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El Amor de

Elohim
por Adan
y Java
a story by :
YUDER G.
Bereshit es el comienzo de todo, cuando Elohim creó el cielo, la tierra
y todo lo que existe. En el Jardín del Edén, Elohim formó a Adán, el
primer hombre, a su imagen y semejanza. Adán era perfecto y se
paseaba por el huerto rodeado de la belleza de la creación de Elohim.

Elohim puso a Adan a liderar, cuidar y cultivar el huerto y los animales


que el el Eterno había puesto, Adam mismo era la manifestación
visible del Eterno en aquel jardín donde todo estaba rodeado de paz,
armonía y equilibrio pero Adán estaba solo así que Elohim decidió que
no era bueno para él estar solo. Entonces, en su amor infinito, el
Eterno hizo entrar a Adan en un sueño profundo para de él formar a
Java, la primera mujer. Cuando Adán vio a Java por primera vez, su
corazón se llenó de alegría y gratitud hacia Elohim por este regalo
especial.

Adán y Java vivían en armonía en el Jardín del Edén. Tenían todo lo que necesitaban
y disfrutaban de la compañía del Eterno todos los días. Sin embargo, Elohim les dio
un mandamiento como una prueba a su fidelidad: podían comer de todos los árboles
del jardín, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Un día, mientras Java caminaba por el Jardín se acercó a ella la serpiente, quien era
el animal mas astuto del jardín y comenzó a susurrarle mentiras. Le dijo que si comía
del árbol prohibido, ella y Adán serían como Elohim. Java, tentada por las palabras
engañosas de la serpiente, decidió probar del fruto sin pensar en la advertencia de
muerte que habia por parte del Eterno si desobedecían y decidían comer del fruto,
Java sin embargo hizo quiso probar del fruto y tambien lo ofrecio a Adan quien al
igual que ella decidio probar.

Cuando Adán y Java comieron del fruto prohibido, sintieron miedo y vergüenza.
Pues fueron alterados sus sentidos y conocieron lo horrible que es desobedecer al
Eterno, Se dieron cuenta de que habían desobedecido a Elohim y pecado contra Él y
decidieron esconderse en el jardín, pero Elohim quien conoce todo y pesa los
corazones los encontró.

Aunque Elohim estaba triste por la desobediencia de Adán y Java, ellos se


arrepintieron y de todo corazón pidieron perdón al Eterno pidieron una segunda
oportunidad para enmendar sus errores y poder rectificar su falta.
Es por eso que el Eterno movido a misericordia y compasión decidió darles a la
oportunidad de rectificar su falta y de esa manera poder poder restablecer esa
conexión que se había perdido como consecuencia de esta gran falta, a partir de
ese momento Adan y Java fueron puestos en una realidad alterna diseñada por el
Eterno fuera del hermoso Jardín, una creación que les ofrecería bienestar temporal
y comodidad siempre que ellos mantuvieran su enfoque en rectificar su falta y
regresar un día al gran Eden.

A Adan y a sus futuros hijos se le dio la tarea de rectificar trabajando la tierra para
proveer el las necesidades de su familia mientras que a Java se le dijo que debería traer
hijos al mundo, hijos que en primera instancia llegarían a este mundo con dolor pero
quienes a su vez representarían la luz de esta realidad la cual ahora seria su nueva morada,
un lugar donde el bien y el mal, la luz y la oscuridad serian parte de la realidad del hombre
hasta que se completaran los días para la rectificación del hombre. En su amor
misericordioso, Elohim sacrifico un cordero el cual murió a cambio de la vida de Adan y
Java quienes merecían la muerte por haber desobedeció la palabra del Eterno, con este
sacrificio, el Adonai le mostraba a la pareja que un día enviaría a un Salvador, un Mesías,
que redimiría a toda la humanidad y los llevaría de vuelta a la comunión con Él y quitaría de
nosotros la culpa y la vergüenza que nos hizo escondernos y querer estar alejados de El.

Adán y Java sintieron arrepentimiento y pidieron perdón a Elohim. Elohim, en su amor


incondicional, les perdonó y les cubrió con la piel del cordero, mostrándonos de esta
manera que un día el sacrificio de ese cordero cubriría nuestra vergüenza y nos haría
caminar nuevamente confiados. Con lágrimas de alegría, Adán y Java aceptaron el perdón
de Elohim y prometieron confiar en Él y seguir Su voluntad.

Aunque Elohim los expulsó del Jardín del Edén como consecuencia de su pecado, nunca los
abandonó. Elohim los guió, protegió y les recordó su amor a lo largo de los años.

Esta historia de Adán y Java nos enseña que, a pesar de nuestros errores y desobediencia,
Elohim nos ama incondicionalmente. Él nos ha enviado a Yeshua, el Mesías prometido, para
salvarnos de nuestros pecados y restaurar nuestra relación con Él.

Que esta historia nos recuerde siempre el amor infinito de Elohim y nos inspire a confiar
en Él y seguir Su camino.
Shalom!!

La
Elección
de Kain y Hebel
by Yuder G.

-controlando nuestras emociones


fuera del jardín-
Una vez fuera del Edén, Elohim había bendecido a Adán y Java con dos hijos, Kain
y Hebel. Kain era un hombre fuerte y trabajador, mientras que Hebel era amable
y se dedicaba al cuidado de las ovejas.

Elohim aceptaba con agrado las ofrendas de Adán y Java, pero era necesario que
también Kain y Hebel presentaran sus ofrendas con un corazón agradecido. Kain
decidió ofrecer frutas y vegetales de su cosecha, mientras que Hebel ofreció
los mejores animales de su rebaño.
Cuando Elohim vio las ofrendas, aceptó la de Hebel con agrado, pero no se
agrado de la Kain presento. Kain se sintió enfadado y celoso de su hermano.
Las emociones negativas crecieron dentro de él y comenzó a permitir que la
envidia lo controlara.

Elohim, en su amor infinito, se acercó a Kain y le dijo: "Kain, ¿por qué estás
enfadado y por qué has dejado que ese sentimiento llene tu corazón? Si haces
lo correcto, serás aceptado. Pero si no controlas tus emociones, el pecado te
acecha y esta cerca de ti".

Sin embargo, Kain no escuchó las palabras de Elohim, Kain no se daba cuenta que
su inclinación al mal estaba apunto de dominarlo por completo, Kain no era
consciente que debía buscar el bien y procurar la fortaleza en el Eterno para
vencer su heredada inclinación al mal y permitió que la envidia se apoderara de
él. Un día, mientras estaban en el campo, Kain se levantó contra Hebel y lo mató.
En ese momento la tierra, el nuevo hogar de la familia de Adan que Elohim les
había dado se llenó de tristeza y dolor.

Elohim, en su justicia, se acercó a Kain y le preguntó: "¿Dónde está tu


hermano Hebel?". Kain respondió con indiferencia: "¿Acaso soy el guardián de
mi hermano?". Elohim, con tristeza, pronunció un juicio sobre Kain y puso una
marca sobre él para que todos supieran lo que había hecho.

Kain se dio cuenta de la gravedad de sus acciones y se llenó de remordimiento


y pesar. Sin embargo, su corazón ya estaba muy alejado del Eterno y nada
podia hacer para cambiar las cosas así que se vio condenado a vivir una vida
llena de remordimiento y vergüenza por lo que le hizo a su hermano.

Esta historia nos enseña la importancia de controlar nuestras emociones y no


permitir que la envidia, el enojo o los celos nos dominen. Elohim nos muestra
que nuestras acciones tienen consecuencias y que debemos buscar siempre
el perdón y el arrepentimiento.

A pesar de la caída de Kain y la decadencia humana, Elohim nunca abandonó a la


humanidad. En su amor inmenso, envió a Yeshua, el Mesías prometido, para
redimirnos de nuestros pecados y mostrarnos el camino hacia la
reconciliación con Elohim y nuestros semejantes.

Que esta historia nos inspire a controlar nuestras emociones, buscar la


reconciliación y vivir en armonía, recordando siempre el amor y la
misericordia de Elohim hacia nosotros.
Noaj
y el Diluvio
La Emunah en Elohim y la
salvación en medio de la tormenta
Hace mucho tiempo, después que los hijos de Adan y Java poblaron la tierra en,
los corazones de su desendencia se apartaron por completo de Elohim,
perdiendo así su enfoque en la rectificación, el amor y la redención futura. Por
el contrario el mundo se lleno de maldad y corrupción y la injusticia lleno la
tierra. Elohim por el contrario, con el amor puesto en la humanidad y el deseo de
continuar con el plan de redención en los hijos de Adan, encontró gracia en los
ojos de un hombre llamado Noaj. Noaj era justo y temía a Elohim en medio de
una generación decadente.

Elohim habló a Noaj y le dijo: "Noaj, he visto la maldad del mundo y he decidido
traer un diluvio para purificar la tierra. Pero en mi amor y misericordia, te daré
una encomienda a manera de salvación. Construirás un arca y llevarás contigo a
tu familia y a los animales que he escogido".

Noaj escuchó con atención las palabras de Elohim y se puso manos a la obra.
Durante muchos años, construyó el arca siguiendo las instrucciones exactas de
Elohim. La gente a su alrededor se burlaba de él y lo consideraba un loco, pero
Noaj se mantuvo firme en su emunah en Elohim.

Cuando finalmente el arca estuvo lista, Elohim le dijo a Noaj: "Noaj, ha llegado el
momento. Entra en el arca junto con tu familia y los animales que he traído a tu
encuentro". Noaj obedeció y entró en el arca con su esposa, sus hijos y sus
nueras, junto con los animales los cuales venían de las partes más lejanas de la
tierra y entraban por sí mismas al arca.
Dentro del arca, Noaj y su familia se aferraron a su emunah en Elohim mientras
la lluvia comenzaba a caer. Durante cuarenta días y cuarenta noches, el diluvio
cubrió la tierra, pero el arca flotaba segura sobre las aguas turbulentas.

Noaj y su familia escucharon el estruendo de la tormenta y se apoyaron en


Elohim en medio de la incertidumbre. En su emunah, sabían que Elohim los
protegería y los guiaría hacia un nuevo comienzo.

Finalmente, las aguas comenzaron a disminuir y el arca se posó en una


montaña. Noaj envió un cuervo y luego una paloma más, pero ambas
regresaron al arca. Cuando envió por tercera vez a la paloma, esta volvió con
una rama de olivo en su pico, señalando que la tierra seca había vuelto a
aparecer.

Con un corazón lleno de gratitud, Noaj y su familia salieron del arca y se


postraron en agradecimiento a Elohim por su salvación. Elohim estableció un
pacto perpetuo con Noaj a partir de ese momento, poniendo el arco en las
nubes, prometiendo que nunca más destruiría la tierra por medio de un
diluvio
Esta historia nos enseña la importancia de la emunah en Elohim, incluso en medio de
las tormentas de la vida. Elohim nos ama y siempre provee una manera de salvación
para aquellos que confían en Él y siguen Sus caminos.

También nos muestra las consecuencias de alejarnos de Elohim y no prestar


atención a Sus advertencias

Después de la historia del Diluvio, vemos cómo las dificultades y pruebas que Noaj
enfrentó tienen un paralelo con la vida de Yeshua en la tierra. Así como Noaj fue
un remanente justo en medio de un mundo corrupto, Yeshua vino como el Mesías,
la perfecta manifestación del amor y la gracia de Elohim en un mundo lleno de
pecado y no solo eso sino que el nos dejo su (Ruaj) espíritu para que podamos
aspirar a ser ese remanente que llene la tierra de justicia y bondad.

Noaj construyó el arca como medio de salvación para su familia y los animales,
mientras que Yeshua se convirtió en el camino de salvación para toda la humanidad.
A través de Su muerte en la cruz y su resurrección, Yeshua trajo redención y un
nuevo comienzo para todos aquellos que creen en Él y siguen Sus enseñanzas.

Así como Noaj salió del arca hacia una tierra renovada y un pacto establecido con
Elohim, aquellos que aceptan a Yeshua como su Salvador reciben una vida
transformada y una nueva alianza con Elohim. Ambos eventos nos recuerdan la
esperanza, la salvación y la posibilidad de un nuevo comienzo para aquellos que
confían en Elohim.
La torre
de Babel
LA LECCIÓN A LA HUMILDAD Y
LA CONFUSIÓN DE LENGUAS
Hace mucho, mucho tiempo, en una tierra llamada Shinar, las personas
decidieron construir una gran ciudad con una torre muy alta para llegar hasta
el cielo. Querían ser famosos y desafiar a Elohim. Pero Elohim, en Su sabiduría,
sabía que esto no era bueno para ellos.

Ellos dijeron: "¡Vamos a construir una torre que llegue hasta los shamayim
(cielos)!" Pero Elohim sabia que esto no era bueno

Elohim sabía que el corazón del hombre estaba lleno de orgullo y maldad. No
quería que se alejaran más de Él. Entonces, en el momento en que la torre casi
tocaba el cielo. Elohim confundió sus lenguas y las personas ya no podían
entenderse. ¡Fue un caos total! La torre quedó incompleta y las personas se
dispersaron por toda la tierra.

Elohim, en Su amor y sabiduría, quería enseñarles una lección importante. Les


mostró que el orgullo y desafiar a Elohim no traen bendiciones ni felicidad. En
lugar de eso, nos alejan de Su amor y nos causan confusion y problemas.

La historia de la Torre de Babel nos enseña que es importante ser humildes y


reconocer que Elohim es nuestro Creador y Señor. Él nos ama y quiere que
vivamos en armonía y amor. Cuando nos alejamos de Él y seguimos nuestros
propios caminos, nos perdemos las bendiciones y nos encontramos en el caos.

Pero Elohim, en Su amor infinito, nos envió a Yeshua, el Mesías prometido. A


través de Yeshua, podemos encontrar redención y reconciliación con Elohim.
Él nos enseña a ser humildes, a amar a nuestro prójimo y a buscar la unidad en
lugar de la separación.
Que la historia de la Torre de Babel nos recuerde que, en lugar de desafiar a
Elohim y tratar de alcanzar el cielo por nuestros propios medios, debemos fijar
nuestra mirada en Yeshua, el único camino hacia la verdadera elevación
espiritual y nuestro regreso al Gran Edén.

A diferencia de los constructores de la torre en Babel, que buscaban fama y


poder para sí mismos, Yeshua vino a la tierra para enseñarnos que el camino de
ascensión es un camino de amor, humildad y sujeción a total a Elohim. Él es el
Mesías prometido, el puente entre el cielo y la tierra, el único que puede
elevarnos y restaurar nuestra comunión con Elohim.

Cuando nos entregamos a Yeshua, abriendo nuestros corazones a Su amor y


siguiendo Sus enseñanzas, experimentamos una transformación profunda. Su
sacrificio en la cruz nos ofrece la salvación y nos muestra el camino de
regreso al Gran Edén, a la comunión perfecta con Elohim.

Que la historia de la Torre de Babel sea un recordatorio de que, en lugar de


buscar nuestra propia gloria y poder, debemos rendirnos a Yeshua, confiar en
Él y seguir Su ejemplo de amor, humildad y obediencia. Solo a través de Yeshua
podemos encontrar la verdadera elevación espiritual y vivir en comunión con
Elohim.
Que nuestra mirada esté siempre fija en Yeshua, nuestro Salvador y
Redentor, quien nos guía hacia el camino de la vida eterna y nos
muestra el amor incondicional del Eterno. En Él encontramos la
verdadera paz, la restauración y el regreso al Gran Edén que tanto
anhelamos.

Recordemos siempre que nuestra elevación espiritual y nuestra


reconciliación con Elohim se encuentran en Yeshua, el único camino
hacia el cielo ¡Sigamos Sus pasos y encontremos la plenitud de vida
que solo Él puede brindarnos!
Shalom!
abraham & sara
La promesa cumplida de
un amor inquebrantable
Hace mucho, mucho tiempo, después que el Eterno confundió las lenguas en
Babel en una tierra llamada Ur, vivían Abraham, el primer hombre hebreo en
cruzar el rio con su esposa Sara. Ellos amaban y confiaban en Elohim con todo
su corazón. Elohim les hizo una promesa especial: "Abraham, vete de tu tierra y
de la casa de tus parientes hacia tu destino (lej leja), serás padre de una gran
nación y tus descendientes serán tan numerosos como las estrellas en el
shamayim (cielo)".

Abraham y Sara esperaban ansiosos a que la promesa de Elohim se cumpliera,


pero el tiempo pasaba y aún no tenían hijos. Sin embargo, ellos nunca dejaron
de confiar en Elohim y en Su poder.

Un día, Elohim les dio una sorpresa maravillosa. A pesar de ser muy ancianos,
Abraham y Sara recibieron la noticia de que tendrían un hijo. Su nombre sería
Yitjak (Isaac), lo cual significa "risa". ¡Imagina la alegría y emoción que
sintieron Abraham y Sara al escuchar esta noticia tan especial!

Pero la historia de Abraham no termina aquí. Antes de que naciera Isaac,


Abraham tuvo otro hijo llamado Yishmael (Ismael) con Hagar, la sierva de Sara
quien era egipcia. Aunque Yishmael era amado por Abraham, Elohim le dijo que
la promesa especial se cumpliría a través de Yitjak.
Cuando Yitzjak creció, Elohim puso a Abraham a prueba. Por lo que le dijo.
Toma a Isaac, tu hijo amado, y ofrécelo como un sacrificio en el monte que te
mostraré".
Abraham quedó sorprendido al escuchar estas palabras, pero confiaba en
Elohim con todo su corazón. Él sabía que Elohim tenía un plan maravilloso,
incluso si no podía entenderlo completamente. Entonces, Abraham y su hijo
Isaac se prepararon para un viaje muy especial.

El camino era largo y silencioso, solo interrumpido por los latidos acelerados
del corazón de Abraham y los pasos seguros de Isaac. A medida que se
adentraban en el monte, los pensamientos de Abraham se entrelazaban con
emociones encontradas. Sabía que Elohim le había pedido un sacrificio
incomprensible: ofrecer a su hijo Isaac.

Isaac, a pesar de ser joven, notaba la seriedad en el rostro de su padre. No


entendía completamente lo que estaba sucediendo, pero confiaba en su padre
y en Elohim. Mientras caminaban, su confianza y emunah (fe) se entrelazaban
con el amor incondicional de Abraham.

Al llegar a la cima del monte, Abraham preparó el altar y colocó la leña


cuidadosamente sobre él. En ese momento, Isaac miró a su padre con ojos
llenos de confusión y preguntó: "Padre, veo el altar y la leña, pero ¿dónde está
el cordero para el sacrificio?"
Con una voz llena de emoción y una mezcla de tristeza y esperanza,
Abraham respondió: "Mi amado hijo, Elohim proveerá el cordero para el
sacrificio". Y en su corazón, Abraham sabía que eso era verdad. Su
confianza en Elohim era más fuerte que nada
Cuando todo estuvo listo, Abraham colocó suavemente las manos de Isaac
en la madera del altar y comenzó a atarlo. Isaac miró a su padre con ojos
llenos de confusión y tristeza, pero también con un brillo especial de
emunah y amor.
Abraham levantó los ojos hacia el shamayim (cielo) y dijo una hermosa
oración a Elohim. Aunque estaba a punto de enfrentar una prueba difícil,
su corazón estaba lleno de gozo y paz. Sabía que estaba haciendo lo
correcto, siguiendo la voluntad del Eterno.
Mientras Abraham sostenía el cuchillo, listo para hacer el sacrificio, Elohim
envió un ángel desde el shamayim. El ángel habló con voz suave y dijo:
"¡Abraham, no hagas daño a Isaac! Ahora se que amas y confías en mi". En
ese momento, Abraham sintió un gran alivio y una felicidad indescriptible.
Ambos se abrazaron con lágrimas de alegría y gratitud. Elohim había
provisto un corderito para el sacrificio en lugar de Isaac. Juntos, Abraham
e Isaac ofrecieron al corderito a Elohim, agradeciéndole por Su amor y
protección.
Esta historia es muy especial porque nos enseña algo importante. Nos
muestra que Elohim nos ama mucho y que a veces nos pide hacer cosas
difíciles. Aunque no siempre entendamos su plan, podemos confiar en Él y
encontrar gozo en hacer Su voluntad.
Esta historia nos muestra el inmenso amor y la fidelidad de Elohim hacia
Abraham y su familia. Pero también nos enseña algo más profundo: Isaac,
como el hijo amado que estuvo dispuesto a ser sacrificado, es un paralelo a
Yeshua, el hijo amado de Elohim que fue sacrificado por nuestros pecados
Así como Elohim proveyó un sacrificio sustituto para Isaac, Él nos ha
provisto a Yeshua como el sacrificio perfecto por nuestros pecados. A
través de Yeshua, podemos experimentar el amor incondicional de Elohim, la
redención y la vida eterna.
continuara...
AZRIEL BEN ISRAEL

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