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En la actualidad en el regreso a clases presenciales la mayoría de escuelas , no se han

percatado que los estudiantes podrían atravesar por el trastorno de déficit de atención con
o sin hiperactividad. En Perú es bien sabido, que dentro del sistema educativo no se
cuenta con la metodología específica, para evaluar el trastorno de la atención; lo anterior,
debido a la falta de información suficiente, como sucede en los otros tipos de trastornos
que son atendidos, como: Problemas de lenguaje, audición, deficiencia mental, trastornos
neuromotores autismo y jóvenes con capacidades y aptitudes sobresalientes. Desatender
la detección de este tipo de problema tiene como consecuencia que los adolescentes en
su mayoría abandonen sus aulas de clase, por una percepción que son problemáticos y
calificarlos como problemas de mala conducta, que buscar la causa del problema o que el
adolescente repita el año escolar por no haberle diagnosticado su enfermedad. No
obstante, el fracaso escolar, el abandono de la escuela, las conductas adictivas y los
problemas con la justicia se encuentran entre los resultados más preocupantes que se
asocian con el TDAH su carácter crónico hace que el problema persista en proporciones
preocupantes en la adolescencia y en la etapa de vida adulta. Aunque los problemas de
los adolescentes hiperactivos suelen reducir su severidad, muchas de sus dificultades en
el ajuste socio personal, sobre todo cuando no se han tratado, se mantienen en la
juventud y en la adultez. Otro aspecto, al que se enfrentan los adolescentes con TDAH, es
el rechazo escolar de parte de la mayoría de sus compañeros. Lo anterior, coincide con lo
mostrado por Weiss (1986), el cual señala que dicho problema se asocia con
delincuencia, la cual se muestra a través de indicadores de riesgo como hiperactividad,
impulsividad, desórdenes o deficiente atención, falta de concentración, problemas de
habla, inhabilidad para retrasar la gratificación. Los anteriores factores interactúan con las
variables: familia, educación y comunidad, la exclusión, falta de atención y mecanismos
inapropiados para el abordaje del trastorno, hace probable que los adolescentes con
TDAH pasen a engrosar las filas de la delincuencia juvenil, de los embarazos no
deseados, de problemas severos de conducta, personas con baja autoestima y
riesgosamente más vulnerables a problemas de drogadicción.

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