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RESUMEN
En esta entrevista, el profesor Leysser León Hilario analiza el VIII Pleno Casatorio
Civil. Así, explica con mayor amplitud su ya conocida tesis a favor de la nulidad en los
casos de contravención del artículo 315 del Código Civil, que en su opinión constituye
una norma imperativa, inderogable, contra la cual no se puede pactar: una verdadera
limitación de la autonomía de los particulares. El profesor León funda su opinión en un
estudio de las fuentes históricas del artículo, y de la visión institucional de la familia que
revelan las disposiciones del libro III del Código Civil. Asimismo, manifiesta las razones
por las cuales no se encuentra de acuerdo con la tesis de la ineficacia, advirtiendo que
es consciente, sin embargo, que a pesar de que esta tesis no resultó acogida, es previsible
que continúe teniendo vigencia en la jurisprudencia de mérito.
* Profesor y coordinador del Área de Derecho Privado de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Cató-
lica del Perú. Profesor de Derecho Privado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Doctor en Derecho
por la Scuola Superiore S. Anna di Studi Universitari e di Perfezionamento (Pisa). Miembro de la World Tort Law
Society (Viena-Pekín) y del Grupo Iberoamericano para el Derecho de Daños (Talca-Madrid). Socio de la Asocia-
ción Italiana de Derecho Comparado y del Instituto Emilio Betti de Ciencia y Teoría del Derecho en la Historia y
en la Sociedad (Téramo, Italia). Consultor de Philippi, Prietocarrizosa, Ferrero DU & Uría Abogados.
** Miembro de la División de Estudios Legales de Gaceta Jurídica. Fundador del Círculo de Investigación Jurídico
Civil de Trujillo. Egresado de la Universidad Privada Antenor Orrego.
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por qué llamar la atención, sin embargo, jueces de mérito, para seguir la tesis de la
en un país donde las resoluciones judicia- nulidad. Preveo que muchos jueces manten-
les no gozan del atributo de la tempestivi- drán fidelidad a la visión desvirtuada en esta
dad. La sorpresa se debe, en todo caso, a que sentencia, tal como ha ocurrido en relación
el tiempo transcurrido –para algunos opi- con los Plenos Casatorios Civiles anteriores.
nantes– no haya permitido a los magistrados
supremos forjar un criterio uniforme, ni evi- Aquel en el que participé como amicus
tar exhibir cierto apresuramiento en el voto curiae, por ejemplo, el III Pleno Casatorio
en mayoría. Como fina y lapidariamente ha Civil, a pesar de la votación unánime, fue
comentado el profesor y juez Carlos Calde- desconocido, prácticamente, desde el día
rón Puertas, en alguna red social, recordando siguiente de su publicación. Abundan, en
una fábula de Ésopo (siglos VII-VI a.C.), el contra de sus principales postulados, sen-
resultado final es calificable como un “parto tencias de todas las instancias en las que se
de los montes” (1847, p. 44). Fedro (siglos siguen concediendo, en los casos de sepa-
I a.C- I d.C.), que, como La Fontaine (1996 ración de hecho, “resarcimientos” por daño
[1668]) y Samaniego (1989 [1781]), recreó al proyecto de vida familiar, sobre la base
dicha historia, la remataba de esta forma: del artículo 345-A del Código Civil, y no ha
“Hoc scriptum est tibi, / Qui, magna cum ocurrido nada con los “infractores” de las
minaris, extricas nihil”, que Solinas traduce directrices de la Corte Suprema, explícita-
libremente así: “Esto ha sido escrito para ti, mente contrarias al reconocimiento de dicha
de cuyos grandes anuncios no resulta nada” figura. En ninguno de estos pronunciamien-
(1992, pp. 108-109). tos –que he seguido desde el año 2011– se
exponen razones, de ningún tipo, para justi-
El cuestionamiento de la jurisprudencia ficar el apartamiento (León Hilario, 2020, p.
vinculante merece mi aprobación, por otro 19). No sé de qué overruling o distinguishing
lado. Es la posición que defiendo desde hace hablan algunos autores, a quienes uniforma
muchos años (León Hilario, 2004, p. 36 y su grave desconocimiento sobre el signifi-
s.; 2019, p. 155). Solo una jurisprudencia cado de estas instituciones en el mundo del
naturalmente uniforme, y no alineada por Common Law, cuya importación ha sido des-
imposición, contribuye a la creación del aconsejada, por su artificialidad, abstrac-
derecho: una jurisprudencia constante, apta ción y arbitrariedad, y por las diversas vías,
para fundar una costumbre, sobre la base todas fáciles de seguir, que los jueces tienen
de “un firme convencimiento general o una para apartarse de los precedentes en todas
convicción jurídica” (Rüthers, 2018 [1999], las experiencias jurídicas del mundo (Mat-
p. 118). Con el VIII Pleno Casatorio Civil tei, 2004, p. 160). Hace pocos días se cono-
ha quedado confirmado, una vez más, que en cieron las conclusiones de un Pleno Judicial
el Perú no existen los elementos necesarios Distrital de Lima, en materia laboral, donde
para construir una cultura de stare decisis et se rechazan los mal llamados “daños puniti-
non quieta movere. En el seno de la propia vos” introducidos en un Pleno Jurisdiccional
Corte Suprema se han manifestado ostensi- vinculante de la Corte Suprema, que muchos
bles disensos respecto del voto en mayoría. criticamos desde el primer día, por su apar-
Además, es previsible que el prestigio de los tarmiento del marco normativo y la vulne-
defensores de la posición que no fue acogida, ración del principio de tipicidad de las san-
como los profesores Rómulo Morales Her- ciones jurídicas. Tampoco en dicho caso los
vias (2006, 2011, 2016, entre otras contribu- jueces de mérito se sintieron obligados a jus-
ciones) y Gastón Fernández Cruz (2016), dé tificar su votación discrepante: les ha bastado
lugar a una masiva indisposición, entre los exponer las razones –anticipadas en nuestra
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hace referencia a una “norma
Comentario relevante imperativa de orden público”.
¿Cómo ha tomado usted estos
comentarios?
Aunque reconozco los méritos téc-
nicos, de lege ferenda, de la tesis Sí, el voto en mayoría es literalmente coin-
de la ineficacia, su ligazón con un cidente con la posición adoptada en mi libro
marco legal –el italiano– que jamás sobre la parte general del Derecho Privado
ha coincidido con el nuestro, en (2019: p. 92), aparecido en los últimos meses
este punto, me resulta tan evidente del año pasado, y en algún escrito anterior
(León Hilario, 2018, p. 36). Su fundamen-
que no me explico la insistencia en
tación, sin embargo, no era nueva en nues-
seguirlo defendiendo, o en hacer de
tra doctrina (Aguilar Llanos, 2016, p. 205).
la disputa una cuestión de estado.
El silencio de los autores que defen- Lo que anoto en la obra recordada por uste-
dieron siempre la tesis de la nuli- des, es que la disposición del artículo 315 del
dad como Carlos Cárdenas Qui- Código Civil, que exige la intervención de
rós y Benjamín Aguilar Llanos, y la ambos cónyuges para la disposición de bie-
mesura de Alex Plácido Vilcacha- nes de la sociedad de gananciales, constituye
gua, son ejemplos dignos de seguir. una norma imperativa, inderogable, contra la
cual no se puede pactar: una verdadera limi-
tación de la autonomía de los particulares.
docentes universitarios, a pesar de la preo- Ahora bien, aquella interpretación, por las
cupante incontinencia de su espíritu profeso- características de mi libro –un texto intro-
ral. Para lo peor no hay límite, sin embargo. ductorio a una materia tan compleja como la
Recordemos, aunque no sea tema de la entre- fenomenología jurídica– no pudo ser desa-
vista, lo ocurrido, pocos días después, con el rrollada con amplitud. En esta entrevista sí
X Pleno Casatorio Civil y sus más de cuatro- puedo hacerlo.
cientas notas a pie de página sobre teoría y Mi opinión se funda en un estudio de las
“filosofía de la prueba”. fuentes históricas del artículo, y de la visión
institucional de la familia –la del profesor
2. Ha ganado la tesis de la nulidad;
sin embargo, analizando los
Héctor Cornejo Chávez, como bien se sabe–
que revelan las disposiciones del libro III del
fundamentos que han servido Código Civil. Decepciona el escaso o nulo
para llegar a esa conclusión, esfuerzo de los autores, favorables a la tesis
los lectores de su más reciente de la ineficacia, que se limitan a repetir el
obra han recordado que usted camino trazado por los autores que he men-
había arribado a la misma con-
cionado, sin considerar los antecedentes de
clusión, sorprendiéndoles así
que no le hayan citado. Ante toda la controversia.
ello, el profesor Morales Her- Era absolutamente imposible que un jurista
vias ha manifestado que dicha
como Cornejo Chávez concibiera un sistema
afirmación no es tan exacta
pues si bien usted se funda- de control de los actos de disposición de bie-
mentaba en la existencia de nes de la sociedad conyugal que solamente se
violación de una “norma impe- limitara a una acción de anulación (impugna-
rativa”, el Pleno habría creado bilidad) o declaración de ineficacia. El con-
una nueva categoría, pues texto de elaboración del precepto es fácil de
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necesario, según el artículo 231, para la ena-
Comentario relevante jenación o gravamen de los bienes “dotales”
no fungibles. Para José León Barandiarán, la
infracción de esta exigencia –equivalente a
Ahora bien, en el voto en mayoría la del actual artículo 315– implicaba la nuli-
del VIII Pleno Casatorio Civil no dad “virtual” del acto (1991b, p. 362). Los
hay rastro de alguna explicación his- bienes dotales eran, según el artículo 220,
tórica que habría sido fundamen- los que la mujer llevaba al matrimonio o que
tal. Se exige la intervención de la se le transferían gratuitamente en su vida de
mujer para corregir una situación casada.
injusta, excluyente, discriminatoria,
abusiva, y para salvaguardar valo- Este marco legal tan disparejo –que nadie
res fundamentales, como la familia defendería hoy, naturalmente– fue reformado
y el sustento económico de esta. No por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza
se consideró, en absoluto, el inte- Armada, en 1969, mediante el Decreto Ley
rés de los adquirentes, por la sencilla Nº 17838, donde se dispuso que la “inter-
razón de que dicho interés no tenía vención” de la mujer era requerida para “dis-
(ni tiene) posibilidad de prevalecer poner o gravar bienes comunes a título gra-
sobre los de la familia. tuito u oneroso”. Nótese bien: no se requirió
el “consentimiento” ni la “autorización” de
la mujer, sino su “intervención”. También el
tan ambiguo como tradicional término “ena-
p. 276 y s.; Kahn-Freund, 1959, p. 253 y s.; jenar”, que hasta ahora aparece en las nor-
Melón Infante, 1959, p. 96 y s.; más recien- mas del Código Civil vigente, cedió su espa-
temente, Scherpe, 2013, pp. 63-64). En Ale- cio a la palabra “disponer”, con el evidente
mania, la meta reivindicatoria se plasmó en afán de allanar el camino a los intérpretes,
la administración autónoma de los bienes de no versados en derecho, del texto legislativo
cada cónyuge; en el Perú… Bueno, creímos, modificado.
y seguimos creyendo, que la igualdad está
garantizada por la sociedad de gananciales. Las consideraciones sobre la reforma velas-
¿En algo debemos diferenciarnos de los ale- quista brillan por su ausencia en todos los
manes, no les parece? Las premisas son las estudios dedicados al artículo 315, sin dis-
mismas –igual reconocimiento de derechos a tinción. En la introducción del Decreto Ley
ambos cónyuges–, pero los puntos de llegada citado se traza el estado de la cuestión. Se
son exactamente contrarios. En Alemania, lee que “la libre disposición resulta excesiva
cuando yo hacía mis estudios de posgrado en en la práctica, tratándose de bienes comu-
Europa, subsistía la creencia de que el BGB nes, y su ejercicio por el marido sin consen-
tenía que volver a ser reformado, para ser timiento ni intervención de la mujer, genera
aún más igualitario en su tratamiento de las situaciones injustas que la Ley debe prever y
relaciones conyugales (Dethloff, 2001). evitar”. Y que la “limitación de esta facultad
irrestricta redundará no solo en el mejor res-
Según el texto original del artículo 188 del guardo del patrimonio de la mujer y de los
Código Civil de 1936, el marido era el admi- hijos, sino que, además, contribuirá a evitar
nistrador de los bienes comunes, y podía situaciones que ponen en peligro la estabili-
disponer de ellos a título oneroso. El con- dad del matrimonio, institución fundamental
sentimiento expreso de la mujer solo era cuya integridad debe resguardarse”.
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por exceder los límites de los llamados atti di
Comentario relevante straordinaria amministrazione.
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la nulidad era el propicio. ¿Era, entonces, un
Comentario relevante caso idóneo para discutir las consecuencias
jurídicas –no precisadas en el Código Civil–
de la infracción del mandato contenido en
En el Código Civil de 1984, el man- el artículo 315, sobre la intervención con-
tenimiento de una norma como la junta? Por supuesto que no, porque teniendo
del artículo V del Título Preliminar en cuenta la concreta situación de la deman-
carece de sentido. Crea confusión, dante, no había ninguna razón que la llevara
más bien, porque su ámbito puede a tomar el camino, incierto, de la ineficacia
coincidir, atendiendo a las circuns- en lugar del, por lo menos claro, camino de
tancias, con el de la nulidad por “fin la nulidad. En nuestro país –admitámoslo–
ilícito”, como en el caso de los nego- las diferencias entre lo nulo, lo anulable y lo
cios que tienen origen en delitos, o ineficaz, ante la población, son diferencias
que se celebran en fraude a la ley. de grado. Siempre será preferible la nulidad,
porque se confía que con ella se puede lograr
revertir, inclusive, las ulteriores adquisicio-
nes de terceros.
uno solo de los cónyuges. Es más que pro-
bable que los amicus curiae habrían podido Ahora bien, demandó nulidad por fin ilícito,
reformular sus perspectivas si conocían los es cierto. Históricamente, sin embargo, la
antecedentes del litigio que vio enfrentados, nulidad por causa ilícita, que también hemos
por la propiedad de un bien inmueble común, heredado del modelo francés, abarca la nuli-
no a los cónyuges, sino a sus descendientes. dad por contravención del orden público y las
La demandante demandó que se declare la buenas costumbres (Capitant, 1927, p. 233
nulidad de la compraventa celebrada entre su y s.). En el Código Civil de 1936, anticausa-
progenitora y la conviviente de su hermano lista, este supuesto de invalidez, que se dedu-
por parte de madre. El negocio fue urdido por cía del artículo III del Título Preliminar, tenía
este último, aprovechándose de que la vende- mucho sentido, porque la ilicitud, como cau-
dora no tenía registrado su estatus de casada, sal de nulidad de los actos jurídicos, estaba
y a un precio irrisorio. En la demanda se invo- referida al objeto, en el inciso 2 del artículo
caron dos causales, contempladas en los inci- 1123. Esa norma del antiguo Título Prelimi-
sos 4 y 5 del artículo 219 del Código Civil: el nar rezaba así: “No se puede pactar contra
fin ilícito y la simulación absoluta. La parte las leyes que interesan al orden público o a
actora no razonó en función de la nulidad “vir- las buenas costumbres”. Para la nulidad por
tual” que se deduce del artículo 315, que exige ilicitud o inmoralidad del propósito, nues-
legalmente la intervención de ambos cónyu- tros autores que no distinguían la causa del
ges, porque su padre, el otro titular de la socie- objeto veían en ese precepto el fundamento
dad de gananciales, de la cual formaba parte el de una nulidad “virtual” (Cornejo, 1937, t.
inmueble, había fallecido. Quienes defienden I, p. 346). Otros consideraban que el artículo
la tesis de la ineficacia enfrentan ese escollo, III del Título Preliminar regulaba, de suyo,
porque la declaración de ineficacia, al con- una hipótesis de nulidad (León Barandiarán,
figurar una tutela “relativa”, solo la habría 1991a, p. 45). Era claro que se necesitaba un
podido pretender el cónyuge excluido del acto precepto con esos alcances para completar el
de disposición. En este caso, la demandante sistema de nulidades de aquel Código.
ya había heredado a su padre, era copropieta-
ria del inmueble y había contribuido al finan- En cambio, en el Código Civil de 1984, el
ciamiento de sus edificaciones. El camino de mantenimiento de una norma como la del
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aplicadas a todos los problemas de inexisten-
Comentario relevante cia, invalidez e ineficacia negocial, incluido
el supuesto del artículo 315. En una futura
reforma, las normas de familia, sucesiones,
La tesis del profesor Plácido Vilca- derechos reales, etcétera, que aborden esos
chagua es técnicamente impeca- mismos problemas, solo podrán considerarse
ble. Y no hay por qué suponer que justificadas si establecen excepciones a la
el camino por él sugerido sea incom- regla. No tendrán ninguna utilidad si repiten
patible con el de la nulidad por con- lo dispuesto en la parte general.
travención de normas imperativas o
de las leyes que interesan al orden El artículo 315 no tuvo finalidades aclarato-
rias, sino reformistas e inclusivas, como he
público. Como acabo de explicar,
explicado. La revolución velasquista, como
que dos o más causales de nulidad
se lee en un testimonio de época sobre el
se entrecrucen es una posibilidad
Plan Inca: “quería la liberación de la mujer
a la que tenemos que hacer frente,
estableciendo una inviolable igualdad jurí-
dadas las gruesas fallas sistemáticas dica de derechos y obligaciones y para ello
de nuestro Código Civil. tendría que propiciar su intervención y par-
ticipación en todas las actividades y car-
gos de alto nivel, eliminar cualquier forma
5. Es importante recordar que a
los pocos meses de celebrada
de trato discriminatorio hacia ella, promo-
ver la educación mixta con el hombre y, en
la audiencia pública del VIII el plano familiar, garantizar que los bie-
Pleno Casatorio Civil, el profe- nes comunes no pudieran ser unilateral-
sor Pasco Arauco publicó un mente dispuestos por el esposo sin su con-
post en el cual manifestaba que sentimiento” (Zimmermann Zavala, 1969,
el artículo 315 del Código Civil
p. 120). Los valores en que se inspiró el
es en realidad una norma inne-
cesaria: primero, porque esta- artículo se proyectan en el tiempo y tienen
blece una verdad de Perogru- plena vigencia. Los casos más comunes de
llo (solo el propietario puede aplicación de la norma son los de disposición
disponer de sus bienes); y, de bienes comunes “como si fueran propios”,
segundo, porque el remedio es decir, que seguimos afrontando el pro-
para los casos en que dicha blema que dio lugar a la reforma del Código
regla sea vulnerada ya está Civil de 1936. Subsiste la urgencia de tute-
regulado en otras normas del lar el interés o núcleo familiar con un reme-
Código Civil. En ese sentido, dio que no suscite dudas sobre su efectivi-
profesor, ¿cuáles serían las
dad para la plena restitución del bien, como
razones para afirmar que el
artículo 315 del Código Civil no ha enfatizado Aguilar Llanos (2016, p. 205).
es una norma meramente acla- ¿Cuántas sentencias de “ineficacia” negocial
ratoria? se han emitido en las más de tres décadas de
vigencia del Código Civil? Y, de haberlas,
Alan Pasco Arauco es uno de los juristas ¿cuántas han conseguido verse reflejadas en
jóvenes que mejor conoce el Derecho inmo- los asientos registrales? Sospecho que muy
biliario, no solo en sus aspectos teóricos, y pocas, o ninguna.
en el de la práctica. Concuerdo con él. Las
normas de la parte general, del libro II del El parecer de Pasco Arauco tiene, con
Código Civil, deberían ser aptas para ser todo, el mérito de la actualidad, porque, si
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se considera el marco normativo, la igual- que está disponiendo de un bien común cele-
dad formal entre hombres y mujeres se ha braría un contrato con una cláusula de garan-
alcanzado; pero esa igualdad no se refleja tía por invalidez o una penalidad contractual
en la práctica, como él –gran lector de obras por declaración falsa? Los expertos en análi-
históricas y de ciencias sociales, como me sis económico del Derecho dirían que sí, pero
consta– sabe. Un panorama ilustrativo y crí- a condición de que las posibilidades de eva-
tico de esas reformas lo debemos al inves- dir la justicia, y de la aplicación de esos pac-
tigador sanmarquino Marco Barboza Tello tos, sean tan atractivos como para correr el
(2013). riesgo de poner su firma a semejantes acuer-
dos. Como en nuestro país esas posibilida-
des son, vergonzosamente, reales, la protec-
6. Se han vertido distintas opinio-
nes respecto a la desprotección ción “negociada” propuesta por los profesores
que acarrea la nulidad para el Mejorada Chauca y Pasco Arauco, vería seria-
comprador del bien social. En mente reducida su eficacia.
ese sentido, el profesor Mejo-
rada Chauca ha propuesto
como solución la inclusión 7. ¿Cuáles son las consecuencias
del fallo respecto a los terceros
de una cláusula contractual adquirentes de buena fe?
mediante la cual el vendedor se
obliga a título personal a lograr
Como ha aclarado el profesor Gunther Gon-
el efecto que busca el negocio.
Sin embargo, el profesor Pasco zales Barrón en sus conferencias sobre el
Arauco expone que sería más VIII Pleno Casatorio, este fallo, a tenor del
conveniente la inclusión de una litigio resuelto, no debería tener ninguna
cláusula penal. ¿Se podría decir consecuencia en lo que respecta a los ter-
que estamos siendo espectado- ceros adquirentes. Ha sido emitido en rela-
res de las ya advertidas “des- ción con una enajenación simple, declarada
ventajas” de la admisión de la nula. La conviviente del hermano político
tesis de la nulidad? de la demandante, que contrató con la madre
de la demandante, ni siquiera se desenvolvió
La tesis de la nulidad no produce ventajas con arreglo a la buena fe, según los hechos
ni desventajas. Es indiscutible, para mí, que del caso.
la protagonista del litigio resuelto en el VIII
Pleno Casatorio Civil obtuvo, a pesar del Lo anterior no quita que puedan presentarse,
tiempo transcurrido, un pronunciamiento claro está, otros casos en los que –como sue-
justo, que le restableció sus derechos sobre len hacer las mafias inmobiliarias– los bie-
el inmueble común de sus padres, por vía de nes se transfieran sucesivamente. En ese caso,
la nulidad. Dudo, respetuosamente, que en las entrarán en conflicto los intereses del cónyuge
relaciones contractuales puedan tener espacio excluido y del tercero. En mi opinión, deben
pactos expresos sobre la nulidad. Tal vez las prevalecer los primeros. Al tercero, siempre
entidades financieras y las grandes promoto- que no se trate de un caso de “fraude de la
ras inmobiliarias, siempre en busca de predios buena fe registral” (Gonzales Barrón, 2015),
para desarrollar sus proyectos, estarán inte- le quedará el remedio, no menos importante,
resadas en propuestas como estas, pero por- del resarcimiento contra el transferente fallido.
que dichos actores económicos tienen la ven-
taja de predisponer e imponer, muchas veces En Italia no hay contrapunto sobre este tema.
abusivamente, las condiciones de los contra- Los autores subrayan, al analizar el régimen
tos que celebran. ¿Una persona consciente de de la anulación y convalidación del abuso en
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es una persona casada, y cuál es su régimen
Comentario relevante patrimonial conyugal. Si el transferente es
una persona casada, según el régimen de la
comunión legal, el tercero es consciente de
He leído muchas opiniones favorables la posibilidad de que el cónyuge de su con-
al voto en minoría, que realzan su cali- traparte contractual no consienta la celebra-
dad expositiva, y la investigación que ción del acto, y, por lo tanto, puede preten-
le sirve de base. Es un juicio objetivo, der que dicho cónyuge participe en el acto de
que no puede rebatirse; pero su más enajenación, o que preste su consentimiento
grave falencia, aun si se olvida, por a este. La omisión de dichas cautelas es san-
un momento, la disputa entre nuli- cionada por la ley mediante la anulabilidad
dad e ineficacia, es que no dice abso- del acto, a iniciativa del cónyuge excluido”
lutamente nada sobre la restitución (Paladini, 2010, p. 108).
del bien a la sociedad de gananciales.
En el Pleno se ha afirmado que
8. el artículo 315 del Código Civil
la administración de los bienes comunes – es una norma imperativa en
razón de que con ella se pro-
que en dicha experiencia es expreso, como
tege el “interés familiar”. Ello
he recordado–, la atención de su legislador ha generado opiniones disími-
hacia la tutela de los terceros adquirentes, les, tales como: i) Que el “inte-
para mantener la eficacia de la transferencia rés familiar” podría presentarse
de propiedad, y para aliviarlos de “controles también en la parte compra-
fatigosos del estado civil de la contraparte dora si es que esta es una fami-
(si está casada o no), y del régimen patrimo- lia y por ello un caso como este
nial al que se encuentra sometida” (Auletta, podría ser tratado distinto; ii)
2008, p. 167). Se ha hablado, en el mismo que en realidad el “interés fami-
sentido, de una decisión normativa destinada liar” solo puede pregonarse del
lado de la sociedad de ganan-
a no paralizar negocios jurídicos patrimonia-
ciales; y iii) que es poco cohe-
les que pueden resultar convenientes para la rente la admisión del funda-
familia, ni “comprometer la seguridad de la mento del “interés familiar” en
circulación de los bienes” (Ruscello, 2017, un país donde no existen inicia-
p. 125; Sesta, 2019, p. 121). tivas legislativas para evitar el
caso de los “falsos solteros”.
Ese itinerario ha sido totalmente distinto del ¿Cuál es su opinión respecto a
seguido en el Perú, donde el origen de la estos diversos comentarios?
norma ha sido una reivindicación social, y
el problema que se sigue enfrentando es el Ya me referí al interés familiar, que es el
de los despojos propiciados, muchas veces, concepto central en la posición de Aguilar
por la disparidad de fuerzas al interior de la Llanos (2016, p. 205), mi profesor de Dere-
relación matrimonial; un problema que no cho de Familia. La primera objeción que
permite ni siquiera concebir una pondera- ustedes comparten conmigo es clamorosa-
ción de intereses con el de la buena fe de los mente inexacta. Respecto del tercer adqui-
terceros. En cambio, en el medio italiano se rente no se protege, en ningún caso, un inte-
afirma, sin reparo, que, respecto de los bie- rés distinto del que recae en la eficacia de
nes inmuebles, el tercero (siempre) “tiene la la transferencia. El ordenamiento balancea
posibilidad de determinar si el transferente ese interés con el del cónyuge excluido de la
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ESPECIAL | VIII PLENO CASATORIO: LA DISPOSICIÓN UNILATERAL DE LOS BIENES SOCIALES
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remedio efectivo es aquel que garantiza a los No lo creo. Prefiero, a la sutileza terminoló-
excluidos la recuperación –se ha hablado de gica, el realce de la efectividad de la tutela
“reversión” (Aguilar Llanos, 2016, p. 205)– otorgada.
del bien.
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