró limpio y,
tro conocimiento, los rasgos particulares del estilo por consiguiente, este espacio no pudo haber teni-
cerámico Carmen presentes en ambos sitios, son do una función exclusiva de un área doméstica, ya
idénticos a otros del valle de Chincha a un nivel que por lo general en estas se identificarían gran
morfológico y decorativo, e incluso, tienen mucha cantidad de desechos (basurales).
similitud con especímenes recuperados en el valle Posteriormente, este espacio fue abandonado
de Pisco y en la misma península de Paracas. definitivamente, cubriéndose de una deposición
eólica de arena. El grupo social Carmen ocupa este
Conclusiones espacio aprovechando como base de sus construc-
ciones los muros Topará, superponiendo adobes
En la costa sur del Perú durante el Formativo y el semiesféricos asociados a un nuevo piso, sobre el
inicio de los Desarrollos Regionales, se desarrolló horno y depósito previamente descrito. Por la evi-
una sociedad relacionada con la cerámica Paracas, dencia de fragmentos de cerámica doméstica Car-
que realizó grandiosas construcciones arquitectó- men, esta tuvo una función de carácter doméstico
nicas en el valle de Chincha: Huaca Santa Rosa, relacionado a construcciones de espacios en el eje
Huaca Alvarado, Huaca La Cumbe, Huaca San este. Finalmente, este muro Carmen colapsó por
Pablo, Huaca Soto o Huaca Torres (Uhle 1924; la falta de uso y mantenimiento.
Lumbreras 2008; Canziani 1992). Seguidamente, Nuestra investigación en el Sector B o “área
una ocupación de nuevos sitios y en algunos casos doméstica” de Cerro del Gentil nos ha permitido
sobre sitios Paracas fue realizada por grupos hu- comprobar la existencia de estructuras domésti-
manos vinculados a un estilo cerámico denomi- cas formales y/o permanentes, vinculadas, casi
nado Topará (Wallace 1986; Peters 1997). Poste- exclusivamente al estilo Carmen, por los cual nos
riormente, en el mismo valle, se establecieron una demuestra que este sector sólo tuvo ocupación
serie de asentamientos vinculados al estilo cerá- Carmen.
mico Carmen, al cual no se le ha atribuido ningún Por otra parte, los hallazgos cerámicos en el
complejo arqueológico de grandes proporciones pequeño montículo de Pampa del Gentil demues-
similares a los Paracas. Por el contrario, durante tran la existencia de una mayor variedad y densi-
esta ocupación humana se reutilizan muchos si- dad de elementos recurrentes de la decoración del
tios Paracas, como Huaca San Pablo o, como he- estilo Carmen ya que no sólo hay representacio-
mos visto, en el mismo Cerro del Gentil. nes geométricas clásicas, sobre un fondo negro,
El sector A, en la edificación piramidal de sino abstractas con base a líneas paralelas, rojas
Cerro del Gentil tiene ocupaciones relacionadas y blancas, líneas acerradas, ganchos, elipses, etc.
con Paracas Cavernas y Topará, determinada por Haber establecido las características morfo-
nuestras excavaciones, pero también predomina funcionales y decorativas de la cerámica, permiten
la ocupación Carmen en los estratos superficia- reforzar, que el fenómeno Topará y Carmen, fun-
les, asociado a estructuras simples hechos sobre ciona a nivel de valles y, por ello, se debe entender
la base de material constructivo de piedra y barro. a tanto Cerro del Gentil y Pampa del Gentil como
Es así que para el lado este del Patio Hundi- formando parte de un mismo proceso, identifi-
do del sitio Cerro del Gentil se puede apreciar un cado con una preponderancia tanto cualitativa
complejo sistema constructivo propios para el pe- como cuantitativamente de las formas de cuenco
riodo Paracas. Sin embargo, la nueva ocupación con diseños de representaciones geométricas con
Topará superpone un relleno constructivo para técnica de bruñido para Topará y diseño en la par-
poder construir un piso o una plataforma en la te externa de líneas paralelas y diagonales sobre
cara oeste de la última ocupación de la edificación un fondo negro para lo Carmen. En este punto
piramidal, paralelo a este se construyó el muro podemos hablar de una producción a mayor es-
principal de eje norte-sur con material construc- cala con personas especializadas en elaboración
tivo exclusivamente Topara. Estos dos elementos de cerámica respectivamente para ambos grupos
estuvieron asociados con el fogón y un posible sociales. La presencia de la cerámica doméstica
depósito con inclusiones de arena. Los datos nos llana a escala significativa, con huellas de hollín,
222 Abel Fernández, Kelita Pérez y José Tumbalobos
E
l sitio de Cerro del Gentil fue fundado por prácticas sociales en el sitio de Cerro del Gentil,
grupos humanos relacionados con Paracas. durante la ocupación Paracas y su relación con
Su ubicación y características arquitectóni- otros grupos humanos contemporáneos del valle
cas lo correlacionan con el patrón arquitectónico de Chincha y fuera de este.
conocido para Paracas en el valle. Nuestro proyec-
to de investigación realizó excavaciones en dife- Prácticas sociales durante
rentes partes de este sitio, pero se concentró sobre la ocupación paracas
todo en el edificio más importante: el edificio 1. de Gerro del Gentil
De hecho, nuestras excavaciones se concentraron
en el patio hundido central del edificio, donde pu- Fundación de Cerro del Gentil
dimos reconocer que este fue remodelado varias El edificio fue construido sobre la base natural del
veces. Asimismo, se reconoció que alrededor del espolón al final de la pampa. La elección debió te-
III siglo a,C,, el edificio después de su uso como ner como objetivo, utilizar la elevación y su ubica-
espacio político-religioso comenzó a ser enterra- ción al borde de la pampa sobre elevada, para vi-
do con una serie de eventos de deposición de tie- sualizar una mayor parte del paisaje circundante,
rra y fragmentos de cerámica, restos óseos y bo- especialmente del fondo del valle irrigado.
tánicos. Para la construcción del edificio, el área pa-
La segunda gran ocupación humana del edifi- rece haber sido nivelada, lo cual se evidencia en
cio se vinculó con el estilo cerámico Topará. A pe- las excavaciones en el patio hundido. Sobre esta
sar que el sitio también fue reocupado durante la superficie nivelada se hallaron restos de hojas de
época relacionada con el estilo cerámico Carmen maíz que podrían haber formado parte de un ri-
en los siglos II y III de nuestra era (Pérez et al. tual de fundación del edificio.
2015) y durante la época Chincha-Inca entre los
siglos XIV y XVI, especialmente con estructuras Establecimiento de la configuración original
funerarias. El edificio fue diseñado originalmente como una
En este capítulo final, solamente nos enfoca- plataforma rectangular, orientada en su mayor
remos en la manera de cómo se habrían dado las eje en dirección oeste-este. En las excavaciones
223
224 Henry Tantaleán y Charles Stanish
de 2012, se evidenció que las partes laterales, al botánico. En el caso de Huaca Soto, estos accesos
menos en el lado sur, fueron niveladas con acu- se encuentran insertos en los mismos muros del
mulación de bloques de piedra cortada. Sobre esta patio.
capa se superpusieron muros hechos con adobes El espacio principal sería el patio hundido
cónicos. En la parte sur se comprobó que estos central donde se habrían podido reunir un grupo
fueron retenidos por muros de piedras canteadas pequeño de no más de 25 personas en posición de
sobre las cuales se adosaban adobes cónicos con pie. Si las personas se acomodaron solamente sen-
la base mirando hacia el exterior. Hacia el interior tados sobre los muros de apoyo, como los eviden-
de estos muros de retención de piedra se coloca- ciados en el norte del patio hundido que, podrían
ron adobes cónicos, con la base hacia abajo lo cual haber sido utilizados como banquetas, podríamos
creaba el volumen de la plataforma. obtener una cantidad menor de participantes.
Una hipótesis es que una de las principales acti-
Espacio y uso del Patio Hundido de la Fase vidades sociales allí realizadas era la observación
Amarilla del sol y, la consecuente medición del tiempo. Di-
Nuestras investigaciones confirmaron que el acce- chas actividades u otras estarían acompañadas de
so principal al edificio no estuvo en la parte cen- ritos con consumo de bebidas y comida al interior
tral del extremo este. Así, a menos que este acce- del patio.
so se halla encontrado en los lados norte o sur, el La altura de los muros impediría que las ac-
mejor lugar para este, debió haber sido el extremo tividades realizadas en su interior sean observa-
oeste. Sin embargo, en la parte central del lado das desde el exterior del edificio. Estas actividades
oeste, nuestras excavaciones registraron que los solo podrían ser observadas desde los recintos o
constructores habían elevado esta parte con mu- espacios abiertos circundantes al patio hundido.
ros de piedra semicanteada recubiertos con barro. Una configuración arquitectónica similar a este
Si se ingresaba por este extremo y se continuaba complejo es el de los templos de Pukara que tam-
hacia el este, se llegaba a una plaza o espacio cua- bién incluyen un patio hundido y una estructura
drangular amurallado. Esta plaza amurallada es que circundan al patio (Mujica 1991). Resulta in-
similar a las propuestas por Canziani (1992, 2009) teresante que, de la misma manera que en Pukara,
para otros edificios Paracas de la parte baja del va- los muros del patio de la Fase Amarilla estaban
lle. Nuestras excavaciones evidenciaron que esta orientados hacia los puntos cardinales.
plaza tuvo un piso de barro preparado. Atravesan-
do esta plaza, se llegaba a un segundo nivel donde Entierro de los muros de la Fase Amarilla
tenemos el conjunto del patio hundido. Este patio y construcción de los muros del patio de
hundido estuvo circundado por una serie de re- la Fase Gris
cintos, de los cuales se han podido definir los de la El entierro del patio hundido de la Fase Amarilla
parte oeste. Se trataban de estructuras construidas fue una decisión social importante con respecto a
con piedras canteadas y revestidas de barro. Estas la reducción de las dimensiones del patio hundi-
debieron, en algunos casos, ser pintadas de colo- do y a las actividades en general realizadas en este
res puesto que hemos encontrado fragmentos de edificio. Fue una decisión que además involucró
muros pintados dentro de escombros arrojados al un importante trabajo de personas acarreando ma-
interior del patio hundido. Los diseños de estos terial limpio para cubrir el patio antiguo, el atrio
muros eran geométricos formando patrones de y el corredor sur de la Fase Amarilla. Además, se
cruces en colores negro, rojo y blanco. debió planificar la nueva configuración de los mu-
Pese a nuestros esfuerzos, el acceso al mismo ros, la obtención de materiales y el trabajo involu-
patio hundido tampoco se pudo definir. No obs- crado para construir el nuevo patio. Sin embargo,
tante, dada la escala pequeña del patio y el sistema se puede notar que los materiales utilizados en los
de construcción con muros adosados a las bases nuevos muros del patio de la Fase Gris fueron hete-
del patio, es plausible que estas hayan sido usadas rogéneos y de baja calidad comparados con los de
como peldaños. Otra posibilidad es que este haya la Fase Amarilla. Por ejemplo, se utilizó una gran
sido alguna especie de escalera móvil de material cantidad de bloques de piedra y los enlucidos de
Capítulo 12: Cerro del Gentil y el fenómeno Paracas 225
las paredes fueron menos finos de los que la Fase FM-1. El único espacio que pudo haber sido uti-
Amarilla. Además, la desviación del muro norte de lizado en este momento debió ser el espacio libre
la Fase Gris plantea que, si no fue parte de la co- del recinto FM-1, una suerte de corredor. Tuvo un
rrección de la orientación de este muro por razones piso preparado con barro que se asociaba con los
aún desconocidas, es posible que la desviación se enlucidos de los muros del lado oeste y los muros
deba a problemas constructivos. norte y sur del patio de la Fase Gris. Hipotetiza-
mos que este espacio rectangular fue dejado libre
Actividades en el patio de la Fase Gris para realizar actividades vinculadas con la clau-
Durante la Fase Gris se seguirían realizando las sura de las actividades rituales del patio hundido.
mismas actividades que se realizabnan en el patio Los fechados radiocarbónicos indican que esta
de la Fase Amarilla, debido a que la disposición fase fue construida en un espacio de tiempo corto
de los ejes de los muros principales y la configu- entre la construcción de la Fase Gris y la coloca-
ración del espacio central sigue siendo la misma. ción de los rellenos que sellaron el antiguo patio
En suma, lo que habría pasado es que se redujo hundido.
el tamaño del patio hundido y del atrio. Otra vez
no encontramos evidencias de accesos formales, Rellenos sobre la Fase Marrón y el antiguo Patio
aunque se podrían haber usado otra vez los muros Hundido
de apoyo que corren pegados a las bases del pa- Sobre el Recinto FM-1, la plataforma este y el atrio
tio hundido. El atrio también incluyó una serie de hasta alcanzar la altura de los muros más altos del
escalinatas de, al menos, dos escalones. Lamen- patio se colocaron una serie de capas de relleno.
tablemente, esta escalinata se encontró bastante Hemos identificado al menos ocho grandes de-
destruida por la erosión, entierros intrusivos pos- posiciones de relleno o eventos. Algunos de ellos
teriores y por un evento que fracturó el piso del difieren en la composición y contenido del depó-
atrio, quizá un terremoto. Asimismo, al oeste del sito. En general, se evidencian que son restos de
borde del patio hundido se evidenciaron la base actividades llevadas a cabo en otro lugar o simple-
de muros de recintos que habrían estado en este mente materiales acarreados para llenar el espa-
sector y que habrían sido espacios relacionados cio. La primera capa importante en ser depositada
con las actividades llevadas a cabo en el patio. El fue la capa denominada E. Otra capa importante
espacio, al ser más reducido, debió haber alber- depositada, a continuación fue la única que pa-
gado un menor número de personas, quizás unas rece haber sido una actividad in situ relacionada
15 personas como máximo. Las actividades de con el uso del Recinto FM-1: un espacio para reu-
observaciones astronómica dentro y cerca al pa- nir cuyes. Las demás capas estuvieron compuestas
tio hundido y el consumo de bebidas y alimentos de tierra, materiales botánicos, bloques de piedra
al interior y en las áreas externas debieron ser la y enlucidos seguramente los recintos al oeste del
actividad más común durante el funcionamien- patio hundido y entre ellas ofrendas depositadas
to del patio durante la Fase Gris. En general, la ex profeso. Una gran cantidad de tallos y hojas de
reducción y la calidad de los muros de esta fase maíz fueron encontradas en estas capas.
apuntan a que la este ajuste y mantenimiento del Las denominadas capas B y C contuvieron
espacio, estuvo influenciado por algún problema una serie ofrendas y entierros humanos. Son de
social, especialmente de los grupos que controla- especial relevancia la ofrenda 97, una vasija con-
ban el sitio. teniendo vasijas cerámicas, mates y cestas Para-
cas, el enterramiento de seis individuos en fardos,
Modificación del patio Hundido el enterramiento de un individuo sobre el muro
La reducción del espacio original vinculado con oeste del Recinto FM-1 de la Fase Marrón en la
la tradición de patio hundido se hizo utilizando la esquina suroeste del antiguo patio hundido y el
misma técnica de construcción Paracas. Por tan- enterramiento de un niño. Otras ofrendas inclu-
to, debemos inferir que fueron los encargados del yeron vasijas enteras, paquetes textiles, artefactos
edifico original quienes plantearon y ejecutaron la de madera, artefactos hechos de hueso animal y
construcción de la plataforma al este y el recinto fragmentos de vasijas rotas in situ.
226 Henry Tantaleán y Charles Stanish
Además, se encontraron un total de ocho en- y por sus características extraordinarias. Dada
tierros humanos bien conservados, la mayoría de la significancia de este contexto arqueológico, su
ellos de filiación Paracas. Dos de ellos, un adulto descripción y explicación se han abordado in ex-
y un niño, se encontraron aislados dentro de los tensu en otro lugar (Tantaleán et al. 2016).
rellenos y otros seis formando una acumulación Con respecto a la capa de estiércol de cuy se
de fardos y ofrendas asentados sobre la superficie puede plantear que, posiblemente, este espacio
y muro de contención de la plataforma de la Fase más reducido se convirtió en un corral para con-
Marrón. Adicionalmente, se excavó una estruc- centrar animales que según hemos visto eran par-
tura funeraria dentro de este relleno. Esta tenía te de ceremonias o ritos. Como sabemos el cuy es
paredes de piedra e intruyó el relleno de capas y una especie animal muy apreciada por las comu-
la plataforma de la Fase Marrón en la zona no- nidades andinas.
reste del patio y llegó casi hasta el nivel del piso Sobre la capa de estiércol de cuy se hallaron
del patio de la Fase Gris. Esta fue una estructura sucesivamente capas de tierra mezcladas con res-
cuadrangular (2 x 2 m) y 1,80 m de altura. Duran- tos de plantas, especialmente capas de maíz y ce-
te su proceso de excavación, pudimos distinguir rámica también Paracas que cubrieron totalmente
dos niveles, cada uno con un fardo funerario con el patio y las áreas cercanas como el atrio.
ofrendas. Como la estructura fue saqueada anti- Las ofrendas encontradas serían parte del sa-
guamente y por las evidencias de restos humanos, crificio de artefactos y animales y el desecho de las
es posible que contuviera muchos más individuos. mismas actividades rituales.
Finalmente, durante diferentes momentos del
Enterramiento de la Fase Marrón sellado del patio, se destruyeron los recintos que
Este proceso de enterramiento del patio hundido rodeaban al patio hundido como los del sector al
y, posiblemente, de todo el sitio por parte de los oeste puesto que encontramos muchos de los blo-
dirigentes de la sociedad Paracas, se puede rela- ques de piedra que formaron sus bases y paredes
cionar con el intento de generar un espacio ritual arrojados junto con otros materiales que rellena-
aun en el momento mismo del abandono del edi- ron el patio.
ficio. Posiblemente, los restos arqueológicos que
hemos encontrado se vinculen con el auspicio Enterramientos de fardos funerarios dentro del
de fiestas en las que se reunía a gran cantidad de relleno
personas de las comunidades cercanas. Un mo- El hallazgo de un individuo inhumado en la es-
tivo importante para esta reunión podría ser el quina noroeste del patio enterrado con las prác-
abandono “oficial”, por parte de los líderes de la ticas funerarias típicas de Paracas Cavernas (Te-
sociedad Paracas, del edificio de Cerro del Gentil. llo y Mejía Xesspe [1959] 2005, 1979; Tello 2009)
En general, lo que se dio durante este proceso de plantea la posibilidad que fue un individuo, por
sellado fue lo que se conoce en la literatura an- su jerarquía social, mereció ser enterrado en un
tropológica y arqueológica como “Ritual de Ter- lugar de tanta importancia. Sin embargo, otra
minación” o “Enterramiento Ritual”. En este caso, posibilidad que no se descarta es que algunos de
varios eventos se dieron durante un lapso que, los individuos puedan haber sido sacrificados y
aunque no podemos precisar, debió ser muy corto ofrendados a la huaca durante su entierro ritual.
de acuerdo a la homogeneidad en la cerámica Pa- En el caso del contexto de los seis cuerpos hu-
racas encontrada y a los fechados radiocarbónicos manos enfardelados enterrados con sus respecti-
de diferentes contextos dentro de estas capas de vas ofrendas, guardan bastante similitud con los
relleno. fardos de la tradición Paracas Cavernas hallados
Dado que el recinto FM-1 tenía la mayor pro- en Cerro Colorado en la península de Paracas
fundidad durante este momento y que poseía un (Tello y Mejía Xesspe [1959] 2005, 1979; Tello
espacio restringido, allí se realizaron la mayor 2009; Yacovleff y Muelle 1932). Por tanto, el pa-
cantidad de deposiciones de artefactos y dese- trón de enterramiento y los materiales asociados
chos. De estos depósitos, el que destaca es la Capa a dichos cuerpos, indican una fuerte relación con
E por ser uno de los primeros depósitos rituales los grupos vinculados a la tradición Paracas. Ade-
Capítulo 12: Cerro del Gentil y el fenómeno Paracas 227
más, estos entierros pertenecerían a miembros de tura material, desaparece en el sitio de Cerro del
la sociedad local con cierta importancia dentro de Gentil, y como vimos posteriormente, encontra-
la jerarquía social, lo que se evidenciaría por su mos una nueva forma de expresión material que
internamiento dentro del área más importante del conocemos con el nombre de Topará.
edificio de Cerro del Gentil, las ofrendas asocia-
das y el mismo trabajo para inhumarlos. Sin em- Cerro del gentil y el fenómeno
bargo, a pesar que un análisis bioantropológico no paracas en el valle de chincha y
ofreció evidencia contundente de violencia sobre más allá
los cuerpos, no se descarta la posibilidad que los
individuos también hayan podido ser sacrificados Cerro del Gentil fue fundado por grupos rela-
y ofrendados a la misma huaca. cionados con la cerámica y la arquitectura local
vinculados con Paracas. De hecho, la tradición de
Construcción y uso de la estructura funeraria edificios piramidales orientados en el eje oeste-es-
dentro del relleno del patio te es clásica en este valle y señalan que todos fue-
En el sector noreste del relleno de la Fase Marrón y ron parte de un programa regional en el valle de
del patio hundido se definió la entrada de una es- edificios coordinados en el espacio del valle bajo
tructura cuadrangular con muros de piedra. Se ha- y medio. El edificio de Cerro del Gentil parece
bría intruido esta capa para colocar esta estructura haber sido fundado en el siglo VI a. C. contem-
de piedra. Esta estructura de piedra estuvo revesti- poráneamente al uso de los principales edificios
da con barro el cual tuvo una coloración blanqueci- de la parte baja del valle como Huaca Soto. De-
na. Al parecer, la estructura estuvo techada puesto bido, a los eventos indicados arriba, la cerámica
que se hallaron los restos de troncos de grandes que más se ha encontrado en el sitio pertenece a
dimensiones que habrían soportado un techo. La las fases tardías de Paracas y que Dwight Walla-
estructura había sido saqueada y, por tanto, la re- ce (Wallace 1985: 69; Lanning 1960: 417) bauti-
cuperación de los contextos no fue total. zó como fase Pinta1. Las excavaciones que realizó
Al parecer, la estructura funeraria tuvo dos junto a Edward Lanning, descritas en su tesis doc-
momentos principales de ocupación. La primera toral (Lanning 1960), apuntan a que la cerámica
incluyó el internamiento en el fondo de la estruc- de la fase Pinta se expandió hasta prácticamente
tura de un fardo funerario de tradición Paracas el borde del mar, encontrándolo específicamente
con ofrendas de mates y artefactos hechos con ca- durante sus excavaciones en el sitio de Pozuelo
rrizos. El segundo momento de ocupación se re- (PV.57-52). Por tanto, lo que se puede inferir es
laciona, con la refacción de la estructura adosan- que existió un patrón cerámico y arquitectónico a
do, un muro de apoyo en la base y muro sur de la lo largo de todo el valle de Chincha y que, incluso,
estructura. Esta refacción redujo el espacio, pero apareció en contextos domésticos como el excava-
posibilitó la introducción de al menos otros dos do en Pozuelo.
fardos funerarios de los cuales solamente recupe- Con respecto a la ocupación Paracas en el valle
ramos uno intacto. Adicionalmente, dentro de la de Chincha, es durante la ocupación asociada con
tierra, al interior de la estructura se recolectaron Paracas Medio y Tardío cuando se dan las ocupa-
restos humanos, textiles y cerámica. ciones de otros edificios piramidales del valle, in-
Finalmente, la presencia de arquitectura y cluyendo a las plataformas de El Mono que, man-
materiales arqueológicos relacionados con la cul- tienen patrones arquitectónicos y ceramográficos
1 La procedencia del lote cerámico con el cual Wallace definió la fase Pinta casi siempre se vincula con el sitio
PV.57-63, el sitio conocido como El Mono o Chococota (Lanning 1960: 417; Wallace 1986: 69; Silverman
2009: 489). Sin embargo, también es posible que el sitio haya sido el mismo Cerro del Gentil (Wallace 1972;
Isla 1992: 21; Lumbreras 2008). Pese a ello, como nuestras investigaciones han comprobado, ambos sitios cer-
canos, también fueron contemporáneos durante el periodo Paracas Tardío compartiendo fuertes similitudes
en su corpus cerámico.
228 Henry Tantaleán y Charles Stanish
similares a los de Cerro del Gentil (Isla 1992). En temporánea, por ejemplo, en el valle de Ica, don-
la parte baja del valle, sitios monumentales como de complejos como Ánimas Altas/Ánimas Bajas
Huaca Alvarado (Uhle 1924), Huaca Santa Rosa con importantes concentraciones de estructuras
(Kroeber 1944; Bendezú 2008) y Huaca Soto po- arquitectónicas creando verdaderos poblados
seen cerámica contemporánea con la de Cerro del (Massey 1991; Bachir Bacha y Llanos 2013) se
Gentil. Las actividades rituales serían semejantes, contraponen a sitios Paracas del valle de Chincha
dadas las configuraciones arquitectónicas y los con poca evidencia de asentamiento permanente
espacios insertos en ellos. La cerámica morfofun- como en el caso de Cerro del Gentil o el Complejo
cional y decorativamente también apuntan a las El Mono.
mismas prácticas rituales. En este punto, la arquitectura monumental
En el caso de Cerro de Gentil, la deposición y la cerámica Paracas del valle de Chincha in-
de cuerpos humanos en fardos típicos Paracas dican que existió una entidad política distinta
Cavernas nos ofrece la oportunidad de estudiar a la de otros valles. Este estado de cosas parece
dichas prácticas sociales como a los mismos indi- mantenerse por unos tres siglos. Como señalan
viduos. Las similitudes en las prácticas funerarias los episodios constructivos en Cerro del Gentil,
y los contenidos de los contextos (Tello y Mejía a medida que pasó el tiempo, este orden parece
Xesspe [1959]2005, 1979; Tello 2009) nos señalan degradarse y culmina con el sellado del edificio.
una identidad con algunos fardos encontrados en Tras el abandono por los líderes de los sitios
la misma tumbas Paracas Cavernas de la penínsu- como Cerro del Gentil, no se encuentran muchas
la, apoyando la hipótesis de que algunos de esos evidencias de ocupaciones vinculadas con Para-
fardos funerarios serían llevados desde el valle de cas en el valle. Un caso, aislado es el del sitio de
Chincha (Lumbreras 2008). Pozuelo, donde Wallace y Lanning definen el es-
Además de las semejanzas entre practicas fu- tilo San Pablo. Para nosotros, más que una fase
nerarias y cultura material entre Cerro del Gentil “transicional” entre Paracas (Fase Pinta) y Topará,
y la península de Paracas, también existen simili- el estilo San Pablo sería la evidencia de la supervi-
tudes entre la cerámica encontrada en sitios de los vencia de la producción de cerámica que previa-
valles de Cañete, Topará y Pisco. Así, en el valle mente estuvo relacionada con los rituales en los
de Cañete, el estilo cerámico Patos definido por edificios Paracas del valle de Chincha, pero que
Wallace (1963) se correlaciona muy bien con la posteriormente solamente se consumió en luga-
cerámica de las épocas tardías de Paracas como res habitacionales como Pozuelo. Esto explicaría
Ocucaje 8 y 9 encontradas en Cerro del Gentil. por qué en Cerro del Gentil no hemos detectado
Aunque de manera escueta, Wolfgang Wurster la presencia de tal estilo, lo cual se debería a que
(1997: 16) menciona la existencia de tres sitios ar- este sitio fue abandonado cuando se producían
queológicos en la quebrada de Topará vinculados las últimas muestras de cerámica incisa y deco-
con la presencia de fragmentos cerámica Paracas. rada con pintura postcocción Paracas vinculadas
Asimismo, en el valle de Pisco la cerámica encon- con la fase 9 de la secuencia de Ocucaje. En pocas
trada por Frederic Engel (1957) cerca de Tambo palabras, la cerámica (y otros artefactos) Paracas
Colorado, en el Sitio 24, parecen ser contemporá- no se produjeron y consumieron desvinculados
neas con las de Cerro del Gentil. de las prácticas rituales realizadas en los edificios
Por otro lado, también en esta época se notan Paracas del valle. Por tanto, el abandono de estos
diferencias entre la cerámica Paracas de Ica y la sitios conllevó el abandono de la producción y uso
de Chincha, algo ya notado por Wallace (1986). de esta cerámica.
Aunque algunos diseños son similares en ambos
valles, los corpus de cerámica poseen sus propias Comentario finales
particularidades locales. Es claro, que existe una
macrotradición Paracas que se extiende en entre La arqueología del valle de Chincha durante las
los valles de Cañete y Nazca, aunque cada valle ocupaciones Paracas se ha mantenido en una si-
parece mantener una cuota de independencia. tuación marginal durante las discusiones sobre la
Lo mismo se puede aplicar a la arquitectura con- naturaleza, desarrollo e implicancias económico,
Capítulo 12: Cerro del Gentil y el fenómeno Paracas 229
políticas e ideológicas de la cultura Paracas (Mas- táculo, para generar contactos con sus pares del
sey 1991; Paul (ed.) 1991; Silverman 1991, 1996, norte y del sur. Posiblemente, un lugar en el cual
2009). Pese a que una serie de estudiosos reali- estas influencias e interacciones fue mucho más
zaron investigaciones en este valle (Uhle 1924; dinámico se dio a través de los espacios funera-
Kroeber 1944; Wallace 1971; Lanning 1960; Lum- rios-rituales en la península de Paracas.
breras 2008; Canziani 1992, 2009), muchas de sus De la misma manera, observamos que lo To-
explicaciones arqueológicas estuvieron basadas pará también tuvo una serie de características y
en materiales que fueron escasamente conocidos. que, por lo menos, en el caso de Cerro del Gentil
Asimismo, casi todo el armazón cronológico estu- el sitio fue modificado y se realizaron reuniones
vo fundado en secuencias estratigráficas y seria- alrededor del sitio que consumieron grandes can-
ciones cerámicas utilizando correlaciones entre tidades de cerámica, similares a las que se encuen-
sitios con diferentes naturalezas ocupacionales tran en Pisco, Topará y la península de Paracas.
y deposicionales (Wallace 1985, 1986; Lanning Por otro lado, no queda claro la ubicación de las
1960; Carrillo 2009). De tal manera, que no existía áreas domésticas y la construcción de nuevos edi-
una imagen realista de las ocupaciones humanas ficios durante esta época, si es que los hubo. Sa-
en el valle. Asimismo, los fechados radiocarbó- liendo del esquema normativo de las culturas, un
nicos eran inexistentes para Paracas o Topará en importante desafío será comprender qué pasó con
este valle. Por tal motivo, en las discusiones sobre las comunidades vinculadas con Paracas tras la
estas sociedades, pese a la monumentalidad de los caída del sistema político que incluía a sitios como
edificios Paracas, este valle siempre se mantenía Cerro del Gentil y otros del valle y cómo estas co-
dependiente del desarrollo de las investigaciones munidades se adaptaron a las nuevas situaciones
arqueológicas en otros valles como el de Ica, la pe- históricas y cómo y por qué adoptaron la nueva
nínsula de Paracas o, incluso, del mismo sitio de cultura material que conocemos como Topará.
Jahuay en la quebrada de Topará. Creemos que todos estos nuevos escenarios
Creemos que el corpus de datos que hemos que va surgiendo durante nuestra investigación
presentado en este libro, ayudará a cambiar sus- en el valle de Chincha cambiarán nuestra for-
tantivamente la perspectiva de las sociedades ma de ver a los fenómenos Paracas y Topará, ya
tempranas en Chincha. En este punto de nuestras no como entidades homogéneas sino, más bien,
investigaciones, va quedando claro que lo que su- como comunidades involucradas en la construc-
cedió en el valle de Chincha fue que alrededor del ción dinámica de un paisaje político y económico
siglo VI a.C. se dio el surgimiento de una entidad desigual con sus propias historias particulares que
política que tenía su propia historia de formación vale la pena ver en profundidad en los siguientes
y particularidades. Este desarrollo no fue un obs- años.
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