Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
La playa se ubica donde se unen dos países y el océano más grande del mundo.
Un muro de metal, divisorio, acaba o comienza su peregrinación cien metros mar adentro.
A partir de ahí, el muro se extiende hacia el oriente, donde termina por convertirse en un
gran río : comunión del hombre con la naturaleza. Muro y río tajan el continente en dos
partes.3
5Pero ¿cuáles son los otros tópicos, recurrencias temáticas y recursos de estilo
que constituyen el universo narrativo de Luis Humberto Crosthwaite ? Es verdad : « Todos
sus libros forman una radiografía moral apasionante de la vida de esta frontera por la cual
sangra cada día la América Latina ». Así, desde la publicación de Marcela y el rey al fin
juntos, el narrador recurso literario que media entre el autor y el lector establece,
en podestat prolepsis, el que será el mundo narrativo del escritor, dominado por las
imágenes de otros sitios urbanos y la imprescindible presencia de iconos y figuras
musicales míticas, del rocanrol o del folklore popular que acompañan siempre a los
personajes de sus cuentos y novelas, bajo la mirada cómplice de un sensible y asiduo
lector de poesía. Con un epígrafe de Francisco Morales, poeta nacido también en Baja
California, el escritor hará su aparición en el mundo de la literatura : « Ya no soy el requinto
más tristón/ del universo » y junto a éste, un epígrafe de una canción de John Lennon :
« todo el mundo pasó buenos momentos/ todo el mundo tuvo un sueño erótico/ todo el
mundo se dejó crecer el pelo/ todo el mundo vio brillar el sol ». Confirmo esta apreciación,
además, en los epígrafes de su libro más reciente : « Que las palabras pasen como
ægopodes/ por encima de las fronteras y las aduanas/ y aterricen en todos los campos » ; y
« Quiero recordarle al gringo,/ yo no crucé la frontera,/ la frontera me cruzó », tomados
respectivamente de los versos del gran poeta Vicente Huidobro y de una canción agarrona
de Enrique Valencia, integrante del popular conjunto musical de Los Tigres del
Norte. Quizás este gusto por la poesía y la música de los Beatles aparezcan con más
claridad en el hilarante relato « Mujeres en traje de baño caminan solitarias por las playas
de su llanto »7, sugerente título, casi almodovariano, con el que nombró los textos incluidos
hace tiempo en una plaquette. Y ya que estamos en esta digresión sobre los gustos y
obsesiones de este escritor mencionaré los títulos de sus otros libros. Al último de los
mencionados siguieron No quiero escribir no quiero8, libro con el cual ganó el premio
nacional de cuento del Centro Toluqueño de Escritores, y El gran pretender9, un texto
fundamental para entender la vida de cholos y pachuchos, seres de los cuales se ocupaba
ya Octavio Paz en el Laberinto de la soledad, pero que Luis Humberto Crosthwaite recrea
con una prosa dinámica y sugerente en la cual el lenguaje se constituye como elemento
fundamental, rasgo de identidad de los jóvenes del barrio, de sus esperanzas y
desesperanzas, ilusiones y desilusiones. Cómo olvidar el fonético nombre de El Saico,
personaje que da vida a la narración en esta novela corta, la cual fue incluida en una
edición más reciente, junto con otros dos magistrales cuentos « Sabaditos en la noche » y
« Todos los barcos », en Estrella de la calle sexta10. Myriam Vidriales en « Narrador del
futuro anunciado » expresa un interesante juicio a propósito de su contenido :
6Por su pertinencia para esta exposición extraigo, con sus respectivas respuestas,
dos de las preguntas que se le formularon en esta entrevista :
La reflexión del lenguaje con la que estoy trabajando cada vez, es lo que más
disfruto, digamos que es un proceso evolutivo al que tardé mucho en llegar. Tuve que leer
mucho, escribir otro tanto, para llegar a la conclusión de que el lenguaje debería ser
partícipe de la historia, y que de alguna manera debería reflejar los estados de ánimo de
los personajes y lo que esta sucediendo...
8La forma en que hablan los personajes ¿1a definiría como el habla de la frontera ?
Esta forma de narrar es una especie de invención mía Sí, hay gente que habla así,
pero no podríamos decir que es el habla exclusiva de la frontera. Tijuana es una ciudad
múltiple, con múltiples voces, y siendo una ciudad que está recibiendo constantemente
visitantes, que se va alimentando de migrantes, realmente necesitas estar mucho tiempo
ahí para que la cultura norteamericana influya en tu lengua o tu cultura, y la mayoría de la
gente no se queda ahí. Yo lo que hago es crecer, hacer más grande ese aspecto que a mí
me resulta tan interesante de la ciudad, una especie de mestizaje. También se dice que
Tijuana, por estar en la frontera, está en constante búsqueda de identidad... [...] Todos los
días se está gestando una identidad fronteriza, que es algo totalmente nuevo y que se
viene desarrollando sólo en ciudades con estas características. Quizás en México no sean
tantas, pero en el mundo cada vez es un fenómeno mayor. Un viajero frecuente a Tijuana
es Manu Chao, a quien le encanta la ciudad y no sólo compone canciones sobre ella, sino
que en sus entrevistas suele compararla con Gibraltar, eso a mí me llama la atención. El
fenómeno que sucede en Tijuana, aunque parece ser único para México, no lo es en el
mundo. De alguna manera me parece que en Latinoamérica, Tijuana viene siendo una
especie de microcosmos que refleja lo que va a suceder en general con las ciudades...
9Este tipo de expresiones, sin duda confirman las reveladoras ideas y los
conmovedores juins de Javier Cercas, producto de un recorrido por la ciudad de Tijuana,
acompañado precisamente por Luis Humberto Crosthwaite :
Je pense que Tijuana est une plage aussi triste qu’une blessure par laquelle
saignerait toute l’Amérique latine, qu’elle est un miroir où personne n’ose se regarder parce
que c’est un miroir monstrueux, un impossible miroir de sang avec lequel nous ne sommes
pas unis par l’amour mais par l’épouvante, et que ce doit être pour cela que nous l’aimons
tant. Je pense aux milliers de désespérés qui ont réussi à franchir ce mur de cauchemar, à
ceux qui ont pas réussi et sont enterrés au milieu de nulle part et à ceux qui essaieront de
le traverser et y arriveront peut-être, ou peut-être pas, je pense que Tijuana est une
chanson d’amour et de mort. Je pense aussi que qui ne connaît pas Tijuana ne connaît pas
le monde, parce que, dans cet amas de baraques abandonnées des dieux, au milieu d’un
paysage désolant de collines désertiques, se trouvent á la fois l’enfer et le paradis, ce qui
en fait un bon endroit pour vivre et un bon endroit pour mourir.
Ramón y Cornelio, los amos de la música del norte, y de sus aventuras, amores y
desventuras en el sinuoso camino de la fama. Entrelazando los rasgos de la mitología
popular con los de la mitología clásica, Crosthwaite logra una novela que puede leerse en
varios sentidos : como anecdotario rocanrolero en clave ; como homeland a Tijuana y a los
fundadores de la tradición musical morteña ; y, sobre todo, como metáfora de la
contradictoria felicidad que brinda la experiencia artística en los seres humanos.
14Así, mediante una prosa directa, seca y dura por lo que enuncia, precisamente
sin concesiones ni sentimentalismos, enumerando estos hechos, trágicos en sí mismos, el
escritor conclue :
Era muy extranio ver zapatistas en este lugar : sus pasamontafias, sus paliacates
rojos. Sus pies descabellos sobre la arena. Se pararon, sin saberlo, en el mismo lugar
donde había sido la boda, había muerto la ballena, se habia ahogado un hombre.
15Para concluir esta revisión mencionaré, a mi vez, los títulos de los otros relatos,
aludiendo apenas a alguno de sus rasgos más directamente característicos, siguiendo el
orden mismo en el que aparecen en el libro : « La fila», relato denso que remite de
inmediato a « La autopista del sur» de Cortázar. Sólo que en este escenario no hay
autopista sino que los transeúntes se encuentran casi varados, luchando entre ellos por
avanzar para cruzar la frontera. Contado en primera persona, la solución narrativa es muy
hermosa, pues el personaje de la narración, libre de ataduras, en el momento de ser
interrogado por el vista aduanal, con la imaginación propicia un encuentro amoroso en la
playa y el retorno a casa. En « El largo camino a la ciudadanía», no hay variación temática
sino más bien una agudización de la soledad del personaje quien soñó e idealizó tanto el
conseguir la ciudadanía estadounidense que al final se enfrenta a su propia realidad
rutinaria y contradictoria. Al autor de estos textos le atrae coquetear con el misterio y con su
propio oficio de escritor. Así sucede en « El hombre muerto pide disculpas», cuento en el
cual con el hábil manejo de un doble discurso se perfila una frontera que tiende a ser
invisible, pero que da cabal cutnplimiento al epígrafe que se ha tomado de Borges : « Nadie
sabía nada del muerto, salvo ». El tratamiento es diferente en « Muerte y esperanza en la
frontera norte” pues a partir dei uso del reportaje, la noticia y la crónica periodística se hace
un recuento puntual de las vicisitudes y peligros de quienes se arriesgan a cruzar la
frontera, poniéndose en manos de un “coyote” aun con el riesgo de perder la vida,
muriendo de frío en el desierto. En una vuelta de tuerca se da un viraje temático en tres
direcciones, para mostrar también rasgos de identidad de la franja urbana de Tijuana/San
Diego : el contrabando en « Historia mínima » ; una historia de secuestro y asesinato en
« Todos los ángeles extraviados» ; y la desmitificación de la virgen de Guadalupe y sus
apariciones a un moderne Juan Diego quien se enfrenta directamente de nuevo a un
obispo por defenderla, en « Y le digo que no, y me di ce que sí». A éstos les siguen dos
más : « La silla vacía» es sin duda un relato intenso e interesante en el cual a través de la
técnica del drama, mediante un dialogo muy vivo y dinamico se confrontan dos personajes
nombrados apenas mediante el triple sonido de la primera y la ultima letra del alfabeto :
AAA y ZZZ. Frente a ellos, coma objeto de discusión y debate : FNT ¿Frontera Norte
Tijuana o cualquier frontera, en cualquier tiempo y cualquier espacio ? En « Diez minutos
de futuro», finalmente, la sombra de una madre biológica ausente se convierte en obsesión
y rondadora presencia. Ello lleva al personaje narrador a confrontar a su madre de crianza
mientras hacen la larga fila para cruzar la frontera » y a que en la narración aparezcan una
gran cantidad de reflexiones no sólo sobre lo que ella, la frontera, significa sino sobre lo
que debería significar este espacio urbano partido por un muro que se interpone como
rasgo de identidad más visible entre los dos país y por lógica entre las dos ciudades, a
pesar del mar y más allá del mar mismo :
Se alude a los distintos "rituales" que se deben superar para ser un cidadano
estadounidense e las consecuencias e implicaciones de este processo.
“Categorizando” a la migración: Una reflexión sobre Instrucciones para cruzar la
frontera de Luis Humberto Crosthwaite
Dickinson College
El quehacer literario de este tijuanense con sangre irlandesa se sitúa dentro de una rica
tradición hispánica y latinoamericana que busca textualizar la experiencia personal y
colectiva de su época valiéndose de un acervo cultural y social. De acuerdo a Sergio
Gómez Montero el “eje estilístico de los relatos de Crosthwaite es el lenguaje, cuya
manufactura parte del hiperrealismo –frases cortas y contundentes – y que construye
atmosferas que escapan a la inmediatez, a la frialdad de lo objetivo” (1993: 33). Héctor
Perea agrega que además de la concisión narrativa su escritura es esencialmente
humorístico-lúdica, que igual se solaza con la trama como con los personajes y el lenguaje
(1992: 13). Sin embargo, en nuestra opinión, lo trascendental de su obra no radica
únicamente en su particular forma de escribir, sino en su propuesta de mantener una
simbiosis equilibrada entre lo artístico y lo social. De ahí que encontremos en su obra una
reflexión sobre los inmigrantes, entendidos estos no como simples dígitos dentro de las
estadísticas mundiales, sino como actores sociales de estrategias de supervivencia y
víctimas de las contradicciones y las injusticias de las políticas migratorias vigentes
alrededor del mundo.
Uno de sus libros que más llama la atención, precisamente por esta esta simbiosis entre lo
artístico y lo social, al buscar desenmascarar lo injusto del actual sistema de categorización
de la migración es Instrucciones para cruzar la frontera (2002). Se trata de una colección
de once cuentos breves, donde el elemento simbólico más sobresaliente es la ironía,
gracias a la que el autor logra poner distancia entre lo que es y lo que debería ser el
proceso migratorio México-Estados Unidos y la propia frontera que divide a estas naciones.
En cada uno de los relatos del libro existe también una frontera que se debe transgredir y
alguien que desea hacerlo. Hay trasgresiones mentales, lingüísticas, culturales, pero sobre
todo geográficas, en las que se muestra de forma irónica el sistema de categorías jurídicas
impuesto por la comunidad internacional para controlar las migraciones internacionales.
La transmigración fronteriza, como la han denominado autores como Beatriz Acuña (1980)
y Tito Alegría (1989) corresponde a un fenómeno propio del espacio fronterizo que tiene
que ver con la vida cotidiana de sus residentes y que, en mucho, responde a las
condiciones asimétricas de poder económico, social y político, así como a las diferencias
culturales que existen entre México y los Estados Unidos. Los movimientos de población
transmigratorios adoptan varias formas, la más conocida corresponde a los movimientos de
los “commuters”, que son trabajadores que viven en un lado de la frontera pero trabajan en
el otro lado. En el relato “La fila”, Crosthwaite exhibe la vida de estos residentes
transfronterizos, sujetos para los que la frontera no tiene sentido, pues se trata de una línea
artificial impuesta arbitrariamente.
El cuento está inspirado en las largas hileras que a diario se forman en la garita de Tijuana-
San Ysidro para poder cruzar al otro lado. Horas y horas de espera en una fila interminable
en la que el estrés se apodera frecuentemente de conductores y transeúntes que buscan
simplemente hacer uso de un derecho tan esencial como el de la libre circulación: “Estoy
haciendo fila, haciendo fila, estoy haciendo fila para salir del país. Es algo natural, cosa de
todos los días. […]. Me gustaría que avanzara, pero esta hilera de carros no tiene prisa”
(2002: 15).
Nerviosismo, angustia, temor: “Mis manos que se convierten en agua. Puedo ver cómo se
derriten, se desvanecen las líneas, se caen las uñas. Entonces comprendo que sin líneas
en la mano no tengo destino, no tengo vida ni muerte, nada de qué asirme, sólo esta fila,
este anhelo de llegar a la puerta, de cruzar, dejar esta nación, entrar a la otra” (Crosthwaite,
2002: 19), pero sobre todo impotencia es el sentimiento que estos individuos comparten al
saber que su voluntad no es suficiente para ejercer un derecho universalmente reconocido
como el de moverse libremente por el mundo.
El cuento se encuentra divido en veinte párrafos. Los diez primeros son enumerados de
forma ascendente (1, 2, 3, etcétera), con el décimo como el clímax de la historia, para
posteriormente descender hasta el “1” que representa el fin del relato.
“Desde niño”, apunta el narrador omnisciente en el primer numeral, “adora todo lo relativo a
Estados Unidos, considera que es el mejor lugar del universo” (2002: 25). Claramente nos
encontramos ante la imagen clásica de muchos mexicanos que sueñan con una vida mejor.
Las condiciones favorables para el trabajo no se están generando hoy, y no se ha
conseguido hacerlo en México desde hace mucho tiempo. La economía no crece de
manera suficiente para emplear a todos los que llegan al mercado de trabajo, y a los que
deben agregarse aquellos que pierden su empleo y buscan uno nuevo. Este factor unido a
la exigua calidad del empleo ofertado y la enorme brecha salarial provoca que miles de
personas vayan a buscar trabajo al otro lado de la frontera.
4. Quiere ser “emigrado” porque sabe que es un paso para llegar a la ciudadanía. Habría sido más
fácil si sus papas hubieran decidido emigrar. ¿Qué es eso de trabajar en Estados Unidos sin buscar la
legalización? Ellos no tuvieron la visión ni la ambición. Se resigna. Termina por conformarse con su
mexicanidad. Se dice: ser mexicano no es malo, pero ser U.S. citizen es mejor. […] En Estados Unidos
la vida está resuelta (2002: 25-26).
La estrategia del autor aquí va encaminada a mostrar dos problemáticas. Por un lado, la ya
citada carencia de oportunidades en México. Y por otro, la construcción quimérica del
sueño americano alimentado muchas veces por la propia sociedad estadounidense. El
capitalismo global ha fomentado en las poblaciones en vías de desarrollo imágenes
exageradas de la vida estadounidense, prácticamente imposibles de alcanzar en sus
naciones, ocasionando inconscientemente desplazamientos humanos a ese país para
lograr alcanzar esa “vida perfecta.”
En el caso que nos ocupa, no se trata de un desplazamiento por la vía clandestina, sino de
una migración avalada por la propia nación receptora. El protagonista parece comprender
que sólo por la “vía legal” será posible lograr su anhelado sueño de desarrollo económico.
En el numeral noveno, después de casarse con una estadounidense, el protagonista recibe
finalmente su residencia permanente, pero se da cuenta de que como minoría no tiene las
mismas ventajas: “Comprende que no podrá ocupar el mismo puesto que le ofrecía su
profesión en su tierra natal. Ahora tiene que ser auxiliar, personaje secundario” (2002: 27).
Lo anterior, se trata de un reclamo real, operado por Crosthwaite, contra lo que se ha
convertido en una regla no escrita en los Estados Unidos: la desigualdad laboral. En efecto,
pese a que la Constitución estadounidense (Enmienda 14) y algunos instrumentos
internacionales firmados por ese gobierno, como la Declaración Universal de Derechos
Humanos, estipulan la igualdad de trato, es un hecho que las minorías étnicas se ven
prácticamente imposibilitadas de conseguir los trabajos mejor remunerados, incluso cuando
poseen las mismas habilidades que la sociedad blanca. Crosthwaite propone, de esta
forma, una reflexión sobre las verdades de la migración y la vida de las minorías en los
Estados Unidos.
La trama del relato es bastante parca. Se trata simplemente de presentar las tragedias que
sufren innumerables inmigrantes al tratar de cruzar la frontera de forma clandestina. No
existen personajes, pues es la masa migratoria el centro sobre el que gira la historia. Sin
embargo, lo interesante de este relato radica en la propia estructura narrativa, la cual se
encuentra segmentada bajo tres perspectivas: la de los migrantes a través del narrador, la
del gobierno estadounidense a través su prensa y la de la sociedad mexicana a través de
los periódicos nacionales.
La primera parte de la historia nos cuenta el itinerario migratorio en sus distintos momentos:
salida, travesía, y llegada. Se trata de una especie de “trance fantasmagórico” que viven los
inmigrantes en su marcha hacia la muerte. No hay nombres ni apellidos, pero sabemos que
se está hablando de los miles de migrantes que viajan diariamente con la esperanza de
cruzar la frontera: “Recorrieron el país en autobús […]. Les habían dicho que allí había
gente que cobraba por hacer el servicio de ayudarlos a cruzar la frontera; alguien dijo
‘coyotes’, otros, ‘polleros’”. (2002: 45).
ABRIL 6. MARTES. Primera plana, prensa mexicana: Asociaciones de Derechos Humanos acusan al
operativo Guardián/Gatekeeper por la muerte de los migrantes.
ABRIL9. VIERNES. Sección local, prensa norteamericana: El servicio de inmigración está satisfecho
por los resultados de Gatekeeper (2002: 48).
Así, sin buscar exculpar a México de sus propias responsabilidades, Crosthwaite dirige su
mirada perspicaz a las políticas migratorias estadounidenses y sus consecuencias
mortales. Se trata de una crítica contra lo que a todas luces es una violación al más
elemental derecho humano: el de la vida. En materia internacional desde hace tiempo se
reconoce que la conducta atribuible a los Estados puede consistir en acciones u omisiones.
Dicha hipótesis es verificable en el caso de los Estados Unidos al examinar sus políticas de
control fronterizo. Por ejemplo, al referirnos a la “Operación Gatekeeper”, claramente existe
un accionar voluntario del Estado –la implementación de la operación– que produce en el
mundo exterior una reacción palpable –la muerte de inmigrantes–. Asimismo, es visible una
inactividad o abstención voluntaria al no hacer todo lo razonable para minimizar la posible
pérdida de vidas.
El final del cuento nos transporta de nueva cuenta al punto de vista del inmigrante,
reproduciendo de forma idéntica el primer párrafo del relato. De esta forma, Crosthwaite no
sólo desarrolla la bien conocida teoría de la circularidad migratoria, que demuestra que la
migración es un proceso continuo y circular, sino al mismo tiempo busca mostrarnos que el
proceso migratorio continuará sin importar las consecuencias y las políticas
estadounidenses. Pues, a fin de cuentas, lo que está en juego es también la sobrevivencia
del inmigrante y su familia.
Como se ha podido observar, los cuentos a los que nos hemos referido ponen en tela de
juicio las políticas de categorización de las personas que migran impuestas por la
comunidad internacional. De hecho, ponen en evidencia los límites de un lenguaje que aún
no es capaz o no quiere ser capaz de explicar –y reconocer– un fenómeno tan real como el
de la migración. Los inmigrantes no deberían ser entendidos bajo construcciones
conceptuales cargadas de valorizaciones negativas o positivas, sino simplemente como lo
que son, seres humanos en fuga, en búsqueda de una mejor vida. El discurso crítico y
mordaz de Crosthwaite también cuestiona las políticas de contención migratoria que los
Estados Unidos han desarrollado en los últimos años, en especial, el sistema de control
fronterizo que ha exponenciado la violación de los derechos humanos de los migrantes. Lo
importante es que en su discurso no se aprecian tintes nacionalistas, no existe, pues, en su
narrativa, el imaginario mítico impuesto por el centro hegemónico que ha buscado culpar de
todos los pesares a los Estados Unidos. Se trata simplemente de mostrar la dimensión
global del éxodo mexicano.
Referencias
http://www.iifilologicas.unam.mx/senderosFilologicos/index.php/senderosPhilologicos/frontera_1
“El largo camino a la ciudadanía” describe en diecinueve pasos cómo algunas personas,
desde que son pequeñas, anhelan conseguir la nacionalidad estadounidense y, una vez
que la tienen, los recuerdos de la patria perdida los rebasan.
“El largo camino a la ciudadanía”, texto escrito en diecinueve puntos con un orden
cronológico ascendente (del uno al diez) y descendente (del nueve al uno), que ilustra, por
un lado, la curva de la vida de un migrante, anónimo como todos los que cruzan la frontera,
que desde niño desea convertirse en U.S. citizen, y hace todo lo necesario para lograr su
objetivo; por el otro, representa el espacio diegético referido gracias al modelo lógico de
descripción al que recurre el narrador omnisciente para enfatizar dos espacios principales:
la tierra prometida y el paraíso perdido. En este texto no existe tácitamente el infierno como
en los otros porque ese momento de la vida quedó reducido a cenizas, ahora sólo existen,
en la mente del personaje, el pasado y el presente, ni siquiera el futuro, porque sus
aspiraciones se acaban una vez que obtiene la residencia estadounidense: 1. Desde niño
adora todo lo relativo a Estados Unidos de América, considera que es el mejor lugar del
universo. No se puede decir que sis padres le hayan inculcado este amor al país vecino,
más bien es una circunstancia que se apoderó de él sin una explicación clara, una situación
normal y cotidiana. La escritura del texto es tan llana, clara y precisa que no deja espacio
para conmover al lector, incluso el hecho de enumerar la acción y hacer corte al finalizar
cada punto, sin que aparentemente exista secuencia, o cohesión en el relato, hace
evidente la perseverancia y la sangre fría que deben tener los migrantes para conseguir
sus objetivos. La misma rigidez en cómo está escrito el texto en los primeros diez números
revela la insensibilidad del personaje, quien está consciente que el camino para conseguir
la ciudadanía es largo y tiene un alto costo económico, social y familiar, pero nada le
impide adquirir su sueño, pues ha crecido con evocadoras imágenes de la cultura
Norteamérica que han penetrado “en sus entrañas como una luz que llega al cielo”.68 Y, a
diferencia de sus papás, él sí tiene la visión y la ambición de procurarse una mejor calidad
de vida como “U.S. citizen”, por lo que busca los medios necesarios para conseguir la
green card, incluso “cortejar a algunas gringas, en busca de matrimonio por conveniencia”.
Finalmente, “termina casándose con una amiga de la secundaria”, que, a pesar de ser
emigrada, decidió vivir en México. Situación que le facilita obtener la residencia americana:
10. El matrimonio acelera los trámites. Mientras llegan sus papeles, la pareja tiene que
cruzar la frontera por separado. No está bien visto por los oficiales de aduana que una
muchacha emigrada viaje en el mismo auto con su marido que sólo tiene pasaporte. —
¿Dónde vives? —En México. —¿Y tu esposa? —En los Ángeles. —¿Están casados y no
viven juntos? Prefiere dejar que su esposa cruce en el carro y él caminando. Después se
reúnen en San Ysidro, junto al Jack in the Box. Ahí varios hombres esperan a sus esposas.
Es un pequeño inconveniente. (27) En el punto nueve descendente, la curva de la historia
llega a su máximo. La euforia y el anhelo por lograr su objetivo se disuelve y empieza el
desencanto, pues a pesar de que el protagonista obtiene la green card, antes de lo que se
imaginaba, empieza a buscar trabajo. “Sabe que en Estados Unidos recibirá un sueldo
mayor del que ganaba en México”, aunque “no podrá ocupar el mismo puesto que le
ofrecía su profesión en su tierra natal”. El emigrante se convierte en un “personaje
secundario”, no sólo en el ámbito laboral, también social, pues no es el único que ha
llegado a Estados Unidos en busca del “sueño americano” a engrandecer la lista de
trabajadores que proveen de mano de obra barata a ciertas industrias estadounidenses, así
como a ensanchar las diferencias entre una comunidad y otra: 7. Cuando al fin consigue un
trabajo en una oficina, descubre que existe el mismo número de mexicanos, filipinos y
coreanos. Es un asunto de estadística. A los patrones les hacía falta un “hispano”. (28) El
desencanto no llega al extremo del declive en la curva de la vida, simplemente se estabiliza
en un punto donde el protagonista conforma una familia y lleva una vida tranquila. La
ciudadanía no tarda en llegar. Los esposos, ahora mexicano-americanos, compran la casa
“que pagarán a lo largo de su vida” con jardín para hacer carne asada en compañía de “los
parientes que anhelan ser como él”. Esperan su primer hijo, quien “no tendrá que sufrir las
mismas pesadumbres, será americano desde su nacimiento”; mientras tanto, el emigrante
recuerda con melancolía la tierra, el idioma y la cultura que dejó atrás. Aquélla que sus
hijos desconocerán: 2. Los visitantes sonríen cuando escuchan que los niños no
pronuncian bien el español. 1. Cuando está solo, el citizen pone sus viejos discos de Pedro
Infante. Las canciones que le recuerdan a su padre. (29) El narrador es benévolo con el
protagonista en “El largo camino a la ciudadanía”, pues evita enfrentarlo consigo mismo
mediante una retórica puntual, en algunos casos superficial, que no abunda en los
conflictos reales a los que se enfrentan muchos de los ilegales que intentan radicar en el
otro lado. Si bien es cierto que desde el título Crosthwaite alude al vía crucis al que se
enfrentan los migrantes para lograr la U.S. citizen, la narración sugiere la experiencia de
vida de cualquier persona que ha logrado alcanzar su sueño sin necesidad de volver atrás,
salvo en los momentos de mayor satisfacción. Con esta historia, Crosthwaite da un giro de
360 grados a los textos de la frontera pues, en lugar de ilustrar las adustas experiencias de
los inmigrantes, enaltece el arrojo de aquéllos que se saben realizados. En este texto
también está presente la figuración irónica en lo que no se dice y no se escribe, pues al no
entrar en detalles se disimula una postura y se establece la distancia irónica de quien se
esconde tras las palabras que, en este caso, es el escritor. En este caso, el narrador
intenta ocultarse por completo, pues simula que un externo enumera los pasos de un
migrante para marcar cierta distancia, quizá sentimental, pero hace evidente su postura
ideológica mediante la precisión con la que enumera cada uno de los pasos en un afán de
objetivar al máximo la situación.69
68 Esta situación de desear vivir en Estados Unidos se debe básicamente a dos
situaciones: una mediática, pues estamos tan inmersos en la vorágine de las
telecomunicaciones que los programas televisivos, la industria cinematográfica
hollywoodense, Internet y los demás medios masivos de comunicación, consolidan una
labor extenuante de mercadotecnia a favor de la cultura estadounidense. El otro factor
consiste en que los niños que hacen consciencia del abandono del padre cuando éste
decide irse de mojado al otro lado, así como del dinero y los regalos que les envía o les
trae cuando está de visita, provoca que ellos sigan sus pasos, por lo que desde pequeños
sólo tienen en mente cruzar al otro lado.