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EN AMÉRICA LATINA
1978-2015
Cono Sur y Países Andinos
TOMO 2
Flavia FREIDENBERG
Editora
LOS SISTEMAS DE PARTIDOS EN AMÉRICA LATINA
1978-2015
Tomo 2. Cono Sur y Países Andinos
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES JURÍDICAS
Serie Doctina Jurídica, núm. 783
Secretario Técnico
Lic. Raúl Márquez Romero
Flavia Freidenberg
Editora
Primera edición
Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . IX
Mariana Llanos
Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XIII
Lorenzo Córdova Vianello
Prefacio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XVII
Pedro Salazar Ugarte
Introducción
Cono Sur
Países Andinos
Conclusiones
Prólogo
X Mariana Llanos
prólogo XI
Mariana Llanos
Secretaria General de Alacip
Hamburgo, octubre de 2016
PrESENTACIÓN
PRESENTACIÓN XV
Estoy convencido que los artículos que integran esta obra, por
su precisión metodológica y claridad, servirán para que estudiantes,
especialistas, partidos e incluso tomadores de decisiones, le impriman
una nueva perspectiva a sus reflexiones sobre los sistemas de partidos
en cada uno de los países analizados y sobre el estado en general que
guardan en el continente.
A más de 40 años de esa gran ola democratizadora, esta forma
de gobierno se ha enraizado en nuestras naciones. Cada país ha mo-
delado sus instituciones y procedimientos electorales en función de
su contexto político y de los consensos alcanzados por el pluralismo
político. El ejercicio de los derechos políticos y el cumplimiento de las
reglas del juego democrático se han convertido en prácticas normales
en Latinoamérica y la perspectiva comparada con que se abordan es-
tos temas enriquecerá sin duda las propuestas de perfeccionamiento
de los sistemas democráticos en nuestros países. No olvidemos que la
democracia es una obra imperfecta que requiere siempre reflexionar
sobre ella para orientar el futuro político de la región hacia un hori-
zonte más incluyente. De ahí el interés del Instituto Nacional Electo-
ral por participar en la edición de este libro.
PREFACIo
XVII
el ejemplo mexicano, tenemos que durante buena parte del siglo XX,
en México, la cuarta regla —opciones partidistas reales entre las cuá-
les elegir— brillaba por su ausencia. Más allá de ese caso concreto, lo
que me interesa subrayar es que la existencia de partidos políticos es
un elemento relevante para comprender a un sistema político pero no
indica por sí solo el tipo de sistema del que se trata.
El dato en general es relevante para aquilatar la relevancia de
los estudios que ahora presentamos. Si, como ha sostenido repetida-
mente, Dieter Nohlen, “el contexto hace la diferencia”; el trasfondo
contextual de cada sistema político sirve para comprender el devenir
de cada sistema partidista. En contrapartida, al estudiar a los partidos
políticos, se estudia un engrane medular del andamiaje político en
el que operan. Ello explica el valor de cada uno de los textos de esta
obra e incrementa la utilidad de la mirada comparativa. Por eso este
conjunto de trabajos debe ponderarse en lo particular y también en
lo colectivo.
El hecho de que los autores hayan intentado seguir las mismas
pautas metodológicas y los mismos sistemas de aproximación a su
objeto de análisis merece ser resaltado porque permite comprender
las particularidades de cada caso de estudio pero también autoriza
una reflexión sobre las tendencias generales del cambio político la-
tinoamericano en casi cuatro décadas. Se trata de un arco temporal
grávido de significado para el tema estudiado en estos trabajos porque
coincide con el periodo de las llamadas transiciones a la democracia
en nuestro continente.
De nueva cuenta, las comparaciones son útiles pero deben to-
marse cautela. Los procesos de democratización —más o menos
exitosos— son diferentes entre sí aunque, en todos ellos, los partidos
políticos han sido actores relevantes. Y, si bien es cierto que la aspira-
ción democrática se ha alcanzado en mayor medida en los países estu-
diados en este libro; también lo es que, en ningún caso, se ha logrado
de manera definitiva. Los partidos —como instituciones— subsisten
en todas partes pero, como sabemos, ello no es garantía de institucio-
nalidad democrática.
En algunos países —contenidos en ambos tomos de la obra— las
regresiones autoritarias han venido ganando terreno en las primeras
décadas del siglo XXI; en otros, las democracias se han decantado en
clave elitistas y; en unos más, se han orientado en dirección hacia el
populismo. Para explicar por qué esto ha sido posible son imprescin-
PREFACIO XIX
dibles obras como la que usted tiene en sus manos. El análisis multi-
dimensional de los procesos políticos requiere de una visión compa-
rada y de un análisis interdisciplinario. Y eso es precisamente lo que
ofrecen estos trabajos elaborados bajo la coordinación del Grupo de
Investigación sobre Partidos y Sistemas de Partidos en América Lati-
na de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política (ALACIP).
De ahí que para el Instituto de Investigaciones Jurídicas, institu-
ción académica que surgió como una entidad orientada al estudio del
derecho comparado y cuyo claustro ha dedicado muchos esfuerzos al
estudio de los partidos políticos —en particular a su regulación nor-
mativa—, es un honor participar en la coedición de esta obra. Lo es,
además, porque el Instituto Nacional Electoral ha sido y sigue siendo
la institución responsable de garantizar las reglas que, según Bobbio,
como hemos visto, constituyen a la democracia.
De esta manera, como institución académica, nos sumamos a un
esfuerzo que reúne varios elementos dignos de celebrarse: un tema de
estudio relevante, abordado con rigor académico y perspectiva com-
parada que, sin menoscabo de la imparcialidad científica, conlleva un
compromiso democrático.
INTRODUCCIÓN
Flavia Freidenberg*
4 Flavia Freidenberg
6 Flavia Freidenberg
desde la mirada de los votantes y las razones que llevan a elegir a un partido u otro en
cada competencia electoral e identificar los incentivos que priman en las relaciones
entre políticos y votantes. No se entiende la política sólo desde una visión y es por ello
que resulta fundamental la mirada multidimensional en el proceso de representación
política.
(en este libro); Romero Ballivián para Bolivia (en este libro); Rubio para Perú (en este
8 Flavia Freidenberg
libro); Martínez para El Salvador (en este libro); Brown Araúz y Sonnleinter para
Panamá (en este libro) o Cascante Matamoros para Costa Rica (en este libro).
10 Flavia Freidenberg
12 Flavia Freidenberg
valores dentro de un cuerpo político más amplio, que intentando superar esos con
14 Flavia Freidenberg
flictos buscan que los ciudadanos se alíen entre ellos por encima de los enfrentamien-
tos que generan esas líneas de tensión (Lipset y Rokkan, 1992).
10 Véase los estudios de Dix (1991); Coppedge (1994); Yashar (1998); Moreno
16 Flavia Freidenberg
13 El colapso del sistema de partidos se da cuando: 1) todas las unidades parti-
distas competitivas que sostienen al sistema de partidos son abandonados por el elec-
torado de manera simultánea y 2) esas unidades (o un número significativo de ellas)
no son capaces de realinearse o recomponerse a sí mismas (Dietz y Myers, 2002: 6).
Sobre una discusión respecto a la definición de colapso y su aplicación a los sistemas
de partidos latinoamericanos véase Roberts (2002); Mainwaring et al. (2006), Cyr
(2012), Seawright (2012), y Lupu (2014).
18 Flavia Freidenberg
a las élites que controlaban el status quo del sistema de partidos previo
(Daadler, 1990; Mair, 1990).
Si bien las reformas electorales permisivas, los conflictos internos
de los partidos, las crisis económicas o la propia coyuntura política
ayudan a que se creen nuevos partidos políticos, aún se carece de
investigación comparada sistemática en América Latina para poder
establecer cuáles son las condiciones necesarias que hacen que un con-
flicto social se politice al punto de dar origen a nuevos partidos políti-
cos o, en su caso, no resulte necesario politizar un conflicto para que
se cree una nueva organización, ya que su emergencia responde más
a la presencia de un liderazgo que movilice a la ciudadanía (vínculos
personalistas) que la presencia de temas o asuntos que hagan que la
ciudadanía se organice para defenderlos (vínculos programáticos).
Esto no es una cuestión menor. En las últimas décadas han sur-
gido nuevos partidos en muchos países de la región (Freidenberg y
Suárez-Cao, 2014), de diferente naturaleza organizativa (como parti-
dos empresas, franquicias o de movilización), con estrategias diversas
(regionalistas, antisistema, temáticos o tradicionales) y resultados elec-
torales también disímiles (algunos sólo ganan en un distrito mientras
otros tienen implantación nacional). Los datos de la investigación que
se presenta en este libro son claros y apoyan esta posición de manera
robusta. El número de partidos se ha incrementado desde 1978, sien-
do interesante la transformación de sistemas que tradicionalmente
eran bipartidistas en otros de pluralismo limitado (Costa Rica, Uru-
guay u Honduras, El Salvador, Panamá), con ello cambió la lógica de
la competencia al menos en el nivel legislativo.
Si bien la delimitación de los factores que llevaron a un incremen-
to del multipartidismo en la región son difíciles de establecer en pers-
pectiva comparada, en particular porque hay un problema de “tiem-
po” (no todos los cambios de la estructura de la competencia se dieron
en el mismo momento en los sistemas de partidos latinoamericanos ni
fueron con la misma intensidad ni las mismas características), resul-
ta factible esbozar en términos analíticos algunos elementos que han
contribuido al incremento en el número de partidos que compiten en
los sistemas de partidos latinoamericanos en la actualidad y que han
supuesto cambios en la estructura de la competencia.
Los incrementos de la fragmentación se podrían pensar a raíz
de diferentes causas que ilustran diferentes experiencias: a) como la
representación natural de diversas tendencias ideológicas e intereses
20 Flavia Freidenberg
V. Bibliografía
22 Flavia Freidenberg
24 Flavia Freidenberg
26 Flavia Freidenberg
Bases de datos
CONO SUR
Andrés Malamud*
Miguel De Luca**
I. Introducción
resky y Blanquer (2004); Di Tella (1998); Echegaray (1993); Malamud (2004); Zelaz-
nik y Rovner (1995).
29
Tabla 1
Argentina: calendario electoral 1983-2015
Tabla 2
Reformas en las reglas electorales nacionales
Año de
Institución Reglas vigentes Reforma
reforma
Apenas tres elecciones han sido celebradas bajo las nuevas re-
glas, las de 2011, 2013 y 2015. En este corto periodo la reforma ha
provocado una simplificación de la oferta electoral: por ejemplo, las
seis fórmulas presidenciales presentadas en 2015 se convirtieron en
la cantidad más baja desde 1983, seguida por los siete binomios que
compitieron en 2011. Un fenómeno similar se registró en la cate-
goría de diputados nacionales: la cantidad de 106 listas en compe-
tencia en 2015 es la más baja desde 1983 y una tercera parte de la
marca más alta (350 listas en 2007). El impacto de la obligatoriedad
de celebrar elecciones primarias ha sido más modesto. Por caso, en
las PASO definitorias de la oferta presidencial de 2011 ningún par-
tido o coalición registró disputa interna, mientras que en 2015 las
dos principales coaliciones opositoras, Cambiemos y UNA, tuvieron
procesos de selección de candidatos con competencia entre dos o
más fórmulas.
Gráfico 1
Argentina: participación electoral, voto blanco y nulo. 1983-2015
Gráfico 2
Argentina: elecciones presidenciales. 1983-2015
NB: En este gráfico y en los próximos, la tercera fuerza es aquélla que, no siendo PJ ni
UCR, haya obtenido el porcentaje más alto en las elecciones nacionales. En 2015 se
grafica sólo la primera vuelta electoral, y no se ofrece la suma de UCR y PJ porque
la UCR apoyó como socio menor una fórmula integrada por otro partido, el PRO.
Fuente: salvo aclaración en contrario, todos los gráficos están elaborados a partir de
datos disponibles en Molinelli et al. (1999) o provenientes del Ministerio del Interior.
Gráfico 4
Argentina: distribución de bancas en diputados, elecciones. 1983-2015
100
UCR y
90 aliados
PJ y
80 aliados
UCR+PJ
70
Bancas (en porcentaje)
60
50
40
30
20
10
0
1983 1985 1987 1989 1991 1993 1995 1997 1999 2001 2003 2005 2007 2009 2011 2013 2015
Tabla 3
Porcentaje de votos en elecciones presidenciales. 1983-2015
Partido
1983a 1989a 1995 1999 2003 2007 2011 2015b
Político
Partido
Justicialista 40.16 47.49 49.94 38.27 45.29 54.11 37.08
(PJ)c
FLd 24.45
FPVd 22.24
Unión
Cívica
51.75 37.04 16.99 48.37 2.3 16.91 11.14
Radical
(UCR)e
PI 2.33
ADC 6.87
Frepaso 29.3
APR 10.22
Recrear 16.3
CC 23.04
Tabla 3 (continuación)
Porcentaje de votos en elecciones presidenciales. 1983-2015
Partido
1983a 1989a 1995 1999 2003 2007 2011 2015b
Político
FAP 16.81
Cambiemos 34.15
UNA 21.39
Otros
5.76 8.6 3.77 3.14 34.71 14.76 17.94 7.38
partidos
Total tres
primeros 94.24 91.4 96.23 96.86 62.99 85.24 82.06 92.62
candidatos
Compe-
titividad
11.59 10.45 20.64 10.1 2.21 22.25 37.3 2.93
(Diferencia
1ro.-2do.)
Número de
candidatos
12 9 14 10 18 14 7 6
presiden-
ciales
Candidatos
con menos
10 6 11 7 13 10 2 2
de 3% de
votos
Tabla 4
Volatilidad electoral en elecciones presidenciales. 1983-2015
Periodo %
1983 - 1989 24.79
1989 - 1995 34.46
1995 - 1999 43.12
1999 - 2003 72.28
2003 - 2007 49.92
2007 - 2011 33.50
2011-2015 56.47
Promedio 1983-2015 44.93
Nota: en 1999 se considera a la Alianza como continuación de la UCR (no del FREPA-
SO ni de la suma de ambos en los comicios de 1995). En 2003 se toma al FPV como
continuación del PJ. En 2015 se estima a Cambiemos como una coalición nueva.
Fuente: actualizado sobre datos de Alcántara Sáez (2013).
revisión del pasado. Más tarde se hicieron sentir las posiciones procli-
ves a las políticas de mercado, la reforma del Estado y la desregula-
ción de la economía. A comienzos de la década de 1990, se destaca-
ron las aspiraciones de estabilidad económica y seguridad pública, y
hacia fines de la misma surgieron demandas de transparencia en la
administración pública y de reversión de las políticas neoliberales. En
los últimos quince años resurgieron reclamos de justicia respecto de la
represión durante la dictadura y demandas por una mayor interven-
ción del Estado en la economía. Y a partir de 2007, primero con el
aval de Cristina Fernández de Kirchner y después en su contra, creció
la demanda por mayor calidad institucional.
Provincia 1983-87 1987-91 1991-95 1995-99 1999-2003 2003-07 2007-11 2011-15 2015-19
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Tabla 5 (continuación)
Elecciones para gobernador, Argentina 1983-2019
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Provincia 1983-87 1987-91 1991-95 1995-99 1999-2003 2003-07 2007-11 2011-15 2015-19
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Formosa PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ
Chubut UCR PJ UCR UCR ALIANZA PJ PJ PJ PJ
San Luis PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ
Catamarca PJ PJ PJ if UCR UCR Alianza Alianza UCR PJ PJ
La Rioja PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ
La Pampa PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ
Santa Cruz PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ PJ
Tierra del Fuego --- --- MPF MPF PJ UCR ARI PSP PJ
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VI. Conclusiones
nivel del electorado y del formato del sistema de partidos pueden dar
por resultado un sistema de partidos que refleje más continuidad que
cambio”.
Para determinar si una estructura de competencia es abierta
(cambiante) o cerrada (previsible), Mair (1996) considera tres dimen-
siones: el patrón de alternancia, la fórmula gubernamental y el acceso
a los cargos de gobierno. Las elecciones de 2015 señalaron un cambio
en el patrón de alternancia (de bipartidista asimétrico a bipolar coali-
cional); dado el estilo presidencial de formación del gabinete, aún no
está claro si la fórmula gubernamental será de coalición o monoparti-
daria con adornos; pero el acceso duopólico a los cargos ejecutivos ha
terminado. Lo que permanece es el PJ como partido predominante
en las arenas legislativa y provincial.
La estabilidad (o el cambio) electoral se puede relacionar con la
estabilidad (o inestabilidad) del sistema partidario, pero no son equi-
valentes (Mair, 1996). Esto significa que un realineamiento electoral
no afecta necesariamente la estructura de la competencia. En Argen-
tina, el cambio electoral ha sido territorialmente limitado, pero la
consecuencia es que la UCR y los partidos provinciales pesan menos
que antes. En contraste, el PRO pasó de partido distrital a nacional,
en perjuicio inicial del radicalismo pero también del peronismo —so-
bre todo en la provincia de Buenos Aires—. Y, sin embargo, el sistema
partidario ha mantenido notables grados de continuidad. Ello se debe
a dos factores: la estabilidad de la competencia a nivel provincial y la
capacidad adaptativa del Partido Justicialista.
VII. Bibliografía
I. Introducción
* UFSCar, Brasil.
** UFSCar, Brasil.
** Unicamp, Brasil.
69
2 De acuerdo con Kinzo (1993), Brasil cuenta con ocho configuraciones de par-
(Lei Orgânica dos Partidos Políticos), reduciendo las barreras para la creación de nuevos
partidos. Se ha reducido el número de miembros necesarios para constituir un Direc-
torio Municipal; para formar un Directorio Estadual, el partido debería tener directo-
rios en al menos 20% de los municipios del estado (antes eran 25%). La creación del
Directorio Nacional tenía como requisito previo la formación de Directorios Esta-
duales en al menos nueve estados (antes eran 12). Tales requisitos aún representaban
una grande barrera a los partidos nuevos, que no poseían bases organizacionales
previas (sólo el PDS y el PMDB tenían tal estructura en el inicio de los años 1980).
Cumplidos los requisitos organizacionales, la Justicia Electoral concedería el regis-
tro definitivo si el partido tuviese al menos 10% de los parlamentares del Congreso
Nacional. Para los demás, habría una cláusula de desempeño: 5% de los votos en la
próxima elección para la Cámara, lo que sólo PMDB y PDS lograron superar en
la disputa de 1982. Los demás partidos sólo pudieron seguir en el proceso de legali-
zación porque el gobierno militar suspendió la cláusula poco antes de la votación. La
Ley núm. 6767/79 poco alteraba la regulación de la LOPP sobre las estructuras de
los partidos: era una ordenación estricta, que hacía muy semejantes las reglas forma-
les de los partidos, y que estuvo en vigor hasta 1995.
1. Participación electoral
Tabla 1
La participación electoral en Brasil. 1982-2010
* A = Abstención
Fuente: datos organizados por los autores a partir de TSE y Nicolau (1998).
1982 1985 1986 1988 1989 1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006 2008 2010
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Porcentaje de
nuevos partidos 82 3.4 6.4 22.2 33.3 32.4 8.7 0 0 0 0 0 6.9 0 3.7
por comicios
Porcentaje parti-
dos con candida- 77.8 34.8 36.4 20 24.1 33.3
tura presidencial
Porcentaje de
Fuente: elaborado por los autores a partir de datos del Tribunal Superior Electoral.
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10
Es importante resaltar que esos nuevos partidos resultaron algunas veces del
cambio de nombre de sus etiquetas, otras veces de fusiones entre partidos muy pe-
queños y pocas veces de escisiones resultantes de conflictos intrapartidistas en los
partidos mayores. En las elecciones de 2006, los dos nuevos partidos fueron el PMR/
PRB y el PSOL. El PMR (Partido Municipalista Renovador) fue creado en 2005,
cambiando su nombre a PRB (Partido Republicano Brasileiro) en 2006. El PSOL fue
creado en 2005 a partir de una escisión en el PT. En las elecciones de 2010 sólo un
nuevo partido fue incorporado al sistema de partidos, el Partido de la República (PR),
resultado de la fusión de Prona y PL.
demás disputas locales y estatales en el actual sistema partidista, véase Braga (2006).
12 En 2002, la regulación del Tribunal Superior Electoral (TSE) estableció las
llamadas alianzas verticales (es decir, el requisito de que las coaliciones para las elec-
ciones presidenciales tienen que repetir en las elecciones para otros cargos).
Tabla 3
Número efectivo de partidos en las elecciones presidenciales. 1989-2010
Superior Electoral.
Tabla 4
Número efectivo de partidos en las elecciones
para la Cámara de Diputados. 1982-2010
Superior Electoral.
Tabla 5
Distribución de los partidos por franja de desempeño electoral
en las elecciones presidenciales. 1989-2010
a (Pequeños Partidos en la Derecha) = PFL, PSD, PTB, PRONA, PSP, PP, PCN,
PN, PLP, PPB, PDCdoB (1989); PRONA, PT do B, PSDC, PSC, PSN (1998). PPE.
b (Pequeños Partidos en la Izquierda) = PCB, PV, PMN (1989); PMN, PV, PSTU
(1998).
c El total de partidos en cada franja. Cuando es el mismo partido fue contado
14 Una de las explicaciones de este formato está relacionada con el hecho de que
Tabla 6
Distribución de los partidos por franja de desempeño electoral
en las elecciones para la Cámara de Diputados. 1982-2010
>50%
PDS,
40-50 PMDB 2
PMDB
30-40
20-30 PMDB 1
PSDB,
PMDB, PT, PT,
PSDB, PFL, PT,
PFL, PSDB, PMDB,
10-20 PFL PFL, PMDB, PMDB, 6
PT, PFL, PSDB,
PT PT, PSDB
PDT PMDB PFL
PPB
a PPD = Pequeños Partidos en la Derecha, (1986) PDC, PSC, PMB, PH, PMC,
PASART, PPB, PTR, PND, PRT, PNR, PCN, PTN, PN, PJ, PDI, PRP; (1990)PST,
PRS, PSD, PTdoB, PAS, PD, PRONA, PLH, PNT, PSU, PAP, PEB, PBM; (1994)
PSD, PTRB, PT do B (1998) PGT, PRTB.
b PPE = Pequeños Partidos en la Izquierda, (1986) PSB, PCB, PCdoB, OS,
Izquierda
PT 17.2 27 31.7 46.4 48.6 46.9
PDT 16.5 3.2 - - 2.6 -
PSB - - - 17.9 - -
PSOL - - - - 6.8 0.9
PV - - - - - 19.3
Total por bloque 33.7 30.2 31.7 64.3 51.2 67.1
Centro
PSDB 11.5 54.3 53.1 23.2 41.6 32.6
PMDB 4.7 4.4 - - - -
PPS - - 11.0 12.0 - -
Total por bloque 16.2 58.7 64.1 35.2 41.6 32.6
Fuente: elaboración propia a partir de datos electorales de Nicolau (1998) y Tribunal Superior Electoral.
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Tabla 8
Principales problemas del país (1989-2010) (más citados, en %)17
realizadas por el Ibope. Los datos de 2006 fueron obtenidos del Instituto Datafolha.
Metodologías utilizadas: en 1989, la encuesta fue motivada y con tres opciones; en
1994, motivada y con cinco opciones; en 1998, motivada y con dos opciones; en 2002,
motivada y con tres opciones; en 2006, espontánea y con una opción, y en 2010, mo-
tivada y con tres opciones.
Tabla 9
Asuntos más importantes en las elecciones de 2006 y 2010
(más citados, en %)18
2006 2010
Corrupción 21.2 4.4
Desempleo 8.9 10.4
Compra expediente 8.7 -
Escándalos involucrando al gobierno 7.4 -
Educación 6.1 14.4
Salud 6.1 27.1
Seguridad Pública 5.5 9.5
Salario Mínimo - 7.7
No sabe/responde 29.3 20.4
N (1000) (2000)
Fuente: Eseb (2006; 2010).
18 Datos agregados para los dos asuntos considerados más importantes, de for-
elecciones consecutivas. Sobre el cálculo del índice de volatilidad electoral ver el es-
tudio de Bartolini y Mair (1990).
Tabla 10
Volatilidad electoral partidista, Cámara de Diputados. 1990-2010
Fuente:
elaboración propia a partir de datos electorales de Nicolau (1998) y Tribunal
Superior Electoral.
Tabla 11
Volatilidad electoral ideológica, Cámara de Diputados. 1990-2010
Superior Electoral.
grupo político en la dirección del país. Y, en este caso, la tasa más alta
fue alcanzada en 1998-2002, cuando la coalición de centro-izquierda
liderada por el PT venció en las elecciones presidenciales de 2002.
A partir de los datos examinados de la volatilidad tanto partidista
como ideológica, existen evidencias de una dinámica gradual de ins-
titucionalización del sistema de partidos en Brasil, como lo han apun-
tado Lima Jr. (1997), Peres (2002) y Braga (2010). Esto significa que la
evaluación del grado de regularidad de los patrones de competición,
mediante el uso del indicador tradicionalmente usado por la literatu-
ra, muestra una evolución lineal en dirección a la mayor estabilidad
sistémica.
Los datos sobre la afiliación también son interesantes. En Brasil,
el proceso de afiliación está formalizado y los partidos están obligados
a enviar regularmente a la Justicia Electoral sus registros de afiliados.
Sin embargo, los siguientes datos, obtenidos a partir de tales registros,
organizados por el TSE, deben ser analizados con cuidado.21 A pesar
de que las agrupaciones están obligadas a informar tanto de las afilia-
ciones como de las desafiliaciones, muchas sólo informan de la llega-
da de nuevos miembros, y no de la salida —aún porque muchos afilia-
dos simplemente dejan de participar de las actividades partidistas, y
se alejan de la política, sin solicitar su desafiliación formalmente—.22
Los registros están, por tanto, desactualizados, y muchas veces contie-
nen los nombres de electores que ya solicitaron la desafiliación hace
años, o electores muertos, entre otras distorsiones. Así, los datos ofi-
ciales aún se encuentran, en general, sobreestimados, especialmente
para los partidos que no poseen un control preciso de su membresía.
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Tabla 13
Tasas de identificación partidista en Brasil (en %)
2003 y 2010: elaborado por los autores, con el cálculo de los promedios anuales de
las encuestas del Datafolha.
del Proyecto Pesquisa Legislativa Brasileira (PLB). Los 11 partidos analizados son: PFL/
de los 11 partidos incluidos en los seis estudios (1990, 1993, 1997, 2001, 2005 y 2009).
25 Resulta necesario realizar algunas consideraciones de naturaleza metodológi-
ca: a) la utilización de los datos de la PLB se da por el hecho de posibilitar una amplia
comparación diacrónica, recorriendo casi todo el actual periodo democrático brasi-
leño; b) la investigación cubre seis legislaturas y fue realizada en 1990, 1993, 1997,
2001, 2005 y 2009; c) los 11 partidos contemplados en la PLB ocuparon siempre más
del 85% de las bancas en el Congreso Nacional en las legislaturas analizadas; d) los
datos de localización en la escala izquierda-derecha utilizados aquí fueron corregidos
para evitar desvíos provenientes de diferentes utilizaciones de la escala por los legisla-
dores y alteraciones en la propia percepción de lo que significa izquierda y derecha a
lo largo del tiempo. Esa es una medida importante que da a los datos mayor grado de
precisión y torna a las comparaciones a lo largo del tiempo más confiables. Para más
detalles sobre la metodología usada en los ajustes, véase Power y Zucco (2009), Zucco
(2011); e) preferimos utilizar, en este análisis, apenas las clasificaciones efectuadas sobre
un partido por legisladores de otras agrupaciones. Esta medida busca neutralizar la
tendencia, hace tiempo apuntada en la literatura (Mainwaring, Meneguello y Power,
2000; Power, 2008), de los legisladores en localizar a sus agrupaciones a la izquierda
del posicionamiento indicado por los otros legisladores.
Tabla 14
Índice de polarización ideológica (IPI). 1990-2009
Gráfico 1
Posicionamiento ideológico de los principales partidos brasileños
según la élite política 1990-2009
Tabla 15
Distancia ideológica entre partidos de acuerdo
con el Índice Sani-Sartori 1990-2009
V. Estabilidad e institucionalización:
¿rumbo a la cartelización del sistema de partidos?
27 Sobre la conceptualización del partido cartel, ver sobre todo: Katz y Mair
(1995, 1996, 2007, 2009); Koole (1996); Kitschelt (2000); Wolinetz (2007) y Detter-
beck (2005).
28 “Thus, even if analytically separable, the idea of a party cartel as a system-
level characteristic and the idea of a cartel party as a type analogous to the mass party
or the catch-all party, are closely intertwined” (Katz y Mair, 2009: 757).
Gráfico 2
Total del fondo partidista, en valores actualizados
(millones de dólares)
Fuente: TSE. Los valores originales fueron actualizados para diciembre de 2010 según
29 Además de estos recursos concentrados en los órganos centrales, los directo-
rios partidistas en estados y municipios así como los candidatos de todos los niveles,
pueden recoger sus propias contribuciones de empresas y personas.
30 Véase, por ejemplo: Braga y Bourdoukan (2009), Krause y Silva (2010) y
Tabla 16
Participación del fondo partidista sobre el total de ingresos
de los directorios nacionales de los partidos, 2007-2009 (en %)
Fuente:
declaraciones de ingresos y gastos de los directorios nacionales, entregados
anualmente al TSE.
4. Cooperación y colusión
33 El proyecto fue aprobado el 15 de febrero de 2007, con 292 votos a favor, 16 en
dicos de la época.
35 El PMDB aumentó su votación para la Cámara de 13.4 a 14.5% del total
entre 2002 y 2006 y, al mismo tiempo, experimentó una reducción de su fracción del
fondo, de alrededor de un 15 a un 14%. Del mismo modo, el PDT fue de 5.1 a 5.3%
de los votos, pero bajó su participación en el fondo de 5.7 a 5.3% con los nuevos cri-
terios (TSE). Véase, también, Braga y Bourdoukan (2009) y Ribeiro (2009).
rina Silva fue perdiendo fuerza de cara a los ataques de los opositores
y la falta de una fuerte estructura del partido en todo el país. El 5 de
octubre, en la segunda vuelta se presentaron los candidatos: Dilma
Rousseff (PT), y Aecio Neves (PSDB), repitiendo de esta manera, la
polarización partidista que caracterizó las elecciones presidenciales
desde 1994 (tabla 17). Los candidatos del PT y del PSDB totalizaron
el 75% de los votos de los brasileños, número ligeramente inferior al
de 2010 (80%).
La segunda ronda fue marcada por una agresiva competencia en-
tre las dos candidaturas. Por un lado, el candidato de la oposición
criticó los escándalos de corrupción que involucran gobierno, el des-
empeño económico de bajo crecimiento y la inflación del año pasado,
también tratando de sacar provecho de la sensación generalizada de
cambio que surgió después de los acontecimientos de junio de 2013 en
todo el país. Por otro lado, la candidata oficial mantuvo un sólido apo-
yo entre la clase baja brasileña y buscó destacar la alta tasa de empleo
y beneficios sociales realizados en los doce años de gobiernos del PT.
Al final, Dilma Rousseff, ganó con el 51.6% de los votos (la diferencia
más pequeña en una elección presidencial después de la democrati-
zación).
Tabla 17
Resultados de la elección presidencial de 2014 (%)
Tabla 18
Porcentaje de escaños por partido en las elecciones
para la Cámara en 2014
Partidos % escaños
PT 13.6
PMDB 12.9
PSDB 10.5
PSD 7.2
PP 7.0
PR 6.6
PSB 6.6
Otros 35.6
Fuente: TSE (2014).
36 Véase Lima Júnior (1983; 1993); Lamounier y Meneguello (1986); Lamounier
VIII. Bibliografía
Desempeño de los partidos por bloque ideológico para la Cámara de Diputados. 1982-2010 (%)
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V V V V V V V V
Izquierda
E E E E E E E E
3.5 6.9 10.2 13.1 13.2 18.4 15 16.8
PT
1.7 3.3 7 9.7 11.3 17.7 16.2 17.2
1.0 1.9 2.1 3.4 5.3 6.1 7
PSB
0.2 2.2 2.9 3.7 4.3 5.3 6.6
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Desempeño de los partidos por bloque ideológico para la Cámara de Diputados. 1982-2010 (%) (continuación)
Centro
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PMDB
41.1 53.4 21.5 20.9 16.2 14.4 17.3 15.4
8.7 14 17.5 14.3 13.6 11.7
PSDB
7.6 12.1 19.3 13.8 12.9 10.3
0.9 1 0.6 1.3 3.1 3.9 2.6
PCB/PPS
0.6 0.6 0.4 0.6 2.9 4.3 2.3
Total por 43 48.7 29 34.9 34 30.8 32.1 27.2
bloque 41.1 54.0 29.7 33.4 36.1 31.1 34.5 28.0
Derecha
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V= votos. E = escaños.
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Tomáš Došek*
I. Introducción
135
para los partidos y los posibles escenarios para la evolución del siste-
ma de partidos chileno.
(Karl 1990). Para mayores detalles sobre el pacto y la reforma, véase Godoy (1999),
Karl y Schmitter (1991) y Valenzuela (1992).
5 Véase Valenzuela (1997) y Huneeus (1997) para la especificación de las “leyes
(1989 y 1993) los presidentes Patricio Aylwin y Eduardo Frei eran del
Partido Demócrata Cristiano (PDC) y sólo a partir de las elecciones
1999-2000 llegaron los presidentes socialistas Ricardo Lagos y Mi-
chelle Bachelet (pertenecientes al Partido por la Democracia/Parti-
do Socialista y al Partido Socialista, respectivamente). Asimismo, los
presidentes democristianos fueron los únicos que fueron elegidos en
la primera vuelta. A partir de la elección de Lagos, siempre se cele-
bró una segunda vuelta para dirimir entre los dos candidato/as más
votados.
La alternancia entre las coaliciones en la presidencia se dio sólo
en 2009, cuando llegó al poder la Coalición/Alianza con Sebastián
Piñera, candidato de la Renovación Nacional (RN). Así, el país culmi-
nó la transición con la “doble alternancia”, en términos de Hunting-
ton (1991). La Concertación volvió nuevamente al poder de la mano
de Michelle Bachelet en 2013, tras una contundente victoria sobre
la candidata de la Alianza, Evelyn Matthei, de la Unión Demócrata
Independiente (UDI).
Tabla 1
Calendario electoral de Chile
10 El sistema es más abierto a nivel subnacional para los candidatos de los parti-
1983: 17), los partidos políticos, gozan de una cada vez menor con-
fianza por parte de los ciudadanos. Los datos recientes del Centro de
Estudios Públicos muestran que los partidos son la institución que
menos confianza tienen entre los chilenos y que esta tendencia se ha
mantenido a lo largo de los últimos seis años. Sólo alrededor del 10%
de los ciudadanos tiene mucha o bastante confianza en los partidos.
Esta tendencia se ve reflejada también en los datos sobre la sim-
patía con los partidos políticos. En la comparación regional, Chile
se ubica entre los últimos países en la región de acuerdo a cuántos
ciudadanos simpatizan con algún partido político. El país ocupa el
penúltimo lugar sólo por encima de Guatemala con apenas el 14.34%
de las personas (Luna et al., 2012). Asimismo, casi la mitad de los chi-
lenos no se identifica con ninguna posición en el espectro ideológico.
Este porcentaje creció entre 2005 y 2013 del 25 al 50% de personas,
de acuerdo a los datos del CEP. Esto es importante en un país que ha
sido tradicionalmente considerado como uno donde estas categorías
mejor funcionaban en la región latinoamericana.12
Las dos principales coaliciones tampoco despiertan altos niveles
de aprobación. De hecho, ambas tocaron mínimos históricos durante
el gobierno de Piñera (2010-2014). Según el CEP, Nueva Mayoría
(ex Concertación) cayó hasta el 14% y Alianza al 18%. Esta tenden-
cia mejoró levemente hacia el final del mandato del gobierno de la
centroderecha, pero volvió a caer en el caso de la Alianza durante los
primeros meses del segundo periodo presidencial de Bachelet (2014-
2018) a cerca del 20%. En cambio, como muestran los datos del CEP,
la llegada de la popular mandataria socialista al poder implicó una re-
cuperación de la aprobación de la Nueva Mayoría al 30% en julio de
2014, aunque a lo largo de 2015 tanto la aprobación de la coalición
de centroizquierda como de la propia Bachelet volvió a caer hacia el
20%. Todos estos cambios han sido más bruscos y pronunciados que
en otros países de la región y a nivel mundial (Angell, 2003 y 2006).
13 En los cuatro casos (1946, 1952, 1958 y 1970) que se celebró la segunda vuelta
se respetaron las preferencias de los ciudadanos de la primera vuelta tras los procesos
de negociaciones respectivas (Huneeus, 2008: 371).
das por las élites concertacionistas y aprobadas en el referéndum de 1989. Seis regiones
fueron divididos en dos y, consecuentemente, el número total de senadores se aumentó
en 12.
16 Sólo en las primeras elecciones al Senado en 1989, los senadores en las regio-
nes (circunscripciones) impares fueron elegidos por medio periodo de cuatro años.
17 En el lenguaje coloquial, ésta situación se llama “doblaje”.
21 Véase Fuentes (2012) sobre el proceso de negociación de esta reforma cons-
titucional.
22 Estos senadores vitalicios fueron el ex presidente Frei (desde 2000) y el general
Pinochet en 1998 hasta su procesamiento judicial del mismo año (Ruiz Rodríguez,
2008). El primer presidente democrático, Patricio Aylwin, no cumplía con la condi-
ción de haber tenido un mandato de seis años.
23 Véase más detalles sobre la evaluación de las reformas propuestas y sus alter-
nativas en Morales y Navia (2014), Morales et al. (2014) o Altman (2014). Asimismo,
la opinión pública (según los datos de la Auditoría a la Democracia recabados por el
CEP) estaba más bien a favor de cambiar en lo esencial el sistema electoral, con una
baja en el porcentaje de personas que opinaban que éste debía mantenerse y aumen-
to de personas que no tenían opinión al respecto entre 2010 y 2012.
24 La misma reforma incorporó también una cuota de género de 40% cuya
aplicación se extenderá entre 2017 y 2029, incentivos económicos para las mujeres
candidatas electas y relajó los requisitos para crear partidos políticos (Došek y Mi-
randa, 2015).
Mayoría
Posibilidad Candidatos en Mayoría Coincidencia
Duración Tipo de requerida Periodo
Fecha reelección segunda en segunda con elecciones
mandato candidatura en primera interelectivo
inmediata vuelta vuelta generales
vuelta
Sólo se elige
Sí
1989-1993 4 años No candidatura a Absoluta 2 5 semanas Absoluta
(en primera)
presidente
Sólo se elige
Sí
1993-1999 6 años No candidatura a Absoluta 2 5 semanas Absoluta
(en primera)
presidente
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Periodo M Mandato
representación electoral diputados cámara electorales lista reelección
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1989- Cerrada y
Binominal D‘Hondt Nacionales 120 2 60 4 años Sí, ilimitada
2017 desbloqueada
Cerrada y
2017- Proporcional D‘Hondt Nacionales 155 3-8 28 4 años Sí, ilimitada
desbloqueada
M = magnitud.
Tabla 4
Sistema electoral para el Senado
Cerrada y
2017- Proporcional D‘Hondt Nacionales 50 2-5 15 8 años Sí, ilimitada
desbloqueada
M= magnitud.
Fuente: elaboración propia a partir de la legislación electoral.
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A. Participación electoral
gira sobre varios temas relacionados con las continuidades y cambios en el sistema
de partidos entre la época antes del golpe de estado en 1973 y el periodo actual pos
1989, la presencia y surgimiento de nuevos cleavages en la sociedad y en la política y
la concomitante división del espectro político en los tres tercios (de la etapa anterior
a la dictadura y que según algunos autores persiste) y en dos mitades (como es, según
otros, actualmente) (véase apartado IV.6). Asimismo, los estudios recurrieron tanto al
análisis de datos agregados (a nivel comunal) como a datos individuales de encuestas
de opinión pública. También, se cuenta con varios trabajos que han reseñados par-
ticulares procesos electorales, en forma de artículos o libros. Para una revisión de esta
literatura se puede ver, entre otros, a Luna (2008), Morales y Navia (2010, 2012b) o
Navia et al. (2009).
27 Las transformaciones recientes ha despertado un renovado interés y replantea-
mientos sobre el tema como se evidencia con los trabajos de Valenzuela et al. (2007),
Alvarez y Katz (2009), Luna y Altman (2011), Bonilla et al. (2011), Luna y Rosenblatt
(2012), Valenzuela (2012), Morales (2011 y 2014), Bargsted y Somma (2014), Ray-
mond y Barros Feltch (2014), Morgenstern et al. (2014).
B. Patrones de competencia
Francisco Javier Errázuritz T. 1,077,172 15,43 Eugenio Pizarro Poblete 327,402 4,70 Sara María Larraín Ruiz-Tagle 31,319 0,44
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Patricio Aylwin Azócar 3,850,571 55,17 Eduardo Frei Ruiz-Tagle 4,040,497 57,98 Gladys Marín Millie 225,224 3,19
Cristián Reitze Campos 81,675 1,17 Tomás Hirsch Goldschmidt 36,235 0,51
Arturo Alessandri Besa 1,701,324 24,41 Ricardo Lagos Escobar 3,383,339 47,96
José Piñera Echenique 43,095 6,18 Joaquín Lavin Infante 3,352,119 47,51
2a. Vuelta
Ricardo Lagos Escobar 3,683,158 51,31
Joaquín Lavin Infante 3,495,569 48,69
NEP = 2,41 NEP = 2,47 NEP = 2,19
2005/2006 2009/2010 2013
Candidato Abs. % Candidato Abs. % Candidato Abs. %
Tomás Hirsch Goldschmidt 375,048 5,40 Eduardo Frei Ruiz-Tagle 2,065,061 29,60 Michelle Bachelet Jeria 3,075,839 46,7
Joaquín Lavin Infante 1,612,608 23,23 Sebastián Piñera Echenique 3,074,164 44,06 Marco Enríquez-Ominami G. 723,542 10,99
Sebastián Piñera Echenique 1,763,694 25,41 Jorge Arrate Mac-Niven 433,195 6,21 Franco Aldo Parisi Fernández 666,015 10,11
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A. Fragmentación electoral
como una lista tanto en la fragmentación de la oferta como en los cálculos del núme-
ro efectivos de coaliciones/partidos.
32 Aquí no se incluye a ningún candidato independiente y se computan sólo
Gráfico 2
Listas electorales y partidos políticos. 1989-2013
15
10
0
1989 1993 1997 2001 2005 2009 2013
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Servicio Electoral (www.servel.cl).
Gráfico 3
Número efectivo de coaliciones/partidos/candidatos (1989-2013)
10.00
9.00
8.00
7.00
6.00
5.00
4.00
3.00
2.00
1.00
0.00
1989 1993 1997 1999/2000 2001 2005/2006 2009/2010 2013 (2V)
33 Cabe destacar que igualmente el apoyo hacia Matthei fue mucho más limi-
tado y más de diez puntos porcentuales menos que el de Alianza en las elecciones
legislativas.
Gráfico 4
Concentración de voto y margen de victoria. 1989-2013
100.00
90.00
80.00
70.00
60.00
50.00
40.00
30.00
20.00
10.00
0.00
1989 1993 1997 1999/2000 2001 2005/2006 2009/2010 2013
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Servicio Electoral (www.servel.cl).
Gráfico 5
Volatilidad electoral agregada en Chile. 1989-2013
25.00 22.04
20.00 17.19
14.27 14.81
15.00
9.19
10.00 7.23
5.00
0.00
1989-1993 1993-1997 1997-2001 2001-2005 2005-2009 2009-2013
Coaliciones Partidos
Fuente:
elaboración propia utilizando la fórmula de Pedersen (1979) a partir de los
datos del Servicio Electoral (www.servel.cl).
A. Concentración de voto
Gráfica 6
Resultados electorales de los cinco partidos más grandes
en la Cámara de Diputados entre 1989-2013
30.00 27.12
25.99 25.18
22.98 22.36 23.05
25.00
18.96
20.00
15.00
10.00
5.00
0.00
1989 1993 1997 2001 2005 2009 2013
Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Servicio Electoral (www.servel.cl).
35 Para más detalles sobre los “silencios” y la crisis de la derecha en general,
véase Fermandois (2014) o Herrera (2014).
36 En las últimas elecciones legislativas de 2013 concentraron solo el 71.57% de
los votos.
Partido Demócrata Cristiano 38 31,67 37 30,83 38 31,67 23 19,17 20 16,67 19 15,83 21 17,50
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Partido por la Democracia 16 13,33 15 12,50 16 13,33 20 16,67 21 17,50 18 15,00 15 12,50
Partido Socialista 15 12,50 11 9,17 10 8,33 15 12,50 11 9,17 15 12,50
Partido Radical Socialdemócrata 4 3,33 6 5,00 7 5,83 5 4,17 6 5,00
Unión Demócrata Independiente 11 9,17 15 12,50 17 14,17 31 25,83 33 27,50 37 30,83 29 24,17
Renovación Nacional 29 24,17 29 24,17 23 19,17 18 15,00 19 15,83 18 15,00 19 15,83
Partido Radical 5 4,17 2 1,67
Partido Humanista 1 0,83
Partido Amplio de Izquierda Socialista 2 1,67
Unión de Centro Centro 2 1,67
Partido del Sur 1 0,83
Unión de Centro Centro Progresista 2 1,67
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Tabla 7
Resultados electorales en el Senado en Chile. 1989-2013
Año 1989 1993 1997 2001 2005 2009 2013
% % % % % %
Partido # % Total # % Total Total # % Total Total # % Total Total # % Total Total # % Total Total # % Total Total
Partido Demócrata
13 34,2 13 4 22,2 13 34,2 10 50 14 36,8 2 11,1 12 31,6 5 25,0 7 18,4 4 22,2 9 23,7 2 10,0 6 15,8
Cristiano
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Partido por la
4 10,5 4 2 11,1 2 5,3 − − 2 5,3 3 16,7 3 7,9 1 5,0 4 10,5 3 16,7 4 10,5 3 15,0 6 15,8
Democracia
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Partido Socialista − − − 3 16,7 5 13,2 1 5 4 10,5 4 22,2 5 13,2 4 20,0 8 21,1 2 11,1 5 13,2 4 20,0 6 15,8
Partido Radical
2 5,26 2 − − 1 2,6 − − 0 0,0 − − − − 1 5,0 1 2,6 − − 1 2,6 − − 0 0,0
(Socialdemócrata)
Unión Demócrata
2 5,26 2 2 11,1 3 7,9 3 15 7 18,4 3 16,7 10 26,3 5 25,0 8 21,1 3 16,7 8 21,1 5 25,0 8 21,1
Independiente
Renovación
5 13,2 5 5 27,8 8 21,1 2 10 7 18,4 4 22,2 6 15,8 3 15,0 8 21,1 6 33,3 8 21,1 2 10,0 6 15,8
Nacional
Partido Unión de
− − − 1 5,56 1 2,6 − − − − − − − − − − − − − − − − − − − −
Centro Centro
Partido Unión de
Centro Centro − − − − − − − 1 5 1 2,6 − − − − − − − − − − − − − − − −
Progresista
Movimiento Amplio
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37 Véase Luna (2008) para una revisión de tipo de vínculos entre los ciudadanos
tralizadora (Emol, 2014) que podría profundizar estas tendencias, al introducir, entre
otras cosas, la elección directa de los intendentes y la existencia de partidos regionales.
Véase Navarrete (2014) sobre la evaluación y posibles consecuencias de estos cambios
que podrían profundizar aún más la tendencia de los partidos al ser más bien unas
“coaliciones, relativamente laxas, de candidatos individuales” (Luna y Rosenblatt,
2012: 187) o conducir a su desintegración en algunos casos.
40 Véase Valenzuela (1999) para una nueva respuesta y discrepancia con el ar-
gumento de Tironi y Agüero (1999) y las investigaciones recientes (nota a pie 28).
Tabla 8
Posición ideológica de los cinco principales partidos
políticos chilenos
41 Los valores van de 1 a 10, correspondiendo el primer valor a la extrema iz-
normalmente las expresiones izquierda y derecha. En esta tarjeta hay una serie de
casillas que van de izquierda a derecha. ¿En qué casilla se colocaría usted teniendo
en cuenta sus ideas políticas?”.
43 La pregunta (14) es: “Cuando se habla de política se utilizan normalmente las
derecha es más extrema que por los propios miembros de los partidos de la RN y la
UDI.
45 La fórmula es adaptada de Sartori (1976).
46 Véase Ruiz Rodríguez y Otero Felipe (2013), Dalton (2008), Sartori (1976) y
Sartori y Sani (1980) para las diferentes fórmulas. Para ponderar el cálculo se utilizan
o bien escaños parlamentarios (Taylor y Herman, 1971; Knutsen, 1998) o porcentaje
de votos (Dalton, 2008). En este capítulo se recurre a la segunda opción mediante el
Índice de Polarización (Dalton, 2008). Para consultar la fórmula exacta, véase Dal-
ton, (2008: 8-9) o Ruiz Rodríguez y Otero Felipe (2013: 97-98).
Gráfico 7
Evolución histórica de la polarización del sistema de partidos
en Chile
1.00 2.00 3.00 4.00 5.00 6.00 7.00 8.00 9.00 10.00
1993
1994 PS - Autoubicación
1995
PS - Identificación
1996 según otros
1997
PPD - Autoubicación
1998
1999 PPD - Identificación
2000 según otros
2001 PDC - Autoubicación
2002
2003 PDC - Identificación
2004 según otros
2005 RN - Autoubicación
2006
2007 RN - Identificación
según otros
2008
UDI - Autoubicación
2009
2010 UDI - Identificación
2011 según otros
Tabla 9
Polarización ideológica (no) ponderada
del sistema de partidos en Chile
No ponderada Ponderada
Identificación Identificación
Autoubicación según Autoubicación según
otros otros
47 Véase Bunker y Navia (2013) y Došek y Freidenberg (2014) para el debate
VI. Bibliografía
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Mainwaring, Scott y Torcal, Mariano (2005), “La institucionaliza-
I. Introducción
Stroessner, del que faltaban cuatro años. Por otra parte, mantuvo tres
postulados básicos que cumplió: la recuperación de las libertades en
el país, la instauración del progreso democratizador con posibilidades
iguales para todos los ciudadanos y la convocatoria de una Asamblea
General Constituyente para la elaboración de una genuina Constitu-
ción democrática. Se posibilitó que el Partido Comunista Paraguayo
participara del proceso político emergente; el surgimiento de la Central
Unitaria de Trabajadores (CUT) y se eliminó la censura a la prensa.
La legitimidad del nuevo régimen político que sustituyó a la dictadura
stronista se realizó no solo desde dentro del sistema, sino que alcanzó su
legitimidad posterior sin alterar las reglas de juego del proceso electoral
diseñado en plena dictadura. En sus orígenes, las elecciones del 1o. de
mayo de 1989, tres meses después del golpe, se realizaron con las mis-
mas reglas que daban fundamento a una dictadura que también utili-
zaba el rito electoral como justificación aparente del poder. No hubo
ni siquiera una sensación de ruptura. La ciudadanía comprendió que
no existía un cambio sustancial sino simplemente una recomposición
de nombres, por eso es que el efecto más dramático de éste estreno de
la transición fue el de haber permitido la continuidad del viejo esque-
ma, con lo cual la ruptura entre el antes y el después de la caída de
Stroessner quedó absolutamente diluida (Morinigo, 2002).
En 1991 se llevaron a cabo las primeras elecciones municipales
para escoger intendentes, donde el Partido Colorado perdió algunas
ciudades, incluyendo Asunción, alcanzando un magro 43.4% de los
votos, mucho menos de lo que estaba acostumbrado. También en ese
año, con el apoyo logístico y de recursos humanos de las fuerzas mi-
litares y de un grupo de consulta brasileño, en las elecciones del 1o.
de diciembre de 1991 para la conformación de la Asamblea Constitu-
yente, los colorados obtuvieron 122 (de los 198) escaños y una mayo-
ría absoluta en la Asamblea. Las 76 bancadas restantes fueron distri-
buidas entre la oposición de la siguiente manera: el PLRA obtuvo 55.
% % %
Candidatos votos Candidatos Votos Candidatos votos
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a En esta categoría se incluyen los candidatos de los siguientes partidos: Anianiano D. Estigarribia del PLR con 14.849 votos (1.23 %), Fer-
PL con 1.155 votos (0.1%), Joel Atilio Cazal del MAPN con 1.091 votos (0.1%), Leandro Jesús Prieto del MPSP con 1.042 votos (0.1%) y Gustavo
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4 La muerte del general. Oviedo en febrero de 2013, a tan sólo dos meses de las
Tabla 3
Evolución de la composición de la Cámara de Diputados
Tabla 4
Evolución de la composición del Senado
Tabla 5
Partidos electos en cada Gobernación Departamental.
Elecciones 2008 y 2013
Tabla 6
Polarización ideológica de las élites legislativas
Tabla 7
Comparativo de polarización ideológica entre el PLRA y la ANR
VI. Conclusiones
VII. Bibliografía
Bases de datos
Daniel Buquet*
I. Introducción
El contexto de los últimos años del siglo XIX y los primeros del
XX ubicaba al PC en el poder y al PN como su desafiante que, al con-
siderarse despojado de las posiciones de poder que creía merecer, re-
curría al levantamiento armado para reclamarlas. Los blancos venían
denunciando durante el último cuarto del siglo XIX la injusticia del
sistema electoral y el fraude y exigían el sufragio secreto y la represen-
tación proporcional. A pesar que entre 1897 y 1910 se fueron incor-
porando diferentes mecanismos de representación de las minorías, el
proceso fue dejando en claro que la democratización del país requería
una gran operación de ingeniería constitucional, ya que las diversas
concesiones puntuales nunca lograron que la oposición legitimara al
gobierno. En esos años se ubica la coyuntura crítica fundacional de la
democracia uruguaya.
La elaboración de un marco institucional democrático resultó
entonces de un conflictivo proceso que, a lo largo de una década y
tras duras batallas cívicas, articuló en forma más o menos equilibra-
da las preferencias de los principales actores políticos de la época.
La “activación” del proceso de reforma se concretó a fines de 1907
y determinaría buena parte de la agenda política durante los años
siguientes, hasta la elección de una Convención Nacional Consti-
tuyente en 1916. En las elecciones para esa Convención del 30 de
julio de 1916, el mapa político estaba constituido por el tradicional
bipartidismo, pero con una peculiaridad: en esos comicios, que bien
pueden calificarse como las primeras elecciones legítimas de la his-
toria uruguaya, el oficialismo fue derrotado. Las ideas reformistas
impulsadas por el principal líder colorado, José Batlle y Ordóñez, di-
vidieron a su partido y estimularon un lento proceso de polarización
política (Nahum, 1975).
La negociación de la Constitución, por tanto, se desarrolló en el
marco de un relativo e inestable balance, con una asamblea constitu-
yente hostil al Ejecutivo y un gobierno con poderes suficientes como
para bloquear el proceso reformista (Manini, 1970). Seguramente fue
por ese peculiar balance de fuerzas que la Constituyente terminó ela-
borando un proyecto consensuado, producto de un pacto que implicó
recíprocas concesiones. El Partido Nacional consiguió la inclusión de
la representación proporcional (RP) para la Cámara baja y un con-
junto de garantías para el ejercicio del sufragio; el riverismo, sector
minoritario dentro del Partido Colorado, logró el mantenimiento de
la figura del presidente de la República, y el batllismo, sector mayori-
computaban primero por listas y luego se adjudicaban las bancas a los candidatos
más votados de esas listas (Acevedo, 1942).
9 Véase, por ejemplo, Pérez Pérez (1970); González (1993); Buquet et al. (1998).
Tabla 1
Resultados electorales nacionales: Uruguay. 1971-2014
Partido/
1971 1984 1989 1994 1999 2004 2009 2014
Elección
Frente
18.3% 21.3% 21.2% 30.6% 40.1% 51.7% 49.3% 49.4%
Amplio
Gráfico 1
Evolución electoral en Uruguay. 1971-2014
100%
Tadicionales
81.15% Desafiantes
80%
76.26%
69.16%
63.56%
60%
55.09% 53.55% 54.73%
51.90%
0%
1971 1984 1989 1994 1999 2004 2009 2014
Fuente: elaboración
propia a partir de datos del Área de Política y Relaciones Interna-
cionales del Banco de Datos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de la República.
versas modalidades.
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senadores 0 0 2 1 1
0% 0% (29.0%) (3.2%) (3.2%)
Otros
diputados 0 2 9 5 4
0% (2.0%) (9.1%) (5.1%) (4.0%)
Fuente: elaboración
propia a partir de datos del Área de Política y Relaciones Interna-
cionales del Banco de Datos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de la República.
Pero más allá de sus características y los enfoques utilizados para
su análisis, el proceso de cambio político en Uruguay había mostrado
tal grado de estabilidad que hasta una simple regresión lineal permi-
tió predecir en el año 2000 el resultado de la elección de 2004 con un
extraordinario nivel de precisión (González y Queirolo, 2000). Sin em-
bargo, una vez que el FA llegó al gobierno, ese fenómeno dejó de pro-
ducirse por completo, tanto el proceso de crecimiento del bloque desa-
fiante a costa del bloque tradicional, cuanto la condición minoritaria
de los presidentes electos. El proceso culminó con la consolidación de
los dos bloques como tales que parecen haberse estabilizado ocupan-
do cada uno de ellos aproximadamente la mitad del espectro político.
Gráfico 2
Volatilidad electoral agregada en Uruguay. 1946-2014
30.0%
24.8%
25.0%
1946 1950 1954 1958 1962 1966 1971 1984 1989 1994 1999 2004 2009 2014
Año de la elección
Interpartidaria Interbloque
Fuente: elaboración
propia a partir de datos del Área de Política y Relaciones Interna-
cionales del Banco de Datos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de la República.
La volatilidad electoral representa el cambio neto de votos entre
partidos o bloques de una elección a otra (véase Freidenberg, en este
libro). Uruguay es un país que presenta valores moderados en este in-
dicador y los picos de volatilidad entre partidos que se aprecian en el
gráfico 2 corresponden a coyunturas críticas: el triunfo nacionalista de
1958, la formación del FA en 1971 y su triunfo en 2004. A su vez, la
volatilidad entre bloques hasta 1971 era muy poco significativa ya que
los principales cambios se producían entre los partidos tradicionales.
En cambio, la volatilidad entre bloques a partir de 1971 se incremen-
tó sensiblemente, llegando por momentos a ser casi igual a la volati-
lidad total, porque en ese periodo los principales cambios de votos
ocurrían desde un bloque al otro. Es decir, en el tramo que va desde
1971 hasta 2004 el principal cambio electoral en Uruguay se mani-
festó en un flujo más o menos permanente de votos desde los partidos
tradicionales hacia el Frente Amplio.
La volatilidad que arrojaron las últimas dos elecciones nacionales
se redujo significativamente con respecto a la anterior y los valores co-
rrespondientes se ubican entre los menores de toda la serie, muy por
debajo del promedio. La volatilidad entre partidos en la elección de
2009 se situó en un 7.6%, casi cuatro puntos por debajo del promedio
de toda la serie que es de 11% y, la de 2014, fue menor aún con un
4.2%. Por su parte, la volatilidad entre bloques se ubicó en 1.7% en
2009 y 2.1% en 2014, valores que se ubican por debajo de la mitad
internas de los partidos– establece que: “Las elecciones internas referidas en la Dis-
posición Transitoria W) de la Constitución de la República se realizarán en un único
acto, con sufragio secreto y no obligatorio, en el que en una hoja de votación, identi-
ficada por el lema partidario, se expresará el voto por el candidato único del partido
político a la Presidencia de la República...”.
la elección nacional tiene a su disposición las críticas que el rival interno utilizó en su momento.
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La evidencia que surge de la realización de elecciones primarias en Uruguay es escasa (las elecciones internas sólo
se han celebrado en cuatro ocasiones y sólo tres partidos han presentado competencia por la candidatura presiden-
cial en esa instancia) y no parece concluyente en ese sentido. Si bien en una ocasión (2004) el ganador de la elección
nacional (Vázquez) no tuvo rivales en la primaria, en otras dos ocasiones (1999 y 2009) los triunfadores en la elección
nacional (Batlle y Mujica) obtuvieron su candidatura a través de la contienda más competitiva de todas, es decir, en la
que se verifica la menor diferencia entre los dos primeros competidores (tabla 4).
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Tabla 4
Elecciones primarias en Uruguay: votación de los dos primeros candi-
datos, diferencia y número efectivo de candidato
Fuente: elaboración
propia a partir de datos del Área de Política y Relaciones Interna-
cionales del Banco de Datos de la FCS-UdelaR.
Más allá de que la experiencia uruguaya no permita obtener con-
clusiones contundentes sobre los efectos de la competencia primaria
en el desempeño de los partidos en la elección general, pueden apun-
tarse algunas tendencias observadas a lo largo de la última década.
En primer término las elecciones primarias han estimulado su utiliza-
ción efectiva para designar el candidato presidencial de los partidos
principales. Si bien esto puede resultar natural para los partidos tra-
dicionales que siempre habían utilizado el DVS con esa finalidad, no
es así en el caso del Frente Amplio que, al contrario, siempre criticó
la multiplicidad de candidaturas presidenciales. La obligatoriedad de
las elecciones internas, sumada a los procesos de pugna interna en
el Frente Amplio, condujeron finalmente a que este partido también
haya resuelto definir su candidato presidencial en una competencia
18 Véase los trabajos de Shugart y Carey (1992) y Mainwaring y Shugart (1997).
Fuente: elaboración
propia a partir de datos del Área de Política y Relaciones Interna-
cionales del Banco de Datos de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
de la República.
esas reformas, inclusiva o excluyente, buscó una adaptación del sistema electoral a las circunstancias sobre la base de
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la experiencia anterior. Ninguna de las reformas elaboradas fue diseñada ex nihilio, sino manteniendo del sistema an-
terior los aspectos funcionales al sistema e innovando en aquellos que resultaban disfuncionales. En la siguiente tabla
se representa sintéticamente la evolución del sistema político uruguayo de acuerdo a los términos que se han visto en
este trabajo.
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Tabla 5
Coyunturas críticas, reformas y equilibrios
Ejecutivo MR MR MR
Sistema
Diputados RP RP RP
electoral
Senadores MR ½y½ RP
Dictadura Bipartidismo
Formato de equilibrio Multipartidismo
bipartidista fraccionalizado
VI. Bibliografía
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González, Luis E. (1993), Estructuras políticas y democracia en Uruguay, Mon-
tevideo, Fundación de Cultura Universitaria.
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Pérez Pérez, Alberto (1970), La Ley de Lemas, Montevideo, Fundación de
PAÍSES ANDINOS
I. Introducción
1. Contexto
dos siguiendo las categorías de Sartori (1992). Los términos de partidos de comité,
de notables y de masas se adecúan a los conceptos elaborados por Duverger (2000).
Gráfico 1
Margen de victoria en las elecciones presidenciales
1947-2014
Calculado según
la distancia entre las dos candidaturas más votadas.
Fuente:
elaboración para esta investigación con Javier Pérez Mendieta, graduado del
Máster de Ciencia Política de la Universidad de Salamanca, España.
1. Contexto
final de las Fuerzas Armadas del poder en 1982, los partidos y por
ende el sistema de partidos pasaron a un lugar secundario, colocados
en la clandestinidad o aceptados hasta ciertos límites. La política giró
alrededor del Ejército y los sindicatos. Las Fuerzas Armadas no eran
monolíticas, albergaban corrientes de izquierda y de derecha, dispues-
tas al diálogo con los líderes civiles afines a sus planteamientos. Entre
tanto, la oposición más frontal a los militares no nació de los partidos,
desprovistos de escenarios, sino de los sindicatos, en especial mineros
y obreros.
Los militares procuraron conservar el marco de acción movi-
mientista. Incluso organizaron la elección presidencial de 1966, có-
modamente ganada por el general Barrientos contra FSB y ramas
menores del MNR, con la previsión de vetar la participación de los
ex presidentes V. Paz y Siles. Ese intérvalo constitucional, conducido
con baja competitividad, legó la Constitución de 1967, que sirvió de
marco para el retorno a la democracia, y con reformas, permaneció
vigente hasta 2009.
El Ejército buscó el patronazgo estatal sobre el movimiento cam-
pesino y durante el gobierno de Barrientos (1964-1969) lo logró en
amplia medida (Klein, 1987). En cambio, quebró lanzas con el resto
del sindicalismo, sobre todo minero, alineado con la izquierda. La
desaparición de esta vertiente de inclusión y encuadre popular di-
ferenció el periodo militar del precedente. Cortó de raíz los brotes
guerrilleros, venció a la guerrilla de Ñancauzú de Ernesto “Ché”
Guevara (1967) y la de Teoponte, de jóvenes marxistas y cristianos
(1969; Rodríguez, 2006). Mantuvo y expandió el capitalismo de Es-
tado, aunque ofreció al empresariado facilidades, espacios de poder y
ámbitos de concertación.
El periodo tuvo el punto de inflexión con el golpe de estado de
Hugo Banzer a su colega de armas pero adversario ideológico, Juan
José Torres (1971). El nuevo presidente se situó a la derecha, aliado
con el MNR de V. Paz, la FSB, el empresariado y el apoyo de Estados
Unidos en un momento álgido de la Guerra Fría. Reprimió a la iz-
quierda de viejo o nuevo cuño, se estrelló contra el sindicalismo y con-
virtió el pacto militar-campesino de Barrientos en un cascarón vacío,
manifestando que la proximidad con el movimiento popular dejó de
ser una prioridad. Para 1974, prescindió de los aliados partidarios y se
benefició con la bonanza de precios de las materias primas provocada
por el shock petrolero de 1973.
mando del Estado. Como era habitual, la UDP gobernó sin aliados
pero en una situación sin precedentes, el oficialismo era minoritario
en el Parlamento, lo que precipitó la crisis de gobernabilidad. Peor fue
el impacto de la hiperinflación, una de las más agudas sufridas por un
país en tiempos de paz, que colapsó la economía, deterioró el nivel
de vida y alimentó una espiral de protestas sociales encabezadas por
el sindicalismo.
Acorralado, Siles aceptó un recorte de su mandato y se convocó
a una elección anticipada, para 1985. Se evitó así que la crisis guber-
namental deviniese en la crisis del incipiente régimen democrático
(Laserna, 1990: 208). En los años más inestables de la historia re-
publicana, el sistema de partidos ofreció una imagen fragmentada y
polarizada; sin embargo, en un nivel menos ruidoso, sufrió una muda
importante, que lo distinguió de las formas precedentes: tuvo más
partidos que en cualquier periodo previo, se volvió competitivo en un
grado desconocido, conoció la dispersión del sufragio.
Gráfico 2
Número efectivo de partidos en las elecciones presidenciales. 1947-2014
las secuelas del fugaz pero sangriento golpe de estado del general Al-
berto Natusch que provocó la implosión de la alianza construida alre-
dedor del MNR, que tuvo numerosos cuadros comprometidos en esa
aventura militar. En 1985, se estableció la plusmarca, con 18 candida-
turas, resultado de la descomposición de la UDP luego de su gestión
gubernamental. No menos de cuatro organizaciones que acompaña-
ron la gestión de Siles llevaron candidatos propios.
En contadas oportunidades, la obtención de la personalidad jurí-
dica tenía como fin la participación autónoma en la elección, servía
más bien para acomodarse mejor en el armado de las grandes coali-
ciones en el retorno a la democracia. Para muchos dirigentes medios,
afirmar ser líderes nacionales de una sigla constituía un instrumento
de negociación más eficaz para ingresar en las listas parlamentarias
que presentarse de manera individual. Por su parte, para las coalicio-
nes, aunque había uno, dos o tres partidos troncales, no parecía estar
de más acumular siglas, quizá para impresionar a los rivales, a los
electores o darse mayor confianza.
En 1980, la UDP estaba integrada oficialmente por el MNRI, el
MIR, el PCB, el MPLN, el PRINM, el PSTA y el MRE; por su par-
te, el FDR y el MNR-AFIN, que no alcanzaron 5% de los sufragios,
¡tenían cada uno seis partidos coaligados! Estas tácticas se facilitaron
por la ausencia de elecciones desde 1966 que impedía conocer el peso
verdadero de cada grupo: en el mejor de los casos existían suposicio-
nes fundadas, pero a menudo, simples especulaciones.
La multiplicación de los partidos también se explicó por la ruptu-
ra del MNR luego de 1964 y la fragmentación de las ramas disidentes,
en menor medida por la desagregación de FSB y por las escisiones de
los troncos trotskista y pro-soviético. En el MNR persistían las divi-
siones que pesaron en su derrocamiento. Dos alas sobresalían. Una la
dirigía el ex presidente V. Paz, que conservaba el nombre del MNR,
la mejor estructurada, con la presencia más extensa en el territorio,
considerada más conservadora por su respaldo al golpe de estado de
Banzer. La otra que agrupaba a los críticos contra ese golpe de estado,
la encabezaba el ex presidente Siles, fundador del Movimiento Nacio-
nalista Revolucionario de Izquierda (MNRI), el pivote de la UDP. Al
lado de las dos corrientes centrales, numerosos dirigentes regionales o
sectoriales dirigían sus propias tiendas.
La compleja relación falangista con los gobiernos militares, entre
el apoyo, al punto que muchos cuadros terminaron cooptados por el
1. Contexto
Tabla 1
Cantidad de partidos reconocidos, participantes y cancelados,
presidenciales. 1979-2014
al Congreso.
5 En Europa, la extensión del voto a los obreros y otras categorías populares fa-
voreció a los partidos socialistas y desplazó a los liberales (Duverger, 2000: 240-241).
Gráfico 3
Volatilidad electoral agregada en las elecciones presidenciales. 1947-2014
1. Contexto
Gráfico 4
Polarización ideológica en el Parlamento, legislaturas 1993-2006
El índice mide las diferencias entre las posiciones ideológicas más extremas del espec-
tro y se establece de 1 a 10.
Fuente: Observatorio de Instituciones Representativas de la Universidad de Salamanca.
Gráfico 5
Volatilidad electoral agregada en las elecciones municipales. 1987-2004
Tabla 2
Partidos que obtuvieron los tres primeros lugares
en las presidenciales y en las elecciones de gobernadores. 2005-2015
al Congreso.
Gráfico 6
Porcentaje de participación en elecciones presidenciales. 1951-2014
Mapa 1
Resultados por municipios, 2000
MAS
PODEMOS
UN
MNR
Gráfico 7
Concentración de la votación en los candidatos primero y segundo,
elecciones presidenciales. 1947-2014
nuestra comunidad hubo un voto por Tuto Quiroga, vamos a investigar de quién fue
porque no podemos tolerar traiciones de nuestros propios compañeros”. Frase citada
como ejemplo del carácter “corporativo-comunal” del apoyo al MAS (Stefanoni y do
Alto, 2006: 20). En 2014, el ingreso de los partidos opositores a zonas rurales planteó
problema, con amenazas de prohibiciones decididas por el sindicalismo campesino o
el mismo MAS. Por ejemplo: “Veto a la campaña electoral de partidos opositores al
gobierno del MAS”, Erbol, 11 de junio de 2014; “En el Chapare, no dejarán ingresar
a los opositores”, El Potosí, 17 de julio de 2014. El diputado Luis Gallegos amenazó
a los votantes del norte de Potosí con el “voto chicote” si no votaban en línea por los
candidatos presidencial y parlamentario del MAS.
VII. Bibliografía
Base de Datos
Felipe Botero*
Rodrigo Losada**
Laura Wills-Otero***
I. Introducción
II. El contexto
Ante esta crisis, que se percibía como de carácter generalizado, los go-
biernos de los presidentes Belisario Betancur Cuartas y Virgilio Barco
Vargas (PL, 1986-1990) se vieron urgidos a buscar salidas a la crisis po-
lítica. Betancur Cuartas inició un proceso de negociaciones con grupos
guerrilleros con el propósito de lograr una salida negociada del con-
flicto. No obstante, estos esfuerzos fracasaron en 1985 cuando el Mo-
vimiento 19 de Abril (M-19)5 tomó el Palacio de Justicia. Las Fuerzas
Militares efectuaron la retoma del Palacio, lo que desató una tragedia
en la que murieron cerca de un centenar de personas, incluyendo once
magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
Durante el gobierno de Barco Vargas se planteó la necesidad de
reformar las reglas del juego político y de llegar a acuerdos de nego-
ciación con garantías reales para lograr la reincorporación exitosa
de los guerrilleros que se acogieran a los mismos. Cuatro grupos fir-
maron acuerdos de paz en 1990, tras la promesa del gobierno de ha-
cerlos partícipes en la ANC que se encargaría de escribir una nueva
5 El M-19 nace, a raíz de un supuesto fraude en las elecciones presidenciales de
1970, como un ala radical de la Alianza Nacional Popular (Anapo). A su vez, ésta ini-
cia su vida política en 1961 como un movimiento político que desafiaba los acuerdos
del FN, creado por el depuesto general Rojas Pinilla.
9 Antes de este año, en cada uno de los gobiernos posteriores al Frente Nacional,
Mayoría Número de
Mayoría
Sistema Duración requerida candidatos
Tipo de Periodo requerida Elecciones
político y mandato Reelección en que acceden
candidatura interelectivo en segunda concurrentes
período primera a la segunda
vuelta
vuelta vuelta
Colombia I Mayoría
4 años No - - No
(1974-1991) relativa
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12 Véase Acto Legislativo 1 de 2003. Una segunda reforma política, el Acto Legis-
lativo 1 de 2009, impuso una gran responsabilidad en los dirigentes de los partidos en
relación con la inscripción de candidatos, e hizo más difícil el que un político cambie
de un partido a otro.
Senado
Listas
Colombia Proporcional Depende de
cerradas,
I Representación (Hare y población Departamen-
Regionales Múltiples 4 años Sí
(1974- Proporcional mayores (promedio tos
listas por
1991) residuos) M=5)
partido
100 (más Listas
Colombia Proporcional
dos de la cir- cerradas,
II Representación (Hare y Único
Nacionales cunscripción Múltiples 4 años Sí
(1991- Proporcional mayores nacional
especial para listas por
2003) residuos)
indígenas) partido
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Tabla 2 (continuación)
Cámara
Listas
Colombia Proporcional Depende de
cerradas,
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13 En los años posteriores a 1974, la edad mínima para votar fue de 18 años.
14 La primera vez fue el 19 de abril de 1970.
Tabla 3
Calendario elecciones presidenciales y legislativas en Colombia.
1974-2014
15 Para el periodo, 1974-2002, los datos provienen de Borda, Giraldo y Losada
(2002: 235). Para los años, 2006 y 2010, cálculos de uno de los autores.
Tabla 3 (continuación)
Calendario elecciones presidenciales y legislativas en Colombia.
1974-2014
lor del promedio nacional del número efectivo de listas y partidos así
como el “intervalo de confianza” alrededor de la media.16
En ambos gráficos se incluye el cálculo del número efectivo te-
niendo en cuenta tanto los votos como los escaños que obtuvieron las
respectivas listas o partidos. Si bien el cálculo con los escaños propor-
ciona una mejor descripción del sistema de partidos que resulta de la
elección — por ejemplo, bipartidismo, multipartidismo, entre otros
—, calcular el número efectivo con los votos representa de forma más
precisa la competencia al mostrar el número relevante de actores de
acuerdo con su caudal electoral. Naturalmente, el resultado con el
número de listas es un poco mayor que el resultado con el número
de votos.
Gráfico 1a
Número efectivo de listas (por votos y escaños) en las elecciones
a la Cámara de Representantes en Colombia, 1978-2006
30
20
Listas
10
-10
1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002 2006
Año
NEL votos NEL escaños
Interv. conf. Interv. conf.
Gráfico 1b
Número efectivo de partidos (por votos y escaños) en las elecciones
a la Cámara de Representantes en Colombia, 1978-2006
10
6
Partidos
0
1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002 2006
Año
NEP votos NEP escaños
Interv. conf. Interv. conf.
Fuente: elaboración propia.
tamentos del número efectivo tanto de listas como de partidos con el fin de enfatizar
las diferencias regionales de la competencia electoral.
Gráfico 2
Número efectivo de partidos (por votos y escaños) en las elecciones
al Senado en Colombia, 1978-2002
10 200
8
6 150
Listas
Listas
4
100
2
0 50
1978 1982 1986 1990
Año 1990 1994 1998 2002
NEL votos NEL escaños
Interv. conf. Interv. conf. NEL votos NEL escaños
4 10
8
Partidos
Partidos
2
6
4
0
1978 1982 1986 1990 2
Año 1990 1994 1998 2002
NEP votos NEP escaños Año
Interv. conf. Interv. conf. NEP votos NEP escaños
Gráfico 3
Número efectivo de partidos electorales en las elecciones
a la presidencia en Colombia, 1978-2006
4
Partidos
0
1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002 2006
Año
NEP votos Interv. conf.
17 Seis partidos lograron una votación superior al 1% en la primera vuelta: Par-
tido Social de Unidad Nacional (“La U”) (47%), Partido Verde (22%), Cambio Ra-
dical (10%), Polo Democrático Alternativo (9%), Partido Conservador (6%), Partido
Liberal (4%).
18 Los porcentajes de la votación de los cinco partidos que participaron en la
contienda fueron los siguientes: Centro Democrático Mano Firme Corazón Grande
(29%), Partido Social de Unidad Nacional (26%), Partido Conservador (16%), Polo
Democrático (15%), y Alianza Verde (8%).
Tabla 4
Grado de competitividad, elecciones presidenciales en Colombia.
1974-2014
cional de Planeación (DNP), 2019 Visión Colombia segundo centenario – Resumen ejecutivo
(Bogotá: DNP, 2008, p. 17). Para el mismo dato pero referido a la década de 1990,
ver DNP, La educación en cifras (Bogotá: DNP, 2007, p. 6).
24 En 2005 veía televisión un 88.2% de la población de cinco y más años. Cfr.
Anuario estadístico 2005 de la televisión en Colombia (Bogotá: CNTC, junio 2006), p. 25,
disponible en http://www.cntv.org.co/cntv_bop/estudios/anuario.pd.
25 La ley 130 de 1994, artículo 3o., establece que, para reconocer personería
26 Ilustra este tipo de coaliciones y dice mucho del sistema de partidos predomi-
secretamente con el máximo dirigente de las FARC y dejó constancia fotográfica del
encuentro. Dado que sentía haber encontrado en el grupo guerrillero disposición
para hablar sobre un eventual acuerdo de paz, hizo público este suceso por la tele-
visión una semana antes de la segunda vuelta, con la consiguiente conmoción de la
opinión pública.
28 Sobre el desarrollo de la campaña electoral de 1998, véase Hoskin (1998:
369-391).
de la misma coalición.
32 Otros partidos menores que tuvieron representación fueron Cambio Radical,
mayo de 2010.
Tabla 5
Autoubicación de las élites políticas en la escala de ideología35
VI. Bibliografía
Base de datos
pc Partido Comunista
anapo Alianza Nacional Popular
pcc Partido Conservador Colombiano
plc Partido Liberal Colombiano
ad-M19 Alianza Democrática M-19
aec Alas Equipo Colombia
aico Autoridades Indígenas de Colombia
al Apertura Liberal
VII. Anexos
Flavia Freidenberg*
I. Introducción
401
tación en cargos ejecutivos ya sea a nivel nacional o local desde las dos primeras
elecciones postransición.
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ridos para ocupar un escaño. En las circunscripciones donde debían elegirse dos re-
presentantes, uno correspondía a la lista que hubiere obtenido mayor número de su-
fragios y el otro a la lista que le siguiere en votos, siempre que ésta hubiere alcanzado
cuando menos el 50% de los votos de la primera. Si no obtenía esa cantidad, los dos
escaños se otorgaban a la lista que hubiera obtenido el mayor número de votos (Ley
de Elecciones de 1978, artículo 84). Cuando en los distritos debían elegirse más de
dos representantes, los escaños se asignaban a través de un sistema mixto que combi-
naba un cociente eliminador (el total de votos válidos obtenidos en la circunscripción
se dividía por el número de escaños a asignarse en la Cámara) con un cociente dis-
tribuidor (los partidos no eliminados recibían escaños según el total de votos partido
por la magnitud distrital (Ley Electoral de 1978, artículo 85).
7 Décima Disposición Transitoria de la Asamblea Constituyente de 1997.
8 Dado que el registro de las listas se hacía bajo el nombre de uno de los partidos,
los demás partidos que habían decidido apoyar a ese candidato perdían presencia y
visibilidad frente al electorado, lo que desincentivaba la realización de frentes elec-
torales.
9 Como ha señalado Conaghan (1996: 435), apoyar a un candidato presidencial
de otro partido “...sería como emitir un mensaje confuso para sus votantes: voten por
un partido competitivo para la Presidencia, pero voten por nosotros para el Congre-
so”. Una excepción fue en 1998 cuando los socialcristianos no presentaron candidato
presidencial y recomendaron votar por Jamil Mahuad, candidato de la dp-udc para
el Palacio de Carondelet, al mismo tiempo que solicitaban el voto para sus propios
candidatos al Congreso (Freidenberg, 2001).
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Tabla 2 (continuación)
vuelta vuelta
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centralizados.
Fuente: elaboración propia a partir de las Bases de Datos sispsub [1978-2015] y Freidenberg (2014).
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Tabla 3
Variación de la participación electoral en los comicios presidenciales
Gráfico 1
Apoyo a partidos tradicionales vs. no tradicionales en la Asamblea
Legislativa en Ecuador. 1978-2013
Fuente: elaboración propia, a partir de una idea de Simón Pachano. Base de Datos
sispsub [1978-2015] y Freidenberg (2014).
Tabla 4
Porcentaje votos obtenidos por los dos primeros candidatos
elecciones presidenciales
Tabla 4 (continuación)
Porcentaje votos obtenidos por los dos primeros candidatos
elecciones presidenciales
tados de América Latina, toda vez que para todo el periodo su media
ha sido de 0.82. De elección a elección, el mayor nivel de fragmen-
tación electoral se ha dado en 1986 y en 2002 (0.87), mientras que
se tuvieron elecciones con mucha menor fragmentación como la de
1979 (0.75), la de 1988 (0.77) e incluso la de 2009, que ha sido el me-
nor registro de todo el periodo (0.73). En cuanto al número efectivo
de partidos, si bien ha sido uno de los más altos de la región, superado
sólo por Brasil, en la elección de 2009 ha mermado a 3.76 y en la de
2014 a 1.83. Esta transformación desde un multipartidismo extremo
a un sistema cuasi hegemónico ha sido clave en la dinámica del nuevo
periodo del sistema de partidos ecuatoriano (tabla 5).
Otra manera de entender la dinámica del Legislativo es a partir
del nivel de concentración de los apoyos en los dos partidos más vota-
dos y entre los cuatro partidos más grandes. Para el periodo analiza-
do, la concentración del voto fue baja (43.52%), si se la compara con
otros sistemas de partidos latinoamericanos donde alcanza niveles del
80% como en México. Honduras, Costa Rica, Paraguay o Uruguay.
Aún así, lo interesante es la diferencia entre los partidos grandes y los
minoritarios en el Congreso, si se tiene en cuenta que los partidos que
han concentrado al menos el 5% de los escaños han sido al menos
cuatro (1979, 1996 y 2009), mientras que los partidos con menos de
5% de los escaños han llegado a 15 (2009) y 10 (2002), fragmentan-
do enormemente el ámbito legislativo. De este modo, el papel de los
partidos pequeños ha sido determinante en la política ecuatoriana, ya
que sus votos dan más juego para el intercambio particularista y las
mayorías móviles (tabla 6). Esto generó una especie de mercado per-
sa, donde los partidos pequeños y los independientes intercambiaban
sus exigencias a cambios de apoyos puntuales.
Número de candidatos
6 9 10 14 9 6 11 13 8 8 -
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presidenciales
Número de partidos
y movimientos con
13 13 13 11 10 12 13 11 10 16 12 19 12 -
representación en el
Congreso
Número efectivo a nivel
4.77 5.17 6.57 4.50 4.82 4.10 6.82 5.34 2.77 - 4.98
presidencial (primera vuelta)
Fragmentación sobre escaños
0.75 0.84 0.87 0.77 0.86 0.84 0.82 0.80 0.80 0.87 0.83 0.73 0.46 0.82
(total Congreso)
Número efectivo de partidos
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Tabla 6
Concentración del voto. 1979-2013
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1979 1984 1986 1988 1990 1992 1994 1996 1998 2002 2006 2009 2013 Media
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en 1988, PID y PRE; en 1990, PSC y PID; en 1992, el PSC y el PRE; en 1994, el PSC y el PRE; en 1996, PSC y el PRE; en 1998 la DP y el
PSC; en 2002 el PSC e PRE (si se considera como partido, pero si se considera como alianza, el grupo que apoya a PSP pasa a constituirse como
en 1990, PRE y DP; en 1992, PUR y PID; en 1994, ID y MPD; en 1996, la DP y el MUPP-NP; en 1998 el PRE e ID y en 2002 ID y PRIAN
(si se considera como partido pero si se piensa en términos de bloques cambia porque el Grupo que apoya a PSP pasa a segundo lugar y PRE a
tercero). En 2006, fueron PSC e ID y, en 2009, PSC-Madera de Guerrero y PRIAN.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Congreso y la Asamblea Legislativa. Para el indicador de partidos principales y minoritarios, datos
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Tabla 7
Volatilidad electoral agregada. 1979-2009
Legislativa
Presidenciala
(diputados provinciales)
1984-1979 63.43 41.51
1986-1984 39.82 17.55
1988-1986 28.4
1990-1988 26.3
1992-1988 49.63 24.87
1992-1990
1994-1992 15.56
1996-1992 68.01
1996-1994 27.7b
1998-1996 64.35
2002-1998 s/d 41.00
2006-2002 s/d 42.20
2009-2006 s/d s/d
Índice de volatilidad
57.04 29.45
electoral agregada
a El cálculo de la volatilidad electoral agregada se realiza sobre la primera vuelta.
b Para 1998, 2002 y 2006 el sistema electoral cambió y los votos no se registran
por partido sino por candidato, lo cual dificulta el cálculo de la volatilidad. Estos
datos son provisionales.
Tabla 8
Porcentaje de votos del partido del gobierno y del partido
con mayor cantidad de escaños (al momento de la elección)
Año
Partido gobierno % escaños Partido más grande % escaños
elección
1979 CFP 40.6 CFP 40.60
1984 PSC 12.68 ID 33.80
1986 PSC 19.72 ID 23.94
1988 ID 42.25 ID 42.25
1990 ID 19.44 PSC 22.22
1992 PUR 15.58 PSC 27.27
1994 PUR 3.90 PSC 33.77
1996 PRE 24.39 PSC 31.71
1998 DP 28.83 DP 28.83
PSP-MUPPNP-
2003 23 PSC 24
MPD y alianzas*
2006 Alianza País 0 PRIAN 28
2009 Alianza País 47.58 Alianza País 47.58
2013 Alianza País 73 Alianza País 73
17 Aunque al asumir, uno de sus legisladores abandonó Sociedad Patriótica, de-
País, Raúl Abad y Ángel Vilema que pertenecían a DP; Holger Chávez Canales que
militó en SP; Humberto Alvarado Prado del PSC; César Gracia Gámez del PRE;
Paola Pabón de la ID y Virgilio Hernández de MUPP-NP, por mencionar algunos.
Entre tanto, los asambleístas de SP también provenían de otras fuerzas políticas como
Luis Almeida que fue diputado del PSC o los de PSC-Madera de Guerrero que tie-
nen en su bloque al ex dirigente de ID, Enrique Herrería.
20 A pesar del espíritu renovador posconstituyente, sólo el 53% (66) de los legisla-
dores actuó por primera vez mientras que el resto, 58 (47%), tenía experiencia previa.
37 de ellos habían estado como constituyentes, nueve como diputados de congresos
anteriores a 2007 y 11, del último, del que fueron destituidos 57 y reemplazados por
sus suplentes. Entre ellos, 21 diputados que fueron conocidos como los “diputados de
los manteles”, por el apoyo dado al gobierno de Correa en contra de los partidos que
les habían postulado en la campaña como suplentes.
21 Las regiones que integran el país son cuatro: la Costa, la Sierra, la Amazonía y
la Insular. Entre ellas hay dos, la Costa y la Sierra, que juntas concentran el 96% de la
población del país y el mayor número de electores como así también de escaños en el
Congreso Nacional. La población total alcanzaba en 1990 los 9,648,189 habitantes;
4,876,643 habitantes en la Costa (50.57% sobre el total del país) y 4,399,013 en la
Sierra (45.59% del total). Datos oficiales elaborados por el SIISE según el Censo de
1990. Para 2001, el 49.8% de la población vivía en la Costa y el 44.9% en la Sierra
(Sánchez López, 2008).
Tabla 9
La estrategia regional en la fórmula presidencial
Procedencia
Periodo Candidatos en la segunda vuelta Partidos
regional
Jaime Roldós Aguilera CFP Costeño
Oswaldo Hurtado Larrea DP Serrano
1979
Sixto Durán Ballén PSC Serrano
José Icaza Roldós PSC Costeño
León Febres Cordero Rivadeneira PSC Costeño
Blasco Peñaherrera Padilla PLRE Serrano
1984
Rodrigo Borja Cevallos ID Serrano
Aquiles Rigail Santiesteven PCD Costeño
Rodrigo Borja Cevallos ID Serrano
Luis Parodi Valverde ID Costeño
1988
Abdalá Bucaram Ortíz PRE Costeño
Hugo Caicedo MSD Serrano
Sixto Durán Ballén PUR Serrano
Alberto Dahik PCE Costeño
1992
Jaime Nebot Saadi PSC Costeño
Galo Vela PSC Serrano
Tabla 9 (continuación)
La estrategia regional en la fórmula presidencial
Procedencia
Periodo Candidatos en la segunda vuelta Partidos regional
Abdalá Bucaram Ortiz PRE Costeño
Rosalía Arteaga MIRA Serrana
1996
Jaime Nebot Saadi PSC Costeño
Diego Cordovez Indep. Serrano
Jamil Mahuad Witt DP Serrano
Gustavo Noboa Bejarano Indep. Costeño
1998
Álvaro Noboa Pontón PRE-Ind. Costeño
Alfredo Castillo AN Serrano
Gustavo Noboa Bejarano FRA Serrano
2000
Pinto DP Serrano
Lucio Gutiérrez Soc. Patriótica Amazónico
Alfredo Palacio Indep. Costeño
2002
Álvaro Noboa Pontón PRIAN Costeño
Marcelo Cruz Indep. Serrano
Álvaro Noboa Pontón PRIAN Costeño
Vicente Taiano PRIAN Costeño
2006
Rafael Correa Costeño
Alianza País
Lenin Moreno Serrano
Rafael Correa Costeño
Alianza País
Lenin Moreno Serrano
2009
Lucio Gutiérrez PSP Amazónico
Felipe Mantilla PSP Serrano
Rafael Correa
Alianza País Costeño
Jorge Glas
2013
Movimiento
Guillermo Lasso Costeño
Creo
22 El partido que ha conseguido más apoyo ciudadano con mayor equidad regio-
nal en el periodo 1978-1998 ha sido el Partido Social Cristiano, toda vez que presenta
una diferencia del 24% entre las dos regiones más grandes (la menor diferencia de los
cuatro partidos analizados).
23 El indicador utiliza el coeficiente de Gini como medida de desigualdad de la
distribución, en este caso de los votos obtenidos por cada partido en los distritos elec-
torales o en las unidades subnacionales. Al contrario de su uso generalizado, en esta
aplicación se le ha invertido (1-Gini), de manera que a mayor puntuación hay mejor
distribución espacial de la votación. El índice se lee de 0 a 1 (Mainwaring y Jones,
2003: 142). Sólo Brasil presentaba un índice tan bajo de nacionalización (0.58), mien-
tras en Bolivia dio 0.77, Chile y Uruguay 0.87, Costa Rica 0.90 y Honduras 0.92.
ron la mayoría de los votos: Noboa en cuatro provincias más el voto en el exterior;
Sociedad Patriótica en 13 mientras que en el resto Correa (6). El PRIAN además dio
cuenta de un partido de base nacional: fue el más votado, el que consiguió el mayor
número de diputados (28), el que además triunfó en la Costa y en la Sierra y logró ubi-
car consejeros provinciales en más de la mitad de las provincias (13): ocho de la Sierra,
tres de la Costa y dos de la Amazonía. Por su parte, el PSP se convirtió en la segunda
fuerza política, quintuplicándose su votación con respecto a 2004 y refrendando a la
Amazonía como su feudo electoral.
25 Además, en por lo menos 11 provincias, consiguió el mayor número de conse-
en el territorio (López, 2009: 2), del mismo modo que los votos hacia
los hermanos Gutiérrez, aunque estos continúan con un importante
bastión electoral en el Oriente.
PSC 0 8.3 33.3 54.2 4.2 23 6.46 1.47 6.83 1.44 22 0.37
DP 10 10 70 0 0 11 4.25 1.16 4.44 1.22 9 0.19
PRE 20 20 60 0 0 18 4.13 1.21 4.33 1.27 18 0.2
MUPPNP 37.5 37.5 12.5 0 0 7 3.14 0.00 3.43 2.47 6 0.29
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Tabla 10 (continuación)
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Tabla 10 (continuación)
Paraeste análisis se han reagrupado los valores de respuesta de la siguiente manera: izquierda: 1-2; centro-izquierda: 3-4; centro: 5-6; centro-
derecha: 7-8 y derecha: 9-10. La diferencia es calculada tras restar la autoubicación media de los miembros de cada partido y la posición media
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Gráfico 3
Autoubicación ideológica élites vs. identificación ideológica
según los otros
La distancia entre los dos partidos ubicados en los extremos del conti-
nuo ideológico es amplia y la superposición entre las agrupaciones más
alejadas ha sido mínima en el periodo 1978-2009. Esa distancia se ha
ido incrementando en los últimos años, ya que en 1996 era del 0.37
y en 2003 alcanzaba 0.42. En tanto, la superposición también ha ido
cambiando. Si en 1996 era mínima, creció en 1998 (0.31) y se redujo
claramente para 1999 (0.13). Para 2003, el espacio en el que estos dos
partidos se superponían era sólo del 0.23. Una cuestión metodológica
importante del análisis de estos datos resulta de la distorsión que genera
el entrevistar a miembros de las cúpulas y militantes de la agrupación
y no sólo a los diputados del partido. Cabe destacar que los diputados
han resultado ser más moderados en sus respuestas que el resto de los
miembros de sus partidos. Es como si las bases fueran mucho más radi-
cales que las élites. Aún así, es recomendable ser cautos en el uso de los
datos para comparar a estos grupos de naturaleza diferente.
Tabla 11
Distancia y superposición ideológica entre los partidos ecuatorianos
* Datos resultantes de las entrevistas realizadas a los dirigentes del partido y a los
militantes.
En el Congreso 2006-2009 no se realizaron entrevistas a los diputados ecuatorianos.
Fuente: elaboración propia a partir de PELA (1996-2014). Ver Freidenberg y Pachano
(2016).
Tabla 12
Polarización ponderada comparada
V. Conclusiones
VI. Bibliografía
Bases de datos
I. Introducción
* Columbia University.
449
mera vuelta, se realizaría una segunda vuelta electoral entre los dos
primeros, en la que una mayoría relativa sería requerida (esto se im-
plementó recién en las elecciones de 1985, aunque finalmente Alfonso
Barrantes se retiró y Alan García fue declarado presidente).
En cuanto al Congreso, se mantuvo su composición en dos cáma-
ras: la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados, cuyos miem-
bros tendrían un mandato de cinco años en el cargo. Los primeros
eran sesenta y debían ser elegidos por las regiones, pero ésto no llegó a
aplicarse, eligiéndose, en cambio, por distrito electoral único. Los se-
nadores eran elegidos por el sistema de cifra repartidora, con lista ce-
rrada y bloqueada, y sin voto preferencial. Además, los ex presidentes
serían senadores vitalicios. Los diputados, serían 180 en total elegidos
por departamentos en fecha simultánea con la elección presidencial
y de senadores. Para su elección se mantuvo el sistema proporcional
con cifra repartidora (D’Hondt). En cuanto a la estructura del voto,
se estableció el voto por lista cerrada, no bloqueada, con voto prefe-
rencial doble y opcional.
La cantidad de diputados por departamento no respondió a crite-
rios sólo demográficos, sino también territoriales. De esa forma, cada
departamento tendría al menos un diputado y, dicho número sería
nuevo ajustado según población. De esta forma, el sistema de distritos
múltiples generó sesgos partidarios muy importantes en la Cámara de
Diputados, que favorecieron a los dos principales partidos políticos
(Acción Popular —ap— y apra) durante la década de los ochenta
(Tuesta Soldevilla, 2010: 174). Se estableció una boleta única, pero
con posibilidad de dividir el voto. Por otro lado, se permitió que los
candidatos presidenciales se presentaran también al Congreso, lo que
generó un incentivo para los candidatos de partidos más pequeños a
presentarse para ambos cargos cuando las oportunidades de ganar
eran pocas.
Este sistema electoral estuvo vigente en Perú desde 1980 hasta
el autogolpe de Fujimori en 1992. En el mismo, Fujimori cerró el
Congreso con el apoyo de las fuerzas armadas y con la aprobación de
gran parte de la población (García Montero, 2001: 66). En palabras
de Fujimori, el objetivo del golpe no era otro que crear instituciones
más representativas: “No podemos esperar tres años más para que
lleguen al parlamento ciudadanos identificados con los intereses rea-
les del pueblo. No podemos esperar ni un día más para llevar a cabo
Mayoría
Sí, no Presidente, 1° y Mayoría
1979-1993 5 años absoluta(desde 2 30 días
inmediata 2° vicepresidente relativa
1985)
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Tabla 2
Sistema electoral por periodos para el Poder Legislativo nacional
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Magnitud Duración
Principio de Fórmula Distritos Posibilidad
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Fuente: elaboración propia con base en Constituciones y leyes modificatorias. Base de Datos sispsub (1978-2015).
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Tabla 3
Clasificación de los partidos políticos peruanos
Ciclo demo-
Altas capaci-
Estado-cen- crático pluri-
Antiguos dades de movi- Ideologías
trismo partidario
lización
(1980-1992)
Régimen au-
Amplios sec-
Aplicación de toritario, bajos
tores sociales
reformas de niveles de
Nuevos desmovilizados Issues
ajuste neoli- competencia
y despolitiza-
beral política (1992-
dos
2000)
pular Cristiano.
4 Levitsky y Cameron (2003: 7) mencionan que las divisiones internas del apra
favorecieron a Fujimori, ya que la enemistad entre el candidato del partido y Alan
García, llevó a este último a darle apoyo al candidato de Cambio 90.
en el centro político que fue ocupado por él (Tanaka, 2002: 9). Sin em-
bargo, los partidos antiguos obtuvieron en total el 63.3% de los votos en
la primera vuelta electoral, por lo que no puede considerarse que estos
hubieran desaparecido de las preferencias del electorado.
En conclusión, la década de 1980 fue dominada por los partidos
antiguos. Si bien algunos autores consideran que ésta se caracterizó
por un sistema de cuatro partidos (Dietz y Myers, 2007: 68, Kenney,
2003: 1211, Levitsky y Cameron, 2003: 6), Tuesta Soldevilla (2010:
273) argumenta que el periodo se caracteriza por un “sistema de tres
partidos” marcados por el pluralismo y la polarización. Según el au-
tor, el sistema tuvo las siguientes características:
2002 y 2008); Seawright (2012); Levitsky y Cameron (2003); Dietz y Myers (2007);
Kenney (2003); Lynch (1999).
7 El 5 de abril de 1992 Alberto Fujimori cerró el Congreso de la República e
conjura encubierta contra los esfuerzos del pueblo y del gobierno por parte de algu-
nas cúpulas partidarias. Estas cúpulas, expresión de la politiquería tradicional actúan
bajo interés de bloquear las medidas económicas que conduzcan al saneamiento de
la situación de bancarrota que precisamente ellas dejaron...” (palabras de Fujimori
en el anuncio público del autogolpe, abril de 1992)
8 La imagen positiva del presidente aumentó de un 53 por ciento en marzo de
3. El posfujimorismo (2001-2011)
12 Fujimori se presentó en cada elección con un partido político con distinto
nombre: Cambio 90 (1990), Nueva Mayoría (1995) y Alianza Perú 2000. Para las
elecciones municipales de 1998 también creó el Partido Vamos Vecino-Sí Cumple.
Al conjunto de partidos que adhieren a Fujimori se los conoce como fujimoristas.
13 Esta teoría considera que los partidos tienen una función multidimensional
que incluye también su influencia en la opinión pública, la estructuración de la com-
petencia, la agregación de las demandas ciudadanas y su influencia en la agenda
(agenda-shaping) más allá de su función de gobierno (Cyr 2012, 2014).
17 El NEP es un indicador, creado por Laakso y Taagepera (1979), que resume
18 El índice se calcula sumando las diferencias de la proporción de votos del total
obtenida por los partidos en cada una de las elecciones y dividiéndola por dos. El
resultado estima el porcentaje mínimo necesario de electores que habría cambiado
de opción de voto entre una elección y otra.
Gráfico 1
Variación del NEP para elecciones presidenciales y legislativas
y cantidad de listas presentadas, 1980-2011
Fuente:
elaboración propia con base en datos de InfoGob, el Observatorio del Poder
Legislativo de América Latina de la Universidad de Salamanca y Political Database of
the Americas de Georgetown University.
Tabla 4
Resultados electorales para elecciones presidenciales
1980-1990
2da. vuelta
Partido 1980* 1985 1990
1990
apra 27.2% 53.1% 22.5% -
Acción Popular (ap) 44.9% 7.2%
Partido Popular Cristiano - -
9.6% 11.9%
(ppc)
Izquierda Unida (iu) 6.3% 24.7% 8.2% -
Cambio 90/ NM/C90/Perú
- - 29.2% 62.4%
2000
Fredemo2 - - 32.6% 37.6%
alianza Fredemo.
Fuente: elaboración propia con base en datos de la onpe.
Tabla 5
Composición del Congreso peruano por partido político. 1980-1990
Tabla 6
Resultados electorales para elecciones presidenciales. 1995-2000
Tabla 7
Evolución de la composición del Poder Legislativo. 1995-2000
Tabla 7 (continuación)
Evolución de la composición del Poder Legislativo. 1995-2000
Finalmente, a partir de 2001, los valores tanto para las elecciones le-
gislativas como presidenciales se encuentran cercanos a los cuatro par-
tidos. Los valores de este periodo se encuentran entre los más altos de
todas las elecciones analizadas, pero es el periodo que menor variación
tiene. El sistema de partidos se encuentra, por lo tanto, más fragmen-
tado. Las elecciones presidenciales fueron en los tres casos (2001, 2006
y 2011) muy competitivas. Las dos primeras elecciones mostraron la
competencia entre tres partidos, en las cuales el tercero quedó fuera de
la segunda vuelta por una diferencia de menos de dos puntos. Sin em-
bargo, los partidos que compitieron en las elecciones fueron variando,
por lo que la mayor fragmentación no implica una estabilización de la
competencia en torno a partidos específicos.
Tabla 8
Resultados electorales para elecciones presidenciales. 2001-2011
de Independientes.
e Partido Nacionalista Peruano, Partido Comunista del Perú, el Partido Socialista
no y Restauración Nacional.
h Cambio 90, Partido Solidaridad Nacional, Siempre Unidos, Todos por Perú y
Tabla 9
Evolución de la composición del Poder Legislativo. 1995-2000
Tabla 9 (continuación)
Evolución de la composición del Poder Legislativo. 1995-2000
Por lo tanto, se puede afirmar que los valores del nep no tienen una
gran variación a lo largo del periodo 1980-2011. Sin embargo, el análisis
de los mismos a la luz de la historia política de Perú y de la identificación
de quiénes son los partidos que se cuentan, permite una comprensión
más acabada de cómo fue variando el sistema de partidos peruano.
Gráfico 2
Variación del nivel de concentración y competitividad
a nivel presidencial. 1980-2011
(Levitsky y Cameron, 2003: 11), que fueron creados sólo para com-
petir en una elección, desapareciendo luego de la misma, dificultan
la interpretación de este indicador. Sin embargo, su análisis permite
identificar ciertas tendencias.
Gráfico 3
Evolución de la volatilidad electoral agregada
presidencial y legislativa. 1980-2011
Gráfico 4
Nivel de confianza en los partidos políticos. 1995-2011
Gráfico 5
Percepción de los partidos políticos como fundamentales para la
democracia. 1995-2011
VII. Bibliografía
Bases de datos
Coorporación Latinobarómetro.
Observatorio del Poder Legislativo en América Latina (Legislatina),
Salamanca, Universidad de Salamanca, 1978-2015.
Oficina Nacional de Procesos Electorales del Perú.
Political Database of the Americas, Washington, D.C., Georgetown
University.
Portal InfoGob del Jurado Nacional de Elecciones peruano.
Proyecto de Investigación “Elites Parlamentarias de América Latina”
(PELA), Salamanca, Universidad de Salamanca, 1996-2015.
Proyecto de Investigación “Sistemas de partidos subnacionales y cali-
dad de la democracia en América Latina” (SISPSUB), Salamanca,
Instituto de Iberoamérica, Universidad de Salamanca, 1978-2015.
Iñaki Sagarzazu*
I. Introducción
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Principio de
Fórmula Tipos de Magnitud Distritos Manda- Posibilidad
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ción
Cada estado por lo
Listas cerradas y
Diputados menos 2 diputados Estados y
bloqueadas.
1961-1989 Proporcional D’Hondt Naciona- para los estados y 1 Territorios 5 años
Candidatos distrita-
les para los territorios Federales
les uninominales
federales
Cada estado por lo
Mixto: Listas cerradas y
Diputados menos 2 diputados Estados y
proporcional bloqueadas.
1989-1999 Naciona- para los estados y 1 Territorios 5 años
personali- Candidatos distrita-
les para los territorios Federales
zado les uninominales
federales
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Tabla 2 (continuación)
Sistema electoral para las elecciones legislativas y sus reformas
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Principio de
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1. Participación electoral
Gráfico 1
Porcentaje de abstención en elecciones venezolanas. 1958-2015
Sagarzazu, 2014).
Gráfico 2
Cambio de predominio de partidos tradicionales
a partidos no-tradicionales
Gráfico 3
Número efectivo de partidos en las elecciones venezolanas
Tabla 4
Número de partidos según su competitividad electoral.
Elecciones presidenciales
1958 4 1 2
1963 4 1 2 1 1
1968 11 1 2 2
1973 17 2
1978 14 2
1983 25 2
1988 32 2
1993 43 2 3
1998 27 2 1 1
Tabla 4 (continuación)
Número de partidos según su competitividad electoral.
Elecciones presidenciales
2000 14 1 1 1
2006 74 2 2 1
2012 31 1 2 1
2013 17 2
Fuente: elaboración propia.
Tabla 5
Número de partidos según su competitividad electoral
Elecciones legislativas
1973 6 2 2
1978 4 2 2
1983 7 2 1 1
5 Nótese que para la elección de 2013 como la oposición se une en una sola
tarjeta electoral aparece entonces como un partido altamente competitivo, esto sin
embargo es relativo a las decisiones electorales de la Mesa de la Unidad Democrática
(MUD).
Tabla 5 (continuación)
Número de partidos según su competitividad electoral
Elecciones legislativas
1988 6 1 1 2
1993 1 2 3
1998 9 1 2 2
2000 23 8 2 2
2005 274 3 1
2010 9 5 1
2015 38 2
Fuente: elaboración propia.
Gráfico 4
Volatilidad electoral agregada en las elecciones presidenciales
Las dinámicas del sistema político venezolano han estado muy inte-
rrelacionadas entre sí, quedando demarcadas claramente a través de
los diferentes indicadores las tres etapas: institucionalización, crisis y
resurgimiento del sistema de partidos. En el primer periodo del siste-
ma de partidos, AD y COPEI se consolidaron como las dos fuerzas
electorales viables. Esto es particularmente cierto una vez que el tercer
partido salido de la transición (la URD) y las divisiones —más impor-
tante— de Acción Democrática (AD-Oposición y MEP) se minimizan
electoralmente. Llegado 1973 y por cuatro elecciones consecutivas,
AD y COPEI acumulan más del 80% de los votos. Así mismo con la
reducción de la oferta partidaria, baja también la volatilidad entre las
diferentes elecciones. La dinámica de participación ciudadana en esta
época también es muy similar, el periodo institucionalizado se carac-
teriza por unos niveles de participación muy altos —aunque hay que
recordar que hasta 1999 el voto era obligatorio—.
uno de estos sea una coalición—. Esto, sin embargo, es fruto de unas
reglas y un ambiente electoral que fomenta la existencia del cleavage
gobierno (chavismo) y oposición.
VI. Conclusiones
VII. Bibliografía
Hillman, Richard (1994), Democracy for the Privileged: Crisis and Transition
in Venezuela, Boulder, Lynne Rienner.
Karl, Terry Lynn (1997), The Paradox of Plenty: Oil Booms and Petro-States,
Berkeley, University of California Press.
Kornblith, Miriam y Levine, Daniel (1995), “Venezuela: The Life
and Times of the Party System”, en Mainwaring, Scott y Scully,
Timothy (eds.), Building Democratic Institutions, Stanford, Stanford
University Press, pp. 37-71.
Laakso, Markus y Taagepera, Rein (1979), “Effective Number of Parties:
A Measure with Application to West Europe”, Comparative Political
Studies, vol. 12, pp. 3-27.
Lander, Edgardo (1996), “The Impact of Neoliberal Adjustment in Ve-
nezuela, 1989-1993”, Latin American Perspectives, vol. 23 (3), pp. 50-73.
Levine, Daniel H. (1973), Conflict and political change in Venezuela, Princeton,
N.J, Princeton University Press.
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Bond, Robert D. (eds.), Contemporary Venezuela and Its Role in International
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Levine, Daniel H. (1989), “Venezuela: the Nature, Sources, and Future
Prospects of Democracy”, en Diamond, Larry, Linz, Juan J. y Lipset,
Seymour Martin (eds.), Democracy in Developing Countries: Latin America,
Boulder, Lynne Rienner, pp. 247-289.
Levine, Daniel H. (1998), “Beyond the Exhaustion of the Model:
Survival and Transformation of Democracy in Venezuela”, en
Canache, Damarys y Kulisheck, Michael (eds.), Reinventing Legitimacy:
Democracy and Political Change in Venezuela, Westport, CT, Greenwood
Press, pp. 187-214.
Linsey, Austin y Herrera, Antonio José (1980), “El nuevo régimen
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núm. 9, pp. 395-422.
Lopez-Maya, Margarita (2006), Del Viernes Negro al Referendo Revocatorio,
2 ed., Caracas, Alfadil Ediciones.
Lozada, Mireya (1999), “¿Discurso político o ideología light?”, en Bolívar,
Adriana y Kohn, Carlos (ed.), El discurso político venezolano: un estudio
multidisciplinario. Caracas, Comisión de Estudios de Postgrado, Fa-
cultad de Humanidades y Educación Fondo Editorial Tropykos.
Bases de datos
ad Acción Democrática
copei Comité de Organización Política Electoral Independiente
mas Movimiento al Socialismo
lcr La Causa R
pcv Partido Comunista de Venezuela
mvr Movimiento Quinta República
mep Movimiento Electoral del Pueblo
mud Mesa de la Unidad Democrática (coalición)
urd Unión Republicana Democrática
psuv Partido Socialista Unido de Venezuela
prvzla Proyecto Venezuela
Convergencia
CONCLUSIONES
Flavia Freidenberg*
525
cidad de los partidos tradicionales nacionales andinos (PSC, ID, DP-UDC, CFP, PRE
movimientos políticos que sólo compiten a nivel subnacional, más los grandes cam-
bios que se produjeron en el periodo 1979-2011, han repercutido en las percepciones
de los votantes sobre los partidos y su papel en un sistema democrático. Véase Ta-
naka (2008), Meléndez (2012) y Rubio (en este libro).
6 El sistema de partidos ecuatoriano experimentó al menos dos etapas o fases ca-
dencias políticas tienden a tener una ideología moderada. Es decir, los actores no
tradicionales que se vuelven importantes en el escenario político no se encuentran
polarizados ideológicamente. El pln ha salido más fortalecido del desalineamiento
partidista, aunque durante sus gobiernos ha tenido que negociar en Congresos con
alto nivel de fragmentación, teniendo dificultades para la relación con los partidos
nuevos (Cascante Matamoros, en este libro).
8 Como muestra Buquet (en este libro), lo relevante del nivel de institucionaliza-
ción del sistema de partidos uruguayos no está en la estabilidad del sistema sino en
la capacidad de adaptación de las organizaciones partidistas al enfrentar diferentes
coyunturas críticas.
9 En una investigación sistematizamos las reformas electorales llevadas a cabo
y/o sobre la dinámica del sistema de partidos. Por ejemplo, una vasta
literatura ha dado cuenta de cómo los cambios hacia la introducción
de reglas electorales más distributivas condujeron a un incremento en
el nivel de competitividad del sistema de partidos mexicano (Alarcón
Olguín y Reyes del Campillo, en este libro; Reynoso, 2011; Molinar
Horcasitas, 1997), minimizando el papel de otras explicaciones ba-
sadas en factores socioeconómicos (Méndez de Hoyos, 2003) y gene-
rando consecuencias significativas sobre el nivel de pluralismo y la
inclusión del sistema político.10
Los cambios en las reglas electorales de Uruguay (Buquet, en este
libro) o de Colombia (Botero et al., en este libro) también han impac-
tado en la reconfiguración del sistema de partidos. Entre 1974 y 2014
el sistema electoral colombiano cambió de manera significativa y el
sistema de partidos fue reconfigurando de manera paralela. Las refor-
mas de la Constitución de 1991 estuvieron dirigidas a la apertura del
sistema político, mientras que las que se hicieron en 2003 se encami-
naron a ordenarlo tratando de reducir el número de partidos y forta-
lecerlos internamente. Del bipartidismo existente en 1974 entre libe-
rales y conservadores, se pasó a un sistema multipartidista extremo en
la década de 1990 y a uno limitado después de la reforma electoral de
comienzos del siglo XXI (Botero et al., en este libro).
Otros sistemas políticos han tenido un significativo carrusel de re-
formas electorales, lo que ha generado sistemas de partidos caóticos,
donde las reglas no han estado claras y han mutado constantemente
los incentivos hacia la competencia. Ecuador es un buen ejemplo de
ello (Freidenberg, en este libro). El cambio constante de las reglas ge-
neraron un escenario esquizofrénico (Pachano, 2007), con un sistema
de partidos muy fragmentado, con competencia centrífuga y sin in-
centivos para la cooperación, donde los políticos debían reinventarse
constantemente, sin posibilidad de generar aprendizaje político. Lo
interesante es que, a pesar de la incontinencia reformista, varios de
los cambios en las reglas fueron muy positivos para la ampliación del
nivel de pluralismo del sistema político, ya que se modificaron las con-
diciones de acceso a la representación (la posibilidad del voto faculta-
10 Esto se pone de manifiesto también generando condiciones para que se dé
la alternancia entre los partidos en el poder (tanto nacional como local), el fortale-
cimiento de los partidos de oposición, la pérdida de poder de algunos gobernadores
priistas, el modo en que se seleccionaban las candidaturas o se facilitaba la participa-
ción de las mujeres en esas candidaturas, entre otros.
V. Bibliografía
Amaral, Oswaldo E. Do
Botero, Felipe
Buquet, Daniel
Došek, Tomáš
Freidenberg, Flavia
Losada, Rodrigo
De Luca, Miguel
Malamud, Andrés
Rubio, Julia
Sagarzazu, Iñaki
Wills-Otero, Laura
9 786078 510092
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556