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ESPECIAL

POR UNA INTERPRETACIÓN HISTÓRICA


Y CRÍTICA DEL VIII PLENO CASATORIO CIVIL
Y DE SU PROBLEMÁTICA

EntrEvista a LEyssEr LEón HiLario*

a cargo dE diEgo andré PEsantEs Escobar**

RESUMEN

En esta entrevista, el profesor Leysser León Hilario analiza el VIII Pleno Casatorio
Civil. Así, explica con mayor amplitud su ya conocida tesis a favor de la nulidad en los
casos de contravención del artículo 315 del Código Civil, que en su opinión constituye
una norma imperativa, inderogable, contra la cual no se puede pactar: una verdadera
limitación de la autonomía de los particulares. El profesor León funda su opinión en un
estudio de las fuentes históricas del artículo, y de la visión institucional de la familia que
revelan las disposiciones del libro III del Código Civil. Asimismo, manifiesta las razones
por las cuales no se encuentra de acuerdo con la tesis de la ineficacia, advirtiendo que
es consciente, sin embargo, que a pesar de que esta tesis no resultó acogida, es previsible
que continúe teniendo vigencia en la jurisprudencia de mérito.

1. La reciente publicación del


VIII Pleno Casatorio Civil ha
bondades del voto en minoría.
Profesor León Hilario, ¿cuáles
suscitado diversos comenta- son sus impresiones iniciales?
rios: algunos que reclaman por
la demora en su expedición, Este Pleno Casatorio Civil ha sido, sí, muy
otros que cuestionan la exis- esperado, por lo que merece la mayor aten-
tencia de precedentes vincu- ción por parte de nuestra comunidad jurí-
lantes, y otros que resaltan las dica. Lo del retraso de su expedición no tiene

* Profesor y coordinador del Área de Derecho Privado de la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Cató-
lica del Perú. Profesor de Derecho Privado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Doctor en Derecho
por la Scuola Superiore S. Anna di Studi Universitari e di Perfezionamento (Pisa). Miembro de la World Tort Law
Society (Viena-Pekín) y del Grupo Iberoamericano para el Derecho de Daños (Talca-Madrid). Socio de la Asocia-
ción Italiana de Derecho Comparado y del Instituto Emilio Betti de Ciencia y Teoría del Derecho en la Historia y
en la Sociedad (Téramo, Italia). Consultor de Philippi, Prietocarrizosa, Ferrero DU & Uría Abogados.
** Miembro de la División de Estudios Legales de Gaceta Jurídica. Fundador del Círculo de Investigación Jurídico
Civil de Trujillo. Egresado de la Universidad Privada Antenor Orrego.

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por qué llamar la atención, sin embargo, jueces de mérito, para seguir la tesis de la
en un país donde las resoluciones judicia- nulidad. Preveo que muchos jueces manten-
les no gozan del atributo de la tempestivi- drán fidelidad a la visión desvirtuada en esta
dad. La sorpresa se debe, en todo caso, a que sentencia, tal como ha ocurrido en relación
el tiempo transcurrido –para algunos opi- con los Plenos Casatorios Civiles anteriores.
nantes– no haya permitido a los magistrados
supremos forjar un criterio uniforme, ni evi- Aquel en el que participé como amicus
tar exhibir cierto apresuramiento en el voto curiae, por ejemplo, el III Pleno Casatorio
en mayoría. Como fina y lapidariamente ha Civil, a pesar de la votación unánime, fue
comentado el profesor y juez Carlos Calde- desconocido, prácticamente, desde el día
rón Puertas, en alguna red social, recordando siguiente de su publicación. Abundan, en
una fábula de Ésopo (siglos VII-VI a.C.), el contra de sus principales postulados, sen-
resultado final es calificable como un “parto tencias de todas las instancias en las que se
de los montes” (1847, p. 44). Fedro (siglos siguen concediendo, en los casos de sepa-
I a.C- I d.C.), que, como La Fontaine (1996 ración de hecho, “resarcimientos” por daño
[1668]) y Samaniego (1989 [1781]), recreó al proyecto de vida familiar, sobre la base
dicha historia, la remataba de esta forma: del artículo 345-A del Código Civil, y no ha
“Hoc scriptum est tibi, / Qui, magna cum ocurrido nada con los “infractores” de las
minaris, extricas nihil”, que Solinas traduce directrices de la Corte Suprema, explícita-
libremente así: “Esto ha sido escrito para ti, mente contrarias al reconocimiento de dicha
de cuyos grandes anuncios no resulta nada” figura. En ninguno de estos pronunciamien-
(1992, pp. 108-109). tos –que he seguido desde el año 2011– se
exponen razones, de ningún tipo, para justi-
El cuestionamiento de la jurisprudencia ficar el apartamiento (León Hilario, 2020, p.
vinculante merece mi aprobación, por otro 19). No sé de qué overruling o distinguishing
lado. Es la posición que defiendo desde hace hablan algunos autores, a quienes uniforma
muchos años (León Hilario, 2004, p. 36 y su grave desconocimiento sobre el signifi-
s.; 2019, p. 155). Solo una jurisprudencia cado de estas instituciones en el mundo del
naturalmente uniforme, y no alineada por Common Law, cuya importación ha sido des-
imposición, contribuye a la creación del aconsejada, por su artificialidad, abstrac-
derecho: una jurisprudencia constante, apta ción y arbitrariedad, y por las diversas vías,
para fundar una costumbre, sobre la base todas fáciles de seguir, que los jueces tienen
de “un firme convencimiento general o una para apartarse de los precedentes en todas
convicción jurídica” (Rüthers, 2018 [1999], las experiencias jurídicas del mundo (Mat-
p. 118). Con el VIII Pleno Casatorio Civil tei, 2004, p. 160). Hace pocos días se cono-
ha quedado confirmado, una vez más, que en cieron las conclusiones de un Pleno Judicial
el Perú no existen los elementos necesarios Distrital de Lima, en materia laboral, donde
para construir una cultura de stare decisis et se rechazan los mal llamados “daños puniti-
non quieta movere. En el seno de la propia vos” introducidos en un Pleno Jurisdiccional
Corte Suprema se han manifestado ostensi- vinculante de la Corte Suprema, que muchos
bles disensos respecto del voto en mayoría. criticamos desde el primer día, por su apar-
Además, es previsible que el prestigio de los tarmiento del marco normativo y la vulne-
defensores de la posición que no fue acogida, ración del principio de tipicidad de las san-
como los profesores Rómulo Morales Her- ciones jurídicas. Tampoco en dicho caso los
vias (2006, 2011, 2016, entre otras contribu- jueces de mérito se sintieron obligados a jus-
ciones) y Gastón Fernández Cruz (2016), dé tificar su votación discrepante: les ha bastado
lugar a una masiva indisposición, entre los exponer las razones –anticipadas en nuestra

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doctrina de responsabilidad civil– de la ile-


galidad de los punitive damages en nues- Comentario relevante
tro ordenamiento. Mientras más cultura crí-
tica posea un juez, menos dispuesto estará
a ceñirse a la “regla burocrática” del stare En el seno de la propia Corte
decisis (Mattei, 2004, p. 148). Un gran his- Suprema se han manifestado osten-
toriador del Derecho inglés se ha referido al sibles disensos respecto del voto en
culto hacia los precedentes judiciales como mayoría. Además, es previsible que
un “duty of repeating errors”, o sea, un deber el prestigio de los defensores de la
de repetir errores (Baker, 2019, p. 211; Mat- posición que no fue acogida, como
tei, 2004, p. 134). los profesores Rómulo Morales Her-
vias y Gastón Fernández Cruz, de
Finalmente, aunque reconozco los méritos
técnicos, de lege ferenda, de la tesis de la
lugar a una masiva indisposición,
ineficacia, su ligazón con un marco legal entre los jueces de mérito, para
–el italiano– que jamás ha coincidido con el seguir la tesis de la nulidad. Pre-
nuestro, en este punto, me resulta tan evi- veo que muchos jueces mantendrán
dente que no me explico la insistencia en fidelidad a la visión desvirtuada en
seguirlo defendiendo, o en hacer de la dis- esta sentencia, tal como ha ocurrido
puta una cuestión de estado. El silencio de en relación con los Plenos Casato-
los autores que defendieron siempre la tesis rios Civiles anteriores.
de la nulidad como Carlos Cárdenas Quirós
(2002) y Benjamín Aguilar Llanos (2006),
y la mesura de Alex Plácido Vilcachagua
(2015), son ejemplos dignos de seguir. En 3. Cualquiera de los cónyuges puede
el Anteproyecto de Reforma del Código ser autorizado judicialmente a rea-
Civil de la Comisión del Ministerio de Justi- lizar actos de disposición o grava-
cia presidida por Fernández Cruz, Cárdenas men que requieran del asentimiento
Quirós dejó constancia de su opinión contra- del otro, cuando existan causas jus-
ria a la tesis de la ineficacia, que los demás tificadas de necesidad y utilidad,
integrantes, en cambio, aprobaron, con un atendiéndose el interés familiar. La
esbozo de nuevo artículo 315, tan detallado, pretensión se tramita como proceso
que demuestra, por sí solo, que, en el estado sumarísimo.
de cosas reinante, la tesis de la ineficacia, sin En la norma proyectada se echa de menos la
una norma que la ampare, es insostenible: precisión sobre la tutela restitutoria que tiene
Artículo 315.- Disposición de los bienes que acompañar la declaración de ineficacia,
sociales y también la expresa legitimación del cón-
yuge excluido para oponer sus derechos a los
1. Si uno de los cónyuges dispone o terceros, incluso en caso de que estos logren
grava un bien social sin la participa- inscribir en su favor la titularidad de los bie-
ción del otro, dicho acto es ineficaz. nes dispuestos en los Registros Públicos.

2. El cónyuge que no participó en el No puede hablarse, a pesar de todo, de triun-


acto de disposición o gravamen fadores ni de vencidos en relación con este
puede ratificarlo, en cuyo caso el pronunciamiento judicial ni con ningún
acto será considerado eficaz desde el otro. Los magistrados no son los llamados
momento de su celebración. a dirimir contrapuntos doctrinales, o entre

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hace referencia a una “norma
Comentario relevante imperativa de orden público”.
¿Cómo ha tomado usted estos
comentarios?
Aunque reconozco los méritos téc-
nicos, de lege ferenda, de la tesis Sí, el voto en mayoría es literalmente coin-
de la ineficacia, su ligazón con un cidente con la posición adoptada en mi libro
marco legal –el italiano– que jamás sobre la parte general del Derecho Privado
ha coincidido con el nuestro, en (2019: p. 92), aparecido en los últimos meses
este punto, me resulta tan evidente del año pasado, y en algún escrito anterior
(León Hilario, 2018, p. 36). Su fundamen-
que no me explico la insistencia en
tación, sin embargo, no era nueva en nues-
seguirlo defendiendo, o en hacer de
tra doctrina (Aguilar Llanos, 2016, p. 205).
la disputa una cuestión de estado.
El silencio de los autores que defen- Lo que anoto en la obra recordada por uste-
dieron siempre la tesis de la nuli- des, es que la disposición del artículo 315 del
dad como Carlos Cárdenas Qui- Código Civil, que exige la intervención de
rós y Benjamín Aguilar Llanos, y la ambos cónyuges para la disposición de bie-
mesura de Alex Plácido Vilcacha- nes de la sociedad de gananciales, constituye
gua, son ejemplos dignos de seguir. una norma imperativa, inderogable, contra la
cual no se puede pactar: una verdadera limi-
tación de la autonomía de los particulares.
docentes universitarios, a pesar de la preo- Ahora bien, aquella interpretación, por las
cupante incontinencia de su espíritu profeso- características de mi libro –un texto intro-
ral. Para lo peor no hay límite, sin embargo. ductorio a una materia tan compleja como la
Recordemos, aunque no sea tema de la entre- fenomenología jurídica– no pudo ser desa-
vista, lo ocurrido, pocos días después, con el rrollada con amplitud. En esta entrevista sí
X Pleno Casatorio Civil y sus más de cuatro- puedo hacerlo.
cientas notas a pie de página sobre teoría y Mi opinión se funda en un estudio de las
“filosofía de la prueba”. fuentes históricas del artículo, y de la visión
institucional de la familia –la del profesor
2. Ha ganado la tesis de la nulidad;
sin embargo, analizando los
Héctor Cornejo Chávez, como bien se sabe–
que revelan las disposiciones del libro III del
fundamentos que han servido Código Civil. Decepciona el escaso o nulo
para llegar a esa conclusión, esfuerzo de los autores, favorables a la tesis
los lectores de su más reciente de la ineficacia, que se limitan a repetir el
obra han recordado que usted camino trazado por los autores que he men-
había arribado a la misma con-
cionado, sin considerar los antecedentes de
clusión, sorprendiéndoles así
que no le hayan citado. Ante toda la controversia.
ello, el profesor Morales Her- Era absolutamente imposible que un jurista
vias ha manifestado que dicha
como Cornejo Chávez concibiera un sistema
afirmación no es tan exacta
pues si bien usted se funda- de control de los actos de disposición de bie-
mentaba en la existencia de nes de la sociedad conyugal que solamente se
violación de una “norma impe- limitara a una acción de anulación (impugna-
rativa”, el Pleno habría creado bilidad) o declaración de ineficacia. El con-
una nueva categoría, pues texto de elaboración del precepto es fácil de

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reconstruir. Para comenzar, es clarísimo que


ni él ni los demás redactores de los libros Comentario relevante
del Código Civil buscaron compatibilizar
sus anteproyectos con la parte general ni
con la teoría general del negocio jurídico, tal Era absolutamente imposible que un
como la estaban perfilando, en ese momento, jurista como Cornejo Chávez con-
los muchos autores que tuvo el libro II del cibiera un sistema de control de los
Código Civil. La tutela negocial restituto- actos de disposición de bienes de la
ria se limitaba, para él y para todos los juris- sociedad conyugal que solamente se
tas de su época, a la invalidez y a sus dos limitara a una acción de anulación
expresiones: la nulidad y la anulación, o, por (impugnabilidad) o declaración de
mejor decir, a la nulidad absoluta y relativa, ineficacia. El contexto de elabora-
que, asimismo, podían ser textuales o vir- ción del precepto es fácil de recons-
tuales, en perfecta línea con la herencia cul- truir. Para comenzar, es clarísimo
tural francesa. Así lo demuestra el régimen que ni él ni los demás redactores
del matrimonio inválido. Cornejo Chávez
de los libros del Código Civil busca-
tampoco tuvo una noción precisa del signi-
ron compatibilizar sus anteproyectos
ficado de la teoría de la representación, que
se reglamentaba, por primera vez, en nues-
con la parte general ni con la teo-
tro país. A pesar de estas premisas tan evi- ría general del negocio jurídico, tal
dentes, tenemos un mar de especulaciones de como la estaban perfilando, en ese
autores nuestros, sobre el artículo 315, que momento, los muchos autores que
arriesgan distintas interpretaciones a partir tuvo el libro II del Código Civil.
de los postulados de la teoría de la legitima-
ción en los negocios jurídicos, en particular,
según las reconstrucciones teóricas de los otro, este puede hacer valer contra los terce-
civilistas italianos, como Pietro Rescigno ros, judicialmente, los derechos derivados
(1990, p. 320 y s.), o de estudiosos españoles de la ineficacia del negocio (§ 1368). Todo
que los siguen, tácitamente (Carrasco Perera, esto se ha dispuesto en un ordenamiento en
2017, p. 645). En la bibliografía española se el cual cada cónyuge administra su patrimo-
inspira la reciente tesis doctoral zaragozana nio de manera independiente (§ 1364), es
de la profesora Romina Santillán Santa Cruz decir, semejante a lo que en nuestro Derecho
(2020b), sobre la disposición de bienes en de Familia se llama separación de patrimo-
la sociedad de gananciales. En el origen de nios. ¿Les parece a ustedes que estas directri-
estas perspectivas están también las disposi- ces se puedan postular respecto de un Código
ciones del Código Civil alemán (BGB) sobre Civil como el nuestro? La respuesta, nega-
el régimen patrimonial del matrimonio, que tiva, es obvia.
tampoco han sido seguidas por el nuestro,
a saber, (i) que uno de los cónyuges puede En Alemania impera un régimen de participa-
obligarse a disponer de “su” patrimonio solo ción común de los cónyuges en las ganancias
si el otro lo consiente (§ 1365.1); (ii) que de sus patrimonios, diferenciados y autóno-
los contratos celebrados por un cónyuge res- mamente gestionados: la Zugewinngemeins-
pecto de “su” patrimonio sin el consenti- chaft, fruto de una crucial reforma del BGB,
miento del otro son eficaces si el que no par- en 1957, destinada a restablecer la igualdad
ticipó lo ratifica; y, esto es lo más importante del hombre y la mujer en su vida matrimonial
(§ 1366.1), (iii) que si un cónyuge dispone y, más en general, ante el Derecho Privado
de “su” patrimonio sin el consentimiento del (en perspectiva comparativa: Leyser, 1958,

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necesario, según el artículo 231, para la ena-
Comentario relevante jenación o gravamen de los bienes “dotales”
no fungibles. Para José León Barandiarán, la
infracción de esta exigencia –equivalente a
Ahora bien, en el voto en mayoría la del actual artículo 315– implicaba la nuli-
del VIII Pleno Casatorio Civil no dad “virtual” del acto (1991b, p. 362). Los
hay rastro de alguna explicación his- bienes dotales eran, según el artículo 220,
tórica que habría sido fundamen- los que la mujer llevaba al matrimonio o que
tal. Se exige la intervención de la se le transferían gratuitamente en su vida de
mujer para corregir una situación casada.
injusta, excluyente, discriminatoria,
abusiva, y para salvaguardar valo- Este marco legal tan disparejo –que nadie
res fundamentales, como la familia defendería hoy, naturalmente– fue reformado
y el sustento económico de esta. No por el Gobierno Revolucionario de la Fuerza
se consideró, en absoluto, el inte- Armada, en 1969, mediante el Decreto Ley
rés de los adquirentes, por la sencilla Nº 17838, donde se dispuso que la “inter-
razón de que dicho interés no tenía vención” de la mujer era requerida para “dis-
(ni tiene) posibilidad de prevalecer poner o gravar bienes comunes a título gra-
sobre los de la familia. tuito u oneroso”. Nótese bien: no se requirió
el “consentimiento” ni la “autorización” de
la mujer, sino su “intervención”. También el
tan ambiguo como tradicional término “ena-
p. 276 y s.; Kahn-Freund, 1959, p. 253 y s.; jenar”, que hasta ahora aparece en las nor-
Melón Infante, 1959, p. 96 y s.; más recien- mas del Código Civil vigente, cedió su espa-
temente, Scherpe, 2013, pp. 63-64). En Ale- cio a la palabra “disponer”, con el evidente
mania, la meta reivindicatoria se plasmó en afán de allanar el camino a los intérpretes,
la administración autónoma de los bienes de no versados en derecho, del texto legislativo
cada cónyuge; en el Perú… Bueno, creímos, modificado.
y seguimos creyendo, que la igualdad está
garantizada por la sociedad de gananciales. Las consideraciones sobre la reforma velas-
¿En algo debemos diferenciarnos de los ale- quista brillan por su ausencia en todos los
manes, no les parece? Las premisas son las estudios dedicados al artículo 315, sin dis-
mismas –igual reconocimiento de derechos a tinción. En la introducción del Decreto Ley
ambos cónyuges–, pero los puntos de llegada citado se traza el estado de la cuestión. Se
son exactamente contrarios. En Alemania, lee que “la libre disposición resulta excesiva
cuando yo hacía mis estudios de posgrado en en la práctica, tratándose de bienes comu-
Europa, subsistía la creencia de que el BGB nes, y su ejercicio por el marido sin consen-
tenía que volver a ser reformado, para ser timiento ni intervención de la mujer, genera
aún más igualitario en su tratamiento de las situaciones injustas que la Ley debe prever y
relaciones conyugales (Dethloff, 2001). evitar”. Y que la “limitación de esta facultad
irrestricta redundará no solo en el mejor res-
Según el texto original del artículo 188 del guardo del patrimonio de la mujer y de los
Código Civil de 1936, el marido era el admi- hijos, sino que, además, contribuirá a evitar
nistrador de los bienes comunes, y podía situaciones que ponen en peligro la estabili-
disponer de ellos a título oneroso. El con- dad del matrimonio, institución fundamental
sentimiento expreso de la mujer solo era cuya integridad debe resguardarse”.

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El preámbulo del Decreto Ley Nº 17838 se


alineaba a las directrices del llamado Plan Comentario relevante
Inca, el programa de gobierno velasquista,
elaborado en 1968, pero difundido, recién,
con el mensaje presidencial a la Nación del Es admirable que Cornejo Chávez se
28 de julio de 1974, por el aniversario 153 haya referido, al concluir su explica-
de la proclamación de nuestra independen- ción del actual artículo 315, al abuso
cia. El numeral 23 del Plan Inca, sobre cuya del derecho como una institución
veracidad se han tejido muchas sospechas a la que podía recurrirse para com-
(Klarén, 2013 [2004], p. 413), estaba dedi- pletar el sistema de tutela ante la
cado a la situación de la mujer peruana. Allí disposición de bienes comunes por
constaba, junto con las denuncias del trato uno solo de los cónyuges. Sobre la
injusto e inhumano a la madre soltera, y de la fórmula original del Código Civil
discriminación de la mujer por razón de sexo de 1936, escribió: “Era evidente su
en la obtención de empleo y en las remu- anacronismo, como lo era la injus-
neraciones, el problema de que “el hombre ticia que propició, sin desearlo, en
[disponga] de los bienes del matrimonio sin perjuicio de la mujer, y en abusivo
consentimiento de su cónyuge”. La acción
o fraudulento beneficio del marido
política que se debía realizar, con el objetivo
en un gran número de casos de la
de lograr la “efectiva igualdad” de hombres
vida real”.
y mujeres, “en derechos y obligaciones”,
consistía, ni más ni menos, en “garantizar
que los bienes comunes no sean dispuestos
por decisión unilateral del esposo” (Velasco salvaguardar valores fundamentales, como
Alvarado, 1974, p. 27). Este fue el paso dado la familia y el sustento económico de esta.
con el Decreto Ley Nº 17838. No se consideró, en absoluto, el interés de
los adquirentes, por la sencilla razón de que
Leído en su contexto, el reformado artículo dicho interés no tenía (ni tiene) posibilidad
188 del Código Civil de 1936, engendrado de prevalecer sobre los de la familia, menos
en una época que hoy es objeto de impor- todavía si se ésta era considerada con una
tantes y justas relecturas históricas (Neira, óptica tradicional, que hoy también es objeto
1998), y que Cornejo Chávez mantuvo, como de audaces replanteamientos o de cerradas
artículo 315, en el Código Civil de 1984, no reconfirmaciones.
deja dudas sobre su pertenencia al mundo de
las normas imperativas. Y la vulneración de En la exposición de motivos del Código Civil
estas acarrea, como se sabe, la nulidad. Cor- vigente, Cornejo Chávez anotó, sucintamente,
nejo Chávez integraba, por cierto, el Comité que el precepto respondía al reconocimiento
de Asesoramiento de la Presidencia (COAP), constitucional de la igualdad ante la ley del
creado por el propio general Velasco Alva- hombre y la mujer (1988, p. 467). Los incon-
rado (Klarén, 2013 [2004], p. 417). venientes prácticos de la exigencia legal de
la intervención conjunta se superaban, según
Ahora bien, en el voto en mayoría del VIII el codificador, con el otorgamiento de pode-
Pleno Casatorio Civil no hay rastro alguno res representativos de un cónyuge a otro. Y
de esta explicación histórica que habría sido quedó fuera de los alcances de la interven-
fundamental. Se exige la intervención de la ción conjunta, por otro lado, la adquisición
mujer para corregir una situación injusta, de bienes muebles, en línea con otras normas
excluyente, discriminatoria, abusiva, y para del Gobierno Revolucionario de la Fuerza

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por exceder los límites de los llamados atti di
Comentario relevante straordinaria amministrazione.

La observación de Morales Hervias es severa,


Morales Hervias ha revelado que los pero acertada, porque los avances de la doc-
amicus curiae no recibieron la docu- trina italiana –una vez más– han escindido
mentación del caso, y que fueron el campo, antiguamente común, del orden
llamados, simplemente, a defender público y las normas imperativas. Hay nor-
sus teorizaciones, generales, sobre mas imperativas que no son de orden público,
la situación del acto de disposición y normas de orden público que no son impe-
de bienes comunes por uno solo de rativas (Espinoza Espinoza, 2008, p. 547).
los cónyuges. Es más que probable Creo, sin embargo, una precisión doctrinal
que los amicus curiae habrían podido de ese nivel no puede ser exigida a la magis-
reformular sus perspectivas si cono- tratura doméstica, a la luz de nuestro Código
cían los antecedentes del litigio que Civil (Espinoza Espinoza, 2008, p. 535), en
la cual se funden la tradición francesa de la
vio enfrentados, por la propiedad de
nulidad por contravención del orden público,
un bien inmueble común, no a los
según el artículo V del Título Preliminar, con
cónyuges, sino a sus descendientes.
el modelo controlista (fascista) de la actividad
contractual mediante las normas imperativas,
según el artículo 1354.
Armada, sobre los negocios jurídicos relati-
vos, por ejemplo, a la constitución de prenda A Morales Hervias (2006 [2005]) hay que
en garantía de créditos otorgados por bancos reconocerle el enorme mérito de haber sido
cuando el gravamen incidía en bienes comu- el primero en haberse interesado, desde el
nes dedicados a la explotación de la actividad punto de vista de la teoría del negocio jurí-
del mutuatario, de acuerdo con el Decreto Ley dico, en descifrar el significado del artículo
Nº 18055, del 13 de mayo de 1971. En este 315 del Código Civil. Puedo atestiguar, tras
último supuesto, se estableció la presunción casi veinte años de coincidir con él en el dic-
“de pleno derecho” del consentimiento de la tado de los cursos de parte general del Dere-
cho Privado en la Facultad de Derecho de la
mujer. Es admirable que Cornejo Chávez se
Pontificia Universidad Católica del Perú, la
haya referido, al concluir su explicación del
gran acogida que tuvo su interpretación entre
actual artículo 315, al abuso del derecho como
los magistrados de Cusco, inicialmente, y
una institución a la que podía recurrirse para
la prudencia con que él ha tomado siempre
completar el sistema de tutela ante la dispo-
la adhesión a su posición, por masiva que
sición de bienes comunes por uno solo de
fuere. Al respaldo en la obra del reciente-
los cónyuges. Sobre la fórmula original del
mente desaparecido profesor Cesare Mas-
Código Civil de 1936, escribió: “Era evi-
simo Bianca (2001, p. 111), ha sumado, con
dente su anacronismo, como lo era la injus-
el tiempo, contribuciones del Derecho Civil
ticia que propició, sin desearlo, en perjuicio
portugués, brasileño, argentino, ecuatoriano,
de la mujer, y en abusivo o fraudulento bene-
y, hace poco, colombiano, en ocasión del
ficio del marido en un gran número de casos
debate actual sobre el proyecto de Código
de la vida real” (1999, p. 274). En Italia, esta
Civil del vecino país.
problemática se analiza, justamente, bajo la
premisa de que estos actos de disposición La tesis de la ineficacia –como he dicho en
son “abusivos” (Auletta, 2009, p. 166 y s.), una conferencia reciente– tiene el atractivo,

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del que es muy difícil escapar, de la elegan-


cia y precisión teóricas. Funciona a la perfec- Comentario relevante
ción si las nociones de invalidez e ineficacia
están bien deslindadas, y si se dispone de
un aparato legislativo que permita delinear El camino de la nulidad era el propi-
sus fronteras, aunque se tengan que corre- cio. ¿Era, entonces, un caso idóneo
gir, desde el formante doctrinal disposicio- para discutir las consecuencias jurí-
nes carentes de pulimento. No es –lo repito– dicas –no precisadas en el Código
nuestro caso. Según el Código Civil italiano, Civil– de la infracción del man-
donde, por lo demás, coexisten dos moda- dato contenido en el artículo 315,
lidades de comunidad de bienes (la legal y sobre la intervención conjunta? Por
la ordinaria), la disposición por uno solo de supuesto que no, porque teniendo
los cónyuges, sin el consentimiento del otro, en cuenta la concreta situación
es causal de anulación. Las normas resuel- de la demandante, no había nin-
ven todos los problemas prácticos. Se admite guna razón que la llevara a tomar
la convalidación del negocio (no es ratifi- el camino, incierto, de la ineficacia
cación), y se establece un plazo anual para en lugar del, por lo menos claro,
la acción invalidante. La doctrina italiana camino de la nulidad.
reconoce que el artículo 184 de su Código
Civil, que cifra todo esta regulación, al dis-
poner la anulación y no la ineficacia, deroga
el régimen general de “los actos celebrados elegido para este Pleno Casatorio Civil. Su
por un sujeto que no es (plenamente) titular conjetura sobre el razonamiento adoptado
del derecho” (Ferrando, 2017, p. 114). Con- por los magistrados que firmaron el voto en
siderar que negocios como estos son anu- mayoría, nos lleva a poner en entredicho lo
lables significa, naturalmente, reconocerlos acertado o inadecuado de dicha selección,
como válidos y eficaces, aunque en su cele- inclusive. Yo opino, sin embargo, que la fuga
bración, en contra del mandato legal, no se hacia el orden público y las normas impera-
haya contado con el consentimiento de uno tivas, a pesar de la confusión conceptual, fue
de los cónyuges (Paladini, 2010, p. 109). una consecuencia, inevitable, del correcto
encuadramiento histórico de la norma, y que
fue legítimo, por dos razones: i) por la cono-
3. En opinión del profesor Arata
Solís, son los hechos del caso
cida intersección histórica de los campos de
la ilicitud del fin (o de la causa, si se pre-
examinados en el VIII Pleno los
fiere) y la contravención al orden público;
que habrían ocasionado que
gane la tesis de la nulidad, pues y ii) porque los magistrados tienen la potes-
al no poder demostrarse en el tad de modificar el fundamento de las pre-
caso concreto la causal de nuli- tensiones, pero no el petitorio, en aplicación
dad por fin ilícito, no quedó de del principio amonedado en el latinismo iura
otra que admitir la nulidad por novit curia.
transgresión al orden público.
¿Qué opina usted de dicha afir- En su conferencia antes mencionada, Morales
mación? Hervias ha revelado que los amicus curiae no
recibieron la documentación del caso, y que
Me parece fundamental el llamado de Arata fueron llamados, simplemente, a defender sus
Solís a no apartarnos –como muchos han teorizaciones, generales, sobre la situación del
hecho, en cambio– de los hechos del caso acto de disposición de bienes comunes por

GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL | Nº 88 • OCTUBRE 2020 • ISSN 2305-3259 • pp. 11-28 19
la nulidad era el propicio. ¿Era, entonces, un
Comentario relevante caso idóneo para discutir las consecuencias
jurídicas –no precisadas en el Código Civil–
de la infracción del mandato contenido en
En el Código Civil de 1984, el man- el artículo 315, sobre la intervención con-
tenimiento de una norma como la junta? Por supuesto que no, porque teniendo
del artículo V del Título Preliminar en cuenta la concreta situación de la deman-
carece de sentido. Crea confusión, dante, no había ninguna razón que la llevara
más bien, porque su ámbito puede a tomar el camino, incierto, de la ineficacia
coincidir, atendiendo a las circuns- en lugar del, por lo menos claro, camino de
tancias, con el de la nulidad por “fin la nulidad. En nuestro país –admitámoslo–
ilícito”, como en el caso de los nego- las diferencias entre lo nulo, lo anulable y lo
cios que tienen origen en delitos, o ineficaz, ante la población, son diferencias
que se celebran en fraude a la ley. de grado. Siempre será preferible la nulidad,
porque se confía que con ella se puede lograr
revertir, inclusive, las ulteriores adquisicio-
nes de terceros.
uno solo de los cónyuges. Es más que pro-
bable que los amicus curiae habrían podido Ahora bien, demandó nulidad por fin ilícito,
reformular sus perspectivas si conocían los es cierto. Históricamente, sin embargo, la
antecedentes del litigio que vio enfrentados, nulidad por causa ilícita, que también hemos
por la propiedad de un bien inmueble común, heredado del modelo francés, abarca la nuli-
no a los cónyuges, sino a sus descendientes. dad por contravención del orden público y las
La demandante demandó que se declare la buenas costumbres (Capitant, 1927, p. 233
nulidad de la compraventa celebrada entre su y s.). En el Código Civil de 1936, anticausa-
progenitora y la conviviente de su hermano lista, este supuesto de invalidez, que se dedu-
por parte de madre. El negocio fue urdido por cía del artículo III del Título Preliminar, tenía
este último, aprovechándose de que la vende- mucho sentido, porque la ilicitud, como cau-
dora no tenía registrado su estatus de casada, sal de nulidad de los actos jurídicos, estaba
y a un precio irrisorio. En la demanda se invo- referida al objeto, en el inciso 2 del artículo
caron dos causales, contempladas en los inci- 1123. Esa norma del antiguo Título Prelimi-
sos 4 y 5 del artículo 219 del Código Civil: el nar rezaba así: “No se puede pactar contra
fin ilícito y la simulación absoluta. La parte las leyes que interesan al orden público o a
actora no razonó en función de la nulidad “vir- las buenas costumbres”. Para la nulidad por
tual” que se deduce del artículo 315, que exige ilicitud o inmoralidad del propósito, nues-
legalmente la intervención de ambos cónyu- tros autores que no distinguían la causa del
ges, porque su padre, el otro titular de la socie- objeto veían en ese precepto el fundamento
dad de gananciales, de la cual formaba parte el de una nulidad “virtual” (Cornejo, 1937, t.
inmueble, había fallecido. Quienes defienden I, p. 346). Otros consideraban que el artículo
la tesis de la ineficacia enfrentan ese escollo, III del Título Preliminar regulaba, de suyo,
porque la declaración de ineficacia, al con- una hipótesis de nulidad (León Barandiarán,
figurar una tutela “relativa”, solo la habría 1991a, p. 45). Era claro que se necesitaba un
podido pretender el cónyuge excluido del acto precepto con esos alcances para completar el
de disposición. En este caso, la demandante sistema de nulidades de aquel Código.
ya había heredado a su padre, era copropieta-
ria del inmueble y había contribuido al finan- En cambio, en el Código Civil de 1984, el
ciamiento de sus edificaciones. El camino de mantenimiento de una norma como la del

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artículo V del Título Preliminar carece de contravención de una “norma imperativa de


sentido. Crea confusión, más bien, porque su orden público”, conforme al artículo V del
ámbito puede coincidir, atendiendo a las cir- Título Preliminar.
cunstancias, con el de la nulidad por “fin ilí-
cito”, como en el caso de los negocios que Entiendo, sin embargo, que se advierta la
tienen origen en delitos, o que se celebran en necesidad lógica de seguir uno de los dos
fraude a la ley. caminos. El negocio de disposición de un
bien común por uno solo de los cónyuges es
un caso en el que la manifestación de volun-
4. El profesor Plácido Vilcachagua
fue el único de los amicus curiae
tad “conjunta”, exigida por el artículo 315,
está ausente. Si es así, no se puede hablar de
que se encontraba de acuerdo ilicitud, porque la nada no puede ser califi-
con la tesis de la nulidad; sin cada de lícita ni de ilícita.
embargo, fundamentaba su
tesis en la causal de falta de En cambio, el proceder del cónyuge que
manifestación de la voluntad. excluye al otro en la disposición sí admite
En ese sentido, profesor León,
ser calificado como ilícito. Es un caso –como
siendo conocedores de la tesis
sostenida por usted, ¿cuáles señalé hace un momento, sobre la base de los
son, en su opinión, las razones aportes de un sector de la doctrina italiana–
para no admitir en el caso con- de “abuso” en la administración de los bie-
creto la causal de falta de mani- nes comunes. Desde este punto de vista, la
festación de la voluntad? superposición de las causales es nítida. Y si,
como valiosamente se propone en el Antepro-
La tesis del profesor Plácido Vilcachagua es yecto de Reforma del Código Civil, el régi-
técnicamente impecable. Y no hay por qué men actual del abuso del derecho es variado,
suponer que el camino por él sugerido sea para hacer explícitas sus implicancias en el
incompatible con el de la nulidad por contra- plano de la tutela resarcitoria, inhibitoria y
vención de normas imperativas o de las leyes restitutoria, podríamos ver concurrir, próxi-
que interesan al orden público. Como acabo mamente, a una tercera causal de nulidad
de explicar, que dos o más causales de nuli- (fundada en el actuar abusivo del cónyuge
dad se entrecrucen es una posibilidad a la que excluyente).
tenemos que hacer frente, dadas las gruesas
fallas sistemáticas de nuestro Código Civil. Vuestra pregunta me permite evocar lo ocu-
rrido en el V Pleno Casatorio Civil, que, como
En las conclusiones de la sentencia del VIII bien se recuerda, giró en torno a un caso cla-
Pleno Casatorio Civil se dice que la interven- moroso de nulidad por falta de manifestación
ción de ambos cónyuges es “elemento cons- de voluntad (colectiva) de una asociación
titutivo para la validez del acto jurídico”. civil. Sin embargo, la Corte Suprema lo recon-
A esa premisa debía subseguir, coherente- dujo hacia la falaz figura de la “impugnabili-
mente, la nulidad en ausencia de ese “ele- dad” del artículo 92 del Código Civil, que ni
mento constitutivo”: una nulidad “estructu- siquiera tenía relación con el litigio, porque
ral”, conforme al artículo 219, inciso 1 del esa norma, heredada del Código de 1936, se
Código Civil (Plácido Vilcachagua, 2017, refiere a los acuerdos asociativos contrarios a
p. 304 y s.). Sin embargo, la conclusión del la ley o al estatuto, y no a los acuerdos “inexis-
voto en mayoría, aunque favorable a la nuli- tentes”, en el que se registraron votos de per-
dad, optó por fundar esta consecuencia en la sonas fallecidas, inclusive.

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aplicadas a todos los problemas de inexisten-
Comentario relevante cia, invalidez e ineficacia negocial, incluido
el supuesto del artículo 315. En una futura
reforma, las normas de familia, sucesiones,
La tesis del profesor Plácido Vilca- derechos reales, etcétera, que aborden esos
chagua es técnicamente impeca- mismos problemas, solo podrán considerarse
ble. Y no hay por qué suponer que justificadas si establecen excepciones a la
el camino por él sugerido sea incom- regla. No tendrán ninguna utilidad si repiten
patible con el de la nulidad por con- lo dispuesto en la parte general.
travención de normas imperativas o
de las leyes que interesan al orden El artículo 315 no tuvo finalidades aclarato-
rias, sino reformistas e inclusivas, como he
público. Como acabo de explicar,
explicado. La revolución velasquista, como
que dos o más causales de nulidad
se lee en un testimonio de época sobre el
se entrecrucen es una posibilidad
Plan Inca: “quería la liberación de la mujer
a la que tenemos que hacer frente,
estableciendo una inviolable igualdad jurí-
dadas las gruesas fallas sistemáticas dica de derechos y obligaciones y para ello
de nuestro Código Civil. tendría que propiciar su intervención y par-
ticipación en todas las actividades y car-
gos de alto nivel, eliminar cualquier forma
5. Es importante recordar que a
los pocos meses de celebrada
de trato discriminatorio hacia ella, promo-
ver la educación mixta con el hombre y, en
la audiencia pública del VIII el plano familiar, garantizar que los bie-
Pleno Casatorio Civil, el profe- nes comunes no pudieran ser unilateral-
sor Pasco Arauco publicó un mente dispuestos por el esposo sin su con-
post en el cual manifestaba que sentimiento” (Zimmermann Zavala, 1969,
el artículo 315 del Código Civil
p. 120). Los valores en que se inspiró el
es en realidad una norma inne-
cesaria: primero, porque esta- artículo se proyectan en el tiempo y tienen
blece una verdad de Perogru- plena vigencia. Los casos más comunes de
llo (solo el propietario puede aplicación de la norma son los de disposición
disponer de sus bienes); y, de bienes comunes “como si fueran propios”,
segundo, porque el remedio es decir, que seguimos afrontando el pro-
para los casos en que dicha blema que dio lugar a la reforma del Código
regla sea vulnerada ya está Civil de 1936. Subsiste la urgencia de tute-
regulado en otras normas del lar el interés o núcleo familiar con un reme-
Código Civil. En ese sentido, dio que no suscite dudas sobre su efectivi-
profesor, ¿cuáles serían las
dad para la plena restitución del bien, como
razones para afirmar que el
artículo 315 del Código Civil no ha enfatizado Aguilar Llanos (2016, p. 205).
es una norma meramente acla- ¿Cuántas sentencias de “ineficacia” negocial
ratoria? se han emitido en las más de tres décadas de
vigencia del Código Civil? Y, de haberlas,
Alan Pasco Arauco es uno de los juristas ¿cuántas han conseguido verse reflejadas en
jóvenes que mejor conoce el Derecho inmo- los asientos registrales? Sospecho que muy
biliario, no solo en sus aspectos teóricos, y pocas, o ninguna.
en el de la práctica. Concuerdo con él. Las
normas de la parte general, del libro II del El parecer de Pasco Arauco tiene, con
Código Civil, deberían ser aptas para ser todo, el mérito de la actualidad, porque, si

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se considera el marco normativo, la igual- que está disponiendo de un bien común cele-
dad formal entre hombres y mujeres se ha braría un contrato con una cláusula de garan-
alcanzado; pero esa igualdad no se refleja tía por invalidez o una penalidad contractual
en la práctica, como él –gran lector de obras por declaración falsa? Los expertos en análi-
históricas y de ciencias sociales, como me sis económico del Derecho dirían que sí, pero
consta– sabe. Un panorama ilustrativo y crí- a condición de que las posibilidades de eva-
tico de esas reformas lo debemos al inves- dir la justicia, y de la aplicación de esos pac-
tigador sanmarquino Marco Barboza Tello tos, sean tan atractivos como para correr el
(2013). riesgo de poner su firma a semejantes acuer-
dos. Como en nuestro país esas posibilida-
des son, vergonzosamente, reales, la protec-
6. Se han vertido distintas opinio-
nes respecto a la desprotección ción “negociada” propuesta por los profesores
que acarrea la nulidad para el Mejorada Chauca y Pasco Arauco, vería seria-
comprador del bien social. En mente reducida su eficacia.
ese sentido, el profesor Mejo-
rada Chauca ha propuesto
como solución la inclusión 7. ¿Cuáles son las consecuencias
del fallo respecto a los terceros
de una cláusula contractual adquirentes de buena fe?
mediante la cual el vendedor se
obliga a título personal a lograr
Como ha aclarado el profesor Gunther Gon-
el efecto que busca el negocio.
Sin embargo, el profesor Pasco zales Barrón en sus conferencias sobre el
Arauco expone que sería más VIII Pleno Casatorio, este fallo, a tenor del
conveniente la inclusión de una litigio resuelto, no debería tener ninguna
cláusula penal. ¿Se podría decir consecuencia en lo que respecta a los ter-
que estamos siendo espectado- ceros adquirentes. Ha sido emitido en rela-
res de las ya advertidas “des- ción con una enajenación simple, declarada
ventajas” de la admisión de la nula. La conviviente del hermano político
tesis de la nulidad? de la demandante, que contrató con la madre
de la demandante, ni siquiera se desenvolvió
La tesis de la nulidad no produce ventajas con arreglo a la buena fe, según los hechos
ni desventajas. Es indiscutible, para mí, que del caso.
la protagonista del litigio resuelto en el VIII
Pleno Casatorio Civil obtuvo, a pesar del Lo anterior no quita que puedan presentarse,
tiempo transcurrido, un pronunciamiento claro está, otros casos en los que –como sue-
justo, que le restableció sus derechos sobre len hacer las mafias inmobiliarias– los bie-
el inmueble común de sus padres, por vía de nes se transfieran sucesivamente. En ese caso,
la nulidad. Dudo, respetuosamente, que en las entrarán en conflicto los intereses del cónyuge
relaciones contractuales puedan tener espacio excluido y del tercero. En mi opinión, deben
pactos expresos sobre la nulidad. Tal vez las prevalecer los primeros. Al tercero, siempre
entidades financieras y las grandes promoto- que no se trate de un caso de “fraude de la
ras inmobiliarias, siempre en busca de predios buena fe registral” (Gonzales Barrón, 2015),
para desarrollar sus proyectos, estarán inte- le quedará el remedio, no menos importante,
resadas en propuestas como estas, pero por- del resarcimiento contra el transferente fallido.
que dichos actores económicos tienen la ven-
taja de predisponer e imponer, muchas veces En Italia no hay contrapunto sobre este tema.
abusivamente, las condiciones de los contra- Los autores subrayan, al analizar el régimen
tos que celebran. ¿Una persona consciente de de la anulación y convalidación del abuso en

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es una persona casada, y cuál es su régimen
Comentario relevante patrimonial conyugal. Si el transferente es
una persona casada, según el régimen de la
comunión legal, el tercero es consciente de
He leído muchas opiniones favorables la posibilidad de que el cónyuge de su con-
al voto en minoría, que realzan su cali- traparte contractual no consienta la celebra-
dad expositiva, y la investigación que ción del acto, y, por lo tanto, puede preten-
le sirve de base. Es un juicio objetivo, der que dicho cónyuge participe en el acto de
que no puede rebatirse; pero su más enajenación, o que preste su consentimiento
grave falencia, aun si se olvida, por a este. La omisión de dichas cautelas es san-
un momento, la disputa entre nuli- cionada por la ley mediante la anulabilidad
dad e ineficacia, es que no dice abso- del acto, a iniciativa del cónyuge excluido”
lutamente nada sobre la restitución (Paladini, 2010, p. 108).
del bien a la sociedad de gananciales.
En el Pleno se ha afirmado que
8. el artículo 315 del Código Civil
la administración de los bienes comunes – es una norma imperativa en
razón de que con ella se pro-
que en dicha experiencia es expreso, como
tege el “interés familiar”. Ello
he recordado–, la atención de su legislador ha generado opiniones disími-
hacia la tutela de los terceros adquirentes, les, tales como: i) Que el “inte-
para mantener la eficacia de la transferencia rés familiar” podría presentarse
de propiedad, y para aliviarlos de “controles también en la parte compra-
fatigosos del estado civil de la contraparte dora si es que esta es una fami-
(si está casada o no), y del régimen patrimo- lia y por ello un caso como este
nial al que se encuentra sometida” (Auletta, podría ser tratado distinto; ii)
2008, p. 167). Se ha hablado, en el mismo que en realidad el “interés fami-
sentido, de una decisión normativa destinada liar” solo puede pregonarse del
lado de la sociedad de ganan-
a no paralizar negocios jurídicos patrimonia-
ciales; y iii) que es poco cohe-
les que pueden resultar convenientes para la rente la admisión del funda-
familia, ni “comprometer la seguridad de la mento del “interés familiar” en
circulación de los bienes” (Ruscello, 2017, un país donde no existen inicia-
p. 125; Sesta, 2019, p. 121). tivas legislativas para evitar el
caso de los “falsos solteros”.
Ese itinerario ha sido totalmente distinto del ¿Cuál es su opinión respecto a
seguido en el Perú, donde el origen de la estos diversos comentarios?
norma ha sido una reivindicación social, y
el problema que se sigue enfrentando es el Ya me referí al interés familiar, que es el
de los despojos propiciados, muchas veces, concepto central en la posición de Aguilar
por la disparidad de fuerzas al interior de la Llanos (2016, p. 205), mi profesor de Dere-
relación matrimonial; un problema que no cho de Familia. La primera objeción que
permite ni siquiera concebir una pondera- ustedes comparten conmigo es clamorosa-
ción de intereses con el de la buena fe de los mente inexacta. Respecto del tercer adqui-
terceros. En cambio, en el medio italiano se rente no se protege, en ningún caso, un inte-
afirma, sin reparo, que, respecto de los bie- rés distinto del que recae en la eficacia de
nes inmuebles, el tercero (siempre) “tiene la la transferencia. El ordenamiento balancea
posibilidad de determinar si el transferente ese interés con el del cónyuge excluido de la

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manifestación de voluntad dispositiva, y pre- de haber sido incluido en la agenda refor-


fiere, como es obvio, este último. De lo con- madora velasquista– es el de la exclusión
trario, no existiría el artículo 315 del Código abusiva del cónyuge en el negocio de dispo-
Civil. La segunda es acertada, en cambio, sición del bien común. En esta última hipó-
y el Anteproyecto de Reforma del Código tesis, la representación voluntaria, la ratifi-
Civil incluye una mención expresa del inte- cación y la ineficacia quedan totalmente de
rés familiar en su reescritura del artículo lado; el cónyuge que actúa en solitario lo
315. La tercera es un decir incongruente: la hace como si fuera el propietario exclusivo
falsa soltería no guarda relación con la tutela del bien, no como representante del otro titu-
del cónyuge excluido del negocio de dis- lar de la sociedad de gananciales.
posición de un bien común. No es más que
un vehículo o estratagema para engañar al En cuanto a las patologías de la representa-
adquirente, que no puede ser “compensada” ción, por lo demás, el voto en mayoría sí se
con un perjuicio al cónyuge que no intervino pronuncia sobre el caso de la extralimitación,
en la operación. y lo hace exactamente: si, como represen-
tante de la sociedad de gananciales, un cón-
yuge excede los alcances del poder repre-
9. Autores como Moreno More
ha manifestado que existe una
sentativo otorgado por el otro, el negocio
celebrado es ineficaz, y –con la tranquili-
gran incoherencia en los efec-
tos otorgados a las hipótesis de dad que brinda un soporte legal inequívoco–
los precedentes “E” y “F” del en virtud de lo dispuesto en el artículo 161
Pleno, ya que si bien se afirma del Código Civil. El único punto del que se
que todo acto que contravenga podría discrepar es el de dar por sentado que
la intervención conjunta de los la sociedad de gananciales puede ser “repre-
cónyuges es nulo, entonces sentada”. Lo que se desprende de la redac-
cabe preguntarse el por qué se ción de Cornejo Chávez es que el apode-
ha catalogado como ineficaz el
ramiento es conferido por un cónyuge en
acto realizado por el cónyuge
que excediéndose del poder favor del otro, no que uno de los cónyuges
otorgado por el otro cónyuge represente a la sociedad de gananciales. Este
dispone del bien social, si al fin esclarecimiento es una de las tantas contri-
y al cabo dicho acto calza tam- buciones de la comentada tesis de Santillán
bién en la hipótesis de la falta Santa Cruz (2020b).
de intervención de ambos cón-
yuges. ¿Qué opinión le merece
dicho razonamiento? 10. ¿Cómo debemos comprender
el papel que se le ha asignado
Lo que sostiene Moreno More es correcto, a la acción reivindicatoria en
según las premisas de su opinión. Lo respalda el precedente “G” del refe-
la normativa del Código Civil sobre el apode- rido Pleno?
ramiento, y los cánones técnico-jurídicos de la
teoría de las patologías de la representación. Más que cobrar relevancia técnicamente,
lo que los magistrados supremos han que-
Empero, no está dicho que la problemática rido expresar –me parece– es que la verda-
analizada en el VIII Pleno Casatorio Civil dera protección de los cónyuges perjudica-
se reduzca a los supuestos de irregularidad dos por la exclusión de su intervención en la
en el ejercicio de poderes representativos. El disposición de bienes comunes, no termina
caso, mayoritario, ayer y hoy –hasta el punto con una mera declaración de nulidad. El

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remedio efectivo es aquel que garantiza a los No lo creo. Prefiero, a la sutileza terminoló-
excluidos la recuperación –se ha hablado de gica, el realce de la efectividad de la tutela
“reversión” (Aguilar Llanos, 2016, p. 205)– otorgada.
del bien.

El llamado es mucho más importante en 11. Finalmente, profesor, ¿qué des-


tino deben seguir los procesos
nuestro medio, donde no existen reglas pre-
en trámite, cuyas demandas
cisas sobre el efecto restitutorio de la nuli-
no adoptaron la tesis que ha
dad ni, mucho menos, de la ineficacia, ni
resultado vencedora?
estudios especializados de doctrina, en gene-
ral, en el muy atractivo campo de las resti- En cuanto a este punto la incertidumbre es
tuciones. Los autores del voto en mayoría grande. Y hay también un hecho singular: así
dan muestras de haber comprendido que su como se echa de menos en el voto en mino-
fallo cae en saco roto –pensemos, una vez ría todo pronunciamiento sobre la tutela res-
más en el caso concretamente analizado, de titutoria, ocurre lo contrario si se trata de la
la demandante despojada– si no se asegura aplicación a los procesos en trámite. El voto
a los perjudicados la recuperación del bien. en minoría es preciso en mandar una recon-
La fuerza significativa del término “reivindi- ducción de las actuaciones hasta el estado
cación”, a pesar del riesgo de confundir esa de saneamiento del proceso. Una vez eje-
acción, de naturaleza real, con la restitución cutada esta medida, el juez asume un papel
como consecuencia de la declaración de nuli- fundamental: tiene que exponer a las par-
dad, es uno de los puntos más destacables del tes la posibilidad de pronunciarse sobre un
fallo. He leído muchas opiniones favorables petitorio (declaratoria de ineficacia) distinto
al voto en minoría, que realzan su calidad del formulado por el demandante (declarato-
expositiva, y la investigación que le sirve ria de nulidad), y promover el contradicto-
de base. Es un juicio objetivo, que no puede rio y la aportación de las pruebas que se con-
rebatirse; pero su más grave falencia, aun si sideren convenientes. No veo por qué este
se olvida, por un momento, la disputa entre mismo camino no se puede seguir para ade-
nulidad e ineficacia, es que no dice absoluta- cuar a la nulidad las demandas de ineficacia,
mente nada sobre la restitución del bien a la atendiendo a la postura imperante en la vota-
sociedad de gananciales. ción de este Pleno Casatorio Civil.
Si me limitara a los aspectos conceptua- Paradójicamente, entonces, de una con-
les, y adoptara una perspectiva demoledora sideración global de ambos votos, incom-
del fallo del VIII Pleno Casatorio Civil, a la patibles en su pronunciamiento sobre la
que tantos están acostumbrados, destacaría, cuestión fundamental –nulidad contra ine-
desde luego, que la acción reivindicatoria ficacia– presentan una armonía perfecta, y
(real) no es pertinente, porque ninguno de los se complementan, sumando sus contribucio-
cónyuges es “propietario” de los bienes de la nes, individuales, en materia de restitución y
sociedad conyugal. ¿Acaso se puede culpar de adecuación, a lo resuelto, de los procedi-
a los magistrados de la ausencia de referen- mientos en curso.
cias, en el Código Civil, sobre la tutela res-
titutoria, con la sola excepción del régimen Š Referencias bibliográficas
del mal denominado “pago indebido”? ¿Los
justiciables habrían entendido un pronun- Aguilar Llanos, B. (2006). Régimen patrimo-
ciamiento en términos de restitución, como nial del matrimonio. En: Derecho PUCP, 59,
consecuencia de la declaración de nulidad? pp. 313-355.

26 pp. 11-28 • ISSN 2305-3259 • OCTUBRE 2020 • Nº 88 | GACETA CIVIL & PROCESAL CIVIL
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